“ÉTICA DEL CUIDADO Y BUEN VIVIR. CONFIGURACIÓN DE SABERES
COLECTIVOS DESDE LA SOCIALIZACIÓN POLÍTICA”
OLGA LUCIA RIAÑO QUINTANA
TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE MAGISTER
EN COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
Maestría en Comunicación- Educación. Cultura Política
BOGOTÁ, 25 abril de 2017
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“ÉTICA DEL CUIDADO Y BUEN VIVIR. CONFIGURACIÓN DE SABERES
COLECTIVOS DESDE LA SOCIALIZACIÓN POLÍTICA”
OLGA LUCIA RIAÑO QUINTANA
DOCENTE: ANA BRIZET RAMÍREZ CABANZO
TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE MAGISTER
EN COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
Maestría en Comunicación- Educación. Cultura Política
BOGOTÁ, 25 abril de 2017
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NOTA DE ACEPTACIÓN
Directora de tesis
____________________________________
ANA BRIZET RAMÍREZ CABANZO
__________________________________
Evaluador 1: Nombre
__________________________________
Evaluador 2: Nombre
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Acuerdo 19 de 1998 del consejo superior universitario, artículo 177: “La Universidad Francisco José de Caldas no será responsable por las ideas expuestas en ésta tesis”.
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Agradecimientos
Inicialmente agradezco a Dios por demostrarme, con su precioso respaldo, que para todo
hay tiempo.
A los estudiantes, docentes, padres de familia, líderes comunales y vecinos de la
comunidad de la I.E.M Rural Río Frío, profunda gratitud por hacer parte de esta
propuesta. Nos conocimos un poco más.
A mi amado esposo por estar ahí en todo tiempo, ser mi ayuda en el proceso y aportar al
cumplimiento de este proyecto.
Mi más profundo respeto a mi directora de tesis, la docente Ana Brizet, por su dedicación
en cada etapa de este trabajo.
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“Cada vez más esta sociedad posmoderna avanza hacia un punto en el que las capacidades
del sujeto para imaginar, crear, tener memoria histórica, emocionarse y sentirse ven
amenazadas, y con ello se reducen las posibilidades de transformación, construcción y
reconstrucción del mundo. Es evidente que la naturaleza curiosa, la capacidad de asombro, la
necesidad de conciencia, así como la voluntad por conocer, que han caracterizado a los sujetos
y que les permiten romper con los marcos establecidos e ir más allá de lo señalado, están
perdiendo terreno ante la indiferencia y la resignación” (Alvarado y Córdoba 2014, p.208)
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TABLA DE CONTENIDO
Contenido Página
Resumen ……………………………………………………………...…………. 9
Abstract …………………………………………………………...……………. 10
Introducción ……………………………………………………………...………. 11
1. Planteamiento del problema ………………………………………...………… 15
Justificación ………………………………………………………………………. 17
Pregunta problema ……………………………………………………………….. 20
Objetivos ………………………………………………………………………… 20
2. Estado del arte ………………………………………………………....………. 21
2.1. Socialización Política ……………………………………………………….. 22
2.1.1. Convivencia y participación en comunidad ……………………………….. 30
2.1.2. Ética del cuidado y buen vivir ……………………………………….…….. 39
3. Marco teórico ………………………………………………………………….. 52
3.1. Desde la perspectiva de Socialización Política……………………….…….. 53
3.1.1. En cuanto a convivencia y participación en la comunidad…………….... 62
3.1.1.1. Del agotamiento de la convivencia escolar a la socialización política……… 64
3.1.1.2. Participación, actores sociales y dinámicas de acción política en la escuela.. 71
3.1.1.3. Agentes de socialización: ¿Receptores o actores de la educación política?... 76
3.1.2. Ética del cuidado y buen vivir en comunidad……………………….……. 85
3.1.2.1. Ética del cuidado: una cuestión de seis …………………………….……… 90
3.1.2.2. Ética de cuidado y buen vivir.Herramientas de socialización política…….... 94
4. Marco metodológico ……………………………………………………….…... 101
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Contenido Página
4.1. Enfoque, tipo de investigación y método ……………………..………… 101
Enfoque cualitativo ………………………………………………..…………... 102
Tipo de investigación interpretativa ……………………………..……………. 105
Método IAP ……………………………………………………..…………….. 106
4.1.2. Marco contextual de la población ………………………..…………….. 111
4.2. Técnicas e instrumentos de recolección de información …..…………. 114
4.2.1. Entrevista semiestructurada …………………………………..……….. 117
4.2.2. Observación directa ………………………………………..…………… 118
4.2.3. Grupos focales y observación participante …………….…….………… 122
4.2.4. Taller y aplicación de cuestionario de preguntas abiertas ……..………. 122
4.2.5. Técnica proyectiva de personificación …………………………..……... 123
4.2.6. Entrevista estructurada ………………………………………..………… 125
4.3. Criterios de sistematización y análisis de datos …………………..……… 128
5. Análisis de resultados y hallazgos ………………………………..………. 135
5.1. Gestión convivencial. Un sistema reglado ……………………..………… 138
5.2. Dimensiones de la ética del cuidado y el buen vivir ……..………………. 145
5.3. Agentes de cuidado y buen vivir. Horizontes participativos………..…….. 153
6. Conclusiones ………………………………………………………..………. 164
7. Aportes al campo ………………………………………………..………… 169
8. Bibliografía …………………………………………..……………………. 173
Anexos
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Resumen
“Ética del cuidado y buen vivir. Configuración de saberes colectivos desde la socialización
política” es una investigación enfocada en un contexto veredal donde se encuentra una de las
sedes de la IEM Rural Río Frío definida por sus características rurales. El trabajo se realizó en
una escuela con grados unitarios de enseñanza primaria para involucrar procesos participativos
con todos los miembros en la comunidad educativa que rodea la institución escolar y también
gestionar estrategias de intervención que reflejen procesos de socialización política en ellos.
Esta investigación enlaza el desarrollo de temáticas como la ética del cuidado y el buen vivir
en comunidad, vistas desde la recopilación de información acerca de algunas ideas retóricas
posibles de bien común y elaboración de técnicas de intervención para intentar convertir estos
compuestos en sustentos plasmados como ejercicio de aprendizajes de socialización política, que
aunque no la definen, sí la desarrollan desde sus propuestas y postulados.
Se hicieron grupos de enfoque, entrevistas, técnica proyectiva, encuestas, entre otros, como
aporte al proyecto y se llevó a los estudiantes como investigadores en su vereda, preguntando y
planteando. También se dio la oportunidad a docentes y padres de familia de examinar y abrir
espacios de participación generalizada entre ellos para determinar que el sujeto está dispuesto en
la medida en que encuentra posibilidades de intervención en propuestas sociales.
Palabras clave: socialización política, ética del cuidado, participación, buen vivir,
convivencia, agentes de socialización, comunidad.
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Abstract
"Ethics of care and good lifestyle. Configuration of common knowledge from political
socialization” is a research that took place in one from the seven schools of the IEM Rural Río
Frio in Zipaquirá. The research was carried out in a one-room elementary school to involve
collaborative processes, even with community´s people. In addition, some strategies were
promoted to implement political interaction processes.
This research connects the development of topics such as ethics of care and community´s good
lifestyle. They are seen from the compile of information about some possible rhetorical ideas of
common benefits and the development of intervention techniques to attempt to transform these
compounds into supports embodied as practice to learn about political socialization, that
although it is not clearly defined, it is well developed from their proposals and postulates.
It was accomplished focal groups, interviews, projective techniques, surveys, among others.
They were made as a contribution to the project and in the same way, students became as
researchers in their area because they were around asking and setting out their ideas. Teachers
and parents were also given the opportunity to examine and generate moments of general
participation among them to determine that the subject is willing, to the extent that he finds
possibilities to take part in social proposals.
Key words: political socialization, care ethics, participation, lifestyle, living together,
socialization agents, community.
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Introducción
En el marco de la socialización política y la búsqueda por reconocerla en el campo de la
participación activa, es de vital importancia tener en cuenta los contextos de la periferia, que tal
vez cuentan con poco reconocimiento en el momento de la construcción de leyes y normas
nacionales, así mismo de derechos y responsabilidades sociales.
Es evidente que los programas y políticas institucionales pretenden encausar de manera
horizontal los comportamientos y perspectivas humanas, pero es desde ese punto de vista que
esta propuesta quiere disponer otro tipo de parámetros en la arquitectura de sociedades
autónomas y constructoras de su propio contexto político.
Elementos claves como la educación, la comunicación y la cultura política han sido evocados
desde diferentes perspectivas que tal vez han venido dividiéndolas en sus campos particulares.
Pero es el intento por condensarlas el que tiene este proyecto en curso como eje central para
consolidar una anatomía de lo que se pretende hacer.
Es de anotar que cada colectivo tiene sus propios principios, perspectivas y maneras de
consolidar su red particular y la idea es encontrar esos lazos que mueven la vida política de las
personas que integran la comunidad educativa de la IEM Rural Río Frío, desde sus propias
proyecciones y reconocimiento de sus formas de vida.
La escuela como lugar clave de intervención, debe cultivar espacios donde la infancia sea
consciente de su relación con quienes están alrededor y las diferentes formas en que todos
pueden aportar al mejoramiento de su tejido social.
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Con “Ética del cuidado y buen vivir. Configuración de saberes colectivos desde la socialización
política” se intenta principalmente, generar con los estudiantes de primaria de Río Frío
Zipaquirá, procesos participativos que incidan en una ética comunitaria del cuidado y el buen
vivir en comunidad, manifestados desde el análisis de las formas como se gestionan situaciones
de convivencia en la institución educativa, pasando por el reconocimiento de posibles
dimensiones de la ética comunitaria del cuidado como fundamento de las relaciones en la
institución, para finalizar con la implementación de un instrumento pedagógica que permita
trazar un horizonte participativo para el buen vivir, ya que el fin es que los estudiantes y quienes
están a su alrededor vivan y perciban espacios donde puedan expresar ideas y que estas puedan
ser respaldadas y llevadas a cabo como herramientas para el bien común.
Tanto el estudiante como su familia, docentes, directivos, líderes comunales y vecinos son de
una u otra manera receptores de políticas de estado. Pero tal vez está más enraizado en ellos el
hecho de mantenerse como colectivo de apoyo y bienestar comunitario, aún si esas políticas
tienen otros fines. Es desde ahí donde se crea la posibilidad que existan comportamientos de
acción política que pueden llevar a ser un individuo con criterios, capaz de tener una perspectiva
concreta frente a su realidad y que se pronuncien frente a ella con fines de interés común en un
entorno específico.
Aprendizajes de socialización política como la ética del cuidado y el buen vivir han de proyectar
este trabajo desde una metodología cualitativa que proponga ideas emergentes que empoderen a
las nuevas generaciones y despierten sensibilidades de corresponsabilidad incluyente para
fortalecer estrategias de socialización enfocadas en la calidez humana y los derechos
participativos que en realidad, puede decirse, son inherentes al ser.
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La matriz del proyecto está basada en tres momentos de su estructura, desde los cuales se
tejieron los capítulos que argumentaron y reflejaron el análisis y su consecuente consolidación.
Inicialmente se plantea el problema a abordar y los objetivos que se pretenden lograr a lo largo
del trabajo, los cuales son las bases que soporta el trabajo. De manera consecuente se redactan
las columnas que edifican estado del arte y marco teórico con respecto a una categoría general
llamada socialización política y dos sub categorías principales llamadas convivencia y
participación en la comunidad, trabajada transversalmente con ética del cuidado y buen vivir en
comunidad. Se realiza una contextualización a partir de diferentes autores que dan soporte
teórico a la propuesta y los logros obtenidos en algunas investigaciones paralelas a los temas
propuestos.
De forma seguida, se presenta el diseño metodológico sostenido desde el análisis interpretativo y
se refiere también fundamentación del método IAP usado en este caso para abordar herramientas
y técnicas de intervención con la población objeto de estudio y así empoderarlas de sus procesos
participativos de intervención y corresponsabilidad para el bienestar común, sobre todo, a partir
de la intervención protagónica de los estudiantes como lectores de sus realidades.
Como parte final se realiza el desglose de cada una de las herramientas de intervención y
recolección de la información donde se elaboran matrices a partir de las categorías y se
condensan los instrumentos según recurrencias y divergencias de aparición en el consolidado de
la información y con respecto a ciertas unidades de sentido correlacionadas con las condiciones
de análisis. Se filtra la información a partir de los tres postulados iniciales y se muestran
hallazgos desde los cuales se permite dar una pincelada teórica y constructo emergente de lo que
arroja el contenido teórico, las herramientas de análisis de la información y por supuesto, los
conceptos interpretados desde la posición de la investigadora. Es así que se realiza estado de
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conclusiones satisfactorias y posiblemente representativas como aportes en el campo
comunicación-educación.
Finalmente los espacios que se ofrezcan en este trabajo, deben llevar a las comunidades
educativas a establecer desafíos que los constituyan también como investigadores para explorar
su realidad en cuanto a cooperación y hacia una realidad soportada desde la búsqueda solícita por
el cuidado y el buen vivir en comunidad.
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1. Planteamiento del problema
La constante preocupación en la actualidad se demarca en la realización de proyectos que
procuren el sostenimiento de una colectividad que no decline en los procesos de sensibilidad
social sino que más bien se generen estrategias para mantener un vivir sano y en armonía
donde la ética del cuidado sea bandera de las relaciones interpersonales.
Las relaciones sociales no implican únicamente un conjunto de normas referidas, que
deben ser abordadas o aplicadas en un sistema hegemónico con la pretensión de convertir al
sujeto en acreedor de derechos y deberes. Es indispensable plantear un espacio que lleve a la
significación de las experiencias como producto de la sensibilidad y lo que ésta puede crear
frente a situaciones de su entorno y las posibilidades humanizantes del mismo.
Por eso, la inquietud que surge en esta investigación se enfoca en generar procesos
participativos que lleven a concientizar a la comunidad educativa de la I.E.M Rural Río Frío
de Zipaquirá, con respecto a la ética del cuidado y el buen vivir.
En la mayoría de los colegios se plantean parámetros y normas que tienen que ver con las
obligaciones y conductos regulares que deben ser regidos por un Manual de Convivencia. De
igual manera, los estudiantes, docentes, directivos y padres de familia no son conocedores
absolutos de los contenidos de este documento ya que, aunque no debiera hacerse, el
instrumento es elaborado únicamente por algunos pocos, para socializarlo por partes, en
pequeñas reuniones, donde no queda muy clara la manera de implementar tales normas.
Como lo plantean Alvarado y Córdoba (2014)
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Cada vez más esta sociedad posmoderna avanza hacia un punto en el que las capacidades
del sujeto para imaginar, crear, tener memoria histórica, emocionarse y sentir se ven
amenazadas, y con ello se reducen las posibilidades de transformación, construcción y
reconstrucción del mundo. Es evidente que la naturaleza curiosa, la capacidad de asombro,
la necesidad de conciencia, así como la voluntad por conocer, que han caracterizado a los
sujetos y que les permiten romper con los marcos establecidos e ir más allá de lo señalado,
están perdiendo terreno ante la indiferencia y la resignación. (Alvarado y Córdoba, 2014,
p.208)
Es por eso, que se hace relevante dar importancia al análisis de las maneras como se
realizan procesos de socialización y resolución de dificultades y cuál es la gestión, en la
construcción de espacios e identidades que evidencien el nivel de intervención con la
realidad que vive la comunidad rural de este sector.
Las estrategias de participación deben ligarse con las formas de vida de una comunidad,
ya que es allí donde se puede encontrar la sustancia para el ejercicio de la socialización y de
acciones que permitirán crear pactos de relación donde se priorice el bienestar comunitario y
el cuidado recíproco de principios y roles determinados que puedan también alimentar este
ejercicio investigativo.
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Justificación
Los argumentos que legitiman el presente documento están dados en cuanto al área de
comunicación – educación en la medida en que se enlaza el instrumento de manual de
convivencia (la cultura institucional del buen vivir) como ese elemento que media los
comportamientos y relaciones en la comunidad educativa.
Este proyecto está propuesto a partir del desarrollo de herramientas investigativas que
permitan la orientación y sistematización de experiencias. Pretende realizar un trabajo de
indagación en la línea de educación, comunicación y cultura política como eje clave para el
consolidado de la propuesta.
El objetivo, es que esta consideración contribuya a comprender las prácticas de poder y de
sentido, relacionados con los vínculos entre la constitución de las políticas de desarrollo
institucional y la manera en que la comunidad de la I.E.M. Rural Río Frío, socializan sus
experiencias y estilos de vida con respecto a la ética del cuidado.
La propuesta se pretende ejecutar dentro del conocimiento del contexto, reconocerlo y
dinamizar las relaciones como parte de una misma cultura institucional cuyo éxito será
proyectado, en primer lugar; en términos de los procesos y compromiso de sus protagonistas,
la conciencia frente al trabajo y su participación activa, y en segundo lugar; en términos de
un mejor conocimiento de la realidad.
Se debe trazar el entramado investigativo en la medida en que todos se vinculen
activamente para dar su aporte, ya que es tan válido el concepto del campesino como el del
sociólogo para convalidar una acción o situación dentro de la población motivo de estudio.
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El quehacer profesional del docente se mueve entre la pedagogía escolar y las historias de
vida de sus estudiantes, es por eso que la pretensión de involucrar a toda la comunidad
educativa en el objeto de estudio está dirigida a socializar puntos de vista, formas de vida y
perspectivas que sean más reales y se relacionen con la práctica escolar para que esta se
convierta, cada día más, en un aprendizaje significativo de la cotidianidad y de la cultura.
Brindar herramientas de socialización y de investigación en la escuela con todo el
andamiaje que esto implica, es un reto profesional que incorpora esfuerzo y dedicación pero
que a la vez determina una respuesta enriquecedora para la formación docente y sobre todo
para el aporte al desarrollo teórico-conceptual, cultural y de nuevas identidades.
Los temas o categorías incorporados en el estudio dan cuenta de la razón institucional que
rodea este proyecto de tesis, ya que es una maestría que procura enfatizar al sujeto
investigador, desde los fundamentos de la misma. El docente o profesional es formado para
vislumbrar nuevos retos de búsqueda y motores que llevan a la construcción de un espíritu
investigativo de mayor calibre y con un compromiso dispuesto a afrontar retos en el campo
de formación al cual se integra.
Es tan importante investigar y vincular la cultura política, la infancia, la escuela, la ética
del cuidado y sobre todo, la participación en un solo núcleo donde converjan tipos de estudio
que prioricen al ser humano como dispositivo de construcción social. Es por eso, que al
formar individuos investigadores se recrea la visión de una cultura más ecuánime y
considerada por el intelectual como ese campo rico en elementos a estudiar e intervenir de
forma favorable a sus dificultades.
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Debe ser posible justificar constantemente lo que hacen los docentes en el aula para
mejorar la calidad del currículo, como es el diseño y elaboración de una herramienta que
determine la función activa del buen vivir en comunidad, como referente en la cultura
institucional. Por eso, se pretende configurar un trabajo donde contenidos y propuestas
tengan cabida significativa en la comunidad educativa para poder participar en la
construcción de un material que brinde herramientas de acceso y consenso unánime para
posibilidades de interacción y como contemplan los estatutos nacionales propuestos, que
pocas veces se cumplen a cabalidad.
El manual de convivencia siempre se ha manejado como una cartilla llena de letras que
redactan derechos, deberes y sanciones para los estudiantes y que únicamente se plasma por
un pequeño grupo de responsables en la medida en que las secretarías de educación lo
solicitan. Este no debería ser el objetivo final. Es urgente considerar espacios de
socialización que generen aportes constructivos de intervención lógica y real.
La comunidad intelectual debe reconocer que la comunicación-educación no solo se
relaciona con elementos tecnológicos sino con lo que puede repensar al ser humano desde su
propia formación, donde es un ser social que comunica y que nunca está exento de aprender
de su contexto. De esta manera, es posible concebir dimensiones que abarquen la ética
comunitaria del cuidado y los espacios donde se fundamentan las relaciones en cualquier
institución, para proponer estrategias que permitan canalizar la participación del ser humano
como gestor de su propio medio social.
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Pregunta problema
¿Cómo proponer espacios participativos que incidan en una ética comunitaria del
cuidado y el buen vivir, en la comunidad de los estudiantes de primaria en Río Frío
Zipaquirá?
Objetivos
Objetivo General
Proponer espacios participativos que incidan en una ética comunitaria del
cuidado y el buen vivir, en la comunidad de los estudiantes de primaria en Río Frío
Zipaquirá.
Objetivos Específicos
• Analizar las políticas de gestión en situaciones de convivencia en la I.E.M. Rural Río
Frío.
• Reconocer las dimensiones de la ética del cuidado como fundamento de las relaciones en
la comunidad de la IEM Rural Río Frío.
• Dinamizar una propuesta investigativa que permita trazar un horizonte participativo para
el buen vivir en la comunidad de Río Frío.
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2. Estado del arte
Para redactar un estado del arte con respecto a la socialización política y enfocado en la
participación, la convivencia, la ética del cuidado y el buen vivir en la comunidad, era
indispensable remitirse a investigaciones ponderadas en procesos característicos de esos
postulados y que intentaran trazar un camino con variables que se distinguiesen por ser
correlacionales pero que a su vez formaran un territorio de expectativas frente a nuevos
abordajes de investigación con respecto a temáticas emergentes y necesarias frente al campo
comunicación-educación y sobre todo, que aporten al escenario investigativo en el cual se
desarrolla este proyecto.
El objetivo tiene que ver con el análisis de variables de sentido que corroboren la necesidad
de abrir espacios específicos para involucrarse activamente en la formación del ser social y llevar
a una reflexión constante frente a los procesos de participación que se viene tejiendo al lado de
acciones de intervención social, en la particularidad de los contextos en la formación del ser.
En el devenir educativo se han ido enmarcando procesos de convivencia que necesitan ser
reevaluados y aterrizados, es por eso, que el estudio de las siguientes investigaciones pretende
abordar un contexto donde la formación política de los ciudadanos no se contemple únicamente
desde estatutos institucionales sino desde la intervención activa de cada uno de los miembros que
la componen.
Es claro que para desarrollar una idea que le apueste a lo novedoso, se debe recurrir a las
experiencias de estudiosos que en su laboriosidad académica, se han inquietado por este tipo de
temáticas, claro, desde diferentes puntos de vista. Estas apuestas han de servir como derrotero
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para decantar algunas ideas que colocadas sobre la mesa y a la luz de teóricos representativos,
son el filtro para una propuesta investigativa novedosa.
El estudio de este proyecto se enmarca en la socialización política con base en la convivencia
y participación en la comunidad y la ética del cuidado y el buen vivir. Es indispensable indagar
planteamientos a cerca de conceptos claves que en la comunidad del conocimiento de la
Comunicación- Educación se han venido elaborando, y aún desde otros principios y saberes
pedagógicos (psicología, investigación social, etc.), para fomentar un acercamiento que pondere
las ideas del trabajo y que a la vez aporten significativamente al proceso de la investigación que
se plantea.
Por tal motivo, se realizó una exploración pormenorizada de tesis de maestría y doctorado
internas y externas a la facultad, y algunos artículos de investigación, donde se descubren
paralelos que alimentan el mapa de categorías formulado en este trabajo.
2.1. Socialización política
La posibilidad y propósito de esta investigación se direcciona hacia el análisis y búsqueda de
documentos que den cuenta de investigaciones enfocadas en las formas de socialización política
de las colectividades y las facetas desde las cuales se han venido enmarcando para la exploración
de nuevos territorios de estudio y contribución a la sociedad y la academia.
Se pretendió hacer un análisis de una serie de documentos que tuviesen relación muy cercana
con respecto al problema planteado y que estuviese en línea con los objetivos propuestos en esta
tesis. En la revisión exhaustiva de diferentes trabajos, se pudo hallar la precariedad en cuanto a la
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aplicación de teorías como el buen vivir y la ética del cuidado con respecto a la comunidad en
general. Es por eso, que aquí se presentan los estudios más cercanos a la búsqueda que se ha
planteado y sobre todo, se intentará la articulación de los mismos para obtener un producto
donde su centro de interacción sea el uso de la socialización política y sus posibilidades de
contribución al individuo y su entorno.
En el presente apartado se muestran algunos aspectos relacionados con las categorías
enmarcadas en el trabajo y sobre todo, con las formas de desarrollarlas desde las investigaciones
aquí nombradas.
Al tener en cuenta que la socialización política puede ser cualquiera de las formas de
expresión de un individuo frente a otro y la muestra de sus modos de participación e
interpretación de la realidad para actuar en ella, fue posible visualizar algunos fundamentos de
estudio, que pueden reflejar esta clase de temáticas de una manera más práctica en cuanto ejes y
aspectos que los componen.
Espinar (2008) en su propuesta “El Ejercicio del Poder Compartido”, enuncia un trabajo de
investigación anexo con teoría que lo respalda conforme al tema del poder de participación en
los niños, el contexto de la misma y el fomento por hacerla real. Confiere una postura diferente a
la que comúnmente conocemos en cuanto a la participación de la infancia a partir de su manera
de ver el mundo y de los espacios en los que se involucran develando su punto de vista frente a
los adultos en toda la comunidad educativa.
El texto le da un enfoque primordial al concepto de poder como la base que respalda la
opinión y la participación en la toma de decisiones por parte de los niños. Destaca cómo a partir
de un estudio en una escuela determinada, se piensa la niñez como líderes en potencia, y cómo
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son tomados en cuenta sus aportes a la construcción de nuevas políticas educativas y de
convivencia. Finalmente el texto muestra etapas en las cuales se desenvolvió y cómo todos esos
resultados evidencian la perspectiva de los niños en cuanto al conflicto familiar, escolar y social;
con sus reflexiones y aportes.
El estudio de Espinar (2008) se centró en los siguientes pasos:1) elaborar un marco de
comprensión conceptual de la participación infantil, 2) construir una tipología de las diversas
formas de participación que tienen los niños y, 3) diseñar indicadores que permitan visualizar la
participación infantil. Para finalmente concluir con la definición de las formas en que los niños
participan en diferentes espacios de socialización y ofrecen también, una propuesta que integre
un estilo de participación donde se involucre con mayor tendencia a nuestros pequeños
educandos.
La participación de los niños es vital, no sólo para garantizar su crecimiento y desarrollo, sino
también para incorporar una mirada distinta sobre la realidad, donde ellos mismos puedan
actuar y aportar soluciones concretas a los problemas que los afectan. No hay duda que la
participación de los niños contribuye a la construcción de una democracia desde sus bases.
(Espinar, 2008, p.4)
Se referencia de manera prioritaria a la infancia y el peso que tiene sus formas y expresiones
al representar su entorno, esa invaluable carrera que trazan al participar en el tejido de una
comunidad que afecta e involucra sus derechos y valores.
Vista desde un concepto enmarcado por sí mismo, la participación puede denotar al ser
humano como influencia para otros con respecto a las construcción de nuevas formas de
establecer jerarquías y poder de decisión. Es así, que se le da un lugar preponderante al niño y
sus disposiciones políticas y se debe quitar de la mente de los adultos y sobre todo, de docentes y
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directivos, que ellos son los que pueden tener la razón, y que ellos son los únicos capaces de
desarrollar un tipo de proceso en cuanto a la redacción, legislación y construcción de manuales
de convivencia.
Detenernos en los diálogos de los estudiantes, puede ser un punto de partida para tener en
cuenta su opinión y perspectiva política frente a las decisiones y estándares establecidos en la
institución y qué tan enterados ellos se encuentran de las normas que la rigen. Tal vez nuestros
estudiantes pueden estar generando dinámicas de liderazgo y política sin que hayamos abordado
ese aspecto de investigación.
El texto en general es rico en vocabulario y sobre todo, anima a desarrollar mi trabajo con
mayor compromiso porque denota de manera reiterada y concreta los avances que se pueden
lograr en cuanto al uso y manejo de la participación infantil. Los puntos de vista y los conceptos
que los niños tienen, aporta de manera invaluable al tejido de la sociedad donde ellos son los
principales participantes ya que su vida y la constancia en cuanto a la cultura política, de manera
intrínseca, es de la que depende el futuro de su entorno. Es indispensable patrocinar la
participación de la infancia en nuestro contexto educativo ya que ellos ven el mundo sin fachadas
sino, que tal cual expresan sus necesidades y propuestas. Con este alcance, será más fácil llegar
al reconocimiento de los niños y niñas como sujetos de derecho, políticos y de poder con
influencia trascendente.
Ese proyecto hace pensar en la disciplina y pasión que se le debe imprimir a una propuesta de
investigación donde lo que se estudia son los comportamientos y posibilidad de explotar ese
espíritu creativo y transformador de una comunidad que necesita ser consciente de la riqueza
inmaterial que posee.
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La forma de mostrar a los agentes de socialización, dada por Quiroga (2008) en “Influencia de
los agentes de socialización política en el proceso de aprendizaje político de la población juvenil
colombiana”, pretende dar cuenta de cómo estos facilitadores intervienen desde el inicio de la
formación del ser humano en su aprendizaje y desarrollo social para el resto de la existencia.
La influencia que puede tener o dar un sujeto, está medida por las representaciones en ciertas
maneras de relación y cómo estas transforman la misma realidad en la que vive. Todo lo que el
ser humano expresa, tiene que ver con lo existente, social o político, y esto revela el
desenvolvimiento que el sujeto tiene en su esfera de conocimiento y vivencias. De este modo, el
sujeto ha sido llamado a generar cambios partiendo de su reflexión frente al mundo y las
interpretaciones que cada uno tiene de él.
El objetivo es que a partir de la concientización, se convoque a instituciones de varios índoles
(escolar, familiar etc.) a participar en los procesos de generación de herramientas que redunden
en la apropiación, integración y desarrollo de propuestas en pro de una sociedad más ecuánime y
capaz de conquistar proceso de cambio.
Es de esta manera como el individuo llega adquirir un nivel de compromiso de
actuación y superación de aquellas situaciones percibidas como problemáticas en
su vivir cotidiano, trabajando a la par con agentes de socialización política como
son la familia, las instituciones públicas, privadas y personas que desarrollan
actividades transformadoras, que permiten la reflexión sobre las acciones y por
ende la actuación sobre la realidad. (Quiroga, 2008, p. 32)
El compromiso y el ánimo gestor de la propuesta puede contenerse en la superación de
problemáticas emergidas de la cotidianidad y que en conjunto con otros agentes de socialización
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política, pueden surgir estrategias que redunden en el bienestar de la población y que se
decanten en reflexiones sobre la realidad y las acciones de una comunidad. La multiplicidad de
formas que existen en el mundo moderno para el desarrollo y comunicación óptima en la
sociedad, permite que los procesos de socialización no sean solo concretos, en espacios
construidos y para ciertos fines, sino que con ayuda de la tecnología, estos espacios también sean
trasladados a plataformas que pueden suplir diversas necesidades en el ser.
Ahora las personas, y sobre todo los jóvenes, buscan participar de alguna manera en modos de
socialización dentro y fuera de las redes, pero para esto es necesario el otro, el público, el
auditorio y sus características según el ambiente en que se desenvuelven. La importancia y papel
de los tipos de población (infancias, juventudes, adultos etc.) es la clave para desarrollar modelos
de participación que hacen de los agentes de socialización, esferas y redes que involucran la
reflexión y la crítica recogida de las acciones cotidianas, que transforman los entornos y
muestran de manera más pensante los derechos y deberes emergentes de las mismas redes entre
la colectividad e individuos y sus formas de socializar.
Lavín y Nájera (2003) en “Educación, participación Social Y Conocimiento: Una
Aproximación Desde Los Sujetos”. Se evidencia que este trabajo de investigación, desarrollado
por un grupo de especialistas, pretendió mostrar la validez de generar y producir conocimiento
aún fuera del aula y que esto fuese validado para elaborar elementos de participación que
redundaran en políticas de compromiso genuino frente a la responsabilidad que tiene el sujeto al
incorporar el punto de vista dentro de su comunidad.
Los autores ahondaron en la preocupación de la escasa participación de sus coterráneos y
empujaron a medir este tipo de proceso al convertir en fenómeno en un elemento investigativo.
P á g i n a | 28
El texto trata de concluir las premisas a cerca del estudio con respecto a la relación entre la
educación y su necesidad por ser reconocida como base de la participación de ciudadanos del
común para vincular sus opiniones a la resolución de problemas y circunstancias presentes en su
entorno. Esto es, el conocimiento no es producto de lo que se forma en las instituciones de las
instituciones epistemológicas sino desde lo ontológico, donde la capacidad para proponer y
resolver situaciones se pone en lugar de importancia sobre lo que loa regímenes estatutarios
podrían redactar.
La participación popular entendida desde el sujeto tiene que atenderá una cosmovisión abierta
a un grado de diversidad, al derecho común, para todos. Es la presencia y no la ausencia, es lo
positivo y no lo negativo, lo que predomina en una visión de construcción social participativa.
La identidad constituye el eje articulador de dicha participación. (Lavín y Nájera, 2003, p.
26).
Todo tipo de participación es indispensable para en su desarrollo y reconocimiento. Es por
eso, que visto desde el sujeto, este es un núcleo de significación ya que va más allá de darle
importancia a el material realizable sino más bien, al individuo como constructor de ideas y
aportes a su entorno social conforme a lo que reconoce como aceptable dentro de su cultura. No
tienen que tener los más altos estudios intelectuales, los miembros de una comunidad para
elaborar propuestas de intervención que redunden en la apropiación y construcción de cultura.
Uno de los problemas de la sociedad actual es que traza la definición de conocimiento
designándola a los más intelectuales, lectores y científicos de la época y olvidan que ese saber
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que se adquiere en casa, los hábitos de crianza y los prácticas de supervivencia en el ser, son los
que lo caracterizan dentro de una vida social activa.
No es de pasar por hecho, que al instrumentalizar la escuela se van perdiendo espacios de
diálogo que tanto necesitan los jóvenes y niños de hoy en día. Se muestran clases que aunque con
dinámicas contemporáneas de fondo, siguen siendo ese sistema vertical de enseñanza-
aprendizaje. Es tiempo de dar una oportunidad a la opinión de otros participantes y no solo del
maestro como el portador del saber absoluto.
Aunque a lo largo de las lecturas y estudios de los diferentes textos se han podido evidenciar
dos posiciones generales que tanto una como la otra son de vital importancia para el desarrollo
de este proyecto. Las leyes, las posturas teóricas y los estudios de los aprendizajes y
participación del ciudadano del común, son ejes sustanciales que alimentan el referente teórico
de la propuesta de investigación.
Es con este texto que se llega a reflexionar que los diferentes puntos de vista de los críticos
son válidos en el camino de configurar el proyecto y tener en cuenta la validez desde cada eje de
visión. La educación está en cada espacio de nuestra vida y nuestros educadores son todos y cada
uno de los individuos que transitan en la habitación de este mundo netamente cultural.
Es importante reflexionar en cuanto al nivel en que la educación juega un papel participante
en este tipo de investigaciones para valorar el contexto y el reconocimiento real del individuo y
en qué medida se tienen en cuenta todos los lugares urbanos, rurales y/o populares para
configurar una imagen de ciudad o país.
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2.1.1. Convivencia y participación en comunidad
El trabajo de Bejarano, Rivera, y Sarmiento (2015) titulado “Cultura y convivencia: Un
análisis desde los Imaginarios” se desarrolla con el fin de indagar en la pluralidad cultural de una
institución educativa y a la vez describir el entorno educativo que allí existe, conforme a las
dinámicas de convivencia. Se pretende concebir interrogantes sobre la escuela y su quehacer en
colectividades heterogéneas con el fin de pensar en contenidos culturales y el papel del sujeto en
una sociedad de constante conflicto, a la cual le urge una identidad que se relacione con los
imaginarios en la institución.
Entre los pasos más subyacentes de esta investigación se procuró descubrir las formas
culturales que caracterizan a los jóvenes del colegio, en relación con las normas de convivencia
en contraste con sus procesos culturales y qué tan asertivo es el diseño de estas políticas en
cuanto a la construcción de subjetividad real.
La realización y proceso del producto se asentó en análisis de contenidos en cuanto a las
herramientas de recolección en la perspectiva cuantitativa, con instrumentos de recolección
conforme a este enfoque. Pero, en el transcurso de la aplicación y posibles variables se evidenció
que el trabajo debería ser mixto (cuantitativo-cualitativo), ya que la investigación arrojó
suficiente material para hacer del objeto de estudio algo más recurrente, menos lineal y para
comprender algunas situaciones que se fueron presentando a lo largo de la cotidianidad del grupo
focal. Básicamente se fundamentó en argumentos de estudio de contenido según referentes, con
cargas simbólicas significativas para el estudio de relación, identificación y acción de los sujetos
(uniforme, palabras, espacios funcionales). Una de las actividades fundamentales y que inclina el
trabajo a contenidos significativos para este proyecto, fue la exploración de los componentes en
P á g i n a | 31
análisis de textos, imágenes y hechos, que le permitió a los autores categorizar frente a posibles
patrones en la expresión literaria y artística con respecto a relaciones en la institución, derechos y
normas del manual de Convivencia.
Se pudieron determinar diferentes categorías para agrupar y relacionar los conceptos y así,
responder a una explicación con suficiente contenido significativo para fundamentar la
propuesta. La mirada del contenido de ese trabajo arrojó algunas conclusiones que es importante
mostrar aquí, ya que la clasificación de los resultados encontrados generó descripciones y
categorías que permitió tener un referente conceptual de análisis de la información, donde se
precisaron tres postulados que aportan específicamente a mi proyecto de tesis, con respecto a los
conectores teóricos que allí se contemplan y en procura de reflexionar frente a “la escuela
imaginada, el espacio escolar y poder control y grupos sociales”, que dio prioridad para agrupar
y descomponer los datos cuantitativos en variables teóricas y empíricas que se relacionaban de
manera transversal con la convivencia como categoría central del estudio. Estos conceptos son
claves para identificar las posibles formas de aplicación de la labor de campo y los imaginarios
frente al grupo con el cual se pretende trabajar.
El trabajo de Hernández y Torres (2015) con su tesis “Familia y escuela en la configuración
de la subjetividad política en la infancia desde procesos pedagógicos potenciadores del sentido
crítico”, pretenden abordar desde la escuela, miradas de estudiantes con respecto a su perspectiva
del entorno y posibilidades frente a este, para transformar las circunstancias, teniendo en cuenta
una perspectiva contextual de lo histórico social con estrategias de concepción libre y creativa
con participación activa donde los referentes principales de cultura, estética etc., sean los
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espacios más próximos del niño como la familia y la escuela en la formación de un sujeto
político capaz de expresar su opinión real en circunstancias de participación activa.
La proyección de las autoras es explorar elementos potenciadores que lleven a estudiantes a
reconocer paulatinamente su identidad como agentes de participación y la incidencia que tienen
la familia y la escuela, frente a la construcción de procesos de subjetividad política. Esto,
enlazado con estrategias pedagógicas que fomente el sentido crítico e involucren al educando
con otros y con las nuevas tecnologías como parte de su formación como individuo.
Para trabajar un ejercicio pedagógico desde la escuela y la familia era necesario entender que
estos eran los espacios de mayor concurrencia donde los estudiantes desarrollaban activamente
su personalidad. Por tanto, el método cualitativo fue el más acertado ya que develó el pensar y
sentir de los estudiantes y comprender el trabajo con ellos. Sus perspectivas personales y
posibles construcciones culturales particulares llevaron a la investigación a retomar el concepto
de “patrón cultural” para enfatizarse en la particularidad de los individuos, abordando temas
como lo socio crítico y la transformación social.
El trabajo se enmarca con resultados desde tres categorías generales; la aproximación al
análisis de la configuración del sujeto político infantil desde la relación de los ámbitos familiar y
escolar, la formación política infantil desde el consenso de la relación familia– escuela a partir de
procesos pedagógicos potenciadores del sentido crítico y las interacciones con las nuevas
tecnologías donde surgen estrategias para la configuración de la subjetividad política infantil.
Es de anotar que se prioriza el trabajo en cuanto a las posibilidades de configuración del
sujeto político infantil desde la relación familia – escuela y la tendiente influencia del adulto. Es
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por eso, que la propuesta de Hernández y Torres (2015) permite vislumbrar en este proyecto un
horizonte investigativo desde la perspectiva de la configuración del sujeto político en la infancia
y sus posibilidades de intervención y asociación con el entorno, la escuela y la familia como
parte de la comunidad educativa que se pretenda abordar.
Rodríguez (2010) en “Análisis del pacto de convivencia de la institución educativa Julián
Trujillo del municipio de Trujillo, Valle del Cauca” y como ella lo plantean, en cuanto a una
aproximación al estudio de la configuración de subjetividad desde el escenario escolar. Pretende
identificar las formas de configuración del individuo a partir del pacto de convivencia de la
institución educativa y la relación con las acciones de violencia allí perpetuadas. La autora
aborda el reconocimiento del pacto de convivencia y los procesos inscritos para el manejo de las
dificultades con respecto a la regulación de reglasen la modelación de la subjetividad del
estudiante. Ella enfatiza acerca del uso de los tiempos y espacios establecidos por el manual de
convivencia donde no existen los sujetos activos, sino solo deben ser receptivos y con
dispositivos de control que lo condiciona para ejercer formas determinadas de poder donde, en su
concepto, los educandos son sometidos a partir de normas, leyes, procesos y procedimientos.
Desde la perspectiva hermenéutica, ese trabajo de investigación propone una exploración e
intento por comprender la realidad bajo la alusión de un texto que permite una interpretación de
la realidad social sugerida y dispuesta a múltiples lecturas. Es por eso que se usó el análisis de
contenidos como técnica de investigación para poder realizar inferencias que situaran el producto
de la recolección de información en el método cualitativo, a la par con las teorías de autores
citados.
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Fueron organizados los datos en dos etapas (descriptiva y de segmentación) donde se
establecen y descubren categorías como tiempo, espacio, debido proceso, etc., para llevar toda
esto a unas matrices que generaron la recolección y conclusiones del trabajo de campo.
La tesis muestra:
El pacto de convivencia se convierte en un dispositivo de control que ejerce una
forma determinada de poder, que a su vez configura una subjetividad en donde los
sujetos pasan a ser sometidos a través de normas, leyes, procesos y
procedimientos. (…) El ejercicio de poder, se implementa mediante técnicas
subjetivantes que someten a los individuos: ser un sujeto equivale a estar sujeto o
sometido, en una relación de poder. (Rodríguez, 2010, p.4).
Los hallazgos obtenidos en la investigación se concluyen describiendo las categorías que
surgieron y una serie de subcategorías que llevó el trabajo a un desempeño más exhaustivo del
análisis de la situación objeto de estudio.
Aunque este trabajo permite visualizar las perspectivas a cerca de manual y pacto de
convivencia, es indispensable considerar que el trabajo investigativo no fue en vano ya que
confirma en mi proyecto una preocupación preponderante a cerca de los manuales de normas
como elementos de instrumentalización y no como canal de relaciones y reciprocidad social.
El informe de investigación que presentan Chavarro y Pérez (2014) intenta establecer si las
prácticas pedagógicas de una institución educativa son inclusivas y favorecen la construcción de
la emancipación. Para tal estudio, se tuvo en cuenta conceptos de la Pedagogía Critica expuestos
por teóricos como Giroux y Freire. Los autores se interesaron por identificar si en la cotidianidad
de la escuela primaria se propicia el diálogo y qué papel desempeñan los estudiantes, analizando
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el concepto de inclusión desde la perspectiva de los docentes del grado segundo y desarrollando
un espacio de reflexión y análisis con los educandos, que fortaleciese las prácticas inclusivas
para finalmente, establecer si las experiencias pedagógicas favorecen o no la emancipación.
Para propiciar una crítica a las prácticas de la institución, el estudio se decantó por medio del
modelo cualitativo de corte etnográfico que permitió visualizar las diferentes dinámicas
educativas que se dan en el ámbito escolar, haciendo un análisis de las acciones de inclusión, los
saberes socioculturales y los pensamientos de los docentes dentro de la institución. También se
propiciaron espacios para reconocer las percepciones de los estudiantes a cargo de esos docentes
e identificar si las prácticas pedagógicas que implementa la institución, propician la participación
en el aula. Se rastrearon las distintas formas en las que los integrantes de la comunidad educativa
responden a los intereses y necesidades culturales presentes dentro del contexto escolar.
Se usaron entrevistas a docentes, estudiantes y directivos para realizar el primer acercamiento
a la institución escolar donde se consultó si se tiene en cuenta la participación en el desarrollo
pedagógico por medio de manifestaciones de libertad y como parte de la transformación social,
que propicien la construcción de soportes para la emancipación y a la inclusión.
Entre los postulados de los autores frente a la determinación de su trabajo y síntesis teórica,
resultado de su propuesta, pudieron determinar diferentes tendientes dentro de la escuela y
posibles abordajes que debe tener la institución educativa para ser más incluyente en un ambiente
de libertad y emancipación.
Se dieron cuenta que los docentes de la institución implementan metodologías tradicionales,
enfocadas en currículos y prácticas obsoletas que en nada benefician y que tiende a crear un ideal
de estudiante sujeto a normas y lineamientos que se deben coordinar con el fin de moldear sin
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derecho a la opinión personal. Es así, que manejan un discurso basado en la instrucción a través
de acciones imperativas de orden y cumplimiento.
Sobre el ideal de estudiante en la institución, se observó que no se establecen diálogos de
participación activa y el libre desarrollo de la personalidad, sino que se rige en una sola dirección
(adulto a estudiante). A partir del análisis de esa investigación, se pudo deducir que el docente debe
discernir que las instituciones educativas están abiertas a incluir la diversidad, y que se deben propiciar
espacios para escuchar, crear escenarios para construir ideas y permitir transformar la realidad a partir del
papel activo que el individuo tiene dentro de la sociedad.
Los investigadores sugirieron un método aplicativo con respecto a la inclusión y sus prácticas
emancipadoras dentro de los espacios de estudio y recreación donde presentaron la necesidad de
implementar un currículo flexible para promover una educación participativa, autónoma, que
involucre a la sociedad y a los docentes, dando respuesta a las necesidades culturales, personales,
favoreciendo a un individuo crítico, reflexivo que contribuya a una sociedad democrática.
Comúnmente no se tienen en cuenta la estructura personal, familiar y cultural que rodean al
estudiante por eso, es relevante anotar que muchos de los conocimientos previos con los que
llegan los niños y niñas vienen de su entorno familiar. Los autores sugieren que es necesario
trabajar con esa diversidad para impartir de ahí la construcción de conocimientos y que la
comunicación en la educación sea herramienta vital para permitir que el aprendizaje sea
significativo y trascendente.
El trabajo pretende hacer un llamado a los docentes en general, y mostrar que las prácticas
pedagógicas no llegan a ser completamente inclusivas a causa de la enseñanza tradicional que
concibe únicamente al maestro como el portador del conocimiento y las reglas de disciplina.
P á g i n a | 37
Con Cifuentes (2015) en “Escuela y Familia: Los actores del proceso educativo en el contexto
de la crisis escolar actual”, se proponen imaginarios que tejen diferentes espacios de
socialización, trascendentales en el desarrollo y formación de los niños, niñas y jóvenes de
nuestra sociedad y cómo la escuela se ha convertido en un escenario de crisis, en donde cada
actor busca un lugar que pretende transformar por medio de la realidad en la que converge. La
propuesta se dispuso a intervenir con respecto a la búsqueda de las narrativas de los actores, en
ese caso estudiantes, madres, padres de familia y profesores escudriñando esas representaciones
que a diario acompañan no solo sus discursos, sino sus diferentes formas de manifestarse.
Como generalidad, el proyecto intenta establecer en el contexto de la crisis escolar actual, las
representaciones sociales acerca de la vida escolar y sus procesos, anclados en la perspectiva
social de estudiantes, profesores y padres de familia de un colegio distrital de la ciudad de
Bogotá. Se parte de determinar las representaciones del mundo en los jóvenes estudiantes y
docentes para también reconocer las imágenes tradicionalistas de los padres de familia con
respecto a esa esfera institucional.
La metodología que aplicó la autora de ese proyecto se inscribe en una investigación de tipo
cualitativa con enfoque etnográfico para buscar en las narrativas de los actores, en este caso
estudiantes, madres y padres de familia y profesores; las representaciones sociales que a diario
acompañan sus discursos y las diferentes formas de manifestarse frente a esa realidad que viven
en el contexto de la crisis escolar, para determinar sus percepciones frente al proceso educativo.
Se manejó el análisis en tablas de datos a partir de encuestas semiestructurada que arrojaron
información con valores significativos para las evidencias del estudio y poder determinar la
medida en que la comunidad educativa en general participa en espacios reales de socialización.
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Entre las prioridades a exponer con respecto a las conclusiones determinadas en el proyecto,
es evidente que las voces de cada uno de los participantes en la propuesta fueron un contenido
relevante, ya que se pudieron contar experiencias tal vez inesperadas donde se escucharon
perspectivas de estudiantes que dicen que asisten a la escuela porque están motivados por
aprender, por descubrir cosas nuevas, por hacer cosas diferentes a las de su cotidianidad, ya que
piensan en un futuro laboral y profesional también motivados por sus familias. Asimismo, se
pudo encontrar la decadencia de la institución escolar, con un buen porcentaje de estudiantes
menos favorecidos, cansados del sistema educativo y desmotivados por el conocimiento
impartido en las aulas, lejano de su cultura familiar y social con disciplinas impuestas por el
mismo sistema.
Una escuela ideal para los estudiantes, es aquella en la que ellos puedan vivenciar a partir de
la práctica, el saber adquirido con sus maestros, porque es con ellos y el conocimiento que
pueden impartir, desde donde se pueden crear otros mundos posibles de exploración y
creatividad pertinente al contexto.
La crisis escolar en varios establecimientos educativos, se caracteriza por no tener políticas
institucionales concretas porque se desconocen las rutas de desempeño y atención y los
documentos que identifican cada colegio con su particularidad social, transdisciplinar y de
contexto. Todo esto lleva a que el quehacer del docente este determinado según su propio criterio
como sugiere Cifuentes (2015).
La crisis escolar actual se ve reflejada, en todos los aspectos de la cotidianidad de la escuela:
la relación entre pares, la desmotivación de los profesores en relación con el poco
reconocimiento a su profesión, la falta de formación en valores en los estudiantes, la indisciplina
en las aulas, la violencia en las relaciones interpersonales a la hora de solucionar un conflicto, los
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estudiantes que no se adaptan al sistema, los que fomentan las violencia e indisponen tanto a
compañeros como a profesores, entre otras, que convergen en el desinterés por mejorar, innovar,
transformar las practicas pedagógicas.
Es urgente trazar caminos de comunicación asertiva con un horizonte que contextualice la
realidad y necesidades, tanto de los estudiantes como de sus familias y que impacte en la
comunidad para transformar el contexto y dar solución a las problemáticas cotidianas.
Con estas bases, el proyecto tendrá su centro en el campo de la socialización política, con una
perspectiva comunitaria donde se pretende abordar teorías y dinámicas que funden las bases de
una propuesta concreta de habilidades éticas como el cuidado y la corresponsabilidad.
2.1.2. Ética del cuidado y buen vivir
La perspectiva de Mikán (2016) en su tesis de maestría “Estudiando, Cuidando y Parchando”.
Estrategia política y pedagógica, basada en la Ética del Cuidado como educación para el
posconflicto”, se basa en las variables del cuidado de sí, del otro y de las palabras. Intenta
promover el desarrollo de habilidades y competencias ciudadanas en la comunidad objeto de
estudio y busca mejorar el ambiente escolar con la implementación y fortalecimiento de prácticas
orientadas en la Ética del Cuidado, identificando el conjunto de condiciones que pueda favorecer
este tipo de experiencias en la escuela, en el marco del posconflicto colombiano, generando
ambientes para mejorar la convivencia.
El estudio de las relaciones interpersonales dentro de la institución identificó dinámicas que se
tejen en la cotidianidad a partir de encuentro de subjetividades que atienden a un objetivo común.
Se realizó una propuesta que rescatara la voz de todos los miembros de la comunidad educativa,
como base para direccionar el quehacer pedagógico en términos del cuidado.
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La estrategia se implementó por medio de “dinámicas que permitieran la expresión,
liberación y empoderamiento de los sujetos a través de la palabra” (Mikán, 2016), asumiendo el
rol de ciudadanos y defendiendo el derecho a informar y ser informado, a ser escuchado y a crear
escenarios de encuentro donde los miembros de la comunidad educativa manifestaron sus voces
y el valor de estas con respecto a la resolución pacífica de conflictos.
Las relaciones interpersonales fueron el derrotero para rescatar el valor de la palabra y para la
reconstrucción del “yo” reflejado en el trato con los otros, a través del diálogo a conciencia y sin
represiones. Esto buscó reflexionar acerca de la importancia del sujeto frente al ser y el saber ser,
por medio de la práctica pedagógica, teniendo en cuenta que la escuela es un espacio de
encuentro cultural, emocional, ético y moral que ha adquirido un lugar preponderante en la
formación del sujeto. Es por eso, que la autora considera que la convivencia es clave en términos
afectivos y que no se desvirtúe la importancia de generar ambientes educativos agradables que
pierdan de vista lo humano, para que se propicien vínculos de confianza y compromiso entre los
individuos participantes en el sistema educativo.
En cumplimiento de esas reflexiones, la propuesta se centró en identificar los componentes
estructurales que determinan el conjunto de condiciones que favorecen en la escuela el desarrollo
de prácticas del cuidado de sí y del otro, e implementar una estrategia pedagógica que permitiera
utilizar el conocimiento adquirido, en la transformación de ambientes escolares propicios para
una mejor convivencia en el contexto del postconflicto por medio del fortalecimiento de los
vínculos de confianza y seguridad entre los miembros de la comunidad, a través de su
participación en el desarrollo de diferentes actividades en aras de promover las capacidades de
atención e interés por sí mismos y por los demás. También se pretendió incidir positivamente en
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la convivencia institucional, por medio de acuerdos con la comunidad educativa, basados en
prácticas de autocuidado, cuidado del otro, respeto y cuidado de la palabra. Mikán (2016)
El proyecto tiene un enfoque desde la perspectiva IA (Investigación-Acción) basada en
autores como John Eliot, que dio oportunidad a la investigadora de realizar al mismo tiempo, su
papel docente en su contexto de acción, ya que este tipo de metodología expresó la
fundamentación general que se siguió durante el proceso de indagación y buscó rescatar en el
proyecto, el rol del docente como investigador de las realidades y necesidades del medio donde
se desempeña.
La Investigación-Acción dio ocasión a examinar la acción social desde la puesta de los
individuos como protagonistas de su contexto para dar importancia a su participación, sin tener
en cuenta los parámetros institucionales que puedan moldear sus conductas y les digan lo que
debe ser correcto para desde allí, reevaluar los conceptos y prácticas más acordes con el
ambiente en que se tejen.
El proceso se apoyó en un carácter etnográfico, para la fase de recolección de datos, que
permitió evidenciar la relación entre la intencionalidad de la investigadora y los resultados de sus
acciones en el momento de manejar información sobre los estudiantes y sus contextos a partir de
circunstancias cotidianas y generadas, en un espacio de diálogo, usando entrevistas y registros de
observación que se decantaron con matrices y gráficas de tabulación para describir e interpretar
la información de manera más precisa.
Entre los aciertos y respuesta a la formulación de la propuesta se muestra la sensibilización a
la comunidad educativa en la apropiación de las prácticas cotidianas, basadas en principios de
cuidado, autogobierno, empatía y el cuidado de lo público, teniendo como centro del logro, la
respuesta trascendente en cuanto al cuidado de la palabra, que impone su presencia como
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posibilidad de encuentro, resistencia y mediación en el escenario educativo y en la cual se
decidió centrar el interés en la fase de su implementación, ya que difuminó varias experiencias y
expectativas que mostrarían el camino por el cual el proyecto tendría su mayor fortaleza.
Es importante anotar los componentes estructurales que en teoría y con respecto a la práctica
investigativa, se identificaron frente a las prácticas del cuidado de sí y del otro como generadoras
de ambientes escolares de mejor convivencia en el marco del posconflicto. Por eso aquí se
pretende dar una mirada al proyecto, en cuanto al desafío de poner a hablar a la comunidad
educativa en términos de cuidado y la posible reconciliación con asuntos de conflictos,
personales, institucionales y sociales. También la autora creo una herramienta basada en un
espacio virtual con el ánimo de generar posibilidades de diálogo sobre el cuidado en la
institución y fuera de ella.
Tender a una cultura de la ética del cuidado requiere del conocimiento y la apropiación de los
principios establecidos para tal fin ya que, debe trascender tanto en la institución como en cada
miembro que la integra. A medida que cada persona se apropie de esos principios, logrará
impactar positivamente a la comunidad en la cual se desenvuelve si reflexiona frente al
reconocimiento del otro como parte constitutiva de la construcción del yo y dando importancia a
los acuerdos institucionales como derroteros de las prácticas del cuidado, en la medida en que
todos sean parte de su andamiaje. Pero el trabajo debe ser de doble vía para que arroje resultados
significativos y Mikán lo madura proponiendo que la ética del cuidado tenga un alcance como
política pública educativa para que sea tomado de manera más seria y responsable por parte de
las entidades estatales, académicas y sociales, ya que es precisamente en el cuidado, donde se
halla la clave de la interacción humana y donde el sujeto no debe pesar únicamente en sí mismo
sino en su circunstancia de ser social.
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La tesis doctoral de Irene Comins en la Universidad Jaumet España en el año 2003 llamada
“La Ética del cuidado como educación para la paz”, fomenta la importancia del cuidado, la
dulzura y el amor como prácticas sociales de regulación pacífica de conflictos desde la
reconstrucción normativa de habilidades para el respeto, la ternura y la preocupación por los
demás en el marco de una Cultura para la Paz y el intento por incluir, en el diseño curricular, una
educación en el cuidado y la preocupación por los demás desde una propuesta educativa que
constituya de manera integral las perspectivas para plantear y resolver conflictos entre los seres
humanos.
La metodología usada en esta tesis se define con el modelo Filosófico, que tiene como
objetivo reconstruir las posibilidades o competencias humanas para la paz; en otras palabras,
reconstruir la competencia humana para el cuidado y la preocupación por los demás como
prácticas sociales de regulación pacífica de conflictos. Tiene que ver con focalizar nuestras
investigaciones en la paz y no en la guerra.
Comins piensa en una educación en la afectividad y el compromiso con los demás para
atender los problemas prácticos de las personas, transformando su acción en apoyo veraz y en la
construcción de una cultura para la paz. También plantea algunas propuestas prácticas de
educación en la ética del cuidado como la utilización de textos en forma de narración novelada,
para determinar la importancia de la literatura como recurso que contempla ejemplos y
profundiza en la dimensión moral y emocional de los seres humanos y la educación tanto en un
pensamiento crítico como imaginativo, para promover en el aula un ambiente de justicia y
cuidado en la resolución de dilemas morales.
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Es indispensable anotar la función de la imaginación como elemento clave para la existencia
de un auténtico pensamiento crítico y alternativo de la sociedad que promueva la creación de un
ambiente que facilite la aparición de actitudes de atención y cuidado entre estudiantes y docentes
para estimular el desarrollo moral.
La Ética del Cuidado por su parte, contextualiza y analiza cada situación a la luz de
sentimientos del cuidado de sí y la preocupación por los demás. El cuidado no es fruto ni de un
convencionalismo social ni de un intento de ser aceptado, sino de la propia voluntad y
consideración de la situación moral. Además, un aporte trascendental de la ética del cuidado se
plasma en que el sujeto no se queda en la preocupación por los demás, como ha ocurrido en la
historia del género femenino, sino que tiene su punto de partida en el cuidado de sí. (Comins,
2003).
Los diversos hallazgos y aportes de esta tesis doctoral se pueden enunciar en principio desde
la importancia del cuidado para la construcción de una Cultura para la Paz donde la autora
concluye que existe poca teorización sobre el cuidado ya que muchas veces se realiza desde otras
disciplinas.
La esperanza del trabajo fue aportar y profundizar en el cuidado como valor humano
imprescindible para una convivencia más pacífica que va más allá de roles de género y que
reconstruya las aportaciones de la ética del cuidado a la formación de una cultura para la paz y
del otro.
El eje fue la contextualización de la ética del cuidado como una aportación a la construcción
de una Cultura para la Paz donde se planteó el estado de la cuestión, se definió el concepto de
cultura para la paz y se planteó la posibilidad de una educación para la paz. Se evidenció cómo el
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cuidado es un elemento motivador para la participación desde la educación del carácter y la
educación en el desarrollo del juicio moral.
El rastreo y propuesta que realizan León, Russi, Cruz y Bernal (2013) en “Ética del cuidado:
una propuesta para la convivencia escolar”, posibilita abordar la convivencia como una manera
de generar alternativas para fortalecer los vínculos afectivos entre los miembros de la comunidad
educativa a través de categorías como interdependencia, responsabilidad de cuidar, confianza,
diálogo y continuidad.
El interés se centra en realizar un aporte de sentido a la convivencia que aporte algunos
lineamientos teóricos que fundamenten la nueva apuesta ética de una institución, donde se
evidencien los aspectos que determinan realmente la convivencia, aprovechando la experiencia
de cada uno de los actores en la comunidad educativa.
El objetivo principal fue proponer algunos lineamientos y acciones que cualifiquen la
vivencia de la Ética del Cuidado, debido a la decisión institucional de asumirla en el marco de la
convivencia escolar, como un aspecto diferenciador y con la posibilidad de intervenir en una
reforma curricular, en el espacio mismo de la convivencia escolar.
La idea fue plantear una propuesta de convivencia escolar a partir de un diagnóstico conforme
a la Ética del Cuidado, con el fin de establecer un estudio de las prácticas y de los documentos
que fundamentarían la convivencia escolar en la institución que fue objeto de estudio. Lo
anterior, posibilitaría plantear una propuesta para que la institución cualifique la convivencia
escolar, y por otro lado, permita generar aportes a otros saberes a abordar en este sentido.
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También se propuso identificar la percepción de la convivencia tanto en docentes como en
estudiantes para determinar, qué percepciones e imaginarios tienen acerca de las prácticas de
convivencia escolar en el colegio.
Cuando se miraron los aspectos de la convivencia a la luz de la Ética del Cuidado, en las
prácticas de los profesores y estudiantes, y si eran susceptibles de cualificarse, se plantea
determinar en qué medida las prácticas escolares se reducen únicamente a lo académico y a partir
de ello, diseñar una propuesta de convivencia escolar que favorezca la dinamización de la misma
en la comunidad educativa.
La propuesta pretendió articular los fundamentos, con las prácticas y los mecanismos que el
colegio emplea para que la convivencia sea efectivamente pacífica y en la que todos sus
miembros logren relaciones sanas y de respeto, para lograr vincular las categorías que se
proponen desde la articulación institucional.
Lo anterior se desarrolla a partir de un enfoque de investigación cualitativo, para el estudio de
la realidad en su contexto natural teniendo en cuenta la implicación que tienen las personas
dentro de este enfoque. El punto principal era determinar la selección de la población, fuentes de
información, categorías teóricas que guiaron la elaboración del instrumento de recolección de
información, y las estrategias de comprensión e interpretación de información. Ese tipo de
investigación permitió el abordaje de categorías que aportaron un orden conceptual en el ámbito
de la investigación y facilitó la comunicación con la comunidad investigadora.
La aplicación del enfoque cualitativo llevó a delimitar una unidad de análisis en la entidad
educativa, y en particular estudiar una cualidad específica; la convivencia escolar en relación con
la Ética del Cuidado. Con el estudio que se realizó, se buscó especificar cómo se perciben la
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convivencia y cada una de las prácticas asociadas a las distintas categorías de análisis que
propone la Ética del Cuidado.
El desarrollo de los resultados que arrojó la investigación se pueden definir en hallazgos y
posibles recomendaciones de los aspectos relevantes que se encontraron para optimizar el diseño
de una propuesta de convivencia en el marco de la Ética del Cuidado con aspectos como la
demanda en la participación activa de todos los miembros de la institución educativa para asumir
el riesgo de replantear el sentido de la convivencia escolar y su relación con el Proyecto
Educativo Institucional.
En este sentido, se sugirió la revisión del documento (manual de convivencia) que
fundamenta la convivencia escolar en el colegio para articular los programas que están en
relación con dicho proceso y que las prácticas en la convivencia escolar, estén vinculadas a
relevancia en torno al cuidado de los demás donde se favorezca una mirada horizontal de las
prácticas del cuidado.
El propio cuidado es el punto de partida en la propuesta de la convivencia escolar, por cuanto,
cualquier decisión y esfuerzo que se haga en esta dirección, contribuye a una real
fundamentación entorno a la vivencia y a sensibilizar, capacitar y retroalimentar a los adultos del
colegio en la necesidad de fortalecer el ejercicio de la Ética del Cuidado, como fundamento de la
convivencia escolar para aterrizar en la hipótesis de formar desde “adentro” hacia “afuera”, en un
trabajo en torno al ser de la persona y el reconocimiento del otro.
En la medida en que cada uno descubra en su individualidad aquello que nos acerca a los
demás, la Ética del Cuidado ganará espacios de sentido en la convivencia escolar. Así la apuesta
institucional, es una apuesta que implica un cambio en las prácticas de acompañamiento y
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seguimiento de los procesos de convivencia (evidentes en los resultados obtenidos en este
estudio), y que tiene sus inicios en la primera etapa de la propuesta.
Formar para la vida, no es posible en escenarios de control y vigilancia. La vida en tanto es
una oportunidad para alcanzar felicidad, y en ella espacios de sentido, demanda de la Escuela,
una mirada que propenda por el cuidado. El mayor desafío que se plantea la convivencia escolar
es el cuidado por la vida y en ella, el cuidado por las “ganas de vivir”, a partir del
reconocimiento de lo humano en todas las esferas que plantea la cotidianidad. (León, et al.,
2013).
En “Propuesta de gestión educativa para el Colegio Distrital Ciudad de Villavicencio IED,
desde las perspectiva de la Ética del Cuidado de Sí”; Bojacá y Robayo (2009), se embarcaron en
la realización de un proyecto pedagógica que gestionara y fomentara el valor de lo público desde
las teorías y prácticas de la Ética del Cuidado de sí, donde invitan a la escuela en general, a
concebir opciones que redunden en el desarrollo de prácticas que fomenten la conciencia desde
el reconocimiento de sí y del otro, en tanto que el ambiente escolar debe ser una columna
elemental donde se construyan las relaciones sociales para humanizar y mejorar el clima
institucional.
Para este propósito existieron ciertas etapas que fueron cristalizando el pleno desarrollo de la
propuesta, desde la búsqueda sobre la existencia de algunas prácticas de la ética del cuidado,
pasando por las implicaciones en la falta de estas prácticas, hasta llegar a la propuesta en sí, de
donde emergería un resultado satisfactorio y un instrumento aplicable que la institución pudiese
tener en cuenta en las experiencias cotidianas.
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Los autores prefirieron abordar herramientas que se amoldaran a su perspectiva de trabajo de
tal manera que lo pudiesen relacionar con el objeto principal de su idea investigativa y que
posibilitara la formulación de la propuesta. Es así que se enfocaron en un método cualitativo –
interpretativo caracterizado desde el énfasis que se hace a la aplicación en técnicas de
descripción, clasificación y explicación.
En el texto se proponen teorías que aportan tres eslabones en el sustento investigativo (el
paradigma de investigación, el tipo de investigación y la propuesta de gestión), para que sean
decantados en los instrumentos de recolección puestos en tela de juicio desde los espacios del
proceso de indagación, la formulación de la propuesta, fases de Exploración, Información,
Elección de herramientas, contextualización, Fase de Muestreo, Análisis de Datos y Evaluación.
En este entramado de posibilidades “se aplican entrevistas a estudiantes, padres, docentes y
administrativos, arrojando resultados y contenidos que se convierten en material meritorio y que
validan ampliamente las propuesta de gestión escolar, no sólo para el colegio objeto de la
investigación sino para cualquier otra institución educativa que comparta condiciones similares y
que, según la experiencia profesional de los investigadores, se evidencia en la amplia red de
colegios distritales de Bogotá”. (Bojacá y Robayo, 2009)
El orden al abordar esta propuesta se determinó en algunas fases, que organizaron el
cronograma de lo previsto para el trabajo de campo:
Fase de exploración: La cual se dio a través de la observación de la realidad institucional.
Fase de información: Donde se sensibilizó al grupo focal frente a las metas y propósitos del
proyecto de investigación, con el fin de que la comunidad educativa adopte la propuesta.
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Fase elección de herramientas: Donde se eligieron y aplicaron las técnicas de recolección de
datos, como la encuesta y la entrevista de profundidad dirigida.
Fase de contextualización: allí se determinó la incidencia del nivel socio económico y cultural
que priman en el entorno de la institución.
Fase de muestreo: esta fase tiende a buscar que cada integrante del grupo focal esté dentro de
la probabilidad de ser seleccionado para ser encuestado en un alto nivel de confiabilidad de los
resultados por obtener.
Fase de análisis de datos: organizar la información en tablas de tabulación para establecer
conclusiones que resuelvan los fines del proyecto con respecto a la Ética del Cuidado de Sí.
El diseño y presentación de la “Propuesta de Gestión” del proyecto, tuvo como punto de
partida la aplicación en la realidad de la escuela, teniendo como principio clave la Ética del
Cuidado, en aras de incidir en todo el entramado social y cultural del individuo.
Al redactar el texto final, se pudo definir que el fundamento de la ética, es cuidar de sí y a la
vez preocuparse por los demás, definiendo que quien se cuida de manera adecuada, generalmente
adquiere la capacidad de inquietarse por los demás.
Es por eso, que el fundamento político inicia en la preservación de lo humano y que la
definición de lo público es el cuidado de sí en la constitución de una ciudadanía que soporte
“sujetos consolidados en su autoestima y que lideren con creatividad y transparencia
transformaciones de calidad tanto a nivel de una convivencia humanizante como de mejores
desempeños a nivel intelectual”. (Bojacá y Robayo, 2009)
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El arduo trabajo de los autores llevó a entender la esencia de la teoría de la Ética del cuidado
de Sí con respecto a la transversalidad de su proyecto. Esta teoría fue el ítem central de toda la
experiencia, a tal punto, que se definió como una herramienta para abordar los índices de
violencia en instituciones educativas y entender el concepto de lo público, a partir de un
compromiso por la administración de los recursos que benefician al individuo.
El proyecto motiva a contemplar un horizonte con respecto a la ética del cuidado y los
posibles autores a trabajar (Gilligan y Noddings), así como la reflexión de ir más allá de la norma
y focalizar la mirada en generar propuestas que priorice la ayuda cooperativa y el crecimiento
personal a partir de ella.
P á g i n a | 52
3. Marco Teórico
La perspectiva subyacente de este apartado, es colocar el problema de investigación en el
centro de un entramado de teorías que ayude a delimitar cada una de las nociones que se plantean
para argumentar, con el uso de bases coherentes, la conexión que existe entre los descriptores y
la categoría principal, en aras de generar variables con respecto al tema.
Esta estructura reconoce postulados específicos que configuran la definición de cada uno de
los conceptos, desde la formación de la noción de socialización política hasta el desarrollo de
prácticas comunitarias para el buen vivir, pasando por la participación, la convivencia y la ética
del cuidado. Es aquí desde donde se pretende profundizar y evidenciar la importancia de diversa
teorías y su aporte especifico con respecto al tema. Cada autor examina y expone su propuesta
desde miradas específicas y discute contenidos que son de suma importancia para esta
estructuración en particular.
Es de anotar, que la configuración del presente análisis se plantea desde el concepto de
socialización política y las diferentes formas de definición y uso frente a las representaciones
cotidianas y académicas que se tejen en el recorrido de este trabajo. Por eso, es necesario integrar
los postulados de manera coherente y con jerarquías específicas, conforme a la línea que se
pretende desarrollar, para el descubrimiento de una investigación donde emerjan justificaciones
relacionadas con el campo comunicación-educación y se denote el desarrollo del mismo dentro
de la construcción de colectividades más humanas y participativas.
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A partir de una categoría general se desglosarán dos descriptores principales: convivencia y
participación en la comunidad, y ética del cuidado y buen vivir en la comunidad, que hacen el
papel de configuradores de la temática planteada para intentar resolver el problema de
investigación. Desde esos descriptores es importante relacionar algunas intenciones de sentido
que se determinen como los derroteros que formarán el campo conceptual sobre el cual se desea
trabajar.
3.1. Desde la perspectiva de Socialización Política
Para tratar de definir la noción de socialización política con respecto a procesos participativos
comunitarios, es indispensable remitirnos a los principios de la construcción de la misma desde
los postulados de corrientes como el interaccionismo simbólico donde se prioriza una acción
comunicativa a través de la cual las sociedades participan y dan sentido a los acontecimientos
que las rodean.
Es así que la definición de George Mead articula de manera muy precisa los inicios de este
entramado teórico, ya que es ese self social que él nombra, el que permite que el individuo auto
reflexione acerca de su lugar en el mundo y así mismo actúe activamente en la sociedad desde la
significación que le da a los comportamientos de los otros y los suyos propios.
Mead propuso que el sentido de sí mismo/a se va moldeando a partir de las
perspectivas particulares de otros miembros de grupos sociales cercanos así como
desde la perspectiva generalizada de la comunidad social a la cual se pertenece.
Esto es, el individuo se experimenta a sí mismo a partir de las perspectivas de los
otros concretos como de un “otro generalizado”. Con lo cual está considerando la
diversidad de expectativas de comportamiento pero que operan a partir de cierta
idea de un todo social. (Tomasini, 2010, p.142)
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El sujeto tiene la capacidad de reconocer su identidad y objetivar lo que es con respecto a lo
que conoce, haciendo uso del lenguaje y las formas de expresión social. El cimiento que pondera
este andamiaje, está basado en el concepto de comunicación como una forma holística de
comprensión del mundo donde cada una de las partes están conectadas constantemente y a la vez
se relacionan con otros sucesos que producen más significaciones e involucran lo ya construido
con respecto a cada etapa de la percepción humana. En este caso se usa la perspectiva integral en
el estudio de una realidad.
La capacidad del ser humano para hacerse consciente frente a lo que representa en una
sociedad y cuál es su participación dentro de ella, es la herramienta que le permite interpretar el
mundo desde su postura dentro de él y su reconocimiento de lo social en cuanto a los roles que se
mantienen dentro de los espacios culturales, las actitudes de sus integrantes y la transformación
de estos espacios.
En principio, se intenta argumentar una perspectiva de socialización política que desentrañe
las acciones de los individuos como agentes participativos de su formación, en cuanto a las
representaciones que ellos tienen a partir de un constructo histórico derivado de acciones
predispuestas por raíces culturales para dinamizar sus propias realidades y actuar en la
comunidad.
Desde un análisis humano y antropológico del concepto, Alvarado, Ospina y García (2012),
proponen trazarlo desde la historia cultural a partir de la transmisión de costumbres y
cotidianidades desde:
P á g i n a | 55
Lo tradicional pasando por la sociología como la que define a las personas desde
los contextos propios de su entorno. “La socialización política es, en realidad, una
parte de esa adaptación. Por su intermedio, los miembros de una sociedad hacen
propios los principios, normas, valores y modelos de comportamiento, vigentes
para la vida política de su sociedad. (Alvarado, et al., 2012, p. 245).
El sujeto se transforma a medida que interactúa con un todo social y se va construyendo no
solo con acciones cotidianas, sino desde principios históricos que hacen de él un eje que puede
ser concebido como el nuevo punto de partida para la generación de sociedades autónomas que
representen el sentido de sus saberes y conceptos en ideas que puedan ser instauradas como
trastoques de nuevas realidades.
Tanto en la corriente filosófica que participa Mead (s.f) como en las propuestas actuales de
Alvarado y aunque en el primero no se integren de forma explícita escenarios socioculturales y
acciones políticas como postulados, es preciso designar que el sujeto con sus saberes y
concepción de la realidad, es aquel en quien se confía la carga histórica de la construcción de un
mundo social que se haya determinado por valores y estándares de conducta que determinan una
posición frente a procesos de participación y al cuestionamiento de para qué estamos en la tierra.
El ser construye su historia desde su nacimiento, y su historia social, desde la infancia, desde
una familia, pasando por la escuela hasta las demás instituciones que lo hacen activo en su
entorno. Pero, ¿quién más perceptible que un sujeto en su infancia? Como se diría en lenguaje
coloquial, el niño es una esponja que absorbe todo lo que se teje a su alrededor y es ese entorno
al cual él está vinculado, el que forma su personalidad y su manera de ver la realidad.
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Algo de esto está esbozado en Berger y Luckman (1994): cuando retoman algunas categorías
de Mead para formular su planteo en torno a la socialización. Se centran en que la absorción del
mundo que realiza el infante en su relación con sus “otros cercanos” está depurada por actitudes
y esto depende tanto de su ubicación en la escala social como de biografías. Los autores
sostienen:
El niño de clase baja no solo absorbe el mundo social en una perspectiva de clase
baja, sino que lo absorbe con la coloración idiosincrática que le han dado sus
padres (o cualquier otro individuo encargado de su socialización primaria). Berger
y Luckman (citados en Tomasini, 2010, p.150)
Todo el andamiaje social de un ser humano está constituido por miembros, acciones y
disposiciones de espacio que se encuentran a su alrededor. Es por eso, que los elementos
inmediatos son los que van configurando su subjetividad a medida que este se involucra a
profundidad con los roles que percibe a su alrededor y con los cuales interactúa constantemente
para participar de acciones y expresiones como ser individual frente a un contexto donde
desarrolla un papel de reparto paralelo al protagonismo que él mismo le quiera dar a una
situación dada en cualquier instante de su vida.
El individuo toma lo que favorece a sus necesidades, físicas, intelectuales, psicológicas y
experienciales, para formar de sí mismo lo que podría llamarse una personalidad en continuo
desarrollo y perfeccionamiento. “Así el niño y la niña van aprendiendo y expresando lo que su
medio familiar cultural les ofreció, todo lo que ellos hacen es expresión de quienes han
interactuado con ellos educándolos”. (Díaz, 2001, p. 2)
P á g i n a | 57
Es posible dar razón a Álvaro Díaz para tratar de entender que es desde el niño y la niña que
se van evidenciando las formas de socialización, ellos cuentan con un entorno que los inicia
como prospectos de sujetos socializados y socializadores, sin esos agentes de socialización
postulados inicialmente por George Rocher (1990) sería imposible definir una construcción de
subjetividad decantada de los procesos de socialización iniciales y de los respectivos miembros
de este constructo.
Como ya se ha planteado, el proceso de socialización, no es solo una relación de transmisión
de saberes en un conjunto de conceptos que puedan determinar una personalidad, sino que el
trabajo es dinámico en cuanto a la potencia que emerge de la construcción de nuevos tejidos
sociales frente a lo que los niños y jóvenes vislumbran como su propio mundo. Esto es, ellos ven
de cierta forma la interacción de sus agentes de socialización y de esta manera filtran lo que en
realidad va formándolos como seres sociales y con una posición política frente a
cuestionamientos en la actualidad.
Agentes de socialización primaria como la familia, la escuela, los pares y aún los medios de
comunicación, determinan el camino de la personalidad. La autoridad, el amor, la disciplina y el
manejo de roles hace del individuo en formación se identifique con lo que debe ser referente para
su desenvolvimiento en la sociedad. Los principios que allí se transmiten, se desplazan en forma
de nuevos sujetos con expectativas y visiones determinantes y diferentes. Y agentes secundarios
como los grupos sociales, instituciones de trabajo o doctrinales y los medios de comunicación
determinan el desarrollo de propuestas que involucran la transformación y aporte significativo en
la construcción de tejido social que hacen reflexionar acerca de una preocupación y
posicionamiento en acciones de intervención política con alcances de opinión propia y liderazgo.
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La socialización primaria finaliza cuando el concepto de otro generalizado se
ha establecido en la conciencia del individuo. A esta altura ya es miembro
efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo. Pero
esta internalización de la sociedad, la identidad y la realidad no se resuelven así
como así. La socialización nunca es total, y nunca termina…La socialización
secundaria es la internalización de "submundos" institucionales o basados sobre
instituciones. Su alcance y su carácter se determinan, pues, por la complejidad de
la división del trabajo y la distribución social concomitante del conocimiento.
(Berger y Luckman, 1968, p.172)
Aunque El intento de Berger y Luckman sea decantar los proceso sociales del individuo y sus
relaciones a partir de las formas de identidad que se van modelando desde y para una estructura
social, en este caso, con las premisas de socialización política primaria y secundaria no se
intentan explicar una jerarquización de etapas de la personalidad, sino que, tanto la una como la
otra se integran desde diferentes momentos, a tal medida que el mismo niño desde una edad
escolar, se inicia con la ubicación en grupos sociales, guiado por sus padres y evidencia posturas
y preferencias con respecto a lo que transmiten los medios de comunicación ya que con todo
esto, forma su idea de sujeto socializador.
Para los autores, el sujeto es un producto de lo social donde intenta mostrar que la realidad se
forma por él mismo, como integrante de un grupo y que se construye por sus propios saberes y
perspectivas de mundo.
Tal vez su razón conlleve a reconocer el toque del sujeto sobre su contexto y plantear nuevos
conceptos que puedan guiar a establecer una característica propia para definir lo real a partir de
los estereotipos que se construyen en sociedades en particular y con características diferenciadas
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de su percepción de lo existente. En un ambiente más moderno, podemos tomar en cuenta la
manera en que,
La socialización política se refiere a la historia política de los individuos y las colectividades,
a ese conjunto de procesos a través de los cuales se construyen y configuran los aspectos
directamente relacionados con el modo como las personas nos organizamos y participamos de
los asuntos públicos. (Castillo, 1998, p.3)
Uno de los retos, debe ser la activación de ese sujeto que se piensa constantemente como
agente activo de socialización política, sus opiniones participantes y los alcances que este quiera
llegar a dilatar como recuadro de una perspectiva de lo público, debe dar valor a las expresiones
que pretenden involucrar esfuerzos cotidianos en una real propuesta de mediación social ya que
para Alvarado, Ospina. Botero y Muñoz (2008), los procesos de socialización política necesitan
posturas de intervención que redunden la construcción de futuros desde los agentes
socializadores donde el sujeto en todo su ser pueda dialogar desde diferentes perspectivas de
pensamientos, sentimientos y voluntad, y donde se involucre en su propio devenir y en el de los
otros para tejer una perspectiva de construcción política desde la diferencia y a la vez desde
encuentros con las realidades compartidas que den sentido al ser ciudadano. También propone
ocuparse en el trabajo incansable de las futuras generaciones por configurar sus posturas e
impactar en la cimentación de su realidad social, y en el caso de esta propuesta, de una
comunidad como campo de acción política.
Una propuesta clara de este proyecto es determinar la socialización política como un asunto
colectivo dado por las relaciones interpersonales y que involucra multiplicidad de actores
dispuestos a intervenir en el rumbo de su entorno social, político y cultural con el cual vivirán en
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adelante. Para esto es indispensable el respaldo de postulados como el de Castillo (2003) que ve
la “socialización política como el conjunto de procesos de internalización, objetivación y
legitimación del orden social desde el cual se representan y tramitan los intereses individuales y
colectivos” (p. 3). Para ella, la formación del sujeto político se dilata en un entramado de
escenarios y dinámicas donde la pluralidad es la protagonista y fuente de sentido que representa
las acciones del individuo en lo público visto como espacio de intereses compartidos desde la
cotidianidad donde se reconocen las posibilidades de participación democrática.
El campo de la socialización política se concibe y a la vez se debe nutrir exclusivamente y a
partir de las propias experiencias. Es solo dentro de entornos socioculturales reales que se puede
determinar el intercambio de vivencias y costumbres entre individuos para crear estrategias
políticas que defiendan y afecten positivamente su desenvolvimiento en la sociedad. Es así, que a
Rodríguez citando en (Alvarado, 2014) muestra también la definición de socialización política
como las formas en que los niños y jóvenes se involucran en un contrato social con normas y
conductas de por medio que los mantiene en línea con su propio orden social. Es una
negociación, en cuanto a las circunstancias existentes y las maneras en que los sujetos distinguen
su posición frente a los otros para articular sus propios modos de definirse y ser conscientes de
su participación en ese constructo común.
A medida que el ser social configura su propia subjetividad y la comparte con los otros desde
su perspectiva o identidad, intenta vincularse en procesos de socialización que desde la mirada
de Alvarado (2014) nos revela “Cómo los niños, niñas y jóvenes, en una relación dialéctica con
el mundo, se auto producen en procesos de interacción y lenguaje y producen el mundo social y
cultural que habitan, al mismo tiempo que son producidos por dicho mundo”. (p. 26)
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Esa producción y autoproducción de la que habla Alvarado (2014) tiene inmersa la formación
de un ser político con características éticas en procura de la construcción de contextos y
discursos que invitan a las nuevas generaciones a visualizar otras formas de sentidos compartidos
para potenciar actos de democracia y vida en común, como espacios de participación y
reconciliación.
A partir de la anterior configuración de socialización política, es necesario dar por sentada la
manera en que se retoma ese principio en este espacio y los rieles con los cuales se ensambla y
transita esta propuesta. Es por eso, que denota aclarar que las nuevas configuraciones de
socialización política exigen espacios de desarrollo que, con urgencia, es indispensable construir
ante la exigencia de nuevas formas y aprendizajes de los actuales niños y jóvenes.
No obstante, y trayendo a memoria la poética de W. Benjamín, con ese paseante que transita
por las calles de París, que se va visualizando conforme a los itinerarios en los que confluye, se
atiende a un espejo mágico que de manera latente está tipificando un ser hecho prototipo de las
múltiples retóricas de la ciudad y es esa ciudad, el terreno donde se abonan los nuevos
aprendizajes de la siembra de semillas sociopolíticas emergentes. En palabras de Morán (2013):
Se concreta la función pedagógica de la ciudad: una ciudad-museo en la que el
aprendizaje de algunos de los elementos esenciales del “nosotros común” tiene
lugar a través de la contemplación y el paseo. El caminante, a lo largo de su
recorrido, no sólo asiste a una representación cotidiana de la identidad colectiva y
de la historia común, no sólo admira la grandeza y solidez del poder político, sino
P á g i n a | 62
que el propio movimiento de su cuerpo entraña una auténtica práctica de estos
espacios. (p. 38)
En términos generales y en línea con Morán (2013), no existen espacios estáticos, sino que se
deshace el espacio público tradicional y se recrean nuevas relaciones sociales y políticas que
involucran un ser de ciudadanía más acorde con las generaciones modernas y otra clase de
prácticas políticas de intervención y desenvolvimiento. Es decir, no solo emergen espacio físicos,
sino visiones de nuevas prácticas ciudadanas que vinculan aprendizajes de socialización política
con los que continuaremos la intervención de esta propuesta, al ver la convivencia y la
participación como aprendizajes que pueden conformar una tendencia de sujeto que reconozca
las formas de configurarse y ensamblar su perspectiva a las necesidades de una sociedad en
construcción.
3.1.1. En cuanto a convivencia y participación en la comunidad
Es indispensable reconocer la convivencia y la participación como aprendizajes de la
socialización política que anuncien una posible configuración de los saberes colectivos desde
donde se pueden formar espacios de socialidad que redunden en la construcción de políticas
dadas desde la experiencia colectiva y las relaciones democráticas nutridas de prácticas
cotidianas.
Aterrizar tanto convivencia como participación en la comunidad, aunque en teoría puede ser
impreciso, en la práctica se denominan indiscutiblemente, ya que es en medio de una
colectividad donde confluyen diversas formas de socialización y ellas son las que vivifican el
quehacer cotidiano y las apreciaciones de la experiencia.
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El ser humano aprende a constituirse como ser social en la media que se relaciona con los
otros y es parte activa de una comunidad ya que,
En definitiva, la existencia social del hombre, solo puede conservarse a través del
perfeccionamiento continuo de su conciencia social, en ello la educación juega un
papel fundamental, de la eficacia con que se desarrolle, depende el logro de un
sujeto reflexivo, comprometido con su entorno social y cultural. Al transmitir los
rasgos fundamentales de la cultura, todo proyecto educativo, es también un acto
político”. (Rodríguez, 2008, p.2)
Aquí vamos a procurar darle un lugar relevante a la escuela como espacio de socialización
política donde se priorice la convivencia y la participación como banderas de la formación de un
sujeto político que desarrolle su potencial conforme al apoyo de la comunidad en general, puesto
que es ésta la que lo forma y transforma con respecto a los elementos que puede aportar como
sujeto colectivo con conciencia de vínculo social y político.
Rodríguez (2008) nos sigue instruyendo con respecto a la prioridad de darle un lugar a la
participación como parte del individuo, ya que si no se practica constantemente, es posible que
se convierta en una pérdida que puede llevarse por delante la misma convivencia democrática y
el valor de la palabra crítica y reflexiva, socialmente dicha.
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3.1.1.1. Del agotamiento de la convivencia escolar a la socialización política. Se debe
entender que al configurar un concepto de convivencia, no solo se miran perspectivas de poder
que indagan únicamente por la resolución de conflictos, aunque procuren buenas pretensiones, ya
que existen varios postulados del gobierno colombiano donde se propone la resolución de
problemas en la escuela.
En la configuración de buenas relaciones deben vincularse todos los participantes en la
comunidad educativa, como existe reglamentado desde el artículo 68 de la constitución Nacional
de Colombia vigente, que la propone como participante activa en las opiniones y decisiones de la
institución educativa. Esto se confirma con la ley 115 de 1994 que por su lado, reglamenta al
gobierno escolar y al proyecto educativo institucional (P.E.I) donde describe los agentes que lo
conforman (educandos, educadores, padres de familia o acudientes de los estudiantes, egresados,
directivos, docentes y administradores escolares. Art. 6°) e involucra, desde cualquiera de sus
capacidades, la participación activa de los mismos para el óptimo desempeño de la institución.
Es de anotar, que el manual de convivencia impreso en la ley, se toma como sinónimo de
“reglamento escolar” porque tal vez, y mal tomado, solo imprime las reglas a las que se deben
sujetar los estudiantes.
La ley 115 también propone reglamentar un manual de convivencia (Art. 87) que se enfatiza
únicamente en los estudiantes, sus derechos y obligaciones, donde solo se compromete la firma
de los padres para aceptar el mismo y no vas más allá. Tal vez en otras propuestas subsiguientes
se pretende vincular los aspectos faltantes. Es el caso de la actual ley 1620 de 2013 que busca la
resolución de conflictos a través de propuestas colectivas e invita al educador a incluir ambientes
de participación. Apoya los espacios de construcción de saberes desde lo social y humano, más
que desde lo técnico.
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El objeto principal de esta ley es promover a mayor escala la convivencia escolar en las
instituciones educativas. Se actualizan estándares de construcción y apropiación de la
convivencia desde la aceptación del otro, ya que usa como eje principal la importancia y
valoración de los derechos humanos. Toca elementos como el bullyng, el respeto al género y
sobre todo, la violencia escolar que tanto preocupa a docentes y padres de familia.
De la misma manera, la ley 1620 contempla una serie de parámetros y nuevas figuras de
participación como lo son “la ruta de atención” y la construcción del “comité de convivencia
escolar.” Esta ley, regida por su decreto reglamentario (Decreto. 1965) insinúa la tendencia a una
institución más humana que fomente el respeto por la diferencia y la formación de un ciudadano
en todos los ámbitos e involucra a familias y a padres de a ser parte de esta construcción. Se
posibilita también en esta norma, la inclusión de una zona donde hemos encontrado nuevas
socialidades, este es el ciberespacio y sus representaciones con respecto al acoso y participación
frente a la formación de subjetividades y relaciones interpersonales. Tanto, que le da un aparte
principal al llamado ciberbullyng.
Con este código, se pretende dar una pincelada mayor a la escuela como lugar de
sensibilización para la promoción de los valores y deberes del niño y el joven y para que padres,
docentes y directivos reconozcan la resolución de conflictos no solo en la escuela sino en su área
familiar y tengan una corresponsabilidad para abordar diferentes los casos que se presenten.
Otras pretensiones del manejo de la convivencia y en este caso de la participación de la
comunidad son las “Guías pedagógicas para la convivencia escolar” (MEN, 2014) que muestran
las definiciones de lo que pretende el ministerio de educación como estrategia y diseño de las
políticas de convivencia y define al manual de convivencia que se pretende en el contexto
colombiano, el manejo del concepto y su elaboración. También brinda elementos para la
P á g i n a | 66
recopilación de datos y análisis etnográfico desde preguntas, pasando por listas de chequeo, etc.,
así como tácticas de socialización y divulgación con la comunidad con la cual se aborde y se
elabore. La guía está dividida en 5 partes, (Presentación, guía manual de convivencia, ruta de
atención integral para la convivencia escolar, ¿Qué puedo hacer para fortalecer la convivencia
escolar?, convivencia y derechos sexuales y reproductivos en la escuela) que caracterizan
fácilmente el contenido dinámico del texto.
La propuesta del MEN (20014) tiene como fundamento;
Brindar herramientas pedagógicas a los establecimientos educativos de todo el
país y su comunidad educativa para facilitar el proceso de ajuste de los manuales
de convivencia de manera participativa, la puesta en marcha de la ruta de
promoción, prevención, atención y seguimiento para la convivencia escolar, la
definición del papel que juegan las familias, el equipo docente y el grupo
estudiantes en estos procesos y finalmente, la preponderancia que tiene para el
proyecto de vida de las y los estudiantes, la vivencia y el ejercicio de los DHSR
(derecho humanos sexuales y reproductivos). (p. 5).
El texto es un consenso nacional entre secretarías de educación, que pretende abarcar de
manera global el sentido de convivencia escolar y participación de la comunidad educativa como
constructora de pedagogías de cooperación y respeto por el otro. También es básico recalcar que
en estas guías se presentan estructuras pedagógicas encaminadas a examinar los ambientes del
estudiante y la posible elaboración de un pacto social que sea relevante específicamente en cada
institución, y que recoja los saberes culturales, costumbres sociales y nociones pedagógicas que
integran al ser humano en su propio ambiente de aprendizaje.
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Un aporte importante de “Guías pedagógicas para la convivencia escolar” es la incorporación
y nombramiento de las leyes de convivencia elaboradas en el año 2013 (ley 1620 y decreto 1965)
como ejes clave de la reelaboración y aporte del propósito que el MEN pretende dilucidar dentro
de los parámetros legales y estatutarios, ya que es indispensable el acceso a las normas
reglamentarias para la elaboración de cualquier tipo de proyecto que pretenda tener validez
jurídica.
El gobierno nacional de Colombia y en sus facultades, el Ministerio de Educación Nacional,
han pretendido por muchos medios y método manifestar y promover el uso de la convivencia
escolar en las instituciones educativas con proyectos y propuestas como las descritas en la “
política educativa para la formación escolar y la convivencia” MEN (2005) donde están
plasmadas algunas estrategias que a lo largo de la décadas del 90 y del 2.000 fueron aplaudidas
por varios estamentos y adoptadas por diferentes instituciones educativas, si cabe decir,
impuestas para ser desarrolladas. Es posible que estas pedagogías asignadas puedan obtener
algunos resultados momentáneos, pero la manera en que se evidencian estrategias de
corresponsabilidad y ciudadanía es partiendo de cada población en particular e identificando la
diversidad en su cultura, creencias y necesidades de desarrollo. Cada una tiene procesos de
socialización política diferentes.
Todo esto en el papel es claro y tiene sus aportes específicos, pero es indispensable recurrir a
textos y autores como Valencia y Mazuera (2006) donde se plantean que: “una de las búsquedas
del manual sería la de generar una sana convivencia que permita un equilibrio, sin desórdenes de
las partes, conciliaciones que nacen en la elaboración de los manuales o pactos de convivencia”
(p. 116)
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Tal vez es clara la preocupación por abordar en sentido consciente los usos y mejoras de un
manual de convivencia encaminado mayormente a lo que tiene que ver con las normas, usos y
manejos del conflicto escolar. Desde allí se intenta posibilitar un flujo de incertidumbres con
respecto a los conflictos continuos que se generan en la escuela. Por eso se hace necesario acudir
a la norma y preocuparse específicamente por convivencia escolar en cuanto a la resolución y
conductos trazados frente al conflicto.
El manual de convivencia se ve como un mecanismo de apropiación que hace declinar el
conflicto y “regula” la vida escolar para ser más eficiente en cuanto a las relaciones sociales.
Pero la sana convivencia también tiene que ver con el respeto de los deberes y derechos y no solo
en el momento en que son vulnerados, es por eso que la idea debe ser estructurar herramientas
que conlleven a desarrollar estrategias que pretendan hacer viva cada una de las estrategias que
se proponen en cuanto al buen vivir en comunidad.
Las escuelas y sus estudiantes se han rendido en un sin número de propuestas que pretenden
intervenir con mejoras de convivencia escolar implantadas con obligatoriedad en la institución.
Ser consciente de la importancia del cumplimiento de la norma, no debe manipular el
pensamiento de sentido en el que es más relevante madurar esos conceptos con comunidades
reales para interiorizar las vivencias y donde a partir de las mismas, surjan propuestas de
intervención que toquen las fibras de las especificidades de su entorno y en este caso, el entorno
rural, el cual tiene diferentes identidades frente a la concepción del mundo y la realidad en la que
viven.
El objetivo es pretender espacios más significativos de cultura política donde los actores sean
activamente participativos en ella y reflexionar acerca de lo que discute Rocha (2003):
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Los manuales de convivencia son un buen ejemplo de leguleyismo. No son un
espacio en el cual se expresen intereses contradictorios. Son una mezcla entre el
lenguaje leguleyo y discursos pedagógicos en boga, como el de la tolerancia.
Incluso esta mezcla produce permanentes contradicciones. (p. 66)
Esta premisa es muy acorde con la temática, ya que la causa que generó la idea del proyecto
en cuestión, es contrarrestar, al igual que lo expresa la premisas, la simple norma legislativa o los
planteamientos desde un punto de vista docente y administrativo sino que, se pretende llegar más
allá, donde el planteamiento se genere desde espacios activos de interacción.
Rocha (2003), lleva a una preocupación en cuanto a la problemática y posible resolución del
conflicto escolar, específicamente ligado a la institución y sus participantes. Pretende realizar un
acercamiento a los actores, los mecanismos de comunicación y las mediaciones que se podrían
incorporar allí para manifestar un cambio de rutinas que alimentan el quehacer pedagógico
realizando un núcleo de posibilidades que estén en pro del acercamiento de la comunidad
educativa en general, a los procesos que se trazan y exteriorizan dentro del ambiente escolar.
El objeto es mostrar la importancia del entorno y la construcción del tejido social por medio
de espacios de participación que integren de manera real a los actores de la formación del
educando. Se esbozan, herramientas que dejan de lado el simple cumplimiento de la ley y los
protocolos que pocas veces son aplicables, para rodear con la mediación como campo de acción,
cualquiera de las circunstancias que se inscriben en la cotidianidad.
En el marco de esa retórica, se pretende concluir que la comunicación es el eje que mitiga el
conflicto, y que es a través de ella que se pueden generar aspectos relevantes en la construcción
del quehacer de la semántica social.
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El texto de Rocha (2003), generó expectativas más entrañables para ver la comunicación
como un eje principal del proyecto de investigación, ya que es a través de esta que se crean los
fundamentos de toda relación cotidiana, (tanto escolar como externa).
Es enfático el compromiso del contenido, por encaminar a una reflexión en cuanto a la
importancia de los participantes en la configuración del ámbito, reglas y estrategias escolares, ya
que procura la importancia de involucrarlos para generar acciones colectivas donde es posible
que se generen propuestas útiles para el uso y apropiación de la escuela y del compromiso de
esta por tener en cuenta la cotidianidad, la diversidad y la opinión pública.
Con respecto a la pretensión de institucionalizar las acciones colectivas podemos conectarnos
con Castillo (2003) al referir que existe una forma muy instrumental de ver una democracia más
formal que pedagógica, que se centra solo en lo político-institucional donde se cierra la puerta a
una democracia en su contenido social y los principios que esta recoge como incubadora de
transformación de sujetos participantes efectivos.
Es solo de esa manera como se puede definir una convivencia, o más bien una emergencia de
socialización política que vincule los intereses de los individuos que la construyen, sus derechos,
deberes, y sobre todo, condiciones que puedan mostrar un sujeto político desde sus formas de
vida y también desde el fondo de su pluralidad, ya que es la experiencia y la acciones, las que
configuran a la persona y ejercen influencia frente a su propio entorno social. Es por eso que es
necesario revitalizar los procesos de convivencia en la escuela, desde la socialización política.
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3.1.1.2. Participación, actores sociales y dinámicas de acción política en la escuela.
“No solo vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada
uno en el ser del otro”. (Berger y Luckman, 1968).
En cuanto a las maneras en que el individuo se involucra con la sociedad en la que transita, se
puede decir que su influencia es una correspondencia de construcción donde el uno depende del
otro para simplemente ser, para configurar lo que podemos llamar la personalidad o
características del sujeto que viven en cierto entorno, ya que su formación está ligada con los
avatares del mundo que los rodea puesto que el sujeto puede ser formado por la influencia de los
otros, pero también tiene deuda en cuanto a la construcción de una sociedad más activa y
transformadora que se salga de prototipos territoriales o culturales.
Como se suscribe acerca de que los hijos solo participan de la formación que les han instruido
sus padres y esa es la realidad que ellos pueden reconocer. De igual manera, su entorno no les
resulta del todo comprensivo ya que “al desempeñar "roles" los individuos participan en un
mundo social; al internalizar dichos "roles", ese mismo mundo cobra realidad para ellos
subjetivamente. (Berger y Luckman, 1968)
La realidad es reconocida por el sujeto como suya, propiamente dicho, es su realidad
individual, construida por el entorno, la que le permite vincularse y ocupar un espacio casi
predeterminado de un personaje ya situado.
Es necesario vincular efectos precisos de participación donde la acción de la misma redunde
en procesos de construcción de sociedades plurales que se manifieste en pensamiento y obra con
respecto a la transformación y los ejercicios de poder democratizador.
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En cuanto a lo que tiene que ver con la institución escolar, es relevante dejarla de ver como ese
campus para ciertos rituales de conocimiento intelectual y per formativo que únicamente instaura
cierto tipo de saberes catalizadores, pero que pocas veces procura detenerse en la construcción
del sujeto como entramado de subjetividades, producto del devenir cultural.
Para Freire (1993), la participación se refiere a tener voz, intervenir y decidir, involucrando
estudiantes, docentes, padres de familia y comunidad local, en la escuela y que esta procure
hacerse popular partiendo de la disponibilidad al cambio, permitiendo la duda, la crítica y los
aportes de la comunidad educativa en general.
Freire también habla de una “falsa participación” que únicamente convoca a los padres de
familia y líderes comunales a asistir a reuniones de informe, celebraciones, etc., donde pueden
estar condicionados por lo que algunos han dispuesto y no por la efectiva presencia de su
perspectiva personal.
En este sentido, es primordial fortalecer la participación comunitaria para reforzar el
planteamiento de acuerdos y resolución de conflictos conforme a la cotidianidad de los grupos
sociales, sus intereses, perspectivas y de la misma manera, involucrarse en una
corresponsabilidad de sus proyectos.
La educación en la escuela debe ser reflexiva y transformadora, desde la mirada de Freire, que
transforme el tejido social y pueda potenciar su transformación colectiva, como también lo puede
denominar el punto de vista de Alvarado et al., (2008) cuando comenta que;
La participación propuesta por Hart, como “capacidad para expresar decisiones
que sean reconocidas por el entorno social y que afectan a la vida propia y/o a la
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vida de la comunidad en la que uno vive” (1997: 6) promueve esta acción política
como la expresión y reconocimiento de la comunidad donde se vive a partir de
“acciones que afectan el orden social en su relación con el poder. (p. 24)
Este pensamiento configura elementos base para el diseño de la idea de participación con
respecto al valor que puede tener la puesta en común de diferentes puntos de vista que pueden
alimentar la convivencia y las relaciones. Tiene que ver con la formación de competencias
ciudadanas a partir de prácticas de intervención y de convivencia democrática, teniendo en
cuenta valores como la igualdad, autorreflexión y el descubrimiento y reconocimiento del otro en
cuanto a la forma de interpretar y comprender las potencialidades. También hace entender los
manejos del poder, la conciencia histórica y la fundamentación de propuestas que desplieguen a
mayor escala la potencia de la acción participativa y las formas de negociar los poderes. Ya que
la autora considera definir:
Sujetos que sólo pueden configurarse desde sus propias maneras sociales y
culturales de ver, pensar y sentir el mundo, al otro y a su realidad, es decir, desde
sus propios sentidos como sujetos, como comunidad social y cultural, como
ciudadanos y ciudadanas, que en su autoproducción se van reconfigurando
(Alvarado, et al., 2008, p. 28).
Esta manera de ver al sujeto es clave, ya que únicamente en las socializaciones se logra
desplegar un sinfín de expresiones acerca del lugar que ocupa, la percepción que este tiene del
mundo y cómo se conforma a él para visualizar posibles respuestas a una ruta de conocimiento
crítico y configuración de espacios de socialización efectivos.
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Las subjetividades sociales se determinan por la dimensión del compromiso con la
construcción de sociedad y conciencia política de las normas y reglas dispuestas para ser
modificadas y enfocadas a la realidad de los seres humanos con respecto a sus vivencias, su
formación y su capacidad para liderar procesos que se vinculen con la alineación de conceptos y
consensos de mediación para pensar de manera crítica un acontecimiento.
La construcción de subjetividades políticas es uno de los horizontes al cual se debe dar
importancia relevante en lo que tiene que ver con la construcción y aporte de los entes y en todos
los espacios de la comunidad educativa para configurar un sujeto de derechos que los ejecute, los
diseñe y aún los conceptualice por medio de las realidades de su entorno.
A partir de estos postulados, y en el caso de la escuela, podemos definir participación en
cuanto a la socialización política como lo postulan Grawitz, Leca y Jean (citados en Alvarado et
al., 2012), son esos procesos en los que la persona representa una sociedad por medio de
representaciones políticas y de valores y los comparte con quienes están a su alrededor, sus
normas y formas de autoridad para edificar un patrón que prescribe las formas políticas y su
expresión de ellas. Ella misma propone la realidad como una necesidad del sujeto para
apropiarse de nuevas maneras que trascienden el lenguaje, no solo como decodificación de
conceptos sino como andamiaje de sentido colectivo.
El objetivo es dejar de lado esas nociones absolutas y dar un nuevo trazo, trastocando todas
las esferas físicas, espirituales, sociales y del ser, para reelaborar significados que deben integrar
algo más allá que lo conceptual. Las nuevas propuestas deben ser atendidas por un pensamiento
crítico pero donde no solo se vincule lo cognitivo y la razón. Es decisivo para cualquier sujeto en
formación y con perspectivas de nuevas posibilidades de socialización, que la reflexión y esa
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conciencia histórica sean el derrotero por la defensa de un sujeto político que se instruya por
medio de la retroalimentación en las conversaciones que descifran la modernidad y que vinculan
a cada ser humano como sujeto que deja de ser sujetado a tener un pensamiento que se abre a
posibilidades que alteren el orden estatutario a la definición de un individuo fachada.
Estas ideas se traen a colación con respecto a la institución educativa, de acuerdo con la
consideración de Díaz (2001) quien expresa que;
La educación y la escuela, como escenarios de la socialización política del
ciudadano se encuentran estrechamente ligadas con cultura política. La escuela,
en tanto es un espacio institucionalizado, ha sido vista como un dispositivo de
legitimación en el cual se escogen selectivamente ciertos contenidos y se ponen
en práctica determinados rituales con el fin de transmitir una visión particular
sobre lo político y el poder. Sin embargo, la escuela también ha sido asumida
como espacio de confrontaciones, encuentros de diversas visiones y, por lo tanto,
caldo de cultivo para transformaciones que pueden extenderse por fuera de la
institución misma. (p.6)
La acción política no es del todo ajena a la escuela, sino que se teje conforme a los tiempos en
que ésta va sobreviviendo a las políticas que la disuelven en un conglomerado de estatutos y
decretos que no la dejan pensarse como espacio de socialización que puede aportar a la
verdadera formación de un sujeto político ligado a estrategias de poder, participación y
legitimación del quehacer democrático.
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3.1.1.3. Agentes de socialización: ¿Receptores o actores de la educación política? Para
definir los agentes de socialización que puedan mostrar un cuadro de socialización política, es
necesario primero configurar el concepto y formas de participación de los niños ya que son los
protagonistas de este proyecto y se van a instaurar como los líderes de la propuesta de estudio en
general.
La participación de los niños es vital, no sólo para garantizar su crecimiento y
desarrollo, sino también para incorporar una mirada distinta sobre la realidad, donde ellos
mismos puedan actuar y aportar soluciones concretas a los problemas que los afectan. No
hay duda que la participación de los niños contribuye a la construcción de una
democracia desde sus bases. (Espinar, 2008, p. 4)
Es indudable referenciar de manera prioritaria a la infancia y el peso que tienen sus formas y
expresiones al representar su entorno, la invaluable carrera que ellos trazan al participar en el
tejido de una comunidad que afecta e involucra sus derechos y valores.
Mostrar la participación de la infancia a partir de su manera de ver el mundo y de los espacios
en los que se involucran devela un punto de vista frente al poder como la base que respalda la
opinión y la participación en la toma de decisiones por parte de los niños. La iniciativa piensa a
la niñez como líderes en potencia, y cómo le son tomados en cuenta sus aportes a la construcción
de nuevas políticas educativas y de convivencia.
Es un mayor compromiso involucrar de manera reiterada y concreta los avances que se
pueden lograr en cuanto al uso y manejo de la participación infantil y su invaluable aporte al
tejido de la sociedad donde son los principales participantes, ya que su vida y la constancia en
cuanto a la cultura política, de manera intrínseca, es de la que depende el futuro de su entorno.
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Pero esa configuración no se realiza netamente desde la vinculación al ambiente escolar, sino
que sus principios están arraigados en la formación del sujeto desde la familia y sus maneras de
concebir el mundo con respecto a sus necesidades y posibles aportes desde su rol en ese
ambiente inicial, desde su perspectiva como sujeto sujetado según las directrices demarcadas en
la familia, según el rol que desempeña y su punto de vista de las circunstancias.
Desde su nacimiento el sujeto está previsto de quienes lo rodean. Zuluaga (2002) argumenta
que el primer “lugar social” es la familia porque es donde se viven los primeros años y por lo
cual es ésta la que conforma la perspectiva de una vida social inmediata y loas maneras de ver su
sociedad distante. Zuluaga (2002) está de acuerdo con Alvarado y Ospina (1998), y configura el
concepto con respecto a la familia diciendo que;
Frente al proceso de socialización, se puede afirmar que éste es una dialéctica de
interacción entre un agente que socializa (padre, madre, otros miembros de la
familia) y un sujeto en socialización (hijo, hija)…La praxis de vida es recreada
desde la subjetividad y actuando sobre el mundo humano y social, desentrañando
de allí valoraciones inherentes y expresas en formas de ser culturalmente
establecidas. (Zuluaga, 2002, p. 95).
La familia como responsable y pedagoga de socialización, en cuanto a las experiencias del
individuo, debe replantear su lugar dentro de una sociedad que configura y la configura. La vida
cotidiana del sujeto, es el sistema de aprendizaje que desde su nacimiento, lo hace parte de un
idioma, creencia y costumbres culturales entretejidas como baluarte de su personalidad frente a
los demás y sus posibles nociones de participación y políticas de acuerdos.
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No solo la familia es un receptor de políticas de gobierno o de reglamentos instituidos por
ciertas esferas de jerarquía, sino que también es un actor principal de acción política que genera
los principios de un ser humano capaz de mantenerse en una posición frente a lo que le gusta o
no, de las acciones cotidianas y proponer posibles alternativas que lleven a la reconfiguración y
tal vez, mejoramiento de las situaciones que se le presentan. Esos son los primeros pasos para
una cultura política que se puede ver representada a mayor escala en el momento en que el
infante se involucra en la institución escolar.
Desde que el niño o niña cumple cierta edad, deja de ser nombrado como tal fuera de casa y
adopta una denominación más en la esfera de subjetividades que forma el otro de él o ella. Al
ingresar a la escuela, será un estudiante, un educando, un tipo de persona vista de una manera
diferente a como lo ha visto hasta ahora su familia y verá el mundo de una forma diferente hasta
como lo había visto hasta ahora. En las tendencias conceptuales de Berger y Luckman (citados
en Castillo, 2003) “la socialización política se constituye en un fenómeno que sintetiza el
conflicto que el individuo requiere para ser cada vez más él, a la vez que transita por el proceso
de institucionalización” (p. 23) y es esta perspectiva la que la escuela le ofrece como agente de
socialización.
Se puede conceptualizar que;
La escuela, y concretamente el aula, emergen también como espacios centrales en
la construcción de la ciudadanía, y el estudiante es visto como un “ciudadano en
formación”. Posiblemente, además, la clase sea aquel espacio en el que el niño y
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el joven reconocen y ejercitan por primera vez sus derechos más allá de la
ciudadanía por delegación”, de la que hablan los estudiosos. (Morán, 2013, p. 40)
El desenvolvimiento de un ser colectivo se da en todas las esferas de socialización del ser
humano, es por eso, que la escuela como agente de socialización tiene un lugar específico, ya
que comprende nuevas formas regladas de conducta que pueden redundar en la búsqueda del
pensamiento propio y las relaciones en cuanto al manejo de la autoridad, la sujeción y esas fugas
de personalidad que van surgiendo en concordancia con nuevos modos de formación de
subjetividad. Tedesco (citado en Calvo, 2003) demuestra la importancia de la escuela en cuanto
que esta es el lugar donde se despliegan valores como la responsabilidad y la disciplina personal;
se fortalece la toma de decisiones, el sentido de la cooperación y la conciencia de una comunidad
que solicita un cambio constante para mejorar sus estilos de vida.
La tarea es vislumbrar un factor ético en la escuela que defina los principios de acción como
esos elementos, que en su plenitud, puedan redundar en valores aplicables por toda la comunidad
educativa y que forjen maneras diferentes de exponer la socialización política como acto
constante de apropiación de los contenidos contextuales para transformarlos en fuentes
generadoras de participación y convivencia igualitarias desde todos los puntos de vista. Incluso
Calvo (2003), habla de las representaciones sociales en los espacios institucionales y que esa
participación, tolerancia e igualdad, se pueden ver representadas en formas de competencias
sociales en el aula y en general, en todos los espacios escolares. Competencias que van ligadas a
la apropiación y expresión de ideas políticas de nuevos paradigmas y formas de crear el mundo
moderno según las necesidades de cada contexto.
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En la perspectiva de Castillo (2003) es posible indagarnos con respecto a la escuela como la
portadora de saberes que puedan definir identidades y legitimen los aportes de los sujetos como
parte del proceso de individuación en espacios de interacción pública y participación
democrática. Así, la escuela tampoco es un simple receptor, es un agente de socialización que
reorienta las posibilidades de maduración del individuo para conocer su contexto y verificar las
nuevas maneras que existen e involucrarse de manera activa, trayendo aspectos históricos
familiares, pero también enriqueciéndolos con lo que ha de aprender y que le permitan
apropiarse y reconfigurar su mundo inmediato, que ahora tiene un paral más en el cual se pueda
sostener para abocarse y pretender un mejor tejido social.
El infante ha crecido, se ha vinculado como estudiante y al mismo tiempo se convierte en
amigo, compañero y afín de otros de su edad, es por eso que los pares juegan un papel que
vertebra sus modos de socialización política, el apoyo o rechazo de los mismos puede hacer de
este sujeto un ser con sueños incalculables que son finiquitados por el apoyo de quienes lo
rodean, o se dé el detrimento de lo que pudo haber sido si no es aprobado por ellos. En la
relación con los pares se construye la unidad, el liderazgo, la autoridad, y otros referentes que lo
identifican como único y capaz.
Es en el barrio y en la escuela donde se dan los “grupos de pares, las primeras
amistades que, después, a lo largo de la vida, se irán complementando con las
relaciones que se establecen en el mundo del trabajo y en otras esferas de la vida
social. (Morán, 2013, p. 40)
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El niño y la niña tienen la oportunidad y se sienten más confiados de expresar sus gustos y
pensamientos por medio del juego y las conversaciones que van adquiriendo madurez con el
paso de los días. De acuerdo a su afinidad van discriminando amistades y armonizando su
pensamiento acerca de lo que quieren y pretenden frente al mundo. El infante, el estudiante y
ahora, el amigo van configurando sus perspectivas con respecto al territorio que los ha acogido.
Actores reales en espacios determinados.
Aquí es primordial vincular el concepto de territorio como constructo social, desarrollado a
partir de las vivencias del ser. Lugar donde los agentes de socialización crean y recrean, lugar
que no solo es físico sino un ambiente de socialidades que se trastocan para combinarlo con lo
que dicen Corbetta y Morín (citados en Caballero, 2015) y llamarlo, el sitio en el que se puede
concebir el contexto y la cultura. Aquel donde el espacio físico se convierte en un lugar de
socialización y humanización de las acciones y los efectos frente a las intenciones de los
individuos y al entorno donde se relacionan.
Un niño, niña o joven de contexto rural, no apropia los contenidos de su entorno (familia,
escuela y/o vereda) de la misma manera que lo haría si viviese en un espacio urbano. Las formas
de vida, las familias, las distancias y las personas que lo rodean tienen estilos de vida similares,
por tanto, se diferencian mucho de un encuentro entre individuos urbanos. Sus agentes de
socialización conocen a la par lo que ellos vive y las falencias o virtudes del campo son más
concordantes entre una y otra familia. Casi que su territorio se convierte en una sola familia
veredal.
Es indispensable dar esta pincelada, ya que Caballero (2015) apoya esa retórica citando a
Guattari en cuanto al territorio y su relación con la vida misma que van en línea recta con
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proyectos de vida en espacios habitables de construcción de pensamiento crítico, que depende
de la naturaleza y la cultura para construir saberes históricos y disciplinas de valores.
Es clara la vinculación de los agentes de socialización en esta parte del texto y así como son
efectivos los agentes de socialización primaria y el territorio como espacio de sentido en la
configuración de cultura política de los estudiantes, es también indispensable el reconocimiento
de los agentes de socialización secundaria para la elaboración de perspectivas participativas que
se consoliden como proyectos de intervención social desde la mirada de las circunstancias del
contexto en que confluye el sujeto y aún, de la nación.
La socialización secundaria está dada por denominaciones que van tipificando al ser humano,
estas son determinantes para la vinculación total en la vida social, ya que tal vez a la par con la
socialización primaria, las instituciones y los medios de comunicación van creando un individuo
crítico al cual se le ha presentado un paisaje más amplio con una perspectiva de lo que puede
hacer y a lo que puede acceder.
Como ya se ha planteado al inicio de este capítulo el alcance de la socialización secundaria
puede ir desde el trabajo, pasando por la recepción de medios de comunicación hasta convertir al
sujeto en producto de lo social.
El empleo forma al sujeto en una disciplina, la iglesia lo forma en convicciones, los medios de
comunicación en consumista e informado de lo que ocurre en su sociedad, los grupos sociales en
un ser emprendedor y en ser tal vez parte de sistemas políticos pero en este caso y como lo
presentan Berger y Luckman (citados en Alvarado et al., 2012):
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En la socialización secundaria se da una disminución de la carga impositiva y un
debilitamiento de las mediaciones afectivas. En este momento de la socialización,
se da la Internalización de “submundos institucionales”, donde las interacciones
están mediadas por intereses y prácticas institucionales, y la alternación, a través
de la cual el sujeto emocionaliza el proceso intencionalmente, mediado por la
estructura de plausibilidad social; es decir, los sujetos logran una identificación
emotiva con los agentes socializadores, lo cual posibilita el desarrollo de un
sentido de afiliación a una comunidad. (p. 252)
Una persona recrea el mundo que le ha tocado vivir, conforme a sus necesidades de
comunicación y pervivencia, ya que debe crear una estructura y un curriculum que esté acorde
con las exigencias de cada “submundo” en el que se desenvuelve y del que debe hacer parte para
entrar en una sociedad que lo acepte. Un joven y también un niño o niña puede elegir entrar en
cualquier grupo social, ya que como lo ha demostrado (Alvarado, 2010) en sus experiencias de
acción política con jóvenes, ellos tienen el potencial y creatividad para generar nuevas
propuestas y a la vez, lo complementan en su socialización secundaria cuando construyen grupos
que se reúnen para constituirse como seres humanos con acciones políticas determinantes.
Aquí es importante dar partido a una propuesta que desde su campo pueda estudiar la
socialización política, puede ser ese investigador minucioso que pretenda incorporar cada uno de
los aspectos que relacionan al ser humano con la construcción de su ser y su entorno.
Dimensiones que puedan determinar a un sujeto en su enteridad. Un individuo enteramente
social y construido por toda la carga semántica que ha recibido desde su nacimiento y que ha
discriminado según sus necesidades personales.
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El tiempo que corresponde vivir al género humano actual es el de la
contemporaneidad, que se caracteriza por nuevas condiciones económicas,
culturales, epistémicas y de producción de conocimiento. De allí que emerjan
nuevas disciplinas, áreas y campos que, como en el caso de la
Educación/comunicación, se van consolidando desde distintos matices sin
pretensión de hegemonía. (Díaz, 2004, p. 170)
La comunicación-educación se da desde el seno familiar hasta los últimos días y espacios de
extensión del ser humano. Desde esta nueva perspectiva, es importante mirar el vínculo que
tienen los estudios emergentes a causa de la construcción de nuevas subjetividades sociales que
exigen un campo donde se puedan describir los nuevos entramados de socialidades que exigen
ser reconocidas. Por eso, Díaz (2004) se inquieta por la búsqueda e implementación de
estrategias de socialización política, más afín con el ser dado desde la modernidad y afirma que:
“no hay un solo agente, agencia ni discurso socializador político sino que se presenta un
entrecruzamiento de culturas, voces, medios y mediaciones que complejizan tanto la vivencia
como la investigación de la socialización política” (p. 170).
Para aterrizar esta mirada, se puede determinar que la socialización política va
intrínsecamente ligada con la comunicación-educación y que a partir de esta se pueden realizar
estudios claves que decanten procesos e investigaciones con postulados teóricos que se
entrecrucen para construir un campo en el cual las investigaciones pueden arrojar resultados
sorprendentes y satisfactorios del estudio de nuevas posibilidades de describir sujetos y
sociedades más a la par con nuestra época, donde no solo la familia, la escuela y los medios de
comunicación forman la subjetividad del ser humano, sino que los grupos sociales emergentes,
las culturas urbanas, las redes “sociales” y las nuevas tecnologías de la información y las
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comunicaciones, han construido otros mundos posibles escasos de explorar desde las ciencias
humanas y es en este proceso de investigación donde se realiza un intento de ello a partir de la
convivencia en todo el sentido de su palabra y la participación como reactivo que altera el mover
de la comunidad hacia la construcción de estrategias de corresponsabilidad y valor por las
opiniones de todos y cada uno de los miembros de una comunidad educativa y en particular, de
la comunidad que rodea la niñez de la I.E.M. Rural de Río Frío en la ciudad de Zipaquirá.
3.1.2. Ética del cuidado y el buen vivir en comunidad.
Ya se ha construido un componente desde la mirada de socialización política que redunda en
definir la preocupación por una real convivencia, por la participación y por las formas como los
actores sociales se desenvuelven a partir de los agentes de socialización que influyen en ellos. A
partir de ahora y en adelante, en la estructura de esta tendencia teórica, se abre la puerta a la
posibilidad de involucrar la ética del cuidado y el buen vivir puestos en diálogo para ser
desarrollados desde y en el terreno de la comunidad. Para esa estructuración pondremos como
iniciativa postulados que han construido la ética como necesidad de campo en la acción social y
educativa.
Es pues la ética en cuanto a la educación y los procesos de participación un elemento
indispensable, si se puede también definir, como esas tendencias a valorar y ser valorado en
cuanto a las acciones que afecten de manera positiva a una comunidad. Lo que entendemos por
bueno o malo frente a las condiciones con las cuales actuamos frente a los demás. Pero para no
dar tantas vueltas a lo que podría ser la definición real de ética, el mejor reflejo para combinar la
ética del cuidado y el buen vivir en comunidad está dada desde la perspectiva del arte de vivir de
Savater (1991), y saberlo hacer como conviene. Él, en su coloquial discurso enuncia “que parece
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prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos
permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética”. (Savater,
1991, p. 32). No solo son los comportamientos que tenemos frente a los demás, es reflexionar y
cuestionar la validez de estos, en cuanto a lo que enunciaría From (citado en Savater, 1991),
como el bienestar del hombre. Todo eso, es lo que da valor ético a los comportamientos humanos
para vivir mejor, o como aquí cabría decirlo, para el buen vivir.
En indiscutible desprenderse de Savater (1991) en todos estos planteamientos. Él ánima a no
vivir de cualquier manera sino de actuar para que no sea igual. Él habla de no solo estar
sometidos a reglas de autoridad o ser contrario a la misma, sino que es el procurar comprender la
conveniencia de nuestros comportamientos y de lo que puede mejorar nuestra vida humana junto
a otros humanos.
La ética consiste en apostar a favor de que la vida vale la pena, ya que hasta las
penas de la vida valen la pena. Y valen la pena porque es a través de ellas como
podemos alcanzar los placeres de la vida. (Savater, 1991, p. 157)
La ética primero es personal, pero no se puede tener conciencia de ella sin reconocer al otro,
ese que riega mis vivencias, que demuestra que solamente la construcción de sociedad se vive en
relación entre unos y otros. Podemos elegir lo que más conviene, pero no solo personalmente
sino con nuestra sociedad en construcción constante.
La necesidad de hacer de la práctica educativa la naturaleza vital que mueve al docente es,
como diría Freire (2004), fundarla en el respeto, la dignidad y la autonomía, no ver un estudiante
que se haya globalizado por estándares generales de educación que únicamente buscan sus
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sometimiento y aplicabilidad al pie de la letra, que solo esconde una ética “del mercado” sino
que evidencie lo que en realidad es necesario para el ser en formación, una “ética universal del
ser humano, por la cual debemos luchar arduamente si optamos, en verdad, por un mundo de
personas” (Freire, 2004, p.57).
Desde la institución escolar debemos promover una ética que redunden en el respeto a la vida,
a la sociedad, a lo humano del hombre desde su naturaleza y la dignidad que merece frente a la
prioridad de su opinión (Freire, 1969). Esta es la tarea, y la manera de desarrollarla es
promoviendo expresiones y proyectos vivenciales que involucren la misma comunidad y
teniendo en cuenta sus perspectivas e ideales.
Para dar prioridad al componente teórico de este aparte es necesario contextualizar las
nociones de ética del cuidado con respecto a los autores más representativos de la misma.
Interesan primordialmente las discusiones y perspectivas que puedan configurar una ética del
cuidado que se enfoque a lo que se pretende con el proyecto.
Puede que Karol Gilligan (1982) nos lleve a una conceptualización del cuidado desde la
defensa feminista de la ética del mismo y lo describe como esa esencia que tiene el ser humano,
y sobre todo la mujer para mantenerse alerta y ser responsable frente al mundo que la acoge. Ella
afirma que aunque la mujer es a quien se atribuye el papel de cuidadora, este instinto caracteriza
a todo ser humano y sus relaciones morales. También Leonardo Boff (2002) nos define más la
sustancia de lo que significa el cuidar. Pero en este aparte nos enfocaremos específicamente en la
ética del cuidado y lo tejeremos enraizados al uso ético de las relaciones sociales, visto por
Foucault y Nell Noddings.
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En “hermenéutica del sujeto”, Foucault (1987) describe especialmente lo que quiere decir el
cuidado de uno mismo y del otro, las prácticas éticas y de libertad. Él habla de ese ethos de
libertad que también implica ocuparse del otro en el momento en que nos sentimos capaces de
reconocerlo como prójimo en la comunidad en la que se nos relacionamos, escuchando la
instrucción de lo que puede ser o no aprobado por la sociedad. En la ética del cuidado, la
constante es, del otro que siempre va a estar en medio para sopesar las prácticas a las que se les
desea dar vida. “El cuidado de uno mismo, por tanto, precisa la presencia, la inserción, la
intervención del otro” (Foucault, 1987, p. 61), y también el respeto de los derechos, ya que
tienen mucho que ver en la imbricación de este concepto, porque que es a partir de ellos donde se
desarrolla una lucha política por la obtención y ejercicio de los mismos para autenticar la libertad
individual. Es clave generar la noción de que el cuidado de sí pueden ser las acciones constantes
de relación consigo mismo y con el otro, desde el cual se genera y es generada una dependencia
de construcción de sujeto que aprueba y da pie para el valor de lo que puede ser una sana
convivencia.
En términos acordes con esta línea, Cubides (2007) afirma que;
El cuidado de sí está vinculado a la formación ética y política del sujeto. A partir
de lo anterior, Foucault se adentra en estudiar la dimensión política del cuidado de
sí y encuentra que tiene que ver con aquello que el sujeto está dispuesto a aceptar,
rechazar o modificar en sí mismo y en sus relaciones con los demás, con miras a
ejercer su voluntad de acción. Se trata, entonces, de una manera inmanente de
coordinar las relaciones entre el individuo y la sociedad. (p. 60)
Desde este punto de vista, no estamos tan lejos de representar al sujeto político como ese ser
sensible que procura ser responsable de sus actitudes y de la misma manera actuar, a partir de
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ellas para beneficiarse y beneficiar su esfera social. Un sujeto político con ética del cuidado tiene
incrustada una acción que puede denominarse como su participación en actos de altruismo que
conlleven al quehacer social donde pueda inmiscuirse apoyado por los impulsos de ciudadanía e
identidad que gritan a gran voz expresarse, si cabe decirlo, a partir de una socialización política
que según Alvarado et al. (2012), es la cuna de los valores y normas de las cuales el sujeto se
apropia para reafirmar desde sí mismo, una identidad en colectivo.
Un individuo es consciente de sí al ver a los otros, reconoce al prójimo, se apropia de su
entorno, participa y convive en él y desarrolla socialización política, determinada por los
alcances que pueda llegar a tener su opinión frente a la transformación de una sociedad que no se
debe conformar con estatutos preestablecidos de comportamientos y normas leguleyos para
cumplir únicamente el requisito que solicitan desde el panóptico.
En diseño, puede que todo esté dispuesto para la sociedad, pero Vásquez (2009) cuando
inscribe el pensamiento de Nell Noddings, traduce la preocupación por el ser social en relación
con los otros y su tal vez acatamiento, no de un estado que nos simplifica, sino dependientes de
otros sujetos porque somos afectados por las escenas situacionales de la vida diaria donde
intervienen actores relacionales y no autónomos completamente. La influencia del otro determina
nuestras fortalezas y debilidades, ya que un comportamiento puede ser apoyado o rechazado
según la necesidad de un colectivo al que pertenecemos.
En general, es indispensable la ética del cuidado entre unos y otros. El hacerlo bien, puede
redundar en estrategias emergentes de empoderamiento entre las colectividades y nuevas
generaciones despiertas a la sensibilidad y las responsabilidades compartidas, ya que es un hecho
que el mundo está urgido de individuos que formen sociedades más incluyentes y sobre todo,
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colectividades que maduren acciones políticas que redunden en bienestar para todos, donde haya
una posible imitación de esas acciones favorecedora de calidez humana.
El sentimiento “debo hacer algo” (Vásquez, 2009, p. 50) es una frase que sustenta el
sentimiento que emerge del ser cuando reflexiona acerca de lo que puede hacer frente a la
vulnerabilidad del otro y la toma como su propio dolor, que implica una acción humanitaria para
suplir tanto esa situación como su sensibilidad de acción moral desde la realidad. Es algo que se
encuentra justificado en la esencia propia del ser como sistema de protección y defensa hacia su
mundo y hacia sus otros.
3.1.2.1. Ética del cuidado: una cuestión de seis. Ya se ha venido diseñando el entramado
definitorio de lo que se quiere mostrar en este proyecto como ética del cuidado, esa dimensión en
la cual los seres humanos se relacionan con sensibilidad hacia la vulnerabilidad del otro y su
anhelo de actuar frente a la construcción de una sociedad más perceptiva y humana. Es por eso,
que los protagonistas deben tener un lugar especial en este esbozo teórico. Los sujetos, como
seres humanos, políticos, participantes dadores y también receptores de la estrategia que se
pretende tejer en torno a la socialización política como base de una ética del cuidado y el buen
vivir, en la comunidad “sujeto” de estudio.
El título de este segmento viene inspirado de los morfemas llamados pronombres personales,
que involucran a todos y cada uno de los seres que actúan en el mundo, y más precisamente en la
comunidad. Yo, tú, él, nosotros, ustedes y ellos, somos los actores involucrados en cualquier
constructo que pretenda ser colectivo y que redunde en la participación activa de la comunidad
en general.
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La ética del cuidado debe ser compromiso de todos, para que las destrezas de una colectividad
puedan mostrarse como hechura suya, que identifique la subjetividad real de sus integrantes y
propiciar alternativas de avance en el buen vivir de la comunidad.
Es indiscutible que un ser se debe reconocer en su subjetividad para de la misma manera
reconocer al otro, donde el “cuidado de sí” que plantea Foucault (1982) se puede conectar con el
“yo” al cual no se va a recabar sino desde el punto de vista de cuidado de uno mismo, donde se
arguye que el conocimiento de uno mismo se dispone al distinguir la personalidad con respecto a
los demás y donde la libertad individual se propone como ética que enseña a valorar y valorarse
de manera positiva en una comunidad, como lo traza Boff (2002), la forma más propicia de
experimentar el cuidado es cuando se hace posible mostrarse conforme a un todo y sentirse parte
de él en relación con las metas y sentido de vida.
Presentarse ante la probabilidad y ser eslabón en la construcción y empoderamiento social,
debe ser un imperativo en cuanto al compromiso de ejecutar buenas prácticas comunitarias que
señalen al otro (tú) como ese ser a quien también se debe vincular y cuidar, poniendo en
evidencia sus intereses, para que la relación de cuidado y buen vivir inicie su despliegue y afecte
la mayoría de individuos donde señalan Chaux, Vega y Daza (2005) que:
El cuidado se construye en la interacción entre personas. Una interacción en la
que se cuida requiere un intercambio constante de información en ambas
direcciones, es decir, de una comunicación de doble vía. De esta forma, las
personas involucradas buscan siempre comprender muy bien lo que el otro
necesita antes de actuar y para ello preguntan, escuchan y observan con atención.
Adicionalmente, se necesita estar dispuesto a expresar las propias necesidades,
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pensamientos y emociones, con tal de facilitar el entendimiento mutuo y la
comunicación. (p. 128)
Es una cuestión de compromiso donde amar discurre en una posición de ser indulgente, como
lo reivindica Cubides, (2007), separarse del individualismo y la indiferencia para adoptar una
correspondencia entre el reconocimiento de la ética y el uso del poder desde otros puntos de vista
donde no hay verdades absolutas sino el auténtico reconocimiento del entorno y en este caso, del
otro (él, ella) como instrumento clave de emancipación de las propuestas colectivas para
beneficiar sociedades que buscan exiliar la violencia intentando sobrevivir desde la misma y
creando estrategias de reflexibilidad y bien común.
El aporte de cada parte es definitoria para la formación del ciudadano con respecto a la
convivencia con los otros. Desde la escuela, en nosotros y ustedes como docentes y padres de
familia, debe haber una pretensión por que el bienestar sea bidireccional en cuanto a los intereses
tanto nuestros, como de hijos, estudiantes y comunidad en general para entenderse y
comunicarse en doble vía y poder comprender las necesidades y sentimientos del otro.
Nuestra prioridad debe estar proyectada a que la comunidad consiga fortalecer su discurso
social en cuanto a acuerdos, y como lo diría Chaux et al., (2005), nuevas formas de relacionarse
con los otros, explorando estrategias y habilidades propias de los sujetos. Los espacios que se
ofrezcan deben llevar a la persona en formación a enfrentar desafíos que lo constituyan como
investigador y explore su propia realidad en cuanto a cooperación y experiencias de realidades
que involucren la necesidad del cuidado y el bien común.
El trabajo constante en cuanto al patrocinio de relaciones de cuidado implica realizar una obra
artesanal donde todos coloquen sus manos en el diseño de estrategias de socialización para
entender el sentido, importancia y compromiso al que se debe llegar con respecto a lo que se
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espera de nosotros y de los otros para definir una relación de cuidado que según Chaux et al.,
(2005) es recíproca, ya que cada uno de los involucrados hace un aporte a la relación y ambos
son responsables de su formación y mantenimiento. Cada persona presta atención y responde a
las señales del otro. En algunas ocasiones se es “cuidador” y en otras se es “cuidado”, pero
siempre se necesita prestar atención y responder.
En una relación de cuidado cada una de las partes también está pendiente siempre
de su propio bienestar y busca negociar sus intereses y necesidades con aquellos
de los demás. (Chaux et al., 2005, p.3)
Es indispensable el aporte de cada uno de los sujetos, en un entorno que procure estrategias de
priorización de situaciones humanizantes que pretendan hacer protagonista a la persona, más que
a las entidades y dispositivos de conducta que reglan los comportamientos y que no tienen en
cuenta la mutación constante de las comunidades y los aspectos culturales que perviven en ellas.
“Ellos son la clave”. La frase cliché que refiere a los niños, niñas y jóvenes como el futuro de
las sociedades, no es solo una conversación de portón, sino un enunciado que invita a la lucha
por trabajar para formar colectividades capaces de aportar al bienestar de las relaciones y de unas
condiciones de responsabilidad, donde las posibilidades de mejorar están dispuestas por la
capacidad del sujeto para participar de la construcción de ideales de buen vivir. Lleva consigo
una fuerza en la multiplicidad de saberes coloquiales e intelectuales articulados en la formación
de nuevas sensibilidades dispuestas a percibir la necesidad del contexto en cada época e historia
de vida. Una participación colaborativa que integre nuevos avances y postulados de socialización
política para dibujar un panorama de posibilidades dispuestas a apropiarse de un compromiso
histórico de identidad, educación, cultura, comunicación y política.
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La participación de los sujetos desde todos los puntos de vista y perfiles, se debe activar desde
la responsabilidad y compromiso de crear ciudadanía en cuanto a tener el poder de reconocer
pensamientos, sentimientos y expresiones y darles el valor determinante para caracterizar una
población donde se prioricen acontecimientos y prácticas de responsabilidad con respecto a sí
mismo, al el otro y por al medio (cultural, social y físico). En línea con Freire (1994), el objetivo
es que las relaciones estén dispuestas en ambientes participativos donde se obtenga el mayor
provecho a los hechos y conflictos cotidianos que lleven a la reflexión y posibles respuestas en la
realidad circundante.
El mayor detonante en la construcción de relaciones y vinculación de ideas como bandera de
un colectivo, debe ser la voz de sus integrantes, una voz activa que denote conceptos de
diversidad y emancipación para transformar la realidad a partir de la libertad de expresiones que
se puedan convertir en políticas sustentadas de acción.
3.1.2.2. Ética de cuidado y buen vivir. Herramientas de socialización política. La
formación del sujeto con respecto a su desarrollo ha venido mostrando diferentes propuestas y
facetas que no se abordan en su totalidad pero que sí dan ideas claves y pie para demostrar que el
individuo es un ser que exige más de su entorno y que en diversas ocasiones, emerge un grito
que lo incita a vincularse con su propia formación ciudadana y el papel que desempeña como ser
social.
Tal vez las teorías no se llevan al pie de la letra, ya que el ser es cambiante en su humanidad
con respecto a la época en que vive y las circunstancias que lo han formado desde su mismo
nacimiento, pero es ese dinamismo el que provoca el surgimiento de políticas desde la
concientización de los discursos de quienes integran la comunidad, la manera de hablar de
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padres, líderes comunales y aún de los mismos estudiantes, son voces que propician discursos
políticos de intervención.
Esa emergencia, ya planteada en este texto, de una socialización política que involucre los
intereses, derechos y deberes desde la pluralidad para ser influencia en un grupo social, vincula
una necesidad de herramientas que no dejen pasar desapercibidos postulados e ideas que puedan
permitir el avance de una población a nuevas formas de poder y libertad.
Socialización política, es la oportunidad para crear conceptos comunes que beneficien
recíprocamente a los sujetos y así como Alvarado et al. (2012), mencionan que es un proceso en
cuanto a las experiencias que forman la identidad social y que aportan a la construcción de la
propia imagen para relacionarse con las instituciones y el sistema político, también hace caber
valores tomados por los sujetos donde es posible una identidad colectiva. Condicionalmente, es
necesario potenciar estos conceptos para la praxis humana con una propuesta intencionada en la
ética del cuidado y el buen vivir como herramientas que ayuden a lograr convenios colectivos
que procuren el interés y beneficien a las comunidades.
La socialización política involucra ética del cuidado en cuanto a que este proceso se da desde
el nacimiento, donde existen agentes de socialización que infieren sobre la personalidad, el
bienestar y la responsabilidad sobre ese nuevo integrante en la familia, es así que el sujeto se
siente parte de su colectivo y participa en él de acuerdo a las situaciones que surgen, adopta sus
principios y normas y trabaja sobre lo permitido, siempre ejerciendo acuerdos y desacuerdos en
su resignificación constante del mundo. “Las relaciones interpersonales en las que se práctica el
cuidado son encuentros éticos entre quien cuida y quien recibe el cuidado” (Noddings, 1992,
p.91). En cuanto al compromiso social, es indispensable que cada persona se reconozca como
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cuidador de su constructo social para sumergirse en sus formas de vida y actuar con respecto a
ellas.
En los espacios de socialización es donde el ser experimenta el cuidado de su persona al hacer
valer sus derechos y el de una comunidad como protagonista de sus propias creaciones,
exaltándolas o dándolas a conocer como propuestas emprendedoras de sociedad. En este caso,
tener una ética del cuidado va ligada a la importancia que se le da a cada uno por sus aportes, la
tolerancia entre el colectivo y la configuración de competencias políticas, cuidar la forma en que
se comunican para sobrellevar conflictos y generar procesos de reconciliación dando el valor
ético a las acciones que afectan el entorno.
Trabajar en el desarrollo de competencias ciudadanas es tomar la decisión de
fortalecer la democracia en el país y de formar ciudadanos comprometidos,
respetuosos de las diferencias y defensores del bien común. Unos ciudadanos con
pensamiento crítico, capaces de analizar y aportar en pensamientos colectivos,
teniendo en cuenta la situación de los otros…conscientes que su papel en la
sociedad no es el de espectadores o víctimas, sino el de sujetos con derechos que
deben defenderlos y adoptar sus deberes con los demás. (Vélez, 2005, p.15)
Ese cuidado de las sociedades es el que puede permitir, en gran medida el uso de la
participación política como una constante que haga parte de la realidad, con el compromiso de
convivir para el bien común como la mayor de las prioridades.
De tal manera, la socialización política no puede ser únicamente el deber de adaptarse al
sistema, sino adquirir una posición dentro de la sociedad, expresar ideas para hacer que estas se
articulen en acción y reestructuración como ejercicio de opinión social política, con respecto a
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las necesidades y perspectivas de sus integrantes, convalidando así sus usos del entorno, formas
de vida, pensamientos y cimentación de memoria para entender el principio de justicia, libertad
y demanda de intereses por la configuración de un país atento a ciudadanos en su ejercicio
político.
Un sujeto constituye el cuerpo social del otro y sus formas de comportamiento, así mismo, es
responsables de la coexistencia del otro y de la manera en que se relacionan con el medio. Cada
uno se debe al otro, ya que los seres humanos en conjunto hacen parte de una comunidad, y qué
fuera de ésta sin las personas. Es en ellos (el individuo y la sociedad), donde recae la enseñanza,
la cultura y la transformación de las generaciones.
Entra en juego entonces el concepto que tanto Bolivia como Ecuador han colocado como
bandera en la constitución política de sus países para empoderar al pueblo de sus raíces y sobre
todo de sus formas de vida como conservación de un entorno armonioso y que pretenda sopesar
las heridas del conflicto político y de interés monárquico, que desde años atrás ha venido
afectando a las civilizaciones en general.
El Sumak Kawsay, Suma Qamaña, o más conocido como buen vivir, es una propuesta que ha
dado expectativas de pueblos y civilizaciones en continua marginalidad a causa de las invasiones
que han sufrido. Es una constante predecir una sociedad que anhela descolonizarse de una puesta
en común que encierra al pueblo en prototipos hegemónicos verbosos de participación pero solo
la promueven desde las urnas estamentarias. La idea es, como lo propone Tortosa (2009); que el
desarrollo se pueda contemplar desde la periferia, donde se encuentran los pueblos que sufren las
circunstancias de las decisiones de estado y no solo desde el centro, donde únicamente se
redactan leyes y estatutos para ser aplicados en común sin tener en cuenta el conflicto, la
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diversidad cultural y las problemáticas particulares que se presentan activamente. Aquí se
propone hacer uso de sus derechos y deberes con el reconocimiento de una socialización política
real que promueva cambios desde el interior y que contemplen propuestas y posibilidades de
integralidad, pero también particularidad donde las colectividades transformen sus maneras de
relacionarse, en experiencias de ética de cuidado, bien común y sobre todo, la sensación de buen
vivir.
Aunque sea un concepto proveniente de las comunidades indígenas y pocos teóricos lo tomen
a consideración, es de necesaria urgencia el promover este tipo de perspectivas donde el valor de
la tierra y la cultura como la conciencia de las necesidades colectivas y los saberes y capacidades
humanas, prorrumpen para manifestar con tinte político, las formas sociales de vida.
Vivir bien por tanto no puede vincularse solamente al ingreso per capita o
crecimiento económico, debe incluir los valores, las normas, las ideas y el
comportamiento que faciliten la armonía entre los seres humanos y la Madre
Tierra. La cultura y la lengua constituyen el sustrato primigenio con el que las
generaciones vivas reciben los estímulos del presente y renuevan su legado
ancestral” (Cunningham, 2013, p. 29)
Reconocer que somos partícipes de la construcción de sociedades implica que el sustrato
proveniente de una socialización, sea el compromiso por involucrarse con nuevos agentes como
el medio ambiente, las formas de vida cultural, las perspectivas y esa autoridad holística de
defender lo que se construye a medida que el tiempo junto con las condiciones de vida, exigen
quehaceres de toma de conciencia y manifiestos colectivos que deben pronunciarse.
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Alvarado et al., (2012) asegura que la acción colectiva es el principio para hacer conciencia,
visibilizar y hacer públicos los discursos como la esencia de una socialización política. Es
ponderante,
El respeto por la soberanía de los pueblos, por sus definiciones productivas,
reproductivas y por su construcción territorial, que permita espacios de
intercambio e interrelación horizontal que rompa finalmente con las expresiones
de colonialidad heredadas” (Acosta, 2013, s.p.)
El objetivo es que los ideales comunes se conviertan en una realidad social donde las
expectativas de los pueblos sean prácticas sociales que se legitimen desde sus historias de vida y
sus narrativas como sustrato básico de la conformación de sociedad. Debe ser posible interpretar
desde el fundamento de los agentes socializadores la influencia en cuanto a valores y principios
de su existencia y no a modelos políticos y económicos preestablecidos.
Un proceso de socialización debe sugerir aprendizajes y prácticas que se interioricen y se
comuniquen de manera dinámica para abrir espacios de convivencia y participación donde el
ejercicio de la ciudadanía se refleje frente a las situaciones reales de un grupo con sentido crítico
e identidad cultural.
Así como Castillo (2013) habla de la democracia en la escuela para la formación de un sujeto
moderno, también se contempla que éste se involucre en dinámicas de socialización política a
partir de las cuales el sentido y la identidad como sujetos políticos sobrepasan el tradicionalismo
del mundo escolar y así mismo del mundo en general para la misma configuración de su
personalidad en procesos participativos comunitarios.
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La perspectiva central de “Ética del cuidado y buen vivir. Configuración de saberes colectivos
desde la socialización política”, intenta repensar desde la escuela el papel de todos los miembros
de la comunidad educativa como sujetos activos frente a procesos de participación y
construcción de convivencia, intentando responder inicialmente a las expectativas del uso de
normas y conductas de convivencia creadas por los mismos individuos y más que eso, presentar
un panorama donde sea posible vincular el cuidado como objeto transversal para diseñar
posibilidades de corresponsabilidad y así obtener resultados de mayor comunicación y actos de
buen vivir en Río Frío. Zipaquirá.
La continuidad de este trabajo se manifiesta en la posibilidad de replicar a docentes, padres de
familia, líderes comunales y estudiantes, las estrategias que guían el trabajo y así extraer
propuestas y resultados satisfactorios desde seres humanos comunes que tienen capacidades y
pueden fortalecer sus habilidades dentro del contexto en el que se relacionan según las
necesidades dispuestas para crear colectividades con identidad.
El acercamiento a la comunidad enriquece el quehacer docente, a la vez que enriquece en el
conocimiento de las formas de vida y dificultades que hay allí. Siendo así, se debe desencadenar
un sentido de pertenencia por el trabajo que se desarrolla y un especial ánimo por reconocer las
facultades de participación, alcance y proyección que hay en el corazón de una comunidad.
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4. Marco Metodológico
4.1. Enfoque, tipo de investigación y método
Para un trabajo de investigación es necesario usar una estrategia sistemática para que se pueda
consolidar y dar aportes concretos a una comunidad específica, se deben proponer una serie
elementos a seguir como horizonte para lograr el producto que se desea.
Estas páginas pretenden enunciar el diseño metodológico usado para dar respuesta a la
pregunta problema o eje de investigación e implementar una forma de analizar la medida en que
el manual de convivencia se ejecuta y si es aplicable dentro de la vida cotidiana de la comunidad
educativa, para desarrollar la construcción de una herramienta de participación en la I.E.M. Rural
Río Frío.
En este caso, la vía final fue el diseño de una propuesta para la interacción entre todos los
entes de una comunidad educativa en la construcción de acuerdos de convivencia como
mecanismo dinamizador de las actividades y estrategias dispuestas dentro del ambiente escolar.
Se fue tejiendo un esbozo de lo que se deseaba investigar, pero en cuanto a la forma de
hacerlo, fue indispensable que esta, diese respuesta a las necesidades de la comunidad educativa
y tuviese una relación enraizada en las categorías dispuestas (socialización política,
participación, convivencia) para el desarrollo en el contexto a intervenir.
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El diseño metodológico, debía responder a la necesidad de emplazar y estar al tanto del punto
de vista de todos los integrantes de la comunidad educativa con respecto a la magnitud y
aplicabilidad de actos de ética del cuidado y buen vivir, la cultura y las variables que
intervinieron para integrar elementos que generen transformación hacia sujetos políticos activos.
Es indiscutible el nivel de importancia de la elección del enfoque metodológico en una
investigación, ya que para que esta sea posible y obtenga resultados óptimos, se debe elegir el
más adecuado a las características del enfoque del proyecto y de la población focalizada.
Más que el tipo de indagación, se contextualizó la situación de la propuesta y la trascendencia
que esta pudiese tener en la medida de sus posibilidades, pasando por cada uno de los aspectos y
proyectando un nivel cada vez superior.
Es por eso, que en cuanto a la propuesta de intervención en el proyecto, se propuso buscar un
método que cumpliese con criterios de aprendizaje y reconfiguración del entorno por medio de
relaciones activas de afectación al cambio de perspectivas frente a la construcción social desde la
escuela y procure aportar en proceso participativos que incidan en una ética comunitaria del
cuidado.
Enfoque cualitativo
Si se reconoce la pregunta transversal como un trabajo para generar con los estudiantes de
primaria de Río Frío Zipaquirá, procesos participativos que incidan en una ética comunitaria del
cuidado, se puede considerar el análisis del estudio de manera escalonada e integral y se presenta
la propuesta atendiendo a las necesidades investigativas del proyecto. La idea fue reducir el
estudio y dimensionar los rasgos y usos de esta clase de mecanismos dentro de la comunidad, la
cual se describió a lo largo del texto.
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Uno de los propósitos de esta propuesta fue intentar evidenciar las prácticas de poder y de
sentido de los actores sociales y reconocer el contexto donde median los comportamientos y
relaciones dentro de una comunidad, ponderó un fehaciente interés en llevar a cabo un trabajo
que procurara comprender e interpretar la realidad de un contexto específico y evidenciara
algunas relaciones tendientes dentro del tejido social del grupo con el que se compartió la
experiencia, para el desglose de la exploración académica. Por eso, este trabajo se delineó desde
un enfoque cualitativo:
Donde se describen características que postulan alternativas como que “la
realidad” se define a través de las interpretaciones de los participantes en la
investigación respecto de sus propias realidades. De este modo convergen varias
“realidades”, por lo menos la de los participantes, la del investigador y la que se
produce mediante la interacción de todos los autores. Además son realidades que
van modificándose conforme transcurre el estudio y son las fuentes de datos
(Hernández Sampieri, Fernández y Baptista, 2010, p.9).
La investigación cualitativa busca que todos los participantes del grupo focal estén inmersos
en situaciones presentes en la cotidianidad y su entorno, procurando entender las dinámicas que
confluyen desde la producción de conocimientos y saberes sociales. Quienes dan sentido a la
investigación, son las personas inmersas como sujetos de estudio y protagonistas de sus
representaciones semánticas para la cimentación de un nuevo conocimiento producto de la
experiencia.
La socialización de experiencias y estilos de vida pueden demostrar, desde diferentes puntos
de vista, las formas de ver la realidad con respecto a las situaciones y perspectiva de cada uno de
los actores en la comunidad educativa (docentes, estudiantes, padres de familia).
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Según Martín Félez (2010), una estructura cualitativa indaga a cerca de situaciones
inesperadas que se convalidan por la experiencia y no por situaciones controladas
anticipadamente. No hay certezas, sino variables inesperadas que pueden decantarse en nuevas
situaciones que posibiliten prospectos de relaciones cotidianas emergentes.
Conviene recoger, que para tomar este enfoque metodológico se tiene que partir de una de las
premisas en las cuales este trabajo se ha basado, y es la participación del sujeto como dispositivo
de construcción social que lleva inmersa una subjetividad donde se pueda ser capaz de mostrar la
visión de los individuos y las condiciones que los rodean a partir de la interacción social. Es
pretender una visión integral y establecer algunas regularidades conforme a la información que
suministran los sujetos participando así del reconocimiento a la multiplicidad.
Tipo de investigación interpretativa
Al intentar establecer categorías y nuevas premisas teóricas, es indispensable conocer lo que
se va a indagar o el problema que se abordará y evidenciar los alcances que pueden ser
sustentados en la medida de su proyección, con respecto a la veracidad del trabajo, donde el
“análisis de tipo interpretativo” (Hernández Sampieri, et al., 2010) influirá de forma
predominante en el uso de la información recopilada.
Para entender lo que sucede en el transcurso de la interacción con el grupo de trabajo, es
necesario basarse en la búsqueda de significados con respecto a las acciones y reacciones de los
individuos frente a diferentes situaciones dentro y, a veces, fuera de la institución. Para eso, es
necesario buscar formas de interpretar las realidades cotidianas, que sobre todo se definen con
los mismos participantes que tal vez se modifiquen en el transcurso del estudio. Hernández
Sampieri et al., (2010) lo demuestra cuando dice que “el investigador se introduce en las
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experiencias individuales de los participantes y construye el conocimiento, siempre consciente de
que es parte del fenómeno estudiando”. Se tiene en cuenta la unicidad del sujeto y el significado
que se da a cada una de las situaciones del contexto para posibilitar la enunciación de un patrón
cultural que pueda hacer efecto en las acciones de los individuos que convergen en el mismo
entorno. El objetivo es que haya una comprensión de los fenómenos de la realidad desde un
punto de vista ontológico donde se priorice la conducta de los sujetos en su entorno natural y que
las reacciones sean los más espontáneas posibles al momento de abordarlos.
Sí como lo ha denominado Kotrialrenco (1988):
Las interacciones son un proceso vivo y dinámico, sujeto e influenciado por el
contexto donde naturalmente ocurren y para estudiarlas se requiere de un método
capaz de extraer allí la información, sin alterar demasiado el proceso en el que se
desarrollan. (p. 6).
De ese modo, las prácticas de heterogeneidad, en cuanto a lo educativo, social y de grupos de
pares se pueden ir decantando en un proceso de transformación holística que procure una
tendiente de comportamientos y reacciones frente a diferentes eventos de la vida que pueda
incidir en un corte político de ideas, postulados y principios construidos, tendientes a la
resignificación para beneficio de los actores.
En procesos participativos comunitarios y configuración de saberes colectivos, es de suma
importancia entender que la identidad del individuo perpetúa sus acciones y de la misma manera,
lo configura como agente de participación política en pro de los intereses individuales y
colectivos. Se intentará interpretar la acción de los sujetos del grupo focal, como referentes de
aprendizaje de socialización política en propuestas de convivencia y participación, para explicar
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y resolver situaciones entre los miembros de la comunidad educativa en general, y sobre todo,
enfocada en los procesos de liderazgo, opinión y buen vivir.
Método IAP
La manera más pertinente para considerar el estudio del proyecto, parte de la Investigación
Acción Participativa (IAP) que ha demarcado diversos estudios en zonas rurales para construir
conceptos con comunidades más activas en cuanto a la participación y el valor de la opinión. El
método comisiona la construcción de sociedad, de donde realmente debe emerger, de la gente del
común, y es a ellos, a quienes se dará una relevancia trascendental en la propuesta metodológica.
La reproducción del conocimiento es otorgada a gente del común que desarrolla técnicas
investigativas combinando el sentimiento y la razón para convertirse en sujeto Sentipensante
(Fals B, 2009), que determina una filosofía de vida y que busca converger con el otro
reconociendo valores y diferencias.
Es determinante que la IAP con relación a la propuesta de investigación, puede revelar
resultados enriquecedores con respecto a los individuos como protagonistas de la resignificación
de conceptos hasta ahora desconocidos para ellos.
Se eligió este método por la correspondencia tan acorde con esta propuesta en una zona rural
donde se “conjuga la complejidad de las necesidades y aspiraciones populares, la sabiduría y los
conocimientos ancestrales, el protagonismo de las comunidades y de los movimientos sociales
alternativos, con una visión solidaria, internacionalista y anticapitalista” (Fals Borda, 2008,
p.13), para optimizar las maneras en que se aprende cuando hay participación y los sujetos de la
comunidad se involucran al aportar ideas y experiencias desde el diálogo, la acción y el bienestar
colectivo a partir de enlaces y posibles planes de acción que lleven a la reflexión constante
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dentro del saber popular y situaciones de socialización política donde la comunidad misma
reconozca saberes, valores y creencias de las cuales hacen parte y que procuran defender a partir
de la concreción de sus propias formas de convivencia para darles un valor significativo y así
mismo que redunden en proceso y cambios estructurales desde las mismas necesidades.
El grupo focal base son los estudiantes de primaria de la IEM Rural Río Frío, que se
complementa con la participación de docentes, padres de familia y algunos líderes comunales, ya
que Fals Borda “señaló los nuevos rumbos de la educación colombiana centrada en el alumno y
en la filosofía del “aprender haciendo” (Ocampo, 2009, p.1) y en consecuencia a este “método de
Investigación Acción Participativa (IAP), Fals Borda señala, que trabajando y aprendiendo en
acciones de tipo colectivo se logra una mejor posibilidad de transformación de una determinada
situación. Para producir cambios en la sociedad” (Ocampo, 2009, p.29). Entonces, cabrá la
posibilidad de descubrir y potenciar, desde procesos pedagógicos, construcción de saberes
colectivos, producidos tanto por el investigador como por el protagonista foco de la investigación
y que involucren la ética del cuidado y el buen vivir.
El contacto directo con comunidades rurales, hace de esta investigación algo más específico
en cuanto a la capacidad de liderazgo que se busca en niñas y niños campesinos y sus familias
desde donde se promueve el encuentro con la cultura popular, sus necesidades y la posible
conciencia social de modificar las circunstancias con base en las necesidades específicas del
colectivo, sus sensibilidades, sentimientos y proyecciones.
La IAP al ser una estrategia que involucra a la comunidad en general para reflexionar acerca
de sus experiencias y formas de vida. El objetivo es experimentar la exploración de sus propios
conocimientos y consolidarlos como ideas colectivas de cambio guiados por investigadores que a
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su vez se involucran en el proceso. Como suscribe la OIE (Office of International Education) (citado
en Moreno y Espadas, 2002)
“Los iniciadores de la IAP se previenen contra su propio poder concibiéndose "como
participantes y aprendices en el proceso, aportando sus conocimientos y convirtiéndose también
en objeto de análisis”. (p.2) “Los investigadores entran así en un proceso en que la objetivación
de sí mismos, en una suerte de inagotable sociología del conocimiento, se convierte en testigo de
la calidad emancipatoria de su actuación” (Rahman, 1991, p. 34). (p.2)
Adicional al trabajo del investigador como guía del proceso, también este se cuestiona acerca
de las necesidades y expectativas del entorno, interactuando con él y haciéndose parte de sus
metas y perspectivas en cuanto a las potencialidades y falencias que puedan ayudar a consolidar
una puesta en común donde las personas participen en su formación individual y como grupo
social.
En este proceso es de notable prioridad la IAP de tipo crítico y emancipatorio donde existe un
moderador del proceso y que se le adhiere una responsabilidad compartida con el grupo a
investigar y la puesta en marcha de una reflexión continua en el desarrollo de las actividades
propuestas.
La relación de los participantes en la IAP debe tener un efecto búmeran, que al ser lanzado un
reto o pregunta, debe regresar con amplio contenido de información que trascienda toda la
trayectoria por la cual fue direccionada y pueda convertirse en objeto de estudio y resignificación
de contenidos.
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En la educación rural se han de vincular herramientas de participación que permitan que los
espacios, y en este caso, la comunidad de la I.E.M Rural Río Frío sea la principal protagonista de
los objetivos propuestos y no solamente una descripción de las circunstancias cotidianas de
cuidado y buen vivir. En el desarrollo del método se deben usar estrategias donde se reconozcan
expresiones y actos de socialización política donde resida la reflexión y participación de padres,
estudiantes, docentes y líderes comunales, frente para visibilizar el uso del poder con respecto a
las problemáticas vigentes en cada caso.
Cuando Moreno y Espadas (2002) presentan sus presupuestos epistémicos, dan valor a
elementos que pretenden convertirse en prioridad en este proceso investigativo:
1. La relación sujeto-entorno, donde se determina una realidad conforme a la práctica
social. No se debe separar el sujeto de su contexto, sino que estos convergen
continuamente para una adaptación permanente.
2. La toma de conciencia con respecto a la participación y la lucha por los interese
comunes.
3. La participación permite que la reflexión transforme circunstancias en la comunidad que
se estudia. Entregar el diseño de propuestas y el uso del poder de gestión a las personas
del común, con matices políticos y de empoderamiento, promueve las capacidades de
moción y discusión. “El hombre dialógico que es crítico sabe que el poder de hacer, de
crear, de transformar, es un poder de los hombres y sabe también que ellos pueden,
enajenados en una situación concreta tener ese poder disminuido”.
4. El uso y patrocinio de estrategias de socialización política hace que ese sujeto dialógico
marche en pro de sus intereses y edifique su propio sustrato identitario.
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5. El redescubrimiento del saber popular como vínculo con sus raíces y valoración de su
identidad como pueblo que es parte del complejo poblacional de un país con diversidad
de creencias y posturas políticas, también desde afuera, desde la periferia. Que no están
estipuladas pero que se configuran como bases de un andamiaje cultural.
6. La cientificidad basada en la práctica y en experimentar conforme al uso de los saberes
cotidianos. (Moreno y Espadas, 2002, p. 3)
Todos estos aspectos, tanto en la comunidad de Río Frío como en cualquier otro territorio,
pueden descubrirse mediante el uso de un proceso eficiente que muestre la riqueza de saberes
contenida al interior de una vereda, ciudad o población, un poco alejada de los supuestos
estatales.
Varios postulados han referido un sin número de etapas en la Investigación Acción
Participante que tienen que ver con el estudio de las realidades y la participación de las
comunidades en función de las mismas. En este caso, se tomaron tres etapas indispensables en el
IAP propuestas por Moreno y Espadas (2002),
• Etapa inicial: Contacto entre la población y el investigador. Descubrimiento de la
problemática a trabajar elección de los grupos focales. Allí es posible manejar encuestas
y experiencias de algunos estudiantes y padres de familia (diarios de campo).
• -Estructuración de la IAP: Negociar para construir el programa: afianzar las
potencialidades en los saberes y gestión de la comunidad
“El investigador juega un papel importante en el sentido de poner a su disposición
diferentes técnicas de recogida, producción y análisis de información; de transmitir
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herramientas de trabajo operativas de manera que resulten asequibles y fácilmente
manejables por los miembros de la comunidad” (Moreno y Espadas, 2002, p. 6)
Involucrar a la comunidad y que ellos puedan discriminar las maneras en que se puede
acceder a sus coterráneos para reconocer las posibilidades de resolución de conflictos y
participación asertiva, promueve el reconocimiento de la realidad de los mismos desde la
reflexión y autogestión. En este caso es posible hacer uso de un cuestionario de los docentes a
padres de familia en cada sede y una salida con estudiantes donde ellos mismos interroguen a los
habitantes de la vereda. También se vincularon aspectos de observación cualitativa en cuanto a la
semana institucional en octubre de 2016, donde hubo socialización y propuestas de los docentes
con respecto a estructuras de convivencia y la invitación del presidente de la JAC en la vereda,
para el reconocimiento de sus funciones frente a los estudiantes de la institución.
• Desarrollar y evaluar lo realizado: Aplicar las técnicas y herramientas de recolección de
datos y realizar el respectivo análisis de los mismos donde se pueda socializar la
información de los resultados y se refiera un alcance de la investigación como aporte a la
comunidad. (Trabajo reflejado en los criterios de sistematización y análisis de datos, de la
misma manera, como parte de los hallazgos).
4.1.2. Marco contextual de la población
Cuando caracterizamos el ambiente educativo rural, debemos tener en cuenta que el desafío es
doble. No solo hay conflictos históricos propios del sistema sino también la inestabilidad socio-
económica por carencias y dificultades que lo distinguen, entre las que podemos mencionar: el
aislamiento geográfico; las inclemencias del clima; poblaciones flotantes, la precariedad de la
infraestructura, el equipamiento y las vías de comunicación; la falta de acompañamiento y
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capacitación a los docentes; la poca integración de los saberes y las costumbres de las
comunidades rurales; la brecha digital que separa a las escuelas rurales de lo urbano, el trabajo
infantil, la falta de acceso a la salud y muchas otras cosas.
Nuestras Escuelas Rurales se distinguen por: largas distancias hasta la escuela; aulas
acopladas donde conviven estudiantes de pre-escolar a quinto grado; maestros que dan clases,
asean, realizan arreglos locativos, intervienen con la comunidad, estudiantes que ayudan en las
clases, colocan tareas etc. Donde todo lo que hacen no se ve por el simple hecho de estar lejos.
Por ello, una de las características principales de las instituciones educativas en el ámbito rural es
su falta de centralización y uniformidad. Se pretende que los niños y niñas realicen competencias
y cumplan con parámetros que compitan con cualquier institución urbana y cercana a las
tecnologías y facilidades de la ciudad pero no existe el seguimiento ni los medios necesarios para
que este objetivo sea abordado.
Figura 1.
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En lo geográfico
La I.E.M Rural Río Frio, sede Alto del Águila se encuentra ubicada en la vereda Alto del
Águila a las afueras del extremo occidental del municipio de Zipaquirá, Cundinamarca su
ambiente es rural, organizado caseríos transitadas y pobladas a su alrededor por gente campesina
y dedicada al trabajo del campo y la ganadería. Tiene pocos establecimientos comerciales donde
se encuentra productos solamente de necesidades básicas.
En lo cultural
La escuela cuenta con niños hijos de familias campesinas donde predomina el
empoderamiento de la mujer como eje del hogar con Se maneja un estrato socioeconómico con
escalas 1 y 2.
En lo pedagógico
La escuela es una institución necesaria en la comunidad, ya que es la más cercana de la vereda
y donde los niños pueden acceder a los conocimientos que se les proporciona en su educación
básica.
En lo estructural
La institución se encuentra estructurada de la siguiente forma: planta de 1 pisos, una cancha
deportiva, estacionamiento 2 baños, pequeño salón de informática, salón de biblioteca, 2 aulas
donde se desarrollan los 6 grados de enseñanza inicial. (0°-5°)
En las Tics
Con respecto a la aplicación de las tecnologías y el área sistemas, hasta el año 2014 se adecuó
un aula de informática gracias a la implementación de los KIOSCOS DIGITALES, y gestión
docente, ya que no existían elementos adecuados para el manejo de las mismas por parte de los
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niños y se limitaban a una grabadora y 3 computadores con tecnología obsoleta. Ahora, existen
19 computadores de mesa y ocho portátiles, conectados en su mayoría a red de Internet.
Los estudiantes
Desde una descripción cualitativa del contexto se muestra a niños y niñas que poseen una
edad comprendida entre 5 y 14 años. Son un grupo de 45 niños conformado por 20 niños y 25
niñas.
Los grupos familiares en general son pequeños, la mayoría de los estudiantes viven con sus
padres o padrastros y algunos tienen un hogar poco estable y no consolidado a causa de las
dificultades económicas y el nivel educativo escaso en los adultos.
Las actividades de los padres son el cultivo y los empleos basados en patronatos y sus lugares
de distracción son las tiendas y el trago. En las casas se maneja el maltrato verbal y físico y la
mínima práctica de los valores.
En relación al dominio del lenguaje escrito y hablado, la niñez presentan una lectura
comprensiva; es decir, un aproximadamente un 60% se ubican en el nivel expresivo o normal de
la lectura, mientras que tal vez el 40% restante se está en niveles de dificultad y no tienen un
aprendizaje constante tal vez porque la población es muy flotante y los niños viajan de un lugar a
otro por el empleo de sus padres.
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4.2. Técnicas e Instrumentos de recolección de Información
Con respecto al diseño de algunos instrumentos, es posible evidenciar el punto de vista de
todas las partes en la comunidad educativa acerca de la magnitud y aplicabilidad de una
socialización política desde distintas perspectivas de participación y liderazgo.
Teniendo estos estudios y otros que puedan emerger a lo largo de la labor, es más posible
demostrar el tipo de técnicas pedagógicas y metodológicas aplicables para hacer de la ética del
cuidado y buen vivir herramientas que lleven a la corresponsabilidad de un bienestar común en la
vereda.
Es indispensable estar sustentados en ciertas etapas para que la propuesta de intervención
tenga validez en cuanto al método. Pero, para dar una ruta más concreta de lo que se pretende
desarrollar, es preciso aclarar la manera en que se va a sustentar el bosquejo de la experiencia, y
tener en cuenta ciertos instrumentos y técnicas que acompañan este tipo de investigación. De
acuerdo a lo anterior, se describen los instrumentos con respecto a las dos primeras etapas
planteadas desde el método IAP, ya que en hallazgos y conclusiones se evidencia la etapa
conclusiva. De concordancia con el tipo de enfoque, se usaron técnicas sugeridas por Hernández
Sampieri et al., (2010), “en los estudios cualitativos: Entrevistas profundas, pruebas proyectivas,
cuestionarios abiertos, sesiones de grupos, biografías, revisión de archivos, observación, entre
otros” (p. 16), para involucrar todos los puntos de vista y escudriñar a profundidad las formas de
participación de todos los miembros de la comunidad educativa.
Etapa inicial:
Muestra poblacional. La muestra representativa se vincula directamente con estudiantes y
padres de familia, en una de las sedes de la institución, mientras docentes y vecinos del sector se
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eligieron de acuerdo a la situación pertinente en la aplicación de las técnicas de información, se
puede decir que estas personas estuvieron al azar en el momento exacto del desarrollo de la
investigación. Todos estos sujetos han hecho presencia de algún modo, alrededor de las
dinámicas escolares.
Las personas que constituyeron los grupos focales dieron algunas muestras de sus
perspectivas y de qué manera cada cual percibe la corresponsabilidad de reconocer y reconocerse
como sujetos de acción política que, acorde con sus coterráneos, sugiere una ética del cuidado y
el buen vivir.
A partir del diseño metodológico se relaciona el grupo de trabajo, quienes ofrecerán
herramientas de discusión dentro de la propuesta. La población convocada tiene directa relación
con la comunidad educativa de la I.E.M. Rural Río Frío en el municipio de Zipaquirá. Los
grupos concernientes a la aplicación de las herramientas de recolección de la información
vinculan a tres (3) docentes, dos (2) directivos, cuarenta y dos (42) padres de familia, veintiséis
(26) estudiantes de primaria, siete (7) vecinos de la vereda y dos (2) líderes comunales.
La recolección de los datos es orientada a proveer de un mayor entendimiento de
los significados y experiencias de las personas. EI investigador es el instrumento
de recolección de los datos, se auxilia de diversas técnicas que van
desarrollándose durante el estudio. Es decir, no se inicia la recolección de los
datos con instrumentos preestablecidos, sino que el investigador comienza a
aprender por observación y descripciones de los participantes y concibe formas
para registrar los datos que van refinándose conforme avanza la investigación”.
(Hernández Sampieri, et al., 2010, p. 14)
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Para el reconocimiento del contexto y la problemática a abordar, se realizó una entrevista
semiestructurada a los líderes comunales y a dos docentes con respecto a su reconocimiento de
las familias en la vereda, también se tomaron en cuenta los criterios de la docente investigadora,
ya que se encuentra vinculada directamente con la comunidad educativa estudiada. Otra manera
de recolectar información en cuanto a aspectos de la comunidad fue con el registro de
observación en talleres con estudiantes y padres de familia proyectados a visualizar sus
comportamientos frente a diferentes situaciones de comunicación.
4.2.1. Entrevista semiestructurada. Es esencial en la investigación cualitativa ya que es posible
tener una relación cercana con cada persona aparte y se pueden mantener o cambiar los matices
según intenciones investigativas del entrevistador o la perspectiva del entrevistado. Entre los tres
tipos que denomina Hernández Sampieri et al.,(2010) la selección para la presente propuesta se
inclinó por las entrevistas semiestructurada que “se basan en una guía de asuntos o preguntas y el
entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u
obtener mayor información sobre los temas deseados (es decir, no todas las preguntas están
predeterminadas). (p. 597)
La entrevista se compartió usando una base de diez preguntas donde se pretende indagar en
cuanto a la reflexión personal frente al contexto, el reconocimiento del mismo y apuestas de ética
de cuidado y buen vivir en la comunidad que ven reflejadas. El instrumento se aplicó en las casas
de los docentes (docente y coordinador) y en la institución, al finalizar el horario escolar de
manera privada, en el caso de líderes comunales para así obtener un diagnóstico inicial de la
comunidad educativa. Ellos expusieron sus ideas de acuerdo a la perspectiva y trayectoria que
tienen en la vereda y le dieron el matiz según su nivel de comprensión del mundo y sus
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propuestas de intervención para hacer pertinente una ética de cuidado y buen vivir. Durante el
tiempo de la entrevista se permitió recoger otras ideas que llevaron a modificar preguntas y
realizar algunas de mayor profundización acerca del tema. (Ver anexo 1. Formato de Entrevistas)
Una entrevista trascendental direccionada al coordinador del colegio, fue de gran ayuda para
el reconocimiento de documentos y normas institucionales, ya que fueron una constante a lo
largo del diálogo. La conversación se encuentra en formato de audio y fue transcrita para
seleccionar comentarios y aportes significativos en la investigación.
Para complementar esta etapa inicial se incluye también la posición personal de la
investigadora donde Hernández Sampieri et al., (2010) sugiere que se reconozcan sus valores
propios y su forma de ver el contexto para que esto aporte al estudio en general. Su saber apriori
promueve el desarrollo de herramientas más precisas para apoyar los objetivos propuestos y
muchas veces, el contacto directo puede involucrar empatía e influencia entre las partes.
4.2.2. Observación directa. Para explorar las formas de vida social en un contexto humano y el
significado que el sujeto le puede dar a las circunstancias en su entorno, se hace indispensable
tener en cuenta y detalladamente los comportamientos frente a cualquier problemática cotidiana.
Una comunidad está formada por las familias que allí habitan, es por eso que verla de cerca, es el
paso clave para intervenir en ella.
En la observación cualitativa es de igual importancia los elementos internos (sentimientos,
creencias, expectativas, uso del lenguaje familiar y veredal, etc.), y externos que la componen (el
ambiente social, los elementos alrededor y la influencia de entidades o personas que visitan la
vereda). Por eso, en este caso se vinculan talleres de reconocimiento personal desde los padres,
niños y niñas, para reconocer a las familias y a la comunidad. Se realizó un taller de infografía
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donde los estudiantes debían dibujarse, escribir las características más sobresalientes en ellos y
comentar lo que sucede en sus familias con respecto al dibujo e información que plasmaron en
cuaderno de ética.
En otro taller se convocó a padres de familia para trabajar en conjunto con los niños para
observar las expresiones entre ellos como adultos y con los estudiantes.
Figura 2. Talleres de reconocimiento personal y de aspectos familiares.
Se realizó trabajo grupal entre padres e hijos y expresiones de comunicación como la
onomatopeya, carteles y presentación de sus situaciones comunes.
En el marco de las actividades se propuso realizar anotaciones donde se incorporan
comentarios y elementos que permite reconocer el contexto de cada estudiante a partir de una
observación de carácter descriptivo e interpretativo donde se tomaron fotografías y muestras
audiovisuales. Cuevas (citado en Hernández Sampieri, et al.,2010), enfatiza que no hay un
formato estandarizado para consignar la observación cualitativa sino que se inscriben los
elementos que parecen significativos para la observación, se reflexiona sobre ellos y con respecto
a eso se realizan algunas interpretaciones de la situación en contexto. Obviamente se va
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configurando un horizonte de sentido que tiene como clave ciertas ideas recurrentes. En estos
casos se hizo una matriz de dos columnas donde se colocó la descripción de la observación en un
lugar y la interpretación de la misma al frente, con el fin de reconocer las relaciones entre
coterráneos y reconocer elementos que tienen que ver con formas de vestir, hablar, actuar,
relaciones entre vecinos, situaciones de vulnerabilidad y escases etc., que permiten identificar el
contexto en sus formas y estilos de vida.
Esos elementos se incorporaron en matrices de evidencias seleccionando las categorías
dispuestas desde el inicio de la investigación como la convivencia y participación en la
comunidad y la ética del cuidado y buen vivir en comunidad, alrededor de las cuales se pretendió
configurar un estado de socialización política expresado por los sujetos en los grupos focales.
Las reuniones con los habitantes de Río Frío Zipaquirá, intentan concretizar teorías como la
de Alvarado (2014) cuando afirma que,
Desde el lenguaje de sentidos es posible comprender al ser humano no como ese ser
inmutable, sino como un ser ansioso por decir, creador de su propia vida, con potencia
para desplegar toda su capacidad para actuar, que se trasciende a sí mismo en cuanto crea
mundo y a través de ello se hace libre. (p. 217).
La presencia de actores sociales en convocatorias de construcción de convivencia permite
resignificar conceptos con respecto a situaciones sociales de comunidades en su
particularidad y las necesidades surgidas continuamente, que los convierten en constructores
de conocimientos emergentes desde nuevas expectativas a las cuales hay que dar campo de
exploración, aborde y manejo, en la continua renovación social (Tic’s, problemas de
servicios públicos, superpoblación, nuevas inteligencias, situaciones ambientales etc.) para
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descubrir las maneras en que concurren, van evolucionando y forman civilizaciones con
nuevas necesidades, sentidos de poder y participación.
- Estructuración de la IAP: Negociar para construir el programa: Acerca de la segunda
etapa, el objetivo es verificar las maneras en que la comunidad se muestra con respecto a
cuestionamientos y situaciones de participación convivencia y ejercicio del poder. Esto
quiere decir, determinar qué tan representativo es el vínculo entre sus formas de vivir y su
ejercicio político para la configuración de sujetos conscientes de la vida en comunidad y en
este caso, en la comunidad rural.
Hablar de socialización política es vincular a cada uno de los agentes en la representación
de experiencias que involucren acción. De ahí mismo se discriminaron cierto tipo de
herramientas que vinculadas.
4.2.3. Grupos de enfoque y observación participante. Tanto el investigador como los
demás docentes estuvieron al corriente de una serie de actividades de apoyo y trabajo en
equipo, (guiado por la rectora de la institución y un especialista en dinámicas de grupo) al
final de la semana se socializaron los aspectos de convivencia y participación plateadas en el
PEI de la institución y se hicieron aportes y modificaciones pertinentes que llevaron a una
mayor conciencia de lo que significa trabajar con comunidades rurales en cuanto a sus
trayectorias de vida, la adecuación de criterios no solo con las normatividad vigente, sino con
la realidad institucional. Se realizaron registros audiovisuales, fotografías y algunas
anotaciones tanto de anécdotas como de aportes de valor teórico con respecto a la temática.
(Anexo 2. Fotos del taller con docentes y escrito de aportes en el taller) Ya que como lo
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plantea Hernández Sampieri et al., (2010) la unidad de análisis se basa en lo que expresa y
construye el grupo.
Aunque este tipo de técnica sugiere formas equipos de máximo diez (10) personas, el
trabajo se realizó con treinta y seis (36), incluidos administrativos y directivos que se
subdividieron en grupos de aleatorios entre 6 y 7 personas de diferentes áreas quienes debían
resolver cada una de las propuesta realizadas tanto en las actividades de resolución de
problemas, como en estructuración de planteamientos teóricos.
El grupo se perfiló de la siguiente manera:
• Tres sesiones con el totalidad de las personas inscritas inicialmente, dos directivos, tres
administrativos y 31 docentes de la institución, incluida la investigadora. La mayoría
habitantes en la zona urbana de Zipaquirá y alrededores.
• Se desarrolló en un plantel del municipio de Zipaquirá que tuviera condiciones de
accesibilidad, equipos y espacio pertinentes para las actividades.
• Se llevó a cabo cada sesión con un moderador especialista en manejo de grupo y
liderazgo, a la par de la rectora de la institución quien expuso las orientaciones
pertinentes para el trabajo y los soportes teóricos para el mismo.
• Se dio la participación equitativa del grupo en general, el análisis de casos y preguntas
que permitieron la expresión de diferentes puntos de vista.
• Las sesiones fueron grabadas de forma audiovisual y con registro fotográfico, al igual que
algunos registros escritos.
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• El análisis del contenido se anexa en las matrices de resultados y hallazgos, ya que solo
se consignaron datos particulares para la propuesta de investigación. (anexo 3. Reporte de
sesión taller con docentes)
4.2.4. Taller y cuestionario de preguntas abiertas. Se invitó a los docentes a aplicar un
cuestionario en reunión de “escuela de padres” con respecto a la vida familiar, que ofreciera un
panorama acerca de sus perspectivas con respecto a espacios de ética del cuidado y buen vivir,
en sus hogares, con preguntas útiles para proponer estrategias de la aplicación de estas
categorías. (Anexo 4. Fotografías taller (A), Cuestionario a padres (B) ver enlace para video.)
donde se posibilitaría reconocer algunos conceptos y perspectivas de las categorías propuestas
según Black, Champion, Saris y Gallhofer, (citados por Hernández Sampieri, et al., 2010):
Las preguntas abiertas proporcionan una información más amplia y son
particularmente útiles cuando no tenemos información sobre las posibles
respuestas de las personas o cuando ésta es insuficiente. También sirven en
situaciones donde se desea profundizar una opinión o los motivos de un
comportamiento (...) El nivel educativo, la capacidad de manejo del lenguaje y
otros factores pueden afectar la calidad de las respuestas (p. 221)
El cuestionario consistió en el uso de dos preguntas cerradas para reconocer tendientes en
la comunidad y cuatro preguntas abiertas donde, después de un taller de padres con respecto
al papel de la familia en la educación a partir del auto-reconocimiento, se entregaron las
preguntas para ser respondidas de manera individual, a los padres de familia asistentes al
taller en tres sedes de la institución.
Para analizar este cuestionario, se vincularon las respuestas de forma textual, a matrices de
primer orden correspondientes a las categorías planteadas en el texto, con ciertas unidades de
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sentido y la caracterización teóricas de las mismas. Así mismo se resaltaron las recurrencias
y divergencias más significativas para la propuesta.
4.2.5. Técnica proyectiva de personificación. Se llevó a la institución al presidente de
la junta de acción comunal (JAC) de la vereda y luego de presentarlo se hizo una serie de
preguntas a los estudiantes con respecto a su reconocimiento y funciones.
Las técnicas proyectivas son consideradas métodos que aprecian la subjetividad
en un sentido global u holista. No la evalúan en el sentido cuantitativo puro sino
que forman parte de un proceso de toma de decisiones que parte de un modelo
teórico e intenta comprender y analizar un fenómeno concreto, que puede ser real
o simbólico y que puede darse en un aspecto manifiesto y/o latente. (Sneiderman,
2006, p. 299)
Estas pruebas se aplican en la investigación cualitativa para identificar la consonancia de
un objeto o sujeto con respecto a su contexto. En el caso de la personificación, se presentó a
don Humberto (presidente de la JAC) con los niños y niñas en la institución para que hablara
de manera informal con ellos y se realizaran preguntas en condición recíproca, de acuerdo a
la manera en que se iba tejiendo la conversación. Partiendo del nombre del personaje público
que este individuo representa, se tomaron apuntes, ideas significativas y frases que
demostraron la identificación de los educandos con respecto al protagonista de la jornada, se
consignaron por escrito y luego se incorporaron en matrices de análisis de la información. A
este personaje ya se ha atribuido un perfil en su trayectoria en la vereda con el cual los niños
y niñas lo reconocen y hacen uso del diálogo con respecto a él.
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Como lo reseña Chávez (2007), esta clase de herramienta de recolección de información
intenta evidenciar rasgos de comportamiento, manifestado desde un todo que compone al
sujeto y el contexto que provoca sus comportamientos frente a una tentativa de adaptación
frente a lo que exige la situación presentada, es un comportamiento en función de ciertas
disposiciones en la actividad.
Los estudiantes hicieron varios tipos de preguntas y también postulados significativos a
los cuales se dio valides, ya que se mantuvieron alrededor de una idea global reflejando
aspectos de socialización política que dan razón de los aportes frente a lo que puede ser la
imagen de un líder comunal y como lo reconoce la comunidad. (Anexo 5. Trabajo con el
presidente de la JAC y enlace video.) Al final realizaron un dibujo de don Humberto que
también mostró elementos de representación del personaje conforme a perspectivas
individuales.
4.2.6. Entrevista estructurada. Para aplicar un método de investigación como el IAP
es indispensable vincular a la comunidad en el trabajo de indagación y búsqueda de
respuestas con respecto al contexto. Es por eso, que se realizó una actividad de salida con los
estudiantes alrededor de la vereda, donde ellos debían dar una pregunta a personas al zar con
diferentes oficios y edades.
Para la organización de esta actividad se solicitó permiso por escrito a padres de familia y
se informó a las directivas el objetivo de ella. El día propuesto para desarrollarla, se organizó
a los estudiantes en siete grupos de tres y cuatro personas, se eligió un líder que sería quien
haría la pregunta y los demás estarían a su lado con elementos y respaldo de equipo para
hablar a las personas.
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A los niños se les entregó un guión correspondiente a una sola pregunta que enlazó la
temática de este proyecto y el cual la comunidad respondería, dirigiéndose específicamente al
estudiante y apoyándolo para que consignara las respuestas de forma clara, conforme a lo que
estaban enunciando. No se dio un orden estipulado sino que los vecinos de la vereda podrían
direccionar su respuesta conforme a sus perspectivas de conocimiento del entorno y las bases
empíricas con las que ellos cuentan, conforme a lo que tiene que ver con ética de cuidado y
buen vivir. Los entrevistados pidieron aclaraciones que la docente apoyo, intentando siempre
preservar el estilo propio en que se vincularían el niño (a) con el adulto.
La preocupación de los estudiantes por desempeñar el trabajo de la mejor manera, fue, como
lo ha reflejado Moreno y Espadas (2002), una constante que permitió la conciencia de un cambio
social en ellos mismos, donde se les entregó la autoridad para posibilitar una perspectiva de su
entorno desde el punto de vista de investigadores y no solo como habitantes y se vio un interés
por responder de forma asertiva a las exigencias de la investigación. (Anexo 6. Infancia
investigando estrategias de cuidado y buen vivir con la comunidad)
Este tipo de instrumentos arrojaron una clase de información que permitió dar un nuevo paso
en la investigación a partir del estudio e interpretación de los datos para enfocarnos más en el
núcleo objetivo de la experiencia.
En general, las técnicas de recolección arrojaron variedad de información trascendental para
la propuesta, sin dejar de lado que hubo otras estrategias que se usaron pero que no fueron tan
acordes o no mostraron la suficiente información con respecto a la temática, y que luego de su
pilotaje se dejaron de lado. Entre ellas hubo una encuesta a estudiantes y otra a docentes, también
un taller de historieta y representaciones con la realidad, en las cuales no se participó de manera
P á g i n a | 127
activa sino que tuvieron que ser muy moderadas y donde la participación fue escasa con respecto
al método de investigación.
4.3. Criterios de sistematización y análisis de datos
Ya entrando a la etapa cumbre de las dispuestas en el método IAP de este texto que tiene que
ver con desarrollar y evaluar lo realizado, se presentarán el horizonte que se fue trazando desde
que inicia el trabajo de campo hasta la relación de ideas de investigación emergentes.
Cada una de las técnicas de recolección de información propuesta en el proyecto intentó
direccionar alcances de tipo político, participativo y de conciencia social. Es por eso que se
intentaron conocer las perspectivas de todos los miembros que hacen parte de una comunidad
educativa y en particular quienes se involucran con la IEM Rural Río Frío, en una de sus sedes.
Se exploraron las impresiones en los participantes del desarrollo de la propuesta indagando desde
sus propias impresiones e ideas concordantes con su cotidianidad, tales como el cuidado, la
reflexión, uso del liderazgo, protagonismo de los individuos y la conciencia de ciertas actitudes
frente a situaciones en el contexto.
El inicio del análisis de los datos partió de la información recopilada conforme se inscribió en
las técnicas que se usaron. Así mismo, se diseñaron matrices de primero, segundo y tercer orden
que pretendieron dar respuesta al problema de investigación:
¿Cómo generar con los estudiantes de primaria de Río Frío Zipaquirá, procesos participativos
que incidan en una ética comunitaria del cuidado y el buen vivir en comunidad?
Para este proceso se inició con el diseño de una rejilla o matriz (primer orden) que mostró con
claridad los conjuntos teóricos planteados en la investigación y se pudo consignar datos que se
P á g i n a | 128
manifestaron con respecto a las mismas, no sin antes determinar ciertas unidades de sentido
relacionadas entre sí con base en cada categoría y las formas con las cuales se describen.
Esas unidades de sentido debían ser reflejadas por ciertos criterios o caracterizaciones que
determinarían la mirada desde la cual se abordaría cada aspecto teórico propuesto.
Las categorías expuestas se organizaron en dos formas:
Una categoría macro llamada socialización política desde la cual se embarcan las diferentes
miradas del proyecto y donde se pretende configurar individuos con conciencia de su inmersión
en la misma. La socialización política que denota esta propuesta tiene que ver con un sujeto
activo en procesos participativos y su incidencia en aspectos significativos del ser social.
En ese sentido, se definieron dos categorías integradoras de la inicial, que ayudaron a
alimentar el panorama teórico de la investigación y que emergieron como propuestas teóricas de
clasificación, teniendo en cuenta que se propone vincularlos como aprendizajes de una
socialización política desde los cuales se debe partir para que haya una aprehensión social de la
misma.
• Convivencia y participación en la comunidad: Categoría que intenta configurar
saberes colectivos para formar espacios de socialización donde se construyan políticas
emergentes de la experiencia colectiva y relaciones democráticas soportadas en prácticas
cotidianas.
• Ética del cuidado y buen vivir en comunidad: Aprendizaje de socialización
política que pretende recurrir al uso de estilos y proceso compuestos por conocimientos
producidos socialmente, que redunden en el bienestar de la comunidad, integrando como ejes
articuladores la ética del cuidado como indumentaria humanizante, y el buen vivir como el
vínculo perfecto que anima al desarrollo de una civilización en conjunto.
P á g i n a | 129
En razón de matrices de análisis de datos, estas pueden arrojar algunas conclusiones y dar
pautas para una etapa más profunda del proyecto. De esta manera se usó una tabla con tres
columnas que mostró como primera medida, las dos categorías abordadas desde el inicio, luego
las unidades de sentido que serían los puntos clave de análisis del estudio en general y
finalmente, las caracterizaciones que se hicieron a cada unidad de sentido para ir tejiendo poco a
poco el uso de las herramientas posibles a vincular en esta sección del estudio.
P á g i n a | 130
Tabla 1.
Matriz de primer orden.
Categorías Unidades de sentido (Formas con las cuales construyo Y
analizo)
Caracterización de las unidades de sentido (Desde qué mirada se van a abordar)
Convivencia y participación en la comunidad
Ética del cuidado y buen vivir en la comunidad
Formas de ver la convivencia
escolar.
Convivencia y participación como aprendizajes de la
socialización política
Participación, actores sociales y dinámicas de
acción política en la escuela
Rol de los agentes de socialización
Ética del cuidado
¿Quiénes gestionan
estrategias de ética del cuidado?
Ética de cuidado y buen vivir. Herramientas de socializa
política
- En usos y de prácticas pedagógicas -Constancia y pertinencia de Manual de convivencia en diferentes ámbitos. -Conocimiento de la ley y aplicación de la misma desde la práctica docente. -Medida de participación de la comunidad en los acuerdos institucionales. -Uso del manual de convivencia dentro y fuera de la institución. -Reconocimiento del conflicto por parte de la comunidad educativa en general.
-Cultura y convivencia en las formas de comunicación y el manejo de conflictos no solo institucionales sino de la comunidad. -Dinámicas de manejo de las relaciones interpersonales. -Nivel de participación en los procesos de la toma de decisiones. -Espacios en que se prioriza para la convivencia y la participación.
-Usos de la “falsa participación” Participación comunitaria -Poder y participación en niños y niñas. -Potenciación del sentido crítico y acción política -Manifestaciones de pensamiento y acción con respecto a la transformación y el poder democratizador. -Sentido crítico y reflexivo -Liderazgo en estudiantes, padres, docentes, líderes comunales.
-Escuela, familia y comunidad como actores del proceso educativo. -Maneras en que los agentes de socialización se involucran en las decisiones de la comunidad. -Usos del bien común. -Representación de sociedad (formas de expresarse, atuendos y costumbres culturales)
Estrategias de : -Gestión educativa. -Educación escolar.
-Convivencia escolar. -Intervención de la comunidad educativa en el diseño de estrategias de bien común. - Representación de sentimientos frente a estrategias de buen vivir -Reconocimiento y aplicación de formas de buen vivir. -Expresión de sentimientos. -Cultura escolar y subjetividades desde las maneras de reconocer su entorno y su lugar frente al mismo. (formas de socialización) -Espacios y usos de una educación para la paz. -Gestión docente. Pedagogía del reconocimiento de seres políticos.
P á g i n a | 131
La información recopilada se agrupó por preguntas concordantes con cada unidad de sentido y
que estuviesen paralelas a las bases conceptuales, para identificar situaciones en cada categoría.
Así, se realizó la misma matriz para cada una de las herramientas de recolección de datos, se
anexaron las respuestas tanto de observación, talleres y transcripción de las entrevistas, de
acuerdo con los descriptores propuestos en la caracterización de las unidades de sentido, para
proceder a seleccionar ideas comunes y diversas que pudiesen nutrir la investigación, siempre
acorde a los planteamientos teóricos. (Anexo 7. Matriz, selección de información por categorías)
Al tener resaltadas las recurrencias y divergencias en todas las matrices, el siguiente paso para
la triangulación vinculó una nueva rejilla que las consignaría los datos recogidos, de manera
ordenada, para su estudio correspondiente.
Tabla 2. Matriz de segundo orden. Recurrencias y divergencias entre respuestas y por categorías.
Convenciones:
Categorías
Unidades de sentido (Formas con las cuales construyo Y analizo)
Caracterización de las unidades de sentido (Desde qué mirada se van a abordar)
Recurrencias Divergencias
Convivencia y participación en la comunidad
Formas de ver
la convivencia
escolar
- En usos y de prácticas pedagógicas -Constancia y pertinencia de Manual de convivencia en diferentes ámbitos. -Conocimiento de la ley y aplicación de la misma desde la práctica docente.
Debe estar basada en estrategias para resolver conflictos
Los estudiantes deben seguir la norma para que haya una buena convivencia
El manual se socializa a principio de año (derechos, deberes y normas)
Hay comités que apoyan los procesos para mejorar la
Al no cumplir las normas, los estudiantes simplemente no tienen sentido de pertenencia por la institución.
El manual se consulta en casos de tipología 1, 2 y 3, o cuando deben portar bien el uniforme.
Hay equipos de docentes que apoyan la convivencia y al estar allí, los estudiantes se abstienen de cometer infracciones.
Entrevista a coordinador del
Entrevista a líder Pregunta a la comunidad por parte de los niños y observación
Entrevista a docentes Encuesta taller a padres
Taller con niños. “conociendo al presidente de la
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-Medida de participación de la comunidad en los acuerdos institucionales. -Uso del manual de convivencia dentro y fuera de la institución. -Reconocimiento del conflicto por parte de la comunidad educativa en general.
convivencia (convivencia, directivo, académico y de evaluación)
Cumplir los derechos, las funciones y los reglamentos.
Frente a las dificultades de comunicación en la familia los factores más tendientes son:
La falta de comprensión y la Falta de diálogo.
Los docentes conoce el manual de convivencia como un documento guía para el colegio. Pero que le falta actualización, conforme a la vigencia de la norma (¿Y por qué no conforme al reconocimiento de los sujetos?)
El uso del manual de convivencia en la práctica docente se basa en el reconocimiento de los derechos, deberes y funciones y para resolver inconvenientes de convivencia.
El manual de convivencia en la IEM RURAL RÍÓ FRÍO es poco funcional. Se desconoce su contenido, ser más puntual y estricto, no lo ponemos en práctica.
El manual de convivencia debería ser muy importante, tener toda la importancia, es un acuerdo colectivo y desde allí obtenemos participación.
Falta de tiempo para hablar y buscar soluciones
Los hijos no atienden cuando se les dice algo
En cuanto a violencia familiar solo 4 de 37 padres de familia aceptaron que sí hay violencia con respecto a maltrato cruel del esposo a mi hermana, gritos, castigos a los hijos, crisis económica y desintegración.
Del manual de convivencia conozco poco y no me ha llamado la atención mirarlo bien porque como no se pone en práctica las cosas que están ahí.
El manual de convivencia lo trabajo en el área de ética y valores, ahí se va viendo.
Las directivas llevan la contraria a los docentes (toman sus propias decisiones) sin tener en cuenta el debido proceso.
El manual de convivencia debe ser más exigente y que la comunidad diga “uyyy, el manual de convivencia, eso es sagrado, y si ahí lo dice, hay que cumplirlo. Mejor dicho, que le tengan miedito o el respeto correspondiente para mayor calidad e impacto positivo de la institución.
La propuesta del manual de convivencia puede ser usada para para mediar problemáticas sociales, culturales y económicas de la vereda si es actualizado constantemente, y sobre todo, si se socializa en cada uno de los aspectos de interés.
En la tabla se evidencia un ejemplo con las convenciones en colores según la información
suministrada por cada instrumento de recolección de información y las maneras en que se fueron
dando según la relación de frecuencia.
P á g i n a | 133
La esencia del proceso reside en que a segmentos que comparten naturaleza,
significado y características, se les asigna la misma categoría y código, los que
son distintos se ubican en diferentes categorías y se les proporcionan otros
códigos. La tarea es identificar y etiquetar categorías relevantes de los datos.
(Hernández Sampieri, et al., 2010, p. 450).
En este paso, el proceso de estudio y análisis de la información se decantó seleccionando los
datos recogidos con respecto a las líneas teóricas dispuestas en cada casilla. Este trabajo fue
clave para proceder a interpretaciones pertinentes con las categorías sugeridas en la propuesta
investigativa. Con respecto a la aplicación de instrumentos y la extracción de variables, se
pueden ir realizando algunas conclusiones que encaminen al proyecto a la siguiente etapa.
La extracción de contenido social que emergió de las recurrencias y las divergencias aportó a
la estructuración clave de nuevos conceptos y desde allí se procedió a realizar cruces y
agrupamientos de ideas, en torno a cada unidad de sentido.
Figura 3. Matriz de tercer orden.
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…complemento figura 3.
Conforme a la estructuración textual y los postulados que desde el inicio se suscriben, se
relacionó información que anclara de forma específica, las proposiciones teóricas con el diseño
metodológico aplicado.
En ese sentido, se desplegó la categoría de convivencia y participación en la comunidad, en
cuatro ejes que vincularon, las formas de ver la convivencia, el rol de los agentes de
socialización, convivencia y participación como aprendizajes de la socialización política, y el de
participación, actores sociales y dinámicas de acción política, para involucrar en cada uno los
segmentos seleccionados postulados que pudiesen aportar a la estructuración temática de nuevas
ideas conforme a la interpretación de lo que la misma comunidad plasmó en el trabajo de campo.
Se hizo lo mismo con la categoría de ética del cuidado y buen vivir en la comunidad que se
desarrolló alrededor de dos ejes que incluyen la ética del cuidado y el buen vivir como
herramientas de socialización política y los posibles sujetos que gestionan la ética del cuidado.
P á g i n a | 135
No se debe olvidar que cada uno de las matrices debe arrojar ciertas conclusiones para ver el
proceso del proyecto de investigación que demarca el tipo de investigación, que en este caso es
cualitativa.
En la codificación cualitativa, las categorías son conceptos, experiencias, ideas,
hechos relevantes y con significado. Resumiendo hasta ahora, desde el comienzo
—a través de la comparación constante— cada segmento o unidad es clasificada
como similar o diferente de otras. Si las primeras dos unidades poseen cualidades
similares, generan —tentativamente— una categoría, y a ambas se les asigna un
mismo código. En el momento de asignar los códigos, elaboramos una nota sobre
las características de las unidades por las que se consideran similares”.
(Hernández Sampieri, et al., 2010, p. 452)
A partir de este punto nos adentramos a descubrir las categorías emergentes de esta propuesta,
que de hecho se convirtieron en hallazgos de estudio y de los cuales se pretende dejar un punto
de partida para nuevas investigaciones.
P á g i n a | 136
5. Análisis de resultados y hallazgos
La investigación precisa proponer alternativas para generar procesos participativos con los
estudiantes de primaria de la I.EM. Rural Río Frío, que propicien estrategias para una ética
comunitaria del cuidado y el buen vivir en la comunidad, teniendo en cuenta como primera
medida el uso audible de las voces de todos y la disposición de tiempos y espacios que
propendan a la consolidación de ideas que en ciertas ocasiones pasan desapercibidas y donde
solo se admira la voz de la autoridad docente como portadora del conocimiento, con respecto
a lo que tiene que ver con la comunidad educativa.
El objetivo de trazar procesos participativos tendientes a una corresponsabilidad tanto
humana como de espacios físicos, tritura la tendencia común a la realización de ideas y
puestas en común de lo que se debe instruir a los estudiantes y a los padres de familia como
tutores de los mismos, pero no va más allá, donde el reconocimiento del contexto varía de
acuerdo a cada perspectiva y donde puede ser posible vincular a otros actores que de una u
otra manera se relacionan con la formación social y política de nuestros educandos y sus
familias.
En línea con Moreno y Espadas (2002) se pueden determinar algunos espacios donde se
vislumbró el trabajo con respecto a la IAP y que fueron de vital importancia en estos resultados:
1. La relación sujeto-entorno: Todos los estudiantes, líderes comunales y padres de familia
aportaron sus acciones e ideas dentro de la misma institución y en otros casos, dentro de
la misma vereda (dando cuenta de ello, los registros fotográficos), ya que la idea fue
denominar el propio contexto para ser analizado dentro de su misma realidad.
P á g i n a | 137
Esto lo refleja el siguiente relato:
“Yo no vivo en la vereda pero lo hice hace muchos años, nosotros donamos el terreno de
la escuela después de que eso nos los vendió don Parmenio Cárdenas, él lo donó y
después nos vendió la tierra que quedó de eso”
(Héctor Cárdenas. Dueño de finca y visitante constante de la vereda. Encuestado por
los niños.)
El contenido del discurso anterior, refleja el compromiso y sentido de propiedad por la vereda y
las necesidades que la rodean.
2. La toma de conciencia: Se vislumbró en la observación con respecto a la manera en que
los padres de familia, los vecinos y docentes formularon propuestas de ética del cuidado
y buen vivir en su misma comunidad y con las falencias que se evidencian en el entorno.
Hubo una incertidumbre común frente a ideas acerca de la seguridad de la vereda y el
ánimo porque los estudiantes se “superen como personas”.
3. La participación: Dentro de esta investigación se llevó a la comunidad educativa a
reflexionar frente a estados de convivencia y posiciones políticas que intervinieron para
abordar estrategas de bienestar común. De esta manera se evidenció el uso del poder y los
matices de empoderamiento de un colectivo. Por eso, ha sido de gran importancia
incorporar espacios de diálogo y apropiación de las problemáticas comunes.
4. Los intereses de la comunidad fueron dados desde los intereses personales, ya que
algunas falencias, ideas y propuestas fueron una tendiente con respecto a las necesidades,
como la educación y el bienestar. Hay una identidad social plasmada en la vereda Alto el
P á g i n a | 138
Águila que radica en la necesidad de instruirse y la preocupación por su entorno, amigos
y vecinos.
5. El redescubrimiento del saber: Pocos padres de familia y vivientes de la vereda se habían
interesado por proponer alternativas de cuidado y buen vivir, al hacerlo lo tomaron con
seriedad y propiedad, a tal punto que se recibieron aportes como el uso de los valores, la
importancia de la escuela en la comunidad, el protagonismo de los padres frente a la
formación de sus hijos etc. Todo esto, con ideas claras que demuestran propiedad y
reconocimiento de lo que es posible generar desde la reflexión y el diálogo grupal.
“Para cuidarnos entre nosotros sería bueno usar la alarma comunitaria para que todos nos
ayudemos en caso de algún robo o alguna cosa que pase”
(Nelly Cárdenas, dueña de tienda entrevistada por los niños)
En este sustrato de información se evidencia la formulación de estrategias de cuidado entre la
comunidad y la comunidad empieza a evidenciar que sus aportes también son importantes para
generar ideas de convergencia comunitaria.
6. La cientificidad: Desde los saberes y experiencias de los estudiantes se pudo generar un
espíritu investigativo que llevó a salir puerta a puerta para indagar y finalmente en clase,
concluir lo que la comunidad desea expresar como buenas prácticas en la vereda. Ya que
ellos son realmente quienes saben la historia y los estilos de vida de parientes y vecinos.
Con respecto a los hallazgos, estos se clasificaron en categorías emergentes que pueden dar pauta a
ideas para desarrollar ampliamente a partir de las premisas seleccionadas desde el estado del arte y
marco teórico para triangular ese contenido con respecto a los resultados que mostraron las
P á g i n a | 139
herramientas de recolección de la información y los conceptos emergentes de esa relación. De la
misma manera, responden al análisis de los objetivos específicos propuestos en la investigación y
validan la aplicación de los instrumentos frente a los sustentos teóricos predispuestos.
Es indudable que se pretende contribuir a los conceptos teóricos de los autores y de la
misma manera respaldar los postulados dados desde el inicio del trabajo, por eso es
determinante cotejar esa información con toda la experiencia absorbida a lo largo del estudio,
teniendo como prioridad un trazo lineal y consecuente entre cada uno de los títulos que
recogen este aparte. Se inicia con las disciplina predispuestas por las comunidades
autoritarias, pasando por una propuesta en la cual se pueden abordar los comportamientos de
intercambio y de corresponsabilidad como dimensiones del cuidado y el buen vivir, para
finalizar con los posibles horizontes que se proponen para estructurar un reconocimiento de
socialización política por parte del individuo como acreedor de sus propias facultades
políticas y participativas.
El análisis de la investigación se resuelve como hallazgos desde tres puntos de
conocimiento que se han logrado producir en todo el proceso de construcción de la tesis.
5.1. Gestión convivencial. Un sistema reglado.
El reconocimiento de la palabra convivencia, se celebra dentro de la institución únicamente
frente a la obediencia a un manual con decretos y normas preestablecidos y configurados por
P á g i n a | 140
unos pocos directivos y docentes. Las situaciones de convivencia únicamente se analizan desde
los parámetros estipulados allí.
Figura 4.
La convivencia es un sistema reglado que depende de un manual, del cual se debe reconocer y
adoptar, para no infringirlo. Se reconoce su escasa funcionalidad por varios miembros de la
comunidad educativa, en cuanto a la práctica de su contenido. Tal y como menciona Rocha
(2003):
No existe el consenso. Simplemente un ingeniero de PEI elabora un documento
que es aprobado por las directivas docentes. No existe un proceso de construcción
colectivo o de reflexión que dé lugar a la puesta en común de diferentes
perspectivas. Se trata, en la mayoría de los casos, de elaboraciones éticas y
filosóficas del quehacer escolar de manera descontextualizada. (p.71)
Esto nos hace reflexionar acerca de cómo las disposiciones de una comunidad tienden a darse,
conforme la institución da sus directrices, e intentan someterse a las normas preestablecidas. Es
tal el caso de la comunidad rural, que con mayor ahínco toma muy en cuenta la opinión docente,
ya que este se convierte en el portador de la autoridad y el conocimiento en la vereda.
El parámetro político de las instituciones hace que los integrantes de la comunidad educativa
se sometan a ciertas reglas como a quienes no es posible indagar sobre sus opiniones ya que
tienen otras cosas por hacer o también cuando se entrega toda la responsabilidad al colegio.
P á g i n a | 141
Leyes como la 1620 de 2013, la ley 115, las Guías Pedagógicas para la Convivencia(2014),
entre otras, simplemente incorporan normas que deben ser aplicadas y reguladas dentro de los
establecimientos educativos con los parámetros de nuevas tendencias como el bullyng y la
identidad de género pero esto, la mayoría de las veces no identifica al sujeto sino que más bien lo
denomina como un aplicativo al cual se deben incorporar actualizaciones constantes para evitar
un estancamiento estructural y de forma solo para cumplir con parámetros institucionales.
Aunque dentro de todos estos estatutos se incorporen estándares de convivencia, es importante
recalcar que la convivencia no se diseña, sino que se define según las identidades de los sujetos
circundantes en cada época, espacio y circunstancia contextual.
Para poder hacer un análisis específico de las maneras en que se gestionan las situaciones de
convivencia en la institución demarcada, se ha hecho indispensable hacer una introspección de lo
que sucede en la medida que van ocurriendo los comportamientos en la institución. Las
entrevistas a coordinador y docentes también dio pinceladas a lo que ellos esperan que sea la
institución.
Esto lo evidencia el siguiente apartado;
“Se trabajan estrategias de convivencia desde la citación a padres en dificultades de
convivencia y se toman las respectivas medidas para las sanciones correspondientes al
incumplir los deberes estipulados en el manual”.
(Respuesta del coordinador de colegio en cuanto al manejo de la convivencia.)
En cuanto a preguntas de ¿cómo ve la convivencia en el colegio? Y la opinión sobre lo que la
escuela debe enseñar con respecto a la convivencia y el buen vivir en comunidad, se recibieron
afirmaciones como la importancia de conocer el horizonte institucional, la visión y la misión del
colegio, la solución acertada de problemas y la atención a los casos de conflicto en el colegio por
P á g i n a | 142
parte de las directivas. Para ellos, mejorar la convivencia escolar es tener menos casos de peleas
y discusiones entre estudiantes y los acuerdos de convivencia desde el punto de vistas de
citaciones y compromisos escritos. En este caso afirman Alvarado, Ospina, Botero, Patiño y
Cardona (2011), que el sujeto es sometido por la institución en la medida en que da por valioso
el hecho de que debe adaptarse a un orden direccionado, que lo acepte y que se comprometa con
estatutos inscritos sin su previa participación ni elección frente a la postura de los mismos.
Aunque la propuesta del MEN (20014) sea:
brindar herramientas pedagógicas a los establecimientos educativos de todo el
país y su comunidad educativa para facilitar el proceso de ajuste de los manuales
de convivencia de manera participativa, la puesta en marcha de la ruta de
promoción, prevención, atención y seguimiento para la convivencia escolar, la
definición del papel que juegan las familias, el equipo docente y el grupo
estudiantes en estos procesos y finalmente, la preponderancia que tiene para el
proyecto de vida de las y los estudiantes, la vivencia y el ejercicio de los DHSR
(derecho humanos sexuales y reproductivos). (p. 5).
Es latente la tendencia a la “falsa participación” por parte de estudiantes, padres de familia y
vecinos de la vereda en cuanto a la pregunta por el liderazgo de los mismos dentro del colegio;
las autoridades institucionales (coordinador, docentes, etc.) procuran afirmar que sí hay
participación en formación en el patio, izadas de bandera y comités intentando tener fachadas de
estilo y producción institucional que no se salga de los parámetro estatales. Por eso se hace
necesario vincular aquí lo que se define como convivencia y el hecho de participar.
La convivencia es diálogo, formas de vida, solidaridad y manejo de las relaciones. A la par
participación se puede dar como el respeto al otro, el uso de la palabra, la diferencia de
P á g i n a | 143
pensamientos. Estos son conceptos que solo se atribuyen a un individuo que es parte de un
colectivo y que de una forma u otra se incorpora en él y confluye con perspectivas creadas desde
la subjetividad. Pero para denominar la relación intrínseca que tienen en una comunidad es más
acertado citar a Rodríguez (2008) cuando afirma que “participar significa que la gente sea capaz
de estar activamente presente en los procesos de toma de decisiones que atañen al colectivo” (p.
16) y también que la diferencia de opiniones se da a partir de un diálogo que posibilite puntos de
acuerdo en un ambiente cooperativo donde las opiniones pueden presentarse diversas o
igualitarias pero que son esas posibilidades las que transforman al sujeto como agente activo de
participación y manejo del poder en aras de una convivencia democrática, ya que como muestra
Morán (2013), la socialización política encuentra su origen en espacios donde se desarrollan
prácticas sociales y son sus narraciones las que los transforman. Así mismo, estos se prestan para
nuevos eventos de relaciones con y entre los sujetos.
Ya que esta investigación se centra en proceso de ética del cuidado y buen vivir, los padres
también pueden reflejar la convivencia desde sus creencias personales y familiares como una
enseñanza generacional que demarca un componente político de comportamiento. Se socializa a
partir de este en una comunidad como la de Río Frío, donde el sometimiento de la mujer a su
esposo se encuentra muy marcado por la cultura de aguante y de entregar del sufrimiento a un ser
superior que les hace tener esa paciencia que varias veces se refleja en la información
suministrada. El sujeto reconoce formas de involucrarse dentro de las tendencias culturales y
exigencias o pautas de una sociedad que se configura en un entorno específico.
P á g i n a | 144
Figura 5.
Aquí es posible reflejar el punto de vista del cuidado de sí y del otro cuando se titula la
inquietud de la mujer con respecto a su esposo y la formación de ella como sujeto desde el
intento por el bienestar de su marido. La convivencia en estos casos también tiene como estatuto
el seguir los parámetros de hogares patriarcales, donde el sometimiento más que a otra persona,
está relacionado con un ser superior que concede bienestar. Conocerse a sí mismo y ocuparse de
sí mismo,
Permite a los individuos efectuar, por cuenta propia, o con ayuda de otros, cierto
número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta o
cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos con el fin
de alcanzar cierto estado de felicidad, pureza, sabiduría o inmortalidad. (Foucault,
1990, p.48).
Para diversidad de mujeres, el estado de bienestar también radica en tener paciencia con su
hogar, el diálogo con su familia y la unidad entre ellos, así tenga que desatender ciertas
inquietudes personales para ver reflejada su realización como personas. El objetivo primordial
para muchas, es la conservación de su hogar.
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Así una madre de familia afirma;
“Para el cuidado y el buen vivir es importante cuidar a los hijos, darles de comer y dar de
comer al esposo, tenerle listo todo cuando vaya a trabajar y los niños vayan al colegio”.
(María Inés Alonso. Madre de familia de la escuela.)
De esta manera su trabajo con respecto a la gestión de la convivencia se ve reflejado desde sus
hogares, con el bienestar de sus hijos y su esposo, en la medida de las posibilidades. Para debatir
entre esas posibilidades de reconfiguración de una ética del cuidado y el buen vivir en
comunidad a la par del aporte de todos los puntos sociales que la rodean, es vital determinar los
tipos de diálogo que se manejan y las raíces vivenciales que implica abordar este tema como
problemática y posibilidad de aporte significativo desde el desarrollo del sujeto como ente
participativo y comprometido con la formación de cultura política real.
Es indispensable señalar la representación de liderazgo frente a los niños y niñas, ya que esta
se encuentra ya situada en docentes, directivos y padres de familia, que son quienes exponen y
formulan proyectos de vida, incentivan a la responsabilidad, desde cada de los medios que les
permite ejercer su dominio y jefatura sin escuchar las necesidades reales de aquellos por quienes
se pretenden las propuestas.
Las nuevas figuras de participación hacia una institución más humana, reflejado en el texto de
la ley 1620 de 2013 y su decreto reglamentario (1965) que patrocina el respeto por la diferencia
y la formación ciudadana del individuo se convierte también en solo una norma de estrategias
que se deben cumplir.
Los intentos del gobierno nacional por formular rutas de convivencia y humanización,
únicamente se han convertido en un compilado de archivos para mantener al día, pocas veces se
P á g i n a | 146
tiene en cuenta la diversidad cultural y modos de socialización que se propagan por sí solos en
un colectivo ávido de identidad.
Aquí cabe anotar esos leguleyismos que enuncia Rocha (2003) donde no hay espacio para
expresar intereses sino un establecimiento de propuestas que en sí mismas enmarcan
contrariedades de libre participación, pero sometida a las reglas propuestas en la norma vigente.
El reto de la democratización escolar debe situarse tanto en el reconocimiento de la diversidad
de pensamiento como en el cuidado que se debe tener para intervenir sin instrumentalizar los
episodios de participación que se puedan fundar a partir de criterios emergentes que intenten
problematizar experiencias insertando estrategias reales de intervención y desarrollo local.
El desarrollo de la democracia soporta un alto valor de individuación a la vez que
implica un gran nivel de institucionalización de los aspectos de la convivencia
entre las personas. En esta relación dialéctica, la socialización política se
constituye en un fenómeno que sintetiza el conflicto que el individuo requiere
para ser cada vez más él, a la vez que transita por el proceso de
institucionalización. (Castillo, 2003, p. 15)
Salir de los prototipos territoriales es el canto desesperado de las colectividades que no tienen
voz y que únicamente deben aplicar la norma sin mostrar el reflejo de su rostro para que sea más
sencillo vincular un estado de bienestar que atiende a las necesidades materiales pero que
siempre se olvida del ser activo ansioso de mostrar el rostro de su tierra. Un ser no pasivo que
sea el transeúnte de su personalidad y que involucre su interior con el de los otros para preparar
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espacios de pervivencia que le permitan dar voz a sus expectativas de naturaleza y de mundo en
la construcción de una sociedad taquicardia por ser enunciada desde sus entrañas.
La evidencia del desarrollo cultural y la generación de propuestas dinámicas de formación de
sujeto por medio de sus intereses debe focalizar la mirada a considerar la construcción de
amplios espacios de desarrollo del ser humano para repensar una socialización donde no es
prioridad el hacer políticas, sino plasmar las que emergen de la vida cotidiana de los individuos
que participan en la construcción cultural y social de su entorno.
En línea con Alvarado et al.,(2012): “la socialización política implicaría un proceso de
concientización frente a la urgencia de visibilizar y hacer públicos los discursos a partir de la
acción colectiva”.(p. 245), es por eso que es tan indispensable tanto la opinión del estudiante
como la del docente, padre de familia y líderes comunales, ya que es la voz de ellos la que
configura una constructo de sociedad la cual está dispuesta a las mismas relaciones que se
generan por medio de su propia interacción y el reconocimiento de las diferencias del otro. Es
indispensable concluir con lo que dice Díaz (2001), acerca de la socialización política la cual
configura sujetos plurales y distintos en contextos en los cuales es necesarios realizar acuerdos
conforme a sus pensamientos y diferencias, ponerlos en común y construir estructuras de
convivencia sólidas.
5.2. Dimensiones de la ética del cuidado y el buen vivir.
Para hablar del desencadenamiento de dimensiones dentro de la ética del cuidado en la
comunidad educativa de Río Frío es necesario remitirnos a Boff (2002) cuando dice que,
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El cuidado se encuentra en la raíz primera del ser humano, antes de que haga
nada. Y todo cuanto haga irá siempre acompañado de cuidado e impregnado de
cuidado. Significa que el cuidado es un modo-de-ser esencial, siempre presente e
irreductible a otra realidad anterior. Es una dimensión fontal, originaria,
ontológica, imposible de desvirtuar totalmente.
Un modo de ser no constituye un nuevo ser. Es el modo en que un ser se
estructura y se da a conocer… El cuidado como modo-de-ser revela de forma
concreta cómo es el ser humano. Sin cuidado deja de ser humano. (p.30)
Un afluente de realidad debe impregnar al individuo de bases sólidas que le permitan
descubrir la manera en que sus acciones y pensamientos habitan en un sin número de ideales que
en el fondo de los sujetos se vuelve necesidad de ser expresados. Eso, debe ser el cuidado, la
dimensión en la cual convergen diversidad de sentimientos que claman por ser liberados. El
corazón de uno está sujeto a las necesidad de otro ser vivo y de una u otra manera, vive para
suplir algunas de ellas, ya que no se deja de vivir en función de otros y viceversa, y eso es lo que
llega a conformar una comunidad.
Figura 6.
Al abocar y condensar marco teórico como punto de partida y el diseño metodológico con
respecto a la información que suministró la comunidad, se puede determinar un reconocimiento
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de los mismos habitantes del sector en cuanto a la ética de cuidado y estrategias de buen vivir,
dada a partir de una dimensión que habla desde el interior de los sujetos y su identidad.
Los instrumentos de recolección de información individuales, como las encuestas y
entrevistas evidenciaron actitudes y respuestas de la comunidad en general que permitieron
descubrir un ser que se involucra y se duele de lo que sucede a su alrededor, manifiesta
descontentos y propone estrategias.
El cuidado de sí está vinculado a la formación ética y política del sujeto. A partir
de lo anterior, Foucault se adentra en estudiar la dimensión política del cuidado de
sí y encuentra que tiene que ver con aquello que el sujeto está dispuesto a aceptar,
rechazar o modificar en sí mismo y en sus relaciones con los demás, con miras a
ejercer su voluntad de acción. Se trata, entonces, de una manera inmanente de
coordinar las relaciones entre el individuo y la sociedad. (Cubides, 2007, p. 60)
El objetivo es presentar a un sujeto responsable de rediseñar las condiciones de su entorno con
el matiz político que lo reconoce como miembro activo en pro del beneficio colectivo.
Aunque muchas veces la familia, la escuela y la comunidad se relacionan solo al intervenir en
los proyectos productivos propuestos por entidades externas y por la gestión de líderes
comunales con el gobierno municipal. Ellos consideran que son maneras apropiadas de salir
adelante y tener visión de futuro, aunque no hay un compromiso constante, sino solo al cumplir
con el requisito de cada evento convocado.
El siguiente relato lo evidencia así:
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“Nosotros hemos gestionado salidas con FEDEPAPA para que los niños, hijos de los
agricultores de la vereda vayan a las competencias deportivas y puedan disfrutar de sus premios
y las cosas que se les dan allá, también a los padres se les da ese día almuerzo y refrigerio”
(Aura Cárdenas. Líder comunal.)
Es esa ética del cuidado que se funda en las necesidades de dar más que en las formas de
respetar simplemente los derechos, dar en la medida en que la comunidad se incorpora en
actividades colectivas de participación y bienestar.
Por eso, Noddings afirma que “tanto una persona como una sociedad, que utiliza una ética del
cuidado, se preocupa sobre todo por dar respuestas a las necesidades de las personas”. (Vásquez,
2009, p. 46). Esto se conecta, casi de manera perfecta, cuando Cubides (2007) postula la apertura
de la sensibilidad a la presencia de otros mundos, formas de ser, de actuar y de relacionarse,
desde una actitud crítica y reflexiva, que provoque múltiples perspectivas y posibles futuros que
pueden ser concebidos desde un presente con voluntad de cambio y la “renovación de votos” con
respecto a los rituales de conocimiento.
Es posible generar nuevas estrategias y resolución de problemas de manera diferente para
explorar nuevos aprendizajes que recurran al uso de estilos y proceso compuestos por
conocimientos producidos socialmente y para aterrizar estas premisas, se procurará intentar un
constructo teórico que redunde en el bienestar de la comunidad, integrando como ejes
articuladores la ética del cuidado como indumentaria humanizante, y el buen vivir como el
vínculo perfecto que anima a desarrollar este proyecto y visualizar su estado final.
La familia sugiere propuestas basadas en los valores (amor, cuidado, respeto, escucha) que
son poco aplicables en lo cotidiano y como lo afirma Chaux et al.,(2005), el trabajo propuesto
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converge con su premisa dispuesta hacia el uso del cuidado desde la reciprocidad comunicativa y
dice:
El cuidado se construye en la interacción entre personas. Una interacción en la
que se cuida requiere un intercambio constante de información en ambas
direcciones, es decir, de una comunicación de doble vía. De esta forma, las
personas involucradas buscan siempre comprender muy bien lo que el otro
necesita antes de actuar y para ello preguntan, escuchan y observan con atención.
Adicionalmente, se necesita estar dispuesto a expresar las propias necesidades,
pensamientos y emociones, con tal de facilitar el entendimiento mutuo y la
comunicación. (p. 128)
Tal vez hace falta mayor número de espacios de convergencia comunicativa donde se
convoque a padres, líderes, docentes y estudiantes en un solo conglomerado de ideas que
intenten vincular las necesidades y expectativas reales para concretizar paulatinamente los
aportes y procesos que han iniciado un nuevo tejido social donde los hilos más fuertes deben ser
los agentes de socialización que al tener un papel de protagonistas y a la vez libretistas de su
desarrollo político social.
Tu y yo en el reconocimiento del otro, nosotros como docentes, ustedes como líderes
comunales y padres de familia, él, que llega del exterior a traer propuestas de estado y ellos, los
estudiantes a quienes se pretende guiar, somos la matriz definitoria de un espacio de
socialización política activo y paseante por el aprendizaje social que lo rodea y define de igual
forma, la ética del cuidado y el buen vivir, como una cuestión de todos.
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El papel de la docente investigadora ahora debe ser el fortalecimiento de esas estrategias
descritas y buscar la manera de canalizar esas propuestas en eventos concretos que redunden en
buen vivir.
En cuestión de propósitos como el buen vivir, algunas estrategias de manejo del conflicto y
uso de la sana convivencia, la institución diseña y desde los directivos y docentes sobretodo, se
apropia el uso del poder frente al sometimiento de las normas, persuadiendo que es una estrategia
para vivir bien dentro de la comunidad educativa.
La entrevista a coordinador y docente refiere información en la cual se muestra claro empeño
en que el manual de convivencia sea cumplido a cabalidad y lo que allí se estipula se dé para
obtener mejores relaciones sociales dentro de la institución. Su claridad radica conforme a que en
la mayor medida en que se cumplan las normas, el colegio va a tener mejores relaciones
interpersonales, de lo contrario, al estudiante que presente conflicto se le solicita un “cambio de
ambiente escolar” para que no afecte el equilibrio de las expectativas institucionales y que
muchas veces deba dejar el espacio rural para asistir a una institución en “la selva de cemento”
El buen vivir aquí descrito tiene que ver más con el perfeccionamiento del diseño y ejecución
de pautas de comportamiento que con las necesidades de la comunidad a la cual la institución
debe atender.
El buen vivir tiene que ver con las raíces, las formas de vida, los comportamientos y las
tradiciones de una comunidad. El respeto y esclarecimiento de las mismas puede hacer que tanto
directivos como docente, y en gran parte el sistema estatal, contemple acciones y
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comportamientos desde puntos de vista diversos que los identifiquen y diferencien de una
comunidad urbana. Reconocer el pluralismo cultural como pauta de diseños y metodologías.
Los ideales comunes decantados en alternativas de pensamiento frente al desarrollo y sentido
que debe tener la vida, reconstruyen utopías que se esmeran por concretarse, como lo piensa
Acosta (2011), en constante reproducción, donde todo lo que el sujeto ejecuta puede convertirlo
en buen vivir desde las cosas que tiene, así como en gran manera, sus ideas, el reconocimiento
social, los comportamientos, valores, su espiritualidad y aún la visión de futuro que lleva a tener
en cuenta otros saberes y principios para la formación política de las sociedades.
Vincular a líderes comunales y que dialoguen con los niños y niñas de la institución, les
cuenten sus metas y expectativas de vida, y que comenten acerca de los acontecimientos y
necesidades de la vereda y sobre todo, que los motiven a adquirir responsabilidad sobre su tierra
y los suyos, permite que esas acciones contemplen un impulso y ánimo de reconocer y apropiarse
de lo que es su comunidad.
Esta apuesta se confirma con Choquehuanca citado en Londoño, Castro, Rojas y Rincón
(2015), para afirmar que:
La participación en su relación con la democracia y en consonancia con los
DDHHAA, le apuesta, desde la perspectiva del Buen Vivir, a una profundización
que involucre la ampliación de sus beneficios, lo que implica la necesidad de
democratizar la información, la educación y la cooperación. Dentro de esta lógica,
es importante tomar las decisiones a través del consenso comunal y no a través del
sometimiento de las minorías a las mayorías. (p. 8).
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El fundamento de las relaciones debe centrarse en una participación comunitaria que
reconozca los saberes de un colectivo, en este caso rural, y brinde oportunidades de
reconocimiento de ellos mismos, en la búsqueda de beneficios comunes y sobre todo,
oportunidades que vislumbren el ánimo de apoyarlos por consolidar una estrategia que redunde
en el bienestar y la armonía a partir de postulados emergentes de su cotidianidad.
El siguiente relato lo refleja así:
“Cuando Estiben tuvo mucho vómito y diarrea lo llevamos a donde la sobandera porque
decía que estaba muy descuajado pero no le hicieron las sobadas, entonces me tocó mantenerlo
a punta de cucharaditas de limón. También se cae y se lastima seguido y por eso yo pensé que
era descuajado pero no. Ah, eso sí para las lastimaduras lo que me dijo la viejita Anita es que lo
mejor es la cataplasma de Suelda con Suelda (una hierba para soldar los huesos lastimados)”
(Testimonio de madre de familia de la escuela)
Al no tener cercanía con ninguna autoridad, o la más cercana a una autoridad sanitaria es
un puesto de salud, los habitantes de la vereda tienen la necesidad de generar cuidado entre
ellos fortaleciendo la comunidad y unos estatutos convivenciales o normas y leyes para
solucionar inconvenientes que se presentan esporádicamente y que necesitan un tiempo de
respuesta inmediato.
Puede ser posible que la responsabilidad social de la vereda se difunda a partir de prácticas
colaborativas de socialización política a través del contacto entre quienes construyen las normas
y quienes las ejecutan, pero para esto se debe contemplar un liderazgo que vincule entes de
transformación cimentados en el desarrollo de una teoría formal de la ética del cuidado y el buen
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vivir como aprendizajes dentro de una cultura determinante y diferenciada. Es otorgar a los
mismos actores ciudadanos, el trazo de sus procesos.
Entendida la ciudadanía desde la dignidad de la persona humana, es decir, desde
ese valor intrínseco generado por el propio reconocimiento y el reconocimiento
que los otros hacen de un ser, este ya no es más un sujeto sujetado por las
determinaciones del orden social establecido. Renuncia a ser objeto colonizado y
emerge como sujeto de un respeto y una valoración que le permiten actuar,
construirse, resistirse, expresar inconformidad con lo dado y posibilitar la
búsqueda permanente para expandir su universo de pertenecía y hacerse
transformador del mundo, lo que en definitiva es hacerse sujeto político.
(Alvarado, 2014, p. 210)
Ver las dimensiones de la ética del cuidado y el buen vivir es vislumbrar la manera en que
pueda definirse el alcance de las capacidades humanas para converger en un mismo sentido, con
respecto a sus acciones, pensamientos e ideas. De hecho, es producir saberes desde su propia
cotidianidad, sus intereses y sus valores a partir de la interacción constante, la preocupación por
el bienestar del otro y de lo que este pueda comunicar y de la misma manera, ofrecer soluciones
asertivas para convivir en un ambiente de cordialidad aprehendida desde las emociones y calidad
humana, donde prime la integridad de los sentimientos e inquietudes llevadas al diálogo
permanente.
Como lo dirían los mismos resultados de la investigación; “se cuida a la familia estando
pendientes, escuchándolos en respeto y en amor” (respuesta de una madre de familia a la
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encuesta). Esto puede definir también a la familia de la vereda y de la comunidad educativa
como parte del entramado social que configura la personalidad del sujeto.
5.3. Agentes de cuidado y buen vivir. Horizontes participativos.
“Un sueño solo puede triunfar sobre la realidad si se le da la oportunidad”. (Stanislaw Lem)
Dinamizar una propuesta que distinga la participación activa de la comunidad educativa de
Río Frío implica relacionar a todos los actores sociales que hacen parte de ella para proponer
estrategias de convergencia que incurran en la comunicación constante entre todos los miembros
que están dentro y fuera de la institución, pero que a su vez la rodean como contexto
sociocultural.
Es ponderante tener en cuenta que se debe dar protagonismo a las voces de todos y cada uno
de ellos e invertir el tiempo para escuchar e indagar las necesidades y las propuestas de los
diferentes actores.
Al reflexionar en la institución educativa como espacio de participación popular y las
relaciones entre escuela y familia de las que tanto se habla a partir de Paulo Freire, es posible
traer a contexto y reconsiderar los espacios que dan apertura a este tipo de diálogo. No es posible
que se hable de participación de la comunidad educativa mientras ella no se encuentre enterada
de lo que en verdad se propone en el horizonte institucional vinculado a su entorno.
La posibilidad de llevar esta teoría a la acción debe estar ligada al reconocimiento de la
persona del común dentro de la vereda, como un miembro activo de lo que representa el tejido
social alrededor de la escuela. No se puede desligar el vínculo que hay entre los estudiantes y su
patrimonio contextual.
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La ideología cuya muerte ha sido proclamada pero que continúa bien viva con su
poder de hacer opaca la realidad y hacernos miopes a nosotros, les impedía
percibir que el saber "hecho de experiencia" de los padres, los primeros
educadores, tenía mucho que contribuir en el sentido del crecimiento de la escuela
y que el saber de las profesoras podía ayudar a los padres a una mejor
comprensión de los problemas vividos en la casa. (Freire, 1993, p.86)
La cooperación educativa puede ser implementada como un postulado que no se mantenga al
margen de lo que dispongan los estamentos netamente institucionales sino que abran sus puertas
a escuchar las propuestas de quienes han construido desde el inicio la comunidad en la que se
converge.
El error de los directivos y docentes, radica en pensar que son ellos quienes tienen la
responsabilidad legal y social de dirigir y enseñar a las personas que concurren en la institución
para que se proyecten como sujetos con visión de un futuro impuesto desde la perspectiva
autoritarista.
El diseño de normas y proyectos de vida se deja en manos de los mejores redactores dentro
del estatus intelectual docente que llega a estructurar de forma organizada las etapas por las que
debe pasar el estudiante, con el aval de sus acudientes, para desempeñar de manera óptima las
propuestas pedagógicas estipuladas en cada año lectivo. Es sólo de esa manera, que profesores y
directivos, en su mayoría, expresan el apoyo en las disciplinas con respecto al desempeño que
debe tener la comunidad educativa.
Figura 7.
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Las ideas subrayadas en la recolección de datos en esta investigación, dan cuenta del ánimo
por mejorar el estado de la institución educativa con postulados de mejoramiento e integración
comunitaria, pero que a la verdad no son aplicables en la realidad, sino que pasan desapercibidos
por el afán de cumplir otra clase de compromisos pedagógicos donde no hay tiempo para indagar
y vincular el saber popular con la escuela.
Finalmente la huella autoritaria no les permitía ni siquiera presentir la importancia
que tiene para el desarrollo de nuestro proceso democrático el diálogo entre esos
saberes y la presencia popular en la intimidad de la escuela. Es que para los
autoritarios la democracia se deteriora cuando las clases populares van haciéndose
demasiado presentes en las escuelas, en las calles, en las plazas públicas:
denunciando la fealdad del mundo y anunciando un mundo más bonito”. (Freire,
1993, p.86)
El buen vivir en esta etapa, solo se ve desde la oferta dictatorial de unos pocos que pretenden
hacer de una comunidad, la más instruida, sin tal vez hacer el reconocimiento exhaustivo de sus
pensamientos y perspectivas. Se puede afirmar que la armonía radica en cumplir las normas que
se diseñaron en el momento de tener en cuenta pocos aspectos únicamente descriptivos de la
población. Tal vez es ineludible cuestionar el nivel de ética que tiene este tipo de acciones, si en
ese sentido, es tan importante priorizar las necesidades de la población atendida, como bandera
de una institución educativa escolar.
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El escudo de muchos colegios es la integración de su Proyecto Educativo institucional en la
transversalidad de disciplinas y en la vinculación de diversos actores sociales, pero es un escrito
que únicamente se consulta en el momento de ser redactado o cuando existen condiciones
extremas de conflicto. Es por eso que en esta investigación se ha pretendido hacer una propuesta
real y práctica de lo que tiene que ver con escuchar a todos los actores sociales como agentes de
socialización política que reconocen su personalidad como sujetos y procuran un lugar dentro del
estatus constructor de nuevas perspectivas de beneficio social.
Figura 8.
Gran parte de la responsabilidad educativa está vinculada al educador quien tiende a
esterotipar a sus estudiantes y de acuerdo a ello pretende mencionar sus posibles necesidades y
perpectivas desde un punto de vista personal. Aunque depende de él mismo realizar un cambio
en los espacios de participación educativa, es claro que el riesgo que se corre al desligarse de la
norma del PEI lo podría definir como sedicioso ante las entidades prestadoras del servicio que
siempre pretenden regular el sistema.
Por eso, al dar testimonio de la participación de estudiantes y demás actores en la comunidad
educativa, se puede afirmar que este espacio se da solo cuando se convoca a agentes pasivos para
escuchar las propuestas en izadas de bandera y asambleas generales.
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Es precisamente esta necesidad de ir más allá de su momento actuante o del
momento en que se realiza –directividad de la educación- la que, impidiendo la
neutralidad de la práctica educativa, exige del educador que asuma en forma ética
su sueño, que es político. Por eso, imposibilitada de ser neutra, la práctica
educativa plantea al educador el imperativo de decidir, y por consiguiente de
romper y de optar, tareas de sujeto participante y no de objeto manipulado”
(Freire, 1996, p. 77).
La continua lucha y búsqueda por el hecho del estudiante como ser participante en la
construcción de su colectividad, permite asumir roles que gestionen el interés mutuo por hacer
parte de una figura politica que pueda considerar espacios de socialización para intercambio de
ideas y aportes provenientes de la cotidianidad y como resultado de las necesidades sociales del
entorno mismo.
Es importante dar cabida a espacios de acuerdos conjuntos donde se priorice la exploración
del entorno a partir de actividades de reconocimiento del mismo.
Al igual que en la investigación de Espinar (2008), se pretende afirmar que el trabajo
desempeñado con la infancia es vincular las formas de ceder el poder a quienes realmente
intervienen y son la sustancia de las desiciones políticas itinerantes, para que de la misma
manera, se verifiquen concretamente sus formas de ver el mundo a partir de experiencias con
adultos externos a sus padres y docentes, como opinión considerable en los estudios acerca de
participación infantil y el liderazgo que esta puede ejercer desde construcción de conceptos
emergentes con respecto a intervención comunitara y educativa.
P á g i n a | 161
Es evidente que el liderazgo de la infancia en esta propuesta se demostró en espacios donde
entre grupos de compañeros y con respaldo de la docente y la comunidad, se realizó una salida
donde los estudiantes indagaron criterios de cuidado y buen vivir y demostraron su interés por
relacionarse con las demás personas en su vereda, estuvieron más cerca de ellas y conocieron
algunos aspectos de su cotidianidad.
La participación de los niños es vital, no sólo para garantizar su crecimiento y
desarrollo, sino también para incorporar una mirada distinta sobre la realidad,
donde ellos mismos puedan actuar y aportar soluciones concretas a los problemas
que los afectan. No hay duda que la participación de los niños contribuye a la
construcción de una democracia desde sus bases. (Espinar, 2008, p. 4)
Para construir esbozos de socialización política es clave intervenir con los estudiantes en sus
maneras de hacer democracia y de participar entre ellos en las actividades que realmente les
interesan ya que sus formas de ver el mundo se diferencian de las expectativas autoritarias del
adulto centrismo. La infancia tiene un liderazgo inmerso en el cual desde el juego hasta las
conversaciones cotidianas están cargadas de sentido para transformar sus ideales y vincularse
con su entorno.
Al incentivar y apoyar el liderazgo de los niños, se evidencia la necesidad por salir a
reconocer su comunidad como observadores críticos de la misma, e indagar por las formas de
vivir en ella, conversando con los vecinos y reconociendo algunos de sus puntos de vista. Es
decir, “meter las manos en las masas”
P á g i n a | 162
Es así que se puede determinar que los agentes de cuidado y buen vivir no solamente deben
darse en la persona de los docentes y directivos redactores de normas y proyectos, sino también
en todos los sujetos que hacen parte del cuerpo cultural de Río Frío.
Es en ese contexto que emerge la idea del Sumak Kawsay o Suma Qama- ña: nace
en la periferia social de la periferia mundial y no contiene los elementos
engañosos del desarrollo convencional. Ya no será cuestión del “derecho al
desarrollo” o del principio desarrollista como guía de la actuación del Estado.
Ahora se trata del Buen Vivir de las personas concretas en situaciones concretas
analizadas concretamente. (Tortosa, 2009, p.3)
Los horizontes participativos que se pretenden enunciar tienen que ver con las propuestas
hechas por los mismos padres de familia, estudiantes, docentes, líderes comunales y vecinos en
general que dieron algunos aportes para la inmersión de aspectos en cuanto a ética de cuidado y
buen vivir.
Figura 9.
Propuestas y estrategias de buen vivir, se pueden encontrar en cualquier posible texto
investigativo, pero en este caso específico la intervención de la socialización política como base
P á g i n a | 163
del reconocimiento del sujeto como actor principal y consciente de su realidad y la preocupación
por transformarla, hizo que se desarrollaran ideas y algunos aportes para el uso de políticas de
mejoramiento social en cuanto a estilos de vida conscientes de su estado y formas de mejorar la
convivencia. El análisis de la información también decantó propuestas que, continuamente
emergentes, se encaminaron a tres enfoques específicos:
• El buen vivir debe estar centrado en la comprensión, el cuidado (llamadas, alarmas) y el
buen trato entre vecinos, la conservación del medio ambiente y la optimización de las
estructuras físicas en la vereda.
• La comprensión y buen trato entre vecinos ayuda a la reactivación del trabajo en
comunidad.
• Los valores intrafamiliares y culturales son la base para el mejoramiento y la calidad de
vida.
En palabras de Fals Borda (2009) podría decirse que esto puede ser un abrebocas a la
recurrencia de una generación sentipensante que a diferencia de las pasadas y tradicionales, es
una generación activa con prácticas y sapiencias contextuales en uso de propuestas y nuevos
modos culturales, basados los valores que ellos mismos crean e invocan. Se siente a la vez que se
piensa, acerca de los modos de vida y la manera de simplificarlos para reconocerlos en boga de
un bienestar colectivo.
La expresión de sentimientos a la par con propuestas de corresponsabilidad, evidenció
sentimientos depositados en cada una de las expresiones dadas en estudiantes y padres de
familia. Un afán entrañable por querer darse a entender para proponer ideas que pudiesen ser
valoradas como horizontes de acción. Y beneficio de estudiantes y comunidad en general.
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En línea con Mikán (2016), es de suma importancia empoderar a la comunidad por medio de
la expresión de sus ideas, que al ser dichas se asumen como espacios de ciudadanía para
posibilitar escenarios de resolución de conflictos y concreción de propuestas vinculadas a estilos
de vida responsables con el entorno. Una socialización política que redunde en su definición
propia como la cuna de valores y normas propias de la persona para definir su subjetividad desde
la identidad colectiva. Alvarado et al. (2012).
En gran medida se pretendió cumplir con el principio del estudio que se propuso como la idea
de generar procesos participativos con los estudiantes de primaria de la I.EM. Río Frío, que
propicien estrategias para una ética comunitaria del cuidado y se abocaron aspectos humanos
como las perspectivas y puntos de vista de padres de familia y docentes que aportaron en gran
medida a este proceso viendo el entorno desde la prioridad cultural y no tanto desde la
institucional.
Hacer un alto en el camino y posibilitar el trabajo comunitario desde el aula y aún desde la
misma institución escolar, brinda elementos facilitadores que permiten sumergirse en la esfera
cultural de lo que es en realidad la vereda, sus necesidades, visión y expectativas de escuela,
familia y comunidad.
El sujeto en la búsqueda de su personalidad real pretende proponer estrategias de ética de
cuidado como la solución a sus falencias cotidianas y la posibilidad de un mejor estilo de vida
que solo se ha visto revelado a partir de esta investigación y que ha propiciado elementos
horizontales que atraviesan el contenido contextual de este entramado teórico. Una perspectiva
encaminada a usar la escuela y el quehacer docente como elementos de constitución política del
sujeto participante.
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La escuela, y concretamente el aula, emergen también como espacios centrales en
la construcción de la ciudadanía, y el estudiante es visto como un “ciudadano en
formación”. Posiblemente, además, la clase sea aquel espacio en el que el niño y
el joven reconocen y ejercitan por primera vez sus derechos más allá de la
ciudadanía por delegación”, de la que hablan los estudiosos”. (Morán, 2013, p.
40)
Es cierto que la escuela como frase cliché es vista como “el segundo hogar” y es así, ya que
tanto los estudiantes, padres de familia y docentes hacen parte de una familia que se interroga
por el mejoramiento progresivo del individuo y donde de una u otra manera se desencadena un
sin número de sentimientos con esas personas que se encuentran a diario y que tienen una
perspectiva y apego diferente a cualquier otra entidad prestadora de servicio. El principio de la
educación lo dice todo, la formación del ciudadano se da desde su casa y en segunda instancia,
desde la escuela, la cual permite involucrarse con individuos y diversidad de caracteres que
pretenden converger hacia un solo sentido, la formación de un ciudadano de derechos,
constructor de una sociedad inspirada a ser mejor.
Esto quiere decir que al hablar del ser y el concepto de socialización política, sería fácil
remitirnos a Castillo (1998) para denominar la historia política de los sujetos y las
colectividades donde se relacionan a partir de su participación y formas de organizarse para
intervenir en discusiones y uso de las prioridades que interesan a toda la comunidad.
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Aunque la formación del sujeto ha sido denominada en diversas ocasiones como producto de las
transformaciones sociales, asimismo él construye su propia perspectiva del mundo, lo siente, lo
imagina y lo recrea para darle un toque personal y constituir su realidad, donde confluyen
estereotipos y diferencias con respecto a lo que vive.
Las técnicas de recolección de información fueron la mejor herramienta para el desarrollo de
estrategias en procesos participativos que redundaron en propuestas de ética comunitaria del
cuidado y buen vivir en comunidad, propuestas que se intentan describir alrededor de los
resultados plasmados en este texto.
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6. Conclusiones
Las afirmaciones precisas y concretas de conocimiento comprobable que dejó todo este
proceso de investigación llevan a recordar la hipótesis de la misma desde la perspectiva de
generar con los estudiantes de primaria de Río Frío Zipaquirá, procesos participativos que
incidieran en una ética comunitaria del cuidado y el buen vivir en comunidad, donde esta
misma hizo presencia activa de los procesos realizados.
Desde un proceso de recolección de datos y sobre todo, teniendo en cuenta todas las partes en
cuanto a la acción de la comunidad educativa, se pudo determinar una amplia participación que
cotejó el estudio de forma satisfactoria ya que todos los actores aportaron desde sus puntos de
vista y formas de ver el mundo desde el lugar que los identifica.
El trabajo con cada uno de los miembros de la comunidad despertó mayor conciencia en la
investigadora por compartir y escuchar continuamente a cada uno de ellos para ver las
transformaciones que van ocurriendo con el paso del tiempo y a partir de eso, se hizo posible
conocer la necesidad por desplegar espacios de discusión, proposición y diálogo entre los
estudiantes, docentes, padres de familia, vecinos y líderes comunales. Alternamente, se pudo
definir que la cooperación comunitaria es una de las formas de relacionar a todos los actores en
torno a la discusión y propuesta de ideas afines que se proyecten en constante comunicación,
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información y posibles estrategias de mejoramiento de su entorno social, cultural y académico ya
que las voces protagonistas son las que expresan las reales expectativas de su sector.
Los trabajos de campo realizados, algunos apoyados en estrategias institucionales de
convocatoria ya existentes, (reuniones de docentes y de padres de familia), permitieron
demostrar que aún hace falta sensibilizar a docentes y directivos para dejar de someterse
únicamente a normas establecidas y abrir espacios de escucha a propuestas de los estudiantes y
apoyarlos en el liderazgo de actividades que incurran en una posición más activa desde sus
potencialidades, donde se puedan generar espacios de socialización que resalten la figura política
de una colectividad en continua construcción para que prime el valor de las ideas resultantes de
las mismas necesidades y donde se dispongan espacios de acuerdos y reconocimiento de la
riqueza cultural del entorno.
Por otro lado, durante el desarrollo de la propuesta se demostró que los niños y niñas se
encontraron con un nuevo mundo de posibilidades por explorar y realizar un aprendizaje
significativo que involucre sus vivencias con respecto a su comunidad y que una de las maneras
de generar procesos participativos para el cuidado y el buen vivir en comunidad es sacando a los
estudiantes a reconocer su vereda como agentes investigativos que indaguen y discutan acerca de
lo que existe en la vereda, (Sentipensante) que vivan y reflexionen con las acciones de su
entorno.
El desarrollo del liderazgo en la infancia, puede mostrar la posibilidad que haya un anhelo por
ir y explorar la comunidad de una manera crítica, más allá de lo superficial y conocer la continua
confluencia de los vecinos, reconociendo el aprendizaje que se puede tomar de ellos y sus
experiencias fidedignas.
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No es fácil analizar y sobretodo, cuestionar las formas en que se gestionan situaciones de
convivencia en la I.E.M Rural Río Frío ya que, como se ha dicho anteriormente, la convivencia
es un sistema reglado que debe obedecer a los sistemas de Estado que estipulan el tipo de rutas a
llevar frente a casos de conflicto, convivencia y formas de involucrar a la comunidad en el tipo
de aportes que deben hacer para la construcción de una educación “integral” bajo la
normatividad de la ley. El estudiante como constructor de su colectividad debe entender la
importancia de las ideas en su matriz cultural y si no lo sabe, debe ser direccionado hacia tal
propósito, haciéndose consciente de su responsabilidad social.
Reconocer las dimensiones de la ética comunitaria del cuidado como fundamento de las
relaciones en la institución de Río Frío es considerar una puesta en escena de expresión de las
capacidades humanas para confluir entre ellos y proyectar sus propuestas a la concreción de
perspectivas comunes. El objetivo ha sido desde el inicio engendrar saberes propios desde su
cotidianidad, donde los valores se reconocen solo desde quienes los experimentan y proponen
soluciones direccionadas al bienestar común y la calidad humana donde emergen también
cualidades intelectuales para construir desde la experiencia.
Del mismo modo, dinamizar una propuesta pedagógica que permita trazar un horizonte
participativo para el buen vivir en la comunidad de Río Frío ha permitido que los docentes,
padres de familia, estudiantes y líderes comunales miren a la escuela como sujeto que debe
involucrar la importancia participativa y mencione un hilo conductor que ponga la socialización
política como eje de las formas de participar entre ellos mismos para potenciar el liderazgo
centrado en la infancia como canal de reconciliación y construcción de nuevos futuros con
ideales propositivos.
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Las tentativas por generar procesos participativos con los estudiantes de primaria de la I.EM.
Río Frío, que propiciaran estrategias para una ética comunitaria del cuidado y buen vivir se
fueron mostrando por sí mismos y se pudo determinar a partir de talleres de aportes y liderazgo
que existen agentes de cuidado y buen vivir dado en docentes, padres de familia, líderes
comunales y, a partir de esta investigación, estudiantes constituyen el cuerpo cultural de la
comunidad el cual debe tener una imagen identitarias que está en juego por ser develada y
concretizada. Tal vez no se pudo reconocer a fondo las matrices históricas de los actores
sociales, pero si es innegable que es necesario obtener el reconocimiento nacional de una
colectividad que hace parte del pluralismo cultural y dejar de lado el modelo territorial que
embarca a muchos en un solo destino que es imposible predecir.
El cuidado y el buen vivir deben ser dimensiones de corresponsabilidad y altruismo
consciente que en la institución educativa y aún fuera de ella, hay un intercambio de perspectivas
que a su vez debe reconocer la diversidad por medio de la comunicación y el diálogo como
pilares del conglomerado de experiencias y procesos de los habitantes de la periferia normativa.
Ya que el propósito es postular el buen vivir como esa forma de expresión que incurra en el
bienestar colectivo a partir de propuestas políticas de liderazgo, es indispensable vincular a
personas del común comprometidas con una transformación para que los ideales particulares de
una comunidad sean reproducidos y transformen el contexto.
Es claro, que cabe la posibilidad de replicar esta práctica para iniciar una nueva investigación
que se desprenda del uso consciente del liderazgo y la participación política y que ello trascienda
identidades, ya que esta experiencia ha intentado vincular y relacionar perspectivas de ética de
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cuidado y buen vivir en la comunidad desde todos los miembros que la conforman planteando
posibilidades de participación y liderazgo para un reconocimiento que pueda implicar la
identificación de sujetos políticos.
Es verídico que a estos individuos de socialización aún les cuesta reconocerse como esos
agentes de cambio, y aún entregan la declaración de las decisiones a docentes, directivos y
líderes comunales con aportes tímidos de propuestas de intervención que otros pueden ejecutar.
Los padres de familia, estudiantes y vecinos de la vereda solo practican los ejercicios que se les
invita a realizar pero tal vez la potenciación y continuidad de técnicas de convocatoria como
estas, puedan desencadenar espacios de construcción colectiva de significado y trascendencia
histórica.
Los alcances de esta investigación producen una satisfacción perdurable, ya que se logró
vincular a líderes comunales con niños y niñas en diálogos constructivos para cada una de las
partes, ya que los estudiantes reconocieron las formas de política manejadas en su territorio y la
búsqueda de beneficio común con respecto a las expectativas de cada período de gobierno
comunal. Aun cuando ya otros han salido de allí siguen aportando al estado de bienestar de su
vereda y eso es reconocido. Así también los padres de familia estuvieron animados
constantemente en las oportunidades de participación que se les dio ya que estaban
acostumbrados a las reuniones magistrales de período y fueron conscientes de la importancia de
sus aportes y reconocimiento entre ellos.
Como postulado final cabe cuestionarse:
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¿Es pues el ejercicio docente, un cuerpo que forma individuos integrales capaces de enfrentar
los retos del mundo y las necesidades de expresión que tienen para la defensa de sus derechos y
la intervención desde sus puntos de vista? ¿Qué herramientas socio críticas hemos dado a
nuestros estudiantes para que lo hagan?
Uno de las propuestas a futuro puede ser construir un manual de acuerdos en la comunidad
para llevar a cabo cada una de las estrategas de cuidado y buen vivir que están inmersas en el
desarrollo de su diario en cuanto a problemáticas y acciones que se presenten.
Es tiempo de pronunciarse y hacer que las comunidades se pronuncien.
P á g i n a | 173
7. Aportes al campo comunicación-educación
Se hace necesario resaltar los aportes logrados en el campo de la investigación con respecto a
la comunicación-educación como un solo concepto ligado a sus propias posibilidades
epistémicas.
Como lo presenta Díaz (2004), es innegable que la comunicación-educación es desde su
concepción, uno de los escenarios de la socialización política, ya que,
No hay un solo agente, agencia ni discurso socializador político sino que se
presenta un entrecruzamiento de culturas, voces, medios y mediaciones que
complejizan tanto la vivencia como la investigación de la socialización política,
por lo que un campo privilegiado que permite ver tales confluencias es el de
Educación/comunicación. (Díaz, 2004, p.1)
Trabajar sobre una estructura articuladora donde nociones como individuo, lenguaje, acción
política, reconocimiento, diálogo, pluralidad, escuela, identidad, entre otras, puedan obtener un
papel protagónico y crear un vuelco en la definición de la formación del sujeto en una cultura o
sociedad, debe ser adoptado con base en los hechos culturales desde los cuales las
representaciones y significados son producidos y apropiados por el sujeto en un proceso de
liberación en la receptividad de las formas del saber. Es indispensable ver la comunicación-
educación desde el plano de la cultura donde un tejido formado por personas y colectividades
sociales participa y están unidos para crear y transformar diferentes formas de comunicar en cada
uno de los espacios de encuentros y desencuentros en la continua producción del entramado
cultural.
P á g i n a | 174
En el trabajo con grupos y comunidades el conocimiento no es lineal, sino que los saberes se
vehiculizan para desarrollar una identidad política de los individuos donde la reflexión acerca de
los acontecimientos cotidianos se hace presente como conocimientos adquiridos que pueden ser
reproducidos a través del diálogo entre vecinos y sus maneras de ver las circunstancias. Es de
esta manera que el contexto se convierte en un conductor de conocimiento por donde se
entrecruzan ideas posibles de transformación y horizontes comunicativos que exploran
significados a partir de la intervención de sus participantes.
La institución escolar como vínculo de diversidad de pensamientos en cuanto a la comunidad
educativa en general, permite traspasar límites comunicativos y de narrativas experienciales que
evidencian personalidades y formas de ver el mundo en sus particularidades, para propender casi
siempre, a convertirse en rumbos que se pueden aprender o adoptar de acuerdo a la trascendencia
de sus acciones.
Esta sociedad de la información que siempre ha existido, aún antes de la creación de medios
tecnológicos, es cada vez más propenso a crear sus propias representaciones y proyectarlas como
normas y valores morales construidos desde el seno de su hogar y que en un entorno veredal
trascienden de manera más significativa, ya que todos se convierten en una sola familia con
saberes y costumbres paralelas tendientes a comportamientos políticos heredados como son la
identificación de líderes comunales o imágenes de autoridad como el padre de familia, las
instituciones escolares y los docentes, o simplemente la expresión de sus conformidades y
discrepancias.
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La comunidad intelectual debe reconocer que la comunicación-educación no solo se relaciona
con elementos tecnológicos sino con lo que puede hacer el ser humano desde su propia posición
donde es un ser social, que comunica y que nunca está exento de aprender de su contexto. Es por
eso, que Rodríguez (citado en Díaz, 2004) dice que el uso de la socialización política se resume
en establecer criterios personales donde una sociedad se incline por una convivencia digna,
apoyada de la participación. También es de anotar que ese uso de la palabra se debe redescubrir
en todos los escenarios cotidianos.
Los grupos focales y las personas entrevistadas mostraron algo de su personalidad y
humanidad en torno a las actividades propuestas. Esto hizo definir, que en la medida en que se
patrocina el diálogo, es posible presentar mayores alcances de aprendizajes de socialización
como lo son en este caso, la ética del cuidado y el buen vivir, configuraciones que tienen ahora
renombre en la comunidad educativa de Río Frío y que convocan a perspectivas de cambio,
corresponsabilidad y respeto.
En la medida que haya una comunicación permanente, habrá posibilidades mayores de
interacción y aprendizaje que construyan sujetos con competencias comunicativas, capaces de
acceder a espacios de concurrencia donde puedan expresarse como acreedores de su ciudadanía
para gestionar y organizarse en torno a prácticas que redunden en la ética del cuidado y buen
vivir en su comunidad.
El discurso de los grupos sociales se determina únicamente por el protagonismo que ellos
mismos le den. Tal vez en este punto se ha aprendido gran parte de lo que es la comunidad
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educativa de la I.E.M Rural Río Frío, sus formas de participación, sus temores y potencialidades,
sus estilos de vida y su reconocimiento por la comunidad intelectual como sujetos de
socialización con concepciones preconcebidas, ansiosas de ser alimentadas y delineadas como
identidad cultural. A eso es posible llamarle comunicación-educación, a la manera en que el
individuo adopta el conocimiento cultural y lo anuncia de una persona a otra y de generación en
generación.
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Anexos
Anexo 1. Formato de entrevistas a docentes y coordinador (A), líderes
comunales (B).
A. Ética del cuidado y buen vivir.
Configuración de saberes colectivos desde la socialización política.
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
MAESTRÍA COMUNICACIÓN – EDUCACIÓN
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN EDUCACIÓN Y CULTURA POLÍTICA
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Entrevista a docentes de primaria de la I.E.M. RURAL RÍO FRÍO
Apreciado docente, mi nombre es Olga Lucía Riaño Quintana, estudiante de la Maestría
Comunicación-Educación de la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas”. El objetivo
de esta entrevista es indagar acerca los supuestos que existen con respecto al reconocimiento
de la comunidad y las prácticas de participación en cuanto a la convivencia.
Solicito su apoyo para responder estas preguntas, ya que forman parte del proyecto de
investigación que desarrollo como trabajo de grado en la maestría.
Agradezco de antemano su tiempo y disponibilidad en la información requerida.
Las respuestas que proporcione a las preguntas serán confidenciales y se utilizaran para la
recolección y análisis de datos de esta tesis.
Nombre del Docente: _________________________________________
Lugar de Origen________________________
Otros estudios realizados __________________________________________
Tiempo de servicio en la sede educativa____________________
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Grados a su cargo _____________________________
1. ¿Qué conoce usted a cerca del manual de convivencia de la I.E.M. RURAL RÍO FRÍO?
____________________________________________________________
2. ¿De qué manera usa el manual de convivencia en el aula o en su práctica docente?
_______________________________________________________________
3. ¿cuál han sido las principales circunstancias que lo han llevado a consultar el manual de
convivencia?
__________________________________________________________________
4. ¿Qué tan funcional cree que es el manual de convivencia en la I.E.M. RURAL RÍO FRÍO?
MUCHO POCO NADA Justifique su elección.
__________________________________________________________________
5. ¿Qué impacto cree que debe tener el manual de convivencia en la comunidad educativa?
____________________________________________________________________
6. ¿Cree que la propuesta del manual de convivencia de Río Frío, puede ser usada para mediar
en las problemáticas sociales, culturales y económicas de la vereda? Justifique.
__________________________________________________________________
7. ¿Qué problemas o dificultades ha encontrado en los estudiantes, sus padres, los vecinos de
la escuela, la comunidad y que formas de solucionarlos ha evidenciado?
_______________________________________________________________
8. ¿De los saberes previos de niños y padres qué aprovecha para su labor educativa?
9. En su opinión personal y profesional ¿Qué es lo que la escuela rural debe enseñar con
respecto a la convivencia y el buen vivir en comunidad?_________________________
10. ¿Considera que su práctica pedagógica aporta a una ética del cuidado y buen vivir en la
comunidad donde labora? Justifique _________________________________________
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B. Entrevista a líder comunal.
Preguntas guía Entrevista A LÍDER COMUNAL
Mi nombre es Aura Cárdenas tengo 45 años soy acá natal de la Vereda soy orgullosamente campesina Mi trabajo es la agricultura y la ganadería y pues me considero una líder comunal y creo que el liderazgo lo llevamos en la sangre porque mi papá él fue participante de La Junta de acción comunal hace muchos años y de ahí pues que a mí me gusta ayudar y también ser parte de la junta de acción comunal
1. ¿Conoce a algunos de los niños de la escuela y su entorno familiar (vivienda, padres, solvencia
económica)? Pues sí a la mayoría de los niños los conozco pues como le decía soy natal de acá de la Vereda y pasa también que muchas familias van y vienen se van unos llegan otros pero ahí pues nos vamos conociendo la mayoría la relación con los padres Pues de todo hay algunos padres se preocupa mucho por sus hijos y están pendientes de ellos como hay otros que salen temprano para el ordeño y los niños se van solos para la escuela Y de pronto no sabe ni cómo van si bien arreglados bien embetunados sucios o limpios. El nivel socioeconómico Pues hay niños que tienen su casa propia viven con papá y mamá otros viven en arriendo otros que viven sólo con la mamá otros sólo con el papa
2. ¿Conoce las instalaciones y está vinculado con algunas de las actividades del colegio? Justifique. La institución sí la conozco y hace muchos años soy miembro de la asociación de padres de familia cuando había porque ahora no hay duré también varios años en el consejo directivo a través del medio por el cual puede participar y ayudar a ejecutar los proyectos para el colegio y en la institución en el momento la media técnica es técnico agrícola pero yo veo que hacen falta muchas cositas para que sea completo hace falta un terreno más amplio para que se siembran las plantas para tener una vaca a pesar de que los niños viven en el campo y conocen todo eso Pero hace falta enseñarles cómo estás Buenas prácticas agrícolas y buenas prácticas ganaderas
3. ¿Cuál cree que son sus aportes para mejor la convivencia y las maneras de vivir bien en la
comunidad(surgió) Mis aportes como estado en la junta de acción comunal y el consejo directivo la asociación de padres pues uno tiene como la voz para poder hablar con el señor alcalde con el jefe de desarrollo económico con el gerente de FEDEPAPA que nos ayudó con un proyecto que se hizo a nivel de Río frío que fue colocar unos invernaderos y nos ayudaron también con un pasante que estuvo Durante un año apoyando al profesor de la parte agropecuaria y pues entonces Eso me parece un buen aporte y muy importante porque esos invernaderos costaron como más de 10 millones de pesos entonces me pareció un buen aporte también le se ha ayudado con el adulto mayor se hacen grupos y ellos van a paseos los llevan a salidas y actividades lúdicas
4. ¿Cuáles cree que son los espacios de diálogo existentes en la institución escolar y temas que se tratan allí?
Espacios de diálogo puede ser mediante el consejo directivo yo estuve varios años como le decía profe actualmente no pero sí estuve ese consejo directivo hay un buen diálogo ya que está el rector están los padres de familia hay una persona por el sector productivo hay un
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estudiante hay dos profesores también debe ver un ex alumno que casi no cumple pero sí entonces en la es la forma de reunirse y hablar muchas cosas del colegio que pasa los planes para el futuro también hay un convite de convivencia el cual se reúne también para hablar y se reúnen tengo entendido cada dos meses o sea unos días antes de las entregas de notas se reúne el comité de convivencia para evaluar a los alumnos que tienen problemas eso porque son como los primordiales sus nombres y se va evaluando la situación de ese alumno porque de pronto tiene mal comportamiento porque perdió muchas materias
5. ¿Conoce las estrategias de comunicación existentes entre directivos de la institución (Gobierno Escolar) y
la comunidad educativa? Digamos los profesores y la comunidad se comunican En las reuniones de padres de familia es como lo más oportunidad en reuniones de padres de familia los papitos las manitas que se interesan mucho de cómo va su hijo se acercan al profesor le preguntan o al director de curso como a mi hijo yo lo hago como a mi hijo si ya hay algún problema si hay algo que una falla entonces para uno saber mientras está en la casa y ellos en el colegio saber cómo están en el colegio no porque no sabemos de pronto el comportamiento puede ser diferente a lo que es en la casa
6. ¿Cuáles cree que son las prácticas y experiencias de participación que se desarrollan en la institución
educativa? Pues las prácticas de comunicación es el diálogo no el diálogo que lo que le decía antes profe en el consejo directivo que es donde están los profesores y los alumnos exalumnos padres de familia entonces se reúnen hablar y a dialogar y me parece que esa pues es la práctica
7. Describa el perfil de los niños de la comunidad. Los niños de la Vereda de todo hay niños que tienen demasiada pobreza hay otros que viven con buenos recursos y como le decía antes profe hay niños que bien solamente con la mamá y otras familias donde los niños tienen diferente papa que hay niños tímidos niños introvertidos otros muy extrovertidos muy los padres de familia uno se van para la tienda el día domingo el día sábado también no falta la mamá que también vaya a la tienda y a tomar cerveza y los niños van a ir a buscar al papá y a la mamá y pues está muy mal visto el ejemplo de papá y mamá que no son todos pero sí se ve el caso
8. ¿Considera que los niños son reconocidos como el centro de la participación y diálogo entre los miembros
de la comunidad educativa? Pues que los niños sean reconocidos Pues debería más bien de verdad ser reconocidos porque me parece que no son tenidos no se tienen muy en cuenta que diga uno que ese niño sabe cantar o bueno que sabe tocar la guitarra Entonces lo podemos sacar a un concurso hace falta hace falta ese reconocimiento
9. ¿Qué cree que puede fortalecer ese liderazgo en los niños para el reconocimiento y la construcción de
experiencias y para que los saberes entre la comunidad y la institución educativa sean fortalecidos? Cómo fortalecer los sería haciendo actividades deportivas haciendo talleres en familia hablando de actividades deportivas por ejemplo hacer competencias y como concursos donde se incentiva a los niños
10. ¿A usted le parece que esas podrían llamarse prácticas de cuidado y buen vivir? Sí prácticas de cuidado y buen vivir Sí claro profe haciendo los concursos para que los niños estén y tengan una
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distracción tengan como ese ánimo de que ahí vamos a ganar vamos a destacar los hacer los mejores por ejemplo la competencia atlética Qué hace 2 años fedepapa la realizaba yo pertenecía al comité de fedepapa y varios años llevó a los niños y de cada sede se llevaban los niños y ellos se traían buenos premios bicicletas balones Río Frío se destacó en esa competencia porque eran los mejores y yo llevaba entre 60 y 70 niños algunos padres de familia Iván fedepapa Nos daba uno o dos buses para transportarnos nos llevaban nos traían les daban una camiseta les daban refrigerio y almuerzo y también almuerzo para los padres de familia entonces ellos son cositas que incentivan pero pues el comité F de FEDEPAPA cambio el gerente cambio y en este momento no tenemos apoyo
11. ¿Cómo ha visto esas estrategias de convivencia, la actitud de los padres de los profesores de directivos los
líderes comunales de los presidentes de la junta, ellos que dice, que piensan? Pues uno como líder yo soy feliz cuando se hacían las competencias por FEDEPAPA pues yo feliz y siento la alegría de que pude llevarlos e hice la gestión estando en el comité estando con el comité fedepapa y me decían Pues que se necesita Cuántas camisetas yo llevo a la lista y yo feliz cuando se logran cosas buenas uno como líder comunal Pues que dicha y los padres de familia por ejemplo cuando le cuento en esto de las competencias los padres que iban también la pasaban rico contentos y los que no iban pues lo llamaban a uno después para decirle gracias por llevarlos estuvieron contentos y ganaron pues esos actividades son importantes porque son cosas positivas para los niños
12. ¿Qué estrategias favorecerían la participación de los niños como ejes de cambio y convivencia en la
vereda?
13. ¿Qué consejo me daría para crear estrategias de buen vivir en comunidad? Buen vivir comunidad estrategias pues lo que le decía a profe hacer los concursos pedir apoyo en las empresas nuevamente pues decir golpear puertas en varias entidades y en esas empresas grandes para que nos den apoyo y ellos traigan digamos porque para hacer un concurso pues toca pensar que toca tener premios no Y sí en la comunidad no hay quien de plática para comprar es la premiación Pues sí con las empresas para que haya esa premiación y hacer concursos y competencias pero pues sí yo pienso que pedir apoyo a las empresas
14. ¿Cómo puede beneficiar eso a futuro? Porque a veces uno hace las actividades y ya como que
pasa… Pues es que yo digo que los niños son el futuro Entonces si nosotros buscamos apoyo los incentivamos en este momento Pues en el mañana ellos van a ser los líderes van a ser la nueva generación porque nosotros ya somos otra generación Entonces ellos son los nuevos que tienen qué seguir adelante
9. ¿Qué estrategias cree que pueden fortalecer el liderazgo de los niños para el reconocimiento o construcción de experiencias y saberes entre institución educativa, padres y comunidad, para que se consoliden prácticas de ética de cuidado y buen vivir?
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Anexo 2. Fotografías taller con docentes y escritos de sus propuestas.
Ver video en el siguiente enlace:
https://goo.gl/photos/yxqwYpqNXFpHKj2t9
Anexo 3: Reporte de sesión. Taller con docentes.
• Datos sobre los participantes: docentes de primaria y bachillerato, licenciados en todas
las áreas que laboran únicamente en la IEM Rural Río Frío.
• Edades comprendidas entre 22 y 54 años de edad. 13 hombres y 19 mujeres.
• Fecha y duración de la sesión: 11 de octubre de 2015. Entre 7:30 a.m. y 1:15 p.m.
• Se realizaron actividades de trabajo grupal y colaborativo. Al final de las mismas se
evaluaron ventajas y dificultades. En la segunda parte se revisó el PEI y Manual de
convivencia de la institución y se realizaron algunos aportes significativos para el
mejoramiento en el horizonte del plantel.
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Anexo 4. Taller a Padres de familia y encuesta.
Ver vídeo en el siguiente enlace: https://goo.gl/photos/VvSksse9SKXmPYe79
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Anexo 5. Los estudiantes se relacionan con el presidente de la
JAC.
Ver videos en los siguientes vínculos:
https://goo.gl/photos/KTC79Td29dwaWtPR6
https://goo.gl/photos/aJT7DngkbA9MkZNN7
Registro de observación.
Conociendo a Don Humberto: presidente JAC
27 de octubre 2016 Reconocimiento de don Humberto (es el ingeniero, tiene una tienda para vender, él es el que nos trae las cosas del colegio, el padrino de mi hermano. Es el presidente de la junta. Carol no lo conoce porque vive en la cascada, no es de esta comunidad) reconocimiento de los agentes de socialización.
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Mariana: don Humberto ¿cuál es tu función en la vereda? -Colaborarle a la comunidad ¿saben que es la comunidad? Todos nosotros, tener un vocero en la comunidad como en Zipaquirá. De tener un aval aquí en la vereda para lo que se necesita y las necesidades. Los intereses y sobre todo la juventud y que sea un estímulo de aquí a mañana para que sean el camino así como nosotros como líderes para que sean las cosas bien hechas así en la comunidad.
El presidente no sabía qué cosas decirle a los niños, acerca de sus funciones, solo los invitó a los actos de día de niños, solo contaba a los niños de la celebración a pesar que se le había comentado la dinámica de la actividad que era que les contara sus funciones y desempeño en la comunidad.
El docente lo “llama actividades comunales para el colegio y tiene varios proyectos y los va a invitar el domingo a la celebración del día de los niños”. (Para engrandecer el trabajo del hombre.
Los niños reconocen las funciones políticas de la junta de acción comunal porque las personas son cercanas a ellos (mi papa es el vecipresidente, y ayuda a conseguir las cosas que se necesitan para las fiestas, pasa las cartas para las carpas de gaseosa)
Reconocimiento de don Humberto (es el ingeniero, tiene una tienda para vender, él es el que nos trae las cosas del colegio, el padrino de mi hermano. Es el presidente de la junta. Carol no lo conoce porque vive en la cascada, no es de esta comunidad) reconocimiento de los agentes de socialización.
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Anexo 6. Los niños como investigadores de cuidado y buen vivir en su vereda.
Video en el siguiente enlace: https://goo.gl/photos/QXa7MCDGi8T9U7jM6
18 nov 2016. Observación participante Taller con los niños: Salida de encuestas de los mismos
niños…Ayúdame a escribir 3 cosas que podemos hacer para cuidarnos y vivir bien en la comunidad del Alto del Águila.
El encuestado apoya al estudiante en la escritura y dicta las letras que correspondan para el óptimo registro de la
respuesta. Los niños no se despegan de su grupo y apoyan la escritura y el trabajo del líder del grupo Los niños que se nombraron líderes se enorgullecen de su nombramiento. Se preocupan por la cantidad de grupos sea cubierto y que se encuentre a las personas para encuestar, no quede
faltando ningún grupo. La docente apoya aclarando las preguntas de los niños a la comunidad, complementando parte de ella. Yo vivo en Zipaquirá pero teníamos un terreno grande que mi madre nos dejó de herencia y de ahí se regaló
parte del terreno para la escuela, ese terreno era de un señor Parmenio Cárdenas pero nosotros vendimos (historicidad de la escuela)
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Los niños se preocupan por recopilar la información completa de su encuestado, (se devolvieron a preguntar el nombre)
Se preocupan por buscar a las personas para encuestarlas (mire allá viene un sr, profe.) Los niños sienten temor de preguntar y sin embargo lo hacen (sienten el respaldo de su docente) La comunidad está muy dispuesta a colaborar con la encuesta, ninguno se negó. Algunos encuestados son las mismas familias de los niños. Una señora pide apoyo de su hija para responder la pregunta (alarma, teléfono y cual más?) Algunos encuestados completaron su propia encuesta ya que la pregunta decía. ¡Ayúdame! Una respuesta, uno mismo es que aporta, pero así mismo se necesita que haiga el recurso para que la misma
gente lo cuide Yo siento…que aquí necesitamos también un parque La docente también llama a las personas “vecino” (vayan y le dicen al vecino”) Entre los mismos niños se cuidan (en el camino, “pala la olilla) Reconocieron cada uno y siguieron al líder correspondiente Se les retroalimento la dinámica del ejercicio antes de salir, no lo entendían bien porque jamás lo habían hecho.
Grupos, 8: vivir con
1Amor, Comprensión, Unión 2Llamadas por teléfono, agilidad, ayuda entre los vecinos cuando vean alguien raro. Voz a voz 3Cuidar las cunetas de la carreteras que no se inunden Un bioparque. 4Toca tener las casas que necesitamos para vivir vienen grupo, amigos y vecinos. 5Trabajando en comunidad. 6Ser buenos vecinos, Tener buenos vecinos 7Ser educado con todos los vecinos 8Cuidar la naturaleza No botar basura Cuidar el agua
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Anexo 7. Matriz, selección de información por categorías.
Anexo 8. Diario de campo. Taller de infograma.
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Anexo 9. Documento de autorización de uso de imagen sobre fotografías y fijaciones audiovisuales (videos) para uso público.
Se envió a cada padre de familia para su firma autorizada.
Atendiendo al ejercicio de la Patria Potestad, establecido en el Código Civil Colombiano en su artículo 288, el artículo 24 del Decreto 2820 de 1974 y la Ley de Infancia y Adolescencia, la docente Olga Lucia Riaño Quintana_ solicita la autorización escrita del padre/madre de familia o acudiente del (la) estudiante_____________________________________, identificado(a) con registro o tarjeta de identidad número_____________________, de la IEM Rural Río Frío de Zipaquirá, para que aparezca en videos y fotografías con fines pedagógicos, realizados dentro y fuera de las instalaciones del colegio mencionado. El propósito es registrar algunas actividades dirigidas por la docente, así como los comentarios y expresiones vinculados en espacios educativos. Esto con el fin de incorporar evidencias al proyecto de investigación “Ética del cuidado y buen vivir. Configuración de saberes colectivos desde la socialización política”. El documento quedará alojado en el repositorio de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en la Maestría Comunicación-Educación y autorizado para fines investigativos y pedagógicos, sin lucro y en ningún momento será utilizado para objetivos distintos. Estas evidencias serán insumo para sustentación de la tesis y optar el título de Magister en Comunicación-Educación.
Yo__________________________________________________, identificado (a) con documento n°_______________________________ de la ciudad de __________________________autorizo como acudiente y tutor del estudiante__________________________________________ Tarjeta de Identidad ________________________________ del grado____________
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Anexo 10. Otras actividades aplicadas en la propuesta de investigación.
Ver los siguientes enlaces:
https://goo.gl/photos/bC8622z7Sq2zU8Du6
https://goo.gl/photos/rGbytqV6Apwrypca7
https://goo.gl/photos/KKMt5saYMzCMzkXg8
https://goo.gl/photos/KsEk2CwCu5QRX3VY9
https://goo.gl/photos/tVZWX9pG4yVKbzsj9
https://goo.gl/photos/MGSKmhYSWMJw3cAj6
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