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Page 1: Panóptico

Un Panóptico participativo:

A diferencia de la concepción clásica de Panóptico, donde la amenaza constante de obtener un castigo como consecuencia de la transgresión de las normas gracias a la vigilancia absoluta era la forma ideal de obtener la docilidad de la mayoría de sujetos, en el panóptico contemporáneo, esta adhesión de los sujetos a la norma, no es producto de la coacción, sino que se da de manera deliberada y voluntaria por parte de aquellos individuos que ven en la obediencia a dicha norma una serie de ventajas y beneficios, y fundamentalmente, por evitar ser excluidos.Este nuevo panóptico, no proviene de un centro de poder claro y establecido, sino que por el contrario es difuso y sus fuentes se encuentran ahora descentralizadas; es un a alienación de orden consensual. La única herramienta del panóptico antiguo (Bentham, Orwell, Taylor) era el ojo humano, el panóptico en la actualidad esta provisto por el contrario de herramientas tecnológicas y construcciones sociales que tienen fuente en una actividad sistemática, y organizada.

La fuerza de este nuevo panóptico reside principalmente en la adhesión voluntaria de los “subditos” de las comodidades propias del sistema, que con la ayuda de tecnologías digitalizadas de internet, permite fácilmente y realizar transacciones electrónicas desde cualquier lugar, los créditos, las tarjetas inteligentes y cientos de elementos que han facilitado las nuevas tecnologías y que ahora son parte de nuestra cotidianidad. Este nuevo sistema de panóptico no solo promueve la adhesión sino que recompensa a quienes en él participan, los clasifica y los individualiza dependiendo de sus preferencias, identifica sus gustos para crear nuevas líneas de mercado ya que su único propósito es servir de custodio del gran capital. Las compañías multinacionales que promueven el “multiculturalismo” en un intento por implantar una estructura cultural hegemónica y uniforme en todo el planeta, son principalmente las encargadas de promover este nuevo “Capitalismo Panóptico” cuya caracterización o clasificación de los sujetos no es bajo el entendido de “ciudadanos” sino de meros “consumidores”.

Al no provenir de un solo centro de poder, esta vigilancia es multipolar ya que su control puede ser ejercido desde todos los niveles de la sociedad y si en un principio solo aquellos que tuvieran el poder sobre los medios de comunicación tenían la capacidad de ejercer control, ahora es posible que cualquier ciudadano ya sea dotado de un circuito de tv o de un teléfono celular puede sacar a la luz publica cualquier tipo de conducta reprochable, incluso conductas de los agentes de la ley, como en los casos en que una video-denuncia, por ejemplo de un crimen racial, ha desatado violentas protestas sociales o ha provocado la adopción drásticas decisiones políticas. Esto, es lo que Reg Wathaker ha dado en llamar una “vigilancia multidireccional” donde el Estado ya no es el único ente capaz de ejercer control, sino que ahora este poder radica en una pluralidad mucho mayor de sujeto, aspecto que si bien puede ofrecer muchos ventajas, en cuanto podría significar una “democratización” de las herramientas de control, lo que en realidad se esta evidenciando es un refortalecimiento desmedido del sector privado, ante el cual, el Estado-nación parece palidecer en asuntos de control e imposición de limites.

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Este nuevo panorama de supremacía del sector privado representa una enorme amenaza para las libertades y derechos básicos del estado moderno como la libertad de expresión o la intimidad y es por esto que desde el liberalismo político se sugiere que la forma de contener la intromisión de la vigilancia en las esferas privadas del ciudadano es el fortalecimiento de este tipo de derechos y libertades ciudadanas, por ejemplo, creando barreras legales y morales para la protección del individuo.

El impacto de estas nuevas tecnologías en la sociedad capitalista y el poder desmedido que están adquiriendo los conglomerados privados frente al sector publico llevan a Wathaker a desvelar una posible retirada del estado-nacional ante un poderoso sector privado internacional y a establecer una similitud entre esta coyuntura actual y la que provoco la crisis del sistema feudal, cuando el mercado y su nueva clase social terminaron erosionando el poder de la realeza.

Ante un eventual triunfo del poder del capital privado sobre las precarias garantías que ofrece el estado social de derecho moderno, solo queda temer un nuevo oscurantismo que desmejore potencialmente las libertades de las que gozan algunos ciudadanos en algunas regiones del mundo en la actualidad.