GRIEGO CLÁSICO
Ortografía
En esta sección miraremos cómo declinar las características salientes del alfabeto y de la ortografía del
griego antiguo (ático).
Alfabeto
El alfabeto griego estaba compuesto por veinticuatro letras de uso común, más algunos caracteres
caídos en desuso en edad arcaica como caracteres fonéticos, exceptuándose en la escritura del numeral
de la letra en desuso.
Seguidamente se enumeran las letras del alfabeto griego jónico, que a partir de la Jonia micro-asiática
viene suplantando los antiguos alfabetos locales (alfabeto epicórico), de la segunda mitad del siglo
VI a. C.:
Mayúsculas: Α Β Γ Γ Δ Ε Ζ Θ Η Κ Λ Μ Ν Ξ Ο Π Ρ Σ Τ Φ Υ Φ Χ.
Minúsculas: α β γ δ ε δ ε ζ η θ ι κ λ μ ν π ξ ζ/ο η π θ ρ ς σ.
Denominaciones corrientes españolas: alfa, beta, gamma, delta, èpsilon, zeta, eta, theta, iota, kappa,
lambda, mi, ni, xi, omicrón, pi, rho, sigma, tau, ipsilon, phi, ji, psi, omega.
Valor fonético: /a - a: / /b/ /g/ /d/ /e/ /z/ /ɛ: / /th/ /i - i: / /k/ /l/ /m/ /n/ /ks/ /o/ /p/ /r/ /s/ /t/ /y - y: / /ph/
/kh/ /ps/ /ɔ: /
El alfabeto griego clásico tiene dos caracteres para la sigma: ζ, siempre inicial e interna, ο siempre final.
La γ, delante de las consonantes guturales, θ γ ρ, si lee como una nasal velar /ŋ/ (la llamada "gamma
nasal").
El griego ático, que era un dialecto no psilotico, poseía también otro sonido, la fricativa laringal sorda
/h/, representada por los espíritus ásperos, un ápice orientado hacia la derecha que en la canónica
transcripción en minúscula, de edad tardo-bizantina, se coloca encima de la vocal minúscula inicial de
la palabra, y en alto de la izquierda de la mayúscula inicial, debajo el acento circunflejo y al lado del
acento agudo. El espíritu áspero deriva, en general, de la caída de una consonante inicial, sigma, jod, o
digamma. En el dialecto jónico, semejante al Ático, se verificaba la psilosa, que es la total desaparición
de la aspiración inicial. Una vocal no aspirada es marcada por los espíritus suaves, un ápice orientado
hacia la izquierda, colocado como el espíritu aspero.
El griego antiguo poseía algunas letras que desaparecieron. La principal era la digamma (Ϝ)
equivalente a una semivocal labiovelar /w/.
En la escritura toda en mayúsculas, los espíritu y los accentos no aparecen.
La verdadera pronunciación del griego antiguo
La pronunciación del griego antiguo aquí esta expuesto más o menos y esta acreditado como plausible
por el ático clásico.
En edad medieval y en el primer renacimiento predominaba entre los humanistas otra pronunciación,
que la considerada roicliniana, así fue llamada así por el humanista Giovanni Roiclinio, para mantener
la validez. Tal lectura estaba unida a la pronunciación itacistica cosiderada bizantina pero en realidad
era mucho más antigua, visto que destacaba en los escritos de la edad helenística y el primer vestigio de
esta evolución de la fonética antigua del griego suena ya ampliamente a la realidad fónetica sostenida
en alguna reflexión lingüística sobre los diálogos de Platón.
La lectura itacistica fue importada en Italia por los inteletuales bizantinos salvados de la conquista y el
pillaje de Constantinopla (1453) por parte de los turcos. Aquellos intelectuales (entre los cuales destaca
el filósofo neoplatonico Emanuele Crisoloras y el cardenal Bessarione) impreso en la lectura de los
clásicos griegos la lectura de los acentos y la inflexión. Ellos leían como η las letras ε y π, los diptongos
εη y νη, lo pronunciaban ε y el diptongo αη; además pronunciaban /v/ la letra π en los diptongos απ y επ,
primera vocal o consonante sonora, y /f/ primera consonante sorda; como /v/ era leída también la β. Fue
otro gran humanista, el holandés Desiderio Erasmo de Rotterdam quien se opuso a la pronunciación
itacistica del griego antiguo. Éste, estudiando las figuras de sonido en los poetas cómicos, en particular
las onomatopeyas descubrío que la pronunciación antigua era diferente a la roicliniana: el balido de la
oveja en Aristófanes es en realidad imitado con βῆ, y que revelaba el verdadero sonido de la letra
griega que componía esta particular onomatopeya: no /vi/, sino / ̀bɛ:/. Por tanto, Erasmo buscó y
encontró la forma de representar la verdadera pronunciación clásica, qu por él recibe el nombre de
erasmiana.
La verdadera pronunciación erasmiana, de la cual los lingüistas han perfeccionado la reconstrucción
con la ayuda de los historiadores definiendo por lo tanto los caracteres de la verdadera pronunciación
griega clásica, del siglo V a.C, se defiere todavía, por diversos aspectos de la pronunciación de las
escuelas convencionales españolas:
La pronunciación escolar no distingue en modo sensible las vocales breves de las largas, en lugar
de como estaría estipulado;
Las consonantes θ ζ ρ, que usualmente se pronunciaban respectivamente como la f italiana de fede,
como la th de third y como la ch alemana de Bach, en el griego clásico eran verdadera y
propiamente oclusivas /p/ /t/ /k/, las cuales se distinguían porque iban seguidas de una aspiración.
La consonante δ (dseta), que en edad helenistica ya se pronunciaba /z/ (como la s sonora de la
palabra isla), en el grieco arcaico gue pronunciada /zd/ (y todavía aún la pronunciaban en el siglo V.
Los hablantes dóricos y Eólicos, que escribían directamente ζδ. En edad clásica, en el Ática, se
comenzó a pronunciar esta letra como /dz/ y, de la segunda mitad del siglo IV. en adelante, /z/. se
recuerda por otra parte que la zeta fue introducida en el alfabeto latino propio de los Griegos.
Sistema Politónico
El sistema politónico (πνιπηνληθὸλ ζύζηεκα, polytonikón sýstima) es el sistema de escritura usado
para escribir griego antiguo. Comprende un conjunto de reglas para la utilización de los diacríticos
usados en esa lengua: el acento agudo, el acento grave, el acento circunflejo, el espíritu áspero, el
espíritu suave, la diéresis y la coronis. La palabra politónico significa 'de muchos acentos'.
Espíritus
Los espíritus son símbolos que se escriben sobre una vocal, diptongo o letra ro (Ρ ξ) iniciales de
palabra. El nombre 'espíritu' no significa 'alma' como pudiera pensarse sino más bien 'soplo' porque
indicaba la presencia o ausencia de una aspiración [h] al inicio de una palabra. El espíritu áspero (῾)
indicaba la presencia de esta aspiración, el espíritu suave (᾿) indicaba su ausencia.
Los espíritus se colocan:
Encima de una letra minúscula: ἁ, ἀ, ῥ, ῤ
A la izquierda de una letra mayúscula: Ἁ, Ἀ, Ῥ, ᾿Ρ
Sobre la segunda vocal de un diptongo: αὑ, αὐ, Αὑ, Αὐ
Toda palabra que empieza con vocal o con ro debe llevar espíritu, excepto si la palabra está toda en
mayúsculas. Una iota adscrita no puede llevar diacríticos y es por ello que es posible distinguirla en un
texto: Ἄηδεο no inicia con el diptongo ᾱη, porque si lo fuera se escribiría Αἵ- (recordemos que es el
segundo elemento de un diptongo el que lleva los diacríticos), por lo tanto debe existir un elemento que
impide que la iota sea acentuada, este elemento es una iota adscrita, de tal manera que la palabra
anterior se podría escribir también ᾍ-.
Espíritu áspero
Originalmente, en el alfabeto usado por los atenienses, el fonema [h] se indicaba mediante la letra eta
(Η), que posteriormente se volvió la H del alfabeto latino. A consecuencia de la reforma del año -403,
con la cual el modelo jónico del alfabeto se oficializó en Atenas y posteriormente se impuso en el resto
de Grecia, la eta pasó a tener el valor de e larga ya que la aspiración que anteriormente representaba no
existía en el dialecto jónico. La aspiración, sin embargo, seguía existiendo en otros dialectos (inclusive
el hablado en Atenas misma) pero con la implantación del modelo jónico dejó de representarse. Esta
situación cambió en el siglo III a. C. cuando se introdujo el uso de una H partida en dos de manera
vertical para representar la aspiración. Más tarde este símbolo se simplificó en una L hasta que
finalmente, en el siglo XII d. C., se simplificó aún más hasta quedar convertido en el símbolo (῾)
πλεῦκα δαζύ, pneũma dasú, 'soplo rudo'. Cabe notar que, sin embargo, en el siglo XII la aspiración [h]
no existía más en el idioma griego por lo que su representación no era ya nada más que un arcaísmo
innecesario.
El espíritu áspero se usa sólo en las vocales iniciales y en ro al inicio de palabra, por lo que no hay
manera de indicar una [h] en medio de palabra; por ejemplo, ὁδόο se lee hodós, 'ruta', pero la palabra
compuesta ζύλνδνο, sýnodos, 'reunión', no indica que habría que leer sýnhodos, con h aspirada.
En el dialecto ático de Atenas el fonema /r/ siempre era sordo al inicio de palabra, para indicar este
fenómeno se amplió el uso del espíritu áspero: Toda ro inicial había de llevarlo. Éste uso del espíritu
áspero sobre la letra ro es la razón por la cual su nombre en griego, ῥo, se transcribía como rho hasta la
edición de 1992 del DRAE.
Espíritu suave
En tanto que el espíritu áspero indica la presencia del fonema [h], el espíritu suave indica la ausencia de
tal fonema. De hecho su única función es la de permitir una más fácil lectura ya que, como sólo las
vocales iniciales lo pueden llevar, indica claramente el inicio de palabra. En los escritos medievales,
donde convenciones modernas como el espaciamiento entre palabras no es particularmente evidente, es
fácil ver que un signo que indica el inicio de palabra tenía una gran importancia.
Como se indicó anteriormente, la ro es la única consonante que acepta el espíritu áspero; por
convención, en palabras que se escriben con dos ros consecutivas la primera lleva espíritu suave y la
segunda espíritu áspero: πνιύῤῥηδνο, polýrrizdos, 'de muchas raíces'.
Acentos
El griego antiguo era una lengua con acento tonal, al igual que el sánscrito védico y probablemente el
proto-indoeuropeo. Tenía un tono alto, tal vez un tono bajo y una combinación de tono alto seguido de
un descenso de tono.
Durante el periodo helenístico, los filólogos alejandrinos introdujeron la convención de indicar la
posición de estos tonos, cosa que los textos clásicos no hacían hasta ese entonces. El sistema elegido
fue muy simple: la elevación en el tono de voz se indicó con una rayita que subía (´), la elevación e
inmediato descenso del tono, con una rayita que subía y bajaba (^) y la ausencia o descenso del tono,
con una rayita que bajaba (`). Al principio, estos símbolos se colocaban sobre todas las vocales de una
palabra: Ἂθξὸδίηὴ; pero pronto se impuso el uso de únicamente el acento agudo por no haber riesgo de
malinterpretación ya que sólo podía haber un acento tonal por palabra: Ἀθξνδίηε.
La posición de los acentos es semejante a la de los espíritus:
encima de una letra minúscula: ά, ᾶ, ὰ
a la izquierda de una mayúscula, pero después del espíritu: Ἄ, Ἂ, Ἆ
sobre la segunda vocal de un diptongo y si el diptongo es inicial, después del espíritu: Αύ, αὺ, αῦ,
αὔ, αὒ, αὖ, Αὔ, Αὒ, Αὖ
Cuando el texto está todo en mayúsculas los acentos al igual que los espíritus no se escriben.
Acento agudo
La elevación en el tono de voz se representaba con el acento agudo, ηόλνο ὀμύο, tónos oksýs, 'tono
agudo'. De acuerdo con testimonios de gramáticos antiguos, esta elevación en el tono llegaba hasta una
quinta (esto es, cinco notas musicales de diferencia).
El acento agudo se puede escribir sobre cualquier vocal o diptongo, pero su posición no puede ir más
allá de la antepenúltima sílaba si la última vocal es breve o no más allá de la penúltima si la última
vocal es larga.
Acento grave
El 'tono pesado' (ηνλὸο βαξύο, tonòs barýs) se señala con el acento grave. No es posible determinar con
exactitud cómo se pronunciaba este tono. En los primeros escritos, todas las vocales átonas lo llevaban
lo que haría pensar que no se trataba de un tono verdadero (como un tono bajo) sino más bien que se
trataba de la ausencia del tono alto. Con el paso del tiempo, su uso se ha limitado a escribirlo sobre
palabras con acento agudo en la última sílaba cuando son seguidas de otra palabra en la misma frase,
sin saber con certeza qué es lo que indica. De esta manera, el acento grave se escribe en lugar del agudo
en casos como el siguiente: ηνλόο (con acento agudo) se vuelve ηνλὸο (con acento grave) en la
expresión ηνλὸο βαξύο, por ejemplo, porque ηνλόο no es la última palabra de la frase.
Diéresis
La diéresis apareció en griego durante la Edad Media colocándola sobre una iota o ípsilon para indicar
que estas letras no eran la segunda vocal de un diptongo sino el inicio de una nueva sílaba. Por
ejemplo: αὐηή, autế [aʷtɛ́ː] 'ella misma', pero ἀϋηή, aütế [a.yːtɛ́ː] 'grito de guerra'.
La diéresis a veces se omite en la escritura cuando no hay peligro de ambigüedad, pero si el escriba
decide usarlo, se usa inclusive en textos escritos totalmente en mayúsculas, a diferencia de los acentos
y los espíritus que se omiten en este caso.
Iota muda
El griego antiguo poseía diptongos de los cuales la primera vocal era larga (ᾱη [aːʲ], εη [ɛːʲ] y ωη [ɔːʲ]).
Sin embargo, en el dialecto de Atenas (que se volvió el más influyente) estos diptongos fueron
simplificados a partir del siglo III, ya sea for abreviación de la vocal larga ([aːʲ] > [aʲ]) o más
frecuentemente por monoptongación ([aːʲ] > [aː]). Las inscripciones antiguas escriben ΑΙ, ΗΙ, ΩΙ antes
del siglo III y Α, Η, Ω después de ese tiempo.
Las manuscritos medievales, apelando a un purismo etimológico, decidieron reintroducir la iota perdida
en esos diptongos, pero, para indicar que no se pronunciaba, la colocaban debajo de la vocal afectada:
λεαλίᾳ, neaníai, 'joven'.
Las mayúsculas también pueden llevar la iota etimológica suscrita (ᾼ, ῌ, ῼ) o adscrita (Αη, Ηη, Ωη).
Cuando la iota es adscrita, no lleva nunca ningún signo diacrítico para indicar que no se pronuncia. Si
en una reunión de dos vocales la segunda lleva diacríticos, se trata en ese caso de un verdadero
diptongo y no de una iota adscrita.
Coronis
La crasis es la contracción de dos vocales en hiato en palabras contiguas y se indica mediante el
símbolo llamado coronis (θνξωλίο / korônís) sobre la vocal que sobrevive la contracción. La coronis es
muy semejante en apariencia al espíritu suave, pero como el espíritu suave sólo se encuentra al inicio
de palabra no hay riesgo de confusión: θαὶ ἐγώ / kaì egố ('también yo') se vuelve θἀγώ / kagố después
de la crasis.
Cuando la primera de las dos vocales que se contraen lleva aspiración, la coronis se reemplaza por un
espíritu áspero: ὁ ἐκόο, ho emós > νὑκόο, houmós ('el mío'). Si es la segunda vocal la que lleva la
aspiración y si esta aspiración se puede sustituir por una consonante aspirada, la coronis permanece
como espíritu suave: ηῇ ἡκέξᾷ / tễi hêmérâi > ζἠκέξᾷ / thêmérâi ('el día', dativo singular).
La coronis es un símbolo usado sólo a partir de la Edad Media.
Top Related