HISTOLOGÍA DE LA SANGRE
LA SANGRE
La sangre consiste en células especializadas derivadas de la médula ósea que están
suspendidas en un líquido llamado plasma. En un animal adulto el volumen de sangre es
entre el 8 y 10% del peso corporal, o lo equivalente a 40 ml de sangre por cada libra de
peso; así el total del volumen sanguíneo para un caballo de 1000 lb está estimado en unos
40 litros, mientras un perro de 10 kg tendrá un volumen aproximado de 400ml.
La sangre cumple múltiples funciones, facilita el intercambio entre oxígeno y dióxido de
carbono, lleva sustancias nutritivas a todas las células, tales como vitaminas, glucosa y
aminoácidos, participa en la remoción de subproductos metabólicos y sustancias tóxicas o
medicamentos en el hígado y los riñones, distribuye el calor a nivel corporal como
contribución a la termorregulación, es importante en el equilibrio hídrico como reguladora
de la función osmótica y ácido-base, junto a otros complejos mecanismos y sistemas, la
sangre cumple también la función de integración endocrina, al transportar hormonas y
otros agentes reguladores, desde los lugares de producción hacia los órganos efectores.
Algunos elementos celulares constituyentes de la sangre, juegan también un papel de
defensa, sin embargo, es necesario señalar que dichos elementos celulares, los leucocitos,
son transitoriamente transportados por la sangre desde los lugares donde son originados,
hacia los lugares en donde cumplen con las funciones de defensa (espacio extravascular) y
a veces deben recircular a través del torrente circulatorio; finalmente, participa en la
hemostasia, ya que transporta plaquetas, proteínas y otras sustancias que cumplen un
papel muy importante en la detención del sangrado mediante la formación del tapón
plaquetario.
COMPOSICIÓN La sangre tiene dos componentes principales: El plasma que es una matriz líquida rica en proteínas y otras sustancias y las células (eritrocitos, leucocitos y plaquetas)
Plasma: Es la porción fluida de la sangre, puede ser separada de sus componentes
por centrifugación. El plasma presenta un color ligeramente amarillo, y es un fluido
alcalino que consiste en aproximadamente 92% agua y 8% sólidos; casi el 90% de los
sólidos es sustancia inorgánica como glucosa, lípidos (colesterol, triglicéridos, fosfolípidos
y grasas), proteínas (albúmina, globulinas, fibrinógeno, entre otras) glicoproteínas,
hormonas, aminoácidos y vitaminas. La porción inorgánica corresponde a varios iones que
determinan el equilibrio electrolítico.
Células: El componente celular de la sangre puede dividirse en tres grandes
grupos:
Eritrocitos, glóbulos rojos o Hematíes
Leucocitos o glóbulos blancos: Granulocitos (Neutrófilos, eosinófilos, basófilos, mastocitos) y agranulocitos (linfocitos, monocitos).
Trombocitos o plaquetas
ERITROCITOS
Son las células más numerosas de la
sangre. Son células pequeñas y anucleadas
(Imagen 1), tienen forma de disco
bicóncavo y deprimido en el centro, lo que
les da un aspecto pálido en el centro, su
citoesqueleto conformado por una red
proteica, les confiere una alta capacidad
de deformabilidad y flexibilidad, facilitando
su paso por capilares muy estrechos.
En general el tamaño de los eritrocitos en
las especies domésticas animales varía
entre 3 a 7 µm. Los eritrocitos del canino
son los más grandes con un diámetro de 7
µm, en los gatos poseen 6 µm, mientras en
las cabras y ovejas tienen un diámetro
aproximado de 3.5 µm. Los eritrocitos de
las aves, anfibios, reptiles y camélidos son
elongados y con núcleo (Imagen 2).
Los glóbulos rojos son ricos en
hemoglobina, proteína de gran peso
molecular compuesta de cuatro cadenas
polipeptídicas (globina) a cada una de las
cuales se une un grupo hemo, cuyo átomo
de hierro es capaz de unirse de forma
reversible al oxígeno.
Imagen 1. Eritrocitos
Imagen 2. Eritrocitos nucleados.
En el perro es posible encontrar en circulación y en condiciones normales algunos
reticulocitos, estas son células jóvenes, un poco inmaduras de la línea roja; sin embargo,
estas células no serán encontradas en condiciones normales en otras especies.
La vida media de los eritrocitos varía en las diferentes especies, en el gato duran 68 días
mientras en el perro hasta 110 días; en el bovino 145 días y en el caballo 160 días. La
pérdida es estas células es continuamente balanceada con la liberación de nuevas células
por la médula ósea.
LEUCOCITOS
Se dividen en dos categorías: granulocitos y agranulocitos de acuerdo a sí poseen o no
gránulos específicos en su citoplasma. También y de acuerdo a la forma del núcleo se
denominan polimorfonucleares y mononucleares respectivamente. Todos los leucocitos
granulocíticos son polimorfonucleares y todos los agranulocitos son mononucleares.
Entre los leucocitos polimorfonucleares o granulocíticos, existen 3 clases que se pueden
diferenciar por la afinidad a las tinciones de sus gránulos: los neutrófilos, los eosinófilos y
los basófilos. Los leucocitos mononucleares o agranulocíticos son los linfocitos y a los
monocitos
Neutrófilos
Son producidos en la médula ósea y liberados
a circulación una vez maduran. Los neutrófilos
tienen un diámetro aproximado de 12 a 15
µm y son distinguibles por su núcleo
segmentado, que presenta generalmente de 3
a 5 lobulaciones, el citoplasma es azul claro o
rosa con una granulación que va de lo
inapreciable a ligeramente eosinofílica.
Los neutrófilos contienen muchas enzimas
hidrolíticas y sustancias antibacterianas
necesarias para inactivar y digerir
microorganismos fagocitados. En muchas
especies los neutrófilos son los más numerosos de los glóbulos blancos circulantes,
llegando entre un 40 a 80% del total de células blancas in muchas especies animales.
Después de pasar un corto tiempo circulando, aproximadamente 8 horas, los neutrófilos
pasan a los tejidos y cavidades corporales para llevar a cabo sus funciones. Así, la
Imagen 3. Neutrófilos
población circulante de neutrófilos es reemplazada completamente unas tres veces al día.
Estímulos fisiológicos, así como estrés, miedo, infección, infarto, trauma, pueden
incrementar su liberación o producción desde la médula ósea.
Eosinófilos
Tamaño ligeramente superior a los neutrófilos,
son escasos y menos lobulados que los
neutrófilos, generalmente solo tienen dos
lóbulos o segmentos. El citoplasma se colorea
de azul pálido y contiene gránulos de color que
va de rojo a naranjado según la especie, los
gránulos son redondos de tamaño y número
variable. El conteo de Eosinófilos equivale
normalmente solo entre el 0 y 8% del el total
de conteo leucocitario. Está célula juega un
importante papel en la respuesta inflamatoria
aguda, reacciones alérgicas y anafilácticas, y en
el control de infestaciones por parásitos
helmintos.
Basófilos
Mide entre 10 a 15 µm y tienen un núcleo
segmentado. Gránulos purpura con frecuencia
llenan el citoplasma y oscurecen el núcleo. Los
basófilos son el granulocito menos numeroso
en la sangre periférica, encontrando entre 0 a
1.5% del total del conteo de leucocitos.
Participan en condiciones alérgicas y es
mediador de la respuesta inflamatoria.
Imagen 4. Eosinófilo
Imagen 4. Basófilo
Monocitos
Son los leucocitos más grandes en la sangre
y están estrechamente relacionados con los
neutrófilos, derivándose de la misma célula
precursora. Tienen de 12 a 18µm de
diámetro y tienen un núcleo pleomórfico,
ligeramente excéntrico y con frecuencia de
forma arriñonada o en herradura, con
abundante citoplasma de color gris azulado.
Se diferencian hacia macrófagos o
histiocitos en los tejidos.
El conteo de leucocitos equivale entre un 3
a 8% del total de leucocitos. La fagocitosis y digestión de detritos celulares,
microorganismos y material particulado son las principales funciones del macrófago.
Linfocitos
Su tamaño es muy variable. Las células más
pequeñas pueden medir de 6-9 µm,
mientras linfocitos grandes alcanzan los
15µm. los linfocitos pequeños son los más
numerosos y pueden ser encontrados en
sangre, circulación linfática y tejido
linfático. Presentan núcleo esférico,
prominente, muy teñido, citoplasma
escaso, sin gránulos.
El conteo de linfocitos en circulación
periférica varía entre el 20 y el 40% del total
de conteo de leucocitos. Los linfocitos son el componente clave de la inmunidad
adaptativa y juegan un importante rol en la inmunidad celular y humoral.
Imagen 5. Monocito
Imagen 6. Linfocito
Plaquetas
Se originan de los megacariocitos en la médula
ósea, linfonodos y bazo. Son muy pequeños,
con un diámetro de unas 3µm, varían según la
especie siendo ¼ a 2/3 del tamaño de los
eritrocitos. En la sangre su número es 200.000
a 500.000/mm3, son anucleadas, con
citoplasma gris pálido a azul claro, muy
descolorido que tiene normalmente una
agrupación central de gránulos pequeños
rosados o de color púrpura (el granuló mero) y
otra zona periférica más clara que no contiene gránulos; (el hialomero). Se pueden ver
agregadas o aglutinadas en una masa amorfa.
MÉDULA ÓSEA
Todas las células sanguíneas tienen una vida media finita, pero en los animales sanos el
número de células en circulación se mantiene en un nivel constante. Para conseguirlo, las
células que se hallan en circulación necesitan ser repuestas constantemente, y ello se
consigue mediante la producción y emisión de células desde la medula ósea.
La médula ósea es un tejido conectivo especializado derivado del mesénquima y consiste
en elementos celulares hematopoyéticos y un complejo microambiente. En el animal
adulto la médula está contenida en la cavidad medular de los huesos planos y largos; es
un tejido blando y gelatinoso separado por trabéculas de hueso esponjoso.
La función primordial de la médula ósea consiste en la producción de células de la sangre,
proceso llamado HEMATOPOYESIS. Todas las células sanguíneas de la medula ósea surgen
de una célula madre común. Esta célula madre multipotencial origina diferentes fases de
células progenitoras, que, posteriormente, se diferencian en células de la serie eritrocítica,
granulocítica, megacariocítica y agranulocítica (monocitos y linfocitos). El resultado final
de este proceso es la emisión de eritrocitos, de leucocitos y de plaquetas al torrente
sanguíneo. Con un microscopio óptico, resulta difícil identificar con precisión las primeras
células madres de la medula ósea, pero podemos identificar los niveles más diferenciados
de desarrollo
El microambiente de la médula ósea está constituido y sostenido por células del tejido
conectivo, incluyendo: células estromales (fibroblastos, células reticulares, células
Imagen 7. Plaquetas (flechas)
endoteliales, adipocitos, y macrófagos) células accesorias (linfocitos T, células asesinos
naturales, y monocitos/macrófagos) y sus productos (matriz extracelular y citocinas). Estas
se distribuyen en todo el espacio de la médula ósea. Estos componentes proporcionan un
andamio así como el apoyo de nutrientes para las células hematopoyéticas en desarrollo;
también desempeñan un papel activo en la regulación de la hematopoyesis por contacto
directo de célula a célula y/o mediante la secreción de moléculas reguladoras que influyen
en el crecimiento de las células precursoras hematopoyéticas de una manera positiva o
negativa. Además, están presente los osteoblastos y osteoclastos de hueso adyacente.
Los adipocitos son un componente importante de tejido de la médula, la proporción entre
el tejido graso (médula ósea amarilla) y el tejido hematopoyético (médula ósea roja) es
variable según la edad del animal y el hueso en cuestión. En los animales jóvenes, lo
médula de los huesos largos es hematopoyéticamente activa; en contraste, en los
animales adultos la cavidad medular se llena con tejido graso (médula ósea amarilla), y
son hematopoyéticamente activos sólo el esternón, costillas, vértebras, escápula, el
cráneo, la pelvis y los extremos proximales del fémur y el húmero.
La relación entre médula ósea roja y amarilla puede variar en condiciones patológicas;
Animales con ciertas enfermedades, como la anemia hemolítica severa o hipoxia crónica
presentan aumento compensatorio de la médula ósea roja, mientras en otras
enfermedades tales como la anemia aplásica, se ha informado infiltración excesiva de
médula amarilla.
Las células estromales de médula producen matriz extracelular (MEC), depositando
moléculas: tales como colágeno, fibronectina, laminina, trombospondina, proteoglicanos y
hemonectina. Sustancias que facilitan las interacciones célula-célula y contribuyen a la
regulación de la hematopoyesis mediante la unión y presentación de los factores de
crecimiento a las células precursoras hematopoyéticas.
La hematopoyesis
En el embrión en desarrollo la hematopoyesis se lleva a cabo en el saco vitelino, en el feto
tiene lugar en el hígado, el bazo, linfonodos y en el timo, pero estos órganos
generalmente son más activos en la producción de linfocitos. El hígado y el bazo
conservan su potencial para la hematopoyesis a lo largo de la vida y pueden generar
células sanguíneas cuando la médula es incapaz de llevar a cabo su función, este
fenómeno se denomina hematopoyesis extramedular, y es una respuesta compensatoria
cuando la médula ósea es insuficiente en la producción de células sanguíneas.
La médula ósea comienza a producir células al final de la gestación y es el sitio primario de
la hematopoyesis para el nacimiento, manteniendo esta función el resto de la vida. La
médula ósea en el animal adulto es un tejido muy activo con una producción diaria de
células sanguíneas acercando 2,5 billones de glóbulos rojos, un número equivalente de
plaquetas, y 1 billón de granulocitos por kilogramo de peso corporal.
Aunque no es evidente en secciones histológicas, el microambiente de la médula ósea es
una estructura altamente organizada. La unidad funcional de la eritropoyesis, es la isla
eritroblástica que consiste en un macrófago central (célula nodriza) rodeado por las
células precursoras eritroides. El macrófago proporciona eritropoyetina y hierro a las
células eritroides para su desarrollo. Las islas eritroblásticas suelen estar situadas lejos de
las trabéculas óseas y cerca de estructuras vasculares. La granulopoyesis en cambio, se
lleva a cabo principalmente en áreas subcorticales.
CMH
Células Madre
Progenitores
diferenciados Células en Maduración
UFC-L
UFC-
GEMM
LAS CÉLULAS MADRE HEMATOPOYÉTICAS
Todas las células en la médula ósea, incluyendo la línea eritroide, linfoide-granulocítica
monocítica, y la línea megacariocítica, se originan a partir de una población de células
madre hematopoyéticas (CMH); estas células son pluripotentes, capaces de hacer auto-
renovación y diferenciarse en células precursoras de las diferentes líneas
hematopoyéticas.
Las CMH se diferencian en dos tipos de células primitivas, multipotentes, que son: las
células precursoras de la unidad formadora de colonia - linfoide (UFC-L) y la unidad
formadora de colonia - granulocito, eritrocitos, monocitos/macrófagos y megacariocitos
(UFC-GEMM). Las UFCs se diferencian entonces en líneas que van a dar lugar a los
diferentes tipos de células sanguíneas, luego de ésta diferenciación sólo pueden proliferar
y madurar a lo largo de vías restringidas, perdiendo su potencial pluripotente en la medida
que se diferencian.
Granulopoyesis:
O formación de glóbulos blancos, se inicia con la diferenciación de la UFC-GEMM, a una
línea UFC-GM, a partir de cual se origina el mieloblasto. El tiempo de tránsito de la etapa
mieloblasto hasta la liberación de granulocitos maduros a circulación puede variar entre 4
y 10 días. En general, a medida que los glóbulos blancos maduran, su tamaño disminuye
progresivamente, la cromatina nuclear se condensa y nucléolo desaparece. En última
instancia el núcleo de la granulocitos se convierte en lobulado o segmentado, y aparecen
los gránulos específicos. Hay tres células producto de ésta línea: neutrófilo, eosinófilo y
basófilo.
Precursor neutrofílico
El precursor más temprano de la línea granulocítica que se puede identificar
morfológicamente es el Mieloblasto. La célula varía en tamaño del 15 al 20µm, se
caracteriza por un núcleo esférico, cromatina finamente punteada, uno o dos nucléolos,
citoplasma ligeramente basófilo y carece de gránulos primarios.
El mieloblasto se diferencia a Promielocito, célula con un diámetro un poco mayor con un
tamaño de hasta 25µm. A menudo, el núcleo es excéntrico, tiene varios nucléolos y
cromatina prominente. El citoplasma de la célula es ligeramente basófilo, más abundante
que el citoplasma de la mieloblastos, y contiene numerosos gránulos primarios.
El promielocito se diferencia a Mielocito, célula de núcleo redondo y oval, de cromatina
gruesa y carece de nucléolos. Esta célula a su vez se diferencia a Metamielocito, célula
cuyo núcleo con forma de riñón o frijol, con cromatina gruesa y sin nucléolos evidentes. El
citoplasma de la célula se llena con gránulos
Los Metamielocitos se diferencian a bandas, que dan lugar a los granulocitos maduros:
Neutrófilos. Esta misma secuencia de desarrollo es la observada para las demás células
granulocíticas: Eosinófilos y Basófilos.
Monocitopoyesis
Los monocitos circulantes migran desde la sangre periférica para convertirse en
macrófagos en los tejidos circundantes. Tanto los monocitos como los macrófagos se
derivan de células progenitoras bipotentes, la UFC-GM. El Monoblastos tiene un núcleo
esférico, cromatina fina y varios nucléolo. Este estadio no se diferencia fácilmente del
siguiente que es denominado promonocito del que se va a derivar el Monocito. Los
monocitos maduros se caracterizan por una abundante cantidad de citoplasma gris
azulado, con gránulos y vacuolización citoplasmática variable.
Eritropoyesis y precursores Eritroides
La producción de glóbulos rojos es controlada por múltiples factores de crecimiento, sin
embargo, la eritropoyetina producida por el riñón y otros tejidos, es el principal regulador
fisiológico en la producción de glóbulos rojos.
Granulopoyesis.
La línea eritroide se deriva de la UFC-E, el Rubriblasto, es el precursor eritroide más
temprano reconocible. La célula varía en tamaño de 15 a 25 micras y se caracteriza por un
núcleo esférico, cromatina punteada, uno o dos nucléolos y citoplasma profundamente
basófilo y sin gránulos. El siguiente estadío es el Prorubricito, con un tamaño similar al
rubriblasto pero con la cromatina nuclear muy poco condensada y sin nucléolos evidentes.
La célula continúa madurando, produciendo el Rubricito basófilo y el Rubricito
policromatófilo; La cromatina nuclear del rubricito basófilo es más condensada y separada
por espacios claros; el rubricito policromatófilo, presenta un cambio de color del
citoplasma a un azul grisáceo indicando que la síntesis de hemoglobina está en marcha.
Cada rubricito policromatófilo madura y genera un Metarubricito, la última célula
nucleada de la línea, mucho más pequeña, con marcada condensación de la cromatina
nuclear y citoplasma rojizo. el estadío posterior corresponde al Reticulocito, que carece de
núcleo, contiene un número significativo de ribosomas y una coloración gris-rosado, este
se libera a circulación y luego de 1 a 2 días, pierden sus ribosomas y se convierten en
eritrocitos o glóbulos rojos circulantes; cuando las células rojas de la sangre envejecen se
eliminan de la circulación por el SFM (Sistema Fagocítico Mononuclear).
Trombopoyesis y precursores Plaquetarios
Los megacariocitos surgen a partir de la
UFC-GEMM. La trombopoyetina es la
principal reguladora de este linaje,
estimulando la proliferación y
diferenciación. El Megacarioblasto, es la
célula progenitora más temprana
reconocible, se diferencia a Megacariocito,
sufre endomitosis, que es un proceso de
división nuclear y maduración
citoplasmática sin división celular.
Las plaquetas son el producto final del
linaje de células megacariociticas. Aunque el mecanismo exacto por el cual se forman las
plaquetas no se entiende bien, pseudópodos citoplasmáticos de los megacariocitos se
extienden a través del endotelio sinusoidal, goteando plaquetas en los espacios
vasculares.
Linfopoyesis y precursores linfoides
Los linfocitos como las demás células hematopoyéticas se originan de una población de
células madres pluripotente. El progenitor más temprano de ésta línea es el Linfoblasto,
Megacariocito
está célula está presente en bajo número en la médula, presenta núcleo esférico,
cromatina fina, número variable de nucléolos y un delgado borde de citoplasma agranular
e intensamente basófilo. Los linfoblastos se dividen y diferencian a Prolinfocitos, que
subsecuentemente se diferencian en Linfocitos, células de núcleo redondo, intensamente
basófilo y citoplasma escaso, casi inaparente.
BIBLIOGRAFÍA Eurell, J.; Frappier, B; Dellmann, D. (2006). Dellmann`s textbook of veterinary histology.
6th ed. Blackwell. Ames. Sexta edición.
Herrera, G. J. (2007). Hematología. En J. B. Luis Núñez Ochoa, Patología clínicaveterinaria
(pág. 25). Mexico.
Reagan, W. J. (s.f.). Hematología Veterinaria, Atlas de Especies Domésticas Comunes.
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