¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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Colección Emancipación Obrera IBAGUÉ-TOLIMA 2014
GMM
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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© Libro No. 1196. El Enfoque Estratégico de la Revolución y su relación a
las Cuestiones básicas de Epistemología y Método. Avakian, Bob.
Colección E.O. Octubre 25 de 2014.
Título original: © El Enfoque Estratégico de la Revolución y su relación a las
Cuestiones básicas de Epistemología y Método. Bob Avakian
Versión Original: © El Enfoque Estratégico de la Revolución y su relación a
las Cuestiones básicas de Epistemología y Método. Bob Avakian
Circulación conocimiento libre, Diseño y edición digital de Versión original de textos: http://revcom.us/avakian/strategic-approach/el-enfoque-estrategico-de-la-revolucion-y-su-relacion-a-las-cuestiones-basicas-de-epistemologia-y-metodo-es.html Licencia Creative Commons: Emancipación Obrera utiliza una licencia Creative Commons, puedes copiar, difundir o remezclar nuestro contenido, con la única condición de citar la fuente.
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Portada E.O. de Imagen original: Revolución #338, 11 de mayo de 2014: www.revcom.us
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El Enfoque Estratégico de la Revolución y su relación a las Cuestiones básicas de
Epistemología y Método
Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
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El enfoque estratégico de la revolución y su relación a las cuestiones básicas de epistemología y método
Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
10 de octubre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
A continuación presentamos la traducción del texto de un discurso que dio Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, a principios de este año (2014). Con el fin de poner este discurso a la disposición de un público más amplio, lo que incluye la traducción a varios idiomas, revcom.us recibió autorización de publicar la trascripción de este discurso con las revisiones que se consideran pertinentes en la preparación de su publicación. La traducción es responsabilidad de revcom.us/Revolución.
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Quisiera comenzar por examinar un poco y abordar más lo que dicen los primeros seis
párrafos en que se ha centrado de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar
a la humanidad.
Ahora, esos seis párrafos aparecen bajo el encabezamiento, el encabezamiento general,
de “El qué hacerismo enriquecido”, pero el encabezamiento particular concentra una vez
más un principio muy básico de todo nuestro enfoque de la revolución, es decir,
“acelerar mientras se aguarda” — al cual se le añade “no someterse a la necesidad”. Es
muy importante examinar un poco la contradicción, o la oposición de contrarios,
planteada aquí: entre la orientación correcta de acelerar mientras se aguarda, y una
tendencia demasiado común y una atracción muy fuerte de someterse a la necesidad.
El segundo de esos seis párrafos, el que comienza así: “Anteriormente, hablé del punto
de vista y enfoque revisionista del ‘realismo determinista’”, el que dice, hacia la mitad
del párrafo: “ese ‘realismo determinista’ no capta, por lo menos no capta plenamente, el
carácter contradictorio de toda la realidad, lo que incluye la necesidad ante la cual uno
se encuentra en todo momento”. Bueno, en otro contexto, y de hecho en repetidas
ocasiones, he recalcado y hemos estado recalcando que la base para la revolución estriba
en ese carácter contradictorio del sistema que hay que derrocar, el sistema capitalista
imperialista — las contradicciones básicas de este sistema, la contradicción fundamental
entre la producción socializada y la apropiación privada/capitalista, y la fuerza
impulsora de la anarquía como la principal expresión de eso, pero también otras
contradicciones sociales que surgen de las dinámicas de este sistema capitalista, o que
estas dinámicas engloban — las contradicciones que este sistema no puede resolver de
modo alguno en un sentido fundamental, y por cierto no puede resolverlas de acuerdo a
los intereses de las masas populares y en última instancia de toda la humanidad. Ésa es
la base para la revolución, y no lo que las personas piensen o hagan en algún momento
determinado, ni cuántas personas estén a favor o en contra en algún momento
determinado, ni que las personas aprueben algo o lo rechacen en algún momento
determinado — ninguna de esas otras cosas constituye la base para la revolución, pero
la base estriba en las citadas contradicciones del sistema mismo.
Así que ese párrafo se refiere a eso cuando dice que “ese ‘realismo determinista’... no
capta, por lo menos no capta plenamente, el carácter contradictorio de toda la realidad,
lo que incluye la necesidad ante la cual uno se encuentra en todo momento”. En otros
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lugares he señalado también que la necesidad no se refiere simplemente a la necesidad
en un sentido abstracto, o no simplemente a unos obstáculos y problemas o dificultades
que hay que superar. La necesidad en sí es una contradicción y hay que entenderla como
tal. Y ésa es la base sobre la cual se puede transformar la necesidad en libertad,
analizando la necesidad correctamente y actuando para transformarla sobre una base
científica.
La materia y la conciencia, los factores objetivo y subjetivo — Una comprensión viva acorde al materialismo dialéctico
Ese párrafo, el segundo de los seis párrafos con los que comienza la Segunda parte de
“Hacer y emancipar”, agrega: “Por lo tanto, una de las características esenciales del
‘realismo determinista’ es que descarta como ‘voluntarismo’ cualquier comprensión
dialéctica de la relación entre los factores objetivo y subjetivo, y ve las cosas de una
manera muy lineal, no diferenciada, esencialmente uniforme y sin contradicción, en vez
de verlas de una manera viva y dinámica y en su movimiento y cambio”. Ahora, eso
también es sumamente importante. Debido a la naturaleza de las contradicciones en todo
lo que es vida —incluidas la sociedad humana y su interacción con el resto de la realidad,
con la naturaleza—, es un hecho que distintos aspectos de una contradicción pueden
transformarse el uno en el otro. Mao lo señaló, que la conciencia puede transformarse
en materia — quiero clarificar esto con una nota al margen, que Mao no estaba diciendo
que la conciencia es algo separada de la materia en movimiento, pero estaba hablando
de la materia en el sentido general, la relación entre la forma particular de la materia en
movimiento que es la conciencia humana por un lado, y por otro, la realidad material
más amplia. Y Mao decía que la una puede transformarse en la otra y eso se hace
constantemente. Ése es un punto muy importante que trataremos un poco.
Veamos la primera transformación — la realidad objetiva fuera de la conciencia humana
que se transforma en conciencia humana. Si uno lo piensa bien, eso ocurre todo el
tiempo. Las personas interactúan con la realidad objetiva, y eso se refleja en su
conciencia —analizan las cosas, las sintetizan— y después lo objetivo llega a ser parte
de su conciencia, o por así decirlo, su entendimiento subjetivo. No quiero decir subjetivo
en el sentido de que sea erróneo o basado en prejuicios o sesgos o métodos no científicos,
sino subjetivo en el sentido del sujeto, las personas con su conciencia, y cómo está
relacionado con la realidad objetiva fuera de esas personas. La realidad objetiva se
transforma en algo subjetivo en el sentido de que las personas toman conciencia de las
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cosas y por lo tanto actúan para cambiarlas en ciertas maneras. Así que ése es un modo
en que la materia fuera de los seres humanos conscientes se transforma en conciencia.
Lo contrario también es cierto. Sobre la base de su análisis y síntesis, en sí el producto
de su interacción con la realidad, las personas salen al mundo y actúan, y de esa manera
afectan a la realidad objetiva y la cambian. Así que lo subjetivo —la conciencia del
sujeto, para decir subjetivo en ese sentido, la materia consciente— sale al mundo y
cambia la realidad objetiva más amplia, y de ese modo llega a ser parte de esa realidad
objetiva más amplia; la conciencia, al actuar sobre la realidad objetiva más amplia,
también se transforma y llega a ser parte de esa realidad objetiva. Cuando las personas
soportan la opresión porque no ven ninguna salida de ella, por ejemplo, ésa es una cosa.
Sin embargo, es otra muy distinta cuando ven la posibilidad y la necesidad, y toman
conciencia de la posibilidad y necesidad de actuar para cambiar la realidad; en esa
situación sí la transforman. Eso se puede ver en la historia de cualquier país. Veamos
los movimientos de los años 1960, por ejemplo, y Estados Unidos es solo un ejemplo de
los muchos cambios que se hicieron en la situación objetiva, a pesar de que dichos
movimientos desafortunadamente no fueron hasta el final, no hicieron una revolución.
Sin mencionar las sociedades, incluso remontando a la era burguesa y la revolución
francesa —o las revoluciones comunistas de la Unión Soviética y después China— en
que se lograron importantes cambios cualitativos cuando las personas respondieron de
manera consciente a la realidad objetiva y sus acciones conscientes produjeron cambios
concretos en la realidad objetiva y llegaron a ser parte de esa realidad objetiva cambiada.
Así que ésta es la base para decir que ese “realismo determinista” no capta la relación
dialéctica entre los factores objetivo y subjetivo y ve las cosas de maneras muy lineales,
no diferenciadas, esencialmente uniforme y sin contradicción, en vez de verlas de una
manera viva y dinámica, con movimiento y cambios. En particular no capta la
posibilidad de actuar para afectar la realidad objetiva, al reconocer su carácter
contradictorio y transformarla, incluso antes de que se pueda iniciar la enorme
transformación cualitativa que representa y abarca una revolución proletaria o comunista
concreta (en el sentido pleno, pero no reificado).
Eso es muy importante, porque resulta que muchas personas, al encontrarse
continuamente frente a una realidad objetiva difícil —particularmente en tales
circunstancias— caen en el “realismo determinista”, ven solo un aspecto de la realidad
y no el panorama más amplio (eso lo comentaré en adelante). También ven la realidad
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solo de una manera lineal y no diferenciada. En otras palabras, no ven que está llena de
contradicciones, no ven que está en movimiento y está cambiando como resultado de las
dinámicas de esas contradicciones y de la interacción entre éstas como parte de esas
dinámicas generales.
Así que éste es un punto muy importante: quien no ve las cosas científicamente, que no
aplica el materialismo y el materialismo dialéctico en particular — en otras palabras,
quien no capta la naturaleza contradictoria de la realidad, que no capta la necesidad que
confronta y la necesidad de transformarla, pues se someterá a la necesidad. Quien
considera que lo único que se puede hacer —bueno, como dijo Lenin, es deseable la
lucha que es posible, y es posible la lucha que se libra en un momento dado— ésa es
otra forma en que Lenin caracterizó muy agudamente ese mismo punto de vista.
Y en eso caerá quien no reconoce — quien no tiene un enfoque materialista; quien tiene
un enfoque idealista, quien aborda la cuestión como si (hemos hablado mucho sobre
esto) solo se tratara de un conjunto de preceptos o de narrativas que están en conflicto,
y no parte de la base de la realidad objetiva; solo parte de la base de lo subjetivo, en el
otro sentido, o sea, de prejuicios, sesgo, inclinaciones que no se basan en la realidad
objetiva, pero que se basan en esperanzas u oraciones o lo que sea. Quien tiene ese
enfoque, pues ¡ni chance tendrá! — no tendrá posibilidad de transformar la realidad
objetiva en concreto, seguramente no lo hará en ningún sentido fundamental, en
términos de transformar radicalmente la sociedad, en términos de derrocar el sistema
existente y crear un sistema radicalmente distinto. Porque de cierto modo uno está
trabajando solamente sobre la base de ideas que usted u otras personas han inventado
que están divorciadas de la realidad. Ya es muy difícil transformar la realidad al trabajar
sobre la base de ver e investigar a fondo la realidad objetiva; pero quien no lo hace, pues
en última instancia no podrá terminar en un buen lugar. Pero, al mismo tiempo, quien
ve la realidad objetiva tal como es, y la ve de esta manera lineal, y no ve su movimiento
y sus cambios y, en particular, no ve que está llena de contradicciones que la impulsan,
tampoco podrá reconocer en concreto la posibilidad y la base para el cambio, y
definitivamente no podrá reconocer ningún cambio fundamental.
Por lo que dónde estriba la base para la revolución y cuáles son el método y el enfoque
y la epistemología para siquiera poder reconocer eso y analizarlo correctamente, por un
lado, se encuentra, por otro, con la cuestión de la posibilidad de transformar
concretamente la sociedad y tener una orientación de transformarla, o no ver esa
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posibilidad, o comenzar con esa orientación pero dar marcha atrás tan pronto se tope con
obstáculos reales y terminar por someterse a la necesidad. O dar la vuelta hacia el
voluntarismo e intentar, de pura voluntad, cambiar la realidad objetiva sobre una base
subjetiva, sin trabajar científicamente, de una manera en que es imposible cambiar esa
realidad, y definitivamente no cambiarla para algo mejor, es decir, de una forma
radicalmente emancipadora hacia la meta del comunismo.
Todo eso está concentrado en esos primeros dos párrafos, y en particular hemos estado
examinando el segundo párrafo de (la Segunda parte de) “Hacer y emancipar”. Tal como
se dice en estos tiempos, esos seis párrafos dan mucho que pensar. Y definitivamente
muchísimo está concentrado en este segundo párrafo. Usa términos con un alto nivel de
abstracción, usa términos y conceptos que tienen un alto nivel de abstracción, porque
concentran muchísimo. Lo importante no es leerlo y decir: “Ay, esto no lo entiendo, voy
a ver otra cosa”. Ni tampoco: “Oye, esto es formidable, pero no sé qué significa”. Lo
importante es adentrarse y forcejear en serio con lo que está concentrado ahí y captar
toda la riqueza de lo que el párrafo concentra.
“Nadie puede decir de antemano exactamente" — una orientación y enfoque científico, que no es agnóstico y carente de propósito
Ahora bien, continuando más adelante en estos seis párrafos, quiero concentrar en lo que
dice el párrafo que empieza, “Es cierto que no podemos, solo por nuestra voluntad o aun
nuestras acciones, transformar las condiciones objetivas de una manera cualitativa — en
una situación revolucionaria”. Hacia la mitad, ese párrafo analiza un punto muy
importante, retomando el comentario de Lenin con respecto a la aristocracia obrera, de
que nadie puede decir de antemano con exactitud qué posición tomará toda la
aristocracia obrera hacia la revolución proletaria, en el caso de tal revolución, cuando
llegue el momento decisivo. Nadie puede decir de antemano exactamente cómo se
desenvolvería eso, insistió Lenin. En esta parte se aplican el mismo tipo de enfoque y la
misma formulación básica al tema: “Al aplicar ese mismo principio, podemos decir que
nadie puede decir precisamente lo que la iniciativa consciente de los revolucionarios
podría ser capaz de producir, al repercutir en la situación objetiva en un momento dado”.
Ahí voy a tomar una pausa porque eso sí refleja lo que acabo de mencionar. Repercutir
en la situación objetiva no significa simplemente repercutir en una situación objetiva
monolítica no diferenciada pero sí repercutir en una situación objetivacontradictoria y
transformarla en la manera que acabo de indicar, empezando con lo que dijo Mao de que
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se puede transformar la materia en la conciencia humana y, por su parte, se puede
transformar la conciencia humana en la materia, en el sentido amplio.
Por lo que voy a detenerme para concentrar en lo que quiere decir esta frase, y cómo
entenderlo correctamente: “repercutir en la situación objetiva en un momento dado”. No
quiere decir hacer nada más lo que uno hace —lo que uno considera que pueda hacer—
en relación con la situación objetiva. Quiere decir procurar transformarla activamente,
como se recalca un poco más adelante, al máximo grado posible en un momento dado,
o en un conjunto de circunstancias dado.
Pero de nuevo quisiera recalcar que “nadie puede decir de antemano exactamente” —
“nadie puede decir precisamente lo que la iniciativa consciente de los revolucionarios
podría ser capaz de producir, al repercutir en la situación objetiva en un momento dado
— en parte porque nadie puede predecir todas las otras cosas que todas las diferentes
fuerzas del mundo van a hacer”. Bueno, he escuchado que se ha interpretado esa frase,
o esta formulación y la manera en que se analiza aquí —de nuevo, por medio del
“realismo determinista” francamente revisionista— como para decir: “Bueno, nadie
puede decir de antemano, así que — lo importante es que en realidad no importa lo que
hagamos, dado que no se puede prever concretamente el resultado, así que todo va más
o menos sin propósito”. No, para nada dice eso. Lo importante no es que debemos estar
trabajando sin propósito — en eso voy a adentrarme en adelante. Más bien — debemos
estar trabajando con propósito. Pero lo importante aquí es que hay un mundo objetivo
más grande que, cabe repetir, hierve de contradicciones que lo impulsan y de
transformaciones continuas de un tipo u otro provocadas por las dinámicas de las
contradicciones y la interacción de dichas contradicciones.
Hay un mundo mucho mayor; hagamos lo que hagamos en un momento dado, incluso
si se hace por las líneas correctas de trabajar para incidir en las principales
contradicciones las que podemos identificar en las que tenemos que centrarnos —en
otras palabras, las contradicciones sobre las que necesitamos luchar a fin de
transformarlas en cualquier momento dado— aun así hay un mundo mucho mayor, y el
papel de lo que es casualidad en el marco de lo que hacemos, cosas que no surgieron de
las dinámicas en torno a las que estamos trabajando ni tampoco en las dinámicas
mayores que podemos identificar en un momento dado. Pues todo tipo de fuerzas están
actuando. Las fuerzas de la naturaleza actúan. No podemos prever todas las
inundaciones, huracanes, tornados, terremotos, etc. La ciencia puede ofrecer alguna idea
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de cómo algunas de esas cosas podrían suceder — pero los seres humanos no pueden
prever todo eso en estos momentos. Y además, muchas fuerzas sociales están trabajando
— diferentes fuerzas de clases, y sus representantes políticos y literarios, están operando
ahí en el mundo mayor. Y todo eso está interactuando con lo que nosotros estamos
haciendo, de una forma u otra, a un nivel u otro, o a muchos niveles. Así que nosotros,
siendo científicos —como indican esos dos párrafos sobre “Algunos principios para
forjar un movimiento para la revolución”— tenemos que estar trabajando para
identificar, en cualquier momento dado, las concentraciones importantes de las
contradicciones sociales, y estar trabajando parta afectarlas. Otras fuerzas también están
trabajando para afectarlas, y están ocurriendo muchos acontecimientos en el mundo,
entre ellos allá fuera en la naturaleza, y así sucesivamente —a veces no tanto “allá
fuera”— a veces ocurren aquí mismo donde estamos.
Eso es el mundo dinámico mayor con el cual lidiamos, y el universo con el cual lidiamos.
Por lo que aun cuando estamos trabajando correctamente sobre la base de identificar
correctamente las concentraciones importantes de las contradicciones sociales, ocurren
todas esas otras cosas y se interpenetran, afectan, por así decirlo, influencian las
contradicciones las cuales estamos trabajando para afectar en un momento dado, y la
manera en que las personas ven las cosas, como las contradicciones que nosotros
trabajando para afectar en un momento dado. El significado de esa frase no es un
significado limitante: “Nadie puede decir… bueno, hacemos lo mejor que podamos pero
uno nunca sabe si tendrá resultado”. No, eso no es lo que significa. Significa trabajar
para transformar la situación objetiva en la dirección en la que puede y debe ir en
términos de la emancipación de la humanidad —en otras palabras, hacia el objetivo del
comunismo en cualquier momento dado— de maximizar las transformaciones en dicha
dirección al mayor grado posible en cualquier momento dado, pero al mismo tiempo
estar atentos al hecho de que ocurren todos esos otros acontecimientos en la sociedad y
mundo. Además — he aquí el punto (en el cual me adentraré en adelante), en esta parte
de esta sección de la Segunda parte de “Hacer y emancipar”: Aunque uno pudiera decir,
“Bueno, si hiciéramos el mejor análisis que pudiéramos del efecto, el efecto más positivo
posible, de todo el trabajo que estamos haciendo para transformar las cosas,
especialmente en relación a las concentraciones importantes de las contradicciones
sociales que hemos identificado, todo eso no llevaría en este momento a la revolución”
— aunque eso fuera científicamente cierto, el contenido de “nadie puede decir de
antemano” es que puede haber muchas otras cosas ocurriendo en el contexto mayor, que
en un momento dado podríancombinarse con lo que estamos haciendo para transformar
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radicalmente la situación, hasta la posibilidad de recorrer todo el camino hacia una
situación revolucionaria, cuando no habíamos anticipado, en ningún momento dado, esa
posibilidad. De eso se trata “nadie puede decir de antemano exactamente”, lo que se
aplica a este tema. Eso no va para promover el agnosticismo —“Pues, ¿quién sabe?”—
pero sí es para promover la ciencia, que incluye un reconocimiento científico de la
interrelación entre el accidente y la causalidad, la interrelación entre los acontecimientos
mayores en el contexto mayor mediante el movimiento y desarrollo de contradicciones
y esas dinámicas, y además nuestro enfoque consciente por lo que se refiere a trabajar
para transformar la realidad. Así que un entendimiento muy importante está concentrado
en ese párrafo que habla del principio de “nadie puede decir de antemano exactamente”.
Ahora bien, esto tiene que ver con otro punto al final del mismo párrafo, donde señala
lo que acabo de mencionar. Y para mí, es algo muy importante: “También está el hecho
de que aunque los cambios en lo que es lo objetivo para nosotros no se darán
enteramente, y quizás ni siquiera principalmente, debido a nuestro ‘trabajo’ para afectar
las condiciones objetivas (en un sentido directo, uno a uno), sin embargo nuestro
‘trabajo’ para afectarlas puede generar ciertos cambios dentro de un marco dado de
condiciones objetivas y además” (subraya las palabras y además) “y además —en
conjunción con una ‘mezcla’ y como parte de la misma, junto con muchos otros
elementos, como las otras fuerzas que afectan la situación objetiva desde sus propios
puntos de vista— eso podría, en ciertas circunstancias, ser parte de la combinación de
factores que sí llevan a un cambio cualitativo”. En otras palabras, posiblemente hasta
una plena situación revolucionaria. “Y, repito —continúa al final de este párrafo— es
importante recalcar que nadie puede saber exactamente cómo se desenvolverá todo eso”.
He aquí una ironía, la que es otra forma de decir una contradicción, no sólo para nosotros
sino para todas las otras fuerzas de clase en el terreno. Veamos lo que dice aquí: Que
esto —lo que nosotros hacemos y los efectos de ello, en conjunto con muchos otros
elementos y como una parte de un caldo de los mismos, lo que incluye a otras fuerzas
que actúan para afectar la situación objetiva desde sus propios puntos de vista— pueden
juntarse y crear un cambio cualitativo o posibilitar el surgimiento de un cambio
cualitativo, hasta una situación revolucionaria. Y la ironía y la contradicción, no
solamente para nosotros sino para esas otras fuerzas —pues todas esas otras fuerzas
están actuando sobre el terreno objetivo, para canalizarlo en una dirección diferente a la
dirección en la que necesita ir para la emancipación de los oprimidos del mundo y en
última instancia de toda la humanidad, y sin embargo, si estamos trabajando
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correctamente, con la orientación correcta y el método científicos correcto concentrados
en lo que esto dice y que se basa en el materialismo dialéctico, pues lo que esas otras
fuerzas de clase y fuerzas sociales hacen para influenciar las cosas — lo que hacen para
influenciar el terreno, podrían ser las cosas sobre las que, a su vez, nosotros nos ponemos
a trabajar para mover el terreno hacia una situación revolucionaria. Así que es preciso
no entenderlo en términos lineales: “Ah sí, esas otras fuerzas de clase están
contribuyendo a la revolución, también, con lo que están haciendo”. No, en efecto
aquellos están trabajando en contra de ella, en realidad, pero, asimismo, lo que aquellos
hacen y los efectos de eso también son contradicciones a las cuales que nos ponemos a
afectar.
Por lo que esa es la manera viva y dinámica en la que tenemos que entender el proceso
de transformar las condiciones objetivas —entre ellas el pensar de las masas populares,
al cual trataremos directamente en adelante— en la dirección de la revolución comunista
que se necesita, en contraste con el voluntarismo idealista — salimos al terreno y
simplemente porque lo que decimos es, pues, mejor en lo moral, pues nuestras palabras
prevalecerán de alguna forma, lo que no es más que otra forma de religión. O, la
tendencia mucho, mucho más común y más poderosa, ese “realismo determinista”, de
que no podemos hacer mucho en realidad hasta que, como lo dice otra parte de esos seis
párrafos, intervenga algún deus ex machina —algún factor externo casi sobrenatural—
sean cambios objetivos, sea un dios, sean las masas que han reemplazado a un dios o lo
que sea — y que nos salve y haga posible la revolución, que sin ello no tenía ninguna
base. Esos puntos de vista son completamente erróneos y es necesario romper a fondo
con ellos a fin de poder llevar a cabo concretamente el trabajo revolucionario, a fin de
aplicar concretamente los principios para construir un movimiento para la revolución.
Y el último punto en el que quiero adentrarme en esos seis párrafos —y debe ser obvio
al leerlos, y también por lo que he mencionado aquí, qué tan importante lo es retomarlos
continuamente, analizar y adentrarnos en lo que dicen concretamente, y el método y el
enfoque que encarnan— pero he aquí lo que los resume… O, perdón, hay una
formulación más que quiero mencionar antes de terminar (esta parte). Se trata del
comienzo del párrafo sobre el deus ex machina, que dice: “La revolución no se hace por
medio de ‘fórmulas’ ni actuando de acuerdo a unas nociones e ideas preconcebidas
estereotípicas — es un proceso mucho más vivo, rico y complejo que eso”. Eso es
importante también. Los revisionistas siempre dicen — siempre tratan las cosas con un
enfoque lineal y no dialéctico, no ven las contradicciones y se imaginan que puedan
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comprimir la realidad en algo que les resulte más manejable. Y de ahí, “que elaboremos
una receta sobre la manera en que vamos a lograr algo y hasta quizás la manera en que
vamos a lograr algo para llegar de algún modo al socialismo — tomemos un poco por
aquí, tomemos un poco por allá, en otras palabras, primero hagamos esto, luego ese otro,
después hagamos aquello, luego otro, y ya al final todo eso se combinará, quién sabe, si
diéramos en el clavo, llevaría a algún tipo de cambio que sería bueno”. De ese modo de
pensar hay mucho, hablando en términos generales, en lo que llamamos, en un sentido
amplio y algo indulgente, el “movimiento”. Además, una característica del revisionismo
es tratar las cosas mediante formulas en vez de captar las dinámicas vivas en la manera
de la cual he estado hablando.
Por lo que quisiera subrayar ese punto. Decir que la revolución no se hace por medio de
“fórmulas” no quiere decir, para repetir, que el trabajo no tiene propósito, que no hay un
enfoque estratégico, que no es necesario hacer un análisis y síntesis muy científicos
como parte de refinar constantemente el enfoque estratégico y de desarrollar tal enfoque
estratégico en primer lugar. Pero la ciencia enseña precisamente que el mundo es mucho
más complejo que eso, que es mucho más dinámico, que no es posible envolverlo en un
paquete bien ordenado, que no puede haber una fórmula como: “primero hagamos esto,
luego eso, lo que llevará a aquello… esto llevará a eso… esto llevará a aquello… y con
el tiempo el punto final será el socialismo — si no ahora, quizás en cien años”.
Todavía me acuerdo al revisionista ese que trabajó en la campaña electoral de Bob
Scheer para el Congreso, en los años 1960. Scheer llevó a cabo la campaña dentro del
Partido Demócrata, pero con un programa anti-guerra y anti-racista. No ganó, pero sí
recibió un gran número de votos, y este revisionista, cuando anunciaron el conteo, nos
dijo a los demás en la oficina: “Ahora puedo irme a casa y dormir bien al saber que
estamos un centímetro más cerca al socialismo”. ¡NO! No se acerca al socialismo así,
no de esa manera — lo importante después de todo no es acercarse centímetro por
centímetro por centímetro hacia alguna versión de una idea del socialismo, pero sí es
aplicar concretamente este enfoque materialista dialéctico, científico y vivo y, con el
reconocimiento de que, en efecto, hay cosas que uno identifica como las contradicciones
a las que hay que dedicar esfuerzos concertados y concentrados y trabajo para
transformarlas en un momento dado, pero al mismo tiempo, al hacerlo, es necesario ver
al mundo mucho más amplio, cómo actúan otras fuerzas sociales, no solo para afectar
las contradicciones en las que se centran, sino las contradicciones más grandes de la
sociedad; qué está haciendo la naturaleza y cómo eso afecta a la sociedad, y los diversos
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efectos que tiene sobre los diferentes sectores de la sociedad y diferentes partes del
mundo, etc.; y cómo todo eso pone en movimiento o transforma el movimiento de las
diversas contradicciones — todo lo que es necesario abarcar en un sentido básico como
parte del enfoque estratégico de avanzar la lucha en concreto para transformar el mundo
objetivo hacia el objetivo final del comunismo y la meta más inmediata de derrocar el
sistema actual y establecer el socialismo con la dictadura del proletariado.
Lo cual nos devuelve al mero final donde lo resume, diciendo —al final de los seis
párrafos— “si uno ve las cosas de una manera lineal, por ende sólo va a ver las
posibilidades que están directamente en frente” — y no verá las contradicciones y se
tendrá puestas anteojeras, sólo verá lo que está directamente en frente: “uno se tiene
puestas anteojeras”, dice. Pero, “Por otro lado, si uno ve las cosas con un enfoque
dialéctico materialista, correcto, reconoce que pueden suceder muchas cosas no
esperadas y siempre tiene que mantenerse tenso ante esas posibilidades…” — y además
una parte muy concentrada al final de la oración y por ende quiero recalcarla, casi
palabra por palabra: “si uno ve las cosas con un enfoque dialéctico materialista, correcto,
reconoce que pueden suceder muchas cosas no esperadas y siempre tiene que
mantenerse tenso ante esas posibilidades mientras trabaja sistemáticamente por
transformar la necesidad en libertad”. Esa última parte encierra algo muy concentrado:
“reconoce que pueden suceder muchas cosas no esperadas y siempre tiene que
mantenerse tenso ante esas posibilidades mientras trabaja sistemáticamente por
transformar la necesidad en libertad”.
He aquí, de nuevo, otra contradicción: estar constantemente atento a la posibilidad de
que las cosas surjan inesperadamente, por así decirlo, por un lado, y a la vez, por el otro,
trabajar sistemáticamente para transformar la necesidad en libertad, sobre todo a la luz
de lo que se puede identificar como las principales contradicciones sobre las que
tenemos que trabajar para afectar en un momento dado o un período dado. Esa es una
contradicción muy importante y a veces puede ser una contradicción muy aguda, porque
uno puede estar tan absorto en lo que hace para intentar transformar lo que considera
como las cosas principales sobre las que hay que trabajar para transformar, en un
momento dado, y perder de vista estas cosas más grandes — y los acontecimientos
inesperados de plano le tomarán a uno por sorpresa o uno simplemente ignora esos
acontecimientos porque no encajan en su fórmula, en su limitado programa. Por lo que
cabe retomar esa última oración (en realidad la penúltima oración) de esos seis párrafos,
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en particular la última mitad de esa oración, y con seriedad analizarla, discutirla,
forcejear con ella, individual pero sobre todo colectivamente, una y otra vez.
Estos seis párrafos descansan sobre cierta base material. No se refieren solamente a un
enfoque de índole subjetiva que se basa en las ideas brillantes de alguien o en los
prejuicios de las personas o en sus propias inclinaciones idealistas acerca de cómo quiere
que sea el mundo y qué debería ser posible. Todo esto se basa en un enfoque científico
de analizar la realidad material, basándonos en las contradicciones concretas de la
realidad material y las posibilidades para la transformación que existen en la misma y
cómo eso están relacionado con la meta del comunismo.
Ahora bien, considerémoslo. ¿La meta del comunismo es simplemente una meta, y luego
vemos las contradicciones de la realidad objetiva y su relación con esa meta? No. La
meta misma se basa en un análisis de la realidad material, y su carácter contradictorio,
de una manera científica. Como se ha recalcado —pero parece que es necesario
recalcarlo muchas veces—, el entendimiento de que el comunismo es posible, necesario
y deseable se basa en un análisis de la realidad material y su carácter contradictorio y el
movimiento, la dinámica y la transformación que genera y el respectivo potencial de
alcanzar esta meta de una revolución que finalmente lleve al comunismo a escala
mundial.
Este enfoque fundamental es lo que se aplica, y se aplica de manera muy concentrada,
en estos seis párrafos — y no sólo en esos seis párrafos, no sólo se aplican ahí, sino que
lo que se aplica de manera muy concentrada ahí. Por eso también he dicho que estos
párrafos son una muy importante y esencial concentración de los puntos del enfoque
estratégico en un sentido general, pero también del método y la epistemología —la cual
está al centro de ese método— la epistemología científica que conduce al enfoque y
método científico.
Sobre esa base, continuemos y hablemos del enfoque estratégico de acelerar mientras se
aguarda. Ahora bien, para repetir, como he venido señalando, este enfoque está en
oposición, por un lado, al voluntarismo. No se trata de acelerar en el sentido de acelerar
una línea de montaje, de simplemente moverse cada vez más rápido y excavar un hoyo
en el cual caer más y más profundamente el que no llevará a ninguna parte. No se trata
de andar de un lado para otro en un frenesí con la orientación de, “Tenemos que hacer
la revolución, el mundo es terrible, rrr… rrr… la gente sufre, tenemos que…”. Sí,
tenemos que tener esa clase de pasión, pero no frenesí. Hay una diferencia importante
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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entre pasión y frenesí, porque un frenesí contradice y socava el enfoque científico.
Acelerar mientras se aguarda va contra el enfoque voluntarista que sostiene — bueno,
como dijo Mao muy ciertamente, “Tantas tareas por delante, todas tan urgentes”, por lo
que tenemos que ponernos a hacerlo todo ahora mismo sin ningún análisis materialista
de la realidad objetiva y dónde nos encontramos con relación a esa realidad objetiva y
qué es lo que podemos transformar que conducirá hacia dónde tenemos que ir, sobre una
base científica, a diferencia de simplemente lo que quisiéramos poder hacer. Es decir, si
solamente deseáramos hacer eso —simplemente hacer lo que quisiéramos hacer— pues
trataríamos de hacer una revolución ahora mismo, y saldríamos aplastados. Lo cual sería
muy malo. Tratar de tomar el poder en concreto en este momento sería muy malo y
desmoralizaría y desorientaría a las masas y perjudicaría toda la lucha, y no sólo en un
país en particular sino en el mundo entero, por mucho tiempo y de modo muy serio.
Por lo que tal voluntarismo, para repetir, es malo. Como se ha recalcado —pero de nuevo
parece que es necesario recalcarlo muchas veces—, el determinismo representa una
presión mucho más fuerte para desviarse del camino revolucionario. Y en efecto tiene
una conexión y una unidad fundamental con el idealismo, y con el voluntarismo en
particular, porque en efecto es una forma de idealismo — en efecto el determinismo es
una forma de idealismo. Puede expresarse como el materialismo mecánico, es decir, uno
ve la realidad objetiva pero la ve solamente como si fuera uniforme, sin contradicción,
sin cambio, sin movimiento ni transformación, etc. Por lo que puede manifestarse y tener
la forma del materialismo mecánico, pero además, en última instancia, tal materialismo
mecánico es una forma de idealismo, porque en verdad no analiza y sintetiza la realidad
objetiva de modo científico, y como resultado no reconoce su carácter contradictorio y
por ende, no ve la posibilidad de transformar las condiciones objetivas y no ve todo lo
que he comentado — no sólo las formas en que es posible transformar las cosas, sino
las formas en que las cosas las transforman otras fuerzas, fuerzas sociales y hasta fuerzas
“naturales” que operan constantemente, de acuerdo a sus propias contradicciones y
dinámica internas y la interacción de estas contradicciones.
Por lo tanto, de nuevo, lo que se concentra en esos primeros seis párrafos de la Segunda
parte de “Hacer y emancipar” tiene que ver directamente con nuestro enfoque estratégico
y concentra algunas cosas esenciales acerca de ese enfoque estratégico.
Hablemos un poco acerca de lo que es ese enfoque estratégico. Tratémoslo más
directamente. Hemos escrito acerca de este enfoque en varios lugares, en obras como
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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“Hacer y emancipar”, especialmente la Segunda parte, así como en “Pájaros y
cocodrilos”, Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar
más allá del horizonte (Primera parte:Revolución y el estado, y Segunda
parte: Construyendo el movimiento para la revolución), sobre todo, para repetir, en la
Segunda parte — pero además se expone de modo muy directo y concentrado en la
declaración “Sobre la estrategia para la revolución”, la que también es el suplemento del
tercer capítulo de Lo BAsico sobre la cuestión de la revolución.
“Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”
Veamos los diferentes elementos de esto — no simplemente por sí mismos como
elementos aislados, pero como parte de un enfoque estratégico general. Un elemento
clave de ese enfoque, que se enfatiza en la declaración “Sobre la estrategia para la
revolución”, se encierra, o se concentra, en la consigna “Luchar contra el poder, y
transformar al pueblo, para la revolución”. Ahora, en la entrevista que me hizo A.
Brooks, Lo que la humanidad necesita: La revolución, y la nueva síntesis del
comunismo, hablé sobre la relación, o importantes aspectos de la relación, entre luchar
contra el poder y transformar al pueblo, y que las personas se transformen a sí mismas,
y el papel crítico de que éstas se pongan de pie y luchen contra la opresión. Que, para
expresarlo de manera negativa, si las personas no se ponen de pie y no luchan contra la
opresión, habrá menos bases —en un sentido general, por cierto— para la revolución,
pero también menos bases para que las personas capten y estén abiertas a conocer y para
que deseen conocer la realidad en la que están atrapadas y lo que es necesario y posible,
en términos de transformar esa realidad. Así que en la entrevista se recalca ese punto, y
es un punto muy importante.
Pero lo que también señala, y lo que tiene mayor importancia en un sentido general, es
que las tres partes de esa consigna, por así decirlo, son importantes en sí como aspectos
de la consigna, pero su importancia más esencial es como un todo unificado — en otras
palabras, en su interrelación entre sí y en la totalidad de esta consigna, la cual es mayor
que cualquiera de las partes individuales o hasta mayor que la suma de sus partes, como
tal. En otras palabras, hay una interconexión dialéctica entre luchar contra el poder,
transformar al pueblo,y el hecho de que a final de cuentas este proceso tiene que
desenvolverse en una revolución — y, fundamentalmente por lo que se refiere a su
objetivo, es preciso que se esté encaminando hacia el objetivo de la revolución, porque
si no, los demás aspectos sufrirán reveses: el aspecto del pueblo que se pone de pie y
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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opone resistencia, la lucha contra el poder en ese sentido; el aspecto de las personas que
quieren conocer el mundo de forma más profunda y están abiertas a transformar su modo
de pensar y, de hecho, que se transforme su modo de pensar. Porque el marco y la
dinámica del sistema actual seguirán afectando a las personas y, sin una ruptura para
hacer una revolución en concreto, esta situación se volverá a imponer. Ya lo hemos
presenciado y, para repetir, al examinar la experiencia de los años 1960 a principios de
los 1970 y lo que ha pasado desde ese entonces — las cosas que algunos que éramos
activistas en ese tiempo nunca pudiéramos haber imaginado que iban a pasar en la
manera en que se han transformado las relaciones sociales, el que algunos cambios que
se lograron se han revertido, el que el modo de pensar de las personas se ha transformado
de una manera atrasada y reaccionaria a una escala muy amplia desde ese tiempo,
porque, pues, la revolución no se consumó, no se abrió camino hasta hacer la revolución,
no abrió brecha para llegar al otro lado, para citar la letra de esa canción.
Por lo que la consigna encierra un todo íntegro, y esas tres partes, los tres componentes
—“luchar contra el poder” y “transformar al pueblo” y “para la revolución”— están
interconectados. Pero la parte “para la revolución” es lo que le da a la consigna su
definición decisiva a final de cuentas. Así que eso es un punto importante.
Ahora, para repetir, es importante que las personas se pongan de pie y luchen, y los
ultrajes que este sistema comete continuamente contra las masas populares y también
contra el medio ambiente —por todo el mundo y no simplemente en un país— de hecho
crean una base para que las personas se pongan de pie y luchen. Pero, en sí y de por sí,
el mero hecho de que las personas son objeto de opresión y el sistema hace cosas
horrorosas, no hace en cada instancia que las personas se opongan resistencia, que
luchen contra el poder, por así decirlo; y por cierto no lleva a que se mantenga esa lucha.
Por lo que, por un lado, es necesario luchar contra los ultrajes del sistema, los viles
abusos del sistema, las injusticias y opresión del sistema y la explotación. Se trata de
contradicciones concretas en contra de las que hay que luchar — contra las que la gente
tiene que desarrollar lucha. Al mismo tiempo, si se aplica el enfoque de la ciencia del
materialismo dialéctico —no el enfoque de la “narrativa del comunismo”, pero el de la
ciencia del materialismo dialéctico—, es sabido que es necesario desarrollar todo eso,
en un sentido general y fundamental, hacia la meta de hacer una revolución, en camino
al objetivo final del comunismo a nivel mundial, a la vez que es muy importante trabajar
para unir al mayor número de personas que sea posible para luchar contra esos ultrajes,
quienes se conectarán con la lucha con diversos puntos de vista y en muchos casos, en
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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determinado momento, no estarán de acuerdo, o no estarán convencidos, de que es
necesario ir en la dirección de una revolución y el objetivo final del comunismo —algo
que es muy importante, lo que trataré en detalle en adelante. Si no intentamos unirnos
con todo aquel que está indignado o que es posible convencer qué tan escandaloso lo es
el hecho de que esas injusticias, explotación y opresión siguen en marcha, pues
socavaremos en un sentido fundamental nuestros objetivos básicos de hacer una
revolución, lo que no es nada más diseminar nuestra “narrativa” sino hacer lo que es
necesario en concreto para eliminar completamente y por fin todos esos ultrajes e
injusticias.
Bien, todo eso a lado, lo que es muy importante. Y lo he recalcado en otras ocasiones y
quiero recalcarlo de nuevo: Estos ultrajes son ultrajes reales y si esta situación no nos
generamás indignación en nosotros, los que nos decimos revolucionarios y comunistas,
o al mínimo no sentimos menos indignación que otras personas que no tienen un
conocimiento y enfoque comunista, pues no somos dignos de llamarnos comunistas, no
somos dignos de llamarnos revolucionarios. Si no tuviéramos un profundo odio y una
profunda pasión por eliminar esas cosas y luchar en su contra, desde antes y en todo el
camino a fin de eliminarlas completa y definitivamente, pues no seríamos
revolucionarios y no seríamos comunistas. Por cierto no deberíamos tener menos pasión
por esos ultrajes, menos indignación, que demás personas que en determinado momento
no tengan un conocimiento comunista y un método y enfoque materialista dialéctico
científico en cualquier momento dado. Así que quiero señalar eso — todo eso, a un lado.
Por el otro lado de la contradicción, si sólo manifestamos nuestro odio por esos ultrajes
de estas cosas, si sólo nos apasionamos solamente en la lucha en su contra y en la
movilización de otras personas y se activan otras personas para luchar en su contra, pero
que no exponemos en concreto —como parte de lo que nosotros hacemos, y no lo que
esperamos que hagan otras personas que no sean comunistas, sino, que quede claro,
como parte de lo que nosotros hacemos— que todo esto tiene que encaminarse hacia la
revolución y el objetivo final del comunismo, pues también traicionaremos a las masas
y a final de cuentas, dejaremos las cosas a la merced de las dinámicas de este sistema y
su estado y su clase dominante y a lo que este sistema hará con relación a esas
contradicciones a fin de resolver la situación de acuerdo a sus propios intereses en su
propio marco.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
21
Por lo que, para repetir, ésa es otra contradicción que tenemos que tratar correctamente.
Si nos equivocamos acerca de cualquiera de sus dos aspectos o acerca de la síntesis de
los dos aspectos, pues no podremos hacer lo que tenemos que hacer y en efecto y en
última instancia haremos daño en vez de lo que tenemos que hacer para dirigir
concretamente a las personas a ponerse de pie y luchar más y con mayor conciencia para
obtener, claro, su propia emancipación mediante la revolución en el camino al objetivo
final del comunismo. Por lo que eso es algo que quiero recalcar, sobre “Luchar contra
el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”.
El papel fundamental de transformar el modo de pensar de las masas populares
El otro punto que quiero subrayar es que en todo este proceso de “Luchar contra el poder,
y transformar al pueblo, para la revolución” y en todo el proceso general de construir el
movimiento para la revolución y construir el Partido como su núcleo dirigente, lo más
esencial y fundamental es transformar el modo de pensar no sólo de este u otro individuo
aislado —aunque luchar con los individuos puede ser y es parte de este proceso— sino
el papel fundamental de transformar el modo de pensar de bloques de personas, grupos
enteros de personas, de masas de personas en última instancia. Ahora bien, ¿qué quiero
decir al decir que es fundamental y lo más esencial? Seamos claros. No quiere decir que
esto sea el únicoelemento o aspecto importante de este proceso. También es importante
que la gente se ponga de pie y luche, como he venido enfatizando. Pero si lo
consideramos como un proceso general, deberíamos tener la posibilidad de reconocer
—y si nuestro enfoque es científico, sí lo reconoceremos— que para que la gente
siquiera se ponga de pie y luche, y por supuesto mantenga una lucha al enfrentarse a
distintos obstáculos y giros, curvas y vaivenes, y cosas así, será necesario transformar
su modo de pensar. Ahora bien, en algo que he escrito, planteé la pregunta, para
expresarla en términos muy básicos, concentrados y en cierto sentido sencillos:
¿Quiénes deberían participar, por ejemplo —un tema que trataré en adelante—, en las
iniciativas de masas que hemos emprendido: por un lado, para decirlo en términos cortos
y concentrados, en contra de la degradación de la mujer; y por el otro, la encarcelación
en masa y todas sus consecuencias? ¿Quiénes deberían participar en estas iniciativas de
masas? Y la respuesta es todos, y la formulé de esta manera: todos los que entienden —
o a quienes es posible ganar a ver— que los ultrajes contra los que estas iniciativas de
masas luchan son intolerables y que es necesario combatirlos. Y cabe entender —si bien
al parecer es necesario decirlo— que para nada esta lucha se limitaría a los comunistas
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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y a unas pocas personas de su entorno. Es preciso que incluya a una creciente cantidad
de personas, centenares de personas y muy pronto miles y finalmente millones de
personas.
Pero examinemos esa formulación: que entienden — o a quienes es posible ganar a ver.
Bueno, lo que eso supone, particularmente en esta parte entre guiones —“o a quienes es
posible ganar a ver”—, es que es necesario llevar lucha con las personas. A menudo es
necesario llevar lucha con las personas para que reconozcan estos ultrajes, hasta
de verlos en ocasiones, debido a la manera en que funciona este sistema y cómo deja
ciega a la gente, y cómo en muchos sentidos anima a la gente a cegarse a sí misma, para
que no vea muchos ultrajes así. Por lo que hay que luchar con las personas en muchos
casos para que nada másreconozcan estos ultrajes, y de ahí que los
reconozcan como ultrajes, y además que reconozcan que no los han causado las personas
sometidas a los mismos. Aun antes de que empiecen a comprender todo esto
científicamente, la forma en que todo esto surge del sistema y se engloba en la dinámica
del sistema, todavía es necesario —y todos los que han hecho tal trabajo lo saben—
llevar lucha con las personas para que vean la necesidad de combatir estas cosas y que
entiendan que los que sufren la opresión no son los responsables, no la causan, no es su
“responsabilidad personal” — y para que vean todas las otras líneas en juego, la
necedades que desvían a las personas de entender correctamente, en un sentido básico,
inclusive el hecho de que estas cosas constituyen una injusticia. Es necesario transformar
el modo de pensar de las personas. ¿Y cómo se transforma su modo de pensar? Por
medio de la lucha (retomaremos este punto). En la abrumadora mayoría de los casos, en
las masas populares, ésta es una lucha no antagónica, no es una lucha con el enemigo,
pero sí es lucha, y a veces es lucha muy aguda, y a veces y en muchos sentidos es una
lucha implacable.
Por lo que inclusive para motivar a las personas a actuar — lo que incluye a los que son
las víctimas directas, por así decirlo, de esta opresión, a menudo y en general es
necesario llevar mucha lucha con estas personas para hacer que se pongan de pie y
luchen contra estas cosas. Yo leía algo, creo que era de nuestro sitio web, acerca de
algunas personas que hablaban con unos jóvenes básicos sobre la encarcelación en masa
—la encarcelación en masa, la brutalidad policial, la criminalización de la juventud,
etc.—, algunos jóvenes que están directamente bajo la bota, en el sentido literal, y les
preguntaron: “Bien, ¿qué piensan acerca de esto?” Y uno dijo: “No tengo ideas acerca
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
23
de eso”. Otro dijo: “Bueno, no me gusta, pero no hay nada que se puede hacer al
respecto”.
Ahora bien, para hacer que las personas se pongan de pie y luchen contra el poder, será
necesario llevar lucha contra eso. Y como ya hemos comentado, hay presiones una vez
que la gente sí comienza a actuar en los movimientos de masas, en las luchas que surgen
en torno a estas contradicciones, hay esos esfuerzos de cobijarse bajo el ala de la
burguesía. Además, la burguesía, o sus representantes políticos y literarios, ponen
obstáculos o inducen a las personas para que caigan en trampas, o pronuncian frases
melosas o responden a una contradicción acerca de la encarcelación en masa y el
asesinato de jóvenes negros y latinos por parte de policías o justicieros vigilantes,
diciendo: “El problema es que tenemos que hacer que los varones caminen derecho y
sean mejores patriarcas”. Muchas gracias, presidente Obama, por un análisis nuevo y
muy perspicaz que dirigirá a la gente a la liberación. Para usar una trillada frase de
antaño: ¡¡¡PARA NADA!!!
Por lo que en estos casos, no obstante habrá lucha continua por todas estas razones. Y
eso está relacionado dialécticamente con luchar contra el poder, ponerse de pie y luchar,
oponer resistencia. Piénselo: Cuando las personas sí se pongan de pie y luchen o vean a
otras poniéndose de pie y luchando, se trata de otra forma en que (para retomar el tema
con el que comencé) la materia se transforma en conciencia. Hay lucha sobre este tema
— la gente lo ve y dice: “Ah, quizás sea posible hacer algo al respecto. Yo creía que a
nadie le importaba; ahora veo que a otras personas sí les importaba”. Se trata de un
cambio de su conciencia. Ahora, habrá lucha sobre en qué dirección va esa conciencia
y el que vuelva al marco burgués o el que se inicie un movimiento serio para llevarlo
hacia donde tiene que ir. Se trata de transformar el modo de pensar de las personas —y
para repetir, no se trata solamente de un individuo por aquí o por allá, si bien eso puede
tener importancia en cierto contexto— sino de bloques de personas, de grupos de
personas, de masas de personas. Por lo que, cuando cambie el modo de pensar de las
personas, éstas se sienten más impelidas a actuar de ciertas maneras.
Se trata de un estire y afloje dialéctico en desarrollo, mediante el cual, en un sentido
general, se transforma el modo de pensar de bloques de personas — como un hilo que
lo recorre todo, que es fundamental para todo eso en un sentido general. No se trata de
que simplemente tengamos que salir a sermonearles a las personas para que cambien su
modo de pensar, como los reverendos, curas o lo que sea. Como aquellos que dicen:
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
24
“Hagamos que las personas cambien su modo de pensar para que se conformen con un
gran diseño que tenemos”. No. Se trata de llevar lucha con las personas para que vean
el mundo tal como es, de manera más profunda y de manera más integral y
comprehensiva y para actuar en consecuencia, para transformar su modo de pensar
mientras actúan. Y por cierto, para que las personas empiecen a ver la base y la necesidad
de la revolución y que la revolución es deseable, por así decirlo, tiene que haber
muchísima lucha a continuo. Y, de nuevo, quiero subrayar lo siguiente: por un lado, y
como lo más esencial, luchar por transformar el modo de pensar de las personas en lo
más fundamental para que reconozcan la necesidad y la posibilidad y la deseabilidad de
una revolución que avance hacia el objetivo del comunismo, mientras en cada punto, en
relación dialéctica, vamos uniendo y activando a las personas de la manera tan amplia
que sea posible para emprender lucha en torno a los ultrajes del sistema y en su contra,
en particular cuando estos ultrajes se expresen en concentraciones de importantes
contradicciones sociales. En ese proceso general, la lucha por transformar el modo de
pensar de bloques de personas es lo más esencial y fundamental — pero es lo más
esencial y fundamental en ese proceso general y en la dialéctica de ese proceso. No lo
digo como una cosa en sí ni como algo guardado para ocasiones especiales, pero como
algo fundamental en este proceso general. Por lo que eso es algo que quiero recalcar
muy fuertemente.
Lo que estamos haciendo hoy y “Sobre la posibilidad de la revolución”
El siguiente punto que quisiera tratar —que es algo que se examinaba en el reciente
discurso y película, REVOLUCIÓN — ¡NADA MENOS!, y también en la Segunda parte
de “Pájaros y cocodrilos”— es la relación entre todo lo que estamos haciendo hoy y
“Sobre la posibilidad de la revolución”. Es decir: cuando las condiciones objetivas sean
radicalmente distintas, de modo que todo esté al borde de un situación revolucionaria o
esté transformándose concretamente en dicha situación y, como una característica
esencial, exista un pueblo que al menos tiene inclinaciones revolucionarias —un pueblo
de muchos millones de personas que al menos tienen inclinaciones revolucionarias,
quienes buscan un cambio radical— cómo es que en tal momento, la tarea clave y el eje
de todo serían desarrollar y emprender concretamente la lucha por tomar el poder. En
este período hoy, ése no es el objetivo directo, no es la tarea fundamental e inmediata.
Pero ¿qué relación tiene lo que estamos haciendo hoy en este período, cuando estamos
llevando a cabo la estrategia para la revolución, desarrollando el proceso dialéctico de
“Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución” y transformando
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
25
el modo de pensar de bloques de personas como el eje de ese proceso dialéctico general
— qué relación tiene todo eso con lo que expone el documento “Sobre la posibilidad de
la revolución” cuando éste habla de la lucha por tomar el poder cuando surjan las
necesarias condiciones objetivas, incluida el surgimiento de un pueblo revolucionario,
o al menos un pueblo con inclinaciones revolucionarias, de muchos millones de personas
que buscan activamente un cambio radical?
Bueno, obviamente podríamos tomar este tema no simplemente para una discusión, pero
para una serie de discusiones en desarrollo y en sí. Pero aquí solo quiero tocar algunos
puntos claves. Primero, el hecho de que hay, y tiene que haber, una relación, una relación
dialéctica, entre estas dos cosas — entre todo lo que hacemos durante este período y lo
que concentra el documento “Sobre la posibilidad de la revolución”, que examina la
lucha por tomar el poder cuando ésa esté a la orden del día, cuando esas condiciones
existan — las cuales, repito, son radicalmente distintas a las que existen hoy. Y enfatizo
que es importante precisamente que las personas capten correctamente el hecho básico
de que existe una relación en desarrollo, que no se trata de que lo que hacemos hoy está
por este lado de alguna manera, en alguna burbuja cerrada, digamos, y que por ese otro
lado, de alguna manera totalmente separada del otro, como algo que solo existe para
algún futuro indefinido y abstracto, está la cuestión de “Sobre la posibilidad de la
revolución” y lo que ese documento concentra.
Sí, tiene que haber un cambio cualitativo. Sí, las situaciones son cualitativamente
distintas —no debería haber ninguna confusión al respecto— no se trata simplemente
de un continuo, sin saltos cualitativos, ni en la situación objetiva ni en la naturaleza de
las tareas de los comunistas, los retos de la revolución, por así decirlo. Pero las dos
situaciones están relacionadas. Si no fuera así, ¿para qué hacer lo que hacemos? Si no
estamos trabajando concretamente para acelerar mientras se aguarda —para acercar y
ayudar a transformar las condiciones hacia una situación revolucionaria y para estar en
la mejor posición posible para afectar esa situación cuando surja— pues, ¿con qué fin
hacemos cualquiera de las cosas que hacemos? Una vez más, volvamos a la polémica
contra Alain Badiou. Si no se hace una revolución, si ésta no resulta en la derrota y el
desmantelamiento de las relaciones e instituciones de explotación, opresión y represión
de este sistema y a su reemplazo por relaciones, instituciones, procesos y dinámicas
revolucionarios, pues todo lo de hoy continuará, como dice la polémica. En otras
palabras, el mundo seguirá funcionando tal como funciona hoy, con el engranaje del
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
26
imperialismo operando al fondo —el capitalismo-imperialismo operando al fondo—
aplastando vidas y quebrantando espíritus (para parafrasear).
Así que todo eso tiene un propósito. Ese propósito no es simplemente una revolución en
el sentido que se usa a veces hoy, en el sentido de un cambio de gobierno — un cambio
de quién gobierna o hasta un cambio en la forma del gobierno burgués opresivo y
explotador existente y del sistema de capitalismo-imperialismo y de los sistemas de
explotación relacionados que dicho sistema de gobierno refuerza. Tal cambio no es una
revolución. Un levantamiento popular, aun cuando millones de personas están en la calle
clamando sinceramente por un cambio, no constituye en sí una revolución y no llevará
a una verdadera revolución. En otros lugares, he señalado lo que es y lo que no es una
revolución. Se trata del derrocamiento del sistema existente, la derrota y el
desmantelamiento de sus fuerzas de represión y de sus fuerzas concentradas de violencia
que se usan para reforzar el sistema actual y el reemplazo de todo eso por un sistema
radicalmente distinto — un sistema radicalmente distinto en lo económico, en las
relaciones sociales, en las instituciones y procesos políticos, y en la cultura y modo de
pensar de la gente. Eso es lo que significa una revolución. Y si no estamos
preparándonos para esa revolución, pues, aparte de desperdiciar nuestro tiempo y el de
las masas, estamos haciendo algo más, algo peor — estamos dirigiendo a las masas una
vez más al mortífero redil del sistema existente y a su aparato e instituciones de brutal y
violenta fuerza y represión que lo mantienen.
Así que lo que estamos haciendo, para volver al tema de acelerar mientras se aguarda,
es, para repetir —tal como concentran esos seis párrafos al comienzo de “Hacer y
emancipar” (Segunda parte) sobre los cuales hablé anteriormente—, transformar las
condiciones objetivas al mayor grado posible en cualquier momento determinado, y a la
vez mantenernos atentos a los cambios que surjan de factores más generales, del
desarrollo de otras contradicciones y de otras fuerzas que trabajen para afectar esas
contradicciones desde su propio punto de vista y con sus propios objetivos. Queremos
transformar las condiciones para no estar simplemente aguardando de una manera
pasiva, sino para cambiar la situación concretamente de un modo que acelere —sobre
una base materialista, sin esfuerzos de aplicar el voluntarismo— pero sobre una base
materialista, de modo que acelere las cosas concretamente hacia el desarrollo de una
situación revolucionaria y el surgimiento de un pueblo revolucionario de millones y
millones de personas; y también preparar a un número creciente de las masas y a su
dirección, al partido de vanguardia como el núcleo del movimiento para la revolución,
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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prepararlas para aprovechar esa situación revolucionaria cuando de hecho surja, no
simplemente por medio de nuestro trabajo, pero por medio de ese proceso general que
yo estaba examinando y el cual se expone de manera concentrada en los primeros seis
párrafos de la Segunda parte de “Hacer y emancipar”. Eso es lo que significa acelerar
mientras se aguarda.
Estamos trabajando con un propósito. No carecemos de rumbo. No carecemos de
propósito. Repito, no estamos siguiendo ninguna fórmula ni procedimiento fijo, no es
un enfoque lineal —en el cual hacemos esto, hacemos lo otro, y avanzamos un
centímetro, después cuatro centímetros— o seamos un poco más dialécticos que ese
enfoque revisionista, de modo que en lugar de avanzar un centímetro y luego otro
centímetro, CARAMBA, avanzamos un centímetro y después ocho centímetros más
hacia el socialismo con el mismo enfoque de línea recta. No. Se trata de trabajar
concretamente para transformar las condiciones para que sean más favorables para la
revolución, en el contexto de todo lo discutido respecto a lo que está pasando en el
mundo objetivo general — todo lo discutido en esos seis párrafos (o que concentran los
seis párrafos) al comienzo de la Segunda parte de “Hacer y emancipar”. Se trata de hacer
eso, por un lado, mientras además preparamos a un creciente número de las masas, con
un creciente partido como núcleo que dirige a las masas, prepara el terreno para la
revolución, para que cuando la situación madure — cuando en ese momento, por medio
de nuestro trabajo y esas dinámicas más amplias, en efecto surja el cambio cualitativo o
la posibilidad de trabajar directamente para transformar la situación en una situación
revolucionaria, y así tengamos la base más fuerte posible para aprovechar concretamente
tal situación y luchar hasta el final y triunfar.
Con eso regresamos al punto de que todo lo que hacemos es preparación para ese futuro.
Todo lo que estamos haciendo es preparación — no estamos preparándonos en el sentido
directo, no estamos organizando fuerzas directamente en la esfera particular de una lucha
total para tomar el poder en estos momentos. Pero estamos trabajando de manera
omnímoda para acumular fuerzas para la revolución aceleradamente, y no de una manera
lenta, gradual y lineal, sino de una manera omnímoda y acelerada.
Así que, mirándolo por un lado —y esto es importante— existe una diferencia cualitativa
entre las condiciones objetivas, lo que incluye el estado de ánimo de las masas y lo que
éstas están preparadas a hacer y lo que el partido concretamente está preparado a
dirigirlas a hacer en este período actual, por un lado, y por el otro una situación
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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cualitativamente distinta, una situación revolucionaria y unas masas con inclinaciones
revolucionarias. Ésas son dos cosas cualitativamente distintas; no son simplemente una
extensión lineal de un mismo continuo. Implican saltos cualitativos a lo largo del camino
y un gran salto cualitativo a una situación revolucionaria y un pueblo revolucionario.
Por otro lado, no las separa una barrera absoluta. Y lo que estamos haciendo ahora es
trabajar activamente, repito, para acelerar los cambios en la situación objetiva y en la
conciencia y la organización de las masas populares y de su partido de vanguardia en
preparación para ese momento, y al mismo tiempo trabajar para acercar y acelerar el
desarrollo de las contradicciones hacia ese momento en que surja tal situación
cualitativamente distinta y las tareas de los comunistas se vuelvan cualitativamente
distintas en una forma muy comprimida y concentrada, aunque, como se enfatiza en
“Sobre la posibilidad de la revolución”, la lucha concreta por tomar el poder será algo
más prolongada que lo que se entendía antes y no será simplemente una cuestión de
insurrecciones urbanas simultáneas y después el establecimiento muy rápido de un
régimen revolucionario.
Y, de nuevo, vale la pena volver al artículo original “Sobre la posibilidad de la
revolución” y a lo que REVOLUCIÓN — ¡NADA MENOS! dice sobre eso y también
“Pájaros y cocodrilos” y estudiar a fondo y explorar y forcejear con lo que dicen. Y
después forcejear con la cuestión que estoy comentando ahora sobre qué relación tiene
eso con lo que estamos haciendo hoy, aunque la situación y las tareas, por así decirlo,
son cualitativamente distintas a las que se darían en esa situación futura.
Así que quiero darle mucho énfasis a ese punto, porque — fíjese, es posible ver en
microcosmo, lo que es un punto muy importante, aunque la situación es cualitativamente
distinta hoy, al menos algunas características que una situación revolucionaria tendrá y
cómo será la lucha de vida o muerte en ese futuro momento, no solamente en los
representantes y los brazos ejecutores directos del sistema existente, en sus políticos y
todo su aparato estatal de represión violenta, pero también en las demás fuerzas sobre el
terreno, quienes, de un modo amplificado —al igual que nosotros estaremos trabajando
sobre una base amplificada— también estarán trabajando sobre una base amplificada
para transformar las contradicciones hacia el fin que ellas quieren — los varios
representantes políticos y literarios de diferentes capas sociales, la pequeña burguesía, y
también la pequeña burguesía y el sector burgués en los pueblos y naciones oprimidos.
En ciertas formas ya están operando sobre el terreno, muchas veces directamente y
algunas veces muy despiadadamente en oposición a lo que queremos hacer para atraer
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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y capacitar a las masas con un conocimiento y un programa concretamente
revolucionarios y para acumular fuerzas para la revolución de esa manera. Pero además,
esas fuerzas simplemente están en general en el terreno para ganar adeptos a su
programa, el cual es objetiva y a veces muy directamente en oposición a las maneras en
que nosotros trabajamos para dirigir a las personas a reconocer sus intereses más
fundamentales y actuar en sintonía con éstos. Por lo que al igual que eso ocurre hoy,
también ocurrirá de una manera amplificada cuando llegue el momento de la revolución.
Fíjese, Lenin señaló que una revolución no es algo sencillo, en que un ejército se forma
por aquí y dice: “estamos por el imperialismo”, y otro ejército se forma por allá y dice:
“estamos por el socialismo”, y después se lanzan al ataque. Habrá toda clase de fuerzas
diferentes sobre el terreno, y será posible ganar a algunas fuerzas a tomar partido con
nosotros o al menos ganarlas a adoptar una neutralidad amistosa, y otras terminarán por
pasar al lado de la burguesía — del viejo sistema y la vieja clase dominante. Otra vez,
en esa situación se aplica la declaración de Lenin: “nadie puede decir de antemano
exactamente” —y sería un error tratar de preverlo con exactitud— pero sí podemos
decir, en términos muy básicos: estamos en una contienda no solamente con los
representantes políticos y literarios directos y, sí, los representantes y fuerzas represivos
del sistema existente de opresión y explotación, sino también con muchas otras fuerzas
de clase que no sean de la clase dominante, pero que representan programas e intereses
que terminarán por capitular —al quedar a la merced de su propia dinámica, por así
decirlo— y en algunos casos, terminarán por ser objeto del activo reclutamiento en las
fuerzas de la contrarrevolución en compañía de la clase dominante del viejo sistema.
Estamos trabados en un lucha, obviamente, con los representantes del viejo sistema. Es
una lucha antagónica. Aunque la lucha hoy no se trata de la toma del poder, los intereses
fundamentales en juego son antagónicos. También estamos en muchas diferentes luchas
—incluida en particular la lucha ideológica, pero también una lucha que a final de
cuentas se da en torno a las políticas y los programas prácticos de diversas luchas
inmediatas— con muchas diferentes fuerzas en la sociedad que representan un abanico
de intereses, que no pueden romper en lo fundamental con los confines mortales del
sistema existente y que llevarán a las personas una vez más hacia dichos confines. Y
aunque la conexión no es lineal, existe definitivamente una conexión entre cómo se libra
esa lucha hoy y también a lo largo del camino de acelerar mientras se aguarda, y después
de una manera amplificada y concentrada — pues tomará una forma concentrada y
amplificada, dará un salto cualitativo, cuando surjan concretamente una situación
revolucionaria y un pueblo revolucionario.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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Así que no se trata de que los términos de hoy sean exactamente iguales a los que
operarán en esa situación, y de nuevo el punto de Lenin es aplicable, “nadie puede decir
de antemano con exactitud” dónde terminarán y cómo se alinearán todas esas fuerzas —
ésa también es una cuestión de lucha y de influencias desde diferentes lados. Así que no
se trata de que todo se desarrolle en línea recta, por un lado. Por el otro, tampoco se trata
de que no exista ninguna conexión; definitivamente existe una conexión. Existe una
conexión definitiva en esa dimensión, y en general, entre todo lo que hacemos y el que
una situación revolucionaria madure plenamente o no y de ahí el que las fuerzas de
vanguardia de la revolución comunista puedan aprovechar la situación para dirigir a las
masas a abrir paso para hacer un avance emancipador concreto, mismo que rompa con
los confines mortales del orden existente y del sistema existente y sus instituciones y su
aparato y derrote sus fuerzas represivas violentas.
Así que deberíamos ver eso, no de una manera lineal —eso sería un error, por un lado—
pero un peligro aún mayor sería no ver la conexión entre todo lo que estamos haciendo
a lo largo del camino, y lo que ocurrirá y lo que será posible cuando se dé un cambio
cualitativo hacia una situación revolucionaria y el surgimiento de un pueblo
revolucionario. Si usted piensa que nada más va a continuar con lo que está haciendo en
algún rincón de la sociedad y que de repente unas grandes revueltas van a convulsionar
toda la sociedad, ni hablar de una situación revolucionaria, y todos nada más van a pasar
a su lado porque usted tiene mejores ideas, pues en términos fundamentales usted estará
traicionando a las masas, lamento decirlo. Si usted no está trabajando activamente para
transformar las condiciones, lo que incluye el modo de pensar de las personas y las
causas por las que un creciente número de personas se están organizando concretamente,
pues usted no está preparándose para una revolución, y no solo no se está preparando
para ésta, en efecto usted se está preparando para un desastre en caso de que estalle una
gran convulsión de la sociedad, inclusive una que lleve a una situación revolucionaria.
Preparar mentes y organizar fuerzas, acumular fuerzas para la revolución
Estamos trabajando activamente sobre el terreno para preparar, como dijo Lenin —o en
realidad Lenin dijo organizar fuerzas y preparar mentes— y lo cambiamos para expresar
más correctamente la dialéctica en un sentido general: preparar mentes y organizar
fuerzas para la revolución. Eso es lo que estamos haciendo activamente, trabajando para
transformar las condiciones objetivas y trabajando para transformar al factor subjetivo,
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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es decir el Partido, cualitativa y cuantitativamente, o sea, transformarlo para que se base
cada vez más en cimientos científicos y que sea en verdad la vanguardia comunista
revolucionaria que necesita ser y desarrollar y hacer ingresar a cada vez más personas a
las filas del Partido sobre esa base y ninguna otra. Y también desarrollar a cada vez más
masas y ganarlas cada vez más a que se muevan en una dirección revolucionaria y
ganarlas a un entendimiento revolucionario y a que actúen según ese entendimiento.
Eso es lo que estamos haciendo — nada más. No se trata de, pues, tenemos unas tareas
y salimos y hacemos un poquito acá y un poquito allá, sin ninguna conexión con un
enfoque estratégico. Eso se hace con exagerada frecuencia, pero no es lo que es
necesario hacer, no es lo que urge hacer. Lo que urge hacer es preparar mentes y
organizar fuerzas, de la misma manera en que estamos luchando contra el poder y
transformando al pueblo para una sola cosa: la revolución — aunque muchas personas
con las cuales estamos uniéndonos no están a favor de esa revolución en cualquier
momento dado, y así es la dialéctica, la naturaleza de las contradicciones que estamos
tratando y eso es el método materialista dialéctico que necesitamos para manejar
correctamente esas contradicciones. Estamos preparando mentes y organizando fuerzas
para la revolución.
En otras palabras, estamos acumulando fuerzas para la revolución. Eso es muy
importante. Es uno de los criterios importantes por los cuales debemos medir lo que
estamos haciendo. ¿Estamos acumulando fuerzas concretamente? No sólo acumulando
fuerzas para cualquier cosa sino concretamente, en este proceso general —no que toda
persona con la que trabajemos en cualquier lucha particular o cualquier iniciativa de
masas particular, no que toda la gente o quizás la mayoría de la gente en cualquier
momento dado esté a favor de la revolución— sino que, por medio de ese proceso
general, del cual he hablado en muchas dimensiones, ¿estamos concretamente
acumulando fuerzas las que capten más y más conscientemente la necesidad y la base
para la revolución y que trabajen activamente para acercar esa revolución y de ahí
llevarla a cabo en concreto, cuando llegue el momento y la situación sea
cualitativamente diferente: para derrotar y desmantelar concretamente el viejo sistema
y sus fuerzas de represión violenta y crear un sistema radicalmente diferente — estamos
acumulando fuerzas que estén trabajando cada vez más conscientemente y en concreto
hacia esa meta y que sean parte del proceso en el que avancen en una dirección
revolucionaria y que den el salto de ingresar al Partido como parte de ese proceso? Pues
al fin y al cabo, la fuerza más esencial e importante que se necesita organizar en todo
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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eso —y no se entiende este punto tanto como se necesita— digo, no la única fuerza en
sí, sin descuidar lo demás que hay que organizar, sino en medio de ese proceso general
y en su núcleo, la fuerza más importante que hay que organizar es la fuerza de
vanguardia de la revolución comunista, y en Estados Unidos esa fuerza significa el
Partido Comunista Revolucionario.
ESTAMOS construyendo un movimiento para la revolución y estamos construyendo el Partido como su núcleo dirigente
Ahora que he establecido cierto fundamento, quisiera hablar, un poco más brevemente,
de varios puntos que surgen de unas ramificaciones o aspectos importantes de ese
enfoque estratégico general.
En primer lugar, quiero hablar de la consigna, “ESTAMOS construyendo un
movimiento para la revolución y estamos construyendo el Partido como su núcleo
dirigente”. Como cualquier otra cosa, sería posible convertir esta consigna en lo opuesto,
en algo sin sentido, sin vida, que en efecto dejara de llevar a cabo lo que la misma
consigna concentra. Para entender eso, fijémonos en la manera en que la consigna
presenta la palabra ESTAMOS, que está en mayúsculas. O sea, esa palabra tiene énfasis
especial. No dice “Estamos construyendo un movimiento para la revolución”, dice
“ESTAMOS construyendo un movimiento para la revolución y estamos construyendo
el Partido como su núcleo dirigente”. ¿Por qué lo presenta así? ¿Por qué pone énfasis en
“ESTAMOS”? Pues, enfatiza una orientación activa, de que eso es lo que estamos
haciendo. No estamos pidiendo permiso a nadie — claro que no le pedimos permiso a
la clase dominante pero tampoco a las masas. No estamos haciendo una encuesta para
saber si la gente opina que se trata de una buena idea. No estamos preguntándoles a las
personas si estarían conformes con que lo hagamos. No estamos averiguando cuántas
personas digan, “Estoy a favor”, para de ahí determinar si es una buena idea o no. Nada
de esa epistemología populista ni otros enfoques incorrectos están concentrados en lo
que esa consigna representa y debe representar. Expresa una orientación:Esto es lo que
estamos haciendo.
¿Por qué lo estamos haciendo? ¿Debido a que es “nuestra cosa” o porque en los años
sesenta algunos nos inspiramos con la idea de la revolución y por tan tercos no la hemos
abandonado? Por ejemplo, como los soldados del antiguo emperador japonés Hirohito
que no recibieron la noticia de que la guerra se había terminado (la Segunda Guerra
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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Mundial). ¿Qué no hemos recibido la noticia de que la revolución ya se terminó, que ya
falló? ¡No! Se debe a que, repito, un método y enfoque científico materialista dialéctico
nos dicen que la revolución es necesaria pero también posible para emancipar a la
humanidad, no sólo por las actuales condiciones y las actuales relaciones de opresión y
explotación, sino por los miles de años, como quien dice, de las cadenas de la tradición.
Así que eso tiene un fundamento científico, y sobre esa base científica —de nuevo
retomamos el punto básico— ¿qué es esa base, sobre qué base estamos trabajando?
Sobre ese fundamento científico, con ese método y enfoque científico, que nos lleva a
entender que una revolución es necesaria y también posible — no es algo predestinado,
no es algo religioso destinado a generarse por fuerzas sobrenaturales, o simplemente por
nuestras buenas intenciones o la fuerza de nuestra voluntad o determinación, sino algo
que podemos establecer científicamente como necesario y también posible. Esa es la
base sobre la cual trabajamos; y por eso, cuando vamos a las masas populares — no se
trata de que no importe lo que la gente piensa, pues, Lo BAsico 4:11, pero lo que piensa
la gente no determina la realidad. Por lo que al ir a las masas, no les estamos pidiendo
permiso o averiguando si piensan que es una buena idea, les estamos diciendo: he aquí
es lo que estamos haciendo porque es necesario y también posible. Eso es lo que se
necesita para eliminar todos los horrores que la gente está sufriendo.
Eso tiene que ser nuestra orientación activa, y entusiasta — y sobre una base científica.
No nos importa lo que digan una bola de representantes burgueses y una bola de malditos
oportunistas y otra gente. Sí le ponemos atención, porque es parte de la realidad objetiva
con la cual tenemos que lidiar. Pero lo que dicen no determina lo que estamos haciendo
o nuestro enfoque. Lo que hacemos se determina científicamente, y nuestro entusiasmo
y pasión respectivos surgen de esa ciencia y de reconocer —repito, sobre una base
científica— que el mundo es un horror pero además, es totalmente innecesario que sea
así, y se podría ser radicalmente diferente y mucho mejor.
Así pues, eso es el primer punto. ¿Por qué recalcar “ESTAMOS”? Debido a que lo
ESTAMOS haciendo — y carajo, más vale que lo estemos haciendo. Se trata de lo que
estamos haciendo, y, en cierta forma, si en un momento dado si a alguien no le gusta,
pues eso es su problema. Ahora bien, eso no significa descartar o tratar a ese alguien
como enemigo porque no está de acuerdo. Sin embargo, eso no va a impedir que
hagamos lo que estamos haciendo. Ni siquiera nos hace vacilar, aunque en un momento
dado no les guste a un montón de personas quienes deberían estar a favor. No nos hace
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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dudar. ESTAMOS construyendo un movimiento para la revolución, y usted debería
conectarse con este movimiento y he aquí las razones. Esto abarca todos los
componentes de los cuales he hablado y hablaré en ciertos aspectos en adelante. Pero he
aquí su meollo: ESTAMOS haciéndolo porque es lo que se necesita y tiene un
fundamento científicamente establecido, se basa en un método científico y un análisis y
una síntesis científicos. Ello, en primer lugar. ESTAMOS construyendo un movimiento
para la revolución y estamos construyendo el Partido como su núcleo dirigente. No se
trata de que “estamos considerando hacerlo”. No estamos hablando nada más de hacerlo.
No se trata de que “Te hablaremos acerca de eso, en caso de que tengas la bondad de
escucharnos unos minutos o visitar nuestra librería”. ESTAMOS haciéndolo. Así que
ello, en primer lugar. Se trata de un punto básico de orientación.
De ahí está el hecho de que se cambió recientemente esta consigna, es decir, se le agregó
algo. La consigna publicada durante varios años era, “ESTAMOS construyendo un
movimiento para la revolución”. Pero se le ha cambiado de “ESTAMOS construyendo
un movimiento para la revolución”, agregando “y estamos construyendo el Partido como
su núcleo dirigente”. ¿Por qué? Por lo que yo recalcaba anteriormente — de todas las
expresiones organizadas de acumular fuerzas, la más importante es el mismo partido —
que sin un partido basado en la ciencia del comunismo como se ha desarrollado por
medio de la nueva síntesis del comunismo, sin un partido basado en el método y enfoque
científico del materialismo dialéctico, nada de eso, nada de los despertares, nada del
cuestionamiento, ninguno de los levantamientos, ni tampoco de las convulsiones en la
sociedad, puede llegar hasta donde tiene que llegar. Si no se construye el partido
activamente por todo el camino, en relación dialéctica con la construcción del
movimiento revolucionario más amplio, pues aunque surja una situación revolucionaria
o al menos el potencial inmediato de que surja —aunque sacuda a la sociedad una crisis
de la cual la clase dominante no tenga una salida fácil y a la cual la empeore cada
maniobra de la clase dominante— aunque tal crisis surja, no habrá ninguna posibilidad
de resolverla al servicio de los intereses fundamentales de las masas del pueblo, no sólo
en Estados Unidos sino en todo el mundo, y en última instancia toda la humanidad.
Por lo que no sólo salimos a emprender la construcción de un movimiento — lo que no
es un movimiento en general sino un movimiento para la revolución, “Luchar contra el
poder, y transformar al pueblo, para la revolución”, “preparar mentes y organizar
fuerzas, acumular fuerzas para la revolución” — ESTAMOS construyendo un
movimiento, pero no solamenteconstruimos un movimiento, ESTAMOS construyendo
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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un movimiento para la revolución, y ESTAMOS construyendo el Partido como su
núcleo dirigente. Todas esas cuestiones suscitan contienda y lucha, en las cuales que
debemos entrar muy activa y positivamente con entusiasmo. ¿Por qué? ¿Debido a que
nuestra idea es mejor que la de los demás? No. Debido a que nuestra idea, cabe repetir,
tiene una base científica. Es un reflejo correcto de la realidad y del movimiento
contradictorio y la dinámica contradictoria de la realidad, y la dirección en que es posible
llevar la situación, por medio de toda la lucha que supone, lo que en concreto beneficiaría
a los intereses de las masas del pueblo y en última instancia toda la humanidad.
Ahora bien, uno podría decir la frase “los intereses fundamentales de la humanidad” —
pero, fíjese, eso se plasma en las lágrimas de las madres y padres cuyos hijos son
asesinados a balazos en la calle. Se plasma en el horror de que traicionan a una niña, la
venden y la mantienen presa en la esclavitud sexual. Se plasma en los cadáveres hechos
añicos por ninguna razón que valga la pena en las guerras libradas por esos imperialistas
y otros reaccionarios. Se plasma en rechazar la destrucción del medio ambiente que está
ocurriendo. De eso estamos hablando cuando hablamos de los intereses fundamentales
de las masas del pueblo. No se trata de una formulación abstracta. Sí es una formulación,
es una formulación científica, es una abstracción en el sentido correcto, es una
abstracción teórica que concentra la realidad. Pero esa realidad abarca tanto sufrimiento
de las masas del pueblo, y todas las formas en que el sistema perpetra y perpetúa ese
sufrimiento y también el hecho de que todo eso no es necesario. Eso es lo significa esa
declaración, esa abstracción teórica — que la revolución comunista redunda en los
intereses fundamentales de las masas populares oprimidas, y en última instancia de toda
la humanidad. Es la realidad viva de esa frase.
Por eso, sobre esa base, sobre esa base científica, en efecto ESTAMOS construyendo un
movimiento para la revolución y en efecto estamos construyendo el Partido como su
núcleo dirigente.
Los miles y los millones
Bueno, ahora quiero hablar sobre la formulación en la declaración “Sobre la estrategia
para la revolución” que se puede describir de esta manera: los miles y los millones. Esto
guarda una estrecha relación — es decir, esto habla de la manera en que se puede atraer,
orientar y capacitar a miles de personas ahora de una manera revolucionaria y al mismo
tiempo influenciar a millones — que las acciones de esos miles influencien a esos
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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millones, y que a millones los influencie el trabajo general de un partido como el núcleo
de todo eso— todo lo que opera en una relación dialéctica con el mundo objetivo en
general, en la transformación y lucha por transformar dicho mundo, del modo que
mencioné al comienzo (y, una vez más, como lo concentran los primeros seis párrafos
de la Segunda parte de “Hacer y emancipar”).
Eso guarda una fuerte relación, para repetir, con la acumulación, o la no acumulación,
de fuerzas... ¿para qué? Para la revolución. ¿En efecto estamos trabajando para tener
únicamente una agrupación difusa y diversa de personas? No podemos llamar “miles” a
una agrupación diversa y amorfa, que no tiene ni forma ni sustancia, debido a que nuestra
declaración sobre la estrategia dice que deberíamos tener a miles de personas, por lo que
busquemos alguna manera vaga de afirmar que tenemos a miles de personas. ¡No! Se
trata de ganarse a miles de personas a la bandera de la revolución —pero no simplemente
ganárselas a la bandera en teoría, sino ganárselas al contenido concreto de esta
revolución, a lo que su método científico expone sobre la posibilidad y la necesidad, y
también el carácter, de la revolución— y ganárselas también a este método en sí, a este
método científico del comunismo como se ha desarrollado con la nueva síntesis del
comunismo.
Así que hay que activar a miles de personas que cada vez más estén adoptando como
suya esa bandera de la revolución en el sentido figurativo — pero a veces muy
directamente, en el sentido textual, manifestándola ante el mundo y luchando para
ganarse a su vez a otros. Éste es un objetivo concreto muy real: ganarse concretamente
a miles de personas ahora, en este período, para acumular fuerzas para la revolución, a
la vez influenciar a millones de personas en una dirección revolucionaria. Se trata de
una expresión y un aspecto crucial de acelerar mientras se aguarda. Tiene una estrecha
relación con lo que dije antes acerca de la relación dialéctica —no una relación lineal,
sino la relación dialéctica— entre todo lo que estamos haciendo ahora y lo que concentra
“Sobre la posibilidad”, que habla del momento cuando surjan una situación
revolucionaria cualitativamente distinta y masas revolucionarias.
Así que no se trata de alguna idea general vaga y amorfa: que si hablamos con varios
miles de personas, eso quiere decir que tenemos a miles. ¡No! Se trata de acumular en
concreto a miles ahora para la revolución, mediante todas las diversas corrientes e
interconexiones, y tratar correctamente todas las contradicciones en juego, ¿en qué? En
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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lo que ESTAMOS haciendo — construyendo un movimiento para la revolución y
además construyendo al Partido como su núcleo dirigente.
Así que, una vez más, eso guarda una relación con acumular fuerzas para la revolución.
Una vez más, deberíamos estar evaluando — como un criterio muy significativo,
deberíamos estar evaluando lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo, en
comparación con este objetivo de acumular fuerzas concretamente para la revolución.
Pero no se trata de hacerlo solamente en teoría. Se trata de atraer y ganarse y organizar
concretamente a las personas para unirse al movimiento revolucionario, y en cualquier
determinado momento hacer que muchos avancen hacia integrarse en el Partido —
miles, mientras hay influencia sobre millones.
Píenselo concretamente. Volvamos a esa relación dialéctica y la lucha, no solamente con
los representantes y fuerzas directos de la clase dominante, sino con todas esas otras
fuerzas que están operando sobre el terreno. ¿Qué va a pasar, cuando digamos,
teoricemos que el momento de tal situación revolucionaria haya surgido y todas esas
otras fuerzas estén en contienda sobre el terreno? ¿Importa que a lo largo del camino
hacia ese momento, hayamos tenido una creciente acumulación, de cientos de personas
al principio, pero después —y no en algún futuro lejano, sino en un plazo más
inmediato— de miles, y un creciente número de miles, que están actuando
concretamente en una dirección revolucionaria bajo el estandarte del comunismo
revolucionario? ¿Tendría eso —el que haya ocurrido o no— solamente una influencia
menor o hasta carente de peso en lo que pasara en una situación revolucionaria? ¿O
tendría una enorme importancia en evitar que se desperdiciara tal situación o que
ocurriera algo mucho peor, que se llevara a otro horror para las masas de alguna forma
u otra?
Por lo que se trata de una meta activa. Si estamos construyendo concretamente —y sí
ESTAMOS construyendo concretamente— un movimiento para la revolución y estamos
construyendo el Partido como su núcleo, pues tiene que ser una meta activa el trabajo
de atraer, orientar y capacitar de una manera revolucionaria concreta, sobre la base del
comunismo y de la nueva síntesis del comunismo, a miles de personas en este período y
a la vez influenciar a millones de personas y preparamos a los miles a dirigir a esos
millones, y a convertirse en los millones bajo la bandera revolucionaria cuando surja
una situación revolucionaria —, tiene que ser algo para lo cual se trabaja activamente,
un criterio activo y constante, un criterio importante con el cual comparamos nuestro
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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trabajo para determinar si de hecho ESTAMOS construyendo un movimiento para la
revolución y estamos construyendo al Partido como su núcleo dirigente, o si estamos
haciendo otra cosa que no es lo que deberíamos y tenemos que estar haciendo.
Superando el abismo — Dando ímpetu al potencial revolucionario de los jóvenes básicos
Ahora, un aspecto particular de este trabajo que quiero tocar es lo que se podría llamar
superando el abismo, y en verdad es un abismo, entre lo que hemos reconocido y se ha
dicho acerca del papel potencial de los jóvenes básicos en esta revolución —los jóvenes
básicos y las masas básicas más en general— y específicamente lo que se dice al respecto
en ¡REVOLUCIÓN — ¡NADA MENOS!, acerca de cómo deberíamos acercarnos a esos
jóvenes — entre eso, dónde se encuentra la situación ahora en términos concretos y lo
que se está haciendo ahora, particularmente con respecto a esos jóvenes básicos. Es un
hecho que muchos jóvenes básicos — debido a la dinámica de las contradicciones de
este sistema y las formas que esas contradicciones se manifiestan y se mueven hoy,
muchos jóvenes están metidos en cosas muy malas. O están totalmente desorientados —
aun cuando no estén metidos activamente en cosas malas, están desorientados y no
captan y no reconocen siquiera la necesidad de un cambio radical, ni hablar de una
revolución.
Pero, una vez más, nuestra estimación de que entre esos jóvenes básicos, y también entre
los jóvenes más en general, existe un tremendo potencial para esta revolución — ¿dicha
estimación se basa en algún precepto moral o alguna variación de la política de
identidad? En otras palabras, ¿se basa en alguna noción idealista la que no podemos
abandonar? ¿O tiene un fundamento científico? Para repetir, ¿se basa en un análisis y
una síntesis científicos —mediante la aplicación del materialismo dialéctico— del
potencial concreto, y su base, es decir, los intereses fundamentales reales de esos jóvenes
y hacia dónde es posible dirigirlos, desencadenarlos y dirigirlos de nuevo, mediante
muchísima lucha, para que se plasmen en una fuerza dinámica que impulse esta
revolución? La respuesta es la segunda.
No digo: “Pues, fíjese, esos jóvenes sufren una horrible opresión, y por eso tendrán que
ser una fuerza importante para la revolución”. Lo que digo se basa concretamente en
mucho trabajo científico que se ha hecho para analizar la “composición social” de
Estados Unidos y su carácter cambiante desde hace varias décadas, remontando a
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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principios del siglo veinte y aun antes — el análisis de la separación entre el movimiento
laboral y el movimiento comunista que se ha discutido en varios documentos,
particularmente en discursos míos. Y también se basa en un análisis científico concreto
de cuáles son las dinámicas en las que esos jóvenes están atrapados, qué efectos
concretos tienen éstas en su vida y qué es la salida para las masas de estos jóvenes. Tal
es la base científica para lo que digo. Y tenemos que seguir profundizando ese análisis
y síntesis científicos, mediante la aplicación dinámica del materialismo dialéctico. Pero
mientras hacemos eso, tenemos que estar trabajando activamente para superar ese
enorme abismo que existe entre el reconocimiento, establecido científicamente y basado
en la ciencia, de ese potencial revolucionario concreto, por un lado, y por el otro, dónde
se encuentran y qué están pensando en este momento las masas de esos jóvenes y en qué
dirección las dinámicas de este sistema los están influenciando.
Pues no se superará ese abismo mediante ninguna forma de seguidismo, ningún tipo de
reificación de esos jóvenes, como si de alguna manera la revolución estuviera dentro de
ellos mismos, en su “esencia interna” en algún sentido metafísico e idealista.
Únicamente se superará sobre la base, una vez más, de la ciencia y lo que ésta nos enseña
acerca de las dinámicas de la sociedad, cómo éstas afectan a esos jóvenes y en dónde
residen sus intereses fundamentales en realidad, y cuál, por así decirlo, es la salida para
ellos y qué papel pueden desempeñar con relación no solamente con su propia
emancipación sino con la emancipación de toda la humanidad de todas las cadenas
horrorosas que atan a las masas populares.
Así que hemos identificado, sobre una base científica, lo que hemos llamado “un papel
de columna vertebral y fuerza motriz” en esta revolución para las y los jóvenes básicos,
y las masas básicas en general. Eso no quiere decir que ellos representan la única fuente
de fuerzas revolucionarias ni el único grupo o fuerza social que es posible atraer y
capacitar poderosamente en torno a esta revolución. Pero son un grupo crítico.
Efectivamente tenemos que encontrar las maneras de superar ese abismo y activar la
participación de esos jóvenes; y tenemos que hacerlo ahora, y no en algún momento
futuro lejano, y no de alguna manera utópica, sino al aplicar, y aplicar rigurosamente,
nuestro método y enfoque científicos. Tenemos que hacerlo por medio de muchísima
lucha. Tenemos que hacerlo aplicando, de acuerdo a la manera en que lo he comentado,
“Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”. Tenemos que
hacerlo reconociendo y llevando a cabo el proceso general de preparar mentes y
organizar fuerzas — en el que, durante todo ese proceso, transformar el modo de pensar
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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de bloques de personas no es la única tarea, pero es la tarea central de lo que hay que
desarrollar.
Por lo que es necesario llevar mucha lucha con estos jóvenes, para transformar su modo
de pensar y para encontrar los medios y las formas por los cuales pueden activar su
participación concreta y constituirse en una fuerza decisiva en lo que ESTAMOS
haciendo: construyendo el movimiento para la revolución y construyendo al Partido
como su núcleo dirigente. Tenemos que ponernos a trabajar en eso, sistemática,
consecuente y, en un sentido real, implacablemente. Tenemos que encontrar las maneras
de activar a grupos de estos jóvenes, y de ahí tenemos que encontrar las maneras de
trabajar con ellos para activar a otros,y además para tener un impacto amplio en la
sociedad. No me refiero simplemente a activar a otros jóvenes de donde provienen los
primeros, por así decirlo, o sea, no me refiero solamente a otros jóvenes básicos, aunque
es muy importante hacerlo; pero también me refiero a que tengan un impacto y una
influencia —no por medio de “bogartear”, ni con poses, pero al llevar a cabo el trabajo
revolucionario y al representar esta revolución y al trabajar activamente para ella— entre
todas las capas del pueblo.
Bueno, mi mensaje para el Año Nuevo de este año, 2014, contiene una orientación básica
y un enfoque básico que le da seguimiento a lo expuesto en el discurso y película
¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! acerca de cómo tratar las contradicciones que
refrenan a esos jóvenes básicos, cómo luchar con ellos sin seguir a la cola de ellos, cómo
responder directamente a las cuestiones básicas y las contradicciones básicas que los
refrenan y los mantienen encadenados a lo que existe, y que hasta los mantienen en mal
camino en el contexto de todo lo que este sistema les hace. Por lo que también cabe ver
y estudiar esas cosas. La manera en que ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! trata esa
cuestión, pero también el mensaje para el Año Nuevo, de una forma muy concentrada:
cómo las contradicciones están influenciando la situación, y cómo están moldeando de
manera importante el modo de pensar de las personas ahora, en la ausencia de nuestro
trabajo sistemático y lucha para la revolución, y cómo ponerse a realizar ese trabajo y
lucha sistemáticos. Tenemos que hacer ese trabajo con una determinación “férrea como
un perro pitbull”, de manera implacable: cómo abrir paso y activar a nivel tras nivel de
esos jóvenes y activar su participación para atraer, capacitar e incorporar a otros, no
solamente de las masas básicas y de los jóvenes básicos, sino de todas las capas de la
sociedad, y tener un creciente impacto e influencia sobre el estado de ánimo y el modo
de pensar de la población — repito, no digo que lo hagan mediante poses, sino al
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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emprender activamente y luchar por el movimiento para la revolucióny además por el
Partido como su núcleo dirigente.
Así que tenemos que llevar la lucha sobre la base de la orientación correcta y el método
y enfoque científicos correctos, y también tenemos que trabajar muy ardua y muy
científicamente, y activar la participación de jóvenes para luchar colectivamente con
nosotros en torno a las formas de crear y desarrollar los medios, o varios medios, para
que un creciente número de estos jóvenes básicos, y otras masas básicas, y también
personas de otras capas, participen en el movimiento para la revolución, y ver que
avancen por medio de ese movimiento para la revolución y en efecto ingresen en la
vanguardia de esta revolución, al Partido como su núcleo dirigente. Eso supone muchos
diferentes componentes. Implica, obviamente, luchar contra el poder — que se hagan
frente a las formas en que son objeto de la opresión, pero también otros sectores del
pueblo y gente en otros países y otras partes del mundo que este sistema también oprime,
y apalea y destroza. Implica también llevar a cabo un trabajo ideológico y lucha
multifacéticos — la transformación de las personas, la transformación de su modo de
pensar. Por ejemplo, se han emprendido esfuerzos embrionarios, los que hay que
desarrollar y darles seguimiento y de los cuales hay que avanzar, para activar la
participación de las masas básicas, inclusive los jóvenes básicos, en las discusiones y
lucha sobre cuestiones como la evolución y las cuestiones más generales que ésta trata,
o con las que se interrelaciona directamente, como la cuestión de la religión y si uno va
a tener un enfoque científico o religioso de la realidad.
Y, a propósito, quiero señalar algo que considero que era muy importante en el artículo
escrito a raíz del levantamiento en Egipto, el artículo en (Demarcations No. 3, en inglés)
de Sam Albert que se llama “Callejón sin salida”, para abreviar el título, en el cual dice
que muchas fuerzas oportunistas —estoy parafraseando— pero dice que muchas fuerzas
oportunistas solo ven la religión en su papel como el opio de las masas. Fíjese, dichas
fuerzas, esos oportunistas, siempre invocan la afirmación de Marx de que la religión es
el opio del pueblo, para decir, en efecto y a final de cuentas: ¿no necesita el pueblo ese
opio? Pues se trata del corazón de un mundo sin corazón. ¿No necesitan las personas
tener corazón? Han tomado la afirmación de Marx y la están distorsionando como
justificación para no luchar con las personas acerca de la religión. Pero también, como
señala ese artículo “Callejón sin salida” —y de nuevo, estoy parafraseándolo— esos
oportunistas no captan, pasan por alto o soslayan el reconocimiento de que la religión
no es simplemente un consuelo, no es simplemente un opio, no es simplemente para
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
42
anestesiarse a sí mismo, no es simplemente un corazón en un mundo sin corazón. Es
también una concepción del mundo. Es también una ideología. Es también una manera
de intentar interpretar la realidad, y esa interpretación es fundamentalmente incorrecta
y en última instancia es muy nociva para las masas populares, pues refuerza las cadenas
sobre las masas, las cadenas mentales y las cadenas reales de la opresión y explotación
en general.
Por lo que la activación de la participación de los jóvenes básicos no se trata
simplemente de una cuestión de “juntémonos y luchemos”, aunque eso sí representa
parte de lo que implica —Luchar contra el poder— pero también se trata del trabajo
multifacético para capacitarlas para transformar su propio modo de pensar, y no para
que “prefieran nuestra ‘narrativa’”. No. No estamos trabajando de esa manera, ni
deberíamos trabajar así. Estamos trabajando para que en efecto empiecen a tener un
enfoque y un conocimiento cada vez más científico de la realidad y además para que,
sobre esa base, vean tanto la necesidad como la posibilidad de transformar radicalmente
esa realidad mediante la revolución y con la guía de la nueva síntesis — el comunismo
y su mayor desarrollo mediante la nueva síntesis del comunismo. Si no realizamos un
trabajo multifacético en el cual efectivamente tenga muchísima importancia el proceso
de ponerse de pie y luchar, luchar contra el poder, pero en que ese proceso representa
solamente una parte del proceso general en el cual hay que activar la participación —en
el cual estos jóvenes tienen que participar— un proceso general en el que, en un sentido
fundamental, la transformación del modo de pensar de las personas sea un elemento
fundamental en el proceso general de luchar contra el poder, y transformar al pueblo,
para la revolución, y de preparar mentes y organizar fuerzas para la revolución.
Así que, de esa manera, en ese sentido general en que el eje es la transformación del
modo de pensar de bloques de personas — eso es lo que quiero decir cuando digo que
tenemos que estar trabajando y luchando para activar la participación de creciente
número de jóvenes básicos y otras masas básicas y tenemos que llevar a cabo trabajo y
lucha, lo que incluye de manera colectiva con ellos, sobre esa base para crear y
desarrollar los medios para activar la participación de un creciente número de estos
jóvenes y también de personas de otras capas, en el movimiento para la revolución, y
hacer avanzar las personas mediante todo este proceso para llegar a ser una parte
concreta de la fuerza de vanguardia, el Partido Comunista Revolucionario, que es el
núcleo de ese movimiento para la revolución.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
43
Los “dos máximos”
Ahora bien, al mismo tiempo, tenemos que verlo en el contexto más amplio de lo que
hemos descrito como “los dos máximos” (el trabajo revolucionario en las masas básicas,
y el trabajo revolucionario en las capas medias, y la correspondiente interrelación
dialéctica) como una parte clave de nuestro enfoque general de construir el movimiento
para la revolución. Por importante que sea y por crucial que sea luchar concretamente
por hacer nacer crecientes olas —no solamente una o dos personas a la vez, sino
crecientes olas— de estos jóvenes básicos y otras masas básicas en el movimiento para
la revolución y por medio de ese movimiento, en el Partido como el respectivo núcleo,
no es posible hacerlo en un vacío ni es posible hacerlosolamente llevando a cabo el
mejor trabajo al respecto en sí y de por sí. Es necesario hacerlo en el contexto de
construir el movimiento para la revolución en general y de construir el Partido como su
núcleo, en todas las formas que hay que hacerlo (y ya he mencionado algunas formas
claves). Los “dos máximos” suponen que tenemos que trabajar con la misma línea, el
mismo método y enfoque científico, en todos los estratos del pueblo, no solamente las
masas básicas, sino en todos los estratos — las y los estudiantes, intelectuales y
académicos, y otros sectores de la pequeña burguesía, y por muchas corrientes amplias
y diversas, a fin de construir concretamente el movimiento para la revolución, a fin de
llevar correctamente la relación entre las luchas particulares que unifican amplios
sectores de la gente y el movimiento general para la revolución, a fin de preparar mentes
y organizar fuerzas, luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución,
de manera concreta y correcta, y en lo que, para repetir, la transformación del modo de
pensar de bloques de personas sea un hilo que recorre todo y es esencial para todo el
proceso.
Pero tenemos que perseverar en serio en el trabajo positivo en diversos estratos y la
influencia dialéctica de estire y afloje entre los estratos. Por lo que las masas básicas
verán a las personas de otros estratos en lucha, aunque lo hagan bajo otras banderas en
muchos casos —por ejemplo “Ocupar” hace un par de años tuvo una influencia positiva
sobre las masas básicas, al menos en un sentido embrionario, de modo que éstas veían
que hay otras personas en lucha — pues, siempre les dice a las masas que están rodeadas
y que a nadie le importan; “claro, a ustedes les están dando una bofetada en la cara, pero
a nadie le importa”. Y es muy cierto que en estos momentos no son muchas las personas
las que se preocupan un comino y por lo tanto tenemos trabajo que hacer al respecto, en
parte para refutar todas estas necedades acerca de la política de identidad — “Bueno, sí,
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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es terrible lo que les pasa a los negros, pero no soy negro, por lo que esa situación no
tiene nada que ver conmigo”; o “No soy negro y por lo tanto no puedo hacer nada al
respecto”. O latino, o mujer o lo que sea. “No soy gay, por lo que eso no es lo mío”.
Tenemos que despejar todo eso por ser un pilar clave del sistema opresor que hay que
quitarle a la conciencia de la gente y la forma en que actúa —o no actúa— en
consecuencia.
Pero eso tiene que ser parte de un proceso general y al mismo tiempo tenemos que
perseverar en serio y hacer avances al respecto. No podemos simplemente hablar. En
concreto, tenemos que acumular fuerzas mediante todos los distintos aspectos —
mediante el proceso general y en todas las formas que he estado mencionando y otras
formas que otros documentos han tratado de manera más completa.
Reascender o rompernos los huesos — vanguardia del futuro o residuo del pasado
Con ese telón de fondo, quisiera retomar la cuestión del conjunto de trabajo
revolucionario ahora. Esta es nuestra manera de identificar cuáles son las importantes
concentraciones de contradicciones sociales y los importantes objetivos que tenemos
que trabajar para afectar —volviendo de nuevo a lo que dije al principio— en el contexto
de las dinámicas mayores que surgen de las contradicciones básicas de este sistema y la
interpenetración de esas contradicciones. Se trata de identificar importantes
concentraciones de contradicciones sociales e importantes objetivos que tenemos que
trabajar para afectar a fin de abrir brechas y hacer los avances que se necesitan con
urgencia, en la construcción del movimiento para la revolución, el que ESTAMOS
construyendo, y en la construcción del partido como su núcleo dirigente, el que
ESTAMOS construyendo.
Ahora bien, al considerar la situación concreta en nuestro Partido, sus dinámicas, las
contradicciones de este Partido y esa situación en el contexto de la más amplia sociedad
y mundo y las contradicciones que están en juego ahí, digamos, se ha desarrollado o
usado la formulación muy real de que la contradicción que enfrentamos en lo inmediato
es que tenemos que realizar adelantos importantes y reascender en el camino de la
revolución o, para parafrasear a Mao, nos caeremos en un profundo hoyo y nos
romperemos los huesos. Ello es muy real. Es otra forma, una forma muy particular y
concentrada, de presentar el problema más grande y la encrucijada más grande que
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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enfrenta el movimiento comunista mundial en su conjunto. Como lo expone el
Manifiesto de nuestro Partido, El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, se trata
de la vanguardia del futuro o del residuo del pasado. Esta es una contradicción que se
presenta ante las fuerzas comunistas en todo el mundo, ante el movimiento comunista
en todo el mundo y ante la lucha general por el comunismo, lo que va más allá del
movimiento organizado particular —la lucha general por el comunismo, lo que va más
allá, para repetir, de las fuerzas organizadas auténticamente comunistas, y las fuerzas
organizadas que se adjudican el estandarte del comunismo pero que representan todo
menos eso y en efecto son oportunistas y hasta en algunos casos contrarrevolucionarios.
Pero en la lucha mayor por el comunismo, lo que se presenta de forma aguda es:
vanguardia del futuro o residuo del pasado. La forma en que eso se manifiesta en nuestro
Partido es: reascender —hacer adelantos importantes, empezar a ascender
concretamente en el camino de la revolución de algunas maneras cualitativas— o
rompernos los huesos con todas las respectiva consecuencias, no solamente por lo que
se refiere a la potencial desintegración de nuestro Partido, de modo que ya no pueda
hacer todas las cosas de que he estado comentando para transformar el mundo objetivo
en la dirección de la revolución, pero que concretamente y en sentidos importantes
genere reveses para la lucha por el comunismo en el mundo.
El conjunto de trabajo revolucionario ahora
Eso se presenta de forma muy inmediata y aguda, y al reconocerlo, así como en el
contexto mayor de lo que es necesario que hagamos en el mundo para construir el
movimiento para la revolución y construir el Partido como su núcleo dirigente, hemos
formulado este conjunto de trabajo revolucionario, que no constituye la totalidad del
contenido de nuestro trabajo pero sí el principal eje y concentración de nuestro trabajo
revolucionario en el período actual. Digo que no es la totalidad del contenido porque,
cabe repetir —retomando lo que se analizó al principio en relación a esos seis párrafos
de la Segunda parte de “Hacer y Emancipar”— ocurren otras cosas en el mundo, las que
no podemos pasar por alto, mismas que tienen un impacto directo —o un impacto
indirecto pero un impacto importante de todos modos— sobre el terreno general y el
trabajo general que necesitamos hacer y los retos que necesitamos enfrentar para
construir el movimiento para la revolución y para construir el Partido como su núcleo
dirigente.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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Así que este conjunto de trabajo es una concentración pero no es la totalidad de lo que
nos hace falta — es una concentración del trabajo revolucionario que necesitamos hacer
ahora, pero no es la totalidad de lo que necesitamos hacer para enfrentar y transformar
contradicciones por el camino de la revolución y en última instancia el comunismo a
nivel mundial.
Por eso quiero empezar por mencionar por qué BA en Todas Partes es la “punta de
lanza” de este conjunto general de trabajo. De eso se ha hablado, y como muchas otras
formulaciones, ésta se ha usado — y se ha malinterpretado y viciado tanto como se ha
usado, quizás hasta más. Repito, se plasma en la pregunta, ¿somos científicos o en
esencia somos religiosos e idealistas? Es posible entender esta pregunta considerando
los elementos agudamente contradictorios del editorial original (en Revolución) sobre
BA en Todas Partes. Por un lado, como se ha señalado, hubo algunos errores serios,
algunas formulaciones muy incorrectas, en ese editorial original que sí tendían a
expresar e influenciar a las personas para que adoptaran un punto de vista religioso en
vez de científico — en la forma de declaraciones de que sin BA en Todas Partes, la
revolución simplemente no es posible y que, en esencia, sin BA y la dirección directa
de BA, la revolución no es posible. Esa no es la línea que debe guiar a BA en Todas
Partes y su papel de punta de lanza en el conjunto general de trabajo; misma que se ha
criticado tajantemente y es necesario profundizar el entendimiento de por qué es así, qué
tiene de mal tal orientación y por qué contradice el entendimiento correcto y qué es el
entendimiento correcto.
Por otro lado, ese editorial original contenía algunas formulaciones correctas
importantes, las que se conservaron, naturalmente, en el editorial que fue revisado para
corregir los errores serios y las formulaciones que conducían a la gente por el camino
equivocado. En particular, ese editorial señala que BA en Todas Partes no se trata de la
promoción de un individuo en un sentido abstracto o apartado del rol que esa persona
desempeña en relación a lo que tenemos que representar, es decir, construir el
movimiento para la revolución, construir el Partido como su núcleo dirigente y luchar
para transformar la sociedad y el mundo hacia el objetivo del comunismo — primero,
derrocando el capitalismo-imperialismo, estableciendo el socialismo con la dictadura
del proletariado y continuando en el avance hacia un mundo comunista. Esa persona
(BA) y la obra de esa persona —el conjunto de la obra y el método y enfoque
concentrado y desarrollado en la nueva síntesis del comunismo asociada con esa persona
quien la desarrolló— es una concentración de este proyecto y sus respectivas metas. Lo
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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que promovemos al promover BA en Todas Partes es el avance en el entendimiento de
la necesidad, la posibilidad, el carácter, la estrategia y los medios para una revolución
con el objetivo final del comunismo. Es una continuación con mayores saltos — y
efectivamente, algunas rupturas con aspectos secundarios pero no insignificantes del
comunismo, siendo dicho proceso la manera, como he comentado anteriormente, en que
se desarrolla toda ciencia, todo enfoque científico de cambiar el mundo, que es, al fin y
al cabo, la razón de ser de la ciencia. La ciencia no es sólo una abstracción para conocer
el mundo, también es un enfoque de cambiar el mundo, en cualquier esfera de la ciencia,
sea medicina, física, biología o lo que sea.
Por lo que lo que dice ese editorial que es muy correcto y muy importante es que,
entendido y tratado correctamente —no de una manera religiosa pero de una manera
científica, entendiendo que esta es una concentración y la expresión más avanzada del
enfoque estratégico y las bases científicas para la revolución con el objetivo del
comunismo— BA en Todas Partes da el contexto general y la base subyacente de todos
los diferentes elementos del trabajo que estamos haciendo. Cabe repetir, no digo que el
objetivo de lo que hacemos sea promover BA en algún sentido personal, apartado de lo
que representa BA y el objetivo hacia el cual BA dirige a las personas, pero precisamente
en el sentido del cual acabo de comentar —como el método y enfoque, la nueva síntesis,
los medios, el entendimiento, el enfoque científico de avanzar concretamente la lucha
hacia el objetivo de todo lo que nos proponemos hacer, es decir, la revolución y en última
instancia el comunismo en el mundo— eso es lo que promovemos con BA en Todas
Partes. Promovemos el mayor avance del método y enfoque científico y todo lo que
surge de ese enfoque por lo que se refiere a la lucha por hacer la revolución en el mundo
y en última instancia alcanzar el objetivo final del comunismo en el mundo entero.
Repito, así se establece el marco y el contexto para todo el otro trabajo que hacemos, de
luchar contra el poder, y de transformar al pueblo, para la revolución. Porque, si no, sin
ese marco y contexto general, se irá por otro rumbo que no sea la revolución. Bien, que
quede claro, la mera implementación correcta de BA en Todas Partes —de nuevo, que
evitemos caer en la metafísica y en la religión y el idealismo— no es un elixir mágico
que garantice que nuestro trabajo no se desvíe del camino y evite volverse no
revolucionario. Hacer eso, de nuevo, no sería científico. No es una poción mágica:
“Bueno, si esparcimos por acá un poco BA en Todas Partes, por tanto cuando llevamos
a cabo las dos iniciativas de masas y cuando creamos el sitio web revcom.us, etcétera,
pues eso garantizará que al trabajo sirva a la revolución”. No. Al desarrollar correcta y
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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activamente BA en Todas Partes, en relación dialéctica con todos los otros elementos de
este conjunto y el trabajo revolucionario general que hacemos, tendremos las bases para
avanzar la lucha para mantener el trabajo sobre el camino revolucionario, para construir
concretamente un movimiento para la revolución y para construir el Partido como su
núcleo dirigente. Sin eso, sin esas bases, sin luchar por avanzar sobre esas bases —y
efectivamente se trata de una lucha, y no se trata de una poción mágica, no se trata de
ninguna garantía— pero sin luchar para llevar a cabo el trabajo sobre esas bases, se
garantizará que la fuerza de gravedad para cobijarse bajo el ala de la burguesía no sólo
influenciará a las masas con las que trabajamos y con las cuales emprendemos luchas,
sino también influenciará a nosotros, al mismo Partido nuestro.
Por lo que BA en Todas Partes explaya y sienta un marco general de todo lo que
representa. Pero hacerlo así, también, es una lucha. Como hemos visto, y como es
necesario que entendamos, también hay lucha sobre si BA en Todas Partas, así como el
conjunto general y la totalidad de nuestro trabajo revolucionario, se emprenderá sobre
una base revolucionaria o si se transformará en otra cosa debido a la fuerza de gravedad
de la influencia de la sociedad en general y el mundo en general y de lo que aún sigue
dominante en el mundo en las relaciones económicas, sociales, políticas y en la cultura
y la ideología, es decir, el dominio del sistema burgués del capitalismo-imperialismo y
otros sistemas de explotación y opresión.
BA en Todas Partes es una forma de establecer una punta de lanza para todo nuestro
trabajo —para el conjunto, y para nuestro trabajo revolucionario en general— y
establecer una base comunista revolucionaria para ese trabajo, al mismo tiempo que,
como he venido enfatizando, tiene que haber lucha a continuo para forjar el trabajo de
la misma campaña BA en Todas Partes sobre la base concreta de la revolución y el
comunismo, y no convertirla en otra cosa. He aquí otra contradicción que tenemos que
tratar correctamente. El mero hecho de que es objetivamente cierto que lo que se
concentra en la nueva síntesis del comunismo y en la dirección de BA es, de hecho, la
base científica y el enfoque estratégico de la revolución y el comunismo, no significa
que no sea posible su transformación en otra cosa en su implementación y enfoque. Todo
en este mundo es contradicción, y es posible convertir todo en su contrario, por medio
de lucha. Y eso lo hemos visto: fue posible convertir la dictadura del proletariado en la
dictadura de la burguesía sin abandonar el nombre “dictadura del proletariado”; o es
posible convertir el socialismo en el capitalismo abandonando el nombre del
“socialismo” o sin —y a menudo sin— abandonarlo. Y es posible convertir el
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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comunismo en su opuesto sin abandonar el nombre del “comunismo”. Por lo que se trata
del contenido concreto. Se trata del método y enfoque. Se trata de la ciencia. Se trata de
promover o no, al llevar a cabo BA en Todas Partes, lo que esta campaña representa y
encarna concretamente —es decir, la nueva síntesis del comunismo y la dirección hacia
el objetivo de la revolución y el comunismo— o hacer que sea otra cosa, transformarla
o no en su contrario, en efecto.
Al mismo tiempo —como el otro lado de otra contradicción importante— la campaña
BA en Todas Partes no es y no se debe entender ni tratar como algo plano y lineal de
simplemente conectarnos con las personas y activar su participación de cualquier
manera en que quieran participar, a cualquier nivel de unidad que ellas encuentren y de
cualquier manera en que sea posible ganarlas a contribuir a BA en Todas Partes. Se trata
de manejar correctamente esta contradicción muy importante entre el aspecto principal
—y sí debe ser el aspecto principal— de lo que representa la dirección de BA y la nueva
síntesis del comunismo, por un lado, y por otro lado, el hecho de que objetivamente
existe la base para que muchas personas participen en esta campaña quienes no están de
acuerdo ni siquiera con el objetivo del comunismo, ni hablar de lo que representan la
nueva síntesis del comunismo y la dirección de BA.
Así que, por un lado, esta contradicción se expresa o podría expresarse en que BA en
Todas Partes no es simplemente una campaña en un sentido general, no es algo lineal y
plano, sino que de hecho constituye una forma de lucha de clases en la esfera ideológica
— no entendido, repito, de una manera economista, limitada y reificada, sino entendido
como lucha en la esfera ideológica sobre qué es el problema y qué es la solución en el
mundo, por así decirlo, y qué papel tiene la nueva síntesis del comunismo y la dirección
de BA en relación a eso. Todo eso es una forma de lucha ideológica, no simplemente se
trata de presentarlo a ver qué piensan las personas al respecto, sino de llevar con ellas
una lucha ideológica activa sobre lo que es cierto al respecto — todo ello por un lado, y
por otro lado, concretamente aplicar la orientación y buscar activamente los medios para
activar la participación de muchas personas, de un creciente número de personas, que en
un momento dado no están convencidas, o no están convencidas por completo, de todo
lo anterior pero sí creen que es muy importante que las cuestiones que BA en Todas
Partes concentra — de que a dónde va la humanidad, digamos: qué es el problema, qué
es la solución, qué pasa en el mundo, por qué pasa, que si tiene que seguir pasando, si
hay una solución, qué es la solución, cómo llevar a cabo esa solución — todas esas
grandes cuestiones que efectivamente ocupan el corazón de la nueva síntesis del
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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comunismo y la dirección de BA, es necesario que se propaguen todas esas cuestiones
en la sociedad con un fuerte impacto. En el caso de todas las personas que reconozcan
eso, con los desacuerdos que tengan, tenemos que trabajar para encontrar las formas, y
trabajar con ellas de modo que participen en el desarrollo de las formas, para que
contribuyan a esta campaña, al mismo tiempo que desarrollemos y llevemos lucha
ideológica sobre todo eso con ellas, así como en la sociedad más ampliamente.
Anteriormente, hablé sobre las iniciativas de masas, y aludí a algo que escribí hace poco
sobre quiénes deben participar en estas iniciativas de masas, y por otro lado qué
es nuestroenfoque respectivo, a base de lo que debe ser nuestro enfoque básico. Bueno,
lo mismo se aplica a BA en Todas Partes. ¿Quién debe participar en BA en Todas Partes?
Todo aquel que reconozca (o, repito, sea posible ganar a reconocer, por medio de lucha,
permítame recalcar) que las cuestiones las que presenta la nueva síntesis del comunismo
y lo que BA representa como una concentración de la dirección relacionada con esa
nueva síntesis, que todo eso tiene que propagarse de manera muy amplia y tener un
impacto importante en la sociedad, que se discuta y se debata activamente, aunque
muchas personas así tal vez no concuerden con todo o ni siquiera quizás buena parte del
contenido concreto de esa nueva síntesis del comunismo y lo que representa la dirección
de BA. Pero todas las personas que crean que sea importante que las cuestiones que la
nueva síntesis presenta, los grandes interrogantes que suscita, bullan en la sociedad —
impacten fuertemente la sociedad y el discurso en la sociedad, el debate y la lucha en la
sociedad— son personas que tienen el potencial de participar y deben participar en BA
en Todas Partes. Al igual que las dos iniciativas de masas, debe participar y
potencialmente puede participar toda persona que entienda, o que es posible ganar a
entender, que son intolerables los ultrajes que impulsan esas iniciativas de masas, y que
hay que luchar en su contra, al mismo tiempo que nosotros presentamos nuestro
entendimiento completo de lo que representa lo que estas iniciativas de masas hacen, y
además el contexto general en el cual estas surgen e impactan la sociedad y el mundo en
general.
Además, es importante entender y tratar este conjunto precisamente como un conjunto,
un proceso general de desarrollar el trabajo revolucionario en este período — no su
totalidad pero un eje concentrado de dicho trabajo; un conjunto, un proceso general que
es más grande que la suma de sus partes, no sólo más grande que cualquier componente,
inclusive su punta de lanza —BA en Todas Partes— sino más grande que la suma de
sus partes. Con eso quiero decir que es necesario considerar todas las diferentes partes,
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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y su implementación, no solamente como un proceso general, sino un proceso en el cual
hay una relación dialéctica (una interacción recíproca e influencia mutua) entre estas
diferentes cosas que se desarrollan activamente en torno a las que se trabaja activamente
con el fin concreto de contribuir a construir ese movimiento para la revolución y
construir el partido como su núcleo dirigente. De esta manera nosotros debemos
implementar este proceso. No lo van a hacer las personas que no están de acuerdo con
nosotros sobre lo que es este conjunto general, pero que tal vez estén de acuerdo con
ciertos aspectos del conjunto — sea BA en Todas Partes o una de las iniciativas de
masas, o algo de eso pero no el todo. Es necesario que muchas personas así participen.
Pero nuestro respectivo enfoque tiene que ser verlo como una concentración integral del
trabajo revolucionario — no la totalidad, cabe repetir, pero una concentración integral
del trabajo revolucionario cuyos componentes se influencian mutuamente de manera
positiva, y no de manera espontánea, pero más bien por medio de nuestro trabajo para
hacer que ocurra.
Cualquiera que sea la parte particular de dicho conjunto en la que nos toque trabajar, en
una división general de trabajo, he aquí el enfoque que necesitamos: de que es un
proceso general, un conjunto integral, cuya totalidad es más grande que la suma de sus
partes, y cuyas partes particulares, y el trabajo sobre el conjunto en su totalidad, se
interconectan dialécticamente y se influencian mutuamente de modo que construyan
todo el movimiento para la revolución y construyan el Partido como su núcleo dirigente.
Por lo que las personas que participan por sus inquietudes particulares, por ejemplo, el
tema de una de las iniciativas de masas, aprenderán por medio de nuestro trabajo de lo
que se ocupa la otra iniciativa de masas, u otras cosas también las influenciarán, como
lo que pasa en el medio ambiente, o estarán bajo la influencia o interactuarán con lo que
se hace en torno a BA en Todas Partes.
El papel crucial de la página web/periódico
La manera en que todo lo anterior se combina, y la manera en que es mayor que la suma
de sus partes, se expresa de forma concentrada en el papel central de la página
web/periódicoRevolución, lo que después de todo constituye una de nuestras dos piedras
angulares. No sólo es una de las piedras angulares fundamentales de nuestro trabajo
revolucionario en curso, sino que es uno de los elementos activos en curso del mismo.
Esto significa que la página web en particular, pero además el periódico a su manera, es
una fuente de la que la gente aprende activamente acerca de lo que pasa en los varios
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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componentes de este conjunto de trabajo revolucionario en general, pero también es una
forma de la que aprenda acerca de la interconexión de todos esos elementos, y cómo
éstos están relacionados con el panorama más amplio del problema y la solución, por
así decirlo.
La página web, y el periódico a su manera, es también una forma de la que las personas
aprenden sobre el mundo más amplio —para retomar una vez más lo que se subrayó al
principio de este discurso respecto a esos seis párrafos de la Segunda parte de “Hacer y
emancipar”—, las cosas que están sucediendo, las contradicciones que están tomando
forma, están en movimiento y están cambiando las cosas y las dinámicas asociadas con
todo eso en el mundo más amplio, más allá del eje concentrado que tenemos ahora en
este conjunto de trabajo revolucionario. La página web, y el periódico a su manera, es
también la forma concentrada de la que las personas empiezan a entender eso de una
manera constante que se desarrolla y crece. Y es una forma que sintetiza para la gente
todos estos elementos distintos — tanto aquellos en que estamos centrándonos, y además
otros más allá de estos. No digo en un solo lugar, no digo en un solo artículo, pero
mediante todo lo que hace la página web, y el periódico a su manera, de modo constante,
la gente recibe una síntesis de cómo todos esos elementos se relacionan en el sentido
más amplio — no en un sentido reduccionista ni en un sentido mecánico limitado, sino
en el sentido general de cómo se desenvuelven la lucha, las distintas contradicciones en
el mundo y su interconexión, y al mismo tiempo, aunque tiene vida y dinámica propias
(o sea, los diferentes elementos tienen vida y dinámica propias), cómo en lo fundamental
todos estos elementos están arraigados o están englobados en las dinámicas de este
sistema y su contradicción fundamental, y en la fuerza impulsora de la anarquía como
la expresión principal de esa contradicción fundamental.
Todas estas cosas de una manera dinámica —mediante muchos artículos cortos,
concisos y populares y algunos artículos largos y complejos, material gráfico y los
demás elementos de la página web y el periódico— son lo que tienen que conectarse con
las personas para que, como dijo Lenin, esta página web/periódico sea en concreto la
mayor parte de los preparativos para la revolución. En esta página web/periódico, las
personas conocen la nueva síntesis del comunismo y la dirección de BA, así como las
otras partes del conjunto de trabajo revolucionario, así como lo que pasa en el mundo
más amplio, lo que pasa con el medio ambiente, las diferentes contestaciones en marcha
en la sociedad, las diferentes cosas que irrumpen, inclusive las contradicciones al interior
de la propia burguesía y entre la clase dominante, la clase dominante imperialista de
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
53
Estados Unidos y otras fuerzas imperialistas y otras fuerzas reaccionarias en el mundo,
y lo que pasa con “los dos sectores anticuados” en el mundo (el imperialismo y el
fundamentalismo islámica jihadí). Todas estas cosas se sintetizan no sólo mediante un
artículo o un análisis, sino mediante el análisis y síntesis que desarrollan la página web
y el periódico, de manera viva y oportuna. De esta manera, la página web/periódico
atrae, active y entrena a generaciones enteras de personas de diferentes capas sociales,
entre ellas las masas básicas —para retomar el punto sobre esos miles y millones de
personas— como revolucionarios, como comunistas, como fuerzas activas y luchadores
para la revolución comunista; que trabajan, con esa orientación básica, para influir en la
contradicción de acelerar mientras se aguarda el desarrollo y surgimiento de una
situación revolucionaria y un pueblo revolucionario.
Quiero tratar unos cuantos otros elementos con relación a la construcción del
movimiento para la revolución y la construcción del Partido como su núcleo dirigente.
Pero, de paso, una última cosa sobre la página web y el periódico: Es necesario que
evaluemos la sitio web y el periódico constantemente en comparación con lo que acabo
de decir. ¿Qué tan bien cumple ese papel? Hay que evaluar lo que se escribe y postea en
la página web y el periódico en comparación a ese criterio o esa orientación básica:
¿cómo va a contribuir al papel de esa página web y ese periódico, de ser el principal
medio que active, oriente, entrene y organice a las fuerzas de la revolución para construir
el movimiento para la revolución y para construir el Partido como su núcleo dirigente?
El rol y la importancia de la lucha ideológica
Ahora bien, unos cuantos otros elementos esenciales que es preciso tratar con relación a
la construcción de este movimiento para la revolución y la construcción de este Partido
como su núcleo dirigente — lo que ESTAMOS construyendo. Quiero tratar el papel de
la lucha ideológica y luchar por el futuro. Hace un par de años hablé sobre unas
cuestiones que posteriormente se concentraron en unos archivos (observaciones) que
escribí titulados “Poniéndonos los guantes de boxeo” [“Boxeo”] y unos archivos
acompañantes sobre las “Iniciativas de masas” y “La libertad y la necesidad”, los que
creo firmemente que las personas no han vuelto a estudiar con suficiente o repetida
atención, para desarrollar las respectivas bases más profundas. Y todavía tienen gran
relevancia e importancia; las personas deberían retomar y forcejear con lo que
concentran — a título individual, pero tal vez en ciertos momentos colectivamente.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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No voy a tratar todo lo que estos archivos contienen, pero más bien al subrayar la
importancia de retomar y estudiarlos, quiero enfatizar que lo que concentra el archivo
“Boxeo”, para repetir (como dije acerca de BA en Todas Partes) es la construcción del
movimiento para la revolución y el respectivo eje de transformar el modo de pensar de
bloques de personas. Y la transformación de la forma de pensar de bloques de personas
no se hace de manera abstracta ni encontrando una forma de inducir a la gente a pensar
de modo mejor. Se hace llevando la lucha ideológica. Para repetir, por lo general en las
filas del pueblo esta lucha no es antagónica, esta lucha no es con el enemigo, aunque
una de sus principales formas es denunciar y refutar lo que propone el verdadero
enemigo, la verdadera clase dominante. Pero esta lucha ideológica es un componente
esencial de todo — es un elemento vital de todo lo que hacemos y deberíamos hacer y
tenemos que hacer — llevar una enérgica lucha ideológica con contenido, pero al mismo
tiempo de modo convincente y a menudo agudo. Pero nunca de manera estridente. Y
hay una diferencia entre agudo y estridente. Tenemos que manifestar el uno, no
deberíamos manifestar el otro y no podemos y no debemos hacerlo.
Pero la lucha ideológica es crucial en todo lo que hacemos, inclusive en la construcción
del conjunto del trabajo revolucionario y sus diversos componentes, y en la construcción
del movimiento para la revolución en general y, claro, en la construcción del Partido
como su núcleo dirigente. Y “Boxeo” se refiere a la lucha ideológica. Como se dice en
ese archivo “Boxeo”, es preciso que nos levantemos por la mañana —estoy
parafraseando, no recuerdo las palabras exactas— que nos levantemos por la mañana
con ganas de llevar la lucha ideológica, de anhelar enérgicamente la lucha ideológica.
No lo digo en el sentido de caer fuerte sobre las personas — y no lo digo en el sentido
de que “‘nuestra narrativa’ triunfe sobre ‘la estúpida narrativa de ellos’” —, sino lo digo
en el sentido de luchar en serio con las personas de buen modo sobre cómo será la
manera correcta y científica para conocer la realidad, qué implica concretamente un
conocimiento científico de la realidad y cómo las personas deberían actuar en
consecuencia.
Deberíamos tener muchas ganas de llevar esta lucha ideológica, en lugar de intentar
evitarlo. Como señala el archivo “Boxeo”, a menudo al llevar la lucha ideológica como
se debe, eso en efecto desbarata temporalmente la unidad que se ha forjado con cierta
persona o grupo de personas en un momento dado. Por esta razón, entre otras, las
personas suelen rehuir a dicha lucha. La otra razón, quizás aún más fundamental, es que
la han separado de lo que tal lucha debería representar—de construir concretamente un
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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movimiento para la revolución y llevar a cabo concretamente una revolución con el
Partido como su núcleo dirigente— y por ende solamente ven las cosas en términos
inmediatos. La han perdido de vista y la han separado del objetivo más amplio del que
todo tiene que ser parte.
Por esa razón también, entre otras, las personas rehúyen a la lucha ideológica — quizá
sea una razón aún más fundamental. Pero una razón inmediata es que a menudo la lucha
ideológica en efecto interrumpe la unidad que se ha forjado. Y, es sabido que dicha
interrupción sí tiene consecuencias. Es necesario desarrollar luchas, es necesario unirse
con las personas para llevar la lucha que hay que llevar para obtener las cosas que hay
que obtener. Por lo que eso sí tiene consecuencias, no es un asunto trivial, el de
interrumpir la unidad. Pero, ¿cómo cabe dicha lucha en el proceso más amplio de
construir concretamente un movimiento para la revolución y construir el Partido como
su núcleo dirigente, de acelerar concretamente mientras se aguarda, de preparar mentes
y organizar fuerzas concretamente para la revolución, de llevar tal lucha concretamente
con la orientación de cómo dicha lucha conducirá hacia lo que ocurrirá cuando se dé un
salto cualitativo y una transformación cualitativa en la situación objetiva de modo que
surjan una situación revolucionaria y un pueblo revolucionario? Si tratamos todo en ese
sentido, se entiende que es necesario evaluar la interrupción temporal de la unidad con
relación a ese panorama más amplio y esos objetivos más grandes. Y de ahí es necesario
luchar para ganar a la gente a una comprensión más avanzada y forjar nueva unidad no
necesariamente sobre la base de su plena aceptación de todo lo que representamos, pero
un mayor avance en su comprensión de la realidad y lo que hay que hacer para
transformarla.
No debemos tomar a la ligera la interrupción de la unidad que se ha forjado. La unidad
con las personas, para repetir, es importante. No debemos interrumpir a la ligera esa
unidad o socavarla. Pero, además, no debemos temer llevar la lucha, incluso la lucha
ideológica aguda, si tenemos en cuenta lo que sirve, en términos de nuestro
conocimiento de la realidad y cómo se puede y se deber transformar. Por lo que la lucha
ideológica es una parte crucial de lo que trata el archivo “Boxeo”, de que debemos tener
ganas de llevar la lucha ideológica en el sentido correcto y llevarla de la manera correcta.
Al mismo tiempo, he aquí otra contradicción. Es necesario llevar esta lucha ideológica
en relación dialéctica con lo que se ha descrito como “Una invitación” de BA: Juntos,
tomemos un viaje crucial en la lucha contra la opresión. Estoy parafraseando, claro, pero
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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hay que retomar esta invitación y considerarla en relación dialéctica con lo que digo
acerca de la lucha ideológica y lo que contiene el archivo “Boxeo”: siga sus propias
convicciones y las cosas que usted considera como intolerables, sígalos hasta su propia
conclusión lógica, y no les dé la espalda, mantenga la mente abierta, busque
abiertamente un conocimiento más profundo de la realidad, y no dé la espalda a ese
proceso o no se detenga sin finalizar ese proceso porque le incomoda y específicamente
no le dé la espalda al conocimiento de que todas estas cosas están arraigadas en un
sistema, en el sistema de capitalismo-imperialismo bajo el cual vivimos y que la
respectiva solución es la revolución y el objetivo final del comunismo. Esté dispuesto a
reconocer y forcejear con ese planteamiento a partir de lo que es cierto, es decir, si es un
reflejo correcto de la realidad o no — no le dé la espalda porque cuestiona sus prejuicios
o que a usted lo saca de su espacio de seguridad y comodidad. De nuevo, para
parafrasear, hay que retomar la declaración original la que se ha descrito como “Una
invitación” de BA.
La invitación existe en relación dialéctica con lo que contiene el archivo “Boxeo” sobre
la importancia de la lucha ideológica. En el panorama general, la lucha ideológica es lo
principal, porque si la gente ya estuviera donde tiene que estar en su conocimiento del
problema y de la solución, en resumidas cuentas, pues estaríamos en un lugar totalmente
diferente en el mundo. Pero en primer lugar, eso es imposible — el que todos lo
entendieran en la etapa en la que nos encontramos. Hasta en el comunismo, también,
será necesario continuar la lucha ideológica sobre cómo conocer las contradicciones en
el mundo y qué hacer al respecto. Pero mientras llevamos esta lucha, también es
necesario, para repetir, aplicar, en relación dialéctica, la orientación de lo que se ha
llamado la “Invitación” de BA.
Ahora bien, para continuar, quiero recalcar otro punto: la importancia de retomar
constantemente las bases y el uso activo de la Constitución para la Nueva República
Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) (CNRSAN) así como cosas como el
número especial sobre la historia de la revolución comunista y de la experiencia del
socialismo en la Unión Soviética y en China y la nueva síntesis del comunismo — el
que pone las cosas en claro sobre la historia de la revolución comunista y el papel de la
nueva síntesis del comunismo. Se trata de elementos particulares, pero son muy
importantes en relación a nuestra propia orientación, pero además por lo que se refiere
a la lucha ideológica. Eso se debe a que, tal como entendemos y tal como ya se ha
mencionado, hay una contradicción muy importante según la cual hasta las personas
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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profundamente consternadas por el estado del mundo y las condiciones de las masas de
la humanidad y lo que le pasa al medio ambiente, las guerras, etc. —hasta las personas
que tienen tales inclinaciones ni siquiera van a poder sostener las luchas que no sean la
revolución— luchas con las cuales que nosotros podemos conectarnos como parte de
construir un movimiento para la revolución — las personas no van a poder sostener esas
luchas más allá de cierto punto sin esforzarse para cobijarse bajo el ala de la burguesía,
ni hablar de la posibilidad de convencerlas de que es necesario luchar por algo mucho
más grande y mayor, a saber, un mundo radicalmente diferente alcanzado mediante la
revolución y el comunismo.
Bien, la Constitución y el número especial mencionados en el párrafo anterior son dos
expresiones concentradas del futuro. El contenido de la Constitución para la Nueva
República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), como hemos señalado,
es muy panorámico y muy concreto a la vez, por lo que es algo que hay que retomar
constantemente como base. La otra expresión, el número especial, pone las cosas en
claro sobre la historia de la revolución comunista y el papel de la nueva síntesis. Estas
dos obras encarnan una visión activa del futuro y una lucha activa por el futuro, lo que
es crucial por lo que se refiere al potencial de que las personas desarrollen “Luchar
contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”. Y eso se refiere no sólo a
nuestras posibilidades de desarrollar tal potencial sino a la posibilidad de que otras
personas lo desarrollen, avancen y den saltos a ver en concreto no sólo la deseabilidad
sino también la posibilidad, así como la necesidad, de esta revolución y de la lucha para
alcanzar un mundo comunista.
El internacionalismo y el enfoque estratégico de la revolución
En ese contexto de desarrollar nuestro trabajo general de construir un movimiento para
la revolución y de construir el Partido como su núcleo dirigente, como parte de la lucha
general en el mundo en su conjunto hacia el objetivo final del comunismo, el último
tema que quiero tratar es el internacionalismo y la lucha en el escenario internacional.
En primer lugar, quiero retomar lo que ya se ha recalcado, y que obviamente es un tema
sobre el que hay gran contienda entre los comunistas y autoproclamados comunistas,
pero es algo que se ha presentado, sobre todo desde la publicación de ¿Conquistar el
mundo? hace más de tres décadas: el que el escenario mundial es decisivo, en un sentido
general, en términos fundamentales y generales — hasta en términos de hacer la
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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revolución en un país específico así como del avance general de la revolución comunista
hacia la meta de la emancipación de toda la humanidad y el establecimiento del
comunismo en el mundo entero.
Ahora bien, no voy a intentar repetir o volver a hacer profunda o exhaustivamente todo
el análisis sobre por qué eso es así. Pero sí quiero hacer referencia a acelerar mientras se
aguarda y de donde tomamos esta formulación en primer lugar, la que luego aplicamos
a nuestro propio proceso de hacer la revolución como parte de la revolución mundial en
su conjunto. En efecto, tomamos esta formulación de Mao, del período de la guerra
contra la ocupación japonesa de China, la guerra anti-japonesa, según los
revolucionarios chinos la llamaban, en el contexto más amplio de la Segunda Guerra
Mundial. Cabe notar que Mao desarrolló esta formulación, acelerar mientras se aguarda,
diciendo específicamente que estamos acelerando mientras se aguardan los cambios en
la situación internacional. Y a lo que él se refería fue que los revolucionarios no estaban
sentados pasivamente aguardándose el surgimiento de acontecimientos más favorables
en la situación internacional —suspendiendo sus actividades y luchas revolucionarias
hasta que surgieran esas condiciones— pero al contrario, él reconocía dos cosas. Por un
lado, por así decirlo, en el equilibrio no iba a operarse un cambio inmediato y cualitativo
a una situación en la que pudieran acometer el poder estatal en el país a nivel nacional,
mediante la derrota del Kuomintang y los imperialistas detrás del mismo, a saber el
imperialismo estadounidense y el imperialismo británico en particular — que los
revolucionarios chinos no estuvieran en una posición en la que esas tareas estuvieran en
lo inmediato a la orden del día, que la situación objetiva en general no se hubiera
transformado y no iba a transformarse inmediatamente, ni por medio de sus propios
esfuerzos, hasta que dicha situación llegara a estar en la agenda política inmediata, por
así decirlo. Pero, asimismo, tampoco iban a llegar jamás a la situación en la que siquiera
pudieran llevar a cabo la revolución de nueva democracia y de ahí avanzar a la etapa
socialista, si se sentaran pasivamente a la espera de los cambios externos en el mundo
como un todo — y con “externos”, me refiero no solamente a los cambios fuera de China
sino a los cambios fuera de sus propios esfuerzos de generar cambios en la situación.
Por lo que, en oposición a esas dos orientaciones y tendencias erróneas, Mao recalcó
que lo que estamos haciendo es acelerar de forma activa mientras se aguardan los
cambios más amplios en la situación internacional general — y que esa orientación se
aplicaba tanto al objetivo inmediato de la lucha, el de derrotar al imperialismo japonés,
como al proceso revolucionario más amplio del cual ese objetivo inmediato era, en ese
momento, una etapa decisiva. Lo que él quería decir fue: bien, en este momento no
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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podemos ni siquiera jugárselas el todo por todo para expulsar a Japón y derrotar su
ocupación de China. No estamos en una posición de hacerlo; es necesario que se operen
más cambios en el mundo en su conjunto antes de que podamos acometer ese objetivo
de manera inmediata y directa, ni hablar de emprender el proceso general de derrocar a
todas las fuerzas reaccionarias en China e iniciar la etapa socialista por medio de la
revolución de nueva democracia. Mao decía, no estamos en una posición de hacer eso,
ni siquiera por lo que respecta a la ocupación japonesa, pero sí estamos en una posición
de combatir y contribuir activamente al proceso que lleve a derrotar al imperialismo
japonés y a romper su ocupación de China y que la revolución avance a otra etapa.
Por lo que en efecto a Mao le tomamos la formulación “acelerar mientras se aguarda”
— lo que es irónico porque nos atacan en nombre de Mao, en nombre de Mao nos atacan
por decir que el escenario mundial es decisivo, pero en esta formulación el mismo Mao
reconocía que el escenario internacional era decisivo. Y hemos adoptado y adaptado esta
formulación de acelerar mientras se aguarda. La hemos adoptado, pero también la hemos
adaptado a las particularidades de hacer la revolución en un país como Estados Unidos,
en el contexto de la situación mundial general. Pero si se analiza la revolución con el
objetivo final del comunismo —para repetir, retomando ese número especial del
periódico Revolución (sobre la historia del movimiento comunista y la sociedad
socialista, y la nueva síntesis del comunismo) o considerando en general la historia de
la revolución socialista— y cómo se ha hecho en diferentes países, no es casual — hay
dos errores que podríamos cometer. En primer lugar, no reconocer en qué contexto se
hicieron los importantes adelantos en las dos grandes revoluciones socialistas en el
mundo. La una se hizo en el contexto de la Primera Guerra Mundial, la otra en el
contexto de la Segunda Guerra Mundial. Y el que se hicieran así no era de ninguna
manera algo casual. Por lo que un error serio que se podría cometer es no reconocer que
ésa no es una relación casual o fortuita, sino que esas revoluciones ocurrieron por
razones muy materiales y de hecho constituyen una ilustración de cómo, en las dos
revoluciones, la situación internacional fue decisiva en última instancia y
fundamentalmente — que las contradicciones particulares en esos países cambiaron en
el contexto de los cambios en las contradicciones mundiales, y que se cambiaron
mediante lucha activa de modo que fuera posible abrir paso y derrocar el sistema
existente y emprender el camino socialista en concreto, con las distintas particularidades
de los dos países (Rusia y China). Por lo que un error serio es no reconocer esa dinámica
y las consecuencias de esa dinámica. Por otro lado, el error de hacer de esa dinámica un
absoluto — de tratarla de manera metafísica como si, dado que así ocurrió, así fuera
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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la única manera en que se pudiera hacer la revolución en países específicos (si no hoy
por medio de una guerra mundial debido a que así se podría destruir el mundo, pero por
medio de alguna especie de concentración similar de contradicciones a nivel
internacional), de que solamente en tal contexto se podría hacer alguna especie de
importante adelanto en el camino de la revolución socialista hacia el objetivo del
comunismo — pues, cometer ese error sería igualmente equivocado.
Para repetir, no se hacen las revoluciones por medio de fórmulas — no se hacen
mediante fórmulas ni en el sentido de recetas o fórmulas, ni siquiera en el sentido de un
gran análisis que, de todas maneras, recurre a fórmulas. Pero lo importante es que hay
una interconexión en cualquier situación específica, en cualquier período en un país
específico, entre la situación en ese país y la situación mundial general — o, en otras
palabras, la red interconectada general de contradicciones en la cual están ubicados ese
país específico y las contradicciones propias del mismo (en un sentido relativo).
¿Cómo es la manera correcta de aplicar ese análisis y cómo es la orientación correcta
para activamente practicar lo de acelerar mientras se aguarda, según la formulación
original de Mao y la manera en que la hemos adoptado y adaptado? De hecho, se ha
expuesto de forma muy concentrada en Lo BAsico 2:12. Quisiera examinarlo un poco
porque nos acusan —yo no simplemente quiero refutar acusaciones— sí quiero hacerlo,
al menos cuando éstas estén relacionadas con algo importante, pero en lo más
fundamental es importante recalcar concretamente, en oposición a las distorsiones del
análisis correcto, lo que constituyen la orientación y enfoque correctos. A continuación
cito algo que salió originalmente en El falso comunismo ha muerto... ¡Viva el auténtico
comunismo!, a principios de los años 1990, hace más de 20 años. He aquí lo que dice, y
quiero leerlo y luego hablar un poco sobre unos aspectos particulares de la cita y su
orientación general.
“Esas condiciones [las condiciones necesarias para el comunismo] solo se pueden
alcanzar a escala mundial, después de un largo y tortuoso proceso de transformación
revolucionaria en que habrá un desarrollo desigual, la toma del poder en diferentes
países en diferentes momentos, y una compleja dialéctica entre las luchas
revolucionarias y la revolucionarización de la sociedad en esos países… [una relación
dialéctica] en que lo fundamental y decisivo en última instancia es el escenario
internacional, y en que las luchas de los proletarios de diferentes países que se
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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compenetran mutuamente y se apoyan mutuamente constituyen el eslabón clave para
transformar fundamentalmente el mundo en su conjunto”.
Ahora bien, vale la pena reflexionar y adentrarnos en este pasaje en su totalidad y en
general, pero también quiero examinar aspectos particulares y cómo ilustran esa
totalidad, o cómo cuadran con la totalidad.
Bien, la cita comienza con una declaración con la cual estarían de acuerdo la mayoría
de las personas que son —o se consideran o se declaran—comunistas. Las condiciones
necesarias para el comunismo sólo se pueden alcanzar a escala mundial. Bueno, eso no
significa todo en el mismo momento, como esta declaración próximamente pone bien
claro. Pero en última instancia es necesario alcanzar el comunismo a escala mundial. De
no ser así, mientras el socialismo, un sistema radicalmente diferente, exista dentro de la
situación mundial general en la que sigue existiendo el imperialismo, pues tal situación
tendrá un efecto ya que esos países socialistas particulares no podrán avanzar al
comunismo. Así que no es posible que varios diferentes países avancen al comunismo
cada uno por su propio camino, y que al último todo se combine en un mundo comunista.
En última instancia, es necesario alcanzar el comunismo en el mundo en su conjunto,
aunque, como explica la siguiente parte de la declaración, también es necesario hacer
adelantos importantes y dar saltos para poder plasmar ese avance mundial en su
conjunto.
Nos acusan de decir — bueno, es como si nos acusaran, en esencia, de ser unos
trotskistas quienes dicen que es necesario hacer la revolución en todo el mundo, o al
menos en una parte grande del mundo, que incluye especialmente a los países
capitalistas con las fuerzas productivas más desarrolladas, o si no, no puede haber
socialismo en ninguna parte. No, eso no es lo que decimos. Decimos algo que lo
contradice tajantemente. Decimos algo materialista y dialéctico. Pues, ¿qué dice
exactamente? Sólo se pueden alcanzar las condiciones necesarias para el comunismo —
las condiciones materiales e ideológicas—, pero las condiciones necesarias para el
comunismo sólo se pueden alcanzar a escala mundial, después de un largo y tortuoso
proceso de transformación revolucionaria en que habrá un desarrollo desigual. Eso
quiere decir que se darán adelantos importantes, como se dieron en la Unión Soviética
o en China o en diferentes lugares. Habrá desarrollo desigual, que no se avanzará todo
de manera uniforme en todo el mundo.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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Lenin expuso muy tajantemente ese punto en aquel momento en que la Unión Soviética
se formaba y batallaba para sobrevivir, ante toda una sarta de reaccionarios y fuerzas
imperialistas que se confabularon para derrocarla. Todos esos socialdemócratas,
Kautsky y los demás, criticaban a la Unión Soviética — diciendo que era una perversión
del socialismo, de que no era democrática y además no era un país avanzado, era un país
atrasado, que debían de esperar que los países más avanzados evolucionaran
gradualmente hacia el socialismo, hasta que dichas fuerzas más avanzadas pudieran
darle la mano a la pobre Rusia atrasada, etcétera, etcétera. Lenin habló de una idea en
cierto modo como la caricatura de “Alphonse y Gastón” — siempre con su “usted
primero, no primero usted”. Como que, unos llegan a un portón, y dicen, “usted primero,
no primero usted”. Lenin dijo, miren, el problema ahí es que si todos esperan hasta que
los demás hagan la revolución, todos vamos a quedar suspendidos en el aire y nadie
nunca va a dar un importante adelanto. Por lo que, no es así, no es que todos lo hagan
juntos — o, en particular, no es que todos esperen hasta que las fuerzas productivas más
avanzadas del mundo capitalista, hasta que la clase obrera y su encarnación
socialdemócrata y su dirección reformista ahí evolucionen hacia el socialismo y se
lleven a toda la gente atrasada.
Esta idea va de la mano con una historia que escuché sobre la Unión Soviética. Unos
autodenominados comunistas alemanes estaban de visita en la Unión Soviética en los
años treinta y fueron a algunas zonas rurales donde todavía había letrinas — que a
propósito estaban en zonas rurales y aún se usan en algunas zonas rurales hasta en los
Estados Unidos tan “avanzados”, hablando de fuerzas productivas. De todos modos,
estaban de visita y vieron todas esas letrinas en el campo en la Unión Soviética, y uno
de esos supuestos comunistas alemanes dio vuelta a otro y dijo: “El socialismo se
desperdicia en este país”. Una expresión clásica de la “teoría de las fuerzas productivas”.
Imagínese, ahí estaban luchando por crear todas esas relaciones sociales avanzadas, pero
supuestamente el socialismo se desperdiciaba ahí porque todavía usaban letrinas en vez
de la alcantarillada moderna. Bueno, fue tal punto de vista el que dice — el punto de
vista socialdemócrata al estilo trotskista de que todos tengan que esperar hasta que el
mundo entero esté listo para hacerlo en conjunto o por lo menos hasta que los países con
las fuerzas productivas más desarrolladas en el mundo capitalista puedan abrir paso o
evolucionar hacia el socialismo, por medios reformistas, y de ahí llevarse a los demás.
Lo que se expone aquí es todo lo opuesto: que es “un largo y tortuoso proceso de
transformación revolucionaria en que habrá un desarrollo desigual” — en otras palabras,
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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se darán adelantos importantes en diferentes lugares, en diferentes momentos, “la toma
del poder en diferentes países en diferentes momentos, y una compleja dialéctica”
(noten: no un proceso lineal ni reduccionista, sino) “una compleja dialéctica entre las
luchas revolucionarias” (noten las palabras exactas) “y la revolucionarización de la
sociedad en esos países”. En otras palabras, las luchas revolucionarias — pero también
los lugares que se abran paso para tomar el poder concretamente y empiecen a
revolucionar la sociedad. Así que se trata de un mosaico, por así decirlo, de países
socialistas y otros países donde la revolución aún no se ha abierto paso y alcanzado el
socialismo en un momento dado, y “una compleja dialéctica entre las luchas
revolucionarias y la revolucionarización de la sociedad en esos países”.
Para seguir con la cita, una relación dialéctica “en que lo fundamental y decisivo en
última instancia es el escenario internacional” — eso es un lado de la contradicción, eso
es fundamental. ¿Qué es el otro lado? “En que las luchas de los proletarios de diferentes
países que se compenetran mutuamente y se apoyan mutuamente constituyen el eslabón
clave para transformar fundamentalmente el mundo en su conjunto”. ¿Qué significa?
Significa: ¿Qué factores constituyen la libertad para los comunistas y las masas
populares que éstos dirigen? Esa libertad surge de emprender la lucha revolucionaria y
hacer todo el cual hemos comentado para acelerar mientras se aguarda, y para dar
adelantos importantes donde sea posible.
Con eso regresamos al principio, donde empecé hoy, a la declaración en esos seis
párrafos de la Segunda parte de “Hacer y Emancipar”: Nadie puede decir de antemano
con exactitud. Este principio también se aplica aquí. El mero hecho de las dos
revoluciones de la Unión Soviética y China se hicieron en conexión con guerras
mundiales, y el mero hecho de que ese acontecimiento no fue fortuito —o casual o por
circunstancias— no significa que es la única manera en que podría ocurrir, y no significa
que se puede decir a ciencia cierta que nada sería posible hasta que, repito, algún factor
externo —externo a un país particular, pero también externo al trabajo que haga
cualquier fuerza revolucionaria— hasta que eso de alguna manera genere todas las
condiciones propicias para una revolución, que no sería posible ni siquiera dar un
adelanto importante cualitativo para derrocar el sistema en el poder y establecer un
nuevo estado revolucionario. Nadie puede decir con exactitud —de nuevo, se trata de
un principio muy importante— nadie puede decir con exactitud, en el contexto del
movimiento y transformación de la situación internacional, qué sería posible en
cualquier país dado.
¡Por una Cultura Nacional, Científica y Popular!
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No se trata de estar guardando pasivamente. Lo importante es acelerar activamente al
mismo tiempo que aguardar, tomando en cuenta todas las cosas concentradas en lo que
comenté anteriormente (sin repetirlas todas), sobre el contenido de esos seis párrafos al
comienzo de la Segunda parte de “Hacer y Emancipar”. De nuevo, se trata de una
relación dialéctica en que el escenario internacional es fundamental y decisivo en última
instancia —no necesariamente es decisivo en todo momento en cualquier país particular,
sino en general y en lo fundamental, es decisivo en lo fundamental y en última
instancia— mientras que, al otro lado de la contradicción, las luchas de los proletarios
de diferentes países que se compenetran mutuamente y se apoyan mutuamente
constituyen el eslabón clave — lo que podemos aprovechar para crear libertad por medio
de esas luchas a fin de transformar en lo fundamental el mundo en su conjunto. De esa
manera se transforma. No se transforma mientras estemos sentados aguardando que las
contradicciones mayores les entreguen la revolución en bandeja de plata a los
revolucionarios y las masas populares, y nadie puede decir con exactitud qué podría
resultar del trabajo de los revolucionarios y la lucha de las masas populares en cualquier
marco dado. No se trata de depender pasivamente de los cambios en el mundo objetivo
mayor y el escenario mundial mayor, si bien, en un sentido fundamental y en última
instancia, el escenario mundial es decisivo.
Para poder aplicar el internacionalismo de la manera más correcta y poderosa y también
para poder aplicar correctamente el método y enfoque necesarios para hacer la
revolución en general, es crucial entender correcta y científicamente el materialismo y
la dialéctica de ese principio.
Así que, voy a concluir con lo siguiente. De nuevo retomamos lo de la vanguardia del
futuro o el residuo del pasado. Retomamos lo que declara agudamente al respecto el
Manifiesto de nuestro Partido. Retomamos la necesidad, de nuevo, de no tener una
actitud pasiva pero de llevar activamente la lucha, que incluye una lucha muy aguda y
convincente, en el escenario internacional, en relación dialéctica con la realización del
trabajo concreto de construir el movimiento para la revolución y construir el Partido
como su núcleo dirigente en Estados Unidos como nuestra contribución, o como un
aspecto importante de nuestra contribución, a la lucha mundial general por el objetivo
final del comunismo, al mismo tiempo que emprendemos lucha en ese escenario
mundial por la nueva síntesis del comunismo y para atraer y desarrollar fuerzas —tanto
entre las fuerzas existentes como las nuevas que en el presente no se han ganado ni
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