Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Impactos de la expansión agrícola y de la intensificación de la agricultura y de la ganadería de campo, con algunas
recomendaciones de manejo para su mitigación.
Trabajo realizado en el marco del Proyecto Específico: Evaluación de impactos ambientales en ecosistemas y categorización de
tecnologías de gestión.(PNECO1302).
Autores:
David Bilenca (1), Mariano Codesido (2), Carlos González Fischer (2) y Lorena Pérez Carusi (2)
Grupo de Ecología de Agroecosistemas. Departamento de Ecología, Genética y Evolución, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires.
(1) Doctor de la Universidad de Buenos Aires (Área Ciencias Biológicas); Investigador Adjunto, CONICET
(2) Becarios CONICET; doctorandos de la Universidad de Buenos Aires
Con el apoyo de
En el marco del convenio INTA-FVSA y de las acciones llevadas a cabo por el Programa Pastizales y el Proyecto Agro y Medioambiente de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
Índice
Prólogo ............................................................................................................................
1. Introducción ................................................................................................................
2. Breve reseña de los principales cambios en el paisaje de la ER Pampeana .............
2.1. Desde la colonización española hasta 1970 ...........................................................
2.2. Desde la década de 1970 hasta la actualidad ........................................................
3. Revisión de antecedentes: Efectos derivados de prácticas de manejo habituales
sobre componentes de la biodiversidad en la ER Pampeana .......................................
3.1. Impactos sobre la biodiversidad asociados con la reciente expansión e
intensificación de la agricultura en la ER Pampeana ....................................................
3.1.1. Impactos sobre la vegetación ...............................................................................
3.1.2. Impactos sobre la fauna ........................................................................................
3.1.3. Impacto de productos fitosanitarios utilizados en la agricultura sobre la
biodiversidad ...................................................................................................................
3.2. Impactos sobre la biodiversidad asociados a la intensificación de la ganadería de
campo en la ER Pampeana .............................................................................................
3.2.1. Impactos sobre la vegetación ...............................................................................
3.2.2. Impactos sobre la fauna ........................................................................................
4. Recomendaciones de manejo .....................................................................................
4.1. Restauración de pastizales .......................................................................................
4.2. Algunas recomendaciones de manejo ganadero para su aplicación en la ER
Pampeana ........................................................................................................................
4.3. Algunas recomendaciones de manejo agrícola para su aplicación en la ER
Pampeana ........................................................................................................................
5. A modo de conclusión ................................................................................................
6. Agradecimientos .........................................................................................................
7. Bibliografía ..................................................................................................................
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5Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Prólogo
El Proyecto Nacional PNECO 1302, en el marco del cual se encuadra la presente revisión, tiene por
objetivo evaluar el impacto que sobre diferentes dimensiones del ambiente generan las actividades
agropecuarias más relevantes de cada ecorregión argentina.
En el caso de la ecorregión pampeana, el efecto directo y masivo del uso humano ha sido la trans-
formación de extensísimas áreas de pastizales naturales en tierra de cultivos de granos y de explotación
ganadera. Esta transformación ha ocurrido en forma progresiva desde los inicios de la colonización de
la región, y en las últimas décadas ha sufrido un acelerado proceso de intensificación productiva por
efecto del avance de la agricultura sobre tierras antes ganaderas y el empleo de tecnologías y mate-
riales genéticos que han permitido un aumento considerable de la producción agrícola, modificando
marcadamente los sistemas productivos y el paisaje original.
El conocimiento sobre las consecuencias de estos cambios sobre la biodiversidad pampeana es parcial
y disperso, por lo que un paso inicial en su análisis es recopilar y ordenar la información existente, en
busca de elementos concretos que nos permitan establecer un diagnóstico preliminar.
A esto apunta el presente trabajo, que en su última parte ingresa en algunas recomendaciones
orientadas a minimizar los impactos negativos derivados de la explotación agropecuaria sobre la diver-
sidad animal y vegetal de la región.
Néstor O. Maceira
INTA EEA Balcarce
Coordinador Proyecto Nacional PNECO 1302:
Impacto ambiental en ecosistemas y categorización de tecnologías de gestión
7Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
1. Introducción
Una de las definiciones habituales señala a
los agroecosistemas como ecosistemas que son
manejados por el hombre con la finalidad de
producir alimentos y fibras (y, más recientemente
también, combustibles), por lo que son sometidos
a frecuentes e intensas modificaciones tanto de sus
componentes bióticos como abióticos (Soriano y
Aguiar 1998). Algunos de los factores bióticos ma-
nejados incluyen la productividad y la composición
de especies (qué cultivos introducir, qué plantas y
animales controlar, etc.), en tanto que entre los
factores abióticos que son modificados figuran
la disponibilidad de nutrientes o la humedad del
suelo, entre muchos otros. Además de los compo-
nentes físicos y biológicos, las características de
los agroecosistemas dependen de factores socio-
económicos, como las tendencias de mercado, las
políticas comerciales de las empresas, los precios
y las políticas fiscales y de subsidios, que influyen
tanto sobre los tipos de alimentos y fibras que se
han de producir como sobre los sistemas de pro-
ducción y los paquetes tecnológicos que se han
de emplear.
La práctica de la producción agropecuaria trae
aparejada una serie de profundas transformacio-
nes que afectan prácticamente todos los aspectos
y procesos que son estudiados por los ecólogos,
y que incluyen desde el comportamiento de los
individuos y la dinámica de las poblaciones hasta la
composición y estructura de las comunidades y los
flujos de materia y energía a través del ecosistema
(Tilman 1999, Donald 2004, Kareiva et al. 2007).
En tal sentido, los cambios en el uso de la tierra
ligados a la implantación de agroecosistemas están
considerados, junto a la intensificación agrícola,
entre las principales fuerzas que inciden sobre el
cambio global (Foley et al. 2005) y entre los fac-
tores de mayor impacto sobre la biodiversidad a
escala global (Sala et al. 2000).
Análogamente a lo ocurrido en otras regiones,
la implantación de agroecosistemas en la ER Pam-
peana (Fig. 1) ha modificado sustancialmente su es-
tructura y su funcionamiento, con los consecuentes
cambios que ello implica para la biodiversidad del
sistema (Ghersa y Martínez-Ghersa 1991, Ghersa y
León 1999, 2001, Ghersa et al. 1998, 2000, 2002,
Mateucci et al. 1999, Viglizzo et al. 2001, 2002,
Guerschman et al. 2003; Martínez-Ghersa y Ghersa
2005; Frank 2007).
Fig. 1. La eco-región Pampeana (adaptado de Chaneton 2006).
8 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Diversos estudios han señalado la notable
sensibilidad con que las comunidades de plantas,
animales y microorganismos responden a las
transformaciones introducidas por el hombre en
los agroecosistemas, y que comprenden desde
respuestas en la escala de paisaje hasta la de mi-
crohábitat (Andren 1994, McLaughlin y Mineau
1995, Delattre et al. 1998). No obstante, los efectos
de estas transformaciones no son uniformes para
todas las especies sino más bien diferenciales, de
modo tal que las características particulares de
cada especie (tamaño, requerimientos de hábitat,
hábitos alimentarios, habilidad dispersiva, etc.)
determinan las escalas espaciales de sus respues-
tas, con las consecuentes repercusiones para las
interacciones interespecíficas y la estructura de la
comunidad (Hansen y Urban 1992, Robinson et al.
1992, Fahrig y Merriam 1994, Bolger et al. 1997).
Los objetivos de este trabajo son 1) realizar
una breve descripción de los principales rasgos
que han caracterizado a los cambios en el paisaje
de la ER Pampeana, junto con 2) una revisión de
antecedentes sobre los efectos derivados de la
aplicación de una serie de prácticas de manejo
habituales en la ER Pampeana sobre componen-
tes de su biodiversidad. Complementariamente,
se revisan también antecedentes en procura de
proponer una serie de recomendaciones con
prácticas de manejo alternativas que permitirían
evitar, revertir o mitigar el daño eventual sobre
la biodiversidad que pudiera estar asociado a las
prácticas de manejo habituales.
2. Breve reseña de los principales cambios en el paisaje de la ER Pampeana
2.1. Desde la colonización española hasta 1970
Numerosos estudios han descripto y analizado
los cambios que han estado operando en el paisaje
pampeano durante los últimos siglos, y que han
afectado simultáneamente la composición, estruc-
tura y funcionamiento de sus ambientes naturales
y su biodiversidad (Randle 1969, Ras 1977, León et
al. 1984, Barsky 1991, Soriano et al. 1992, Ghersa
et al. 1998, Solbrig 1999, Barsky y Gelman 2001,
Ghersa y León 2001, Bilenca y Miñarro 2004, Mar-
tínez-Ghersa y Ghersa 2005, Baldi et al. 2006, Baldi
y Paruelo 2008). Buena parte de la descripción de
los primeros cambios provienen de los relatos de
viajeros que llegaron a América durante la colo-
nización española, y de los viajes realizados por
investigadores y naturalistas que formaron parte
de diversas expediciones científicas. En su diario de
viaje realizado por estas tierras en 1833 a bordo del
Beagle, Darwin (1876, en Soriano et al. 1992) ya
señalaba que „...pocos lugares han sufrido cambios
tan marcados, desde el año 1535, cuando los pri-
meros colonizadores de la pampa desembarcaron
con setenta y dos caballos y yeguas. Las incontables
manadas de caballos, vacas y ovejas no sólo han
alterado el aspecto general de la vegetación, sino
que casi han hecho desaparecer al guanaco, al
venado y al ñandú.‰ (otros relatos sobre las carac-
terísticas de la flora y fauna pampeanas en épocas
tempranas de la colonización pueden consultarse
en Hudson 1984, D´Orbigny 1945, Falkner 1974,
entre otros).
Para 1585, poco después de la segunda funda-
ción de Buenos Aires por Juan de Garay, se conta-
bilizaban cerca de ochenta mil caballos salvajes en
los alrededores de la ciudad (Ghersa et al. 1998).
El propio Garay fue quien introdujo el ganado
vacuno en las pampas en 1573, el cual rápidamen-
te se hizo también cimarrón y muy abundante.
Aparentemente no había por entonces enemigos
naturales (predadores o competidores) capaces
de controlar el incremento de las poblaciones del
ganado silvestre y cimarrón, y éste se convirtió en
un importante recurso tanto para los indios como
para los europeos que paulatinamente se fueron
instalando en la región. En 1609 se realiza en Bue-
nos Aires la primera vaquería o caza de ganado,
con el objetivo fundamental de explotar los cueros;
ya para comienzos del siglo XVIII unos 75 mil cue-
9Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
ros se exportaban anualmente desde el Río de la
Plata (Ghersa et al. 1998). Los fuegos fueron una
herramienta muy utilizada para manejar el ganado
y los caballos, así como para mejorar las pasturas y
„espantar a los indios‰ (Vervoorst 1967, Ghersa et
al. 1998). Poco a poco los rodeos fueron rempla-
zando a las vaquerías, y la instalación de saladeros
de carne representó un importante avance en el
aprovechamiento del ganado; al mismo tiempo,
se fueron incorporando lentamente tecnologías
como el balde volcador y las norias, con las que
se procuraba garantizar la disponibilidad de agua
a los animales.
Esta serie de procesos que operaron durante
unos 250-300 años (entre fines del siglo XVI y
hasta la primera mitad del siglo XIX) modificaron
sustancialmente los ecosistemas y el paisaje de
las pampas. Entre los cambios más significativos
pueden enumerarse (Ghersa et al. 1998, Ghersa
y León 2001, Martínez-Ghersa y Ghersa 2005; ver
también Chaneton y Facelli 1991):
1. una reestructuración de las comunidades,
con un aumento de la diversidad y una reducción
(y/o sustitución) de las especies dominantes gene-
rada por los incendios y el pastoreo,
2. una mayor homogenización del paisaje,
con pérdida de los límites ecotonales, y
3. una invasión del pastizal de numerosas
especies. Por un lado ingresaron leñosas como el
caldén (Prosopis caldenia) y el chañar (Geoffroea
decorticans) provenientes de la provincia fito-
geográfica de Monte, que estuvo promovido por
la dispersión de sus semillas durante los arreos
ganaderos. A ello se le sumó el ingreso de otras
especies como el añapindá (Acacia bonariensis)
o la cina-cina (Parkinsonia sp.) que fueron planta-
dos para la conformación de cercos, así como de
ombúes (Phytolacca dioica), ligustros (Ligustrum
lucidum), palmeras (Phoenix canariensis), y pos-
teriormente álamos (Populus spp.) y eucaliptos
(Eucaliptus spp.), que fueron plantados y disemi-
nados como montes peridomésticos y de sombra
para el ganado. La introducción de este conjunto
de especies arbustivas y arbóreas fue rápidamen-
te aprovechado por numerosas especies de aves
como el hornero (Furnarius rufus) y la cotorra
(Myiopsitta monachus), quienes a su vez funcio-
naron como agentes para la dispersión de semillas
de muchas otras especies y que contribuyeron así a
modificar la fisonomía del paisaje. Los flujos comer-
ciales favorecieron además la dispersión tanto por
viento como a través de los animales de numerosas
malezas nativas y exóticas peridomésticas pertene-
cientes a los géneros Bidens, Tagetes, Carduus,
Cirsium, Cynara y Silybum, entre otras.
Varios relatos de la época (ver, por ejemplo,
Darwin 1876 y Hudson 1918, en Rapoport 1996)
dan cuenta de la intensidad que tuvo durante este
período la invasión de cardos en las pampas de la
provincia de Buenos Aires. Para dar una idea de la
magnitud de este fenómeno, basta con mencionar
que los malones y arreos de ganado se interrum-
pían entre enero y abril a causa del desarrollo de los
cardales. Rapoport (1996) considera que la especie
responsable de este fenómeno habría sido Silybum
marianum, y que la invasión de este cardo podría
llegar a explicar la extinción de al menos unas 170
especies de plantas vasculares endémicas de la
provincia de Buenos Aires. El fuego y el pastoreo
habrían contribuido a la expansión de los cardales
en desmedro de las gramíneas que hasta entonces
dominaban el paisaje (Ghersa y León 2001).
Hacia la segunda mitad del siglo XIX, el tendido
de los ferrocarriles, junto con la llamada Campaña
al Desierto y la consecuente eliminación de los
malones, y el arribo de una fuerte inmigración
europea, imprimieron una nueva serie de trans-
formaciones en el uso y manejo del suelo y en la
estructura y dinámica del paisaje regional. Durante
este período tiene lugar lo que se dio en conocer
como la „pampa agrícola cerealera‰ (Chiozza
1978 en Ghersa et al. 1998 y Ghersa y León 2001).
Este proceso se inició en Santa Fe y se expandió
desde allí hacia el resto de la pampa, aunque las
restricciones de los suelos anegadizos en la Pampa
Deprimida y la escasez de lluvias en la porción oc-
cidental de la Pampa Interior determinaron que el
10 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
fenómeno se concentrara fundamentalmente en
la Pampa Ondulada.
Los adelantos incorporados para el manejo de
los sistemas agropecuarios fueron expandidos por
los colonos que comenzaron a establecerse en la
región. Los cultivos más frecuentes eran el maíz,
el trigo y el lino; los alfalfares eran implantados
posteriormente al concluir el ciclo agrícola y se usa-
ban tanto para alimentar a los animales de trabajo
como al ganado. La superficie de tierras agrícolas,
que para 1875 representaban apenas unas 100 mil
hectáreas (o, según las zonas, de un tres a un cinco
por ciento del territorio), se incrementaron rápi-
damente y pasaron a cubrir en 1930 alrededor de
diez millones de hectáreas (Hall et al. 1992, Ghersa
et al. 1998). Además de las adversidades climáti-
cas (sequías, inundaciones, granizo), las mayores
restricciones a los incrementos en la producción
de los cultivos estaban dadas por las malezas y las
mangas de langosta. Los implementos agrícolas
más utilizados eran el arado y las rastras tirados por
animales; el uso incorrecto de estas herramientas
en suelos de textura gruesa y bajo contenido de
materia orgánica derivó luego, particularmente
en zonas semiáridas, en una generalizada erosión
eólica (Soriano et al. 1992). La comunidad del pasti-
zal se empobreció sensiblemente, particularmente
por la pérdida de las gramíneas perennes (Ghersa
y León 1999).
También por esos años (décadas de 1880 y
1890) la empresa rural pampeana incorporó una
serie de mejoras en los campos dedicados a la
ganadería que se tradujeron en nuevos cambios
para la estructura del paisaje, con la incorporación
del cerco de alambre y el molino de viento (Hora
2008). El cerco puso fin a la cría a campo abierto y
favoreció el mejoramiento de las razas, aunque dio
lugar, por un lado, al confinamiento del ganado
en una superficie durante buena parte del año y al
desarrollo del denominado „pastoreo continuo‰,
que ha causado el deterioro de los pastizales y de
las propiedades de los suelos (Deregibus y Soriano
1981, Sala et al. 1986, Jacobo et al. 2006) y, por
otra parte, contribuyó a profundizar los límites y
cambios de las comunidades naturales siguiendo
ahora las divisiones geométricas de los potreros.
Al mismo tiempo, el molino ayudó a resolver la
falta de aguadas naturales pero alteró el patrón
de pastoreo de los animales. Por su parte, el tendi-
do de los ferrocarriles constituyó un nuevo factor
adicional para la dispersión de especies exóticas,
algunas de las cuales, como el gramón (Cynodon
dactylon) o las enredaderas del género Ipomoea,
se utilizaban para fijar los terraplenes (Martínez-
Ghersa y Ghersa 2005).
En lo que respecta a la fauna, el reemplazo
de pastizales por campos de cultivo, sumado a
la actividad cinegética, trajo aparejado un pro-
fundo desequilibrio en la estructura trófica de la
comunidad de mamíferos que habría favorecido al
desarrollo de roedores (en particular, del género
Calomys; Bilenca y Kravetz 1995, Pardiñas 1999) en
desmedro de los depredadores de mediano tama-
ño (zorros, gatos, zorrinos, hurones; Crespo 1966,
Kravetz 1977). De este período datan también los
primeros casos documentados de retracciones en la
distribución geográfica de aves típicas del pastizal
como el tordo amarillo (Xanthopsar flavus, Fraga
et al. 1998), el yetapá de collar (Alecturus risora,
Di Giacomo y Di Giacomo 2004), la monjita domi-
nicana (Heteroxolmis dominicana, Fraga 2003) y
la loica pampeana (Sturnella defilippii, Tubaro y
Gabelli 1999, Fernández et al. 2003).
El período que se inicia hacia finales de la Se-
gunda Guerra Mundial marca una nueva etapa
de transformación tecnológica de la agricultura,
caracterizada entre otros factores por 1) la intro-
ducción de cultivares resistentes a la acción de
fitopatógenos y de híbridos de maíz que duplica-
ban la productividad de los materiales disponibles
hasta entonces, 2) la aplicación de herbicidas como
el 2-4 D que facilitaron la adopción de los nuevos
cultivos, y 3) la instalación de empresas dedicadas
a la producción de maquinaria agrícola, agroquími-
cos y de producción y comercialización de semillas.
Esta serie de cambios, junto con la incorporación
de nuevos cultivos, como el girasol, la cebada y el
sorgo, determinaron una intensificación del uso
11Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
del suelo y un aumento de la productividad. Otro
cambio significativo en el paisaje durante este
período fueron las cárcavas de erosión, que en al-
gunos casos derivaron en el desarrollo de pastizales
secundarios en aquellas áreas donde el tránsito
del tractor quedó impedido. Al mismo tiempo, se
crearon instituciones como el Instituto de Suelos
y Agrotecnia (ISA) y posteriormente el Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) que
comenzaron a analizar y combatir los efectos de la
erosión y a elaborar las primeras cartas de suelos,
que fueron publicadas en la década de 1970.
2.2. Desde la década de 1970 hasta la actualidad
A mediados de la década de 1970, la introduc-
ción del cultivo de soja en la Pampa Ondulada mar-
ca un cambio en los modelos de uso agropecuario
adoptados hasta entonces. Entre los principales
cambios estructurales y funcionales introducidos
por este nuevo modelo productivo caben mencio-
nar 1) el aumento de la intensidad de laboreo del
suelo, 2) el incremento en el uso de plaguicidas, 3)
el manejo diferente de los residuos de cosecha y 4)
la alteración de la distribución temporal del área
foliar (Ghersa y Martínez-Ghersa 1991).
Paralelamente, hacia fines de la década de
1980 tiene lugar un proceso de mayor intensifica-
ción agrícola asociado al paulatino reemplazo del
sistema de labranza convencional por el sistema
de siembra directa. La siembra directa tiene la par-
ticularidad de que, al mantener el suelo cubierto
por los residuos de cosecha, reduce sensiblemente
las pérdidas por erosión y favorece el aprovecha-
miento más eficiente del contenido de agua en
el suelo, lo que, en parte, permitió extender la
agricultura a zonas que tradicionalmente no eran
agrícolas (Panigatti et al. 1998, 2001). A su vez, el
menor tiempo dedicado a las labores que demanda
el sistema de siembra directa junto al empleo de
variedades de cultivos de ciclo corto favoreció el
uso más intensivo del suelo a través del doble cul-
tivo (Satorre 2005). Este proceso estuvo apoyado
fundamentalmente en la expansión del cultivo de
soja y en el incremento del doble cultivo trigo-soja
de segunda, a la vez que incorporó un mayor uso
de agroquímicos (fertilizantes y pesticidas). La
adopción por parte de los productores del cultivo
de soja cobró un nuevo impulso a partir de 1996,
con el lanzamiento al mercado de variedades
de soja transgénica resistentes al glifosato y su
excelente asociación con la siembra directa. Este
proceso ha situado a la soja como el cultivo más
sembrado de Argentina (con más de 16 millones
de hectáreas, trece de las cuales corresponden
aproximadamente a las provincias que integran
la ER Pampeana), y a la siembra directa como el
sistema de manejo dominante en las provincias
que integran la región pampeana (cerca del 75%
de la siembra de la soja de primera y del 85% de
la soja de segunda, así como altos porcentajes de
otros cultivos, son sembrados bajo esta modalidad;
Estimaciones Agrícolas -SAGPyA- 2008).
De este modo, la expansión agrícola cobra un
nuevo impulso que alcanza a zonas periféricas de
la ER Pampeana y que hasta hace poco eran consi-
deradas tierras marginales dedicadas mayormente
a la ganadería extensiva sobre pastizales naturales.
En una vasta zona del centro de la provincia de
San Luis, por ejemplo, estudios de clasificación de
imágenes satelitales han detectado una drástica
reducción en la cobertura de pastizales naturales,
que pasaron de cubrir casi el 93% de la superficie
en 1985 a tan sólo el 44% en 2001, a manos de
cultivos y pasturas (Demaría et al. 2008). Otro
tanto ha sucedido con los departamentos que
conforman la Pampa Mesopotámica en el sur de
la provincia de Entre Ríos, donde la proporción
de la superficie cubierta por cultivos anuales se ha
duplicado, de acuerdo a los datos proporcionados
por los últimos Censos Nacionales Agropecuarios
(CNA 1988-2002; Paruelo et al. 2005).
La conversión de tierras para la agricultura se
ha dado incluso con intensidad hacia el interior
de los límites preexistentes de la frontera agro-
pecuaria de la ER Pampeana (Viglizzo et al. 2002,
2006; Tabla 1). Si bien la agriculturización en la ER
Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Pampeana es un fenómeno generalizado y en au-
mento, la magnitud de este proceso varía entre las
diferentes sub-regiones o unidades agro-ecológicas
contenidas en la ER Pampeana (Frank 2007, Baldi
y Paruelo 2008, Demaría et al. 2008).
nutricional o con alimentación a corral de los ani-
males y, por otra parte, ha conducido al desarrollo
de ganadería en áreas que hasta entonces también
eran consideradas marginales (como la llamada
„ganadería de islas‰, en las islas del río y del Delta
Tabla 1. Cambios relativos de los principales usos de la tierra entre 1960 y 2002 en la ER Pampeana. Porcen-tajes referidos al total de la superficie de las unidades censadas. (Fuente: adaptado de Viglizzo et al. 2006).
La agriculturización ha generado a su vez una
serie de cambios en la práctica de la actividad
ganadera en la ER Pampeana. Una de las princi-
pales consecuencias ha sido el reordenamiento
territorial de la ganadería y la reducción de la su-
perficie ganadera, particularmente de los campos
de invernada. Este proceso ha impulsado, por un
lado, una mayor intensificación de la ganadería, de
modo tal que ahora el engorde es realizado con
mayor frecuencia con algún tipo de suplemento
Fig. 2. Variación en la carga animal (EV/ha ganadera) estimada para los cuarteles correspondientes el área de influencia de la EEA Cuenca del Salado 1999-2005 (Fuente: extraído de Vázquez et al. 2005).
del Paraná). Otra consecuencia importante ha sido la concentración de la hacienda y el aumento de la carga animal en las áreas que quedan disponibles para la ganadería (pastizales naturales, montes, verdeos y pasturas implantadas, Paruelo et al. 2005, 2006, Vázquez et al. 2005, Fig. 2). En ciertos casos, este aumento en la carga animal no ha sido acompañado con medidas de manejo orientadas a incrementar la receptividad de dichas áreas, lo que estaría promoviendo la caída en los índices de preñez y destete (Rearte 2007).
12
13Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
3. Revisión de antecedentes: Efectos derivados de prácticas de manejo habituales sobre componentes de la biodiversidad en la ER Pampeana
Inicialmente, y en función de los problemas críti-
cos identificados para la ER Pampeana de acuerdo
al documento base del programa PNECO 1302
y al taller inicial de agosto 2006, este trabajo se
centrará sobre los impactos sobre la biodiversidad
asociados con:
1. la expansión e intensificación de la agri-
cultura, y con
2. la intensificación de la ganadería de campo.
Los taxa incluidos en este trabajo de revisión
corresponden fundamentalmente a la flora de
plantas vasculares y la fauna de vertebrados (en
especial aves y mamíferos), aunque puede también
contener menciones acerca de otros componentes
de la biodiversidad (algas, invertebrados, etc.).
3.1. Impactos sobre la biodiversidad asociados con la reciente expansión e intensificación de la agricultura en la ER Pampeana
3.1.1. Impactos sobre la vegetación.
Si bien no se dispone de un inventario completo
para la flora vascular de la ER Pampeana, ésta se
suele identificar en gran medida con la de la pro-
vincia de Buenos Aires (Cabrera 1968), que cuenta
con alrededor de 1800 especies. Al respecto, cabe
mencionar que ya en la primera mitad del siglo
XX, algunos de los primeros estudios sistemáticos
sobre la vegetación en la ER Pampeana señalaban
la dificultad de encontrar, particularmente en la
Pampa Ondulada, comunidades de pastizales que
aún conservaran su composición y estructura en
estado prístino (Parodi 1930, 1947). En efecto,
diversos estudios comparativos realizados con
posterioridad (Lewis 1996, Ghersa y León 1999,
Martínez-Ghersa y Ghersa 2005, Ghersa 2006,
Burkart et al. 2006, Perelman et al. 2006) han
dado cuenta de los profundos cambios ocurridos
en las comunidades vegetales que integran los
pastizales de la región. Sólo a modo de ejemplo,
basta con mencionar que las dos terceras partes
de las especies exclusivas de mayor constancia que
se encuentran en la actualidad en los pastizales de
la Pampa Ondulada son exóticas (Perelman et al.
2006), y que de las especies relevadas en 1930-45
en pastizales zonales relictuales de la Pampa Ondu-
lada y de la Pampa Interior hoy sólo se encuentran
presentes en esos mismos sitios menos del 30% de
las especies originales (Burkart et al. 2006).
En las últimas décadas, las comunidades de
malezas han sufrido diversas reestructuraciones en
función de los cambios producidos en las labores
implementadas y en los herbicidas aplicados (Gher-
sa y León 1999, Martínez-Ghersa y Ghersa 2005,
ver 2.2.). Más recientemente, la implementación
masiva de la siembra directa ha derivado en una
nueva reestructuración, caracterizada por una
significativa reducción en el número de especies
que componen la flora de malezas, particularmen-
te de dicotiledóneas anuales (de la Fuente et al.
2006). Estudios sobre la composición de malezas en
campos de soja de la Pampa Ondulada realizados
entre 1995 y 2003 (de la Fuente et al. 2006) han
detectado importantes cambios en la constancia
de ciertas especies en los lotes (Tabla 2), de modo
tal que algunas especies que hasta hace tan sólo
quince años atrás eran muy frecuentes como el
chamico (Datura ferox), la quinoa (Chenopodium
album), el yuyo colorado (Amarathus quitensis)
o la chinchilla (Tagetes minuta) hoy han práctica-
mente desaparecido o mermado notablemente y
en su lugar han comenzado a incorporarse otras
como la escoba dura (Sida rhombifolia), el cebollín
(Cyperus rotundus) o el pie de gallina (Eleusine
indica). Dichos estudios sugieren que, si las prácti-
cas agrícolas vigentes continúan con este proceso
de homogenización del ambiente a escala del pai-
saje, se seguirá profundizando la disminución en
la riqueza de especies, con posibles consecuencias
14 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
para el sostenimiento de la vida silvestre en los
agroecosistemas.
Al mismo tiempo, diversos estudios (Faccini
2000, Papa 2005), dan cuenta de aumentos en
las poblaciones de ciertas especies de malezas aso-
ciadas al nuevo paquete tecnológico, que habrían
facilitado el desarrollo de malezas adaptadas a la
falta de laboreo y que son relativamente tolerantes
-en forma natural- al glifosato. Entre las malezas
que más proliferaron en respuesta a este nuevo
proceso se encuentran la correhuela (Convol-
vulus arvensis), la enredadera (Ipomoea spp.),
la verbena (Verbena litoralis), el pensamiento
silvestre (Viola arvensis) y la comelina (Comme-
lina erecta), donde en algunos casos es necesario
aplicar entre el doble y el triple de la dosis media
corriente para lograr un control medianamente
efectivo (Faccini 2000, Papa 2005).
Otro de los cambios significativos recientemen-
te registrados en la vegetación ha sido el aumento
en el riesgo de diseminación de especies leñosas
asociado a la implementación de la siembra directa.
Al respecto, se ha detectado que la presencia de lo-
tes con malezas leñosas como la acacia negra (Gle-
ditsia triacanthos) aumentó con la proporción de
lotes trabajados bajo siembra directa (de la Fuente
et al. 1999). Al mismo tiempo, un estudio sobre los
cambios sucesionales en los agroecosistemas de la
Pampa Ondulada (Ghersa et al. 2002) detectó la
invasión de unas 40 especies leñosas, entre las que
sobresalen con mayor constancia la acacia negra, la
Tabla 2. Constancia de algunas especies de malezas en campos de soja de la Pampa Ondulada 1995; 2003 (en porcentaje; fuente: adaptado de de la Fuente et al. 2006).
mora (Morus alba) y el paraíso (Melia azederach).
Más aún, dichos autores plantean que existe en la
actualidad una considerable presión de propágulos
de especies leñosas en la Pampa Ondulada impul-
sada por la actividad humana, de modo tal que el
proceso de invasión ha alcanzado un punto en el
cual los pastizales pampeanos que se encuentran
en los suelos mejor drenados tienen una buena
probabilidad de desarrollar una sucesión con una
trayectoria hacia la formación de bosques en lu-
gar de pastizales. Bajo este nuevo escenario, los
pastizales no retornarían a su condición original
a menos que cuenten con cierto grado de inter-
vención (Ghersa et al. 2002). En este sentido, es
oportuno remarcar que en las últimas décadas se
han desarrollado también bosques con vegetación
ribereña a lo largo de cursos de agua de la Pampa
Ondulada que carecían originalmente de vegeta-
ción leñosa en sus márgenes, y se ha profundizado
el enmalezamiento con acacia negra en pastizales
anegadizos (Ghersa et al. 1998, 2002, Morello et
al. 2000). Trabajos experimentales realizados en
la Pampa Interior han demostrado que la acacia
negra logra establecerse con éxito en pastizales
que han sufrido algún disturbio en el suelo, como
los producidos por las labores agrícolas, y que su
establecimiento afecta diferencialmente a grupos
funcionales del pastizal, favoreciendo a las her-
báceas invernales, fundamentalmente gramíneas
exóticas, en detrimento de las especies estivales
(Mazia et al. 2001, Miranda y Chaneton 2006). En
15Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
otros casos, se ha reportado también la invasión
de árboles exóticos en los pastizales de los sistemas
serranos de Tandilia y Ventania en la Pampa Aus-
tral (Zalba y Villamil 2002), aunque en estos casos
no parece haber una relación directa entre estos
procesos y la actividad agropecuaria.
Finalmente, resulta oportuno destacar que du-
rante las últimas tres décadas se ha producido el
avance de plantaciones forestales comerciales en
algunas áreas de la ER Pampeana con especies de
crecimiento rápido (típicamente pinos, eucaliptos y
salicáceas –álamos y sauces–). Este nuevo uso de la
tierra, aplicado a superficies originalmente cubier-
tas por pastizales y que hasta ahora estaban desti-
nadas típicamente a la ganadería o la agricultura,
involucra fuertes cambios en el funcionamiento del
ecosistema (para una buena síntesis ver Jobbagy et
al. 2006) que pueden repercutir a su vez de manera
indirecta sobre la biodiversidad de la eco-región.
Según las estimaciones más recientes, se calcula
que la ER Pampeana concentra cerca de 250 mil
hectáreas de plantaciones forestales distribuidas
de manera heterogénea, siendo las provincias de
Entre Ríos (113.000 ha) y Buenos Aires (87.000ha)
las que concentran la mayor proporción (SAGPyA,
2008).
Bajo climas húmedos como los de los pastizales
pampeanos, donde la transpiración es la principal
vía de salida evaporativa de agua, el estableci-
miento de árboles en sistemas que anteriormente
eran herbáceos promueve un aumento en la tasa
de transpiración que se traduce en una reducción
de los otros componentes líquidos del balance
hídrico. Parte del agua de lluvia que abandonaba
los pastizales por escurrimiento superficial y por
drenaje profundo, abasteciendo acuíferos y cursos
de agua, se libera ahora en forma de vapor, con
las consecuentes reducciones en los caudales de
arroyos y/o en la recarga de los acuíferos de áreas
de pastizales que han sido forestadas. Este proceso
podría plantear importantes costos hídricos loca-
les y regionales cuando la superficie de pastizales
que es forestada abarca una gran porción de las
cuencas (Jobbagy et al. 2006).
En las posiciones más altas de la planicie pam-
peana, una fracción significativa de las lluvias ali-
menta los acuíferos manteniendo los suelos libres
de sales y recargando a los acuíferos freáticos con
aguas de muy baja salinidad, aptas para el consu-
mo humano. Sin embargo, comparando parcelas
pareadas de pastizal natural y forestación, se ha
detectado que en este tipo de situaciones topo-
gráficas las plantaciones forestales incrementan
la salinidad de la capa freática de tres a treinta
veces, elevándola en muchos casos por encima de
los valores considerados seguros para el consumo
humano (Jobbagy et al. 2006). Al favorecer las
salidas evaporativas de agua freática, las foresta-
ciones deprimen las capas freáticas localmente,
recibiendo nuevos aportes de agua desde zonas
adyacentes que vienen acompañados por su carga
de sales. Como resultado de este proceso no sólo
se deteriora la calidad del agua, sino que además
se salinizan los suelos y en la mayoría de los casos
se vuelven alcalinos, lo que condicionaría luego la
posibilidad del restablecimiento de la vegetación
herbácea original ante un eventual cambio en el
uso de la tierra.
Otro proceso asociado a la implantación de
forestaciones en áreas que antes estaban ocupadas
por pastizales es el aumento de la retención de
algunos nutrientes en la masa de tejido vegetal, lo
que puede alterar la distribución y disponibilidad
de nutrientes en el suelo. Esto es particularmente
relevante para el calcio, que es abundante en los
tejidos de especies leñosas, especialmente en los
eucaliptos. La transferencia de calcio desde el suelo
hacia las plantaciones de eucaliptos es acompa-
ñada por una disminución del pH, causando una
fuerte acidificación de los suelos forestados de la
ER pampeana, que puede incluso impactar sobre
los cursos de agua que atraviesen por dichas zonas
y su biodiversidad (Jobbagy et al. 2006).
3.1.2. Impactos sobre la fauna
Por su gran diversidad y atractivo, y su relativa
facilidad de detección, las aves constituyen uno de
16 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
los grupos taxonómicos que han recibido mayor
atención a la hora de estudiar los impactos de la
actividad agropecuaria sobre la biodiversidad,
tanto a nivel mundial (Donald 2004) como en
nuestro país.
En la ER Pampeana, un reciente estudio analizó
los patrones de abundancia de las aves a lo largo
de un „gradiente‰ de cobertura de campos agrí-
colas que atravesaba desde la Pampa Ondulada a
la Pampa Deprimida, y detectó que 20 de las 43
especies de aves estudiadas mostraron respuestas
significativas a las variaciones en los porcentajes
de tierras dedicadas a la agricultura (Filloy y Bellocq
2007). De esas 20 especies que respondieron signi-
ficativamente, 13 (65%) mostraron una respuesta
negativa al incremento de la agricultura, cinco
(25%) mostraron una respuesta positiva, en tanto
que las otras dos mostraron respuestas de tipo
unimodal o bimodal (Tabla 3).
Al mismo tiempo, como parte de un estudio
realizado por nuestro grupo de trabajo en el marco
del proyecto PNECO 1302 (Codesido et al. 2008a),
desarrollamos una serie de muestreos estacionales
de aves a lo largo de caminos secundarios que
abarcaron 32 partidos distribuidos por las dife-
rentes unidades ecológicas de la ER Pampeana en
la provincia de Buenos Aires, acumulando más de
230 horas de observación.
De la comparación de nuestros muestreos con
registros publicados sobre la distribución de las
aves en la provincia de Buenos Aires que fueron
tomados entre las décadas de 1940 y comien-
zos de la década de 1990 (o sea, antes de que
tuvieran lugar las recientes transformaciones en
los agroecosistemas bonaerenses, Narosky y Di
Giacomo 1993), surge que de las 60 especies de
aves terrestres residentes en al menos 20% de los
partidos estudiados, ocho (más del 13% del total)
evidenciaron importantes cambios relativos en su
distribución a lo largo y ancho de la provincia. Un
análisis más pormenorizado muestra que de esas
ocho especies, cuatro evidenciaron una profunda
retracción en su distribución en los 32 partidos
estudiados, en tanto que las otras cuatro experi-
mentaron una importante expansión (Tabla 4). Al
asociar los cambios en la distribución de las aves
con sus requerimientos de hábitat y nidificación,
surge que las cuatro especies en retracción son
residentes y estrechamente dependientes de pas-
tizales naturales y semi-naturales como el ñandú
(Rhea americana), la copetona (Eudromia ele-
gans multiguttata), el lechuzón de campo (Asio
flammeus) y el espartillero pampeano (Asthenes
hudsoni), mientras que las especies que expandie-
ron su distribución correspondieron mayormente
con aquellas asociadas a cultivos, rastrojos y ar-
Chajá ( )
Carancho ( )
Tero ( )
Torcaza ( )
Carpintero campestre ( )
Pico de plata ( )
Tijereta ( )
Golondrina ceja blanca ( )
Golondrina parda ( )
Cachirla común ( )
Misto ( )
Verdón ( )
Pecho amarillo ( )
Chauna torquata
Caracara plancus
Vanellus chilensis
Zenaida auriculata
Colaptes campestris
Hymenops perspicillata
Tyrannus savana
Tachycineta leucorrhoa
Progne tapera
Anthus correndera
Sicalis luteola
Embernagra platensis
Pseudoleistis virescens
Especies con respuesta negativa a la agriculturización Especies con respuesta positiva a la agriculturización
Pirincho ( )
Torcacita común ( )
Ratona común ( )
Cachilo ceja amarilla ( )
Chingolo ( )
Guita guira
Columbina picui
Troglodytes aedon
Ammodramus humeralis
Zonotrichia capensis
Tabla 3. Lista de especies registradas que respondieron positiva o negativamente al incremento del por-centaje de tierra dedicada a la agricultura en la ER Pampeana (fuente: adaptado de Filloy y Bellocq 2007).
17Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
boledas/construcciones (como, por ejemplo, la
paloma ala manchada Columba maculosa y el
halcón plomizo Falco femoralis Fig. 3, Tabla 4). En
este punto, resulta oportuno destacar que, si bien
Fig. 3. a) Ejemplos de dos especies que experimentaron retracción en su distribución en agroecosistemas de la provincia de Buenos Aires (el ñandú Rhea americana y la copetona Eudromia elegans) y b) de dos especies que se expandieron (el halcón plomizo Falco femoralis y la paloma de ala manchada Columba maculosa) entre 1938-1990 (Narosky y Di Giaco-mo 1993) y el presente (2006-2007; este estudio). (Fuente: adaptado de Bilenca et al. 2008). Fotos: Mauricio Earnshaw.
el número de especies que se están expandiendo
por la provincia es igual al número de especies que
se encuentran en retracción, ello no significa que
la biodiversidad se mantenga igual, ya que, por
18 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
el contrario, la identidad de las especies que se
están remplazando unas a otras es marcadamente
diferente: las aves que se retraen son especialistas
del pastizal y con un alto valor de conservación,
mientras que las aves que se expanden son muy
comunes y más generalistas, con un escaso valor
desde el punto de vista de su conservación.
De manera independiente, un estudio sobre
la estructura genética de diversas poblaciones
de ñandúes en el sudoeste de la ER Pampeana
(Bouzat 2001) concluye que la fragmentación del
paisaje agrícola es responsable del aislamiento y la
diferenciación genética local que se observa actual-
mente entre dichas poblaciones como producto
del aumento en la endocría.
Recientemente, un trabajo comparativo pre-
liminar realizado sobre los ensambles de aves en
tres de las diferentes sub-regiones de la ER Pam-
peana (Codesido et al. 2008b) reveló que tanto
la riqueza específica como la abundancia total
del ensamble de aves fueron significativamente
mayores en la Pampa Deprimida y la Pampa Inte-
rior que en la Pampa Ondulada, siguiendo así en
términos generales una relación decreciente entre
dichas variables y la agriculturización (Fig. 4). Este
patrón se repite tanto en el verano como en el
invierno, aunque en esta última estación los valo-
res de riqueza y abundancia son menores debido
fundamentalmente a la partida del componente
migratorio. Adicionalmente, se detectaron varia-
ciones entre las sub-regiones en las abundancias
de algunos de los diferentes gremios tróficos que
componen el ensamble: Así por ejemplo, las graní-
voras que se alimentan en los cultivos fueron más
abundantes en la Pampa Ondulada, las granívoras
que se alimentan en los bordes con vegetación
espontánea fueron más abundantes en la Pampa
Interior, mientras que las omnívoras y las insectívo-
ras (terrestres y de vuelo) fueron significativamente
más abundantes en la Pampa Deprimida (Codesido
et al. 2008b).
Si bien las granívoras suelen ser menos abun-
dantes en la Pampa Deprimida que en las restantes
unidades ecológicas de la ER Pampeana (Codesido
et al. 2008), se ha detectado sin embargo que
dentro de la Pampa Deprimida las abundancias
de especies granívoras como la paloma picazuró
(Columba picazuro) y la cotorra aumentan signi-
ficativamente en aquellos sitios donde concurre
la presencia conjunta de cultivos y de cortinas
forestales, ya que de este modo se ven favoreci-
das por la mayor disponibilidad de alimento y de
sitios de refugios (Codesido et al. 2006, Fig. 5).
Esta observación ha llevado a proponer que de
seguir incrementándose el porcentaje de estos
Tabla 4. Lista de especies de aves terrestres residentes que evidenciaron cambios en su distribución geo-gráfica en 32 partidos distribuidos en la provincia de Buenos Aires entre 1938-1993 (Narosky y Di Gia-como 1993) y la actualidad (2006-2007; Codesido et al. 2008a), clasificadas por el tipo de hábitat más frecuentemente utilizado por cada una de ellas. Referencias: PAL: Pasturas o pastizal alto; CES: Pasturas o pastizal corto; RAD: rastrojos, arados o disqueados; CUL: cultivos; ACO: arboledas o construcciones; VAL: vegetación sobre alambrados N: nidifica en este hábitat. (Fuente: adaptado de Bilenca et al. 2008).
19Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Fig. 4. Valores medios y errores estándar para la riqueza específica y la abundancia total del ensamble de aves en tres subregiones de la ER Pampeana, obtenidos a partir de muestreos realizados sobre tran-sectas de 20 km de largo efectuados durante el verano 2005/2006 y el invierno 2006 (Letras diferentes indican diferencias significativas; Prueba de Tukey; P<0,05; fuente: adaptado de Codesido et al. 2008b).
Fig. 5. Valores medios y errores estándar de la abundancia de aves granívoras en la Pampa deprimida en sitios con y sin presencia de cultivos y con y sin presencia de cortinas forestales. (Fuente: extraído de Codesido et al. 2006).
20 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
elementos en el paisaje se favorecería el aumento
de abundancias de aves granívoras en la Pampa
Deprimida.
Esta serie de resultados indican que la distribu-
ción de las aves en los agroecosistemas de la ER
Pampeana es la expresión de un proceso dinámico
y que en buena medida parece estar asociado a
los cambios en el uso del suelo y la oferta recursos,
en particular a la pérdida de pastizales altos y su
sustitución por cultivos y ambientes peridomésti-
cos insertos en la matriz agrícola. El efecto de la
homogenización del paisaje dado por la creciente
agriculturización afecta en forma diferencial a las
especies de aves, las cuales en algunos casos res-
ponden positivamente, en otros negativamente
y en otros de manera neutra, dependiendo de su
sensibilidad y de su plasticidad al nuevo ambiente
y a la nueva estructura del paisaje. Sin embargo,
la mayoría de las especies que cambian en su res-
puesta lo hacen en forma negativa al aumento
de la agriculturización, por lo cual un cambio a
escala regional como el que está teniendo lugar
en la ER Pampeana resultaría en la declinación de
varias especies, particularmente de aquellas que
presentan requerimientos ecológicos (de alimen-
tación, refugio y nidificación) que las hacen muy
sensibles a la calidad del hábitat de pastizales
semi-naturales como el ñandú, el inambú colora-
do (Rynchotus rufescens), el lechuzón de campo
(Asio flammeus), el pico de plata (Hymenops
perspicillatus), el espartillero pampeano (Asthe-
nes hudsoni), el espartillero enano (Spartonoica
maluroides), la ratona aperdizada (Cisthotorus
platensis), el verdón (Embernagra platensis) y
el pecho amarillo (Pseudoleistes virescens; Filloy
y Bellocq 2007, Codesido et al. 2008b).
Finalmente, otra de las aves amenazadas en la
ER Pampeana que merece una mención especial es
el cauquén colorado (Chloephaga rubidiceps, Fig.
6). Esta especie, declarada Monumento Natural
por Ley Provincial No. 12.250, tiene su zona de
invernada en el sur de la provincia de Buenos Aires,
compartiendo su distribución con otras especies
del mismo género como el cauquén común (Ch.
picta) y el cauquén real (Ch. poliocephala), y ha
sido objeto de amenaza por presión de caza (en
algunos casos por ser confundida con sus especies
congenéricas), por lo que se ha vedado la caza
de todas las especies de avutardas en el ámbito
de los partidos que conforman la ruta migratoria
y la zona de invernada de la especie (Necochea,
San Cayetano, Tres Arroyos, Patagones, Villarino,
Bahía Blanca, Coronel Rosales, Monte Hermoso y
Coronel Dorrego).
Fig. 6. Cauquén colorado (Chloephaga rubidiceps). Foto: Pablo Petracci.
21Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
En lo que respecta a los impactos de la expan-
sión agrícola sobre los mamíferos, estudios recien-
tes realizados en las áreas de frontera agrícola en
San Luis (Collado y Dellafiore 2003, Demaría et al.
2003) muestran que la fragmentación del paisaje
en el área como consecuencia de la agriculturiza-
ción medida desde la década de 1990 en adelante
trajo aparejada una reducción significativa en la
densidad poblacional de los venados de las pampas
(Ozotoceros bezoarticus).
Otro grupo que permite analizar los cambios
experimentados por la fauna silvestre en los
agroecosistemas de la ER Pampeana es el de los
pequeños mamíferos, que han sido relativamente
bien estudiados a nivel regional. La detección a
fines de la década de 1950 de la Fiebre Hemorrá-
gica Argentina (FHA), una enfermedad endémica
causada por el virus Junín y transmitida a través
de roedores (Sabattini y Maiztegui 1970), impulsó
el desarrollo de numerosos estudios ecológicos
sobre los ensambles de pequeños mamíferos en
la ER. Como parte de dichos estudios, durante las
décadas de 1960-80 se llevaron a cabo una serie de
muestreos anuales o plurianuales que dieron cuen-
ta de una marcada diferencia en la distribución de
las especies de pequeños mamíferos (en particular,
roedores) entre los diferentes tipos de hábitats que
ofrecen los agroecosistemas (Reig 1965, Crespo et
al. 1970, Dalby 1975, Busch et al. 1984, Marconi
y Kravetz 1986, Mills et al. 1991, Busch y Kravetz
1992, Bilenca y Kravetz 1995; Fig. 7): Las lauchas
del género Calomys (C. laucha, C. musculinus) son las que actualmente dominan en los campos
de cultivos que constituyen en muchos casos la
matriz del paisaje, y suelen estar acompañadas
por roedores introducidos de distribución cosmo-
polita, como el ratón doméstico (Mus musculus). Por otra parte, las especies del género Akodon
(como el ratón de Azara Akodon azarae) junto a
las especies de los géneros Oligoryzomys (colilar-
gos), Necromys (ratones oscuros) y Oxymycterus (ratones hocicudos), entre otros, son típicas de
los manchones remanentes del pastizal alto que
constituían la matriz original y que actualmente
ocupan mayormente los ambientes longitudinales
como los bordes de cultivos y los terraplenes de
ferrocarril, donde se desarrollan comunidades de
vegetación espontánea (Fig. 7). Esta serie de resul-
tados, junto con evidencias paleontológicas de los
últimos 300-1200 años (Pardiñas 1999) permiten
plantear que, al igual que lo observado en para
las plantas y las aves, la composición y abundancia
relativa de las especies que componen el ensamble
de pequeños mamíferos en los agroecosistemas de
la ER Pampeana ha cambiado profundamente en
el pasado reciente, siguiendo en parte los cambios
en el uso de la tierra.
Fig. 7. Composición porcentual promedio de los géneros de roedores encontrados en diferentes tipos de hábitat que conforman los agroecosistemas de la ER Pampeana (pastizales, campos de cultivos y bordes de cultivos; fuente: elaboración propia sobre la base de datos publicados en de Villafañe et al. 1988, Busch y Kravetz 1992, Bilenca y Kravetz 1995 y Comparatore et al. 1996).
22 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
La mayor parte de los estudios que caracteri-
zaron estos patrones de abundancia y distribución
datan de hace más de dos décadas, o sea, antes
de que tuvieran lugar los recientes cambios en la
expansión e intensificación agrícolas y la intro-
ducción masiva de la siembra directa y del doble
cultivo trigo-soja en la región. En un estudio más
actualizado efectuado entre 2003-2005 en el par-
tido de Exaltación de la Cruz (Pampa Ondulada,
provincia de Buenos Aires, Bilenca et al. 2007, Fig.
8) confirmamos que el patrón de distribución de las
especies entre los campos de cultivo (ahora bajo
siembra directa) y sus bordes es similar al registrado
décadas atrás, con predominio de Calomys en los
cultivos y de Akodon en los bordes con vegetación
espontánea, aunque en la actualidad se detecta
una mayor heterogeneidad en la abundancia y
distribución de roedores entre los cultivos que en
el pasado, que depende, por un lado, de su grado
de enmalezamiento y, por otra parte, de la fecha
de siembra (soja de primera o de segunda, etc.).
Los bordes con vegetación espontánea que
rodean a muchos cultivos continúan siendo el
tipo de hábitat que conserva la mayor riqueza y
abundancia relativa de pequeños mamíferos en el
paisaje rural (Fig. 8, Mills et al. 1991). Este aspecto
es compartido con otros grupos taxonómicos como
aves (Di Giacomo 2002, Leveau y Leveau 2004,)
plantas vasculares (Bonaventura y Cagnoni 1992,
Poggio et al. 2004) e insectos (Torreta et al. 2006).
Pese a que varios estudios realizados tanto en el
exterior (Daily 1997) como en la ER Pampeana
destacan los servicios ambientales que los bordes
de cultivos prestan a la agricultura (Szpeiner et
al. 2007) a través de la provisión de refugio para
especies de polinizadores (Torreta et al. 2006) o de
agentes de control de plagas de los cultivos (Legui-
zamón, in litt.), basta hacer un corto viaje por la ER
Pampeana para comprobar que los bordes están
desapareciendo en muchos casos a manos de los
cultivos, expandiéndose incluso por las banquinas
de rutas y caminos secundarios (Szpeiner et al.
2007). Al verse interrumpida por cultivos, la trama
de bordes y alambrados en el paisaje agrícola está
perdiendo así no sólo su papel como hábitat rema-
nente para la flora y fauna nativas, sino que podría
perder incluso su función como corredor biológico
en el paisaje, impidiéndose así la recolonización de
hábitats y el mantenimiento de la biodiversidad
(Fahrig y Merriam 1994, Fahrig 2003).
Fig. 8. Variación en la abundancia de pequeños mamíferos capturados en diferentes tipos de campos de cultivo y sus bordes adyacentes en el partido de Exaltación de la Cruz, Pampa Ondulada, provincia de Buenos Aires; 2003-2005 (fuente: adaptado de Bilenca et al. 2007). EC: Éxito de captura (%)
23Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
3.1.3. Impacto de productos fitosanitarios utilizados en la agricultura sobre la biodiversidad
Uno de los rasgos más marcados de la reciente
transformación de la agricultura argentina ha sido
el incremento en el uso de agroquímicos, y en
particular del herbicida glifosato, que acompañó el
crecimiento exponencial de la superficie manejada
bajo el sistema de siembra directa (Trigo 2005). En
la actualidad, el glifosato representa más del 60%
en volumen del total de productos fitosanitarios
comercializados en nuestro país y más del 80%
del mercado de herbicidas argentino (CASAFE
2008), por lo que ha sido objeto de una serie de
estudios, tanto en nuestro país como en el exterior,
tendientes a analizar su potencial impacto sobre
organismos no-blanco en los agroecosistemas.
El glifosato es un herbicida de amplio espectro
de acción que inhibe una enzima clave en la síntesis
de aminoácidos aromáticos (la 5-enolpyruvyl shiki-
mato 3-synthasa) y que se encuentra presente no
sólo en las plantas sino también en hongos y bac-
terias (Kishore y Shad, 1998), por lo que no puede
descartarse que estos microorganismos puedan ser
susceptibles a los efectos del glifosato.
Uno de los focos de atención del impacto del gli-
fosato se ha centrado en los organismos acuáticos,
puesto que los cuerpos de agua son ambientes que
albergan una alta diversidad biológica y a donde
suelen concentrarse localmente los agroquímicos.
En un estudio realizado en piletones artificiales o
mesocosmos bajo condiciones controladas (Pérez
et al. 2007) se ha detectado que el agregado de
glifosato en su formulación de uso comercial se
tradujo en cambios en la calidad de la luz a lo
largo de la columna de agua y en aumentos en
la concentración de fósforo. En dichos estudios
se observaron también profundos cambios en los
ensambles de microorganismos acuáticos: Mientras
el micro y el nanofitoplancton decrecieron significa-
tivamente, la abundancia de las picocianobacterias
se multiplicó por un factor de casi 40 veces respecto
del control; cambios igualmente significativos se
produjeron en la comunidad del perifiton. Estos
estudios destacan que los cambios observados en
la estructura de los ensambles de microorganismos
son más consistentes con un efecto toxicológico di-
recto que con cambios debidos al enriquecimiento
en fósforo asociado a la aplicación del glifosato,
y señalan que los cambios producidos tienen im-
portantes consecuencias potenciales para niveles
tróficos superiores y, con ello, para la estructura y el
funcionamiento de la trama trófica de los cuerpos
de agua en su conjunto (Pérez et al. 2007).
Por su parte, los experimentos de Relyea (2005)
realizados también en mesocosmos revelaron que
rangos de aplicación de glifosato de uso corriente
en la agricultura resultaron altamente letales para
renacuajos de ciertos anfibios, reduciendo la rique-
za de estas especies en un 70% y exterminando por
completo dos especies al cabo de cortos períodos
(dos semanas). Este fenómeno reviste particular
importancia a la luz de la declinación global de
anfibios que, en algunos casos, se ha visto asocia-
do con la proximidad a áreas agrícolas que usan
herbicidas (Bishop et al., 1999, Davidson et al.
2001). En Argentina, la revisión sobre este tema
por parte de Lajmanovich y Peltzer (2004, y citas
presentadas en dicho trabajo) destaca el hallazgo
de una elevada mortalidad y de malformaciones en
renacuajos de Scinax nasicus, un anfibio frecuente
de ambientes agrícolas y urbanos, cuando perma-
necieron expuestos a las dosis de uso corriente
del producto.
Si bien no se cuentan con estudios a campo
que evalúen los efectos del glifosato sobre los
mamíferos, estudios realizados en ratas preñadas
de laboratorio (Daruich et al. 2001, Dallegrave et
al. 2003) señalan que la ingesta materna de este
herbicida, durante la preñez, induce anormalida-
des funcionales en la actividad enzimática espe-
cífica en corazón, hígado y cerebro, tanto en las
madres como en los fetos, así como alteraciones
esqueléticas y mortalidad de fetos.
Los insecticidas constituyen otro grupo de
agroquímicos potencialmente riesgoso para la bio-
diversidad en los agroecosistemas. En la historia re-
24 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
ciente, un episodio de envenenamiento masivo de
aguiluchos langosteros (Buteo swansoni) ocurrido
en 1996 en su área de distribución estival en la ER
Pampeana despertó la alarma entre los integrantes
de la comunidad científica y de la conservación in-
ternacional (Di Silvestro 1996, Line 1996). Se estimó
que aproximadamente 20 mil individuos murieron
en su mayoría por intoxicación (ingestión, con-
tacto e inhalación) con monocrotofós, según se
comprobó luego mediante análisis diagnósticos de
muestras de tejidos nerviosos, plumas y contenidos
gastrointestinales de los animales colectados. Este
fenómeno suscitó posteriormente el desarrollo por
parte del INTA de un programa de monitoreo eco-
toxicológico. Los primeros resultados de dicho pro-
grama (Zaccagnini 2005) revelaron que entre 1997
y 2001 se registraron 36 incidentes de mortandad
de fauna silvestre en la ER Pampeana. Al menos
veintinueve especies silvestres resultaron afectadas
en incidentes vinculados al uso de plaguicidas,
cuyos principios activos incluyeron monocrotofós,
clorpirifós, metamidofós, dimetoato, endosulfán y
carbofurán. El mayor impacto se observó en áreas
de frontera agrícola (sur de Córdoba, norte de La
Pampa, centro y sur de Entre Ríos), donde ocurre
un reemplazo de tierras anteriormente ocupadas
por la ganadería tradicional por soja (Viglizzo et
al. 2006). Al menos cinco incidentes estuvieron
relacionados al mal uso de un plaguicida en forma
de cebos tóxicos preparados para intoxicar aves
plagas de cultivos. En una amplia encuesta desa-
rrollada a más de 4700 productores distribuidos
en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba
y La Pampa, el 16% de los encuestados respondió
haber observado fenómenos de mortandad de
fauna silvestre (Zaccagnini 2005).
Los piretroides se utilizan ampliamente en el
control de plagas debido a su baja toxicidad en
aves y mamíferos, aunque son altamente tóxicos
para los organismos acuáticos. En lo que a evalua-
ciones ecotoxicológicas se refiere, la mayor parte
de los escasos estudios disponibles en nuestro país
relativas a la incidencia de agroquímicos en las
especies locales se han centrado en la cipermetri-
na, que junto al endosulfan y al clorpirifós son los
insecticidas de uso agrícola más utilizados en el
país (Bulacio y Panelo 1999, Jergentz et al. 2004,
Carriquiborde et al. 2007). Al respecto, se ha de-
mostrado que la cipermetrina induce la apoptosis
de células nerviosas de anfibios (Izaguirre et al.
2000). La CL-50 96 h para las larvas de Bufo arena-
rum es de 110 mg/l, con valores extremadamente
inferiores a las concentraciones de uso recomenda-
das para el producto (Lajmanovich y Peltzer 2004).
Igualmente nocivos son los efectos sub-letales
producidos por la cipermetrina, como cambios
de conducta y malformaciones de los ejemplares
intoxicados. Si bien algunos resultados en peces
muestran que la exposición bajo condiciones a cam-
po no revisten un alto riesgo (Carriquiborde et al.
2007), los resultados obtenidos tanto en anfibios
(Lajmanovich y Peltzer 2004, y trabajos citados en
dicha revisión), como en crustáceos (Jergentz et al.
2004) refuerzan la hipótesis acerca de los daños
ambientales que se pueden estar produciendo
por la utilización excesiva o el uso inadecuado de
piretroides sobre la biodiversidad.
3.2. Impactos sobre la biodiversidad asociados a la intensificación de la ganadería de campo en la ER Pampeana
Existen diversas revisiones que destacan los
efectos de la ganadería sobre la biodiversidad a
distintas escalas espaciales (Fleischner 1994, Stein-
feld et al. 2006). De acuerdo a la clasificación de la
Unión Internacional para la Conservación de la Na-
turaleza (IUCN 2000), la problemática asociada a
las amenazas ocasionadas por el ganado doméstico
sobre la vida silvestre es análoga a la de los efectos
ocasionados por otras especies invasoras, ya que se
trata de especies establecidas que frecuentemente
plantean amenazas a las especies nativas.
En Argentina, la provincia de Buenos Aires
reúne cerca del 40% del rodeo bovino y alberga
íntegramente a la Pampa deprimida, uno de los
25Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
ecosistemas de pastizales más extensos y principal
región de cría bovina del país. Al mismo tiempo, la
Pampa deprimida es también uno de los sistemas
de pastizales más estudiados de nuestro país en lo
que se refiere a sus características ecológicas y a los
efectos de la ganadería sobre la vegetación. Por
estas razones, la mayor parte de esta revisión sobre
los efectos de la ganadería sobre la biodiversidad
se referirá a esta unidad ecológica, aunque inclui-
remos también menciones a estudios realizados en
otros pastizales realizados dentro de la ER fuera
de la Pampa deprimida.
3.2.1. Impactos sobre la vegetación
Al igual que lo observado para el caso de áreas
eminentemente agrícolas de la ER Pampeana (ver
3.1.1.), recientes estudios comparativos han detec-
tado profundos cambios en la composición botá-
nica de las comunidades vegetales que integran
los pastizales de la Pampa deprimida. Los cambios
promovidos por el disturbio antrópico extensivo
durante las últimas 3-4 décadas de las comunida-
des de ambientes mesofíticos y halofíticos en el
pastizal del norte de la Depresión del Salado inclu-
yeron modificaciones en los regímenes de sequía e
inundación como resultado de la construcción de
caminos y canales, la introducción y naturalización
de numerosas especies vegetales y animales y la
intensificación en el uso agropecuario de la tierra
(Burkart et al. 2004, Trillo et al. 2004). Esta serie
de cambios se tradujo en aumentos significativos
en la riqueza total por sitio (particularmente a
expensas del aumento en la riqueza de especies
exóticas), en la riqueza de grupos funcionales y en
la cobertura total. En la pradera de mesofitas, el
número total de exóticas aumentó de 22 a 27% (39
a 54 especies), principalmente por especies anuales
de estación fría (13 especies; Trillo et al. 2004). En
este ambiente, la tasa de arribo de especies fue
mayor y la tasa de extinción local de especies que
en la estepa de halófitas (Puhl et al. 2006), lo que
reflejaría diferencias en la conectividad y en el
nivel de estrés ambiental entre los sitios de ambas
comunidades.
Diversos estudios encuadran a los pastizales de
la Pampa deprimida dentro de aquellos considera-
dos vulnerables y tendientes a registrar significati-
vos cambios estructurales frente a la acción de los
herbívoros (Milchunas et al. 1988, Jacobo 2005,
Noy-Meir 2005). Las alteraciones del pastizal atri-
buidas al pastoreo datan del siglo XVI, cuando se
introdujeron herbívoros domésticos que circulaban
libremente y se han agudizado en los últimos 100
años debido a que se limitó su desplazamiento por
la construcción de alambrados y de aguadas (ver
2.1.). El pastoreo continuo y altamente selectivo al
que han sido sometidos los pastizales ha provocado
alteraciones en su estructura y funcionamiento
(Deregibus y Soriano, 1981). Entre los principales
cambios estructurales derivados del pastoreo con-
tinuo se documenta el reemplazo de especies nati-
vas perennes, en general gramíneas de alto valor
forrajero, por dicotiledóneas y gramíneas anuales,
en su mayoría exóticas y por lo general de escaso
o nulo valor forrajero (Deregibus y Cahuepé 1983,
Sala et al. 1986, Sala 1988) y la miniaturización
de las matas bajo pastoreo continuo, indicando
probablemente una reducción en el vigor de las
plantas (Sala 1988). También se ha encontrado una
relación negativa entre la intensidad de pastoreo
y la densidad de gramíneas invernales, atribuida
al sobre-pastoreo inverno-primaveral de las áreas
más altas del paisaje donde abundan estas especies
(Agnusdei 1991).
Estas modificaciones estructurales constituyen
claros síntomas del proceso de deterioro que
sufren los pastizales del área (Jacobo 2005). No
obstante, el esquema de estados y transiciones
de la vegetación herbácea desarrollado para
vastas zonas del centro de la Pampa deprimida
(Chaneton 2006) muestra que las inundaciones
periódicas que afectan a los campos de pastoreo
pueden ser consideradas un „subsidio natural‰ que
restituye su integridad funcional y su capacidad
productiva frente al deterioro inducido por el uso
pastoril (ver también Insausti et al. 2005). Esto es
así debido a muchas plantas nativas palatables y
de valor forrajero que habitan áreas inundables
26 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
suelen presentar características (adaptaciones)
fisiológicas, anatómicas o de comportamiento
que les permiten ajustarse en forma flexible a las
condiciones impuestas por las inundaciones y re-
vertir la dominancia de aquellas especies o grupos
funcionales de escaso valor forrajero (como las
dicotiledóneas en roseta) que tienden a prevalecer
en los campos luego de períodos prolongados de
pastoreo continuo. Otros esquemas similares de
estados y transiciones han sido elaborados para di-
versas comunidades herbáceas de la ER Pampeana,
como el pajonal de paja colorada (Paspalum qua-
drifarium) al sur de la Pampa deprimida (Laterra
et al. 1998), los pastizales semiáridos de San Luis
(Aguilera et al. 1999) y para las comunidades de
los suelos arables de la Pampa Ondulada (Ghersa
2005, 2006), entre otros.
A los impactos ya mencionados producidos por
el pastoreo continuo, se ha sumado en la última
década un nuevo impacto asociado al rociado
con glifosato de los campos a fines del verano,
una práctica que se ha ido expandiendo entre los
productores ganaderos de la Pampa Deprimida
(Jacobo et al. 2008, Rodríguez et al. 2008 a,b,
Fig. 9). El propósito de este manejo tiene como
objetivo eliminar parte de la producción vegetal
de los pastos en el verano para así promover la
germinación y establecimiento de gramíneas anua-
les de estación fría (con síndrome fotosintético de
tipo C3) y, de este modo, ofrecer mayor forraje
para superar el llamado „bache invernal‰. Si bien
se ha registrado que la aplicación de glifosato a
fines del verano efectivamente se traduce en un
aumento posterior de la producción invernal, se
ha detectado al mismo tiempo que esta práctica
reduce la riqueza específica de los pastizales y la
cobertura basal de leguminosas y de pastos peren-
nes de tipo C3, de alto valor forrajero, y promueve
Fig. 9. Efecto del rociado con glifosato en pastizales de la Pampa deprimida. Foto: Fernando Miñarro (FVSA).
27Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
en cambio el establecimiento de pastos rastreros
como el gramón (Cynodon dactylon). Este proce-
so afecta a su vez el banco de semillas del pastizal
y promueve entonces el deterioro, en el mediano
plazo, del recurso forrajero (Jacobo et al. 2008,
Rodríguez et al. 2008 a,b).
3.2.2. Impactos sobre la fauna
Según diversas estimaciones, se calcula que
la ER Pampeana alberga alrededor de 300-400
especies de aves (Narosky y Di Giacomo 1993,
Krapovickas y Di Giacomo 1998) y constituye uno
de los 37 biomas de América que tienen grupos de
especies característicos (Stotz et al. 1996). En efec-
to, en Argentina existen 239 especies consideradas
restringidas a biomas según la clasificación de Stotz
et al. (1996), de las cuales, en un primer listado
preliminar, se han detectado catorce especies que
son típicas de la ER Pampeana (Di Giacomo et al.
2007), aunque es probable que habiten en ella
alrededor de 50-60 especies de aves estrictas del
pastizal (Krapovickas y Di Giacomo 1998, Bilenca
y Miñarro 2004). Al mismo tiempo, este vasto
sistema de pastizales templados provee hábitat
para un importante número de especies de aves
amenazadas, tanto residentes como migratorias
(Blanco et al. 2004; Di Giacomo et al. 2007, Co-
desido y Fraga, ms).
Al igual que lo detectado para el caso de los
impactos generados por la expansión e intensifi-
cación de la agricultura, los cambios generados
por el pastoreo, y en particular por el pastoreo
continuo, sobre la estructura de la vegetación han
provocado a su vez diversas respuestas por parte
de las especies de aves (Comparatore et al. 1996,
Blanco et al. 2004, Isacch et al. 2005, García et al.
2008). Así, mientras algunas especies se han visto
afectadas no solo por la agriculturización sino
también por el sobre-pastoreo o el pisoteo de
nidos (Fernández et al. 2003, Cozzani et al. 2004),
otras especies como el Playerito canela (Tringytes
subruficollis), entre otras, requieren pastizales de
bajo porte para prosperar, como los que ofrecen en ciertos casos los potreros que han sido fuerte-
mente pastoreados (Lanctot et al. 2002, Blanco et
al. 2004). En algunos casos, como en los pajonales
de paja colorada (Paspalum quadrifarium), se ha
observado que un 90% de la riqueza de especies
de aves presentes en la matriz del pastizal fueron
registradas en hábitats con predominio de P. qua-
drifarium, y que un tercio guarda una estrecha
dependencia con el pajonal por requerimientos
de alimento, refugio y nidificación (Comparatore
et al. 1996). En otros casos, como en los pastizales
semiáridos de San Luis, la mayor riqueza y diversi-
dad de aves (y de la vegetación) se detecta en los
pastizales mixtos sometidos a una moderada carga
ganadera respecto del sorgastral de Sorghastrum
pellitum que era dominante en la matriz original
del paisaje (Isacch et al. 2002, 2005). Más reciente-
mente, un trabajo realizado en pastizales de altura
en Córdoba (García et al. 2008) ha revelado que la
exclusión del ganado, llevada a cabo como parte
del manejo de un área protegida recientemente
creada, se tradujo en una significativa reducción
de la riqueza y abundancia de aves, lo que llevó
a recomendar que, en áreas donde los herbívoros
nativos se hayan extinguido localmente y no sea
factible su reintroducción, se mantengan áreas
con baja carga ganadera para mantener la riqueza
de aves, procurando a su vez que se realice en lo
posible un manejo del ganado que imite las fluc-
tuaciones temporales que anteriormente llevaban
a cabo los herbívoros nativos, como el guanaco
(Lama guanicoe).
La introducción del ganado afecta también de
manera significativa a diversas especies de mamí-
feros, en particular herbívoros, ya que compiten
por el mismo recurso forrajero. El cono sur sud-
americano ofrece varios ejemplos de interacciones
entre ganado introducido y ungulados nativos
que son objeto de interés para la biología de la
conservación (Veblen et al. 1992, Baldi et al. 2001,
Frid 2001). Uno de los casos mejor documentados
en la ER Pampeana es el del venado de las pam-
pas (O. bezoarticus), quien en el pasado reciente
28 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
fuera una de las especies de cérvidos autóctonos
más abundantes y ampliamente distribuidas por
pastizales y sabanas de América del Sur (Cabrera
y Yepes 1960).
Diversas evidencias señalan que la introducción
del ganado doméstico afectó a los venados de las
pampas. Estudios en la población de O. b. celer de
la provincia de San Luis (Dellafiore et al. 2001) de-
tectaron que los porcentajes de campos destinados
a la agricultura, la carga ganadera y el grado de
división de los potreros afectaron negativamente
la densidad de venados. En el núcleo poblacional
de la provincia de Buenos Aires, estudios de ra-
diotelemetría (Vila et al. 2008) indicaron que la
selección de hábitat de los venados era afectada
por la presencia del ganado vacuno, de modo tal
que los individuos tendían a ocupar áreas libres de
ganado y sus áreas de acción eran más extensas
cuando el ganado era retirado. Adicionalmente,
estudios sanitarios realizados sobre la población
de venados (Uhart et al. 2003) indican que éstos
poseían anticuerpos contra Leptospira sp. y virus
de ParaInfluenza-3, y que ambos eran compartidos
también con el ganado vacuno, lo que marca el
riesgo potencial de transmisión de enfermedades
entre ambas especies.
Otro de los grupos en los que se han detectado
efectos asociados a la ganadería sobre los mamí-
feros de la ER Pampeana es el de los edentados
(Abba et al. 2007), grupo en el que se registró,
por ejemplo, que la mulita (Dasypus hibridus)
selecciona los pastizales semi-naturales y evita las
pasturas implantadas de uso ganadero.
Algunos de los impactos de la ganadería inten-
siva de campo pueden derivar en efectos sobre la
artropofauna como consecuencia del tratamiento
del ganado con antiparasitarios. Por ejemplo, se
ha comprobado que la ivermectina eliminada por
bovinos tratados en otoño afecta la colonización
natural de la materia fecal por parte de adultos y
larvas de dípteros nematóceros y braquíceros y de
ácaros gamásidos, actinédidos y acarídidos, lo que
demora la degradación de las heces en el ambiente
(Iglesias et al. 2005).
4. Recomendaciones de manejo
En los agroecosistemas de la ER Pampeana,
tanto la producción de alimentos, fibras y biocom-
bustibles como la conservación de la biodiversidad
dependen de las mismas tierras. En los últimos
años, se han desarrollado a nivel regional estudios
y marcos conceptuales que procuran atender los
conflictos potenciales entre la producción, la con-
servación de la diversidad biológica y la provisión
de servicios ambientales en la ER Pampeana (Noy-
Meir 2005, Paruelo et al. 2006, Rótolo et al. 2007,
entre otros). Por ejemplo, para resolver los casos
de conflictos potenciales entre el uso ganadero de
la tierra y la conservación de la biodiversidad, se
han formulado soluciones segregativas, integra-
doras o mixtas que son adecuadas para distintas
condiciones ecológicas, de acuerdo al efecto de la
carga animal sobre la diversidad vegetal (Noy-Meir
2005, Tabla 5).
Los antecedentes disponibles para pastizales de
nuestro país, permiten proponer, por ejemplo, para
el caso de la estepa patagónica, que la solución del
conflicto entre la ganadería y la conservación de la
biodiversidad, aunque necesariamente segregativa
en algunas comunidades más susceptibles, podría
ser integradora o mixta en la mayor parte de las
comunidades de esta región, aunque en ese caso
deberían utilizarse cargas más bajas o más flexibles
que las practicadas en el siglo XX (Borrelli y Oliva
2001, Cingolani et al. 2005). Para los pastizales de
las Sierras de Córdoba, donde se registró un efecto
positivo del pastoreo bovino a carga moderada
sobre la diversidad de plantas nativas (Díaz et al.
1994, Pucheta et al. 1997, Cingolani et al. 2003),
se puede deducir que la producción ganadera sus-
tentable (a cargas moderadas y sin intervenciones
drásticas en la vegetación) es compatible con la
conservación de la biodiversidad vegetal nativa
y que, por lo tanto, una solución integradora del
conflicto es factible (Noy-Meir 2005).
En lo que se refiere a la resolución del conflicto
ganadería-biodiversidad para la ER Pampeana, los
antecedentes disponibles señalan una gran sus-
29Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
ceptibilidad de estos pastizales a la herbivoría (ver
3.2.1.), lo que sugiere la necesidad de implementar
soluciones segregativas, aunque existen también
algunos ejemplos de pastizales con manejos que
han ofrecido mayores valores de diversidad con
cargas moderadas (Rusch y Oesterheld 1997, Isach
et al. 2002, 2005), por lo que las soluciones inte-
gradoras o mixtas también serían factibles.
Como de momento faltan conocimientos
científicos y experiencia práctica para definir en
muchos casos y de manera precisa el manejo re-
querido para las soluciones de tipo integradoras,
una solución mixta, que reserva una parte del área
para un manejo orientado exclusivamente a la
conservación, sería una recomendación más segura
en esta situación (Noy-Meir 2005). En el caso que
nos ocupa, cabe señalar que es altamente desea-
ble que se establezcan nuevas áreas protegidas
en la ER Pampeana ya que, de acuerdo con datos
oficiales (Burkart 2006), la superficie cubierta por
algún tipo de área protegida en la ER Pampeana
apenas alcanza al 1,05%, cifra que está muy por
debajo de las recomendaciones internacionales
en la materia, y que señalan que una eco-región
debería contar con al menos un 10-15% bajo algún
tipo de protección (pública, privada, de uso total-
mente restringido o bajo cierto tipo de manejo,
etc.). Al respecto, los esfuerzos de identificación
de áreas de interés para la conservación en la ER
Pampeana, como las Áreas Valiosas de Pastizal
(AVPs) (Bilenca y Miñarro 2004), o las Áreas de
Importancia para la Conservación de las Aves
(AICAs, o IBAs, por su sigla en inglés, Di Giacomo
et al. 2007), permiten ser optimistas, ya que se po-
dría elevar el valor de la superficie protegida actual
del 1% a un potencial que podría rondar entre el
4-10% (Miñarro y Bilenca 2008; Fig. 10).
Al mismo tiempo, no es menos cierto que en el
contexto de profunda fragmentación del paisaje
pampeano, tanto las áreas protegidas que ya estén
creadas como las que puedan crearse en un futuro
no pueden ser concebidas como unidades separa-
das de su entorno, ya que la evidencia indica que su
aislamiento conducirá también inevitablemente a
una pérdida de su biodiversidad (Forman y Godron
1986, Fahrig 2003). Si aceptamos que vastas áreas
originalmente naturales de la región pampeana ya
han sido virtualmente transformadas en sistemas
domesticados conviene entonces discutir acerca
de las opciones que contamos hoy para llevar a
cabo dicho proceso de domesticación de modo tal
que la transformación de los paisajes y ecosistemas
redunde en un bienestar humano en equilibrio con
su entorno (Kareiva et al. 2007). En las siguientes
secciones procuraremos analizar algunas de las
alternativas de manejo disponibles para conciliar
esta serie de objetivos.
Tabla 5. Soluciones posibles del conflicto entre la ganadería y la conservación de la biodiversidad (fuente: extraído de Noy-Meir 2005).
30 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Fig. 10. Localización de las Áreas Valiosas de Pastizal (AVPs o VGAs, Bilenca y Miñarro 2004) y de las Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves (AICAs, o IBAs, Di Giacomo et al. 2007) identificadas para las ER Pampeana y Campos (fuente: extraído de Miñarro y Bilenca 2008).
4.1. Restauración de pastizales
Con frecuencia sucede que la percepción de la
opinión pública en materia de conservación de la
diversidad biológica suele estar orientada hacia la
protección de los bosques o de las costas, mientras
que otros tipos de ecosistemas, como los pastiza-
les naturales, suelen recibir menor atención. Y sin
embargo sucede que, para una parte significativa
de la vida silvestre que habita en los pastizales, la
desaparición de una hectárea de pastizal genera
los mismos efectos sobre la flora y la fauna a los
que pueden padecer los animales en los bosques
nativos cuando se practican tareas de desmonte, o
a las que pueden estar expuestos las aves costeras
y los mamíferos marinos cuando se produce un
derrame de petróleo.
En las últimas décadas, se ha impulsado el
desarrollo de técnicas de restauración ecológica
mediante las cuales se procura el retorno de un
ecosistema degradado hacia otro estado deseado
de características similares al original mediante
una aceleración de los cambios biológicos (Hobbs
y Norton 1996). Investigadores del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (1992)
optaron por desarrollar una definición operativa
de la restauración ecológica en la cual se incluye:
1. una identificación de los valores, bienes y
servicios deseables del ecosistema, determinados
a través de mecanismos científicos y de consulta
popular,
2. una identificación de los componentes
funcionales y estructurales que son esenciales para
el autosostenimiento del sistema y que son los que
31Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
proveerán dichos elementos, y finalmente
3. una facilitación de la recuperación del
sistema hacia un estado de autosostenimiento
mediante la manipulación de los aspectos físicos,
químicos, biológicos e incluso sociales o culturales
del sistema.
Bajo esta definición, un ecosistema restaurado
no tendrá necesariamente ni la misma biodiversi-
dad, ni las mismas tasas de producción o de recicla-
do de nutrientes que un sitio similar no perturbado,
pero los roles funcionales serán restablecidos de
modo tal que el sistema sea autosostenible. Los
servicios del ecosistema a los que se refiere la
definición operativa arriba mencionada pueden
ser entendidos como cualquier función ecológica
que sea percibida como beneficiosa por la socie-
dad, como la regulación del clima, el reciclado de
nutrientes, el control de la erosión, la producción
de alimentos y materias primas, los recursos ge-
néticos, o los fines estéticos o recreativos, entre
muchos otros.
En el caso que nos ocupa de los pastizales
templados de la ER Pampeana, diversos estudios
señalan acerca de las buenas posibilidades de
restaurar pastizales en zonas en las que éstos han
sido alterados por efecto del pastoreo o por la sus-
titución por pasturas implantadas. Investigaciones
realizadas tanto en la Pampa Deprimida (León et
al. 1984) como en la Pampa Ondulada (Ghersa y
León 1999) han detectado que los pastizales que
se han regenerado por sucesión secundaria a par-
tir de pasturas implantadas envejecidas alcanzan
en un lapso relativamente breve una estructura,
diversidad y composición florística semejantes a la
de la comunidad original. La sucesión post-agrícola,
en cambio, muestra que la dominancia de espe-
cies exóticas en los campos abandonados persiste
luego de 20 años de interrupción de la agricultura
(Omacini et al. 2005) por lo que la recuperación de
pastizales a partir de campos de cultivos abando-
nados estaría más comprometida que en el caso
de las pasturas implantadas.
Hasta el presente, buena parte de los estudios
sobre la restauración ecológica se han basado en
el desarrollo de métodos ad hoc. Es de esperar
que en la medida en que se logre consolidar su
marco conceptual, la ecología de la restauración
se transforme en una ciencia de gran aplicabilidad,
capaz de aprender rápidamente de sus propios
errores y de evaluar y difundir velozmente sus
ideas y sus nuevas técnicas. Esto se vuelve crucial
en un mundo donde la restauración puede ser, al
menos en algunos casos como en la ER Pampea-
na, la única manera de preservar la diversidad,
la estructura y el funcionamiento de ecosistemas
altamente degradados.
4.2. Algunas recomendaciones de manejo ganadero para su aplicación en la ER Pampeana
Una reciente evaluación de la producción ga-
nadera vacuna en la ER Pampeana (Rótolo et al.
2007) señala que los pastizales naturales ofrecen
la alternativa de producción ambientalmente más
sustentable y de menor impacto, en comparación
con las pasturas implantadas o los sistemas basados
en la alimentación a base de raciones (maíz).
Si bien los índices reproductivos que detenta
la ER Pampeana son los mayores de todas las re-
giones ganaderas del país, dichos valores son aún
relativamente bajos y deberían ser incrementados
para así aumentar la rentabilidad y satisfacer la
demanda (la tasa de destete para la ER Pampeana
ha sido estimada en alrededor de 70%, Vázquez et
al. 2005, Rearte 2007). Esta situación tiene una de
sus principales limitantes en acceso y/o adopción
por parte de los productores del conocimiento y
las tecnologías disponibles. Al respecto, en los úl-
timos años se han generado conocimientos en los
pastizales pampeanos acerca de la ecofisiología de
las plantas forrajeras, de las dinámicas del carbono,
el agua y los nutrientes, y sobre los requerimientos
y comportamientos del ganado doméstico, de
cuya aplicación se puede proponer un manejo de
los pastizales naturales con bases ecológicas que
32 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
permita no sólo revertir el deterioro causado por
el pastoreo tradicional, sino también conservar
la biodiversidad y mejorar la producción animal
(Jacobo 2005, Jacobo et al. 2006).
El manejo alternativo al tradicional manejo de
pastoreo continuo, y que ha sido dado en llamar
pastoreo controlado (Deregibus et al. 1995,
Jacobo 2005, Jacobo et al. 2006) consiste en la
aplicación de disturbios, principalmente pastoreos
con altas cargas instantáneas y, eventualmente,
desmalezadas o quemas, seguidos por descansos
de duración variable.
En el manejo controlado, la intensidad y el
momento de pastoreo, así como la duración del
período de descanso, se determina según los
objetivos perseguidos, ya sea que se trate de a)
la recuperación del vigor de las plantas más pa-
latables, mediante descansos; b) la modificación
de la relación de selectividad entre las especies, al
inducir el consumo de las plantas menos preferidas
mediante pastoreos intensos; c) el sombreo de las
especies planófilas y rastreras durante los descan-
sos; d) la floración y fructificación de especies que
se desea promover, mediante descansos en la épo-
ca adecuada; e) la promoción de la germinación
y establecimiento de especies anuales, mediante
pastoreos al comienzo del ciclo y descansos pos-
teriores ó f) permitir el envejecimiento y hasta la
senescencia del material si se desea aumentar la
broza del suelo, entre otros (Jacobo 2005).
Un aspecto central asociado a este manejo
consiste en reconocer en el terreno las diferentes
comunidades vegetales y apotrerar los campos en
comunidades que sean relativamente homogéneas
en lugar de utilizar un criterio de diseño puramente
geométrico para la división de los potreros.
En ensayos realizados en campos de cría de la
Pampa Deprimida (Jacobo et al. 2006) se detecta-
ron importantes cambios en las proporciones de
distintos grupos funcionales que resultaron favore-
cidos o no por la metodología de pastoreo, tanto
en las comunidades de media loma como en los
bajos dulces. De este modo, los campos manejados
bajo pastoreo controlado incrementaron signifi-
cativamente su índice de valor zootécnico (IVZ),
alcanzando en algunos casos los mayores valores
citados para pastizales de la Pampa Deprimida
(Jacobo 2005). En efecto, la comunidad de media
loma pastoreada en forma controlada presentó
mayor proporción de leguminosas y de gramíneas
invernales, y una menor proporción de gramíneas
estivales rastreras que los campos bajo pastoreo
continuo, a la vez que mostró un suelo con mayor
proporción de broza y menor presencia de suelo
desnudo. En la comunidad de los bajos dulces, se
observaron cambios en el mismo sentido, a los que
se le sumaron también aumentos de significativos
de otros grupos funcionales como gramíneas pa-
lustres y disminución de dicotiledóneas.
Los buenos resultados del sistema de manejo
controlado permiten ser optimistas respecto a su
capacidad de incrementar tanto la rentabilidad
como los índices de producción de los estableci-
mientos ganaderos de la Pampa Deprimida bajo un
esquema sustentable para el ecosistema, aunque
resta de momento complementar estos estudios
con evaluaciones que analicen la respuesta de la
biodiversidad a los diferentes tipos de manejo
ganadero.
De manera adicional al manejo de pastoreo
controlado, otro estudios han hecho énfasis en
la posibilidad de aprovechar las oportunidades
que se generan con los pulsos de inundación que
periódicamente afectan a vastas zonas del centro
de la Pampa deprimida para implementar formas
de manejo del pastoreo que ayuden a controlar
las especies de baja calidad forrajera y a promover
aquellas de mejor calidad (Insausti et al. 2005,
Chaneton 2006). En efecto, se puede procurar „em-
pujar‰ al sistema hacia el estado deseado según las
condiciones hídricas, y aprovechar una inundación
que elimine las malezas y facilite la recuperación
de los pastos hidrófitos. La inundación prolonga-
da, junto con la exclusión del pastoreo durante y
después del evento, pueden acelerar este proceso,
recuperando así la productividad del pastizal.
33Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
4.3. Algunas recomendaciones de manejo agrícola para su aplicación en la ER Pampeana
Durante los últimos años, algunas de las princi-
pales asociaciones de productores agropecuarios,
lideradas por la Asociación Argentina de Producto-
res de Siembra Directa (Aapresid) se han lanzado al
desarrollo de lo que han dado en llamar sistemas
de „agricultura certificada‰. De acuerdo con esta
ONG, la agricultura certificada es producto de una
nueva visión enfocada en el desarrollo de un siste-
ma de gestión de calidad ambiental y productiva
en agricultura de conservación, con potencialidad
de ser certificable (ver www.aapresid.org.ar). Se
trata de un „sistema en siembra directa‰ donde,
además de suprimir la labranza y contener en
superficie residuos orgánicos en descomposición,
se incorpora un conjunto de herramientas que
reciben el nombre de Buenas Prácticas Agrícolas
(BPAs). Estas prácticas consisten en la rotación
de cultivos de cobertura, manejo integrado de
malezas, insectos y enfermedades, nutrición ba-
lanceada y restitución de nutrientes, uso racional
y profesional de insumos externos, registro de las
tareas y productos, que junto a la sistematización
de esa información conforman las bases para un
certificado de calidad de procesos y productos.
De acuerdo a las últimas informaciones disponi-
bles, actualmente Aapresid trabaja en el desarrollo
de los protocolos técnicos de buenas prácticas
agrícolas e indicadores de calidad ambiental que
serían incluidos dentro del sistema de calidad.
Inicialmente, los indicadores son físicos, químicos
y bioquímicos, y no se incluyen, al menos de mo-
mento, indicadores biológicos.
En el caso particular de la Pampa ondulada,
área predominantemente agrícola de la ER Pam-
peana, los antecedentes disponibles indican que los
efectos indeseados de la generalización del cultivo
de soja podrían atenuarse con una red de corre-
dores con vegetación natural o espontánea y con
alta diversidad biológica (Szpeiner et al. 2007). Los
márgenes de los cultivos, los cercos y los bordes de
los caminos pueden convertirse en tales corredores
y, así, contribuir a mantener la biodiversidad de los
paisajes agrícolas (Di Giacomo 2002, Bilenca et al.
2007 Zaccagnini y Calamari 2001). Adicionalmen-
te, los corredores proveen otra serie de servicios
ambientales que incluyen a) su importancia como
barreras contra el viento y como agentes atenua-
dores de la erosión del suelo, que contribuye a
conservar la fertilidad de los suelos agrícolas y a
regular la disponibilidad de agua en ellos, b) su
papel como barrera contribuye adicionalmente a
disminuir el riesgo de contaminación del aire por
pesticidas, y c) su papel como zona de transición
entre cultivos se traduce en una acción como fil-
tro y barrera que impide que un cultivo genere, a
través de un flujo de organismos, efectos adversos
en otros cultivos, reduciendo así la propagación de
malezas, hongos, bacterias o nematodos (Szpeiner
et al. 2007).
Sin embargo, los efectos benéficos mencio-
nados de los corredores provienen de estudios
realizados en parte en otras eco-regiones, y dado
que los procesos biológicos suelen ser, al menos
en parte, específicos de cada agroecosistema, es
preciso profundizar desarrollando una agenda de
investigación en este aspecto a escala regional y
local.
En lo que respecta al uso apropiado de agroquí-
micos, algunas de las evaluaciones más recientes
en la ER Pampeana, en particular con insecticidas,
dan cuenta de fuertes desviaciones en el grado de
seguimiento de las indicaciones de los marbetes,
tanto en lo referente a la correcta elección del
producto como a la utilización de las dosis reco-
mendadas de las aplicaciones realizadas (Zaccag-
nini 2005): En efecto, el relevamiento indicó que
cerca del 38% de la superficie relevada fue tratada
con productos mal seleccionados, y del 55%-63%
de dosis utilizadas incorrectamente en aquellos
productos bien seleccionados (Zaccagnini 2005).
Todo lo expuesto resalta la necesidad de reforzar
las actividades de extensión en relación al uso de
insecticidas para controlar las plagas en cultivos
y pasturas.
34 Impactos de la actividad agropecuaria sobre la biodiversidad en la ecorregión pampeana
Por su parte, en lo referente al uso de herbici-
das y los fenómenos de resistencia, las soluciones
propuestas para esta situación, actualmente en
estudio, serían las rotaciones de cultivos y de
herbicidas, el uso de formulaciones mejoradas y
la conservación de áreas con vegetación natural
(Papa 2005).
Finalmente, en lo que se refiere al riesgo de
salinización inducido por plantaciones en la ER
Pampeana se ha propuesto que la intensidad del
proceso de salinización podría reducirse con plan-
taciones de baja densidad capaces de mantener
un menor consumo de agua freática y que la apli-
cación de sistemas silvopastoriles que combinan
forestación con pastizales o pasturas subyacentes
pueden representar un alternativa de menor im-
pacto. (Jobbagy et al. 2006).
5. A modo de conclusión
En la definición dada al inicio de este traba-
jo hemos señalado que el establecimiento de
agroecosistemas tiene por objeto la producción
de alimentos y otras materias primas. No obstan-
te, también es cierto que otro aspecto distintivo
de dicha definición es que se tratan de sistemas
manejados con diversos propósitos. En la actua-
lidad hay un creciente consenso en la necesidad
de ampliar el rango de objetivos de manejo en los
agroecosistemas de modo tal que, sin resignar el
objetivo productivo como un aspecto central, se
contemplen también simultáneamente la concre-
ción de otros objetivos adicionales de similar valor
e importancia, como la mitigación del cambio glo-
bal, la reducción de riesgos de contaminación, el
mantenimiento de la correcta provisión de servicios
ambientales (muchos de los cuales redundan a su
vez en una mayor producción), o la conservación
de la diversidad biológica, entre otros. La inclusión
de estos objetivos implica concebir a la actividad
agropecuaria como una tarea llevada a cabo por
manejadores del ambiente, y no tan sólo por pro-
ductores, como suele describirse habitualmente a
quienes trabajan en el campo.
Por todo lo expuesto hasta aquí, puede con-
cluirse que los pastizales templados en la ER Pam-
peana han recibido el los últimos cinco siglos, y en
particular en los últimos 10-20 años, una serie de
fuertes impactos que han comprometido seriamen-
te al sostenimiento de su biodiversidad, aunque la
magnitud de dichos impactos varía espacialmente y
según las especies consideradas. Si a esto se le suma
la falta de interés que suele despertar la conserva-
ción por este tipo de bioma en la opinión pública
en relación a otros ambientes como los bosques o
las costas, la situación se vuelve aún más compleja.
Sin embargo, por lo desarrollado también en este
trabajo, hemos detectado que muchas acciones en
pos de la conservación de los pastizales naturales
y su biodiversidad están a nuestro alcance, por lo
que este objetivo representa un verdadero desafío
y requiere de una rápida respuesta de todos los
actores involucrados.
6. Agradecimientos
Este trabajo fue realizado con el apoyo del
CONICET y de subsidios otorgados por la Univer-
sidad de Buenos Aires (UBACyT X282; X406) y del
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA, PNECO 1302). A Ulises Martínez Ortiz por
su lectura crítica del manuscrito, a todos quienes
gentilmente han facilitado las fotos que ilustran el
trabajo, y a todos los investigadores que con su tra-
bajo han contribuido a enriquecer esta revisión.
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