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LA REPRESENTACIN DEL PROCESO DE INDEPENDENCIA EN EL PAPEL PERIDICO ILUSTRADO. 1881 - 1887.
WILSON FERNEY JIMNEZ HERNNDEZ.
UNIVERSIDAD DEL VALLE FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE HISTORIA
PROGRAMA DE LICENCIATURA EN HISTORIA Cali, Enero de 2011
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LA REPRESENTACIN DEL PROCESO DE INDEPENDENCIA EN EL PAPEL PERIDICO ILUSTRADO. 1881 - 1887.
WILSON FERNEY JIMNEZ HERNNDEZ.
Trabajo de grado presentado para optar al ttulo de Licenciado en Historia
Dirigido por:
GILBERTO LOAIZA CANO
UNIVERSIDAD DEL VALLE FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE HISTORIA
PROGRAMA DE LICENCIATURA EN HISTORIA Cali, Enero de 2011
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A Mireya, mi madre, por regalarme la felicidad de su compaa,
por llenar de ternura todos los espacios, por apoyarme en cada proyecto,
por ayudarme a ser lo que soy, por permitirme soar
y comprobar a travs suyo que existen bellos seres humanos.
A Roberto, mi padre, mi enanito,
como homenaje en su ausencia, por toda una vida de sacrificio y de trabajo al sol,
por infundirme con empeo el amor al estudio, para que aqu en mi imaginacin,
donde aun vive, tenga otro motivo para sentirse orgulloso.
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AGRADECIMIENTOS Las notas de agradecimiento casi siempre son cortas e incompletas, muchos se escapan; en
otras ocasiones pueden parecer ambiguas e incluso injustas, pues aquellos que nombramos
representan ms de lo que podemos escribir al recordarlos. Estas notas no son cortas, pero
si incompletas y tratan de ser justas. Procuran tener la particularidad, no slo de nombrar,
sino de detallar y sintetizar las influencias y aportes para un proceso de formacin que
empez a muy temprana edad y que cada da es ms grande y ambicioso.
Son mltiples las personas y los espacios que han contribuido al origen y desarrollo de mis
inquietudes por los problemas histricos. En casa, muy nio, mi madre, las lecturas, los
noticieros, los amigos luchadores y la realidad poltica de nuestro pas, aportaron elementos
para una mirada crtica.
Aos despus los compas de Asecuva, la Asociacin de Estudiantes de Contadura Pblica
de la Universidad del Valle, incentivaron en m el acercamiento a las ciencias sociales y
humanas. All, junto a Carlos Andrs Muoz, ms conocido como Chente, Claudia Barrios,
Johanna Marcela Moreno, Tatiana Fquene, Jorge Lemos, William Rojas, y muchos otros,
nos llenamos de preguntas, lecturas, licor y complicidades. Pasamos de filosofa de la
ciencia a historia econmica, historia de la educacin, sociologa, literatura, poltica, arte;
viajamos por gran parte del pas asistiendo a congresos, foros, reuniones regionales y
aprovechamos cada espacio, cada amigo y cada texto para pensarnos, escribir y aportar.
Fueron mis conversaciones con Claudia, mi amiga ms preciada y leal, y la urgencia por
comprender procesos que por aquel entonces afectaban nuestra conciencia latinoamericana
y nuestro concepto de modernidad, lo que me llev a decidirme por la historia.
Una vez en historia cont con el privilegio de conocer a Carmen Cecilia Muoz, Mauro
Vega y Viviana Arce. Carmen, siempre incondicional, me regal el honor de convertirme
en su protegido, me brind su amistad y su apoyo para acercarme a problemas de historia
del arte y patrimonio. Me permiti acompaarla en sus investigaciones as como tambin
participar en diferentes proyectos con restauradores, artistas plsticos y arquitectos. Gracias
a ella gran parte de mi produccin investigativa ha estado relacionada con museos, archivo,
patrimonio y guiones museogrficos.
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Mauro Vega fue el mejor profesor que tuve en mi carrera. La rigurosidad de sus lecturas y
la complejidad de su pensamiento se convirtieron rpidamente en incentivo para desarrollar
problemas, conocer autores, identificar tendencias, repensar conceptos e indagar aspectos
tericos. Me ofreci su valiosa amistad y me confi gran parte de su ms preciado tesoro:
sus libros. Su compromiso con la disciplina histrica y con la formacin de sus estudiantes,
hacen de l un ser admirable.
Viviana Arce fue un apoyo vital en momentos difciles. Siempre supo aconsejarme para
tomar decisiones complejas, apoy mi trabajo, acompa mis bsquedas y me impuls a
afrontar nuevos retos. En mltiples ocasiones me ayud financieramente y me regal su
tiempo. Fue la amiga ms cercana con que pude contar durante mis estudios de historia.
Por fortuna Carmen, Mauro y Viviana continan acompandome en mis proyectos. Espero
poder disfrutar de ese privilegio por mucho tiempo.
Otras personas han sido de fundamental importancia para mi carrera y para el desarrollo de
este trabajo. Mi compaera, Carolina Vlez, aport ideas cruciales para esta investigacin,
con gran amor y paciencia soport mis insomnios y demoras y estimul mi produccin,
siempre dispersa en mltiples intereses y proyectos.
Gilberto Loaiza, mi director de trabajo de grado y a su vez director de nuestro grupo de
investigacin Nacin-Cultura-Memoria, estuvo pendiente de mis avances, me acompa en
varios de los proyectos que desarrollamos a nombre del grupo y contribuy rigurosamente a
que este trabajo cumpliera sus objetivos.
Mi familia, en especial mi madre, la inspiracin de mi vida, ha apoyado todas mis ideas y
proyectos. Sin su amor, colaboracin y paciencia hubiera sido muy difcil concretar la
escritura de este trabajo.
Debo un agradecimiento especial a la profesora Ruth Acua de la Universidad Externado
de Colombia y al profesor William Lpez del Instituto de investigaciones estticas de la
Universidad Nacional, por facilitarme una versin digital de sus tesis de maestra.
Finalmente agradezco a Mara Garca, nuestra invaluable secretaria del plan de historia y a
mis amig@s y colegas Mayra Beltrn, Esteban Morera, Viviana Olave, Ana Mara Henao y
Cristina Cabrera por su acompaamiento y apoyo.
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TABLA DE CONTENIDO
Introduccin 8
Captulo 1. Inicios e instauracin de la regeneracin. 25
1.1. De los radicales a la regeneracin. 26
1.2. Instauracin de un proyecto. 55
Captulo 2. Publicaciones peridicas y grabado en el siglo XIX. 63
2.1 Imprentas y publicaciones peridicas. 63
2.2 Tipos de peridicos. 68
2.3 Publicaciones ilustradas y grabados 80
Captulo 3. El Papel Peridico Ilustrado. 104
3.1 Bogot en 1881 105
3.2 Publicaciones peridicas entre 1881 y 1887 114
3.3 Factores potencializadores del
Papel Peridico Ilustrado 117
3.4 Confesionalismo catlico y herencia espaola
en el Papel Peridico Ilustrado 126
Captulo 4. Representacin de la Independencia en los grabados
del Papel Peridico Ilustrado. 145
4.1 Hroes o individuos. 152
4.2 Lugares o escenarios. 190
4.3 Objetos. 193
4.4 Medallas. 195
4.5 Monumentos. 199
Conclusiones 209
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Anexos.
Anexo 1. Imprentas existentes en Colombia
desde el siglo XVIII hasta 1880. 212
Anexo 2. Publicaciones peridicas en Colombia,
1877-1880. 217
Anexo 3. Publicaciones peridicas en Colombia,
1881-1887. 229
Anexo 4. Grabados sobre hroes o individuos
relacionados con la Independencia en las
portadas del Papel Peridico Ilustrado. 238
Bibliografa 244
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INTRODUCCIN
La Independencia fue necesariamente un intenso proceso comn de cambios y
continuidades, de creacin de imaginarios, y configuracin de lenguajes polticos que
tuvieron como objetivo principal la legitimacin del ejercicio del poder de las nuevas lites
polticas.
La construccin de un relato coherente que posibilitase afianzar la idea de nacin requiri
estructurar formas de identidad colectiva mediante procesos de creacin, ordenamiento y
difusin de un amplio cuerpo de representaciones mentales soportadas en imgenes y
palabras. La forma de definir la nueva herencia histrica a partir de imgenes deriv en un
tipo particular de mirada sobre el pasado, el presente y el futuro de la nacin.
Las imgenes destacaron la accin y costumbres de agentes sociales especficos, el marco
de confrontacin blica con ejrcitos regulares e irregulares, el reconocimiento del territorio
y todo un universo simblico identificado con un imaginario de comunidad poltica.
A lo largo del siglo XIX, la construccin de un discurso sobre la Independencia a partir de
imgenes respondi a polticas de la memoria y usos pblicos de la historia que
contribuyeron a la configuracin de una comunidad poltica imaginada, identificada con
representaciones visuales y significados acordes a una idea de nacin.
Durante la primera mitad del siglo, la produccin de pintura al leo, las representaciones de
viajeros en acuarelas y grabados y las celebraciones de fiestas patrias, caracterizaron la
poltica de representacin visual sobre la que se construy la idea de Independencia y el
relato de nacin. A stas se sumaron desde mediados de siglo las exposiciones nacionales y
hacia las dos ltimas dcadas, las publicaciones ilustradas, la coleccin del museo nacional,
y la participacin directa e indirecta de Colombia en las exposiciones universales.
La iconografa de la Independencia que se identific con el discurso de nacin, fue
desarrollada durante el siglo XIX, concentrndose en varios aspectos: resaltar las imgenes
de individuos como Simn Bolvar, Francisco de Paula Santander y Antonio Nario, entre
otros; abordar la temtica de guerras; identificar lugares o escenarios; desarrollar alegoras
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cargadas de un fuerte simbolismo; caracterizar y atribuir significados a objetos y
rememorar episodios.
En el contexto de transicin poltica y cultural que constituy la regeneracin, las
estrategias de memoria y olvido fluctuaron entre propuestas de organizacin poltica e
institucional, en un principio de corte liberal, laico, progresista e ilustrado y posteriormente
de corte conservador, centralista, catlico y tradicionalista.
Haca las dos ltimas dcadas del siglo, este segundo carcter afianz su proyecto e impuso
otras formas de legitimidad, otros discursos y otras ideas para reconstruir representaciones
sobre el pasado.
El reconocimiento de hroes o individuos notables sigui siendo el punto ms notable,
mientras que la temtica de guerras fue voluntariamente oculta en el olvido, producto de las
experiencias blicas de mitad de siglo, que impidieron instaurar un Estado rigurosamente
organizado.
La necesidad de construir legitimidad ante la poblacin requiri acompaar la construccin
de hroes con representaciones monumentales en el espacio pblico, fiestas cvicas y
medallas. Sin embargo la herramienta ms importante fue la publicacin ilustrada, pues sta
posibilit acceder con mayor contundencia y rapidez a grandes masas de poblacin.
La principal publicacin ilustrada del siglo XIX fue el Papel Peridico Ilustrado. Su
importancia radic en que reuni un numeroso grupo de intelectuales y grabadores, que de
manera rigurosa, didctica, amena y artstica, abord temticas de historia, ciencias,
narrativa, poesa, msica, geografa, bellas artes, entre otras, resaltando lo nacional, pero
vinculndolo a su vez con una idea de tradicin cultural occidental.
Bajo la direccin de Alberto Urdaneta, el Papel Peridico Ilustrado, sin ser un peridico
oficial, public 604 grabados, de los cuales, un importante nmero contribuy a construir y
afianzar una idea de nacin y un discurso sobre la Independencia.
Esta investigacin pretende reconstituir el proceso mediante el cual, entre 1881 y 1887, los
grabados del Papel Peridico Ilustrado, representaron un discurso sobre el proceso de
Independencia, posibilitando el desarrollo de estrategias de legitimacin del proyecto de
regeneracin y configurando repertorios iconogrficos. Estos repertorios se concentraron en
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cinco temticas: hroes o individuos, lugares o escenarios, objetos, medallas y
monumentos.
Analizar las formas de representacin del discurso sobre la idea de Independencia, a partir
de imgenes, implica necesariamente reflexionar sobre los conceptos conmemoracin y
memoria colectiva en relacin con la configuracin de identidades y el proyecto de
nacin.
Acerca del concepto conmemoracin, Paul Ricoeur plantea que las conmemoraciones son
el lugar de articulacin entre lo normativo y lo narrativo en el marco de relatos que se
pueden calificar de polticos, tales como los relatos fundadores de la comunidad poltica1.
El elemento normativo hace referencia a toda una serie de polticas de la memoria que
regulan las formas de identidad y que responden a un proyecto de nacin, mientras que el
elemento narrativo lo constituye toda una serie de discursos con fuertes cargas de
significado relativas a las ideas de conciencia histrica, identidad de pueblo, emancipacin
poltica y nacin como construccin socio-cultural.
En este sentido se puede afirmar que la conmemoracin de un acontecimiento del pasado
constituye un acto de identidad, y que por tanto se trata de una construccin
epistemolgica que configura inteligibilidad2, o en palabras de Isaiah Berlin, una
proyeccin mental en el pasado de la actividad de seleccin y ajuste, de bsqueda de
coherencia y unidad, junto con el intento de refinar esta actividad con toda la auto-
conciencia de la que somos capaces3.
Esta inteligibilidad es posible porque toda conmemoracin histrica es un acto de
representacin, de reactualizacin, de creacin y re-creacin de significados que se
construyen y reviven en la memoria colectiva para permanecer en el tiempo. Se trata de un
proceso que se configura a travs de categoras y esquemas.
1 RICOEUR, Paul. Respuesta a mis crticos. Revista Fractal No. 13. Abril-junio, 1999. Ao 3. Volumen IV, pp. 129-137. [online]. [Consultado: Febrero 26 de 2010]. Disponible en: www.fractal.com.mx/F13ricoe.html 2 DAZ, Hctor ngel. Sentido y significado del acontecimiento histrico. Los quinientos aos del descubrimiento. Una conmemoracin extraa a nuestra identidad histrica. Revista Universidad INCCA de Colombia. No.4, Octubre de 1992. Bogot. Pg. 9. 3 ISAIAH, Berlin. The concept of scientific History. En: Concepts and Categories. Philosophical Essays. Viking Press. New York. Pg. 133. Citado por: TENORIO, Mauricio. Amrica. Historia y conmemoracin. En: Estudios. Filosofa, Historia, Letras. No.25, verano de 1991. Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico. Mxico, D.F. Pg. 33.
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En este orden de ideas, la referencia a la memoria, que implica una necesaria referencia al
olvido, tiene que ver con el carcter voluntario o involuntario de su uso, y con la forma en
que la memoria colectiva puede determinar importantes consecuencias para la identidad
colectiva.
Es por esta razn que la memoria, como ejercicio de reactualizacin en funcin del
presente, est sustentada en unas tcnicas o soportes de memoria entre las que se
encuentran las imgenes que permiten que el pasado se actualice, la referencia a lugares
como espacios precisos donde se cristaliza y reactualiza el contenido del recuerdo o del
relato, el uso de lenguajes especficos o vocabularios bsicos que dan el marco de
inteligibilidad y las redes de sociabilidad que se entienden como puntos de encuentro y
confluencia.
Imgenes, palabras, lugares y redes de sociabilidad son elementos constitutivos de los
sistemas de representacin o de sentido que establecen los grupos sociales, y en el mbito
de las representaciones polticas dan cuerpo a abstracciones conceptuales que hacen
referencia a una concepcin ideolgica del mundo que el historiador debe aprehender.
En estas representaciones se puede desarrollar un deslizamiento o desplazamiento de
sentido, donde smbolos ya disponibles estn dotados de otras significaciones diferentes a
sus significaciones normales o cannicas4, definiendo conjuntos de ideas que
potencialzan formaciones ideolgicas, crean referentes identitarios y fundamentan
principios de legitimidad del poder. Las imgenes referidas al proceso de Independencia se
caracterizan por experimentar estos desplazamientos.
En el Papel Peridico Ilustrado, la herramienta principal para la configuracin de una
memoria histrica sobre el proceso de la Independencia fue la reproduccin, en las portadas
de nmero, de retratos sobre individuos caracterizados como hroes.
En cuanto al retrato hay que destacar que su funcin principal, la evocacin de la persona
representada, variaba de acuerdo a la temporalidad en que se inscriban el retratado y el
observador, atribuyendo por esto diferentes significados a la representacin. El retrato
poda ser generador de notoriedad pblica presente de personas o de los hechos con que se
4 CASTORIADIS, Cornelius. La Institucin imaginaria de la sociedad. Volumen 2: El imaginario social y la institucin. Editorial Tusquets, Barcelona, 1989. p 190.
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vinculaban los retratados, poda tener funciones conmemorativas, e incluso sustituir a la
persona representada, como suceda con la imagen del rey en la colonia.
La composicin del retrato tambin conllevaba distintos significados. Segn Norbert
Schneider, a partir del siglo XV el retrato de cuerpo entero queda reservado para los
soberanos y la nobleza. Otros ms pequeos, hasta los muslos, llamados de semigrandeza,
para gente importante, pero no tanto como la nobleza, y en un ltimo lugar se encuentran
los bustos con sus diferentes variaciones, de perfil, de frente, tres cuartos, y semirretrato5.
Estas variaciones composicionales y sus significados, sin embargo, han cambiado con el
tiempo.
Otro elemento importante fue la indumentaria y los accesorios del retratado. Un gesto, un
traje de militar o de civil, un libro, el escenario, la posicin, podan generar distintos
significados. Algunas imgenes de Bolvar, por ejemplo, fueron alteradas aos despus de
ser elaboradas por los autores, con el objetivo de darle un carcter ms civil que militar,
pues as poda ser identificado como un ciudadano modelo.
En cuanto a los estudios historiogrficos sobre la relacin historia, imagen y el proceso de
Independencia, stos han hecho nfasis en obras, artistas, temticas o repertorios y en su
mayora, se han enfocado en la tcnica de pintura al leo y su presentacin en espacios
institucionales.
Los estudios se pueden clasificar inicialmente en dos categoras: en perspectiva amplia de
pases andinos o Hispanoamrica y en el marco Colombiano.
Los estudios en perspectiva amplia de pases andinos o Hispanoamrica son:
REYERO, Carlos. La pintura de historia en Espaa. Esplendor de un gnero en el siglo
XIX. Ediciones Ctedra. Madrid, 1989; CURIEL, Gustavo. GONZLEZ MELLO,
Renato. GUTIRREZ HACES, Juana. (Editores). Arte, historia e identidad en Amrica:
Visiones comparativas. XVII Coloquio Internacional de Historia del Arte. Universidad
5 SCHNEIDER, Norbert. El arte del retrato: las principales obras del retrato europeo 1420-1670. Colonia: Benedikt Taschen, 1995. Citado por: RINCN, Mara Catalina. ROBAYO, Andrs. Retratos de prceres y mrtires de la Independencia de Colombia. Acercamiento a la coleccin de Constancio Franco Vargas. Trabajo de grado para optar al ttulo de restaurador de bienes muebles. Bogot: Universidad Externado de Colombia. Facultad de Restauracin de Bienes Muebles, 2004. p. VIII.
13
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Ivonne. Aproximacin a la idea de "lo propio" en el arte latinoamericano a fines del siglo
XIX y comienzos del siglo XX. En: Historia crtica. Revista del departamento de historia de
la Facultad de humanidades y ciencias sociales de la Universidad de Los Andes. No.13.
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NACIONAL DE BELLAS ARTES. La fabricacin del Estado 1864-1910. Los pinceles
de la Historia. Mxico, 2003; MOLINA, lvaro. Memoria y representacin visual: la
idea del Estado y la nacin en el largo siglo XVIII espaol. En: Discutir el canon.
Tradiciones y valores en crisis, Buenos Aires. CAIA, 2003, pp. 259-271; ORTEMBERG,
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Beatriz y ANDERMANN, Jens. Galeras del progreso. Museos, exposiciones y cultura
visual en Amrica Latina. Beatriz Viterbo Editora. Argentina, 2006; GUTIERREZ,
Ramn y GUTIERREZ VIUALES, Rodrigo. Amrica y Espaa, imgenes para una
historia. Independencia e identidad, 1805-1925. Fundacin MAPFRE. Madrid, 2006;
FLORESCANO, Enrique. Imgenes de la patria a travs de los siglos. Taurus. Mxico,
2006.
Para efectos de esta investigacin, los estudios historiogrficos sobre la relacin historia,
imagen y el proceso de Independencia en el marco Colombiano, se pueden clasificar en
cinco categoras: 1. Arte en Colombia siglos XIX; 2. Arte sobre el proceso de
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Independencia; 3. Estudios que resaltan individuos; 4. Temticas de guerra; 5. Artes
grficas.
1. Sobre el Arte en Colombia siglo XIX, los estudios realizados son: SAMPER ORTEGA,
Daniel. Breve historia de la Escuela Nacional de Bellas Artes. En: Iniciacin de una gua
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GIRALDO JARAMILLO, Gabriel. La pintura Colombiana en 1874. En: Vida. Revista
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No.63. Segunda poca. Agosto-Diciembre de 1954. Dir. Gerardo Valencia. Bogot. Pgs.
18 26; GIRALDO JARAMILLO, Gabriel. Notas y documentos sobre el arte en
Colombia. Bogot: ABC Editorial, 1954; ROZO M, Daro. Vicisitudes de una academia.
Evocacin de la Escuela de Bellas Artes. En: Lecturas dominicales. El Tiempo. Domingo
30 de septiembre de 1962. Pg. 5; BARNEY CABRERA, Eugenio. Resea del arte en
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y primeras dcadas del XX. En: Historia del arte colombiano. Tomo 6. Salvat Editores.
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Instituto Colombiano de Cultura. Editorial Andes. Bogot, 1978; ORTEGA RICAURTE,
Carmen. Diccionario de Artistas en Colombia. 2da. Edicin. Bogot: Plaza & Janes.
Editores Colombia Ltda, 1979; FAJARDO DE RUEDA, Martha. (Curadora) Presencia de
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Agosto Septiembre de 1986; SNCHEZ CABRA, Efran. Ramn Torres Mndez. Pintor
de la Nueva Granada: 1809-1885. Bogot: Fondo cultural cafetero, 1987; BARNEY
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1989; GONZLEZ, Beatriz. Las artes plsticas en el siglo XIX. En: Gran enciclopedia
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RUBIANO CABALLERO, Germn. El dibujo en Colombia. De Vsquez de Arce y
Ceballos a los artistas de hoy. Bogot: Planeta Colombiana Editorial, 1997; BERMDEZ,
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desamortizacin. En: Revista Ensayos. No. 5. Universidad Nacional de Colombia -
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Colombia. Trabajo de grado para optar al ttulo de Maestra en Historia y Teora del Arte.
Facultad de Artes y Arquitectura. Universidad Nacional de Colombia. Bogot, 2005;
PREZ, Amada Carolina. Carta de Fidel Pombo a Santiago Corts. Coleccin de
documentos histricos. Cuadernos de curadura No. 3. Museo Nacional de Colombia.
Bogot, 2006; RODRGUEZ PRADA, Mara Paola. Origen de la institucin museal en
Colombia: entidad cientfica para el desarrollo y el progreso. Aproximaciones a la historia
del Museo Nacional. Cuadernos de Curadura. No. 6. Museo Nacional de Colombia.
Bogot, Enero de 2008; OCHOA FLREZ, Antonio. Los catlogos: una fuente para la
historia del Museo Nacional. Cuadernos de Curadura. Museo Nacional de Colombia. No.
8, Enero de 2009; LONDOO VLEZ, Santiago. Breve historia de la pintura en
Colombia. Fondo de Cultura Econmica. Bogot, 2005; VSQUEZ RODRGUEZ,
William. Escuela Nacional de Bellas Artes, 1886-1899. Tesis de grado para optar al ttulo
de Maestra en historia y teora del arte y la arquitectura. Universidad Nacional. 2008;
PREZ, Amada Carolina. Museo, peregrinaciones y misiones. Tres espacios de
representacin de los habitantes del territorio nacional. Colombia 1880-1910. Proyecto de
Investigacin Doctoral. s.f.; PREZ, Amada Carolina. Hacer visible, hacerse visibles: la
nacin representada en las colecciones del museo. En: Memoria y sociedad. Vol. 14. No.
28. Revista del Departamento de Historia y Geografa. Pontificia Universidad Javeriana.
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centenario en 1910. En: Las historias de un grito. Doscientos aos de ser colombianos.
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Octubre de 2010. Pgs. 104-129; ROMERO LEAL, Zulma. Construyendo el sujeto
poltico: El pueblo como legitimador del orden poltico en la crisis monrquica. Nueva
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- Diciembre de 2010.
2. Los estudios referentes al arte del siglo XIX, en relacin con el proceso de
Independencia son:
BARNEY CABRERA, Eugenio. Manifestaciones artsticas en tiempos revueltos. En:
Historia del arte colombiano. Tomo 6. Salvat Editores. Bogot, 1977. Pgs. 1221-1238;
FAJARDO DE RUEDA, Martha. El arte popular en la Independencia. En: Historia de
Colombia. Salvat editores. Bogot, 1986. Fascculos 56 y 57; FAJARDO DE RUEDA,
Martha. Nuevos modelos estticos para una nueva repblica independiente. Estudio sobre
las influencias francesas en la iconografa de los prceres. En: Revista Divulgacin
Cultural. No.3. Universidad Nacional de Colombia. Diciembre de 1990; LONDOO
VLEZ, Santiago. Arte del siglo XIX. Pintores de la Independencia, La Academia
artstica finisecular. En: Arte Colombiano. 3500 aos de Historia. Coleccin Banco de la
Repblica. Villegas Editores. Bogot, 2001. Pgs. 141-160, 179-186; BARRIGA DEL
DIESTRO, Fernando. Herldica y xilografa en la Independencia y en la repblica de
Colombia. En: Boletn de historia y antigedades. Vol. 89. No. 817. Abril-Junio de 2002.
Pgs. 261-314; GONZLEZ, Beatriz. Grfica crtica entre 1886 y 1900. En: Miguel
Antonio Caro y la cultura de su poca. SIERRA MEJA, Rubn. (Editor). Universidad
Nacional de Colombia. Bogot, 2002. Pgs. 279-317; RINCN, Mara Catalina y
ROBAYO, Andrs. Retratos de Prceres y mrtires de la Independencia. Acercamiento a
la coleccin de Constancio Franco Vargas. Trabajo de grado para optar al ttulo de
Restaurador de bienes muebles. Universidad Externado de Colombia. Bogot, 2004;
GONZLEZ, Beatriz. El arte Colombiano en el siglo XIX. Fondo Cultural Cafetero.
Bogot, 2004; MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. Smbolos de la libertad en el
comienzo de la Independencia. Coleccin de numismtica. Cuadernos de curadura No.1.
Bogot, 2005; CHICANGANA, Yobenj Aucardo. Hroes, alegoras y batallas.
Tipologa de pinturas sobre la Independencia. En: Historia, trabajo, sociedad y cultura.
18
Ensayos interdisciplinarios; Renzo Ramrez, Susana Gonzlez, Yobenj Aucardo
Chicangana. La carreta Editores. Medelln, 2008. Pgs. 13-32; RIVIERE VIVIESCAS,
Luisa Fernanda. La formacin de ciudadanos en la obra de Constancio Franco Vargas,
1873-1891. Trabajo de grado para optar al ttulo de Historiadora. Pontificia Universidad
Javeriana. Bogot, 2008; CHICANGANA, Yobenj Aucardo. La Independencia en el arte
y el arte en la Independencia. Historia Hoy. Aprendiendo con el bicentenario de la
Independencia. Ministerio de Educacin Nacional. Bogot, 2009; RIVIERE VIVIESCAS,
Luisa Fernanda. Lo ideal en lo visual: arte y repblica en la Coleccin Franco-Rubiano-
Montoya. Cuadernos de Curadura. Museo Nacional de Colombia. No.9, Julio de 2009;
PREZ, Amada Carolina. Museo, peregrinaciones y misiones. Tres espacios de
representacin de los habitantes del territorio nacional. Colombia 1880-1910. Proyecto de
Investigacin Doctoral. s.f.; PREZ, Amada Carolina. Hacer visible, hacerse visibles: la
nacin representada en las colecciones del museo. En: Memoria y sociedad. Vol. 14. No.
28. Revista del Departamento de Historia y Geografa. Pontificia Universidad Javeriana.
Bogot, Enero Junio de 2010. Pgs. 85 106; REY-MRQUEZ, Juan Ricardo.
Nacionalismos aparte: antecedentes republicanos de la iconografa nacional. En: Las
historias de un grito. Doscientos aos de ser colombianos. Exposicin conmemorativa del
Bicentenario. Museo Nacional de Colombia. Bogot. Julio Octubre de 2010. Pgs. 1-36;
CHICANGANA, Yobenj Aucardo. contando una historia nacional: la configuracin de
la iconografa sobre la Independencia, 1830-1880. En: Las historias de un grito.
Doscientos aos de ser colombianos. Exposicin conmemorativa del Bicentenario. Museo
Nacional de Colombia. Bogot. Julio Octubre de 2010. Pgs. 37-74; PREZ, Amada
Carolina. La Independencia como gesta heroica en el continuo histrico nacional: la
Densidad de la representacin, 1880-1909. En: Las historias de un grito. Doscientos aos
de ser colombianos. Exposicin conmemorativa del Bicentenario. Museo Nacional de
Colombia. Bogot. Julio Octubre de 2010. Pgs. 75-103; ACOSTA LUNA, Olga Isabel.
Narraciones patrias. Representacin pictrica de sucesos histricos de la Independencia
durante la primera mitad del siglo XX. En: Las historias de un grito. Doscientos aos de
ser colombianos. Exposicin conmemorativa del Bicentenario. Museo Nacional de
Colombia. Bogot. Julio Octubre de 2010. Pgs. 166-192
19
3. Los estudios que resaltan individuos son:
URDANETA, Alberto. Esjematologa o ensayo iconogrfico de Bolvar. En: Papel
peridico ilustrado. Nos. 46 a 48. Ao II. 1883. Pgs. 403-422; URIBE WHITE, Enrique.
Iconografa del libertador. Ed. Lerner Ltda. Bogot, 1983; HERNNDEZ DE ALBA,
Guillermo y RESTREPO URIBE, Fernando. Iconografa de Don Antonio Nario y
recuerdos de su vida. Publicismo y Ediciones. Bogot, 1983; MORENO DE ANGEL,
Pilar y RODRGUEZ PLATA, Horacio. Santander. Su iconografa. Litografa Arco.
Bogot, 1984; MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. Policarpa 200. Exposicin
conmemorativa del bicentenario del nacimiento de Policarpa Salavarrieta. Cuadernos
Iconogrficos del Museo Nacional de Colombia. No. 1. Bogot, 19966; CORDOLIANI,
Silda y MAGGI, Mara Elena. Simn Bolvar. Un retrato ilustrado. Editorial CEC, SA.
Caracas, 2002; MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. Francisco Jos de Caldas. El
mercader que escrutaba las estrellas. Cuadernos Iconogrficos del Museo Nacional de
Colombia. No. 3. Bogot, 2002; FAJARDO DE RUEDA, Martha. El culto al libertador
Simn Bolvar a travs de su iconografa. Revista Ensayos No.-. Revista del Instituto de
Investigaciones Estticas. Universidad Nacional. Bogot; MUSEO NACIONAL DE
COLOMBIA. El libertador Simn bolvar, creador de Repblicas. Iconografa revisada
del libertador. Cuadernos Iconogrficos del Museo Nacional de Colombia. No. 4. Bogot,
2004; VANEGAS, Carolina. El monumento a La Pola y la escultura en Colombia en 1910.
Cuadernos de Curadura. No. 3. Museo Nacional de Colombia. Bogot, 2006; VANEGAS,
Carolina. Coronacin simblica de un hroe: la estatua de Nario en el primer Centenario
de la Independencia. Cuadernos de Curadura. Museo Nacional de Colombia. Quinta
edicin. Julio de 2007; MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. La imagen de Jos
Mara Crdova a travs del tiempo. Cuadernos Iconogrficos del Museo Nacional de
Colombia. No. 5. Bogot, 2007.
6 Las series Cuadernos iconogrficos y Cuadernos de Curadura del Museo Nacional de Colombia, estn disponibles en la pgina web del Museo: http://www.museonacional.gov.co/inbox/files/docs/
20
4. Sobre temticas de guerra hemos identificado los siguientes trabajos:
ESPINOSA, Jos Mara. Memorias de un abanderado. Edicin del Banco Cafetero, 1969;
BARNEY CABRERA, Eugenio. Las batallas y los hroes de Espinosa. En: Arte en
Colombia No. 5. Agosto-Octubre de 1977. Bogot. Pgs. 62-65; MUSEO NACIONAL
DE COLOMBIA. Jos Mara Espinosa. Abanderado del arte y la patria. 1995;
GONZLEZ, Beatriz. Jos Mara Espinosa. Abanderado del arte en el siglo XIX. Bogot:
Museo Nacional. Banco de la Repblica. El ncora Editores. 1998; CEBALLOS, Diana
Luz. Iconografa y guerras civiles en la Colombia del siglo XIX: una mirada a la
representacin. En: Ganarse el cielo defendiendo la religin: guerras civiles en Colombia.
1840-1902. ORTIZ MESA, Luis Javier y otros. Universidad Nacional de Colombia.
Medelln, 2005; SAMPER, Alexandra. Jos Mara Espinosa. El pintor con la bandera.
Panamericana editorial. Bogot, 2006;
5. Los estudios historiogrficos que hacen referencia a Artes grficas en Colombia, ms
especficamente a grabado son:
GIRALDO JARAMILLO, Gabriel. El grabado en Colombia. Bogot: Editorial ABC,
1959; SEBASTIAN, Santiago. La importancia de los grabados en la cultura
neogranadina. En: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura No.3, 1965;
CANAL RAMREZ, Gonzlo. CHALARCA, Jos. Artes Grficas. Ed. Canal Ramrez-
Antares. Bogot, 1973; BARNEY CABRERA, Eugenio. Arte documental e ilustracin
grfica. En: Historia del arte colombiano. Tomo 6. Bogot: Salvat Editores, 1977;
LONDOO VLEZ, Santiago. Historia de la pintura y el grabado en Antioquia. Editorial
Universidad de Antioquia. Medelln, 1995; RUBIANO CABALLERO, Germn. El dibujo
en Colombia. De Vsquez de Arce y Ceballos a los artistas de hoy. Planeta Colombiana
Editorial. Bogot, 1997; FAJARDO DE RUEDA, Martha. Un centenario olvidado: la
ilustracin editorial en el siglo XIX en Colombia. En: Revista Ensayos. No. 5.
Universidad Nacional de Colombia - Instituto Caro y Cuervo. Bogot, 1998-1999. Pgs.
109-124; GONZLEZ, Beatriz. Grfica crtica entre 1886 y 1900. En: Miguel Antonio
21
Caro y la cultura de su poca. SIERRA MEJA, Rubn. (Editor). Bogot: Universidad
Nacional de Colombia, 2002; GONZLEZ, Beatriz. Iconografa de los radicales. En:
SIERRA MEJA, Rubn. (Ed.). El Radicalismo colombiano del Siglo XIX. Bogot:
Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2006; LPEZ, Mara
del Pilar. VARGAS, Laura L. MEDNA, lvaro. ACUA, Ruth. Historia del grabado en
Colombia. Planeta Colombiana. 2009.
En cuanto al Papel Peridico Ilustrado y Alberto Urdaneta se han realizado los siguientes
trabajos:
GAIBROIS, Jos y otros. Homenaje de Amistad a Alberto Urdaneta. Imprenta La Luz.
Bogot. Mayo 29 de 1887; GIRN, Lzaro Mara. El Museo-Taller de Alberto Urdaneta.
Editor. Enrique Zalamea. Imprenta de vapor de Zalamea Hermanos. Bogot, 1888;
ORTEGA TORRES, Jos J. ndice del Papel Peridico Ilustrado y de Colombia
Ilustrada. Imprenta Patritica del Instituto Caro y Cuervo. Bogot, 1961; MORENO DE
NGEL, Pilar. Alberto Urdaneta. Instituto Colombiano de Cultura. Bogot, 1972;
ORTEGA RICAURTE, Carmen. Dibujantes y grabadores del Papel Peridico Ilustrado
y Colombia Ilustrada. Instituto Colombiano de Cultura. Bogot, 1973; URDANETA,
Mara Fernanda. Alberto Urdaneta, 1845-1887. Vida y obra. Banco de la Repblica.
Bogot, 1992; ORTEGA RICAURTE, Carmen. Alberto Urdaneta. Promotor de la
actividad artstica en Colombia. En: Boletn de Historia y Antigedades. No. 791, 1995;
GAMBOA HINESTROZA, Pablo. Dibujos y pinturas de Urdaneta. En: Ensayos 1995.
Revista Ensayos. No. 2. Instituto de Investigaciones Estticas. Universidad Nacional de
Colombia - Instituto Caro y Cuervo. Bogot, 1996. Pgs. 222-256; MORENO DE
NGEL, Pilar. Urdaneta, Paredes, Racnes y la fotografa. El Papel Peridico Ilustrado
y sus creadores. En: Revista Credencial Historia. No.75. Bogot. Marzo de 1996;
ACUA PRIETO, Ruth Noem. El Papel Peridico Ilustrado y la gnesis de la
configuracin del campo artstico en Colombia. Trabajo de grado para optar al ttulo de
Maestra en Sociologa de la Cultura. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional
de Colombia. Bogot, 2002. (Tesis sin publicar); ACUA PRIETO, Ruth Noem.
Urdaneta: coleccionista y artista. [Online]. Apartes de la conferencia presentada en el
22
Claustro de San Agustn, el 5 de febrero de 2009. Resea de R. Mndez. Universidad
Nacional de Colombia. Sistema de Patrimonio y Museos. Disponible en:
http://www.museos.unal.edu.co/sccs/plantilla_3.php?id_subseccion=250&id_seccion=3;
GONZLEZ, Jorge Enrique. Visiones de la Independencia colombiana en el Papel
Peridico Ilustrado, 1881-1888. [Online]. Disponible en:
http://www.slideshare.net/jegonzalez13/visiones-de-la-Independencia-de-colombia-en-el-
papel-peridico-ilustrado
De estos ltimos, dos han abordado el problema de investigacin que desarrollamos aqu: la
tesis de Maestra de Ruth Acua titulada El Papel Peridico Ilustrado y la gnesis de la
configuracin del campo artstico en Colombia y el artculo de Jorge Enrique Gonzlez
titulado Visiones de la Independencia colombiana en el Papel Peridico Ilustrado, 1881-
1888. Este trabajo debe mucho a sus aportes.
Ruth Acua, haciendo uso de la teora de los campos de Pierre Bourdieu, analiza el proceso
mediante el cual el Papel Peridico Ilustrado, como principal expresin cultural de la
regeneracin, se inscribi en la configuracin de un campo artstico que se identific con
un modelo de representacin sustentado en el neoclasicismo; modelo que fue adoptado por
la lite poltica e intelectual en su mayora vinculada con sta publicacin peridica.
Acua afirma que el Papel Peridico Ilustrado se presenta como un afianzamiento de los
valores tradicionalistas impulsados por Caro y vinculados a la propuesta regeneradora
planteada por Nez de quien Urdaneta ser amigo personal7. Tesis que compartimos y
que desarrollamos en el tercer captulo de este trabajo.
La autora igualmente sostiene que el modelo neoclsico se incorpora con algunas variantes
en nuestro medio no como una formula gratuita, simple miopa frente a las corrientes
modernas que se desarrollan en Europa, sino como una necesidad de una lite, como
modelo de su propia auto-representacin;como una forma de concebir el mundo,
articulado desde nuestra experiencia al movimiento de la Regeneracin8. Planteamiento
7 ACUA PRIETO, Ruth Noem. El Papel Peridico Ilustrado y la gnesis de la configuracin del campo artstico en Colombia, Bogot: Programa de Maestra en Sociologa de la Cultura. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Colombia, 2002. (Tesis sin publicar). P.10. 8 Ibd. P.9.
23
que igualmente compartimos en el cuarto captulo.
Un texto fundamental para la elaboracin de este trabajo es el artculo de Jorge Enrique
Gonzlez. Gran parte de sus planteamientos son abordados en todo el documento.
Gonzlez plantea que en las postrimeras del siglo XIX colombiano, se configur una crisis
de la memoria en la que la necesidad de construir un nuevo proyecto de Estado-Nacin
implic desarrollar estrategias que permitieran dotar de sentido y contenido la comunidad
imaginada. Para esto se hizo uso de praxis esttico-expresivas soportadas en la novelstica,
la potica y las coplas populares, adems de las representaciones icnicas de diversidad
cultural que gener la comisin corogrfica, las publicaciones peridicas y la construccin
de una historia nacional.
Segn el autor, la consolidacin de lo que denomina una manera hegemnica de ver el
pasado, se estructur a partir de estudios historiogrficos que tomaron el carcter de canon
y que fijaron un claro derrotero en cuanto a la exaltacin de condiciones picas o heroicas
en la narracin del pasado, aunando dos condiciones: el hombre de accin que no vacila en
apelar a las armas para defender sus ideales, sumado al hombre de Estado que se ocupa de
la construccin de un orden poltico democrtico y republicano9.
Esta manera hegemnica de ver el pasado, de construir una memoria colectiva, tuvo un
gran soporte con el proyecto cultural que potencializ el Papel Peridico Ilustrado. Las
imgenes impresas se constituyeron en estmulo para la formacin de la opinin pblica y
la configuracin de una conciencia poltica.
Gonzlez sostiene que haciendo uso de iconos visuales y verbales, el Papel Peridico
Ilustrado represent la imagen de un pasado comn, soportado en el culto de la
personalidad de los prceres, resaltando fundamentalmente la imagen de Simn Bolvar,
con el objetivo de estructurar valores legitimadores de un nuevo orden poltico. Esta alusin
a una dimensin carismtica de la figura de Simn Bolvar contribuy a establecer el mito
bolivariano que posteriormente fue continuado por la academia nacional de historia.
9 GONZLEZ, Jorge Enrique. Visiones de la Independencia colombiana en el Papel Peridico Ilustrado, 1881-1888. [online]. [Consultado: Noviembre 24 de 2010]. Disponible en: http://www.slideshare.net/jegonzalez13/visiones-de-la-Independencia-de-colombia-en-el-papel-peridico-ilustrado. P.11.
24
El objetivo de esta investigacin es reconstituir el proceso mediante el cual, entre 1881 y
1887, las imgenes relativas al proceso de Independencia, publicadas en el Papel Peridico
Ilustrado, se constituyeron en formas de representacin del discurso historiogrfico oficial
y posibilitaron desarrollar estrategias de legitimacin relacionadas con la construccin y el
afianzamiento de un proyecto de nacin.
Indagaremos la manera cmo el Papel Peridico Ilustrado configur un discurso sobre la
idea de Independencia, que respondi a la necesidad de desarrollar estrategias de
legitimacin del proyecto de regeneracin, enfatizando en la representacin visual de
grabados de acuerdo a cinco repertorios: hroes o individuos, lugares o escenarios, objetos,
medallas y monumentos.
Las fuentes que analizamos son los cinco tomos del Papel Peridico Ilustrado, publicados
entre el 6 de Agosto de 1881 y el 29 de Mayo de 1888. Un total de ciento diecisis
nmeros.
Con base en estos postulados, los captulos I y II, abordan la reconstitucin del contexto
histrico, sociopoltico y cultural del declive del proyecto radical y el surgimiento e
instauracin del proyecto regenerador. El primero hace nfasis en los inicios y la
instauracin del proyecto de la regeneracin. El segundo destaca la importancia de las
publicaciones ilustradas para la formacin de imaginarios visuales y narrativos y la
estructuracin de la opinin pblica. El tercer captulo, enfatiza en el Papel Peridico
Ilustrado, el contexto de su surgimiento, las publicaciones peridicas contemporneas, el
arduo trabajo de gestor cultural desarrollado por Alberto Urdaneta y la vinculacin del
grabador espaol Antonio Rodrguez, la calidad de impresin del taller grfico de Silvestre
& Ca, la plyade de colaboradores de las ms altas dotes intelectuales de los que se supo
rodear Alberto Urdaneta, la pluralidad temtica del Peridico y la defensa de los principios
de confesionalismo catlico y herencia espaola.
El cuarto y ltimo captulo identifica en los grabados las regularidades iconogrficas o
tipologas temticas desde las que esta publicacin, la ms importante de la segunda mitad
del siglo XIX en Colombia, configur un discurso visual sobre el proceso de
Independencia. Los cinco repertorios fueron: Hroes o individuos, lugares o escenarios,
objetos, medallas y monumentos.
25
1. INICIOS E INSTAURACIN DE LA REGENERACIN
El problema ms complejo que enfrent la lite poltica e intelectual colombiana del siglo
XIX, despus del proceso de Independencia, fue la construccin del Estado-Nacin. El
desafo que esto implic, deriv en estrategias para la consolidacin de una idea de
comunidad nacional, que adems de la estructuracin de formas de identidad colectiva
posibilitaron legitimar discursos y prcticas polticas en los diferentes mbitos sociales,
institucionales y culturales de la nueva nacin.
Algunas de las estrategias coherentes con este proyecto, estuvieron enfocadas al uso del
lenguaje historiogrfico, las representaciones iconogrficas, las publicaciones peridicas y
las narraciones literarias. Uno de los elementos fundamentales en este proyecto fue la
construccin de un discurso visual sobre el proceso de la Independencia.
Las representaciones visuales sobre las que se construy la idea de Independencia fueron
plasmadas, desde la primera mitad del siglo, en la produccin de pintura al leo y
miniaturas en marfil, las cuales respondieron a encargos personales y vnculos
institucionales relacionados con celebraciones de fiestas patrias y exposiciones nacionales.
En las dos ltimas dcadas del siglo, las publicaciones ilustradas y la coleccin del Museo
Nacional, fueron los medios pblicos e institucionales desde los que se construy dicha
representacin visual.
Entre las publicaciones ilustradas, la de mayor impacto y relevancia fue el Papel Peridico
Ilustrado. Su importancia radic en que fue la primera publicacin peridica en el pas, que
hizo uso sistemtico de reproducciones grficas producto de grabados en madera, las
cuales, acompaadas de textos elaborados por reconocidos intelectuales, abordaron
temticas de historia, ciencias, narrativa, poesa, msica, geografa y bellas artes, resaltando
una idea de nacin con historia, territorio y costumbres en comn.
Bajo la direccin de Alberto Urdaneta, el Papel Peridico Ilustrado, sin ser un peridico
oficial, public 604 grabados y un importante acervo de artculos que contribuyeron a
construir y afianzar un discurso sobre la Independencia.
26
El Papel Peridico Ilustrado public 116 nmeros entre 1881 y 1888, un perodo
caracterizado por ser una transicin entre el declive del proyecto radical liberal y la
instauracin del proyecto de la regeneracin. A continuacin analizaremos en qu consisti
dicho declive para posteriormente indagar cmo se instituy la regeneracin.
1.1. DE LOS RADICALES A LA REGENERACIN.
La diferenciacin, en trminos temporales entre el perodo radical y la regeneracin tiene
varias lecturas. Jaime Jaramillo Uribe identifica a los radicales como una generacin de
polticos, periodistas y escritores que gobern al pas durante un perodo aproximado de
veinticinco aos, que corren entre la promulgacin de la Constitucin de 1863 y el fin del
segundo perodo presidencial de Rafael Nez, que se cierra con la entrada en vigencia de
la Constitucin de 188610. Es decir, identifica y diferencia ambos procesos histricos de
acuerdo a la vigencia de documentos polticos.
Helen Delpar11, segn lectura de Myriam Jimeno Santoyo12, identifica el perodo radical
como el comprendido entre la instauracin de la Constitucin de Rionegro en 1863 y el fin
de la Guerra de los Mil Das en 1903, distinguiendo dos etapas. Una inicial entre 1863 y
1885, de los radicales en el gobierno y una final entre 1886 y 1899, que denomina como
de oposicin radical. En esta mirada la palabra regeneracin no aparece y la
diferenciacin entre perodos o etapas se remite a la vigencia total de la constitucin radical
y el inicio de la constitucin de 1886, sumado a la rigidez ideolgica de los partidos en el
ejercicio del poder.
Un tercer planteamiento lo proporciona Diana Luz Ceballos, quien caracteriza el perodo
1877 1886, como una fase poltica todava federalista, de transicin hacia un rgimen
10 JARAMILLO URIBE, Jaime. Los radicales. En: Revista Credencial Historia. Bogot: No.66. Junio de 1995. 11 DELPAR, Helen. Rojos contra azules. El partido liberal en la poltica colombiana. 1863-1899. Bogot: Procultura, 1994. 12 JIMENO SANTOYO, Myriam. Los lmites de la libertad: ideologa, poltica y violencia en los radicales. En: SIERRA MEJA, Rubn. (Ed.). El Radicalismo colombiano del Siglo XIX. Bogot: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2006. p.169.
27
conservador y autoritario, conocido como la Regeneracin, en el que, a partir de la alianza
de los liberales independientes, liderados por Rafael Nez, con el partido conservador, el
clero y los militares, se dio paso despus de la guerra de 1876 y de la derrota de los
radicales en la guerra de 1885- a la expedicin de la constitucin de 1886, centralista,
hispanista y confesional13. Segn este punto de vista, la diferenciacin de los procesos se
establece a partir de los cambios en el control poltico producto de las guerras civiles
nacionales. Compartimos esta lectura, pues consideramos que fue ese control poltico el que
posibilit a los liberales independientes y algunos conservadores acceder a cargos pblicos
y gubernamentales, movilizar recursos y medios y establecer alianzas que terminaron en la
instauracin de la constitucin de 1886.
Similar lectura plantea Lus Javier Ortiz, quien afirma que la guerra civil de 1876-1877, se
constituy en la contienda blica del siglo XIX que dio inicio a la cada del rgimen federal
de corte liberal y abri el camino para la formacin de un nuevo rgimen centralista,
autoritario y procatlico denominado la regeneracin (1878-1903) y la hegemona
conservadora (1886-1930)14. Para Ortiz la regeneracin no inici con la constitucin de
1886, sino con el gobierno del liberal independiente Julin Trujillo, aun cuando la
Constitucin de Rionegro tuvo vigencia hasta 1886. La diferenciacin entre regeneracin y
hegemona conservadora nos permite caracterizar los inicios del proyecto regenerador
como una transicin entre un rgimen radical liberal y un rgimen conservador.
En este sentido, Marco Palacios designa como regeneracin el lapso comprendido entre
1878 y 1900, perodo en el cual una serie de propuestas y cambios polticos montados
sobre la crisis del rgimen radical, fueron presentados en sus inicios como un proyecto
liberal, aunque paulatinamente fue conservatizndose hasta que debi dar un viraje de 180
grados durante la guerra civil de 1885 desencadenada por el ala radical contra el gobierno
liberal de Nez. En sntesis, afirma Palacios: 13 CEBALLOS GMEZ, Diana Luz. Desde la formacin de la Repblica hasta el radicalismo liberal (1830-1886). En: ARIAS TRUJILLO, Ricardo; BORJA GMEZ, Jaime Humberto; CEBALLOS GMEZ, Diana Luz; MURILLO POSADA, Amparo; RODRGUEZ BAQUERO, Lus Enrique; RODRGUEZ GONZLEZ, Ana Luz; URIBE CELIS, Carlos. Historia de Colombia. Todo lo que hay que saber. Bogot: Editora Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, 2006. p.167. 14 ORTZ MESA, Lus Javier. Los radicales y la guerra civil de 1876-1877. En: SIERRA MEJA, Rubn. (Ed.). El Radicalismo colombiano del Siglo XIX. Bogot: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2006. p.250.
28
La regeneracin fue primero un proyecto liberal, 1878-1885; evolucion hacia
una alianza de conservadores y liberales independientes, 1885-1887, que trat de
formar un Partido Nacional y, en la metamorfosis final, qued convertida en un
proyecto del ala nacionalista mayoritaria en el Partido Conservador, a la que una
voltil coalicin de liberales y conservadores disidentes o histricos trat de hacer
oposicin a partir de la campaa electoral de 189115.
Un informe realizado en 1884 por el secretario de Hacienda, Anbal Galindo, nos permite
confirmar este planteamiento. Dice Galindo:
por muchos que sean los errores polticos y las faltas administrativas en que
hayamos incurrido, la mala situacin fiscal, que en los momentos en que escribo
estas lneas toca a extremos casi incompatibles con la existencia del gobierno, no
puede imputarse, sin incurrir en grave injusticia, a las faltas y los errores de
determinada administracin ejecutiva, sino a los vicios polticos, a las faltas y a
los errores de una poca de transicin que an no sabemos cunto tardar en
pasar.16
Para efectos de este trabajo, consideramos que el Papel Peridico Ilustrado, publicado
entre 1881 y 1888, fue partcipe de un momento de transicin, entre el declive del proyecto
liberal radical y la instauracin del proyecto regenerador conservador, procatlico y
centralista, que se afirm en el ejercicio del poder con la constitucin de 1886. Veamos
brevemente en qu consisti el proyecto radical, para as caracterizar su declive y
posteriormente indagar cmo se instituy el proyecto de la regeneracin.
15 PALACIOS, Marco. La regeneracin ante el espejo liberal y su importancia en el siglo XX. En: SIERRA MEJA, Rubn. (Ed.). Miguel Antonio Caro y la cultura de su poca. Bogot: Universidad Nacional de Colombia, 2002. p.269 y 270. El autor haba esbozado este planteamiento en una obra anterior: Entre la legitimidad y la violencia: Colombia, 1875-1994. Bogot: Ed. Norma. 1995. pp. 43 y ss. 16 GALINDO, Anbal. Nuestra situacin fiscal. Memoria del Secretario de Hacienda, ao de 1884. p.142-151. En: RODRGUEZ SALAZAR, Oscar. (comp.). Estado y economa en la constitucin de 1886. Bogot: Contralora general de la Repblica, 1986. P.210.
29
Segn Jaime Jaramillo Uribe, la segunda mitad del siglo XIX se caracteriz por la
necesidad de propuestas y acciones de las lites polticas y las corrientes de opinin ante
tres problemas fundamentales para la construccin del Estado-Nacin: organizar el Estado,
dar forma a la economa y crear un sistema educativo capaz17. El proyecto radical intent
responder a estos retos con la Constitucin de Rionegro de 1863 y con una poltica general
entre la que se destac el reconocimiento de derechos individuales, un marcado liberalismo
econmico y la separacin de poderes Iglesia-Estado.
La constitucin de Rionegro ratific el sistema federal presente en las constituciones de
1853 y 1858, con el reconocimiento de la soberana de los Estados, segn la cual cada uno
de los nueve Estados estaba facultado para tener su propio rgimen constitucional. Uno de
los puntos ms importantes y que tuvo gran incidencia en la prdida de control poltico y de
legitimidad que deriv en un declive institucional hacia 1876 y 1878, fue la obligacin de
neutralidad del gobierno central ante posibles conflictos internos entre los Estados.
La soberana de los Estados redujo la significacin poltica y administrativa de Bogot al
limitar el ejercicio de una autoridad central en la capital y dejar la posibilidad de fortalecer
espacios particulares, que en lo poltico y lo econmico tendieron a favorecer a las
dispersas regiones que conformaban el territorio.
Ante esto, el mayor reto para la configuracin del Estado-Nacin lo constituy el superar
las barreras institucionales y culturales producto de la Colonia que an ejercan un gran
peso. Al respecto Manuel Murillo Toro plante:
Sin las hondas races que dejaron la dominacin espaola en estos pases, das ha
que hubiramos fundado un gobierno regular, y que la marcha de la sociedad no
se vera a cada momento embarazada por estas luchas sangrientas y agotadoras
Lo que no nos deja levantar el vuelo en poltica, en industria y en instruccin, son
las costumbres y los restos de instituciones que nos leg la Espaa, y mientras no
cambiemos aquellas y acabemos con stas, ms vale continuar el divorcio18.
17 JARAMILLO URIBE, Jaime. Historia, sociedad y cultura. Bogot: Uniandes, Banco de la Repblica, 2002. p.130 y ss. Igualmente: Los radicales. En: Revista Credencial Historia. No. 66. Bogot. Junio de 1995. 18 MURILLO TORO, Manuel. Nuestro origen Espaol. En: Obras Selectas. Bogot: Cmara de Representantes, 1979. p.143. Citado por: KALMANOVITZ, Salomn. La idea federal en Colombia durante el
30
El ejercicio de la poltica estuvo dominado por los intercambios entre autoridad y los
intereses corporativos de la iglesia, el ejrcito y las familias privilegiadas por el rgimen
colonial, y despus tambin por el republicano, lo que deriv en variados intereses
econmicos y regionales, relaciones familiares, lealtades locales y capacidad de control y
decisin de personajes poderosos. Sobre este punto afirma Diana Luz Ceballos:
Este peso de las localidades, las grandes distancias y la dificultad en las
comunicaciones hicieron que el ejercicio del poder no fuera marcadamente
vertical, desde las instituciones centrales, sino que se difuminara y se ejerciera en
una interaccin entre la sociedad, las instituciones y los poderes locales y
regionales. En el ejercicio de la poltica durante el siglo XIX, estos micropoderes
tomaran la forma del caudillismo, el gamonalismo y el clientelismo; estaran en
cabeza de las lites propietarias (hacendados, comerciantes, mineros, esclavistas)
o de jefes pueblerinos (caudillos poltico-militares, funcionarios, o personas con
prestancia social en la vida municipal como los mdicos, los curas y comunidades
religiosas y los maestros), que sustituiran en parte al Estado y cumpliran sus
funciones en el ejercicio del orden, en el control de la sociedad y en la vigilancia
de la aplicacin y cumplimiento de las normas, debido a que tenan control directo
sobre muchas personas a travs de sus relaciones de trabajo, de vecindad, de
parentesco o de sujecin como la esclavitud o el concertaje-, lo que les permita
contar con clientelas y, en perodos de guerra, con soldados19.
En este marco, el pensamiento librecambista, defendido por los radicales, favoreca la
eliminacin total de los impuestos al comercio tanto interno como externo, ubicando los
ingresos de los individuos como fuente de los tributos. La razn econmica de fondo fue el
mismo principio de Adam Smith que explicaba el crecimiento de la riqueza: la
siglo XIX. En: SIERRA MEJA, Rubn. (Ed.). El Radicalismo colombiano del Siglo XIX. Bogot: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2006. p.99. 19 CEBALLOS GMEZ. Op. Cit. p.178.
31
especializacin o mayor divisin del trabajo debera llevar a aumentos de la productividad
del trabajo y a la prosperidad de todas las naciones20.
El crecimiento de la economa exportadora soportada en el tabaco, la quina y el caf,
estuvo acompaada de una descentralizacin de las rentas, en la que los Estados se
reservaron el manejo autnomo de las minas y el aguardiente de caa. Entre 1863 y 1875,
este crecimiento exportador, el incremento de los ingresos tanto de la nacin como de los
Estados y la disminucin del ejrcito nacional a un total de dos mil hombres, gener un
supervit presupuestal que estimul el inters por la construccin de obras pblicas que
tenan como objetivo fortalecer las vas de comunicacin y sentar las bases para la creacin
de un sistema bancario.
Estos primeros aos del radicalismo liberal se caracterizaron por una relativa estabilidad
poltica en la que no se presentaron conflictos de impacto nacional, aunque s mltiples
rebeliones al interior de los Estados. En un informe presentado por Pedro Restrepo a la
Asamblea del Estado de Santander en 1877, se enumeran veintisiete episodios entre 1859 y
187621.
Sin embargo, fue hasta 1875, cuando las fluctuaciones del mercado de los diferentes
productos, especialmente del tabaco y la potencial agitacin poltica producto de las
manipulaciones electorales que favorecieron al candidato presidencial radical Aquileo Parra
por sobre el independiente Rafael Nez, propiciaron un conflicto nacional que marc el
inicio de la prdida de legitimidad y el declive radical. Sobre este punto comenta Frank
Safford:
En esta atmsfera de optimismo los lderes colombianos elaboraron planes para
realizar ocho diferentes ferrovas que unieran el interior del pas con el mundo
exterior. Entre 1874 y 1876 se iniciaron las obras de algunas de estas lneas
frreas; sin embargo, el estallido de la rebelin conservadora de 1876-1877 hizo
20 KALMANOVITZ. Op. Cit. P.95. 21 RESTREPO, Pedro. Informe referente a una escitacin de la asamblea lejislativa del estado de Santander. Medelln: Anales de la convencin, No.5, 1877. Citado por: GONZLEZ, Jorge Enrique. Legitimidad y cultura. Educacin, cultura y poltica en los Estados Unidos de Colombia, 1863-1886. Bogot: Universidad Nacional de Colombia. Centro de Estudios Sociales CES, 2005. p.139.
32
que estos empeos se detuvieran y, en la mayora de los casos, la construccin
interrumpida en esa poca slo fue reanudada cinco aos despus. El pie de
fuerza del ejrcito aument temporalmente hasta cerca de veinticinco mil
hombres y los diez millones de pesos que se gastaron con ocasin de la guerra
destruyeron cualquier esperanza de tener un presupuesto equilibrado. Despus
del enfrentamiento, los radicales, que se sentan amenazados tanto por los
conservadores, como por los independientes de Rafael Nez, continuaron
manteniendo un ejrcito relativamente numeroso22.
La inestabilidad econmica agudiz las tensiones polticas, convirtindose en un fenmeno
recurrente por los aos siguientes. Para la conflagracin de 1885, fue la crisis con el
mercado de la quina lo que reaviv los problemas polticos presentados con las elecciones
en el Estado Soberano de Santander. Ya desde 1878 los independientes tenan el control de
la mayora de los Estados. Slo Antioquia y Tolima estaban bajo el dominio radical. Las
elecciones realizadas en Santander en 1884 dieron como ganador al independiente
Francisco Ordoez, al parecer haciendo uso de fraude sobre el candidato radical,
relacionado con los cultivos de quina, Eustorgio Salgar. Esto dio pie a movimientos de
tropas y estrategias polticas que derivaron en la guerra y la definitiva prdida del poder de
los radicales. Sobre este punto Safford comenta:
Particularmente durante los ltimos dos decenios del siglo XIX, la inestabilidad
de la economa de exportacin cre un ambiente de frustracin que alent un
casi continuo conflicto poltico. La rpida decadencia del mercado de la quina a
principios de la dcada de 1880 ha sido considerada como una de las causas que
fomentaron la rebelin liberal de Santander, rebelin que a su vez condujo a la
guerra civil en 1885. Los aos comprendidos entre 1883 y 1885 tambin se
22 SAFFORD, Frank. El ideal de lo prctico. El desafo de formar una lite tcnica y empresarial en Colombia. Bogot: Universidad Nacional. El Ancora Editores, 1989.p.288-289.
33
caracterizaron por un vertiginoso descenso del volumen, aunque no del precio,
de las exportaciones de caf23.
Pero no slo los problemas en las exportaciones incidieron en las crisis polticas. A stos se
sum un continuo dficit, tambin presente desde mediados de la dcada de 1870. Las
causas principales fueron tres: mantenimiento de un ejrcito numeroso, transferencias
presupuestales a las regiones y sostenimiento de empresas de fomento. En 1884, el
secretario de Hacienda, Anbal Galindo expres al respecto en su informe:
Las sustracciones hechas al producto de las rentas nacionales para objetos
ajenos al servicio de la administracin federal, y el enorme pasivo acumulado
sobre el tesoro, provienen de tres fuentes que debo mencionar en el orden de su
importancia y gravedad, y son las siguientes:
1. Que para fundar el sistema federal sobre la base de la soberana de los
Estados, e implantar las reformas polticas del actual orden de cosas, tuvimos
que apelar a una revolucin, y esa revolucin nos ha separado indefinidamente
del regreso a la normalidad de un orden poltico en que los partidos polticos
vuelven a turnarse en el poder por las vas pacficas de la opinin y del sufragio,
de donde resulta que el orden pblico general y de los Estados, reposa principal,
sino exclusivamente sobre la fuerza de las bayonetas, y la necesidad de mantener
un ejrcito relativamente numeroso para la conservacin del orden pblico.
Imposible, de todo punto imposible volver por ahora a los tiempos de la
Administracin Mallarino, que redujo el ejrcito a150 hombres.
2. Que la constitucin que nos rige, fruto del triunfo armado de la soberana de
los Estados, organiz, como era lgico, un gobierno federal sin fuerza propia,
dependiente de los representantes de esos Estados, cuyas exigencias e
influencias es imposible no contentar: y de aqu todas las leyes sobre auxilios a
las empresas y obras pblicas, aun de carcter municipal de esos Estados; y
23 Ibd. P.286-287.
34
3. Que por errneas ideas polticas y econmicas, sobre la naturaleza y el objeto
del gobierno, hemos dado un ensanche absurdo, insostenible, socialista a las
funciones del gobierno24.
En las siguientes pginas de su informe, Galindo desarroll los puntos segundo y tercero
haciendo planteamientos referentes a los problemas de organizacin y funcionamiento del
sistema federal e invitando a cambiar ste por una estructura de gobierno en que se
respetara la existencia de los Estados con Independencia administrativa, pero que a su vez
tuviera caractersticas de centralismo administrativo y econmico:
Hay que poner trmino a la prodigalidad con que de aos atrs venimos
distribuyendo el tesoro pblico por medio de pensiones injustificables y de
auxilios indiscriminados para toda clase de empresas y obras de simple inters
particular o privado, y municipal o local.
Los auxilios para obras de carcter municipal, por beneficiosas que sean para la
localidad que los implora, ninguna razn de ser tienen en el sistema federal. Este
sistema de gobierno se funda precisamente en teoras polticas y econmicas
diametralmente opuestas a la concesin de esos auxilios: parte del supuesto de
que existen en un pas Secciones o agrupaciones de poblacin con recursos
suficientes para atender a su propia vida; y se apoya en la necesidad y en la
conveniencia de multiplicar los focos o centros de atencin de la vida econmica
y poltica de la Nacin, estimulando y desarrollando la energa de esas Secciones;
pero si stas han de continuar ocurriendo al tesoro federal para la satisfaccin de
sus necesidades locales, para fundar o sostener un hospital, para construir un
acueducto, para abrir un camino, para adornar un cementerio, para traer un reloj o
un rgano, &.a, &.a, &.a [Sic]; si estas secciones no pueden existir sino como
centros de vida burocrtica, para multiplicar por nueve los gastos de la
administracin pblica, para complicar, hasta hacer casi imposible la vida civil de
los ciudadanos, y para acrecer los peligros y dificultades de la marcha poltica de 24 GALNDO, Anbal. Op. Cit. p.210.
35
la Nacin, entonces la federacin carecera de razn de ser entre nosotros, y la
experiencia, el patriotismo y el buen juicio deberan aconsejarnos cambiar nuestro
sistema de gobierno por algo parecido al que organiz la constitucin de 1853,
con Estados o provincias, dotados de todo el poder municipal necesario para
atender a su administracin interior, pero en que la Nacin conservara como
atributos de su soberana los grandes vnculos internos y externos de la
nacionalidad: una fuerza militar nica; un orden pblico indivisible y solidario:
una sola justicia; una sola legislacin civil y penal25.
A propsito de la distribucin de recursos federales para cuestiones de orden local de cada
Estado, el informe, haciendo uso de metforas religiosas, incluy un cuestionamiento a las
actividades de filantropa y de caridad, caracterizndolas como una virtud privada diferente
de los objetivos del liberalismo. Dijo Galindo:
El liberalismo no es caridad, que sta pertenece a las virtudes privadas; es fuerza,
seguridad, estmulo, impulso, derecho.
El liberalismo no es obra de misericordia; no da limosna, sino vida. El liberalismo
no es el nivel salvaje que se pasa sobre todas las capacidades; es el campo igual y
sin trabas, son los horizontes sin lmites que se abren a todas las energas. El
liberalismo no le dice a nadie: levntate de la indolencia en que yaces, de la
pereza que te anonada, que yo me encargo, de educarte, de alimentarte, de
vestirte, de divertirte. No; el liberalismo les dice a todos, como Cristo a Lzaro:
levntate y marcha; yo he roto con el poderoso brazo de la democracia todos los
obstculos, todas las cadenas con las que el despotismo y las preocupaciones
queran mantenerte atado al poste de ignominioso destino. Yo soy la libertad, pero
no soy ni la filantropa ni la caridad. Merced a m no has nacido esclavo, ni
siervo, ni perchero, ni vasallo, ni plebeyo, por clase y por destino, sino hombre
libre; pero tu suerte no depende ya de m, sino de ti; depende de la suma de virtud,
de energa, de actividad, de abnegacin y de trabajo que pongas tu en labrarla. 25 Ibd. P. 212-13.
36
.Esa es la libertad; lo dems es tirana y expoliacin; es socialismo,
comunismo, nihilismo, disfrazado con los nombres de filantropa o fomento26.
Un sector ampliamente favorecido entre 1875 y 1886 fue el relacionado con el mercado
monetario. La ley 35 de 1865 concedi a la banca privada la facultad de emisin de dinero,
lo que deriv en la imposicin de altas tasas de inters por parte de los bancos. Sumado a
esto, se les facult como intermediarios de los recursos del Estado relacionados con pago
de empleados, manejo del presupuesto, descuento de bonos de deuda pblica y emprstitos,
entre otros, lo que gener altos grados de especulacin con documentos de deuda pblica
tras el dficit presupuestal producto de la guerra de 1876 y 1877. Al respecto el liberal
independiente y antes radical, Salvador Camacho Roldan expres lo siguiente:
La usura devora lentamente a los pequeos propietarios. En cada distrito rural hay
un prestador; una especie de seor de quien dependen todos sus deudores y de
quien dependen no slo en sus relaciones individuales, sino en las polticas. Este
prestador va adquiriendo cada da nuevas tierras, que en sus manos se esterilizan o
se convierten en simples dehesas de pastos naturales. La propiedad territorial que
la naturaleza tiende a dividir todos los das por medio de las herencias, vuelve a
centralizarse en pocas manos por medio de la usura. El nmero de propietarios
disminuye y el de los jornaleros aumenta, y con ello la baja de salarios27.
Esta aristocracia financiera que poco a poco adquiri poder econmico y poltico y ante la
cual se enfrent el proyecto regenerador, condicion el crecimiento econmico tras la
guerra y la fluctuacin en la demanda del tabaco y la quina. Esto se puede evidenciar en el
crecimiento de entidades bancarias. En 1875 el nmero de bancos en el Estado de
Cundinamarca era de dos, mientras que para 1881 existan cuarenta y dos entidades.
26 Ibd. P. 211. 27 CAMACHO ROLDN, Salvador. Escritos varios I. p.340. Citado por: RODRGUEZ SALAZAR, Oscar. La poltica econmica: del liberalismo econmico a la unificacin poltica formal: 1861-1904. En: RODRGUEZ SALAZAR, Oscar. (comp.). Estado y economa en la constitucin de 1886. Bogot: Contralora general de la Repblica, 1986. p.29.
37
Igualmente en el Estado de Antioquia el nmero pas de una en 1872 a diez entidades en
188328.
Fluctuacin de mercados, potencializacin de productos de exportacin, crecimiento de la
banca, inversin en infraestructura de transportes y distribucin indiscriminada de recursos
federales caracteriz el auge y el declive del acentuado liberalismo econmico practicado
por el proyecto radical. Todo esto estuvo acompaado del reconocimiento de derechos
individuales, como libertad de cultos religiosos, libertad de imprenta y opinin, derecho de
propiedad, inviolabilidad de la vida con la abolicin de la pena de muerte, libertad de
movilidad y libertad de asociacin sin armas.
De esta gama de libertades, las ms determinantes para el ejercicio poltico y la posterior
inestabilidad institucional fueron la libertad de cultos religiosos y la libertad de imprenta y
opinin. La primera gener constantes conflictos tanto a nivel interior de las lites polticas
como entre stas y la jerarqua eclesistica, lo que a la final deriv en la guerra civil de
carcter nacional de 1876 y 1877. La libertad de imprenta y opinin por su parte, sent la
base estratgica de fortalecimiento ideolgico y configuracin cultural del proyecto
centralista y confesional de la regeneracin.
La libertad de cultos religiosos dio pie a la separacin de poderes entre Iglesia y Estado, lo
cual form parte de un fuerte proceso de secularizacin en el que medidas como la tuicin
de cultos y la desamortizacin de bienes de manos muertas estuvieron estrechamente
relacionadas con los planteamientos de reforma educativa.
El 20 de Julio 1861, Tomas Cipriano de Mosquera decret la tuicin de cultos.
Posteriormente, el 26 de Julio decret la expulsin de los Jesuitas, el 9 de septiembre, la
desamortizacin de bienes de manos muertas, y el 5 de Noviembre la supresin de
conventos y comunidades religiosas.
La tuicin de cultos restringi el poder de accin y de propagacin doctrinal de la iglesia
catlica, pues sta adems de contar con una importante influencia poltica y gran variedad
de intereses econmicos, representaba aquellas prcticas e instituciones producto de una
herencia colonial que era necesario erradicar para poder lograr el objetivo de construir un
28 RODRGUEZ SALAZAR. Ibd. p.30.
38
estado secularizado, caracterizado por su fe en el progreso y el respeto a los derechos
individuales.
En 1863, durante la convencin de Rionegro que instituy la Constitucin Federal, el
liberal radical Aquileo Parra, plante con respecto a este decreto, la propuesta sobre
separacin de la iglesia y del Estado, de la siguiente forma:
Entre los progresos enumeradospuede considerarse como el principal y que los
resume a todos la separacin de la iglesia y del Estado. La alianza entre las dos
potestades ha sido funesta siempre, a la vez que para el catolicismo y para la
libertad. El catolicismo se ha corrompido con el contacto de los intereses
mundanos, y los gobiernos han dispuesto de un poder inmenso, que los ha
convertido en opresores. Ese matrimonio sacrlego ha engendrado dos de los
monstruos de ms fatdico recuerdo para la humanidad: la inquisicin y el
jesuitismo; la crueldad de los discpulos de Cristo y la hipocresa refinada en los
gobiernos polticos Vuestra comisin reduce, pues su programa en materia
religiosa a los puntos siguientes:
1. Exigir a los ministros de los cultos un juramento de obediencia a la
Constitucin y leyes de la Nacin y las autoridades nacionales de los Estados;
imponiendo pena de extraamiento a los que no se sometan a esta formalidad.
2. Incapacidad de los ministros de los cultos para elegir y ser elegidos.
3. Amnista general29.
Los anteriores puntos fueron incluidos en el proyecto de ley que elaboraron los senadores
plenipotenciarios Salvador Camacho Roldn, Justo Arosemena y Bernardo Herrera, de la
comisin de asuntos eclesisticos, aun cuando su informe consider que la ley de tuicin se
justificaba en tiempos de guerra, pero en tiempo de paz constitua una violacin a la
libertad religiosa, dogma de fe republicana30.
29 PARRA, Aquileo. Memorias 1825-1875. Bogot: Editorial Incunables, 1982. p.353-355. Citado por: RODRGUEZ SALAZAR. Ibd. P.16. 30 GONZLEZ, Fernn. Iglesia y Estado desde la Convencin de Rionegro hasta el Olimpo Radical. 1863-1868. En: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. No.15. Bogot, 1987. pp.102-104. Citado
39
Adems de stas, otras medidas importantes fueron la prohibicin de establecer
comunidades o corporaciones religiosas regulares y la obtencin de permiso de la autoridad
civil, como requisito indispensable para ejercer funciones relacionadas con los intereses
sociales31.
La reaccin de la iglesia fue variada, gran nmero de sacerdotes firm obediencia a la ley,
incluido el obispo de Popayn Pedro Antonio Torres. Otro grupo por el contrario, se neg
rotundamente, lo que deriv en la decisin de Mosquera de expulsar al arzobispo de Bogot
Antonio Herrn y a los obispos de Santa Marta, Pamplona, Antioquia y Pasto. En 1864, el
presidente radical Manuel Murillo Toro levant el destierro de los obispos facilitndoles
firmar un juramento ms moderado y admitiendo que el bajo clero no hiciera ningn
juramento. Pero la situacin cambi nuevamente y se agudiz, cuando Tomas Cipriano de
Mosquera ejerci la presidencia por tercera vez en 1866. Mosquera intervino en las bulas
papales de nombramiento de obispos, requiri prestar juramento sin condiciones y expuls
a los obispos recin nombrados32. Tras la cada de Mosquera en 1867 la ley de tuicin fue
derogada y el gobierno radical procur llegar a acuerdos con la jerarqua eclesistica, lo que
gener divisin en el clero y la reaccin de catlicos intransigentes.
Uno de los elementos ms importantes sobre el que se construy la argumentacin poltica
e ideolgica por parte de las lites catlicas civiles y eclesisticas fue el Syllabus. Un
documento doctrinario de alcance mundial, publicado en 1864 por el papa Po IX, el cual
incluy un ndice o Catlogo de lo que denomin los principales errores que la iglesia
condena a la civilizacin moderna y en particular al liberalismo.
El Syllabus estaba compuesto de ochenta proposiciones en las que se desarrollaban los
diez grandes errores del mundo moderno:
1. Errores concernientes al liberalismo moderno.
2. Errores sobre el gobierno temporal del santo padre.
por: PLATA QUEZADA, William Elvis. De las reformas liberales al triunfo del catolicismo intransigente e implantacin del paradigma romanizador. En: BIDEGAIN, Ana Mara. (dir.). Historia del Cristianismo en Colombia. Corrientes y diversidad. Bogot: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara. 2004. p.231. 31 ACTOS LEGISLATIVOS DE LA CONSTITUCIN DE RIONEGRO. Instalada en Rionegro Antioquia el 4 de febrero de 1863. Bogot: Imprenta Nacional. s.f. P. 8. Citado por: RODRGUEZ SALAZAR. Ibd. P.16. 32 PLATA QUEZADA. Op. Cit. P.237.
40
3. Errores tocantes al matrimonio civil.
4. Errores sobre la moral natural y cristiana.
5. Errores concernientes a la sociedad civil y a sus relaciones con la iglesia.
6. Errores concernientes a las sociedades secretas y a las sociedades bblicas.
7. Errores concernientes a la iglesia y a sus derechos.
8. El indiferentismo y el latitudinarismo.
9. El pantesmo y el materialismo.
10. El racionalismo absoluto y el racionalismo moderado33.
La difusin de este documento fue un inters primordial de las lites catlicas civiles y
eclesisticas, quienes vieron en su propagacin, un potencial estratgico para fortalecer los
objetivos de formacin cultural y poltica de la poblacin, contrarrestando las medidas
establecidas por el proyecto radical liberal y as mismo fundamentando la legitimidad y
necesidad de recuperar el ejercicio autnomo de las prcticas evangelizadoras de la iglesia
catlica y su poder econmico y poltico. El Syllabus igualmente sent las bases
argumentativas sobre las cuales se plante la organizacin de un nuevo partido poltico de
corte conservador.
En 1874, se edit en la imprenta de El Tradicionista -peridico dirigido por Miguel
Antonio Caro- un texto explicativo consistente en una visin sistemtica del Syllabus.
Cuatro aos ms tarde, en 1878, el clrigo francs, Monseor Gaume, public otro texto
divulgativo, el Catecismo del Syllabus. Posteriormente, en 1880, el presbtero Juan
Buenaventura Ortz, se bas en los principios del Sylla
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