MITOS Y LEYENDAS
LA LLORONA
Quienes le han visto dicen que es una mujer revuelta y enlodada, ojos rojizos, vestidos
sucios y deshilachados. Lleva entre sus brazos un bultico como de niño recién nacido.
No hace mal a la gente, pero causan terror sus quejas y alaridos gritando a su hijo.
Las apariciones se verifican en lugares solitarios, desde las ocho de la noche, hasta las
cinco de la mañana. Sus sitios preferidos son las quebradas, lagunas y charcos
profundos, donde se oye el chapaleo y los ayes lastimeros. Se les aparece a los hombres
infieles, a los perversos, a los borrachos, a los jugadores y en fin, a todo ser que ande
urdiendo maldades.
Dice la tradición que la llorona reclama de las personas ayuda para cargar al niño; al
recibirlo se libra del castigo convirtiéndose en la llorona la persona que lo ha recibido.
Otras eversiones dicen que es el espíritu de una mujer que mató por celos a la mamá y
prendió fuego a la casa con su progenitora dentro, recibiendo de ésta, en el momento
de agonizar la maldición que la condenara: "Andarás sin Dios y
sin santa María, persiguiendo a los hombres por los caminos del llano".
LA PATASOLA
La leyenda reza que la Patasola fue una mujer muy bella, codiciada por
todos, pero perversa y cruel que se dio al vagabundaje y la disipación. Andaba y
andaba haciendo males con su hermosura pervertida. Para acabar con su dañino
libertinaje, y en horrendo castigo, le amputaron una pierna con un hacha, y el
miembro fue luego quemado en una hoguera hecha contusas de maíz.
La mujer murió a consecuencia de la terrible mutilación, y desde entonces vaga
entre el corazón de las montañas gritando lastimeramente en busca del consuelo y
engañando siempre con sus lamentos al que la escucha, quien cree, al oír la voces
angustiosas, que es una persona perdida en la espesura e ingenuamente contesta
sus gritos, con los cuales la atrae y ésta termina por devorarlo ferozmente.
Huye y se enfurece ante todo lo que se relacione con el hombre cristiano; le
fastidian los grandes aserríos en las montañas, los tambos, las trochas, las
cacerías, las labranzas y las siembras, en especial de maíz, cerca de sus dominios;
las excursiones con bueyes, caballos u otros animales amigos del hombre y todo
aquello que trate de invadir sus lóbregos y abruptos territorios.
LA BRUJA
En los paradisíacos Andes de Colombia, vuela desnuda una bruja hermosa y
seductora en la palo de una escoba magia. La hechicera es una mujer
sobrenatural, tiene poderes extraordinarios, derivados de su pacto con el diablo;
con él pernocta y celebra orgías de espíritus muertos. La maga es experta en
ciencias ocultas, tiene postedad para transformarse en anciana fea con dientes
partidos y boca grande. Su cabellera está despeinada y enredad; sus ojos parecen
globos incandescentes y su piel se asemeja a un pergamino marchito y arrugado.
La malvada se atavía con una capas ahumada, remendada y rota, y luce un
sombrero ancho y cónico. La bruja maldice, blasfemia y formo corro con otras
brujas y nigromantes, congregados en bosques tenebrosos, para hacer prácticas y
ritos profanos. Vuela dando terribles aletazos y se dedica a asustar a las buenas
gentes con su espíritu invisible, la bruja se divierte extraviando
borrachos, enfermando a los niños, asfixiando a los jóvenes, despertando a los
viejos, desordenando todo y poniendo la casa patas arriba, ahuyentando la paz y
el sosiego.
EL DUENDE
Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy
pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de
lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen
que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro. Otros, en
cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más
duele.
Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la
noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con los niños de corta edad, aunque
también golpea sin piedad a los mayores.
En la zona de los Valles Calchaquíes existen una historia muy curiosa con respecto al duende:
Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de
un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó qué le
sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que
sonreía, le dijo:
- Tatita, mírame los dientes...
El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.
EL PAJARO SILVADOR
El silbador es un espíritu maligno, una siniestra profecía representada en el
cantar de un pájaro de la mal agüero, invisible, siniestro y muy temido.
Dicen que es un compañero de las brujas, que solo predice desgracias con su
tétrico silbido, aseguran que en su forma es un pájaro corriente de color gris, su
silbido es largo, lastimero y lúgubre, pero ninguno de los que han escuchado su
triste aviso lo ha podido ver, pues casi siempre su canto es lejano, misterioso, que
se oye en la inmensidad del llano, de las montañas o de los ríos, entre las lóbregas
tinieblas de la noche o en medio de la niebla.
Siempre oye su canto aquella persona a quien le va a suceder o le esta sucediendo
en este instante alguna terrible desgracia y con preferencia la muerte de algún ser
querido.
El terrible aviso que da son tres silbidos prolongados y tristes con algún intervalo
entre cada uno.
EL SOMBRERON
El anciano se le encontraba en las orillas del camino y aunque ya murió, la gente
sigue sintiendo su presencia. Físicamente se le describe como un hombre
maduro, con un sombrero grande, bien vestido, de rostro sombrío y en actitud de
observación permanente. Las personas que lo han visto aseguran que lo
acompañan dos enormes perros negros cogidos por gruesas cadenas.
Los trasnochadores que lo han visto o a quienes se les ha presentado, dicen ver la
figura que les sale al camino, los hace correr y les va gritando "SI TE
ALCANZO TE LO PONGO", siempre persigue a los borrachos, a los
peleadores, a los trasnochadores y los jugadores tramposos y empedernidos.
Aprovecha los sitios solitarios. En noches de luna es fácil confundirlo con las
sombras que proyectan las ramas y los arbustos. Llega siempre de noche a todo
galope, acompañado de un fuerte viento helado y desaparece rápidamente.