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Buenas noticias para la familia católica

Calle 10 Nº 2-58 Tel: 2636918 - 2611680

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Consejo DirectivoMons. Flavio Calle Zapata

Mons. Orlando Roa BarbosaMons.Gustavo Vásquez Montoya

DirectorP. Jairo Yate Ramirez

Diseño EditorialAndrea C. Hernández S.

ImpresiónCasa Editorial El Tiempo

Septiembre 2014

Al hablar de la Biblia, es necesario enmarcar el tema en otro más am-plio, la divina Revela-ción. Las verdades re-

veladas se encierran en la Sagrada Escritura y en la Tradición. “Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los pue-blos, se conservara íntegro y fuera trasmitido a todas las edades” (DV 7).

El Mes de la Biblia

La “Tradición con la Escritura de ambos Testamentos son el es-pejo en que la Iglesia peregrina contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta el día que llegue a verlo cara a cara, como Él es (cf. I Jn 3,2)… La Tradición y la Escri-tura están estrechamente unidas y compenetradas; manan de la mis-ma fuente, se unen en un mismo caudal, corren hacia el mismo fin” (DV 9). El Magisterio de la Igle-sia, que no está por encima de la Palabra de Dios sino que la sirve, interpreta auténticamente el men-saje de Dios oral y escrito.

La Palabra de Dios nos trasmi-te la divina Revelación para que todo el mundo la escuche, crea y practique. Es un deber compartir el gran tesoro, antes escondido, que en la plenitud de los tiempos se ha manifestado en la persona de Jesucristo, Dios hecho hombre, plenitud de la Revelación. Dios envió a su hijo Jesucristo, “la Pa-labra eterna, que alumbra a todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la in-timidad de Dios (cf. Jn 1, 1-18)… para librarnos de las tinieblas del pecado y la muerte y para hacer-nos resucitar a una vida eterna” (DV 4).

Los Libros Sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar

en dichos Libros para la salvación nuestra… “Toda la Escritura ins-pirada por Dios, es útil para ense-ñar, reprender, corregir, instruir en la justicia; para que el hombre de Dios esté en forma, equipado para toda obra buena” (II Tim 3, 16-17) (DV 11).

“El fin principal del Antiguo Testamento era preparar la veni-da de Cristo, Redentor universal, y de su reino mesiánico…” (DV.15) “Cristo estableció en la tierra el reino de Dios, se manifestó a sí mismo y a su Padre con obras y palabras, llevó a cabo su obra mu-riendo, resucitando y enviando al Espíritu Santo. Levantado de la tierra, atrae a todos hacia sí (cf. Jn 12, 32 ss) pues es el único que po-see palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68) (DV 17). Los Cuatro Evange-lios sobresalen entre todos los es-critos bíblicos “por ser el testimo-nio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador” (DV 18).

“La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el cuerpo de Cristo… ha considerado siempre como supre-ma norma de fe la Escritura unida a la Tradición… en las Palabras de los Apóstoles y los Profetas hace resonar la voz del Espíritu Santo” (DV 21).

“La Sagrada Escritura será fuente y alma de la evangelización, alimento de los fieles hambrientos del Pan de la Palabra”. La pastoral bíblica debe ocuparse en llevar a cabo una “apropiada hermenéu-tica que actualice el mensaje de los textos escritos hace años, para que den su luz a las situaciones y problemas del tiempo presente”. (Plan Pastoral 2014 – 2020 pag. 38).

Cada uno de nosotros es desti-natario de la Palabra de Dios, pero debe convertirse a su vez en un misionero y apóstol del mensaje divino.

† Flavio Calle ZapataArzobispo de Ibagué

Aprendamos a decirle no al demonio, a quien pretende robarnos el buen espíritu

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo

Con frecuencia nos la-mentamos por la insegu-ridad y los robos, procura-mos cuidar nuestras casas y pertenencias, denuncia-mos los atropellos a la propiedad ajena. En su primera Exhortación Apostólica, “Evan-gelii Gaudium”, hablando de los desafíos que enfrentamos en la actual cultura globa-lizada, el papa Francisco nos advierte a los católicos y especialmente a los agentes pas-torales que debemos estar vigilantes para que no nos quiten bienes esenciales. Nos enseña a decirle “no” al demonio, al mun-do, a la visión egoísta de la vida, que nos quieren robar los dones de Dios.

Tenemos que aprender a defender bie-nes fundamentales que nos mantienen en relación directa y constante con Dios; que han sido recibidos para que los comparta-mos con los demás y, por lo mismo, son un bien común; que constituyen nuestra mis-ma vida de discípulos y misioneros de Jesús. El Papa nos despierta para que nos manten-gamos en una lucha espiritual y superemos la superficialidad y la indolencia que nos hacen insensibles frente a la vocación y a la misión que hemos recibido.

¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero! Nos puede pasar cuando, aun teniendo sólidas convicciones doctrinales y espirituales, se cae en un estilo de vida que se aferra a seguridades económicas, al poder y a la gloria humana, en lugar de dar la vida por los demás en la misión (EG 80). ¡No nos dejemos robar la alegría evangeli-zadora! Ocurre cuando la vida se llena de oscuridad y de cansancio interior; cuando caemos en la insatisfacción y en la acedia pastoral producidas por el egoísmo que nos cierra al misterio de la Cruz y que apolilla el dinamismo apostólico (EG 83).

¡No nos dejemos robar la esperanza! Estamos en peligro si nos convertimos en pesimistas quejosos y desencantados, si de-jamos avanzar la “desertificación” espiritual fruto del proyecto de sociedades sin Dios y que destruyen sus raíces cristianas, En me-dio de tantos desiertos estamos llamados a ser fuente de agua viva (EG 86).

¡No nos dejemos robar la comunidad! Hay que estar atentos a que lo religioso no dé lugar al aislamiento o a un individua-lismo enfermizo; la relación con Dios nos compromete con los otros. Los discípulos del Señor estamos llamados a ser luz y sal del mundo en comunidad (EG 92). ¡No nos dejemos robar el Evangelio! Estamos prote-gidos si evitamos construir una Iglesia mun-dana bajo ropajes espirituales o pastorales. Esta mundanidad asfixiante se sana tomán-dole el gusto al aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de estar centrados en noso-tros mismos y escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios (EG 97).

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Septiembre 2014

¿Hubo al principio del mundo un paraíso terrenal? - Parte 2

Padre Ariel Valdés

Nace el paraíso

Esta lista de males le sirvió, pues, al escritor sagrado para elaborar un elenco de lo que serían los “castigos de Dios” a los primeros hombres (ver Gé-nesis 3, 14-19). Ella reflejaría la situa-ción en la que toda la humanidad vive actualmente.

Pero aún le faltaba resolver otro problema. Si el mundo, tal como es-taba, no era querido por Dios, enton-ces él no podía seguir consintiendo un mundo así. No era el plan originario de Dios. ¿Y cuál era la voluntad de Dios para el mundo? Quería saberlo exacta-mente, pues de lo contrario, no sabría cómo actuar.

Y ahí estaba el problema: el autor no lo sabía. Ignoraba cómo debía ser un mundo funcionando según la voluntad de Dios. Él sólo conocía este mundo equivocado, y ningún otro. Entonces, ¿qué hizo, para responder a semejan-te interrogante? Inspirado por Dios, tomó la lista de males que había com-puesto (ver Génesis 14-19) e imaginó una situación inversa, de bienestar,

en la que no se daba ninguno de ellos. Ése sería el mundo ideal, querido por Dios, y que nos estábamos perdiendo por culpa de nuestros pecados. El re-sultado de esta elaboración imaginaria fue: el Paraíso.

En efecto, el Paraíso del Génesis no es, sino la descripción de un estado de vida exactamente opuesto a lo que el autor conocía y experimentaba todos los días en su vida.

El mundo como Dios mandaSi ahora analizamos, parte por par-

te, ese Paraíso descrito en Génesis 2, 4-25, veremos que corresponde exac-tamente a lo contrario del mundo que apareció luego del pecado original, y que está contado en Génesis 3, 4-24.

En primer lugar, en el Paraíso la mujer ya no es dominada por el mari-do, sino que es su compañera, su ayuda adecuada (ver 2, 18), en igualdad con el varón. El mismo hombre lo recono-ce, y por eso exclama: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi car-ne” (2, 23). Y es el hombre el que aquí se siente atraído por ella, y forma con la mujer una sola carne (ver 2, 24), sin

que haya dominio de uno sobre el otro.No existe la muerte. El hombre po-

día continuar viviendo para siempre porque Dios, respondiendo al pro-fundo deseo del hombre, había hecho brotar, en medio del jardín, el árbol de la Vida (ver 2,9). Y le bastaba con extender su mano y comer de su fruto, para vivir para siempre (ver 3, 22). La muerte, allí, ya no entristecía la vida.

Tampoco en el Paraíso hay dolo-res de parto, pues ni siquiera existe el parto. Como el hombre ya no muere, tampoco tiene necesidad de engendrar hijos para prolongar la vida más allá de la muerte. No es que el autor piense que existiría una sola pareja. En Adán y Eva estaban simbolizados y represen-tados, en realidad, todos los hombres y las mujeres que nuestro autor conocía, y a los que no quería ver morir.

La propuesta atrapabaLa Tierra ya no está maldita. Es

fértil y produce toda clase de árboles frutales, exquisitos y llamativos (ver 2, 9). Ya no hay sequía, pues el riego está garantizado por un inmenso río que baña el jardín, y que se divide en cua-tro grandes brazos (ver 2, 10). ¡Nun-ca un israelita había imaginado tanta agua junta!

El trabajo ya no es más motivo de fatigas y frustración. En el Paraíso la tarea es liviana: cultivar el jardín y cui-darlo (ver 2, 15). Teniendo en cuenta la abundancia de agua que había a mano, resulta un trabajo placentero.

Ya no hay enemistad entre el hom-bre y los animales. Al contrario, éstos existen para acompañar al hombre, y son aquello que el hombre quiere que sean. Por eso, se dice que él puso nom-bre a todos los animales creados por Dios.

Por último en el Paraíso, Dios ya no infunde miedo. Es amigo de los hom-bres, “se pasea por el jardín a la hora de la tarde” (3, 8), y convive con ellos en la mayor intimidad, sin que su pre-sencia sea motivo de espanto ni los haga esconderse.

El paraíso, esperanza futuraEl Paraíso terrenal de la Biblia no

es, pues, más que una construcción imaginaria del autor sagrado que, inspirado por Dios, y con su lenguaje

popular y campestre, pero de gran pro-fundidad, ofreció a los hombres de su época, para decirles: “Es así como le gustaría a Dios que fuese el mundo. Él no quiere la dominación por parte del marido. No quiere los dolores de par-to. No quiere la muerte, ni la sequía, ni el trabajo opresor que esclaviza, ni la amenaza de los animales, ni la religión del miedo. Él quiso el Paraíso. Esto es lo que nos estamos perdiendo”.

La caridad con los demás es prin-cipio de salvación para muchas al-mas. El mandato del perdón es un eje fundamental para comprender el Reino de Dios. Jesús no utiliza la fuerza, tampoco la violencia, no es amigo del rencor, no comparte el espíritu del odio. Mateo 18, 15-20. Septiembre 7 de 2014.

La caridad se ennoblece en el per-dón y la corrección fraterna. La ca-ridad como tercera virtud y efecto de la Fe en la esperanza cristiana, permite entender la búsqueda de la perfección del hombre que cree en Dios y el ideal de una sociedad bajo los parámetros del Evangelio. Perdonar setenta veces siete. Ma-teo 18, 21-35. Septiembre 14 de 2014.

No es tan fácil comprender que a todas las personas se les dé el mis-mo trato, que a todos se les repar-ta la ración a su hora, que a todos se les cumpla el pacto convenido por un jornal de trabajo, sin te-ner en cuenta el tiempo utilizado. Mateo 20, 1-16. Septiembre 21 de 2014.

La fuerza de la vida cristiana con-siste en hacer la voluntad de Dios. Lo van a lograr todos aquellos que sean obedientes al llamado de su Señor: Vgr. No quiero, sin embar-go, después se arrepintió y fue. Mateo 21, 28-32. Septiembre 28 de 2014.

Pbro. Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.

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Es el matrimonio la es-cuela en donde dos perso-nas diferentes, inevitable-mente tienen que aprender a adaptarse la una a la otra, es la única manera de lograr la relación que Dios estableció. Mi tarea no es intentar cambiar a mi cón-yuge, eso tengo que dejár-selo a Dios. La persona a quién tengo que cambiar es a mí mismo.

El problema es que normal-mente no nos conocemos. Casi todos somos ciegos en algunos aspectos de nuestra

vida, aspecto que otros sí ven, espe-cialmente nuestro esposo(a) pero que nosotros inconscientemente no queremos enfrentar.

Los expertos dicen que el concep-to que tenemos de nosotros mismos afecta mucho la relación de pareja. Si pienso que soy superdotado, que sé todo y que nadie se acerca a mis ca-pacidades, esa actitud se refleja en la manera en que trato a mi esposo(a) e hijos.

El otro extremo también es nega-tivo. Si pienso que soy fracasado, que siempre digo las cosas mal, que si in-tento algo casi seguro voy a fracasar, esa actitud afecta mi relación con otras personas y por supuesto tam-bién con mi esposo(a) e hijos.

A continuación un resumen de los “resultados extremos” al tener un concepto distorsionado de nosotros mismos:

Hombre que exagera su propia importancia:

Probablemente es muy exigente con su esposa e hijos. Es autoritario y duro en su disciplina. No escucha a su esposa cuando trata de sugerir-le una cosa o aún pedirle algo, ella al igual que sus hijos no le tiene respeto sino miedo.

Hombre que se desprecia a si mismo:

Probablemente no toma el lideraz-go en su hogar y deja la disciplina de

Aprendiendo a entender el otro

los hijos a su esposa. Piensa dentro de sí: “fracaso en todo”, “nadie me quiere”.

Su falta de confianza en sí mismo lo lleva a borrarse de toda responsa-bilidad.

Mujer que exagera su propia im-portancia:

Seguramente no se somete a su esposo. Piensa que puede hacer las cosas igual o mejor que él, tomará la iniciativa y responsabilidad en la re-lación. Probablemente es muy crítica y tratará de moldear a su esposo a su imagen.

Mujer que se desprecia a si mis-ma:

Le cuesta expresarse, mostrar amor y cariño a su familia. Tiende a despreciarse, a tener una humildad exagerada y evitará toda responsa-bilidad que no sean las mínimas del hogar.

Cualquiera de estos extremos es-tán fuera de lugar. Hay buenas razo-nes para no pensar ni de más ni de menos acerca de nosotros mismos

hay personas que dicen: “soy así y no puedo cambiar”, eso es una mentira, no hay ningún aspecto de nuestra vida en que no podamos cambiar. (Romanos 12:2 y Efesios 4:23).

Hay aspectos en nuestra vida que inconscientemente no queremos en-frentar. Si nos miramos en el espejo y vemos una persona pero nuestro esposo(a) ve otra, es hora de exami-namos para poder ver cuál es el pro-blema. El concepto que tenemos de nosotros mismos es normalmente inconsciente ya que viene de nues-tra niñez. Pero esto no es una excusa para no poder cambiar. Son muchos los factores que han tomado par-te para moldearnos: nuestro tem-peramento, nuestras capacidades, nuestro aspecto físico, nuestros pa-dres y la relación que teníamos con ellos, los amigos, los maestros, las experiencias de la vida que son úni-cas para cada uno de nosotros. Aun cuando muchas veces somos incons-cientes de su origen. Si nos ponemos a pensar, descubriremos las raíces de algunas de nuestras actitudes actua-les.

Todos en el matrimonio tenemos expectativas, algunas altas, otras exageradas, otras equilibradas con respecto al otro. Todos esperamos algo de nuestra relación. Probable-mente ésta sea la esfera que crea más problemas en nuestro diario vivir. Demasiadas veces las esperanzas o expectativas no se expresan y cuan-do salen a la luz en el matrimonio es como si estallara una bomba. Yo es-peraba que hicieras tal o cual cosa. Si tu papá o mamá lo hacía yo creía que vos también lo harías.

La realidad es que no resultó así.¿Son viables nuestras expectativas? ¿Podría cumplidas una persona?

Si yo espero que mi esposo(a) sea de una manera pero cuando hay di-ficultades es de otra, puedo llegar a frustrarme. A veces lo que espera-mos no resulta siempre como noso-tros queremos.

Ponerse en el lugar del otro es lo más difícil pero lo más saludable. Las palabras PERDONAME y TE PER-DONO son lo más maravilloso que uno puede decir para sanar una re-lación tensa y aceptar las diferencias, aunque sea difícil pronunciarlas.

Todos tenemos aspectos negati-vos y positivos como características de nuestra personalidad que mu-chas veces cuestan salir a la luz. Pero cuando uno de los dos tiene falta de autoestima. Piensa negativamente de su propia persona y no se acepta La pareja queda estancada.

Cuando alguien se siente así, la aceptación hacia el otro es casi im-posible.

(Ama a tu prójimo como a ti mis-mo) Si no me acepto tal cual soy será difícil que pueda aceptar al otro tal cual es. Por otro lado si lo posi-tivo saliera con toda rapidez y cos-tara anotar una negativa, seríamos orgullosos en extremo. La persona equilibrada demuestra lo positivo pero acepta las cosas negativas o las debilidades como parte de su perso-nalidad y acepta al otro de la misma manera. El liderazgo amoroso, la sumisión voluntaria y la estabilidad emocional son componentes impres-cindibles de una buena relación ma-trimonial. El hecho de aceptar a la otra persona “tal como es”, no signi-fica que todo aspecto de su persona-lidad me agrade totalmente pero yo debo amarla igual.

Por: Padre, Félix Ma-ría García, Licenciado en teología del matri-monio y familia. Ar-quidiócesis de Ibagué,

Colombia.

Septiembre 2014

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El 30 de septiembre la Iglesia celebra la fies-ta de San Jerónimo,

patrono de la Biblia, un gran enamorado de la Palabra de Dios que se dio a la tarea de traducirla de los idiomas ori-ginales al latín, que era la len-gua que hablaba la gran ma-yoría de la gente del imperio romano, para que el pueblo pudiera entenderla y alimen-tarse de ella. Su traducción se conoce como la Biblia Vulgata, es decir, la Biblia del Pueblo. San Jerónimo decía: “Desco-nocer la Biblia es desconocer a Jesucristo”. Y animaba a los fieles cristianos a leerla y a ponerla en práctica. En Co-lombia y en otros países, en memoria de San Jerónimo, el mes de septiembre es el mes de la Biblia.

Pero ¿por qué leer la Bi-blia? Hay múltiples razones para hacerlo. San Jerónimo ya nos dio una en la frase

A propósito del Mes de la Biblia

La luz que nos muestra el rostro del Padre

Septiembre 2014

Al respecto, en primer lugar, la doctrina cristiana considera que el mal existe como un misterio de inequidad, usan-do una expresión paulina (2 de Te-salonicenses 2,7). Detrás de esta realidad hay un misterio que ya en la cultura he-brea se evidencia en el relato del pecado original que encontramos en el Génesis (capítulo 3), y que no tiene relación causal en Dios ni en un semidios, como quisieran los defensores del maniqueísmo, que creen que hay dos principios: el bien y el mal a los cuales corres-ponden dos dioses: un dios bueno y un dios malo.

En segundo lugar, el diablo es una especie de prototipo del miedo y la repulsión que tiene el hombre religioso al mal, o sea en él ve el resumen del mal. Ya se ha dicho que no se trata de un semi-dios con poderes sobrenaturales, ni siquiera de una persona o de una simple fuerza impersonal o un espectro. Para ir dando una definición, el Catecismo de la Iglesia Católica habla de este per-sonaje y lo enmarca en el primer artículo del credo Nicenocons-tantinopolitano: “Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo vi-sible y lo invisible”. De allí que, en primer lugar, debemos concluir que lo que no es Dios, es criatu-ra. El diablo, por lo tanto, ha sido creado. Se trata de una creatura y por lo tanto, es un ser limitado y su límite natural es en sí la vo-luntad de Dios, es decir, lo que él le permite hacer.

Pensará alguien: “¡Dios injus-to! ¡Permite al diablo actuar en contra del hombre!”. Pero no es así de sencillo. La respuesta la encontramos en la Sagrada Escri-tura, cuando en la carta de San-tiago (1,2) se afirma: “Considerad como perfecta alegría, hermanos míos, cuando os veáis cercados por diversas pruebas, sabien-do que la prueba de vuestra fe produce constancia”. Si bien no todas las pruebas provienen del diablo, todo lo que hace el diablo sí es una prueba para el hombre, como lo vemos en el libro de Job. A juicio del padre J.A. Fortea, un famoso exorcista español, “Dios

suya que aparece en el párrafo anterior. Pero hay una razón que, sin embargo, me pare-ce esencial y es esta: la Biblia nos comunica una gran ver-dad: Dios marcha a nuestro lado en el camino de la vida. O dicho con otras palabras: Dios es nuestro compañero en el camino de la vida. Un gran biblista de nuestro tiempo, un enamorado de la Biblia como San Jerónimo, que también busca que la Biblia sea cono-cida por el pueblo de Dios, llamado Fray Carlos Mesters, nos dice:

“Esta verdad es tan grande que podría ser tomada como la raíz de las demás verdades de la Biblia. La alegría y el va-lor nacen en nosotros cuan-do caemos en cuenta que no caminamos solos, sino que viene a nuestro lado nuestro mejor amigo. Un ejemplo nos aclarará esta verdad: En cierta ocasión un padre em-prendió un largo viaje con su hijo de tres años. Subieron a un bus cuando apenas era medio día. El niño, sentado al lado de su padre, se sentía

tranquilo y seguro porque su papá estaba con él. Más ade-lante se quedó dormido por el cansancio y duró así como un par de horas. Cuando se des-pertó, ya estaba oscuro. La oscuridad, el ruido del motor y el viento que entraba por la ventana le hicieron sentir miedo. No veía a nadie, creía que lo habían dejado sólo y se puso a llorar. Entonces el papá encendió la luz que es-taba sobre los asientos. Con la luz, el niño vio el rostro silencioso y sonriente de su padre y se calmó. No estaba solo. Continuó el viaje tran-quilo, a pesar de la oscuridad, del ruido y del viento que en-traba por la ventana.

A veces, en el viaje de la vida, nos despertamos asus-tados. La oscuridad, el ruido de los acontecimientos, y el viento de la ventana de tantos conflictos nos causan miedo. La Biblia es como la lucesita de Dios, que está dentro de la vida y que nos permite ver y reconocer el rostro silencioso y sonriente de nuestro Padre, rostro que da tranquilidad y valor, a pesar de la oscuri-dad, del ruido de los aconte-cimientos y de los conflictos (cf. Lucas 24,13-35).”

Quizá esta verdad ya es conocida por nosotros. Qui-zá lo que nos falta es llevarla de la cabeza al corazón y a la práctica. La Biblia nos ayuda a experimentar a Dios como nuestro compañero de cami-no que nos da la tranquilidad y el valor de seguir adelante hasta el final de nuestra exis-tencia (Mateo 28,20). En sep-tiembre tomemos este precio-so libro en nuestras manos y encendamos, con su lectura, la luz que nos muestra el ros-tro amoroso del Padre.

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sabía que los demonios aun-que por un lado fueran causa de males, también serían ocasión de mayores bie-nes, pues serían ocasión de que la virtud fuera más

valiosa” (Summa Daemoniaca, cuestión 26). Y dice el Catecis-mo (numeral 395): “Que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero “nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman” (Romanos 8,28).

Después de decir que el diablo es una criatura debemos afirmar que se trata de una entidad malig-na de naturaleza espiritual (ni na-turaleza divina, ni humana), con voluntad y entendimiento y por lo tanto, no una persona pero sí un ser con carácter personal e in-mortal, no eterno (Cf. Catecismo, 330). Fue un ángel bueno creado por Dios que se hizo malo a sí mis-mo (Cf. Catecismo, 391) a través del rechazo irremediable, con su voluntad y entendimiento, a Dios y a su Reino. Está condenado eternamente y como su decisión fue irrevocable, esto lo hace im-perdonable, razón por la cual no podemos hablar ni siquiera como hipótesis de un arrepentimiento del diablo que lo lleve a su conver-sión (Algunos ven en la doctrina de la apocatástasis de Orígenes de Alejandría esta posición herética).

Dejar en firme la existencia del diablo nos ayuda a compren-der que hay una entidad maligna espiritual que quiere seducirnos para que sigamos su mismo des-tino: la condenación. El diablo encarna la envidia, que siente al vernos encaminados a la san-tidad de Dios, a la vida eterna, a la contemplación de Dios que no podrá disfrutar; con la tenta-ción para que pequemos y con el pecado mismo va cumpliendo su cometido. El hombre reacciona ante este despotismo de quien nos quiere ver esclavos del mal y, con la conversión, expresada en el dolor por haber pecado, y a través de un propósito de cam-bio, la confesión sacramental y una sensata penitencia la liber-tad del hombre se encamina a se-guir edificando el Reino de Dios en su vida.

Por: Delegación, anima-ción bíblica de la pas-

toral, Arquidiócesis de Ibagué.

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infonía de la Catequesis

Nuestra Arquidiócesis ha reemprendido un nuevo camino de evangeliza-ción y anuncio gozoso de

la Buena Nueva, con el Plan de Pas-toral 2014-2020, en él propone un itinerario que recupere el amor, el propósito y memoria de Dios. Pero constata que en realidad muchos de sus bautizados marchan en contravía al querer de Dios, unos se aleja, otros viven confundidos y desesperanza-dos en su fe, por lo que nos asemeja-mos muchas veces a los discípulos de Emáus, quienes desepcionados por la muerte cruenta de Jesús, se mar-charon alejándose de la Comunidad.

JESUS, CATEQUISTA DEL CAMINO

Dios siempre nos sorprende, se hace el encontradizo, camina a nues-tro lado y nos sorprende caminado a nuestsro lado como “PEREGRINO DE EMAUS” Él sigue interesado en nuestra realidad personal, familiar y social, se interesa por nuestras desi-luciones, quiere hablar con nosotros, explicarnos las Escrituras. Abramos el corazón como los disícpulos de Emaús, dejémonos explicar las Es-crituras, invitémoslo a quedarse con nosotros, con Él a la Mesa, compar-tamos el Pan, y síntamos cómo nos arde el corazon y se nos abren los ojos y un nuevo ardor misionero nos hace exclamar con los de Emáuz: “SE-ÑOR, QUEDATE CON NOSOTROS en el Tolima, en Ibagué, en nuestros hogares y en nuestro corazon”

Comunicar, contar, gritar, hacer eco a este gozoso encuentro con el Resucitado, es lo que llamamos: CA-TEQUESIS, A LA NUEVA SINFO-NÍAS de Emaús que bien podemos sintetizar en este lema:

Jesús, Catequista del camino

“Encuéntranos Jesús, se nos

abriran los ojos y con

el corazón ar-diente, iremos

a la mision”

Este itinerario recuperará nuestra MEMORIA y la MEMORIA de nues-tros niños, jóvenes y adultos en las diversas situaciones de su vida, so-bre el gran e infinito amor de Dios. Es necesario hacerlo con un nuevo ardor, lenguaje y entusiasmo misio-nero así lo mandó Jesús hace más de 2000 cuando dijo:

“Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípu-los, bautizándolos en el nom-bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado” sabiendo que Él está con nosotros hasta el fin de los tiempos, a través de su Espíritu Santo”

1. Encuentranos Jesús “JESÚS, CATEQUISTA DEL CA-

MINO”, sigue encontrándonos en el camino de la vida, sigue acom-pañándonos hoy, a través del Papa Francisco dice a los “Catequístas, a la Calle…” salgan de sí, de sus Parro-quias, de sus Hogares hagan posible el encuentro de Jesús con sus hijos e hijas, asuman con seriedad su vo-cación de -Discípulos Misioneros- asuman como propio el Ministerio Fundamental de la Catequesis, vayan con Jesús a los más alejados, a los de las periferias, a los frios y desalen-tados en la Fe, proclamen su amor y misericordia entre los niños, jóvenes y adultos, es quizá, la mejor heren-cia que les dejemos: LA FE, una Fe educada creciente, madura que los

convierta en nuevos DISCÍPULOS MISIONEROS.

2. Se nos abrirán los ojos

Muchos cristianos caminan a es-paldas de Dios, viven como ciegos, aún no descubren ni experimentan a JESUCRISTO COMO CAMINO, VERDAD Y VIDA. De ahí la impor-tancia de un catequista discipulo mi-sionero que “Dé testimonio de su fe; que sea coherente en su propia vida. Esto ¡No es fácil! Y es el único cami-no que ayuda, guía y lleva a quienes nos rodean al encuentro íntimo y profundo con la persona Adorable de Jesús.

Solo se abrirán los ojos de quie-nes acompañamos, cuando “Nuestra palabras que vienen y van… estén acompañadas por el testimonio de una vida según el Evangelio, cuando nuestra vida sea un Evangelio posi-ble de leer e imitar.

3. Con el corazón ardiente iremos a las misión

El Papa Francisco nos propone unas claves para salir con el corazón ardiente a la MISIÓN CATEQUÍSTI-CA, misión que es imposible asumir sin ser en verdad, DISCÍPULOS MI-SIONEROS DEL RESUCITADO:

• Tenerfamiliaridadconél.• Imitarlo en el salir de sí, al en-

cuentro del otro.• NotenermiedodeirconÉlalas

periferias.• Tener por distintivo, el Amor y

Ternura de Dios

“El corazón del catequista, afirma el Papa: vive siempre este movimien-to de «sístole y diástole»: unión con Jesús y encuentro con el otro. Son las dos cosas: me uno a Jesús y salgo al encuentro con los otros. Si falta uno

de estos dos movimientos, ya no late, no puede vivir.

“El catequista es consciente de ha-ber recibido un don, el don de la FE, y lo da como don a los otros. Esto es hermoso. ¡Y no se queda para sí, su tanto por ciento! Todo lo que recibe lo da. No se trata de un negocio. Es puro don: don recibido y don trans-mitido,” que se convierte en tarea misionero para todo bautizado.

Jesús, el CATEQUISTA DEL CA-MINO, nos enseña a no tener miedo de salir de nuestros esquemas para seguir a Dios, pues Él va siempre más allá. ¿Saben una cosa? ¡Dios no tiene miedo! ¿Lo sabían? ¡No tiene miedo! ¡Va siempre más allá de nuestros es-quemas! es siempre fiel, es creativo y la creatividad es como la colum-na vertebral del catequista. Dios es creativo, no está encerrado, y por eso nunca es rígido. Dios NO es rígido. Cf. DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A LOS CATEQUISTAS 2013

¡Queridos catequistas! Salgamos a todos los caminos de Ibagué, en nombre del Papa Francisco, y nues-tro Pastor, Monseñor Flavio Calle Za-pata, les damos las gracias por lo que hacen, como Iglesia al caminar con el Pueblo de Dios testimoniando su encuentro personal con Cristo; sigá-moslo, imitémoslo en su movimiento de amor, en su salida al encuentro del hombre en situación; vayamos, abramos las puertas, tengamos la au-dacia de trazar nuevos caminos para anunciar su Evangelio como se nos propone en el nuevo Plan de Pastoral y digamos a una con todas nuestras fuerzas: Hermana María Libia Ta-mayo, delegada para la Catequesis, Arquidiócesis de Ibagué, Colombia

SEÑOR, QUEDATE CON NOSOTROS

Septiembre 2014

Por: Hmna. María Libia Tamayo

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¿Cuál es el significa-do del obrar humano dentro de la historia de la salvación en la cual Dios es el protagonista principal?

A partir de una serie de artículos de los cuales éste es el primero, que-remos responder desde una perspec-tiva teológica-cristológica al sentido del obrar del hombre frente al obrar divino. Mostraremos la inserción del dinamismo del actuar humano en el seno de la llamada a la conversión con la cual Jesús anuncia el Reino, superando la división que existe en-tre muchos cristianos que separan la moral de la fe.

En primer lugar iniciamos pre-guntándonos: si Dios debe ser en esencia «todo» (Ecl 43,27) para po-der ser realmente Dios, ¿dónde que-da espacio para que pueda actuar también aquel «ser insignificante» que es el hombre?, y si se debe admi-tir que el obrar del hombre sea real y tenga su propia relevancia, ¿cómo está implicado Dios en la acción del hombre? , el cristiano sabe que «es Dios quien obra en nosotros el que-rer y el obrar» (Flp 2,13), Él, el Pa-dre que «siempre obra» (Jn 5,17). De esta manera, Jesús hace presente, de un modo humano, el obrar de Dios en el mundo. En las palabras ini-ciales del kerigma, narradas por el evangelista Marcos, se establece de un modo claro la conexión entre el obrar de Dios y el obrar del hombre: «El tiempo se ha cumplido y el Rei-no de Dios está cerca: convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,15). En el centro del anuncio de Jesús está la acción de Dios, que expresa un acon-tecimiento esencialmente dinámico: Dios que con su señorío irrumpe en la historia para reinar. Aunque en la predicación de Jesús no se precisa el momento exacto en que esto adviene, le da al tiempo presente un sentido escatológico. De hecho con la venida de Jesús ya ha comenzado la venida del Reino de los cielos. La acción de Dios, que interviene para establecer su Reino, ya se revela en las obras de Jesús y en su predicación, se expre-

Caminando a la luz de la fe y el amor

Luces y sombras de nuestros actos

Por Pbro. Diego Fa-bián Pulido Arcinie-

gas. Maestría en teolo-gía moral y magister

en Bioética. Arquidió-cesis de Ibagué.

sa en su oración filial y en el acceso inmediato a la voluntad que Él mani-fiesta y que tendrá su cumplimiento en el Misterio Pascual de la muerte y resurrección de Cristo. El Reino de Dios es una acción de Dios en la his-toria, un Dios que quiere salvar a su pueblo, al ofrecerle el perdón com-pleto de todos los pecados, un Dios que renueva su elección y que invita a la conversión urgente.

Lo que está en juego en la respues-ta humana a la iniciativa escatológica de Dios es nada menos que la salva-ción: el perderse o el condenarse. El señorío divino, que viene al encuen-tro del pueblo, libera al hombre del pecado y de la muerte, de la condena que pesa sobre la condición humana por la ruptura de la alianza con Dios, y concede un nuevo espacio de liber-tad. El perdón, concedido sin lími-tes o condiciones previas, introduce al hombre en una nueva intimidad con Dios, el cual, en su abundante misericordia, llama a aquellos que estaban perdidos a una vida de hi-jos en su casa ( cf. Jn 8,35). El Rei-no de Dios indica la posibilidad de aquella comunión entre Dios y el hombre, que se abre al anuncio del Reino, y desde el momento en que deja resonar el anuncio del Reino de Dios, comienza a hacerse cercano, y su obrar se va transformando y lo va convirtiendo. Ahora, lo que cuenta no es la observancia de los preceptos de la Ley, sino la disponibilidad en creer en las Palabras de Jesús, con-fiando plenamente en la fe. Esta es la «obra» que Dios quiere: «creer en Aquel que ha enviado» (Jn 6,29). Lo que Dios quiere es la conversión ra-dical del hombre, la cual se expresa en la fe en Jesús (Rm 3, 21-31).

La acción salvífica de Dios no anu-la la acción del hombre, antes bien, se presenta ante la libertad humana como la perfección y el cumplimien-to definitivo de todo anhelo humano. La acción de Dios no excluye la ac-ción del hombre, sino que más bien la

incluye en sí misma y le da un nuevo fundamento y una nueva meta. Ella es como la roca sobre la cual puede edificarse la obra humana y como el horizonte hacia el cual se puede dirigir. Con el anuncio del Reino de Dios, Dios crea un espacio en el cual la libertad del hombre puede ejercer-se. Por otra parte, la providencia divina no cesa de acompa-ñar al hombre y soste-ner la acción de sus hijos, y hace … de es-colta al proponerse de forma siempre nueva y adecuada ante sus reiterados extravíos. Para concluir, el lugar originario y fundan-te, en el cual la acción de Dios y del hombre se unen de manera perfecta, es en la acción de Jesús: una acción puramente hu-mana en sus dinamismos, respetados en su propia naturaleza, pero también una acción que tiene como sujeto la persona del Ver-bo encarnado. La medi-tación sobre el obrar humano de Cristo se convierte en fuente de las siguientes reflexiones. Por último, he-

mos de reconocer que el obrar del cristiano está llamado a participar del dinamismo del amor de Dios in-serto en la historia y encuentra su manantial secreto en la Eucaristía, actualización permanente de la do-nación pascual de Cristo. Esta es la acción humana por excelencia que,

al realizar el amor en su máximo nivel, expresa

también el vértice de la libertad humana: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por

sus amigos»(Jn 15,13).

Septiembre 2014

Page 8: Periódico Kerygma Septiembre 2014

Año de la Fe

Síntesis del catecismo en preguntas - Parte 10

En el recorrido que veni-mos haciendo por nuestro Catecismo continuamos el estudio de la tercera aparte del Catecismo: LA VIDA EN CRISTO, segunda sección.

TERCERA PARTE. Segunda sección:

Los diez mandamientos

482.- ¿Qué son los mandamientos de la ley de Dios?

Son un don de Dios en que se re-sumen y proclaman las exigencias de la nueva alianza instituida por Cristo (2052).

483.- ¿Tenemos obligación de cumplir los mandamientos?

Sí, pues Jesús mismo declara: «Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos» (2052).

484.- ¿Cuáles son los manda-mientos de la ley de Dios?Los mandamientos de la ley de Dios son diez: Primero, amarás a Dios sobre todas las cosas. Segundo, no tomarás el nombre de Dios en vano. Tercero, santificarás las fiestas. Cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre. Quinto, no matarás. Sexto, no cometerás actos impuros. Séptimo, no robarás. Octavo, no dirás falso testimonio ni mentirás. Noveno, no consentirás pensamien-tos ni deseos impuros. Décimo, no codiciarás los bienes aje-nos.

485.- ¿Se pueden resumir los diez mandamientos?

Sí, se pueden resumir en dos: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo (2055).

486.- ¿Cómo resumió Jesús los deberes del hombre para con Dios?

Los resumió en estas palabras: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con to-das tus fuerzas» (Mt 22, 37) (2083).

487.- ¿Qué nos manda el primer mandamiento?

Nos manda creer, confiar y amar a Dios sobre todas las cosas (2086).

488.- ¿Cuáles son los principales pecados contra la fe en Dios?

Los principales pecados contra la fe en Dios son la incredulidad, la he-rejía y apostasía (2089).

489.- ¿Cuáles son los principales pecados contra la confianza en Dios?

Los principales pecados contra la

confianza en Dios son la desespera-ción y la presunción (2091, 2092).

490.- ¿Cuáles son los principales pecados contra el amor a Dios?

Los principales pecados contra el amor de Dios son la indiferencia, la ingratitud, la tibieza, la pereza espi-ritual y el odio a Dios (2095).

491.- ¿Qué nos pide la virtud de religión?

Nos pide adorar a Dios, alabarle, darle gracias, hacer sacrificios en su nombre y cumplir los votos y prome-sas que hemos hecho (2096-2102).

492.- ¿Qué derecho confiere al hombre el primer mandamiento?

El derecho de dar culto a Dios in-dividual y socialmente; y el derecho de profesar la religión en público y en privado (2136, 2137).

493.- ¿Es lícito obligar a alguien a actuar contra su conciencia en materia religiosa?

No, pues sería ir contra la digni-dad de la persona humana (2106).

494.- ¿Cuáles son los principales pecados contra el primer manda-miento?

Son la superstición y la idolatría, la adivinación, la magia o hechicería, el sacrilegio y la simonía, el agnosti-cismo y el ateísmo (2110-2128).

495.- ¿El culto de las imágenes sagradas va contra el primer mandamiento?

No, pues el culto tributado a las imágenes se remonta a las personas que en ellas están representadas, y por ellas al mismo Dios autor de toda santidad (2132).

496.- ¿Cuál es el segundo manda-miento?

El segundo mandamiento es «No tomarás el nombre de Dios en vano» (2142).

497.- ¿Qué nos manda el segundo mandamiento?

Nos manda respetar el nombre de Dios y todas las cosas sagradas (2142).

498.- ¿Qué nos prohibe el segun-do mandamiento?

Nos prohibe el uso inconveniente del nombre de Dios y de Jesucristo, de la Virgen María y de todos los san-tos; por ejemplo, la blasfemia y las malas palabras (2146, 2148, 1249).

499.- ¿Qué nos exige respetar el segundo mandamiento?

Nos exige respetar las promesas en nombre de Dios y los juramentos que son legítimos (2147, 2148).

500.- ¿Quién jura el nombre de Dios en vano?

Quien jura en falso, tomando por testigo a Dios de lo que afirma y aquel que, después de haber prome-

Capítulo primero: «Amarás al Señor tu Dios con todo

tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»

Septiembre 2014

Page 9: Periódico Kerygma Septiembre 2014

tido algo bajo juramento, no lo man-tiene (2150).

501.- ¿Qué significa jurar en falso?Significa hacer un juramento sin

intención de cumplirlo o, una vez he-cho, no mantenerlo (2151).

502.- ¿Es lícito jurar el nombre de Dios en vano?

No, porque es una falta grave con-tra el respeto debido a Dios (2152).

503.- ¿Que significado tiene el nombre para un cristiano?

El estar puesto bajo la protección de un santo y bajo su intercesión (2156).

504.- ¿Cómo debe comenzar el cristiano sus oraciones y su jor-nada diaria?

Con la señal de la cruz, en el nom-bre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (2157)

505.- ¿Cuál es el tercer manda-miento?

El tercer mandamiento es santifi-carás las fiestas (2168).

506.- ¿Qué nos manda el tercer mandamiento?

Nos manda dedicar al descanso el domingo y los días de fiesta y consa-grarlos al servicio de Dios (2168).

507.- ¿Cuál es el sentido de estas fiestas?

El sentido de estas fiestas es re-cordar la obra creadora de Dios, su acción salvífica en favor de los hom-bres y oponerse a la servidumbre del trabajo y al culto del dinero (2172).

508.- ¿Qué significa día de pre-cepto?

Significa que estamos obligados a participar en la Misa, a no ser que es-temos impedidos por razones justas (2181).

509.- ¿Cuáles son los días de pre-cepto?

Los días de precepto son todos los domingos y, además, los días de Na-vidad, Epifanía, Ascensión y Corpus Christi, santa María, Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, san José, santos Apóstoles Pedro y Pablo, y, finalmente, Todos los San-tos (2177).

510.- ¿Qué pasa a los que deli-beradamente faltan a esta obli-gación?

Cometen un pecado grave, pues

ofenden la santidad de Dios y re-chazan la obra de la salvación (2181, 2182).

511.- La institución del domingo, ¿es también un bien social?

Sí, porque contribuye a cultivar la vida familiar, cultural, social y reli-giosa (2194).

Capítulo segundo:

Amarás a tu prójimo como

a ti mismo512.- ¿Cuál es el cuarto manda-miento?

El cuarto mandamiento es: «Hon-rarás a tu padre y a tu madre» (2196).

513.- ¿Qué nos manda el cuarto mandamiento?

Nos manda honrar y respetar a nuestros padres, y a los que Dios re-viste de autoridad para nuestro bien (2197, 2199, 2248).

514.- ¿Por qué debemos honrar y respetar a nuestros padres?

Porque a ellos debemos la vida y la educación cristiana (2197).

515.- ¿Cuáles son los deberes de los hijos para con sus padres?

Los hijos deben a sus padres res-peto, gratitud, justa obediencia y ayuda material y moral en los años de vejez y en la enfermedad (2218, 2251).

516.- ¿Cuáles son los deberes de los padres para con sus hijos?

Los padres deben educar a sus hi-jos en la fe, en la oración y en las vir-tudes y atender, en la medida de lo posible, a sus necesidades materiales y espirituales (2221, 2252).

517.- ¿Cuál es el deber de los pa-dres en relación con la profesión o estado de vida de sus hijos?

Deben respetar la decisión de sus hijos y, a la vez, ayudarlos con bue-nos consejos (2230, 2253).

518.- ¿Cuáles son deberes de las autoridades civiles para con los ciudadanos?

Respetar los derechos de la per-sona humana, administrar justicia en el respeto al derecho de cada uno

y gobernar según las exigencias del bien común (2237).

519.- ¿Cuál es el deber de los ciudadanos para con las autori-dades civiles?

Cooperar con las autoridades civi-les en la construcción de una socie-dad justa y solidaria (2239).

520.- ¿Cuándo está obligado el ciudadano a no seguir las pres-cripciones de las autoridades ci-viles?

Cuando dichas prescripciones son contrarias al orden moral y a las en-señanzas del evangelio (2242, 2256).

521.- ¿Cuándo debe la Iglesia emitir un juicio moral sobre el orden político?

Cuando lo exijan los derechos fun-damentales de las personas o la sal-vación de las almas (2246).

522.- Y ¿cuáles serán los medios para ese juicio moral?

Sólo aquellos que sean conformes al evangelio y al bien común de los ciudadanos (2246, 2257).

523.- ¿Cuál es el quinto manda-miento?

El quinto mandamiento es «no matarás».

524.- ¿Por qué no puede matar un hombre a otro hombre?

Porque la vida humana es sagrada (2258).

525.- ¿Y por qué es sagrada?Porque el hombre ha sido creado a

imagen y semejanza de Dios (2258).

526.- ¿Desde cuándo es sagrada la vida humana?

Desde la concepción, hasta la muerte (2319).

527.- ¿Contra quién peca el que mata a un ser humano?

Contra la dignidad de la perso-na, y contra la santidad del Creador (2320).

528.- ¿Tenemos el derecho de defendernos?

Todo hombre tiene el derecho y el deber de defenderse, para conser-var la vida, que Dios le ha regalado (2321).

529.- ¿Puede la autoridad públi-ca imponer a alguien la pena de muerte?

Sí puede, en casos extremos, para salvar el bien común (2321).

530.- ¿Cuáles son los pecados contra el quinto mandamiento?

Los pecados contra el quinto man-damiento son: el homicidio volunta-rio, el aborto, la eutanasia y el suici-dio (2268-2283).

531.- ¿Qué pide el quinto manda-miento a los cristianos?

El quinto mandamiento pide a los cristianos: el respeto de la vida pro-pia y de la vida del prójimo, el cui-dado de la propia salud, el respeto a los difuntos, y la defensa de la paz (2288-2317).

532.- ¿Y entonces qué prohibe?El quinto mandamiento prohibe:

el escándalo, el uso de la droga, el te-rrorismo y la tortura, la guerra y la carrera de armamentos (2284-2317).

Septiembre 2014

Page 10: Periódico Kerygma Septiembre 2014

El señor Arzobispo Flavio Calle Zapata, en comunión con 8 sacer-dotes y 2 diáconos permanentes, celebró la fiesta del martirio san Juan Bautista en Ibagué, el 29 de Agosto. El objetivo era darle gra-cias a Dios por los 50 años de vida en la Parroquia san Juan Bautista, la fiesta patronal, los sacerdotes que durante este tiempo han sem-brado la Palabra, por las familias que han integrado los grupos y movimientos, por aquellos que ya no están porque duermen el sueño eterno. Monseñor Flavio insistió en identificarse con el santo patrono, único a quien se le celebra el nacimiento y el su muerte en el martirio. Felicitaciones al Pa-dre párroco Isidoro García Isaza, por la preparación maravillosa de la fiesta, la atención a los fieles y el cuidado pastoral.

El primer grupo de Diáconos Permanentes de la Arqui-diócesis de Ibagué, celebró en días pasados 13 años de

su ordenación, y con tal motivo se realizó una especial celebración en la Parroquia San Joaquín, con la re-presentación de la Escuela Diaconal, tanto del primero y segundo grupo de Diáconos, como de quienes están en dicha formación como Acólitos Instituidos.

Los días 18, 19 y 20 de Julio, cer-ca de 40 asesores de Infancia y Ado-lescencia Misionera venidos de las diferentes regiones del Tolima Gran-de (Tolima-Huila- Cauca- Putuma-yo- Caquetá) se reunieron en Garzón (Huila) para vivir la “ESAM” (Escuela de Animación Misionera). La escuela se realizó en un ambiente fraterno, propiciando el encuentro con Jesús y buscando la manera de crear espacios para animar y acompañar a los niños y adolescentes dentro de la obra pontifi-cia de la Infancia Misionera.

En este proceso se tocaron varios ámbitos importantes, para la forma-ción de los asesores: • Fundamentos de la Misión:

Acompañamiento espiritual al servicio de la misión evangeliza-dora.

• Espiritualidad Misionera: Encuentro personal con Jesús.

13 Años de vida pastoral

El padre Félix García, Párroco, presidió a las 7:00 a.m. la Eucaristía solemne, en compañía del Vicario Diego Fabián Pulido, y en la homilía exaltó la labor de los diáconos desde los inicios de la Iglesia, y destacó el servicio que brindan los Diáconos Permanentes en varias Parroquias de la Arquidiócesis. Después de la ce-lebración eucarística, el Padre Félix agasajó a los asistentes de la Escuela Diaconal con un delicioso desayuno.

50 Años de vida parroquial

• Animación Misionera: La ale-gría de llevar el evangelio.

De la Arquidiócesis de Ibagué, par-ticiparon en el encuentro: Sonia Pena-gos, Asesora de IAM de la Parroquia San Pedro Apóstol, de la Ciudadela Comfenalco; Erika Morales, Aseso-ra de IAM de la Catedral Inmaculada Concepción; Luz Dary Ocampo, Ase-sora de IAM de la Parroquia Santísima Trinidad del barrio las Brisas; Vanessa Rodríguez, Asesora IAM de la Parro-quia Inmaculado Corazón de María, Barrio Ricaurte y Ana María Valencia, Asesora IAM de la Parroquia San Joa-quín del barrio Jardín-Atolsure.

“EL VERDADERO MISIO-NERO, NUNCA DEJE DE SER DISCÍPULO, SABE QUE JESÚS CAMINA CON ÉL, HABLA CON ÉL, TRABAJA CON ÉL” (Evan-gelium Gaudium, 266)

Encuentro de animación misionera

6 de septiembre 2014. Reunión de la escuela diaconal. Tel. 2611680

13 de septiembre 2014. Escuela arquidiocesana de lectores. Padre Gio-vanny Sandoval. Teléfono 2632696

20 de septiembre de 2014. Reunión con parejas delegadas de las parro-quias. Padre, Félix María García. Teléfono. 2675685

27 de septiembre 2014. Capacitación movimiento Sine. Monseñor, Gus-tavo Vásquez Montoya. Teléfono 2611680

27 de septiembre 2014. Encuentro con delegados parroquiales de liturgia. Padre, Giovanny Sandoval. Teléfono 2632696.

Septiembre 2014

Page 11: Periódico Kerygma Septiembre 2014

La Arquidiócesis de Ibagué tie-ne una enorme labor en una ciudad que crece cada día más, y donde cada día se necesitan

más obreros para compartir el anuncio del Evangelio; la Pastoral Social de la Arquidiócesis atiende distintos frentes de acción como la Pastoral Penitencia-ria, apostolado que se lleva a cabo en las instalaciones del complejo penitencia-rio de Picaleña (COIBA), que compren-de la guardia, funcionarios adminis-trativos y familias de los internos.

Nuestra tarea fundamental en la cárcel es la Evangelización, la celebra-ción de la Fe y la vivencia de la caridad; construimos comunidades cristianas, solidarias y participativas, pues “El amor es como el fuego, si no se comu-nica se apaga” (Jaime Borrás). Aten-demos las necesidades espirituales y materiales de las personas privadas de su libertad.

Cada año la Pastoral tiene grandes desafíos, la población carcelaria va en aumento, por lo que se hace más com-pleja la convivencia, aumenta el haci-namiento, los recursos son insuficien-tes, e incluso a veces desfallecen las fuerzas de quienes colaboran directa e indirectamente con esta obra de mise-

La Pastoral Penitenciaria Católi-

Descubriendo el rostro de Cristo tras las rejas

ricordia. Los encarcelados se enfrentan también con otras dificultades, como son el mantener contactos regulares con su familia y sus seres queridos ; otra dificultad es la carencias grave que encuentran a menudo en las estructu-ras que deberían ayudar a quien sale de la prisión, en acompañarlos en su nueva inserción social (Mensaje Jubi-lar a las cárceles del Santo Padre Juan Pablo II). Sin embargo sabemos que la obra es de Dios y que debemos asumir el compromiso desde el mandamiento del Amor: “No se puede vivir el amor superficialmente; el amor o compro-mete o no es amor” (Battista Borsato).

La misericordia es una virtud que debe estar presente entre los miembros de la Pastoral Penitenciaria, como un signo de contradicción en una socie-dad que excluye y se olvida de quienes han fallado y los considera indignos de seguir formando parte de ella. Una sociedad que, sin embargo, no está ca-rente de responsabilidad frente a quie-nes han cometido un delito. Es en este escenario donde la Pastoral se hace presente mostrando el rostro alegre de la Iglesia, brindando una oportunidad de redención a estos hermanos que se encuentran tras las rejas.

La cárcel es un lugar duro, pensado para el castigo, con personas que lle-van cada uno su tragedia por perder su libertad, su buena fama, su familia, sus bienes, sus amigos, e incluso pue-den perder la dignidad, la esperanza, la alegría, el amor y la fe. En la Pasto-ral Penitenciaria necesitamos perso-nas con corazón disponible, paciencia, perseverancia, madurez y sobre todo alegría; no se puede ir a visitar la Igle-sia tras las rejas con rostro de lástima, sino contagiando alegría: “El que tiene a Dios en su corazón, desborda de ale-gría” (Teresa de Calcuta).

En la cárcel se da, pero también se recibe, se enseña pero también se aprende mucho de la gente que sufre; cada año en el mes de septiembre, celebramos la Fiesta de Nuestra Se-ñora de las Mercedes, recogemos im-plementos de aseo para repartir entre nuestros hermanos privados de la li-bertad, se comparte algunos espacios recreativos y se fortalece la advoca-ción a la patrona de los privados de la libertad “Nuestra Señora de las Merce-des”. El voluntario que hace misión en la cárcel, encuentra jóvenes y ancianos, enfermos y sanos, analfabetos y profe-sionales, campesinos y empresarios, mujeres y hombres de toda condición,

de modo que hay todo un campo de trabajo para cada misionero, siempre con amor y esperanza: “Nunca se da tanto como cuando se da esperanzas” (Anatole France).

La misión dentro de la cárcel no es una labor aislada, ni pretende ir con-tra el Estado ni al margen de las demás labores eclesiales, sino que se une a ellas; necesitamos misioneros com-prometidos y que amen la Iglesia, por eso ofrecemos un Cursos de formación antes de vincular a los agentes a la Pas-toral . Nuestra próxima capacitación tendrá lugar en las instalaciones de la casa de la Misericordia, teléfono: 265 2718. Días 6 y 13 de Septiembre de 8am. A 12 p.m .

Formas de ayudar a nuestros her-manos privados de la libertad :

� Con su oración. �Haciendo llegar a sus respectivas parroquias implementos de aseo ( Jabón de baño, jabón para lavar, crema dental, cepillo de dientes, toallas higiénicas, champú y des-odorante en sobres, máquinas de afeitar desechables, papel higiénico, medias color claro. � Adquirir un bono de solidaridad ($ 2.000), donación utilizada para ofrecer a los internos almuerzo, re-frigerio y otros. � Vinculándose a nuestra nuestra Pastoral. � Apadrinando un patio en la fiesta de las Mercedes que se traduce en donar Kits de Aseo Personal y ofre-cer un refrigerio para cada interno. Autor: Padre .Yamir Gonzales. Ca-pellán Complejo Penitenciario de Picaleña, Ibagué.

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Por Gina Santofimio Estudiante de Derecho de la UCC y

Voluntaria del Aguapanelazo

otivados por las palabras del Papa Francisco en diferentes ocasiones que nos invita a salir de las

fronteras e ir al encuentro del pobre y que nos dice “No te olvides de los pobres, les quiero pedir que cami-nemos todos juntos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes”, un grupo de jóvenes de la Pastoral Universitaria apoyados por Bienestar Universitario de la Univer-sidad Cooperativa de Colombia sede Ibagué se puso a reflexionar sobre la situación de calle que viven dife-rentes personas, por lo que desde el semestre anterior surgió la iniciativa del Aguapanelazo gesto solidario de compartir pan y aguapanela los jue-ves en las noches luego de que todo ya está culminando.

El Aguapanelazo se convierte hoy en propuesta que nos invita cada se-mana a salir de nuestra rutina y nos hace caminar las calles del centro de la ciudad para ir al encuentro de aquellos que algunos definen como los que carecen del mínimo necesa-rio: vivienda, comida, ropa y entre otras necesidades. Administrativos y jóvenes universitarios cada jueves se disponen a hacer la aguapanela y a recolectar el pan entre sus compa-ñeros para que estos puedan llegar a más de 120 personas que habitan algunas calles del centro.

La experiencia de cada jueves para algunos puede parecer asistencialista pero visto desde los mismos jóvenes que hacen parte de la experiencia, ellos plantean que el gesto de partir el pan es simplemente una excusa para acercarse a aquellos que gene-ralmente muchas personas durante el día le temen, le huyen y le son in-diferentes a una realidad que nadie quiere asumir. Partir el pan cada jueves es manifestación que algo pasa por dentro que nos hace salir a compartir de lo que hemos recibido para ponerlo al servicio de aquellos que lo necesitan, es descubrir la ge-nerosidad que habita en jóvenes uni-versitarios que siendo conscientes de su profesión se dan cuenta que el Aguapanelazo no es simplemente una actividad que puede ser signi-ficativa para los que la reciben sino más bien para los que viven y hacen la experiencia abriendo sus horizon-tes a nuevas miradas más reales que dan sentido y significado.

Cada jueves el Aguapanelazo se convierte en punto de encuentro en-tre profesiones, generaciones y en ocasiones universidades. Esta expe-riencia que nos hace soñar y pensar, nos ha permitido descubrir lugares en donde ellos se agrupan y descu-brir toda una realidad personal en cada uno de ellos. A esta labor se han unido jóvenes voluntarios de la Aso-ciación Cristiana de Jóvenes ACJ-YMCA, Asociación de Jóvenes Líde-res de los barrios del sur AJOLIS, jóvenes de la Pastoral Juvenil de la

Arquidiócesis de Ibagué, voluntarios de la Corporación Oratorio Bosco-lombia, jóvenes provenientes de las diferentes universidades, jóvenes ex-tranjeros de AIESEC y personas que han escuchado del Aguapanelazo.

Esta iniciativa juvenil universi-taria nos plantea nuevos horizontes de buscar nuevas posibilidades para nuestros amigos de la calle, pensar en proyectos de investigación e in-tervención comunitaria que permi-tan unir la academia o la universidad con la realidad social que vive nues-tra ciudad, nuestra región y nuestro país, por esto queda la invitación abierta para que vengas y veas, vivas

la experiencia de conocer tu ciudad desde otra perspectiva descubriendo y compartiendo con aquellos que sin conocerte te esperan para darte un gracias y posiblemente augurándote bendiciones y éxitos para tu vida. Pa-dre, Carlos Andrés Pinzón, pastoral juvenil, Arquidiócesis de Ibagué.

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Page 14: Periódico Kerygma Septiembre 2014

Esmeralda Rubio Castillo

Catequista Arquidiócesis de Ibagué, Colombia.

Hola, te preguntaras quien soy, y que hago escribiendo estas líneas, la verdad no te podría responder por lo extenso del diálogo, pero solo mi Señor Jesús los sabe, pues es El quien sabe a dónde me lleva.

Inicio este diálogo contándo-les que desde pequeña, Dios se ha manifestado en mi vida de muchas maneras, en muchos eventos ex-traordinarios, por tal razón sentí la necesidad de agradecerle a Dios por todas sus bendiciones, y en busca de Él, fui a muchas partes, pero no lo-graba encontrarlo siempre sentía un vacío, en una ocasión le manifesté a un sacerdote amigo, las maravillas que el Señor había hecho en mí, y me dijo: “ pregúntale a Dios para que te tiene, qué quiere Él de ti, porque Él tiene una misión para ti.

Ese interrogante me pareció ridí-culo, pues me imaginaba diciendo: “Dios para que me tienes? y él inme-diatamente me va a responder, “me reí de eso en mi ignorancia”.

LA RESPUESTA DEL SEÑORPasado un tiempo pero con ese

interrogante en mi cabeza, un do-mingo me dispuse a participar de la Misa, y me acordé de aquellas palabras, y entonces formulé la pre-gunta….(Señor Aquí estoy ¿para qué me tienes?) Y ¿qué creen ustedes que pasó? Pues claro Dios me res-pondió, se preguntaran cómo y qué me dijo…. Ya les cuento, cuando el sacerdote estaba en la homilía citó

la primera carta de San Pablo a los Corintios en su Cap. 9 ver. 16: “para mí no es motivo de orgullo anunciar el evangelio “HAY DE MI SI NO LO ANUNCIO” mi corazón en ese mo-mento latió fuertemente, y me asusté pensé que me iba a desmayar, pero no comprendía lo que me pasaba, me calmé un poco, pero luego más ade-lante el padre solicitó catequistas en la parroquia y su mano era como si me señalara, yo miraba para todas partes a quien señalaba pero yo sen-tía que ese mensaje fue para mí, y nuevamente mi corazón empezó a latir y fue en ese momento que com-prendí que para esta labor el Señor me quería.

EL CUMPLIMIENTO DE LA MISIÒN

Con ese mensaje tan diciente inicié mi catequesis de iniciación Cristiana en Jóvenes que se preparan para re-cibir el sacramento de la Confirma-ción hace aproximadamente 11 años en mi Parroquia San Antonio María Claret, con dificultades familiares,

pues eran como un obstáculo para mi servicio, pero Mi Señor, siempre me ha aparejado todo para que pue-da servirle sin reservas. Luego de un par de años de estar en este aposto-lado tan maravilloso que el Señor me regaló, volví a sentir esa angustia de que algo faltaba que necesitaba dar más a pesar que asistía a encuen-tros vicariales de formación, me fal-taba adherirme y entregarme por completo, que necesitaba conocerlo a fondo enamorarme de Él, para po-der mostrarlo en la catequesis, y en-tendí que “ nadie da de lo que no tiene” además sentía en mi corazón que solo hacía de catequista, pero yo quería SER CATEQUISTA y en un encuentro de catequistas para la ce-lebración del Patrono de la Cateque-sis SAN PIO X. Me vinculé al proceso integral de formación en la Escuela Parroquial de Catequesis (ESPAC)

EL ENAMORAMIENTO

Y fue entonces cuando inicié mi proceso ESPAC, (Escuela parro-quial de catequesis), se preguntarán ¿cómo es este proceso de formación? Les cuento que es la experiencia más maravillosa que he vivido en mi vida como catequista, porque les puedo contar que conocí al Señor, me enamoré de JESUS, en este pro-ceso y ahora comparto lo que decía S. Agustín: “A Cristo es imposible conocerlo y no amarlo, amarlo y no seguirlo.” Y yo digo seguirlo y no ser-virle.

La Espac me brindó herramien-tas valiosas en este caminar con Cris-to, es un estudio completo que me centró en mi labor de SER, SABER Y SABER HACER, como catequista.

Y a pesar de las dificultades que se presentan, lo único que puedo de-cirle a mi Señor es “ SEÑOR, OCU-PATE DE MIS COSAS Y PERMITE-ME OCUPARME DE LAS TUYAS

Ahora hablo con Él en todo mo-mento y lugar con la plena seguridad que siempre responde a mis inquie-tudes, aunque a veces sienta un si-lencio, sé que mi tiempo no es el tiempo de Él.

Mi experiencia de conversión

Pero Dios no cambió de idea, ni cambiará. Para el autor, el Paraíso no es algo que pertenece al pasa-do, sino al futuro. No es una situa-ción perdida que hay que recordar con nostalgia, sino un proyecto al que hay que mirar con esperan-za. Es como el modelo terminado, la maqueta del mundo, que debe construir el hombre con su esfuerzo y su sacrificio. Está colocado preci-samente al comienzo de la Biblia, no porque haya sucedido al princi-pio, sino porque antes de proponer nada, el hombre debe conocer ha-cia dónde se encamina.

Hacia un nuevo paraísoEl Paraíso de la Biblia, con sus ár-

boles frutales, aguas abundantes, trabajos livianos, y sin dolores de parto, resultaba atrapante para los lectores rurales de entonces, que debían fatigarse para obtener todo esto. Era un eficaz llamado a tomar conciencia sobre lo que el hombre estaba haciendo con el mundo.

Hoy ese Paraíso ya no llama la atención. Debemos actualizarlo. Para ello, primero hay que elaborar la lista de los males que aquejan a nuestra familia, a nuestra sociedad y al mundo: gente viviendo en con-diciones infrahumanas, barrios en-teros sin agua, obreros con sueldos miserables, falta de empleos dig-nos, alimentos contaminados, en-fermedades que podrían fácilmen-te erradicarse, divisiones y peleas familiares, depresión generalizada, muertes injustas...

Luego, tomar conciencia de que se trata de una “situación de cas-tigo” de la cual somos los únicos responsables. Por lo tanto, eliminar el fatalismo, la pasividad y la resig-nación, y erradicar nuestro famoso: “¡Paciencia, hay que soportar. La vida es así. Es la voluntad de Dios!”.

Y finalmente, mirando del re-vés todos estos males, reconstruir nuestro propio Paraíso, ver cómo deberíamos estar, descubrir lo que nos estamos perdiendo por culpa de nuestros pecados actuales.

El Paraíso es una profecía futu-ra, pero proyectada al pasado. No es un cuento inocente, ni un hecho real que ya pasó, sino el genial re-curso que encontró el escritor sa-grado para sacudir la conciencia de sus contemporáneos. Y todavía hoy es un proyecto que se yergue, desa-fiante, a la fe y al coraje de los hom-bres, que deben concretarlo.

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Septiembre 2014

Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir. Jr 20,7Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir. Jr 20,7

Page 15: Periódico Kerygma Septiembre 2014

Septiembre 2014

Page 16: Periódico Kerygma Septiembre 2014

Por: Pbro. Raúl Ortiz Toro Semina-rio Mayor San José de Popayán, Co-

lombia. [email protected]

Si la pregunta sobre la existencia de Dios está hoy en día muy en boga y nos toca, con razón, ofrecer argumentos para defenderla, podemos decir que en las últimas décadas la cuestión se ha extendido a la existencia del diablo (acusador) o demonio (maligno) o satanás (adversario); a propósito, escribía Charles Baudelaire, un conocido literato francés, que “la mayor astucia del diablo es hacernos creer que no existe”; quizá por ello, en alguna ocasión, por allá en los años setenta del siglo pasado, el obispo de Estrasburgo (Francia), Monseñor Elchinger, llegó a proponer una especie de acto de fe a propósito del demonio: “Creo en su exis-tencia, en su influencia, en su inteligencia sutil, en su capacidad suprema de disimu-lo… en su capacidad consumada de llegar

a hacer creer que no existe”. (G. Hubert El diablo hoy).

La existencia del diablo ha de afirmarse pero sin olvidar que no se ha de caer en el fundamentalismo de endilgarle todas las desgracias del mundo o de verlo como enemigo único del alma; con razón, la tra-dición cristiana siempre ha defendido que no solo el demonio es enemigo del alma sino también el mundo y la carne. De lo contrario, estaríamos cayendo en una es-pecie de demoniocentrismo, dándole un protagonismo desmedido ignorando que el verdadero centro tiene que ser Cris-to, quien por su sangre nos ha dado una nueva vida (Cf. Colosenses 1,14). Aquí hay que anotar que ciertas corrientes de espiritualidad tratan tanto el tema del de-monio que terminan desplazando temas fundamentales como la vida de gracia, la bondad del hombre, la providencia divi-na. Ni qué decir de los que ven influencias del demonio en casos clínicos que deben tratarse médicamente (como la epilepsia) o psiquiátricamente (como los trastornos psicóticos).

Por otra parte, si damos pie a un deba-te sobre la existencia del diablo, esta pre-gunta es muy distinta a la cuestión sobre el mal, que en términos muy sencillos es “ausencia de un bien particular” (Santo Tomás de Aquino) y tiene a veces una con-notación subjetiva y cultural. Acaso habrá alguien que no crea en el mal (mal mo-ral: un pecado; mal físico: un terremoto; mal metafísico: el sufrimiento; o, incluso, el mal estético del cual hablaba Hegel: la

necesidad de contrastes en la vida, etc) o que no haya experimentado las conse-cuencias de éste.

Así las cosas, el mal es mucho más que el diablo (porque el mal que, por una par-te, no tiene origen en Dios Creador, por otra, no tiene origen siempre y necesa-riamente en el demonio; por ejemplo, un terremoto que es un mal evidente no está causado por el diablo sino que responde a las leyes de la naturaleza, respetadas por Dios (Leibniz)). Y aunque el mal supere al diablo, no obstante el diablo es más peli-groso que el mal.

PAULINA OSMAN BELLOMANUEL GUILLERMO ARBOLEDA

MERY RUBIO TRUJILLOCARMEN ELISA CRUZ TOBAR

MARÍA CELMIRA RIVERAELENA MOLINA TORRES

ARMANDO NIETO ALVAREZHELI ACOSTA

MARIELA BONILLA FANNY ROA RUBIO

CAROLINA PINZON RODRÍGUEZISAURO VARGAS GARZON

LUCILA DEL CARMEN ROJAS CORREDORLUIS ENRIQUE CARRETERO AGUDELO

JESUS EMILIO CERQUERATULIA ESTHER TRIANA DE LOZANO

MARITZA GODOY SAAVEDRAJAVIER LÓPEZ CRIOLLO

JOSÉ ADOLFO CAJAMARCA MELANIA MURILLO VIUDA DE RODRÍGUEZ

LUIS FERNANDO RAMÍREZ MESANICOLASA MOSCOSO SAENZ

MARÍA OLAYA DE SUAREZMARCO ANTONIO TRIANA ROMERO

ALCIBIADES VAQUIRO MENDOZANELSON GONZÁLEZ GARCIA

MONICA MARÍA OSPINA RAMÍREZMARÍA DEL CARMEN MORENO VANEGAS

JOSÉ DEL CARMEN GODOYGABRIEL KING RODRÍGUEZ

JOYCE SMITH MUÑOZ SUAREZJORGE HUMBERTO VÁSQUEZ

MARÍA BERENICE GUTIERREZ CESPEDESORLANDO OSPITIA QUINTERO

EVERARDO GIRALDO GONZÁLEZARTURO HERNÁNDEZ BOADAMARTINA BECERRA CASTRO

ROSA MARÍA ACOSTA DE VARGASBLANCA INES ORJUELA DE BEJARANOLUIS FERNANDO BARRAGAN RONDON

ROBERTO REINOSOBLANCA DELIA CHAUX DE RAMOS

JULIO CESAR CORREA RODRÍGUEZLUZ MARINA GUTIERREZ MURCIA

GUSTAVO NIETOISIDRA MONTEALEGRE DE LUNA

GERMAN MAPE GARZONJOSÉ ALBERTO BARRETO BUSTOS

ARGEMIRO ESPINOSALUIS ARMANDO GONELLA DIAZA

LUIS CARLOS POLANCOCECILIA SEGURA MARTIN

MARÍA AMELIA ROJAS DE HENAOMARÍA INES RIVERA OVALLEADERSON ARIAS PERALTA

JOSÉ ANIBAL CORREA GIRALDOLUCIA FRANCO MUNER

ALCIBIADES RODRÍGUEZCIRO ANDRADE CABEZAS

JOSÉ BELARMINO TIBADUIZA PEREZHUMBERTINA VARON DE GONZÁLEZ

CARLOS ALFONSO AVENDAÑO HERNÁNDEZNANCY HERRERA ROJAS

ADELINA FORERO DE AGUILARMARÍA DEL CARMEN DIAZ GUZMÁN

OLIVERIO RODRÍGUEZ MURCIAMIGUEL ANGEL TIMANA RESTREPO

EDUARDO MENDEZ BARRETOHUMBERTO LAVERDE GUTIERREZ

MARINA ALAPE DE VÁSQUEZPEDRO ANTONIO ROJAS GARCIA

NURALDI ORDOÑEZ HENAOALCIBIADES CASTRO

MARÍA ISTAEL MURILLOMOISES HERNÁNDEZ

ANA RAQUEL MARTINEZ DE PUENTESAGUEDA FAJARDO DE RAMOS

ESCOLASTICA CARVAJAL MORANOHORA OBANDO PABÓN

FLORINDA SANCHEZ CARDENAS LUIS MARÍA CARMONA MARIN

JESUS URIEL SALAZAR VALENCIAALBA MARINA VARGAS LIEVANO

STELLA GARZON DE OSPITIAJOSÉ NAPOLEON FLORES VARON

MATILDE CUENCA DE LUNAGILBERTO ANGEL PARRAJAIME ALFARO TORRESCARMEN OLIVA GAMBA

WALDINA TOLEDO VIUDA DE SALCEDOHERNANDO ROJAS CASTAÑEDA

LUIS ANGEL OBANDOJOSÉ GUSTAVO CIRO NIETO

GERARDO BASTIDAS CADENAFELIX ANTONIO AVELLANEDA RIAÑOALFONSO GARDEAZABAL MARTINEZ

HENRY BOCANEGRA SAAVEDRARAMIRO HUERTAS SANCHEZ

ISABEL TIQUE DE PARRACONSUELO LOMBO FARFAN

MAXIMILIANO GOMEZ BOLIVARLEONOR CAICEDO DE MATEUSMILCIADES DAZA BERMÚDEZ

CARLOS HERNANDO BELTRAN LAVAOEVA CAÑON DE QUEVEDO

JORGE ENRIQUE DEVIA FLOREZOFELIA DIMAS DE CUESTA

JAVIER MEJIA RUIZHECTOR SAAVEDRA RUIZ

FRANCISCO LUIS DEVIA PINEDAPOLICARPA BOBADILLA VIUDA DE URIBE

VIRGILIO DAZA LÓPEZMARÍA DE LOS ANGELES PEREZ

MARÍA OLGA REYES DE CALVACHEMARÍA DEL CARMEN TARAZONA DE MERCHAN

MAGDALENA PARRA DE GUTIERREZBEATRIZ PARRA DE CESPEDES

DARIKSON GABRIEL QUINTERO VARGAS MARÍA DE JESUS AGUIRRE DE GAONA

NEMESIO OBANDOBLANCA LIGIA JIMENEZ HERNÁNDEZ

EDGAR TOVAR CAYCEDORAQUEL CRUZ DE GOMEZ

OLIVA VARON VIUDA DE BETANCOURTNATALIA ANDREA BORJA FAJARDOLUIS ROSENDO FORERO SANCHEZ

JUAN JOSÉ RAMÍREZ NAVARROSOFIA CARDENAS DE SANCHEZ

LUIS ALBERTO GALEANOJOSÉ OMAR SANCHEZ OSORIODAVISMARKS GARCIA GALVIS

ADRIANA MILENA VARON QUIROGAABUNDIO MAYORQUIN SANCHEZ

PEDRO REYES REINOSOERNESTO DEVIA ARAGON

MIGUEL ANGEL CHAVEZ CARDENASGIOCONDA MEJIA DE LONDOÑO

TULIA VANEGAS DE PAEZJOSÉ ABEL BUITRAGO TORRES

BLANCA ROSA MONROY DE CARDENASVICTOR FELIX DOMINGUEZ

MARGARITA VELEZ DE MORENOPABLO ENRIQUE SALINAS TORRES

CAMILO ROBAYO LUNAMILTON MARINO SANCHEZ CUBILLOS

JORGE ENRIQUE GONZÁLEZ PAREDESBEATRIZ RODRÍGUEZ

MABEL TERESA FERNANDEZ CRUZLIBORIO MANRIQUE

URBANO RODRÍGUEZMARÍA ROSALIA ORTIZ

JOSÉ ALBERTO CAMARGO BUSTOSSACRAMENTO RAMÍREZ DE ARAMBULMARÍA GRACIELA SANTO DE ALCALA

MAYCOL ALFONSO CARDENAS GUTIERREZMARÍA INES GUZMÁN DE ROJAS

EDUARDO MENDEZ AZUEROSANDRA MARIELA GARZON REYES

La cuestión

¿Existe el diablo o solamente el mal?