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Page 1: Intertextualidad en Petronio-Fellini

Para trabajar la Intertextualidad, elegí una escena del libro El Satyricón, de Petronio (s I d.C., entre los años 40-60) y su correlativo en la película El Satyricón, de Fellini (1969), leídas ambas a través de la categoría bajtiniana de "Carnaval”.

La escena elegida transcurre durante la Cena de Trimalción, el segundo episodio de los tres en que se divide el libro, en el capítulo 49. Se encuentran los libertos cenando junto con los escolásticos Ascilto y Encolpio, su maestro Agamenón y su esclavo Gitón, cuando ingresa un esclavo de la casa con una inmensa bandeja, trayendo en ella un cerdo al que supuestamente se habían olvidado de destripar. Cuando Trimalción llama al esclavo para castigarlo, este luego de rogarle, comienza a 'destripar' el cerdo y salen de sus entrañas 'salchichas y butifarras'.

Fellini retoma esta escena en su película, recreando la casa de Trimalción, los libertos y los esclavos, el cerdo en bandeja, pero realiza una relectura donde retoma y recrea la Forma del libro, a través de un nuevo Texto de Sustancia diferente. La Forma originaria petroniana, donde todo se construye a través de lo que podríamos llamar la 'inversión del cuerpo', la piel que se invierte y deja los órganos afuera escondiendo los rasgos, se convierte de palabra a imagen, y en esta conversión se producen dos mil años de Intertextualidades.

Se desconoce el origen exacto de Petronio, pero se sabe que vivió en Roma, en la época de Nerón: lo acompañaba de cerca toda una dinastía en caída y un intento ya muerto de llevar adelante un pueblo donde "la modestia y la sencillez” sean el centro de la vida cotidiana. Petronio logra atravesar las culturas griegas y romanas completas, apila un texto sobre otro, creando una lasagna de culturas para luego atravesarlas todas juntas con un escarbadientes y así, comérselo. Ahí está lo grotesco de Petronio, en la posibilidad de unir todos los textos anteriores en un solo lugar donde lo único permitido es la comida, la bebida y el sexo. Pero esos textos nunca desaparecen, cuando Trimalción, cita a Eneas para hablar de sí mismo, las palabras de Eneas son las de Trimalción pero son las de Eneas, y ahí está lo Grotesco, la inversión que genera la ambivalencia, el espacio doble, la polémica: en gran Sátiro de Roma junto (aunque ese 'junto' bien puede estar entre signos de pregunta) al héroe épico Nacional, el hombre idealizado.

Fellini se encuentra con todo esto, pero en una cultura donde lo Grotesco está a la vista y Bajtín ya lo había nombrado, donde el imperio que quizá Petronio logra quebrantar ya había caído y vuelto a construirse con otro nombre y vuelto a caer, donde el Carnaval ya había pasado por la Edad Media y el Renacimiento. En ese mundo, Fellini logra volver a construir Lo Grotesco como Forma de su texto, proyectándola en una nueva Sustancia y creando así una Materia diferente. Ahora es espacio textual ha cambiado, y quizá la genialidad de Fellini radica en la posibilidad de recrear en ese nuevo diálogo entre "sujeto-destinatario-contexto”, esa Grosería petroniana originaria y siempre actual, ese Carnaval (esa recreación infinita de los personajes, ese laberinto sin salida, ese cuerpo en descomposición) que es el texto Petroniano en el siglo I y que es el texto de Fellini en el siglo XX.

https://www.youtube.com/watch?v=n243TNg2BLo (min. 4.55)