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SEÑORA MIA…
(POESIA)
SÓLO te encuentro en los recuerdos,
tan azules que me hielan.
Pertinaz tu nicotina o tu sonrisa.
Un café apenas es nada. O es un sueño
en tan larga distancia.Inútiles pueden ser
tantos pasos,humedad y niebla en
mis ojos.
Viviré tu universo,
la costa de una isla
que no vi nunca
y cuando otra vez,
vuelva la inocencia,
iré a buscartedonde abre la
noche.
Enmarcas fulgoresque el topacio
envidiaría.Giras y los encajes
inmaculadoscaen sin apenas
rozarte.
Esta noche en la quietud,
tus senos son un torbellino.
Esta noche te vi. Un remolino
y la distancia interpuesta. Arrastrabas
al tiempo. Veníasde los más vivos
caminosde los sueños.
Déjame las calles en rumor
y el aliento sin mesura.
Déjame grabado un sueño
y sea abril y los colores.
A mitad de la esperanza
y en los límites de mi deseo
TIENES EL RESPLANDORque alumbra la
campiña,el canto del equinoccio...
Y marcas el senderodonde corona el trigo
y el vino jovenque refugia la tiranía
de la tarde.
Señora mía…
Entonces entreabro la puerta
para que entre un rayito. Al menos. Si me llamas y no
estoy, déjame grabado un
sueño.
Sea tu voz en broncey un pequeño Dios
en las palabras.
Al volver días de mansa lluvia,
se agolpaba el deseo en los labios.
Y saciaba siglos de interrogantesal descubrirte:
el páramo revivía en oasis,
el horizonte te buscaba
entre árboles dormidos.
Y junto a las tapias de mi ingenuidad,
elevaba, por instantes, tu nombre.
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