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NOVIEMBRE DE 2010
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04/11/09 Rom 13,8-10: “Amar es cumplir la ley entera” Sal 111: Dichoso el que se apiada y presta. Lc 14,25-33: Hay que cargar con la cruz y seguirlo
04/11/09
Rom 13,8-10: ―Amar es cumplir la ley entera‖
Sal 111: Dichoso el que se apiada y presta.
Lc 14,25-33: Hay que cargar con la cruz y seguirlo
El seguimiento de Jesús es como una piedra en el zapato. Nos hace detenernos en el camino y examinar qué es
lo que no nos deja seguir. Nos obliga a pensar si el camino vale la pena, si es el adecuado, el ideal. Porque el
seguimiento de Jesús tiene exigencias destinadas a liberar a los seres humanos de las cargas inútiles y excesivas;
requiere y exige absoluta libertad. El evangelio de hoy nos recuerda las exigencias del seguimiento.
Requerimientos que en alguna medida pueden ―mortificar‖, causar incomodidades, pero que tienen como fin
ayudar al discípulo a estar disponible para seguir el camino de Jesús. Por eso lo más oportuno es no llevar
muchos zapatos para el camino, acumulando bienes innecesarios, ni cargar con muchas bolsas, pues el bien más
grande es Dios mismo. Ni hay que llevar mucha compañía, porque en la comunidad de hermanos se encontrará
la amistad y el apoyo. Viendo así las cosas, el camino se debe emprender en la más entera libertad, con los
brazos abiertos para ir al encuentro del hermano, y con los pies descalzos para estar en el más cercano contacto
con la realidad. El cargar con la propia cruz es signo de aceptación de un camino de sufrimiento, soledad e
incluso muerte, que el discípulo escoge por la causa de Jesús y por seguir en pos de él.
Jueves 5 de noviembre de 2009
Rom 14,7-12: ―En la vida y en la muerte somos del Señor‖
Sal 26: Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Lc 15,1-10: ―Se alegrarán los ángeles por un pecador arrepentido‖
Nuestro Dios es el Dios de todos los seres humanos, y de modo especial de los pecadores. La parábola con la
que Jesús encara a sus adversarios muestra cuál fue la verdadera intención de Dios al ofrecer una Ley a su
pueblo: que la historia cambie y el pueblo viva. Dios quiere que el ser humano se salve de la injusticia y de la
marginación. Por eso el pastor sale en busca de la oveja extraviada, aquélla que está excluida del rebaño; se
alegra de su presencia y festeja su integración en el conjunto mayor. De igual manera, la mujer busca su
moneda, porque sólo la unidad (10 monedas) es valiosa. Si falta una, el conjunto carece de valor. El reino de
Dios es una casa donde todos son admitidos, donde no hay excluidos. Esta manera de pensar y actuar molestaba
profundamente a los legalistas, que pensaban sólo en sus intereses individualistas y sectarios. Con su
predicación Jesús les privaba del instrumento ideológico (su legalismo), con el que defendían su situación y sus
deseos de no cambiar. Por estos mismos intereses solucionaron sus diferencias con él por medio de la violencia,
lo que mostró hasta qué punto estaban sujetos a ellos. Aceptar a los que están descarriados es aceptar al mismo
Dios; y nosotros, como cristianos, tenemos la misión de interceder por cada uno de ellos para que todos vuelvan
al redil.
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Viernes 6 de noviembre de 2009
Rom 15,14-21: ―Por Cristo Jesús puedo sentirme orgulloso‖
Sal 97: El Señor revela a las naciones su victoria.
Lc 16,1-8: ―Los hijos de este mundo, más astutos que los de la luz‖
¿Para qué son los bienes, las riquezas, las posesiones que tenemos en este mundo? ¿Para acumularlos en
fortunas descomunales? ¿Para disiparlos en festines interminables? ¿Para reprimir a otros? ¿Para crear imperios
multinacionales que rijan el destino de los pueblos? ¿Para dar una imagen de solidez y éxito? Pareciera que en
el mundo las riquezas han servido siempre sólo para esto. Sin embargo, Jesús nos plantea otro camino: emplear
el «dinero sucio» (véase Lc 16,9-11) en buenas obras. La parábola del administrador astuto, leída en su
totalidad, nos ofrece la imagen de un hombre que aprovecha sus últimos momentos al frente de una gran fortuna
para beneficiar a los deudores. Es un administrador que emplea el dinero para reducir la carga de los demás y
procurarse amistades duraderas. Esta parábola no quiere ser un elogio a la corrupción, sino una invitación a que
no aumentemos las cargas de los demás, porque podemos estar a punto de perderlo todo. Jesús plantea un
desafío: convertir la economía de la explotación en una economía de los beneficios. El quiere un nuevo ser
humano que rompa con la mentalidad acaparadora y se oriente por el horizonte de fraternidad y solidaridad que
se alza más allá de la acumulación desmedida.
Sábado 7 de noviembre de 2009
Rom 16,3-9.16.22-27: ―Salúdense unos a otros con el beso ritual‖
Sal 144: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Lc 16,9-15: ―No se puede estar al servicio de dos señores‖
El dios de cada nación representaba para ella el ideal, las aspiraciones y, en general, el modelo de sociedad que
cada pueblo quería formar. Artemisa, Aserá, Baal, Dagón, Pitón, Beelzebú… eran los nombres de algunos de
esos dioses ajenos que pervertían la conciencia popular de los israelitas. Cuando algún grupo, aldea o nación se
sujetaba al servicio de estos dioses, se sometía a todo el régimen de ideas que su ideología imponía. Por esto,
cuando Jesús –continuando el discurso del día de ayer- enfrenta a los fariseos en relación al dinero, no los acusa
de idolatría por tener una escultura romana en sus casas; los señala como idólatras porque se han puesto al
servicio del dinero, del dios ―Manmón‖, y han abandonado el del Dios verdadero. El dinero ofrece a quienes le
rinden culto la falsa creencia de tener todo asegurado en esta vida; los convierte en opresores de sus hermanos y
en astutas criaturas de las tinieblas. El Dios de la vida, por el contrario, muestra cómo el camino para la
realización del ser humano pasa por la libertad de la conciencia, la solidaridad con los hermanos y la búsqueda
del bien común. Es el Dios solidario quien sale al encuentro del ser humano para humanizarlo de verdad; para
que ese encuentro genere un mejor vivir como hermanos, hijos e hijas de Dios, utilizando en beneficio de todos
los recursos que él otorgó justamente para todos.
San Pablo, en la carta a los romanos saluda a sus amigos, personas que creyeron en su verdadera conversión y
que lo acogieron en sus casas, lo protegieron; por causa de actitudes como estas, muchos fueron muertos o
encarcelados, pero, no se detuvieron en sus decisiones.
Por eso en otra lectura san Pablo dice que murió para todo lo que pensaba tener o ser. Ya no teme la muerte, la
persecución, porque Dios es su fuerza y él tiene una multitud de persona que lo quiere e lo protege.
Jesús continua el discurso del día de ayer - enfrenta a los fariseos en relación al dinero; no los señalan como
idólatras por seguir dioses extraños de los romanos, pero, critica a los que se rinden al dinero, un culto de la
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falsa creencia de tener todo asegurado en esta vida; El Dios de la vida, por el contrario, muestra cómo el camino
para la realización del ser humano pasa por la libertad de la conciencia, la solidaridad con los hermanos y la
búsqueda del bien común. Es el Dios solidario quien sale al encuentro del ser humano para humanizarlo de
verdad; para que ese encuentro genere un mejor vivir como hermanos, hijos e hijas de Dios, utilizando en
beneficio de todos los recursos que él otorgó justamente para todos.
«El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho» (Lc 16,10). Es preciso realizar bien todas las cosas,
con una intención recta, con el deseo de agradar a Dios, nuestro Padre; hacer las cosas por amor tiene un gran
valor y nos prepara para recibir ―lo verdadero‖. Como un edificio que es levantado y lo vemos de grandeza
imponencia; Pero, uno a uno. —Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del
conjunto. —Y trozos de hierro. —Y obreros que trabajan, día a día, las mismas horas... construido A fuerza de
cosas pequeñas!
Domingo 8 de noviembre de 2009
P. Cristóbal, svd
1Re 17,10-16: La viuda hizo un panecillo y lo llevó a Elías
Sal 145: Alaba, alma mía, al Señor
Heb 9, 24-28: Cristo se ofreció una vez, por los pecados de todos
Mc 12, 38-44: Esa pobre viuda ha dado más que todos
La liturgia de hoy, nos presenta algo muy bonito. El Dios que se compadece de aquellos que lo busca con
sinceridad.
Dios revela su amor por medio de los que también revela lo suyo.
La primera lectura tomada de 1Re nos presenta el caso de una viuda que comparte lo poco y único que tiene con
el profeta Elías.
Ante una situación tan extrema, todo el mundo evita gastar lo poco que tiene como una forma de mantenerse
aferrado a la vida. Eso es lo que ha hecho esta viuda. Sin embargo se ve «obligada» por el profeta a compartir
con él aquello que solamente le proporcionará unas horas más de vida. Este gesto de la viuda tiene un final
feliz: no faltó harina en la tinaja ni aceite en la jarra. Significa esto que cuando se comparte con generosidad lo
poco que se tiene, parece que se multiplica, y esa es una de las características principales del pobre. Donde más
disponibilidad hay para compartir, donde más desprendimiento uno encuentra es entre los pobres; con toda
razón se puede decir que los pobres nos evangelizan. Con razón están ellos en primer lugar en el corazón de
Dios, no sólo porque es Él lo único que a ellos les queda, sino porque entre ellos, los signos de la presencia de
Dios son más visibles; son ellos por medio de los cuales Dios se hace ver con mayor claridad en el mundo; ellos
son el sacramento de Dios en el mundo y el testimonio permanente de cuán lejos estamos del proyecto de
solidaridad y de la igualdad querido por Dios. Ellos son instrumentos de Dios para que tengamos la capacidad
para ver más allá de nosotros mismos.
El evangelio de hoy nos presenta dos mensajes: la primera, todavía en conexión con la del domingo anterior
sobre los dos mandamientos más importantes. Jesús previene a sus discípulos para que no repitan el modo de
ser de los escribas, que en su interior no existe ni amor a Dios ni al prójimo, sólo amor a sí mismos.
El segundo mensaje está más en consonancia con la primera lectura del primer libro de los Reyes. El dar
implica renuncia, desprenderse no de lo que abunda y sobra, sino desde la misma escasez.
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Desde la óptica de Jesús, esta pobre viuda, representación de lo más pobre entre los pobres, salió del templo
justificada; fue quien recibió un mayor don a cambio de su desprendimiento: la gracia divina, mas desde la
óptica de un donante rico, esta mujer tendría muy poca, casi ninguna recompensa.
¿Vivo realmente el desprendimiento de las realidades terrenales? ¿Está mi corazón vacío de cosas? ¿Puede mi
corazón ver las necesidades de los demás? «El programa del cristiano —el programa de Jesús— es un ―corazón
que ve‖» (Benedicto XVI).
Jueves 12 de noviembre de 2009
Sab 7,22-8,1: ―La Sabiduría es reflejo de la luz eterna‖
Sal 118: Tu palabra, Señor, es eterna.
Lc 17,20-25: ―El reino de Dios está entre ustedes‖
Este Reino, que comenzará imprevisiblemente ―fuera‖, puede comenzar ya ahora ―dentro‖ de nosotros. El
último día se configura ahora ya en el interior de cada uno. Si queremos entrar en el Reino el día final, hemos de
hacer entrar ahora el Reino dentro de nosotros. Si queremos que Jesús en aquel momento definitivo sea nuestro
juez misericordioso, hagamos que Él ahora sea nuestro amigo y huésped interior.
San Bernardo, en un sermón de Adviento, habla de tres venidas de Jesús. La primera venida, cuando se
hizo hombre; la última, cuando vendrá como juez. Hay una venida intermedia, que es la que tiene lugar ahora en
el corazón de cada uno. Es ahí donde se hacen presentes, a nivel personal y de experiencia, la primera y la
última venida. La sentencia que pronunciará Jesús el día del Juicio, será la que ahora resuene en nuestro
corazón. Aquello que todavía no ha llegado, es ya ahora una realidad.
La presencia del reino de Dios se hace efectiva en las acciones de ayuda y solidaridad, desde el interior de cada
ser humano. No hay que esperar un tiempo futuro; hay que hacerlo posible ahora mismo. El reino de Dios crece
en el interior de cada uno cuando nos volcamos, nos lanzamos hacía los demás. De esta manera nos vamos
pareciendo un poco más a Dios. Muchas veces esperamos que las soluciones a los problemas vengan de afuera;
que se impongan sin nuestra iniciativa. Pero esto no es así. Nosotros esperamos un mundo mejor, cada día con
menos problemas. De nosotros depende que el futuro sea más parecido al reino de Dios que esperamos.
La pregunta sería: ¿qué estamos haciendo para que el reino siga aconteciendo en medio de nosotros? ¿Somos
signos del reino de Dios que hemos sido llamados a anunciar, o más bien signos del anti-reino, en medio de
nuestros hermanos de comunidad y de afuera?
Viernes 13 de noviembre de 2009
Sab 13,1-9: ―¿Cómo no encontraron a su Dueño?‖
Sal 18: El cielo proclama la gloria de Dios.
Lc 17,26-37: ―Quien trate de conservar la vida, la perderá‖
Lucas presenta dos ejemplos del Antiguo Testamento para enseñarnos que las situaciones-límite no deben
tomarnos por sorpresa. El primero es el de la gente de tiempos de Noé, que se interesaba sólo en lo terrenal.
Pero vino el diluvio y los hizo perecer a todos. El segundo ejemplo es el de los habitantes de Sodoma en
tiempos de Lot. Estos comían, bebían, compraban, vendían, construían… Pero llovió fuego y azufre, y todos
perecieron. A Noé y Lot apenas se les menciona, pero son ejemplos típicos del creyente salvado en medio de la
perdición general. Este evangelio es una invitación al desprendimiento. Sodoma y los contemporáneos de Noé
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perecieron por su indiferencia y su apego a lo material, olvidándose de Dios y de los demás. Comencemos por
revisar nuestra actitud ante las cosas y nuestra apertura a los hermanos. Cuántas veces nos aferramos a lo
material, a proyectos o ideas, y sólo pensamos en lograr lo que queremos. El evangelio es un llamado de
atención a quienes propugnan un mundo sin valores evangélicos. Y éstos nos dicen que quien quiera ganar su
vida la perderá; en cambio el que la pierda, la ganará; porque no buscarse a sí mismo, sino entregarse por entero
a los demás por la causa de Jesús, es trabajar por la vida plena del ser humano.
Sábado 14 de noviembre de 2009
Sab 18,14-16;19,6-9: ―Se vio el Mar Rojo convertido en camino practicable‖
Sal 104: Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Lc 18,1-8: ―Dios hará justicia a sus elegidos‖
Hoy, en los últimos días del año litúrgico, Jesús nos exhorta a orar, a dirigirnos a Dios. Podemos pensar cómo
los padres y madres de familia esperan que —¡todos los días!— sus hijos les digan algo, que les muestren su
afecto amoroso.
San Juan Clímaco, a propósito de esta parábola evangélica, dice que «aquel juez que no temía a Dios, cede ante
la insistencia de la viuda para no tener más la pesadez de escucharla.
Para ilustrar esta idea Jesús pone como ejemplo el caso de esa mujer viuda y desamparada que se presenta una y
otra vez ante un juez caracterizado como inicuo, porque no temía a Dios ni a los hombres. Después de mucho
importunarlo, el juez decide hacer justicia a la viuda para que no siga molestándolo. La mujer es caracterizada
por su insistencia; nunca deja de ir a pedir al juez que le haga justicia. Pero Jesús no llama la atención sobre la
insistente viuda, sino sobre el juez. El punto central de la parábola no está puesto en la perseverancia de la
súplica, sino en la seguridad de que ésta será atendida. Nos muestra la forma como Dios procede ante nuestros
ruegos. Si aquel juez perverso se dejó convencer por los ruegos de una viuda en virtud de su propio egoísmo,
cuánto más nos atenderá Dios, que es un Padre bondadoso. Resaltan en el trasfondo del ejemplo la misericordia
y el amor de Dios que nos acoge. Jesús nos interroga por la imagen que tenemos de Dios y nuestra confianza en
su acción misericordiosa. Tratemos de responderle con sinceridad.
Domingo 15 de noviembre de 2009. Pe, Cristovao, svd
Dn 12, 1-3: ―Los maestros brillarán como brilla el firmamento‖
Sal 15: Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
Heb 10,11-14.18: ―Cristo ofreció un sacrificio definitivo‖
Mc 13,24-32: ―El Hijo del Hombre reunirá a los elegidos‖
En la liturgia de hoy somos invitados a percibir, como son bellas las creaturas de las manos de Dios. En el
salmo 8 podemos ver que maravillosas son todas sus creaturas y como es pequeño y insignificante el ser
humano ante todo el universo. Señor, Dios nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra, ―Cuando
contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado. Qué es el hombre para que te
acuerdes de él; el ser humano, para darle poder. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y
dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. Rebaños de ovejas y
toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, todo lo sometiste bajo sus pies‖ (Sal 8)
Él las hizo con sabiduría y amor, pero, enaltece a la humanidad a cima de todo el universo. Pueden caer
las estrellas del cielo, la luna y el sol dejar de billar, los planetas tambalear, pero Dios vuelve por todos los que
viven sus palabras y confían en su bondadosa misericordia.
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En la primera lectura, Dios nos pone a prueba, para que comprendamos el misterio que está por detrás de sus
enseñanzas. No debemos temer a nada, pues, de una forma o de otra, un día moriremos. Todo lo que nos dice en
el evangelio de hoy puede ser aplicado al día en que moriremos, no exactamente por el fin del mundo. Se
vivimos con sabiduría e practicamos la justícia, alcanzamos una gracia divina que está bien mas allá de todo lo
que compone esta vida terrena. Pero, los que no se preocupan con eso, tendrán una vida limitada a todas las
fragilidades de este mundo. No conocerán a Dios. La primera lectura dice: ―Los sabios brillarán como el fulgor
del firmamento y los que obraron la justicia, brillaran como las estrellas, por toda la eternidad. (Dn 13, 3). Y la
segunda lectura dice que, ―Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados‖ (Hb, 10,18). Por eso, Dios
vendrá por nosotros y no en contra de nosotros.
Después de esta gran angustia; todo lo que brilla en este mundo dejará de brillar. Todo lo que sostiene nuestras
certezas, todo lo que nuestros ojos contemplan en este mundo dejará de tener sentido, pues, empieza una nueva
vida, una nueva luz, la luz de la vida eterna. Entonces, ¿qué es lo que se queda? Lo que atraemos de bueno en la
vida, lo que compone nuestra alma y nuestro espíritu. La palabra de Dios, creadora.
17/11
Baja pronto – porque hoy entrará la salvación en tu casa - bajar del puesto
La casa - nuestro interior
Salvar lo que estaba perdido
Jesús en este evangelio, hace un proceso invertido del Joven Rico. Al contrario de él Zaqueo se transforma con
la presencia del señor y comparte de su riqueza con los pobres. Esta actitud es la que Jesús espera de nosotros.
Que su presencia en nuestras vidas sean capaces de cambiarnos interiormente y exteriormente.
Oración de Zaqueo
Señor quiero subir a lo alto Para verte y que me veas Obedecer tus mandatos Y que seas tú, mi amigo. Señor
ven a mi hogar, Cena conmigo esta noche, Porque yo te quiero amar Y seguirte sin reproche. Ayúdame a ser
mejor. A corregir mis errores Y dar el fruto de amor A los que di sinsabores. Quiero crecer en bondad Tras mi
nuevo nacimiento, Sabiendo tu voluntad, Teniendo tu pensamiento. Ahora sé que la riqueza No consiste en el
dinero Sino vivir en tu Gracia. Declaraste ―Es imposible La salvación por el hombre‖ Sólo tú lo haces factible
Para el rico y para el pobre. Jesús te doy las gracias Por tu amor divino Por limpiar mi alma, Porque he
renacido. Ayúdame a caminar En esta mi vida nueva; Que yo deje lo viejo atrás Y que en mí, todos te vean.
19/11/09 -
En el Año 70 d. C, fue destruido el templo, por Tito, General Romano. Todo eso revela el dolor de Jesús, por
saber que la caída del templo es consecuencia de otra caída: de los judíos que se dejaron dominar, sin
preocuparse con el verdadero sentido de servir a Dios. Al mismo tiempo, este evangelio origina, el nuevo
pueblo de Dios, donde, yá no son ellos que están en el templo, pero sí, el ser humano mismo es el templo vivo
de Dios. Por eso, jesús ver como inevitable su entrega total, pues, su cuerpo era también como un templo: pero
era preciso que Él, fuera más que eso. Venciendo a su cuerpo, pudo llenarnos de él en Espírito y amor.
Hoy, la imagen que nos presenta el Evangelio es la de un Jesús que «lloró» (Lc 19,41) por la suerte de la ciudad
escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los
últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de
divisiones. De hecho, Jesús está presente en su Iglesia, especialmente a través de aquellos más necesitados.
Hemos de advertir esta presencia para entender la ternura que Cristo tiene por nosotros: es tan excelso su amor,
nos dice san Ambrosio, que Él se ha hecho pequeño y humilde para que lleguemos a ser grandes; Él se ha
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dejado atar entre pañales como un niño para que nosotros seamos liberados de los lazos del pecado; Él se ha
dejado clavar en la cruz para que nosotros seamos contados entre las estrellas del cielo... Por eso, hemos de dar
gracias a Dios, y descubrir presente en medio de nosotros a aquel que nos visita y nos redime.
Ojalá pudiéramos nosotros, tener un llanto, capaz de levantarnos de nuestras fragilidades e ver a la causa de
Cristo en nuestro rededor.
Cristo Rey del universo
( P. Cristóbal, svd) 22/11/09
Dn 7, 13-14: ―Su reino no tendrá fin‖
Sal 92: El Señor reina, vestido de majestad
Ap 1,5-8: ―Cristo, el Señor de los reyes del mundo‖
Jn 18,33b-37: ―Tú lo dices: Yo soy rey‖
El mesianismo en el medio del pueblo de Dios surgió en el exilio babilónico y tiene orígenes en la figura de
David. Jesús en muchos textos es llamado, hijo de David. La teología imperial davídica tuvo muchos éxitos,
porque conquistó a muchos pueblos vecinos, en nombre de Dios.
Con la derrocada de los reinos de Israel, el pueblo pasó a vivir bajo la esperanza de que un nuevo David
surgiera para liberarlos de sus sufrimientos. El mesianismo tenia, este contexto. Con los profetas, esto ganó más
fuerza, siendo añadido en sentido más espiritual al enviado de Dios. Jesús rompe con toda esta tradición, porque
su idea de reino es una vuelta al antiguo sentido del reinado de Dios. (Un Dios con nosotros).
El reino de Jesús está ligado (unido) a la idea de que llegaría el tiempo en que Dios haría del corazón mismo de
la humanidad su trono. Un Sueño tan bonito, capaz de dale coraje para entregar su vida para que este reino fuera
concretizado.
Jesús reina en nosotros, porque tiene poder, no sobre nuestra carne, como hacían los reyes del mundo,
dominando por la fuerza bruta en nuestras fragilidades físicas ante sus poderes terrenales, esclavizando y
obligando a hacer sus voluntades. El Reino de Jesús es silencioso, capaz de mover nuestras entrañas; de reunir
naciones en nombre de la paz. Por eso, es rey de reyes, pues todo aquél que cobirena bajo su amor, es también
su súbdito.
Bastaría para la humanidad reconocer a Jesús como su rey, para que este mudo fuera infinitamente bueno.
• Mesa de la esperanza
PIEDRA
24/11/09 P. Cristobal
Los discípulos de Jesús están asombrados por la majestuosidad de las construcciones del Templo.
Ellos no han entendido las palabras y los gestos proféticos de Jesús en torno al Templo. De él no quedará piedra
sobre piedra. Los dirigentes religiosos de Israel lo han convertido en un foco de corrupción y explotación de los
pobres.
Los discípulos preguntan, quizá intrigados, quizá confundidos, cuándo sucederá la destrucción del Templo.
La respuesta de Jesús refleja los conflictos que tendrá que vivir la Iglesia naciente: tempestades, terremotos,
guerras, falsos profetas, pestes, hambre…
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Lo que Jesús pretende recalcar es que en medio de las dificultades y conflictos que vivamos no debemos
dejarnos dominar por el miedo, porque la última palabra la tiene Dios.
Los cristianos mantenemos firme la esperanza en que la vida triunfará sobre todas las formas de muerte; y para
quien vive con la esperanza de la resurrección, la muerte juega otro papel, quizás de menor importancia, porque
la vida está por encima de ella. Ya no tememos a las estructuras que generan muerte, porque tenemos fijos
nuestros ojos en el Señor de la vida.
El reino de Dios está cerca (27/11/09)
Ésta parábola de la higuera, encierra el discurso escatológico de los tres evangelios sinópticos, sobre las la
necesidad e vigiar y orar, después de la violencia de los poderes de este mundo; confirma-se la presencia del
reino de Dios, como escatología ya confirmada. De la misma forma que se hace perceptibles los cambios de
estaciones de la naturaleza, debemos tener esta percepción de la llegada del reino de Dios.
El reino está próximo (podríamos decir prójimo) porque él se hace real en nuestros prójimos.
El reino de Dios está cerca, así como el verano, el invierno, etc., cerca de mí. La comunión y la solidaridad son
las llaves de la puerta del reino de Dios. Todo esto es posible, se oímos y practicamos la palabra de Jesús, las
mismas que revelan la voluntad de Dios.
El reino de dios está entre nosotros, cuando promovemos la igualdad racial, derechos de la mujer, dignidad
humana a los ancianos, preparamos un mundo mejor para los que ahora son niños. El reino de Dios es hecho de
pequeñas cosas, como la semilla de mostaza.
Rosario
Si pudiera olvidar Todo aquello que fui Si pudiera borrar Todo lo que yo vi, No dudaría, No dudaría en volver a
reír, Si pudiera explicar Las vidas que quité, Si pudiera quemar Las armas que use, No dudaría, No dudaría en
volver a reír/Prometo ver la alegría Escarmentar de la experiencia, Pero nunca, nunca más Usar la violencia.
Si pudiera sembrar/Los campos que arrasé, Si pudiera devolver La paz que quité, No dudaría No dudaría en
volver a reír. Si pudiera olvidar Aquel llanto que oí, Si pudiera lograr Apartarlo de mí, No dudaría, No
dudaría en volver a reír. Prometo ver la alegría Escarmentar de la experiencia, Pero nunca, nunca más Usar la
violencia.
Domingo 1º de Adviento. Ciclo C.
P. Cristovao, svd 29/11/09
Jer 33,14-16: ―Suscitaré a David un vástago legítimo‖
Sal 24: A ti, Señor, levanto mi alma.
1Tes 3,12-4, 2: ―Que el Señor los fortalezca internamente‖
Lc 21,25-28. 34-36: ―Ha llegado el día de su liberación‖
Este primer domingo de adviento sirve de puente entre el tiempo ordinario y el tiempo de adviento. El
tiempo ordinario termina reflexionando sobre la segunda venida de Jesús, sobre los acontecimientos del fin de
los tiempos. En esta medida el primer domingo del adviento se inaugura con el tema del final de los tiempos, y
nos va a introducir en el tiempo de la espera y de la esperanza, el tiempo de adviento.
La lectura del libro de Jeremías nos sitúa en el tiempo inmediatamente posterior a la destrucción de Jerusalén en
el año 587 a.C. El pueblo está desolado y empieza a tomar conciencia de su situación. Jeremías dirige su palabra
profética a su pueblo para decirle que Dios no los ha abandonado, que hará regresar a los cautivos y los
perdonará, se construirán de nuevo las ciudades, los campos volverán a granar y los ganados a pastar. Es esos
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días el Señor hará brotar en rey justo, no como los reyes que los llevaron al destierro, el cual será llamado «Dios
es nuestra justicia». Vendrá un rey justo a restaurar al pueblo de Israel.
El salmo responsorial expresará que esa esperanza que leemos en la primera lectura, no quedará defraudada,
pues quien espera y quien es fiel al Señor no queda defraudado.
Lucas invita a los hermanos y hermanas a mantenerse fieles y vigilantes para mantenerse en pie (fieles) ante el
Hijo del Hombre.
En nosotros existe la angustia, el miedo y el espanto, no causados por ―las señales en el sol, la luna y las
estrellas‖. Nuestras angustias e inseguridades están causadas más bien por las crisis económicas, por los
conflictos sociales, por el abuso del poder, por la falta de pan y trabajo, por la frustración... de tantas estructuras
injustas, que solo podrán ser removidas por el paso -del amor de Dios y su justicia- en el corazón del ser
humano.
El mensaje de Jesús no nos evita los problemas y la inseguridad, pero nos enseña cómo afrontarlos. El discípulo
de Jesús tiene las mismas causas de angustia que el no creyente; pero ser cristiano consiste en una actitud y en
una reacción diferente: lo propio de la esperanza que mantiene nuestra fe en las promesas del Dios liberador y
que nos permite descubrir el paso de ese Dios en el drama de la historia. La actitud de vigilancia a que nos lleva
el adviento es estar alerta a descubrir el ―Cristo que viene‖ en las situaciones actuales, y a afrontarlas como
proceso necesario de una liberación total que pasa por la cruz.
Por eso el Evangelio nos llama a ―estar alerta‖, a tener el corazón libre de los vicios y de los ídolos de la vida (la
conversión), para hacernos dóciles al Espíritu de Cristo que habita las situaciones que vivimos en nuestro
entorno. El adviento es tiempo de preparación de espera. Jesús cumplió las promesas del Antiguo Testamento
con su vida y predicación. No esperamos su nuevo nacimiento. Esperamos que el vuelva a juzgar la creación. Es
ese momento el que esperamos, y para ese momento en que creemos que la justicia, que la igualdad, que la
solidaridad se impondrán.
02/12 p. Cristobal
Mateo relata la situación de exclusión de aquella multitud: cojos, ciegos, sordos, los: por quienes Jesús vino: en
la primera multiplicación, Jesús la bendice conforme a los costumbres judíos; de esta vez, está con los que
llamaban gentiles, toma los panes, da gracias conforme los griegos. La presencia de Jesús entre los gentiles y el
compartir al pan con ellos indica que estos estababan fuera del sistema religioso y Jesús quiere que hagan parte
de su mesa, de su mundo.
La multiplicación de los panes contienen un lenguaje em que podemos clasificar entres dimenciones; una
realdad en que Jesus és el centro, entre el necesitado y su propia capacidad de tener lo que necesita
Jesus mutiplica el pan, como signo de otro pan. Solo cuando uno conoce el vedadero pan que genera solidaridad
y amor al prójimo es que tiene la capacidad para enjergar que en su alrededor hay comida de sobra.
Jesus consigue dar a una multitud un alimento que ellos no esperaban. Donde hay enfermidad hay sufrimientos,
desrespeto a la dignidad humana, donde hay cojos, hay quienes no los dé importancia, donde hay dominación
manipuladora de costumbres, culturas y rligión hay el egoismo;
La palabra de Jesus alcanza a todos; de tal manera que entienden qual era su propuesta: Todos los que buscaban
a jesus, deseaban liberarse de algun tipo de anomalia,sea de su cuerpo,sea de lo que les causaba injusticia social.
Ja no puedem callar; dan glorias a dios,porque alguien les devuelve la vision, elmovimiento de sus piernas, o la
voz. Voces que gritan hasta hoy.
04/12 P. Cristobal
Jesús les dice: ‗¿Creéis que puedo hacer eso?‘. Dícenle: ‗Sí, Señor‘
11
Ayer, jesús se se apena por elhambe de la multidut. Hoy, en este primer viernes de Adviento, el Evangelio nos
presenta Jesús en el centro de la escena, entre dos ciegos que se le acercan llenos de fe y con el corazón
esperanzado. Habían oído hablar de Él, de su ternura para con los enfermos y de su poder. Estos trazos le
identificaban como el Mesías
Los dos ciegos hacen una plegaria de petición al Enviado de Dios, al Mesías, a quien nombran con el títu
Jesús interpela su fe: «¿Creéis que puedo hacer eso? A una sola voz hacen una bella profesión de fe,
respondiendo: «Sí, Señor» (Ibidem). Y Jesús concede la vista a aquellos que ya veían por la fe. En efecto, creer
es ver con los ojos de nuestro interior.
Este tiempo de Adviento es el adecuado, también para nosotros, para buscar a Jesús con un gran deseo, como
los dos ciegos. Con la Iglesia Ven, Señor Jesús (cf. Ap 22,17-20). Jesús viene con su poder de abrir
completamente los ojos de nuestro corazón, y hacer que veamos, que creamos. La luz, ese símbolo básico de lo
humano, permite descubrir y superar nuestra propia realidad de oscuridad, como paso obligado para crecer en
humanidad. Pasar de la oscuridad a la luz en el campo de la fe, incluye poder ver por uno mismo, poder
iluminar a otros y encontrar senderos que alumbren toda vida humana.
Sábado 5 de diciembre de 2009
Is 30,19-21.23-26: ―El Señor se apiadará a la voz de tu gemido‖
Sal 146: Dichosos los que esperan en el Señor.
Mt 9,35-10,1.6-8: ―Viendo a la multitud, se conmovió por ellos‖
El Evangelio de hoy nos narra cómo, ante aquella multitud de gente, Jesús tuvo compasión y les dijo: «La mies
es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9,37-38). Él
ha querido confiar en nosotros y quiere que en las muy diversas circunstancias respondamos a la vocación de
convertirnos en apóstoles de nuestro mundo. La misión para la que Dios Padre ha enviado a su Hijo al mundo
requiere de nosotros que seamos sus continuadores. En nuestros días también encontramos una multitud
desorientada y desesperanzada, que tiene sed de la Buena Nueva de la Salvación que Cristo nos ha traído, de la
que nosotros somos sus mensajeros. Es una misión confiada a todos. Conocedores de nuestras flaquezas y
apoyémonos en la oración constante y estemos contentos de llegar a ser así colaboradores del plan redentor que
Cristo nos ha revelado.
Domingo 2º de Adviento. Ciclo C. 06/12/09 P. Cristóvao
Bar 5, 1-9: ―Dios mostrará tu esplendor‖
Sal 125: El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Flp 1,4-6. 8-11: ―Que lleguen al día de Cristo limpios e irreprochables‖
Lc 3,1-6: ―Todo mortal verá la salvación de Dios‖
En el segundo domingo de adviento la litúrgia nos invita a conocer hasta donde estamos dispuestos a la
converción, presentando a juan bautista como el que habe nuestros corazones para la llegada del mesías.
12
En el libro de Baruc, podemos comprender este tiempo de adviento como tiempo de esperanza y de apertura al
cambio: cambio de vestido y de nombre (Baruc), cambio de camino (Isaías). Cambiar, para que todos puedan
ver la salvación de Dios.
La lecturas de hoy llenanos de esperanza; Haciéndose eco de los profetas del destierro, Baruc dice una palabra
consoladora a un pueblo que pasa dificultad: ―El Señor se acuerda de ti‖ (5,5). Así como isaías se había
preguntado: ―¿Puede una madre olvidarse de su criatura? (...) pues aunque ella se olvide, yo no me olvidaré‖ (Is
49,15).
En el evangelio, al llegar la plenitud de los tiempos, el mismo Dios anuncia la cercanía del Reino por medio de
Juan y asegura con Isaías que ―todos verán la salvación de Dios‖ (Lc 3,6). Para el Dios que llega con el don de
la salvación debemos preparar el camino en el hoy de nuestra propia historia.
Juan Bautista, profeta precursor de Jesús, fue hijo de un ―mudo‖ (pueblo en silencio) que renunció al
―sacerdocio‖ (a los privilegios de la herencia), y de una ―estéril‖ (fruto del Espíritu). La palabra profética le
costó la vida a Juan.
Con la penetración y sensibilidad del amor escucharemos las exigencias del Señor que llega y saldremos a su
encuentro ―llenos de los frutos de justicia‖ (1,11).
Esa renovación desde dentro tiene su manifestación externa porque se ―abajan los montes‖, se llenan los valles,
se endereza lo torcido y se iguala lo escabroso (Bar 5,7). Se liman asperezas, se suprimen desigualdades y se
acortan distancias para que la salvación llegue a todos.
Adviento es el tiempo litúrgico dedicado por por excelencia a la esperanza. Y esperar es ser capaz de cambiar, y
ser capaz de soñar con la Utopía, y de provocarla, aun en aquellas situaciones en las que parece imposible.
- Para que en este tiempo de Adviento, alimentemos nuestra esperanza y la de los demás, dando
testimonio concreto, con nuestro compromiso, de que el mundo puede cambiar y de que la esperanza es posible,
roguemos al Señor.
11/12/09 P. Cristobal
-Charles Chaplin (concurso)
-La crítica vacía
- Si no somos capaces de dar testimonio de lo que decimos, mejor callarnos y hacer que nuestras obras sean
nuestras palabras (ellas daran testimonio de lo que somos).
Es como si dijera:
«No pongáis trabas a la comunicación amorosa de Dios».
Hemos de pulir nuestro carácter. Hemos de reconstruir nuestra manera de hacer. Todo aquello que, en
definitiva, falsea nuestra responsabilidad: el orgullo, la ambición, la venganza, la dureza de corazón, etc.
Aquellas actitudes que nos hacen como dioses del poder en el mundo, sin querer reconocer que no somos los
amos del mundo. Somos una pequeñez dentro de la extensa historia de la Humanidad.
13/12/09
Domingo 3º de Adviento. Ciclo C.
Sof 3,14-18a: ―El Señor se alegra con júbilo en ti‖
Interleccional Is 12,2-6: "Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel"
Flp 4,4-7: ―El Señor está cerca‖
Lc 3, 10-18: ―Maestro, ¿qué debemos hacer?‖
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El texto del profeta Sofonías nos habla de un tiempo poco antes del reinado de Josías. El país se hallaba
sumido en la mayor miseria moral y hacía tiempo se dejaba sentir la amenaza de Asiria. Sofonías, testigo de los
grandes pecados de Israel y del duro castigo con que Dios va a purificar a su pueblo, preanuncia la restauración
y redención que Dios va a obrar. A los beneficiarios de ella los llama el ―resto‖. Con este ―resto‖ creará Dios un
pueblo nuevo.
Los textos de la liturgia de hoy nos invitan a la alegría. Ese es el modo de esperar al Señor: la auténtica alegría
del pueblo de Dios es Cristo, el Mesías largo tiempo esperado. A los filipenses Pablo les recomienda: ―Alegraos
siempre en el señor. Otra vez os digo, alegraos‖ El pasaje de Lucas nos habla del testimonio de Juan Bautista, el
precursor. Su predicación impresiona al pueblo, la gente se acerca para preguntarle: ―¿Qué debemos hacer?‖ El
Evangelio pretende que el oyente de la Palabra de Dios se convierta, es decir, que su conducta y su
comportamiento estén de acuerdo con la justicia que exige el Reino. La conversión es un cambio de conducta
más que un cambio de ideas; es la transformación de una situación vieja en una situación nueva. Convertirse es
actuar de manera evangélica. El evangelio nos invita a una ―conversión al futuro‖ que se despliega en el Reino.
No es mirar y volverse atrás. El futuro (que es Dios y su reinado) es la meta de la llamada a la conversión.
¿Qué debemos hacer? Es la pregunta que muchos nos podemos formular hoy. La respuesta de Juan Bautista no
es teoría vacía. Es a través de gestos y acciones concretas de justicia, respeto, solidaridad, y coherencia
cristiana, como demostramos nuestra voluntad de paz, vamos construyendo un tejido social más digno de hijos
de Dios, vamos conquistando los cambios radicales y profundos que nuestra vida y nuestra sociedad necesitan.
Pero para eso, es necesario purificar el corazón, dejarnos invadir por el Espíritu de Dios, liberarnos de las
ataduras del egoísmo y el acomodamiento, no temer al cambio y disponernos con alegría, con esperanza y
entusiasmo a contribuir en la construcción de un futuro no remoto más humano, que sea verdadera expresión del
Reino de Dios que Jesús nos trae, y así poder exclamar con alegría: ¡venga a nosotros tu Reino, Señor!
CONTINUA AQUÍ 09/09/10
Martes, 15/12/09 p. cristobal
A veces Dios quiere de nosotros no una respuesta lista, pero que su palabra sea capaz de inquietarnos: no basta
con decir sí al señor, pero hacer de nuestro sí, un compromiso verdadero con la vida.
Los hijos mas amados son los que en silencio hacen todo, sin que se lo pida que haga. La disponibilidad
Minha:
15/12/09 P. Cristobal
En la liturgia de hoy, Jesús descalifica la autoridad de de los sumos sacerdotes, escribas y fariseos, los grupos
que más tenían el celo por el templo y la ley de Moisés. En esto está la crítica de Jesús por la falta de
coherencia de estos, cuanto a su predicación acerca de la venida del Mesías. Todo esto suena como se supieran
que un día vendría el mesías, pero ellos quien determinaría como sería este mesías.
Si la religión oficial no fue capaz de enjergar la llegada de el que más esperaron por muchas generaciones, por
otro lado, los que no tenían religión, culto o preceptos morales, lo hicierón.
Por esto Jesús da gracias al padre, porque Dios mismo ocultó estas cosas a los sabios y entendidos; sus orgullos
u egoísmos legales no les permitiría comprender; también en otro pasaje dice, ―ni todo el que me dice señor,
señor, entrará en el reino del cielo‖. Justo por estos factores.
A los pocos nosotros entramos también en esta actitud de una espera falsa, en que ―queremos, pero no nos
conviene‖, pues aceptar que venga Jesús a nuestra vida significa dejar muchas cosas para traz y no queremos.
Cuando leamos este texto, observemos lo que pasó con aquellos que reconocieron a Jesús como el hijo de Dios.
14
Cambiaron de estilo de vida: las prostitutas, los publicanos, (Zaqueo), algunos fariseos (San Pablo), josé de
Arimatea (el que regaló la tumba de Jesús). Todo esto son cosas que nos ayudan a comprender, porque, antes de
la navidad, hay que pasar por un cambio de vida, a menos que todo esto no tenga ningún sentido a nuestras
vidas. Todavía hay tiempo, siempre hay, para tener un encuentro verdadero con Jesús en su llegada.
Miercules, 16/12
Hoy, cuando vemos que en nuestra vida no sabemos qué hemos de esperar, cuando a veces perdemos la ilusión
porque no nos atrevemos a mirar más allá de nuestras deficiencias, cuando estamos alegres por ser fieles a
Jesucristo y, a la vez, inquietos o lánguidos por no saborear los frutos de nuestra misión apostólica, el Señor
quiere que nos preguntemos como Juan Bautista: «¿Debemos esperar a otro?» (Lc 7,20). Está claro, el Señor es
―listo‖, y quiere aprovechar esta incertidumbre —por cierto, de lo más normal— para que hagamos examen de
toda nuestra vida, veamos nuestras deficiencias, nuestros esfuerzos, nuestras enfermedades... y, así, nos
reafirmemos en nuestra fe y multipliquemos ―infinitamente‖ nuestra esperanza.
Juan ha escuchado de la obra profética de Jesús en Galilea, y envía a preguntarle si es el Mesías, el esperado. El
Mesías esperado por los discípulos de Juan era más que todo un rey nacionalista que iba a liberar al pueblo de
Israel del poder de los romanos; un Mesías guerrero que vendría a vengar todo el sufrimiento que había
sobrellevado el pueblo. Pero Jesús da señales contrarias a estas pretensiones: no es un rey de guerras y
venganzas, sino de misericordia y de amor.
Jesús, con sus acciones, les da testimonio de que realmente es el Mesías. Para esto les hace ―ver y oír‖. Luego
los envía a dar testimonio de lo que han visto y oído. Vale mucho más la experiencia personal con Jesús cuando
se transmite a otros, en este caso a Juan.
El anuncio del reino es testimonial, pasa por las reparaciones de las injusticias, de las dolencias, del ataque
frontal al pecado y a todo aquello que genera desigualdad entre los hombres. Dar testimonio de Jesús y de su
proyecto es nuestra misión hoy. Jesús es el Mesías y hace una opción concreta: los necesitados; ellos son los
primeros destinatarios de la Buena Noticia. Para nosotros, ¿cuál es nuestra propia experiencia personal con
Jesús? ¿Realmente estamos optando por los necesitados? ¿Y con qué acciones concretas estamos dando
testimonio de lo que vemos y oímos cada día de Jesús?
Dom, 20/12/09 P. Cristobal
Miqueas fue un profeta que en sus plegárias atacó sobre todo a los poderosos que abusaban del pobre para robar
y oprimir, a los jueces corrompidos, fue el que en la profecía anunció que jesús nascería en Belén.
El encuentro de María con Isabel es también el encuentro del pasado con el futuro: Es el inicio de un nuevo
tiempo en que AT e NT están juntos, para decir que la imperfección humana de una mujer trajo el pecado, pero,
en su misma fragilidad humana, una, estéril, fue agraciada por Dios y la otra cambia la historia del mundo y la
condición de la mujer. Como en la boda de Caná, donde Jesús convierte agua en vino, (el vino que representa el
antiguo testamento, por el envejecimiento de la uva, y el agua que es la purificación). Jesús extremiese al AT
dando nueva vida a él. A los que pudieron comprender su venida, ayudaron a nascer el nuevo tiempo para el
pueblo de dios. Y todos nosotros debemos creer en esta gracia divina. Pogamonos en las manos del señor, para
que hagamos, nosotros también cada día de nuestras vidas, un nuevo tiempo, mejor, de esperanza y de paz. Que
la presencia de Jesús estremezca nuestra vida de alegría.
Apuntes de la homilia de 20/12/09
Visita de María a isabel
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Miqueas => en Belén nacerá el mesías.
Evangélio => Tres características:
1 – Encuentro de Dos embarazadas
2 – encuentro de dos niños generados por obra divina
3 – encuentro del pasado con el futuro.
Isabel: ansiana representando el antiguo
María: Jovén representando el nuevo
Las dos, con lamisma esperanza de un nuevo tiempo,
en ellas fueron elegidas para dar el paso de su inicio.
23/12/09 P. Cristobal
«Esto dice el Señor: ‗Yo envío mi mensajero para que prepare el camino delante de Mí‘» (Mal 3,1). La profecía
de Malaquías se cumple en Juan Bautista.
- Las promesas de dios son cumplidas
- Pasamosa vida pidiendo - Dios não tiene el objetivo de hacer nuestras voluntades particulares/nosotros
sí, la de él
- Zacarías pensó que todas su vida había hecholavoluntad de él: pero, esperando algo
- No hacía la voluntad de Dios, querían que Dios hiciera las suyas
- Por eso Dios le hizo calar, hasta que lo que dijera, fuera la voluntad de Dios, no la de él
Navida, 25/12/09 p. cristobal
En el principio Dios era la palabra: ¿Como podríamos decir hoy estas palabras?
El verbo Divino se hizo gente con-nosotros:
Dios se hizo la voz de los mudos, la luz para los ojos de los ciegos: de los ojos y del corazón; la vida humana
estaba tan fragilizada, que Dios la quiso ocuparla, para que una vez más, la humanidad alcanzara la dignidad del
soplo divino de la creación que Dios nos dio.
Dios, es tan compresible con nosotros, que hizo algo parecido con la mamá, cuando pone la comida en la boca
de su bebé, lo prueba para ver si está muy caliente, agrio o frio; nos dio a su hijo para repetir lo que hizo a
mucho tiempo ―yo he visto el sufrimiento de mi pueblo y bajé para salvarlo (éxodo);
La Navidad es un recuerdo de lo mucho que Dios puede hacer por nosotros.
Domingo, sagrada familia: 27/12/09
Difícilmente se puede poner remedio a los déficits de educación del hogar. Todo aquello que no se aprende en
casa tampoco se aprende fuera, si no es con gran dificultad. Jesús vivía y aprendía con naturalidad en el hogar
de Nazaret las virtudes que José y María ejercían constantemente: espíritu de servicio a Dios y a los hombres,
piedad, amor al trabajo bien hecho, solicitud de unos por los otros, delicadeza, respeto, horror al pecado... Los
niños, para crecer como cristianos, necesitan testimonios y, si éstos son los padres, esos niños serán
afortunados.
Es necesario que todos vayamos hoy a buscar la sabiduría de Cristo para llevarla a nuestras familias. Un antiguo
escritor, Orígenes, comentando el Evangelio de hoy, decía que es necesario que aquel que busca a Cristo, lo
busque no de manera negligente y con apatía, como lo hacen algunos que no llegan a encontrarlo. Hay que
buscarlo con ―inquietud‖, con un gran afán, como lo buscaban José y María.
16
No es fácil entender los planes de Dios. Ni siquiera María ―entiende‖. Pero hay tres exigencias fundamentales
para entrar en comunión con Dios: 1) Buscarlo (José y María ―se pusieron a buscarlo‖); 2) Creer en Él (María es
―la que ha creído‖); y 3) Meditar la Palabra de Dios (―María conservaba esto en su corazón‖).
Misa de los niños 27/12/09 sagrada família
Papá: Señor, Bendice a nustra família,Guarda nuestro hogar y danos tu paz; danos coraje para enfrentar con
sabiduría y amor las necesidades de cada día, transformándonos en instrumentos de tu voluntad.
Mamá: Señor Jesús, que quisiste ser niño, protege a nuestros hijos.. frutos de nuestro amor, fuente de nuestra
alegría, esperanza de nuestra vida.
Tú que dejabas que los pequeños se acercaran a ti y los bendecías; bendice también a los nuestros y no permitas
que sus inocencias seam profanadas por el mal.
Papá: Haz que crezcan, según tu ejemplo, en edad, sabiduría y gracia. Haz que veamos tu rostro en sus ojos y
que en él reencontremos nuestra infancia, con todas sus promesas. Que nuestros hijos nos enseñen a ser niños,
para entrar en el reino.
Mamá: Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret; Ayúdanos, Padre
amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine amor, la paz y la alegría.
Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría.
Niño:Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor.
Joven: Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de
angustia. Haz que el niño Jesús transfome nuestros corazones: ayúdanos a sobrellevar las obligaciones
familiares de una manera santa.
Niño: Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros; y a
perdonarnos mutuamente nuestras faltas, como Tú perdonas nuestros pecados.
Niño: Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran
sonrisa.
31/12/09
La «maternidad divina de María
Litúrgicamente, hoy es la fiesta de «Santa María Madre de Dios»; es también la «octava de Navidad» y por
tanto el recuerdo de «la circuncisión de Jesús», celebración judía que se celebraba al octavo día del nacimiento
de los niños, y en la que se les imponía el nombre.
Pero hoy es también el primer día del año civil, «¡Año Nuevo!», y la Jornada Mundial por la Paz, que aunque
originalmente es una iniciativa eclesiástica católica, ha alcanzado una notable aceptación en la sociedad,
gozando ya de un cierto estatuto civil.
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ORACIÓN DEL AÑO NUEVO
Gracias señor por todo cuanto me diste en el año que termina.
Gracias por los días de sol y los nublados tristes por las tardes tranquilas y las noches oscuras.
Gracias por lo que nos prestaste y luego nos pediste.
Gracias señor por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y todo lo hermoso, por todo lo dulce, por
las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las personas buenas.
Gracias por la soledad y por el trabajo, por las inquietudes y las dificultades, por las lágrimas, por todo lo que
nos acerco a ti.
Gracias por habernos conservado la vida, por habernos dado techo, abrigo y sustento.
¿Que nos traerá el año que comienza?
Lo que quiera Señor pero te pedimos:
FE para mirarte en todo.
ESPERANZA para no desfallecer.
CARIDAD para amarte cada vez mas y hacerte amar por los que nos rodean.
Dadnos paciencia, humildad, desprendimiento y generosidad.
Dadnos Señor lo que Tu sabes que nos conviene y no sabemos pedir.
Que tengamos un corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activos y que nos hallemos siempre
dispuestos a hacer tu voluntad.
Derrama Señor tu gracia sobre todos los que amamos y concede tu paz al mundo entero, a nuestro barrio,
nuestra ciudad, nuestro país.
madre de dios y nuestra, ayudanos a contruir um mundo más humano en 2010, donde podamos vir libres de
toda violencia, secuestro, drogas y de todo lo que nos aleja de: Así sea....
1 de enero noche
Al empezar este nuevo año, la liturgia de hoy nos presenta tres lecturas que con la misma característica:
Nm: Una bendición, Sal 66: Piedad y bendición: Ev. María meditava
Celebramos, la fiesta del año nuevo, solemnidad de María madre de Dios e La circuncisión de Jesús, (dar el
nombre) y más, jornada mundial por la paz:
En el lenguaje de la Biblia dar el nombre significa tomar posesión de lo que se nombra: "Dios llama por su
nombre a las estrellas; Jesús llama a Simón, hijo de Juan, "Cefas". José así, se hace responsable del Niño, Jesús,
en su misión mesiánica de Salvador. "Al cumplirse los ocho días, cuando tocaba circuncidar al Niño, le
pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción" Lucas 2,21.
Para todo lo que Jesús hacía, hacías algo nuevo: cambiaba los nombres de los que le seguía (Pedro), nombre
familiar de Juan bautista, su nombre debería tener como lo de José, por la tradición. Pero, todo es nuevo, la
buena nueva que Dios anunció. Por eso, hoy, en este nuevo año, cambiemos nuestras palabras, pensamientos,
acciones e renovemos nuestro ser cristiano, para que al terminar este año, tengamos solo lo que agradecer y no
lamentar.
Si es día de la jornada mundial de la paz: no esperemos que el otro nos dejen en paz, o que seamos nosotros
mismos la paz: la paz que esperamos de los demás está dentro de nostros, en nuestras actitudes.
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02/01/10
Una de las grandes confusiones en el seno de las primeras comunidades cristianas tuvo que ver con la figura de
Juan el Bautista. Muchos grupos de creyentes consideraban a Juan como el Mesías esperado. Esta situación nos
permite comprender la insistencia del evangelio de Juan en mostrar a Juan el Bautista en persona afirmando su
papel de precursor y negando categóricamente que sea el Mesías. Para la comunidad del Cuarto Evangelio es
muy claro que Jesús es la luz, mientras que Juan el Bautista es el testigo de la luz. Jesús es la Palabra viviente
del Padre, mientras el bautizante es una voz que da testimonio a favor de la Palabra. Jesús-Palabra existe desde
el principio junto a Dios, mientras el Bautista aunque ha nacido cronológicamente antes de Jesús, sin embargo
es posterior e inferior a él. Para el Cuarto Evangelio, Juan el Bautista, es el que testifica a favor de Jesús, es el
último profeta del Antiguo Testamento y por lo tanto dentro del plan de la salvación, tiene que ceder el lugar a
quien inaugura los nuevos tiempos de la salvación. Continuemos con mística y profecía la tarea iniciada por el
Bautista.
Domingo, 3 de diciembre de 2010 (P. cristovaos, svd)
Epi-fanía del Señor
La primera lectura, tomada del profeta Isaías es un oráculo de consuelo para Jerusalén, la ciudad tantas
veces asediada, tomada y destruida. Aquí, y en otros lugares del mismo libro, aparece representada como una
mujer, madre y esposa, a quien se anuncia el regreso de sus hijos dispersos, el homenaje de los pueblos
extranjeros. La imagen de las tinieblas sobre el mundo que son barridas por el sol divino, por la luz de una
nueva aurora, Luz de la verdad y la justicia, de la bondad y las misericordias divinas que se compadecen de
nuestros males. La luz que caracteriza la fiesta de la «Epi-fanía» (= manifestación) que estamos celebrando.
En la lectura tomada de la carta a los Efesios también se habla de Epifanía, de manifestación y revelación de
cosas ocultas. No para desconcertarnos o sumirnos en el temor, sino todo lo contrario: para llenarnos de alegría
al conocer el plan misterioso de Dios. «Que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo
y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio».
«Gentiles» somos todos los pueblos de la tierra que no estamos étnicamente vinculados con el judaísmo. Ellos,
los judíos, se consideraban el único pueblo elegido. «todo hombre, todo ser humano, es mi hermano». Que no
existe razón alguna para despreciar a nadie, ni por su raza, ni por su lengua, ni por su religión, ni por su
particular cultura, ni por su condición social, ni por ninguna razón. El misterio de que habla San Pablo es
precisamente ese: que Dios nos considera a todos iguales, y nos ama en consecuencia, a todos por igual, con
particular predilección por los que nosotros nos empeñamos en excluir.
Herodes y Jerusalén no reconocen al Mesías y le ponen una trampa; por el contrario, los Magos extranjeros,
símbolo de las naciones paganas son los primeros que vienen a adorar al Salvador. Éste es uno de los temas más
trabajados por esa comunidad evangélica de Mateo.
Para ella queda claro, que el Dios que se nos revela en la persona del Señor Jesucristo, no le pertenece a ningún
pueblo, a ninguna raza, a ninguna nación, y tampoco a ninguna religión. Dios es para todos y, todos los pueblos
están llamados a congregarse en torno a él.
Epifania: aparicón, surgimiento: revelación de la presencia espiritual y física de dios en nuestro medio.
08/01/10
: ¿Han oído alguna vez la palabra Molokai?
Les cuento la historia de ―El P. Damián‖.
19
Un sacerdote, el P. Damián, decidió ejercer su ministerio entre los leprosos de Molokai en Hawai. Y se entregó
a ellos con la misma compasión de Jesús.
Pero un día comenzó su predicación con estas palabras: "Mis hermanos leprosos". Aquel día el P. Damián no
sólo era el párroco de los leprosos; era también su igual, era un leproso más. Se había contagiado. Nunca volvió
a su tierra. Como leproso que era, tenía prohibido salir de la isla maldita. Y murió de lepra. Su santidad ha sido
reconocida públicamente. Ya ha sido declarado beato y está en los altares.>
El P. Damián siguió el ejemplo de Jesús. Dios Padre lo envió a derribar todas las barreras que nos separan de Él
y de los hermanos. Para Dios nadie es intocable, nadie es impuro. Dios no quiere cuarentenas, separaciones,
exclusiones, marginaciones….
La lepra en verdad, bibicamente hablando simboliza otra enfermidad: el aislamento de las persona por sentirse
puro o impuro ante los demás.
Rescatar el cristo perdon, misericordia, compasión, cristo entregado,…
Dom. 17/01/10 Bodas de caná - pe. Cristovaosvd
Para la lógica del Evangelio de Juan, el Banquete es un tema fundamental. La teología del banquete se
abre con la misión de Jesús en Caná de Galilea, y se cierra con la última Cena, fundamento de la Eucaristía. El
Banquete es por tanto un signo mesiánico, donde se anuncia la llegada del Reino y se presenta a Jesús,
Soberano del Reino. Es un símbolo fundamental que explica en la cotidianidad la presencia del Reino en medio
de la historia.
El milagro de las bodas en Caná de Galilea, no es simplemente ausencia de vino. El texto indica, que había allí
en un lugar de la casa, unas tinajas de piedra vacías, seis en total. Son tinajas destinadas para contener el agua
de la purificación ritual de los creyentes judíos. Pero están secas. Este símbolo, indica la sequedad en que se
encuentra el modelo religioso judío.
Las Tinajas de Piedra resulta en el simbilo de la ley de moysés: Jesús pide para que las llenen con agua, cono
signo de nueva purificación. Es trasformada en vino, símbolo de la alegría, del gozo mesiánico, de la fiesta de la
llegada del tiempo nuevo del Reino de Dios.
Este evangelio indica dos dimenciones: una teologica, la que da inicio a la ación de Jesús como mesias;
La otra: un Jesus humano que, hace lo que pide su madre; en este texto, la iglesia fundamenta la intercesion de
Maria por nosotros. Ella conocia profundamente el poder de su hijo y ordena que hagan todo lo que él diga.
La transformación del agua (signo de purificación) en signo de salvación (su sangre); que este signo de
purificación y de salvación renueve la vida de toda humanidad.
Martes, 19/01/10 P. Cristovao, svd
Los fariseos, han deformado la Ley de Moisés, quedándose en las pequeñeces y olvidándose del espíritu que la
informa.
Los fariseos, en efecto, acusan a los discípulos de Jesús de violar el sábado (cf. Mc 2,24).
Según su casuística agobiante, arrancar espigas equivale a ―segar‖, y trillar significa ―batir‖: estas tareas del
campo —y una cuarentena más que podríamos añadir— estaban prohibidas en sábado, día de descanso. Como
ya sabemos, los panes de la ofrenda de los que nos habla el Evangelio, eran doce panes que se colocaban cada
semana en la mesa del santuario, como un homenaje de las doce tribus de Israel a su Dios y Señor.
20
El Concilio Vaticano II, inspirándose en la perícopa que comentamos, y para subrayar que la persona ha de estar
por encima de las cuestiones económicas y sociales, dice: «El orden social y su progresivo desarrollo se han de
subordinar en todo momento al bien de la persona, porque el orden de las cosas se ha de someter al orden de las
personas, y no al revés.
El mismo Señor lo advirtió cuando dijo que el sábado había sido hecho para el hombre, y no el hombre para el
sábado (cf. Mc 2,27)».
San Agustín nos dice: «Ama y haz lo que quieras». ¿Lo hemos entendido bien, o todavía la obsesión por aquello
que es secundario ahoga el amor que hay que poner en todo lo que hacemos? Trabajar, perdonar, corregir, ir a
misa los domingos, cuidar a los enfermos, cumplir los mandamientos..., ¿lo hacemos porque toca o por amor de
Dios? Ojalá que estas consideraciones nos ayuden a vivificar todas nuestras obras con el amor que el Señor ha
puesto en nuestros corazones, precisamente para que le podamos amar a Él.
Para Jesús, su trabajo no tiene día, u hora, hay que hacerlo cuando necesite los hijos de Dios
20/01/10 P. Cristovão, svd
Hoy, Jesús nos enseña que hay que obrar el bien en todo tiempo: no hay un tiempo para hacer el bien y otro para
descuidar el amor a los demás. El amor que nos viene de Dios nos conduce a la Ley suprema, que nos dejó
Jesús en el mandamiento nuevo: «Amaos unos a otros como yo mismo os he amado» (Jn 13,34). Él mismo
cumple los preceptos la Ley de Moisés y acude a la sinagoga el sábado; lo que Jesús critica es la interpretación
estrecha de la Ley que han hecho los maestros y los fariseos, una interpretación que deja poco lugar a la
misericordia.
Jesucristo ha venido a proclamar el Evangelio de la salvación, pero sus adversarios, lejos de dejarse convencer,
buscan pretextos contra Él: «Había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le
curaba en sábado para poder acusarle» (Mc 3,1-2). Al mismo tiempo que podemos ver la acción de la gracia,
constatamos la dureza del corazón de unos hombres orgullosos que creen tener la verdad de su parte.
¿Experimentaron alegría los fariseos al ver aquel pobre hombre con la salud restablecida? No, todo lo contrario,
se obcecaron todavía más, hasta el punto de ir a hacer tratos con los herodianos —sus enemigos naturales—
para mirar de perder a Jesús, ¡curiosa alianza!
Con su acción, Jesús libera también el sábado de las cadenas con las cuales lo habían atado los maestros de la
Ley y los fariseos, y le restituye su sentido verdadero: día de comunión entre Dios y el hombre, día de
liberación de la esclavitud, día de la salvación de las fuerzas del mal. Nos dice san Agustín: «Quien tiene la
conciencia en paz, está tranquilo, y esta misma tranquilidad es el sábado del corazón». En Jesucristo, el sábado
se abre ya al don del domingo.
Jueves, 21/01/10 P. Cristobal
Esta semana la liturgia muestra el trayecto de la vida de David, para comparar su misión con la de Jesús.
Las multitudes siguen a Jesús
Espera en él, el rey (hijo de Dios como los faraones).
Jesús es identificado como grande, por sus obras, pero todo el tiempo quiere ser pequeño.
Todos ellos van buscando circo y pan
Cristianismo, embriagado muchas veces, en lo cuantitativo de las masas, descuidó lo cualitativo
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Su acción consiste en sentir el dolor y la miseria de la humanidad, para llevar a los hombres y mujeres a su
plenificación.
22/01/10
La primera lectura, Saúl reconoce su error y reconoce la elección que Dios hizo a David. Muere toda su
descendencia para que David pudiera ser Rey.
Como David fue elegido por Dios, Jesús escoje a sus apóstoles
Jesús llama por el nombre, como hizo Dios, a los profetas
Se va a la montanha (nuevo Moysés- nueva alianza)
Procura los más disponibles, pero los que él quizo
Ser apóstol es una realidad que implica tener rostro y nombre delante de Dios y en medio de la comunidad. Los
invitó a vivenciar nuevas realidades en torno a él.
Esas personas, transformaron sus vidas y fieles al Señor conformaron una comunidad que daría origen a la
Iglesia.
La comunidad cristiana, tiene la tarea de seguir convocando a la humanidad para lograr consolidar la gran
familia de Dios.
¿Y para qué nos ha llamado? Para estar con Él.
Él permanece en y con los que le siguen
Démosle gracias al Señor, que con los apóstoles, nos llamó a cada uno de nosotros a vivir la experiencia del
Reino.
Sabado, 23/01/10
Jesús, con su acción y su palabra, desafía el orden legalmente establecido. Su forma de actuar, se convierte en
una amenaza para la autoridad política del momento, en blasfemia para el aparato religioso y en vergüenza para
los más cercanos a él, su familia. Hoy vemos como la familia de Jesús corre en su búsqueda, con el único deseo
de detener su acción en medio de aquella sociedad. Jesús no es comprendido por los de su tiempo, tampoco por
su familia, que se encontraban envueltos en los enredos socio-religioso de entonces. Él, que era un líder social y
religioso, vive en carne propia el rechazo y la incomprensión de los suyos. La gente está tan conforme con la
realidad que vive, que no se imaginan, algo nuevo, no quieren conocer nuevas realidades, ni de Dios, ni del ser
humano, ni de su sociedad. Por eso hasta su familia lo busca, lo quieren encerrar, porque todos dicen que está
fuera de sí, que está loco.
Jesús, como todos los que se enfrentan al orden establecido, sabe que tiene que pagar muy caro el tocar las
estructuras de poder. No cuenta ni siquiera con los más cercanos. Es incomprendido por todos. ¿También por
nosotros?
Domingo 24/01/10
En las lecturas de hoy, el profeta Neemías nos presenta un poco del zelo que tenía por la ley (Torah o
Pentateuco).
A partir del siglo V AC, los judíos han regresado del destierro en Babilonia y a duras penas han logrado
reconstruir el templo, las murallas de la ciudad, sus propias casas.
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Enfrentan la hostilidad de muchos vecinos envidiosos que los emperadores persas les hayan permitido regresar.
Les hace falta urgentemente una norma de vida, una especie de "constitución" .por medio de la cual puedan
regirse en todos las aspectos de la vida personal, social y religiosa. Esdras, un líder, respetado por todos y
considerado levita y escriba, les da esa ley, esa constitución que necesitan, proclamando solemnemente, ante
todo el pueblo reunido, la santa Ley de Dios. Ya vimos como respondió la gente: comprometiéndose a
cumplirla y guardarla, llorando sus infidelidades y, a instancias de sus líderes, celebrando una fiesta nacional: la
fiesta de la promulgación de la Ley divina. Desde ese remoto día, quinientos años antes de Jesucristo, hasta hoy,
los judíos ordenan sus vidas según los mandatos de la Torah o Pentateuco.
Esta ley con el pasar de los años fue relativisada, interpretada para fines personales de algunos grupos.
En la carta a los Coríntios, San Pablo refuersa la necesidad de poner en practica un reavivamento de la ley de
Dios, a partir de Jesús. Debemos ser unos para los otros como los miembros de nuestro cuerpo. Cada uno muy
importante, donde Jesús es la cabeça.
El inicio del Evangelio de lucas, tiene como introducción una presentación de Jesús como el mesías esperado
por todos, anunciado porlos profetas. Jesús es el hijo, confirmado por el padre, lleno del espíritu Santo; es
consagrado, para anunciar, la buena nueva del Señor, liberar a los cautivos,…
- Por todos los hombres y mujeres que todavía esperan la buena noticia de su liberación: para que haya
también hoy profetas que se la anuncien.
26/01
Envío de los doce
70 + 2 como el el AT
Ayer como hoy, la cosecha sigue siendo abundante, pero los obreros pocos. La Iglesia nos propone celebrar hoy
la fiesta de los Santos Timoteo y Tito, dos hombres que en un momento complejo, asumieron el mensaje de
Jesús y lo testificaron con su manera concreta de vivir. La Palabra de Jesús nos recuerda, que ser fieles al Reino,
es abandonar las estructuras de poder acuñadas en la conciencia, y que manifestamos en las relaciones que
establecemos y en las instituciones que organizamos.
El mensajero de la Buena Noticia, debe ser un hombre de paz, pero una paz que sea fruto de la justicia social.
La tarea de la evangelización le exige al creyente libertad para poder anunciar con valentía lo que es
fundamental en su vivencia de la fe. Estamos invitados a dejarlo todo, las riquezas, la familia, las relaciones que
no permiten el desarrollo concreto de la misión. La Paz que lleva el mensajero de la Buena Noticia, debe ser
experimentada primeramente en el corazón del que acepta a Jesús con toda radicalidad, para que pueda ser
manifestada a los demás hombres y mujeres del planeta. Anunciar el Evangelio no es fácil... ¿Estamos
dispuestos a ser portadores de la Paz con justicia social anunciada por Jesús?
27/01/10 PE. Cristobal
Frase: Justicia sin misericordia es crueldad
En el evangelio de hoy, me acuerdo de cuando tenía unos 15 Años y he visto un padre hacer un gesto simbólico
con una biblia y un cirio. Él decía que la palabra, la biblia es algo muy parecido con una luz. Se acercamos
demasiado de los ojos, nos cegamos más: ella sirve para iluminar nuestros caminos, como la luz. Está presente y
encarnada en la vida: así como no podemos andar mirando solo para el alto, pues, la luz está cumpliendo su
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papel al iluminar el camino. Cada don que Dios puso en nosotros tiene que ser como una luz, no sirve para
nuestros egoísmos, pero, para poner en práctica lo poquito de Dios que tenemos en nosotros.
Yo no concordo con muchas cosas que hay en los que comprobadamente son genios, inteligentes; por ejemplo,
San tomas, fue un genio, filosofo, teólogo y obispo, pero como un pensador de su tiempo, pensaba como tal.
Como individuo, la mujer es un ser endeble y defectuoso.
El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la
madre es tan sólo el principio pasivo.
29/01/2010
Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana a sus vidas: «Un hombre echa el grano en la tierra
(...); el grano brota y crece (...). La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo
abundante en la espiga»
Así, este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno— se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo,
a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Porque quien vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor (...), a
fin de que penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz de la verdad, que haga rectos los caminos
que conducen a Dios?» La semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza que, cuando se siembra en la
tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace
mayor que todas las hortalizas» (Mc 4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un vigor
sorprendente. Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos pide hoy que difundamos su Reino por
todo el mundo.
Lo que nos recuerda la parábola de hoy, es que las plantas crecen por la fuerza de la tierra y no por el poder del
sembrador. Esta gran comparación, Jesús la aplica al Reino. Es decir, el Reino es obra de Dios.
04/02/10. Cristovao,svd
Miremos algunas características de esa misión: debe ser itinerante, es decir, deberá invitar a caminar de nuevo.
Seguro que esta misión era breve por eso deberían ir ligeros de equipaje, libres, sin muchas cosas, insistiendo
más en el anuncio inmediato, que en los resultados.
confrontar el estilo original y la práctica de aquel momento. una llamada a un impulso misionero más
arriesgado, menos miedoso. disponibilidad para encontrar a la gente, al enfermo., el ser humano- y liberarlo,
ungirlo con aceite, sanar las heridas y el corazón.
Caridad y premura con los que sufren, pero también valor para desenmascarar la hipocresía y la cerrazón, deben
irse, sin lamentarse del lugar donde no hay acogida del Reino, donde el rechazo o la hipocresía hacen estéril el
an-ñuncio y el testimonio.
5-02-10 P. Cristóbal
Muchas VECES durante el año la liturgia recorda a Juan el Bautista, hoy, aparece esta figura profética y muy
parecida con la figura de Jesús. Todos los evangelios relacionan mucho a Juan el Bautista con Jesús, casi con un
paralelismo. Los dos son considerados profetas, justos y santos, a los dos los escucha con veneración la gente y
los discípulos y los dos son temidos, tanto por los dirigentes religiosos como por las autoridades civiles. Jesús
inicia su predicación después de ser bautizado por Juan, cuando Juan es encarcelado, Jesús lo reemplaza en el
anuncio del Reino; Ambos morirán víctimas del odio y dando testimonio de la verdad y del reino de salvación
que anuncian de parte de Dios. No deja de llamar la atención el paralelismo entre Juan el Bautista y Jesús, la
muerte de Juan anunciaba la de Jesús..
Domingo, 7 de Feb. 2010. P. Cristovao, svd
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Is 6, 1-2a. 3-8: "¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?"
Salmo: 137 ―Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor‖
1Cor 15, 1-11 ―Porque yo soy el menor de los apóstoles‖
Lc 5, 1-11 "No temas; desde ahora serás pescador de hombres."
La liturgia de hoy, nos ofrece el diálogo, sencillo y profundo a la vez, entre dos personajes, uno del AT y otro
del NT. Isaías con Dios y Simón Pedro, con Jesús.
En los dos casos, hay un temor a Dios por sus pecados: pero, siendo pecadores, Dios los quieren para su
servicio. (―¡Ay de mí!, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros,..) ―¡Apártate de mí, Señor,
porque soy un pecador!‖
Al atender al pedido de Jesús, Pedro expresa la confianza en la Palabra de aquel que nos ha prometido que
nunca nos dejará solos.
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las
redes» (Lc 5,5 Esta respuesta de Pedro la podemos entender en relación con las palabras de María en las bodas
de Caná: «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5
El Señor llama a los Apóstoles a ser pescadores de hombres, pero el verdadero pescador es Él: el buen discípulo
no es más que la red que recoge la pesca, y esta red solamente es efectiva si actúa como lo hicieron los
Apóstoles: dejándolo todo y siguiendo al Señor (cf. Lc 5,11).
Como en la primera lectura, ante la certeza de que está en la presencia de Dios, La exclamación angustiosa que
expresa conversión es atendida, en los dos casos: a Isaías, Dios purifica su boca, para que Dios hable por ella. A
Pedro, el Señor, lo convierte en pescador de hombres. Isaías, reconoce su condición de pecador, pero, Dios lo
purifica y lo envía: a Pedro, el señor lo tranquiliza dándole el título de pescador de hombres. "... desde ahora
serás pescador de hombres": pone en énfasis la actividad misionera que Simón está llamado a realizar. v.11:
"dejándolo todo, le siguieron".
Aunque nos sintamos indignos de la presencia de Dios. Él siempre espera algo de nosotros; sabemos que somos
débiles y frágiles, y que muchas veces nuestra respuesta es limitada, sin embargo, nuestra vocación consiste en
percibir que Dios nos tiene en cuenta. Él sigue poniendo en nuestras manos su proyecto de vida; no tengamos
miedo, pues, él nos conduce y nos guía.
09/02/10
- Jesús, un hombre libre y liberador
- estar más cerca de Dios es necesario convertirse y seguirlo de corazón.
- El mandamiento del amor a Dios está por encima de los afectos familiares y la economía del templo.
- el compromiso por la vida
- una mirada más alta: Ir más allá del lavarse las manos y llegar a amar y comprometerse.
- muestra un rostro nuevo de Dios.
El Dios de Jesús y el Dios nuestro es un Dios de libertad, de vida, de justicia, de amor. Hoy Señor te damos
gracias por tu palabra sincera y valiente. Gracias porque nos has dicho que prefieres una religión de amor y de
libertad.
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Sábado, 13/02/10. P. Cristovao, svd
La primera lectura tiene algunos elementos que nos pueden ayudar a entender mejor el evangelio de hoy.
Jeroboam rey de Israel hace dos becerros (en el desierto habían hecho uno) y los coloca en dos montañas para
confesar que ellos habían sido los dioses que sacaron al pueblo de Egipto. Este hecho es el comienzo del fin del
Reino del Norte, el inicio de la desarticulación y la desunión. Jesús, al contrario, reúne al pueblo, no en Betel o
Dan, sino en el desierto, comparte con ellos tres días (Dios acompañó a su pueblo en el desierto cuarenta años)
y termina todo con una fiesta de comunión, un gran banquete en el que sobran siete canastas. Hubo dificultades
y pocas ganas de colaborar por parte de los discípulos, pero Jesús deja a todos satisfechos. El encuentro con la
Palabra culmina con el encuentro en la Mesa. Y Dios da pan a todos, vuelve a alimentar a su pueblo en el
desierto.
Hoy también en nuestras comunidades debemos encontrar espacios de comunión y participación en torno a
Jesús para llegar a adorar al verdadero y único Dios. Jesús nos llama, enseña, alimenta y une ¿por qué hay
tantas divisiones? ¿Por qué no hay espacio para todos? (Eran unos cuatro mil los que se alimentaron)
Pe. Cristovao, svd
Sábado:14/02/10 En la liturgia de Hoy, podemos hacer una comparación: rey David hoy, parece muy necio. No
si da cuenta de que el profeta habla de ‗el mismo. El ser humano ni siempre tiene conciencia de sus actitudes;
cuando se da cuenta en parte de las veces es tarde para reparar.
Cundo se ve en las tempestades de la vida grita por Dios. Jesús tiene poder sobre todo lo que puede asustarnos,
lo que amenazar nuestras vidas. Debemos confiar más en su poder. Poder de vida y de tranquilidad. Cada ser
humano tiene sus propias tempestades: ¿cómo reaccionamos? Pensamos que el señor duerme, o lo despertamos
dentro de nosotros.
Debemos tener la misma fe de Jesús; para permanecer firmes en nuestras tempestades: Jesús nunca nos
abandona.
Huellas en la arena:
15/02/10 Domingo: Medellín
El texto de Jeremías tiene dos partes, la primera (vv. 4-5) se refiere a su vocación, y la segunda (vv. 17-19) a su
envío profético
―me llegó una palabra de Iahvé‖. El profeta es llamado por la palabra para ser palabra de Dios en medio de su
pueblo. La palabra lo conoce desde antes de su nacimiento, lo que significa una intimidad profunda de Dios con
el profeta. La palabra lo consagra, es decir, Dios se lo reserva para sí, desde antes de nacer. Conocer y consagrar
son el marco para la misión de Jeremías: ser profeta de las naciones.
Jeremías se convierte en palabra de Dios ambulante. El temor no es ajeno a la vocación profética; lo importante
es no abandonar la vocación porque entonces sería Dios el que podría asustarnos, es decir, dejar de llamarnos,
de elegirnos y de consagrarnos, dejar de confiar en nosotros, y ¿qué susto peor puede recibir un profeta? Dios
no plantea su intervención para salvar al profeta en tiempos difíciles, sino que a él, personalmente, lo fortalecerá
internamente como un ―pilar de hierro‖, y externamente lo consolidará como una ―muralla de bronce‖.
La palabra será su fuerza en su lucha contra las autoridades (reyes, ministros, sacerdotes y propietarios), que
han olvidado la alianza de Iahvé, oprimiendo y marginando a su propio pueblo. La fortaleza también la
encuentra el profeta en la obediencia a la palabra que recibe y anuncia. Esto le asegura la compañía permanente
de Iahvé.
Con el texto de hoy, Pablo afirma categóricamente que el único ―carisma‖ absoluto es el del amor. El amor al
que se refiere el autor no es el amor helenista (eros), sino el amor cristiano (ágape), que es un amor que se
recibe, se entrega, se sirve y hasta da la vida por los hermanos. Sin amor, no tiene sentido ni el mejor de los
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carismas, sin amor, la palabra profética queda en el vacío, sin amor el amor de Dios pasa de largo en nuestras
vidas.
La palabra profética, debe ser muy juiciosa. Muchas veces repetimos la ensena del evangelio de hoy. Muchos
sacerdotes, no pueden hablar de las injusticias, de las cosas equivocadas de los cristianos. Muchos son callados,
con el derramamiento de su sangre viva. ¿Y qué paso con Jesús? El fue muerto por no callar ante las injusticias.
Era una forma de amar de él. Como cristianos debemos ser esta palabra viva. El sacerdote no existe solo para
rezar y ensenar la palabra de forma vacía. Ella tiene una aplicación para la realidad, sino, es muerta. Quien ama
es capaz de dar la vida como Jesús.
16-02-09 P. cristovao, svd
El tema del pan en Mc; dominante
Expresión de vida restaurada y compartida.
Las dificultades en comprender.
Son influenciados por la ideología de los fariseos
Pedían signos
Fermento de los fariseas y de Herodes) otro evangelio
D la exclusión: estabilidad de su reino; muerte
Alcanza la denuncia – profeta
Santiago resume en pocas palabras lo que quiso decir Jesús con estos regaños: debemos comprender las
palabras de Jesús, de tal forma que seamos devueltos a la condición de primera de la creación. Sin falsedades,
sin pecados en la presencia de Dios. Quien la comprende se acerca a Dios, /el pan de vida, en contrario, se
acerca a la muerte.
18-02-10 P. Cristovao, svd
Dt 30,15-20: ―Elige la vida, y vivirás tú y tu descendencia‖
Salmo 1: ―Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor‖
Lc 9,22-25: El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo.
Jesús, en el Evangelio, nos enseña dos rutas: el Via Crucis que Él ha de recorrer, y nuestro camino en su
seguimiento. El camino de Jesús se resume en tres palabras: sufrimiento, muerte, resurrección. Nuestro sendero
también lo constituyen tres aspectos (dos actitudes y la esencia de la vocación cristiana): negarnos a nosotros
mismos, tomar cada día la cruz y acompañar a Jesús.
Jesús con su lógica del Reino nos muestra cómo perder la vida para ganarla. Esto se entiende cuando no hay
resistencias al proyecto de Dios, cuando hay cambios, cuando se pone la confianza en el Señor... cuando se
camina con esperanza.
P. Cristovao, svd 19-02-10
El ayuno;
Buscando este sentido profundo, nos podemos preguntar: ¿cuál es el verdadero ayuno? Ya el profeta Isaías, en
la primera lectura de hoy, comenta cuál es el ayuno que Dios aprecia: «Parte con el hambriento tu pan, y a los
pobres y peregrinos mételos en tu casa; cuando vieres al desnudo, cúbrelo; no los rehuyas, que son hermanos
tuyos. Entonces tu luz saldrá como la mañana, y tu salud más pronto nacerá, y tu justicia irá delante de tu cara, y
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te acompañará el Señor» (Is 58,7-8). A Dios le gusta y espera de nosotros todo aquello que nos lleva al amor
auténtico con nuestros hermanos.
Cada año, el Santo Padre Juan Pablo II nos escribía un mensaje de Cuaresma. En uno de estos mensajes, bajo el
lema «Hace más feliz dar que recibir» (Hch 20,35), sus palabras nos ayudaron a descubrir esta misma
dimensión caritativa del ayuno, que nos dispone —desde lo profundo de nuestro corazón— a prepararnos para
la Pascua con un esfuerzo para identificarnos, cada vez más, con el amor de Cristo que le ha llevado hasta dar la
vida en la Cruz. En definitiva, «lo que todo cristiano ha de hacer en cualquier tiempo, ahora hay que hacerlo con
más solicitud y con más devoción» (San León Magno, papa).
Este primer viernes de Cuaresma, día penitencial, la liturgia nos presenta a Jesús defendiendo a sus discípulos
que no ayunan... es una invitación a buscar el sentido más profundo de nuestros ―ayunos y abstinencias‖.
Dom. 21/02/10 p. Cristobal
Jesús es llevado al desierto; es tentado a quedarse con lo que es puramente fragilidad humana. El poder, el tener,
la adoración a lo que no es Dios.
Es tentado a tener poder, a disponerse de el para si mismo. Del desierto Jesús sale más fuerte, consciente de su
misión. Viene con todo, decidido.
Ojalá nosotros pudiéramos hacer como Jesús: salir d nosotros mismos, confrontar nuestras ideas y vencer todo
lo que pone duda en lo que hacemos. Así como Jesús fue llevado al desierto para desierto para ser tentado, la
iglesia nos invita a tener este tiempo de cuaresma como nuestro desierto.
¿Cuál sería el equivalente de esas tentaciones en la situación actual de nuestra sociedad y nuestro mundo?.
¿Cuál es la tentación de fondo, mayor, en mi vida? ¿Qué debo hacer para superarla?
¿Cuáles son mis tentaciones menores, diarias? ¿Qué debo hacer?
23/02/10 P. Cristovao, svd
- Bien vale la pena intensificar la oración del padre nuestro pero superando la concepción de una oración
repetitiva, por cumplimiento o como mero espiritualismo.
- Miremos detenidamente las siete peticiones que nos presenta Mateo;
Padre Nuestro que estás en el cielo: Señor, todavía hay personas que ignoran el amor de tu corazón paternal y
no saben rezarte la oración que tu mismo Hijo nos enseñó.
Santificado sea Tu nombre: en tu nombre está encerrado el mensaje de tu amor y la historia de nuestra
salvación. Anunciando a los pueblos tu paternidad, la Iglesia misionera te hace conocer a ti y a tu enviado
Jesucristo.
Venga a nosotros tu Reino: Porque sólo en tu Reino, llegamos a ser hijos tuyos y hermanos entre nosotros. Tu
Reino de paz, de fe y de caridad que implanta la fé misionera en el corazón de la humanidad.
Hágase tu voluntad: Conocerte a ti, reconocerte en Cristo y amarte en el Espíritu Santo es tu voluntad. Sálvanos,
Padre, para que podamos salvar a nuestros hermanos y se cumpla así el deseo de tu Hijo: ―que haya un solo
rebaño y un solo Pastor‖.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy: ―No sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios‖ y este pan de tu palabra el mundo lo reclama.
Envía predicadores del Evangelio para saciar a la multitud hambrienta y sedienta de justicia y de amor.
Perdónanos nuestras deudas: Porque hemos pensado poco en nuestro deber de llevar a los que no te conocen la
fe que recibimos gratuitamente. Perdónanos, Señor, porque no comprendemos todavía la grandeza de la
misericordia hacia los más necesitados.
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No nos dejes caer en tentación: En la tentación de escandalizarnos, ni de desconfiar de tu providencia amorosa
ante aquellos que no creen, después de dos mil años de la muerte en la cruz de tu Hijo por nosotros.
Líbranos del mal
Del mal de ser insensibles a las necesidades de los que no te conocen aún. De este mal de la
indiferencia, líbranos, Señor. Amén.
Miercules, 24-02-10, P. Cristovao, svd
El libro da cuenta del profeta Jonás (Escrito aproximadamente entre el año 785 y el 760 A.C) y una
historia en la cual Dios manda a Jonás predicar al pueblo de Nínive, la capital de Asiria para persuadirlos de
arrepentirse de su maldad o si no su ciudad quedará destruida. Jonás se negó a obedecer y al principio trataba
huir de la presencia de Yahveh y se embarcó rumbo a Tarsis, pero en el camino Dios preparó una tempestad y
los tripulantes al saber que huía de Yahveh lo echan al mar en medio de la tempestad
Dios preparó un gran pez que se tragara a Jonás. Después de tres días en el vientre del pez, Jonás oró
durante ese periodo de tiempo, luego del cual Yahveh dio la orden de que el pez vomitara a Jonás. Jonás 2
Después de esto recibió por segunda vez la palabra de Dios de ir a predicar a Nínive. Estando en esa
ciudad, luego de recibir las predicaciones de Jonás: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida». El Rey de
la ciudad ordenó el ayuno de toda la población, Dios al ver el arrepentimiento de la población de Nínive y se
arrepintió de sus actos y no castigó a la Ciudad. Jonás quedó enojado de ver la piedad de su Dios y que su
profecía no se cumplió y se fue de la ciudad disgustado. Dios lo censuró por su falta de compasión hacia los
muchos miles de personas y animales de Nínive, pero al final lo perdona. Jonás 4
Hay mucha similitud entre Jesús y Jonás
Y, de igual forma que Jonás pasó tres días en el vientre de la ballena antes de que ésta lo vomitara sano y salvo
a tierra, así Jesús pasaría tres días en el seno de la tierra antes de abandonar la tumba (cf. Mt 12,40).
Señal:
1. Jesús, de alguna forma quiere decir que no dará ninguna señal a esta nueva gente malvada de su tiempo, pues,
muy pronto tendría uno que sería muy parecido a lo de Jonás, pero bien más amplio, sería con su propia vida.
Hacer señales como espectáculo seria volver al desierto y obedecer al demonio, como en el domingo hemos
escuchado en las tentaciones.
2. ¿Cómo comprender la misericordia de Dios?
3. Jonás signo que amenaza muerte y destrucción, Jesús que trae solo signos de vida y esperanza.
Pidamos a Jesús que nos fortalezca y nos haga comprender, que nosotros debemos hacer la voluntad de Dios, y
no el contrario. Si a eso lográsemos, no nos faltaría más nada.
jueves, 25 de febrero de 2010. P. cristovaosvd
Hoy, Jesús nos habla de la necesidad y del poder de la oración. No podemos entender la vida cristiana sin
relación con Dios, y en esta relación, la oración ocupa un lugar central. Mientras vivimos en este mundo, los
cristianos nos encontramos en un camino de peregrinaje, pero la oración nos acerca a Dios, nos abre las puertas
de su amor inmenso y nos anticipa ya las delicias del cielo. Por esto, la vida cristiana es una continua petición y
búsqueda: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), nos dice Jesús.
Al mismo tiempo, la oración va transformando el corazón de piedra en un corazón de carne: «Si, pues, vosotros,
siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará
cosas buenas a los que se las pidan!» (Mt 7,11). El mejor resumen que podemos pedir a Dios se encuentra en el
Padrenuestro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo» (cf. Mt 6,10).
Por tanto, no podemos pedir en la oración cualquier cosa, sino aquello que sea realmente un bien. Nadie desea
un daño para sí mismo; por esto, tampoco no lo podemos querer para los demás.
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Viernes, 26 de febrero de 2010 P. Cristovao,svd
Hoy, el Señor, al hablarnos de lo que ocurre en nuestros corazones, nos incita a convertirnos. Nos invita a tener
cuidado con nuestras palabras y acciones ; habla de la palabra imbécil como modelo de toda palabra que
fragmenta la paz de los demás. Quiere decir que no se mata apenas con violencia física. Gran parte de los
problemas entre seres humanos son por causa de palabras. El Señor nos llama a ser personas íntegras:
«Deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano» (Mt 5,24), es decir, la fe
que profesamos cuando celebramos la Liturgia debería influir en nuestra vida cotidiana y afectar a nuestra
conducta. Por ello, Jesús nos pide que nos reconciliemos con nuestros enemigos. Un primer paso en el camino
hacia la reconciliación es rogar por nuestros enemigos, como Jesús solicita. Si hemos sido seriamente dañados
por otros, roguemos para que cicatrice el doloroso recuerdo y para conseguir la gracia de poder perdonar.
Sábado 27 de febrero de 2010 – P. Cristovao, svd
Dt 26,16-19: ―Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone‖
Salmo 118: ―Dichoso el que camina en la voluntad del Señor‖
Mt 5,43-48: ―Sean perfectos como vuestro Padre celestial‖
La reconciliación; reintegración en el corazón de Dios
Dios nos hizo para él, por eso nos quiere por enteros, completos, no destruidos por el odio.
Hoy, el Evangelio nos exhorta al amor más perfecto. Amar es querer el bien del otro y en esto se basa nuestra
realización personal.
El ser humano, afirmó el Concilio Vaticano II, «no puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de
sí mismo a los demás».
Como ha escrito Juan Pablo II, «el hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser
incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no
lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente». El amor humano debe, por tanto, ser
custodiado por el Amor divino, que es su fuente, en él encuentra su modelo y lo lleva a plenitud. Por todo esto,
el amor, cuando es verdaderamente humano, ama con el corazón de Dios y abraza incluso a los enemigos. Ser
perfectos como es Dios es un desafío al ser humano, a amar y ser misericordioso como Dios es.
Domingo 28 de febrero de 2010 - p. Cristovao, svd
Domingo 2º de Cuaresma
Gn 15, 5-12. 17-18: ―Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber‖
Sl 26: ―El Señor es mi luz y mi salvación‖
Flp 3,20-4,1: ―Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador‖
Lc 9,28b-36: La transfiguración
Hoy, segundo domingo de Cuaresma, la liturgia de la palabra nos trae el episodio de la Transfiguración
del Señor. Lucas subraya más intensamente a Jesús orante, el Hijo que está permanentemente unido al Padre a
través de la oración personal, a veces íntima, escondida, a veces en presencia de sus discípulos, llena de la
alegría del Espíritu Santo. Lucas es el único de los sinópticos que comienza la narración de este relato así:
«Jesús (...) subió al monte a orar» (Lc 9,28), y, por tanto, también es el que especifica que la transfiguración del
Maestro se produjo «mientras oraba» (Lc 9,29).
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Los discípulos, cuando despiertan ven la gloria que ya Dios manifestó en la Ley y los Profetas; (Moisés y
Elías).
Efectivamente, también ellos encuentran el propio esplendor cuando el Hijo habla al Padre en el amor del
Espíritu.
La transfiguración, también quiere preparar los discípulos para que tomen conciencia de su partida, divina,
como la de Elías, signo que manifiesta el designio de Dios desde siempre, hasta el cumplimiento definitivo, en
la plenitud de los tiempos, en la muerte y la resurrección de Jesús, el Hijo encarnado. Jesús anticipa a los
discípulos, lo que ellos todavía no tenían certeza acerca de La divinidad de Jesús. Para los judíos, La ley de
Moisés y los profetas son el máximo de la manifestación de Dios en medio del pueblo en su historia.
Jesús asume en este episodio, el primero puesto, pues, no solo es, profeta, no solo es la nueva ley, sino, El hijo
del hombre, el hijo de Dios.
La transfiguración del Señor es también una muestra de lo que Jesús ofrece por todos los que siguen su ejemplo,
al dar la vida por su palabra.
Pidamos al señor que nos ayude a transfigurar con él, venciendo nuestras debilidades humanas, para resucitar
con él en la pascua eterna.
Con los niños
Títeres - transfiguración
P.Cristovao, svd
Padre: El padre, procura Pedrito, él está roncando……
Padre: Pregunta, Niños, ¿donde está Pedrito? ¿Han visto a él hoy?
¡Vamos lo despertemos! pone el despertador,… y nada… llama y nada
vengan niños, digan bien alto: ¡buenos días Pedrito!!!
Pedrito: Pone, una mano…..
Niños: buenos días Pedrito!!!
Pedrito: Pone la otra
Niños: buenos días Pedrito!!!
Pedrito: Pone la cabeza, muy perezosamente: Se cae de vuelta…
Padre: Hola Pedrito, ¿estás ahí?, ¡pero, que perezoso eres….hasta en la misa estás durmiendo!
Pedrito: ¡Ay, padrecito tuve una pesadilla ahora mismo!
Padre: ¡Quien manda dormir demasiado! Eso es lo que pasa, cuando duerme muy tarde, sabías?
Pedrito: Dormido, dice: Hola niños! Buenos días! Ay, no escuché, buenos días niños!!!
Niños: bien alto ¡despierta Pedrito!!!
¡Ay, ay, ya ya, desperté…!
Padre: ¿Que pasó Pedrito?
Nada padre,…. Yo escuché el evangelio, durmiendo!
Padre: Verdad? Uds, creen en él, niños?
Padre: Bueno, veamos, te pregunto, cierto!
Padre: Que dijo el evangelio de hoy?
Pedrito: Que padre nelso y padre Cristobal, subieron una montaña…
Padre: Verdad?...fue eso niños?
Padre: No me acuerdo!
Pedrito: Que dejaron jesus solito, y se durmieron en la montaña…
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Pedrito: Cuando despertaron, se asustaron con un fantasma….
Verdad, niños?
Padre: Quien subió con Jesús a la montaña?
Padre: Que pasó cuando Despertaron?
Padre: Que vieron?
Padre: Niños conten a pedrito, lo que pasó en el evangelio de hoy!
Conclusión:
Que significa la transfiguración?
Jesús, es puro, de cuerpo y de alma; su bondad es tan grande que tiene el poder de iluminarnos: cuando nosotros
seamos capaces de ser luces para las personas, con nuestra bondad, caridad, cariño, respeto, u otras cosas más,
nosotros también seremos vistos como él. Iluminados, porque Dios estará en nuestros corazones, y todos verán
a Dios en nosotros.
02/03/10
El evangelio de hoy nos invita a dar un auténtico testimonio de la buena nueva de Jesús, promover por todos
los medios la experiencia de la igualdad vivida en el ámbito de la fraternidad.
La comunidad Mateo, tiene una característica bien Judía, o sea, pone en gran importancia la jerarquía, o un tipo
de mal de la ―estratificación‖, aquella que hace a unos más y a otros menos, a unos más altos y a otros más
pequeños según ciertos títulos: ―padre‖, ―maestro‖, ―jefe‖, ―señor‖. Poniendo como criterio máximo para todos,
la igual dignidad de cada uno, el evangelista retrotrae las enseñazas de Jesús respecto a la comunidad de
hermanos donde ni los títulos, ni la posición social pueden ser criterios de medida para establecer quién es más
o quién es menos.
El criterio de Jesús es el servicio. Cada uno sirve conforme sus dones, regalados por Dios.
Quien mayor capacidad tiene de servir y de entregarse a los demás, ese será el más grande, el más importante;
luego, su ―ascenso‖ en la ―jerarquía‖ de su comunidad, no se logra menospreciando o minusvalorando a los
demás, como es común en nuestra ―organización‖ social, sino todo lo contrario, poniendo por encima a los
otros, comenzando por los más débiles y desvalidos de la comunidad y hacerlos sujetos de nuestro amor
traducido en servicio.
Una de las características de la espiritualidad cristiana es la del «primado de la praxis», es decir, que la praxis,
la práctica tiene prioridad sobre la teoría, sobre la contemplación, sobre la palabra... Hacer, no tanto decir.
Servir, simplemente decir o sentir que se ama. Por eso, la revelación de Dios no es sólo palabras o verdades,
sino, como nos recuerda el Concilio Vaticano II, «hechos y palabras». Y Jesús «pasó ‗haciendo‘ el bien».
03-03-10
Jesús hoy voltea las visiones humanas y terrenales de sus discípulos y les abre un nuevo horizonte de
comprensión sobre cuál ha de ser el estilo de vida de sus seguidores.
Nuestras inclinaciones naturales nos mueven al deseo de dominar las cosas y a las personas, mandar y dar
órdenes, que se haga lo que a nosotros nos gusta, que la gente nos reconozca un status, una posición. Pues bien,
el camino que Jesús nos propone es el opuesto: «El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro
servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo» (Mt 20,26-27). ―Servidor‖,
―esclavo‖: ¡no podemos quedarnos en el enunciado de las palabras!; las hemos escuchado cientos de veces,
hemos de ser capaces de entrar en contacto con la realidad que significan, y confrontar dicha realidad con
nuestras actitudes y comportamientos. El compromiso con la vida cristiana tiene como dije ayer, una
característica muy importante: amar y servir. Este servir exige humildad, desprendimiento de si mismo, una
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visión que ver más allá del presente. Por causa de su justicia, tiene la certeza de su futuro en las manos de los
injustos.
Las enseñanzas de Jesús están orientadas a generar en sus oyentes la necesidad de la realización del reinado de
Dios, a través de una dinámica y actitudes completamente contrarias a las que movían el orden social, político,
económico y religioso en su tiempo. Jesús pretende instaurar el reinado de Dios sobre las bases del amor mutuo,
del servicio, de la ausencia del poder concentrado en una persona o en un grupo, en fin, sobre la base de una
justicia guiada por el amor y no, por leyes ciegas, guiadas por la venganza y el ¨ojo por ojo Diente por diente¨.
Jesús, conocía profundamente cómo funcionaban las cosas en aquél tiempo y ya tiene en cuentas parte de lo que
iba sufrir por eso.
04-03-10
* En la reflexión del librito, Minuto de amor, de hoy, algo llámame la atención. ¨que lastimosamente nosotros
buscamos más estar alejados del señor y solo lo buscamos cuando tenemos una emergencia. Qué triste que
tengamos a nuestro señor como u bombero, que solo lo llamamos cuando tenemos una emergencia. Cuando
nuestro corazón se aleja de Dios, nuestra vida comienza a perder el sentido y cuando esto ocurre, comenzamos a
buscar sentido para la vida en las cosas materiales.
* Existe un gran abismo entre el valor de las cosas materiales y las espirituales, pues, podemos perder todo lo
material, si conservamos la fuerza interior, la serenidad y la paz de Corazón, lo perdido se reconquista, pero
recuperar la paz, la tranquilidad, etc, es muy difícil.
* El rico de la parábola no fue a parar al lugar donde Jesús lo ubica por una decisión divina, es el lugar que él
mismo escogió desde el momento en que perdió, por su propia decisión, el horizonte de su destino; los bienes
materiales tienen que ser los medios por los cuales el ser humano se va realizando, pero desde el momento en
que dejan de ser medios para convertirse en fines en sí mismos, se comienza la curva de la deshumanización, y
este es el caso del hombre rico de la parábola.
Tratemos de arreglar nuestras vidas, mientras estamos conscientes de lo que la destruye.
Domingo 7 de marzo de 2010 . P. Cristovao, svd
Ex 3, 1-8a. 13-15: Yavé, "Yo soy", me envía a ustedes
Salmo 102, 1-2.3-4.6-7.8.11: El Señor es compasivo y misericordioso
1Cor 10, 1-6. 10-12: Todo aquello sucedía en figura, como un ejemplo
Lc 13, 1-9: Parábola de la viña que no da fruto
La liturgia de hoy nos muestra La plegaria de Jesús, motivada por dos acontecimientos; El asesinato de Galileos
por Pilatos y La caída de una torre (Siloé) en Jerusalén. La noticia de La muerte de los galileos fue llevada a
Jesús por algunos fariseos, con la intención de ponerle miedo, por ser él también un galileo. Los que fueron
muertos, lo fueron porque eran considerados rebeldes. Jesús descarta el sufrimiento y la muerte como castigo de
Dios, así, pone en evidencia la misericordia. Jesús hace que todos comprendan que mismo los que condenan los
injustos, no pueden considerarse mejor que ellos. La comprensión que tiene Jesús de Dios, es un Dios que
espera, tiempo necesario que que el ser humano cambie su vida, elija la vida. Después de eso, es 14responsable
por su conducta. Será como un árbol que no da frutos.
No bastan las palabras. De nada sirve una higuera estéril. Una higuera debe dar higos ya que para eso ha sido
plantada. Un pueblo redimido por Cristo, debe edificar, con su vida (y con su muerte si fuera necesario) un
Reino que dé frutos de verdad, de justicia y de paz, de libertad, de vida y de esperanza.... Estamos lejos, ¡muy
lejos! de lograrlo. Es verdad que en decenas de comunidades hay también frutos muy vivos de solidaridad, de
paz, de oración, de justicia y de vida, de celebración y de esperanza... y podríamos multiplicar los frutos que
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vemos en las comunidades; pero todo lo anterior también es cierto. Faltan muchos frutos que dar, falta mucha
vida que cosechar y alegría que festejar. El continente de la violencia, de la injusticia y el hambre reclama frutos
de los cristianos. Y esos frutos deben darse en la historia. Los acontecimientos cotidianos, de dolor y de muerte,
que tan frecuentes vivimos en América Latina nos dan una palabra de Dios, una palabra que debemos aprender
a escuchar, que debemos comprender para no creer que Dios dice lo que no está diciendo. Jesús nos enseña la
―dinámica del fruto‖ para aprender a reconocer allí un Dios que sigue hablando y que nos sigue llamando a la
conversión. no para una conversión individual y personal, sino que dé frutos para los hermanos, para la historia
y para la vida. Y la Cuaresma es tiempo oportuno para empezar a darlos...
2nda Opción
En el Evangelio parece que Jesús pretende en primer destruir una imagen falsa de Dios que se ha ido creando
entre los judíos –y también entre nosotros actualmente–: que la enfermedad, la muerte, el sufrimiento son
castigo de Dios. Si así fuese, Dios sería una especie de juez terrible que iría repartiendo castigos a diestro y
siniestro a todo el que no cumpliese a la perfección sus leyes. Ante él habría que estar llenos de temor y temblor
porque su presencia supondría siempre una amenaza para nuestra vida.
Muy al contrario, la parábola que cuenta Jesús ofrece la imagen opuesta de Dios. No es el juez terrible
siempre dispuesto a dictar sentencia condenatoria. La idea central de la parábola es que el viñador intercede
para conceder una nueva prórroga, un nuevo plazo, a la higuera. Siempre se puede hacer algo más en su favor,
siempre se puede abonar más y cavar más. Y esperar a que llegue el tiempo en que dé su fruto.
Definitivamente, así es Dios: lleno de misericordia y paciencia, amor incondicional para todos y cada uno de
nosotros. Dios desea nuestra vida y que nos liberemos de todo lo que nos oprime y nos impide vivir con la
dignidad de hijos e hijas de Dios. Dios nos ha hecho para ser hijos e hijas suyos. Dios nos ha creado para ser
libres. Y cuando vivimos en la esclavitud, Dios sufre y se rebela. Con mano fuerte y brazo poderoso interviene
en favor de los oprimidos y lucha con ellos por su liberación. Ese es el Abbá de Jesús, ese es el Dios en quien
creemos.
Las lecturas de hoy, en el marco de la Cuaresma, nos ayudan a seguir purificando nuestra imagen de Dios. Y
a recordarnos que nuestro comportamiento, nuestras actitudes, se deben modelar sobre la misma forma de ser de
Dios. Ahí es donde nos tenemos que convertir. Para que ni nosotros seamos esclavos de nadie ni de nada ni
hagamos esclavos a los demás. Para que nos comprometamos a vivir, nosotros y todos, como hijos e hijas de
Dios.
Martes, 09 de marzo de 2010 P. Cristovao,svd
También para el 12/08/10 (19ª del ordinario). Muchas veces escuchamos este evangelio y nos damos cuentas de
que la pregunta es la misma siempre. Talvez hoy podríamos hacer otra pregunta: cunatas veces dios tubo que
perdonarnos, y cual es su límite: o ¿ será que hay un limite?
Con Jesús, la dinámica de la ofensa y del perdón adquiere un sentido totalmente nuevo. Antes de pensar en una
ofensa contra Dios, hay que mirar si tal ofensa no es en realidad contra el hermano, y antes de preocuparse por
el perdón divino hay que obtener como primer paso el perdón del hermano ofendido. Pero, ¿hasta cuánto hay
que perdonarlo? Es la preocupación de Pedro que no lo mueve tanto la calidad del perdón, sino la cantidad;
aquellas veces que eran necesarias para sentirse bueno y justo según la ley: siete veces; es decir, muchas veces.
Jesús, que en todo va más allá de lo que simplemente está escrito, mandado, propone que no es tanto la cantidad
de veces que se perdona, sino la calidad de ese perdón; esto es, perdonar siempre y de corazón. Perdonar
―siempre y de corazón‖ cualifica de tal manera el perdón que hace que quien ofende mediante una falta no
simplemente es perdonado, excusado, sino inducido a obrar de manera distinta a rectificar sus actos con miras a
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futuros comportamientos, porque la calidad del perdón es tal que lo ha hecho entrar en sí y ha visto y
experimentado los efectos de su error.
Miércoles III de Cuaresma, 10/03/10 P. Cristovao,svd
Dios dio a su pueblo una ley, la que debería acercar el hombre a Él.
Como recordó Juan Pablo II, Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle sus palabras, mostrarle su
rostro porque busca la intimidad con él. Esto se hace realidad en el pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios
para recibir sus palabras. Éstos hicieron de la ley de Dios un fardo pesado que más alejaba la gente de Dios.
Jesús, pues, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al hombre. Por esto, dice que
«no penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt
5,17). Viene a enriquecerlos, a iluminarlos para que los hombres conozcan el verdadero rostro de Dios y puedan
entrar en intimidad con Él.
Y es que, como decía san Teófilo de Antioquía, «Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener
abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados».
Cómo podemos tener a Dios tan cerca de nosotros, de tal manera que su ley no sea para nosotros un sacrificio.
¿Hay lugar más cercano a nosotros, qué nuestro corazón? ¡Éste es su lugar!
Aspiremos, pues, en la oración a seguir con gran fidelidad todas las indicaciones del Señor. Así, llegaremos a
una gran intimidad con Él y, por tanto, seremos tenidos por grandes en el Reino del Cielo.
11/03/10 P. Cristovao, svd
En evangelio de hoy podemos imaginar a Jesús golpeando la puerta de nuestro corazón. Donde las
llaves, solo nosotros la tenemos por dentro. Él solo entra, si abrimos. Las lecturas nos presentan la propuesta de
Dios, su Palabra que obstinadamente persigue al hombre, y el hombre que obstinadamente se resiste a la
Palabra. Son dos obstinaciones: la obstinación rebelde del hombre y la obstinación misericordiosa de Dios: es
una lucha de obstinaciones.
Nos dice de "Un hombre fuerte, que en este caso se fía de sus armas; pero llega otro más fuerte y lo despoja".
El ser humano confía demasiado en sus fortalezas, en lo que se dice dueño. Se apoza incluso de sus
mentiras y las defiende. Hace de eso sus armas, su poder. Estos son los espacios vacíos que Jesús llama de
demonio; él quiere ocupar con su vida estos espacios del corazón del hombre. Y hay algo muy cierto: Cristo no
llega por la puerta de las armas, viene por el flanco desprotegido de las debilidades y las vergüenzas, de las
incoherencias y los dolores que siempre uno vive; pero una vez adentro, toma posesión de la casa. llega como
un ladrón.
Un ejemplo, una persona lleva mucho tiempo luchando con un pequeño vicio, que sé yo, mentiritas, él dice
mentiritas y mentiritas, pero es una persona muy inteligente y muy capaz.
Sin embargo, por una pequeña cobardía sigue diciendo mentiritas; cuida una imagen; es fuerte y terco además, y
cree que no necesita a Dios y cree que está bien el mal. Para desgracia suya, armado para que no entre nadie, ni
siquiera Dios. Jesucristo entra por la debilidad.
Este personaje seguramente se siente muy orgulloso de sus armas,al interior se siente avergonzado y
confundido cuando piensa en sus debilidades, cuando piensa en sus mentiritas que sigue diciendo y diciendo.
De pronto Dios entra por esa puerta de lo ridículo, de lo que este hombre no ha podido vencer y le hace caer en
cuenta de su incoherencia, de su debilidad, de cómo él que alardea de muchas cosas, ha caído en eso.
Este hombre se rinde ante Cristo y un día reconoce que no es tan fuerte, y entonces ¿qué hace Cristo?
Cristo es el más fuerte, Cristo es el vencedor; toma posesión de las armas que antes habían servido al hombre
para defenderse.
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Cristo no entra por la fuerza de las armas, sino por la puerta de la basura, por la puerta de la vergüenza, por la
puerta del ridículo, por ahí entra Cristo.
Pero una vez que ha entrado transforma todo lo de adentro.
"Señor Jesús, ven a vencer en nuestras vidas. Ven, Jesucristo, hoy queremos rendirnos a la obstinación de tu
amor; hoy queremos rendirnos a la obstinación de tu ternura, de tu piedad, de tú paciencia".
Jesús Golpea la puerta.
Presentan dos obstinaciones.
-Un hombre fuerte: otro más fuerte lo puede vencer.
-Confía demasiado en lo que posee
flanco desprotegido
pero una vez adentro
el vicio de la mentira es su arma
es fuerte y terco además, no necesita a Dios
No deja que entre
Cuando se rinde, jesus limpia su casa, lo llena de verdades
Entra por la puerta de la basura
Oración
El hombre, por su arrogancia, no quiere que nadie, ni siquiera Dios, le prohíba nada.
A quien hable de pecado le califica de "anticuado", "intolerante", rígido", "inflexible" y "falto de misericordia".
Es muy fácil obedecer a los mandamientos desordenados del mundo, ¿por qué es tan difícil obedecer a los
mandamientos divinos?
Porqué Dios nos da mandamientos?
12/03/10
Los mandamientos
Nuestra cultura los percibe como una violación de la libertad, como algo negativo, como prohibiciones
que bloquean nuestra felicidad.
El hombre, por su arrogancia, no quiere que nadie, ni siquiera Dios, le prohíba nada.
A quien hable de que existe el pecado se le califica de "anticuado", "intolerante", "rígido", "inflexible" y "falto
de misericordia".
Una película pornográfica se anuncia así: "deje sus escrúpulos en la casa". Un joven que se mantiene casto es
acusado de reprimido o poco hombre. Se trata del mismo engaño de la serpiente que contradice a Dios y busca
ponerlo como mentiroso y enemigo de nuestra felicidad. ¡Que gran mentira! Es lo opuesto a la verdad.
Esta actitud es producto de una cultura que ha perdido contacto con la realidad.
El hombre, guiado por la serpiente, se ha puesto en lugar de Dios y por eso resiente la intervención divina.
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No debemos minimizar la poderosa influencia del mundo sobre nuestra forma de ver las cosas. El mundo
constantemente presenta la mentira como si fuese verdad en los medios de nuestra cultura. Así ocurre en los
medios de comunicación, en los comentarios de la gente, etc.
Sólo nos mantendremos fieles a la verdad si claramente refutamos la mentira de la cultura y reclamamos el
lenguaje a la luz de la razón iluminada por la fe.
Para ello es necesario decidirse a ser un hombre nuevo en Cristo, guiado por el Espíritu Santo en el corazón de
la Iglesia. Los mandamientos son para nuestro bien
Dios no necesita nada en absoluto de nosotros. Los mandamientos no le añaden nada a Dios. Son sólo para
nuestro bien y felicidad. Dios nos da mandamientos porque:
1- Nos ama. 2- Son necesarios para vivir felices y evitar nuestra destrucción.
Dios nos creó para ser felices.
Como hijos suyos, nos dotó de inteligencia, voluntad y dones. Nos hizo capaces de razonar y distinguir el bien y
el mal
Los mandamientos nos dan a conocer los peligros que destruyen nuestra relación con Dios y con el prójimo y
terminan con el amor y felicidad.
Pero cuando le desobedecimos y pecamos, nos cegamos. Ceguera: ofuscación. Entorpece nuestro juicio; Nos
lleva a la destrucción, a la muerte.
Ej.: El ratón ante la ratonera. Simplemente no ve sino su interés inmediato (el queso) y no todo el contorno (la
ratonera).
Entonces se actúa no por razón sino por pasiones desordenadas y egoístas.
El amor como raíz de la auto comunicación de Dios.
Jesús quiere ser amado
Como puedo amar a dios, que es infinitamente grande, si no puedo amar al hermano, tan pequeño?
El misterio de Cristo atrae hacia el amor a Dios
Dios ama en nosotros y utiliza todas nuestras capacidades, y a nosotros nos concede poder amar como Cristo.
Viernes, 12/03/10
Hoy, la liturgia cuaresmal nos presenta el amor como la raíz más profunda de la autocomunicación de Dios: «El
alma no puede vivir sin amor, siempre quiere amar alguna cosa, porque está hecha de amor, que yo por amor la
creé» (Santa Catalina de Siena). Dios es amor todopoderoso, amor hasta el extremo, amor crucificado: «Es en la
cruz donde puede contemplarse esta verdad» (Benedicto XVI). Este Evangelio no es sólo una autorevelación de
cómo Dios mismo —en su Hijo— quiere ser amado. Con un mandamiento del Deutoronomio: «Ama al Señor,
tu Dios» (Dt 6,5) y otro del Levítico: «Ama a los otros» (Lev 19,18), Jesús lleva a término la plenitud de la Ley.
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Él ama al Padre como Dios verdadero nacido del Dios verdadero y, como Verbo hecho hombre, crea la nueva
Humanidad de los hijos de Dios, hermanos que se aman con el amor del Hijo.
La llamada de Jesús a la comunión y a la misión pide una participación en su misma naturaleza, es una
intimidad en la que hay que introducirse. Jesús no reivindica nunca ser la meta de nuestra oración y amor. Da
gracias al Padre y vive continuamente en su presencia. El misterio de Cristo atrae hacia el amor a Dios —
invisible e inaccesible— mientras que, a la vez, es camino para reconocer, verdad en el amor y vida para el
hermano visible y presente. Lo más valioso no son las ofrendas quemadas en el altar, sino Cristo que quema
como único sacrificio y ofrenda para que seamos en Él un solo altar, un solo amor.
Esta unificación de conocimiento y de amor tejida por el Espíritu Santo permite que Dios ame en nosotros y
utilice todas nuestras capacidades, y a nosotros nos concede poder amar como Cristo, con su mismo amor filial
y fraterno. Lo que Dios ha unido en el amor, el hombre no lo puede separar. Ésta es la grandeza de quien se
somete al Reino de Dios: el amor a uno mismo ya no es obstáculo sino éxtasis para amar al único Dios y a una
multitud de hermanos
Sábado, 13/03/10 P. Cristovao, svd
Puede parecer extraño, lo que voy a decir sobre el evangelio de hoy, pero, es que la oración del fariseo es
graciosa, ¿no? "Te doy gracias porque no soy como los demás". Cuidado, que hay cristianos que oran y dicen:
"Señor, te doy gracias porque me salvaste de ser fariseo", con lo cual repetimos el mismo error. O, gracias
señor, porque soy como el publicano.
Jesús hablaba de una manera muy clara porque quería que lo entendiera muy fácilmente la gente. Y creo que
esta parábola que hemos oído es un mensaje que todos captamos: ese contraste tan bien pintado entre el fariseo
que se separa del resto de los seres humanos para decir: "Yo soy mejor", y el publicano que se separe del resto
de los seres humanos para decir: "Yo soy peor".
El publicano se queda atrás, no se siente digno de estar adelante, porque él reconoce su propia situación. Es muy
interesante esta parábola, porque es el contraste entre dos personas, cada una se separa de los demás; el fariseo
se separa por creerse bueno, el publicano se separa por creerse malo.
Separarse, por creerse bueno, es lo que Jesús llama "enaltecerse": "Y todo el que se enaltece será humillado"
San Lucas 18,14.
La única manera de escuchar con provecho esta parábola, es buscar lo que hay de fariseo en cada uno de
nosotros; es buscar lo que hay en nosotros de esa crueldad y de esa gana de juzgar a los otros y quedar mejores
que ellos; la única manera de oír con provecho esta parábola es oírla como si uno fuera el único ser en el
mundo.
Así predicaban los antiguos maestros espirituales a los monjes del desierto: "¿Quieres oír el Evangelio y que dé
fruto en ti? Óyelo como si tú fueras el único corazón que existiera, como si no existieran sino Cristo y tú en el
universo".
En el momento en el que uno intenta aplicarle la palabra a otra persona: "ojala esto lo estuviera oyendo éste o
aquél, en ese momento deja de dar fruto. Oye la Palabra de Dios como si sólo existieran Cristo y tú, Cristo y tú
en el universo.
Oír así a Jesucristo es permitirle que Él despliegue toda su gracia, su sabiduría y su poder en nosotros.
Resumen;
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Lo gracioso; Te doy gracias porque no soy como los demás"
Cuidado; te doy gracias porque no soy como el fariseo
El publicano se queda atrás, no se siente digno de estar adelante, porque él reconoce su propia situación
Uno, soy el mejor, otro, soy el peor.
Hay dos separaciones; Creer ser bueno, creer ser malo.
La única manera de escuchar con provecho esta parábola, es buscar lo que hay de fariseo en cada uno de
nosotros;
"¿Quieres oír el Evangelio y que dé fruto en ti? Óyelo como si tú fueras el único corazón que existiera, como si
no existieran sino Cristo y tú en el universo".
15/03-09
. En nuestra vida cristiana solemos movernos con caricaturas de Dios; sea por lo que creemos, por lo que
mostramos, o por lo que nos enseñaron. Sea un Dios bonachón, un cascarrabias eterno que espera nuestra
equivocación para quebrarnos, un distraído y olvidado de las cosas de los humanos a los que creó ―hace tanto
tiempo", un "padre" autoritario y caprichoso que decide arbitrariamente y no permite discusiones en la
realización de su voluntad... ¿Cómo es nuestro Dios?
Es importante saber cómo es el Dios en el que creemos, pero más importante es saber cómo es el Dios en el que
creyó Jesús, cómo es el Dios que Él nos reveló.
Hoy Jesús nos cuenta una parábola, una parábola que nos habla de Dios, pero una parábola que nace de una
actitud de Jesús, y él nos dice que frente a los hermanos despreciados, podemos obrar de dos maneras
diferentes, como Dios -que es también como obra Jesús- o también como los judíos religiosos, los ―separados‖
del resto, los puros.
El pecado es el no-amor-dado, y el amor no-dado, y por eso nos aleja de Dios, que es amor; nos separa de su
casa paterna. Pero con su amor, que se sigue derramando, y de un modo preferencial por los pecadores, Dios
sigue tendiendo constantemente su mano amiga, a la espera de la vuelta de sus hijos. Nosotros, en una frecuente
caricatura de Dios, solemos rechazar, juzgar y condenar a los que creemos pecadores. Nosotros, al igual que
Jesús, también mostramos con nuestras actitudes al Dios en el que creemos; pero, a diferencia de Jesús,
mostramos un Dios que en nada se asemeja al Eterno Buscador de Hijos Perdidos.
18/03/10 P. Cristovao, svd
Hoy, el Evangelio nos enseña cómo Jesús hace frente a la siguiente objeción: según se lee en Dt 19,15, para que
un testimonio tenga valor es necesario que proceda de dos o tres testigos. Jesús alega a favor suyo el testimonio
de Juan el Bautista, el testimonio del Padre —que se manifiesta en los milagros obrados por Él— y, finalmente,
el testimonio de las Escrituras.
Jesucristo echa en cara a los que le escuchan tres impedimentos que tienen para reconocerle como al Mesías
Hijo de Dios: la falta de amor a Dios; la ausencia de rectitud de intención —buscan sólo la gloria humana— y
que interpretan las Escrituras interesadamente.
El Santo Padre Juan Pablo II nos escribía: «A la contemplación del rostro de Cristo tan sólo se llega escuchando
en el Espíritu la voz del Padre, ya que nadie conoce al Hijo fuera del Padre (cf. Mt 11,27). Así, pues, se necesita
la revelación del Altísimo. Pero, para acogerla, es indispensable ponerse en actitud de escuchar».
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Por esto, hay que tener en cuenta que, para confesar a Jesucristo como verdadero Hijo de Dios, no es suficiente
con las pruebas externas que se nos proponen; es muy importante la rectitud en la voluntad, es decir, las buenas
disposiciones.
En este tiempo de Cuaresma, intensificando las obras de penitencia que facilitan la renovación interior,
mejoraremos nuestras disposiciones para contemplar el verdadero rostro de Cristo. Por esto, san Rosamaría nos
dice: «Ese Cristo, que tú ves, no es Jesús. —Será, en todo caso, la triste imagen que pueden formar tus ojos
turbios...—Purifícate. Clarifica tu mirada con la humildad y la penitencia. Luego... no te faltarán las limpias
luces del Amor. Y tendrás una visión perfecta. Tu imagen será realmente la suya: ¡Él!».
Testimonio de la rana
20-03/10
Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre
Hoy el Evangelio nos presenta las diferentes reacciones que producían las palabras de Jesús. No nos
ofrece este texto de Juan ninguna palabra del Maestro, pero sí las consecuencias de lo que Él decía. Unos
pensaban que era un profeta; otros decían «Éste es el Cristo» (Jn 7,41).
Verdaderamente, Jesucristo es ese ―signo de contradicción‖ que Simeón había anunciado a María (cf. Lc
2,34). La respuesta de los guardias, que pretendían detener al Señor, centra la cuestión y nos muestra la fuerza
de las palabras de Cristo: «Jamás un hombre ha hablado como habla este hombre» (Jn 7,46). Es como decir: sus
palabras son diferentes; no son palabras huecas, llenas de soberbia y falsedad. El es ―la Verdad‖ y su modo de
decir refleja este hecho.
Y si esto sucedía con relación a sus oyentes, con mayor razón sus obras provocaban muchas veces el asombro,
la admiración; y, también, la crítica, la murmuración, el odio... Jesucristo hablaba el ―lenguaje de la caridad‖:
sus obras y sus palabras manifestaban el profundo amor que sentía hacía todos los hombres, especialmente
hacia los más necesitados.
Hoy como entonces, los cristianos somos —hemos de ser— ―signo de contradicción‖, porque hablamos y
actuamos no como los demás. Nosotros, imitando y siguiendo a Jesucristo, hemos de emplear igualmente ―el
lenguaje de la caridad y del cariño‖, lenguaje necesario que, en definitiva, todos son capaces de comprender.
Domingo, 21-03-10. P. Cristovaos,svd
Queridos hermanos, el pecado en nuestras vidas es una realidad. Los santos todos, con todas sus virtudes
que nos iluminan en nuestra vida cristiana, jamás admitieron su santidad. Quién de nosotros puede afirmar que
no es pecador? Si lo hiciera, sería su primero por decírselo. En el evangelio de hoy escuchamos la más sublime
expresión de misericordia de Jesús. muchas veces, limitamos el evangelio en ésta linda frase de Jesús, ―el que
no tenga pecados...‖
La grande importancia de esta lectura de hoy no está en el pecado de la mujer, pero, en tres puntos importantes;
El adulterio de la mujer como trampa para condenar a Jesús; la ley ciega de ellos; por fín, la importancia de las
palabras de Jesús, transformadoras, acogedoras.
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Después de todo, Jesús se queda a solas con la mujer, ahora sí se dedica a ella; hasta ahora Jesús estaba cara a
cara con los acusadores.
Pero Jesús, frente a la mujer, no toca el tema de su culpa, sino de la acusación, su sentido ha caído al no
quedar nadie que la condene. La ausencia de acusadores hace que se levante la sesión, Jesús no la condena, pero
invita a la mujer a que ―no vuelva a pecar‖. La mujer estaba preparada -al menos narrativamente- para la
muerte, pero Jesús la despide viva. Propiamente, Jesús no la perdona, pero no la condena, que es lo que estaba
en juego en el relato, él vino a salvar, no a condenar. Es notable cómo Jesús encarna la actitud de rechazo al
pecado y amor al pecador. Esto fue magistralmente expresado por Agustín que dice, cuando quedan solos Jesús
y la mujer: ―sólo quedaron dos, la miserable y la misericordia‖.
En realidad, en este drama ni Jesús ni la mujer son importantes. Ambos son rechazados por los escribas
y fariseos. Jesús, porque buscan atraparlo, la mujer porque es una simple excusa para ese objetivo.
Sería casi sin sentido hacer una lista de todos los pecados de nuestro presente; sería sin sentido porque sería
interminable: basta con leer casi cada página de los diarios...
―No encuentro figura más hermosa de Jesús salvando la dignidad humana, que este Jesús que no tiene pecado
frente a frente con una mujer adúltera... Fortaleza pero ternura: la dignidad humana ante todo... A Jesús no le
importaban (los) detalles legalistas... Él ama, ha venido precisamente para salvar a los pecadores... convertirla
es mucho mejor que apedrearla, ordenarla y salvarla es mucho mejor que condenarla... Las fuentes (del) pecado
social (están) en el corazón del hombre... nadie quiere echarse la culpa y todos son responsables... de la ola de
crímenes y violencia... la salvación comienza arrancando del pecado a cada hombre." "-No peques más".
Monseñor Romero.
23/03/10 P. Cristobal.
Poco a poco la Iglesia va dirigiendo nuestra atención hacia el misterio de la Cruz de Cristo. Así como
Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, y los que miraban a la serpiente de bronce quedaban
curados, así también Cristo fue levantado en la cruz, y quienes miran a Cristo quedan curados.
¿Por qué le mandó Dios a Moisés eso tan raro de la serpiente de bronce? Porque resulta que una serpiente no se
deja ver, la serpiente obra como a las escondidas; pero resulta que esta serpiente, cuando la levanta Moisés, es
una serpiente vencida.
La única manera de que una serpiente se deje mostrar así en un palo, es una serpiente ya vencida, por ejemplo,
cuando ya está muerta. La serpiente que está viva no se deja mostrar; cuando todavía tiene veneno y cuando
todavía puede atacar, ella se esconde y no se deja ver.
Entonces lo que quiso Dios con Moisés fue mostrar una serpiente vencida, y así los que habían sido mordidos
por serpientes que todavía estaban vivas, miraron a la serpiente vencida, y llenos de fe en que Dios podía vencer
a la serpiente, eran sanados de la mordedura de la serpiente.
Eso es lo mismo que sucede con Cristo. En Cristo crucificado están todas las desgracias, porque ahí se ven
todos los dolores. Cristo llegó la cruz porque fue traicionado, porque fue golpeado, porque fue herido.
Llegó allá por las mentiras, por los orgullos, por las cobardías, en fin, por todos los pecados y todos esos
pecados quedaron como grabados en la piel de Cristo.
Las llagas de Cristo son como la escritura en la que Dios dejó grabadas todas las miserias del la humanidad.
Pero todos esos pecados de la humanidad quedaron en Cristo, pero quedaron ya vencidos.
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Por eso cuando nosotros miramos hoy a Cristo crucificado es como mirar al pecado, pero un pecado que ya no
nos hace daño.
Así como los israelitas miraron a la serpiente de bronce, esa era una serpiente que ya no les hacía daño, nosotros
miramos a Cristo crucificado, y en sus llagas y temores, miramos los pecados del mundo, pero son pecados que
ya no nos hacen daño porque son pecados vencidos por el amor de Dios.
Y por eso en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo se muestra todo el amor de Dios, y ahí fue donde Dios nos
salvó de todas las desgracias, donde en realidad nos salvó de la mordedura de la verdadera serpiente, que no es
simplemente esa que repta por ahí por entre las piedras, sino sobre todo la serpiente del pecado y de Satanás.
Cristo en la cruz ha vencido, ha quebrantado el poder de Satanás, ha sanado nuestras dolencias, y por eso el que
cree en Él, tiene vida.
Hay que saber esto y preparar los ojos para la Semana Santa que ya está tan próxima.
La anunciación 25/03/10
¿Como hablar de Dios, sin mencionar la totalidad de los hechos que nos hicieron conocerlo, o que hicieron su
historia llegar a nosotros?
San Arnoldo Janssen, temía una espiritualidad que alcanzaba al verbo Dios trino. Pero, alrededor de todo esto,
daba la más grande importancia a los arcángeles, los papás de la virgen Maria y principalmente a Maria, por
haber sido elegida para darnos la salvación.
Para él, el verbo divino es el soplo de vida que da origen a todo. En el principio era el verbo, espíritu, padre,
hijo Dios
Este verbo con su espíritu, percibe el vacío del hombre y llena la tierra de esperanza, para que ella volva a tener
vida. E el verbo se hace carne, habita entre nosotros. Entre nuestra carne humana.
El Arcángel, habla directamente a la Virgen: "Alégrate". Ese era el saludo común en el griego del siglo primero,
y como este evangelio fue escrito primero en griego, ese "alégrate", que en griego se dice jáire, en parte es un
saludo, pero en parte es la noticia maravillosa de que por fin llega la alegría a este mundo.
Cualquier palabra que tomemos para producir es muy hermosa si la comparamos con la creación porque así
como Dios Dijo al principio en la creación: ―haya luz‖ Génesis 1,3, así, al iniciar la restauración de todas las
cosas con María y en María, lo que dice es: ―Haya gracia.‖
Detrás del sí humilde y creyente de María, está la historia de un pueblo que ha aprendido, muchas veces con
dolor, a reconocer la voluntad de su Señor, a aceptarla y a obedecerla.
Detrás del sí de María está una historia de celebraciones, de sacrificios, de holocaustos que estaban una y otra
vez expresando nuestra miseria y pidiendo la misericordia del Padre; detrás del sí de María están todos los
caminos de la Providencia que han ido preparando precisamente las sabiduría de Dios, la manifestación de la
sabiduría de Dios, especialmente en esta obra de la Encarnación, Carne bendita de Jesucristo tanto tiempo
esperada.
Carne bendita de Jesucristo, en la que, al fin, pueden abrazarse como amigos Dios y el hombre; he aquí una
naturaleza humana que ya no tiene que huir de la mirada de Dios como Adán en el Paraíso, que no tiene que
gemir y reconocerse culpable como David.
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He aquí una carne, he aquí nuestra naturaleza que puede, por fin, presentarse ante su Creador y así, como un
nuevo Adán, en este día están empezando todas esas cosas.
26/03/10
Hay una idea que se repite en las lecturas de hoy: Jeremías, quien tuvo que sufrir mucho, dice en la
primera lectura : "Me acechaban todos mis enemigos para ver si daba un paso en falso" Jeremías 20,10. Él habla
del miedo que siente. Pero inmediatamente añade: "Conmigo está el Señor, indomable Guerrero" Jeremías
20,11.
Y queda tan convencido de la victoria de Dios, que la primera lectura termina con estas palabras: "Así, pues,
cantad al Señor, entonad su alabanza, porque Él libra al desvalido de las garras del malvado" Jeremías 20,13.
Dios libera a los suyos. Dios no deja que el poder del malo prevalezca sobre la virtud del bueno.
Luego, en el salmo, se da esa misma idea: "En el peligro invoqué al Señor y me escuchó" Salmo 18,7. El que
dice esa oración es alguien, quien como Jeremías, se sintió rodeado de peligro, y como él, sintió, también, que
Dios lo había rescatado.
En el evangelio vuelve a aparecer esa imagen: Cristo está discutiendo con alguna de las autoridades de
los judíos; la acusación es gravísima: "Tú eres un blasfemo" y la pena contra un blasfemo es: "Hay que matarlo
a piedra". En el contexto de esa discusión, Jesucristo se defiende: "Si las obras que yo hago son las obras de mi
Padre, ¿por qué pecado me van a apedrear?" San Juan 10,32.
Y el texto termina: "Una vez más trataron de apoderarse de Él, pero se les escapó de las manos "San Juan 10,39.
Estas Lecturas se están meditando en un viernes, pero no en cualquier viernes: es el último viernes de
Cuaresma. Dentro de ocho días se estará proclamando el misterio de la muerte de Cristo.
Entonces queda una pregunta: ¿Qué pasó? Lo traicionó un discípulo, lo rodearon sus enemigos, y parece que
nadie lo pudo liberar; en medio del Senado de Israel lo acusaron y condenaron, y parece que nadie lo liberó;
luego, entre la soldadesca romana ebria de crueldad, bajo una tunda de azotes, de insultos y de burlas, quedó
sepultado Nuestro Señor, y parece que nadie lo liberó.
Y así, fue llevado al Gólgota, y ante los ojos de su Santísima Madre, como añadiendo unos dolores a otros, fue
crucificado, y en la cruz siguieron burlándose de Él con saña, crueldad y odio encendido, y parece que nadie lo
liberó. Y se murió.
Esa muerte de Cristo, aparentemente, contradice lo que enseña la Biblia: Que el que pone su confianza en Dios,
recibe de Dios el auxilio, y que Dios no va a dejar que el poder del malvado tenga eficacia sobre la virtud del
justo. Y Cristo es justo como ninguno, inocente y bueno como ninguno, y fue traicionado, atrapado,
escarnecido, torturado y, finalmente, asesinado.
¿Que pasó entonces con lo que enseña la Biblia? A esa pregunta hay que responder con vigor y alegría:
Precisamente la muerte de Cristo es la prueba más grande, irrepetible e irreversible de que sí es cierto que Dios
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no abandona a su pueblo, porque ahí, donde el abandono parecía ser la realidad única en el sepulcro de Cristo,
ahí entra el poder de Dios y resucita a Jesucristo.
Y la libertad del Resucitado es la libertad que nadie le puede quitar, y la vida del Resucitado es la vida que
nadie le puede arrebatar, y el amor de Cristo nadie lo puede detener.
Pero, entonces, alguien puede preguntar por qué dijo Cristo "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?" Esa frase es el comienzo del Salmo 22, y ese Salmo, que empieza con esas notas tan tristes,
termina, como la lectura de hoy de Jeremías, en medio de acordes de alabanza.
El mismo salmista, que empezó diciendo "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", termina
diciendo: "Alabadlo, aclamadlo" Salmo 22,24.
Cristo, en la cruz, estaba orando con ese salmo, y la oración misma de Cristo en la Cruz es la muestra de su
victoria. Porque cuando todo le salió mal, cuando el dolor físico lo atenazó, cuando el dolor moral lo hundió y
el dolor espiritual lo quemó por dentro, en ése mismo momento Cristo era el vencedor.
Porque en ese momento Cristo no odió, que es lo que Satanás quería sembrar en Él. Cristo murió sin odiar:
murió amando, intercediendo, ofreciendo su vida en solidaridad profunda con la humanidad doliente, sin
reclamar venganza. En la muerte de Cristo el gran vencedor fue Cristo y la gloria fue para Dios.
Cristo, muriendo en la Cruz fue el vencedor, y nosotros, como San Pablo, le decimos: "Yo no me avergüenzo de
la Cruz de Jesucristo" Carta a los Romanos 1,16; "yo levanto en alto el misterio de la Cruz". Y así será en esta
Semana Santa que ya está a las puertas.
Que viva la Cruz de Jesucristo, que luzca la Cruz de Jesucristo, que se vea la Cruz de Jesucristo en todas partes,
porque el gran vencedor a la hora de la Cruz es Cristo, lo cual se manifestó maravillosamente con la
Resurrección. ¡Qué misterio tan hermoso! ¡Qué Semana Santa tan bella que tenemos a las puertas!
Preparémonos con estas últimas meditaciones para entrar de lleno a la Semana Mayor, para vivir a fondo
nuestra fe y para decirle a Cristo, incluso cuando lo veamos despedazado en la Cruz: "Tú eres el Rey, Tú eres el
Vencedor, Tú eres el Señor, y nosotros, con razón, te adoramos y te reconocemos como nuestro líder, nuestro
modelo, nuestro ejemplo y nuestro camino".
A Él gloria y honor por los siglos. Amén.
Otra opción
Viernes, 26 de marzo de 2010. P. Cristovao, svd.
La liturgia de hoy es marcada por El tema del miedo: hay dos formas de enfréntalo. Con sabiduría o cobardía.
El miedo puede ser visto como una defensa natural del ser humano a los peligros de la vida. Es una reacción por
instinto, del sistema nervioso, inclusive existente en los animales. El hombre, cuando no usa su inteligencia,
reaccion4a cobardemente al defenderse.
Como en muchos otros casos, Jesús siente algunas reacciones que, sentidas por nosotros, las consideramos
pecados. Quien nunca leyó en la biblia, las palabras, cólera de Dios, ira de Dios?
Dios sabe lo que hacer con estas cosas, y nosotros sabemos? Es lógico que no.
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Jesús en el evangelio de hoy huye, prácticamente. Se escapa de la muerte. No por cobardía, sí, por sabiduría.
Miedo, es una de sus reacciones, sí, sintió miedo. Hoy, a una semana de su muerte, Jesús siente la angustia de la
cercanía de la muerte. Pasó muy cerca. Pero, no era esta la muerte, que tenía que sufrir. Tenía que ser levantado,
como la serpiente en el desierto, para que al mirarla pudiera la humanidad reconocer sus pecados y volver a
Dios, y realizar el nuevo éxodo del pueblo de Dios.
Sentir miedo no es pecado. Si el miedo nos hacen cobardes, encerrados en nuestra propia protección. Debemos
enfrentar nuestros miedo cómo Jesús. Señor, si es posible, sálvame de este cáliz de sufrimiento, pero, que no sea
hecha mi voluntad, pero, la tuya.
Sábado, 27/03/10 P. Cristovao
"Este hombre hace muchos milagros" San Juan 11,47. Ese es el problema. "Si lo dejamos seguir, todos creerán
en Él y vendrán los Romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación" San Juan 11,48.
"Si Jesús sigue haciendo milagros, van a creer en Él;
Si la gente cree en Él, van a creer que ya está reinando Dios, y ya no se van a aguantar las esclavitudes de los
Romanos, y ya los Romanos nos van a destruir.
Quedémonos con un bien mediocre, pero seguro; y no luchemos por un bien mayor, pero inseguro. Ese es el
resumen.
Y es que estos judíos tenían razones para tener miedo por que los romanos no pensaban con la cabeza, más, con
la espada. El castigo para los rebeldes era precisamente la cruz. Eso de que Cristo murió crucificado no es un
accidente, Cristo murió crucificado por que ese era el castigo contra los rebeldes que levantaban altaneramente,
atrevidamente contra el poder del águila imperial, contra el poder romano.
"O crucificamos a este, o nos crucifican a nosotros; porque si nosotros no acabamos con Él, si nosotros no nos
mostramos aliados del César.
Esta problemática estaba en el corazón de Jesús y Él sabía a dónde se dirigía cuando entraba a Jerusalén.
El miedo cobarde consiste en eso. Vivir bajo el poder del enemigo, sujetarse a él, perder sus valores.
Jesús, amó inclusive a los fariseos, a los que lo condenaron, porque sabía conocía las angustias de sus
corazones, sus miedos, sus cobardías: ellas tenía causas razonables.
Domingo de ramos, 28-03-10 P. Cristovao, svd
El tema central del Domingo de Ramos es el Mesianismo. En el Primer Testamento es Isaías el profeta quien
más profetiza y anuncia la llegada del Mesías de Dios. Es la espera de la aparición salvífica de un líder
descendiente de David que habría de instaurar definitivamente en la tierra «el derecho y la justicia».
Isaías es el profeta que más profetiza y anuncia la llegada del Mesías de Dios, Mesías que él entiende como el
Siervo de Yavé que llega. La gran realidad de Dios viviendo con nosotros, la realidad del gran restaurador que
libera de la esclavitud, de la gran violencia, de la gran miseria, a la que ha sido condenado el pueblo de Dios.
Aunque no aparezca en los textos de hoy el texto del diluvio, podemos comparar toda esta simbología de los
ramos. Cuando Dios quiso purificar el mundo mandó un diluvio. Junto con la señal de vida que aparece en el
cielo después de decenas de días hay una paloma con un cajo de olivo. Teniendo esta señal Noé supo que en la
tierra ya había posibilidad de vida. Con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el recobra la esperanza de vida
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nueva a todos los que lo esperaban y creyeron en su llegada al mundo como mesías. Anuncia un nuevo diluvio,
sin más sacrificios, apenas lo suyo. Los que creyeron en él, encontraron la misericordia de Dios.
El color verde contiene este significado, de esperanza, de vida, como ya sabemos que es el gran símbolo de la
sobrevivencia e la tierra. Nadie puede vivir sin el aire, sin el verde de los montes. De los olivos sale el aceite,
símbolo de la unción de Dios.
Miércolesi santo, 31/03/10
Y es bueno darse cuenta que en ese camino está todo el drama del ser humano; toda la grandeza y toda la bajeza
de la que es capaz el ser humano, todo aparece en la Pasión de Cristo.
Encontramos amigos que son capaces de traicionar, y encontramos amigos que permanecen fieles; encontramos
la traición y la lealtad; encontramos la mentira y la verdad; encontramos las tinieblas, con toda su fuerza; y
encontramos la luz, con todo su esplendor.
Y es precisamente esta tensión entre bondad y maldad, entre vida y muerte, entre noche y luz, es esta tensión la
que hace especialmente dramático este tiempo.
La advertencia de hoy: pasar la vida obrando bien, pero traicionar a Cristo.
Jueves Santo: 01/04/10.
P. Cristovao, svd
Is 52,13-53,12: Él fue traspasado por nuestras rebeliones
Salmo 30: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
Hb 4,14-16;5,7-9: Aprendió a obedecer
Jn 18,1-19,42: Pasión de NS Jesucristo según san Juan
Queridos hermanos (as), en este jueves santo, tenemos mucho que celebrar. Nuestra parroquia, quiso dedicar
una especial intención, por nuestro país, en acción de gracias por el bicentenario de su independencia. Hoy aún
más especialmente la iglesia con sus sacerdotes renueva su compromiso de servicio a Jesucristo buen pastor, en
este año sacerdotal. Y todo esto, ligado a la institución de la Eucaristía centro de la vida del cristiano y escuela
de humildad.
Toda la liturgia de hoy nos presenta Jesús, pan de vida, que alimenta la humanidad de esperanza y humildad.
El Señor se convierte en el servidor, porque la verdadera grandeza no está en el honor humano sino en el
amor que transforma a los hombres y mujeres en la presencia de Dios en el mundo. ―Yo estoy en medio de
vosotros como el que sirve‖. Dice el señor.
El evangelio de hoy, minuciosamente nos describe la escena de la humildad de Jesús, porque cada uno de estos
detalles revelan el verdadero sentido de su acción: el verdadero amor se traduce en acciones concretas de
servicio. ―Se levantó de la mesa, dejó el manto y, tomando un paño, se lo ató a la cintura‖.
El gran valor que ennoblece al hombre es el de tener la disposición permanente para servir. Jesús lo ha
proclamado, según el evangelio de Juan, de forma e de fuerza incomparables: el Maestro se ha convertido en un
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esclavo. El verdadero sentido profundo de la existencia del Maestro es el de ser servidor. Una lógica así se
convierte en el secreto para edificar un mundo, cuya razón de ser no nos puede ser revelada sino por Dios
mismo. La única manera posible de ser discípulos del Maestro es sirviendo, no siendo servido. Más dar que
recibir. También Jesús nos enseñó que hay más gozo en dar que en recibir.
Tagore decía: "Dormía y soñaba que la vida era alegría. Me desperté y vi que la vida era servicio. Serví y vi que
el servicio era alegría".
El sacerdocio
Es un llamado a una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación, por la gracia que
nos dio Cristo Jesús (2 Tim 1, 9).
Llamado a ofrecer dones y sacrificios por los pecados" (Heb 5, 1),
Llamado a hacer fructificar en nuestra vida "el carisma de Dios".
Él, pide de sus servidores, intimidad personal, reflejada en la mirada, los gestos, la actitud servicial y siempre
caritativa, la práctica de la virtud cristiana de la pobreza, de ser edificante para las almas que os han sido
confiadas.
Llamado imitar el diálogo continuo, que el mismo Jesús mantenía con su Padre Dios.
La vocación sacerdotal es, sobre todo, una vocación de servicio abnegado a los demás, que busca solamente la
gloria de Dios en el bien de sus hijos, creaturas de sus manos, portadores de su soplo de vida, el cual cada día
desfallece, se apaga como una lámpara sin aceite.
Domingo de pascua 04/04/10 P. Cristobal
Queridos hermanos, la fiesta que celebramos hoy es el único motivo por el cual podemos llamarnos, cristianos.
Por qué la muerte es la única certeza que tenemos en la vida. Si Jesús hubiera sido apenas muerto, sería algo tan
común como la trayectoria de vida que tenemos. Nascer, crecer, vivir y morir.
Sabemos que para muchos es algo absurdo hablar de Dios, cuando tantos sufren en este mundo.
Todavía falta mucho para que resucitemos con Jesús. Todavía podemos, pero, Cuando el hombre haya vencido
el engaño y la complicidad en el dolor humano, cuando se terminen los genocidios en nombre, de ideologías
económicas y políticas;
cuando despierten los pueblos dormidos, para la paz, cuando se termine el racismo, cuando se encuentren todos
los desaparecidos, secuestrados, sacados de sus derechos humanos.
Con lo que se gasta en un minuto militar en el mundo, Dos mil comerían por un año
Cuántos dejarían de ser esclavos, por el precio de una bomba al mar.
Somos cristianos de eterna cuaresma; pero hay que resucitar.
Pero, Jesús se hace camino nuevo, inaugurado, para recuperar el camino del cielo, que perdimos con nuestros
pecados. Ganamos en Jesucristo, huellas en un nuevo camino, que nos devuelven a él. Nos devuelve al cielo,
nuestra morada perfecta. ¿Y qué es el cielo? Es la gran respuesta al ansia de vida que hay en el corazón
humano.
En la existencia celestial en la que Cristo entró por su resurrección, en esa existencia celestial hay vida para el
cuerpo y para el alma; porqué: "La muerte ya no tiene poder sobre Cristo, y por él, no tiene poder sobre
nosotros, al menos, definitivamente. Al contrario, la resurrección sí, tiene efecto definitivo sobre la humanidad.
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Somos todos marcados como pueblo perteneciente a Dios, y nada puede quitarnos de Dios, cuando tenemos su
manifestación gloriosa en nuestra vida. Nada puede ser más grandioso que eso.
Viernes, de la octava de Pascua, 09/04/10
- Jesús es desconocido, reconocido
- En sus acciones y palabras
- Los discípulos continuaron sus vidas como antes de conocer a Jesús
- La liturgia de esta semana tiene elementos comunes.
- Su resurrección es real; come con ellos
- Los envía
- Todo cambia a partir de aquel momento.
Domingo 11 de abril 2010- 2º Domingo de Pascua P. Cristobal
Hch 5, 12-16: Crecía el número de los creyentes
Salmo 117: Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Ap 1, 9-11a. 12-13. 17-19: Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos
Jn 20, 19-31: Felices los que crean sin haber visto.
Queridos hermanos, voy comenzar la homilía de hoy con dos frases que pueden ayudarnos a entrar en la
liturgia de hoy. Una es algo sobre un astronauta ruso llamado July Gargarin.
Cuentan que cuando regresó de su primer viaje al espacio, dijo: ―Anduve por el cielo y no he visto a Dios‖.
Pobre July tan parecido a Tomás, que podría llamarse su mellizo.
La otra frase es: Ojos que no ven corazón que no siente, dice el refrán. Bajo esto podemos preguntarnos,
¿porqué al pensar en Dios, siempre miramos al cielo?
Durante toda esta semana, Jesús en los evangelios, invita todos sus creyentes a que lo miren de una forma
distinta a partir de su resurrección. Ninguna de las lecturas de esta semana, él se declara como el resucitado, sin
que lo identifiquen. Y de qué forma lo identifican.
Jesús es confundido con un jardinero, con un peregrino y con un fantasma. En todas estas ocasiones, él es
identificado en dos características:
Como el mismo Cristo, con sus llagas de la cruz y al mismo tiempo comprueba su resurrección comiendo con
los discípulos. Hoy, mostrando sus llagas a Tomás.
En la liturgia de hoy Jesús, confirma su presencia en nuestro medio. Sopla sobre los discípulos, devolviendo la
paz y la tranquilidad, pues estaban con mucho miedo y encerrados.
Él quiere que lo encontremos en este mundo, en el cielo y en la tierra, en nuestro corazón, en los rostros
distintos que él asume en las multitudes. Cuando decimos en Brasil, el señor esté con ustedes, respondemos, -
él está en el medio de nosotros. Invitémoslo a compartir de nuestro pan, de nuestra alegría, de nuestros dolores,
de nuestras cruces, porqué él está en medio de nosotros. Sigue sufriendo por cada hijo que sufre, sigue feliz por
cada hijo feliz.
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Jesús entra y se coloca en medio de la comunidad. Sopla sobre ellos/as y les da el Espíritu Santo. Para la
Comunidad de Juan, la Pascua de Resurrección ya es el pentecostés, pues el espíritu es dado en seguida, el día
en que Jesús resucitó. (Para Lucas que tiene otra teología, y que tal vez por razones catequéticas es la única que
recogió la Iglesia, hay que esperar 50 días para Pentecostés). Y en esta Pascua-Pentecostés toda la comunidad
de discípulos y discípulas recibe la autoridad para perdonar los pecados.
Miércoles, 14/04/10
"Dios no mandó a su Hijo para condenar al mundo, Dios no mandó a su Hijo para juzgar al mundo"
También nosotros hemos de sentir hoy personalmente la invitación de Jesús como Tomás: «No seas incrédulo,
sino fiel» (Jn 3,21), ya que «el que cree en Él, no es juzgado» (Jn 3,18), sino que va a la luz.
Dios es puro amor. Su voluntad es solamente comunicar una vida que supera la muerte. Dios no juzga, no
condena, no manda a nadie al infierno. Es la libertad humana la que determina nuestra suerte. La luz está
encendida y hay quienes cierran los ojos. En verdad no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y no quieren
ver porque sus obras son malas. Este texto es una radiografía nuestra y de nuestra sociedad. La Iglesia se ha
dejado invadir por la ceguera y ha cerrado los ojos ante la injusticia por defender su poder y privilegios.
Necesitamos volvernos a Jesús. Cuánta falta nos hace abrir los ojos y volver a ver la luz.
Jueves, 15/04/10 P. Cristovao, svd
El evangelio de Juan siempre usa palabras que se oponen. Toca un extremo y luego el otro: luz y tinieblas; P.
verdad y mentira; cosas de la tierra y cosas del cielo. No quiere decir que hay dos realidades una espiritual y la
otra material; una del cuerpo y otra del espíritu, sino que en esta única historia estas realidades opuestas están
presentes y en conflicto. Como decía un viejo cacique hablando con sus nietos: ―Hay dentro nuestro dos lobos
que luchan. Uno quiere el bien y el otro quiere el mal‖. Uno de los nietos preguntó : ―¿Cuál ganará abuelo?‖.
Y el viejo contestó: ―El que tú alimentes¨. A nosotros y nosotras nos toca optar por una de esas realidades.
A partir del momento en que el Padre puso todas las cosas en las manos de Jesús sólo hay delante nuestro la
vida. De parte de Dios sólo hay un sí a la vida. Solamente quien se niega a creer en tanto amor y generosidad de
parte de Dios se queda sin la vida. Claro que creer en tanta generosidad significa convertirse y cambiar de vida.
Salir de las tinieblas y venir a la luz.
Viernes, 16 de abril de 2010 P. Cristovao, svd
En la primera lectura que hemos escuchado, Gamaliel hace una exposición razonable de cómo es posible que
Dios esté obrando en esta especie de secta o lo que podía ser para ellos una secta. Dice:
- "Mi opinión es que no os metáis con esos hombres" Hechos de los, Apóstoles 5,35, dice Gamaliel; si esto es
de los hombres, acabará solo; si es de Dios, os podríais estar exponiendo a luchar contra Dios" Hechos de los
Apóstoles 5,38-39.
- Habla de los discípulos encarcelados.
- Los discípulos se alegran…una alegría con dolor
Felices los perseguidos por causa de mi
- "EL que mira desde el cielo sonríe, el Señor se burla de ellos" Salmo 2,4.
Y así también Cristo, Pan de Vida, Pan de Amor, a todos alimenta y es como inextinguible, es como inagotable
lo que hay en Él. Cuanto más da, más hay en Él.
El agobio de los Apóstoles ante tanta gente es fruto de la injusticia...Jesús enseña que la justicia no brota del
poder sino del compartir.
La multiplicación de los panes es también el milagro del compartir.
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Sábado, 17/04/10
Lectura simbólica de la biblia
Mar – Fuerzas del mal
Poder sobre – oscuridad, vientos tempestad
Poder sobre la tentación de hacerlo rey
Jesús sube al monte, como Moisés, para escuchar a su padre
Jesús les dice YO SOY (Yave)
Vuelve: para salvar a los suyos del miedo: El miedo es lo contrario a la fe. Fuera del proyecto de Jesús
entramos en la oscuridad y hasta la naturaleza se rebela contra la injusticia.
Apenas perdemos el miedo y aceptamos a Jesús, nuestra barca llega a su puerto.
Domingo, 18/04/10 P.Cristobal
El evangelio de hoy tenemos muchas situaciones, si prestamos la atención el centro del mensaje no es la pesca
milagrosa. Jesús rescata los discípulos de la decepción, de pensar que todo estaba perdido. Por eso retoman la
vida normal de pescadores de peces; tengamos en cuenta que Jesús los había hecho pescadores de hombres.
La manifestación de Jesús resucitado los despiertan para una vida nueva, donde pase lo que pase, nada puede
cambiar su condición de discípulos.
Jesús les da una orden; (envío) «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La vida nueva consiste
en hacer lo que manda el maestro, fielmente.
Sacan ciento cincuenta y tres peces: este número es la suma de 76+77. Como en el perdón, 77 indica cantidad
suficiente, para que algo esté completo, perfecto. El 76 representa a Pedro que todavía estaba bajo la tristeza de
haber negado a Jesús tres veces. Simón (76) y (=pescado, 77). 76+77= 153 # de suma matemática = suma
teológica. Jesús trae de vuelta a los discípulos, como peces, sin vida, sin frutos, en la oscuridad. Amanecen el
día con el señor.
Faltaba algo más, para que Pedro, confirmara su amor. Antes, sería como, una semana de 6 días, por ejemplo.
El 7 dos veces, es una profesión de fé, verdad, certeza, suficiencia. Faltando algo en eso, indica imperfección.
Jesús otra vez, quiere saber de Pedro, sobre su fidelidad: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Le
dice Jesús: «Apacienta mis ovejas
Cuando eras joven, tú mismo te ceñías…lo avisa de los peligros de ser fiel, como si dijera, ¿sabiendo tu, que
puedes pasar por la cruz, me amas? (cuarta pregunta, en oculto)
Dicho esto, añadió: «Sígueme».
Listo, Pedro ya es digno del señor (como perdonar 77 ya no es 76)
Y allí Dios les manifiesta su poder y su gloria, a través del símbolo de la pesca y de la comida.
La red es símbolo de la Iglesia y de la pesca multitudinaria que harían los seguidores de Jesús después de este
encuentro, cuando vuelvan a tomar el rumbo que habían perdido. El capítulo 21 de Jn está centrado en la
figura de Pedro.
Para Juan lo más importante es ser discípulo/discípula. Y presenta Pedro como pastor a partir de la inquietante
pregunta triple de Jesús resucitado: ―Simón, ¿me amas?… Apacienta mis ovejas‖. Pedro es reconocido como
pastor porque ahora cumple la condición de buen discípulo.
Durante la Pasión negó tres veces ser discípulo de Jesús. Ahora el Señor le pide una triple confesión de su
sincero amor como discípulo.
Una vez reconocido como pastor, Jesús le anuncia la clase de muerte con la que glorificaría a Dios: su
crucifixión en Roma. Después el Señor le reiterará su consigna favorita: ―sígueme‖, es decir, lo compromete
formalmente a ser su discípulo, pastor, pescador de hombres.
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Esta invitación sigue siendo hecha a todos nosotros.
P. Cristovao 21/04/10
Hoy, Jesús se presenta como el pan de vida.
A primera vista, causa curiosidad y perplejidad la definición que da de sí mismo; pero, cuando profundizamos,
nos damos cuenta de que en estas palabras se manifiesta el sentido de su misión: salvar al hombre y darle vida.
«Ésta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el
último día» (Jn 6,39). Por esta razón y para perpetuar su acción salvadora y su presencia entre nosotros,
Jesucristo se ha hecho para nosotros alimento de vida.
Jesucristo nos invita a seguirlo, a alimentarnos de Él,
«Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día». Este pan no sólo se
refiere al alimento material, sino a sí mismo, alimento de vida eterna, con quien debemos permanecer unidos día
tras día con la cohesión profunda que nos da el Espíritu Santo.
Pan de vida, del cariño de madre, de padre, de la conservación de los valores, de la vida, de la mirada, más allá
del alcance de los ojos, el pan de vida dar nuevos sentidos a nuestros sentidos.
Diálogo entre un recién convertido a Cristo y un amigo no creyente:
— «¿De modo que te has convertido a Cristo?». «Sí».
— «Entonces sabrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?».
— «No lo sé».
— «¿A qué edad murió?». «Tampoco lo sé».
— «¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?».
— «Pues no ... No lo sé».
— «La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo...». .
— «Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de El. Pero sí que sé algo:
Hace tres años, yo era un borracho.. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos. Mi mujer y
mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida; no tenemos
deudas; nuestro hogar es un hogar feliz; mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada' noche. Todo esto
es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que sé de Cristo!».
Conocer realmente. Es decir, ser transformado por lo que uno conoce.
Jueves, 22/04/10 P. Cristóbal
El eco
Jesús nos enseña que la vida que nos ofrece él es algo como el pan. El pan que él nos da, es el reflejo de lo que
somos, de lo que podemos ofrecer de nosotros mismos, pero, que realmente sea digno de ofrecer a alguien.
Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: – ¡ ¡ ¡
AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !‖.
Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: – ―¡¡¡ AAAhhhhhhhhhhhhhhh !!!‖
Con curiosidad, el niño grito: – ―¿ Quién eres tú?‖
Recibió de respuesta: – ―¿Quién eres tú?‖
Enojado con la respuesta, grito: – ―¡ Cobarde !‖
Recibió de respuesta: – ―¡ Cobarde !‖
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Miró a su padre y le preguntó: – ―¿Qué sucede?‖
El padre sonrió y dijo: – ―Hijo mío, presta atención‖. Entonces el padre gritó a la montaña: – ―¡ Te admiro !‖
La voz respondió: – ―¡ Te admiro !‖
De nuevo el hombre gritó: ―¡ Eres un campeón !‖
La voz respondió: – ―¡ Eres un campeón !‖
El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego el padre explicó:
- ―La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA…Te devuelve todo lo que dices o haces… Nuestra vida
es simplemente reflejo de nuestras acciones. La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado.‖
El pan de vida que Jesús nos ofrece está a nuestro alcance. Palabras duras, son como piedras. más fuerzas
ponemos en ellas, con más fuerzas vuelven a nosotros. Palabras dulces son como el goteo en las rocas, con los
años de gota en gota modelan, silenciosamente las rocas.
Viernes, 23/04/10 P. Cristovao, svd
como ha escrito Juan Pablo II, «la Eucaristía es un don demasiado grande para admitir ambigüedades y
reducciones».
―Comer para vivir‖: comer la carne del Hijo del hombre para vivir como el Hijo del hombre. Este comer se
llama ―comunión‖. Es un ―comer‖, y decimos ―comer‖ para que quede clara la necesidad de la asimilación, de
la identificación con Jesús. Se comulga para mantener la unión: para pensar como Él, para hablar como Él, para
amar como Él. A los cristianos nos hacía falta la encíclica eucarística de Juan Pablo II, La Iglesia vive de la
Eucaristía. Es una encíclica apasionada: es ―fuego‖ porque la Eucaristía es ardiente.
Sábado, 24/04/10 P. CRISTOVAO, SVD
¿Cuántas veces, muchos han hecho esta pregunta? A quien iremos señor?,
En medio a las dificultades de la vida, las enfermedades, unos por la pobreza, otros, por no encontrar sentido
para lo que posee. Jesús hace un desafío a los discípulos, les da la libertad para elegir entre seguirlo y seguir a lo
que quieran. Pero ellos, ya habían escogido. Solo tú tienes palabras de vida.
Jesús iba descubriendo a medida que vivía con sus discípulos/as sus sentimientos. Sentía quién lo amaba y
quién podía traicionarlo. Entonces muchos lo abandonaron. Es que lo que Jesús les pedía era mucho más que ir
a misa, confesarse y comulgar. Era aceptar ser Servidores Sufrientes del reino junto con Jesús. Pedro, atraído
por el Padre, respondió en nombre del resto fiel (y también en nuestro nombre): ―A quién iremos Señor, tú
tienes palabras de vida eterna‖
El evangelio de hoy nos detiene. Nos pide una tomada de decisión. Y uds., también desean irse?
Martes, 27 de abril de 2010. P. Cristovao, svd
Qué ha hecho Jesús para que crean en Él? Ha curado cantidad de gente; ha colocado a la mujer en pie de
igualdad con el varón; ha hecho que el pueblo experimente la alegría de la libertad y la solidaridad organizada
para compartir los bienes. Ha expulsado demonios de fanatismos y nacionalismos estrechos que estaban
emponzoñando el alma del pueblo. Con todo eso Jesús había desenmascarado la religión del Templo y
cuestionado a sus autoridades. Porque Jesús es como espada de dos filos que corta para todos lados.
Jesús conoce a su gente. En la Biblia el verbo conocer tiene el mismo sentido de la unión íntima de los esposos.
Es en esa alianza de amor que se descubre quién es Jesús y quién es su Padre.
La vida eterna no es la salvación después de la muerte, sino que es entrar desde ahora en ese misterio de amor
transformador que es regalo que nos viene de las manos de Dios Padre-Madre y que es uno con Jesús y , para
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nuestra alegría, de esas manos benditas que han hecho alianza con el pueblo pobre, no hay poder político,
económico, militar o religioso que pueda arrancarle nada. Absolutamente nada! .
Imposible atravesar la vida ...
P. Cristovao, svd, Miércoles, 28/04/10
Sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún quebranto de salud,
Sin que un amor nos abandone, sin que nadie de la familia fallezca, sin equivocarse en un negocio.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe; Uno crece cuando
acepta la realidad y tiene aplomo para vivirla. Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para
cambiarlo.
Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede
ser el porvenir. Crece cuando se supera, se valora, y sabe dar frutos; Crece cuando se abre camino dejando
huellas, asimilando experiencias, ¡Y sembrando raíces!
Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios negativos ni prejuicios, cuando da ejemplos sin
importarle burlas, ni desdenes, cuando cumple con su labor. Uno crece cuando se es fuerte por carácter,
sostenido por formación, sensible por temperamento...¡Y humano por nacimiento!..
Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas. Recoge flores aunque tengan espinas y marca
camino aunque se levante el polvo. Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz
de perfumarse, con residuos de flores...¡Y de encenderse con residuos de amor...!
Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe.
Uno crece cuando se planta para no retroceder...Cuando se defiende como águila para no dejar de
volar...Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella. Entonces...Uno Crece, Y CRECE CUANDO
CREE, ESPERA Y CONFIA EN SI MISMO.
Jueves, 29/04/10
Recibir a Dios es recibir al que Él ha enviado, es decir, a su Hijo Jesucristo, y recibir a Cristo es recibir a los
que Cristo ha enviado. De este modo, a través de los Apóstoles y sus sucesores, a través de los misioneros, los
predicadores, los catequistas, a través quienes dan testimonio de Cristo, acogemos a Cristo y a través de Cristo,
recibimos al Padre.
¡Qué tal este Dios que tenemos!, que pide un poquito dentro de nosotros; uno quisiera tener un poquito de
espacio dentro de la voluntad de Dios, dentro del querer de Dios, dentro del corazón de Dios.
"Dame un poquito de espacio en tí", le decimos a Dios, y Dios nos repite la misma frase: "Dame un poquito de
espacio en ti", "¿qué lugar ocupo yo en tu vida?"
"Tú quieres que yo te reciba tus intenciones, peticiones, tus desconciertos, tus disgustos. ¿Quieres que tenga un
espacio para ti, verdad? Bueno, dame tú también un espacio, que yo pueda tener un espacio en ti".
Estamos muy lejos de esa sintonía, pero está la palabra de Cristo que entonces me dice: ―Nelson, abre espacio
en tú corazón para mí, si yo quepo en tú corazón, tú intención y tú voluntad entra en sintonía con la mía‖
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Eso es lo que Dios quiere, ese es el principio de la unidad, de la comunión. La comunión y la unidad se
construyen así: que Dios esté dentro de ti, que tú estés dentro de Dios, así como el Padre está en el Hijo y el
Hijo está en el Padre.
Viernes, 30/04/10
Jesús es camino de verdad que lleva a la vida. El camino significa que tenemos que recorrerlo y recorrerlo en la
verdad. El modo de vida del camino que es Jesús, es la verdad.
Quien anda en las tinieblas, teme a la luz, si no quiere a la luz. Quien anda en la luz no tiene secretos, no obra
mal, no vive para sí mismo.
El camino es creatividad y búsqueda. Además, como cristiano, no se recorre solo sino en comunidad, de dos en
dos o más.
¿Cual es la relación de una persona deshonesta con una honesta? Este es un ejemplo claro de quien anda en la
luz o no.
La mentira, la deshonestidad, arrogancia, el descontrol emocional son tinieblas, pero, la verdad, la honestidad,
la ternura, etc, son luces.
Domingo, 02/05/10
Hoy, el texto, que es tomado de San Juan, nos recuerda el momento en que Cristo padecía la traición de
su discípulo.
Podemos decir que todo el dolor de la Pasión, fue el dolor de la siembra, de la fidelidad y de toda la
belleza de la Iglesia; podemos decir que la Iglesia es un proyecto de Jesús. Una Iglesia que no está acabada y
que por consiguiente, en su estado actual, no responde por completo a lo que Jesús quería. Hay muchas
actitudes como las de judas, pero, no podemos olvidar que debemos confiar en el perdón, en la certeza de que
nosotros somos pecadores, pero, necesitados de perdón; de la certeza de la misericordia, de la certeza de
nuestra miseria; de agarrarnos más a la fortaleza de Dios. Ningún pecado puede ser más fuerte que el amor.
Tienes cara de desastre, tienes mirada de invierno, se te ha congelado la sonrisa en el rostro, has perdido el
brillo en la mirada, ¿qué pasa contigo? ¿Qué pasa que no tienes palabras, ni abrazos, ni cariño, ni fuego, ni
entusiasmo, ni esperanza? Jesús, mismo después de ser traído, colgado en la cruz, siguió creyendo en nosotros.
Él creer que somos capaces de hacer su voluntad. Nosotros, creemos que no. Nos convertimos en otros Judas,
débiles, incomprensibles de su palabra.
Nunca deberíamos, preguntar sobre ¿qué es la iglesia?, pero sí, ¿quién es iglesia?.
De la Iglesia podemos esperar terribles decepciones, como las que provoca el corazón humano, y podemos
esperar fantásticas donaciones, como las que sólo Dios puede dar.
Ser verdaderamente cristiano es una sabiduría insondable, porque es trabajar en esta tierra, y saber sin embargo
cuán limitada es; es estar en ella, es amarla y estar a favor de ella, y por eso mismo, conocer hasta dónde llega y
cuánta falta le hace el cielo.
El evangelio nos presenta unos cuantos versículos del gran discurso de despedida de Jesús en la noche
de la Cena, donde el Maestro entrega su testamento espiritual a los discípulos: el gran mandato del amor como
signo visible de la adhesión de sus discípulos a él y de la vivencia real y afectiva de la fraternidad. Nos invita a
creer en Dios, en Él, en la Iglesia (nosotros mismos), para superar lo que nos hacen débiles.
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Lunes, 03 de mayo de 2010. P. Cristóbal, svd
Exaltación de la santa Cruz.
Dios elige la cruz por amor a los crucificados, en solidaridad con todos los que sufren.
La cruz, aunque absurda, puede ser el camino para la gran liberación, con tal que tú la aceptes con libertad y
amor como Jesús. La cruz, entra así, en la historia. L. Boff.
Jesús nos quiere enseñar y conducir con su propia vida a una verdad fundamental: que él mismo se identifica
con todas las personas, hijos e hijas de Dios que hoy, están siendo crucificados en nuestro mundo.
Jesús nos revela como es Dios. Cada palabra, sentimiento, acción, de Jesús sabe Dios. Jesús hace de Dios
sentimiento interior, actitud vital, opción practica. Mirando a Jesús vemos que Dios es pura amistad y cercanía,
ternura y solidaridad. Vemos que en medio de todas las sombras de nuestro mundo, el ser humano puede
encontrar en él un horizonte para mirar y un motivo para esperar. Puede encontrar como aliviar y curar todos los
estragos de nuestra historia. Seguir sus pasos salvadores es vivir en comunión la confianza y el consuelo de
Dios y extenderlos con la vida.
Santiago y Felipe
Muchísimos judíos creyeron en Jesús, movidos por las palabras y el buen ejemplo de Santiago. Por eso el Sumo
Sacerdote Anás II y los jefes de los judíos, un día de gran fiesta y de mucha concurrencia le dijeron:
"Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que
Jesús no es el Mesías o Redentor".
Y Santiago se presentó ante el gentío y les dijo: "Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran
salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios".
Al oír esto, los jefes de los sacerdotes se llenaron de ira y decían:
"Si este hombre sigue hablando, todos los judíos se van a hacer seguidores de Jesús". Y lo llevaron a la parte
más alta del templo y desde allá lo echaron hacia el precipicio. "Padre Dios, te ruego que los perdones porque
no saben lo que hacen".
El historiador judío, Flavio Josefo, dice que a Jerusalén le llegaron grandes castigos de Dios, por haber
asesinado a Santiago que era considerado el hombre más santo de su tiempo.
Martes, 04 de mayo de 2010. P. Cristovao, svd
La paz no es ausencia de guerra, no se la concreta con armas, ella no pertenece a jefes de estados; debe salir del
corazón y generar actitudes de amor.
Madre Teresa de Calcuta
A veces creemos que lo que hemos logrado es sólo una gota en el océano. Pero sin ella, el océano estaría
incompleto. Nunca dejemos que alguien se acerque a nosotros, y no se vaya mejor y más feliz.
Lo más importante no es lo que damos...sino el AMOR que ponemos al DAR.
Halla el tiempo para practicar la caridad. Es la llave del Paraíso.
Debemos ser capaces de irradiar alegría en nuestras acciones.
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Aspiremos de todo corazón a que ELLOS se sientan AMADOS. Si los atendiésemos con cara triste, no
haríamos más que aumentar su desesperanza.
El fruto del silencio es la oración, El fruto de la oración es la Fe, El fruto de la Fe es el amor, El fruto del
amor...es el servicio, El fruto del servicio es... La Paz !!!
Miércoles, 05/05/10
La imagen de la vid aparece varias veces en el Antiguo Testamento, sobre todo es el Profeta Isaías quien tiene
un cántico de la vid, un cántico a la viña del Señor, y esa viña del Señor es la casa de Israel, es el pueblo de
Dios.
Pero esa viña de la que habla el Profeta Isaías es una viña que no dio fruto, es una viña en la que Dios, como
labrador, se esforzó mucho y sin embargo no dio fruto.
Y hay una pregunta terrible que queda en ese cántico del profeta Isaías, pregunta el profeta, dándole su voz a
Dios: ―¿Qué más se puede hacer a mi viña? Si la cuidé, si cavé el lagar, si hice el cercado, si aboné, ¿que más
podía hacer yo por mi viña? ¿Y qué esperaba yo de mi viña? Que diera frutas, que diera uvas y sin embargo, ha
dado agraces. Uvas frustradas y amargas y vino de amargura" Isaías 5,4. Esta queja la dice Dios por boca del
profeta Isaías.
Esta es la imagen de la vida destruida, en castellano, vid y vida están muy próximo en el sonido pues la vida
destruida es como la vid destruida, arrasada, que no sirve ni para madera, que se convierte en rastrojo y cuyo
destino sólo puede ser el fuego. Frente a esa viña, frente a esa imagen de la viña desolada, hoy tenemos una
nueva vid, una vid verdadera.
Jesús, entonces, nos invita a unirnos con Él para ser fecundos, nos invita a permanecer en Él para ser
verdaderamente fecundos y nos cuenta cuál es la vida de los sarmientos que están unidos a esa vid verdadera
que es Él. Mira lo que dice: "El sarmiento que no da fruto, la rama que no da fruto es arrancada y la que da fruto
es segada" San Juan 15,2; el Padre celestial es el viñador, y este viñador, este labrador, a unas ramas las arranca
y a otras la poda.
Jueves, 06/05/10
El amor con que Jesús dice está unido a su padre es algo que podemos comprender en lo que él mismo nos
enseño. Un amor lleno de confianza y de diálogo.
Jesús sintió miedo, como nosotros, desafió a las injusticias, puso mucha genta a pensar, sobre el sentido de la
vida. Pero, desafió a la muerte y la venció. No lo habría si no estuviera íntimamente unido al padre.
Cierto día una persona había caído en un precipicio. Se quedó agarrada a una piedra. Lo que tenía abajo era todo
oscuridad. Pidió ayuda y vino una voz de arriba que decía, confía en mí. Te voy bajar una cuerda. Así lo hizo.
La persona agarró la punta de la cuerda, mientras, el que estaba arriba la bajaba lentamente. Llegó un cierto
momento que se terminó el tamaño de la cuerda, el que estaba arriba decía:
Confía en mí, ya puedes soltar la cuerda. Pero, el que se había caído no era capaz. Decía no puedo no veo nada
abajo, tengo miedo. El otro decía, Confía en mí, ya puedes. Yo conozco el lugar donde estás. Si no sueltas voy
soltar la cuerda; cuando soltó faltaban 5 centímetros para llegar a bajo.
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Amar es confiar, no temer miedo es agarrarse a Dios y aportar del mismo esfuerzo, pues, él dispone de lo que
necesitamos. Lo mínimo que nos pide es dar el paso y confiar. Así lo hizo Jesús, porque Dios estaba con él y él
con Dios. Lo mismo podemos nosotros.
Viernes, 07 de mayo de 2010, P. Cristovao, svd
Jesús hoy nos manda dos cosas: nos manda amar y nos manda dar la vida. Amar, suena dulce; dar la vida, suena
difícil, suena áspero, suena amargo.
Pero las dos cosas han salido de la misma boca, que es la boca de Cristo, y las dos cosas han salido del mismo
corazón, que es el Corazón de Cristo. Y yo creo que si uno aprende a relacionar estas dos cosas, es decir, amar
y dar la vida, llega a comprender eso de ser cristiano.
Quedarse sólo con la palabra amor puede ser engañoso, porque uno llama amor a muchas cosas, y muchas veces
esa palabra amor queda reducida a un gusto, a un placer, incluso, a la capacidad de disfrutar o utilizar a una
persona.
Si uno se queda sólo con el aspecto de dar la vida, entonces la religión se vuelve muy triste, porque dar la vida
es estar en la actitud permanente de morir, morir a sí mismo, ceder, buscar el bien del otro y esto, pues,
indudablemente, es duro, es imposible de hecho, si no se tiene amor.
Para tener clara la vida cristiana necesitamos mirar las dos cosas, entonces, necesitamos pasar nuestros amores
por el filtro de dar la vida.
Cuando un muchacho le dice a la novia que la ama, debe preguntarse esto: ¿qué está dispuesto a perder por ella?
Cuando los esposos se dicen que se aman o que aman a los hijos, tienen que preguntarse si están dispuestos a
perder qué por ellos.
Sábado, 08/05/10
Podemos decir que Estas lecturas nos invitan, en una tónica misionera, a responder al llamado de Jesucristo. La
primera lectura es una invitación que el Espíritu Santo, el Espíritu de Jesucristo hace a un grupo de hombres
disponibles, hombres dispuestos, con el oído atento como Pablo, hombres llamados a ir más allá.
Cuando uno va a decir en español de un lugar que está muy lejos, dice la Patagonia o dice la Cochinchina o
confines, y vemos que la Patagonia es un lugar que existe en Argentina y la Cochinchina también existe en el
sureste de Asia. Algo parecido era lo que sucedía en tiempos de Jesús. ¿Qué era lo que ellos entendían cuando
se decía "los confines"?
Estos israelitas que vivían en un pedazo de tierra de Palestina, entendían por confines, cuando ya se ve la tierra
de paganos, cuando ya se llegaba a Roma, hasta España incluso, esa era la Conchinchina de ellos, esa era la
Patagonia de ellos, y los Hechos de los Apóstoles nos muestra cómo hasta esa distancia llegó el Evangelio.
El mundo, en el Evangelio de Juan, presenta a los sistemas de poder o fuerzas opuestas a Jesús y su proyecto.
Ya se conocía a Dios, pero, han creado una imagen falsa de Dios y por eso se oponen a la imagen verdadera.
No pueden soportar al Dios que está a favor de la humanidad. La coherencia entre el mensaje y la practica los
discípulos y el Maestro les llevará a consecuencias muy peligrosas. Los discípulos deben prepararse para correr
la misma suerte que Jesús. Es una evidencia de que realmente han asumido su causa con radicalidad.
La comunidad que busque continuar la misión de Jesús será sospechada, vigilada y paulatinamente excluida.
Los discípulos deberán aprender a construir una alternativa desde los márgenes de la historia.
Hoy, tal vez nosotros para ellos, estamos más lejos que la Conchinchina, pero, conocemos la palabra de Dios,
porque arriscaron sus vidas para obedecer a la voluntad de Jesús.
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Domingo, 09/05/10 P. Cristovao, svd
Guardar las palabras de Jesús es seguir el camino abierto por él, por donde se lleva a un encuentro con el Padre
por la experiencia del compartir, la fraternidad y la solidaridad con los marginados y oprimidos, en una
comunión de amor eterno. Esto abre el corazón del discípulo, Jesús direcciona su experiencia de unión con el
Padre, los discípulos hagan lo mismo, unidos a él. Define el servicio de sus hermanos y amigos como
cooperación de amor. E este amor es la esencia de Dios, Padre, Hijo y Espíritu. El Defensor (Parakletos),
El Espíritu Santo ilumina y mueve la comunidad de fe. Ilumina y perpetua la presencia de Jesús. Así como, lo
que mueve y conduce la comunidad misionera es el testimonio de amor de Jesús.
La comunidad que participa en la paz de Jesús llevará la paz al mundo, en medio de la turbulencia (primera
lectura) de la injusticia y la opresión. La paz de Jesús fruto de la justicia. Justicia que transforma la vida,
Día de la Madre
Hay una mujer que tiene algo de Dios; por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable
solicitud de sus cuidados. Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana y en la vejez trabaja
con el vigor de la juventud.
Una mujer que si es ignorante, descubre con más acierto, los secretos de la vida que un sabio.
Una mujer que, siendo pobre, se satisface con los que ama y siendo rica, daría con gusto sus tesoros por no
sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño, porque a su lado todos los dolores se
olvidan, pero después de muerta, daríamos todo lo que poseemos por mirarla de nuevo un solo instante, por
recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios.
Martes, 11/05/10 P. Cristovao, svd
Hoy el Evangelio nos ofrece una comprensión más profunda de la realidad de la Ascensión del Señor.
En la lectura del Evangelio de Juan del Domingo de Pascua, Jesús le dice a María Magdalena que no se aferre a
Él porque «aún no he subido a mi Padre» (Jn 20,17). En el Evangelio de hoy Jesús se da cuenta de que «por
haberos dicho esto, vuestros corazones de sus discípulos se han llenado de tristeza», pero que «os conviene que
yo me vaya» (Jn 16,6-7). Jesús debe ascender al Padre. Sin embargo, todavía está entre nosotros.
¿Cómo puede irse y quedarse al mismo tiempo? Este misterio lo explicó nuestro Santo Padre, el Papa
Benedicto XVI: «Y, dado que Dios abraza y sostiene a todo el cosmos, la Ascensión del Señor significa que
Cristo no se ha alejado de nosotros, sino que ahora, gracias al hecho de estar con el Padre, está cerca de cada
uno de nosotros, para siempre».
Nuestra esperanza se halla en Jesucristo. Con su conquista sobre la muerte nos dio una vida que la
muerte no podrá nunca destruir, su Vida. Nada puede separarnos del amor de Dios. Nada puede disminuir
nuestra esperanza. Las negativas del mundo no pueden destruir lo positivo de Jesucristo.
El mundo imperfecto en el que vivimos, un mundo donde sufren los inocentes, puede conducirnos al
pesimismo. Pero Jesucristo nos ha transformado en eternos optimistas.
La presencia viva del Señor en nuestra comunidad, en nuestras familias, en aquellos aspectos de nuestra
sociedad que, con todo derecho, pueden ser llamados ―cristianos‖, nos confieren una razón para la esperanza. La
Presencia Viva del Señor en cada uno de nosotros nos ha proporcionado alegría. No importa cuán grande sea el
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aluvión de noticias negativas que los meDios disfrutan presentándonos; lo positivo del mundo supera con
mucho a lo negativo, pues Jesús ha ascendido.
Él, en efecto, ha ascendido, pero no nos ha abandonado.
Miércoles, 12/05/10
Un seguidor auténtico
Un hombre que acababa de encontrarse con Jesús Resucitado, iba a toda prisa por el Camino de la Vida,
mirando por todas partes y buscando.
Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó:
- Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?
El anciano, encogiéndose de hombros le contestó:
- Depende del tipo de cristiano que ande buscando.
- Perdone –dijo contrariado el hombre-, pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Sólo conozco a
Jesús.
Y el anciano añadió:
- Pues sí amigo; hay de muchos tipos y maneras. Los hay para todos los gustos. Hay cristianos por
cumplimiento, cristianos por tradición, cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por
obligación, cristianos por conveniencia, cristianos auténticos…
- ¡Los auténticos! ¡Esos son los que yo busco! ¡Los de verdad! –exclamó el hombre emocionado.
- ¡Vaya! –dijo el anciano con voz grave-. Esos son los más difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno
de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted.
- ¿Cómo podré reconocerle?
Y el anciano contestó tranquilamente:
- No se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa desapercibido en
este mundo. Lo reconocerá por sus obras. Allí donde van, siempre dejan huellas
13/05/10
María, la que supo esperar, la que supo contemplar, la que supo compartir Su Jesús. María de la paz, del
consuelo de los tristes, la que devuelve al mundo una esperanza infinita, por Jesús. Humilde discípula, primera.
Cuanto más puro es un corazón y más vacío de sí mismo, tanto más estará lleno de amor a Dios. (Santo
Anselmo). El amor a Dios y al prójimo se contienen en el mismo precepto. madre del amor y de la esperanza,
así también es madre de la fe. Casta y fiel a Dios, pobre y humilde de corazón; "He aquí la esclava del Señor".
Paciente como dijo Jesús, "Mediante vuestra paciencia salvaréis vuestras almas" (Lc 21,19). Mujer orante,
servidora de las bienaventuranzas.
14/05/10
Una gran santa del siglo XIV, Santa Catalina de Siena, decía: ―Así como los pies llevan el cuerpo, el afecto
lleva al alma‖. La dirección de nuestra vida es la dirección de nuestros afectos, allí donde nos lleve el amor, allí
iremos.
El amor tiene un gran poder en nosotros, y la belleza es el despertador del amor, sea la belleza física, sea la
belleza de una amistad, sea la belleza de una palabra, sea la belleza de la santidad.
En Cristo Jesús reside toda la belleza, en Él está toda la hermosura, pero esa hermosura había estado como
escondida en la humildad de la carne que Él asumió por amor a nosotros, y por eso, nosotros no conocíamos la
hermosura de Cristo.
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¿Qué fruto se saca de ahí? El fruto que nace de la belleza. Si un hombre casado se deja enamorar de la belleza
de una mujer que no es su esposa, seguramente va a acabar mal, va a ser infiel; pero, así como hay una belleza
que puede conducirnos hacia el pecado, también hay una belleza, la belleza de Cristo, que nos lleva hacia Dios.
Sábado, 15/05/10
Queridos hermanos, Jesús, hizo todo un recorrido por nuestra historia humana; no solo conoció nuestras
fragilidades, pero, descubrió el verdadero ser humano. Estos días leíamos en el curso bíblico el texto del
diluvio.
Un señor quedó un poco asustado porque allá en Génesis 6 está escrito que Dios se arrepintió de haber creado el
ser humano, por eso manda el diluvio. Pero lo que vale en este texto es como termina. Dios hace un juramento,
de jamás, castigar la creación entera por causa del pecado humano. Este es el Dios de misericordia y de amor.
Aunque innumerables veces el ser humano haya cometido faltas contra la vida y contra él, envía su propio hijo
para sufrir por nosotros.
El evangelio de hoy nos muestra este Dios aún mas amigo. Es un Dios que tiene las manos, los braços y el
corazón abiertos.
Lo mismo que decir: vengan a mí, pidan y se los daré, permanezcan conmigo. Me voy pero estaré mas cerca
que antes.
Somos llamados a vivir en la presencia de Dios, tan cerca como la presencia de los hermanos en comunidad.
Aquél que es eterno participa, de la eternidad, está presente en nuestras vidas. Este Dios que nos ama conoce
nuestras necesidades. La oración debe está unida a todo lo que es nuestra vida.
16/05/10 Celebramos la fiesta de la ascensión – VII Dom. De Pascua
Domingo de la ascensión del Señor - padre Cristovao, svd
Queridos hermanos, celebramos hoy la fiesta de la ascensión de señor. Después de sufrir y vencer la
muerte, Jesús nos da la gran prueba de su unidad con el padre. Se va de nuestra presencia física, pero no de
nosotros.
La ascensión es también nuestra resurrección.
Si no creemos en una pascua que pueda transformar el sepulcro en recinto de gloria, una Pascua que pueda
transformar el dolor de la Cruz en cántico y alabanza, si no hay una Pascua que pueda transformar la injusticia
del pretorio en cánticos de alegrías, ninguna teoría, ningún trabajo, ningún proyecto, logrará calmar las
angustias del corazón humano.
El que lo envió, lo llamó, es el que nos llama constantemente
Cristo sube a los cielos llamado por la voz del Padre, la misma voz que le había enviado a esta nuestra tierra;
y esa misma voz llama a cada uno de nosotros para que descubra, en ese camino celestial, su verdadera
vocación.
Dice San Agustín: ―Cuando vino al mundo, no dejó al Padre; cuando vuelve al cielo, no nos deja a nosotros‖.
Cristo, en su Asención, no nos está abandonando; Cristo, en su Ascensión, nos abre camino, para la gracia, el
amor, la vida del espíritu.
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Cristo, que asciende a los cielos, no nos está diciendo: ―Me voy de ustedes‖, sino nos está diciendo: ―Vengan a
mí, acerquémonos".
Así como nosotros le dimos nuestra miseria, y Él se vistió de nuestra miseria en la Cruz, así también, por
mérito de la Cruz, Él nos da su misericordia y nos viste de su misericordia; Él quedó vestido de nuestras llagas
y nosotros quedamos vestidos de su gloria, porque así nos amó, porque hasta allá llega el amor.
Cristo sigue siendo un Dios servidor
Cristo pasó su vida en el servicio a nosotros sus hermanos, sus manos llenas de bendición, sus palabras llenas de
sabiduría, su mirada llena de pureza, sus pensamientos llenos de luz, fueron todos en servicio de nosotros y en
alabanza de Dios Padre.
Nos dio participación divina, llevó consigo nuestra humanidad
Como dice San Agustín, "bajó solo, pero ya no sube solo": con Él sube nuestra naturaleza, con Él sube nuestra
carne, con Él sube el alimento de nuestros campos, el agua de nuestros torrentes, con Él sube nuestro sudor y
lágrimas, con Él sube la sangre que tantas veces se quedó sin respuesta cuando era regada en esta tierra. Bajó
solo, pero no sube solo; con Él asciende la humanidad.
Su verdadera condición es revelada en la ascensión.
La belleza de Cristo quedó profundamente escondida en la hora de la Cruz, pero cuando llega el esplendor de la
Resurrección, toda esa hermosura aparece; y en el día de la Ascensión, en este día, celebramos la belleza de
Cristo; hoy es el día para enamorarnos de la hermosura de Cristo.
Día de contemplación
En el evangelio de hoy, los discípulos contempla el cielo ante lo que ven
La palabra que podemos guardar en nuestros corazones es “contemplación”, la ella es la mirada sostenida,
amorosa en algo que se roba nuestro corazón; este día, es el día para la contemplación, el día para
contemplarnos la hermosura de Cristo.
Martes, 18/05/10
Queridos hermanos, este evangelio de hoy contiene una de las más bellas oraciones de Jesús. En ella, podemos
sentir, profundamente el gran amor de Jesús por nosotros. Él agradece al padre, por los que están con él.
Hay muchas palabras de Jesús que tienen este contexto: Gracias padre, porque revelaste estas cosas a los
simples;
Gracias padre, ellos son míos, son tuyos. Yo te glorifico en ellos. Para Jesús, somos muy importantes.
Pertenecemos a él, porque él nos eligió.
Lo más íntimo del alma de Jesucristo es su oración, y ninguna oración es tan encendida, tan profunda, nos
describa mejor, que nos cuente mejor quién es Cristo y cuál es su relación con el Padre, como esta oración del
capítulo diecisiete de San Juan.
Esta oración es llamada "sacerdotal", porque en ella Cristo hace la ofrenda de su propia vida, después de esta
oración, todo el mal que le acontece a Cristo, todo lo terrible que pasa en Cristo y de terrible que sucede en los
que estamos unidos a Cristo es una descripción, es un lenguaje, es una palabra que describe, que cuenta el
tamaño del amor de Dios.
19/05/10
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Jesús sigue con su oración. La intención y la oración de Jesucristo es que seamos uno en él por l misma medida
de su unidad con el padre.
"Para que sean uno" San Juan 17,11. La unidad es el propósito de la oración de Cristo. ¿Porque será tan
importante la unidad? Hay varias razones. El pecado es dispersión, el amor es unidad.
La predicación del amor más grande, crea la unidad más grande; la predicación del amor verdadero, engendra la
unidad verdadera; la predicación de amor sin límites, produce unidad sin límites.
El pecado divide y dispersa.
Él ha venido como puente, como mediador entre Dios y los hombres. La unidad que Él viene a crear entre los
hombres, no es la unidad solamente de los hombres entre ellos, sino la unidad de todos en Dios y en su Hijo
Jesucristo.
Es decir, cuando nos unimos los seres humanos sin Dios, lo único que celebramos es a nosotros mismos y
quienes nos dan una plaza para que cada quien diga lo que quiera, y esto es terminar adorando al ser humano.
Esos capítulos catorce, quince, dieciséis, diecisiete del evangelio según San Juan son realmente un tesoro, son el
Corazón de Cristo abierto para nosotros. Quien quiera conocer cómo ama Cristo, qué siente Cristo, qué quiere
Cristo, acérquese a estos capítulos de la Sagrada Escritura. Ahí está abierto el Corazón de Nuestro Señor.
Miércoles, 19/05/10 opción 2
Jesús, mira al cielo. Levantar los ojos al cielo es el gesto de Jesús cuando ora a su Padre. Su Casa está allá
arriba, lugar simbólico de la Morada de Dios. Él también habla de La hora de la salvación definitiva para la
humanidad.
En la oración sacerdotal Jesús habla del poder dado a él, para dar vida. Esto es lo que hizo Jesús en toda su
existencia en la tierra: dar vida, devolver vida a lo que estaba muerto; vida a los ciegos, mudos, cojos,
paralíticos, leprosos, enfermos, muertos. Porque su Padre es un Dios de vida no de muerte y la vida que nos
ofrece es la suya misma, la que dura siempre, la vida plena. Y esta vida empieza aquí y consiste en conocer a
Dios y a él, su enviado. En la Biblia, la expresión ―conocer‖ significa ―experimentar vitalmente‖ no solo con la
inteligencia sino con todo el ser.
¿Qué pide Jesús para nosotros? LA UNIDAD EN EL AMOR. Y no cualquier unidad sino la misma de la
Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo que son una misma cosa en el amor. Así nosotros, no nos uniremos por
nuestras ideas ni por nuestras diferencias sino por el amor de Dios que nos habita y que hagamos crecer en
nuestro corazón.
Jesús seguirá enseñándonos a través del Espíritu, seguirá revelándonos al Padre y comunicándonos su amor.
Este es el fin y el objetivo de nuestra existencia terrestre: CONOCER, AMAR Y SERVIR A DIOS EN UNIÓN
CON JESÚS Y LOS HERMANOS.
Las cuatro velas
Las cuatro velas se quemaban lentamente. En el ámbiente había tal silencio que se podía oir el diálogo que
mantenían.
La primera dijo: - ¡YO SOY LA PAZ!
Pero las personas no consiguen mantenerme. Creo que me voy a apagar. Y, disminuyendo su fuego
rápidamente, se apagó por completo.
Dijo la segunda: - ¡YO SOY LA FE!
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Lamentablemente a los hombres les parezco superflua. Las personas no quieren saber de mi. No tiene sentido
permanecer encendida. Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó. Rápida y
triste la tercera vela se manifestó:
- ¡YO SOY EL AMOR!
No tengo fuerzas para seguir encendida. Las personas me dejan a un lado y no comprenden mi importancia. Se
olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman. Y, sin esperar más, se apagó.
De repente...entró un niño y vió las tres velas apagadas. Pero, ¿qué es esto?. Deberíais estar encendidas hasta
el final.
Al decir esto se quedo muy triste. la cuarta vela habló:
- No tengas miedo, mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas. YO SOY
¡LA ESPERANZA!
Con los ojos brillantes, agarró la vela que todavía ardía...
Y encendió las demás.
¡QUE LA ESPERANZA NUNCA SE APAGUE DENTRO DE NOSOTROS¡
...y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los niños necesitan para mantener la Esperanza,
la Fe, la Paz y el Amor !!!
Jueves, 20 de mayo de 2010 P. Cristobal
Todavía no ha terminado la oración sacerdotal. Jesús todo el tiempo estuvo hablando con las gentes y con sus
discípulos. Antes, nos mostró, con su vida lo que es orar.
Ahora, habla directamente al PADRE. En este acto Jesús instituye muchas cosas importantes, como la unidad
entre él y los discípulos, la iglesia y su compromiso con ella, hasta el fin de los tiempos, o por siempre. Este año
la iglesia celebra el año sacerdotal y esta oración debe ser el termómetro para los sacerdotes. Sacerdotes que no
están unidos a Cristo en la oración no tiene vida y no pueden transmitir la vida de Cristo.
El sacerdote está entre Dios y los hombres como el vidrio entre la luz y nuestro ojos (S. J. Ma. Vianney)." Pero,
lo es, para que todos sean con él. La comunidad (vida de caridad) es asunto de todos los vivientes."
Una dedicación total al servicio de Cristo. Decía S.J. Ma. Vianney, "Despues de muerto dejaría vender mi
cuerpo para las misiones, si pudiera ayudarlas, pues ¡tanto me gustan!"
" Cuando no puedes expresar tus oraciones, Dios escucha tu corazón
Viernes, 21/05/10
«Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ‗¿Me quieres?‘ y le dijo: ‗Señor, tú lo sabes todo; tú
sabes que te quiero‘» (Jn 21,17). Le hace rectificar su triple negación y, solamente recordarla, le entristece. —
Te amo totalmente, aunque te he negado..., ya sabes cómo he llorado mi traición, ya sabes cómo he encontrado
consuelo solamente estando con tu Madre y con los hermanos.
Encontramos consuelo al recordar que el Señor estableció el poder de borrar el pecado que separa, mucho o
poco, de su Amor y del amor a los hermanos. —Encuentro consuelo al admitir la verdad de mi alejamiento
respecto de Ti y al sentir de tus labios sacerdotales el «Yo te absuelvo» ―a modo de juicio‖.
Encontramos consuelo en este poder de las llaves que Jesucristo otorga a todos sus sacerdotes-ministros, para
volver a abrir las puertas de su amistad. —Señor, veo que un desamor se arregla con un acto de amor inmenso.
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Todo ello, nos conduce a valorar la joya inmensa del sacramento del perdón para confesar nuestros pecados,
que realmente son ―des-amor‖.
Sábado, normal 22/05
Estamos en el final del evangelio de Juan. Jesús dice a Pedro: ―Sígueme‖. Este al ver al discípulo amado
caminar detrás de él pregunta a Jesús: ―Señor, y de éste, ¿qué?‖ ¿Pedro está preocupado por la suerte final de
uno de sus compañeros o su pregunta es sólo curiosidad? La respuesta de Jesús es muy fuerte parece querer
decirle: ―deja el destino de los otros en mis manos‖.
La llamada al seguimiento exige una respuesta de testimonio verdadero, de compromiso fidedigno. El discípulo
debe entonces concentrar su corazón, sus energías, toda su vida en el seguimiento de Jesús. Ha sido llamado y
deberá responder por sí mismo. De los otros se ocupa el Señor con todo su amor. Se trata entonces de no desviar
la atención, mirando a los otros, hay que agudizar la mirada en Jesús y poner los ojos sólo en El, siguiéndolo
hasta el final. El Resucitado nos lleva siempre más allá, en misión, a escribir con El, las ―otras muchas cosas‖
que no cabrían en todos los libros escritos en el mundo.
Vigilia de pentecostés, 22/05/10
Queridos hermanos, hoy celebramos la fiesta de pentecostés. Un momento en que la iglesia nos invita a conocer
mejor la tercera persona de la trinidad santa.
Cristo, en su cruz propuso la destrucción de las barreras que existen en la humanidad y inaugura la dignidad del
hombre como creatura de Dios. No fuimos capaces de comprender este misterio, sin que el tuviera que morir y
resurgir.
El espíritu santo rompe con muchas barreras, del tiempo y de la historia, dando al mundo el conocimiento de
que Dios est`a con nosotros (emanuel). El esp. Santo es el gran autor de la quiebra de esta barrera, que mucho
nos separaban de Dios.
Primero, jesus hizo el camino de la Cruz, cumpliendo una promesa de Dios para el pueblo de Israel, antiguo y
nuevo, la promesa de un rey con un modo de reinar Dios, un modo de amar Dios. El extremo del esfuerzo para
hacerse comprensible.
Dios desde el principio de las cosas actuó como espíritu. Dios, no asume una forma física, humana, hasta que
llegara Jesús.
Dios, se manifiesta de muchas maneras en la historia humana, como un estruendo, en nubes, como zarza
ardiente, en las aguas, en los vientos, en el fuego.
¿Qué es eso que llamamos de espíritu santo? ¿son apenas estas manifestaciones?
Podemos decir que si no podemos describirlo físicamente, podemos indicar algunos signos que lo revela.
La paloma, representa la libertad; el fuego, la capacidad de dejar el corazón arder de amor, compasión y
misericordia por los demás, y por realizar las mismas obras del maestro.
El viento, que sopla donde quiere, que derriba todas estructuras visibles y invisibles, inclinadas para el mal.
Jesus, une todas estas manifestaciones divinas de Dios en su espíritu, para que todos reconozcan que sus
acciones vienen Del mismo Dios.
Esta fiesta es para recordar que Dios está presente en el pasado, en el presente, en el futuro; pero,
principalmente, en nosotros.
El es enviado a nosotros, por eso somos iglesia, templos vivos de Dios.
El tiempo todo Jesús habla de unidad con él. Si él quiere que estemos unidos a él, envía su espíritu para que
Dios no esté simplemente en el tiempo e historia, pero, sea el mismo que actué en nosotros.
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El espíritu santo hace la prueba, derrama sobre nosotros todos los dones posibles, para que vivamos conforme
el deseo de Dios. La vida de Jesús es toda una propuesta de cambios. Cambio de estructuras religiosas,
cambios de actitudes, de vida y aceptación.
Hay un lema muy bonito que tienen algunos grupos de los Alcohólicos Anónimos, que dice: "Si nada cambia,
nada cambia". Este lema significa: Si no cambias algo en tu vida, tu vida nunca va a cambiar. ¡Pónte en
movimiento, cambia tus costumbres, renueva tus amistades, mejora tus lecturas, busca otras alegrías! ¡Busca a
Jesús! ¡Ponte en movimiento, muévete! ¡Llega a Jesús!, que así, estarás aceptando las luces del Espíritu Santo.
Desde el principio El espíritu actuó en todos los momentos de la existencia humana.
Lucas se sirve luego de otro elemento cósmico que era utilizado frecuentemente para describir las
manifestaciones divinas en el Antiguo Testamento: el fuego, que es símbolo de Dios como fuerza irresistible y
trascendente
Él, que conoce todas las necesidades y las miserias, todos los dolores y todas las enfermedades, lo que pidió fue
la unidad. Y esta unidad que pidió Jesucristo, es lo que se va a realizar con la gracia, con la fuerza, con el
auxilio del Espíritu Santo.
Jueves, 27/05/10
Hoy, Cristo nos sale al encuentro. Para comprender este evangelio vale meditar el salmo 142, 1-11, por que ‗el
también es un grito, una oración verdadera.
Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto
mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia.
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Solución: gritarle, es decir, orar humildemente «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,48). Y gritar más cuanto
más te increpen, te desanimen o te desanimes: «Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho
más…» (Mc 10,48). Gritar que es también pedir: «Maestro, que vea» (Mc 10,51). Solución: dar, como él, un
brinco en la fe, creer más allá de nuestras certezas, fiarse de quien nos amó, nos creó, y vino a redimirnos y se
quedó con nosotros, en la Eucaristía.
El Papa Juan Pablo II nos lo decía con su vida: sus largas horas de meditación —tantas que su Secretario decía
que oraba ―demasiado‖— nos dicen a las claras que «el que ora cambia la historia».
24/06/10
Juan Bautista
El pueblo de Dios ya no será estéril.
Dios devuelve a la humanidad la esperanza. Devuelve su voz, pues ya no había profetas; los profetas eran su
voz.
Juan está entre el viejo y el nuevo. Representa el inicio de un nuevo tiempo, pero, Juan todavía no es el nuevo.
Estaba mudo, quiere decir; el AT ya no representaba la voluntad y la voz de Dios.
Sera llamado Juan; habla como el ángel; vuelve a hablar y hacer la voluntad de Dios.
Visitado y redimido/ Fuerza de salvación
Libra de los enemigos y de todos cuantos los odian
29/06/10
San Pedro y san Pablo
En la primera y segunda lectura se refleja claramente la idea de adhesión y fidelidad a Jesús, como también la
urgencia de la misión, sin duda pueden quedar resumidas en las palabras expresadas por Pablo a Timoteo: ―El
Señor estuvo a mi lado y me fortaleció, para que el mensaje fuera plenamente anunciado por mí y lo escucharan
todos los paganos‖ (17). En la lectura del evangelio, Jesús, alaba a Pedro que ha visto en él algo más que un
profeta a quien seguir, le aclara que lo que ha dicho no se lo ha revelado ningún sacerdote del templo, ni ningún
doctor de la ley, sino Dios, y le pide, con todas la limitaciones y debilidades que Pedro tiene, construir junto a
los otros discípulos, la asamblea o comunidad (ekklesía) que es el anticipo del Reino, también le entrega el
cuidado de las llaves del nuevo reino, del nuevo tiempo. Y es la nueva comunidad encomendada y encabezada
por a este laico, pobre, casado, con dudas, la que deberá dar testimonio de común-unión donde Dios es centro y
todas las personas formarán una nueva familia que no está unida por los lazos de sangre sino por lazos de Fe.
Para la revisión de vida
Si no queremos matar su significado, la fiesta de hoy no es la celebración de la superioridad de unos
apóstoles sobre otros, ni la justificación de la autoridad eclesiástica de nuestra iglesia. Desde este punto de vista
¿qué sentido tiene para mí la celebración de la fiesta de San Pedro y San Pablo? ¿Veo en ellos a dos santos
como predestinados por Dios con cuyas vidas la mía nunca se podrá asemejar? ¿Cómo debería comprender el
testimonio de sus vidas y cómo debería afectar en mí?
En los textos de hoy se da mucha importancia al sufrimiento y la persecución ejercida sobre las
comunidades o los personajes más importantes, ¿se dan situaciones de dolor en mi vida por causa de mi fe?
¿Cómo las comprendo?
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El testimonio de vida es, junto con el punto anterior, otro de los aspectos importantes, ¿hasta dónde
apoyo en mi comunidad a las personas que, aunque no tengan autoridad visible, tienen la autoridad que se les
debería conceder por el testimonio de sus vidas? ¿De qué modo me siento agradecido/a por la presencia de estas
personas?
¿Qué actitudes deberían tener los que están al frente de nuestras comunidades? ¿Me conformo con lo
que siempre he visto y se me ha dicho? ¿Qué debo cambiar en mi forma de ver las cosas?
Oración comunitaria
Señor, te damos gracias por poder celebrar en este día la fiesta de San Pedro y San Pablo. Te
agradecemos el testimonio de sus vidas, su fe, y sus trabajos, que son un estímulo para cada uno de nosotros. Te
pedimos, que nos ayudes a tener un corazón generoso, dispuesto a dar testimonio de Ti con nuestro
comportamiento. Concédenos también, Señor, que seamos una comunidad que esté cerca de quienes sufren por
causa de su fe.
El elefante;
Dos grandes hombres que se hicieron pequeños. (Jorge Bucay)
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.
También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la
enorme bestia hacía despliegue de tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un
rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de
sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra.
Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo
con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando tenia cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún
maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no
escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
- Si esta amaestrado, ¿por que lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y solo lo recordaba cuando me encontraba con
otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la
respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo
su esfuerzo, no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
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Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree - pobre- que NO PUEDE.
El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Sábado, 3/07/10 P. Cristovao, svd
San Tomás, apóstol
"Si no veo la señal, si no meto el dedo en el agujero de los clavos, si no meto la mano en su costado..." San Juan
20,25
"Señor mío" San Juan 20,28, ¿qué está diciendo? Está entregando el control de su vida: "El Señor es el que
dispone de mí". "Señor mío", no es únicamente una expresión o una profesión de fe; "Señor mío", es el
momento bendito en el que Tomás, por fin, deja de tener el control, porque él quería controlar todo.
―En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.‖, nos dice Jesucristo en el evangelio de San Juan 6,
47. Esto refiriéndose a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo y que da la vida eterna.
Más adelante dice: ―Yo soy la Luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá
luz y vida.‖
Nunca dejes de creer aunque las cosas no salgan como lo planificaste. Sigue adelante que los retos
continúan y Dios pondrá la luz en tu camino. Solo tienes que seguir.
Puedes ver un mal ejemplo, incluso en tu comunidad, recibir una herida, ser blanco de un maltrato o
recibir crítica, pero a pesar de eso: Nunca dejes de creer. Recuerda que tu fe debe estar centrada en Cristo que te
llamó desde el bautismo. Por cierto, no te escudes en las fallas de los demás para tapar las tuyas. A veces
actuamos de esa manera, nos escudamos en las fallas de los hermanos, incluso, nos alegra más sus caídas que
sus logros, nos enorgullece más ―las metidas de patas‖ del prójimo, del colega, del compañero de trabajo, del
vecino…
Este mundo necesita de hombres y mujeres que se atrevan a seguir creyendo en Dios, que se atrevan a
poner la fe donde hay incredulidad, poner la esperanza donde ya no hay posibilidad de vida, poner la paz donde
el odio continua avanzando, poner las manos abiertas donde otros ponen el puño, llevar a Dios donde otros
buscan sacarlo porque se ha convertido en un estorbo. Tú eres una de estas personas si te atreves a creer, pues
Dios te elige, consagra, envía y acompaña de principio a fin.
Puede ser que hayas llorado la partida de un ser querido, que el dolor haya roto tu alma, que te hayan
abandonado cuando más necesitabas a los que amas, que una traición te haya clavado como lanza el corazón,
que alguien te haya decepcionado y para completar te sientas mal por todo lo que pasa a tu alrededor, aun así:
Nunca dejes de creer, de creer en Dios, en la familia, en tus padres aunque ya no estén, en la gente que amas, en
el reino de Dios, en la Iglesia, en la paz, en algo que llaman esperanza, en la vida, en tu credo, en la alegría, en
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la ilusión, en el perdón, en la reconciliación, en la justicia y por supuesto, en el amor. Nunca dejes de creer,
porque la fe te sostendrá cuando tú menos pienses.
Domingo 4 de julio de 2010
14º domingo de tiempo ordinario, ciclo C.
Is 66, 10-14c: Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz
Salmo 65: Aclamen al Señor, tierra entera.
Gal 6, 14-18: Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús
Lc 10, 1-12, 17-20: La cosecha es abundante
Queridos hermanos, empiezo esta reflexión de hoy, con esta frase de Isaías (Is 66, 10-14): Como a un niño a
quien su madre consuela, así los consolaré yo.
Durante esta semana tuvimos lecturas del tiempo del destierro, (Os) cuando el pueblo de Israel fue invadido y
masacrado, levado como esclavo a Babilonia.
El profeta Isaías pone el amor de Dios por encima de cualquier amor que podamos imaginar:
¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré (Is 49,15). Esa ternura del amor de Dios queda expresada de manera inigualable en la figura de
la madre:
Después de mucho tiempo el pueblo de Dios una vez más olvida de este amor tan grande de Dios y pasa por
muchos otros sufrimientos.
Lc 10, 1-12.17-20: Envío de los 72 discípulos.
Donde encontrar esperanza en un mundo sin desprendimiento, donde hay una muchedumbre de gentes invisibles
para la sociedad. Como verlos y sentirlos: El modelo está en lo que decía sobre Isaías. Hacer una mirada como
la de una madre que no se olvida de su hijo. Dios una vez más hace esta mirada y nos envía a su hijo; Jesús,
repite el hecho de su padre y envía a los que, ―los míos‖, que el padre le había dado. Los envía para repetir el
gesto de su padre; en a dos, para que uno sea testigo del otro. Sus discípulos son una muestra de que el Reino se
revela a los sencillos y humildes. No son los conocimientos lo que permite la experiencia del Reino. Es esa
experiencia de Dios por medio del contacto íntimo con Jesús y su seguimiento.
Debemos preguntarnos siempre:
-¿Tengo capacidad para captar, desde mi pequeñez, «estas cosas del Reino de Dios», que muchas veces los
grandes y sabios no captan? ¿Me ayudan mi sencillez y humildad? ¿Estoy feliz de saborear en el corazón esta
sabiduría?
Señor, ayúdanos a más en tu amor materno «Como un niño a quien su madre consuela. (Is 66,13).
Que la más noble misión que me des sea amar verdaderamente; y que ese amor rescátelos para ti, los que el
padre ha confiado a ti.
Martes, 06/07/09
Nuestros demonios son desafiados por nuestra valentía; por eso la lucha más grande del ser humano es interior.
En la lucha interior encontraremos también fracasos. Muchos de ellos tendrán poca importancia; otros sí la
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tendrán. Hay cosas en la vida que dejamos que hagan roto en pedazos lo más precioso de nuestra vida. Por eso,
para estar libres de nuestros demonios, hay que ser como hierro y no como cristal. A nosotros nos fascina ser
como cristal.
Siete reglas para destruir al hombre Autor: Padre Ernesto Fernández-Travieso, S.J.
Mahatma Gandhi, el gran sabio y pacifista de la India , en 1951 nos dejó siete reglas de cómo se destruye al
hombre y a la cultura. Podíamos agregar, ¡cómo destruir al mundo y a la humanidad entera...! Más de medio
siglo después, sus declaraciones nos sirven de examen de conciencia y reflexión.
1.- El hombre se destruye primero con la política sin principios.
2.- El hombre se destruye con la riqueza sin el trabajo.
3.- Con la inteligencia sin sabiduría.
Con estas primeras tres reglas, ya estamos suficientemente asustados para continuar… Sin embargo, sigamos,
que ya sabemos a qué se refiere Gandhi con su refinadísimo sarcasmo.
4.- El hombre se destruye con los negocios sin moral.
5.- El hombre se destruye con la ciencia sin humanidad.
6.- Se destruye al hombre con la religión sin la fe.
7.- El hombre se destruye con el amor sin el sacrificio de sí mismo.
Gandhi vivió fuera del mundo occidental aunque él fue siempre muy atento al resto del mundo. Fue un
humanista en un mundo que se embriagaba de humanismo, sin embargo, se cometían los peores crímenes en
contra de la humanidad.
Gandhi fue siempre un admirador del cristianismo y estudió las enseñanzas de Jesucristo con gran devoción.
Pero cuando tuvo la oportunidad de conocer al mundo occidental, que se llamaba cristiano, se escandalizó del
modo de vivir disoluto y ―anti-cristiano‖, abiertamente en contra de las enseñanzas de Cristo. Cuentan que al
llegar a New York y observar la vertiginosa carrera de la vida diaria, comentó: ¿ Y cuándo toda esta gente
medita…?‖
Esa crítica debe haberle dolido muy profundamente a tantos que todavía vivían como seres humanos pensantes,
aunque amargamente le dieran la razón en el fondo. ¿Cuándo el ser humano de hoy medita y reflexiona?
¿Cuándo encontramos tiempo para detenernos, hacer un examen de conciencia, si es que todavía nos queda algo
de conciencia?
¿Qué pensaría Gandhi ahora viendo como se ha ―desarrollado‖ el mundo y hemos empezado el siglo XXI. ¿Nos
daría vergüenza que no hicimos caso a sus advertencias?
Miércoles 07/07/10
¿Y por qué la esperanza?
Había una preocupación de Jesús en hacer un cambio en la humanidad. Una transformación, como hoy
necesitamos igualmente. Por eso salía a los pueblos, con una arma muy accesible: la palabra.
Basta recorrer un poco las noticias que circulan en nuestros medios de comunicación, para chocar con la grave
realidad del mundo de hoy. Violencia, guerras, corrupción política, injusticias sociales, vicios que afectan a la
generalidad de nuestras juventudes… Todo lleva a una consecuencia nefasta: la falta de esperanza en el futuro.
¡No vemos solución a los problemas mundiales!
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Muchos son atrapados por esta desesperación activa o mortíferamente pasiva. ¿Para qué vivir? ¿Para qué luchar
y trabajar? ¿Qué sentido tiene la vida? Por lo tanto, muchos, sobre todo los jóvenes, sucumben bajo esa actitud
derrotista. Los vicios, el placer animal irresponsable, el consumismo, la delincuencia y ¡hasta el crimen!, la falta
de interés en aprender y conocer la historia y su evolución, son meramente refugios de aquellos que consciente
o inconscientemente se dan por vencidos. ¡Esos escapismos son una verdadera trampa!
Jueves: 08/07/10
La gratuidad
Para otro día
A veces debemos ser intransigentes con nuestros fracasos. Cómo la mujer de la tijera.
Mujer: Mejor cortar con una tijera
Hombre: no, mejor con un cuchillo
Insistente mente el hombre se cansa de la insistencia de la mujer y la tira en el agua intentando ahogarla: el le
pregunta, con cuchillo o con tijera? Ella hace un gesto de tijera con los dedos.
¿Y cómo es posible cambiar? Al demonio hay que ser como Dios sabrá recomponerla si somos humildes.
Él perdona y ayuda siempre, cuando acudimos con el corazón contrito. Hemos de aprender a recomenzar
muchas veces; con una alegría nueva, con una humildad nueva, Humildad, sinceridad, arrepentimiento..., y
volver a empezar.
Martes 13/07/10
Asumir, confiar, aceptar; la nueva vida que sin mirar hacia atrás, nos hacen participantes de la nueva
humanidad. Jesús hace una advertencia; como se estuviera diciendo: Yo amé, curé, prediqué en parábolas (más
fácil), di señales visibles del poder de Dios sobre mí, y aún así n creen. Que esperan uds de Dios, el Cielo?
Cada día procura cuidar la nueva persona que hay en ti. Si tú no te preocupas de ti mismo, ¿quién
cuidará?
Seguir el camino fácil …
¿Es lo mejor para alcanzar una vida plena?
Fácil es ocupar un lugar en una agenda telefónica.
Difícil es ocupar el corazón de alguien …
Fácil es herir a quien nos ama. Difícil es curar esa herida …
Fácil es dictar reglas.
Difícil es seguirlas…
Fácil es soñar todas las noches.
Difícil es luchar por un sueño …
Fácil es exhibir la victoria.
Difícil es asumir la derrota con dignidad …
Fácil es admirar una luna llena.
Difícil es ver su otra cara …
Fácil es tropezar en una piedra.
Difícil es levantarte …
Fácil es disfrutar la vida todos los días.
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Difícil es darle el verdadero valor …
Fácil es prometerle algo a alguien.
Difícil es cumplir esa promesa …
Fácil es decir que amamos.
Difícil es demostrarlo todos los días …
Fácil es criticar a los demás.
Difícil es mejorarse uno mismo …
Fácil es cometer errores.
Difícil es aprender de ellos …
Fácil es llorar por el amor perdido.
Difícil es cuidarlo para no perderlo …
Fácil es pensar en mejorar.
Difícil es dejar de pensarlo y solamente hacerlo …
Fácil es llamarnos católicos.
Difícil es observar los mandamientos, vivir en estado de gracia y comportarnos como verdaderos hijos de
Dios.
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