MANDATO PARA LA PAZ EN CLAVE DE ACCION POLITICA
CONGRESO PARA LA PAZ REGION SUROCCIDENTE
15,16 y 17 de marzo del 2013
Popayán
Los pueblos indígenas, las comunidades afro descendientes y campesinas, los pobladores y
organizaciones urbanas, los niños y niñas los y las jóvenes, los y las estudiantes, Mujeres y
hombres del suroccidente, congresistas populares nos hemos reunido para mandatar sobre la paz
y tomar decisiones integrales ligadas a la necesidad de transformar las condiciones de pobreza y
exclusión del pueblo de Colombiano.
Necesitamos que la guerra pare, ésta ha sido un factor que no garantiza ejercer en nuestro
territorio los planes de vida digna. Nuestra concepción de paz no se queda solo allí, la paz no pasa
solo por la rendición o desmovilización de la guerrilla, como lo plantea el Estado, tenemos claro
que esta idea está íntimamente vinculada con la necesidad por parte del gobierno de que el
capital transnacional pueda asentarse sin mayores problemas en el territorio colombiano, que siga
acumulando desde el saqueo y el despojo. Para nosotras y nosotros la paz no consiste en aceptar
pasivamente que las viejas y nuevas formas de acumulación del capitalismo y las formas de control
se afiancen con la complacencia de los actores de la guerra.
Nuestra concepción de paz está en relación con la solución de grandes problemas estructurales en
el país, y su construcción requiere que desarrollemos un nuevo y propio modelo de buen vivir
expresados en nuestros programas, plataformas, planes de vida, propuestas, acciones y sobretodo
en los diferentes mandatos que hemos construido históricamente.
Nuestra concepción de paz tiene que ver con tierra, territorio, autonomía, bienestar,
autogobierno, respeto a la vida y a la dignidad de los demás, vida digna en armonía con los seres
del mundo natural, fortaleciendo nuestras culturas propias y ancestrales, en intercambio solidario
entre los pobladores del campo y la ciudad. Tiene que ver con los temas que hemos palabreado en
este congreso.
Tiene que ver con la necesidad de la unidad como sectores del pueblo y concretamente en nuestra
región la necesidad de que los conflictos entre etnias y sectores sean solucionados
autónomamente, para ello debemos poner a andar la palabra.
Tiene que ver con las ciudades y concretamente con que los pobladores urbanos asumamos la
construcción de una territorialidad propia, que evidencie los espacios de resistencia que se vienen
ejerciendo a través de expresiones culturales y contraculturales, de ejercicios de seguridad
alimentaria, de la lucha por vivienda digna y en general por una vida digna en la ciudad que
camine hacia el fortalecimiento y articulación de los procesos de base, la construcción de abajo
hacia arriba para consolidar y generar poder popular desde la ciudad.
Tiene que ver con la tierra, con su tenencia y uso, esto en articulación con un modelo económico
propio y la necesidad de la reforma agraria integral. Es decir, sabemos que tener tierra no es
suficiente es imprescindible tener un modelo productivo que no tenga la lógica productivista a
expensas de los recursos del medio y de la destrucción de la naturaleza.
Tiene que ver con la definición de unas acciones claras que enfrenten el modelo de despojo que se
ejecuta en alianza entre el Estado y las transnacionales, para ello continuamos las luchas que
hemos dado y acompañado en diferentes partes del territorio colombiano como en el QUIMBO, LA
COLOSA, SANTURBAN, BAHIA MALAGA, LA TOMA, SAN LORENZO, ARBOLEDA, LA SIERRA contra las
grandes compañías minero energéticas, para dar un paso a la articulación y lucha conjunta de
todas y todos los congresistas.
Tiene que ver con una política antidroga que no criminalice a los sembradores de los cultivos de
uso ilícito, El desarrollo de una economía propia que permita el avance hacia la soberanía
alimentaria, el rescate del sentido ancestral, medicinal y nutricional de la coca generando espacios
culturales de reivindicación de la hoja y una política de sustitución de manera gradual y voluntaria.
Tiene que ver con la solución al conflicto armado, con la desmilitarización del territorio y de la
sociedad tanto en el campo como en la ciudad, de tal manera que ejerzamos autónomamente
control y gobierno sobre nuestros territorios. Solo habrá paz cuando se garanticen los derechos de
vida digna a los presos de las cárceles de Colombia y se reconozcan los derechos y la participación
de los presos políticos en la construcción de país. Es claro la obligatoriedad de la verdad, justicia y
reparación a las víctimas y sus familiares, y el rechazo a todo germen de impunidad.
Tiene que ver con que cese toda forma de violencia contra la mujer y la garantía de equidad de
género.
En este orden de ideas nuestra posición frente a la mesa de dialogo entre gobierno y FARC es
clara. Nos parece que es un avance significativo en la construcción de paz, por eso la saludamos y
presionaremos para que este esfuerzo no desfallezca, pero también tenemos claro que este
espacio no nos representa y es limitado, por un lado porque la paz es un derecho de los pueblos y
por lo tanto el pueblo debe participar en su construcción, por otro porque los puntos de
negociación no recogen todos los elementos que son necesarios para la construcción de una paz
integral, un ejemplo concreto es la ausencia de la discusión sobre el modelo económico y sobre el
territorio urbano y sobre derechos sociales, económicos, culturales y ambientales.
En síntesis, la construcción de la paz es sinónimo de construir poder popular. El Estado no nos
permitirá el desarrollo de nuestra más profunda idea de paz incluyente, participativa y
transformadora, la cual está relacionada con: vida digna y buen vivir, ésta solo será posible en
confrontación con el modelo actual. Es decir, la construcción de paz implica gobernarnos nosotros
y nosotras directamente, legislar por nuestro lado ordenando nuestro territorio. Es por ello que en
este congreso para la paz del suroccidente nuestros mandatos darán un paso adelante, serán
mandatos para la acción, es el momento que entre todos y todas nos comprometamos con
propuestas de acción realizables que enfrenten los problemas más prioritarios que como región
tenemos.
MANDATO DE UNIDAD…
El congreso para la paz observa con preocupación que se continúan presentando conflictos
territoriales e interétnicos. Estos conflictos han sido provocados por la aplicación de políticas y
legislaciones agrarias, educativas, de salud, que persiguen la división entre los pueblos indígenas,
negros y campesinos.
El gobierno ha declarado la guerra a los más pobres, fragmentando el movimiento social mediante
la creación de organizaciones paralelas que pregonan su representación y pretenden deslegitimar
las acciones de paz. Esta fragmentación hace necesario un llamado a la unidad, entendiendo que
la unidad no es algo estático y definitivo, sino un proceso que demanda dar relevancia a las
identidades, reconstruir las confianzas, y asumir la diversidad como fortaleza para enfrentar un
sistema de gobierno ilegítimo y mentiroso.
Estos conflictos territoriales e interétnicos si bien han sido provocados por el gobierno, no
podemos esperar que sea éste quien los resuelva, debemos trazar caminos desde los pueblos que
fortalezcan lazos de fraternidad, armonía y lucha popular. En ese sentido, el congreso por la Paz
del Sur Occidente colombiano se propone impulsar durante el 2013 un acuerdo político
interétnico e intersectorial, que posibilite mecanismos para resolver las tensiones en nuestros
territorios y concertar proyectos económicos, políticos y de justicia autónoma como parte
fundamental de la construcción de territorios interculturales.
Nos sentimos convocados por las acciones de paz que hemos ejercido históricamente como
sujetos sociales y políticos, animados por la realización de nuestros planes de vida, armonía y
dignidad, y acompañados por la fuerza de nuestros hermanos, compañeros, amigos hombres y
mujeres vienen tejiendo iniciativas de paz.
MANDATO SOBRE EL MODELO ECONOMICO DE DESPOJO…
El congreso regional para la paz suroccidente rechaza de manera contundente el modelo de
desarrollo que se fundamenta en la extracción y explotación de nuestros recursos mineros,
energéticos y biológicos por ser un modelo de muerte que transgrede los derechos de los pueblos
y afecta las relaciones políticas, sociales y culturales tejidas durante décadas en nuestros
territorios.
Develamos y rechazamos el andamiaje establecido por el gobierno y el capital transnacional para
garantizar su dominación sobre nuestros territorios a través de tres estrategias puntuales:
La estrategia militar y paramilitar que precede y acompaña el proceso de despojo en la disputa
territorial.
La legislación nacional que sigue estando en contra de las necesidades de las comunidades y
más bien profundiza el despojo y la concentración de la riqueza en nuestro país.
La política de la responsabilidad social empresarial o corporativa como estrategia de
cooptación y asistencialismo para desmovilizar y dividir las comunidades en resistencia.
Como Congreso Regional para la Paz retomamos los mandatos definidos en el Congreso de Tierras
Territorios y Soberanía realizado en Cali y determinamos las siguientes acciones orientadas a la
defensa y permanencia de nuestros territorios:
1. FORTALECIMIENTO DE NUESTRA ECONOMIA PROPIA Y LA SOBERANIA ALIMENTARIA COMO
ELEMENTO CENTRAL EN LA CONFRONTACION AL MODELO DE DESPOJO CON EL QUE
DISPUTAMOS.
2. EXPULSIÓN DE LAS MULTINACIONALES DE NUESTROS TERRITORIOS Y COMUNIDADES DEL SUR
OCCIDENTE COLOMBIANO:
Realizaremos Investigación y formación para profundizar en el accionar de las
empresas multinacionales sobre el territorio.
Realizaremos foros y asambleas municipales y regionales que construyan propuestas
de acción conjunta territorial.
Desarrollaremos acciones directas que eviten la entrada de las multinacionales
(funcionarios, maquinaria o materiales) al territorio o para su expulsión en los casos
en los que la empresa ya está dentro de él; para esto las organizaciones tenemos la
grande tarea de prepararnos no solo en lo organizativo sino también en lo logístico.
Todas nuestras comunidades deberán conformar una guardia propia para la defensa
del territorio.
3. DESARROLLO DE ACCIONES NACIONALES CONTUNDENTES EN CONTRA DE LAS
MULTINACIONALES Y LAS LEYES DEL DESPOJO:
Realizaremos una Jornada nacional contra la gran minería y los megaproyectos.
Impulsaremos el juicio ético planteado por la red de hermandad y solidaridad por
Colombia (REDHER) en contra de las multinacionales que afectan el territorio
suroccidental.
Construiremos una propuesta de reforma al código minero para ser defendida por
medio de la fuerza de la movilización.
MANDATO SOBRE ESCENARIO MULTILATERAL DE PAZ
No dudamos que las causas del conflicto armado en Colombia son estructurales, en este sentido
como Congreso de los Pueblo venimos fortaleciendo un proceso que nos permita aporta a una
agenda social y política que contribuya en el debate y que confronte dichas causas. Esta agenda
tiene que ver con una profunda democratización.
Reconocemos la necesidad de tener una iniciativa política que comprometa al movimiento popular
y social en la construcción de un escenario multilateral para discutir la construcción de la paz en
Colombia, de este proceso deben hacer parte el Gobierno, las insurgencias y los movimientos
sociales, entendiendo en estos últimos los sectores organizados del pueblo colombiano. Se hace
imperativo que ganemos voluntad política con los diferentes sectores del pueblo para que este
escenario se dé.
Un proceso de construcción de paz implica un diálogo multilateral a muchas voces, este proceso a
de corresponder con una línea estratégica que es urgente definir y desarrollar nacionalmente. En
consecuencia el Congreso para la Paz deberá definir una línea e incluir la construcción de dicho
escenario de encuentro, discusión y diálogo sobre la construcción de paz.
MANDATO POR LA CONSTRUCCION DE UN MOVIMIENTO POLITICO Y SOCIAL PARA LA PAZ
Debido a toda la situación que vive el pueblo colombiano por toda la exclusión del modelo
imperante, como un escenario de paz, debemos impulsar una agenda social para la paz desde los
sectores sociales que nos permita la construcción de un movimiento social para la paz, en
perspectiva de resolver el conflicto social y armado y emprender la construcción de un modelo
propio como apuesta de un país para la vida digna.
La construcción de este movimiento social para la paz debe ser con soberanía, autonomía,
autodeterminación y dignidad; debe ser amplio tal manera que convoque, articule las iniciativas
de paz, logre hablarle al pueblo colombiano y posicione la necesidad de paz integral. Debe ser un
espacio que movilice las líneas estratégicas que se construyan desde el congreso de los pueblos así
como el cumplimiento de los mandatos que emanen del congreso para la paz, además debe
contribuir a gestionar el cese de la guerra, promover la movilización y potenciar la lucha por la paz.
Este espacio debe darse independientemente de la dinámica o los resultados que arroje la mesa
de conversación de la Habana entre el Gobierno y las Farc.
Se propone como base tres puntos de encuentro:
1. La guerra debe terminarse por medio de dialogo político.
2. Terminar la guerra requiere cambios significativos en los órdenes políticos y económicos
del Estado y la sociedad.
3. Construir la paz requiere condiciones y garantías democráticas para la que sociedad exija y
conquiste reformas estructurales.
Debe constituirse desde las diferentes iniciativas populares que hoy se articulan alrededor de la
construcción de la paz y que se movilizan para su exigencia, en este sentido debe partir de las
construcciones que se vienen dando desde los territorios, lo regional y nacional. En la actualidad el
congreso de los pueblos forma parte de la Ruta Social Común para la Paz, donde se articula con
otras organizaciones y procesos nacionales, este escenario es fundamental mantenerlo, darle
mayor dinámica y desde ahí avanzar hacia la construcción del movimiento político y social por la
paz, que convoque más allá de los movimientos sociales y populares.
Cuando hablamos de esta iniciativa no planteamos la construcción de un aparato organizativo que
multiplique esfuerzos y espacios, por el contrario lo pensamos como puntos de articulación y
convergencia que pongan a las organizaciones y movimientos sociales en un terreno de mayor
identidad y nos disponga a la lucha política por la paz.
Pueblos del Suroccidente Colombiano Construyendo Paz para la Vida Digna
Popayán, Marzo 17 del 2013.
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