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No. 8
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Portada: Giovanni Battista Tiepolo, The rage of Achilles, fresco, 1757.
Cita: Homero, La Ilíada, Bruguera Mexicana de Ediciones, México, 1977, p. 378.
Derechos Reservados. La pluma en la piedra , Toluca, México, No. 8, marzo 2012.
La pluma en la piedra es una publicación mensual e independiente de distribución
gratuita por internet. Todos los artículos, ensayos, escritos literarios y obras publicadas
son propiedad y responsabilidad única y exclusiva del autor y pueden reproducirse
citando la fuente.
La pluma en la piedra
Da las gracias, como cada mes, a todos aquellos que hacen posible esta publicación:
colaboradores, escritores, artistas, lectores, suscriptores, amigos imaginarios y aquellas
valientes personas que leen La pluma por amor al arte.
Escribieron este número:
Serena Torres Peralta
Alejandra C. L.
José J. González
J. M. Falamaro
Karina Posadas Torrijos
3
Artista
José J. González
4
Artículos y ensayos
Héroes y villanos Serena Torres Peralta
Los villanos en el anime
Alejandra C. L.
7
13
Galería
Música y baile (Dulce y sus sinfonías) José J. González
17
Editorial
5
C o n v o c a t o r i a
32
En contra de la impermanencia de las cosas José J. González
Charlas inoportunas
J. M. Falamaro Psicosis
Karina Posadas Torrijos
19
25
29
Creación literaria
La pluma en la piedra
Toluca, 5 de marzo 2012.- Gran alboroto crea
señora en la autopista libre a Tzintzuntzan,
cuando en medio de los coches, comenzó a
gritar y mover los brazos con desesperación. Los
ahí presentes miraron primero con curiosidad y
después con alarma, cuando algún
malintencionado esparció el rumor de que el fin
del mundo se aproximaba.
Entre un dispositivo de seguridad que se
desplegó en segundos y gracias a la ejemplar
tarea de los cuerpos de seguridad estatal y uno
que otro militar, se pudo tranquilizar a la
multitud, quienes ya comenzaban a asaltar coches
y camiones para hacerse de provisiones.
Tres heridos, seis señoras histéricas y todos
los niños llorando fue el saldo de tan
extraordinario suceso. Cuando las autoridades
iniciaron las investigaciones correspondientes
para dar con la persona que inició la psicosis
colectiva, dieron con Doña Juana, oriunda de
Temascalcingo en el Estado de México.
Doña Juana declaró encontrarse de
vacaciones por el mundo y se disculpó por el
malentendido, pues, según sus propias palabras,
había sido víctima de una emoción inusitada:
“Estaba probando mi nuevo celular y la conexión
a internet, cuando me llegó un correo notificando
que ya había salido ‘La pluma en la piedra 8’. Me
emocioné porque m’hija escribe allí. Me bajé del
coche y le grité a mi marido, que se había
detenido a comprar unos chescos”, dijo la
implicada.
Cuando se le preguntó a Juanita, como la
conocen en su colonia, sobre La pluma en la piedra,
ella explicó que se trataba de una revista mensual
de distribución gratuita por internet, donde los
más grandes escritores y artistas han publicado
parte de sus obras. Mencionó que el número de
marzo corresponde a la 8a. edición y que contaba
con la participación de: Serena Torres Peralta,
con un muestrario de héroes y villanos; Alejandra
C. L. con una probadita de los villanos que
aparecen en los animes; José J. González, con un
relato que gira en torno a una mesa;
J. M. Falamaro, con sus charlas inoportunas; y
Karina Posadas Torrijos, quien comparte un
cuento donde plasma las psicosis de la que es
víctima.
Doña Juana, la provocadora del percance,
también mencionó la existencia de una “galería”
dentro de semejante revista, en donde una vez
más hacía acto de presencia José J. González, con
un fresco de música y baile, pero que también era
una sinfonía Dulce.
Después de tales declaraciones, los
hombres representantes de la autoridad
consignaron a la alborotadora por 48 horas al
torito más cercano de la entidad, pues se presume
que la susodicha se encontraba bajo el influjo de
enervantes. Así mismo, se comenzó la búsqueda
de las personas que la culpable había nombrado,
pues se cree que pertenecen a una banda de
traficantes de ideas.
5
“¡Ya llegó!”, grita señora en medio de la autopista a Tzintzuntzan. Ante las
miradas atónitas de quienes se arrodillaron, implorando perdón por sus
pecados. “¡Ya llegó!”, repetían algunos: “¡El fin del mundo ya llegó”.
“¡El fin del mundo ya llegó”, gritan.
Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____
Por Serena Torres Peralta
Héroes y villanos
7
E stimado lector, a continuación le presento un divertimento escritural donde se
presentan las fichas técnicas de algunos héroes y villanos, reales y ficticios. Sin embargo,
después de escribir la línea anterior, me percaté de la dificultad que conlleva el hecho de
clasificar quiénes eran héroes y quiénes villanos, por lo que al final de cada personaje, me tomé la
libertad de dejar un espacio para que usted elija quién es quién en la historia.
Así mismo, debo agradecer la ayuda inconmensurable de Wikipedia, pues gracias al extenso
cúmulo de información que posee, me facilitó la ardua tarea de recabar los datos que conforman
cada ficha. Finalmente, debo aclarar que estoy consciente de la nimia cantidad de personajes que
aquí se exponen, pero no debe ser presa de la desilusión, bienaventurado lector, esta empresa está
diseñada para que usted complemente el fichaje con sus personajes favoritos. Tal vez, algún día se
cree un juego de cartas tipo Yu.Gi.Oh a partir de nuestro trabajo.
Nombre: Don Carmelo (interpretado por Miguel Inclán en Los
olvidados de Luis Buñuel)
Alias: El Ciego
Origen: Desconocido
Poderes: Puede ver más allá de lo evidente y golpear con un palo
con clavos a quienes intentan robarle su dinero.
Enemigos: Todos los niños de la calle.
Aliados: El Ojitos (hasta que se escapa).
Historia: De profesión mendicante, un día encuentra al Ojitos,
quien fue abandonado en la ciudad por su padre. Él le ofrece un
techo a cambio de que el Ojitos trabaje y lo ayude a ganar dinero.
Tiene debilidad por las jovencitas, en especial por Meche. En un
intento por hacerla suya, el Ojitos lo golpea y se queda solo
nuevamente. Entre sus frases famosas están: “¿Sigues esperando a tu papá? […] No regresará, esas
cosas pasan todos los días. Hay mucha miseria y las bocas estorban” y “Ojalá los mataran a todos al
nacer”.
8
1 El STOP es un juego de patio que consiste en dibujar un círculo en el piso, dividido en partes. Cada jugador se coloca sobre una de las fracciones y le pone nombre, usualmente el de un país. Uno de los jugadores comienza diciendo: “Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es…” y a continuación dice el nombre de algún otro jugador. Todos corren menos el jugador nombrado, quien pondrá su pie en el centro y gritará “stop”. En ese momento todos se detienen y el jugador del centro elige a otro jugador para adivinar la distancia a la que se encuentra.
Integrantes: Adolfo Hitler (Alemania), Hirohito (Japón) y Benito Mussolini (Italia).
Alias: Bloque Berlín-Roma-Tokio, Los fantásticos (para los amigos), Hijos del averno (para los enemigos).
Origen: Después de una pequeña disputa en una partida de STOP1, donde el premio era un lugar
llamado Austria, Adolfo y Benito profundizan sus conversaciones y descubren que tienen intereses en
común. Así, después de un mal comienzo, van estrechando sus lazos de amistad y deciden formar un
equipo en pro de las naciones que lideraban, celebrando con la firma de un pacto en 1936 y el cual se
mantendría hasta la muerte de ambos. Algunos años después, en 1940, Hirohito, quien simpatizaba con
las opiniones de Adolfo y Benito, se une a la agrupación. A partir de ese momento se autonombraron
los Amigos del Eje.
Poderes: Buques y aviones de guerra, tanques, diferentes armas de fuego, químicas y biológicas entre
muchas, muchas, muchísimas otras.
Enemigos: El equipo de los Aliados conformados por Stalin (Ex-Unión Soviética), Roosevelt (Estados
Unidos) y Churchill (Reino Unido).
Aliados: Hungría, Rumanía, Bulgaria y muchos otros, tanto simpatizantes, como a quienes no les
quedó de otra.
Historia: Después de que se diera por terminada la Primer Justa Mundial de STOP, se firma el Tratado
de Versalles por actitudes antideportivas durante el desarrollo del juego, otorgando muy pocos
beneficios a los equipos de Alemania, Italia y Japón. Tiempo después, éstos últimos exigen la revancha
en la Segunda Justa Mundial de STOP, la cual inicia en 1939 y termina hasta 1945. Ante la derrota
inminente, Adolfo se suicida para no darles el gusto a sus contrincantes de atraparlo, en tanto, Benito
trata de escapar, pero es alcanzado y fusilado por una turba iracunda, marcando la disolución del
equipo. Después de lo sucedido, Hirohito continúa con su trabajo de emperador, pero renuncia a
algunas prestaciones de ley, entre ellas su ascendencia divina.
Este equipo se
encuentra con
los:
Héroes ____
Villanos ____
9
Nombre: María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez
del Río
Alias: Dolores del Río
Origen: Nació el 3 de agosto de 1905 en el estado de Durango, México.
Poderes: Actuación, algo de canto y baile, belleza, levantamiento de ceja
nivel experto.
Enemigos: Las malas lenguas dicen que María Félix.
Aliados: El número de aliados es inconmensurable, entre ellos se puede
destacar a Emilio “El Indio” Fernández, Salvador Novo, Diego Rivera y
Frida Kahlo.
Historia: Doña Dolores creció en el seno de una familia acomodada al norte de México. Tras el
estallido de la Revolución en 1910, su familia tuvo que separarse para evitar correr el destino de todo
hacendado. Junto con su madre, viaja a la Ciudad de México donde comienza a estudiar baile. Es
descubierta por un productor estadounidense que la invita a probar fortuna en Hollywood,
convirtiéndose en una gran figura de las décadas de los 20’s y 30’s. Bajo sospecha de ser comunista por
su relación sentimental con Orson Welles y al sentirse relegada a papeles secundarios, regresa a México
en 1942 donde continúa su carrera cinematográfica, convirtiéndose en una de las grandes divas de la
Época del Cine de Oro Mexicano.
Esta mujer se encuentra con las: Heroínas ____ Villanas ____
Nombre: Salomé
Alias: Salomé
Origen: Hija de Hepatía, esposa y cuñada de Herodes.
Poderes: Bailes sensuales.
Enemigos: Sin definir.
Aliados: Su madre.
Historia: Dicen las malas lenguas que Salomé se enamoró de Juan El Bautista y
trató de seducirlo. Al verse rechazada por El Bautista, albergó odio por él.
Después de danzar frente al rey y que éste le ofreciera lo que ella quisiera, consulta la decisión con su
madre y pide la cabeza de Juan en una bandeja de plata.
Esta mujer se encuentra con las: Heroínas____ Villanas ____
10
Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____
Nombre: Rodolfo Guzmán Huerta
Alias: El Santo, el Enmascarado de Plata.
Origen: Tulancingo, Hidalgo, 23 de septiembre de 1917.
Poderes: Habilidades de lucha libre.
Enemigos: El cerebro del mal, hombres infernales, zombies, el Rey
del Crimen, mujeres vampiro, el estrangulador, brujas, marcianos,
monstruos, muertos, jinetes del terror, la mafia, momias de
Guanajuato, asesinos de otros mundos, la hija de Frankenstein, la
magia, Drácula, el Hombre lobo, secuestradores, lobas, el
Dr. Frankenstein, Dr. Muerte, La Llorona, el Servidor Asesino, al
inicio los técnicos y después los rudos.
Aliados: Blue Demon y todo el bando técnico.
Este luchador se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____
Nombre: Lobo Feroz
Alias: Juancho, para los amigos.
Origen: El bosque.
Poderes: Ojos, orejas y nariz muy grandes, además de un hocico
con dientes filosos.
Enemigos: El cazador del bosque.
Aliados: Desconocido.
Historia: Era conocida su afición por las jovencitas y por las
mujeres mayores. En ocasiones las engalanaba y éstas caían
rendidas a sus pies, sin embargo, a veces las galanteadas se ponían
difíciles y él tenía que valerse de cualquier artimaña para poder
conquistarlas. Una vez se corrió el rumor de que se había comido, literalmente, a una muchachita y a su
abuela, situación que provocó un gran tumulto y que un cazador, poco entendido en las artes del
donjuanismo, le abriera la barriga para sacar a las víctimas. El cazador fue procesado por difamación,
daños en propiedad ajena y homicidio culposo y calificado.
Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____
11
Nombre: Bruce Wayne, Bruno Díaz. Alias: Batman, el Hombre Murciélago.
Origen: Proveniente de una familia multimillonaria. Presencia el asesinato de sus padres, cuando salían
de un teatro en Ciudad Gótica. Huérfano y traumado, decide tomar la justicia en sus propias manos e
inicia, como una actividad en sus ratos libres, una cacería de maleantes en toda la ciudad bajo el nombre
de Batman.
Poderes: Gran intelecto, habilidades físicas no sobrenaturales y dinero.
Enemigos: El Guasón, Dos Caras, El Espantapájaros, Hiedra Venenosa y muchos más.
Aliados: El mayordomo Alfred, Robin, Batichica, el comandante Gordon y los miembros de la Liga de
la Justicia.
Historia: Hombre loco que construye juguetes excesivamente caros para
atrapar a todos aquellos a quienes considere inmiscuidos en actividades
delictivas. No cobra por sus servicios. Trata de compensar sus culpas con
actos y fiestas filantrópicas, además de que ninguna novia le dura.
Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____
Nombre: Pepe “El Toro” (Interpretado por Pedro Infante en Nosotros los pobres,
Ustedes los ricos y Pepe “El Toro”)
Alias: Pepe “El Toro” Origen: Humilde
Poderes: Sabe trabajar, se entiende con la madera (carpintero), don de canto,
honrado, valiente y buen peleador.
Enemigos: El mariguano, El tuerto, el papá de Chachita, Boby Galeana, la pobreza.
Aliados: La Chorreadoa, Chachita, la palomilla, Lalo Gallardo y la esposa e
hijos de Lalo Gallardo.
Historia: Pepe “El Toro” es un hombre trabajador que tiene que hacerse cargo de su madre y su
sobrina, Chachita, quien cree que él es su papá. Su madre enferma y queda postrada en una silla de
ruedas sin poder hablar, después del mal paso que da la mamá de Chachita. Trata de salir adelante, pero
el mundo siempre le pone trabas. Es acusado de un asesinato y termina en la cárcel, a pesar de su
inocencia, en tanto, su madre es brutalmente golpeada y termina moribunda en el hospital, al igual que
su hermana. Las dos mueren, Pepe demuestra su inocencia, sale del tambo, ajusticia al asesino de su
madre, le perdona la vida, pero este muere por pelear chueco. Se casa con “La Chorreada”, tiene un
hijo, éste muere en un incendio, Chachita se va con su familia rica, regresa, tiene dos hijos más, éstos y
“La Chorreada” mueren en un choque de tranvía, encuentra a un viejo amigo, se vuelve boxeador, lo
mata sin querer, se hace amigo de la reciente viuda y ambos acuerdan quedarse solos por siempre.
12
Nombre: José Doroteo Arango Arámbula
Alias: Francisco Villa, Pancho Villa (pa’ los cuates) y El Centauro
del Norte.
Origen: Doroteo Arango nace en el estado de Durango, México,
en 1878. Acerca del origen de Pancho Villa existen diversas
historias a su alrededor, siendo una de las versiones más populares
aquella que cuenta que mató al hijo de un hacendado, porque éste
había violado a su hermana. Perseguido por la falsa justicia, decide
adentrarse en las montañas y, tiempo después, conoce al líder de un
grupo de bandoleros al que llamaban: Francisco Villa. Doroteo
Arango se une a ellos y, a la muerte de Villa, es nombrado líder de
la banda, adoptando el mismo nombre de su predecesor.
Poderes: Encanto arrollador con las mujeres, valentía y determinación, el Siete Leguas (el caballo que
Villa más estimaba, cuando oía pitar los trenes, se paraba y relinchaba), la División del Norte
(formación militar), los Dorados (hombres de valor y confianza, leales al General), trenes, armas,
uniformes, cientos de campesinos y gente del pueblo inconformes por el excesivo poder de los
hacendados y sus abusos.
Enemigos: Hacendados, gabachos, John J. Pershing, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza, Álvaro
Obregón y todo aquel que fuera en contra de sus ideas.
Aliados: Los Dorados, campesinos y gente del pueblo, Francisco I. Madero, Felipe Ángeles,
Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y todo aquel que compartiera sus ideales.
Historia: Existen muchas alrededor de este personaje, entre ellas su asalto a Columbus, Nuevo México,
el cual todavía le duele al orgullo gringo; todos sus matrimonios, corriendo el rumor de que se casó 75
veces; los niños huérfanos que recogía y adoptaba; su carácter voluble; el encuentro con Zapata, su
comida en Sanborns en la Ciudad de México y el incumplimiento de enviarle armas al sur; la película
estadounidense en la que participó o la leyenda sobre la propuesta indecorosa por parte de Alemania.
Tras un periodo de tranquilidad, ya con Álvaro Obregón como presidente de México y ante el temor de
que tomara nuevamente las armas, es emboscado y asesinado el 20 de julio de 1923.
Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____
13
Por Alejandra C. L.
Los villanos en el anime
D entro de mis vastas manías, existe
una llamada “anime”, que es la
animación japonesa. Pero no me
voy a detener a explicar realmente qué es el
anime porque seguramente muchos de ustedes
comprenden de lo que les estoy hablando. Más
bien, de acuerdo al tema que toca en nuestra
querida revista, hablaré de los malos que han
acompañado a varias series de anime que he
visto a lo largo de estos últimos diez años.
Sin embargo, a veces pienso que
catalogarlos del todo en una lista no sería muy
grato, ya que muchos de ellos siempre tienen
una historia que contar y, sobre todo, justifican
el porqué de sus actos, lo que me lleva de
inmediato a nuestro primer villano por analizar:
Vegeta, el príncipe saijajin de Dragon Ball Z, que
después se convierte en el compañero de peleas
del protagonista Gokú.
Vegeta es un caso bastante interesante. Si
mal no recuerdo, llega a la Tierra con el
objetivo de encontrar las esferas del dragón
para pedir la inmortalidad. Por eso, para
alcanzar su objetivo no le importa lo que deba
hacer, así destruya a la misma Tierra o mate a
su propio compañero. Pero al toparse con
Gokú se encuentra con la horma de su zapato,
y es precisamente esta horma la que lo obliga a
ser el némesis del protagonista. Siempre
obsesionado con acabarlo y con tener una pelea
donde él gane, lo cual nunca sucede por alguna
u otra cuestión, llevándo a que Vegeta se vuelva
al mismo tiempo enemigo y compañero de
peleas de Gokú, combatiendo para proteger a la
Tierra que convierte en su hogar, a falta de su
planeta que fue destruido por un extraterrestre
malvado.
Conforme avanza la serie, al final de
Dragon Ball GT, uno va sintiendo simpatía por
Vegeta. Incluso yo admito que llegué a tenerlo
como amor platónico, ya que su fuerte carácter,
la forma en cómo se obsesionaba con esa pelea
por Gokú y la manera en que protege aquello
que quiere, aunque no lo demostrara del todo,
presenta a una persona que pese a ser malvado,
demostraba que podía tener sentimientos,
llegando a entender el porqué de su actuar.
Y es que si uno se pone a analizar los
villanos de las series de anime, realmente no
hay maniqueísmo, esta idea de que hay un
bueno y un malo, un enfrentamiento y el malo
pierde. Dentro de las series de anime los
malvados pueden volverse buenos o si no
mueren, pero siempre con una justificación de
por qué realizaron tales cosas que incluso
pierdes la noción de su maldad.
Tal es el caso de Itachi Uchiha, el
hermano mayor de Sasuke Uchiha, uno de los
Alejandra C. L.
personajes de la serie Naruto. Por mucho
tiempo uno cree que Itachi es malvado, cruel y
llegaba uno a considerarlo despiadado por
matar a su familia. Pero cuando le confiesa la
verdad a su hermano Sasuke mientras éste lo
mata, uno pierde la idea de que Itachi era el
malvado.
Por supuesto que existen personajes que
tienen grandes dosis de maldad, pero nunca los
dejan a la deriva, indicando que no son malos
por naturaleza, sino más bien fueron
adquiriéndola, porque la sociedad misma los
obligó o los corrompió el poder que les
otorgaron.
Veamos dos casos de estos, en primera
instancia tomemos de ejemplo a Lucy de Elfen
Lied. Ella nace con dos cuernos en la cabeza, es
huérfana y por si fuera poco en el orfanato
donde vive se burlan de ella. Ante su defensa
comienza a matar por medio de sus brazos
invisibles (que son capaces de moverse a una
velocidad impresionante). Aunque para muchos
es malvada, en especial dentro de la historia,
cuando uno ve el anime descubre que todas las
circunstancias que sufrió Lucy la van llevando a
un estado de desesperación tal, que la lleva a
desear acabar con la humanidad.
En segunda instancia tomemos a Light de
Death Note. Considerado como uno de los
íconos dentro de muchos otakus (y espero que
no me maten cuando lean este artículo), Light
es la prueba de que el poder cambia a la gente.
La historia de este chico comienza cuando
encuentra después de salir de clases un
cuaderno de la muerte, donde al anotar el
nombre de una persona, esa persona morirá al
cabo de sesenta segundos. Para no arriesgar a
alguien, se decide por matar a un secuestrador
que ve en las noticias por la noche,
descubriendo la terrible verdad. Al darse cuenta
de lo que había hecho, comienza a matar a
todos los delincuentes de Japón, no tardando
en autoproclamarse como el dios del nuevo
mundo, ya que, según él, está limpiando a la
humanidad de la escoria. Pero sus actos llaman
la atención del FBI y algunas otras
organizaciones de la justicia, lo cual lleva a
investigaciones. Light, al ver que su deseo de
ser un dios puede terminar, no se toca el
corazón para eliminar a sus contrincantes,
utilizando a personas para que él jamás sea
descubierto como la mente maestra detrás de
toda la oleada de crímenes que comienzan a
desatarse en lo que él llama “justicia”. Y es
precisamente esta obsesión por quitar a todo
aquel que considera peligroso para su
ascensión, lo que lo convierte en alguien
malvado y cruel, ya que no se conmueve ni con
la muerte de quienes consideraba sus seres
queridos.
Otro caso parecido podría ser Lelouch
Lamperouge de Code Geass, aunque este parece
tener tres razones para actuar de manera tan
despiadada que al final nos conmueven hasta el
14
tuétano y se llega a tener admiración y simpatía
por el personaje. En primera, su familia fue
asesinada y busca vengarse de los ejecutores del
mismo, sabiendo de antemano que detrás de
todo eso se encuentra su padre. En segunda,
tiene el Geass, un poder que hace que a quien
sea que le ordene algo lo ejecute, consiguiendo
que la gente se mate de inmediato si él lo
ordena. Y en tercera instancia, lo único que
desea es que su hermana menor, Nunally, viva
en un mundo donde no exista la esclavitud ni
las conquistas. Pero para esto llega a realizar lo
que un filósofo dijo alguna vez: “el fin justifica
los medios”, llevando a la destrucción a varias
personas y claro, tampoco se fija mucho en los
verdaderos intereses que tienen sus seguidores.
En algunas otras series, dejando de lado a
un personaje en específico, se plantean muchas
de las veces que los verdaderos malvados son
los seres humanos o que ellos son los que
llevan a la destrucción todo lo que los rodea.
Como primer ejemplo tenemos de nuevo a
Elfen Lied, en donde conforme la serie avanza,
uno se replantea seriamente cómo la sociedad
hace a un individuo malvado y, por lo tanto, la
sociedad misma está llena de maldad. En otro
ejemplo tenemos a Saikano, una serie donde
una chica es forzada a convertirse en un arma
porque hay una guerra, causante de la
desaparición de varias ciudades. Aunque en esta
serie no hay un maniqueísmo tan evidente, ni
siquiera un trato de la maldad o de algún
malvado en específico, la forma como se
muestran las miserias de la guerra, así como la
destrucción de la misma, nos lleva de inmediato
a reflexionar nuevamente que dentro de nuestra
naturaleza como humanos, existe algo llamado
maldad y que al encontrarse latente, nos llevará
a nuestra propia destrucción, como suele pasar
con algunos de los personajes citados
anteriormente.
Me gustaría citar más personajes
inolvidables dentro de series, pero la lista es
muy larga y creo que nunca acabaría. Sólo me
resta decir que dentro de las series de anime,
uno conoce al malvado más de lo que se llega a
conocer dentro de una historia maniqueísta,
aunque bien… pone a pensar que uno nunca se
vuelve malvado nada más porque sí. Todos
tienen una historia qué contar y ésta es otra de
las razones por las que me gusta el anime, ya
que el malvado siempre terminará
sorprendiendo.
15
Los villanos en el anime
La Galería
La Galería
“Dulce… Dulces los labios del pintor, hastiado de espacios en blanco. Ya ha roto todos los
cuadros que hizo la última semana. Ya canceló el envío de varios de ellos a las publicaciones de
difusión. Ya no mira. Ya no. Ha preferido apagar la luz, porque cada toque de blancura lo saca de
sus cabales. Dulce… a eso sabe la espalda cuando la pruebas con cuidado. ¿Acaso no es la pregunta
que todos nos hemos hecho: a qué saben las cosas? Pintor se acerca a la mujer acostada a su lado.
Está decidido a descubrir el sabor de ella. Y al acercarse a su piel escucha los timbales que se llevan
el espacio para dejarle el movimiento.”
17
Música y baile (Dulce y sus sinfonías). José J. González, acrílico sobre cartón, 45 x 89cm.
Por José J. González
Primera parte
L a mesa de la cocina hace dos días que había perdido la pata. Era imposible poder
comer sobre ella, pues uno nunca sabía en qué momento terminaría volcándose. Por
ello Lizz y Harry preferían comer en el suelo, sólo colocaban una manta como
mantel y todo estaba listo.
Ya habían llamado al carpintero para que viniese a repararla, pero por alguna extraña razón
éste se negaba a aparecer. Quizá pensaba que en la casa donde habita un escritor no hay dinero
para solventar una simple y llana pata de palo, o quizá se creía el mejor carpintero del mundo y, por
ello, no gastaría fuerzas en esa simple y llana pata de palo.
–¿Por qué no compramos otra mesa, Harry? –dijo con cierta resignación Meli.
–No, nada de eso Meli, ésta aún tiene mucha vida por delante. Mírala ahí, hasta parece estar
triste porque le falta su patita –dijo bromeando.
–Pero si yo la veo muy vieja, yo dudo que nos pueda durar un año más –dijo sería y luego
agregó: –Y qué tal si tiene polilla, no querrás que esos animales se devoren tus libros.
–Pues yo la veo tan buena como el primer día que la trajimos… Bueno, pero qué se ha creído
ese carpintero, ¡caramba!
–Quizá tiene un poco de trabajo Harry, si quieres vuélvele a llamar.
–No, no, no, puede creer que lo necesitamos verdaderamente para arreglar una mesa;
dejémoslo así.
–Está bien, será cómo quieras Harry.
Llegó la hora de la comida, tendrían que tender el mantel como lo ya han venido haciendo, y
para que cuando terminen tengan que levantarlo. En verdad que todo esto era un fastidio. Harry no
podía escribir porque siempre que lo intentaba sólo podía escribir sobre mesas lisiadas. Tenía que
hacer algo para que todo volviera a su equilibrio, para que todo fuera como antes, donde los dos
comían en la mesa, donde él podía escribir sobre cosas que no fueran mesas y patas de madera.
En contra de la impermanencia de las cosas1
19
Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo.
ARQUÍMEDES, Περὶ ȋɯ̑υ Μɳχαυικɯ̑υ
ɵԑɯρɳμἀȋɯυ ᴨρᴏҫ Έραȋᴏσἐυɳυ ἒφᴏδᴏς
1 El título está basado en un verso de Corso.
José J. González
Lizza, como siempre, marchaba a trabajar a las dos de la tarde. Su empleo en aquella casa
editorial la regresaba a casa hasta casi las ocho. Mientras tanto, Harry se quedaba en casa, sentado
en una de aquellas sillas con cuatro patas. Miraba por largo rato a aquel mueble que si no podía
reparase terminaría en el fuego. No podía creer que por carecer de un elemento también careciera
de un valor, así es todo el mundo, se dijo.
–Todos somos servibles mientras podemos llevar a cabo ciertas actividades y tareas. Pero,
desde el momento que ya no podemos más, nos van haciendo de lado, vamos adquiriendo un rol
de cosa estorbosa –monologó.
Ahora entendemos por qué Harry le preocupa llegar a viejo. Lo compadecemos, pobre
hombre. Pero Harry olvida que hay cosas que las personas viejas sólo pueden hacer, por ejemplo,
jugar ajedrez todo el día sin ser molestado para llevar a cabo cualquier nimia tarea, o leer un libro
completo sin interrupciones, o dormir. Sin embargo, para poder hacer esto uno tiene que tener un
ahorro para no preocuparse de dinero, y para tener dinero uno tiene que trabajar, y si hablamos de
trabajo nos damos cuenta que Harry no tiene. Por tanto, la única que puede aspirar a esta vida
tranquila es Meli. A él le espera un destino turbio, todos los escritores y pintores lo tuvieron. La
mayoría de ellos murieron pobres y en la calle.
Sonó el teléfono.
Quizá era Meli, quien más llamaría a estar horas de la tarde. Harry se levantó con cierta
pesadez de la silla, caminó lento hacía el teléfono que seguía sonando.
–Sí, bueno… –se escuchó una voz grave al otro lado.
–Sí, diga –contestó Harry.
–Señor Harry.
–A sus órdenes, ¿qué se le ofrece?
–Llamo de la carpintería “El roble”. Lamento comunicarme hasta ahora, lo que pasa –ahí
venía el pretexto: –es que se me había olvidado que tenía un compromiso con usted.
–Se le olvidó… bueno, bueno, está bien.
–No sé si aún requiere de mis servicios.
–Lo lamento, es que le he hablado a otro carpintero, quedó en venir esta tarde. De hecho
creo que ya llegó, tengo que dejarlo. Gracias de todas formas. Buena tarde.
–Buena t…
Harry colgó.
20
Por la tarde volvió Meli del trabajo, como siempre, regreso agotada. Harry le preparó una
silla para que ella tomara asiento y así poder descansar. ¿No ha venido el carpintero?, preguntó
Lizza.
–No, no ha venido –luego agregó Harry: –pero llamó por la tarde, me dijo que se le había
olvidado porque según él tenía carga de trabajo.
–Eso quiere decir que mañana vendrá, ¿verdad?
–Le dije que ya no se presentara. Le mentí que ya habíamos conseguido otro carpintero.
–¿Y quieres decirme quién es el nuevo carpintero?
–Pues no lo sé, mañana saldré a buscar alguno que quiera trabajar.
–Te digo que mejor compremos una nueva mesa.
Harry parecía un niño siendo regañado. Agachó la cabeza como quien espera el sermón final.
Meli seguía hablando, para ese entonces él ya estaba sumergido en un espacio en blanco. Empezaba
a idearse algunas cosas para la mañana del día siguiente. Harry es como un jugador de ajedrez,
siempre pretende ir un paso adelante fingiendo que ha sido puesto en predicamentos.
Después de haber cenado y haber platicado del día de Meli, los dos decidieron descansar.
Apagaron la luz de la pequeña sala y de la cocina. Harry fue a la biblioteca, mientras que Meli se
arropaba para dormir. Él regresa a la habitación con un grueso ejemplar de Solschenitzin, hace
meses que le lee a ella esta novela rusa.
Nadie tenía ganas de trabajar los domingos, ni siquiera los «libres».
Iban al trabajo de modo indolente, sin que hubiese en los autobuses las acostumbradas
apreturas de los días laborales, y se preocupaban solamente de cómo resistir hasta las seis de la
tarde.2
–Meli… Meli –susurró Harry.
Como lo había sospechado Harry, ella ya estaba más que dormida. Cuando se duerme ni el
paso de un ferrocarril es capaz de levantarla. Él continuó leyendo hasta que al fin sus ojos ya no
podían mantenerse abiertos. Dejó el libro en el buró, apagó la luz, y durmió abrazado a Lizza.
Desde que Izza trabaja en la editorial siempre regresa muy cansada, por lo regular le quedan
pocas ganas para hacer algo. Era de esperarse que una mujer como ella tuviera un buen trabajo.
Desde un inicio se había destacado por sus buenas notas. Harry, por otro lado, siempre fue el
despreocupado, el que dejaba todo para lo último, el que prefería trabajar en los proyectos de otros
y no en los propios. Su única ambición era escribir y pasarse la vida al lado de su linda esposa .
21
2 NOTA DEL ESCRITOR. Alexander Solschenitzin, “Capítulo XXXI: Las impresiones vocales” en El primer círculo, Bruguera, Barcelona, 1971, p. 291.
En contra de la impermanencia de las cosas
José J. González
Todo para Harry adquiría sentido al lado de Izza, la anulación de su yo había iniciado desde aquella
vez primera que encontró a Meli.
Por la mañana sonó el despertador. Eran las seis en punto. Harry se levantó. Él siempre
había tenido la costumbre de levantarse muy temprano. Fue a la cocina, miró con tristeza a aquella
vieja y acabada mesa. Todo tiene un ciclo de vida, se dijo. Se sentó sobre un tapete cerca del centro
de la sala. Su postura era parecida a la de los sujetos que meditan.
El despertador volvió a tocar. Ahora eran las siete, Meli continuaba dormida, Harry se
levantó y caminó despacio hacia la habitación. Apagó el ruidoso objeto. Luego volvió al centro de
la sala, pero en vez de sentarse se quedó parado, su mirada se perdía en la profundidad de algún
sitio desconocido.
Volvió a caminar hacia su habitación. Abrió el ropero y saco un abrigo. Buscó sus zapatos, se
colocó una bufanda en el cuello y se fue directo a la puerta de salida. Antes de salir echó una última
mirada a su vieja mesa.
Cuando Meli despertó se dio cuenta de la ausencia de Harry. No se le hacía extraño que él de
vez en cuando decidiera salir por las mañanas. Ella nunca sabía a dónde iba a esas horas; de algo
podemos estar seguros, ni el mismo Harry sabía dónde podría llegar a parar. Él sólo caminaba y
caminaba sin rumbo fijo hasta que se cansara o se aburriera de andar, entonces volvía, nunca decía
palabra alguna, simplemente entraba, se sentaba y todo empezaba a correr como si nada hubiera
sucedido.
Pero aquella mañana era diferente, Harry sabía claramente a dónde dirigirse. La gente lo
miraba extraño, él los miraba extraño. La gente hablaba de él, él no hablaba de la gente. Su mundo
siempre estaba concentrado en una especie de microcosmos, y en ese espacio había entrado desde
hace un buen tiempo Meli. Él le permitió que entrara.
Eran apenas las siete y tres cuartos cuando Harry llegó a donde tenía que llegar. Sabía que
tenía que esperar un cuarto de hora más. Tomó asiento en la banqueta. Un par de niños pasaron
cerca de él, lo más seguro es que se dirigían a la escuela, o algo así. Los niños se rieron de su
peinado no-peinado.
Los pensamientos de Harry cada vez se mostraban más abstractos hasta para mí, con cada
día que pasaba algo dentro de él se hacía más difícil de apreciar. Algunas ocasiones parecía dejar de
pertenecer, parecía irse, viajar a las curvas y líneas de las que nos habla Long. Ni él mismo
comprendía que pasaba, sólo dejaba que pasará.
–Buenos días.
22
En contra de la impermanencia de las cosas
–Buenos días –contestó Harry volviendo en sí.
Un ruido metálico se escuchaba a sus espaldas. La cortina de aquel establecimiento era
empujada hacia arriba. Harry se levantó.
–Puede usted pasar –dijo una voz anciana y apagada.
–Sí, gracias.
Harry entró. Herramientas por aquí y por allá asaltaban la vista de Harry. Él siempre había
odiado las herramientas, pero quería su vieja mesa.
–¿Tendrá clavos de una pulgada y media? –preguntó Harry a media voz.
–Claro que sí señor, ¿cuántos va a necesitar?
–Yo diría que como unos diez.
–¿Tan sólo diez?
–Sí, sólo diez.
El señor camino hasta el almacén, Harry lo vio con qué esfuerzos se doblaba para tomar los
clavos. Aquel hombre empezaba a ser como la mesa. No tardaría mucho en que alguien decidiera
relevarlo por considerarlo inservible. Harry empezaba a odiar el mundo.
El viejo caminó de regreso hasta el mostrador. Aquí los tiene, dijo.
–¿Cuánto le debo?
–No es nada, lléveselos.
–No, en verdad, ¿cuánto le debo?
–Amigo, se los regalo.
El viejo se dio la vuelta para tomar una bolsa de plástico donde echar los clavos. Harry
aprovecho este movimiento para tomarlos y colocarlos dentro del abrigo. Saco un billete de a
veinte y lo dejó en el mostrador, luego salió con paso apresurado.
Siempre había detestado que la gente le regalara las cosas. Sabía que a veces estaba jodido,
pero no por ello le gustaba obtener conmiseración de los demás, aunque fuera por buena obra. Los
regalos le hacían sentirse miserable.
Harry caminó rápido a casa. Cuando entró, vio a Meli cocinando.
–Hola, Harry.
–Hola.
Observó con detenimiento la mesa, luego preguntó:
–¿El martillo aún está en la caja?
–Creo que sí, ¿por qué?
23
José J. González
Harry no contestó.
Se dirigió a su habitación; bajo la cama estaba la caja. La sacó con mucho esfuerzo. Ahí
estaba el rojo martillo de oreja. Lo tomó con cuidado, hacía mucho que no lo sentía en sus manos.
Una sonrisa se dibujó en su rostro de escritor y pintor mediocre. Tendrás una segunda
oportunidad, dijo.
Efectivamente, ese rojo objeto representaba una oportunidad.
Harry regresó a la cocina. Ahí seguía Meli.
–¿Qué harás? –preguntó Meli sin despegar la vista de la estufa
–Espera y lo verás –contestó Harry con cierta alegría en sus palabras. –Espera y lo verás.
La vieja pata estaba colocada en una esquina. La mesa ya se encontraba arrumbada como los
objetos que han sido olvidados por un infortunio o un amo descorazonado. Harry no pudo evitar
sentir cierto aire de tristeza. Ahora quedarás como nueva, dijo en voz baja.
–Te he dicho Harry que ya tiremos ese pedazo de leña.
–Nada de eso –los ojos de Harry miraron fijamente a Meli.
Harry saco de su bolsillo los diez clavos que había pagado. Sus dedos podían sentir el frío
metal, la redondez y un extremo terminado en punta. Tomó la vieja pata de madera y la colocó en
el lugar que debería de ir.
Luego, con el martillo en la mano derecha y con la izquierda sosteniendo el clavo se prepara a
brindarle a su vieja compañera una oportunidad más; asesta un fuerte golpe sobre el clavo. Meli
voltea para ver lo sucedido. Harry toma otro clavo y da un nuevo golpe, luego otro y otro. Se
detiene. Se retira a cierta distancia para ver el resultado de su trabajo. Un gesto de alegría se pinta
en cada uno de sus músculos faciales.
–Allí la tienes –espera la respuesta de Meli.
–Haber déjame verla.
Meli se dirige rápidamente hacia donde está la mesa.
24
PERSONAJES
C. Bukowski: Poeta insensible con ansia de probar elíxires extravagantes de algún vino barato entre bocanadas de
humo. Acaba de recibir otra larguísima nota de rechazo, nadie lo quiere publicar e, incluso, ha deseado ser leído y
que lo entienda cualquiera. No conoce obra alguna de Joaquín. Ha visto representar la misma comedia, el mismo
papel del pseudointelectual y la misma obra por algún escritor.
Joaquín: Biógrafo de universos infinitos. Escritor de ensayos patéticos experimentales.
* * *
C. BUKOWSKI: (Tomando nota.) Martes, siendo las 12:35 de la mañana, me encuentro en el
domicilio del buen y afamado estudioso de las letras, Joaquín…
JOAQUÍN: (Interrumpe estrepitosamente al joven poeta.) Mmm… no soy letrado, mi joven amigo.
C. BUKOWSKI: (Prosigue.) Bien. Usted perdone. Prosigo: disfrutamos de esta hospitalidad
hogareña en la sala de estar, con un único fin, charlar con Joaquín.
JOAQUÍN: (Rascándose la cabeza.) ¿En verdad desea, mi buen amigo, charlar? Antes creo nos
debemos un café. ¿Me permitiría unos minutos?, voy por ellos.
C. BUKOWSKI: (A solas.) ¿Quién se cree este santurrón? Interrumpiéndome mientras llevo el
hilo de una entrevista y luego, ¿dónde está la hospitalidad?, cuando sobre la mesa únicamente veo
vasos vacíos. Sólo espero que no tarde.
JOAQUÍN: (Vuelve con las manos.) ¿Cómo dice que se llama, mi joven amigo? No, espere…
¿cómo se le ocurrió venir a charlar conmigo?
C. BUKOWSKI: Pues, si me permite explicar, a la revista a la que pertenezco le interesó un
artículo suyo publicado hace…
JOAQUÍN: (Con un dejo de sorpresa en el rostro.) Revista dice. Hace años que no me tomo el
tiempo para esos menesteres. Permítame... (Yéndose de repente.)
C. BUKOWSKI: (Atónito, a solas, mirando a todos lados de la sala, murmurando entre dientes.) Debería
largarme de aquí, a quién le interesa semejante charla. Además, ¿quién es Joaquín? Hasta ayer no
sabía quién era, si no fuera por mi jefe…
JOAQUÍN: (Entra con dos tazas de café en la mano.) ¡Qué curioso!, no pregunté si deseaba un café.
C. BUKOWSKI: No se preocupe. Me tomaré el café.
25
Por J. M. Falamaro
Charlas inoportunas
Para C. Bukowski
J. M. Falamaro
JOAQUÍN: ¡Qué bien, mi joven amigo! ¿No le parece que a veces se tiene la impresión de estar
sujeto al suelo de una gran escenografía, dentro de un inmenso teatro? Sólo falta un público.
(Riendo.) Seriamos pésimos actores, ¿no lo cree? Imagínelo por un momento, usted con su diálogo
en la mano y su servidor, un pésimo improvisador. ¡Qué daría por estar en el teatro! Las personas
arriba de las tablas sí que saben vivir…
C. BUKOWSKI: (Lo interrumpe.) Mmm… como le iba diciendo, Joaquín, he venido hasta su
domicilio esperando una charla amena sobre su artículo: La ausencia del héroe…
JOAQUÍN: (Mirando su taza vacía, vacilando.) Se me ha acabado mi café, aun así, qué más da.
Tendremos que seguir sin ello. (Levanta la vista y mira a su interlocutor.) ¿Me imagino que usted
escribe?
C. BUKOWSKI: Por supuesto.
JOAQUÍN: ¿Y me imagino que es bueno en su trabajo?
C. BUKOWSKI: Claro, en cierta ocasión tuve la osadía de escribir Cómo ser un gran escritor. Un
puñado de líneas triviales que se volvieron escandalosas cuando consideraron preguntar por mi
gusto por la vida, una vida donde se tiene el deleite por “los hombres desesperados, hombres con
los dientes rotos y los destinos rotos. También me gustan las mujeres viles, con las medias caídas y
arrugadas y con maquillaje barato. Me gustan más los pervertidos que los santos. Me encuentro
bien entre los marginados porque soy un marginado. No me gustan las leyes, ni morales, religiones
o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad”. Considerado decadente, busqué otras
opciones. Fue cuando hallé mi oficio, mihi ipsi scripsi.
JOAQUÍN: Lo felicito, se ha hecho de un nombre. Es usted importante, tanto que me
encuentro anonadado y confundido, pues no sé qué hace aquí, tomando café, escuchando a un
cuentacuentos mediocre, inexperto en los temas más zafios.
C. BUKOWSKI: Debo confesar que su sala de estar es impresionante. No hay nada que
perturbe su estancia, sin cuadros, sólo café, unos cuantos libros… Cuando venía hacia acá, me hice
a la idea de encontrarme con un personaje con la nariz metida en los libros, hojas, un aroma
arrojado en el ambiente, con murmullos poéticos, anidando una fábula en un rincón, relieves,
inspirado en crear algo nuevo… Usted me ha impresionado.
JOAQUÍN: Lo he decepcionado más bien. No lo culpo. Si me hubiera enterado que vendría,
hubiese comprado cigarrillos, un buen vodka y, por qué no, más café, ¿no lo cree?
C. BUKOWSKI: No se crea, Joaquín. (Sacando del bolsillo de la camisa una cajetilla de cigarrillos.)
¿Tendrá fuego? (Tendiéndole la cajetilla a Joaquín.)
26
Charlas inoportunas
JOAQUÍN: Claro, claro. Tal parece que no ha sido del todo un fracaso esta charla. (Tomando un
cigarrillo.)
C. BUKOWSKI: (Encendiendo el cigarrillo que acaba de tomar.) Bien, de acuerdo al protocolo
establecido, debo hacerle unas preguntas si no le molesta, Joaquín.
JOAQUÍN: (Inspirado en el humo y en las espirales del cigarrillo.) Claro.
C. BUKOWSKI: ¿Hace cuánto que escribe?
JOAQUÍN: ¡Qué curioso, mi joven amigo! Me he hecho la misma pregunta. (Un momento de
silencio, una sonrisa, movimientos insinuados de cabeza.) No lo sé. Pero, qué curioso, lo que sí recuerdo es
a mi padre escribiendo una noche fría, con papel en mano. Inspirado. Redactando una carta a mi
madre. Esperando que unas líneas lo eximieran de tantas culpas. También recuerdo a mi abuela,
escribiendo un testamento inmaterial, un recordatorio de indiferencia, odio sin piedad, misantropía,
olvido sin clemencia, rencor. A mi hermana menor y sus primeros garabatos, según una tía
raquítica, obras de arte que un día ella misma echó al cubo de la basura. (Pausa.) Posiblemente no
tengo una respuesta, quizá los demás lo sepan. Siempre saben más de uno. Debería preguntarles,
ahora que si quiere una respuesta mía, diré que ayer como a eso de las cinco de la tarde. (Pensando.)
Ahora sólo falta que me pregunte por el día de mi cumpleaños.
C. BUKOWSKI: Se de buena fuente que pronto festejara un año más.
JOAQUÍN: (Frunciendo el ceño, mirando al suelo, con una sonrisa estúpida como en el fondo de una fosa.
Pausa larga.) No me explico a dónde lo llevará esta pregunta, pero asumo que espera una respuesta
satisfactoria, mi buen amigo. (Toma de la cajetilla otro cigarrillo, lo humedece entre los labios y lo pasa entre los
dedos.) Me molesta. Siempre me ha molestado esta pregunta, porque asumo que los festejos de
cumpleaños le han acompañado a usted desde su tierna edad. Pues en mi caso no es diferente, aún
recuerdo mis primeros festejos: las decoraciones forzadas, los colores chillones, los globos, los tíos,
los primos, gente ajena, desconocidos, las canciones, el pastel, como olvidar ese pastel verde, y a
dónde lleva todo eso: a la culminación de un beso en la frente, abrazos, mordidas de pastel, el grito
de una tía bofa desde el otro lado de la habitación: “¡que cumplas más años mi niño!”. Cuando
tienes cuatro años no lo entiendes, pero a los siete, es ya insoportable seguir escuchando la misma
frase, cada vez más cruel, mi joven amigo, esa felicidad desbordante, que inspira, ¡qué gran ilusión!
De pronto, a la víspera de cumplir diez años, algo dentro de mí descubrió que esto no estaba bien,
porque cuántos años más esperaba vivir. ¡Cuántos más! Esperando llegar a los cincuenta, sesenta,
setenta, ochenta… No, eso no está bien. (Encendiendo el cigarrillo estrepitosamente.) Fue entonces, mi
joven amigo, que me di cuenta que nadie se plantea sobriamente cuántos años quiere vivir .
27
J. M. Falamaro
¡Vivirlos!, signifique lo que signifique esta palabrita. Porque puede verse una notoria diferencia
entre: “cuántos años cumples” a “cuántos años más quieres vivir”. Que un hombre en medio de la
plaza festeje los años que tiene gritando: “tengo veinte años, espero vivir diez años más”, y eso es
suficiente. Suficiente para que el mundo lo mande al psiquiátrico, a la cárcel o al exilio. (Pausa.)
Hoy, por ejemplo, tengo veintitrés años, y recorrer Sudamérica me tomara cuatro años, con esos
años me conformo y me doy por bien servido. ¿Quién no se tomaría la vida en serio si festejara no
los años pasados, sino los años que se ha empeñado en vivir? Una pregunta que se ha olvidado
preguntar, que se les ha olvidado preguntarme y que se la hago ahora, mi joven amigo: ¿Cuántos
años espera…?
Alguien llama a la puerta. Joaquín abre. Las luces donde se encuentra el invitado se apagan y este desaparece de
escena. En la puerta alguien se dice y se hace llamar C. Bukowski.
JOAQUÍN: Es absurdo, demasiado absurdo.
Mientras cierra el cerrojo, unas sombras se alejan, apenas se perciben por la rendija de la hoja de la puerta.
JOAQUÍN: (A solas.) ¿Qué hacen unos hombres en la sombra, guardando silencio,
descubriendo que han sido olvidados, abandonados? La grandiosa atracción del olvido del
momento de algún lugar sin moverse de su sitio. (Pensando.) Puede que haya sido ese viejo
indecente, sin embargo, su falta de interés, su exceso de silencio, sus equivocaciones, su aliento a
vino barato… (Mirando al público.) Pero cuando le obligué a recitar 3 horas, 16 minutos y 30 segundos
me convencieron de que se trataba de un impostor. Inmediatamente llamé al joven Bukowski a la
puerta y en presencia del impostor, los arrojé a los dos a la calle.
Sale con su cigarrillo en la mano. Telón.
28
N o creo que padezca alteraciones mentales. Todos, en algún momento, hemos
escuchado una o varias voces en la cabeza. Hablándome. Incitando a hacer
aquello que regularmente no harías y a fin de cuentas se hace. Y sucede que hay
veces en las cuales te ves en un abismo de colores ininteligibles, solo y anhelando
tiempos perdidos. Ahí es cuando vienen al rescate. No. ¡Qué loca no estoy! Simplemente, las cosas
ocurren aunque no lo quieras.
¿Te acuerdas de la primera vez que nos conocimos? Te encontré acostado en el sofá viendo
salir de la lámpara del techo muñequitas de porcelana. Estaban bailando y caminaban por el aire
formando círculos apenas perceptibles. Nacían de la luz y terminaban sus días estrellándose en el
piso. Sólo mirabas. No recuerdo el instante en que racionalizaste todo. Por eso me dejaste. Me
abandonaste a mitad de la carretera, sin gasolina y sin un quinto para salir de allí. Lo sé. Guardo
silencio, pues los otros no deben enterarse de ciertas cosas… Pero ellas lo saben y aunque intentes
callarlas por todos los medios, un día explotarán. Te obligarán a regresar a ese camino por mí y
entonces yo...
Pero dime, ¿qué se siente ser médico? Salvas personas y encierras sus miedos en un armario
hasta que llenas tus bolsillos. No puedes callarme. ¿Acaso temes que sepan sobre las muñequitas
que te persiguen? Ya sé, sólo haces tu trabajo. Por eso me buscaste. ¿Sabes?, mi piel desprende por
las noches un ligero olor a nardo y a canela desde aquel día.
¿Quién? Bueno, si no hubieras deshecho lo que iniciaste, jamás lo habría encontrado en
aquella carretera. Caminaba en medio de los árboles, cuando un jaguar negro se posó en frente de
mí. El más hermoso que he visto. Sólo me miraba y así fue como encontró mis ojos ardientes de
tristeza. Se abalanzó y sentí su poderosa mano sobre mi rostro, como si, de tanto ser un animal,
hubiera olvidado el fuego intempestivo de los humanos. Temí el dolor de sus garras atravesando mi
piel, pero en vez de eso, siguió mirándome. Únicamente quería tenerme contra el suelo. Entonces,
me olvidé de ti. Hasta ahora que te empeñas en verme y preguntarme sobre él... Porque es tu
trabajo y porque te pagan por eso.
¡No estoy mintiendo! Acarició cada uno de mis dedos con la tersura de su lengua. En ese
momento, me abandoné a mis sentidos sin pensar ya nunca más en ti. Al salir la luna, su piel se
29
Por Karina Posadas Torrijos
Psicosis
Karina Posadas Torrijos
deshizo en mil pétalos de aire. Así descubrí, en medio del abismo, que mi jaguar era un hombre de
piel cobriza y larga cabellera por donde caían los suspiros de la noche. Entonces comenzó a subir
por mis piernas, rodeó mi cintura y atravesó mi espalda con la dulce furia de quien había esperado
toda la eternidad por ese instante.
No sé de qué me hablas. El encierro fortuito no me asusta y los sedantes hace tiempo
dejaron de funcionar conmigo. Eres tú quien debería ser acusado de psicosis, porque él me
encontrará. No puedes evitarlo. Le dejé el corazón en los labios. ¡No necesito que me ofrezcas
agua! La única voz en mi cabeza ahora es la tuya. Acusadora. Incrédula. Incapaz de entender cómo
todas las noches entra la sombra del jaguar a mi cuarto… y no se irá jamás.
30
Sé parte de esta publicación en línea. Puedes participar de la siguiente forma:
- Envía un artículo y/o ensayo original en formato Word que gire en torno al tema de cada mes. No
debe rebasar las 10 cuartillas. En caso de incluir citas textuales, no olvidar colocar la referencia
bibliográfica.
El tema de abril es:
Desventuras de la infancia
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incluir una ficha con el nombre del artista, el título y la información técnica de la obra.
- Creación, la sección favorita de todos. Comparte un escrito de creación artística en cualquier
género literario en formato Word con un máximo de 10 cuartillas. En caso de querer publicar alguna
obra de mayor extensión, enviarla por entregas o un fragmento de la misma. En caso de contar con
dirección electrónica en donde se pueda leer íntegra, incluirla en los datos.
Todos los materiales deberán ser enviados a más tardar el 26 de marzo de 2012 a la siguiente
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Junto con los documentos enviados, los autores podrán anexar una reseña biográfica que no rebase las 5
líneas. En caso de contar con un sitio web en donde se pueda conocer más acerca de las obras del autor, no
olvidar incluir la dirección electrónica.
Así mismo puedes difundir el evento, sitio web o cualquier información que desees compartir con nuestros
lectores.
La pluma en la piedra
32
Edición Fecha de publicación Temática
No. 9 2 de abril de 2012 Desventuras de la infancia.
No. 10 7 de mayo de 2012 Madres perversas. Tiranía y dictadura.
No. 11 4 de junio de 2012 La pintura y sus matices. Escribiendo
a partir de los trazos.
No. 12 2 de julio de 2012 Testimonios: la vida antes de la
tecnología.
No. 13 6 de agosto de 2012 El trabajo de escribir.
¡ O j a l á m e h u b i e s e valiente hubiera muerto y despojado a
otr
o v
ali
en
te.
mu
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