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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO
División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades
México: innegablemente un país de desigualdades
Profesor (a): Kristel Peralta García
Responsable: Jesús Arturo López Morales
Licenciatura: Derecho (3er semestre)
Materia: Uso de la Tecnología en la Enseñanza del Derecho
Villahermosa, Tabasco; noviembre 25 del 2015.
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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE TABASCO --------------------------------------------------------------------- I
DIVISIÓN ACADÉMICA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES --------------------------------------------- I
PRESENTACIÓN -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 3
INTRODUCCIÓN ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 4
MÉXICO: INNEGABLEMENTE UN PAÍS DE DESIGUALDADES---------------------------------------------------------------------- 5
1. LAS CAUSAS DE LA DESIGUALDAD EN MÉXICO ---------------------------------------------------------------------------------------- 5
2. ¿CÓMO Y DÓNDE SE VE REFLEJADA LA DESIGUALDAD? ------------------------------------------------------------------------------ 6
2.1 Pobreza ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 7
2.2 Salud -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 7
2.3 Educación -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 8
2.4 Trabajo y salario ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 9
3. LOS PUEBLOS INDÍGENAS: UN CASO ESPECIAL -------------------------------------------------------------------------------------- 11
4. LA DESIGUALDAD, ¿PUEDE COMBATIRSE? ------------------------------------------------------------------------------------------ 12
CONCLUSIÓN --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 15
ANEXOS ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 17
BIBLIOGRAFÍA-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 19
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Presentación
El presente trabajo pretende dar un panorama general de la desigualdad, que hoy en día afecta a
nuestro país. Lo que se pretende es proporcionar una pequeña información útil, para lograr hacer
que quienes lean estas líneas, entiendan la gran magnitud de este problema, que aunque pareciera
ser común, no hemos logrado entenderlo del todo, y esto se refleja al ver que no lo hemos
erradicado.
Es de vital importancia poder comprender la verdadera gravedad de este asunto, es necesario
conocer, para poder enfrentar con buenas ideas lo que nos aqueja. Esa es entonces la razón de este
trabajo, el punto esencial, por ello no es necesario extenderme tanto en una presentación, ya que
en estas palabras está plasmado el sentido que se pretende dar.
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Introducción
Es innegable e inocultable la desigualdad que alrededor de todo el mundo se ha creado. Hoy nos
avocaremos a estudiar la desigualdad que se presenta en nuestro país.
México es uno de los países más desiguales del mundo, sin mencionar que también ocupa uno
de los primeros lugares en su continente de origen, que también es el continente más desigual de
la Tierra; América.
Con esos datos podemos entonces darnos una idea de que tan complejo es el problema que nos
está agobiando; y es que es una dificultad de la cual no podemos huir.
Yo sé que muchos tendrán la opinión de que el tema de la desigualdad es un tema ya muy
estudiado, y si, efectivamente, pero quiero dejar en claro que lo que el tema trata o tratará de
explicar es por qué no se ha erradicado.
Vuelvo a recalcar, la desigualdad no es un tema nuevo, pero es también cierto que hoy ha tomado
otra perspectiva, y se preguntaran ¿por qué? Pues porque con la globalización, los países no pueden
esconder o tapar los problemas que los aquejan. Hoy en día los países han ratificado y firmado
tratados internacionales que los obligan, o por lo menos los empujan a realizar un cambio, y mejorar
o erradicar la situación que en sus territorios se presentan. La desigualdad es uno de esos problemas,
uno de los más graves, o me atrevería a decir que el más grave, por el que todos los países han
luchado, pero algunos simplemente no han puesto el empeño necesario, como es el caso de México.
No puede concebirse la idea de que el PIB per cápita crezca cuando la desigualdad esta igual o
peor que hace unos años, es de allí que nace la necesidad de proporcionar pequeños datos que nos
ayuden a entender este contraste.
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México: innegablemente un país de desigualdades
1. Las causas de la desigualdad en México
… “el desequilibrio entre ricos y pobres
es la enfermedad más antigua y más grave
de todas las repúblicas”.
Plutarco.
La desigualdad que existe en México, es un problema por el que la mayoría de la población
atraviesa mientras que unos pocos se regocijan en sus fortunas multimillonarias; una muestra de
esto es que solo el “10% más rico de México concentra el 64. 4% de la riqueza del país” (Esquivel,
2015, pág. 7).
Según estudios, México es uno de los países más desiguales del mundo, esto puede verse al
contrastar que “tenemos al hombre más rico del mundo, frente a la mitad de los mexicanos que
viven en la pobreza” (Esquivel, 2015, pág. 5).
El problema es que en México prevalece esa política en la que los más ricos obtienen más, y
donde los más pobres gastan mucho más. Es así como nuestras políticas públicas están hechas bajo
ese rubro, el de proteger al que más tiene.
“La desigualdad limita el desarrollo del capital físico, social y humano necesario para mejorar
las condiciones de vida y el bienestar de las personas” (Esquivel, 2015, pág. 7).
El problema no radica en que en nuestro país no haya recursos, sino en que estos son distribuidos
entre una pequeña parte de la población, la cual se beneficia día con día con las políticas “sociales”
que el Estado crea; políticas que se ven escondidas entre vestiduras de seda, pero que no son nada
más que una simple ilusión; por ejemplo, se da paso a que las empresas con un gran capital y
desarrollo (Telmex, Iusacell, etc.), sigan creciendo, haciendo creer a la población que estas, “a
través de una especie de goteo, que se va filtrando de las capas superiores del ingreso a las
inferiores”, la beneficiará ( Esquivel, 2015, pág. 28)
Como menciona Josefina Vázquez Mota (citada por Rodríguez, 2011), “México es un país de
contrastes en el que pocos tienen mucho y muchos tienen… nada”. Efectivamente esta observación
es acertada, pues como ya mencione anteriormente, nuestra política fiscal está trazada para
beneficiar a los que tienen mucho, y perjudicar a los que tienen poco (pág. 102).
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México, en el año 2000, se comprometió a erradicar la desigualdad, la cual era uno de los puntos
señalados en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, (firmados por los 189 países que en ese
tiempo conformaban las Naciones Unidas), lo cual no logro, siendo así uno de los países en el que
se observó menos extirpación de este problema.
Es así como en septiembre de este año, en el 70 aniversario de la Asamblea de la ONU, los
países que la conforman se comprometieron a retomar esos objetivos junto con otros más (17
objetivos y 169 metas) entre los que se destaca que las naciones deben luchar por la inclusión
social, en este rubro entra entonces la lucha contra la desigualdad.
Podría pensarse que la globalización es una causa de las desigualdades en México y el mundo,
esto sería algo erróneo, pues al contrario, es la globalización lo que ha expuesto a la luz del sol los
problemas que afectan a la mayoría de los países, haciendo así que se cree una alianza social, la
cual logre que los países más desarrollados proporcionen las estrategias de desarrollo que han
implementado en sus territorios, y de esa forma, países como México las utilicen para hacer
desaparecer la desigualdad.
2. ¿Cómo y dónde se ve reflejada la desigualdad?
“No solo hay desigualdad en la
distribución de la riqueza, sino en la
satisfacción de las necesidades básicas”.
José Saramago.
Como se dijo anteriormente, la distribución de la riqueza en nuestro país, se concentra en solo
una pequeña elite, que según Oxfam (2015), son 16 multimillonarios los que concentran la
impresionante cantidad de 142, 900 millones de dólares (pág. 17).
Esta concentración se da gracias a que nuestras políticas sociales y nuestra política fiscal, están
diseñadas para aquellos que logran adquirir los grandes monopolios del país; ejemplo de ello es
nuestro gran magnate, Carlos Slim, quien hasta hace pocos días tenía el primer lugar del hombre
más rico, en el ranking mundial.
La desigualdad es notoria en más de la mitad de la población mexicana, debido a esta
concentración del poder económico, el cual se traduce para esa mitad que ya se mencionó, en
pobreza, malos sistemas de salud y de educación, falta de trabajo y salario insuficiente, etc.
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2.1 Pobreza
“Los elevados niveles de desigualdad en nuestro país tienen implicaciones importantes en su
desarrollo, pues limitan el impacto del crecimiento económico en la reducción de la pobreza”
(Ferranti et al, 2004, citado por CONEVAL 2010, pág. 14).
La pobreza crea que las personas se sientan en un estado de insatisfacción, en la que una
sociedad las excluye; les hace carecer de aquellas cosas que son indispensables para vivir (ropa,
comida, calzado, etc.), en pocas palabras, las coloca en una situación agobiante.
Para erradicar la pobreza, en México se han creado programas sociales que buscan poner fin a
este problema. Uno de estos conocidos programas es el hoy PROSPERA, que anteriormente se
conocía como PROGRESA u OPORTUNIDADES, que consiste en entregar una suma de dinero a
las familias más marginadas, de los estados más marginados del país. El problema es que en estos
programas sociales se invierte demasiado capital, y lo verdaderamente alarmante es que no ha dado
resultados, por más que los gobiernos digan lo contrario.
La pobreza es más que una falta de ingresos; no se refiere solo a privaciones económicas,
sino también a otras formas de malestar, que incluye la impotencia (powerless), el no tener
“voz ni voto” (voicelessnes), y los sentimientos de vergüenza, humillación y exclusión en
los ámbitos políticos, sociales y culturales (Economic, Social and Cultural Rights, 2001,
citado por Gialdino 2005, pág.45-46).
Según Oxfam (2015) entre 1992 y 2012, el crecimiento del ingreso per cápita en México fue de
26%; es decir, la tasa de crecimiento anual fue de 1.17%, pero, las tasas de pobreza…se
mantuvieron prácticamente constantes a lo largo de esas dos décadas (pág. 28).
Esto es contradictorio, ya que si esas cifras se registraron, el nivel de pobreza hubiese
disminuido, pero esto no sucedió.
2.2 Salud
La salud es uno de los aspectos más importantes que una persona debe cubrir. A falta de ella,
nadie puede pensar en el crecimiento o desarrollo. El derecho a la salud es fundamental, adoptados
por muchos tratados y convenciones internacionales.
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En México, el sistema de salud sufre muchas carencias, siendo así que se encuentra entre uno
de los países de la OCDE, con mayor deficiencia en este ámbito.
Se dice que el sistema de salud en México es mixto; es decir, “encontramos tanto instituciones
públicas de seguridad social como instituciones públicas de protección social en salud”
(Chertorivski y Fajardo, 2012, pág. 503-504).
Nuestro país es uno de los pocos, según la OCDE (2005) “que aún no logra una cobertura
universal del aseguramiento en salud” (pág. 12). Es cierto también que se han hecho grandes
esfuerzos por cambiar esta perspectiva, y si, se ha avanzado, logrando así reducir la mortandad y
extender la esperanza de vida.
La deficiencia de nuestro sistema de salud se ve más marcada en las comunidades rurales e
indígenas, y es que según estudios de la OCDE (2005), la mayoría de las comunidades rurales e
indígenas se encuentran a más de 50 km de un centro de salud, y además de segundo nivel.
Uno de los puntos en donde la desigualdad es notoria, es por ejemplo en el tratamiento de ciertas
enfermedades (como el SIDA, diabetes, cáncer) que por requerir mucha inversión de capital, el
sistema de salud se ve afectado, y esto trae como consecuencia que la atención en cirugías,
quimioterapias o medicamentos sea precaria. Esta circunstancia ha creado que muchos hogares, al
atender estas enfermedades, caigan en la pobreza extrema, y vean mermado su desarrollo.
2.3 Educación
La educación es el sector en el que el gobierno ha destinado más recursos. Es preciso señalar
que los esfuerzos que se han hecho para lograr que todos los niños y jóvenes tengan acceso a la
educación, han dado algunos resultados. Es así como México ha logrado escalar de lugares dentro
de los países de la OCDE, siendo uno de los que más esfuerzo ha destinado para combatir el rezago
educativo. Según en estudios del CONEVAL (2010) se resalta que en la educación primaria,
nuestro país ha logrado cubrir una matrícula del 97% de niños.
Ahora, cabe mencionar que aunque estas cifras pueden verse alentadoras, nuestro sistema
educativo no es de lo más envidiable que digamos. Uno de sus puntos más criticables es que aunque
se gasta millones de pesos en este sector, y se ha logrado bajar la tasa de rezago educativo, es cierto
también que la funcionalidad o efectividad de este no puede medirse solo por la cantidad de niños
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y jóvenes que tienen acceso a la educación. Es así como lo anterior se ve opacado por las malas
condiciones en que los centros educativos se encuentran.
Es un problema actual visible, y para esto conviene citar algunas cifras que proporciono el Censo
Educativo que se llevó a cabo recientemente.
De acuerdo con dicho Censo, el 48% de las escuelas públicas carecen de acceso a drenaje,
31% carecen de acceso a agua potable, 12. 8% no cuentan con baños o sanitarios y 11. 2%
no tienen acceso a energía eléctrica. Por otro lado, en 61.2% de ellas, los alumnos no
cuentan con acceso a un equipo de cómputo que sirva y 80% de los estudiantes no tienen
internet (Oxfam, 2015, citado por Esquivel, 2015).
La desigualdad se muestra al comparar las condiciones de estos centros educativos públicos con
las condiciones de los centros educativos privados. Los segundos logran cubrir la totalidad o por
lo menos la mayoría de todas la necesidades de infraestructura que se necesitan.
Señala Esquivel (2015) que es aberrante que las escuelas públicas carezcan de lo más elemental,
mientras las personas que mandan a sus hijos a escuelas privadas obtengan deducciones fiscales
por ese simple hecho (pág. 35).
2.4 Trabajo y salario
Desde que apareció el hombre, el trabajo ha sido una de las funciones de mayor relevancia en
la vida de este. Es por medio de esta acción que hoy en día las personas obtienen sus ingresos para
poder subsistir.
En México, la falta de empleo es un tema grave; por ejemplo, “a finales del 2014 la cantidad de
desempleados en México era de 2.3 millones” [y lo más lamentable es que se da en los jóvenes
profesionistas] (Esquivel, 2015, pág.31). Una de las causas de la falta de empleo, es el
acaparamiento de la riqueza por medio de los grandes monopolios, los cuales hacen que las
pequeñas empresas fracasen, debido a que hoy en día estas no se mantienen gracias a su
competitividad; es decir, la calidad del producto o servicio, la rapidez, etc., sino que crecen a través
de cuanto capital se puede invertir en ellas.
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Debemos seguir avanzado en la competitividad, tenemos que voltear no solo a las grandes
empresas, sino a las pequeñas, que son los motores de la economía… son los medios más
importantes de que disponen las personas para alcanzar una mejor calidad de vida, porque
les permiten incorporarse a las actividades productivas dirigidas al mercado. Este tipo de
empresas son las que están generando el empleo (Martínez, 2006, pág. 91).
Como si no bastara con la falta de empleos, ahora la preocupación de los que ya tienen uno es
el poder adquisitivo de sus salarios, que por cierto, es un tema controversial.
México es (de nuevo) uno de los países en donde el salario tiene un poder adquisitivo tan bajo,
que ni siquiera puede hacer que una familia adquiera una canasta básica; esto es verdaderamente
preocupante, ya que se dice que este se encuentra por “debajo del doble de la línea de bienestar
mínimo o de pobreza extrema” (Esquivel, 2015, pág. 29) . Para poder darnos una idea de lo que se
está exponiendo pondremos el siguiente ejemplo.
“Un mexicano que trabaja una jornada formal completa y que percibe el salario mínimo sigue
siendo pobre. Si con ese ingreso ha de mantener a un miembro más de su familia, a ambos se les
considera pobres extremos” (Esquivel, 2015, pág. 29).
Con ese ejemplo podemos darnos cuenta de la verdadera magnitud del problema, el cual está
aquejando a más de la mitad de los mexicanos.
Y es que es importante señalar que el salario mínimo se encontraba en $68.28 pesos hasta hace
unos meses que ha subido al $70.10 pesos. Se vea por donde se vea, esto es un verdadero insulto;
y aunque nuestros legisladores crean que con $1. 82 pesos se soluciona todo, se equivocan.
Es por acciones como esas que países como Chile y Argentina (que la OCDE considera sus
salarios como aún bajos) están sobre nosotros, ya que el poder adquisitivo de sus salarios es 5 veces
mayor que el nuestro. “El salario debe ser vital (debe atender “a la propia sustentación del obrero”);
y además “suficiente” para lograr ese efecto” (Balestra, 1965, pág. 40).
Esto se ve opacado cuando estudios demuestran que:
El poder de compra del salario mínimo…para 2014, alcanza para poco más de la cuarta
parte de lo que pudo abarcar en su punto más alto (1976); representa, además, poco más de
un tercio de lo que era hace 45 años (1969) (Esquivel, 2015, pág. 29).
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Al analizar todo lo anterior, podemos decir que el problema no solo radica en la falta de empleo,
sino también en el poder adquisitivo del salario; son dos puntos que se deben tratar a la par.
3. Los pueblos indígenas: un caso especial
“La paz no es solamente la ausencia de
la guerra; mientras haya pobreza, racismo,
discriminación y exclusión difícilmente
podremos alcanzar un mundo de paz”
Rigoberta Menchú.
Nuestra Constitución reza así, en su artículo 2°, párrafo II:
La Nación tiene una composición pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos
indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio
actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones
sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.
La población mexicana en general, se ve afectada por la desigualdad que impera, pero hay un
sector que sufre más drásticamente los embates de la misma: nuestros pueblos indígenas.
Desde los inicios de la colonización, estos pueblos han sido relegados a un nivel mucho menor,
debido a sus condiciones culturales, sociales, económicas, etc. Hoy en día en un país “civilizado”
y “humanizado” esta condición no ha cambiado visiblemente.
Estos pueblos son víctimas de discriminación, lo que trae consigo una gran desigualdad, en
todos los ámbitos conocidos, ya que, “la idea de un Estado homogéneo hizo que la heterogeneidad
cultural fuera vista como una amenaza, como una forma de desestabilizar al Estado nacional. Esta
homogenización ha tenido como consecuencia la exclusión y la grave marginación de los pueblos
indígenas” (Fernández et al., 2006, citado por Rosas, 2007, pág. 697).
La gran desigualdad entre la población general y la de los pueblos indígenas es notable a
kilómetros de distancia, para poder comprender lo que se dice se presenta lo siguiente:
Mientras que el 38% de la población hablante indígena vive en la pobreza extrema, el
porcentaje correspondiente para la población total es inferior al 10%. Esto implica que la
tasa de pobreza extrema de la población hablante indígena es casi 4 veces más alta que la
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de la población en general…3 de cada 4 hablantes de lengua indígena son pobres (Esquivel,
2015, pág. 32).
Observando lo anterior podemos darnos cuenta que si nosotros partimos de la desventaja
absoluta, ellos parten desde un paso anterior.
La marginación de estos pueblos indígenas muchas veces no solo depende de las faltas de
oportunidades laborales, sino más bien es resultado de la discriminación pura (Esquivel, 2015, pág.
32). Toda esa discriminación trae como consecuencia la desigualdad, y esa desigualdad provoca
que la educación, la salud, el trabajo, el salario, sea un verdadero reto para ellos, un verdadero lujo,
quedando sus índices en un rango más alto que los nuestros.
Para erradicar esto y poder alcanzar el bienestar social de estos pueblos es necesario atender
algunos aspectos como: “el reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos colectivos…,
contemplar el acceso a la educación, a la tierra y al territorio, a los recursos existentes…, plantear
el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos” (Rodríguez, Rubio, Sánchez, Zolla, 2008,
pág. 29).
Como señala Rosas (2007) la eliminación de los indígenas del proyecto de la nación se nota al
ver las condiciones en que estos se desarrollan y en las que hoy en día sobreviven, es un problema
que se trae desde los inicios de nuestro país (pág. 697). Lo que se debe lograr entonces es tirar esa
barrera para lograr la inclusión de los mismos.
4. La desigualdad, ¿puede combatirse?
“Con constancia y tenacidad se obtiene
lo que se desea; la palabra imposible no
tiene significado”.
Napoleón Bonaparte.
Para comenzar, creo necesario aludir que nuestro país es uno de los pocos que no ha luchado de
manera constante y eficaz contra la desigualdad. Si bien es cierto menciona Esquivel (2015), que
no todas las naciones son iguales, también es cierto que hay países que han llevado a cabo
programas para reducir la desigualdad, los cuales ya han sido probados, y pueden señalarse cuales
han funcionado y cuáles no, de los cuales México puede adoptar algunos y adaptarlos a su realidad
(pág. 36).
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Dice Székely (1999) “el problema de la desigualdad en México es muy complejo y por tanto,
su solución no es fácil” (pág. 24). Desde mi punto de vista, es cierto, no es fácil, pero tampoco
imposible, pues como menciona el Lic. Nicolás Haddad López “la desigualdad… se trata de un
problema vinculado con la estructura política y social de los países; es decir, con el poder de los
tejidos sociales”. Entonces, si esto empieza a cambiarse, lograremos nuestro gran sueño anhelado.
Esquivel (2015) en su obra “Desigualdad extrema en México, concentración del poder
económico y político” menciona cinco programas o estrategias para combatir la desigualdad, los
cuales son los siguientes.
1. Creación de un auténtico Estado Social.
2. Política fiscal más progresiva.
3. Gasto mejor focalizado.
4. Política salarial y laboral.
5. Mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
Yo me quedo con el primer punto, pues coincido o soy de la idea de que debe partir del Estado
la iniciativa de atacar los problemas de la sociedad, en este caso, la desigualdad. Muchos criticarán
mi postura ya que al Estado lo conciben como solo ese ente en donde se desarrolla el poder del
gobierno, y si, así es, pero solo es uno de sus elementos. Recordemos que el Estado se compone de
Gobierno, Territorio y Población.
Es así como mi planteamiento se enfoca a señalar que ese Estado Social, incluye a todos los que
habitamos el territorio mexicano, es por ello que compete a toda la población el promover, crear y
aplicar esas estrategias sociales que consigan reducir o extinguir la desigualdad, y una vez más les
señalo, que el Estado debe ser comprendido (o por lo menos esa es la idea) desde la percepción en
la que todos estamos inmersos.
Señala Luna (fecha no especificada) “debe haber una acción estratégica y promotora del
Estado” (pág. 107-108), para así poder alcanzar las metas planteadas.
Por ello la concepción de lo que estamos haciendo en la materia debe cambiar ya. En lugar
de continuar con múltiples programas asistencialistas que sólo buscan mitigar la
profundidad y extensión de la pobreza, debemos enfocarnos en una política social basada
en los derechos: a la alimentación, a la educación, a la salud, etc. El cambio de enfoque
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debe cambiar nuestro pensamiento en cuanto al Estado: ya no uno que dé, sino uno que
garantice (Esquivel, 2015, pág. 37).
Lo anterior implica la construcción de un auténtico Estado Social, que es más amplio que
ese caduco Estado del Bienestar. El Estado ha de asegurar que sus ciudadanos, por el simple
hecho de serlo, accedan a un mínimo de derechos sociales, los cuales deberán garantizarse
desde el inicio hasta el final de la vida. ¿Qué significa esto? Acceso a educación de buena
calidad y en instalaciones que cuenten con la infraestructura adecuada; acceso a la salud
desde la infancia hasta la vejez, también en instalaciones adecuadas y con garantía de abasto
de medicamentos y acceso a servicios hospitalarios mínimos; derecho a una alimentación
suficiente y nutritiva, etc. (Esquivel, 2015, pág. 37).
Si se cumple con lo anterior, me es posible decir que los 4 puntos restantes se incluirían en ese
Estado Social.
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Conclusión
Como pudimos observar, la desigualdad en nuestro país es un tema de alta relevancia que merece
de grandes estudios, no solo para dar a conocer su magnitud, sino para crear estrategias que ayuden
a eliminar este problema.
Lo que se pudo observar es que en México, el problema no es la falta de recursos, sino la mala
distribución y la concentración de la riqueza en unas pocas manos. Nos pudimos dar cuenta que la
mayoría de los sectores de mayor importancia para el país, se encuentran en una situación precaria
a pesar de todos los esfuerzos realizados.
Es necesario crear un Estado que sea incluyente, no excluyente como actualmente se presenta.
Es de vital importancia dejar de un lado ese Estado con esas estrategias sociales que buscan solo
mitigar el problema, pero no cortarlo de raíz; ahora el modelo que se debe adoptar no es la de ese
Estado dador, sino de ese Estado que cree programas para incluir a su población en el crecimiento
del mismo.
Hay sectores que requieren de mayor atención, como lo son los pueblos indígenas, los cuales
son más vulnerables que el resto de la población, debido al alto grado de discriminación. Lo
importante es reflexionar y salir de esa zona de confort en la que nos encontramos, y empezar a
trabajar en cambios necesarios para nuestro territorio.
En una pequeña encuesta que realice a 11 personas pude observar que, el 72.7% no enfocan a
la desigualdad con solo el ámbito económico, sino con los diferentes ámbitos, social, cultural, etc.
De igual forma el 72.7% coincide que las consecuencias de la desigualdad traen consigo diferentes
problemas, como lo es la discriminación, la pobreza, la violencia, y no solo lo asocian con un
enfoque.
También el 60% señala que la desigualdad en México es alta, mientras un 30% coincide en que
es muy alta. Con respecto a la idea de quien sufre mayor desigualdad, el 72.7% apuntan que es la
población en general, aunque ya vimos que son los pueblos indígenas los que sufren muchos más
por esta cuestión, aunque el 18.2% coinciden en que si este sector el más afectado, quedando así
en segundo lugar.
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Ahora en el rubro de como creen que debe solucionarse el problema de la desigualdad, el 90.9%
puntea que es el crear programas sociales, en los cuales me atrevo a afirmar, que tienen la idea de
que se incluya a toda la población.
Con respecto al último cuestionamiento, sobre quien debe combatir la desigualdad, se puede
apreciar que el 63.3% dice que deben ser todos los sectores y todos los grupos sociales, quienes
deben preocuparse por combatirla.
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Anexos
Aquí se presentan los resultados de la encuesta LA DESIGUALDAD EN MÉXICO, aplicada a
11 personas.
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