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tas. T u eres nuestro Augusto, oh Cesar emperador de los romanos, quien porprovenir de la mas noble sangre de Crecia sobrepasa a los griegos en poder,domina a Jos romanos por derecho de herencia y aventaja a ambos en sabidu-ria y elocuencia"48.

Pero el 16 de febrero del 1001 el mismo Otto III debio abandonar Romaante las luchas de las facciones locales que se Ie habfan rebelado y falJecio unailO despues, sin sucesion y sin haber visto cumplidos sus sueilOs de la restaura-cion imperial. Un ana mas tarde murio Silvestre II.

CAPlTULOXV

LA SOCIEDAD FEUDAL

Los canstitutivos del sistema feudal: vasallaje y beneficia

EI concepto de feudalismo es diffeil de precisar porque pretende abarcar unsistema muy complejo mencionando solo uno de los elementos que entraronen su composicion: el feudo.

Cabe senaJar que ni los pueblos germanos, ni los indfgenas romanizados,partfan de experiencia alguna que les permitiera concebir con claridad Jas razo-nes por las que debfan obedecer a un rey en los nuevos espacios polfticos quese fueron organizando.

Entre la experiencia polftica tribal de Jos germanos y la concepcion imperialromana no habfa nada en medio. Es erroneo decir que eI feudalismo reconstru-yo 0 salvo las unidades polfticas existentes, sino que, a traves de un Jento ycomplejo proceso historico, dio Jugar a nuevas formas de agrupamiento polIti-co y coexistencia. El feudaJismo no fragmento a Europa, sino que trato de su-perar la fragmentacion cuando la anterior forma de union ya no era valida.Caracterfsticas tfpicas de esta sociedad feudal fueron: desarrollo considerable

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de 105 vfnculos de dependencia entre 105 hombres; fraccionamiento extraordi-nario del derecho de propiedad; jerarqufa de derechos sobre la tierra que sederivaban de ese mismo fraccionamiento, y, finalmente, division del poderpublico que creo en cada zona una jerarqufa de poderes autonomos.

Un autor define al feudalismo como "un conjunto de instituciones que creany rigen obligaciones de obediencia y servicio -principalmente militar- pOI'parte de un hombre libre, llamado vasallo hacia un hombre libre lIamado sei'iory obligaciones de proteccion y sostenimiento pOI'parte del senor con respectodel vasallo, dandose el caso de que la obligacion de sostenimiento tllviera lamayorfa de las veces como efecto de la concesion pOI' parte del senor al vasallode un bien llamado feudo"!.

Los orfgenes de las instituciones felldo-vasallaticas deben estudiarse en lazona franco-occidental, que es donde se han producido Con mayor intensidad.EI vasallaje habrfa surgido de la simple necesidad de proteccion, pOI'parte de lamayorfa de 105 pobladores de una zona, pedida al poderoso del lugar, ante 105

peligros extern os representados pOI' normandos y sarracenos, y 105 internos pOI'la presencia de salteadores de caminos.

EI termino feudo parece provenir de la palabra franca fehu-od, cuya primeraparte significa riqueza mueble y la segunda era signa de bien. Se tratarfa asf deun bien mueble de valor. Concepto distinto es el de beneficio. En caso de con-ceder el sei'ior al vasallo alglin tipo de bienes en tierras 105 denominaba tenencia,entendiendose por tal en su acepcion romana, y seglin un especialista "una tie-rra cuyo propietario concede a una persona llamada tenedor, el uso y disflUtedurante un largo perfodo de tiempo, de tal manera que el tenedor ejerza sobrela tierra un poder inmediato y directo"2. La costumbre de las tenencias estabamuy extendida en la monarqufa franca y las parceJas eran llamadas mans us(manso) de 105 grandes dominios (villae). La tenencia se solfa dar a cambio deciertas rentas fijas llamadas census.

Antes del ascenso de Carlomagno al poder, 0 sea en el perfodo llamadomerovingio, se conocio el vasallaje entre senores y vasallos que recurrfan a su

proteccion y, aparte, tenemos ejemplos de entrega de tierras en tenencia porun censo mfnimo y en algunos casas en beneficio.

Ganshoff, F. £1jcudtl!ismo, Barcelona, Ariel, 1963, p. 21.

Idem, p. 83.

Respecto de su origen nos debemos remontar hasta los guerreros germanosque se sometfan voluntariamente al servicio de un jefe y combatfan pOI' el enestrecha union a su persona. Tales Jos antrusiones 0 comitatus, hombres libresal servicio de 105 reyes francos, y los optimates 0 gasindus, miembros del se-quito armado del rey; poderosos 105 primeros, de cualquier condicion sociallossegundos. T odos ellos estaban subordinados al rey de por vida para su servicio.Luego surgio el termino vassus (vasallo), derivado de la palabra celtica gwas,que significa muchacho joven servido; de el habrfa derivado vasallus 0 gwas-saw!' AI principio el termino se referfa a 105 esclavos, pero a partir del siglo VII10 encontramos referido a hombres libres.

Sabemos de Ja necesidad que tuvo Carlos Martel para obtener soldados, que10 obligo a multiplicar el numero de sus vasallos para asegurar hombres para lalucha. T ambien les dieron tierras con el fin de permitirles se presentaran al campode batalla con el armamento de guerra completo. Elmismo Carlos, para equi-par a sus tropas, debio recurrir en varias oportunidades a usurpationes de bie-nes eclesiasticos, mas considerando que la Iglesia franca detentaba una riquezainmensa.

Este hecho condujo a la necesidad de reglamentar Ja situacion y en sendosconcilios reunidos en 743 y 744 en Estinnes, Hainaut y Soissons se dispusodevolver de derecho 105 bienes eclesiasticos, aunque de hecho los peligrosexteriores impidieron retirarlos a 105 guerreros que los ocupaban. Asf se re-solvio que eI mayordomo de palacio retuviera Ios bienes y los concediera enbeneficio vitalicio a aquellos vasallos que ya los ocupaban, y si a la muerte delvasallo Ia situacion se mantenfa en igual necesidad de guerreros, eI mayordo-mo tendrfa el derecho de volver a conceder el bien en beneficio a otro de susvasallos. Pero a efectos de reconocer el derecho de propiedad de la Iglesiasobre dichos bienes se decidio que el bien del mayordomo tenido en benefi-cio por el vasallo, serfa considerado ala vez tenido por el vasallo en precariorespecto de la Iglesia a la que el bien pertenecfa, y a tftulo de tal, eI ocupantedebfa pagar un censo a la Iglesia establecido en la carta de precario. Para <

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conceder a la Iglesia franca una compensacion supletoria Pipino III obligo atodos los habitantes del reino a pagar un diezmo -decima parte de los pro-ductos de la tierra- a la Iglesia. .

A principios del siglo VII, no solo los eclesiasticos, sino todos los grandessenores, habfan concedido con largueza beneficios a gran numero de vasallos,con 10 cual la relacion entre beneficio y vasallaje se dio de hecho y era unapractica normal despues del reinado de Carlomagno. Esto trajo aparejado queeI vassus dejara de ser miembro de una clase social inferior, pues [ueron atraf-dos por la Iglesia al vasallaje grandes senores y con eI tiempo eI mismo paso aser considerado como un honor de servicio y se hizo tan generalizado entre losagentes del poder publico que se crearon verdaderas cadenas interrelacionadasde vasallaje, en las cuales un vasallo tenfa a su vez subvasaJlos.

Un medievaJista expresa que nunca se insistira 10 suficiente en el hecho deque los vasallos agraciados con beneficios de cierta extension aceptaron a suvez normalmente vasallos propios, muya menudo, sin duda, por el propio de-seo del senor al que estaban obJigados a servir con un determinado numero deguerreros.

A partir del siglo IX encontramos en much as ocasiones eI termino miles paradesignar al vasallo, circunstancia que permite senalar eI caracter militar que vaadquiriendo la institucion.

La extraordinaria difusion del vasallaje a partir de Carlomagno se explicapor la misma tendencia real de aumentar su autoridad, ampliando el numero desus vassus y obligando a todos los agentes a prestarle homenaje como tales.Como reaccion, 105 mismos leudes, para hacerse a su vez hlertes frente al empe-rador, multiplicaron el numero de sus correspondientes vasallos. "El vasallajeaparece como una necesidad del Estado, como un modo de lograr que la auto-ridad del rey llegue a todos 105 extremes de un reino tan extenso y de una es-tnIctura polftica tan rudimentaria"3. Los vasallos del rey pertenedan a una ca-tegorfa superior y generalmente eran mantenidos por el monarca en el mismopalacio y burdamente llamados por 105 celosos cronistas de la epoca comopauperiores vassus 0 vasallos pobres.

La polftica carolingia fue extender los vasallos reales (vassi dominici) y ra-dicarlos en toda la extension de sus dominios, formando verdaderas coloniasmilitares en los territorios recientemente conquistados. A partir del siglo IX losvasallos reales debfan jurar en manos de los condes 0 de Jos enviados imperiales(missi dominici) como forma de asegurar su fidelidad. No debemos omitir laimportancia religiosa del juramento en todo eI Medioevo (apendice doc. 60).

El vasallaje se realizaba por medio de la recomendacion consistente en co-locar las manos en las del senor a cuyo servicio se entraba. En la cronica de lainvestidura del rey danes Harald ante Ludovico Pfo -826- se narra: "apenasjunto las manos se entrego voluntariamente al fey [... J, y el mismo emperadorrecibio estas manos en sus honorables manosl/. En tiempos posteriores, cuandocomenzo a fracasar el cumplimiento del servicio, se agrego el juramento defidelidad, cuya violacion era un grave pecado. Este hecho nos aporta una claraidea del temor de 105 reyes medievales -inseguros de su poder- de no serobedecidos, 0 como ellos dirfan, bien servidos.

Carlomagno obligo, en el802, a todos sus vasallos a jurarle fidelidad en estesterminos: "Juramento por eI que prometo ser fiel al senor Carlos, el muy piado-so emperador, hijo del rey Pipino y de Bertrada, como un vasaJlo 10 debe serpor derecho a su senor, para el mantenimiento de su reino y de su derecho. Ymantendre y deseo mantener este juramento que he jura do en la medida en quese y comprendo, desde este momenta a partir de hoy, si me ayudan Dios crea-dor del cieJo y de la tierra y estas reliquias de santosl/4• En principio y legal men-te el vasallaje era libre por ambas partes y nadie estaba obligado a entrar alservicio de un seilor, ymenos de detelminado leude, pero en el847 porel edictode Meersen (apendice doc. 65) se obligaba a todo vasallo a elegir un senor.

En el 875 el emperador Carlos el calvo (Charles II Ie chauve) pretendioanadir a sus Estados los de Sll fallecido hermano Luis el germanico. Para obte-ner eI apoyo de sus hombres rellniouna asamblea en Quierzy en Ia que se apro-bo como legal la herencia de los feudos (apend ice doc. 66). Pese a que las re-

o laciones feudo-vasallaticas no fueron hereditarias con anterioridad, hacia mitaddel siglo IX, al menos en Francia, era comun que 10 fuesen de hecho.

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El COI1trato feudal: deberes y derechos de las partes reas mas importantes de estas asambleas consistfa en juzgar las causas someti-das a dichas cortes6. EI abaci Fu]bert de Chartres, en el siglo XI, hizo un intere-sante analisis de estas relaciones feudo-vasallaticas (apendice doc. 71).

En cuanto a Jos derechos de los vasallos, estos pueden compendiarse en laproteccion recibida en ]a guerra y la paz. En la primera mediante la defensa decampos y moradas ante el ataque enemigo albergando en el recinto del castillopersonas y haciendas, rescatando a 105 prisioneros y procurandoles animales yobjetos de labranza en caso de haberJes sido arrebatados; y en tiempos de paz,justicia, alimento, y vivienda si hubiera carestfa. EI incumpJimiento de 105 de-beres de vasallaje por parte de uno de 105 contratantes constitufa el delito defelonfa, que trafa aparejada la ruptura del vasallaje y, generalmente, la perdidadel beneficio. Carlomagno, en una de sus capitulares, reglall1ento Jas ocasionesen que un vasallo podfa abandonar a su senor, pudiendo dar por concluido elvasallaje: intento de ll1atarlo, golpearlo con baston, violar a su mujer 0 cometeradulterio con ella, violar 0 seducir a su hija, quitar al vasallo un bien propio,convertirlo en siervo, perseguirlo con la espada en alto 0 no haberlo defendidopudiendolo hacer. Caso contrario 105 vfnculos de vasallaje conclufan con lall1uerte del vasallo 0 del senor (apendice doc. 72).

En la epoca carolingia se habfa iniciado un nuevo proceso que hacfa cadavez mas diffcil a 105 reyes disponer de 105 beneficios y en e] 877, cuando el reyLuis el tartamudo (Louis Ie begue) quiso ejercer su derecho sobre ciertos be-neficios, debio echarse atras ante una sublevacion general de 105 leudes de surei no. "Esta disminucion de 105 derechos del senor sobre eI beneficio en prove-cho del vasallo es una consecuencia de la detentacion efectiva del beneficiopor parte del vasallo y de su deseo de incluirlo en su patrimonio"7. Con el tiem-

El vasallaje de un senor se hacfa por medio de un contrato, al principio ver-bal y conforme a un ritual establecido. EI vinculo vasallatico derivaba de unacto solemne que implicaba tres tiempos: eI homenaje, fa fe y la investidura.Por el homenaje, el vasallo, en una actitud hUll1ilde, uniendo sus manes en Iasdel senor, declara publica mente en Ja sede del feudo dominante que se convier-te en hombre del senor. Este recibe el hOll1enaje, levanta a su vasallo y Ie da unosculo 0 beso. La fe consiste en el juramento de fidelidad practicado sobre elEvangelio 0 sobre las reliquias, frecuentemente con eI agregado de oraciones.La investidura, que sigue al homenaje y a la fe, es la entrega al vasallo de unobjeto que simboliza el feudo. Por ella se afirmaba que el vasallo era vestidocon el feudo; por el hecho de esta investidura el vasallo adquiria un derecho yquedabajuridicamente protegido contra las perturbaciones provocadas por otros(apendice doc. 68 y 69).

Un cronista describe Ia ceremonia del homenaje indicando que "el vasalloarrodillado, con la cabeza desnuday sin armas, pone sus manes juntas entre lasdel senor y se declara su hombre, el jura fidelidad ante 105 evangelios osobrelas reliquias. A continuacion el senor entrega al vasallo un baston una lanzauna bandera u otro objeto que simboliza el feudo que Ie daba com; contrapar~tida a su fidelidad".

Como consecuencia del homenaje el vasallo debia a su senor primeramentela fidelitas (fidelidad) y luego el consilium (consejo y ayuda). Este se entendfaespecial mente como el servitium, tfpicamente militar, y era la parte esencial detodo contrato de vasallaje. Algunos vasallos debfan prestar ademas serviciospersonales, mientras que otros solo tenian la obligacion de concurrir con unacantidad previamente estipulada de subvasallos alas convocatorias del senor.Tambien existfa el deber del estage5 0 servicio militar consistente en la guardiaen el castillo del senor. Se conocen casos en que este servicio fue reemplazadopor una contribucion pecuniaria, el scutagium.

EI consilium se ejercitaba en las asambleas convocadas por el senor, cuandonecesitaba fa opinion de sus vasallos sobre problemas comunes. Una de las ta-

6 efr. con los rechiamburgi carolinos. A mayor detalle digamos que el senor feudal teniaderecho de exigir a sus vasallos entre cuarenta a sesenta dias de servicio militar, parti-cipar en las deliberaciones judiciales a favor de su senor, pago puntual de la talla 0 rentaconvenida por el arriendo de las tierras, la prestacion en el trabajo de las tierras delsenor, el auxilio en el caso de ser apresado para el pago del rescate, eI derecho demano-muertas que Ie significaba la herencia de los bienes del vasallo muerto sin here-deros legftimos y el derecho de caza, veda, albergue y las facultades tributicias en edi-ficacion de puentes, homos, molinos, etcetera.

Ganshoff, F. op. cit., p. 78.

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po, al conceder el beneficio, el senor aseguraba a su vasallo que su hijo, a sumuerte obtendrfa el mismo beneficio. Hincmar admite como norma que si elhijo es digno debe recibir el beneficio que posefa su padre; pero esta decisionno fue reglamentada excepto en el 877, por un decretal de Carlos el calvo. esteantes de viajar a la penfnsula italica dispuso, con caracter provisorio, que ~n suausencia, en caso de muerte de alguno de sus vasallos, los beneficios pasasen alos hijos de aquellos.

Originariamente el vasallo solo podfa usar y gozar del feudo -caleulado entamano para la manutencion familiar- y apropiarse de sus fnltos, sin alterar susustancia, ni desmembarlo, ni disminuir su valor, ni alinearlo, 0 sea, no podfadisponer del feudo; pero el vasallo tam bien se fue librando de estas trabas, excep-to la que se refiere a la disminucion del valor del mismo.

A partir de la mitad del siglo XI el beneficio se torno hereditario en Ifneamasculina directa en Francia y la penfnsula italica y eI proceso fue mas lento entierras germanas, donde hasta la mitad del siglo XII la sucesion en linea colate-ral fue considerada como un favor y no como un derecho. En cambio, en Ingla-terra, en el siglo XII, la herencia ya era caracterfstica def feudo. Al principio eIsefior podfa, antes de investir a un vasallo, estipular las condiciones economi-cas del feudo. EI pago exigido se conocio como el relevium y en Francia flJe depractica fijar dicha remuneracion en las rentas acumulables en el feudo en eltrascurso de un ano a partir de la fecha de la investidura.

En los primeros tiempos el Feudo fue indivisible, pero cuando el vasallologro hacerlo hereditario, el paso siguiente fue repartirlo entre sus hijos se-gUn la tradicion franco-salica. La tendencia al reparto debio ser considerableen Francia y Cermania, dada la inmensa cantidad de condados y villas meno-res que caracterizaron dicha epoca. Tambien era posible la renuncia al feudoque solfa ser precedida de la ceremonia de renuncia a la fidelidad, en la cualel vasallo se desvestfa del feudo, entregandolo en manos del senor. A partirdel siglo X, y can caracter excepcional, encontramos feudos heredados pormujeres, generalizandose esta situaci6n a partir del siglo XIII. La mujer a cau-sa de "Ia debilidad de su sexo" debi6 ser representada, si era casada por elmarido, con 10 cual los senores comenzaron a intervenir en la eleccion delesposo para sus vasallas.

Debemos destacar que no existe relacion entre la concepcion del feudo y laadministracion de justicia; y en pleno siglo XlIllos condes sajones debfan reci-bir del rey una concesion especial para poder ejercer la justicia, que de derecho

estaba reservada al rey. No obstante existio una jurisdiccion feudal aplicada alas causas que surgfan de las relaciones feudo-vasallaticas y de sus efectos.

Por otra parte eJ poder de los seriores y del sistema feudal queda clara mentereflejado si tenemos presente que los mismos reyes, al ser elegidos, debfan jurarproteger los derechos de sus fieles; asf 10 hicieron Carlos el calvo (876), Boson(877), Luis el tartamudo (879) y Eudes (888). De este modo surgieron verdade-.ras dinastfas condales, cuyos orfgenes casi siempre se remontan a un funciona-rio carolingio.

Tampoco la Iglesia escapo a este proceso de feudalizaci6n. La designacionde los obispos se realizaba por e1eccion del clero y pueblo y con el beneplacitodel prfncipe 0 senor feudal. Los merovingios comenzaron a presionar sobre elclero para hacer elegir sus favoritos y los carolingios, considerandose protecto-res de la Iglesia, otorgaban un diploma conocido como la concessio regia, sinla cual no era valida la designacion episcopal; este derecho fue reconocidopor el mismo papa, que en el 921 escribfa: "segun Ja antigua costumbre nadiepuede conferir el obispado a un clerigo sino el rey, a quien Dios ha dado elcetro". Claro que al conferirse similares derechos por el sistema feudal a to-dos los grandes del rei no, tenemos el caso que en Francia sobre setenta y sie-te diocesis el rey solo disponfa de cuatro arzobispados y unas veinte di6cesis,quedando el resto en manos de sus senores feudales, J1egandose en el sur ahacer hereditario de padres a hijos la designacion episcopal 0 almenos el usode las rentas que proporcionaba.

Durante los siglos X y XI fue habitual que grandes senores laicos tuvieran enel feudo abadfas 0 iglesias, de cuyos dominios percibfan Jas rentas sin cumplirninguna funcion civil, ni menos eclesiastica en estas. La modificacion de estesistema tuvo lugar con la reform a gregofiana, que analizaremos mas adelante(apendice doc. 70)

Bien se senala que quien adquirfa asf el obispado no estaba calificado para serobispo ni habfa recibido 6rdenes sacras, pero disfrutaba de todas las prerrogati-vas inherentes al senor de un obispado; administraba sus bienes, ejercitaba elderecho de justicia y conducfa sus vasallos a la guerra. Tambien es importantehacer notar que el obispo, como vasaJlo, adquirfa ulla serie de obligaciones can

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ponia de la entrega de las diocesis, 10 que condujo con el tiempo a la lucha deJas investiduras.

Pero esta polftica de multiplicacion de feudos y vasallajes no culmino --comoquiza 10 creyera Carlomagno- en Ja unificacion bajo Ja autoridad real, sino enuna dispersion total, a partir del 888. Aun mas, en muchos casos, el vasallaje fueun medio de oponerse al mismo monarca para cumplir sus deberes con su senordirecto, quien por distintos intereses se rebelaba contra el rey. Pese a ello "Iasrelaciones feudo-vasal1<iticas constituyeron un elemento capital, de resistenciaala disolucion total del Estado"9. Confirma tal apreciacion el hecho que cuan-do Otto I quiso centralizar Ja monarquia germana no encontro mejor ni masf&ciJcamino que obligar a los duques a prestarle vasallaje, creando una verda-dera piramide, en cuya cuspide se encontraba la autoridad real. La cronica se-nala que los duques "Ie dieron las manos y Ie prometieron fidelidad y ayudacontra sus enemigos".

En la Europa occidental 0 francesa, en 105 siglos XII y XlII, eI beneficio y elvasallaje no tuvieron la importancia que en siglos anteriores, pem el proceso seintensifico en Cermania, la que recien se incorporaba a la civilizacion medie-val, convirtiendose en el elemento esencial en la estructura del Imperio recons-truido por Otto J y Ja dinastia sajona.

La conquista ingJesa de 1066, como veremos, introdujo el feudalismo nor-mando en dicho pais y la reconquista contra 105 arabes 10 lIevo a Espana, mien-tras Jos cruzados 10 divulgaban por Jerusalen y 105 principados latinos que esta-blecieron en el Cercano Oriente. Finalmente desde tien-as germanas se propagoa Jas naciones eslavas.

Segun expresara e1medievalista Marc Bloch, "cualquier vasallo podia tenervarios senores, pero nadie podia tener mas de un rey, y solo sobre este recaia elcarisma de la uncion que ningun sellor se atrevio a atribuirse. La concesion delderecho de inmunidad hizo que el senor sustituyese en su feudo el poder publi-co percibiendo, en su provecho, Jas cargas publicas, tuviera su propio ejercitoy quedaran sus dominios sustraidos al poder del Estado".

Desde eI momento en que un senor pudo tener Sll seiiorio en feudo de otro,y este a su vez, eI suyo, de un nuevo senor, se Ilego a construir una jerarquia

su senor, y si no cumplfa con e1las perdia su beneficio, 0 sea en este caso, eI usodel obispado, pero canonicamente no se podia privar a un obispo del cuidado desu diocesis sino por falta grave y previa dictamen de un sinod6 de obispos conapelacion ante la Santa Sede, aunque en esos tiempos no era demasiado diffcilconseguir un sinodo complaciente. Similar actitud se observaba respecto de lasabadias y es de notar que Jos abades seculares se preocupaban bien poco por lavida espiritual de su monasterio, prefiriendo administrar sus bienes y atender lasobligaciones militares que Jes exigia eJ vasallaje. Como reaccion prontamente senombraron abades religiosos junta mente a los laicos y posteriormente estos he-chos condujeron a la reforma cluniacense y gregoriana.

EI trMico de estos obispados lIego a formas muy escandalosas cuando no solo105 senores ofrecfan las diocesis, sino que Ios mismos metropolitanos Ilegaron, enalgunos casos, a entregarlas al mejor postor. EI pago era requerido para la consa-gracion episcopal. La intromision de los Jaicos agrego a la simonia8 la relajacionde las costumbres, conocidacomo nicolaismo, nacida en la entrega de la diocesisen feudo, con 10 cual el titular, generalmente laico, queria estar acompanado deesposa 0 concubina y Iuego dejar la herencia a su descendencia. Asi Ilegamos aencontrar verdaderas dinastias episcopales, como las de Nantes y Quimper. Ade-mas, si el hijo del obispo no conseguia la ordenacion episcopal y su sucesion,recibia de su padre una cantidad de bienes que, indefectiblemente, eran sustrai-dos a la silla episcopal. Asi, lentamente, las iglesias fueron despojadas de sus ren-tas. Contra esto lucharon los monjes cluniacenses.

En cuanto ala conformacion estatal-sumamente embrionaria e inadecua-da- Carlomagno intento mejorarla, como vimos, obligando a entrar en suvasallaje a todos los condes y demas funcionarios del paJatiurn. De este modolos vassi dominici se convirtieron en grandes personajes. Ludovico Pio, aprove-chanda sus relaciones can la Iglesia, arnplio este vasallaje a la esfera eclesiasti-ca, entrando al servicio real muchos obispos y abades; eJ mismo monarca dis-

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feudal de personas y de senorios, en cuya cuspide se encontraba el rey: duques,marqueses, condes, vizcondes, barones, senores vasallos 0 subvasallos, 0 sea, Jamencionada piramide de la sociedad feudalJO

La descomposicion del poder 0 autoridad real, que estamos analizando, nofue simultanea en toda la Cristiandad, ni se dio en todas partes con igual inten-sidad y Jas mismas caracteristicas.

Sintetizando, el proceso que condujo al feudalismo como sistema social ypolitico tiene sus ralces en el bajo Imperio romano, al crecer los latifundios ennurnero y extension y al convertirse en el sistema preponderante de la explota-cion agraria, al multiplicarse y generalizarse los vinculos de dependencia 0encomendacion entre unos hombres y otros y al atribuirse 10s grandes propie-tarios territoriales poderes dentro de sus territorios. A ello se agrega la costum-bre germanica de las relaciones person ales que determinan la comitiva del rey;los gardingos 0 antrustiones, vinculados al rey en forma personal por juramen-to especial de fidelidad para la prestacion de servicios de armas, que muchasveces fueron recompensados por el monarca con la concesion de tierras reales(beneficia). Tambien los magnates estaban Jigados al rey par una relaci6n es-pecial: fidelis-regis; todos formaban el Aula Regia. Los magnates tambien te-nian su comitiva personal; estableciendose asi una especie de vasallaje y bene-ficio: las dos instituciones que al fundirse dieron lugar al feudo.

Durante el Medievo "Ia Iglesia, 10s municipios, la realeza, se vieron obliga-dos a adaptarse: las iglesias fueron soberanas y vasallas, las ciudades tuvieronsenores y vasallos, la realeza se ocult6 bajo la soberanfa feudal. Todas las cosaseran dadas en feudo; no solamente las tierras, sino hasta ciertos derechos, elderecho de cortar en los bosques, el derecho de pesca; las iglesias daban enFeudo su beneficio, 10sderechos de bautismo, los de primera misa de parida. Sedio en feudo el agua y el dinero ... Los menores hechos de la vida corriente seconvirtieron en materia de feudo"J J.

"No se comprendera nunca 10 que fue la sociedad medieval si se desconoce10 que significo la costumbre, es decir, aquel conjunto de usos nacidos de he-chos concretos que obtenian su fuerza del tiempo, que los consagraba; su dina-mica es la misma que la de la tradicion: se trata de algo admitido por todos,pero algo vivo, no muerto, siempre susceptible de evolucion y nunca sometidoa una voluntad particular. .. Asi se estableda la costumbre medieval: los usos seintrodudan bajo la presion de las circunstancias; algunos caian en desuso, otroseran combatidos y todos, finalmente, aceptados 0 simpJemente toJerados porla sociedad en su conjunto 0 por un determinado grupo, constituyendo unacostumbre"12

EI elemento mas caracterfstico de la vida medieval es indudablemente elcastillo, convertido en verdadero baluarte del hombre medieval, frente alaspermanentes invasiones a que se encontraba sometido. Por ello resulta muyfeliz la Frase que menciona que la Europa medieval se convirtio en una grancantidad de islas en medio del desierto y estos castillos reemplazaron, en ciertosentido urbano, alas ciudades romanas.

EI terminG parece provenir de la palabra latina castellum, con que los roma-nos denominaban sus pequenas plazas fuertes. Un historiador describe que "todoel Occidente se lleno de muros y empalizadas, simbolos visibles de la mortalangustia en que vivian las gentes. De cada penasco, de cada elevacion, de cadamota de tierra, surgfa una fortaleza en la cual se pudiera uno refugiar y resistira los enemigos"13. Hubo un verdadero proceso de evolucion en la construccionde los castillos, que comenzaron siendo rudimentarias construcciones de ma-dera, rodeadas por un foso defensivo, y concluyeron convertidos en verdade-ras fortalezas de piedra, con comodidades bastante importantes para la epoca.Estos eran muy completos en la medida que posefan todo 10 necesario para elabastecimiento de sus habitantes. Generalmente estaban ubicados en un lugarelevado, que les permitfa controlar cuanto ocurria debajo, a su alrededor.

Para el poder del monarca medieval vease apendice doc. 79.

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El castillo estaba rodeado de un profundo foso -muchas veces lleno deagua- que solo podfa atravesarse mediante un puente levadizo que se mane-jaba con vigas y cadenas desde el interior; una vez levantado; este cubrfa elingreso a manera de puerta de entrada. Se solla reforzar con gruesas traviesasy, a veces, una reja de hierro, que 10 hacfa inexpugnable. Traspasada la puertase penetraba en un gran patio 0 primer recinto, donde estaban las construc-ciones para la servidumbre y los graneros de almacenaje. Alll se refugiaban loscampesinos, en los casos de ataque a la region. En un segundo recinto, a vecesseparado por una nueva muralla y un nuevo foso, estaba el gran torreon -so-lido edificio de planta circular- donde habitaba el senor con su familia. Sollatener dos 0 tres pisos, y los subsuelos eran utiJizados como calabozos. En estesegundo recinto tambien estaban la capilla, los depositos de armas y las caba-llerizas. Las habitaciones eran sumamente oscuras, porque en vez de venta-nas se utilizaban muy estrechas aberturas'4. La iluminacion se lograba pormedio de vasijas de bronce llenas de grasa, en la cual flotaba una cuerda, for-mando un debil hilo de luz. Una serie de estas vasijas colgaban en las pare-des, iluminando fugazmente las salas y dandole un tone lugubre. Sobre laancha muralla extern a estaba el camino de ronda, por el cual caminaban 105

soldados que hacfan Ja guardia (el estage), y tras el se parapetaban, en casode ataque a la fortaleza. Los escudos de piedra que sobresalfan, protegiendoa sus defensores, se conocfan como merlones y los espacios entre ell os, pordonde se defendfan disparando flechas, se denominaban almenas.

El castillo era esencial en la vida feudal y una pieza del mismo nos puede daruna idea aproximada de su incomodidad para el hombre actual. EI piso era depiedra, las paredes muy altas y lugubres, con pequenlsimas rendijas a manerade ventanas; las siHas eran muy grandes y de un roble rUsticamente labrado,igual que las mesas, formando los unicos muebles junto alas altas y enormescamas.

Internandonos en las casi vacfas ciudades medievales nos encontrarlamoscon unas pocas casas de piedra, sin ventanas y esparcidas en medio de un sin finde verdaderas cabanas. Las calles eran simples senderos sumamente tortuosos y

sin pavimentar, pudiendose casi tocar las paredes de las casas de enfrente, alar-gando la mano. Una multitud de penos y aves de corral paseaba par las callesde las ciudades y la suciedad reinaba por doquier.

SegUn la mentalidad medievalla estructura que denominamos hoy clases 50-

ciales se conoda como estamentos. Cada hombre nada en uno de ellos y tenIauna mision fija que cumplir en cl segUn Ie asignara el plan divino, cuya Ciudad deDios en la tiena no era mas que el reflejo de la ciudad divina en el cielo.

EIhombre medieval desconoda el concepto de progreso y no vefa interes algu-no en escalar posiciones sociales, mas, cuando estaba convencido de que Dios 10habfa hecho nacer para cumplir un papel-dentro de la estructura social- que Elmismo Iehabla fijado. A ello anadamos que, a veces, 10spuestos que denominanamos,peyorativamente, menos destacados en eI mundo actual, eran de menor responsa-bilidad y por ello mayor tranquilidad humana que los restantes.

Los estamentos se reducfan a tres: campesinos, guerreros y clerigos; 0 enuna expresion muy feliz, "Ios que aran, los que luchan y los que aran" (apendicedoc. 84). Una santa germana explicaba claramente esta mentalidad antiprogre-sista en estos tcrminos: "Dios vela cerca de cada hombre porque las clases bajasno se eleven sobre las altas como 10 hicieron en su dfa Satanas y el primer hom-bre, que quisieron remontarse por encima de su estado. cY quien es el que guar-da en un solo establo todo su ganado, los bueyes y los asnos, las ovejas y loscameros? Si se hiciera asf ique revoltillo se armarfa! Por eso debemos velar tam-bien porque el pueblo no aparezca revuelto to do el en un- rebano ... De otromodo, se producirfa una horrorosa depravacion de las costumbres y todos sedesgarrarlan llevados par el odio mutuo, viendo como las clases altas se rebaja-ban al nivel de las clases bajas y estas se encumbraban a la altura de aquellas.Dios divide a su pueblo sobre la tierra en distintas clases como clasifica a susangeles en eI cielo en diversos grupos, en el de los simples angeles y en el de losarcangeles ..., en el de los querubines y en de los serafines. Pero Dios los ama atodos par igual"'5 (apendice doc. 67 y 81).

Hay que tener muy clara mente presentes las caracterfsticas de la epoca y no caer en el"fror hahitual d" I'd '1 . I XX I dI .\. 'e lmaglnarnos a VI a antenor a slg 0 con os a e1antos tecnicos dea, I.l tlma, dec 1 d 1 . I 'ae as e slg 0 pasado, como ser: luz e1ectrica, gas, radio, etcetera.

De Santa Hildegarda de Bingen ala abadesa de Andernach. Cit. Migne, Patrologiac La-tillae, CXCII, col. 336.

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Un cronista medieval define 10. prioridad de los guerreros cuando expresa:"Ios hombres valerosos trabajan con las armas para aumentar y avanzar su ho-nor (apendice doc. 86); el pueblo habla de sus acciones, las recuerda y tomaejemplo de ellas; Jos clerigos escriben y registran sus proezas"16 y otro contem-poraneo describe 10. posicion no tan sufrida de los campesinos, cuando afirma"los hombres mas exentos de males en este tiempo son estos campesinos y es-tos artesanos que viven en 10. simpJicidad de las viejas costumbres, y estos curasde las ciudades y de las campinas que tienen bajo su cuidado las almas de susfeligreses, el numero de los cuales, gracias a Dios, no es escaso; y otro tantopuede decirse de estos conventos que permanecen fieles a 10. regIa de su ordeny no poseen grandes riquezas"17.

"Ni que decir tiene que siempre ha habido individuos que han tratado defranquear lo.sbarreras que les oponio.n el grupo 0 10. sociedo.d, pero entonces seconvertio.n en infractores, como los delicuentes de hoy; y como no existia unpoder publico que Jos castigo.ra, eran recho.zados por 10. sociedad, 10 que veniaa ser 10 mismo en una epoca en que resultaba muy diffcil vivir aislado"18.

Aparte de 10. caza, el campesino podfa pescar en los lagos y rios, recoger 10. mie1de las abejas salvajes para fabricar su aprecio.do hidromieJ. EI bosque, ademas,Je proporcionaba bayas, bellotas, pinas, castanas y otros frutos que servfan a susustento y, fundamentalmente, 0.1 de sus multiples animaJes domesticos.

En epocas del Imperio romano, como vimos, era importo.ntisimo y muyconservado e1 sistema de caminos y consecuentemente los correos y postas,con cadenas orquestado.s cada diez horas y posto.s para dormir cada veinticincokilometros. Este sistema se fue destruyendo en e1Medioevo por las insegurida-des de las invasiones y paralelamente por 10. aparicion de los asaltantes, en algu-nos casos bagaudas20. La misma dificultad de comunicaciones fomento e1 0.1-mo.cenaje de o.limentos en forma excesiva ante el ternor de las malo.scosec has y10. escasa densidad de 10. poblo.cion, como 10. ausencio. de centros urbo.nos irnpor-tantes, circunstancia que redujo considero.blemente el consumo, yo.dafio.do por10. fo.lta de brazos, ocupados en menesteres milito.res defensivos. Asi se !lego 0.1sistema de autoabastecimiento 0 economfa cerrada, que hem os mencionado.

Co.be agregar que, 0.1 trasformarse los impuestos publicos en rento.s senoria-les, se multiplicaron los peajes; yo. que cada senor quiso obtener e1 mayor pro-vecho posible y e!lo enco.recio o.un mas el precio de las mercandas trasporta-das, disminuyendo considerablemente el yo. escaso comercio.

En los primeros siglos de 10. epoca feudal 10. selvafue ganando terreno y e1bosque se convirtio -0.1 amparo de los carnbios climaticos- en zona de refu-gio y lfmite. El campesino 10 penetro para buscar su alimento y el senor para sudiversion. Los tratados medievales de agricultura con que, desde Carlomagno,reyes y senores se preocuparon por 10. exploto.cion racional de sus posesionesrurales, muestran claramente las ventajas que ofreda 0.1 hombre medieval19.

Froissart. Les (lJroniqlUS, prologo.

Wimpfeling: De arte impressoria, J 507. Cit. !lague, E. Peqliflla IJistoria de la lJ11manidad nudie-val, Barcelona, Ayma, J 953, pp. 114 Y I 19. Por otra parte, seria interesante preguntarsesi actualmente es mas feliz el hombre que vive en una gran ciudad, ocupando funcionesde responsabilidad y preocupandose por conservar y hacer fructificar su fortuna 0 elpobre campesino de una casi desconocida aldea europea, alejada del "mundanal ruidode la civilizacion". AI menos dudariamos en la respuesta.

Pernoud, R. op. eit., p. 109.

La capitular De villis, por ejemplo.

En cuo.nto a Ja nobleza medieval, una princesa bizantina 10. describe afirmo.ndoque "Ios condes francos son naturalmente desvergonzados y violentos; codi-ciosos e inmoderados en todo cuanto desean, y poseen una incontinencia delenguaje mayor que ninguna otra raza humana"21.

En cuanto a su educo.cion, general mente, el hijo de un noble era enviado 0.1servicio de su senor feudal, donde mientras atendia 10. mesa de este, se entrena-ba en las armas y en las costumbres que correspondfan a su estamento. Su ins-truccion comprendia especial mente "amaestro.r un aye de caza, azos, gavilan,

Vease el modelo idealizado en los personajes de la noveJa Robin Hood.Anna Comneno en la cronica cOl1ocida como Alexiada, Edic. Universidad de Sevilla.

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halcon; la manera de echarla a volar y llamarla; era entendido en perros de caza;sabfa manejar el arco y cortar un dardo con su cuchillo; sabfa jugar alas damasy al ajedrez; montaba a caballo correctamente y hablaba bien"12.

La vida del senor feudal, cuando no combatfa, trascurrfa mayormente en Jacaza. Este era su deporte favorito, y, segun algunos autores, no era un meroplacer, sino una verdadera necesidad debido a la improductividad del suelo,cubierto de pantanos y bosques.

EI senor solfa partir con su sequito, rodeado de una importante jaurfa deperros y algunos halconeros. La caza se realizaba en los bosques cercanos alcastillo, reservados a la entrada de extra nos. La crfa y eI adiestramiento de loshalcones para la caza era estrictamente supervisada.

EI ingreso a tal categorfa era objeto de una solemne ceremonia religiosaconsistente en la purificacion espiritual, el velado de las armas durante todauna noche y Ja bendicion episcopal, tras la misa matinal y comunion. Final-mente, el futuro caballero se dirigfa ante eI senor y juraba defender el honor, lafe y la justicia, arrodillandose can sus armas ante el y recibiendo el espaldarazoaplicado con la hoja sobre el hombro derecho, mientras Ie decfa: "En nombrede Dios te armo caballero".

Pero el caballero mas perfecto fue el que entro a formar parte de las ordenesque la misma Iglesia instituyo, en las cuales se identificaban los votos y formade vida de las ordenes monasticas con las caracterfsticas militares de Ios caba-lleros. EI propio Bernardo de Claraval (Berhardum Clarae-vallis), monje cis-terciense y arbitro de Ja Cristiandad en el siglo XII, legislo las reglas de la mascelebre de estas ordenes: la Orden del Temple (Fraternitas pauperi militesChristi, luego Militiae Templi); cuya fundacion tuvo lugar en Palestina, en eIano 1118, por obra de los cruzados Hugues de Payns (Paganis) y Godofredode Saint-Omer (apendice doc. 102).

Junto a los templarios (templariorum), que se distingufan porun manto bIan-co cnJzado por una CnJZ raja, surgio tam bien en Palestina la orden del Hospitalde San Juan (Frates Hospitalis S. Joannis) fundada por eI prior Gerardo y de-dicada asimismo ala atencion de los heridos en la reconquista del Santo Sepul-cro. Llevaban vestido negro y una cruz blanca de ocho nudos sobre eI pecha.Mas adelante se transformara en la Soberana Orden de Malta. En el hospital deJenJsalen, en Acre, eI germano Woldpott fundo la Orden de los CaballerosTeutonicos (Ordini 5ancta Mariae Theutonicorum) can cruz negra sobremanto blanco. Esta orden, como veremos, adquirio celebridad durante la cru-zada en Prusia y fue, segUn la teorfa de muchos autores, el origen militarista deaquella region.

Hacia el siglo XII el provenzal)uan de la t-·1ata,aconsejado par los agustinosde San Victor de Parfs, fundola Orden de la Santfsima Trinidad (Ordinis 5.S.Trinitatis de redemptione captivorum a monjes trinitarios), dedicada a la re-dencion de los esclavos cristianos entre los musulmanes. Por Sll regIa de nomontar jamas a caballo, fueron conocidos como "Ios frailes del asno" y se carac-terizaron por la CnJZ roja y azul sobre el manto blanco. Tarea similar fue con-cebida en Hispania por el provenzal Pedro Nolasco y con el apoyo del provin-cial de los dominicos Ramon de Penafort, fundo, en 1223, la Orden de Nuestra .'Senora de la Merced. Estos se caracterizaran por "el habito blanco con las ar- .:

Otro elemento esencialmente medieval fue la caballerfa, surgida por el mi-litarismo de Ja nobleza y su lucha contra los invasores y modificada por mediode Jas cruzadas y su contacto can eI Oriente y fundamentalmente encauzadapor obra de la Iglesia, que la convirtio en un acto religiosol3.

La Iglesia y los libros de caballerfa que se escribieron bajo su patrocinio-como la obra del mallorqufn Raimundo Lullio-, fijaron las virtudes y obli-gaciones de un caballero medieval (apendice doc. 82 y 83)24 dedicado funda-mental mente a la defensa de las mujeres, los huerfanos y los desvalidos. Deeste modo, a partir del siglo XI, convertirse en caballero implicaba nonnasrigurosas y un servicio completo que se iniciaba a los siete anos como paje deun senor. A 10s catorce se adquirfa el caracter de escudero y se acornpaiiabaal senor en sus campanas y a los veintiuno se encontraba en condiciones deconvertirse, a su vez, en caballero.

Le romal! de Galerw, cOlll/e de Bret'lg1le f>,lr Ie trouvere Renau/. (it. Bague, E., of>. ell., p. 26.

La primera mencion a fa ceremonia religiosa de investir un caballero pertenece a fa epocade Otto III.

Vease Vedel, V. Idea/es culturales de 1<1 Edad A1edia, Barcelona, Labor, 1925,4 vol.

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mas de la orden, 0 sea las barras rojas sobre campo de oro de los con des deBarcelona y reyes de Aragon y la cruz de la catedral barcelonesa. A lostresvotos de pobreza, castidad y obediencia, los nuevos caballer~sde la can dadanadfan la promesa solemne de dejar, en caso necesario, su propla persona como

I "25aarantfa en poder de Ios musu manes .b

Respecto de las festividades, "desde que empieza el ano religioso en el Ad-viento hasta que termina en la ultima dominica de Pentecostes, la vida de la ciu-dad est.1senalada por un rosario denso de solemnidades liturgicas y procesionesque absorben buena parte del tiempo y centran los anhelos y fervores de los ciu-dadanos. Los oficios de la Navidad y de Pascua dan cabida a la serie de misteriosque fueron la cuna en que se mecio el teatro naciente de los pueblos modern os.Salfan procesiones en las grandes solemnidades religiosas y siempre que unacontecimiento venturoso 0 desgraciado justificaba eI afan de agradecer 0 Ianecesidad de implorar la ayuda divina: hoy se ha hecho procesion en acci6n degracias por tal victoria, 0 por la feliz Ilegada del soberano, 0 para implorar lacesacion de tal desgracia; todos los dfas que el rey estuvo en la ciudad se hizodevota procesion para que Dios Ie concediera Ilevar a buen terminG tal empre-sa, consignan los dietarios y las cronicas ciudadanas. Celebrase desde finalesdel siglo XIII, pocos ailOSdespues de haber sido instituida la fiesta, la procesiondel Corpus Christi, que pronto se extendio por todas las ciudades del Occiden-te cristiano (apendice doc. 114). Aquel dfa las estrechas calles de la ciudadmedieval se cubrfan de menta y de retama y entre casa y casa se tendfan tapicesy damascos. A hombros de clerigos con casullas 0 dalmaticas y sobre un as an-garillas tapizadas de seda y de flores, descansa el ostensorio, en el cual los or-febres han empezado a desplegar todos los primores de su arte y que encierrala Hostia santa"28.

En e1siglo X, coincidiendo con las grandes crisis mencionadas, se multipli-caron las profecfas sobre el fin de los tiempos y la venida del Anticrist029. Tfpi-ca de la epoca fue la mezcla de fe y vio]encia, de espiritualidad suma junto a unasensualidad desenfrenada. EI senor feudal imponfa su voluntad sobre sus va-sallos, inclusive por Ja coaccion y otras argucias, 10 que no obstaba para queperegrinara a los Santos Lugares y se entregase a espectaculares penitencias,haciendo grandes donaciones para la salvacion de su alma. EI vfnculo matrimo-nial fue repudiado en much as ocasiones y los mismos reyes y senores repudia-ban a sus mujeres. Esta libertad de costumbres alcanzaba a todas las c1ases so-ciales, incluso a los eclesiasticos. "El problema cardinal de la Edad Media fue el

Cuando nos referimos al Medioevo resulta muy diffcil diferenciar las,fiestasy Jas ceremonias religiosas, pues toda la epoca estuvo inmersa .en un ambitoreligioso y generalmente ambas cosas -muy generalizadas- se IdentIflcaban.No olvidemos que eI hombre medieval posefa una fe profunda a~entuada por el

b'ente religioso en el que vivfa, sin obviar el acento superstlcloSO de dlchaam I d .. , Ireligion. Es notable la enorme concurrencia a los centros e peregnn~clon y aimportancia que asf fueron adquiriendo algunos centros urban os ublcados enlas rutas utilizadas.

A los viajes aRoma (romerfas) y a los Santos Lugares debemos agre~ar las deSan Martfn de Tours, Santa Fe de Conques, San Miguel de Mont: Gargano ymuy especialmente Santiago de Compostela (campus stellae 0 mas probable-mente compostile) con la famosa ruta de Santiag026. .

EI regreso de las peregrinaciones generalmente se to.rnaba poco edificantepor la accion de 10s mercaderes, que aprovechaban conslderablemente la aglo-meracion de gentes que estos viajes impJicaban. Por otra parte se ;nterpretabaque Dios actuaba en todos Ios detalles de la vida medieval, de ,aliI que no hande extrailarnos las ordalfas27 0 juicios de Dios que se extendlan por toda laC . t' dad y consistfan en pruebas con agua caliente, hierro candente, aguans Ian b ..helada 0 duelos. Algunos c1erigos se alzaron contra estos a usos superstlCl~-50S pel~o no pudieron contra el prestigio que habfan adquirido; has.ta :ue LUISIX, el rey santo de Francia, los prohibio, sin por ello lograr extermll1ados.

Bague, E op. cit., pp. 180-181. . . .

Alii comenz6 el popular culto al ap6stol lacobus, que segun una c~eenC1a tradlclOnalhabrfa llevado el cristianismo a Hispania. Su nombre proviene de San Yago.

EI termino provendria de Ia palabra alemana urtheil = juicio.

Bague, E. op. cit., p. 155.

Vease Focill6n, H. EI mio mil, Alianza, Madrid, 1968.

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divorcio interior de una epoca que, de una parte, renegaba del mundo y de otra10 ambicionaba ardorosamente"3o.

En el Medioevo tambien tuvo amplia difusion el teatro, que surgio comocomplemento de Jas festividades de la Iglesia y en un principio trato de dra-matizar escenas de la vida de Cristo y sus santos. A estos dramas liturgicos 0misterios se afiadieron luego escenas nacionales. Sus representaciones dura-ban varios dfas, pues eran muylargas y la accion estaba desarrollada por mu-chfsimos personajes, elegidos entre 10s habitantes de la ciudad. Mas tardeestos se agruparon en cofradfas y Jograron monopolizar los misterios. Mastarde tam bien aparecieron cofradfas de comicos.

CAPITULO XVIEL ASALTO A LA CRISTIANDAD

Segun la acertada expresion de un autor!, la Cristiandad sufrio un asedio depueblos barbaros en 105siglos IX y X que trastocaron una vez mas sus estruc-turas, aun embrionarias, y conformaron una Europa nueva, caracterizadafundamentalmente por Ja incorporacion y cristianizacion de Ios pueblos in-vasores.

Los invasores vikingos

La lucha de Carlomagno contra Ios frisones fue el primer contacto de 105francos Con el gran movimiento de pueblos que se estaba operando en la pe-nfnsula escandinava y el propio emperador, consciente del peligro que se ave-cinaba, prohibio a los vikingos (vikingr) todo acceso a las costas del Impe-rio, construyendo una marca marftima en Quentovic, rnientras negociabacon el caudillo danes Sigefredo.

Buhler,). Vida Y clllhira en la Edad Media, Mexico, F.C.E., 1957.Belloc, H. La crisis de ll1lCS/rll civilizaci61l, Bs. As., Sudamericana, 1939.