1.- INTRODUCCIÓN
La “mosca blanca” pertenece a la familia Aleyrodidae y al orden Homoptera,
siendo considerada en diversas localidades del mundo desde 1926 hasta 1981
como una plaga esporádica y secundaria (Vilas Boas et al. 1997); sin embargo,
en los últimos años se convirtió en una plaga y vector de algunos virus
importantes. Las razones para este cambio de status no han si- do
determinadas todavía, pero podrían ser: las modificaciones en las prácticas
agrícolas; la expansión del monocultivo bajo irrigación; el uso excesivo de
pesticidas; la creación de resistencia a los insecticidas, y el intercambio
mundial de plantas y productos vegetales (Brown 1993).
Varios de los ecosistemas agrícolas de las regiones tropicales y subtropicales
en el Ecuador han sido severamente afectados por algunas especies de
“mosca blanca”. En la Costa, especialmente en las provincias de Manabí,
Guayas y Los Ríos, se ha determinado la presencia de las especies Bemisia
tabaci y B. argentifolii atacando cultivos de: melón, sandía, pepino, zapa- llo,
tomate, pimiento, soya, haba, tabaco, algodón y maní (Valarezo 1994; Arias
1995). En la Sierra, particular- mente en los valles cálidos de la provincia de
Imbabura, se registró Trialeurodes vaporariorum, afectando el cultivo del fréjol
arbustivo (Cardona et. al. 1995).
El parasitismo de la “mosca blanca” presenta una variación entre los cultivos,
presentándose B. tabaci en el algodón con un 42,7% en Manabí y Guayas
En el Ecuador es primordial el desarrollo de es- ta investigación, porque los
estudios referentes al tema que fueron revisados revelan que existe un eleva-
do uso de sustancias químicas con propiedades insecticidas para combatir la
“mosca blanca”. Es así, que esta contribución sobre aspectos biológicos y
ecológicos de estos insectos basada en un diagnóstico nacional contribuyó a
determinar la verdadera problemática socioambiental.
1
2.- RESUMEN
La mosca blanca ha sido limitante en la agricultura mundial desde 1970;
inicialmente en cultivos bajo invernadero, es hoy uno de los problemas
fitosanitarios más importantes del mundo. Es una de las plagas más
importantes a nivel mundial. La importancia económica de este insecto se debe
a su amplia distribución geográfica en el trópico, subtrópico y zonas templadas
del mundo, el gran número de especies cultivadas que afecta y su amplio rango
de hospederos cultivados y silvestres. Las moscas blancas pertenecen al orden
homóptera, familia aleyrodidae, la cual se caracteriza por tener las alas en
forma de “techo” sobre el cuerpo cuando el insecto está en reposo, su cabeza
es relativamente larga y comprimida al tórax y posee un desarrollado aparato
bucal picador-chupador, la mosca blanca son insectos pequeños, sobre 2mm.
Cuando es adulta tiene alas triangulares de color blanco, y cubiertas por una
cera polvorienta.
Es una plaga muy importante y difícil de controlar pues ataca a las plantas
debilitando la hoja, por sus heridas realizadas para la penetración en el vegetal,
se posan en el envés de la hoja por medio de un pedículo con el que se sujeta
al sustrato. Por lo que hay una menor disponibilidad de nutrientes para la
planta, una retención en el desarrollo y caída de las hojas.
Este insecto es tan pequeño que se confunde fácilmente, aplicándose otros
insecticidas que no son los adecuados.
A parte de los perjuicios directos producidos por la mosca blanca existen los
indirectos o producidos por hongos, bacterias y virus. Que hacen que la planta
deba tratarse con unos determinados productos químicos que pueden ser
nocivos para nuestro entorno y hogar.
2
3.- OBJETIVOS
Objetivo General
Lograr el control de la mosca blanca en el cultivo de arroz mediante la
combinación organizada de técnicas y métodos compatibles, multifacéticos,
flexibles y dinámicos, para conseguir resultados de producción sostenible a
largo plazo.
Objetivo Especifico
- Una estrategia para producir alimentos sin perjudicar el medio ambiente
ni la base de los recursos de las futuras generaciones.
- Control tanto químico como natural de la mosca blanca en el cultivo de
arroz para tener cosecha segura con un producto bueno y apto para el
consumo humano.
3
4.- INCIDENCIA DE LA MOSCA BLANCA EN EL CULTIVO DE ARROZ.
4.1.- ALEYRODIDAE - MOSCA BLANCA
Moscas blancas (Trialeurodes vaporariorum)
4.1.1.- Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Homoptera
Suborden: Sternorrhyncha
Superfamilia: Aleyrodoidea
Familia: Aleyrodidae
Subfamilias
Aleyrodicinae
Aleyrodinae
Udamoselinae
Los aleuródidos (Aleyrodidae) son una familia de insectos homópteros
conocidos vulgarmente como moscas o mosquitas blancas. Causan
importantes daños en plantas cultivadas, motivo por el que son consideradas
plagas para la agricultura.
Se reconocen 1.556 especies de mosquita blanca, la mayoría se alimentan de
diversas especies de plantas, normalmente siendo específicas para las plantas
que atacan. Sólo unas cuantas especies son plagas de cultivos importantes.
Entre ellas se encuentran:
Mosquita blanca del camote - Bemisia tabaci (Gennadius)
4
Mosquita blanca de los invernaderos - Trialeurodes vaporariorum
Westwood
Mosquita blanca algodonosa (MBA) - Aleurothrixous flocossus (Maskell)
Mosquita blanca de la hoja plateada - Bemisia argentifolii Bellows &
Perring
Estas especies atacan una gran variedad de plantas ornamentales, silvestres y
cultivadas. Bemisia argentifolii se reporta atacando a más de 500 especies de
plantas. El complejo de la mosca blanca se ha transformado a partir de 1990 en
una plaga de importancia mundial. Las moscas blancas son insectos del orden
hemípteros, al cual pertenecen otros insectos como los pulgones, las
chicharritas, los psyllidos, las escamas, los periquitos, y las chicharras o
cigarras, entre otros. Los estados de desarrollo de la mosca blanca son huevo,
cuatro instares ninfales y el adulto.
4.1.2.- ADULTOS
Los adultos de Bemisia argentifolii miden entre 1 y 1,5 mm de longitud, su
cuerpo es de color amarillo pálido, poseen dos pares de alas de color blanco,
tienen un aparato bucal picador-chupador, que les sirve para succionar la savia
de las plantas. El cuerpo esta dividido en tres regiones cabeza, tórax y
abdomen, y como todos los integrantes de la clase insectos poseen tres pares
de patas.
4.1.3.- HUEVOS
Son depositados en el envés de las hojas, su tamaño es pequeño, y su forma
oval o piramidal. Poseen un pedicelo que les sirve para que sean insertados en
la hoja. La hembra puede cortar el tejido vegetal con el ovipositor o empujar los
huevecillos en su lugar. El contacto directo con las hojas permite al huevo
sobrevivir a la deshidratación y probablemente le proporciona nutrimentos
durante su desarrollo. La temperatura influye en la eclosión de los huevos, a
5
temperaturas de 36 °C no hay eclosión Bemisia tabaci no oviposita en
algodonero en Arizona a temperaturas de 14,9 °C.
4.1.4.- NINFAS
Al 4º estado ninfal generalmente se le llama “pupa”, sin embargo, estos
insectos tienen una metamorfosis simple por lo que dicho estadio no
corresponde a la pupa que presentan los insectos con metamorfosis completa
como los lepidópteros, dípteros o coleópteros. Del 4º estadio ninfal emerge el
adulto a través de una fisura en forma de “T”, ocurriendo la emergencia
generalmente por la mañana (Butler et al 1986).
El primer estadio es el único capaz de movilizarse, mientras que los otros tres
son sésiles. Los instares ninfales son de forma aplanada similar a una escama
y se les localiza en el envés de las hojas. Los machos y las hembras a menudo
emergen como adultos, próximos unos a otros en la misma hoja. La cópula
tiene lugar después de un cortejo algo complejo, el cual dura de 2 a 4 minutos;
puede haber una cópula múltiple. La hembra fecundada produce una progenie
tanto de machos como de hembras, mientras que las no fecundadas sólo
producen hembras.....
4.1.5.- OVIPOSICIÓN
Normalmente ovipositan en el envés de las hojas superiores. Huevecillos
agrupados en formas características.
4.1.6.- LONGEVIDAD
Las hembras viven en promedio más que los machos y su promedio de vida
depende de la temperatura. Se ha reportado que la longevidad de machos
puede variar de 6,4 hasta 34 días y en las hembras de 14,5 hasta 55,3 días en
temperaturas que varían de 12,7 °C a 26,5 °C (Avidov, 1956, citado por Butler
et al 1986).
6
4.1.7.- CICLO DE VIDA
El ciclo de vida de las mosquitas blancas esta regulado por las condiciones
climáticas del medio. El período de desarrollo no varía considerablemente en
temperaturas entre 15 y 25 °C, comparado con los datos observados a
temperaturas constantes de 22 °C. La tasa de desarrollo (reciproco del tiempo
de desarrollo) es una función lineal de la temperatura dentro de ese rango.
Existe variación en los valores de los umbrales inferior y superior y la constante
termal, dependiendo del cultivo en que se desarrolla el insecto. Resultados
obtenidos en el Colegio de Posgraduados en México indican que las
poblaciones de Bemisia tabaci y de Bemisia argentifolii presentaron un umbral
inferior de 11,5 y 11,52 °C, respectivamente, en tanto que Trialeurodes
vaporariorum, resultó registró un umbral mínimo de 8,63 °C. La constante
termal fue de 280 y 370,8 º/día para Bemisia tabaci y Bemisia argentifolii,
respectivamente (Ortiz et al 1995). En el caso de Bemisia tabaci bajo
condiciones de campo, en el cultivo de algodonero se determinó que el umbral
inferior fue de 10 °C y el superior de 32,2 °C, siendo la constante termal de 316
º/día (Zalom et al 1985). En el cultivo de melón se reporta un umbral inferior de
13,2 °C y una constante termal de 250 º/día, en tanto que para algodonero el
umbral inferior es de 11,1 °C y la constante termal de 312 º/día (Nava, 1997).
Como se observa, los resultados en algodonero son más o menos similares en
ambos trabajos por lo que se puede tomar como base el umbral inferior de 10
°C, el superior de 32 °C y la constante termal en 316 º/día, para estudios de
desarrollo de este insecto (Zalom et al 1985).>.<
4.2. DESCRIPCIÓN MORFOLÓGICA
Los adultos blancos-grisáceos en apariencia que semejan diminutas
palomillas con las alas dispuestas en forma de tejado y cuerpo a menudo
cubierto por un polvillo ceroso. La hembra mide en promedio 1.2mm de largo,
con una expansión alar de 1.3 mm; mientras que el macho es más pequeño y
mide 0.7 mm de largo y expansión alar de 0.8 mm (Figura 1a). Los huevos son
alargados y curveados en el centro y son colocados de manera horizontal y
adheridos a los estomas de las hojas por un pequeño pedicelo. Recién
depositados son de color blanco y conforme maduran se vuelven oscuros con
7
el corion brilloso. Miden alrededor de 0.3 mm de largo por 0.1 mm de ancho La
hembra al ovipositar deja una capa de polvo blanquecino alrededor de los
huevos. Las ninfas tienen el cuerpo ovalaplanado semitransparente, color
amarillento, 2-3 veces más largo que ancho, y presentan un par de filamentos
cerosos en la región caudal Este estado de desarrollo pasa por cuatro instares.
La ninfa en su última etapa mide en promedio 1.1-1.4 mm de largo por 0.5-0.7
mm de ancho. Las ninfas y adultos ocurren en densas colonias que a menudo
cubren completamente el envés de las hojas.
Las especies de mosca blanca presentan cuatro estados diferenciados: huevo,
larva, pupa y adulto. A su vez el estado de larva tiene tres estadios (I, II y III).
Existen algunas discrepancias en la utilización del término pupa, que no lo es
realmente, ya que existe alimentación en la primera parte del estado, y la
transformación en adultos se produce en la parte final del mismo, sin que exista
una muda pupal. Por ello sería más correcto el nombre de ninfas en lugar de
larva (I, II y III) y ninfa IV para la pupa. Sin embargo la terminología larva-pupa
sigue utilizándose en la actualidad.
Los adultos, revestidos de una secreción cérea pulverulenta blanca, tienen los
ojos de color rojo oscuro, con dos grupos de omatidias unidas en el centro por
una o dos de ellas. En reposo las alas se pliegan sobre el dorso formando un
tejadillo casi rectangular.
Los huevos son elípticos, asimétricos. Las larvas son ovaladas, aplanadas, de
color blanco amarillento y translúcido. En todos los estadios el contorno es
irregular.
La hembra deposita preferentemente los huevos en el envés de las hojas,
unidos a ellas mediante un pedicelo que es insertado en el tejido hospedante,
aunque en algunos cultivos prefiere el haz. Los huevos se disponen de forma
aislada, en grupos irregulares o en semicírculos, los cuales traza a modo de
abanico con su abdomen sin moverse del sitio, pues no abandona su actividad
de comer mientras los pone. Pueden o no estar recubiertos por una secreción
cerosa blanca.
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El estado larvario dura aproximadamente un mes. Durante los tres primeros
estadios, la larva se alimentará succionando jugo de la planta de tal forma que,
en caso de que esta se secase o muriese, ella también moriría. En el primer
estadio se mueve unos pocos milímetros para buscar su propio lugar y clava su
aparato bucal en el tejido de la planta. El segundo estadio es típico por la
cremosa transparencia y por el desarrollo de patas y antenas rudimentarias. En
el tercer estadio aumenta el tamaño y es de una transparente cremosidad. En
el cuarto y último estado larvario no es necesaria la ingesta de alimento,
adquiere un color verdeamarillento, empieza a abultarse y se hacen visibles
dos ojos rojos. Transcurridas las cuatro semanas emergen el adulto de la pupa.
El tiempo de desarrollo de esta especie de mosca blanca depende
principalmente de la temperatura, de la planta huésped y de la humedad.
Algunos investigadores han estudiado la duración del desarrollo de huevo a
insecto adulto a diferentes temperaturas. En algodón el ciclo suele ser de dos a
tres semanas en verano. El tiempo necesario para el desarrollo es menor
según aumentan las temperaturas. El desarrollo del insecto es óptimo a
temperaturas altas (unos 30-33º C). Por encima de 33º C el ritmo de desarrollo
decrece rápidamente de nuevo. No sólo es importante el tipo de planta
huésped, sino también la calidad nutricional del cultivo. Situaciones de estrés
tales como una baja intensidad luminosa, altas temperaturas y extrema
humedad, pueden influir sobre el desarrollo directa o indirectamente.
4.3.- BIOLOGÍA Y HÁBITOS
Al igual que otros aleiródidos, la mosquita blanca de los cereales son insectos
chupadores que presentan metamorfosis incompleta, es decir, pasan por los
estados de huevo, ninfa y adulto (Byrne y Bellow 1991). La MBC se alimenta en
el envés de las hojas de sus hospederas, aunque algunas veces se les puede
encontrar en la vaina de plantas de hojas muy pequeñas o en los tallos, cuando
su abundancia es muy alta (Russell 1964, Vejar 2007). La hembra oviposita en
el envés de las hojas basales de la planta y coloca los huevos de manera
individual, desordenados o en grupos de hasta 20 (Vejar 2007, Vejar-Cota .
2009) a 1b). Una vez emergida la ninfa, se desplaza pocos milímetros para
9
fijarse y alimentarse. Después de que la ninfa comienza a alimentarse, pasa
por otras tres etapas o ínstares ninfales de desarrollo, en cada caso de mayor
tamaño, hasta transformarse en el adulto.
Al último estadio ninfal comúnmente se le llama “pupa” Serrano (2006)
mencionan que el ciclo de vida de en arroz, de huevo a adulto, puede
completarse en dos a tres semanas; pero su duración puede variar en función
de la temperatura, humedad y hospedera. Poinar (1965) anota que el ciclo
transcurre en 36 a 50 días.
Los daños causados por son similares a otros aleiródidos. Las ninfas y adultos
causan marchitez, clorosis y achaparramiento, por succión de savia, lo cual se
traduce en pérdida de calidad y rendimiento del cultivo o la caída prematura de
las hojas, o muerte prematura, en infestaciones severas, por la excesiva
proliferación de hongos “fumagina” sobre la mielecilla que excretan (Ortega
1999). No se tienen reportes a la fecha que sea una especie que pueda
transmitir algún virus (Poinar 1965). La alta incidencia de la MBC en países
como Perú (1999) y El Salvador (2003) ha ocasionado pérdidas parciales o
totales en cultivos de arroz y sorgo; el daño principal lo causan las ninfas y
adultos durante su alimentación, al detener el desarrollo de la planta
(amarillamiento) y cubrir de “fumagina” las hojas inferiores, lo que ocasiona la
muerte de la planta y/o la infertilidad del fruto (Serrano 2006).
5.- COMPORTAMIENTO EN EL CULTIVO DE ARROZ
Se muestrearon con una frecuencia mensual desde su siembra (Mayo).
Durante los muestreos se esperaba un repunte de las poblaciones entre
septiembre y octubre, sin embargo no ocurrió. Las poblaciones observadas
fueron relativamente muy bajas, detectándose solo presencia El
comportamiento fue similar que en otras ocasiones en otros cultivos
(Principalmente perennes), a partir de agosto se observaron las primeras
oviposturas y ninfas de los primeros instares, posteriormente entre septiembre
y octubre la mayor frecuencia fue de ninfas desarrolladas, las cuales la mayoría
se encontraban parasitadas. Los parásitos encontrados correspondieron a los
10
citados previamente por Vejar-Cota (2009), entre los que destaca el género
( Hymenoptera Aphelinidae).
6.- MANEJO
Aunque las poblaciones de la MBC fueron muy bajas durante el desarrollo del
cultivo del arroz, es importante no romper el equilibrio encontrado entre el
huésped y sus parásitos, ya que estos podrían resurgir como plaga como ya ha
sucedido en otros cultivos en la región.
Dentro de las medidas de manejo y cuidados que se deben tener para reducir
el impacto de la MBC en el cultivo de arroz, se recomienda: a) evitar la
movilización del insecto donde aún se siembra el arroz, por ser un cultivo
susceptible; b) mantener constante vigilancia para detectar en forma oportuna
la presencia de la mosca blanca; c) limitar el desarrollo de hospederas
silvestres en los alrededores de lotes de arroz; d) mantener el monitoreo
constante de la MBC para detectar su dispersión e incrementos poblacionales;
e) utilizar métodos de control alternativos a los químicos para mantener la
acción de los parasitoides y otros enemigos naturales; e) limitar, en caso de
aplicación de insecticidas, el uso de productos y dosis que promuevan.
7.- HOSPEDERAS
La mosquita blanca de los cereales ha sido citada atacando diferentes plantas
silvestres y cultivadas (Poáceas y ciperáceas) en el continente americano
(Russell 1964, Poinar 1965, Serrano 2006, Evans 2007). Dentro del mosaico de
gramíneas cultivadas, se ha detectado la presencia de en 13 especies; sin
embargo, durante su dispersión se ha ido estableciendo en otras más. A la
fecha sólo se han detectado hospederas silvestres.
Los técnicos del INIAP, siguen evaluando al ácaro blanco para verificar si las
poblaciones encontradas pueden producir daños de importancia económica, en
11
cuyo caso se recomienda el uso del fungicida Silvacur Combi en dosis de 0,75
litros por hectárea en fase de máximo macollamiento.
8.- MÉTODOS DE LUCHA
Dada la importancia de la mosca blanca Bemisia tabaci, así como los cultivos
por ella afectados a nivel mundial, son muy variados los métodos de lucha
ensayados y puestos a punto contra la misma. A continuación se hace una
revisión, incluyendo aspectos de umbrales económicos y técnicas de muestreo,
necesarios para un control efectivo racional de dicha plaga.
8.1.- Técnicas de muestreo.
Las técnicas de muestreo para esta especie de mosca blanca se pueden dividir
en dos grupos: aquellas destinadas al seguimiento de estados inmaduros, y las
que tienen como objetivo los adultos.
Para el caso de los adultos, las técnicas de muestreo mediante trampas
cromáticas adhesivas han sido ampliamente utilizadas, con buenos resultados.
Para el muestreo directo en planta, de estados inmaduros han sido
desarrollados métodos tanto en cultivos en invernadero como al aire libre, con
estima de la población relativa o para ausencia/presencia (muestreo binomial).
En cultivos en invernaderos del sur de España dicha técnica está totalmente
desarrollada mediante muestreo binomial.
8.2.- Métodos físicos y agronómicos.
En los invernaderos, una serie de prácticas culturales pueden contribuir a paliar
la incidencia de B. tabaci:
• Antes de plantar se deben eliminar las malas hierbas portadoras y los
restos de cosechas anteriores en el interior y alrededores del invernadero.
12
• Se debe procurar el empleo de plantas sanas que no vengan
contaminadas del semillero.
• Colocación de doble malla en las bandas y cumbreras de los
invernaderos y colocación de doble puerta o malla en la entrada de los mismos.
Esto permite paliar de forma eficaz los efectos de la plaga y sobre todo del
virus que transmite (TYLCV). Mallas de 20 x 10 hilos/cm impiden el paso de los
individuos más pequeños de B. tabaci, siendo muy restrictivas las mallas de 15
x 15 hilos/cm y 12 x 12 hilos/cm., con resultados satisfactorios en condiciones
de campo.
• En el caso de tener que prevenir la virosis, es preciso aplicar otros
medios de control complementarios (químicos o biológicos), pues, las
condiciones que crean las mallas en los invernaderos, hacen que las
poblaciones penetradas se multipliquen mejor y puedan extender la
enfermedad en el interior del invernadero. Esta medida tiene mayor interés aún
en las instalaciones destinadas a la producción de plantas, para evitar la
infección precoz y la dispersión de la enfermedad en el material vegetal de
plantación. Se aconseja arrancar y eliminar inmediatamente las plantas
afectadas por virus durante el cultivo y la eliminación de malas hierbas,
posibles reservorios del vector y/o virus.
• El empleo de trampas cromáticas amarillas (placas pegajosas) está
indicado para la detección de las primeras infestaciones por la plaga, el
seguimiento de las evoluciones de las poblaciones y par facilitar la toma de
decisiones a la hora de realizar las intervenciones.
8.3.- Resistencia y tolerancia.
La utilización de variedades comerciales resistentes a la plaga o al TYLCV, no
es posible todavía en la mayor parte de los casos. Sin embargo el
descubrimiento de variedades tolerantes o resistentes para el vector y el
TYLCV añade una nueva dimensión en el control de esta plaga y
probablemente sea el camino más eficaz. Las variedades actuales de tomate
13
no son suficientemente resistentes a TYLCV, pero existen especies silvestres
con diferentes niveles de resistencia.
9.- MÉTODOS QUÍMICOS.
En los cultivos al aire libre el control se realiza, básicamente, por métodos
químicos. Una amplia gama de piretroides (cipermetrín, deltametrín,
fenpropatrín, fluvalinato, bifentrín, permetrín, alfacipermetrín, cihelatrínlambda,
ciflutrín, etc.) presentan aceptables niveles de eficacia, siendo recomendados
con cierta asiduidad. Los productos reguladores del crecimiento como el
buprofecín o el teflubenzurón capitalizan el control químico, pues además de
presentar aceptables niveles de eficacia, respetan los enemigos naturales, que
en determinadas zonas y épocas del año resultan bastante frecuentes. Estos
productos son alternados con el empleo de endosulfán para controlar los
adultos inmigrantes.
La aplicación de estos productos debe ser la adecuada ya que de ello depende
la eficacia del tratamiento. El hecho de que las poblaciones se sitúen en el
envés de las hojas condiciona la eficacia de los productos que actúan por
contacto, siendo aconsejable la adición de mojantes. Las aplicaciones se
llevarán a cabo cuando se inicie la instalación de la plaga en los cultivos
jóvenes y en épocas propicias para su desarrollo. Cuando el cultivo esté
avanzado y la época no sea la propicia se podrán dilatar las intervenciones. El
tiempo entre tratamientos se verá reducido si las poblaciones de la mosca
pueden ser portadoras de virosis. En este caso, habrá que seleccionar
productos que resulten eficaces en el control de los adultos, como el
endosulfán, citado anteriormente.
La estrategia en la elección de las materias activas habrá de tener en cuenta la
facilidad de la especie para desarrollar resistencia. En cuanto a B. tabaci, la
gama de materias activas utilizables es bastante reducida, dado que el biotipo
B se caracteriza por su alto nivel de resistencia a muchos derivados
organofosforados y carbamatos. Se obtienen controles satisfactorios con
productos como fepropatrín, metomilo, buprofecín, imidacloprid y endosulfán.
14
10.- MÉTODOS BIOLÓGICOS
En los últimos 20 años han sido abundantes los trabajos encaminados a buscar
enemigos naturales y métodos alternativos para el control químico de B. tabaci,
sobre todo para su aplicación en cultivos protegidos. Esto ha cobrado mayor
importancia con la aparición y expansión de esta plaga. Sin embargo dentro de
los autóctonos almerienses, existen hasta la fecha pocos enemigos naturales
identificados y pocas especies que hayan sido probadas para el control
biológico de esta plaga.
De entre los depredadores, cabe destacar la actividad de algunas especies de
chinches de la familia Miridae que con cierta frecuencia se asocian al cultivo,
tanto al aire libre como en invernadero. Macrolophus caliginosus, Dicyphus
tamaninii, D. errans, Cyrtopeltis tenuis son consumidores activos de larvas de
mosca blanca. De ellas M. caliginosus ofrece las mejores condiciones para su
empleo en el control de la plaga en cultivos protegidos. Las sueltas en el cultivo
deben realizarse al principio de la infestación cuando las poblaciones de mosca
son bajas. Estas especies, junto a Macrolophus nubilus pueden ocasionar
daños a la planta, cuando las poblaciones son elevadas y los niveles de presa
bajos, sin que tengan repercusiones de consideración.
Distintas especies de Anthocoridae (Orius laevigatus, O. majusculus, O. niger,
O. sauteri, etc.) se nutren, ocasionalmente, de larvas de mosca blanca, aunque
su incidencia en la regulación de las poblaciones parece escasa.
En las plantas que actúan como reservorios naturales, el coleóptero Delphastus
pusillus (catalinae), el díptero Achetoxenus formosus y el neuróptero
Chrysoperla carnea pueden aparecer, en determinadas épocas del año, en
cantidades importantes y limitar el crecimiento de la plaga.
Cuando la humedad relativa es elevada, algunas larvas son afectadas por
hongos entomopatógenos. Verticillium lecanii, Paecilomyces farinosus, P.
fumosorosus o Aschersonia aleyridis han sido aislados de momias de larvas de
mosca blanca. Del primero se comercializa un preparado, indicado para usar
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en cultivos protegidos, al requerir de un grado higrométrico elevado para
infectar las larvas.
Varias especies de Himenópteros Aphelinidae parasitan a B. tabaci. Quizás
Eretmocerus mundus es el parasitoide más ampliamente extendido en las
áreas mediterráneas, siendo muy abundante en el otoño. Las temperaturas y
las condiciones ecológicas pueden condicionar la actuación de estos auxiliares,
que ejercen buen control en algunos hospedantes alternativos. También
destacan varias especies de Encarsia (E. formosa, E. lutea, E. cibcensis, E.
deserti, E. reticulata, E. nigricephala, E. transvena, E. tabacifora, etc.) que
parasitan a esta mosca blanca, aunque su eficacia es menor.
11.- MÉTODOS DE LUCHA INTEGRADA.
La Lucha Integrada es el método de control de plagas y enfermedades en el
que se emplean conjuntamente productos químicos, insectos útiles y prácticas
culturales. El objetivo fundamental de este tipo de agricultura, es el control
racional y eficaz de las plagas y enfermedades, reduciendo la cantidad de
residuos de los productos que se van a recolectar.
¿Cómo afecta la mosca blanca a mis plantas?
La mosca blanca chupa y se alimenta de la savia de las plantas robándoles nutrientes y agua, pudiendo llegar a debilitarlas enormemente. Pero no es este el principal agravio causado, el principal problema provocado tiene su origen en la melaza que segregan las moscas blancas para sobornar a las hormigas, y es que éste es caldo de cultivo de multitud de hongos y bacterias que pueden meter en serios problemas o incluso matar a nuestra planta.
¿Por qué le ha cogido manía la mosca blanca a mi huerto?
Si aparece mosca blanca en exceso es el momento de plantearse ¿qué estamos haciendo mal?. Probablemente nos estaremos equivocando en alguna práctica, ya sea riego en exceso o déficit, exceso de abonado líquido (exceso de nitrógeno), temporada inadecuada, falta de sol o exceso, baja biodiversidad (monocultivos, la panacea de la debilidad)... el caso es que la mosca blanca es un biomarcador y un síntoma de debilidad de la planta causada por cualquiera de estos motivos. Así que el primer paso será identificar para luego corregir la mala práctica.
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Cómo tratar y prevenir la plaga de mosca blanca
La prevención contra una plaga se basa en hacer las cosas bien: un riego adecuado a planta y clima, un abonado orgánico sólido de liberación lenta, ceñirse a los calendarios de siembra recomendados, orientar correctamente nuestro huerto para obtener las horas de sol necesarias y sobretodo elevar lo máximo posible la biodiversidad, plantando el mayor número de plantas posibles y atendiendo a compatibilidades entre ellas, lo que fortalecerá mucho la resistencia de nuestro huerto a todo tipo de plagas y enfermedades, posibilitando la vida también de mayor variedad de bichos beneficiosos.
También es importante la vigilancia, cuanto más asiduamente observemos el estado de salud de nuestras plantas, miremos el envés de las hojas y su vigorosidad; menor será el riesgo de padecer cualquier plaga y más efectiva será la retirada manual.
Recuerda que el objetivo no es “eliminar” a la mosca blanca, sino evitar que nuestro huerto sufra demasiados daños sin colmarlo de insecticidas ni productos químicos agresivos. Un poco de mosca blanca no hace daño y mantendrá las poblaciones de mariquitas y crisopas que regularán su población.
12.- TRATAMIENTOS CONTRA LA MOSCA BLANCA
Si los métodos de prevención fallan y las poblaciones de mosca blanca corren peligro de descontrolarse probablemente tengamos que recurrir a algún producto ecológico de protección frente a plagas que ayude a la planta a combatir al parásito, detener y eliminar la plaga.
Lo ideal sería retirar la mosca blanca manualmente siendo la técnica más inocua, lo podemos hacer si es poca la mosca blanca que tenemos y mucha nuestra paciencia pero resulta complicado ya que es un insecto muy pequeño y volador y su retirada minuciosa se antoja prácticamente imposible por pequeña que sea la escala de nuestro huerto a no ser que nuestra vigilancia sea casi diaria y muy precisa.
Uno de los productos más efectivos en la lucha contra la mosca blanca es el jabón potásico, éste tiene la propiedad de reblandecer el exoesqueleto de los insectos, estos quedan muy debilitados y acaban muriendo, además es un producto natural e inocuo para la salud.
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Después de haber usado el jabón potásico, aproximadamente una hora después, viene muy bien aplicar el aceite de neem, se trata de un insecticida natural que se extrae del fruto de este árbol, que actúa frente a una amplia gama de plagas como: mosca blanca, minador, araña roja, trips, pulgones, piojo, escarabajo de la patata, chinches… La acción conjunta de jabón potásico y neem hace que sea todavía más efectivo el tratamiento.
A continuación también se debe aplicar un producto de limpieza para eliminar la melaza, atrayente extraordinariamente efectivo de hongos y bacterias perniciosas para la planta, estos productos suele además llevar desinfectantes que protegerán la planta y eliminarán hongos y bacterias.
Otra opción igual de válida es la utilización de productos ya preparados que son totalmente ecológicos y que previenen y combaten a la mayoría de plagas que pueden atacarnos, como los que emplean la técnica de la homeostasis, que diluye un insecticida hasta el infinito quedando sólo una traza de éste totalmente inocua pero efectiva en la lucha contra los insectos. También hay productos basados únicamente en esencias vegetales protectoras.
13.- COMBATIR LA MOSCA BLANCA EN EL HUERTO ECOLÓGICO
Debes revisar a menudo las hojas de tus cultivos (sobre todo las hojas de la parte superior de la planta) para comprobar que no hay ataques o, si los hay, para actuar lo antes posible.
Te recomiendo que eches un ojo al artículo de Control de plagas y enfermedades en huertos ecológicos, porque en el apartado “La prevención: base del control ecológico” encontrarás las principales acciones para prevenir la aparición de plagas en el huerto.
Aquí te dejo algunas de las medidas ecológicas preventivas y curativas más importantes para que mantengas a raya las poblaciones de mosca blanca en el huerto:
Trampas cromáticas amarillas, ya que estos insectos se sienten atraídos por este color. Es increíble la cantidad de moscas que pueden atraparse con este método cientos! (Mira la foto que hice el otro día en el Aula Verde Invernadero Botánico de la Escuela de Agrónomos).
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Asociación de plantas beneficiosas: plantar, junto a los tomates y otras hortícolas, aromáticas como la Caléndula, los claveles chinos (Tagetes) o la Albahaca hace que la mosca blanca no se acerque demasiado a nuestras plantas del huerto, ya que éstas son plantas repelentes para ella.
Control biológico: la mosca blanca tiene varios depredadores naturales, como las avispillas Cales Noacki, Encarsia formosa, Eretmocerus eremicus, Eretmocerus mundus. Estos insectos beneficiosos acabarán con gran parte de la población de mosca blanca en el huerto sin atacar a tus cultivos (esto es más efectivo en invernaderos o cultivo cubierto, ya que si están al aire libre nada te garantice que las avispas se queden por allí…).
Preparados de jabón de potasa: disolver unos 30 g en 1 litro de agua y pulverizar en el envés de las hojas (preferiblemente una vez que se haya ido el sol)
Infusión de Ajenjo (Artemisia absinthium): hervir 250 g de ajenjo en 4 litros de agua durante media hora aproximadamente. Colar, dejar enfriar y aplicar directamente sobre los grupos de moscas o de huevos.
Infusión de Tanaceto (Tanacetum vulgare).
Ajo: machacar un diente de ajo y, diluido en agua, aplicar en toda la planta. Además de ahuyentar a la mosca blanca actúa como defensa contra otras plagas y enfermedades.
Productos comerciales permitidos en Agricultura Ecológica como el Aceite de Neem, la Piretrina natural, el aceite de verano o el extracto de Beauveria bassiana.
Si has tenido un ataque bastante fuerte y las hojas están bastante perjudicadas puedes usar algún producto de limpieza para la melaza, que además de eliminar los restos protegerán las hojas de futuros ataques (asegúrate antes de comprarlo de que es apto para el cultivo ecológico).
13.1.- Daños directos
Depende de varios factores como son la edad y estructura de la hoja, variedad y estado fisiológico.
Los adultos hembra tienen preferencia para la alimentación y oviposición por las hojas más jóvenes y tiernas.
Larvas y adultos se alimentan succionando la savia de las hojas. Si la población es muy elevada se puede llegar a producir un debilitamiento de la planta, clorosis y desecación de las hojas.
13.2.- Daños indirectos
La melaza segregada por esta plaga favorece el ataque del hongo que ocasiona la negrilla, que merma la capacidad fotosintética de la planta, así
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como la respiración de ésta, pudiendo además depreciar la calidad de la cosecha y dificultar la penetración de los fitosanitarios.
13.3.- Órganos afectados
Estado Órganos afectados Síntomas
Planta adulta Fruto Melaza y negrilla
Planta adulta Hoja Amarilleamiento, melaza y negrilla
13.4.- Medidas preventivas y culturales
En invernaderos, colocar mallas en las aberturas laterales, cenitales y puertas, y vigilar y controlar el estado de las mismas, sobre todo de las que coinciden con la dirección de los vientos dominantes.
Vigilar que no haya roturas en los plásticos.
Eliminar las malas hierbas y restos de cultivos, ya que pueden actuar como reservorio de la plaga.
Utilizar material vegetal sano procedente de viveros o semilleros autorizados. El Pasaporte Fitosanitario debe conservarse durante un año.
Usar trampas cromotrópicas adhesivas amarillas desde el inicio del cultivo.
No asociar cultivos en la misma parcela.
No abandonar los cultivos al final del ciclo.
En invernaderos, colocar en las entradas doble puerta, o puerta y malla de igual densidad a la exterior (mínimo 10x20 hilos/cm2).
Distanciar en el tiempo la realización de la nueva plantación.
Abonar de forma equilibrada para evitar exceso de vigor. Evitar exceso de abono nitrogenado.
Realizar rotaciones de cultivos.
Si se desea aplicar estiércol, asegurarse de que está bien fermentado y exento de plagas.
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Favorecer la proliferación de poblaciones de insectos auxiliares, racionalizando el uso de productos fitosanitarios.
Realizar podas de limpieza periódicas.
Retrasar todo lo posible la poda y efectuarla en tiempo seco.
Criterios de intervención
En el caso de que se detecte la presencia de elevadas poblaciones de adultos o negrilla en hojas, sin que exista parasitismo, está justificado intervenir para controlar la plaga antes de que se produzca engorde de los frutos.
El criterio de intervención aquí recogido es orientativo. Los ajustes o modificaciones de éste deben ser realizados por el Técnico responsable de la explotación, bajo cuya responsabilidad debe aplicarse el control de la plaga.
¿Cómo explicar que la población de mosca blanca en el cultivo no se corresponda con los niveles de infección?
Para que exista enfermedad ha de existir enfermo, por tanto aquí debe existir vector (mosca blanca) e inóculo (planta enferma del virus en cuestión) que puede venir de otra plantación afectada que se encuentre incluso a varios kilómetros de distancia (el viento lleva al vector), la mosca infectada del virus infecta la planta y en el plazo de 20-25 días de la picadura aparecen los primeros síntomas en la planta.
La curiosidad es que Bemisia tabaci (una especie de mosca blanca), puede depositar hasta 300 huevos en un ciclo vital de 6 semanas, produciéndose hasta 15 generaciones por año. La mosca adquiere el virus, lo multiplica y lo transmite a plantas, pero también se han detectado algunos virus del género
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begomovirus en los que pasa a su progenie (a la primera o segunda generación), de hecho esta fastidiosa mosca blanca puede transmitir otros virus de este género (Tomato Leaf Curl Virus Nueva Dehli) ToLCNDV, entre otros de mayor virulencia aún.
Todo esto significa que el virus y el vector (mosca blanca) actúan de forma explosiva, por ello, aun teniendo niveles muy bajos de mosca blanca en el cultivo (sobre todo en planta joven), puede propagarse una fuerte infección en el plazo de 30-40 días después de haber realizado la plantación.
Las medidas de control que se plantean para ambos virus TYLCV y ToLCNDV son muy parecidas, ya que deben incidir sobre el mismo vector, "la mosca blanca".
Estos virus presentan los mayores daños económicos en la primera fase del cultivo (30-40 días después de la plantación), por ello la mayor parte de las medidas deben realizarse de forma estricta en este periodo de tiempo:
Utilización de "auténticas" mallas anti-trips".
Uso de plántulas libres de virus, desde el minuto cero.
Uso de métodos de lucha integrada (químicos y biológicos).
Eliminación de malas hierbas, dentro y fuera del recinto productivo.
Arranque de plantas sintomáticas.
Eliminación "total" de aquellos cultivos 100% afectados con estos virus, ya que son la fuente de contaminación para cultivos "vecinos", existe ya una legislación de sanidad vegetal que obliga a su arranque.
En aquellos casos de aparición de nuevos virus o cepas, el mecanismo tradicional como fuente de resistencias ha sido en el caso de tomate la utilización de material silvestre (tomate no cultivado); Solanum habrochaites, Solanum pimpinellifolium, pero en casos extremos donde no se encuentre resistencia "natural" ¿la solución sería el uso de tecnología transgénica?
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CONCLUSIONES
El presente estudio entomológico demostró que las diferentes especies de
“mosca blanca” son un problema al menos en 17 de las 22 provincias del
Ecuador, causando mayor impacto en Manabí, Guayas, Los Ríos e Imbabura.
Las familias botánicas Fabaceae, Solanaceae y Cucurbitaceae presentan las
especies de hospederos más afectadas por la “mosca blanca”, mostrando
mayor incidencia los cultivos de: pimiento, melón, toma- te, sandía, pepino y
soya en la Costa; tomate en Galápagos, y fréjol y tomate en la Sierra.
Las pérdidas económicas a nivel del Ecuador que son causadas por la plaga de
la “mosca blanca” en los cultivos oscilan entre el 25% y 50% del total de la
cosecha. La incidencia de “mosca blanca” es mayor en los meses de menor
pluviosidad, especialmente en la Costa y las Islas Galápagos.
El uso de insecticidas es sumamente alto a nivel nacional, identificándose por
lo menos 34, siendo en su mayoría organofosforados que son altamente
tóxicos. En la Costa, existe una preferencia por Applaud y Confidor; en el Valle
del Chota, sobresale Evisect, y en las Islas Galápagos.
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RECOMENDACIONES
Uno de los estudios fitosanitarios realizados fue sobre la presencia del ácaro
blanco (Steneotarsonemus spinki Smile), en los cultivos de arroz en el Ecuador,
encontrándose que las poblaciones de S. spinki, en la base de la panoja del
arroz van de media a baja, por lo tanto no causan daño económico.
Técnicos del Departamento de Protección Vegetal del INIAP, manifiestan en el
estudio realizado, que encontraron la presencia de enfermedades causadas por
hongos, bacterias y nematodos en los cultivos de arroz, pero éstas no tienen
relación directa con la presencia del ácaro blanco.
Estas enfermedades como el virus de la hoja blanca, el tizón de la vaina, la
pudrición de la vaina, entre otras identificadas, tienen su origen en el uso de
variedades susceptibles; el ingreso de “semillas” de variedades extranjeras sin
el control fitosanitario legal, el uso de semilla reciclada, abuso de la fertilización
nitrogenada, desconocimiento del manejo integrado del cultivo del arroz y
además la influencia del cambio climático.
Para el control de las enfermedades se recomienda usar semilla certificada,
realizar el análisis de suelo para conocer los elementos que se encuentran
deficitarios y establecer programas de nutrición en el cultivo de arroz.
Otra de las prácticas que se recomienda es limpiar las maquinarias antes de
trasladarlas de un lugar a otro, debido a que de esta manera se dispersan
hongos de suelo, caracoles y nematodos.
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BIBLIOGRAFÍA.
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alternativa. I Jornadas sobre Producción Integrada. Ed. Asociación AGRO.
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MOSCA BLANCA
LARVAS DE MOSCA BLANCA
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CULTIVO DE ARROZ PLAGADO
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Muestreo y diferentes etapas de desarrollo de la MBC
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Muestreo y diferentes etapas de desarrollo de la MBC en el cultivo de arroz
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