Mi s e e I,a n e a
Jo Homero
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unidad. La crisis postmoderna y el fraca so ontológico de la vista van mano enmano. El trabajo de González Dueñas implica una crItica de la visualización meta fór ica. una defensa de los otros sentidosque traen al hombre invisible en contactoconsigo mismo y con los personajes quelo rodean, que sirven de medio para leerla vida. Ante el hom bre invisible "la cul tura visual se destempla súbitamente."
Las visiones del hombre invisible es unlibro publicado por una editorial universitaria en la ciudad de México. Esto apuntaa dos posiciones irreconciliables: un libromarginal publicado en el centro, lo quehace más obvia la fragmen tación culturale intelectual de nuestro peís. Lo celebrono tanto por su riguro idad sino por sumargin lid d en m dio d la centralización. punto de converg ncia entre un libro y u t ma. O
Hay otras maneras de romper con lasintaxis de la estructura; con el ordenlógico-eausal del discurso Una serCa la deEliot y Pound: yuxtaposición, simultaneCsmo. Otra, que ya no sólo yuxtapone estilos o voces intertextuales en el curso deltexto, sino que implanta escrituras sincrónicamente, esto es, varias en la misma página; caso de Julián RCos en Larva. Unatercera vCa es la resignif icación de los componentes de un verso , un párrafo, un capCtulo a nivel global. En poesCa es el procedimiento -también- de Deniz, de JuanAntonio Masoliver, José Luis Rivas, ArturoCarrera y Roberto Echevarren.
¿Qué ha sucedido aquC? Como ya habCa anotado no se trata tan sólo de romper con un orden sino -como siempresucede - construir nuevas coordenadas .CartografCa de Moebius y también poética del blsck hale. Si uno mira a Juan a partir de X y antes de llegar a Y desaparece,¿prueba esto la desaparición de Juan? No;acaso tan sólo su traslación a una cadenadist inta a la tr idimensional. Es el principiodel célebre experimento Filadelfia y también el de los números transfinitos. DisCmiles entre sí, estas poéticas nos enseñan8 desconf iar de los nudos, de las frasescardinales. SC, uno sabe que todo lo ques encuentra entre corchetes, paréntesisy guiones es desviación; pero sin estasd viaciones ¿Juan Vicente Melo serCaquien es? ¿Qué si no un discurso de interrupciones, recapitulaciones y recuerdosocurridos entre los instantes que comprende encender un cerillo y acercarlo al cigarro, es La obediencia nocturna? AsC comoen Juan Vicente el paréntesis es un tic es.:t iICstlco, ¿acaso al mirar un poema lleno deguiones - y no por tratarse de un discursodialogado - no pensamos enseguida enKozer? El discurso está catalizado; la cadena sintáctica invadida por hoyos por losque el sentido no se fuga: se desvCa, denuevos sentidos.
Esto sucede porque si bien desaparece la lógica del sentido-eausal, no desaparecen los indicios y son estos -quepara ciertos teóricos son lasanáforas, estoes reiteraciones, y para otros isotopCas-'los que posibilitan el sentido. Eliot sabCaesto muy bien. Paraél la lógica de la poesla victoriana era "una lógica de conceptos" y en ésta jugaban un papel fundamental los " eslabones de la cadena", queayudarlan a formar explCcitamente el significado. La desviación de la norma implantada por Eliot fue la supresión de esossoportes sintáctico -semánticos. Merced ala " lógica de la imaginación" es que lasbruscas transiciones, los tonos disonan-
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y un find gm~t¡c enI crltur . No h y cr s s ni us ncla de
nt ldo: h y la bol ción d un forma decrib r. d m rar I mundo. Romp r con
I Int xi no mpllc nflbologl , tampo-co hlp rb ton. porqu st s nociones der tórlc Implican u ditar I di curso a unord n, un xpr ón ún ca. Romper conla int xl no 11 v a abrir una brecha enel ntido, internarnos en una palabra,un fra e, un t xto . Sus signos de puntuación son el guión largo , el paréntes is, lallamada a pie de página. ~tas son, creo,tan sólo expresion de la nueva sintaxis- qu implica una nueva semántica. Tengo"claros ejemplos : Gerardo Deniz, - digamos. "M drigal cuarto" deAdrede - JuanVicente Mela, sobre tod o en sus cuentosde Fin de semana, que emplea más quenada el paréntes is; José Kozer, que utili za el guión como espacio para precisar unrasgo del objeto , coronar una metáfora; encuanto al rompimiento del orden sintag mát ico por medio de la llamada a pie depágina está en Macedonio Femández y enMientras cae la noche el narrador boliviano Renato Prada la usa con fortuna.
Roger Colom
"ENTRE FICCIONy REALIDAD
- . -_.- .•.~ - ·- ::-:-·-~-·~r
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They were prepared for sean,disfigurements, tangiblehorrors, but nothing!
H .G. WeIls
El hombre i~visible no existe. No es sinoun objeto cultural. Las visiones del hom bre invisible de Daniel González Duel\a esun libro en el cual diferentes objeto cul turales, todos con un mismo IlÚcl o, el unseen basado en la novela de H. G. Well •son puestos en juego: más que una Int rpretación es una descripción d las re 0
nancias que dentro del ámbito culturalexisten entre estas novelas. cin • dibujoanimados, video.
En este ensayo se invislblliz n lo lIm ites entre ficción y realidad, I c 1 br ciónde lo "cultural" precede a la búsquod dalgo "real". Aqur no se explica un m •tanarrativa, ni se trata de un en yo ociológico acerca de los signif ic do d Ihombre invisible en la cultura d Occld nte. González Duei'las desenm car " unoscuro acuerdo": la consp iración contrel hombre invisible. Y de paso critica lamodernidad, las onto logras de pr nclque insisten en ,borrar toda aus ncla, falta, pérdida o quebrantamianto de lo pr sente. Vez tras vez se revive al hombre invisible para vengarse de él:
Autores, técnicos, actores, no alcanzana ver el tema elegido y optan por sumergirlo en redobladas nieblas y oscuridades. Escomo si algo en especial noquisiera ser visto en el hombre invis ible, es como si se acumularan libros sobre un terna para manten er a éste
inédito.El hombre invis ible, ser privado y por lotanto fragmentario, tiene que ser aniquilado para reconstitu ir el " todo" social delcontexto ficticio en el cual es (ex)puesto .Su diferencia de los personajes "visibles"lo hace en realidad visible . LBs metáforasvisuales, proclaman las crit icas feministas.han sido dominantes desde la ant igüedadgriega en cualquier intento por acercarseal otro, de recuperar la diversidad para la
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tes de la poesía eliotiana;no obedecen alcaos sino a una lógica más poderosa: la
de la afinidad temática.Un Roland Barthes estructuralista ten
dió a ver al poema Ifrico no como un relato sino como una gran metáfora; todo elpoema sería asl la reconfirmación de unametáfora única. En una poesfa como laeliotiana tan deudora, por lo menos en La
tierra baldfa de los recursos narrativos, la
ambigüedad de las secuencias torna a éstas en metáforas: la equivalencia se pro
yecta sobre el tema.Sé que abuso del espacio y de la pacien
cia, pero tan largo circunloquio me parecía necesario para hablar de Coral Bracho.Sé que hay algunos jóvenes reseñistaspara quienes su poesfa o ronda en la ininteligibilidad o está a punto del balbuceo.Creo que toda experiencia con el lenguaje entraña ese peligro. lo sabfa Mallarmé-léanse sus cartas-, lo sabía Cuesta, lo
supo Gorostiza. la experiencia poética deCoral Bracho me parece que encierra eseriesgo. Es una poética cuyas metáforas
hablan de la incertidumbre de la referencia; sus metáforas no son la fus ión de dosdom inios semánticos sino la abolic ión dela contigüidad, sémica, la irrupción del
azar en la jerárquica estructura del sent ido; de esa casualidad rectora de los cosmos narrativos de Elizondo, de Mela; casualidad que aquí carece de fata lismos"rnetaffsicos" .
la poesfa de Coral Bracho nos enfrenta a varios problemas y uno de ellos, el primero y principal es el de la recepción.¿Cómo leer un texto tan vo luptuosamente hermético? El problema radica no en laescritura de Bracho sino en la competencia del lector. Nos hemos acostumbradoa la tiranía de la metáfora, pero de una metáfora a ratos surrealista y a ratos alegórica; una metáfora no de ausencia sinosiempre ligada a un referente o un signoexplicativo dentro del mismo tex to. Esto
nos lleva entonces identificar explicat ividad con sentido y más aún si sabemos queel texto entabla un diálogo con el mu ndocotidiano. Nos olvidamos, con esta acti-
tud , de dos nociones clave de la poéticacont emporánea: el concepto de extrañamiento, según el cual el efecto estético esproducto de la ubicación de un signo enuna cadena o un sistema distinto al cotidiano -al referencial con lo que deja deser un signo para convert irse en sfmbolo-;y el concepto de que el lenguaje poético
se ordena jerárquicamente en torno a lafunción poética, la cual, a diferencia de lafunción referencial, se orienta no haciauna exterioridad sino al seno mismo deltexto: el discurso poético adquiere valoren sl no en base a o en referencia a; y la
noción de la ambig üedad esencial de todotexto poético. l a poesfa se dirige no hacia el exterior sino hacia su propio discurso; siendo la enunciación el único fundamento del sent ido y de la significación enel discurso (Kristeva) una poesfa no se propondrá una ontologfa sino una poética.
En Bracho esta poética parte de unaasimilación de un dicurso teórico: el delposest ructuralismo. Bracho sabe que noexiste un sentido sino que el lenguaje esun magma donde la significación se encuentra a merced de múltip les y constantes vaivenes de sent ido: no hay una teleologfaporque no hay un signi ficante t rascendental, un significado de los significados; haysl una evaluación total de los componentes Iingüfsticos. No se privil egia -es unejemplo - , "el tiempo" como concepto endetrimento de "muert e" como conceptoopuesto; estas burdas oposiciones binarias eran prop ias del decir estructuralista,ecos de una dialéct ica tras nochada de laque, por cierto. también se burla Deniz, unpoeta que, como Bracho , oculta no el sentido sino su referencia - aunque Deniz prlvilegia las metáforas mitológicas y las prosopopeyas.
No hay un cent ro ni una jerarqufa; haypor el contrario un constante choque deideas y lenguas - como en la posesión demoniaca, como en el amor que pugnan pordecirse-; en esta disemina ción, en estedesbord amient o está la razón de ser deto do lenguaje.
la desconstrucción derrideana, la crít ica al logocentrismo, permea la escriturade Bracho. Al no existir jerarquías no hayni principio ni fin. lo que nosot ros continuamos identificando con sent ido es undiscurso form ado por elementos distintosy difusos , por fragmentos de códigos. Deahf el constante empleo del guión , del paréntesis, del corchete en el plano estilrstica; de ahí la confusión sintáctica; de ahfel priv ilegio de la metáfora y la constantede los predicat ivos.
Carente de causa, la poesfa de Bracho
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parte de la inmovilidad . pero su discurso,pese a su intencionalidad por anular referentes y negarse a la ilación . sr posee unmovimiento: el de las metáforas . Esta poesra parte del instante o del centro; se busca en el espacio, pero en un te rritorio interno. Eldecurso es hac ia el interior. Peroa diferencia de sus bases teóricas . Brachoaún posibilita una lectura. " Lo metafórico sólo existe en el interior de las frenteras de la rnetañsica " decía Heidegge r. Lapoes ía de Bracho zarpa de la mirada perotambién del ser-estar : unos peces de mármol. un individuo que recuerd a. La narratividad busca la indagación en el ser delobjeto que se mira o la ruptu ra cronológ i·ca. Al indagar se parte hacia el interior. Lasmetáforas aparecen ast como un to rrente. como un cúmulo de descripcione cuyoreferente es el propio discurso. Sabe Br .cho que el discurso no es una expr esiónde la realidad sino su constructor: el len guaje es la base y el reflejo d todo pod rde toda Welstanchauung las m t forcomo dirra Paul De Man . carec n d íundamento; un signo se sustituy por otro.Esto permite que un discurso t n poco n .rretivo pueda contar con una tr I ción d Isentido. Poruna part e se va d I up rf i·
cie hacia el núcl eo - no n vano hay unamarcada jerga biológica-, como si se mirara a través de un microscopio; o del instant e haci a la mate ria del tiempo. Por laot ra el sentido no sólo se reduce a una exploración a-sintag mática, fuera de la cadena sintáctica: explor a sus lim ites mediante la proliferación metaférica. Estostropos no aportan info rmac ón sino dise minan el sentido. Pero hay una cita de Deleuze y Guartari que resum e mejor e to :" El rizoma, como tallo subterráneo.. . tiene, en sr mismo, muy div ersas formas:desde su extensión superficial ramificadaen todos s ntidos, ha ta su concreción nbulbo y tubérculos. El de e un cr ador de realid d. . . produc y s muevem diant rizomas."
Creo in eme t po raemprond rconst nty u cr tur , I fu go Y Ino 11 v n t do ~ meo. pr mor -di 1. Sr cho bu ecl Id I
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neración espontánea. Su movilidad en loinmóvil y su indagación en las capas microscópicas tiene su antecedente en Muertesin fin de José Gorostiza, en las Elegfasromanas de González Rojo. en El canto aun dios mineral de Jorge Cuesta. en el Segundo sueño de Ortiz de Montellano y su
exploraci ón metafórico-sintáctica en loslindes del verso halla su correspondenciaen las aventuras Iingülsticas de DavidHuert a y Marcelo Uribe en quienes la teorra de la desconst rucción ha dejado también una hue lla indeleble.
Leamos a Coral Bracho desprejuiciadamente; atendiendo a las propias leyes deldiscurso no exigiéndole que se amolde anuestras estru cturas prejuiciadas«. pues
t poesra. de exploración de los orrgene , es también una poesía de asombros,
d voz nueva. de nacimiento: una poéticaque exige un tipo de lector muy distintoal pu i1ánlmey con fo rmi sta lector posrnod rno, par quien el regreso a la tradición.l b ck ·ls h acrltico es un eco de los con
v nc ion IIsmos hoy tan - de nuevo - en
u . O
Cor 1Br ene. B '/0 I des rello Ifquido {Poes(a'977· 'SS , }. xlco, Fondo de Cultura Económ c , 19B8, 87 pp.
Uni~ r. idedde México
Literatura .polit ·ca, . .
mUSf,ca • teatro • ctneCultura
como recreación humanaCultura
como exp resión univer itariaCultura
como .t?pción democrát ·ca
Edificio Anexo de la ant igua Facultad de CIencIas Pollucas y Soc,ales Pn mr r P,SO Ciucbd Uni~nit.ria .
Apa rrado Posta l 70288. e. P ~S I O . Mhlco. O F TcI SSO- SS-S9 S4 ·4}·S2
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AVISO AL LECTOR
En r I ón con mi rtrcuto La desrrucción d Irte prohispAnlco B fr8
v d I ti mpo , publl do en el volu m n XLIV. n üm ro 462, del mes de
lulo d 1989. conviene aclarar lo si-nt : m ntr I dicho art Iculo es-
t b n pr n , tuve la oportunidadd vi t t , una vez má , el ParqueMu
LaVenta en Vlllah rmose, Tabasco. M dmlró la calidad de excelencla n su limpieza y mantenimiento;
110 o d be , de modo principal, a losfu rzo del licenciado Carlos Se
b stl n Hernéndez, tanto el cuidadode la esculturas monumentales 01meces, como la restauración de laecologla del lugar. En los monumen to olmecas se advierte el esmeropuesto en su conservación ya quesegún palabras del licenciado Hernández. no se ha suspendido desde1986; también se ha colocado un material aislante entre la base del monumento de piedra V el suelo. Cabe sei'lalar que, aunque reconozco el mérito en el cuidado puesto para que elParque Mus eo de La Venta luzca suriqueza art íst ica V arqueológica y a lavez muest re el entorno natu ral de lafauna y flor a local, no.comparto laopinión de que los monumen tos estén a la intemperie. o
Dra. Beatriz de la Fuente
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