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Casas de la tortura en La Candelaria En la década del 78 en Bogotá Colombia, se gen-

eraron varios escándalos sobre participación del DAS en actividades de tortura a prisioneros del estado.

Durante el mandato del expresidente Julio César Tur-bay estas acciones se desarrollaban en ciertos sectores del barrio la candelaria, aunque la localización exac-ta de estos lugares es imprecisa, algunos habitantes que han vivido durante varios años en este si-tio hacen referencia a viviendas donde se supone, tuvieron lugar estos eventos.

Según el historiador José Manuel Jaramillo del departamento de Ciencias Sociales de la Univer-sidad Central, los miedos son representaciones de nuestros temores reales, la mezcla de las creencias prehispánicas y las supersticiones después de la conquista, tuvieron como pro-ducto la representación de eventos sobrenaturales, teniendo en cuenta la influencia de un barrio como La Can-delaria antigua, donde la luz era escasa y la vio-lencia aún estaba latente.

Leidy Torres, sicóloga de la Universidad Iberoameri-cana, se refiere a las creen-cias partiendo de 2 puntos, el primero se contextualiza en las tradiciones famil-iares, es decir, el entorno familiar nos forma de acu-erdo a la cultura que tenga arraigado, de este modo empezamos a creer como lo hacían nuestros ances-tros. El segundo radica en la salud sicológica que ten-gan las personas que viven estas experiencias, su estado mental puede ocasionar alucinaciones que son creíbles para otras personas, así mismo, un pensamiento duradero puede tener como producto un sueño y algunas personas lo asimilan con un suceso real.

Mitos Funcionales, una forma de expli-car la vida La cultura de un pueblo se basa en sus creencias, este comportamiento y adecuación parte de las explicaciones que se le dan a todo lo que conoce una población y a lo que no, esto depende de los conocimientos folclóricos que se tengan para conformar mitos fundacionales, la

función de estos mitos según Carlos Balderra-ma, especialista en sociología cultural del

departamento de ciencias sociales de la Universidad Central, son explicar

absolutamente todos los fenómenos diarios con el fin de otorgarle sen-tido a la vida cotidiana.Creer o no creer Creer o no creer

La verdadera riqueza y folclor cul-tural se encuentra entre las personas

del común, esto fue lo que nos dijeron algunos transeúntes sobre su creencia en

los sucesos paranormales ¿sí? ¿no?¿por qué?

Andrés habita desde hace más de cuarenta años en La Candelaría. Él, como pocos, ha recorrido cada

rincón, cada calle estrecha, conoce mucho de las histo-rias oscuras que rodean a las casas las cuales han sido marcadas eternamente por los fenómenos particulares y singulares de los que algunos no han podido escapar. Es tan fuerte el eco producido en este lugar que se ha expandido por toda Bogotá, traspasando las fronteras del mito a la realidad.

Los gritos de tortura han perdurado a través del tiempo entre los muros de varias de las edificaciones más anti-guas de este sector. La vieja escuelita y el restaurante ‘La Bruja’ son los sitios más señalados por Andrés, debido a los innumerables rumores de sucesos paranormales. Anteriormente, en el restaurante la bruja, quedaba un monasterio y, años más tarde, una cárcel. Allí los presos eran torturados en unas celdas pequeñas en donde per-manecían de pie y con el agua hasta los tobillos. Hoy en día quedan secuelas de tan escalofriantes noches, ya que, en ocasiones y sin explicación alguna, se encuen-tran objetos destrozados o, sencillamente, no se vuelven a localizar.

Empero, Andrés se muestra tranquilo y relata sin ti-tubeo muchas de las experiencias de espanto que se producen constantemente en dichos sitios. Apariciones de espíritus, voces y sonidos que resultan impactantes y, en ocasiones, inexplicables. Pese a ello ‘andresito’ (como lo conocen en las calles) no ha sufrido ningún susto, incluso habiendo vivido en tres casas en las que, según dicen, los espantos son constantes e insoportables.

Desde las estrechas calles mitológicas de La Candelaria en Bogotá