INDEPENDENCIA DE BRASIL
(7 de septiembre de 1822)
Brasil se independizo de Portugal el primer antecedente de la independencia de Brasil se
considera. La invasión napoleónica sobre la península ibérica, lo que produce que en
1807 .la corte portuguesa se traslade a América junto con los funcionarios del aparataje
institucional. Esto produce un gran giro en las relaciones metrópolis-colonia. Según
Westthalen: (2007). UNESCO (ed.). Historia General de América Latina,. «"Es lo que
sucedió en 1807 cuando se produjo lo que podría llamarse inversión brasileña, esto es, la
transformación de la capital luso-brasileña en sede de la monarquía portuguesa (…) en
realidad Brasil pasaba a ser la metrópolis y Portugal la colonia”»Los buenos aires de
independencia comienzan a decaer debido a la influencia alemana, ya que Alemania sacaría
las mayores ventajas con la separación. Quebrando el Pacto Colonial entre metrópolis y
colonia, Brasil estaría libre para vender materia prima a las industrias inglesas y los
ingleses venderían allí sus productos, sin la interferencia de la Corona Portuguesa. En
Brasil, algunas revoluciones dieron impulso a los ideales intelectuales, conscientes de lo
que venía sucediendo en los Estados Unidos de América y en Italia: fueron estas el Conjuro
Bahiano en 1798, el Conjuro Minero y la Revolución Pernambucana de (1817). Las ideas
propagadas agradaban a la élite intelectual, que deseaba mayor libertad y se sentía cercada
por el gobierno de la Metrópolis. Brasil insatisfecho con el control de Portugal en la
economía y la política de Brasil como colonia, tenía mucho a ganar con la libertad:
anhelaban el derecho a una universidad, a tener imprenta, fábricas. Mucho se debe a esa
clase política que se comenzó a formar en aquella época.1807 Napoleón ordenó la invasión
de Portugal, obligando a la Familia Real portuguesa a huir a Brasil. Esta sería una de las
causas de la declaración de Independencia del Brasil, bajo el mando de Pedro I en 1822,
seguida por una revolución liberal en Portugal.
Primer caudillo José Bonifacio (1763- 1838)
Político y científico brasileño. Viajó por Europa dedicado al estudio de la mineralogía, y
entró en contacto con la Ilustración. En 1819, con un prestigio ya afianzado, regresó a
Brasil y se vio envuelto en los decisivos acontecimientos que tuvieron lugar en la entonces
colonia. Miembro de la masonería y colaborador íntimo del futuro Pedro I, contribuyó en la
preparación del movimiento independentista de 1822, que proclamó a Pedro I emperador de
Brasil. Más tarde, y a tenor de los nuevos acontecimientos políticos que le distanciaron del
rey, emigró a Francia (1823-1829). En 1831, y después de la abdicación del monarca en su
hijo de cinco años, el futuro Pedro II, regresó de nuevo a Brasil como tutor del joven rey.
Luego de estudiar en Europa volvió a Brasil en 1819. Convencido del interés de las Cortes
portuguesas en re colonizar Brasil y temiendo la acción de los radicales republicanos, luchó
para que el país se encaminase hacia la independencia bajo el régimen monárquico
constitucional. Para lo cual aconsejó a Pedro I de Brasil a resistir las presiones de la Corte
de Portugal que querían hacerlo retornar a este país. En 1821 fue nombrado como uno de
sus ministros y redactó el manifiesto del 6 de agosto de 1822, dirigido a las “naciones
amigas”, en el que prácticamente rompía con Portugal
Después de la independencia, en septiembre del mismo año, continuó en el gobierno, pero
en julio de 1823 rompió con el emperador brasileño (Pedro I) y comenzó a hacer una fuerte
oposición en la Asamblea que se reunió para elaborar la Constitución del nuevo Imperio en
la cual había sido electo. Con la disolución de la Constituyente en el mes de noviembre fue
destenido y se asiló en Francia en la cual vivió cerca de Burdeos hasta que en 1829 se le
permitió regresar a Brasil. y fue designado por el propio Pedro I, cuando éste abdicó al
trono, en 1831, como tutor de su hijo menor, el futuro emperador Pedro II. En 1833 perdió
su cargo de tutor y fue acusado de traición pero luego se le perdonó. Falleció en Naterón el
6 de abril de 1838.Se diplomó en derecho y ciencias físicas y biológicas. Realizó
posteriormente viajes de estudio, teniendo como principal objeto la mineralogía, a Francia,
Alemania, Italia, Suecia, Dinamarca y Noruega. Fue miembro de varias instituciones
científicas europeas. Espíritu formado en el contexto de la Ilustración, aliaba la formación
clásica con el interés científico, además de preocuparse por la aplicación práctica de sus
concepciones a Portugal y a sus colonias, como forma de superar el retraso en el que se
encontraban con respecto a los países más adelantados de Europa. En 1800 fue profesor de
geología en la Universidad de Coímbra y hablaba doce idiomas. Poco después se le designó
inspector general de las minas portuguesas y en 1812 fue nombrado Secretario perpetuo de
la Academia de Ciencias de Lisboa. En sus viajes por Europa recolectó datos, realizó
experimentos científicos y descubrió y describió cuatro minerales y ocho especies
desconocidos. Entre los minerales se encontraba la petalita, el cual descubriera a fines de
los 1700' en un viaje a Suecia y en la cual posteriormente científicos suecos descubrieran el
elemento litio. También descubrió el espodumena, otro mineral que contiene litio, del
mismo origen, una isla cercana a Estocolmo.
Sus trabajos científicos, sociales y políticos se encuentran compilados por Edgar Cerqueira
Falcão con el título de Obras científicas, políticas e sociais de José Bonifácio de Andrada e
Silva. del cual se publicó la tercera edición en 1963 al celebrarse el bicentenario del Padre
de la Independencia.
Por otra parte tenemos la Rebelión de Avilez donde los diputados portugueses de las Cortes
no mostraron ningún respecto hacia el príncipe y se burlaron abiertamente de él. Por ello, la
lealtad que tenía Pedro hacia las Cortes cambió gradualmente hacia la causa brasileña. Su
esposa, la princesa María Leopoldina de Austria, apoyó el bando brasileño e influyó en
Pedro para que permaneciera en el país. Los liberales y los Bonifacio se manifestaron
abiertamente pidiendo la permanencia de Pedro. La respuesta de Pedro llegó el 9 de
enero de 1822, cuando declaró que
Como es por el bien de todos y para la felicidad general de la nación, estoy listo: Díganle a
la gente que me quedaré.
Tras la decisión de Pedro de desafiar a las Cortes, alrededor de 2.000 hombres dirigidas por
Jorge Avilez se levantaron antes de concentrarse en el monte Carmelo, que fue pronto
rodeado por 10.000 brasileños armados. A continuación, Dom Pedro destituyó al general
portugués y le ordenó retirar a sus soldados a la bahía de Niterói, donde esperarían ser
trasladados a Portugal. José Bonifácio fue nombrado ministro del Reino y Asuntos
Exteriores el 18 de enero de 1822. Al poco tiempo, Bonifácio estableció una relación de
padre a hijo con Pedro, quien comenzó a considerar al experimentado estadista como su
mejor aliado. Gonçalves Ledo y los liberales intentaron minimizar la relación cercana entre
Bonifácio y Pedro ofreciendo al príncipe el título de Defensor Perpetuo de Brasil. Para los
liberales, la reunión de la Asamblea Constituyente era necesaria para Brasil, mientras que
los bonifacioes prefería que Pedro aprobara la Constitución por sí mismo para evitar
una anarquía similar a la ocurrida durante los primeros años de la Revolución Francesa. El
príncipe accedió a los deseos de los liberales y firmó un decreto el 3 de junio de 1822 para
llamar a elección de los diputados que formarían la futura Asamblea General Constituyente
y Legislativa en Brasil.
Brasil paso de ser Reino Unido a un imperio independiente donde fueron enviados
emisarios a Minas y a São Paulo para obtener más votos a la causa emancipadora, con
resultados positivos. En Río del Janeiro se elaboró una representación (en una recogida de
firmas) en que se pedía la permanencia de Don Pedro. El documento llegó a las manos de
Don Pedro el 9 de enero de 1822 por cuenta de José Clemente Pereira, presidente del
Senado de la Cámara de Río de Janeiro. En respuesta, el Príncipe Regente decidió
desobedecer las órdenes de las Cortes y permanecer en Brasil: era la vez del "Permanezco".
La decisión del príncipe de desafiar las Cortes era producto de un amplio movimiento, en el
cual se destacó José Bonifácio de Andrada e Silva. Miembro del gobierno provisional de
São Paulo, escribió una carta a Don Pedro el 24 de diciembre de 1821, en la cual criticaba
la decisión de las Cortes de Lisboa y llamaba la atención al papel reservado al príncipe en
la crisis. Don Pedro divulgó la carta, publicada en la Gaceta de Río de Janeiro el 8 de enero
de 1822 con gran repercusión. Diez días después, había llegado a Río una comitiva paulista,
integrada por José Bonifácio, para entregar al príncipe la representación paulista. El mismo
día, Don Pedro nombró a José Bonifácio ministro del Reino y de los Extranjeros, cargo de
fuerte significado simbólico: por la primera vez el cargo era ocupado por un brasileño. Los
hermanos Andrada (José Bonifácio y sus hermanos Antônio Carlos y Martim Francisco) se
convirtieron en figuras políticas destacadas.
Don Pedro ganó fuerte apoyo popular con la decisión del "Permanezco". Para resistir a las
amenazas de la recolonización el 16 de febrero de 1822 fue decretada la convocatoria de un
Consejo de Procuradores Generales de las Provincias de Brasil. Teóricamente, tenía por
finalidad auxiliar al príncipe, pero en la práctica se trataba de una maniobra de los
conservadores, liderados por José Bonifácio, contra los radicales, representados por
Joaquim Gonçalves Ledo, funcionario público para quien la preservación de la unidad
político-territorial de Brasil debería ser implantada a través de convocatoria a una
Asamblea Constituyente elegida por el pueblo. El consejo fue convocado exactamente para
evitarlo y mantener la unidad sobre el control del poder central y de los conservadores.
En mayo, las diferencias entre Don Pedro y las Cortes se intensifican: el regente determinó
que cualquier decreto de las Cortes solo podría ser ejecutado mediante el «Cúmplase»
firmado por él, lo que equivalía a conferir plena soberanía al Brasil. La medida tuvo apoyo
inmediato: el 13 de mayo el Senado de la Cámara de Río de Janeiro confirió al príncipe
regente el título de Defensor Perpetuo de Brasil.
Hubo una embestida militar de la División Auxiliadora, estacionada en Río bajo el
comando del Teniente general Jorge de Avilez, expulsado de Brasil con sus tropas. Al
celebrarse los festejos por el aniversario de Juan VI de Portugal, el 13 de mayo, el Senado
de la Cámara de Río de Janeiro le pidió al Príncipe Regente que aceptase para sí y para sus
descendientes el título de "Defensor Perpetuo de Brasil".
Los liberales radicales se mantuvieron activos: por iniciativa de Gonçalves Ledo, fue
dirigida una representación a Don Pedro para exponerle la conveniencia de convocar a una
Asamblea Constituyente. El príncipe decretó su convocatoria el 13 de junio de 1822. La
presión popular llevaría la convocatoria adelante.
José Bonifácio resistió a la idea de convocar a la Constituyente, pero fue obligado a
aceptarla. Intentó desacreditarla, proponiendo elecciones directas, lo que acabó
prevaleciendo contra de la voluntad de los liberales radicales, que defendían la elección
indirecta. Aun cuando los conservadores habían obtenido el control de la situación y el
texto de convocatoria a la Constituyente presentase declaraciones favorables a la
permanencia de una unión entre Brasil y Portugal, las Cortes insistían: el príncipe regente
debía regresar inmediatamente. Don Pedro recibió las órdenes de su padre de regresar a
Portugal y someterse al rey y a las Cortes.
Pedro partió a Sao Paulo para asegurarse la lealtad de la provincia a la causa brasileña.
Llegó a su capital el 23 de agosto y permaneció allí hasta el [25 de septiembre]]. Cuando
regresó a Río de Janeiro el 10 de septiembre, recibió juntas dos cartas, una de José
Bonifácio, que aconsejaba a Don Pedro a romper con la metrópoli, y otra de su
esposa, María Leopoldina, que apoyaba la decisión del ministro. El príncipe se enteró de
que las Cortes habían anulado todos los actos del gabinete Bonifácio y retirado el poder
restante que todavía tenía. Pedro se volvió hacia sus compañeros que incluían a su guardia
de honor y dijo «Amigos, las Cortes portuguesas quieren esclavizarnos y perseguirnos.
Dede hoy día, nuestras relaciones están rotas. Ningún lazo nos une más». Luego, se quitó
su brazalete azul y blanco que evocaba a Portugal, y continuó «Fuera los brazaletes,
soldados. Saludo a la independencia, la libertad y la separación de Brasil». Desenvainó su
espada y afirmó que «Por mi sangre, mi honor, mi Dios, juro dar libertad a Brasil:
¡Independencia o muerte! De esta manera, rompió los lazos políticos con Portugal, el 7 de
septiembre de 1822.
Esa misma noche, Pedro y sus compañeros propagaron la noticia de la independencia
brasileña de Portugal. El príncipe fue recibido con gran celebración popular y fue llamado
"Rey de Brasil" y también "Emperador de Brasil”. Pedro regresó a Río de Janeiro el 14 de
septiembre y en los días siguientes los liberales habían publicado panfletos (escritos
por Joaquim Gonçalves Ledo) que sugerían la idea de que el príncipe debía ser
aclamado emperador constitucional. El 17 de septiembre, el
La separación oficial recién ocurriría el 22 de septiembre de 1822 en una carta escrita por
Pedro a João VI. En ella, Pedro todavía se llama a sí mismo Príncipe regente y su padre es
considerado el Rey del Brasil independiente. El 12 de octubre de 1822 en el Campo de
Santana (más tarde conocido como el Campo de la Aclamación), el príncipe Pedro fue
aclamado Dom Pedro I, emperador constitucional y Defensor Perpetuo de Brasil.
Asimismo, fue el inicio del reinado de Pedro y del Imperio de Brasil; sin embargo, el
Emperador dejó en claro que si bien aceptada ser emperador, si João VI regresaba a Brasil
se haría a un lado y dejaría el trono favor de su padre.
La razón para el título imperial derivó del hecho de que el título de rey representaría
simbólicamente una continuación de la tradición dinástica portuguesa y quizás del
temido absolutismo, mientras el emperador era investido por aclamación popular como en
la Antigua Roma.
En cuanto a los sucesos de la bahía el levantamiento tuvo lugar el 21 de febrero de 1821,
con la participación entre otros de Cipriano José Barata de Almeida y José Lino Coutinho.
El entonces Gobernador, conde da Palma, ordenó al mariscal Felisberto Caldeira Brant
Pontes, inspector de las tropas, reunir las fuerzas fieles. Se enfrentó a los rebeldes con
apenas 160 hombres, pues la mayor parte de la tropa lo había abandonado. No hubo forma
de convencerlos a constituir en Bahía una Junta provisional como había sucedido en Belém
y con la cual se manifestase completa obediencia a las Cortes de Lisboa. Palma cedió,
proponiendo él mismo los nombres de las personas que formarían la Junta. Y dicha Junta
fue aún más lejos, dirigiéndose a Lisboa como si ellos fueran el único gobierno legítimo
ante la monarquía y solicitando tropas portuguesas. Fueron enviados 1.184 hombres, la
llamada Legión Constitucional Lusitana (dos batallones de infantería y una compañía de
artillería). La Junta nombró al mariscal Luís Paulino de Oliveira Pinto de
França Gobernador en armas y al coronel Inácio Luís Madeira de Melo como inspector de
las tropas, ya que Caldeira Brant había acompañado a Palma hasta Río de Janeiro.
Desde la revolución de 1821, Luís do Rego Barreto estaba en una situación difícil.
Animado con los mensajes de Lisboa, pero temeroso de desafueros, conservó toda la
plenitud de su autoridad y dirigió un manifiesto al pueblo, exponiendo las bases de la
Constitución que sería promulgada y convocando electores de todas las parroquias. Los
pernambucanos sospecharon de tantas promesas y votaron con absoluta independencia,
eligiendo a quienes les parecían dignos - "casi todos formaban parte de los vencidos en
1817". Los pernambucanos fueron los primeros en llegar a Lisboa. El gobernador sufrió un
atentado el 21 de agosto y con el pretexto de una posible nueva conspiración republicana
mandó prender a cuantos antiguos patriotas se encontraba en Recife, embarcándolos rumbo
a Lisboa.
El 19 de agosto de 1821 fue nombrada en Goiania una Junta Provisional Temporaria para
contrarrestar otra, del partido portugués, en Recife. Aun después de haber pedido refuerzos
a Paraína, Rego Barreto fue cercado en su capital y venció el pueblo patriota. El
Gobernador firmó una capitulación el 5 de octubre en el poblado de Beberibe. La victoria
de los pernambucanos llegó a la vecina Paraíba, donde el 25 de octubre fue elegida una
Junta Gobernante para administrar la provincia en nombre de la Constitución portuguesa.
Por otra parte; desde 1819 el mariscal Bernardo da Silveira Pinto da Fonseca, quien no
pudo dejar de admitir la autoridad de un Consejo Consultivo y consiguió transformar en
farsa la elección de una Junta el día 13 de abril, él mismo proclamado Gobernador
provisional. Enseguida mandó a deportar diversos patriotas y eligió a dos diputados a las
Cortes de Lisboa. Siendo como era una región muy atrasada terminó triunfando el
Gobernador. El 15 de febrero de 1822 se eligió una Junta Provisional y tres días después el
mariscal embarcó de regreso a Portugal en la galera inglesa George.
Las causas principales de estos hechos radicaban en que no se puede comprender el proceso
independentista sin pensar en el proyecto recolonizador de las Cortes portuguesas: el
verdadero origen de la definición de los diversos grupos en Brasil. Aunque la ruptura
política con Portugal era el mayor deseo de la mayoría de los brasileños, subsistían aun
muchas divergencias. En el movimiento emancipador había grupos sociales distintos: la
aristocracia rural del sudeste (“partido brasileño”), las camadas populares urbanas (liberales
radicales) y finalmente, la aristocracia rural del norte y del noreste, que defendían el
federalismo e incluso el separatismo.
La aristocracia rural del sudeste, la más poderosa, era conservadora, por lo que luchaba a
favor de la independencia, pero a la vez defendía la unidad territorial, la esclavitud y sus
privilegios de clase. Los liberales radicales querían la independencia y la democratización
de la sociedad, pero sus jefes, Joaquim Gonçalves Ledo y José Clemente Pereira,
permanecían aliados a la aristocracia rural, sin revelar una verdadera intención
revolucionaria. La aristocracia rural del norte y del nordeste enfrentaba la fuerte resistencia
de los comerciantes y militares portugueses, fuertes en Pará, Maranhão y Bahía. Además de
ello, desconfiaban de la política centralizadora de José Bonifácio.
El "partido portugués" en Brasil apoyaba a las Cortes; mientras que el "partido brasileño" y
los "liberales radicales" estaban en contra, pero divergían en sus objetivos. Para el "partido
brasileño", el ideal era la creación de una monarquía dual (Brasil y Portugal) para preservar
la autonomía administrativa y la libertad de comercio. Pero la intransigencia de las Cortes
portuguesas, provocó que el partido se inclinara por la emancipación, sin alterar el orden
social y sus privilegios. Ya los "liberales radicales" formaban un grupo casi revolucionario,
bien cerca de las masas populares urbanas, con algunos de ellos incluso notables
republicanos. En conjunto, se trataba del grupo más receptivo a cambios profundos y
democráticos en la sociedad.
La concretización de las aspiraciones de cada uno de estos grupos era distinta. Los grandes
propietarios rurales unidos al "partido brasileño" disponían de los medios efectivos para la
realización de sus objetivos. El ansia por un comercio libre encontraba apoyo en fuerzas
internacionales, lideradas por la burguesía británica. La sólida base económica y social
esclavista garantizaba los recursos materiales para resistir con éxito una probable amenaza
recolonizadora por parte de Lisboa.
La situación de Brasil permaneció indefinida en 1821. Pero el 9 de diciembre llegaron a Río
de Janeiro los decretos de las Cortes que ordenaban la abolición de la regencia y el
inmediato regreso de Don Pedro a Portugal; la obediencia de las provincias a Lisboa y no
más a Río de Janeiro y la extinción de los tribunales de Río. El "partido brasileño" estaba
alarmado con la proclamación de recolonización y con la posibilidad de una explosión
revolucionaria. La nueva situación favoreció la polarización: de un lado el "partido
portugués" y del otro, el "partido brasileño" con los ideales radicales, que comenzaron a
actuar en favor de la independencia
En consecuencia el apoyo de Inglaterra en esta independencia fue crucial, usando su
diplomacia. El uso de mercenarios ingleses sofocando rebeldes y guerras fue decisivo. Más
tarde, la independencia siguió su curso natural. Inicialmente asustados con la idea, los
comerciantes y funcionarios portugueses aceptaron la idea, ya que sus intereses serían
mantenidos por el hecho de que el emperador perteneciera a la dinastía Braganza y ser
heredero a la Corona Portuguesa.
Los conflictos bélicos no fueron de gran magnitud y normalmente se limitaron a pequeñas
provincias. En 1823, todas las rebeliones habían sido sofocadas.
Coherentemente con las ideas de la época, al contrario de lo que deseaba José Bonifácio,
por ejemplo, se mantuvo la esclavitud.
Para ser reconocido oficialmente, Brasil negoció con Inglaterra y aceptó pagar
indemnizaciones a Portugal, comenzando de esta forma su endeudamiento. Cuando el
rey Juan VI regresó a Lisboa, por orden de las Cortes, llevó consigo todo el dinero que
podía, a pesar de haber dejado en Brasil su platería y una enorme librería, con obras raras
que componen hoy el aservo básico de la Biblioteca
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