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ÍNDICE

1. BIOGRAFÍA2. INFLUENCIAS Y OBJETIVO DE

SU FILOSOFÍA3. OBRAS4. METAFÍSICA Y EPISTEMOLOGÍA5. ANTROPOLOGÍA Y MORAL6. POLITICA/SOCIEDAD

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BIOGRAFÍA (1883-1955)Nace en Madrid, en el seno de una familia liberal e

ilustrada: la familia materna es propietaria del periódico madrileño el Imparcial y su padre es director del mismo.

Estudia filosofía en la Universidad de Madrid, y visitará las universidades alemanas donde será discípulo del

neokantiano Herman Cohen Gana la cátedra de Metafísica en la Universidad Central, funda el diario El Sol y la Revista

de Occidente, que también dirige. Sus doctrinas contrarias a la Dictadura de Primo de Rivera le llevan a dimitir de su

cátedra, pero continuará sus clases en el teatro Rex y más tarde en el Infanta Beatriz.

En la Segunda República funda junto a Marañón y Perez de Ayala la "Agrupación al servicio de la República" y llegará a ser diputado por León y Jaén. Al comenzar la guerra civil se

autoexilia; viaja y da cursos en París, Holanda y Argentina, donde vive hasta que en 1942 se traslada a Portugal y en 1945, vuelve a

España. Apartado de la cátedra fundará el "Instituto de Humanidades" donde volverá a ejercer su función de magisterio

hasta su muerte.

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Neokantismo

Vitalismo de Nietzsche

Influencia de Cohen y Nartop. Importante durante la primera etapa de Ortega, el objetivismo. Pronto abandonará este modelo por pecar de idealismo. El Idealismo será visto por nuestro autor como causa de la crisis de la modernidad (“El tema de nuestro tiempo”) .

Clave para la configuración de la propuesta orteguiana de superación del Idealismo. De NIetzsche asume su concepción de la verdad como perspectiva y la defensa de los valores vitales. Rechaza su irracionalismo.

Historicismo de Dilthey

Su influencia fue decisiva en el concepto de razón vital e histórica: no podemos comprender al hombre fuera de su vida y su historia. Y esta comprensión no puede llevarse a cabo desde la metodología de las ciencias de la naturaleza, se requiere una hermenéutica.

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Fenomenología de Husserl

Existencialismo de Heidegger y Sartre

Como él, Ortega pretenderá que la filosofía descanse sobre un fundamento sólido hallado a partir de la reflexión autónoma. En el caso de Husserl será la conciencia, y en el de Ortega la vida como realidad radical.

Ambos son enmarcados por Ortega en su generación, la del 14, configurando su contexto filosófico cercano.

La clasificación de las categorías de la vida de Ortega es muy similar al análisis heideggeriano de la existencia humana.

Al igual que Sartre, Ortega afirmará que el ser humano carece de naturaleza, es un “quehacer”. Pero Ortega se separa de la angustia vital del existencialismo.

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Se distinguen tres períodos en la filosofía de Ortega y Gasset:

1.- OBJETIVISMO (1902-1914). Defiende una tendencia objetivista llegando a afirmar el primado de las cosas y de las ideas sobre las personas.

2.- PERSPECTIVISMO (1914-1923). Evoluciona intelectualmente y realiza una crítica al Idealismo y al Realismo. Finaliza esta etapa con su obra El tema de nuestro tiempo. Aparece la teoría del circunstancialismo (la interdependencia del yo y su circunstancia como la realidad fundamental, la vida), el perspectivismo como teoría onto-epistemológica ( la teoría del punto de vista o perspectiva) y la razón vital como alternativa al Racionalismo y al irracionalismo vitalista.

3.- RACIOVITALISMO (1923-1955) nombre con el que el propio Ortega designó su sistema filosófico que inició con su famoso artículo Ni vitalismo ni racionalismo. Es un desarrollo del perspectivismo ( desarrollo de la razón vital como razón histórica y de la teoría sobre la vida y sus implicaciones antropológicas, éticas, sociales y políticas)

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OBRASSus principales obras son: Meditaciones del Quijote, 1914. El espectador, España invertebrada, 1921. El tema de nuestro tiempo, 1923. La rebelión de las masas, 1930. Unas lecciones de metafísica, 1966 (póstuma) y ¿Qué es filosofía?, 1958 (póstuma).

El tema de nuestro tiempo, 1923.

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Obra para la PAU: El tema de nuestro tiempo

En el capítulo X de su obra El tema de nuestro tiempo,-

publicada en 1923-, titulado La doctrina del punto de vista,

Ortega insiste en la necesidad de integrar la cultura en la vida. Tras rechazar las posiciones

racionalista (que da prioridad a la cultura y niega la vida) y el

escepticismo relativista, (que da prioridad a lo concreto a costa de negar la verdad objetiva) adopta

una posición perspectivista.

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METAFÍSICA Y EPISTEMOLOGÍAEn el realismo antiguo y medieval (hasta

Descartes) el objeto o mundo es real y existe de modo independiente al sujeto que las piense. Al contrario el idealismo (desde Descartes) señala al sujeto, al yo, como la

primera realidad. El mundo u objeto no existe sin el sujeto, es el sujeto quien lo

percibe o construye, por lo que el mundo no es nada sin el yo (Kant, Hegel…)

Para Ortega, la auténtica realidad es el yo con las cosas, el yo y sus circunstancias, el hombre y su mundo, eso que llamamos la

vida. Ni sujeto, ni objeto sino que la realidad la constituyen ambos. La auténtica

realidad es la vida.

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Ortega defenderá el perspectivismo como su teoría del conocimiento. Basándose en el vitalismo de Nietzsche y en el

racionalismo o idealismo de Kant construirá una epistemología que pretender unir la razón y la vida porque ni el ser humano es

sólo impulso o instinto (Nietzsche) ni tampoco sólo razón (Platón, Descartes). Razón y vida deben caminar de la mano y encontrar

ese equilibrio tan necesario para que el ser humano logre su felicidad aquí y ahora, en este mundo y con su circunstancia.

Por lo tanto, la corriente filosófica de Ortega es el raciovistalismo y su teoría del conocimiento defiende el perspectivismo. Pero

veamos cómo llega a ella y cómo se va construyendo:

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CRITICA AL REALISMO: La realidad existe con independencia del sujeto. El mundo no necesita del hombre para existir. Para conocer la realidad, el hombre debe limitarse a ser

un mero espectador, pues en esencia el entendimiento es pasivo, no pone nada de su parte en la construcción del mundo.

(Aristóteles).Así, para el realismo, la uténtica realidad o la realidad radical es

el objeto, el mundo. Para Ortega, el realismo supone la existencia del mundo y se

olvida del sujeto. El hombre o sujeto es quien conoce el mundo y no es un elemento más de éste. Además, las esencias o esa parte de los seres que no cambia no parece probable pues el hombre está continuamente cambiando y haciéndose, es historia y no

tiene esencia.

SUJETO(HOMBRE)

OBJETO (MUNDO)

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CRITICA AL IDEALISMO: para el idealismo, el mundo no existe con independencia del sujeto: la realidad es una construcción del sujeto o un

contenido de la conciencia que se lo representa. Se da primacía al sujeto en el acto de conocimiento. Tanto el racionalismo como el empirismo son idealistas.

Para el primero (Descartes), la realidad originaria es el sujeto pensante. Para los segundos (Hume), el mundo está representado en las ideas que el sujeto tiene en su mente, de modo que, conociendo las leyes de la mente, podemos conocer

cómo es el mundo. Racionalismo y empirismo conducen a un subjetivismo. El “yo” se traga la realidad exterior reduciéndola a una experiencia interior.

Ortega piensa que no es posible afirmar la independencia del sujeto frente a las cosas. El yo las cosas son inseparables. La realidad está compuesta por la

convivencia entre el yo y las cosas. El pensamiento no es nada sin las cosas. El pensamiento es la relación entre el sujeto que piensa y las cosas (objeto) que

son pensadas. El pensamiento necesita de la realidad para existir, así que no es una sustancia como dijo Descartes.

SUJETO(HOMBRE)

OBJETO (MUNDO)

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VITALISMO COMO SOLUCIÓN: “VIVO LUEGO PIENSO”·El racionalismo. (Descartes) Ortega rechaza que el mundo pueda y deba reducirse a la razón para ser comprendido. La razón apela a los conceptos –que son universales, fríos- para aprehender aquello que está en continuo cambio: la vida. El concepto no

puede captar el devenir y la realidad es eso, devenir, cambio, individualidad, singularidad que se escapa con el concepto. Frente al racionalismo puro, Ortega reivindica la individualidad, la perspectiva, la corporeidad, el cambio. Frente a la

esencia, la apariencia.· El vitalismo. Para el vitalismo (Nietzsche) la vida es realidad radical. Sin embargo, para la vida solo cuenta el presente, los impulsos, los sentimientos, los instintos: si

solo contásemos con la vida nuestro comportamiento sería irracional.

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RACIOVITALISMO: En un intento de conciliar ambas posturas, Ortega señala que el hombre es una razón vital: debe guiar su vida por la razón, pero a su vez la razón no es una facultad “descarnada”, fría, abstracta, sino que tiene

una función vital. No puede haber auténtica vida humana sin la razón ni auténtica razón si esta se encuentra alejada de la vida, porque las categorías de la razón y de la vida se entrelazan. Lo verdadero e indubitable es el “vivo luego

pienso”. Es necesario superar el realismo y el idealismo para darse cuenta de que la auténtica realidad no es el ser ahí de las cosas, ni del sujeto, sino la vida. La vida y el conocimiento se necesitan: para poder vivir necesito comprenderme,

y necesito saber cómo es el mundo para saber a qué atenerme.

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En la historia de la filosofía ha prevalecido la razón pura, una razón que dejaba de lado las exigencias de la vida y aspiraba a la universalidad. Ortega no renuncia al ejercicio de la razón, pero debe tratarse, de una

razón que aprecie la vida y sus valores, que garantice la compatibilidad entre racionalidad y vida.

.

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PERSPECTIVISMO: En contra del racionalismo y al igual que Nietzsche en este aspecto, Ortega niega la existencia de una

única verdad absoluta y defiende un perspectivismo, puesto que cada verdad es el punto de vista de un sujeto que, por ser parcial, necesita integrarse en la perspectiva de los demás. Esta postura

es consecuencia del raciovitalismo: la razón y la vida son los componentes fundamentales de la realidad. De ahí que

únicamente podamos conocer el modo como una determinada realidad se nos presenta en un momento concreto. No conocemos la realidad total, sino la realidad tal como se presenta a nuestra

perspectiva. En El tema de nuestro tiempo (lectura de la PAU) Ortega indica que una realidad que vista desde cualquier punto

resultase siempre idéntica es un concepto absurdo (…). Todo conocimiento lo es desde un punto de vista determinado.

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El perspectivismo

Carácter circunstancial del vivir

El conocimiento humano se ofrece siempre en perspectivas o puntos de vista

Visual Intelectual Emocional Valorativo

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Esta perspectiva es a la vez individual:(cada persona ve el mundo desde su propia óptica o

punto de vista) e histórico-social: cada pueblo o cada cultura percibe de un modo determinado la realidad, de modo que hemos de tener en cuenta

todas las perspectivas, pues de esta forma abarcamos la realidad de un modo total.

El perspectivismo se enfrenta tanto al racionalismo como al empirismo. El racionalismo admite que existen verdades absolutas, eternas, y solo se admite como verdadero aquello que la razón

concibe de manera clara y distinta. Para el empirismo, no existen verdades absolutas, ni si

quiera existe la verdad. Así el empirismo cae en el escepticismo que cae en el relativismo pues este niega también la verdad, puesto que no hay más

punto de vista que el individual o el cultural.

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Estas visiones necesitan complementarse mutuamente, lo cual no quiere decir que sean falsas, todas ellas son verdaderas. Así pues, frente al racionalismo, se afirma la perspectiva de toda verdad, y

frente al escepticismo se afirma la verdad de toda perspectiva: “Cada vida es un punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no lo puede ver otra. Cada individuo –persona, pueblo, época- es un órgano insustituible para la conquista de la verdad”, afirma Ortega en El tema

de nuestro tiempo.

El perspectivismo no es un relativismo (como lo era para Nietzsche) ni un

escepticismo (Hume). Ortega afirma que existe la verdad, pero esta solo se

capta parcialmente, desde una perspectiva individual o colectiva, y

por tanto existen visiones parciales de la realidad.

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La complementariedad de las perspectivas

Perspectivismo y busqueda de la objetividad son compatibles

Cada perspectiva individual puede complementarse con las perspectivas de

otros

Lo que para uno está en último plano, se halla para otro en primer término

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La suma de las perspectivas es la visión global del mundo de los otros y del nuestro. La apertura al mundo de los otros nos da la posibilidad de huir de

nuestra visión dogmática de la realidad y constituir así lo que Ortega llama el PANORAMA, el cual se acerca más a la realidad como suma de realidades

individuales.

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IDEAS Y CREENCIASPara orientarse en el mundo, el hombre necesita saber, hacerse una idea de las cosas: necesita hacerse cargo de la situación. Ahora bien,

la representación que nos hacemos de la realidad no tiene una estructura única: hay diferentes formas de pensar la realidad. Ortega

distingue entre ideas y creencias. CREENCIAS: son los contenidos de nuestro pensamiento que damos por hecho, en los que no pensamos y que nos son más útiles para la

vida diaria. Creo que habrá suelo tras la puerta, no pienso en ello. Las creencias son para nosotros la auténtica realidad. Son convicciones

internas que damos por supuestas y “contamos con ellas”tanto cuando pensamos, como cuando actuamos “Nos movemos, vivimos y somos en las creencias”. Se trata de algo que no se nos

ocurre poner en cuestión, sino que automáticamente nos comportamos y pensamos “contando con ello”, es decir, tomándolo

por real. Las creencias las adquirimos durante el proceso de socialización. Esto significa que las creencias son siempre colectivas y

pertenecen a los contenidos culturales de nuestra sociedad.

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IDEAS: pensamientos que se nos ocurren acerca de la realidad, descripciones explícitas que podemos examinar y valorar; las sentimos como obras nuestras, como el resultado de nuestro

pensar. Son las ocurrencias o interpretaciones que hacemos sobre las cosas. Pueden ser originales o recibidas pero, al contrario que las creencias, se caracterizan porque somos conscientes de ellas. En consecuencia, podemos discutir sobre ellas o defenderlas. Así,

las ciencias, la moral, el arte, la filosofía y, en definitiva, la cultura, no son más que un conjunto más o menos ordenado de

ideas.

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Ortega criticó a casi la totalidad de la filosofía occidental (Descartes y Kant). Dicha filosofía había concedido preeminencia

casi absoluta al entendimiento, a la razón, sobre la vida y el resto de las facultades humanas. Así, el racionalismo ha tendido

a considerar como lo más evidente y lo más real a lo más consciente (lo que Ortega llama ideas) a aquello que era el

producto de la actividad intelectual. Sin embargo, para Ortega, lo más evidente y lo más real son las creencias que son “todo

aquello con lo que contamos y de puro contar con ello” ni siquiera lo pensamos. Se trata de todo aquello que nos es

vitalmente evidente.

CONTRA LA FILOSOFÍA ANTERIOR, LA AUTÉNTICA REALIDAD SON LAS CREENCIAS Y NO LAS IDEAS

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Desde el punto de vista histórico, entre las ideas y las creencias existe una estrecha relación. Algunas ideas se convierten en

creencias y algunas creencias en ideas. Una idea se convierte en creencia cuando por unas u otras razones un amplio número de

seres humanos comienzan a “creer en ella”, es decir, a verla como real, como evidente. Y una creencia se transforma en idea cuando

alguien se da cuenta de ella. O sea, en el momento en que nos damos cuenta de algo, ese algo ya no es una creencia, sino una

idea. Por ejemplo, durante muchos años, los seres humanos tuvieron como creencia (evidente) que el Sol giraba alrededor de la Tierra, pero cuando alguien planteó el problema de si era o no así, en ese mismo momento tal creencia se transformó en idea.

CREENCIAS IDEAS

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Para Ortega, cuando al ser humano le fallan las creencias, “cae” en la duda.

Sin embrago, vivir en la duda en manera alguna puede resultar

agradable. La crisis de las creencias nos lleva a la duda y, cuando estamos en la duda, no nos queda más remedio que ponernos a pensar. Sin embargo, en contra de Descartes, la duda real

no es la duda metódica. La duda metódica se busca, pero la duda real no se busca, sino que “en ella se cae” cuando nos fallan las creencias y no sabemos lo que tenemos que hacer.

En este sentido, la duda vital precede a la duda teórica, a la duda científica. Por tanto, si el ser humano se decide a hacer ciencia, a filosofar, si recurre a las ideas, no

es por mera curiosidad, sino para salir de sus dudas e intentar solucionar los problemas que su vida le plantea.

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La historia es la categoría fundamental para entender al ser humano. El hombre no es una cosa, no tiene naturaleza, sino que

es historia. Hay que distinguir entre el mundo de las cosas y el mundo del hombre: el mundo de las cosas puede ser explicado

mediante la ciencia física, pero el hombre y su historia no pueden ser explicados así: al carecer de naturaleza fija (esencia),deben

ser comprendidos considerando su formación, su devenir, su sentido.

La razón pura de la modernidad, propia del racionalismo, sirve para comprender cosas, pero no da cuenta del sentido de la

realidad del hombre. El hombre es historia, y la razón vital es una razón histórica, que permite superar las limitaciones de la razón

pura y comprender al hombre en su historia.

ANTROPOLOGÍA Y MORAL

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No puede separarse al yo del mundo, y hay que partir de esta unidad para estudiar tanto al yo como al mundo , el hombre no

tiene ambiente como el animal, sino mundo. El mundo es exclusivo del hombre y está compuesto de realidades no naturales, como los símbolos, el lenguaje, la cultura, el pasado, las pequeñas cosas de

la vida, las ideas y creencias, las costumbres, las normas y las instituciones de nuestra sociedad. También la familia en la que

hemos caído, nuestro cuerpo (sano o enfermo) nuestro entendimiento (agudo o no tanto)…Todo esto es lo que Ortega denomina la circunstancia. La existencia auténtica del hombre

consiste en hacerse cargo de la situación en la que está:

“Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”.

La circunstancia, pues, se nos impone y, queramos o no, tenemos que contar con ella.

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El individuo aislado, el sujeto trascendental, el yo puro, no existe separado del mundo-circunstancia en el que está inserto.

Nuestro “yo vital” se configura con y por las circunstancias en que vive.

Las cosas –el mundo, las circunstancias- carecen de sentido si no hay sujeto que las contemple, pero el yo no puede darse sin las

circunstancias.El hombre debe “salvar” su mundo, es decir, buscar el sentido de

cuanto le rodea, si quiere salvarse él, es decir, si quiere conocerse a sí mismo.

Mi circunstancia no es solo el coexistir con el mundo, sino, también y sobre todo, con los demás: no se puede concebir al

hombre sin la sociedad.

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El hecho de que la vida es siempre un darse en una circunstancia y un atender y estar en el mundo, le condujo a creer que no es posible la defensa absoluta de la

libertad. El mundo que nos ha tocado vivir, nuestra circunstancia (la época, la sociedad, nuestro cuerpo o los rasgos básicos de nuestra personalidad) no es algo que podamos elegir; la circunstancia en la que estamos instalados y en la

que se desenvuelve nuestra vida, determina nuestro yo y no está en nuestra mano su modificación. Pero para Ortega esta tesis no tiene una connotación

negativa puesto que la circunstancia limita nuestra libertad pero sin ella nos sería imposible ser y actuar: la vida es siempre estar en una circunstancia, no se vive

en un mundo abstracto e indeterminado; el mundo vital nuestro es siempre nuestro mundo, el de nuestro aquí y ahora y es a partir de él como debemos

actuar y modelar nuestro futuro; este hecho permite precisamente la libertad, la pura indeterminación la haría imposible. La fatalidad de nuestra vida no es

completa, existe la libertad: no sentimos que nuestra vida esté prefijada totalmente pues la circunstancia nos permite un cierto margen de posibilidades y,

en la misma medida, nos exige decidir

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Por esta razón, la vida se presenta siempre como un problema, problema que nadie excepto nosotros puede resolver. La idea de la responsabilidad que siempre está presente en nuestro

vivir lleva a Ortega a tesis muy próximas al existencialismo sartriano (Sartre): la vida tiene un inevitable carácter dramático; estamos

arrojados a la existencia y nos toca elegir y participar; en consecuencia tenemos proyectos, y el proyecto, lo que debemos elegir, ha de ser fiel a lo más profundo de nuestro ser, a nuestro

destino; de este modo, la vida es libertad, y debe ser responsabilidad.

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- La vida es futurición Frente a los seres del mundo que viven en el presente y son lo que son, el ser humano presenta una realidad paradójica pues su ser consiste no tanto en lo que es sino en lo que va a ser. Hay tres

modos o formas de darse la temporalidad, el pasado, el presente y el futuro; pues bien, de los tres Ortega considera al futuro como el más importante para caracterizar al hombre: nuestra vida es siempre atender al futuro, apostar por un proyecto y actuar para realizarlo; la primacía que tiene el futuro en la vida

humana es tal que incluso nuestro presente está condicionado por nuestro futuro, pues hacemos lo que hacemos para ser lo que queremos ser.

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El hombre ha de decidir hacer con su vida lo que ha proyectado ser. Ortega simboliza “lo que nos pasa” con la metáfora del naufragio.

Según él, con frecuencia nos hallamos ante la circunstancia como el náufrago que ha sido arrojado al mar. Ante esta situación, “lo que

tenemos que hacer” es nadar. No nos queda más remedio que nadar sin descanso para poder mantenernos a flote. Nadar, en este caso,

quiere decir esforzarnos, en primer lugar, para intentar comprender nuestra circunstancia, es decir, nuestro mundo y, en segundo, para tratar de solucionar los problemas que el mismo nos plantea. Así

pues, si no comprendemos nuestra circunstancia ni somos capaces de solucionar los problemas que ella nos plantea –si no somos capaces

de salvarla- nos hundiremos, o sea, nos perderemos en la vida.

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• S POLÍTICA/ SOCIEDADOrtega se opuso a la dictadura del general Primo de Rivera de 1923, colaborando en la

caída de la monarquía de Alfonso XIII y el advenimiento de la II República. Junto con

Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala creará en febrero de 1931 la Agrupación al

Servicio de la República, intentando aglutinar a los intelectuales como grupo de presión que

asumiera un mayor protagonismo ante el cambio de régimen que se avecinaba.

En 1930 publicó su título de mayor trascendencia, La rebelión de las masas, en la

que critica la influencia destructiva de la mentalidad general, y por tanto de la gente

mediocre, que de no ser dirigida por una minoría intelectual y moralmente superior

suponen un peligro real.

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Para Ortega, la historia se puede analizar de acuerdo a las generaciones. En su teoría de

las generaciones, Ortega asume que en toda sociedad humana conviven distintas

generaciones. En estas generaciones conviven en el tiempo, las mayores que ya poseen el control social, y las emergentes, las nuevas.

Cuando los presupuestos teóricos de ambas son compatibles, la sociedad se desarrolla sin

sobresaltos; cuando, sin embargo, hay una ruptura entre una y otra, surge la crisis social.

Los jóvenes pretenden innovaciones que quieren llevar a cabo cuando sustituyan a los mayores en la direccion de la sociedad.

Cada generación tiene un proyecto que realizar, recibe algo de la anterior como herencia e introduce alguna innovación.

En nuestra época se da una crisis en la sociedad pues ha ocurrido un fenómeno especial: la rebelión de las masas.

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• sd

Ortega distingue entre dos tipos de personas: las élites y las masas. Ambas se dan en cada clase social, no es que el proletariado sea masa y el burgués sea élite o minoría

selecta.Ortega define al hombre masa como aquel que no se valora a sí mismo, se siente

como todo el mundo y no se angustia, se siente a gusto de sentirse idéntico a los demás. Este se conforma con ser como todo el mundo: pensar como se piensa, actuar como se actúa, hacer lo que se hace, etc; carecer de criterio propio (el menor de edad

del que habla Kant). Se trata de una persona que no tiene nada de creativa ni de original, sino que es pasiva, reactiva e inerte, o sea, masa. La misión del hombre

masa es obedecer las directrices de la minoría selecta o la élite. Si esto no ocurre, la sociedad anda desorientada.

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Frente a las masas se encuentran los hombres élite o las minorías. Minoría no es el individuo engreído y vanidoso, tampoco la persona rica y poderosa, sino el ser humano que posee personalidad propia,

que es dueño de sí mismo, capaz de conducirse por criterios personales y está dispuesto a realizar el correspondiente esfuerzo para ser sí

mismo. (Podríamos pensar en el noble o superhombre de Nietzsche).Estos tienen un proyecto de vida cuya misión es dirigir a los

hombres masa.

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El problema de España (y el de Europa) está en que las masas no quieren someterse a la dirección de la elite. Asistimos a la rebelión de las masas. Su negatividad ha crecido en el surgimiento de movimientos políticos de masas

(bolchevismos y fascismos) así como otras organizaciones (anarquismos, nacionalismos) o diferentes actitudes político-sociales de signo violento (acción

directa, golpe de Estado, manipulación del poder, terrorismo, etc.)Con el desarrollo de dichos movimientos y actitudes, ha comenzado a intervenir en los asuntos públicos, en la política y en la marcha de la sociedad, un tipo de individuo que pretende elevar a norma social y política ciertos contravalores

altamente peligrosos. Quiere imponer sus ideas y modo de vida como el único bueno.

Este individuo masa, no quiere convencernos con razones y argumentos, sino que lo único que quiere es imponer sus opiniones para lo cual está dispuesto a acudir a la

acción directa, algo que, según Ortega, podía conducir a Europa por caminos catastróficos. El error radica en

despreciar las instituciones democráticas, la experiencia cultural, la educación para la ciudadanía, las actitudes

críticas y el esfuerzo por vivir desde dimensiones propiamente humanas.

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Frente a la actitud violenta y la “acción directa” de los movimientos políticos de masas, tiende a resaltar el valor del liberalismo como la mejor forma de convivencia social y política, ya que respeta a las personas. Según Ortega, el gobierno liberal es

generoso y cuando tiene en sus manos el poder, considera la opinión de su rival, dialoga y debate con él, le respeta y procura llegar a un entendimiento

La Libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix ,1830

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Tanto el fascismo como el bolchevismo y todos los regímenes totalitarios son “callejones sin salida”, es

decir, no tienen futuro. Y no lo tienen porque privan al ser humano de sus libertades.

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Antiliberal o no liberal ya lo era la sociedad anterior al liberalismo y, del mismo modo que el liberalismo se impuso una vez frente al no liberalismo, en el futuro,

siempre que triunfe una situación antiliberal, volverá a ser superada por el liberalismo. En consecuencia, tarde o temprano, el bolchevismo y el fascismo,

serán eliminados por el liberalismo, por la sencilla razón de que el liberalismo es “más vida” (porque tiene en cuenta todas las perspectivas), o sea, una vida más acorde a la naturaleza libre del ser humano. El problema actual, piensa Ortega,

es que el hombre masa gobierna la sociedad, sin atender a las minorías selectas, imponiendo su capricho uniformador y poco respetuoso con la auténtica libertad

individual.