Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
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Proyecto de Tesina Master en Comercio y Finanzas
Internacionales
EL COMERCIO JUSTO, UNA EXPRESIÓN DE MARKETING SOCIAL. AVANCES EN LATINOAMÉRICA
NAYEBE MARYLEE CAMPEROS GUEVARA BARCELONA, ESPAÑA
ENERO 2016
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DEDICATORIA
Dedico este trabajo a mi familia que, aunque ausentes, pero siempre
presentes; a mi madre y mi padre, quienes me dieron la vida, educación y
apoyo dentro de sus posibilidades; a mis hermanos, que han sido parte
fundamental en esta aventura emprendida hace cuatro años y que hoy me
ha llevado hasta aquí. A mi hermoso país, Venezuela; siempre orgullosa de
mi gentilicio. A mis amigos que, aunque pocos y lejos, me han alentado a
seguir. A mi país de acogida, España; a su gente que me ha hecho sentir
como en casa. A mi fiel amigo Goldty, al que siempre recordaré.
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INDICE GENERAL
Introducción…………………………………………………………………….
Objetivos………………………………………………………………………...
Justificación…………………………………………………………………….
Hipótesis………………………………………………………………………...
Metodología…………………………………………………………………….
CAPÍTULO I COMERCIO JUSTO ALTERNATIVA PARA EL
DESARROLLO SOSTENIBLE
Desarrollo Sustentable y Sostenible………………………………………
Marketing Social……………………………………………………………
Comercio Justo………………………………………………………………
CAPÍTULO II. AGRICULTURA Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN
LATINOAMERICA 2004 – 2013
La Pobreza en los países Latinoamericanos……………………………
Crecimiento Económico en América Latina (2003 – 2013) ……………
El sector Agrícola en Latinoamérica………………………………………
CAPÍTULO III EL COMERCIO JUSTO, UNA EXPRESIÓN DE
MARKETING SOCIAL
La Sustentabilidad en Latinoamérica……………………………………..
El cooperativismo en Latinoamérica……………………………………..
Comercio Justo en Latinoamérica………………………………………...
La Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños
Productores de Comercio Justo y su articulación en el continente………
Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas del Comercio
Justo en Latinoamérica………………………………………………………..
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Conclusiones…………………………………………………………………..
Referencias Bibliográficas……………………………………………………
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Introducción
Una de las principales metas del hombre en sociedad es alcanzar el
desarrollo integral que favorezca de manera sostenida su calidad de vida. Es
así como cada paradigma socio – económico que ha dado forma a la
evolución del individuo, ha impulsado los procesos productivos, la inventiva
humana y la dinámica de comercialización, destacando la era de la
postmodernidad donde los avances tecnológicos, la aparición de la
innovación con una amplísima versatilidad de productos y la ruptura de las
fronteras han marcado la pauta en la transformación de la sociedad y de las
expectativas, preferencias y tendencias del gusto de los compradores y
consumidores.
La modernización se convirtió aproximadamente desde los años 70 en el
ícono de mejoramiento continuo y la catapulta de desarrollo para muchos
países, al punto de que se ha polarizado el mundo, encontrándose aquellas
naciones de primer mundo, globalizadas, desarrolladas y líderes en los
mercados de productos y servicios imponiendo su comportamiento y reglas a
aquellas que aun pretenden despegar y más aun en las naciones signadas
por el estancamiento y la pobreza, como es el caso de los países
latinoamericanos.
A medida que ha avanzado la competitividad y se han fortalecido las
economías líderes, los problemas sociales y económicos en los países más
débiles han desatado crisis que han impedido categóricamente su
adaptación a los estándares imperante en lo que respecta a desarrollo,
requiriendo del nacimiento de estrategias que propulsen su estabilidad y
logren alinearse a la competitividad contemporánea.
En medio de la realidad económica que aqueja a los países
latinoamericanos y a otros como a los de Centroamérica y los africanos, se
despierta una sensibilización social que busca despertar el compromiso de
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las organizaciones y Estado estable por apoyar la recuperación de las
naciones empobrecidas y activar el desarrollo sustentable que garantice la
calidad de vida de las generaciones presentes y futuras; buscándose así el
equilibrio ambiental, social, legal y humano, tomando fuerza de esta manera
la tendencia de la responsabilidad social y en medio de ello se abre espacio
una nueva generación del marketing .
El marketing social incorpora la responsabilidad social en los diferentes
aspectos de la comercialización; esto significa que éste no sólo se centra en
los procesos para maximizar la venta de productos y servicios. Es decir, no
se interesa sólo en las necesidades exclusivas de la empresa, sino que
busca satisfacer las del consumidor y las de la sociedad en su totalidad.
Persigue el éxito permanente en lugar de limitarse a las ganancias a corto
plazo. En esencia, el objetivo es elaborar una estrategia de mercadeo que al
mismo tiempo que beneficia a los consumidores genera bienestar social. En
los últimos años el marketing social ha evolucionado, aunque todavía aspira
a ganar espacios frente a la competencia. Los principios del marketing social
han ganado mucha aceptación entre los empresarios, y aunque no han
podido maximizar su rendimiento, sí se han incorporado a la visión
empresarial y ha permitido la creación de redes económicas que contribuyen
a fortalecer el comercio y el intercambio entre entidades de menor potencial
financiero.
No obstante, la necesidad de cooperación para el fortalecimiento de las
economías latinoamericanas requiere de acciones que vayan más allá del
esfuerzo individual de las empresas; es necesario mancomunar esfuerzos,
recuperar sectores económicos que implique la iniciativa privada y pública a
través de bloques comerciales justos que favorezca a los sectores más
necesitados y que han sido emancipados al abandono o seriamente
afectados por las crisis económicas internas como los ciclos inflacionarios tal
es el caso de los productores agrícolas, al respecto, la Organización de
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2014), señala:
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Los productos agrícolas (“commodities”), responsables del excepcional crecimiento económico de la región en la última década, descendieron durante el 2014. Descenso que si bien no es alarmante, pues la demanda de estas materias primas para la alimentación tiene tendencia a una mayor estabilidad, si preocupa a los responsables económicos de los países de la región.
Evidentemente, ameritan de un impulso financiero para incorporarse
sólidamente al ritmo del sistema económico, por lo que se valora como
estrategia para incrementar la oferta comercial, las bondades del comercio
justo, el cual se conoce hace más de sesenta años, particularmente, en
países de Europa como Inglaterra y Holanda, también llamado comercio
alternativo, es un movimiento internacional formado por organizaciones del
Sur y del Norte, con el doble objetivo de mejorar el acceso al mercado de los
productores más desfavorecidos y cambiar las injustas reglas del comercio
internacional.
La novedad del Comercio Justo es que las organizaciones del Norte no se
limitan a transferir recursos para crear infraestructuras, capacitar o
prefinanciar a los grupos, sino que participan activamente en la
comercialización mediante la importación, distribución o venta directa al
público. Además realizan una importante labor de denuncia y concienciación.
Es la única red comercial en la que los intermediarios (importadoras,
distribuidoras o tiendas) están dispuestos a reducir sus márgenes para que
le quede un mayor beneficio al productor.
Visto de esta forma la aplicabilidad del comercio justo encaja dentro de las
prácticas del marketing social, mancomunando los esfuerzos macros para
impulsar la estabilidad de sectores de la economía poco favorecidas o
abandonados en Latinoamérica, ejemplo de ello, Venezuela cuyo sector
agrícola se ha adormecido luego del boom petrolero, pese a la existencia de
productores en el presente, pero que debido a dificultades para acceder a
divisas para impulsar la tecnología productiva y cubrir la demanda, así como
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para agregar eficiencia a los canales de comercialización se ha visto
estancado .
Ahora bien, a pesar de este contexto de sensibilidad social y económica hoy
Latinoamérica sigue requiriendo de apoyo para despegar de manera
homogénea a la internacionalización de sus mercados y propinarle así a sus
sociedades un desarrollo sostenible, pareciendo que el esfuerzo de las
organizaciones y naciones más pujantes no ha sido suficiente para el apoyo
financiero de las menos afortunadas, debiéndose estudiar con detalle el
alcance de los modelos y técnicas económicas para determinar sus fallas y
fortalezas, así como visualizar estrategias que de manera general indiquen
como aprovechar las oportunidades en la reducción de las debilidades.
En este sentido, el propósito de esta investigación es constatar el alcance
del comercio justo en la comercialización en el sector agroindustrial en
latinoamericana, durante el período 2004 – 2013, en el cual se adoptan
políticas de estado en países como Venezuela que buscan apoyar al
productor desde sus participación y a lo largo de la cadena de valor de sus
productos, identificándose los focos que no se han cubierto y la profundidad
social de las relaciones de intercambio en la sensibilidad de aquellas
organizaciones públicas y privadas de los diferentes países.
Objetivos
Describir las características del comercio justo como vehículo para la
promoción del Marketing Social en la construcción del desarrollo sustentable.
Analizar la evolución de las prácticas de comercio justo con énfasis en el uso
de estrategias de marketing social en Latinoamérica durante el período 2004
– 2013.
Establecer estratégicamente las debilidades y fortalezas de las prácticas de
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comercio justo como vehículo del marketing social en Latinoamérica.
Justificación
Latinoamérica es un emporio de ventajas competitivas que deben ser
aprovechadas realmente y con sostenibilidad a favor de la sociedad que le
conforma, sin embargo, los repetidos intentos han sido fallidos o de poco
alcance. Actualmente, se conforman bloques, alianzas entre naciones, se
recibe apoyo de los países desarrollados y Latinoamérica aun devela la
necesidad de cambio y de un carácter estratégico y sistémico para conseguir
respuestas que de manera oportuna impulse a la economía de dichas
naciones.
Así, considerando las nuevas tendencias de la modernización bajo un
esquema social, esta investigación se considera relevante contextualmente
porque permite visualizar el esfuerzo que se ha hecho para propinar un
desarrollo sostenible a los países latinos, identificándose desde un sentido
crítico cómo las bondades del comercio justo aborda la problemática de los
mismos y que aspectos están impidiendo que esta forma ética de
intercambio pueda ampliar su alcance y obtener resultados verdaderamente
palpables; dicho en otras palabras, veremos como el Comercio Justo,
influye en el sistema del comercio internacional, sirviendo de ejemplo para
que este sea más justo.
Considero que el estudio sobre este tema es enriquecedor, ya que la
variedad de formas de describir el Comercio Justo se extiende también a la
forma de practicarlo, lo que demuestra la riqueza de posibilidades y la
diversidad de puntos de vista que permite el movimiento.
Hipótesis
¿Cuál ha sido el alcance del comercio justo como práctica del marketing
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social en el favorecimiento de los sectores de la economía latinoamericana
durante el período 2004 – 2013?
Metodología
Tomando en cuenta la naturaleza del problema, el enfoque paradigmático
con el que se asumirá este estudio será la investigación cualitativa, es decir
los datos serán de naturaleza secundaria recolectándose de textos y
documentos confiables, con el objeto de profundizar en el conocimiento
sobre el avance y alcance de la aplicabilidad del comercio justo en América
Latina. Este paradigma se fundamenta en el uso de observaciones sobre el
fenómeno estudiado, cuyos procedimientos permiten la profundidad
explicativa buscada; entonces las conclusiones se levantarán de acuerdo
con los hallazgos teóricos o verbales. Para recolectar los datos y convertirlos
la investigadora asumirá una investigación documental, por lo tanto, se
indagará en textos y revistas especializadas sobre tópicos de interés que
trataran la materia de comercio justo, marketing social, desarrollo sostenible,
pobreza, entre otros, destacándose que el enfoque metodológico será
analítico – descriptivo para lograr caracterizar se una manera profunda cómo
se ha dado el fenómeno del comercio justo en Latinoamérica.
En este sentido, la técnica electa para esta investigación será:
Observación Documental: Constituye el procedimiento principal cuando se
pretenden análisis profundos de fuentes secundarias. Consiste en el
desarrollo de una lectura general de los textos, en búsqueda de los
materiales escritos sobre las variables de interés, para posteriormente
efectuar lecturas más detenidas y rigurosas, a fin de captar los
planteamientos esenciales y aspectos lógicos para extraer los contenidos de
interés.
Esta lectura se instrumentará con el uso de fichas textuales y de resumen,
mediante técnicas auxiliares como la paráfrasis y el resumen.
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Finalmente, debido a que la información a recolectarse es de naturaleza
secundaria, será tratadas a través de la técnica de análisis de contenido que,
será la base de la estructuración de las conclusiones finales que
responderán a la interrogante o hipótesis.
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CAPÍTULO I
COMERCIO JUSTO ALTERNATIVA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
Desarrollo Sustentable y Sostenible
El desarrollo sustentable según Jacobs (2000, p. 127) “es la interacción de
las actividades económicas con el medio ambiente”; sin embargo, el informe
de Brundtland y la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo
(1987) establece que “el desarrollo sostenible es el desarrollo que atiende
las necesidades del presente sin comprometer la de las generaciones
futuras, de atender a sus propias necesidades” (p.185). El desarrollo
sustentable, es el que abarca la evolución de las necesidades sociales,
ambientales y económicas de la comunidad, tomando del entorno los
recursos necesarios para hacerlo, pero al mismo tiempo se ocupa de
conservarlos y darles un uso racional.
La combinación del desarrollo económico y la sustentabilidad actual ha sido
mayormente interpretada a través del concepto de ‘modernización
ecológica’. Algunos de los resultados de tal combinación han sido la
promoción de la gestión y evaluación ambiental, el mejoramiento de la
productividad, la tecnología limpia, la desmaterialización de los procesos
productivos y de los productos finales, y la participación política de las partes
interesadas. La modernización ecológica se ha convertido en el modelo o
teoría más aceptada para el desarrollo sustentable, ha surgido como el
principio organizativo institucional para evaluar, manejar y solucionar
problemas ambientales y representa la forma más acreditada de usar el
'lenguaje verde' en las esferas de decisiones políticas que conciernen al
ambiente.
La concepción de la modernización del desarrollo sustentable según Cherni
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referido por Jacobs surge particularmente a partir del Reporte de Brundtland
(United Nations Environment Programme UNEP, 1987) y la (Organization for
Economic Co-operation and Development OECD, 1997), y es el modelo para
las políticas económicas medioambientales de la Unión Europea y las
regulaciones de EEUU; además, la modernización del desarrollo sustentable
se ve como la opción más factible para los países menos desarrollados.
A pesar de que es factible proteger al ambiente durante procesos
económicos por medio de variadas tecnologías, existen contradicciones
básicas relacionadas al crecimiento económico que no permiten una
adecuada y duradera protección. Un creciente número de autores alegan
que, el criterio ecológico está siendo cada vez más integrado al criterio
económico, fundamental en el diseño, proceso y evaluación de los sistemas
industriales de producción y de consumo.
Vargas (2005) señala que las empresas deben definir anticipadamente lo
que desea lograr con su inversión social en términos de sustentabilidad y,
con ello, los resultados esperados como efecto de su inversión. Al hablar en
términos de sustentabilidad la empresa aspira a alcanzar un triple saldo
definido como impactos en las personas, el planeta o la naturaleza y en los
beneficios económicos de la empresa.
En la sustentabilidad económica los resultados se refieren al crecimiento
económico y a la equidad, es decir, al fomentar un crecimiento considerando
la distribución igualitaria del beneficio a largo plazo.
En la sustentabilidad ambiental los resultados se refieren a la protección del
ambiente físico que proporciona la materia prima necesaria para la
elaboración de bienes, así como la capacidad de asimilar la generación de
residuos. A fin de preservar el patrimonio ambiental para las generaciones
futuras, se precisa elaborar soluciones económicamente viables para hacer
un uso eficiente de los recursos, detener la contaminación y conservar el
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hábitat natural.
La sustentabilidad social tiene como meta el mejoramiento de la calidad de
vida, entendida ésta en un sentido más amplio, que involucra el progreso
humano y no solo la satisfacción de las necesidades básicas.
En el ámbito social, la medición de impactos en sostenibilidad está referida a
la repercusión de la empresa en la creación o agregación de valor para el
desarrollo humano local, el desarrollo comunitario, la economía local, la
mejora en la calidad de vida de sus consumidores y clientes, así como en la
creación de capital social y cultural, siendo el objetivo superior la equidad, la
cohesión social, la movilidad social, la participación y la identidad cultural.
Orientarse a lograr estos resultados de sustentabilidad en términos de la
sociedad puede ser visto desde distintas aproximaciones. Ellas definen las
vías a transitar con la inversión social de las empresas y lo que se puede
esperar en términos de cambios de la población.
En otro orden de ideas, las actividades humanas tienen efectos cada vez
mayores en la integridad de los ecosistemas que proporcionan recursos y
servicios esenciales para el bienestar y las actividades económicas.
Gestionar la base de recursos naturales de modo integrado es esencial para
el desarrollo sostenible. A ese respecto, para invertir la tendencia actual de
degradación de los recursos naturales es necesario que las empresas
apliquen estrategias que incluyan objetivos aprobados a nivel nacional y,
cuando proceda, a nivel regional para proteger los ecosistemas y asegurar la
ordenación integrada de la tierra, el agua y los recursos vivos, al tiempo que
se fortalece la capacidad local, nacional y regional.
Lo anteriormente expuesto se ilustra en la Figura 1. En el caso de
economías insostenibles, el desarrollo económico es directamente
proporcional al impacto negativo generado en los ecosistemas, a medida
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que se crece económicamente se van trazando huellas de impacto
ambiental, por el contrario, en las economías donde se aplican estrategias
orientadas a proteger los ecosistemas, se muestra un acrecentamiento
económico que no conlleva a un aumento del impacto negativo sobre el
ambiente, es decir, se ilustra como el desarrollo sostenible permite el
crecimiento económico sin afectar el entorno natural.
Figura 1. Desarrollo Sostenible
Fuente: Fondo Social Europeo (2005)
Según el Código de Gobierno para las Empresas Sostenibles referido por el
Fondo Social Europeo (2005):
Una empresa es sostenible cuando además de lograr una cuenta de resultados económicos satisfactorios y maximizar su valor, es viable a corto y largo plazo por su contribución a un desarrollo sostenible de su entorno como de nuestro planeta, todo ello con pleno respeto a los derechos humanos individuales y colectivos.
En tal sentido, deben satisfacerse las necesidades básicas de la
humanidad, pero ello implica prestar atención a las necesidades, en gran
medida insatisfechas, de la pobreza, ya que mientras esta sea endémica
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será siempre proclive a las catástrofes ecológicas y de todo tipo. En segundo
lugar, los límites para el desarrollo no son absolutos, sino que vienen
impuestos por el nivel tecnológico y de organización social, su impacto sobre
los recursos del ambiente y la capacidad de la biosfera para absorber los
efectos de la actividad humana. Afirma Aguirre (2005): “Es posible mejorar
tanto la tecnología como la organización social para abrir paso a una nueva
era de crecimiento económico sensible a las necesidades ambientales” (p.
20), esto es posible a través de una gestión sostenible.
A continuación se muestran a través del cuadro 1 las principales diferencias
existentes entre una gestión tradicional y una sostenible.
Cuadro 1. Diferencias entre Gestión Tradicional y Gestión Sostenible
GESTION TRADICIONAL GESTION SOSTENIBLE El crecimiento económico está basado en la eficiencia para obtener la mayor productividad, incurriendo en los más bajos costos posibles.
El crecimiento de la empresa debe perdurar en el tiempo, está basado en la eficiencia para obtener la mayor productividad, incurriendo en los más bajos costos posibles, siempre y cuando se tome en cuenta la conservación y preservación del ambiente.
El objetivo se enfoca en la maximización de los beneficios y minimización de los costos
El objetivo es la satisfacción colectiva, es decir, lograr el crecimiento sostenible, que permite un desarrollo económico que a su vez contribuye al bienestar social.
La gestión empresarial está orientada a la generación de un producto de calidad y a precios asequibles.
Hay un compromiso voluntario por parte de las empresas por el desarrollo de la sociedad y la preservación del medio ambiente.
Fuente: La Investigadora (2015)
El cuadro 1 se resume de una mejor manera en la figura 2, donde se puede
observar la pirámide de la gestión tradicional y la pirámide de la gestión
sostenible
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Figura 2. Diferencia entre la Gestión tradicional y la Gestión Sostenible
Fuente: Fondo Social Europeo (2005).
El desarrollo sostenible tiene su entrada en la cultura empresarial durante las
décadas de 1970 y 1980, cuando quedó claro que los recursos naturales
estaban deteriorándose en nombre del “desarrollo” y tal como se ha
mencionado anteriormente, se han producido cambios imprevistos en la
atmósfera, los suelos, las aguas, entre las plantas y los animales, y en las
relaciones entre todos ellos; por lo que fue necesario reconocer que la
velocidad del cambio era tal que superaba la capacidad científica e
institucional para invertir el sentido de sus causas y efectos.
Ante esta realidad, relata Aguirre que a finales de 1983, el secretario
general de las Naciones Unidas le pidió a la primera ministra de Noruega,
que creara una comisión independiente para examinar estos problemas que
sugiriera mecanismos para que la creciente población del planeta pudiera
hacer frente a sus necesidades básicas. El grupo de ministros, científicos,
diplomáticos y legisladores celebró audiencias públicas en cinco continentes
durante casi tres años.
La principal tarea de la llamada Comisión Brundtland era generar una
agenda para el cambio global, su mandato especificaba tres objetivos:
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reexaminar cuestiones críticas relacionadas con el ambiente y el desarrollo,
y formular propuestas realistas para hacerles frente; proponer nuevas
fórmulas de cooperación internacional en estos temas capaces de orientar la
política y los acontecimientos hacia la realización de cambios necesarios; y
aumentar los niveles de concienciación y compromiso de los individuos, las
organizaciones de voluntarios, las empresas, las instituciones y los
gobiernos. El informe fue presentado ante la Asamblea General de las
Naciones Unidas durante el otoño de 1987 y según los argumentos de
Aguirre (2005):
En el informe se describen dos futuros: uno viable y otro que no lo es. En el segundo, la especie humana continúa agotando el capital natural de la Tierra. En el primero los gobiernos adoptan el concepto de desarrollo sostenible y organizan estructuras nuevas, más equitativas, que empiezan a cerrar el abismo que separa a los países ricos de los pobres. (p. 20)
Partiendo de lo antes expuesto, se aprecia que lo que se refiere a la
energía y los recursos, es el principal problema ambiental del planeta, pero
también del desarrollo económico; quedando claro que era urgente la
incorporación de consideraciones económicas y ecológicas a la planificación
del desarrollo y en la toma de decisiones económicas de todas las
organizaciones mundiales, es decir, es necesaria una gestión sostenible
donde las políticas de la administración sean de índole económico, social y
ambiental; tal y como se aprecia gráficamente en la figura 3 a continuación:
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Figura 3. Integración de Metas del Desarrollo Sostenible
Fuente: Fondo Social Europeo (2005)
De esta forma se integra en las metas de desarrollo la cuestión social como
elemento fundamental para poder sostener la prospectiva de mejoramiento
continuo de los individuos, bajo un enfoque integral del hombre.
Así, posterior a la Comisión, el siguiente acontecimiento internacional
significativo fue la primera Cumbre sobre la Tierra, convocada por la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), celebrada en, Rió de Janeiro,
Brasil, en el año de 1992. Relata Aguirre que los acuerdos finales
acordados en esta Cumbre, incluyeron una Declaración Política, que formula
una serie de principios para alcanzar el desarrollo sostenible, y un Plan de
Acción en el que destacaron los siguientes compromisos:
a) Reducir a la mitad en 2015 la población que vive sin agua potable y sin
red de saneamiento de aguas residuales.
b) Recuperar, en el año 2015, las reservas pesqueras “donde sea posible” y
crear, antes de 2012, una red de áreas marítimas protegidas. Este plan
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contempla la reducción de las capturas para devolver a niveles saludables
los caladeros de pesca.
c) Reducir, significativamente, la pérdida de biodiversidad antes de 2010.
d) Minimizar, antes de 2020, el impacto producido por la emisión de
productos químicos al medio ambiente.
Diez años más tarde, en el 2002, se celebra la II Cumbre sobre la tierra, en
Johannesburgo, Sudáfrica, también conocida como Río+10, por celebrarse
una década después de la primera Cumbre de la Tierra. Esta tuvo como
objetivo centrar la atención del mundo y la acción directa en la solución de
los mayores problemas que afectan a la humanidad, tales como, la mejora
de la calidad de vida de los ciudadanos y la conservación de nuestros
recursos naturales en un mundo en el que la población crece cada vez más,
aumentando así la demanda de alimentos, agua, vivienda, saneamiento,
energía, servicios sanitarios y seguridad económica. Esta segunda cumbre
se enfoco más en conciliar el desarrollo y la supervivencia.
Todo lo antes expuesto ha dado lugar para que a nivel mundial las empresas
se orienten hacia las dos preocupaciones globales: el desarrollo de la
economía y el desarrollo social, a través de la recuperación de los recursos,
el ambiente y el hombre propiamente; surgiendo y tomando fuerza la teoría
de la responsabilidad social.
Marketing Social
En 1970, y con participación de teóricos y prácticos de la mercadotecnia
general, se empieza a desarrollar la mercadotecnia social, tratando de
adaptar y transferir los elementos comerciales a las actividades dedicadas a
defender los intereses de la sociedad. Kotler (2000) define la mercadotecnia
social como: "el diseño, implantación y control de programas que buscan
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incrementar la aceptabilidad de una idea social o prácticas en grupos".
Utiliza conceptos de segmentación de mercados, investigación de
consumidores, comunicación, facilidad, incentivos y cambiar la idea de
utilidad por la de satisfacción máxima del grupo.
Actualmente, es una herramienta de comercialización y posicionamiento
estratégico que conecta a una empresa o a una marca con una causa o
problema social importante. Representa la forma más rápida y eficaz de
adquirir la credibilidad necesaria para mejorar la posición de una marca.
Sin embargo, para hacerlo con éxito es conveniente asegurarse de que la
marca y la causa estén en el mismo territorio. El marketing social es más
que publicidad. Muchas campañas públicas de mercadotecnia fracasan
porque asignan a la publicidad el papel principal, y no desarrollan ni utilizan
todas las herramientas de la mezcla de mercadotecnia que dispone.
Finalmente, según Vásquez (2006):
El marketing como disciplina científica no pretende manipular ni perjudicar al consumidor, sino crear calidad de vida. El principal razonamiento de la dimensión social del marketing se tiene en el hecho de que las empresas existen con un propósito: servir a la sociedad, debiendo tener contenido ético y social en sus prácticas de marketing-mix.
En cualquiera de los casos, adherir a una causa equivale a dotar a la marca
de una credibilidad y de un sistema de creencias, que mejora notablemente
la imagen que los consumidores tienen de ella, lo que a su vez aumenta la
intención de compra. El Marketing Relacionado con una Causa Social
promueve también relaciones valiosas con todos los que de algún modo
están vinculados con la vida de la empresa. Sin embargo, para hacerlo con
éxito es conveniente asegurarse de que la marca y la causa estén en el
mismo territorio. Esto no ocurría en el caso de las antiguas "promociones de
beneficencia" en las cuales lo que hacía una marca era simplemente donar
dinero para alguna buena obra o auspiciar una serie de organizaciones
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benéficas, pero sin relación estratégica entre sí.
Esta comprensión acerca de cuál es el territorio de la marca deber ser
llevada más allá del desempeño funcional y emocional hacia un terreno
aspiracional de imágenes éticas. Una forma de lograrlo es desarrollar una
relación con una causa que se ajuste bien a los aspectos centrales de la
marca, con el claro objetivo de crear una identidad de marca totalizadora y
homogénea, pues de lo que se trata, en definitiva, es de que la empresa
busque una asociación para mutuo beneficio.
En este mismo orden de ideas, la Fundación CREOLE (2000) desarrolló una
investigación denominada “La Responsabilidad Social en el Progreso Social
en Venezuela”, en la que se planteó la práctica de la gestión orientada a la
búsqueda de soluciones. Siempre y cuando no descuide su negocio, la
empresa que acomete un proyecto de gestión social puede contribuir al
desarrollo económico. Tareas de orden social, comúnmente a cargo de
organismos públicos pueden realizarse con mayor eficiencia al ser
ejecutadas por las empresas privadas u organismos sin fines de lucro.
En este sentido, los citados autores mencionan a Drucker (1992):
En Estados Unidos, ninguno de los programas de los últimos cincuenta años en que se ha tratado de resolver un problema social mediante acción gubernamental ha producido resultados significativos. En cambio, las entidades independientes, sin ánimo de lucro han obtenido resultados impresionantes (p. 185).
El marketing es una de las áreas de mayor importancia dentro de las
empresas, dada su vinculación con los procesos administrativos, productivos
y de comercialización; es decir, el marketing está implícito en todo lo que
realizan las organizaciones, todo gira en torno a las acciones de mercadeo.
Asimismo, el marketing responsable abarca prácticamente todas las
actividades que ejecuta la empresa y su importancia se evidencia en la
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cuantificación de acciones a través de un balance social, que demuestra
todas aquellas inversiones, servicios y características de la empresa que
incluyen implicaciones de responsabilidad social. Ahora bien, para
comprender claramente qué es hacer marketing responsable deben
conocerse las implicaciones de la responsabilidad social. Sobre la base de lo
expresado anteriormente, se puede afirmar que, desde el punto de vista
corporativo, el manejo de una actitud socialmente responsable aporta
grandes beneficios tangibles a las empresas como lo son:
1. Mejora de la imagen corporativa y la reputación empresarial.
2. Reducción de costos de producción, ya que se estimula la innovación y se
disminuyen los errores y defectos en fabricación.
3. Se motiva la productividad de los empleados, se crean características de
distinción con respecto a la competencia.
4. Se reducen los riesgos ambientales y operacionales.
5. Se fortalece la relación con la comunidad.
6. Se fortalece la lealtad de los consumidores.
7. Se mejora la calidad, productividad y rentabilidad.
8. Se reduce el incumplimiento de las leyes; y, en consecuencia.
9. Las empresas aseguradoras disminuyen los costos en sus pólizas de
seguros, lo que origina a su vez un incremento en las ganancias y la
obtención de nuevos beneficios para la corporación.
La noción de intercambio diferencia al enfoque del mercadeo social de otras
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estrategias para la modificación del comportamiento tales como las normas
legales y la educación, ya que las primeras son en general coercitivas, sin
ofrecer beneficios a cambio de los comportamientos adecuados, mientras
que en el caso de la educación, las consecuencias sociales de no emitir los
comportamientos adecuados no están claramente especificadas (Grier y
Bryant, 2005).
En la actualidad el marketing social es tan importante como el marketing
comercial. Diseñar e implementar planes estratégicos orientados a generar
cambios sociales a través de la aplicación de los fundamentos básicos del
marketing es un componente fundamental de la gestión empresarial y
organizacional. Según Kotler (2000) las organizaciones que hagan uso del
marketing social deben determinar las necesidades, deseos e intereses del
público objetivo y proporcionarle los incentivos deseados, en forma más
eficaz y eficiente que la competencia, de modo tal que se proteja e
incremente el bienestar del consumidor y de la sociedad.
Analizar, plantear, ejecutar y evaluar programas sociales orientados a
intervenir en los procesos vinculados con la educación para la salud y el
bienestar tanto social como individual, es en estos tiempos una de las
principales funciones del marketing social. El diseño de todo plan de
marketing, tanto comercial como social, implica la mezcla de las cuatro P.
Este modelo implica: el desarrollo de un producto para satisfacer a los
consumidores meta, encontrar la manera de llegar a donde se encuentran
(Plaza), servirse de la promoción para dar a conocer el producto en el canal
de distribución, y fijar un precio tras estimar la reacción del público ante la
oferta total y el costo de llegar a él (Mc Carthy y Perrault, 2000).
El mercadeo social adapta este modelo a programas o campañas diseñadas
en beneficio de la sociedad en su conjunto (Kotler y Lee, 2008). Al aplicar un
programa de mercadeo social en salud, el "producto” es un bien intangible.
En este caso, un programa de apoyo psicológico para lograr y mantener un
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25
peso saludable, que debe resaltar los beneficios y la importancia que para
los consumidores tiene atacar el problema. La “plaza” se refiere a la
ubicación del producto de modo tal que coincida con los momentos de toma
de decisiones de los consumidores. El “precio” se refiere a lo que el
consumidor debe invertir para obtener el producto que necesita, pudiendo
ser valores tangibles o intangibles. En el área de peso y salud, estos costos
intangibles incluyen tiempo, esfuerzo, dedicación, constancia, correr el
riesgo de vergüenza o desaprobación o batallar los pensamientos
saboteadores (Beck, 2007).
En este aspecto es fundamental lograr que el beneficio percibido sea
superior al costo, generando de esta forma altas posibilidades de aprobación
y aceptación por parte del cliente. Finalmente, la “promoción” consiste en la
realización de actividades publicitarias, eventos, cursos, talleres, uso de
redes sociales y acompañamiento dirigidos a promover el cambio de
comportamiento alimentario. Recientemente, se ha encontrado evidencia de
que los programas comerciales de control de peso, específicamente el
programa Weight Watchers ™, con un fuerte componente de marketing
social, resultan más efectivos para perder peso que el tratamiento médico o
nutricional por si sólo (Jebb y cols, 2011).
Comercio Justo
El Comercio Justo nace en Europa en la década de los años 60 como una
alternativa frente a las desequilibradas relaciones comerciales existentes
entre los países del Norte (desarrollados) y los países del Sur (empobrecidos
y/o en vías de desarrollo) que perjudican y empobrecen a los habitantes de
los países del Sur al convertirlos en mano de obra barata o cultivadores de
productos para la exportación, con precios cada vez más bajos e
insuficientes para poder mantener un nivel de vida digno.
Ante ello, cientos de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs),
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
26
cooperativas, colectivos de productores de los países del Sur y otros grupos
han trabajado para construir una red de intercambio, apoyo mutuo y
comercialización. A partir de las recomendaciones de esas organizaciones,
la Unión Europea ha realizado diversas declaraciones institucionales de
apoyo al Comercio Justo, especialmente a partir de la década de los años
90.
Así, en su guía la confederación de Consumidores y Usuarios y la
Consejería de Sanidad y Consumo (2006), citan la "Resolución sobre un
Comercio Justo entre el Norte y el Sur" adoptada por el Parlamento Europeo
en el año 1994. Agregan además, que como antecedente de ésta cabría
citar la "Resolución sobre el consumo de café del Tercer Mundo y sobre la
introducción de este café en las instituciones comunitarias" adoptada
también por el Parlamento Europeo en el año 1991. Posteriormente, el
Comité Económico y Social de la Unión Europea manifestó su apoyo a la
creación de una etiqueta europea común de Comercio Justo, tomando como
base el documento "Movimiento a favor de una marca de Comercio Justo
europea" de 1996 y la "Resolución a favor del Comercio Justo" de 1998.
Recientemente, en el año 2004, la Unión Europea dio a conocer el "Plan de
acción sobre productos agrícolas, dependencia y pobreza". En España se
aprobó la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo en 1998, que
supone un reconocimiento del Comercio Justo como una forma más de la
cooperación internacional española. El apoyo al Comercio Justo también
surge desde el ámbito de la sostenibilidad. Así, el apoyo al Comercio Justo
aparece vinculado al consumo responsable en el Plan estratégico de
protección al consumidor 2002-2005 del Instituto Nacional del Consumo.
La Confederación de Consumidores y Usuarios y la Consejería de Sanidad y
Consumo (2006), relatan que en el ámbito de la administración local
española, enmarcado en la Agenda 21, el Plan de Compromiso Ciudadano
reconoce el Comercio Justo como una vía de mejora de la sostenibilidad.
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
27
Actualmente, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo afirma que el 25%
de los españoles conoce lo que es el Comercio Justo, a pesar de que
España “se subió a este tren' con más de 20 años de retraso.
Hay que destacar como iniciativa impulsada desde la Coordinadora Estatal
de Comercio Justo, la creación en 2005 de la Asociación del Sello de
Productos de Comercio Justo, formada actualmente por distintas
organizaciones representantes de la sociedad civil, entre las que se
encuentra la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
La Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid (CECUMadrid),
con el apoyo de la antigua Dirección General de Alimentación y Consumo de
la Comunidad de Madrid, facilitó a los consumidores y consumidoras un
conocimiento y reflexión detallados sobre el Comercio Justo, con la
elaboración, publicación y difusión de una guía sobre Comercio Justo
titulada "Ellos, nosotros y los demás".
En 1964, la "Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo"
(UNCTAD) realizó su primera reunión bajo el lema "Comercio, no ayuda", en
donde se definieron una serie de propuestas a favor de nuevas relaciones
entre los países ricos y los empobrecidos por la práctica de un intercambio
desigual y la explotación de sus recursos.
La confederación de Consumidores y Usuarios y la Consejería de Sanidad y
Consumo (2006), indican que la novedad del Comercio Justo es que las
organizaciones de los países desarrollados o del Norte, no se limitan a
transferir recursos para crear infraestructuras, capacitar o prefinanciar a los
grupos productores, sino que participan activamente en la comercialización
mediante la importación, distribución o venta directa al público; además,
realizan una importante labor de denuncia y concienciación.
En los países en vías de desarrollo, empobrecidos o del Sur, las
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
28
comunidades más pobres se organizan para conseguir una vida digna.
Forman cooperativas de campesinos, grupos de mujeres, artesanos,
asociaciones de carácter social (que trabajan con niños y niñas de la calle,
con marginados, etc.). Son los productores, el primer eslabón del Comercio
Justo. El resultado de su trabajo es un sinfín de productos de alimentación,
textiles y artículos de artesanía (café, cacao, chocolate, azúcar, ropa,
artículos para el hogar, cerámica, bisutería, marroquinería, juguetes...).
Mientras, según los apuntes de La confederación de Consumidores y
Usuarios y la Consejería de Sanidad y Consumo (2006), en los países del
Norte, las organizaciones de Comercio Justo trabajan con estos grupos, con
el fin de abrir mercado a sus productos. Así, las importadoras y las tiendas
de Comercio Justo hacen posible que sus artículos lleguen a nuestras
manos. Hoy en día, el Comercio Justo es un movimiento internacional que
reclama y promueve unas relaciones más equilibradas entre los países del
Norte y del Sur y que fomenta un Consumo Responsable.
En concreto y según La confederación de Consumidores y Usuarios y la
Consejería de Sanidad y Consumo (2006), las principales organizaciones de
Comercio Justo a escala internacional han consensuado la siguiente
definición:
El Comercio Justo es una asociación de comercio, basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. Contribuye a un desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur. Las organizaciones de Comercio Justo, apoyadas por los consumidores, están implicadas activamente en apoyar a los productores, sensibilizar y desarrollar campañas para conseguir cambios en las reglas y prácticas del comercio internacional convencional. (p. 7)
Por consiguiente, el Comercio Justo es aquel tipo de comercio en el que se
intercambian productos de países en vías de desarrollo o del Sur,
garantizando una serie de condiciones es justas a los productores y el
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
29
cumplimiento de una serie de normas a los distribuidores, de modo que se
rompan las desigualdades existentes en el mercado internacional.
En este sentido, en respeto de la dignidad humana y las razones de
solidaridad han trazado el camino de un sistema de intercambio alternativo,
el Comercio Justo y Solidario, inspirado en una nueva relación con la
producción y el consumo. El Comercio Justo constituye una gran línea de
acción para la promoción del desarrollo frente a otras fórmulas de
cooperación como la Ayuda Oficial al Desarrollo, según lo ha reconocido la
Comisión Europea. Rechazando la ley del más fuerte que gobierna en la
economía de libre mercado, y renunciando al consumismo frenético y al
individualismo exasperado, se propone la ayuda a los pequeños productores
de los países del Sur con un sistema que primero crea cultura y sugiere
nuevos estilos de vida en los países ricos, y luego organiza el comercio
inspirándolo en la ética y la equidad.
En el Comercio Justo se establecen unas relaciones comerciales basadas
en el trato directo y el respeto mutuo, con criterios no sólo económicos sino
también sociales y medioambientales. En los países del Sur, las
comunidades más pobres se organizan para conseguir una vida digna.
Forman cooperativas de campesinos, grupos de mujeres, artesanos,
asociaciones de carácter social (que trabajan con niños y niñas de la calle,
con personas en riesgo o excluidas socialmente). Son los productores, el
primer eslabón del Comercio Justo.
Indican la confederación de Consumidores y Usuarios y la Consejería de
Sanidad y Consumo (2006), que el Comercio Justo permite a los productores
liberarse de los intermediarios y especuladores locales, huyendo del control
de las empresas extranjeras y obteniendo salidas directas a nuestro
mercado. Garantizando un precio justo a los productores y prefinanciando su
suministro (pagando antes de la entrega), se logra ofrecer condiciones de
vida y de trabajo más humanas y se combate la usura sin escrúpulos, en la
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
30
que los más pobres encuentran refugio cuando la cosecha vendida no
garantiza medios de subsistencia y no permite pagar las deudas.
No se trata de asistencia caritativa, sino sólo de Comercio Justo, sin
especulación. En los países del Norte, las organizaciones de Comercio Justo
trabajan con estos grupos o cooperativas, con el fin de abrir mercado a sus
productos. Así, las importadoras y las tiendas de Comercio Justo hacen
posible que sus artículos lleguen a nuestras manos. El movimiento de
Comercio Justo se ocupa de comercializar y distribuir los productos del Sur,
y además; tiene en su activo muchas campañas de sensibilización, algunas
de las cuales han resultado transcendentales para denunciar gravísimas
situaciones.
Los productos de Comercio Justo son productos con historia. Detrás de
ellos, se encuentran las manos de los productores que los han trabajado y
las organizaciones que han apoyado su producción, distribución y facilitado
su venta en el mercado.
PRODUCTORES: son el primer eslabón de la cadena comercial, son la
relación directa con la cultura, la naturaleza y el entorno social de cada uno
de los productos. Coincidiendo con La confederación de Consumidores y
Usuarios y la Consejería de Sanidad y Consumo (2006), el Comercio Justo
trabaja por la dignificación del esfuerzo y reconocimiento de los productores,
que al insertarse en este movimiento reciben, directa o indirectamente,
asistencia técnica, recursos, asesoría empresarial y acceso al mercado
internacional.
IMPORTADORAS: compran productos a las organizaciones productoras,
pagándoles un precio establecido de común acuerdo, que les permite vivir
en condiciones dignas y acceder a nuevas oportunidades de educación y
desarrollo económico y social. Las organizaciones importadoras pueden
también apoyar a los productores de otras formas: financiando por
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
31
adelantado la producción, asesorándoles en la mejora de los productos, con
apoyo técnico y de gestión, entre otras. Asimismo, participan en campañas
de sensibilización dirigidas a reivindicar la necesidad de introducir criterios
éticos en las relaciones comerciales.
TIENDAS: muchas veces vinculadas a Organizaciones No
Gubernamentales, son las que hacen llegar los productos de Comercio Justo
a nuestras manos. Afirman la confederación de Consumidores y Usuarios y
la Consejería de Sanidad y Consumo (2006) que realizan del mismo modo,
una labor muy importante de difusión, sensibilización y promoción del
Consumo Responsable.
CONSUMIDORES: al ejercer el Consumo Responsable, no sólo ayudamos a
mejorar las condiciones laborales y medioambientales de las comunidades
productoras, sino que de igual forma, presionamos para cambiar las
condiciones injustas de intercambio en el mercado convencional.
ORGANIZACIONES INTERNACIONALES Y TERCER SECTOR: su objetivo
es garantizar el cumplimiento de los criterios de Comercio Justo, promover el
desarrollo estructural de los países más desfavorecidos, realizando
auditorías y seguimiento a los actores del ciclo comercial, entre otras
muchas funciones.
El Comercio Justo intenta ser una alternativa al comercio convencional y se
rige de principios, recogidos estos de los apuntes de la confederación de
Consumidores y Usuarios y la Consejería de Sanidad y Consumo (2006) y
enunciados a continuación:
1. Garantiza un salario justo a los productores.
2. Se establecen relaciones comerciales a largo plazo y se realiza una parte
del pago por adelantado, lo que les da seguridad y les permite planificar su
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
32
desarrollo.
3. Las organizaciones productoras dedican una parte de sus beneficios a las
necesidades básicas de sus comunidades: sanidad, educación, formación
laboral, etc.
4. No hay explotación infantil.
5. Se promueve:
• La participación en la toma de decisiones y el funcionamiento democrático.
• La igualdad entre hombre y mujer.
• La protección del medio ambiente. Al respecto refieren la confederación de
Consumidores y Usuarios y la Consejería de Sanidad y Consumo (2006) que
Aunque hay más de mil millones de personas en el mundo en extrema
pobreza, en torno a 5.000.000 viven de su trabajo en condiciones dignas
gracias al Comercio Justo.
Bajo la perspectiva de La confederación de Consumidores y Usuarios y la
Consejería de Sanidad y Consumo (2006), el objetivo de las organizaciones
de Comercio Justo es luchar contra la pobreza a través del Comercio Justo,
y conjuntamente, promoviendo campañas de presión y sensibilización. Para
la consecución de este objetivo, las organizaciones de Comercio Justo
establecen relaciones comerciales con productores desfavorecidos y con
organizaciones y empresas que contribuyen a mejorar la posición de los
países del Sur.
Si bien su principal preocupación es la situación económica del productor, se
da también mucha importancia al desarrollo social, a la promoción de
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
33
colectivos en riesgo o en situación de exclusión social y a la protección del
medio ambiente. De esta manera, se persigue mejorar su situación
estructural. En los países del Sur, a las familias de campesinos y artesanos
que trabajan en su casa o en talleres les cuesta mucho trabajo obtener
préstamos, tienen que afrontar la competencia de los grandes productores y
dependen de intermediarios que les imponen alto precios para tener acceso
a los mercados.
Señalan la confederación de Consumidores y Usuarios y la Consejería de
Sanidad y Consumo (2006) que las organizaciones de Comercio Justo tratan
preferentemente con estos pequeños productores, compran el producto a
organizaciones de productores (cooperativas o asociaciones) antes que a
productores individuales. Igualmente, las organizaciones de Comercio Justo
colaboran con empresas y plantaciones. Para poder ser contrapartes del
Comercio Justo, las empresas y las plantaciones, al igual que los pequeños
productores, deben cumplir los requisitos o principios generales de Comercio
Justo, ya que la preocupación principal es la situación de la contraparte y
eliminar el mayor número de intermediarios con el fin de que se beneficien
justamente los productores de los países del Sur.
En el Comercio Justo se eliminan todos los intermediarios innecesarios.
Entre el importador y el consumidor está, por regla general, una organización
importadora y la tienda. Aunque también nos encontramos con que en el
país de origen puede haber un EXPORTADOR que se ocupa de las ventas
de pequeños productores sin capacidad de gestión, y en el país de destino,
nos encontramos con DISTRUBUIDORAS que compran a grandes
importadoras y distribuyen a las tiendas, pero siendo su objetivo el reducir
costes, pues se encarecen cuando el volumen de mercancías importadas es
muy reducido.
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34
CAPÍTULO II
AGRICULTURA Y CRECIMIENTO ECONÓMICO EN LATINOAMERICA 2004 – 2013.
La Pobreza en los países Latinoamericanos
De acuerdo con las metas fijadas por las Naciones Unidas en la Cumbre del
Milenio (2000), el objetivo de reducir a la mitad la pobreza extrema de la
región en el año 2015 tomando como base el año 1990, no pudo ser
alcanzado. Hasta el año 2000 el progreso alcanzaba al 40% de la meta para
la región en su conjunto. Sin embargo, debido al deterioro económico de
América Latina en los tres años siguientes, el porcentaje de avance
acumulado retrocedió al 27,6% (ya transcurrida casi la mitad del plazo).
Bajo la perspectiva de la Asociación de Universidades Confiadas a la
Compañía de Jesús en América Latina (2011), América Latina y el Caribe es
una de las regiones más desiguales del mundo; más aún, la inequidad social
y económica ha sido una característica permanente a lo largo de su propio
desarrollo. Por ello, la comprensión de este fenómeno y las acciones
encaminadas a tratarlo son inevitablemente de interés público y
eventualmente éstas abonarán al proceso de desarrollo social de los países
de la región. Abundantes investigaciones concretas a lo largo del continente
tienen por objeto el estudio de la desigualdad y de sus implicaciones; sin
embargo, soportan perspectivas diferentes sobre las acciones a seguir,
siendo en la mayoría de los casos hasta contradictorias. Además, aunque
entre los científicos sociales no existe consenso sobre cómo definir
desarrollo, es innegable que una sociedad más desigual no puede
considerarse como una sociedad desarrollada.
Según la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús
en América Latina (2011), un país como Chile (que ha tenido en los últimos
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
35
años avances significativos en diversos aspectos de índole económica)
sigue registrando una alta concentración del ingreso. Sus indicadores de
desigualdad (coeficiente de Gini) hacen que, pese a que el onud lo ubique
en el lugar 45 mundial en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), se
encuentre ubicado en el lugar 126 en materia de desigualdad en la
distribución del ingreso. Situación parecida es la de Brasil, país de profundos
contrastes y que es en el que mayor impacto tuvo la concentración del
ingreso en su idh, sólo superado por Colombia en América Latina.
La pérdida porcentual en el idh, dada la desigualdad, reafirma cómo la
inequidad en la distribución del ingreso tiene un impacto negativo en el
desarrollo. Al igual que en Chile, Colombia y México, el impacto sería menor
si en otras dimensiones significativas para el desarrollo humano, como la
educación y la salud, existiera una menor inequidad. Una mayor equidad en
las condiciones educativas y de salud dará lugar, aún en condiciones de
distribución inequitativa del ingreso, a condiciones de vida menos
heterogéneas entre la población de un país o región.
Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América
Latina (2011) sostiene que el acceso a condiciones de vida menos
heterogéneas en diversas dimensiones o materias dependerá de la eficacia
y eficiencia de políticas públicas de largo plazo y alcance, las cuales
presumiblemente deben orientarse a atender los riesgos sociales derivados
de las condiciones de heterogeneidad social. En los últimos años, los países
de América Latina han establecido diversas acciones en materia de política
económica y social que indican una mejora o empeoramiento en cuanto a la
heterogeneidad en las condiciones de vida de su población.
De hecho, el que los estratos de hogares ubicados en la parte más baja de
la distribución de la riqueza social mejoren sus condiciones de vida, estará
en función no sólo de si esta riqueza social se repartió bien, sino también de
que haya crecido, esto es, de que la economía haya presentado crecimiento
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
36
económico permanente. A manera de ejemplo, México, además de ser un
país con casi 30 años de crecimiento bajo, fue el país de América Latina que
tuvo la caída en su PIB más profunda en la reciente crisis mundial de 2008
que —dada la estabilidad en la esperanza de vida y el relativo y marginal
aumento en el acceso a la educación— generó una caída en su idh, bajando
dos lugares en el ranking mundial. Situación opuesta se presentó en Perú,
Venezuela y Colombia, dado que la caída en sus tasas de crecimiento fue
más moderada.
El cuadro 2 presenta las tasas de pobreza e indigencia para doce de los
trece países obtenidas de la base de datos de Cepal, traído por Perticara
(2012)
Cuadro 2. Índice de Pobreza
Fuente: CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe:
División de Estadísticas. Unidad de Estadísticas Sociales, sobre la base de
tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de cada país, referida
por Perticara (2012)
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
37
A grandes rasgos los países pueden clasificarse en tres grupos: Argentina,
Chile y Uruguay, son los tres países con menores tasas de pobreza,
menores al 12%; le siguen Costa Rica, Perú y Brasil, con tasas de pobreza
entre 17% y 22% y el resto de los países con tasas de pobreza que superan
el 30%. No necesariamente las economías con menores tasas de pobreza
son las que tienen mejor distribución del ingreso. Uruguay es el país con
mejores indicadores de pobreza y con mejores indicadores de distribución
del ingreso. Chile y Argentina, por el contrario, países con tasas de pobreza
muy bajas, son parte del grupo de países donde el coeficiente de Gini es
superior a 0.5
Todos los países, con excepción de Costa Rica y Guatemala, muestran una
reducción positiva, aun cuando pequeña, en este coeficiente en los últimos
10 años (ver Gráfico 1).
Gráfico 1. Evolución del coeficiente de Gini
Fuente: CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe:
División de Estadísticas. Unidad de Estadísticas Sociales, sobre la base de
tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de cada país, referida
por Perticara (2012)
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
38
La reducción en razón de ingresos del 10% más rico, con respecto al 10%
más pobre, fue aún más drástica, dando cuenta de importantes políticas de
apoyo a la población de menores recursos. Perú y Ecuador, por ejemplo,
redujeron esta brecha en 43% y 32% respectivamente. Reducciones menos
importantes, pero aún altas en torno a 20-30% se registran en Brasil, Bolivia,
Uruguay y Chile, mientras que en Guatemala este guarismo aumenta en un
30%3 en el período 1998-2006.
Todos los países bajo este estudio presentan particularidades en lo que
respecta tanto a la evolución de la pobreza, desigualdad y movilidad social,
como también al estilo y tipo de políticas sociales que fueron aplicados en
los últimos 10 años. El combate a la pobreza y el dar oportunidades de
movilidad social (facilitando el acceso a educación y salud) a la población
han sido temas muy presentes en las agendas de política pública en la
mayoría de los países de la región.
El crecimiento y la generación de empleo son una condición necesaria pero
no suficiente para lograr cambios importantes en la distribución del ingreso y
mayor permeabilidad entre los distintos estratos sociales. Perticara (2012)
concreta señalando que en general las estrategias de combate a la pobreza
y desigualdad se cimentaron en cuatro pilares:
1) Importantes inversiones en educación y salud, no sólo para ampliar o
universalizar la cobertura sino también asegurando mejoras importantes en
la calidad de la provisión.
2) Inversión en infraestructura y servicios básicos.
3) Modernización del estado, ya sea agilizando el acceso a subsidios y
pensiones, mejorando sistemas de información y registro, el sistema
impositivo, agilizando trámites y permisos, etc.
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
39
4) Programas de transferencias directas (condicionadas/ no condicionadas).
Tres ejemplos conocidos son OPORTUNIDADES en México, Bolsa Familia
en Brasil y Chilesolidario en Chile. Indudablemente ninguna de estas
estrategias puede ser efectiva en ausencia de un sistema político que las
integre y les de coherencia.
En definitiva, los primeros años del primer decenio del siglo XXI se produce
en la región un conjunto de estancamientos en la reducción de la pobreza,
en tanto algunos países padecen un crecimiento significativo de la pobreza y
de la indigencia a causa de profundas crisis económicas que cierran en
forma dramática el ciclo y los modelos de los años noventa.
Con el comienzo del milenio, el período se inicia con una sostenida
reducción de la pobreza y de la indigencia, tanto en términos relativos como
absolutos, que ha seguido hasta el 2014. Como se puede apreciar en el
Gráfico 1, entre los años 2002 y 2014 se observa una reducción de los
porcentajes de pobreza (de 43,9 a 28) y de indigencia (de 19.3 a 12). Este
comportamiento asume otra valoración si se considera en términos
absolutos: en dicho período la región pasó de 225 millones a 167 millones de
personas en situación de pobreza, y de 99 millones a 71 millones en
situación de indigencia (Gráficos 2 y 3)
Gráfico 2. Población bajo la Línea de Pobreza (Mét.CEPAL) en América Latina. Años seleccionados entre 1980 y 2014. En porcentajes y valores absolutos.
Fuente: Armas y Caetano (2015)
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
40
Gráfico 3. Población bajo la Línea de Pobreza (Mét.CEPAL) en América Latina. Años seleccionados entre 1980 y 2014. En porcentajes y valores absolutos.
Fuente: Armas y Caetano (2015)
Es importante acotar, coincidiendo con Armas y Caetano (2015) que el
relativo estancamiento que se observa en el mejoramiento de los indicadores
de pobreza e indigencia a partir de 2012 representa el inicio de una nueva
etapa en este recorrido, en un marco global de crisis económica y de
incertidumbre, dejando en evidencia que los logros sociales obtenidos no
resultan suficientes y deben profundizarse en forma decidida en los próximos
años.
En 16 de los 18 países sobre los que CEPAL presenta datos de la evolución
del Gini se registra una caída en los niveles de concentración del ingreso o
desigualdad desde comienzos de este siglo. En muchos países
latinoamericanos la disminución de los niveles de concentración del ingreso
ha sido muy pronunciada en términos relativos (partiendo, no obstante, de
valores iniciales muy altos, que situaban a esos países entre los más
desiguales del orbe). Por mencionar solo algunos de los países de mayor
magnitud: en Brasil la reducción del Coeficiente de Gini fue de 0.639 en
2001 a 0.553 en 2013; en México de 0.542 en 2000 a 0.492 en 2012; en
Argentina de 0.578 en 2004 a 0.475 en 2012; en Perú de 0.545 en 1999 a
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
41
0.444 en 2013; en Venezuela de 0.500 en 2002 a 0.397 en 2011. En todos
esos países (partiendo de guarismos iniciales disímiles), según las
apreciaciones de Armas y Caetano (2015), el Coeficiente de Gini se contrajo
casi un punto, en períodos que rondan un decenio. Al igual que con la
pobreza, y más allá de similitudes o familiaridades dentro de la región, el
panorama continental con respecto a la desigualdad es variopinto; de hecho,
en una región que sigue siendo de las más desiguales del planeta, algunos
países registran en la actualidad niveles de desigualdad –inferiores a 0.4 en
el Coeficiente de Gini– que los acercan, por primera vez en muchas
décadas, a los niveles de desigualdad que históricamente han exhibido los
países más desarrollados, en particular los europeos.
Crecimiento Económico en América Latina (2003 – 2013)
El Banco Mundial (2014), sostiene que la continua caída del crecimiento y
menores perspectivas de un repunte sustancial del mismo constituyen un
reto para la región de América Latina y el Caribe (ALC), ejemplificado por
tasas de crecimiento estancadas y un menor margen de maniobra de cara a
una salida. Textualmente, indica: “En los últimos años las economías
regionales experimentaron tasas de crecimiento relativamente bajas, de
entre 2% y 2,5% del PIB —lejos de la fuerte expansión de 2003-2012,
cuando se registraban tasas de más de 5%, muy por encima de los demás
países emergentes y del G7”.
El ciclo de crecimiento que se abrió en 2003 fue paralelo a la reducción de la
vulnerabilidad financiera lo que permitió una buena resistencia a la crisis
económica internacional. Sin embargo, además de la persistente volatilidad
de la actividad económica, varios obstáculos limitaron el potencial de
crecimiento de la región como el mediocre desempeño en materia de
productividad, un progreso a nivel de innovación todavía muy insuficiente y
el nivel relativamente bajo del ahorro interno y de la inversión local.
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
42
Contar con un contexto internacional favorable fue una condición decisiva
para que se iniciara un ciclo de crecimiento inédito entre 2003 y 2008. En
este nuevo ciclo, América Latina reanudó con una tasa de crecimiento
cercana al 5%. El conjunto de la región, formada principalmente por países
de ingreso intermedio (salvo algunas excepciones) con un nivel de desarrollo
humano medio, registró una fase de recuperación.
Cuadro. 3 PIB/habitante y catch-up económico
Fuente: CEPII, CEPAL y Global Insight. Citado por Quenan y Torija (2011)
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
43
Cuadro 4. PIB/habitante y desarrollo humano
Fuente: CEPII, CEPAL y Global Insight. Citado por Quenan y Torija (2011)
Gráfico 4. PIB real (índice 1960 = 100)
Fuente: Maddison, University of Groningen Citado por Quenan y Torija
(2011)
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44
Durante los años 2000, el auge del crecimiento se conjugó de manera
excepcional si se consideran los resultados de las economías
latinoamericanas durante las últimas décadas con excedentes de la cuenta
corriente (gráfico 5).
Grafico 5. América Latina: PIB real (%, eje horizontal) y saldo corriente (% del PIB, eje vertical)
Fuente: EIU. Citado por Quenan y Torija (2011)
Bajo otros términos, indican Quenan y Torija (2011) que durante las fases de
expansión de la actividad económica, el aumento de las importaciones, más
rápido que el de las exportaciones, se traducía en general por un déficit
exterior que podía bloquear el crecimiento si las condiciones de
financiamiento se volvían problemáticas. Además, desde los años 1970 las
fases durante las cuales las economías de la región registraron una
aceleración del crecimiento (segunda mitad de la década de los años 1970 y
una parte del decenio de los años 1990) coincidieron con importantes
entradas de capitales (gráfico 6) que constituyeron el preludio de graves
crisis monetarias y financieras.
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45
Gráfico 6. América Latina: PIB real y flujo de capitales
Fuente: Maddison, University of Groningen y CEPAL. Citado por Quenan y
Torija (2011)
En la fase 2003-2008, bajo la perspectiva de Quenan y Torija (2011) el
incremento en las exportaciones de materias primas y en los precios de
estos productos, respaldado por el dinamismo de la demanda asiática y
sobre todo china, permitió a los países de la región (en particular los países
de Suramérica cuya especialización internacional conlleva fuertes ventajas
comparativas en el sector primario) evitar que surgiera alguna restricción
financiera externa. En otras palabras, el comportamiento de la actividad
económica en el periodo 2003- 2008 estuvo más vinculado a la evolución
favorable de los términos del intercambio que al ciclo financiero (entradas o
salidas netas de capitales).
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Gráfico 7. Descomposición del crecimiento del PIB (2003-2008, % de crecimiento)
Fuente: CEPAL Citada por Quenan y Torija (2011)
La crisis económica global interrumpió el ciclo de crecimiento 2003-2008. En
efecto, la crisis internacional afectó fuertemente a América Latina a partir de
septiembre del 2008 provocando una reacción casi instantánea de las
variables financieras, aún cuando este efecto fue, para Quenan y Torija
(2011), finalmente, de corto alcance en su mayoría estas variables
registraron una rápida recuperación a partir del segundo trimestre de 2009 y
la mayoría de los países no tuvieron que enfrentar una interrupción duradera
del financiamiento externo.
Así, entre septiembre del 2008 y marzo del 2009 se observó un aumento
generalizado de las primas de riesgo de los bonos soberanos. Desde marzo
del 2009 la situación mejora gracias a la disminución de la aversión del
riesgo y a una abundante liquidez global. Lo cual provocó el regreso de los
flujos de capitales hacia la región y dio a la mayoría de los países
latinoamericanos un acceso más fácil a los mercados internacionales del
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
47
crédito. Asimismo, las monedas de los países de la región sufrieron una
sensible depreciación a finales del 2008/principios del 2009 antes de
observar una nueva apreciación general a partir de marzo/abril del 2009. En
paralelo, después de la profunda depresión de las bolsas locales a finales
del 2008, se observó a partir de marzo del 2009 una rápida recuperación del
dinamismo de la mayoría de las plazas financieras latinoamericanas.
Los efectos negativos de la crisis internacional se sintieron también y sobre
todo a través del canal comercial. Así, coincidiendo con Quenan y Torija
(2011), en América Latina la crisis se reflejó en el fuerte deterioro de los
intercambios comerciales tanto en volumen como en valor. Por el lado del
volumen de las exportaciones, indican Quenan y Torija (2011) que la CEPAL
cálculo que las exportaciones regionales disminuyeron en un 9% en 2009.
Debido principalmente al derrumbe de la demanda internacional (en
particular de los países industrializados), las cantidades exportadas
registraron una caída fuerte, sobre todo en los países exportadores de
bienes manufacturados que tienen como principal cliente a Estados Unidos
(Centroamérica, México).
Por el lado de los países exportadores de commodities la caída del volumen
exportado fue menor gracias a que la demanda china se mantuvo. A nivel de
valores, los montos intercambiados se vieron afectados entre finales del
2008 y principios del 2009 por la brutal caída de los precios de los productos
primarios lo que perjudicó directamente a los países exportadores netos de
materias primas. Sin embargo, Quenan y Torija (2011), opinan que para los
países importadores netos, la baja de las cotizaciones permitió reducir las
tensiones sobre el saldo corriente en un contexto de contracción del crédito
internacional. Los precios de las materias primas, dato clave para ciertas
economías de la región, registraron una notable alza a partir de principios del
2009.
El aumento del precio internacional de estos productos fue una bocanada de
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
48
oxígeno para los países exportadores de materias primas que tienen un
acceso restringido a los mercados internacionales de capitales (Argentina,
Venezuela) y cuyas finanzas públicas dependen fuertemente de las ventas
externas de esos productos (por ejemplo, Ecuador y México). De modo que
aún cuando los términos del intercambio sufrieron un deterioro en el conjunto
del año 2009, éste fue menor a lo previsto inicialmente.
Por otra parte, en el conjunto del año la reducción de las exportaciones en
valor no causó, en las principales economías de la región, ningún deterioro
importante en los saldos de las balanzas comerciales dado que las
importaciones también se vinieron abajo debido a la recesión.
La crisis también afectó a América Latina a través del deterioro en el saldo
de otras operaciones de la cuenta corriente. Es el caso de las remesas que
representan una parte significativa del PIB de ciertos países de la región (los
pequeños países de Centroamérica y el Caribe, Ecuador, México, etc.). Aún
cuando estos fondos son menos volátiles que otros flujos de capitales, los
efectos de la crisis sobre los países desarrollados (en particular sobre
Estados Unidos y España) y sus consecuencias sobre los mercados
laborales provocaron una caída en las transferencias de los migrantes
latinoamericanos hacia sus países de origen. Según las estimaciones del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas registraron una baja
de 15% en 2009
Los choques desfavorables que resultaron de la crisis internacional
provocaron una recesión moderada –disminución del PIB de cerca de 2%–
en 2009: la región se vio relativamente poco afectada por la crisis si se
compara con otras zonas del mundo.
Es cierto que, como lo señalan algunos observadores y analistas (Machinea,
2010) referido por Quenan y Torija (2011), si se evalúan los efectos de la
crisis financiera por medio del nivel de crecimiento de 2009 se podría
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
49
sobreestimar la capacidad de resistencia de la región. Si en cambio se
evalúa el impacto de la crisis a través de la diferencia que hubo entre la
dinámica de crecimiento del periodo 2005-2007 (ciclo de fuerte crecimiento
de la región) y la del crecimiento de 2009, América Latina se destaca como
una de las regiones que más fue afectada. En 2009, su crecimiento
retrocedió de 7 puntos en relación al crecimiento promedio anual del periodo
anterior (gráfico 8). Sin embargo, esta observación debe relativizarse. Por
una parte, debido a un efecto básico: la brusca desaceleración del
crecimiento latinoamericano se explica esencialmente por el crecimiento muy
dinámico que se había registrado en los años anteriores a la crisis.
El crecimiento económico durante 2011 se mantuvo elevado en la mayoría
de los países de América del Sur. Más precisamente, en la primera mitad del
año los boyantes precios internacionales de materias primas contribuyeron al
crecimiento económico de los exportadores de dichos bienes. Los
exportadores de metales 2 y minerales, como Chile y Perú, fueron los más
beneficiados, seguidos por los exportadores de petróleo y gas como
Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia, y por los exportadores de
productos agrícolas como Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
En el segundo semestre, sin embargo, algunas de dichas economías
perdieron vigor, como Chile, Perú, que experimentaron caídas de precios de
metales no preciosos, y Argentina, que sufrió reveses debido a la caída de
los precios de los cereales. También México y América Central en su
conjunto se beneficiaron de los altos precios de las exportaciones agrícolas
en el primer semestre de 2011, pero dichas ganancias se fueron disipando al
ir cayendo los precios hacia el final del año.
Mientras tanto, la mayoría de los países del Caribe sufrieron el impacto de
altos precios de alimentos y energía. Haití, que fue duramente golpeado por
los precios de los alimentos y las malas cosechas, fue catalogado por la
Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
50
entre los países “en necesidad de ayuda alimentaria”
Por otra parte, tras una década de bonanza económica generalizada y
sostenida, el crecimiento en América Latina y el Caribe se moderó en el
2012 y llegó al 3%, principalmente como consecuencia de la contracción de
la demanda interna. El PIB de la región se estima que creció un 3% en 2012
(4,3% en 2011), cifra que representa el segundo peor desempeño entre
todas las zonas no desarrolladas del mundo, solamente por encima de
Europa en desarrollo y Asia central, según un nuevo informe del Banco
Mundial, Estos resultados reflejan que la región sigue siendo vulnerable a un
entorno externo incierto, a la creciente exposición a Asia oriental y a factores
específicos de cada país.
Finalmente, el débil crecimiento de la inversión y la demanda moderada de
las exportaciones de la región frenaron la actividad en 2013, al igual que los
cuellos de botella del lado de la oferta cada vez mayores en varias
economías. Para 2015, el FMI proyecta un repunte moderado, al 3 por
ciento.
En 2013, el consumo redujo su contribución al crecimiento regional por una
desaceleración del aumento de la masa salarial y del crédito. El aporte
levemente mayor de la inversión y el menor impacto negativo de las
exportaciones a partir de la segunda mitad de año no pudieron compensar el
menor dinamismo del consumo. El paro se mantuvo prácticamente estable,
al pasar de 6,4% en 2012 a 6,3% en 2013, una caída que no respondió a la
creación de empleo sino a que menos personas están saliendo a buscar
trabajo, según el organismo que tradicionalmente se ha identificado con un
pensamiento económico heterodoxo. La inflación se mantuvo en niveles
menores a 5% en la mayor parte de países de la región, pero las
excepciones han sido Argentina (25%) y Venezuela (50%).
La continuidad de la caída en el precio de los productos básicos incidió en
que el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos pasara de 1,8%
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
51
en 2012 a 2,5% del PIB en 2013, principalmente como resultado de un
aumento mayor de las importaciones frente a las exportaciones de bienes.
Ante un panorama de menor inflación, de desaceleración del crecimiento
económico y de inestabilidad financiera, numerosos países aplicaron
políticas moderadamente contracíclicas dirigidas a sostener la demanda
interna y a enfrentar la volatilidad financiera internacional. Algunos redujeron
sus tipos de interés de referencia, con la excepción de Brasil, y otros
favorecieron un crecimiento estable del dinero total en circulación dentro de
la economía. Además la inestabilidad financiera favoreció una menor
acumulación de reservas internacionales y algunos países implementaron
medidas "macroprudenciales" para evitar mayores fluctuaciones cambiarias,
según la CEPAL.
El desafío principal para los gobiernos de América Latina radica en fomentar
pactos sociales para la inversión que estimulen la productividad e impulsen
un crecimiento con igualdad, según la CEPAL. Estos pactos sociales deben
tener un marco institucional que entregue certeza y reglas claras, políticas
de corto plazo que otorguen estabilidad nominal y real, y políticas de largo
plazo que incentiven una inversión más diversificada en los sectores
transables (exportables), explicó el organismo.
El sector Agrícola en Latinoamérica
La agricultura cumple un papel fundamental en la economía y en el tejido
social de América Latina y el Caribe (ALC). De acuerdo con un reporte del
Banco Interamericano de Desarrollo, elaborado por Vergara y otros (2014),
en 2012 el sector contribuyó 5% del producto interno bruto (PIB) de la
región. Asimismo, contribuyó con 19% y 9% del empleo masculino y
femenino respectivamente durante el período 2008-2011.World Bank 2012
Vergara y otros (2014), detalla que las exportaciones de América Latina
aportan cada vez más al comercio agrícola internacional (de un 8% a
mediados de los años noventa a un 13% en 2011) representando para el
2014, el 23% de las exportaciones totales de la región.
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
52
En términos de área cultivada, la región tiene un importante potencial de
incorporar más territorio a la producción agrícola; de hecho, siguiendo los
datos estadísticos de FAOSTAT en Vergara y otros (2014), entre 2001 y
2011 amplió en 31 millones de hectáreas el área dedicada a esta actividad
Por ejemplo, según FONTAGRO-BID (2013) en Argentina, Bolivia, Chile,
Paraguay y Uruguay se observó un aumento total del 43% en la superficie
cultivada entre los ciclos de cultivo de 2000-01 y 2010-11. Además, el
monocultivo disminuyó en un 66% para los cultivos de invierno, mientras que
para los de verano se registró un aumento del 59% en el área sembrada
Desde una perspectiva social, el impacto de la agricultura no es tan alto
como el de otros sectores, pero las labores del campo emplean una
proporción importante de mano de obra no calificada −un segmento que
oscila entre el 48% de toda la fuerza laboral en Argentina y el 91% en
Nicaragua. Además, estas labores constituyen la principal estrategia de
sustento para los agricultores de subsistencia que, junto con las actividades
económicas no agrícolas, representan el 70% del ingreso total de los
hogares rurales en condiciones de pobreza (World Bank 2007).
De los estudios de Vergara y otros (2014), se deduce que los productores
agrícolas de la región son muy heterogéneos y van desde agricultores de
subsistencia que usan ningún o pocos insumos externos hasta aquellos que
operan en escala comercial empleando agroquímicos de manera más
intensiva y cuyas actividades están vinculadas al comercio internacional.
Por su parte, las pequeñas propiedades agrícolas son relevantes en lo que
concierne a la seguridad alimentaria. Vergara y otros (2014), partiendo de
Berdegué y Fuentealba señalan que hay alrededor de 15 millones de fincas
familiares que abarcan casi 400 millones de hectáreas. En estas
propiedades se practica la agricultura tradicional o de subsistencia y se
produce el 51% del maíz, 77% del frijol y 61% de la papa que se consume
en la región. En México, por ejemplo, la agricultura familiar representa el
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
53
70% y 60% de la superficie total dedicada al cultivo del maíz y frijol
respectivamente, mientras que en Colombia (donde el café constituye cerca
del 22% del PIB agrícola), las plantaciones de café de cinco hectáreas o
menos representan al 96% de los productores y el 62,2% de la superficie
total cultivada con este producto.
Desde el punto de vista de mitigación, la agricultura es clave, dada su
contribución a las emisiones regionales de gases de efecto de invernadero
(GEI). La agricultura, uso del suelo, cambios de uso del suelo y silvicultura
representaron cerca de dos tercios de las emisiones de GEI de ALC en el
2005 Esto es contrario a la situación promedio global donde el perfil mundial
de emisiones está dominado por el uso de energía.
En la región, cerca de una tercera parte de las emisiones causadas por los
cambios en el uso del suelo en la región se relaciona con la deforestación
neta, aunque ahora hay esperanzas de que esta participación pueda
reducirse aceleradamente gracias al éxito logrado por los programas
destinados a evitarla y la consolidación de programas para la recuperación
de tierras degradadas.
Por otra parte, la huella de carbono de las actividades agrícolas per se, tiene
que ver con aquellas prácticas y tecnologías vinculadas con tradiciones
profundamente arraigadas que pueden ser más difíciles de transformar.
Incluso cuando se consideran los escenarios más radicales de reducción de
emisiones de CO2, la agricultura seguirá contribuyendo a la huella regional
de carbono de manera significativa. En tal sentido, este sector es clave para
los esfuerzos de reducción de emisiones.
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
54
CAPÍTULO III
EL COMERCIO JUSTO, UNA EXPRESIÓN DE MARKETING SOCIAL
La Sustentabilidad en Latinoamérica
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en su informe
sobre financiamiento para desarrollo sostenible en América latina y el Caribe
(CEPAL, 2002) en la Revista Interamericana De Ambiente Y Turismo (2012)
señala que existen nuevos mecanismos financieros que se han creado para
potenciar la implementación de los acuerdos ambientales internacionales,
como los Protocolos de Montreal y Kioto, el Convenio sobre la Diversidad
Biológica y la Convención de Lucha contra la Desertificación. Estos
instrumentos financiamiento ambiental han puesto en el centro del debate la
problemática ambiental no solo de la región, sino que a nivel mundial, (por
ejemplo pérdida de biodiversidad, cambio climático, agotamiento de la capa
de ozono).
Por otra parte dicho informe señala que debe existir una relación
complementaria entre las siguientes áreas para lograr un desempeño
eficiente de los instrumentos financieros aplicados:
a) Políticas: es necesario la existencia de un compromiso por parte de los
países en desarrollo para lograr un nivel avanzado en cuando a políticas
ambientales y económicas que apoyen la movilización de recursos internos,
atraer inversiones privadas y utilización adecuadamente los recursos
recibidos.
b) Oportunidades: una equidad en termino de oportunidades comerciales es
fundamental para ayudar a países en desarrollo a superar sus limitación y
aprovechar los beneficios del comercio internacional ofreciendo productos de
calidad responsables con el medioambiente potenciados además por una
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
55
creciente inversión extranjera atraída por la eliminación paulatina de barreras
comerciales.
c) Recursos: Este ítem corresponde a una asistencia oficial para el
desarrollo con el fin de apoyar a países en desarrollo para superar sus
niveles de pobreza y además estabilizar sus economías acotando lo niveles
de deuda externa que suelen ser elevados para de esta forma atraer
inversión extrajera directa.
d) Instituciones: es importante potencias el desarrollo de las instituciones
públicas nacionales a fin de mostrar una imagen país acorde a por ejemplo
la utilización eficiente de los recursos nacionales establecer un clima de
estabilidad que atraiga la inversión extrajera aprovechar las oportunidades
de desarrollo a través del comercio y generar un manejo adecuado de la
deuda externa nacional.
e) Control y fortalecimiento: para lograr el tan apreciado desarrollo
sustentable es de principal importancia establecer un enfoque en la
eficiencia de los procesos de desarrollo de los países latinoamericanos (no
debemos olvidar que en esta región predominan los países en vías de
desarrollo), es por esto que se centra la atención en los resultados y en el
control de las actividades legisladas.
El caso particular de América Latina está marcado por un la presencia
creciente y constante de la deuda externa, que como se plantea en los
puntos anteriores es uno de componentes esenciales para que sea posible
lograr un desarrollo sustentable, ya que si bien incluso los países
desarrollados tienen deuda externa, el carácter creciente de estas nuevas
economías hace que su efecto se maximice cuando se habla de un país en
vías de desarrollo por la presencia de factores como por ejemplo, una gran
parte de la población viviendo bajo la línea de pobreza, entre otros factores,
los cuales impiden que sea prioridad nacional el formular estrategias de
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
56
desarrollo sustentable, o la asignación de recursos que permitan la
adecuada utilización de los recursos naturales y la protección del medio
ambiente, con respecto a esta problemática el informe realizado por la
CEPAL, señala que “con el propósito de mitigar los efectos negativos de la
deuda externa en lo que respecta al desarrollo, la comunidad internacional
ha evaluado la situación de 42 países pobres altamente endeudados y en
2002 ya había 27 beneficiados por la aplicación de medidas de alivio de la
deuda, consistente en una asistencia del Fondo Monetario y el Banco
Mundial”. (CEPAL, 2002). En la Revista Interamericana De Ambiente Y
Turismo (2012)
Todo esto lleva a pensar que si bien América Latina no es la región más
pobre del planeta presenta una deuda externa creciente tanto a nivel
nacional como regional (CEPAL, 2002) ”la deuda regional fue en constante
aumento en la década de 1990, partiendo de menos de 500 000 millones de
dólares para superar los 800 000 millones al término del decenio”, reflejando
una tendencia que se transforma en el gran obstáculo de la asignación del
financiamiento necesario para un desarrollo sostenible, de esta forma los
programas implementados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial
(FMAM) y los mecanismos de desarrollo limpio establecidos en el protocolo
de Kioto han conseguido generar un cambio en la región principalmente a
través del programa conversión de deuda para la protección ambiental
(canjes de deuda por naturaleza), y las perspectivas para la implementación
futura del mecanismo de desarrollo limpio establecido en el Protocolo de
Kioto presenta un cambio significativo especialmente para América latina.
Es por esto que la experiencia de la región en el uso de los programas de
conversión de deuda para la protección ambiental (canjes de deuda por
naturaleza) ha contribuido a generar grandes resultados, no como una
disminución real en términos monetarios, sino como explican las estadísticas
(CEPAL, 2002) “en relación a un porcentaje de las exportaciones de bienes y
servicios, la deuda total se redujo de 255% en 1990 a 167% en 2001”; esto
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
57
debido a que la región se presenta principalmente como un gran exportador
para el resto del mundo, sin embargo en términos del PIB real regional esto
no ha presentado un avance significativo por lo cual la aplicación de dichos
programas de ayuda a la protección de la naturaleza a generado debates
entre las autoridades solo su real efectividad de los resultados, el siguiente
grafico muestra la evolución de los indicadores de deuda del periodo 1980-
2001.
Uno de los puntos central del debate por la aplicación de dichos programas
es como la intervención de organizaciones no gubernamentales
internacionales puede intervenir en las políticas medioambientales de los
países generando en algún punto de vista un conflicto de soberanía al limitar
la utilización interna de los recursos naturales de ciertas áreas del país que
pasan a ser protegidas.
Por otra parte además de las consideraciones ecológicas, encontramos las
consideraciones económicas nacionales, dado que la conversión de la
deuda externa en moneda nacional aumenta el gasto fiscal, generando un
ajuste estructural que establece graves restricciones fiscales, lo cual se
agrava aún más si el país no está pagando su deuda externa pues el
impacto de esta sobre el gasto fiscal irá en aumento, disminuyendo aún más
las posibilidades de generar un desarrollo sustentable, es por esto que el
control permanente de los programas de canjes de deuda para la protección
de la naturaleza, ya que si bien la proporción de disminución de la deuda
puede ser mínima el impacto de esta es significativa y esa mínima
disminución representa un gran avance hacia un desarrollo sustentable.
Por otra parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), ha presentado una iniciativa en la cual los canjes de deuda son
utilizados para promover el desarrollo humano haciendo énfasis no solo en
el medio ambiente sino que también en el alivio de la pobreza otorgando otro
enfoque, que es capaz de complementar las políticas públicas nacionales sin
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
58
embargo esto vuelve a generar el dilema de la soberanía nacional frente al
logro de un desarrollo sustentable.
El cooperativismo en Latinoamérica Durante las últimas décadas del siglo XX y la primera década del XXI, el
modelo cooperativo ha experimentado un crecimiento acelerado en la región
latinoamericana, aunque su desarrollo no ha sido el mismo en todos los
países debido a las políticas públicas propias de cada país hacia el sector
cooperativo en general. Mogrovejo y Otros (2012), indican que en países
como Colombia y Paraguay el Poder Ejecutivo ha emitido decretos a favor
del cooperativismo, para anularlos luego en menos de una semana. De la
misma manera, en Ecuador se ha derogado una ley específica para
cooperativas de ahorro y crédito para incluir a este sector en una ley general
de economía solidaria.
Mogrovejo y Otros (2012), asimismo, refieren que en Perú el Congreso
aprobó la Ley sobre el Acto Cooperativo, y el Presidente de la República
propuso su veto, aunque al final la ley quedó aprobada. En Argentina las
cooperativas de trabajo asociado no cuentan con una ley propia para ese
sector cooperativo. No obstante, en otros países, el apoyo por parte de los
Gobiernos hacia el sector cooperativo es más fuerte y manifiesto, aunque en
la mayoría de los casos las políticas públicas hacia el sector cooperativo
siguen siendo muy limitadas para su desarrollo.
A pesar de las dificultades por parte de las cooperativas, éstas siguen siendo
generadoras de desarrollo económico y social en todos los países de la
región latinoamericana. Las cooperativas son creadoras de empleos
directos, indirectos e inducidos, lo que las convierte en actoras en la lucha
contra la pobreza y el cuidado del medio ambiente y en promotoras de la
equidad social y de género, siempre de acuerdo con sus principios y valores.
Bajo la perspectiva de Mogrovejo y Otros (2012), las fortalezas de las
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
59
cooperativas son notorias en todos los países; las oportunidades también
son muchas, pero hay que analizar las debilidades y amenazas para poder
plantear un relanzamiento a partir de la declaración del año 2012 como Año
Internacional de las Cooperativas por parte de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU).
Estas instituciones son una excelente opción para generar nuevos empleos,
disminuir los niveles de pobreza, actuar en defensa del medio ambiente, y
contribuir reconocidamente al producto interno bruto de cada país. El modelo
cooperativo tiene mucho potencial, pero deben de abordarse algunos
aspectos para lograr fortalecer su imagen, como la rendición de cuentas, una
buena gobernanza, la participación democrática y un mayor involucramiento
por parte de los asociados de base, a partir de procesos de educación bien
estructurados. Textualmente Mora (2012) afirma: “Las cooperativas tienen
una larga historia y son parte del presente de los países de América Latina,
generando ingresos para sus miembros y fuentes de empleo, y
contribuyendo con importantes aportes al desarrollo económico y social de
cada país,” (p. 12)
Siendo que el modelo cooperativo de la región ha sido probado y
comprobado como modelo de desarrollo basado en la participación social de
sus asociados y asociadas, la Oficina Regional de la OIT en Lima, Perú y la
Alianza Cooperativa Internacional para las Américas (ACI Américas),
interesadas en el desarrollo y fortalecimiento del sector cooperativo,
consideran de gran relevancia resaltar las bondades y virtudes de las
cooperativas, con el fin de promoverlas como herramientas de desarrollo y
promoción de empleo. Asimismo, se proponen promoverlas como un brazo
de acción y aporte a los procesos de disminución de la pobreza y el
desempleo en los países de la región, y relevar su contribución a los
Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.
Por estas y otras razones, la OIT, por medio de su Oficina Regional en Lima,
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
60
Perú, y la ACI Américas, y tomando en cuenta que la ONU declaró el año
2012 como Año Internacional de las Cooperativas, acordaron elaborar el
presente diagnóstico, que ofrece un panorama general del movimiento
cooperativo en la región y el impacto de este sector en la promoción del
trabajo decente, la equidad de género, la reducción de la pobreza y el
cuidado del medio ambiente. A partir de este estudio regional se busca
recomendar políticas y propuestas concretas a nivel regional que ofrezcan
elementos para el diseño de un programa de cooperación técnica para el
desarrollo cooperativo en América Latina.
Básicamente, se puede decir que las empresas cooperativas de América
Latina contribuyen al desarrollo sostenible y su desarrollo sigue jugando un
importante papel económico y social en todos los países. Hay algunos
donde, debido a su escaso desarrollo económico y agrario, las cooperativas
juegan un papel más orientado al apoyo social y la protección contra la
pobreza, estableciendo actuaciones allá donde no llega la Administración.
En otros, como Argentina y Brasil, grandes potencias agroindustriales, las
cooperativas juegan un rol claramente empresarial, son muy competitivas y
están claramente orientadas al mercado, la internacionalización y la
innovación.
En el contexto del desarrollo del sector agroindustrial las cooperativas
agroalimentarias además de ser las más importantes de todo el
cooperativismo son pieza clave en la agroindustria, y punteras en
producción, tecnológica, innovación, comercialización y transformación de
los productos.
Comercio Justo en Latinoamérica
En diferentes momentos y continentes, el Comercio Justo y la Economía
Solidaria han nacido y se han desarrollado con el propósito de crear nuevos
modelos para procesos económicos que involucran, principalmente, a
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
61
productores y productoras en pequeña escala, generalmente, en situación
de desventaja. Estos modelos proponen una mirada crítica al hegemónico –
regido exclusivamente por la lógica de la rentabilidad -, tanto en los aspectos
sociales como ambientales, y centran sus acciones en valores como
solidaridad, equidad, justicia, reciprocidad, transparencia, entre otros.
Frers (2008) menciona que Pablo Guerra define la Economía Solidaria como
“un modo especial y distinto de hacer economía en cada una de sus fases
(producción, distribución, consumo y acumulación), que por sus
características propias consideramos alternativas respecto de los modos
capitalistas y estatistas predominantes en los mercados determinados”.
Sugiere, asimismo, mirar al Comercio Justo, no sólo como un movimiento,
sino, además y en primer término, como “la fase de comercialización de toda
economía que se pretenda solidaria”. Latinoamérica, marcada por
desigualdades socioeconómicas que producen pobreza, exclusión, deterioro
ambiental y otras miserias, es un escenario propicio en el que ambos
movimientos, tanto en sus consideraciones conceptuales como prácticas,
crecen y se difundan en forma dinámica y creativa, articulándose y
complementándose mutuamente.
Los últimos años fueron intensos en el campo del Comercio Justo y la
Economía Solidaria en América Latina. Un elemento central lo constituye el
impacto de la actual crisis económica. Las ventas de las organizaciones de
Comercio Justo sufrieron descensos muy importantes, principalmente en el
campo de la artesanía. Las informaciones aportadas por los miembros de
WFTO-Latinoamérica indican que esta disminución de ventas va en aumento
desde 2008.
Diversas causas confluyen en esta reducción dramática de las ventas
regionales: por un lado, desde antes incluso del inicio de la crisis los
mercados del Norte vienen reorientando mayoritariamente sus compras de
Comercio Justo al sector alimenticio en detrimento de las artesanías; por
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
62
otro, los costes de producción y transporte son comparativamente más altos
en Latinoamérica que en otras regiones productoras. Lamentablemente, no
existen estadísticas sobre la totalidad de la producción y ventas de Comercio
Justo en América Latina que puedan ser utilizadas para lecturas generales y
análisis comparados. Los únicos datos disponibles se refieren solo a
productos alimenticios certificados relativos a las compras realizadas con el
Sello Fairtrade, quedando fuera los alimentos no certificados y toda la
producción artesanal que aún no cuenta con certificación de Comercio Justo.
Frers y Velázquez (2012), señalan que:
Hace tiempo que las principales redes de Comercio Justo y Economía Solidaria de América Latina constataron el carácter sistémico de la crisis: además de financiera, comporta una crisis ambiental, una crisis alimentaria y, para muchos en este continente, una crisis cultural. Pero este fenómeno no es visto por parte del movimiento de Comercio Justo latinoamericano únicamente como una amenaza, sino también como una oportunidad, en la medida en que sus consecuencias ponen en evidencia las contradicciones y la insostenibilidad del capitalismo financiero. La crisis es también una crisis de legitimidad del capitalismo neoliberal, lo que implica la oportunidad de desarrollar y fortalecer el Comercio Justo y la Economía Solidaria como alternativas al modelo dominante.
Comercialmente, el modelo de integración al mercado es un éxito mayor,
puesto que presenta resultados cuantitativos excelentes: un aumento de
cifra de negocios de entre el 20 y el 30% anual en los últimos 7 años, y un
80% del total de las ventas del Comercio Justo, son realizadas a través de
las grandes redes de distribución (supermercados, fundamentalmente).
Sin embargo en los países de América Latina, se está tratando de crear
mercados para algunos de estos productos de origen agrícola, como el café
en Perú y México o las hortalizas y las frutas frescas en Perú, Ecuador,
Bolivia y América Central. Pero los esfuerzos son recientes y no cuentan
todavía con estrategias colectivas suficientemente organizadas y apoyadas
por la sociedad civil o por los gobiernos. Además, es evidente que una
buena parte de los mercados de estos productos se encuentran en los
Nayebe Camperos Proyecto de Tesina
63
países desarrollados.
En América Latina, el potencial de producción artesanal, de alto contenido
cultural y simbólico, es enorme. En casi todos los países donde existe
comercio justo y solidario los actores y, especialmente, las organizaciones
de artesanos, han tomado iniciativas de comercialización destinadas a los
mercados locales. Estas iniciativas se materializan en la apertura de tiendas
especializadas, en la presencia en las ferias periódicas de sus territorios de
implantación, o también en la organización de grandes ferias anuales de
economía solidaria y Comercio Justo. En varios de esos países, estas
iniciativas cuentan con apoyo gubernamental.
Aunque las ventas han sufrido una importante disminución a raíz de la crisis
desatada en 2008, afectando a miles de pequeños productores de toda la
región, los últimos tres años fueron, sin embargo fructíferos en diferentes
países de América Latina en lo que respecta a la configuración de políticas
públicas vinculadas al Comercio Justo y/o a la Economía Solidaria. La
naturaleza de las mismas varía según el caso, desde aquellas que tienen un
vínculo directo y explícito hasta otras que guardan una relación más indirecta
con la temática. Algunas son de carácter estratégico, mientras que otras son
complementarias. Ciertos países están impulsando programas ambiciosos,
otros están en una etapa tímida e incipiente.
El cuadro 5 ofrece una mirada general a escala continental en lo referente a
este ámbito, plural y diverso, de las diferentes políticas públicas que podrían
auspiciar mejoras en los distintos contextos nacionales.
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Cuadro 5. Comercio Justo en Latinoamérica
Fuente: Frers y Velazquez (2012),
Numerosos países latinoamericanos han dado, pasos muy importantes
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en esta dirección, aunque en niveles diferentes dependiendo de cada caso
concreto (Ecuador y Brasil, por ejemplo, destacan positivamente). El balance
no tiene, sin embargo, la misma valoración en lo que respecta a las políticas
públicas a escala regional, las cuales aún se encuentran en una fase, por así
decirlo, de acercamiento y diálogo (tal es el caso de la relación del EMS con
el Mercosur, por citar solo un ejemplo).
Varias organizaciones y redes tienen entre sus objetivos estratégicos la
incidencia, destinando recursos importantes a tal efecto. Si bien el Comercio
Justo y la Economía Solidaria tienen una participación incipiente en las
políticas públicas (aunque aún marginal, complementaria o compensatoria a
las políticas económicas ‘duras’), los logros obtenidos señalan, cuanto
menos, dos hechos: una cierta rapidez, visible en algunos países, en la
incorporación de esta temática en la agenda pública y, por otra parte, la
vocación regional de esta incorporación. Son excepcionales los países que,
desde el sector público, no acuñaron y adoptaron de alguna manera el
concepto de Comercio Justo.
La Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo y su articulación en el continente
La CLAC representa hoy la más activa de las 3 redes continentales de
productores, coproprietarias del sistema internacional de certificación de
comercio justo Fairtrade International (anteriormente Fairtrade Labelling
Organizations International, mejor conocida como FLO). Nacida en el 2004,
aprovechando las experiencias previas de la Coordinadora Latinoamericana
de Caficultores (CLA) y de la red de Pequeños Apicultores Unidos de
América Latina (Paual), la CLAC comprende actualmente 300
organizaciones aproximadamente de pequenos productores de 21 países de
América Latina y el Caribe, para un total de más de 300.000 pequeños y
medianos productores.
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La Coordinadora se articula, además, a través de siete redes regionales de
producto: la Red Café, la Red Banano, la Red Cacao, la Red de Azúcar, la
Red Miel, la Red de Jugos y Frutas Frescas y, la más reciente, aun en fase
de consolidación, la Red de Quinua. Sin embargo, los miembros producen
también otros productos de exportación como aceite, nueces y semillas,
frutas secas, te y vino, además de todos los productos para el consumo
familiar y los mercados locales. Por un lado, las redes de producto aglutinan
a todas las organizaciones de productores miembros de la CLAC que
producen un mismo producto; por el otro, las coordinadoras nacionales
reúnen a todas las organizaciones de productores de un mismo país.
El órgano que pone en práctica las decisiones de la Asamblea General es la
Junta Directiva de la CLAC, que cuenta con representantes de cada una de
las redes de producto y de cada subregión: sus miembros son elegidos de
manera democrática y representativa en la Asamblea General, normalmente
cada dos años.
Desde su fundación, explica Coscione (2013) que la CLAC se ha distinguido
por su firme compromiso respecto a la defensa de los pequeños productores
organizados, que representan el corazón y la razón de ser del movimiento
por un comercio con justicia. Ha luchado, y sigue luchando, para que el
comercio justo internacional vuelva a su camino originario, desde que la
entrada de las plantaciones, las grandes superficies y ahora los nuevos
esquemas certificados de producción por contrato (con productores no
organizados) pusieran en peligro su esencia y su identidad, sobre todo en
relación con el ultimo anillo de la cadena solidaria: el consumidor.
Frente a esta deriva del comercio justo certificado hacia un comercio
tradicional que no excluye a los grandes productores (quienes siempre
tuvieron facilidad de acceso a los mercados nacionales e internacionales), la
CLAC vuelve la mirada hacia el pequeño productor y su rol económico,
social y político dentro de su comunidad. Es justamente a partir de esta
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visión, mas regional, pero sin desligarse del contexto global, que en los
últimos años la CLAC está protagonizando un proceso social y político muy
fuerte. Muy dinámica sigue siendo la inserción de las organizaciones de
pequeños productores latinoamericanos en los mercados internacionales:
tanto de comercio justo, como en el mercado orgánico o el convencional.
Partiendo de los reportes de Coscione (2013) a pesar de llevar relativamente
poco tiempo compitiendo en los mercados internacionales, las cooperativas
o asociaciones de pequeños productores de comercio justo supieron abrirse
brechas. Una parte importante de los volúmenes que antes comercializaban
las grandes multinacionales ahora la comercializan los pequeños
productores:
Es por esta razón que las mismas transnacionales están proponiendo
programas de responsabilidad social empresarial o sellos éticos de
certificación para recuperar el terreno perdido y que las organizaciones de
pequeños productores han ganado durante por lo menos dos décadas de
esfuerzo colectivo.
Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas del Comercio Justo en Latinoamérica
El Comercio Justo y Solidario en América Latina está recién comenzando a
estructurarse desde el punto de vista de un sistema de comercialización. En
general, se puede decir que las potencialidades del comercio justo en
América Latina son importantes pero que, al mismo tiempo, sus capacidades
de producción, y sobre todo de comercialización, son, salvo excepciones,
incipientes.
Pero, considerando la evolución del comercio justo en los países
latinoamericanos y a las necesidades de los mismos de la reactivación
económica se ha analizado este movimiento, deduciéndose los siguientes
elementos claves las planificaciones nacionales y regionales.
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Fortalezas
En América Latina, se observa una verdadera proliferación de redes de
Comercio Justo y economía solidaria. El lugar del Comercio Justo como
elemento activo de la economía social y solidaria está fuertemente
reafirmado por los socios sudamericanos que ya trabajan en redes de
manera amplia con sus homólogos, asociaciones de consumidores,
sindicatos, organizaciones de defensa de los derechos humanos y del medio
ambiente, etc.
La existencia de innumerables grupos de productores organizados que se
reconocen en los principios de la economía solidaria y que han acumulado
experiencias en la comercialización de sus productos en los canales
tradicionales.
Debilidades
Impone un modelo de cooperativas en el cual no todos tienen cabida,
además de una estructura de costos pensada más bien para los
consumidores de los países desarrollados
En el desarrollo de mercados para la artesanía destaca la necesidad de
capitalizar y tecnificar las unidades de producción, así como la de organizar
y armonizar la oferta de artesanía, de adaptarla a las necesidades de los
consumidores locales y de elevar la calidad de los productos. También
requiere establecer formas de regulación (normas de calidad, patrones
culturales, distribución del valor agregado, etc.) que permitan enfrentar
colectivamente la concurrencia.
En líneas generales los productores dentro del comercio justo presentan la
necesidad de crear signos de identidad para diferenciarse con nitidez de los
otros productos.
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La necesidad de estrategias de implantación comercial suficientemente
diversificadas (identificación del tipo de consumidor y de las localizaciones
posibles, técnicas de visualización y de comunicación, etc.), que permitan
estar presentes en los momentos y en los lugares claves para la venta, y
negociar positivamente las prácticas educativas y económicas de la actividad
comercial cuando sea necesario pasar por los puntos de venta tradicionales.
Las organizaciones y los operadores comerciales del CJ-NS deberán
redoblar sus esfuerzos de marketing y de abertura de nuevos canales de
comercialización, lo que implica contar con capacidades financieras que nos
parecen cada vez más difíciles de obtener.
Amenazas Desarreglos climáticos, que centra la atención de la opinión pública más en
los productos respetuosos del medio ambiente que en los productos
respetuosos de las condiciones sociales de producción.
Crisis de la energía y del sistema financiero internacional, que comienzan a
repercutir en los niveles de consumo e los países desarrollados y en sus
tasas de crecimiento económico.
La concentración de los medios de comunicación en manos de sectores
conservadores constituye una amenaza para el Comercio Justo y la
Economía Solidaria, si bien contrasta o es compensada por las nuevas
tecnologías de comunicación, potenciales herramientas para los
movimientos sociales progresistas.
La apropiación y resemantización conservadora de los conceptos de
Comercio Justo y Economía Solidaria, esto es su uso oportunista y aparente
por parte de ciertos grupos empresariales, inclusive, ciertos gobiernos.
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Otro de los grandes desafíos que se presenta a los actores de la economía
solidaria y del Comercio Justo y Solidario en los países de América Latina lo
constituye la cultura ‘consumista’ de una mayoría de la población, cultura
modelada por el bombardeo publicitario que reciben diariamente a través de
los medios de comunicación.
Cambiar los modos de consumo de los diferentes sectores de la población
para crear mercados solidarios es, seguramente, de una dificultad enorme.
Sin embargo, si no se incluye este aspecto de información y de educación de
las consumidoras y los consumidores como un eje fundamental del trabajo a
realizar, no parece posible el desarrollo de la economía solidaria ni del
comercio justo.
Oportunidades Los países de América Latina, especialmente los que poseen zonas
tropicales, podrían aprovechar algunas de las ventajas que ofrece la
existencia de plantas y frutos autóctonos susceptibles de transformación y
comercialización en los mercados nacionales.
Crecimiento progresivo en América Latina del interés de ciudadanos y
consumidores por lo “propio y lo étnico”, “lo biológico y lo natural”. Crecen
pues en el propio continente mercados (o nichos de mercado)
potencialmente favorables para el Comercio Justo y la Economía Solidaria,
otrora sólo existentes en países del Norte. Son nuevos o potenciales
mercados que, sumados a los ya existentes en el Norte, presentan un mapa
cada vez más desafiante. Y es que el eje Sur–Sur forma parte desde hace
unos años de la agenda estratégica de las organizaciones de Comercio
Justo de América Latina.
Por su parte, el MERCOSUR es un proceso que empieza a adquirir cada vez
más relevancia en la región, de la mano de un debate público favorable a la
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superación del sesgo mercantil que le dio origen. La Reunión Especializada
de Cooperativistas y el Fondo Común Estructural del MERCOSUR
constituyen oportunidades que ya están siendo abordadas por más de una
red. Otras instancias de integración, como el ALBA o UNASUR, también
aparecen como escenarios políticos que pueden ser aprovechados, cuanto
menos indagados.
Debe destacarse la importancia que, contra todo pronóstico, ha adquirido
esta última instancia regional en el último año. Según varios dirigentes del
espacio INTER-REDES, existe hoy una ofensiva abierta dirigida a eliminar la
producción campesina y la economía tradicional vía tratados de libre
comercio y tratados bilaterales. Resulta, por lo tanto, estratégico para el
movimiento de Comercio Justo y Economía Solidaria acercarse a otros
movimientos sociales, tales como el agroecológico y el de finanzas
solidarias, así como a experiencias de turismo alternativo.
La voluntad de la mayoría de los actores sociales latinoamericanos de
avanzar en la construcción de alternativas sociales, culturales, económicas y
medioambientales que permitan superar la inseguridad permanente que las
crisis del sistema dominante hacen pesar sobre sus sociedades.
Culturalmente, los pueblos de América Latina y sus organizaciones han
estado durante mucho tiempo a la punta de la contestación y de la
innovación social, lo que constituye un excelente terreno.
Los gobiernos de muchos países latinoamericanos renuevan con la tradición
de progreso social que, bajo formas muy diversas, dejan espacios abiertos a
las organizaciones populares para que desarrollen sus propias iniciativas y
proposiciones. Y en algunos de estos casos, los gobiernos asumen roles
activos en la transformación de las relaciones sociales en sus países,
regiones o ciudades. Este apoyo de parte de las autoridades públicas, de
niveles muy diferentes, facilita el desarrollo de las iniciativas de la sociedad
civil, como la economía solidaria y el comercio justo.
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Conclusiones
En la última década, se han desarrollado en Latinoamérica nuevos procesos
políticos, sociales, económicos y culturales en respuesta a las
consecuencias del modelo económico neoliberal vigente en los años ochenta
y noventa: aumento de la pobreza, exclusión, desigualdades, desempleo,
precarización de las condiciones de trabajo y erosión de la naturaleza. La
población ha elegido nuevos gobiernos que presentan plataformas
alternativas con el objetivo de cambiar su modelo de (sub)desarrollo
económico. La construcción de un nuevo paradigma político-social-
económico es un reto complicado pero necesario. Muchos países han
optado por la utilización del concepto de Economía Social (comunitaria,
popular, solidaria) para proponer esa otra economía.
Las iniciativas de economía social y solidaria necesitan intercooperar más
entre sí para consolidarse y desarrollarse en medio de unos mercados cada
vez mayores y más desregulados. Intercooperar en este contexto, significa
algo tan básico como priorizar nuestras necesidades de compra de bienes o
servicios eligiendo como proveedor a una entidad de economía social y
solidaria, la cual, también prioriza sus compras eligiéndonos como
proveedores cuando ésta demande un servicio o producto de nuestra
entidad.
Pero esta intercooperación debe tomar más fuerza y ser practicada de
manera cotidiana por las personas que trabajan en el sector y por otras
personas que quieran ejercer su opción de consumo con compromiso social,
tratando de crear entre todos, nuevos proyectos socioeconómicos
compartiendo excedentes y recursos mediante asociaciones, cooperativas
de segundo grado y grupos cooperativos.
En estos momentos la economía solidaria ya se halla presente en todas las
fases del ciclo económico (producción, distribución, consumo y financiación).
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Pero si se quiere avanzar en la finalidad de transformación social a través
de lo económico, se necesita dar otro paso más; ínterconexionar todos estos
sectores.
El conjunto del movimiento del Comercio Justo necesita entender mejor las
nuevas dinámicas y estrategias desarrolladas por las organizaciones de
productores y las redes de actores de los países del Sur, para tener una
visión global más amplia de las orientaciones y potencialidades posibles.
No se puede seguir ignorando la necesidad de integrar a los actores del Sur
en esta reflexión, ni tampoco la necesidad de redefinir las relaciones entre
las organizaciones del Comercio Justo del Norte y del Sur. Si en el Norte los
actores del comercio justo están frecuentemente especializados en el
aumento de los volúmenes de ventas y en la búsqueda de nuevos
mercados, las organizaciones del Sur, sean ONG u organizadores de
productores, poseen una vocación más amplia, que trasciende el simple foco
comercial.
Mientras esta nueva mirada no permita reposicionarlos diversos actores en
el debate sobre el desarrollo y el papel que pueden jugar las relaciones
comerciales equilibradas, en los distintos niveles geográficos, el comercio
justo quedará relegado a una visión estrecha de solidaridad, y los
movimientos de Comercio Justo y economía solidaria de América Latina
desarrollarán una visión donde el Comercio Justo y Solidario forme parte de
los esfuerzos de la organizaciones sociales por construir una sociedad más
equitativa y sostenible.
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