VOCES DE MUJERES COMBATIVAS
PLIEGO PETITORIO 3.1 Homenaje a Susana Chávez Castillo
ANTOLOGÍA DE POESÍA
6 DE ENERO, 2015
PLIEGO PETITORIO 3.1 Homenaje a Susana Chávez Castillo
Edición Especial: 2015
Edición: Personajes Subterráneos
Diseño de Portada: Shimara Magaly
Ilustración de portada e interiores: Mimi Kitamura
Esta obra se encuentra
bajo una licencia Creative Commons
(http://creativecommons.org/licenses/bync-nd/3.0/)
VOCES DE MUJERES COMBATIVAS
PLIEGO PETITORIO 3.1
Homenaje a Susana Chávez Castillo
Prólogo
Esto es la representación de los No,
los No de los de abajo, de los humildes y de la rebeldía.
Un No para que no se extinga la llama y llegue el olvido;
un No donde el despojo, la fachada de la justicia y el cinismo del estado se
queden fuera de lugar;
un No a la educación que domestica y enseña a obedecer;
un No donde los de abajo no quepan, para que sean, al fin, algo más que el
cultivo de la tierra;
un No para las ideas que prohíben divagar, delirar e imaginar una realidad
nueva;
un No al despojo campesino y a las desapariciones forzadas, en las cuales, en
la ida, nunca hay retorno.
Cada página escrita, manchada de metáforas y rayada con rabia por medio de
pasquines es un grano de la resistencia, nuestra resistencia, ante el olvido de
“una más”; pues por medio del verbo, proclamamos que ni otra más vuelva a
caer.
Cada Pliego Petitorio es un homenaje, un homenaje a las ideas combativas, a
los No que hemos contado, al orgullo del nunca levantar una bandera del
olvido, del conformismo y, mucho menos, de la resignación. Este pliego
petitorio homenajea a Susana Chávez y al legado que en versos nos cedió,
ahora, ella nos representa y nosotros la homenajeamos, pues homenajear es
recordar y recordar con artes, poesía, gritos y sonidos es no permitir el deceso;
pues los rebeldes, los estorbos, los incómodos, los busca problemas burlan a la
muerte haciendo vivir la memoria de sus difuntos.
Rando. Noviembre, 2013.
Bosque sonoro
Freud define lo siniestro como:
aquella suerte de espantoso que afecta las cosas conocidas y familiares
[…] lo siniestro causa espanto precisamente porque no es conocido pero
sólo algunas cosas novedosas son espantosas; de ningún modo lo son
todas [entonces], no posee un sentido único, sino que pertenece a dos
grupos de representaciones, sin ser precisamente antagónicas, más bien
un antónimo que evoluciona hacia la ambivalencia, hasta que termina
por coincidir con su antítesis: se trata de lo que es familiar, confortable,
por un lado; y de lo oculto, disimulado, por el otro [en fin ] sería todo lo
que debía haber quedado oculto, secreto, pero que se ha manifestado.
(FREUD, 1919, Lo siniestro, pp.4-5)
Conforme al título, el sujeto de mi proyecto se sitúa en la posible condición
dualista del bosque, es decir el estado transitorio o permanente en el que
coexisten dos emociones o sentimientos opuestos inspirados por aquel lugar.
“La aparición pánica de los objetos” como bien señala la escritora de la
introducción en el libro de Pérec sirve como indicio hacia lo siniestro ya que
busco despertar a través de ésta ambivalencia freudiana el miedo ante la
multitud desconocida que proporciona el bosque. He aquí donde me pregunto
¿porqué idealizamos tanto a la naturaleza si también es tan violenta, tan fría y
cruel? Existe la idea romántica en nosotros de encontrar al bosque como un
espacio propenso a encontrarnos con nosotros mismos, un lugar de meditación
y tranquilidad, de confrontaciones emotivas, sin embargo, también se alcanza
a reconocer una especie de misticismo extravagante y secreto que invita a la
tristeza, a la locura y esquizofrenia de cada uno de nosotros a ocupar la
angustiosa arboleda y considerarla precisamente eso: “la aparición pánica”. El
espacio es reconocible y a la vez no, nos encuentra y nos sosiega mientras que
nos aleja y aterroriza, lo siniestro está presente y temerosos agudizamos el
oído en busca de sonidos alarmantes y previsores, pero no existe más que un
sospechoso silencio bajo, repleto de murmullos silvestres. Lo reconocible se
vuelve ajeno. Así, la pieza sonora se conforma con los murmullos del bosque
y pedazos complementarios minimalistas de tonos primitivos y resonantes,
todo finalizado con la hermosa despedida de Sylvia Plath, poeta inglesa que
oscila entre la muerte y la vida:
Oscilé callada. / Como una concha marina. / Tenían que llamar y llamar
/ Recoger mis gusanos como perlas pegajosas / Morir / Es un arte, como
cualquier otra cosa. / Yo lo hago excepcionalmente bien. / Lo hago para
sentirme hasta las heces. / Lo ejecuto para sentirlo real. / Podemos decir
que poseo el don.
Culminando entonces con la sinceridad del ser humano ante la naturaleza,
aquella que reconoce como sentimientos inherentes a la tristeza, la locura, la
maldad y la esquizofrenia; sentimientos que por muy reconocibles, aceptados
o pasados, no se van sino que evolucionan con nosotros, se renuevan hasta el
punto de encontrarnos frente al espejo irreconocibles, siniestros.
Así, aprovechando la referencia romántica que se suele tener del bosque,
aquella que funde al hombre con el todo, aquella que vuelve a la naturaleza
inofensiva, bella y familiar, contrasto el enigma violento, el misticismo y
crueldad instintivos también presentes y evocativos; lo siniestro se explora a
través de un trabajo sonoro que refuerza la doble personalidad del lugar, pues
incluye a su vez una reflexión del silencio y el sonido.
El proyecto es una pieza sonora que trata de materializar el carácter siniestro
del bosque, utilizando el sonido y el silencio sugeridos por el lugar. A sí
mismo, la pieza incluye al dibujo y la palabra simulando los haiku; que sirve
como referente opuesto para evitar la literalidad y complemento de bitácora.
El haiku, lo escogí por la sencillez y facilidad de generar imágenes, por sus
orígenes orientales como inspiración del poeta ante la naturaleza y la
sensación de privacidad que proporciona y refuerza el “encierro” visual del
View Master.
Albania Juárez Rodríguez
¿Qué voy a saber yo de la guerra si jamás he
luchado?
l
Así como no hay camino
Después de la niebla
Ni infierno detrás de Dios,
No hay enigma en el desprecio
Que siento por lo que soy:
Una Guardia que a los suyos
No protege,
Un ahínco de rodillas por los dos;
Una bomba que en su patria
No detona,
Porque mojada a la tierra llegó.
Hoy hablo desde mi trinchera
Que más que trinchera es zanja
Porque hasta ayer anduve
En cuatro patas pensándome
Felina sin ver mi semejanza
Con las ratas.
Tanto tiempo he pasado indiferente
Entre hombres desahuciados
Que no noté el duelo que dejó
Santiago al irse al cielo.
Estoy que no amo.
Que no puedo con los muertos
Ni propios ni ajenos,
Ni nacionales ni extranjeros.
Que no veo la hora de reencarnar
En otra cosa; Algo con más protesta,
Con menos ñáñaras, con más
Palabra que ápices de rabia.
ll
Hay en el mundo un olor guerra
Que festejar a los muertos
O marchar por ellos
Resulta una ofensa
Para los sobrevivientes,
Que con sus dientes
Contienen la lengua para no perderla
Por hablar de justicia.
Hay en el mundo un olor a guerra
Que suena a vanagloria escribir
Sobre la costa, rodar con valentía
Y amar al que se hace llamar artista;
(Jugar al poeta o al médico sin fronteras
Sólo son excusas para cargar la guadaña.)
Hay en el mundo un olor a guerra
Tan físico que se asocia al hambre,
Al polvo, al fuego, al ruido,
A la tensión, al hurto, al esmog
Al Estado, al Narco y a Dios.
¿Que va a pasar con nosotros dos
Cuando no haya más camino que
Morir armado y no en amor?
lll
No habrá sendero después del disparo,
Ni casa después de la caza,
No habrá cuerpo después del casquillo,
Ni evidencia de vida después una ráfaga.
No habrá hijos después de los padres
Ni madres de rosario en mano.
No habrá guerra después de la muerte,
Ni paz antes de esta.
No habrá paz para nadie en la tierra
Ni tierra para nadie sin guerra.
No habrá duda de lo cruel que fui
Conmigo,
Dando asco con mi puño izquierdo tibio.
En asco las ratas sin partido morimos;
Que nadie nos salve del holocausto
Porque despertamos cuando ya todos
Estaban tasajeados por el enemigo.
Betsy Numen
Yo, Orquídea
Hebrea luz
de energía China
Un Dios
en la Tierra
Flora Vega
Ideograma [homicida] descolorido.
Vestido con insultos
(fragmento)
Desaparecer del alcance
radial y amplificado
del espanto,
adentrarse
en la evidencia afable
de sumisión inicua.
Desaparecer del alcance
radial y amplificado
del espanto,
adentrarse
en la evidencia afable
de sumisión inicua.
Provocador pasivo refocila e inscribe misiva de inventiva
diluida.
Ulterior homicidio
al cercenador de puños combativos
femeninos
(...)
Infinita dignidad proletaria nublada por la pericia
charlatana para adquirir económica derrama.
Pabilo enmarañado hace hervir cientos de venganzas
aún estancadas en lo abisal del río Bravo.
Amagada / Inmaculada
(Apariencia)
Mujer hermana.
Cientos de cirios chorrean
cera-pleura.
De inmediato
mujer –niña, otra–,
es cincelada,
para permitir ser penetrada
por mirada
depredadora
de impotente humano
que quisiera hallarse ofrendado,
como virgen vernácula en un entorno de resplandor
artificial.
Óvalo valiente ovula
embrión iridiscente,
para ocupar el vacío de divinidad preñada,
también muere (en la muerte asesinada) de una hembra solitaria.
Elastómero multiforme contiene el aguijón que sucumbirá al envenenarte.
A/deudo - Defunciones perpetradas por el Ello:
Pintura con la cual dibujar el ideograma [homicida]
des co lo ri do
(por la antelación de asesinos protegidos)
vestido con insultos
dirigidos a la madre
que ha de enfrentarse
a la jornada diaria en
correcta y extraña maquiladora
de asesinos en potencia.
¿El abandono te significa algo, cruento e impune supresor de idearios?
Dentro de bolsas negras
solamente
se trasiega lo maligno;
lo dañino para el individuo
o el destino de los vivos.
La piel es anudada
(como tirones de tela vieja, desgastada)
Se elabora una bandera de infamias
que es zurcida
día a día
por todas las hijas
de las hoy asesinadas.
Pescador de jovencitas.
De tus fracasos brotarán más crímenes,
homici-dios femeninos homicidas:
feminicidios
alas largas distendidas.
Es la muerte del Otro,
lo que exime al asesino.
Deserción a bondadosa filia
por la madre/mujer/super yó
de ingenuos infiernos.
Escindirse muerte viva.
Coincidencia entre la falta y el encuentro en una mirada humana (de fémina
huraña). Posibilidad numérica,
develada
vulnera nuestro silencio.
Zonzo empeño de vivir en secreto. Siendo anhelo de no ser muerto.
Disturbio preludio. Revuelo de exigencia orgullo disparos sin turno.
Repetición ficción. Indignación en el presente suspendido.
Revolución de estado doliente.
Cinco sitios. Cientos (de) crímenes pluriofensivos. Violencia extrema
misoginia discrimina a uno de los géneros de esta triste especie extinta.
Frizia Guerrero
Feminicidio social
Ay, mujer, te me mueres en los 14 centímetros de tacón, en la pulmonía
de tu escote y en las venas que amenazan tus piernas a punto de estallar.
Me duelen las capas de maquillaje con las que escondes tu belleza de verdad.
Me dueles mujer, me duelo, te me mueres, me muero contigo.
Me duele nuestra anorexia y nuestra bulimia ocasional, me duele no gustarnos
cuando nos miramos al espejo, me duelen los años de fracaso profesional,
emocional, nacional.
Me dueles, mujer, te me mueres sin amor, sin piedad… con silencio.
Ay, mujer, te me mueres de cáncer de mama, de cáncer de pulmón, de cáncer
de matriz, te me mueres de sida, te me mueres por abortar en la cocina.
Ay, mujer, te me mueres y me muero contigo, y se mueren ellas, nos morimos
de hambre, de abstinencia, de soledad.
Te me mueres de todo, mujer, mientras me muero contigo, mientras nos
miramos distintas, distantes, enemigas, distintas, muriéndonos de lo mismo,
matándonos por lo mismo.
Te me mueres, mujer, te me mueres ya sin alma, sin alardes y sin ruido, te me
mueres con un solo anhelo silencioso; 90, 60, 90 y una dieta, adiós a la piel de
naranja, estrías y mal aliento, adiós a las arrugas y a los estragos del tiempo.
Te me mueres en una sala de operaciones de la que te prometieron salir como
si tuvieras 16.
Ay, mujer, te me mueres y me dueles, me muero y me duelo con mis años de
apariencias y de anhelos silenciosos; 90, 60, 90, una dieta y un verdadero
amor.
Ay, mujer, nos morimos juntas: tú, yo, todas, porque estamos solas,
silenciosas y somos enemigas, distantes, y tenemos todo en común y somos
distantes, distintas.
Ay, mujer, mujeres, se me mueren y me muero y no nos vemos compañeras y
nos callamos para morirnos juntas con un sólo anhelo silencioso; 90, 60, 90,
una dieta, adiós a la piel de naranja, estrías y mal aliento, adiós a las arrugas y
a los estragos del tiempo. Te me mueres en una sala de operaciones de la que
te prometieron salir como si tuvieras 16.
Ay, mujer, mujeres, yo, nos morimos silenciosas… por montón.
Itzel Nayelli Palacios Valdivia
(Señorita Vagabunda)
L@s rebeldes
Versión a voces del corrido "Los rebeldes”, de la compositora y activista
mexicana Judith Reyes.
Laura Murcia
Mi patria mujer
Voy a tocar a la patria como si fuera una mujer.
A seducirla con palabras, desvestirla en versos.
Repasaré sus golfos, sus sueños, sus muertos y sus curvas.
Me abrazaré a su istmo rebelde cintura y me perderé en su abrazo de selva
revolución.
(Voy a encontrar el pedazo de patria en cada uno de nosotros)
Mi patria es mi padre y mi madre la Revolución.
De caminos que no llevan a sueños te haces
Patria pérdida, amada mía de miedos, de desiertos y cruces.
¿Cuántas cruces es que aguanta el paisaje tuyo sin agüitarse?
¿Cuántos versos de los poetas que sí son poetas sofocarán tu cielo sin que se
detenga esta guerra, ni el tiempo, ni tan siquiera el aire?
Habrá que detener el tiempo con una poesía para salvar la patria
Poner una bomba de versos y besos por cada cuartel, cada casa de seguridad,
cada casa cada sicario.
Habrá que intervenir el diario con papel azúcar para endulzar las noticias.
(Me oprime a veces un amor inmenso que no encuentra forma de salir)
A mi patria mujer le duelen los sueños, la cabeza, la televisión.
Le duele que no la miren
Le arde la historia en cada arruga sierra madre, cada mentira hecha cicatriz
laguna tiembla de olvido y le raspa el alma a mi patria mujer de cabos y de
dolores.
Mi patria se incendia de ganas y en silencio.
Mi patria mujer tiene los ojos llenos de tanto llanto de tantos muertos y tanto
tonto.
Le duele en la garganta la indiferencia, la ciencia aplicada a los
Egos y bolsillos cuando hay un niño que muere de hambre.
A mi patria mujer le duelen tantos huesos de las desaparecidas, de los
muertos, de los rebeldes.
Tantas flores de Magón marchitas en el altar de mi patria mujer que se muere
de sed, sin justicia de ganas de revolución de hermanos sin manos se muere mi
tierra adorada.
La Zafhada Remola
Madre
I
Madre
¡Oh, Madre!
Divides el pasado en futuro y
quieres que sea valiente como un águila en el cielo
quieres que todo lo convierta en fresco pasto
quieres que beba de la leche que me dabas
II
Madre
Soy tan valiente como los pétalos de las flores que se dispersan uno a uno en
el viento
III
Madre
No soy fresco pasto soy tu compuesto NOA
IV
¿Sabes?
El cielo anhela la tierra
Yo
vehemente
respiro en una ventana abierta
la nivación de leche en el cielo
que cae en gotas de luna
V
Madre
¡Oh, Madre!
Tiemblo en rojo al borde del sueño
Hay luz carmesí en mis dedos
y
mis ojos
ocultan la noche
VI
Aquello que ves caer del cielo no es lluvia
Son nuestros latidos que como espejos se miran el uno al otro
Te has ido
VII
¿Vamos a rezar por un milagro?
Solo hay gritos
Dolor
Ira
Laura Izamar Velarde
Susana la niña
Susana la niña no conocía de bestias ni de quimeras,
ni hombres con ojos de ciclope o paraditas a fuera del Hong Kong.
Susana la niña no sabia del desamor ni de las rocas cayendo en el pecho antes
de morir,
No conocía los cometas que nacen de los ojos ante el primer amor o de los
osos que sueñan con ser astronautas al crecer,
Susana la niña no pensaba en el poder de las palabras ni que los monstruos
podían quitar vidas,
tampoco de traiciones o que las muñecas se vendían por un gramo de coca.
Susana la niña será enterrada con las flores rozando su cuerpo, los brazos
pegados a su costado y su boca permanecerá como un oráculo clausurado.
Nadie sabía la diosa de terciopelo gritaba al mundo por la vida.
Marcia Ramos Lozoya
Sangre
Desde que los azotes dejaron de ser públicos, las torturas se cometieron en celdas, en
callejones y ahora cada vez con más descaro vuelven a la luz. En tiempos de
derechos humanos, parecen pocos los hombres rectos, pero también cada vez más y
con firmeza se plantaran frente al injusto. Porque hay semillas de bondad que han
cuidado su momento sintiendo el sol. Porque las flores de nuestros abuelos bailaron
en el viento y ahora nos coronan. Y hacemos manada y nos miramos de frente para
mirar sin miedo. Y usamos la estrategia del círculo y no del estrado. Y compartimos
nuestros alimentos, para alimentar con lo sagrado del cuerpo.
Mariana Era
Canto
Yo
mujer decapitada
voz
inocencia
mente en cuerpo sexo invierno fulminada
sombra ausente
mirada desahuciada
vagina amordazada
la gota de semen sin placer en la cama
el sexo frío
los cuerpos sin danza
el rosa de una cruz con angustia olvidada
olvidada
olvidada en la caricia de la manipulación mediática
el Ave María sin recuerdos bajo el mundo o en la morgue agusanada
Soy yo mujer sin alas
la lucha imprecisa de la catrina violada
el llanto innegable de la pupila abnegada
de una fémina parida el rosario sin llagas
la eyaculación
la vida monetaria
la podredumbre de un imbécil
la No libertad de los cuerpos sin alma
Soy yo mujer odiada
sin nombre
sin cuerpo
sin armas
la malinche a la muerte entregada
la tristeza sin caricias
musa de la cicatriz en tu espalda
nudo en la garganta
el amanecer fuera de casa
lejos de casa
lejos
oculta en la llamarada
en la incertidumbre
en el vacío lejos de casa
lejos
acallada de un golpe
asesinada
asesinada
Asesino el olvido el silencio la política del pueblo adormecido
Asesinos de cadáveres femeninos incapaces de ocultar nuestros ecos
desde nuestro infierno en versos cantos esparcidos
Mimi Kitamura
REZO
Ya no necesitamos un trabajo
48 horas de escarnio a la semana
un proyecto de nación en democracia
pagar la renta
domesticar a los niños
aparecer en el mapa
Ya no necesitamos un milagro
mártires impostores
jerarcas del poder
para ignorarnos mutilarnos o desaparecernos
honestidad en su discurso
buenas escusas
algo de suerte
para no servir de abono a sus jardines de la muerte
Ya no necesitamos
continuar eligiendo privilegios
un estatus en la conciencia
impuestos al alma
dietas para reducir el peso corporal de las culpas
mentiras sobre el sexo
justificar nuestros actos
huir del deseo de huir
Ya no necesitamos pasaportes
franjas en la identidad
aduanas en el cuerpo
viajar a un lugar ideal
llenarse las entrañas de éxito
instrucciones para llorar
Ya no necesitamos
comportarnos como animales sofisticados
perspectivas de la realidad
fronteras en el sueño, el cerebro o la memoria
segmentar el arte para su estudio
ni fundamentar la poesía para asegurar que existe
Sara Raca.
VOCES DE MUJERES COMBATIVAS
PLIEGO PETITORIO 3.1
Homenaje a Susana Chávez Castillo
Se termina de editar este libro y se publica en
formato PDF el mes de enero del
año 2015, en memoria de Susana Chávez Castillo,
poeta y activista de Ciudad Juárez,
a cuatro años de su asesinato.
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