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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Prez Islas, Jos Antonio

    La discriminacin sobre jvenes. Un proceso de construccin

    El Cotidiano, nm. 163, septiembre-octubre, 2010, pp. 35-44

    Universidad Autnoma Metropolitana - Azcapotzalco

    Distrito Federal, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    El Cotidiano

    ISSN (Versin impresa): 0186-1840

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    Universidad Autnoma Metropolitana -

    Azcapotzalco

    Mxico

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    Jos Antonio Prez Islas**

    El proceso dediscriminacin

    as percepciones que tenemos

    sobre lo que discrimina y lo que no, es-

    tn profundamente vinculadas con un

    determinado desarrollo histrico de

    la conciencia de la sociedad. De esta

    manera, la idea de igualdad se empez

    a construir junto con la modernidad,

    volvindose demanda central durante

    el proceso de la industrializacin de

    Occidente, sea por las demandas de

    los movimientos obreros, o ms tarde

    por los movimientos campesinos. Las

    luchas de las mujeres contribuyeronposteriormente a las modicaciones

    condicionales de esa representacin

    social llamada discriminacin.

    De esta manera, nuestra percep-

    cin sobre los discriminantes y lo

    discriminado ha ido transformndo-

    se y a la vez complejizndose, pues

    est ligada a los mismos cambios

    *Texto presentado en el Seminariovoces hbri-

    das: ciudad, juventud e interculturalidad. Releyendo a

    Garca Canclini. Mxico, D. F.,UAM/SIJ-UNAM/CONA-

    CULTA/CULTURA-DF, 27-29 de octubre de 2009.** Socilogo. Investigador del Seminario de

    Educacin Superior (SES) y Coordinador del

    Seminario de Investigacin en Juventud, de la

    UNAM. . El autor agra-

    dece la colaboracin en este texto de Leopoldo

    Callejas Fonseca.

    La discriminacin sobrejvenes. Un proceso de

    construccin*

    L

    sociales. Garca Canclini1plantea tres

    escenarios que pueden ayudar a con-

    textualizar y ubicar los procesos de

    modicacin del carcter relacional

    de la discriminacin, generados en

    temporalidades histricas distintas,

    pero que a la vez siguen persistiendo

    y entrecruzndose.

    En un primer momento, la discri-minacin se entendi en funcin o con

    referencia primordial a desigualdades

    entre sectores sociales (o clases, las

    llamaba la perspectiva marxista); el

    septiembre-octubre, 2010

    1 Garca Canclini, Nstor.Diferentes, des-

    iguales y desconectados. Mapas de la intercultu-

    ralidad. Buenos Aires: Gedisa Editorial, 2004,

    pp. 45-82.

    Discriminacin y juventud, dos conceptos utilizados que comparten varias

    caractersticas en la forma de cmo se perciben en la sociedad; por lo general, se

    usan con mucha ambigedad, y en los dos tambin hay una buena cantidad de

    sentido comn en muchos anlisis que se realizan al respecto; adems, los dos

    tienen que ver no slo con la intencin del emisor, sino con la misma percepcin

    de quien recibe la accin (el discriminado) o de quien recibe el califcativo (el / la

    joven). Esta ambigedad est relacionada con la poca indagacin a profundidad

    sobre cada uno de ellos, pero sobre todo por la prcticamente ausencia del tipo

    de vnculo que se establece entre los procesos de discriminacin y los de juventud.

    De esta manera, en el presente artculo se delinearn algunas propuestas de abordaje

    que ayuden a entender adecuadamente la relacin entre estos dos conceptos. El

    punto de partida: considerar que ambos han sido construidos histricamente y, en

    consecuencia, no son unvocos en su signifcado; ambos tambin son relacionales,

    es decir, se actan entre sujetos sociales con diferenciales de poder y en espacios

    sociales determinados. Por lo tanto, es preciso deconstruirlos para entender su

    signifcado, analizando cada uno de ellos para, al fnal, encontrar su articulacin y

    subrayar su pertinencia en las actuales condiciones.

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    Crisis e identidad de los jvenes en Mxico36

    acento se puso en los desniveles econmicos, pero se fue

    ampliando a los mbitos polticos y sociales; en este sentido,

    los procesos de discriminacin tenan que ver con los dife-

    renciales de acceso, usando la terminologa de Bourdieu2,

    a determinados capitales: econmico, cultural y/o social y

    donde las ms de las veces, estos procesos de discrimina-cin iban unidos a los de explotacin; correlativamente, las

    luchas y/o resistencias contra estas situaciones se dieron

    en el campo de los derechos socioeconmicos (acceso a

    trabajo, vivienda, educacin, etc.).

    El segundo contexto de los procesos de discriminacin

    ya no tiene que ver centralmente con la desigualdad, sino

    conla diferencia, es decir, con el reconocimiento del otro

    distinto a m, pero que posee los mismos derechos y obliga-

    ciones; en este sentido, la discriminacin est fuertemente

    ligada a la identidad de una colectividad, donde, a la vez que

    su percepcin del nosotros se plantea como homognea,lo hace frente a otros con caractersticas, marcas y rasgos

    distintivos y distintos; estas diferencias son edicadas en

    luchas pasadas y presentes, donde nalmente el objetivo

    es reapropiarse del poder de construir y evaluar autno-

    mamente la propia identidad3. As, la consolidacin de la

    identidad propia y su espacio social marcarn los enfoques

    vinculados sobre todo en cuestiones de gnero, tnicos, de

    nacionalidad y de edad, y ms tarde, con los de preferencias

    sexuales; precisamente articulados todos con los derechos

    culturales y de respeto a las diferencias.

    A decir de Ferrajoli4, el surgimiento de la vertiente

    que pone el acento en la diferencia, se contrapone no ala igualdad como trmino general, sino al concepto de

    igualdad jurdica de la tradicin liberal, que necesitaba

    un replanteamiento, donde uno de los elementos centrales

    por superar, es la legislacin que se establece entre derecho

    y diferencia, y dado que no existe un derecho si no viene

    acompaado de una garanta, se generan cuatro modelos

    como respuestas para solucionar este enfrentamiento:

    1. La indiferencia jurdica de las diferencias, donde stas o

    se les ignora, o aparecen connadas a las relaciones de

    fuerza, como se dio en la sociedad feudal.

    2. La diferenciacin jurdica de las diferencias, a partir de lo

    cual se valoriza a algunas identidades y se menosprecia

    a otras; el clsico ejemplo, la consideracin del sujeto

    optimo iureque se concede a las personas masculinas,

    blancas, adultas y propietarias, que en algn tiempo

    predomin en el mundo jurdico premoderno, peroque en algunas comunidades o esferas de la actualidad

    todava persisten.

    3. La homologacin jurdica de las diferencias, donde la

    abstracta armacin de igualdad neutraliza o devala

    las diferencias especcas, generando que no se sufra

    discriminacin en el plano jurdico sino en la inecacia

    de la aplicacin de la norma (como en muchos casos

    sigue sucediendo).

    4. La valoracin jurdica de las diferencias, donde hay un

    sistema de garantas que reconoce las diferencias y las

    valoriza como parte de los rasgos de la persona, ha-cindolas objeto de esas leyes de los ms dbiles, que

    son los derechos fundamentales5.

    En el segundo y tercer modelos (en el primero ni siquie-

    ra se considera), se piensa la diferencia como opuesta a la

    igualdad, pues como un hecho se le mistica, quedando no

    como principio normativo, sino como mera tesis presuntiva.

    As concluye Ferrajoli su anlisis:

    la contradiccin desaparece si se reconoce que la

    igualdad, en el uso que de ella se hace en las normas

    constitucionales, es, cabalmente, una norma. Y que, por

    consiguiente, existe asimetra entre igualdad y diferencias.

    Igualdad es trmino normativo: quiere decir que los di-

    ferentes deben ser respetados y tratados como iguales y

    que, siendo sta una norma, no basta enunciarla sino que

    es necesario observarla y sancionarla. Diferencia(s) es

    trmino descriptivo: quiere decir que de hecho, entre las

    personas, hay diferencias, que la identidad de cada persona

    est dada, precisamente, por sus diferencias, y que son,

    pues, sus diferencias las que deben ser tuteladas, respetadas

    y garantizadas en obsequio del principio de igualdad6.

    Volviendo a Garca Canclini7, l propone un tercer

    contexto, que sirve para entender cmo la percepcin

    sobre lo discriminante y lo discriminado est cambiando

    cuando se genera el actual proceso que algunos han lla-2Bourdieu, Pierre. Poder, derecho y clases sociales. Bilbao: Descle de

    Brouwer (Palimpsesto, Derechos Humanos y Desarrollo), 2001 (2a. edic.),

    pp. 131-164.3Gimnez, Gilberto.Teora y anlisis de la cultura. Mxico:CONACULTA-

    ICOCULT(Colecc. Intersecciones, 5), 2005, vol. I, p. 93.4Ferrajoli, Luigi. Derechos y garantas. La ley del ms dbil. Madrid: Edi-

    torial Trotta, 2002 (3a. edic.), pp. 73-96.

    5Ibid., p. 76.6Ibid., p. 79.7Garca Canclini, Nstor. Op. cit., pp. 73 y ss.

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    ElCotidiano 163 37

    mado globalizacin8; y aunque la conciencia social apenas

    se empieza a desarrollar al respecto, su dinamismo es tal,

    que el lapso de visibilidad de este nuevo tipo de discrimi-

    nacin ser menor que en los procesos anteriores, y se

    reere a la desconexin, no slo referida a la conectividad

    tecnolgica (computadora, Internet, televisin satelital ode cable, telefona celular, etc.) sino a la conexin en redes

    y a la posibilidad de movilidad (real y virtual) de transitar

    diferentes territorios (tambin reales y virtuales), as como

    no poder acceder a las nuevas posibilidades que ofrece la

    industria cultural, basada cada vez ms en estas conexiones.

    Los nuevos analfabetas informticos quedarn fuera de las

    redes de interconectividad, pudiendo ser discriminados

    tanto en los circuitos de la socialidad, como de la esfera

    productiva (trabajo y empleo).

    La globalizacin rompe y recrea el mapa del mundo,

    transformando drsticamente condiciones, signicados,especialidades y temporalidades que se haban siempre

    entendido y vinculado a partir de las sociedades nacionales;

    por lo tanto, esta nueva realidad plantea nuevas formas de

    desigualdad y diversidad, pues la sociedad mundializada

    se constituye como una totalidad de desarrollo desigual,

    combinado y contradictorio, por lo que no signica nun-

    ca homogeneizacin, sino diferenciacin en otros niveles,

    diversidades con otras potencialidades, desigualdades con

    otras fuerzas9. En este sentido, la desconexin/reconexin

    sera el punto de partida para evaluar las nuevas formas de

    discriminacin estructural/cultural que se pueden producir

    mediante segregaciones, separaciones y exclusiones hastaahora no contempladas.

    Como se puede observar los retos por ir reconcep-

    tualizando los procesos de discriminacin son muchos, la

    convivencia de las tres dinmicas (desigualdad, diferencia y

    desconectividad nos muestran que no son una accin indi-

    vidual sino un sistema de condiciones que propician actos

    de este tipo, que obviamente tienen su expresin concreta

    en acciones especcas y de acuerdo a grupos concretos

    (como lo veremos ms adelante), pero en denitiva, no es

    un hecho aislado, individual, relacionado con trastornos

    psicolgicos, es decir, una enfermedad que slo padecenalgunas personas10.

    En sntesis, estamos hablando de una nueva concepcin

    de ciudadana ya no ligada estrictamente al entorno nacio-

    nal, sino que, de manera ms compleja, deber ubicarse en

    el entorno de los mercados internacionales, por lo tanto,

    estar marcada por la desigualdad. Este tipo de sociedades,

    donde el eje concntrico de organizacin se encontraba en

    el Estado social y la titularidad de los derechos se rega por

    la condicin sociolaboral, est cambiando a otro tipo de

    sociedad, donde el Estado pierde esa centralidad (excepto

    en su funcin disciplinadora) y la titularidad est asentadaen la conexin con lo econmico nanciero11.

    La construccin de lo juvenil

    Mucho se podra escribir sobre la teorizacin, los debates y

    el desarrollo del concepto juventud, pero para los nes del

    presente escrito, slo nos gustara destacar tres elementos

    fundamentales para entender la produccin de juventud en

    la actualidad, mismos que se encuentran en tres niveles de

    la dialctica concrecin-abstraccin.

    En el nivel ms terico, habr que empezar hablando

    sobre la condicin juvenil, concepto que conlleva de inicio unelemento jerrquico; es decir, la juventud, como condicin

    social siempre est subordinada a la adultez, desde donde se

    establecen reglas y comportamientos esperados, en diver-

    sos espacios sociales, y con quien se negocia, se resiste, se

    enfrenta, o se asume para lograr la aceptacin o tolerancia

    de las propias prcticas. De esta forma, en la mayora de los

    casos los jvenes permanecen como sujeto sujetados, sea

    en la casa paterna (al no tener la autonoma nanciera o la

    emancipacin domiciliaria), sea porque estn consignados

    a un espacio especco para aprender y desarrollar sus

    habilidades (la escuela) o porque su insercin productivaest marcada por una trayectoria inicial donde la toma de

    decisiones no depende de ellos.

    10Gutirrez Lpez, Roberto.Cultura poltica y discriminacin.Cuadernos

    de la Igualdad 3, Mxico: Consejo Nacional para Prevenir la Discriminacin,

    2005, p. 5.11Alonso, Luis Enrique. Trabajo y ciudadana. Estudios sobre la crisis de

    la sociedad salarial. Madrid: Editorial Trotta/Fundacin 1 de mayo, 1999,

    pp. 109-110.

    8Otros la han llamado mundializacin; lo cierto es que bajo este trmino

    se han escrito pginas y pginas para explicar su complejidad. Quiz un

    texto que por su esquematismo puede ayudar, es el de Alessandro Pizzorno,

    Los nuevos actores de la globalizacin enMetapoltica, nm. 36, Mxico,

    julio-agosto de 2004, donde expone cuatro componentes en la constitucin

    del fenmeno de la globalizacin: el econmico (los ujos de comercio

    internacional y nancieros), el tecnolgico (medios de comunicacin y

    sistemas informticos), el geopoltico (sobre todo la hegemona mundial

    de Estados Unidos), y los ordenamientos jurdicos junto con la disposicin

    del Estado nacional frente al mercado internacional (que constituyen una

    clase que el autor llama pblico-privada, que promueve esta apertura).

    El texto se puede consultar tambin en .9 Ianni, Octavio. Las ciencias sociales y la modernidad-mundo en

    Robert Castel et al., Desigualdad y globalizacin. Cinco conferencias. Buenos

    Aires: Manantial/Facultad de Ciencias Sociales-UBA, 2003, p. 103.

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    Crisis e identidad de los jvenes en Mxico38

    Es as que si asumimos que en el origen de nuestra cul-

    tura occidental moderna, el protagonista que super el paso

    de la concepcin del hombre como criatura de Dios para

    convertirse y asumirse como su propio autor, es el hombre

    burgus, quien se convierte en su imagen miticada y en el

    modelo a seguir y alcanzar; desde esta perspectiva, nos diceMichele Duchet12, tres grupos que aunque pertenecen a la

    misma especie, han quedado subordinados a aqul, y son: la

    mujer, el proletario y el buen salvaje; a lo que el socilogo

    boliviano Huscar Cajas13, comenta que a Duchet le haba

    faltado uno ms: el joven, aunque quiz los jvenes desde la

    perspectiva adulta, segn nuestra percepcin, sean conside-

    rados precisamente el buen salvaje, o ms en especco el

    salvaje a secas, a quien se debe civilizar. Esta asignacin que

    se hace de los jvenes a espacios regidos por los adultos (las

    instituciones sociales) tienen como n explcito la socializa-

    cin necesaria para que se incorporen a las responsabilidadesy derechos de los adultos, pero a la vez, como n no explcito,

    controlar y normar su actuar; de esta manera, se generan

    dos percepciones extremas sobre el mundo juvenil: la que le

    asigna las cualidades positivas (fortaleza, cambio, esperanza,

    etc.) y la que los identica con un sector peligroso o en el

    mejor de los casos, anmico (rebelde, desinteresado, etc.).

    Esta condicin juvenil no slo es una cuestin de lu-

    cha generacional, como muchas veces se entendi, ni una

    condicin de moratoria, mediante la cual se esperara que

    nalmente los jvenes arribaran a convertirse en adultos (na-

    turalizando la cuestin juvenil), sino es la asimilacin-conic-

    to-negociacin-resistencia en campos especcos, donde losdetentadores de los distintos capitales (los adultos) ejercen

    su hegemona sobre los recin llegados, como los llama

    Bourdieu14. Ya en otro momento hemos ahondado sobre esta

    propuesta de anlisis que asumimos del desarrollo que hacen

    Deleuze y Guattari sobre los tres tipos de segmentariedad

    que atraviesan la organizacin capitalista (binaria, circular y

    lineal), aqu nos referimos a la segmentariedad binaria, es decir

    la oposicin que existe entre jvenes y adultos15.

    Obviamente entre los dos extremos (los jvenes-prome-

    sa y los jvenes-peligro) se produce una gama diferenciada de

    percepciones adultas sobre ellos, en ocasiones vinculada con

    el origen social (los buenos son los que tienen recursos, los

    malos son los pobres), pero donde tambin existen algunos

    sectores juveniles que permanecen invisibles a la mirada

    institucional-adulta, pues pocas veces son considerados en

    su calidad de jvenes (por ejemplo, las y los jvenes que no

    estudian ni trabajan, los jvenes de los sectores rurales, losnios de la calle, los jvenes migrantes, etc.). A esto lo po-

    dramos llamar condicin juvenil, que habla de entrada, de

    un lugar subordinado en la estructura social (real y simblica)

    con accesos desiguales a las esferas de poder, de toma de

    decisiones y de oportunidades de desarrollo.

    El segundo elemento, con un nivel de abstraccin ms

    concreto, se reere a lo que se ha llamado la situacin social

    de las y los jvenes, donde se muestra la alta heterogeneidad

    que poseen las caractersticas juveniles en funcin de su

    edad, sexo, origen social, escolaridad, condicin de actividad

    (estudian y/o trabajan) y ubicacin territorial. Este segundoelemento habla de la diversidad de formas de vivir el perio-

    do juvenil, donde se entremezclan las diferencias no slo

    producto de las estructuras sociales (desiguales) sino las del

    propio actuar juvenil (su praxis), mediante el cual no slo se

    diferencian de los adultos, sino entre ellos mismos.

    A esto se le puede llamar la segmentariedad circular, es

    decir la relacin que establecen las instituciones sociales

    (familia, escuela, trabajo) con los jvenes y viceversa, como

    espacios y tiempos sociales propios y diferenciados entre s,

    pero a la vez que se encuentran atravesados por otros crcu-

    los institucionales ms amplios (la legislacin, la poltica y la

    institucin ms general: el Estado), a travs de los cuales seproporcionan reglas para actuar, pero tambin los recursos

    para su desarrollo; siempre distribuidos asimtricamente

    y siempre con lneas de fuga que pueden contradecir y/o

    negociarse desde la actuacin juvenil y, por lo tanto, modi-

    carse (desterritorializarse y re-territorializarse).

    Si bien este reconocimiento de la diversidad juvenil,

    ms cmo postura declarativa, ha sido ampliamente acep-

    tado en prcticamente todos estos espacios de la segmen-

    tariedad circular (las instituciones), sobre todo en lo que

    se reere a las culturas o identidades juveniles, no signica

    que los procesos de exclusin o desinstitucionalizacinse estn superando, al contrario, esta misma tolerancia

    de la diversidad, puede signicar tres olvidos: uno, que

    esta diversidad de los visibles no tome en cuenta a los

    sectores juveniles invisibles (atrapados en sus tareas

    domsticas, en sus diferentes preferencias sexuales, en su

    no ciudadana, como los migrantes y los que estn en

    conicto con la ley, etc.); dos, que la exacerbacin de la

    singularidad, sea una ilusin de la inclusin nos diran

    12Duchet, Michele.Antropologa e historia en el Siglo de las Luces. Citado por

    Huscar J. Cajas en Estigma e identidad. Una aproximacin a la identidad juvenil

    en Revista Iberoamericana de Juventud,nm.1, Madrid, julio de 1996, p. 92.13Ibid.14Bourdieu, Pierre.La distincin. Criterio y bases sociales del gusto. Madrid:

    Taurus, 2000, p. 488.15Prez Islas, J. A. Historizar a los jvenes. Propuestas para buscar los inicios

    en J. A. Prez Islas y Maritza Urteaga C-P (coords.), Historias de los jvenes en

    Mxico. Su presencia en el siglo XX. Mxico: SEP/IMJ-Ciejuv/AGN, 2004, pp. 17-32.

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    colectivamente ese futuro. El mundo se vuelve atemporal pues

    no ven cundo el esfuerzo realizado recompensar con frutos:

    es la tensin entre la graticacin presente y la graticacin

    diferida, entre el goce del presente y la postergacin del placer

    en funcin del equipamiento para el futuro18. Es precisamente

    desde este contexto donde tendremos que analizar las nuevasvertientes que han asumido los procesos de discriminacin

    en torno a la diversidad de este sector de la poblacin.

    Cruzando conceptos

    Ahora estamos en mejores condiciones para poder ubicar

    las particularidades que adoptan los aspectos concretos de

    este cruce entre la discriminacin y los jvenes. A manera

    de propuesta, y siendo como lo es, un proceso complejo,

    vamos a tratar de abordar las acciones especcas que se

    generan, a travs de equiparar las dos tradas que hasta aquse han analizado, derivadas de los conceptos discriminacin

    (desigualdad/ diferencia/ desconexin) y juventud (sujecin/

    heterogeneidad/ historicidad). Nuestra idea est en el si-

    guiente esquema19, el cual no signica que los elementos

    de cada triada se deriven mecnicamente uno al otro, sino

    dicha correlacin a manera de mtodo heurstico puede

    contribuir a superar los sentidos comunes y mostrar mejor

    sus consecuencias en la poblacin juvenil.

    Estos desplazamientos signican que en el contexto de

    la discriminacin por desigualdad, la condicin juvenil mar-

    cada por la sujecin, produce una vertiente especca que

    18Hopenhayn, Martn. Jvenes latinoamericanos: del mundo del trabajo

    al mundo atemporalizado en Mauricio Seplveda et al., Nuevas geografas

    juveniles. Transformaciones socioculturales. Santiago de Chile: Ministerio de

    Educacin/Universidad Diego Portales/Instituto Nacional de la Juventud,

    2005, pp. 82-86. Subrayado del autor.19Que quiz como todo esquema simplica la realidad, pero ayuda a

    realizar un anlisis ms preciso.

    Escobar y Mendoza16

    , dejando intactas las desigualdades

    de la sociedad capitalista implantada; y, tres, que esta multi-

    plicidad de la diversidad, se convierta en una fragmentacin

    tal, que sea imposible encontrar horizontes comunes para

    compartir proyectos y/o utopas.

    El tercer elemento, se reere a la historicidadque tienelo juvenil, o tambin entendida como segmentariedad lineal,

    donde lo estructural y coyuntural conguran el ser joven en

    un determinado periodo histrico, que no por ser el nivel

    ms concreto es el menos importante, porque recordemos

    junto con Sven Morch: el secreto de la juventud se encuentra

    fuera de ella, es decir, en los cambios de la sociedad17. De

    esta manera, al cambiar las condiciones de produccin-re-

    produccin de los grupos sociales, se producen diferencias

    de generacin, pues los nuevos agentes son producidos de

    manera distinta. De aqu la importancia que en el momento

    actual cobra el proceso de globalizacin, desde donde hayun nuevo rgimen que modica el espacio y el tiempo, por

    lo tanto, nuevos parmetros para producir la juventud.

    En este nivel, la subordinacin de la condicin juvenil y

    la heterogeneidad de ubicaciones y prcticas de los jvenes

    adquieren su pleno sentido, pues el momento actual hace que

    la concrecin se manieste en un mundo atemporalizado, tal

    y como lo ha planteado Martn Hopenhayn, pues el futuro se

    ha desdibujado, postergando su autonoma indenidamente,

    con escasa claridad entre lo que estudian y sus posibles tra-

    yectorias laborales, atrapados en el consume ahora y paga

    despus, y sin ofertas ideolgicas que les permitan proyectar

    16Escobar, M. Roberto y N. Constanza Mendoza. Jvenes contempo-

    rneos: entre la heterogeneidad y las desigualdades en Revista Nmadas,

    nm. 23, Bogot: IESC-Universidad Central, octubre de 2005, pp. 10-19.17Morch, S. Sobre el desarrollo y los problemas de la juventud en

    Jvenes, Revista de estudios sobre juventud, cuarta poca, ao 1, nm. 1,

    Mxico, SEP-Causa Joven/CIEJ, julio-septiembre de 1996, p. 99.

    PROCESO DE JUVENTUD

    HETEROGENEIDADSUJECIN HISTORICIDAD

    DIFERENCIA

    DESIGUALDAD

    DESCONEXIN

    PROCESODE DISCRI-MINACIN

    Estereotipos sobrela condicin juvenil

    Prejuicios sobrela praxisjuvenil

    Estigmas sobresectores juveniles

    Esquema deconstructivo de la discriminacin especfca sobre los jvenes

  • 7/21/2019 La discriminacion sobre jovenes. Un proceso de construccion.pdf

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    Crisis e identidad de los jvenes en Mxico40

    la experiencia propia y/o con informacin suciente que

    derive en un conocimiento directo y slido; es decir, que

    las personas se sienten con la capacidad de dar una opinin

    con respecto a otro grupo, slo de odas.

    Como lo seala Mitchell Duncan22, los estereotipos son

    la predisposicin aprendida que se maniesta en la con-ducta de un individuo o grupo de individuos a n de evaluar

    un objeto o grupo de objetos de una manera particular.

    Dependen en gran medida de la imagen que se tenga del

    mundo y de las expectativas sociales; sin embargo, como

    no se puede tener una idea particular de cada objeto, lo

    que los seres humanos tendemos a hacer son asignaciones,

    que desde la sociologa, se han denido como un grupo de

    generalizaciones inexactas y simplistas acerca de grupos de

    individuos que permite a otros caracterizar a los miembros

    de estos grupos y tratarlos de forma rutinaria de acuerdo

    con estas expectativas

    23

    .Existen estereotipos sociales negativos y positivos,

    ambos juegan un papel fundamental en las relaciones inter-

    grupales, ya que ayudan a establecer el papel que, se supone,

    desempean las personas en el contexto de esas relaciones,

    y se asigna de acuerdo al grupo en el cual se ubica a cada

    quien; por lo tanto, el estereotipo logra que se determinen,

    las ms de las veces inconscientemente, las funciones que

    los distintos individuos o grupos deben desempear en el

    marco de las relaciones sociales.

    Para el caso de los jvenes, como decamos ms arriba,

    el mayor de los estereotipos viene de la concepcin sobre

    su condicin subordinada, que parte del origen de la misma

    construccin del concepto, pues tiene un lmite muy ligado

    a lo psicobiolgico (sobre todo hegemonizado por la psico-

    loga clnica y sus test). De hecho, la primer disciplina que se

    preocupa sistemticamente en el siglo XXpor los jvenes,

    a quienes designa como adolescentes, es la psicologa, a

    partir de las interpretaciones de Stanley Hall (1844-1924),

    se concreta en la creacin de una serie de estereotipossobre

    lo que es la juventud (en el nivel ms abstracto o general) y

    que afecta a cualquier individuo o grupo por el mero hecho

    de ser joven. Respecto al contexto de la diferencia, la hete-

    rogeneidad juvenil trabaja en la elaboracin de una serie de

    prejuiciossobre ciertas prcticas juveniles (su praxis especca),no necesariamente vinculadas a sectores especcos, por

    ejemplo, el uso del cuerpo, pero que s adquieren caracte-

    rsticas relacionales de acuerdo al origen social, al sexo, etc.

    (no es lo mismo ponerse piercingssi se es hombre o mujer,

    o si se pertenece a la clase media o a sectores populares; y

    tampoco es igual la mirada adulta de los padres sobre este

    acontecimiento o la mirada del polica). Finalmente, el proceso

    de desconexin incide en la situacin estructural/coyuntural

    de los jvenes segn el momento histrico por el que se

    atraviesa y remaniesta a manera de estigmas,que marcan a

    ciertos sectores juveniles en especco y no a otros.Con lo anterior, quedara claro que cada uno de estos tres

    procesos puede conuir en algn momento dado, o pueden

    combinarse de diferente forma, o darse por separado. No obs-

    tante veamos algunas caractersticas de cada uno de ellos.

    a. Estereotipos sobre la condicin juvenil

    Una primera variante a considerar es el estereotipo, el cual

    etimolgicamente procede de las palabras griegas steres,

    slido y typos, molde. Sin embargo, su empleo moderno

    fue introducido, hace ya ms de ochenta aos (1922), por

    el periodista norteamericano Walter Lippmann, en su libro

    Public Opinion20. Desde entonces, el trmino estereotipo ha

    seguido teniendo el signicado que Lippmann le dio, siendo

    sus principales caractersticas: 1) ser un concepto simple

    ms que complejo y diferenciado; 2) ser ms falso que ver-

    dadero; 3) haber sido adquirido ms de segunda mano que

    por experiencia directa; y, 4) ser resistente al cambio.

    Con dicho concepto, Lippmann trat de designar cier-

    tos mecanismos cognitivos de simplicacin de la realidad.

    Tal simplicacin, impuesta por razones de economa del

    esfuerzo comportan, sin embargo, el peligro de la distor-

    sin21

    . En este sentido, la generacin de estereotipos obe-dece a la creacin de patrones y opiniones sobre los dems

    (algunos piensan que no rebasan el estatuto de creencias),

    debido a la falta de inters en fundar esas opiniones en

    22Vase Duncan, Mitchell (ed.). Dictionary of Sociology, Londres: Rout-

    ledge and Kegan Paul, 1968; vase tambin Seymour Smith, Charlotte (ed.),

    Macmillan Dictionary of Anthropology, Londres: The Macmillan Press, 1986: y,

    Marshall, Gordon (ed.). The Concise Oxford Dictionary of Sociology. Oxford

    Nueva York: Oxford University Press, 1994.23Jary D. y J. Jary. Collins Dictionary of Sociology. Reino Unido: Harper

    Collins Publisher, 1991, p. 495. Organismos internacionales han denido en

    el mismo sentido a los estereotipos como el conjunto de ideas, prejuicios,

    creencias y opiniones preconcebidas, impuestas por el medio social y la

    cultura que se aplican en forma general a las personas pertenecientes a

    la categora a la que hacen referencia, que puede ser nacionalidad, etnia

    o sexo. Conforman un modelo rgido aplicable a todos los miembros de

    dicha categora, desestimando sus cualidades individuales y supeditndolas

    a l. Cfr.UNIFEM-UNICEF-FNUAP.Metodologa para eliminar los estereotipos

    sexuales en los materiales educativos.Guatemala, 1991, pp. 35-41.

    20 Lippmann, W. Public Opinion. Nueva York: Macmillan, 1922. Vase

    .21Garmendia, Jos A. Estereotipo en Diccionario UNESCOde Ciencias

    Sociales. Barcelona: Planeta-Agostini, 1987, vol. II, p. 826.

  • 7/21/2019 La discriminacion sobre jovenes. Un proceso de construccion.pdf

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    ElCotidiano 163 41

    irreexiva como una verdadera caracterstica de los jvenes

    y los grupos o sectores que no caen dentro de estos este-

    reotipos, son invisibilizados o perseguidos.

    En la actualidad estos estereotipos estn siendo per-

    manentemente elaborados, modicados y reposicionados

    por las poderosas industrias culturales, en particular, losmedios de difusin masiva, que tambin desde la aparicin

    del rock and roll,supieron que los sectores juveniles eran un

    mercado de consumo potencial muy grande, de tal manera

    que mediante imgenes, modas, fenotipos, estilos, establecen

    el estereotipo de lo que es ser joven y, sobre todo, joven

    moderno mediante la esttica y no mediante la tica. A tal

    grado han difundido este estereotipo que se ha extendido

    como ideal ya no slo de los jvenes, sino tambin de los

    mismos adultos, ya que muchos de ellos quieren vivir y si

    se puede morir, siempre como jvenes.

    Como se puede apreciar, la discriminacin especca quese hace en este nivel tiene que ver centralmente con el este-

    reotipo creado desde la primaca del mundo adulto al denir

    lo que es la juventud, como un todo homogneo y desde la

    verticalidad. Y los que quedan fuera peor para ellos.

    b. Prejuicios sobre la praxis juvenil

    Como ya se ha visto, los estereotipos juveniles crean una

    imagen colectiva, encasillndolos. Por ende, el estereotipo

    fundamenta al prejuicio, ya que de acuerdo con Seymour

    Smith los prejuicios son juicios negativos preconcebidos de

    personas o grupos basados en imgenes estereotipadas24.

    La palabra prejuicio proviene del latnpraejudicium, que signi-

    ca juicio previo; donde se involucran no slo los marcos

    cognitivos (predominantes en los estereotipos) sino las

    actitudes (con sentimientos, emociones, expectativas, etc.)

    hacia determinados sectores para explicar las diferencias.

    Para algunos existen cuatro elementos constitutivos del

    prejuicio25: 1) una creencia o actitud arraigada, que se deriva

    de la percepcin adquirida a lo largo de la vida y se traduce

    en una opinin o actitud hacia determinada persona o gru-

    po; 2) tiene un carcter axiolgico o valorativo, donde esa

    creencia, opinin o actitud puede ser de carcter positivoo negativo, convirtindose en orientador de la conducta y

    concretamente aplicndose a grupos subordinados; 3) tie-

    ne destinatario, regularmente enfocado hacia un grupo en

    especco, y cuando se reeja en una persona en particular,

    24Vase Seymour Smith, C.op. cit., o en .25Malgesini, G. y C. Jimnez.Gua de conceptos sobre migraciones, racismo

    e interculturalidad. Madrid: Catarata, 2000, p. 330.

    cuya preocupacin nace en funcin de las manifestaciones

    que produce la congregacin por edades en las escuelas.

    De ah se institucionaliza el concepto de adolescencia que

    por mucho tiempo dominar sobre el concepto juventud,

    hacindolos casi sinnimos, aunque el primero es ahistrico

    y el segundo es eminentemente sociocultural. Esta miradasobre lo juvenil se extender de manera predominante

    hasta los aos cincuenta, donde el rock and rolly las actitu-

    des que se generaron a su alrededor, hicieron que lo que

    preguraba nuevas manifestaciones culturales, se entendiera

    slo como rebeldes sin causa, bajo el presupuesto adulto

    de por qu los jvenes se rebelaban si lo tenan todo; la

    psicologa entonces se aboc a tratar de entender estas

    desviaciones, que en su caso extremo se convertan en

    delincuencia juvenil, desde este punto de vista.

    La pedagoga fue otra disciplina que disciplin a las

    nuevas generaciones, al ocuparse del segmento juvenildespus de la poblacin infantil, y cuya preocupacin

    central por educar a la juventud, contribuy a la idea de

    hacer al concepto dependiente de la institucin escolar. El

    afn por instruir a esas nuevas generaciones hizo que el

    aspecto educativo se volviera el tema por excelencia de las

    cuestiones juveniles, sobre todo bajo el punto de partida

    positivista que domin a partir de la tercera dcada del siglo

    XXy casi hasta al nal del mismo, donde las generaciones

    eran sucesivas, dejando de lado otros elementos, como el

    cultural, que fueron caracterizando a este sector al com-

    plejizarse la sociedad misma.

    De esta forma, lo que en un principio eran mbitos

    de intervencin de ciertas disciplinas se convirtieron en

    imgenes del sentido comn, pasando del estereotipo de la

    juventud como esperanza del futuro a la juventud como

    problema; idealizaciones que se instalaron en prcticamente

    todos los campos sociales, cuya nica solucin era o mante-

    nerlos ocupados en la escuela y despus haciendo deporte,

    o castigndolos si se portaban mal (represin, crcel, etc.).

    Estos estereotipos invadieron (y hasta la fecha continan

    hacindolo) a las polticas pblicas (es decir, las polticas

    gubernamentales y las privadas), de tal manera, que las ac-

    ciones que se realizan hacia este sector estn, en la mayorade los casos, marcadas por tres caractersticas: trivializar la

    condicin juvenil, es decir, no son importantes porque son

    cosas que pronto pasarn; posponerla para el futuro o sea,

    cuando sean grandes a ellos les tocar; y, homogeneizar lo

    juvenil, lajuventudde Mxico es dice piensa, como

    si la juventud fuera un sujeto real y no una construccin

    cultural abstracta. En la medida en que los estereotipos se

    repiten adquieren su fortaleza, pues se generalizan de manera

  • 7/21/2019 La discriminacion sobre jovenes. Un proceso de construccion.pdf

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    Crisis e identidad de los jvenes en Mxico42

    Con nimo indicativo ms que exhaustivo, podramos

    decir que destacan dos discursos hegemnicos impregnados

    de prejuicios:

    El discurso de la amenaza: sobre la praxis juvenil vincula-

    da a los temas de violencia, delincuencia y adicciones, donde

    se designa como protagonistas centrales a los jvenes, sobretodo si son pobres y se renen con otros jvenes, con lo

    cual cumplen con los tres elementos segn Ren Girard29,

    para generar un profundo miedo prejuicioso y convertirse

    en chivos expiatorios en quienes conuye la accin per-

    secutoria y la falta de reconocimiento de la alteridad: la

    indiferenciacin en el orden cultural, que uniforma la vida

    social (Rossana Reguillo30ha llamado a esto la neutraliza-

    cin de las condiciones sociales, a partir de las cuales se

    valoran ciertas prcticas como si sucedieran en el vaco);

    la explicacin moral de la amenaza imaginaria (es decir,

    ellos son los malos); y, la seleccin meticulosa de las vcti-mas propiciatorias en donde se hace descansar la amenaza

    (hay que combatirlos pues son los culpables).

    As tenemos que la drogadiccin se individualiza, culpa-

    bilizando al sujeto que la practica y no a la comunidad que la

    genera, como lo maniestan claramente Araujo y Nieto:

    La accin persecutoria sobre las drogas y los drogadictos

    no es gratuita ni surge por generacin espontnea; la co-

    munidad niega de s misma lo que proyecta en la vctima

    propiciatoria. El surgimiento de una actitud generalizada

    de rechazo y la legalizacin de una persecucin colectiva

    evidencia una negacin bsica; la crisis de las instituciones

    bsicas de la organizacin social y del orden cultural31.

    Pero lo mismo se podra decir, en los campos de la vio-

    lencia y de la delincuencia, donde se asume prejuiciosamente

    que ciertas prcticas juveniles conducen necesariamente a

    ellas, por ejemplo estar juntos, or rock (sobre todo heavy

    que hasta puede ser satnico), vestir fachosamente, tener

    tatuajes o piercings, es decir todo aquello que puede contra-

    venir el orden por el mero hecho de ser diferente.

    El discurso de la deslegitimacin: el cuerpo es el primer

    medio de socialidad nos dira Reguillo32, por lo tanto, es

    el territorio donde se establece centralmente la confron-

    se basa principalmente en la pertenencia del individuo a un

    determinado grupo social, el cual es prejuzgado por otro

    sector de la sociedad; y 4) tiene una nalidad, que es la manera

    en que provoca efectos en determinada persona o grupo, es

    decir, sobre quien lo posee y sobre quien recae. Bobbio por

    su parte acenta que el prejuicio adquiere su fuerza en elhecho de que cree como verdadera, una opinin falsa26.

    No obstante, algunas otras perspectivas tericas ven al

    prejuicio ms que como un consenso de un grupo sobre otro,

    como un discurso social, una forma de representacin que

    busca proporcionar una explicacin a una situacin y justicar

    prcticas discriminatorias presentes, pasadas o futuras. Con

    esta postura se asume el carcter ideolgico del prejuicio, es

    decir, se sita en el contexto de relaciones conictivas entre

    diversos grupos; adems, implica asumir el carcter cambiante

    del discurso que variar conforme lo hacen las condiciones

    sociales, polticas o econmicas de los grupos en conicto.En sntesis, lo fundamental de un discurso prejuicioso no ser

    su contenido, sino las funciones que cumple27.

    La especicidad que cobra este discurso social prejui-

    cioso en torno a los jvenes se vincula directamente con la

    profunda heterogeneidad de este sector y, a diferencia del

    estereotipo que puede situarse a un nivel de generalidad

    muy amplio, el prejuicio se dirige y acta sobre ciertos

    aspectos vinculados a prcticas juveniles especcas. A me-

    nudo se suelen confundir estereotipos y prejuicios, porque

    ambos son mecanismos donde supuestamente predomina

    lo cognitivo; no obstante, mientras el estereotipo es una

    creencia o una imagen positiva o negativa, el prejuicio es una

    valoracin, algo que implica el acto de juzgar, de rechazar

    o desaprobar ciertas conductas.

    En este sentido, Oscar Dvila, investigador chileno, arma

    que en las preocupaciones (nosotros diramos que en los

    prejuicios adulto-institucionales) sobre los jvenes, sigue pre-

    dominando: un enfoque del riesgo, que se conjuga con lo de

    juventud peligrosa, en los viejos/mismos/nuevos temas de

    lo supuestamente juvenil, que nalmente son los que copan la

    opinin pblica, los llamamos: los cuatro jinetes del Apocalip-

    sis: violencia, delincuencia, drogas y sexualidad28. Y precisa-

    mente son estas prcticas sobre las cuales se producen conmayor frecuencia los prejuicios alrededor de los jvenes.

    26 Bobbio, Norberto. Elogio de la templanza y otros escritos morales.

    Madrid: Temas de Hoy, 1997, pp. 157-159.27Echebarra E., Agustn . Bases sociales de la xenofobia en R. A. Barn

    y D. Byrne, Psicologa social. Madrid: Prentice Hall, 1998, p. 239.28Citado en J. A. Prez Islas. Trazos para un mapa de la investigacin

    sobre juventud en Amrica Latina en Revista Papers,nm. 79, Barcelona,

    Universidad Autnoma de Barcelona, 2006, pp. 155-156.

    29Girard, R.El chivo expiatorio. Barcelona: Anagrama, 1982. Citado por

    Rogelio Araujo y Lilia Nieto, La cultura licida.Antropologa de la drogadiccin.

    Mxico: El Lirio/CONACULTA-Fonca, Mxico, 2003, p. 40.30Reguillo, Rossana. Violencias expandidas. Jvenes y discurso social

    enJovenes, Revista de estudios sobre juventud, nueva poca, ao 3, nm. 8,

    Mxico: CIEJ-IMJ, enero-junio de 1999, p. 12.31Rogelio Araujo y Lilia Nieto, op. cit., p. 41.32 Reguillo, Rossana. Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del

    desencanto. Buenos Aires: Norma, 2000, p. 76.

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    ElCotidiano 163 43

    tacin entre jvenes y adultos (instituciones) para lograr su

    conquista y control. Es donde la biopoltica busca someter

    al cuerpo a un disciplinamiento que por una parte optimice

    sus capacidades, pero por otra incremente su utilidad.

    De esta manera, se elabora un discurso prejuicioso que

    clasica los usos de los cuerpos juveniles (los bonitos y losfeos) y genera los conictos sobre la moral pblica que des-

    legitima por ejemplo, la sexualidad de los y las jvenes, sea

    mediante amenazas morales y/o religiosas, sea intentando

    detener los esfuerzos para informarlos amplia y verazmente,

    pues son invitaciones a pecar; obvio, bajo este prejuicio

    de vulnerables que muchas veces se les asigna y se les

    identica en muchas polticas pblicas, en consecuencia, se

    les debe proteger como si todava fueran nios.

    Pero existe otro tipo de deslegitimacin del cuerpo ju-

    venil, que se produce por la esttica hegemnica propagada

    por los medios de difusin masiva, mediante la cual se aparta

    a los y las jvenes que no cumplen con la estandarizacin

    de las medidas de belleza y de uso de prendas que dicta lamoda y/o las marcas.

    El peligro que representa la ausencia de controles es

    un argumento implcito que se repite en el discurso de los

    moralizadores, que perciben en el campo de la diversin

    juvenil la interseccin de los elementos que atentan contra

    el orden establecido y fomentan las ms bajas pasiones33.

    c. Estigmas sobre sectores juveniles

    La tercera variante es lo que podramos llamar estigma,

    palabra que tiene origen griego y hace referencia a la marca

    que se dejaba con navaja o con fuego en los individuos consi-derados como extraos (migrantes) o inferiores (esclavos).

    De acuerdo con Ricardo Garca Bernal34, el estigma se ha

    concebido tradicionalmente como una caracterstica que

    desprestigia considerablemente a un individuo o grupo de

    individuos ante los dems. Es decir, es una base para devaluar,

    rechazar y excluir a las personas que experimentan una

    discriminacin estructural, as cuando un grupo considerado

    como inferior se mantiene en ese mismo nivel social duran-

    te generaciones, al nal, se ve como normal esa condicin;

    en otras palabras, a dicho sector poblacional se le niega la

    oportunidad de desarrollo, por lo que ven mermadas sus

    expectativas de mejorar su calidad de vida.Sobre ese segmento poblacional se instaura un este-

    reotipo negativo que puede generar un estigma. Es por ello

    que, el estereotipo suele ser considerado como la antesala

    del prejuicio, que a su vez da paso a la estigmatizacin. Es

    una secuencia que va desde lo cognitivo (crear una imagen

    estereotipada), a la actitud (el juicio previo o preexistente)

    y de ah al comportamiento (la conducta discriminatoria).

    La consecuencia es que las personas o grupos estigmati-

    zados llegan a interiorizarel estereotipo y el prejuicio que

    reciben, es decir, en la medida en que los grupos estigma-tizados aceptan el panorama dominante de su estado de

    inferioridad, es menos probable que desafen las formas

    estructurales de discriminacin35

    . En la mayora de estos

    casos, se parte del supuesto de que existe una inferioridad

    natural en el grupo en cuestin o bien una circunstancia,

    cualquiera que sea, que establece la inferioridad de sus

    integrantes. Regularmente este estereotipo negativo est

    conformado por una serie de estigmas, que desacreditan

    al individuo que se adscribe a determinado grupo social y

    que justican esas actitudes.

    El clsico estudio de Goffman36, va ms all, plantea que

    el estigma hace referencia no a atributos sino a relaciones,

    entre lo que l llama identidad social real(la categora de lapersona en la que se encuentra y el conjunto de atributos

    que posee) y la identidad social virtual(el prototipo de sujeto

    para cada categora); la discrepancia entre una y otra que se

    construye en las interacciones sociales genera los estigmas,

    de tal manera, que produce al mismo tiempo, tanto al estig-

    matizado como al normal (el prototipo). El mismo Goof-

    man propone tres tipos de estigma: a) las abominaciones

    del cuerpo (las deformidades fsicas); b) los defectos de

    carcter (alcoholismo, homosexualidad, conductas polticas

    extremistas, etc.); y, c) los estigmas tribales (generados por

    la pertenencia a una cierta religin, raza, nacin)37.

    Tejiendo con Goffman, Cupatitzio Pia38

    propone doselementos adicionales: el primero, que la generacin de

    prototipos no slo se producen en las relaciones sociales

    cotidianas, sino que necesariamente estn mediadas por el

    poder, de tal manera que los estigmas son atravesados por

    los mecanismos de control social, y que como hemos visto

    ms arriba, los jvenes se encuentran bajo la subordinacin

    institucional-adulta. El segundo aporte se reere al anlisis

    que hace para demostrar que la poblacin juvenil posee

    los tres tipos de estigma: el de las abominaciones, que co-

    rrespondera a todos los movimientos y sectores juveniles

    que modican su cuerpo mediante tatuajes y perforaciones

    como formas de resistencia; el de los defectos de carcter,

    vinculado a sectores juveniles que por su prctica diver-

    gente se desalian de los valores hegemnicos; y el estigma

    tribal, que tiene que ver con la edad y la condicin social.

    33Ibid., p. 89.34Citado por Pia, Cupatitzio y Leopoldo, Callejas. La estigmatizacin

    social como factor fundamental de la discriminacin juvenil. El Cotidiano,

    nm. 134, noviembre-diciembre de 2005, Mxico, p. 64.

    35G. Link, Bruce y Jo C. Phelan. Conceptualizing Stigma enAnnualReview of Sociology, nm. 27, Estados Unidos, 2001, pp. 363-385.

    36Goffman, Irving. Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires:Amorrortu Editores, 2000, pp. 10-14.

    37Ibid., pp. 14-15.38Pia, Cupatitzio. Cuerpos posibles Cuerpos modicados. Tatuajes y

    perforaciones en jvenes urbanos, Mxico: IMJ-CIEJ, 2004, pp. 106-113.

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    Crisis e identidad de los jvenes en Mxico44

    Para nosotros queda claro que, contrario a lo que su-

    cede con los estereotipos y los prejuicios, los estigmas se

    focalizan y se ponen en accin sobre determinados sectores

    juveniles, as como los sujetos sobre quienes recaen estas

    acciones van cambiando histricamente39. En el contexto

    actual de globalizacin, como ya se dijo, la desconectividadse acenta como estigma en sectores juveniles, donde el

    concepto tradicional de ciudadana se disloca; dado que

    este concepto se haba fundamentado en la territorialidad

    de una nacin, y al haber grandes contingentes de personas

    movindose entre fronteras y personas que cada vez son

    ms jvenes (por la edad y por la proporcin que repre-

    sentan en el total de migrantes) adquiere connotaciones

    ms complejas.

    En este sentido, los nuevos nmadas sufren una doble

    estigmatizacin: la que sucede al abandonar sus lugares

    de origen, pues en gran medida, su salida responde a las

    limitaciones de sus derechos sociales y culturales que les

    correspondan como ciudadanos de su pas; y la segunda,la que reciben en el pas de llegada, donde siempre sern

    vistos como extraos y, por lo tanto, sobre ellos se ejercer

    lo que Goffman llam el estigma tribal.

    Esto se traduce en la poblacin joven dispuesta a con-

    formar agregaciones, adscripciones identitarias o culturas

    juveniles40en estigmatizaciones especcas y ms profundas,

    como lo hemos visto recientemente en las llamadas maras,

    manifestaciones trasnacionales, que han sido calicadas

    por varios gobiernos (sobre todo el de Estados Unidos)

    como peligro a la seguridad nacional, predominando el

    mero criterio policial y punitivo, repitiendo las reacciones

    que histricamente se han producido en manifestacionesjuveniles de caractersticas semejantes, donde no se realiza

    ningn anlisis de la complejidad que implican, hacindose

    realidad el criterio de Pia sobre que en sectores como

    stos, se produce la triple estigmatizacin41

    .

    En la vertiente opuesta, se encuentran los sectores juve-

    niles sujetados a la desconectividad, porque en la actualidad, la

    posibilidad de moverse y de hacerlo rpidamente es el factor

    que es el ms valorado; parafraseando a Bauman, el capital

    viaja ligero, slo necesita su computadora porttil, su telfono

    celular y sus tarjetas de crdito para estar en el mundo; por

    lo tanto, el poder econmico establece su jerarqua con la

    capacidad de moverse y sin previo aviso, de ah que sea la

    nueva fuente de estraticacin social y de dominio42.

    As los sectores juveniles que no pueden acceder a estos

    elementos que les permita la movilidad que exigen los pro-

    cesos de globalizacin, se quedan jados o inmovilizados a

    su territorio. Las nuevas trayectorias de muchos jvenes seconforman de mltiples desconexiones que, marcadas por la

    pobreza, quiz el ms grande estigma, los vuelve excedentes

    de poblacin no viables, ni siquiera como consumidores

    fallidos o vctimas colaterales del progreso econmico,

    dira Bauman43

    . Este estigma de la pobreza les deja slo

    la opcin furiosa por el riesgo, la automarginacin

    o el reviente. Ocupan el ltimo lugar en la cola de los

    puestos de trabajo (por jvenes y por poco instruidos),

    y esto les impone desde fuera un estigma de exclusin

    ante el cual no debieran sorprender reacciones como la

    impotencia o la rabia44

    .

    Apuntes fnales

    La propuesta que se ha planteado aqu tiene dos propsitos; el

    primero, oponer una mirada compleja sobre las construcciones

    de sentido y los diferentes niveles que implican los procesos

    de discriminacin juvenil contra una visin de sentido comn

    que ha invadido por mucho tiempo los planteamientos en

    torno a este proceso. Esta propuesta de deconstruccin del

    concepto discriminacin y su vinculacin con el de juven-

    tud no implica que los procesos incluidos se den de manera

    independiente o secuencial, todos estn ntimamente articu-lados y en la realidad se desarrollan de manera compleja con

    otros elementos, por ejemplo, no hemos hablado nada de las

    particularidades que adoptan estas manifestaciones cuando se

    les aplica otro cruce, el de gnero, pues se viven de manera

    diferenciada si los jvenes son hombres y mujeres, lo cual

    implicara precisar muchas de los planteamientos realizados,

    pero esto supera mucho la intencin del presente texto.

    El segundo propsito de nuestro anlisis fue aportar

    elementos para repensar las polticas y acciones que se

    realizan en torno a este cruce, que tampoco pueden ser

    lineales e ingenuas, sino que deben atender a cada nivel de

    discriminacin (estereotipos, prejuicios y estigmas) y sus

    mltiples articulaciones. La tarea es cmo pensar una mirada

    compleja y de dos vas sobre aspectos que desde el mundo

    institucional-adulto se dan por hecho y pocas veces se con-

    frontan con las miradas juveniles que estn enfrente.

    42Bauman, Zygmunt. La sociedad individualizada. Madrid: EdicionesCtedra, 2001, pp. 37-38.

    43Bauman, Zygmunt. Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias.Barcelona: Paids, 2005.

    44openhayn, Martn.openhayn, Martn. op. cit., p. 82.

    39Por ejemplo, para sealar algunos sectores juveniles: en los aos

    cuarenta fueron los pachucos; en los cincuenta los rockanroleros y los

    pandilleros; en los sesenta los universitarios; en los ochenta los chavos

    banda, y a partir de los noventa, el abanico se abre y se complejiza.40Segn la clasicacin propuesta por Rossana Reguillo en Emergencia

    de culturas juveniles, op. cit., p.55.41Como lo ha narrado Jos Manuel Valenzuela en La Mara es mi

    familia, trabajo presentado en el Coloquio Las Maras. Identidades juveniles

    al lmite, organizado por la UAM-I, el COLEFN, el ITESO, el IMJy el INM, en la

    ciudad de Mxico, 5-7 dejulio de 2005.