ISS
N 1
409-
0155
REVISTA ENERGIA
DIRECCION SECTORIAL DE ENERGIA
Directora Ing. Gloria Villa
Sub-director Ing. Giovanni Castillo P.
Editora Periodística Licda. Shionny Porras, DSE
Fotos: Archivos institucionales del ICE. los autores y archivos de RECOPE.
Año 2005
www.dse.go.cr
Consejo Editorial
Bach. Eduardo Ramírez Solís, ARESEP
Licda. Patricia Alpízar Alvarado, MINAE
Bach. Marlen Rodríguez Abarca, RECOPE
Ing. Giovanni Castillo Pacheco, DSE
Licda. Antonieta Camacho Quesada, DSE
Licda. Shionny Porras Moya, DSE
Contenido
Producción y consumo sustentable 3
Hidrógeno y electricidad en Costa Rica: 5 LANAMME certifica el producto mediante auditorias mensuales
Asfalto mantiene la calidad 9 Evaluación Económico Financiera de la Generación de Electricidad con Biogás:
Estudio de Caso Robago S.A. 1 10 La inversión energética y
sus repercusiones sobre la estabilidad 14 Política energética para el desarrollo
sustentable 18 Proyecto Hidroeléctrico Cariblanco:
ICE logra exitosa excavación de túneles 25 Hidrógeno, una solución al problema
de los hidrocarburos 27
Revista Energía Dirección Sectorial de Energía �
Allan Flores Moya, ViceministroMinisterio del Ambiente y Energía
El Ministerio del Ambiente y Energía se ha avocado a la implementación de los acuerdos de Johannesburgo y con ello, favorecer la gestión ambiental con miras al desarrollo sostenible, poniendo en marcha diversos proyectos para la producción y el consumo sustentable y con el apoyo del sector industrial del país.
Esta iniciativa tiene como fin, revertir procesos nocivos y mejorar la calidad de vida de las presentes y futuras generaciones, promover el crecimiento económico responsable con el ambiente, la educación y con la sociedad, pasos indispensables para alcanzar un verdadero desarrollo que integre las tres variables, economía, sociedad y ambiente, elementos que al actuar como un engranaje, son una garantía de un uso racional de nuestros recursos y la verdadera herencia que hemos de dejar a nuestros hijos y demás generaciones.
Debemos recordar que con el advenimiento de la era industrial y el acelerado proceso tecnológico, nuestras sociedades alcanzaron un rápido desarrollo, sin embargo, no se puede dejar de mencionar que, paralelo a este cambio, el progreso ha significado un alto costo para el ambiente, aspecto que afortunadamente hemos comenzado a revertir, a través de la implementación de tecnologías más amigables con el ambiente en los procesos productivos. A su vez, como consecuencia de ello, la contraparte de la iniciativa, un consumo menos impactante y cada vez con mayor grado de conciencia ambiental.
Hoy por hoy, la tendencia del sector empresarial se basa en un mejor aprovechamiento de las materias primas y de la energía, mediante el uso de esas tecnologías limpias que hagan un uso eficiente de los recursos naturales y que finalmente, sus residuos sean tratados y en muchos casos, reutilizados en otras actividades, inclusive de orden secundario.
Por tanto nuestro país, debe incentivar este tipo de programas, donde los enfoques económicos no prevalezcan sobre la equidad social y la sustentabilidad ambiental.
Mensaje
Producción y consumo sustentable
Revista Energía Dirección Sectorial de Energía
El planeta ya está en crisis, aspecto que se evidencia por el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, la pérdida de especies y hábitats, la desaparición de los bosques, la contaminación de las aguas dulces y de los océanos, así como la degradación de los suelos.
Todos estos procesos se podrán detener con la participación decidida de los Gobiernos del mundo, de los empresarios, de las ONG,s y de la sociedad civil, así se evitará la pérdida acelerada de la diversidad biológica, del agotamiento de los recursos naturales y la ruptura de los ecosistemas que soportan la vida del planeta.
Por tanto, la reconversión de la Producción se constituye en una de las alternativas para la aplicación de una producción y consumo más limpio, que entraña un esfuerzo por lograr la mayor eficacia en cada una de las etapas del ciclo de vida del producto y con ello, mejorar la competitividad general de las empresas, determinando incluso una mejor rentabilidad de sus actividades a largo plazo y por supuesto, con un costo ambiental menor.
Alcanzar el objetivo de la producción industrial más limpia e impulsar el consumo sustentable implica, que el sector empresarial y la sociedad, coadyuven en el cumplimiento y promoción de las disposiciones ambientales de los países, en lo referente a garantizar la protección del ambiente, dentro de un marco de fomento de inserción competitiva en los mercados internacionales, en particular, a través de la promoción de prácticas, técnicas, procesos y reglas claras que permitan y faciliten la producción de bienes y servicios ecoeficientes.
Debemos implementar este tipo de tecnología para garantizar la protección del medio ambiente y fomentar la responsabilidad social, incluyendo los intereses de los consumidores.
Al sector industrial y comercial, a las Fundaciones y Ong,s y a las diversas iniciativas derivadas de las comunidades, que hoy lideran este esfuerzo por avanzar con un pensamiento ecológico hacia el desarrollo empresarial competitivo y hacia una economía responsable, gracias.
�
Revista Energía Dirección Sectorial de Energía 5
MSc. Jorge Mario Montero A.ICECENPEPlaneamiento AmbientalTel. 22078�5
Correo electrónico: [email protected]
Resumen
El hidrógeno como fuente o transportador de energía, es uno de los temas de actualidad que se discute por parte del sector energetico nacional, por ello, el presente artículo establece una base científica para iniciar una valoración sobre el potencial uso de esta nueva alternativa energética en Costa Rica, con un enfoque sobre el sector eléctrico. Se determina que existe algún potencial, pero que hace falta realizar investigación aplicada en varios campos para determinarlo con precisión, y poder compararlo con otras opciones.
Introducción
La idea de la Economía del Hidrógeno ha seducido grandes cantidades de fervientes adeptos (Lovins, 200�, Hydrogen Now, 2005 y McAlister en AHA 2005), pero también tiene detractores que no cesan de señalar sus limitaciones (Elliasson & Bossel, s.f., por ejemplo). La idea fundamental es que el hidrógeno sustituya a los combustibles fósiles como fuente de energía, en vista de que no produce contaminantes ni gases de efecto invernadero. Aquí se analizan los supuestos y la lógica de dichos argumentos y se hacen algunas observaciones sobre su potencial de aplicación en Costa Rica.
El hidrógeno puede contener gran cantidad de energía por unidad de masa. De hecho almacena más de tres veces la energía que contiene la gasolina. Es el elemento
más abundante del universo, y en nuestro planeta lo contienen todas las moléculas orgánicas y el líquido del que se componen nuestros océanos: el agua. Al quemarse (oxidarse) produce como residuo solo agua. Esto pareciera hacer del hidrógeno, una fuente de energía al menos interesante, y sino, ideal.
Hay otras características que dificultan su uso como fuente o transporte de energía. Por ejemplo, cuando se compara la cantidad de energía que puede contener por unidad de volumen, la situación anterior se invierte, es decir, la gasolina empaca �000 veces más energía por volumen que lo que puede acarrear el hidrógeno. A 160 atmósferas de presión, tiene apenas el 6% de la energía por volumen de la gasolina (Lovins 200�). Y siendo el hidrógeno un gas a temperatura ambiente, ésta es una limitación fundamental, puesto que para su uso, habría que comprimirlo y descomprimirlo, lo que le resta utilidad como transporte de energía (Cuadro 1).
¿Una Fuente o un Transporte Energético?
El uso de combustibles fósiles para proveer energía a los procesos de las sociedades humanas, genera problemas bien conocidos, en especial para el sector transporte, a saber:
● contaminación del aire local
● emisión de gases que producen el efecto invernadero
Hidrógeno y electricidad en Costa Rica
● dependencia de recursos no produci dos en el país, y de sus precios en los mercados internacionales
● otros efectos ambientales producto de su explotación y transporte (derrames de petróleo, por ejemplo).
Se ha generalizado el término Economía del Hidrógeno para referirse a un revolucionario concepto de sustituir los combustibles fósiles como fuente de energía para impulsar procesos de la sociedad moderna, y sustituirlos por hidrógeno (Hydrogen Now 2005), especialmente en transporte. Esto asegura cero contaminación local (pues el producto de quemar u oxidar hidrógeno es solamente vapor de agua), y un flujo neto de gases de efecto invernadero igual a cero también (US DOE, 2005). De esta manera, se eliminan los problemas de contaminación local, y se deja de agravar el problema del calentamiento global.
El Hidrógeno es un elemento químico muy difícil de encontrar en forma pura para su utilización directa, por ejemplo, en una celda de combustible, a pesar de ser tan abundante. Más bien se obtiene usualmente separando la molécula de agua (electrólisis) o bien por medio de reformación de combustibles orgánicos (biogás, alcoholes, aceites) o hidrocarburos (gas natural, derivados de
petróleo o carbón). En el segundo caso, claramente se habla de fuentes no renovables y para las cuales el proceso de reformación produce residuos de diversa índole, inclusive tóxicos, como el monóxido de carbono (CO). Existen otros procesos de producción todavía en fase experimental como por ejemplo producción solar directa, y/o con algas. (Lovins 200� & US DOE 2005).
Corolario de lo anterior, es que para fabricar el hidrógeno se requiere energía. ¿Cuánta energía? En el caso de la electrólisis, tanta como para abrir la molécula del agua, la cual se cerrará (volverá a ser agua) al momento de usarse el hidrógeno. Es decir, tanta energía como la que proporcionará el hidrógeno cuando se use. De hecho, más, si uno considera las pérdidas termodinámicas. Para producirlo, se requiere una fuente primaria de energía con la cual generar la electricidad para la electrólisis, o bien el calor para el proceso de reformación. Debido a esto, el hidrógeno es un transportador de energía con una función similar a la electricidad, y no una fuente.
Entonces, si en toda transformación energética siempre se pierde energía, y la producción de hidrógeno no está ajena a esta ley natural, la pregunta obvia que surge es: En el caso de producción de electricidad, ¿no será más eficiente producir la electrici
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Generar hidrógeno o electricidad directamente?
Represa, Planta Hidroeléctrica Cachí, Cartago.
dad directamente de las fuentes primarias, como fuerza hidráulica (hidroelectricidad) o eólica, o geotérmica sin pasos intermedios de producción de hidrógeno?, la respuesta en la mayoría de los casos es sí.
Sin embargo, cabe estudiar la eficiencia física y/o económica de utilizar el hidrógeno como almacenamiento de energía a corto plazo, utilizando energía eléctrica secundaria, a pesar del costo energético adicional de comprimirlo, transportarlo y descomprimirlo, y las pérdidas termodinámicas en cada una de estas transformaciones. También debe valorarse si tendría mérito producirlo con electricidad para utilizar en el sistema de transporte de carga y pasajeros del país, y las implicaciones ambientales y económicas que ello tiene (fuente energética producida en el país, favorece la seguridad energética y la balanza de pagos, menor contaminación ambiental por vehículos, etc.).
También se puede producir hidrógeno a partir de hidrocarburos fósiles. Pero esto desvirtúa completamente el fin último de la economía del hidrógeno, el cual es contar con un transportador de energía que no produzca contaminación ni gases de efecto invernadero. Y en el caso de Costa Rica, también es muy deseable un combustible que se encuentre en el país y que no se requiera importarlo.
Perspectivas para Costa Rica
Para tener una economía de hidrógeno hay que preguntarse necesariamente ¿de dónde va a salir dicho hidrógeno? Es decir ¿cuál será la materia prima?, ¿quién o bajo qué tecnología se va a fabricar?, y ¿de dónde se tomará la energía para ello?. Las respuestas no son evidentes.
Aunque Costa Rica es un país rico en agua, disponiendo de 2� 600 m�/persona /año en promedio (índice Falkenmark citado por Lawrence, Meigh y Sullivan, 2000), la energía para fabricar el hidrógeno no es fácil de conseguir. Si se plantea usar electricidad para su producción, debe considerarse que la demanda eléctrica del país crece aceleradamente y la capacidad instalada del país siempre está utilizada casi óptimamente. Sin embargo, hay posibilidades interesantes. Por la alta hidraulicidad de nuestro sistema eléctrico, podría ser posible que la energía excedente de la estación lluviosa fuera utilizada en la fabricación de hidrógeno (ICE 200�). Habría que determinar si los usos del hidrógeno producido así, son competitivos en relación con otras fuentes, y esta aplicación tendría que compararse con los beneficios económicos de colocar dicha electricidad excedente en el mercado eléctrico regional, como se hace actualmente.
Otra fuente interesante serían alcoholes como metanol y etanol, los cuales podrían alimentar celdas de combustible de conver
sión directa, o bien celdas de combustible de alta temperatura, las que usarían su propio calor residual para descomponer los alcoholes y producir el hidrógeno. Sin embargo, no se han realizado estudios de factibilidad en Costa Rica que definan su viabilidad.
Una fuente interesante podría ser el gas obtenido por fermentación anaeróbica en un biodigestor. El Instituto Costarricense de
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Electricidad ha estado investigando el potencial de dichas tecnologías para producir electricidad. No obstante, estudios preliminares indican que el potencial energético del biogás sería limitado a 81� GWh/año (Cañas 2005), sin considerar las pérdidas en los procesos de obtención del hidrógeno ni de la generación eléctrica propiamente.
En general, si se quiere que el hidrógeno ocupe un lugar importante como transportador de energía en Costa Rica, la investigación en ese campo, deberá enfocarse en buscar fuentes autóctonas de energía, sea para producir hidrógeno por electrólisis, o bien en visualizar otras fuentes orgánicas renovables de hidrógeno de las que se pueda extraer el gas, con un balance de energía positivo y en cantidades suficientes.
Para todas estas opciones el país tiene pendiente realizar los estudios técnicos, ambientales, económicos y sociales, de modo que se demuestre científicamente su viabilidad o en su defecto, la preferencia por otros medios para transportar energía, generalmente, la electricidad. Si se quisiera bajar los niveles de contaminación vehicular de San José, aparte de considerar el hidrógeno como combustible para automóviles, convendría analizar otras opciones más estructurales. Por ejemplo, comparar la alternativa del hidrógeno con electrificar y mejorar las calidades del transporte público de pasajeros, u otras políticas que resolvieran o paliaran el problema no solo ambientales, sino de dependencia energética del sector transporte. Y dada la magnitud del impacto de estas propuestas sobre la economía nacional, debe analizarse no solo lo relativo a costos de inversión, eficiencia del uso de la energía y aspectos ambientales, sino otros parámetros como efectos en el esquema impositivo del Estado y en la balanza de pagos del país por importaciones de combustibles evitadas.
Bibliografía
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El Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LANAMME), de la Universidad de Costa Rica, ha certificado mensualmente a lo largo de cinco años, que la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE S.A.) vende asfalto y emulsión asfáltica de calidad reconocida.
En los resultados de los análisis de las muestras de asfalto y emulsión asfáltica, tomadas por LANAMME tanto en el Plantel de Moín como en El Alto de Ochomogo, los primeros siete meses del presente año; se reitera el cumplimiento con la normativa vigente a nivel nacional y con las recomendadas internacionalmente.
Cabe señalar que las especificaciones de calidad para el asfalto corresponden a un conjunto de características que conforman una norma o reglamento técnico. La calidad del asfalto se evalúa a partir de diversas pruebas por ejemplo, después de la prueba de pérdida por calentamiento, se efectúan específicamente la de viscosidad (resistencia que ofrece un fluido al movimiento) y ductilidad (propiedad relacionada con la elasticidad y plasticidad) que son las que determinan la capacidad del producto para adherirse a las piedras.
Para fijar estas especificaciones, se toman como referencia las normas internacionales que son los parámetros base para establecer las regulaciones internas, de acuerdo con las características y requerimientos de cada país. Ejemplos de estas normas de referencia son la de la Sociedad Americana de Pruebas y Materiales (ASTM) y la de la Aso
ciación Americana de Autopistas Estatales y Oficiales de Transporte (AASHTO).
Ninguna de las dos asociaciones incluye la “pérdida por calentamiento” como una especificación obligatoria o requerida para medir la calidad en este producto; solo la primera la considera como una prueba opcional. El hecho de fijar el 1% como limite máximo para esta prueba, permite cumplir con las exigencias de las compañías constructoras en cuanto a la uniformidad del asfalto y a la vez flexibilizar las operaciones y la adquisición del producto en el mercado internacional. Cabe Indicar que en el foro abierto de investigación del LANAMME realizado el 2� y �0 de julio del 200�, se concluyó que la pérdida por masa de calentamiento correlaciona poco con la susceptibilidad al daño térmico, la resistencia a la deformación plástica y la susceptibilidad al agrietamiento por fatiga de la mezcla asfáltica, lo cual demuestra que no es un factor que afecte la calidad del producto.
Además de las auditorias externas que realiza LANAMME, RECOPE cuenta con sus propios laboratorios acreditados bajo la norma internacional Guía ISO/IEC 25, mediante la cual se ratifica el cumplimiento del Laboratorio con requisitos internacionales definidos para realizar ensayos, manejo de muestras y análisis de los productos que RECOPE distribuye en el país como el asfalto, las emulsiones asfálticas, el diesel y la gasolina, garantizando así, la calidad de éstos.
La aplicación de esta Guía ISO/IEC 25 facilita la cooperación entre laboratorios nacionales e internacionales y otros entes para ayudarse en el intercambio de información y experiencia, así como en la armonización de normas y procedimientos.
LANAMME certifica el producto mediante auditorias mensuales
Asfalto mantiene la calidadOficina de prensa, RECOPE
1 Este artículo se basa en la información sistematizada en dos documentos principales (Zamora, E.. 200�) y (Jiménez, R. & Zamora, E.. 2005)
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Resumen
La generación de electricidad con biogás se vislumbra como una alternativa energética complementaria a las necesidades que posee el sector agropecuario, convirtiéndose en una alternativa rentable económicamente. Además de tener potencial de generar mejoras competitivas en el sector. A al mismo tiempo puede cumplir un papel importante en el manejo de la demanda eléctrica nacional, al contribuir con la reducción de la demanda en horas pico. No obstante , es necesaria mayor investigación y llevar adelante proyectos piloto que permitan generar suficiente información sobre los potenciales nacionales y las escalas de producción óptimas para esta actividad el país.
Antecedentes
Dentro del Plan de Desarrollo Eléctrico Nacional (PDEN) 200�2008 el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) ha establecido como una de sus prioridades “promover la investigación, el desarrollo, y la utilización de otras fuentes de generación renovables, conforme sean viables tecnológica y económicamente, tales como la energía solar, eólica, biomásica, hidrógeno, etc.”
(CENPE, 200�)
Con el fin de dar contenido a este plan, se ha incentivado la investigación del potencial nacional de las fuentes energéticas a partir de la biomasa, específicamente el biogás. Es así como el ICE, desde mediados del año 2002, inició estudios en el campo de la generación de electricidad con biogás, bajo la modalidad de proyectos piloto, específicamente en el sector agropecuario.
Después de una investigación preliminar, se logró identificar una finca ganadera en la cual el propietario estaba interesado en un proyecto de este tipo. La finca Robago S.A. se encuentra ubicada en el cantón de Esparza, provincia de Puntarenas. Por un lado, desarrolla una actividad ganadera de doble propósito en la cual se ordeñan entre 80 y 100 vacas dos veces al día. El consumo de energía en esta actividad, principalmente utilizada en las ordeñadoras y cámaras de enfriamiento, es relativamente bajo y puede rondar los �1,7 kWh diarios. En la actividad de ordeño además se genera gran cantidad de estiércol, el cuál es recolectado, puesto a secar y dispersado en los alrededores del establo. Las aguas residuales del lavado también son dispersadas a través del escurrimiento natural en la periferia del mismo (Cañas et al. 200�). Por otro lado, existe una actividad de crianza de pollos que mantiene 70 000 animales, con ciclos completos de 55 días aproximadamente. El consumo de energía eléctrica en esta actividad es muy irregular a lo largo del ciclo y depende de la fase de crianza de los pollos. Este consumo ronda entre cero y 250 kWh diarios.
La figura 1 resume las actividades productivas de la finca y su relación con el consumo de energía antes y después del
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MSc. Edwin Andrés Zamora Bolaños ICECENPE Proceso Planeamiento AmbientalTel: 20611�6Correo electrónico: [email protected]
Evaluación Económico Financiera de la Generación de Electricidad con Biogás: Estudio de Caso Robago S.A. 1
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aprovechamiento del biogás. El costo de la factura eléctrica para la finca resulta muy elevada debido a la magnitud de la demanda eléctrica y a su variabilidad. Este aspecto es el responsable de que la finca se ubique en la categoría de consumo industrial T�2, por la que paga tanto por la potencia como por la energía que consume2. El objetivo del proyecto es reducir los picos estacionales de demanda de la finca ligados al ciclo de crianza de los pollos y con ello, recalificarla dentro de la categoría T�1, con un ahorro neto de facturación cercano a los 50 mil colones mensuales en promedio.La intención es poner en funcionamiento una planta generadora de energía con una potencia de 25 kW operada con biogás, que permita cubrir los picos de demanda cíclicos de la finca. El proyecto además, provee a la propiedad de un rico biofertilizante cuyas propiedades lo hace un sustituto viable de otros fertilizantes sintéticos (Víquez, M. 200�). Este es, junto con el ahorro de energía, uno de los ingresos principales del proyecto.
Análisis de Escenarios Financieros
Para la presente investigación se plantea la posibilidad de analizar tres escenarios de generación:
El escenario inicial considera comprar los primeros � 000 kWh mensuales al ICE
y producir los excedentes sobre este nivel mediante un generador con base en diesel, utilizando una combinación de 70% biogás y �0% diesel. Por otra parte el escenario 2 plantea lo mismo que el anterior, sólo que en un generador a base de LPG.
Para el caso 1 el biogás es suficiente para cubrir las demandas de energía superiores a los � 000 kWh, no así en el 2 donde es necesario complementar la generación con combustión adicional de LPG.
Finalmente el escenario � propone una situación hipotética en la cuál se cuenta con la cantidad de biogás suficiente para que el escenario 2 opere sin necesidad de gas LPG adicional.
De esta forma, se calcularon los indicadores financieros de Tasa Interna de Retorno (TIR), Valor Actual Neto (VAN ) y Relación Beneficio Costo (B/C) para los flujos financieros (Jenkins y Harberger 1���; Jiménez, 2001). Utilizando diferentes tasas de descuento (18%, 20% y 22%) se obtuvieron los resultados que se presentan en el cuadro 1.
Del análisis financiero, se concluye que el escenario 1, a pesar de no superar el límite del 22% como tasa de descuento, si fue aceptable al 18% y 20% haciéndola una alternativa interesante. Este escenario consideró el uso de equipos nuevos.
Por otra parte se realizaron análisis de sensibilidad, considerando cambios en el comportamiento de variables como: el finan
Figura 1. Sistema productivo Robago S.A. Antes y Después de la Implementación del Proyecto
2 La tarifa T�2 aplica para industrias que consumen montos superiores a � 000 kWh mensuales. Se cobran mínimos sobre los � 000 kWh y 8 kW de potencia mensuales. � Se analizó además la sensibilidad del proyecto a variables tales como cambios en los precios de los combustibles y de la electricidad, cambios en los costos de construcción y en las estructuras tarifarias. Para mayor información consultar Zamora (200�).
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ciamiento, uso de equipos usados, tasa de crecimiento en los combustibles del 17% anual, tasas de crecimiento de tarifas eléctricas del 17%, entre otros.
Bajo un escenario de financiamiento, el escenario 1 mejora su rentabilidad al 26%. De igual forma considerar la opción de equipos de generación usados, puede incrementar la rentabilidad del escenario hasta un 27%�. Los precios de los combustibles mayores tuvieron un peso importante sobre la rentabilidad llevándola a un 20%.
El escenario 2 no resultó rentable debido al costo que implica utilizar gas LPG adicional en la generación, sin embargo, para casos en donde la demanda de energía no sea tan elevada o se posea suficiente disponibilidad de biogás, el escenario � sugiere que producir energía en un generador a base de gas licuado puede ser una opción más rentable que la de generar con la combinación biogás y diesel.
Es importante considerar que estos escenarios parten de que el biogás no es almacenable por más de un día, lo que limita su disponibilidad en el tiempo. La posibilidad de almacenar este combustible en tiempos donde no se utiliza para períodos de mayor demanda, mejora significativamente el desempeño financiero del proyecto.
Aspectos Económicos y Ambientales
Aparte del análisis financiero tradicio
nal para el proyecto que consideran los ingresos financieros dados por el ahorro de energía y la sustitución de abono sintético, se analizó la rentabilidad social del proyecto, incluyendo algunos ingresos económicos relacionados con la mejora en la calidad de las aguas residuales y el valor económico del biogás como combustible equivalente al diesel�.
Desde el punto de vista económico, es indudable el efecto positivo resultante de la implementación de iniciativas de este tipo. Las rentabilidades sociales, en términos de este proyecto, de considerar el valor económico del biogás (como equivalente energético al diesel) y de la mejora en las aguas residuales puede incrementar la rentabilidad del proyecto hasta un 75%5.
Al considerar de manera más profunda (aunque no exhaustiva) las entradas y salidas de esta actividad, se encuentra que este tipo de proyectos pueden mejorar la calidad ambiental del proceso mientras que incrementan la rentabilidad (social y privada) de la misma. En el caso, de las aguas residuales, hay una normativa y penalización que puede generar costos adicionales a cualquier actividad que serían superados por el proyecto.
Conclusiones y Recomendaciones
Es importante anotar que a nivel nacional este tipo de proyectos tiene implicaciones para el Sistema Eléctrico Nacional
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� Se consideró el monto de sanción por unidad de DBO y sólidos suspendidos totales según el canon por vertidos decreto No. �1176 MINAE como un valor económico adecuado de la mejora en la calidad de las aguas. Se utilizó además el valor económico del biogás equivalente, en términos energéticos, al diesel.5 El ingreso relacionado con la mejora en la calidad de aguas representa alrededor de � �00 dólares anuales mientras que el valor del biogás alcanza los 1 260 dólares anuales con un precio del diesel de 17�,81 colones por litro.
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(SEN) en términos de reducción de picos de demanda en horas de alto consumo, logrando que actividades productivas sean mucho más independientes energéticamente. Todo ello tiene que ver con las posibilidades y potencial energético total de esta fuente en el país.
Es importante darle continuidad a proyectos piloto de este tipo, por un lado para determinar escalas de proyectos rentables y el potencial nacional de esta fuente de energía, al mismo tiempo que sirve de base para el monitoreo más riguroso de las ventajas ambientales y económicas de esta alternativa para el país; la que ha demostrado ser factible en términos económicos y ambientales, y la materia prima para su generación es relativamente abundante en las zonas rurales y agrícolas del país. Por ello puede convertirse en una alternativa interesante para los productores agropecuarios privados dentro de una estrategia de reducción de costos e incremento competitivo.
Los beneficios económicos apuntan hacia la rentabilidad social de esta opción productiva, sobre todo por las externalidades positivas que genera, lo que brinda señales económicas a los encargados de implementar políticas gubernamentales e institucionales sobre los posibles retornos sociales de apoyar la implementación de proyectos de este tipo.
Además del estudio, se desprende que la utilización de equipos usados (o a menor precio) tiene efectos importantes sobre la rentabilidad del proyecto. En este sentido el papel del Gobierno en la exoneración de impuestos para equipos de generación cuyo uso sea específico para estas actividades, sería una medida de promoción directa de las fuentes renovables no convencionales de energía.
Si en el país se desea promover verdaderamente el uso de fuentes renovables no convencionales como el biogás, es necesaria además de los incentivos estrictamente económicos, la coordinación institucional no solamente del ICE o del Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) sino también de
otros entes como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y organizaciones de productores que hagan viable esta alternativa. (Jiménes & Zamora, 2005).
Bibliografía
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M.S.c Carlos Leiva SandovalDirección Estudios de Demanda EnergéticaRefinadora Costarricense de Petróleo
Para abordar este tema se presenta un esquema inicial que muestra, cómo se genera un eventual desequilibrio de oferta y demanda globales, partiendo de la definición del producto interno bruto (PIB). Además, se indica cómo el gasto público puede competir entre sí, es decir, cómo el gasto corriente y las probables inversiones pueden afectar la estabilidad macroeconómica, tanto interna como externamente.
El producto interno bruto de acuerdo a las cuentas nacionales se define así:
PIB= Consumo Privado + Consumo Público + Inversiones + Exportaciones – Importaciones.
{PIB + Importaciones} (Oferta global) = {Consumo Privado + Consumo Público + Inversión + Exportaciones} (Demanda global)
Si se parte de una situación de equilibrio entre la oferta y demanda globales como se muestra en la igualdad anterior, y si se produce un aumento en las inversiones, por ejemplo una inversión extra del ICE, de RECOPE o de cualquier institución pública o privada, la demanda global superará a la oferta porque la inversión se ha incrementado sobre el valor del anterior punto de equilibrio.
Debido a que en el corto plazo, la producción interna no puede reaccionar a tiempo para elevar el sumistro de bienes o porque el componente importado de las inversiones es muy alto, el desequilibrio en el mercado presiona sobre el nivel de precios, generando inflación, y devaluación, porque el desequibrio entre la demanda y
oferta de bienes se traslada también a la balanza comercial.
Para reducir la inflación y el desequilibrio externo, el Banco Central reaccionaría disminuyendo la oferta de dinero, colocando títulos valores, lo cual baja el precio de los bonos y, por lo tanto, incrementa las tasas de interés sobre ellos. Otra medida alternativa que puede barajar el Banco Central es aumentar el encaje mínimo legal.
En ambos casos la tasa de interés se eleva, afectando a todos los sectores de la economía, tanto a las familias que pagan intereses y precios más altos, como a los productores que pagan más por el capital tomado en préstamo. Los costos incrementales provocan desempleo porque se reduce el tamaño de los mercados por los costos y precios más altos, dado que el Banco Central estará contrayendo la cantidad de dinero en el país.
También se podrían generar entradas de capital por los aumentos en las tasas de interés internas y por la devaluación, pero las condiciones económicas descritas no son las más propicias para hacer negocios, por lo que más bien podrían presentarse salidas de capital, dado que el sector productivo necesita un ambiente estable para operar.
Por otro lado, puesto que se asume inicialmente un incremento en las inversiones, en la mayoría de los casos las presiones sobre las importaciones son muy altas, dado que el componente importado de las mismas es grande y por la poca elasticidad de la producción interna en el corto plazo.
En resumen, manteniendo las otras cosas igual, cuanto mayor sea el gasto corriente o de inversión adicionales, más alto tiende a ser el desequilibrio en el merca
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La inversión energética y sus repercusiones sobre la estabilidad
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do de bienes y servicios, y mayores son las presiones de aumento de precios, y del tipo de cambio, y más se obliga al Banco Central a hacer una política restrictiva del gasto.
Como se aprecia de la identidad de la oferta y la demanda, los diferentes términos tienen el mismo peso relativo. Así, el colón que se gasta en importar un traje de casimir inglés tiene el mismo valor que uno que se destina a invertir en educación o salud. En la evaluación social de proyectos normalmente las inversiones son partidas que reciben una importancia más alta que el consumo, es decir, se considera más valioso el consumo futuro que el presente.
Las inversiones públicas meritorias deben recibir ponderaciones más altas que el consumo corriente porque son medios de incrementar la plataforma productiva y social del país. Estas inversiones tienen externalidades positivas que permiten: ser más eficientes tanto dentro como en otros sectores productivos, aumentar directa o indirectamente el nivel de exportaciones y las reservas externas, para importar los insumos productivos que no tenemos, y lo que es más importante, para acrecentar la calidad de vida de la población.
En el caso del sector energía, la inversión que requiere el país es muy relevante para mantener y mejorar nuestra infraestructura económica y social. Esto le permite al sector productivo del país ser más competitivo nacional e internacionalmente, e indirectamente crear nuevas fuentes de empleo y exportaciones.
Con respecto a las empresas energéticas nacionales públicas, se dirá que sus inversiones son grandes, que tienen un componente importado muy alto, y que las mismas no producen exportaciones, que le permitan al país generar divisas al momento, para importar la maquinaria y equipo necesarias para sus proyectos.
Esta es una visión reducida, ya que esas inversiones son para entre
gárselas al país, tanto a las unidades productivas como a otras entidades oficiales y al sector familiar. Frenar la inversión necesaria para el desarrollo del sector energía, es restringir el acceso a una parte importante de la población costarricense, reñir contra la calidad futura del servicio y a provocar deterioro en la competitividad internacional.
Las inversiones en infraestructura eléctrica y en hidrocarburos, tienen períodos de pagos que superan, en muchos casos, los �0 años. No es posible que instituciones como el ICE o RECOPE por ejemplo, puedan generar excedentes anuales suficientes para hacerle frente a las inversiones que entrarán en operación varios años después.
Una situación similar se presentaría si el sector privado estuviera a cargo de la energía y de los hidrocarburos, excepto que quizás aquél, aportaría más capital propio y divisas. Pero también como se deduce de datos financieros en electricidad y telecomunicaciones, que el sector privado latinoamericano en esta rama tiende a endeudarse más que el ICE, y por lo tanto se deberían generar más divisas para repatriar capital
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y pagar el endeudamiento, a partir de un servicio esencialmente local, puesto que en la actualidad ni el ICE ni RECOPE producen exportaciones significativas. Por lo tanto, los recursos para devolver a las casas matrices y las instituciones de crédito externo, deben de salir de moneda dura generada por otros sectores económicos.
Las diferencias fundamentales que existen en este caso, son que el gobierno no pondría restricciones a las inversiones, puesto que si lo hiciera, este sector no estaría anuente a invertir en el país y que, el sector privado externo, haría un aporte inicial en divisas al decidirse operar en el país.
Por otro lado, si todas las erogaciones de fondos corrientes y de capital las ponemos juntas para definir el excedente o el déficit como se hace en el formato del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 1�86, obviamente el resultado será un déficit, trátese de empresas energéticas públicas o de una empresa privada, dado que ese déficit se define como el gasto corriente y de capital menos los ingresos corrientes.
Si se hace con el formato de 200� del FMI, probablemente no aparecería un déficit en la cuenta corriente, como es lo que ocurre en el caso del ICE y RECOPE, pero si habría un déficit antes de que se consideren las fuentes que cubrirían el faltante de la cuenta de capital.
Lo importante no es con qué formato del FMI se trabaje; lo trascendente es que por la naturaleza y tamaño de las inversiones de las instituciones energéticas públicas, por los altos períodos de recuperación de las inversiones, es imposible que el presupuesto de ingresos y gastos totales (corrientes y de capital) estén equilibrados.
Para conseguir este equilibrio “ilusorio” el nivel de tarifas que debería aprobar ARESEP debería ser tan alto, que se excluirían del mercado de electricidad, hidrocarburos y otros servicios públicos a una gran cantidad de usuarios. De ahí la necesidad de recurrir a otros instrumentos financieros complementarios como el endeudamiento
interno y externo, aumentos tarifarios e impuestos para equilibrar el gasto total (oferta total) de la economía.
Necesariamente para mantener la estabilidad macroeconómica, tanto de los gastos corrientes como los de capital de las instituciones públicas, las mismas deben competir entre sí por la bondad de sus proyectos, en cuanto al bienestar económico y social, considerando el valor de sus productos futuros para la sociedad. Si bien, esto ya se hace en diversas instancias públicas, esa práctica amerita ser complementada con una cuantificación de los beneficios directos e indirectos de los proyectos. Esto requiere nuevas técnicas de análisis y proyección, tales como los modelos de insumo producto, de equilibrio general y de ecuaciones simultáneas, los cuales capturan y envían efectos a nivel intersectorial.
Más aún, las empresas energéticas públicas, como grupo sectorial, deberían de hacer una evaluación social de sus beneficios futuros, considerando las externalidades positivas y negativas de sus proyectos, lo mismo que tomando en cuenta
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las necesidades de sus servicios por sector productivo y residencial, para que las diferentes instancias Ministerio de Planificación Nacional(MIDEPLAN); Banco Central, Consejo Nacional de Financiamiento Interno, Externo y de Inversión (CONAFIN), entre otras; puedan asignar los escasos recursos del Estado, de tal forma que se maximice la generación de empleo, el desarrollo económico y social, la estabilidad, entre otros.
En este sentido las propuestas de las instituciones públicas tendrían que mejorar mucho en cobertura y profundidad, para realizar una priorización adecuada, y recurrir a nuevas herramientas de planificación, que tomen en cuenta en forma simultánea las diferentes opciones de desarrollo de las empresas energéticas en el corto, mediano y largo plazo.
En esta nueva forma de valorar los pro
yectos de inversión, no sólo interesarían los beneficios directos de los proyectos en un sector de origen. También es importante medir los beneficios que se obtienen en otros sectores distintos a aquél donde se origina la inversión. En este caso, de nuevo serían muy importantes las técnicas de insumo producto y los modelos de ecuaciones simultáneas, de equilibrio general, entre otras.
Es obvio que, para dar un mayor peso a las inversiones en el sector energético, con respecto a los bienes de consumo, habría que elevar los niveles actuales de impuestos, y las tarifas para que las empresas del sector, dispongan de más recursos para llevar a cabo sus inversiones y para lograr que un equilibrio de la oferta y demanda globales, posibilite una infraestructura social y económica de calidad.
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M.Sc. Rocío Hartley B.DocenteInvestigadora de la Escuela de EconomíaUniversidad Nacional
1. Introducción
El desarrollo sostenible se ha convertido en el marco orientador de los planes de desarrollo en Latinoamérica y en la mayoría de los países de la región, establecido marcos legales e institucionales que buscan definir una estrategia de desarrollo que promueva el crecimiento económico, con equidad social y uso razonable de los recursos naturales en general, pero en particular de los energéticos. Sin embargo, un problema estructural inherente es que se debería impulsar un desarrollo sustentable y no sostenible, además de la falta de coordinación entre las diferentes políticas e instituciones del país.
Otros factores que actualmente van en contra de una política para el desarrollo sustentable más eficiente, es la insuficiencia de debate público y de cooperación entre el Estado, la economía y la sociedad civil. Se requiere apoyo para integrar la política energética a una estrategia de sustentabilidad que armonice las metas ambientales, sociales y económicas a largo plazo.
Es reconocido que el sector energético desempeña un papel de importancia fundamental en el desarrollo económico. Pero, al mismo tiempo, en Costa Rica, éste sector que, comprende la extracción, producción, transporte y uso de la energía, es una de las fuentes más importantes de los gases de efecto invernadero.
Diversas investigaciones en la región han comprobado que la problemática energética y su impacto negativo sobre otras áreas de la economía, sociedad y el ambien
te se origina, en parte, en la dificultad que tienen los gobiernos para adoptar una perspectiva a largo plazo, en la planificación y utilización de los recursos energéticos, así como en la definición de políticas coherentes entre sí. Por ejemplo, las crisis de oferta y suministro de energía llevan a la aplicación de soluciones de corto plazo que originan más problemas, mientras que las soluciones de largo plazo, muchas veces, se enfrentan a los objetivos de política establecidos en otras áreas (ambiente, finanzas, macroeconomía).
El objetivo de una política energética es promover la compatibilidad entre los principios de competitividad, responsabilidad social con la protección del ambiente. La energía es uno de los componentes principales del desarrollo nacional, regional y mundial. Es una condición indispensable para mantener el nivel actual de desarrollo humano y económico alcanzado mundialmente, así como para garantizar que en el futuro este estrato pueda mantenerse y mejorarse. Sin embargo, la situación actual de la energía no está exenta de dificultades y para el futuro el horizonte es, también, problemático. La conciencia sobre este flagelo no es universal.
Política energética para el desarrollo sustentable
Volcán Arenal
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2. Política energética nacional
La planificación energética integral se inició en el país a finales de 1�7�, con la elaboración de los primeros balances nacionales de energía que, a partir de entonces, se han mantenido actualizados. Esta información, junto con la obtenida por medio de encuestas de consumo de energía por sectores y la aplicación de distintos modelos, permite efectuar un análisis profundo e integrado del sector, estimar la demanda interna en el largo plazo para todos los energéticos y establecer planes nacionales de energía.
La política energética nacional se fundamenta en cuatro principios generales: (a) asegurar que el desarrollo energético contribuya a mantener el equilibrio social, económico, político y ambiental; (b) lograr que el sector energía contribuya al desarrollo sostenible y al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes; (c) reducir la vulnerabilidad de la infraestructura energética y del abastecimiento externo, y (d) mantener el papel del Estado en las actividades relacionadas con el aprovechamiento de los recursos energéticos.
Las acciones del sector energía están orientadas a satisfacer el objetivo fundamental de asegurar el abastecimiento y uso de la energía en la cantidad, calidad y diversidad de fuentes compatibles con el desarrollo sostenible de la sociedad costarricense. Para alcanzar los objetivos propuestos, se requiere poner en práctica estrategias y acciones bien definidas en cada una de las áreas del quehacer del sector energía. Así, el Plan Nacional de Energía plantea estrategias en las áreas de desarrollo de potencial energético, producción e importación, almacenamiento, transporte y distribución, administración de la demanda, financiamiento y política de precios, el área institucional y organización; y conservación de recursos y ambiente.
La política energética se propone lograr una oferta energética de calidad y con precios competitivos, con participación pública
y privada en el marco de regulaciones claras y transparentes, que respete y promueva el proceso de gestión integrada de cuencas, con participación creciente y sostenida de fuentes nuevas y renovables y menos contaminantes, con prevención y mitigación de las afectaciones ambientales, con menor vulnerabilidad y riesgos en todas las etapas de la cadena.
Por otro lado, busca racionalidad y eficiencia en el uso de la energía, con empleo de tecnologías que permitan el aprovechamiento de fuentes alternas y equipamiento de mayor eficiencia, confiables y ambientalmente amigables, contando para ello con una cultura de uso racional en todos los sectores de consumo.
La existencia de la Ley de Regulación de Uso Racional de la Energía y su Reglamento (No. 7��7), publicados en diciembre de 1��� y noviembre de 1��6 respectivamente, consolidan en forma definitiva, la incorporación de la conservación de energía como aspecto medular de la política energética nacional.
El grado de incorporación del uso eficiente de la energía dentro de la política energética costarricense es total; está presente en los objetivos, estrategias y metas del Plan Nacional de Energía, está contemplada en las proyecciones oficiales de consumo de energía a largo plazo, y finalmente, para hacer no sólo oficial su incorporación sino obligatoria, el uso eficiente de la energía se regula a través de una ley de la República
El IV Plan Nacional de Energía 20002016 estipula cuatro principios en los que se debe basar la política energética nacional; uno de ellos es "resguardar la soberanía nacional de la excesiva dependencia externa de insumos estratégicos". A la vez, el Plan centra su objetivo fundamental en "asegurar el abastecimiento de la energía necesaria para el desarrollo integral de la sociedad costarricense".
Para lograr el objetivo fundamental, el Plan propone las siguientes estrategias que servirán de guía para delinear las acciones
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por impulsar: a) En el marco de la legislación vigente, se apoyarán las iniciativas del sector privado en la identificación de proyectos hidroeléctricos y de fuentes nuevas y renovables, para la generación eléctrica. b) Se evaluará y explotará sistemáticamente el potencial de los recursos nacionales de energía biomásica, solar y eólica, cuando se justifique técnica y económicamente. c) El ICE y el sector privado elaborarán los estudios relacionados con la energía eólica y solar e impulsarán la puesta en operación de proyectos de explotación de estos recursos para la producción de electricidad. d) En relación con los recursos biomásicos, RECOPE evaluará su posible utilización como combustible alterno. e) Se promoverá la aprobación de las leyes necesarias para asegurar el cumplimiento del Plan Nacional de Energía.
Se promoverá la puesta en marcha de proyectos que utilicen recursos naturales del país (hidráulicos, geotérmicos, biomasa solar y eólicos) en la generación de electricidad, en contraste con los que requieren el uso de energéticos importados, otorgándole prioridad a los que sean ambientalmente limpios. Lo que impulsará el fomento de iniciativas que aprovechen fuentes nuevas y renovables como una alternativa que permita garantizar el desarrollo sostenible. Asimismo, se impulsará la investigación sobre mercados y tecnologías limpias para la implantación de nuevas cadenas de producción y uso de la energía.
Las instituciones del sector desarrollarán una política apropiada de conservación de energía, promoviendo el ahorro y uso racional como medios para limitar la necesidad de inversiones en nuevas obras y obtener un mayor provecho de la infraestructura existente. Impulsando la disposición de recursos financieros y tecnológicos para poner en práctica los proyectos de administración de la demanda energética.
�. ¿Es sustentable esta política?
La respuesta es no, Costa Rica cuenta con gran cantidad de recursos naturales que podrían utilizarse con fines energéticos, pero de éste amplio potencial sólo se aprovecha una pequeña proporción. Por otra parte, la dependencia del petróleo y sus derivados se ha incrementado, pasando de representar el �8% en 1��0 a cerca del 71% del consumo energético nacional en 2000. Mientras, en este mismo año, el consumo de electricidad constituyó el 21% y el de biomasa el 8% del total. Esto ha obligado a dedicar, en los últimos 15 años, entre el 5 y el 17% de los ingresos por exportaciones al pago de la factura petrolera (en el año 2000 ésta fue de $ �75 millones), lo que coloca al país en una situación de desventaja y alta vulnerabilidad ante eventos externos.
El consumo energético ha crecido en la última década a tasas promedio del �,�% anual, incremento que se debe fundamentalmente al aumento del consumo de los derivados del petróleo (6%) y de la electricidad (5%), productos que combinados representan cerca del �0% del consumo nacional. Entre los derivados del petróleo, el diesel es el de mayor consumo (�8%), seguido por las gasolinas (�5%) y el fuel oil (12%). Es cierto que los requerimientos de energía del país se incrementan continuamente, por lo que es necesario alcanzar un equilibrio entre la conservación de recursos y su aprovechamiento que, permita contar
Caño Negro
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con los insumos necesarios para alcanzar un desarrollo sustentable. Esto es en última instancia lo que debería buscar el Plan Nacional de Energía, lo menciona el discurso, pero no se implementa en la práctica.
Las expectativas de crecimiento económico nacional, con tasas promedio del Producto Interno Bruto (PIB) del 5% anual en los próximos 15 años, hacen prever incrementos importantes en el consumo de energía. Para el año 2016 las necesidades de ésta se duplicarán, lo que obliga a planificar el crecimiento del sector, haciendo un esfuerzo por lograr la mayor eficiencia posible tanto en la oferta como en el consumo de la energía, pero resalta aun más, la necesidad de impulsar un desarrollo sustentable, y no simplemente sostenible, por que el objetivo no debe ser solamente mantener los recursos energéticos sino su subsistencia misma, en calidad, cantidad y en futuras fuentes alternativas, conducente a una innovación tecnológica.
Siendo la energía un bien fundamental para el desarrollo del país, es claro que el Estado debe velar por que su abastecimiento sea garantizado, de modo que no se afecte en ningún momento las actividades productivas ni la calidad de vida de la población. Igualmente, debe velarse por que ese desarrollo sea acorde con las políticas de
conservación y protección de recursos. Por esto, en el IV Plan Nacional de Energía debería decir, "las directrices políticas en materia de energía, constituyen un conjunto de principios, metas y estrategias que orientan el desarrollo energético nacional en una forma sustentable, coherente e integrada, relacionándolo permanentemente con la política socioeconómica que el país impulsa y mantiene para el desarrollo armonioso de la sociedad costarricense".
Ante la creciente problemática derivada de la dependencia económica y social del petróleo, que trae consigo contaminación atmosférica, contribución al calentamiento global, salida de divisas y desbalance comercial, entre otros, el Estado costarricense se ha limitado a funcionar nuevamente, a un costo multimillonario, la refinería estatal, que ni va a producir combustibles más baratos ni menos contaminantes, y a abrir la posibilidad de explotación petrolera. Para la demanda de energía eléctrica propone más proyectos hidroeléctricos, públicos y privados, sin ninguna planeación nacional integral ni priorización respecto del uso sustentable de las cuencas. Hay una preocupante escasez de propuestas de fondo en el tema y falta absoluta de una verdadera política energética nacional integral.
Se ha discutido que es muy poco lo que se puede hacer para cambiar la realidad energética nacional, especialmente en cuanto a los combustibles fósiles, dado que las condiciones del mercado petrolero son manipuladas por la OPEP (Países productores de petróleo). Por lo que, la meta es lograr niveles de independencia importantes que reduzcan las incertidumbres actuales en relación con el futuro energético. Es difícil pensar en este momento en una estrategia mundial en relación con la problemática energética, pero sí se puede pensar a nivel local.
Islandia, por ejemplo, ha replanteado su política energética aprobando legislativamente un plan nacional energético integral para los próximos 20 años, cuyos objetivos generales son desarrollar fuentes de
Proyecto Térmico Moín III
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producción de energía más amigables con el ambiente, ser autosuficientes energéticamente, incentivar la investigación nacional en lo referente a desarrollo de fuentes de energía propias y renovables e incentivar la inversión, preferentemente nacional, en el desarrollo energético del país de acuerdo con los objetivos explícitos. Y los resultados, por cierto, son ya tangibles: el gobierno está apoyando activamente la implementación de tecnologías de energía renovable disponible en el país, con especiales avances en geotermia; se está investigando fuertemente en el campo de la obtención, a partir del agua, y utilización del hidrógeno como combustible (al quemarlo produce agua); se aprobó una ley que exige a los importadores de automóviles que un porcentaje de los carros nuevos usen energía eléctrica u otra renovable (legislación similar a la de California) y se está impulsando el uso de esos automóviles mediante incentivos fiscales; de igual forma se promueve fuertemente la inversión en el campo energético y, como consecuencia, se ha incrementado significativamente la capacidad instalada nacional de generación de energía.
Con base en disposiciones diversas referentes al transporte privado y público que ya se han empezado a operativizar, en el 2020 todos los vehículos, incluidos los públicos, van a utilizar energía renovable, especialmente hidrógeno producido nacionalmente, e Islandia se habrá convertido en un exportador de la misma, principalmente hidrógeno, al resto de Europa y el mundo.
En Costa Rica se podría impulsar una política energética nacional de carácter integral y de largo plazo que, potenciara las ventajas del país en la producción, transporte y comercialización de las muchas formas de energía renovable, con las que se cuenta, generando productos de alto valor agregado. El país es una de las naciones de mayor oferta de agua dulce por habitante en el mundo y uno de los países de América Latina donde se ha favorecido la adopción de nuevas fórmulas institucionales para la gestión de sus recursos hídricos. A pesar,
de la fuerte dispersión institucional y falta de una política clara y ordenada que garantice la sustentabilidad en el aprovechamiento del recurso vital, tanto para el abasto a las poblaciones, como para el desarrollo económico del país.
Pero es imprescindible hacer un plan nacional basado en tan grandes ventajas nacionales, para la generación de energía y tomar las medidas necesarias para que éste sector sirva como motor de desarrollo social, preferiblemente con una amplia participación. A pesar de la fuerte intervención estatal en el sector energético, hasta el momento no se ha promovido, con verdaderos incentivos, la investigación y la generación de tecnología para desarrollar fuentes de energía alternativa, ya que los excedentes financieros de las empresas estatales energéticas son empleados para otros fines.
El aprovechamiento energético de los recursos naturales y su transformación en energía útil, está constituido por una cadena de procesos que involucran aspectos políticos, técnicos, económicos y sociales. La búsqueda de la manera más eficiente y eficaz de llevar a cabo esos procesos y la orientación de las relaciones entre los diferentes actores, que de una o de otra forma interactúan con el sistema energético, constituyen lo que debería ser el fin básico del Estado en materia energética, del cual se deriven objetivos específicos que den contenido práctico a la política energética.
El país, como una sociedad, debe plantearse cómo se desarrolla el sector energético, en sus diversos componentes: producción mediante pequeños, medianos y grandes proyectos, acopio, conducción, distribución mayorista, venta al detalle, investigación, control de calidad, exportación, importación. Hasta dónde le compete al Estado y qué parte al sector privado, sin perder de vista el desarrollar la competitividad del país; a la luz de la necesidad nacional de contar con un eficiente y muy amplio suministro de energía, que estimule la innovación, que se cuaje en una ecoeficiencia producti
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va, es decir producir más pero con menos recursos naturales.
Así como los planes regionales, el Corredor Mesoamericano y el Plan Puebla Panamá, han recocido al sector energético del país como un motor para el desarrollo de sus estrategias, así Costa Rica lo debe reconocer y proteger, para que sirva, como lo fue el café durante más de cien años, en el impulsor del desarrollo nacional, con una amplia participación de la sociedad, sin que se traduzca en un impacto significativo para el ambiente. La política energética podría desarrollarse de tal forma que, una explotación responsable de la energía renovable, desencadene la producción nacional en otras actividades económicas estratégicas para Costa Rica y dinamice las economías locales.
La estrategia de desarrollo sustentable apuntaría a que la población tuviera acceso a los medios de producción, para aprovechar ecoeficientemente los recursos energéticos, facilitando créditos a largo plazo con flujos de caja adaptados a la situación particular a sectores de la población organizados y sin posibilidades reales de participar en la actividad con aportes de capital propios. Esto facilitaría que, una parte de la riqueza generada por el sector energético tuviera una mejor distribución en
la sociedad, abriendo la posibilidad de que muchas entidades que se encargan de proteger las cuencas y los bosques, tuvieran acceso directo a los beneficios del negocio energético.
�. Conclusiones
La problemática actual de Costa Rica, referente al uso eficiente de la energía no es su consideración dentro de la política energética nacional, sino más bien, como le sucede a muchas políticas del Gobierno, la operatividad de esa política, como en el caso específico de la Ley de Regulación de Uso Racional de la Energía, la eficacia de su aplicación. Esto, debido a que la Ley misma no garantiza los recursos necesarios para su total y efectiva aplicación.
El modelo de desarrollo energético se caracteriza aún por una importante dependencia de los derivados del petróleo, y no se deslumbra un cambio sustancial en la política energética planteada. Así mismo, como no se contempla, no se resuelve la estacionalidad de la oferta hidroeléctrica, y sólo promueve la ampliación de proyectos hidroeléctricos sin una clara planificación y gestión integral de cuencas. La disponibilidad del recurso hídrico está íntimamente ligada a las variaciones en la precipitación pluvial. La oferta hídrica es abundante de mayo a noviembre (época lluviosa), mientras que para el período de diciembre a abril, correspondiente a los meses secos, la oferta hídrica baja debido a la disminución de los caudales de los ríos. Periódicamente, ocurren variaciones marcadas en el ciclo hidrológico, ocasionado por fenómenos meteorológicos como "El Niño" y otras oscilaciones climáticas. Este fenómeno provoca que la estación lluviosa sea irregular, prolongando la condición seca y disminuyendo la precipitación en los meses de julio y agosto, especialmente en las cuencas de la Vertiente Pacífica, y la política energética no considera esta situación explícitamente.
En cuanto a otras fuentes energéticas, el aprovechamiento de los recursos eólicos ha alcanzado un nivel de desarrollo
Proyecto Biotérmico Río Azul
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importante; no obstante, hay dificultades técnicas que impiden una penetración de mayor escala. Por una parte, se trata de una energía intermitente que requiere la instalación de plantas de respaldo. Asimismo, las características eléctricas del sistema de interconexión nacional dificultan una adecuada regulación de frecuencia y voltaje en la presencia de este tipo de generación. Por lo tanto, el ICE tomó la decisión de limitar la capacidad instalada eólica a un 6 por ciento de la capacidad total, mientras se evalúa el impacto ambiental de dicha generación, pero en la política energética actual no se describe cómo impulsar y mejorar esta fuente alternativa ni otras, se habla de disposición de fondos e incentivar estas nuevas fuentes renovables pero, cómo, con qué y quiénes no son especificados.
Una parte importante del potencial hidroeléctrico y geotérmico se ubica en parques nacionales, lo cual crea dudas sobre lo que realmente se puede aprovechar en el futuro y lograr un balance energético (oferta y demanda) que permita reducir la dependencia externa, es una discusión que se debe plantear y proponer soluciones para el desarrollo de nuevas fuentes alternativas de energía.
Otro reto, que no se ha enfrentado con éxito, es cómo optimizar la producción de energía tanto para una escala nacional, como para la exportación regional, de tal forma que se promueva la atracción de industrias electrointensivas que generan empleos bien remunerados y amigables con el ambiente.
Fortalecer nuevos mecanismos para financiar la futura infraestructura y así depender menos de empréstitos. Tomar el liderazgo a nivel centroamericano en la creación de mercados energéticos regionales, orientados hacia el concepto de mercados "verdes", y así atraer el apoyo financiero de fondos "verdes" globales. Por qué no, crear una empresa nacional que sea líder es este tipo de mercado, como son las empresas de telecomunicación mexicana y española que se reparte hoy el mercado latinoamericano;
e incorporar a los pequeños y medianos generadores en el esfuerzo exportador, para que el desarrollo energético se realice con mayor participación social, especialmente de las comunidades circunvecinas a los proyectos, de tal forma que se verifique el mínimo impacto ambiental y social. De tal forma que, se satisfaga la demanda de hidrocarburos con una calidad eficiente de producto, a precios razonables y considerando la conservación del ambiente.
Para alcanzar los objetivos propuestos se requiere poner en práctica estrategias bien definidas en cada una de las áreas del quehacer del sector energía, las que formarán un conjunto de acciones coherentes que servirán de orientación a todos los actores (públicos y privados) que intervienen en el sector.
La solución de la problemática de este sector no se debe dejar o esperar a ser superada con los actuales tratados comerciales o los convenios internacionales de medio ambiente, debe ser el resultado de una gestión integral de la política nacional, como instrumento indispensable para un verdadero desarrollo sustentable.
Bibliografía
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La capacidad y excelencia del recurso humano del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), así como la visión de esta Institución que ha permitido que el �8 % de la energía eléctrica que consume el país sea producida con fuentes renovables, fue destacada por el Presidente de la República, Dr. Abel Pacheco, durante el exitoso tope de la excavación de túneles del Proyecto Hidroeléctrico Cariblanco.
El tope, realizado en agosto pasado, volvió a demostrar la experiencia y profesionalismo del ICE en la construcción de este tipo de obras, así como el trabajo tesonero de los tuneleros, quienes en el Proyecto Cariblanco lograron exitosamente la excavación del túnel, de 6.0�1 metros de longitud, tras muchos meses de trabajo duro y peligroso, día y noche.
“Con mucha alegría celebramos los múltiples significados que representa este tope de túneles… Iniciamos el túnel con dos meses de atraso y lo estamos terminando con un mes de adelanto… Rompimos nuestro propio récord ICE al lograr avanzar en
un período de dos semanas 1�5 m en un frente del túnel”, destacó con satisfacción el Ing. Ignacio Arguedas, Jefe del Proyecto Cariblanco.
“Ver el rostro de satisfacción de los trabajadores y trabajadoras de este Proyecto, es ver reflejado el progreso de nuestro país, es haber dado nuevamente un paso firme en la construcción de una Costa Rica mejor para todos”, manifestó el Ing. Pablo Cob, Presidente Ejecutivo del ICE.
El Proyecto Hidroeléctrico Cariblanco fue concebido, diseñado y está siendo ejecutado por costarricenses, con amplia experiencia en el desarrollo de proyectos hidroeléctricos.
Cariblanco constituye un eslabón más de una larga cadena de plantas generadoras que el país lleva a cabo para satisfacer eficientemente la creciente demanda eléctrica nacional.
ICE atenúa efecto de crisis petrolera
El Presidente Abel Pacheco felicitó al personal del ICE por la construcción de Cariblanco, y destacó que su Gobierno va a seguir fortaleciendo a esta Institución. “A lo largo de 56 años, el ICE ha sido un bastión en la democratización económica del país y en la universalización del acceso a los bienes del desarrollo”, expresó.
Gracias al desarrollo de obras que ha hecho el ICE utilizando fuentes renovables, en el año 200� la generación térmica fue solamente de un 1% de la producción total de electricidad, en contraste con un 60% de generación térmica de los demás países centroamericanos, expresó el Ing. Pablo Cob, Presidente Ejecutivo del ICE.
Agregó que para el financiamiento del
Proyecto Hidroeléctrico Cariblanco
ICE logra exitosa excavación de túneles
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Proyecto Cariblanco se ha usado por segunda vez un fideicomiso con titularización, gracias a una alianza estratégica con el Banco Nacional de Costa Rica, lo que ha resultado de total confianza para las personas que colocan sus ahorros en los títulos emitidos.
El objetivo del ICE es continuar con ese desarrollo eléctrico basado en fuentes renovables, limpias y propias, promoviendo en forma responsable obras dentro de esa visión, como lo es el proyecto hidroeléctrico Balsa Superior cuya construcción se planea iniciar en el 2006.
Precisamente Balsa Superior será otro proyecto donde se aprovechará la enorme experiencia y especialización del personal del ICE en la construcción de túneles, que ha permitido lograr el exitoso desarrollo eléctrico por el que se reconoce a nuestro país. Este proyecto podrá almacenar una
cantidad importante de agua de invierno a verano, minimizando así el uso de la energía térmica de respaldo.
De esta manera, el ICE sigue trabajando con gran dedicación para cumplir con el mandato de la ley, que es proveer y asegurar el suministro eléctrico para todo el país, con precios competitivos y utilizando primordialmente fuentes de energía
limpias, renovables y propias, lo es una inmensa e invaluable ventaja para Costa Rica.
Proyecto Hidroeléctrico Cariblanco
Ubicación: Cantón de Sarapiquí
Capacidad: 82,8 MW
Costo: $170 millones
Ríos que utilizará: Sarapiquí, Cariblanco, Quicuyal y María Aguilar
Conclusión: Marzo del 2007.
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Ing. José Francisco Hidalgo M.Empresa de Servicios Públicos de Heredia S.A.Email: fhidalgo@esphsa.com(506) 26008�� Ext. 78�
La Empresa de Servicios Públicos de Heredia S.A, busca realizar sus mejores esfuerzos en desarrollos inteligentes que promuevan nuevas alternativas tanto energéticas como económicas, buscando el equilibrio ambiental que satisfaga las necesidades de sus clientes y de la comunidad en general.
Por más de un siglo el hidrógeno, se ha considerado como un combustible conveniente y limpio. Se puede obtener de diversas fuentes domésticas, el hidrógeno podría reducir los costos económicos, políticos y ambientales de los sistemas de energía. Asimismo, en áreas urbanas, producto de la contaminación del ambiente, los costos relacionados con la preservación de la salud son un problema creciente, tanto para las sociedades desarrolladas, como las que se encuentran en vías de desarrollo. En el largo plazo, el hidrógeno obtenido de fuentes renovables, ofrece un potencial de energía que sería sostenible en todos sentidos.
Esta alternativa es un medio de energía que se puede transformar en electricidad
y puede a su vez producirse a partir de una amplia gama de fuentes de energía tales como: el gas natural, el carbón, la biomasa, el agua, seres vivos, plantas,
etc., como también de las aguas negras, de los residuos sólidos, llantas y desechos de petróleo.
Las ventajas y desventajas del hidrógeno derivan de sus propiedades físicas básicas. El hidrógeno es el elemento más ligero, más pequeño y está entre las moléculas más simples, además, es relativamente estable. Asimismo tiene más alto contenido de energía por unidad de peso que cualquier otro combustible y, en caso de accidente, se dispersaría rápidamente más que el combustible fósil. También permite la combustión a altas relaciones de compresión y altas eficiencias en máquinas de combustión interna. Cuando se le combina con el oxígeno en celdas de combustible electroquímicas, el hidrógeno puede producir electricidad directamente, rebasando los límites de eficiencia del ciclo de Carnot obtenidos actualmente en plantas generadoras de potencia.
Por numerosas razones, el punto de introducción para la energía con base en el hidrógeno es el sector transporte y eléctrico. Los consumidores pagan considerablemente mucho más por la energía utilizada en el transporte que por la electricidad o el gas empleado para fines domésticos (esta relación podría ser, conservadoramente hasta de 8 a 1 para una familia de clase media). Más aún, el sector transporte tiene también un gran potencial de ganancias por eficiencia de combustible. En efecto, la eficiencia de los automóviles modernos es de alrededor del 1� por ciento durante el ciclo de manejo urbano, en tanto que los vehículos a hidrógeno, ya sean híbridoeléctricos o de celdas de combustible, podrían alcanzar eficiencias del orden de entre �5 y �5 por ciento. Los vehículos impulsados por hidrógeno también pueden cumplir con la demanda creciente de bajas o cero emisiones.
Hidrógeno, una alternativa energética
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