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LAS ENSEANZAS DE DON RUBN JARAMILLOefranrojasbruschetta

"Jaramillo Rubn, como en la escuela. Presente!, contestar la tierra". (Miguel Guardia: Oracin Fnebre)

El pasado 23 de mayo se cumplieron 53 aos del asesinato de Rubn Jaramillo. Ahora, en ausencia de nuestro entraable amigo Flix Serdn, Mayor Insurgente, y como en muchas otras ocasiones, en este ambiente cargado de tensin poltica y contaminacin electoral. Ante la enorme presin del Estado sobre la ciudadana para obligarla a legitimar las elecciones en puerta, entre la indignacin, la incertidumbre, el desconcierto y la falta de opciones reales, conviene revisar las experiencias polticas de nuestro pueblo y asumir sus lecciones. No en busca de un gur iluminado que nos gue, sino para escuchar, desde cerca y junto (diran los viejos nahuas), la voz de uno de los nuestros. No un gua, sino un compaero. Don Rubn, Jaramillo, tal vez nos quiera decir algo.

1. La lucha poltica: lo social antes que lo militar. Iniciado en la lucha armada a sus 14 aos, jefe de tropa a los 17, Jaramillo tuvo siempre claro que el factor decisivo era la gente, el pueblo. La disyuntiva entre armas, leyes o votos (herramientas al cabo, no fines en s mismos), dependa siempre de la dinmica de la lucha social. Y sin duda, su mejor arma, su mayor herramienta, fue la honestidad: ese capital poltico ausente en los politiqueros profesionales que infestan el pas, y que le permiti construir slidos puentes con la gente, y construir pueblo. Su trayectoria bsica, ms que la del legendario guerrillero, es la del trabajador organizado y organizador, capaz de usar las leyes, las armas o los votos (combinados, incluso) segn la lucha social concreta los hiciera necesarios o posibles. En cualquier caso, lo electoral o lo militar se subordinaban a la lucha social, y no al revs. La legalidad misma era un marco de accin que tena que respaldarse desde la movilizacin social, sin subordinar la lucha ni a la perspectiva electoralista ni a la estrategia guerrillera, sino al contrario.2. El Plan de Cerro Prieto como proyecto de Patria. El jaramillismo fue la continuacin del zapatismo por otros medios. Quedaba claro que el escenario de la Revolucin haba cambiado, y que para cumplirla y continuarla haba que adaptarse a las nuevas condiciones, al mismo tiempo que se mantenan las demandas principales y los principios fundamentales. El Plan de Cerro Prieto, concebido en 1943 y redimensionado en 1957, correspondiendo a la necesidad poltica de explicar las causas del levantamiento jaramillista, fue una actualizacin y ampliacin del Plan de Ayala, y planteaba claramente los viejos/nuevos ejes y demandas: nacionalizacin de los recursos estratgicos e impulso al desarrollo econmico mediante la reforma agraria efectiva y la industrializacin, pero todo esto en manos y bajo control de los trabajadores y no de la burocracia corrupta; reconocimiento de los derechos polticos de las mujeres (muy importantes en el jaramillismo); exigencia de democracia real como garanta contra la corrupcin a todos los niveles. Todo permeado por, y sustentado en, una visin popular, obrera y campesina, nacionalista e internacionalista desde abajo.3. El factor yanqui. Desde los tiempos del Ejrcito Libertador del Sur, Jaramillo era de los que tenan claro el papel del capital y el gobierno gringos en la poltica nacional. Esto se acrecent en la lucha agraria posterior, especialmente en la lucha contra los nuevos cacicazgos como el del cnsul William Jenkins, asesino de su hermano Porfirio Jaramillo y de Dolores Campos (Lola, la Agrarista), as como los especuladores urbanos, prestanombres de funcionarios nacionales y capitalistas gringos, que invadan las tierras morelenses. Se sabe que Jaramillo era considerado un riesgo para la seguridad nacional de los Estados Unidos (se lleg a propalar la absurda versin de que intentaba secuestrar a Kennedy) y que su muerte no es ajena a las presiones yanquis. Emblemticamente, el conflicto social que lo llev a la muerte, las tierras de Michapa y El Guarn, llevaba implcitos los mismos ingredientes: reivindicacin agraria, corrupcin gubernamental, capital gringo a travs de prestanombres... Su simpata hacia la joven Revolucin Cubana confirmaba la alarma de los gringos.4. Los lmites. Sometido a la enorme presin del gobierno y sus amos (persecucin, fraude electoral contra su Partido Agrario Obrero Morelense, infiltracin, asesinatos y desapariciones), el jaramillismo despleg cuanto pudo su creatividad poltica: una poltica de alianzas amplia que no desdibujaba sus principios; la visin programtica del Plan de Cerro Prieto derivando en una perspectiva estratgica hacia una nueva revolucin, para lo cual se vincul con los movimientos obreros, magisteriales y estudiantiles, en efervescencia desde finales de los 50; la dinmica de articular movilizacin social, tramitacin legal, participacin electoral, organizacin clandestina, autodefensa armada y perspectiva revolucionaria.Empero, la confianza en las promesas de Lpez Mateos, en la vigencia de la amnista y la Ley de Amparo a las que se acogi Rubn, la perspectiva errnea de que el Estado respetara el lmite de su propia legalidad, ms el desgaste producto de sus condiciones de lucha, y el debilitamiento y fallas de su estructura organizativa, paradjicamente en un momento de amplia movilizacin social (con el caso de Michapa y El Guarn), facilitaron el asesinato de Rubn y su familia, y lo ms grave: el declive del movimiento.

Tras su muerte, muchos jaramillistas se incorporaron a otras perspectivas de lucha, aportando su experiencia. El jaramillismo se hizo puente entre el zapatismo de Emiliano y el del EZLN, pasando por las luchas rurales y urbanas de los 60s, 70s y 80s. Don Rubn sigue cabalgando y enseando. Podremos escuchar lo que nos dice?

https://www.youtube.com/watch?v=bRyJBRTDmhc

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