Nos situamos en el año 1939, el año en el que se termina la época de entreguerras y
empieza la segunda guerra mundial. Una época caracterizada por los totalitarismos como el
Fascismo italiano.
La película La vida es bella la podríamos dividir en dos partes muy bien diferenciadas: Una
primera en la que hay un cruce entre comedia y romanticismo, y una segunda en la que
domina la crudeza de la Italia fascista en la segunda guerra mundial y sus consecuencias
para los judíos.
En la primera parte, nos encontramos Güido, un joven que llega a Arezo, un pueblecito de
Italia. Güido se instala en casa de su tío, y se pone a trabajar en su restaurante. Allí con su
encanto y artimañas, entablará una relación con un médico que posteriormente estará al
servicio del ejercito nazi.
Güido se enamora profundamente de Dora una joven maestra de Arezo. Con sus
estratagemas y hábiles cortejeos consigue conquistarla, se casan y tienen un hijo llamado
Josué. Por aquel entonces, aparecen las primeras actuaciones de los fascistas contra los
intereses judíos.
A partir de este momento empieza la segunda parte de la película, Güido, es propietario de
una librería que será el objetivo de los nazis.
Ante la invasión alemana, todos los judíos son deportados a campos de concentración y
entre ellos Güido, Josué y a su tío utilizándolos en mano de obra para fábricas de
armamento.
Dora, la mujer de Güido no es judía, pero no permite que la separen de su marido y su hijo
y exige a los soldados que paren el tren y sube.
Aquí empiezan las escenas más dramáticas de la película pero el director y actor, con gran
habilidad, logra ocultar el dolor, las angustias y miedos de los judíos.
De camino hacia el campo de concentración, Güido con su extraordinario carácter engaña
basándose en mentiras a su hijo Josué para que no sea consciente del lugar hacia donde se
dirigen. Haciendo uso una vez más de su ingenio, consigue que su hijo se tome aquella
deportación como un juego en el que deben ir acumulando puntos para ganar el magnífico
tanque, con el que tanto soñaba.