1
Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia 2009
Estudio sobre los patrones de
migración interna e internacional en Bolivia
Carmen Ledo
2
INFORME NACIONAL SOBRE DESARROLLO HUMANO 2010
“Los cambio detrás del cambio”
DOCUMENTO DE TRABAJO
12/2010
Estudio sobre los patrones de migración interna e
internacional en Bolivia
Carmen Ledo
3
Índice
Introducción ……………………………………………………………………… 3
1. Migración interna y un ciclo de desarrollo humano: Ayer y Hoy - Patrones históricos de
migración en Bolivia ……………………………………………………………….. 5
2. Mirando hacia adentro - la migración interna ………………………………….… 18
3. Territorialización – ¿de dónde y hacia dónde se emigra? ………………… . . 36
4. En la búsqueda de una mejor vida -Alcances y limites para el acceso a servicios básicos y
educación con la migración …………………………………………………………. 63
5. Migración Internacional …………………………………………………… 80
A modo de conclusión ……………………………………………………………… 89
Bibliografía ……………………………………………………………………….. 94
4
Introducción
Las migraciones internas e internacionales en Bolivia han jugado roles diferentes en la distribución
y redistribución espacial de la población y de las actividades económicas a lo largo de su historia.
Se han producido diversas formas de movimientos (itinerante, estacional, cíclica, permanente,
movimientos de retorno, forzado, entre otros) situación que permite entender la complejidad de su
estudio. Es de esperar que existan una diversidad de factores que expliquen la movilidad de la
población en espacio, algunos derivados de la necesidad de inserción laboral al mercado de trabajo
de bienes y servicios, sobre todo aquellos movimientos que estuvieron vinculados con la creciente
la demanda de fuerza de trabajo para la explotación de minerales; otros vinculados a traslados de
grupos humanos dirigidos a realizar labores pecuarias, agrícolas durante los períodos de siembra,
cosechas, zafras en cultivos anuales entre otros; en las ciudades más grandes, se generó demanda
de fuerza de trabajo para las actividades de la construcción, comercio al menudeo y para satisfacer
una variada gama de servicios y que explican el carácter concentrado de los asentamientos humanos
en Bolivia.
Los principales hallazgos de las investigaciones realizadas durante la primera mitad del siglo XX,
fue la demostración de predominio de la migración campo - ciudad, que caracterizó a los
desplazamientos de población. Hacia los años setenta y ochenta, se demostró la existencia de un
patrón más diversificado, que incluye la corriente migratoria entre espacios urbanos, rurales,
urbano-rural, rural-urbano, intra e interurbana y nuevas expresiones de migración internacional.
En los últimos años, importantes hallazgos realizados en la investigación empírica, revelan la
necesidad de una mirada cuantitativa y cualitativa de la movilidad humana, dicha necesidad surge
debido a la urgente necesidad de abandonar los estereotipos y las generalizaciones arbitrarias,
irreales y novelescas del fenómeno, dejando de lado visiones simplificadoras de las migraciones y
de sus protagonistas, para ingresar en un terreno que permita desnudar una problemática de gran
envergadura y en la que se encuentran sumergidos una gran cantidad de seres humanos en
situación de riesgo y vulnerabilidad.
Durante las últimas cuatro décadas, la investigación sobre migraciones, las categorías de análisis y
los métodos de investigación han variado considerablemente en relación con la revolución científica
y técnica, la globalización y los nuevos paradigmas del desarrollo, pero se ha puesto en evidencia
que la movilidad territorial comprende todos los desplazamientos de las personas entre distintos
lugares y que la migración es apenas una de las formas de movilidad territorial. Por su cantidad,
complejidad, composición, novedad y diversidad, la migración interna e internacional se convierte
en un gran desafío a ser investigado, debido a los impactos generados en los lugares de origen y
destino de la migración.
Consideraciones de índole práctica aconsejaron dividir este estudio en cinco capítulos. En el
primero, se analiza la problemática de la migración interna en un ciclo de desarrollo humano, se
describe los patrones históricos de migración en Bolivia, para el logro de dicho cometido se
presentan algunas consideraciones sobre el Estado nacional, la economía y la población durante el
siglo XIX y se prolonga hasta las reformas a la constitución y estado plurinacional del 2010. En un
segundo capítulo, se analizan las características básicas de la migración interna, se intenta
utilizando la información de los censos nacionales presentar la magnitud del fenómeno. En una
tercera sección se presenta la matriz migratoria, que identifica los lugares que originan la migración
y el destino de la movilidad, se usan los rangos de Índice de Desarrollo Humano para diferenciar los
lugares de origen y destino de la migración. La cuarta sección fija como meta el analizar si la
movilidad espacial de la población se produjo en la búsqueda de una mejor vida -Alcances y limites
de ahí que se analiza los logros de educación con la migración y también la situación de acceso a la
vivienda y los servicios básicos, situación que ha permitido correlacionar la migración y el
5
desarrollo, en el entendido de la oportunidad y la desigualdad, que si bien no necesariamente las
desigualdades son causantes y consecuencia de la migración, sin embargo revelan que la Bolivia de
hoy se debate en esta dicotomía de dispersión y concentración, pero que la concentración que es el
destino de los flujos esconde profundas desigualdades que deberán ser superadas en miras a la
construcción de una Bolivia equitativa. El quinto capítulo está orientado al análisis de la Migración
Internacional, debido a las carencias de información se utiliza el Censo Nacional de Población y
Vivienda para determinar la magnitud de la migración internacional y finalmente, se hace referencia
general a las principales conclusiones del estudio.
Se información utilizada, ha sido reprocesada, según tipologías del índice de desarrollo humano
alcanzado en los 5 años anteriores al Censo 2001 (1996), para el año 2001 y también la proyección
de dicho indicador para el año 2005 en el ámbito de las secciones municipales, luego de haber
ingresado el indicador en la base de datos se ha obtenido listas discriminadas por sexo de una
variada gama de variables respecto a los 327 municipios. Sobre la base de dichas tipologías se han
procesado y diseñado diversos indicadores económicos y sociales y son las que se han utilizado
para los análisis de esta investigación.
1. Migración interna y un ciclo de desarrollo humano: Ayer y Hoy - Patrones históricos
de migración en Bolivia
El patrón migratorio prevaleciente en Bolivia, ha sufrido cambios no solo en la magnitud sino en la
dirección de las corrientes, de un patrón clásico de migración rural – urbana, ya en los años setenta
se comenzó a perfilar una gran cantidad de movimientos de tipo únicamente urbano e incluso
urbano – rural, pero además de una amplia gama de situaciones de movilidad interna, se ha podido
observar la presencia de movimientos que combinan con salidas de carácter internacional, ello
permite entender que existe movilidad en todas direcciones.
El inicio del siglo XXI, es testigo en Bolivia de la ruptura de estereotipos de la migración limítrofe
y de larga distancia, si bien los patrones de las migraciones internacionales fueron en una primera
instancia norte – sur, luego una gran cantidad de movimientos de tipo fronterizo permitieron una
abundante producción de literatura sobre dicho flujo, pero más recientemente se ha demostrado que
los movimientos no son solo limítrofe o a corta distancia, se ha podido observar que existe un
incremento de movilidad de la población a larga distancia y los determinantes de dichas
migraciones son extremadamente complejos, por este hecho es importante realizar estudios que
permitan tener una aproximación realista y por ende mayor comprensión del camino a seguir para la
incidencia en la implementación de políticas públicas, situación que debe tomar como base de su
sustento la realización de estudios serios y rigurosos.
En los próximos párrafos, se presentara una apretada reseña de los principales hitos históricos en
materia de política económica y sus articulaciones con el proceso de las migraciones internas en
Bolivia, con el ánimo de sentar las bases y aproximarnos a la interpretación de tan compleja
problemática. Como advertirá el lector, se inicia con una discusión del Estado Nacional a fines del
siglo XIX y se culmina con la nueva constitución política del Estado Plurinacional inaugurada en
enero del 2010.
1.1 Algunas consideraciones sobre el Estado nacional, la economía y la población (siglo
XIX)
Se diría que Bolivia nació fragmentada política y espacialmente. Mientras las republiquetas eran la
expresión del carácter centrífugo del poder (Zavaleta, 1985: 77), la desarticulación del espacio se
reflejaba en la existencia de acentuados desequilibrios económicos regionales; por lo menos hasta
6
1870, el espacio económico heredado de la Colonia, aunque desarticulado de la metrópoli, se
mantendría1.
El crecimiento de las ciudades bolivianas no obedeció a patrones constatados en otros países de
América Latina. Desde el período colonial su origen estuvo relacionado con los patrones incaicos
de organización del espacio económico y con la existencia de ciudades de tipo mercado o fortaleza,
que fueron su principal rasgo distintivo. Durante el período colonial se advierte la conformación de
todas las ciudades del país, cuya función básica constituía en ser centros administrativos de la
minería ubicada en Potosí. La Paz, conformada inicialmente como una pequeña explotación
aurífera, se constituyó, más tarde, en un importante nexo comercial entre Potosí y Lima, centro de
comerciantes y artesanos. Santa Cruz, también de alguna manera, fue el resultado del dinamismo
del auge de la plata, ya que la agricultura regional se dinamizó a través de un circuito de comercio
de productos tropicales de la región, para abastecer a las minas. Cochabamba fue el asiento de la
casta feudal terrateniente, encargada de abastecer de alimentos las explotaciones potosinas y todo el
circuito de su influencia.
La desarticulación definitiva del espacio económico colonial, antes que terminar con los
desequilibrios económicos territoriales, los acentuó. La centralidad económica y política de occi-
dente - derivada de la dominancia de la actividad minera de la plata primero, y del estaño después-,
el modelo de acumulación privada, basado en la minería de exportación y el rol de los empresarios
mineros en la política2, determinaron, por lo menos hasta 1952, que la reducida cuota de excedente
que quedaba en el país, se concentre en la región occidental. La red vial se circunscribía al espacio
minero y la población no campesina tendía a concentrarse en los campamentos mineros y en los
centros administrativos urbanos articulados a ellos.
A su turno, el predominio de la economía minera, sumado a la extensión de la agricultura, que
concentraba a la mayor parte de la población trabajadora, determinaron el carácter
predominantemente rural de la población boliviana3. De acuerdo al censo de población de 1900,
sólo el 14,4% de la población nacional residía en centros urbanos (Ormachea, 1988:1). Debe
notarse, sin embargo, que la información disponible sugiere que durante la segunda mitad del siglo
XIX existía ya un crecimiento poblacional, mucho mayor en la zona urbana que en la rural4. En
1900, un año después del traslado de la capital política desde Sucre a la ciudad de La Paz, luego de
la guerra Federal, destacaba ya la primacía poblacional de esta última ciudad, pues concentraba al
34,8% de la población urbana nacional, mientras Sucre, con el 13,3%, se ubicaba después de
Cochabamba y Potosí (13,9% y 13,3%, respectivamente) (Ormachea, 1988: 2). La importancia de
la ciudad de La Paz podría atribuirse al fortalecimiento del circuito mina/puerto de exportación,
1 La abolición del monopolio fiscal de pastas y minerales y la paralización de la acuñación de moneda feble, en 1872-73,
fueron determinantes para la desarticulación del mercado interno heredado de la colonia -que abarcaba, además de la franja
occidental minera de Bolivia, partes del norte argentino y del sur peruano- (Assadourian et al, 1980: 97; tb. Mitre 1981:
passím). Estos hechos y las políticas liberales aplicadas después, al tiempo que tuvieron un impacto negativo sobre el
proceso de beneficio de minerales y sobre un sector artesanal, ligaron fuertemente el espacio minero con el mercado
internacional. La construcción de los ferrocarriles juegan un rol central en este proceso. 2 Durante el segundo ciclo de la minería de la plata, los grandes empresarios mineros (Arce y Pacheco) fueron Presidentes
de la República. Posteriormente, en la época del estaño, los empresarios mineros acrecentarían su poder -a tal punto que se
habló de un "superestado minero"-, empero, sin identificarse directamente con la burocracia estatal. 3 Existen indicios para pensar que, durante el segundo auge de la plata (1872-1895), los empresarios mineros pudieron crear
las condiciones para mantener contingentes relativamente importantes de fuerza de trabajo; de esta forma surgieron pueblos
mineros de suma importancia. El complejo mina/beneficio de Pulacayo-Huanchaca prácticamente duplicó su población
entre 1870 y 1900, la cual creció de 2895 a 7635 habitantes. En este mismo período la población de Colquechaca crecería
rápidamente y sería elevada al rango de ciudad. Cf. Mitre ,(1981) 4 De acuerdo a información manejada por Salvador Romero, entre 1847 y 1900, el crecimiento anual de la población rural
era de 0,20, mientras el correspondiente a la población urbana era de 0,40. Cf. Paz (1983).
7
acaecido luego del triunfo liberal alrededor de 1870 (Assadourian et. al., 1980: 98-99), y la
creciente comunicación con los puertos peruanos luego de la pérdida del Litoral en 1879, así como
la construcción de la primera fase de la red de ferrocarriles en la región occidental, potencia sus
posibilidades de crecimiento.
1.2 Primera mitad del siglo XX (1900-1952)
En la primera mitad del siglo XX, Bolivia era un país eminentemente rural, ya que alrededor de dos
terceras partes de la población residía en dichas zonas; las principales actividades económicas
(agricultura, ganadería e incluso minería) eran esencialmente rurales. Las ciudades eran pequeñas,
dedicadas, sobre todo, a actividades administrativas y comerciales, aparte de aquellas que eran
esencialmente centros mineros. La industria fabril era casi inexistente, e incluso las industrias ar-
tesanales eran de poca importancia, en la generación de empleo e ingresos. En este periodo se
fortalece la infraestructura de comunicaciones; se completó la red occidental de ferrocarriles, como
resultado de las exigencias del patrón de acumulación de capital, durante la época de los barones del
estaño.
La enorme mayoría de esa población vivía en el altiplano y en los valles. Se acentuaron aún más los
desequilibrios regionales, aspecto que favoreció al proceso de concentración de la población urbana
en el altiplano: mientras en 1900 un 57% de la población urbana nacional residía en la región del
altiplano, en 1950 este porcentaje había subido al 66,7%. La distribución de la población en el
altiplano no fue uniforme. Por el contrario, la pérdida de importancia relativa de la región sur-
occidental y el rol cada vez más importante de la ciudad de La Paz, redundaron en fuertes desequili-
brios económicos al interior de esta región, determinando, hasta que tuvieron efecto las políticas
aplicadas luego de 1952, que el proceso de urbanización siga una tendencia común a muchos países
latinoamericanos: crecía la importancia relativa de la población urbana, al mismo tiempo que ésta
tendía a concentrarse en una sola ciudad, la capital, que podría ser catalogada como el primer
momento de la orientación de los flujos migratorios, dirigidos hacia la sede de Gobierno, La Paz.
Entre 1900 y 1950, la población urbana residente en la ciudad de La Paz, pasó de representar el
34,8% del total de la población urbana boliviana, al 48,3% (Ormachea 1988: 2); en tanto, en este
mismo período, creció la importancia de la población urbana dentro del total poblacional nacional
del 14% al 26,2%. La tendencia a la concentración del excedente económico y la población en la
región minera-occidental del país sufrió una importante mutación a partir de un hecho que marca el
momento constitutivo de la nación y el Estado boliviano en sus acepciones modernas: la revolución
nacional de 19525. La debilidad del Estado boliviano para apropiarse socialmente de grandes
territorios, ya sería puesta en evidencia durante el conflicto del Pacífico (1879), en que Bolivia
perdió los territorios que permitían su vinculación al océano Pacífico6.
Si bien durante este periodo no se observan grandes cambios en el patrón de desarrollo económico -
aunque adquiere ya importancia económica la producción de petróleo, asentada en la región oriental
del país-, no existieron modificaciones en las tendencias distributivas de la población; sin embargo,
algunos hechos sociales y políticos se sucedieron después de la guerra del Chaco, lo que tendría
consecuencias incontrovertibles para el poblamiento de la geografía boliviana. Es ilustrativo
observar que, durante este periodo, surgen nuevas ciudades, cuya función era la de preservar la
5Cfr. Zavaleta (1985).
6De acuerdo a Zavaleta (Lo nacional...), la pérdida del Litoral no afectó para nada a los intereses de los grande mineros de la
plata, y de ahí, con esa visión provincial del territorio, dedujeron que tampoco era importante para el Estado boliviano. En
los hechos, la pérdida del litoral significo una ruptura fundamental para el espacio económico, social y cultural de los
nativos del ande, así como un gran obstáculo al desarrollo económico boliviano en un período de permanente ampliación
del mercado mundial.
8
soberanía nacional; este es el caso de Villamontes, ciudad que se funda en 1905, como un centro
militar de frontera con el Chaco; Bolpebra, en 1907, puesto militar en la frontera con el Perú y
Brasil; Roboré, centro militar fundado en 1916. Es interesante advertir que el dinamismo
económico derivado de la explotación de la goma permite comprende la fundación de
Guayaramerin, en 1912; posteriormente, la ciudad de Bermejo, que emerge como un importante
centro agrícola, dada su ubicación geográfica como ciudad de frontera, en 1920, otro centro
petrolero de gran dinamismo es Camiri, que fue fundado en 1935; finalmente, la ciudad de Villazón,
que dada su proximidad a los centros mineros tuvo una gran importancia ferroviaria y dada su
localización geográfica fue otra ciudad de frontera en 19417.
En síntesis, la ocupación del territorio, durante la primera mitad del siglo XX, estuvo determinada
por el modelo primario exportador de minerales, con fuerte concentración en la región occidental
del país, ya que en los llanos orientales y las zonas llamadas "de colonización" (es decir los
piedemontes tropicales situados en los contrafuertes orientales de los Andes bolivianos), estaban
prácticamente despoblados. Cabeceras departamentales como Santa Cruz o Trinidad, eran centros
poblados pequeños, con un gran aislamiento geográfico.
1.3 El nacionalismo revolucionario y la distribución de la población
El periodo del nacionalismo revolucionario, se caracterizó por una fuerte intervención Estatal en la
política económica y social; aspecto que se sintetiza en la interpelación social al Estado, basada en
el pensamiento de integración del territorio; situación que desembocó, después de la revolución del
1952, en políticas que impulsaron la "conquista del oriente", buscando básicamente ampliar la
frontera agrícola y afianzar la explotación petrolera.
Otro hecho de importancia trascendental para entender la distribución espacial de la población, lo
constituye la promulgación de la "Ley de la Reforma Urbana", dictada como Decreto Supremo en
1954, como parte de las derivaciones del proceso reformista del agro que impulsara la revolución
nacionalista de 1952. Esta Ley, impuso el límite de 10.000 metros cuadrados, a la superficie
máxima de los fundos urbanos privados e instruía la expropiación de los predios mayores, situados
dentro del radio de la ciudad de Cochabamba y La Paz, donde fue aplicada dicha medida.
Sin embargo, la frondosidad propia de la maraña burocrática, los resquicios que dejaban las
exenciones tolerables y su falta de consideración a las áreas suburbanas, constituyeron severas
cortapisas a la aplicación de la iniciativa legal. Más aún, como otros cuerpos legales impusieron
altos gravámenes a la actividad de la construcción, así como a la fabricación y comercialización de
sus insumos, el proceso especulativo de la renta inmobiliaria se tornó cada vez más agudo,
contribuyendo a la reproducción espacial de la desigualdad social.
El afán desarrollista y modernizante de las corrientes nacionalistas8, que hicieron suyos los dogmas
del progreso y del desarrollo, hicieron de la marcha hacia el Oriente, impulsada por el mito del país
rico sentado en una silla de oro, una verdadera epopeya para el pueblo boliviano. El proceso de
ampliación de la frontera agrícola, como requisito fundamental para lograr el autoabastecimiento
alimentario del país, uno de los ambiciosos objetivos de la política del M.N.R., asumió dos formas:
por un lado se impulsó un proceso de colonización, dirigido hacia las zonas denominadas sub-
7 Véase, Cuadros Álvaro B. (1994), Ciudad y Territorio: La construcción del Espacio Nacional, Ed. Cooperación
Holandesa, La Paz, Bolivia. Pág. 175. 8 Se puede decir que todos los gobiernos, posteriores al 52, tanto de derecha, centro e izquierda, estuvieron impregnados por
la ideología del nacionalismo revolucionario. Cf. Antezana Luis H., Sistemas y procesos ideológicos en Bolivia, en
Zavaleta (1983).
9
pobladas, de familias de productores agrícolas; por otro, se fomentó ampliamente el desarrollo de
una agricultura capitalista basada en el latifundio, particularmente en la zona oriental del país.
Durante este periodo son varios los factores que permiten entender el proceso de redistribución de
la población en Bolivia, se detallan a continuación:
a. La "Conquista del Oriente".
Se impulsó un proceso de colonización dirigida hacia las zonas denominadas subpobladas de
familias de productores agrícolas, y se fomentó el desarrollo de una agricultura capitalista basada en
el latifundio, particularmente en la zona oriental del país. Es importante indicar que los primeros
asentamientos en las áreas de colonización de Santa Cruz datan de finales de los años treinta; se
trataba, sobre todo, de ocupaciones de tierras por población "camba", sin que interviniesen
mayormente inmigrantes de la zona andina. A diferencia de los procesos de colonización dirigida,
que se dio en las décadas del sesenta y setenta, que sí permitió una importante salida de población
de las zonas del altiplano y los valles, dirigidas hacia las zonas de colonización.
El proceso de minifundización de la tierra, en las zonas tradicionales, y el mantenimiento de los ni-
veles de pobreza del campesinado en estas mismas zonas, luego de la Reforma Agraria de 1953, al
actuar como factores estructurales de expulsión poblacional, favorecieron el proceso de
colonización de la tierras agrícolas tropicales, así como la urbanización de la población.
En la década del 80, sobre todo en el segundo quinquenio, debido a la conflictividad que asume el
proceso de colonización espontánea, a consecuencia de la expansión de las actividades del complejo
coca/cocaína, los gobiernos tratan de detener el proceso de colonización, a través de una serie de
acciones que van desde la represión directa y el amedrentamiento (caso de las "marchas" de relo-
calizados mineros hacia las zonas productoras de coca, 1987-1988), a la destrucción de vías
camineras (constantemente denunciadas por los agricultores del trópico cochabambino, 1985-1990)
y la paralización de los trabajos de infraestructura de importancia fundamental (caso del camino
Cochabamba-Beni, 1990).
Retomando las consecuencias de la nueva visión del desarrollo económico, asumida luego de la
revolución nacional, basada en el patrón de acumulación denominado minero-estatal9, debemos
indicar que ésta no sólo impulsó el desarrollo de la agricultura tropical, sino que también dedicó
parte a acelerar el desarrollo de la industria, orientada hacia la sustitución de importaciones de
bienes de consumo directo, que había hecho su aparición allá por los primeros años de la década de
los 4010. La industria emergente se asentó principalmente en La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa
Cruz.
Pero el impulso más importante a la urbanización fue el crecimiento del Estado. Las reformas
sociales ocurridas a partir de 1952, la creciente participación estatal del Estado en la economía
derivada del modelo de acumulación y la aplicación del prebendalismo, también la implantación de
regímenes totalitarios, hicieron crecer el aparato productivo estatal, el aparato represivo y la bu-
rocracia.
9 Cfr. Grebe, Horst, Excedente sin acumulación. Génesis de la crisis actual, en Zavaleta (1983).
10 Consecuentemente con las pautas de urbanización, la mayor parte de la incipiente industria existente antes de 1952 se
encontraba en la ciudad de La Paz. En este período empezaría a cobrar importancia el asentamiento industrial en
Cochabamba; se crearían la Manaco y otras industrias de menor importancia.
10
Aunque el centralismo político nacional determinó que la mayor parte de las actividades del
gobierno central se concentraran en la ciudad de La Paz11, la creación de las Corporaciones de
Desarrollo y otras instituciones de fomento, el crecimiento acelerado, aunque insuficiente de la
matrícula escolar, la expansión de la educación superior, la creación de los sistemas de seguridad
social, el potenciamiento de las Fuerzas Armadas12, etc. tornaron importante la presencia estatal en
todas las ciudades del país, principalmente en las componentes del eje central.
El petróleo y el gas han atraído población hacia las zonas productoras, pero su principal efecto,
sobre todo en Santa Cruz, en las décadas del setenta y ochenta, ha sido el de proporcionar regalías
petroleras para las Corporaciones Regionales de Desarrollo. Esto ha dado recursos importantísimos
a los gobiernos regionales para la realización de obras públicas y para el desarrollo general de la
actividad del Estado13.
Finalmente, el impulso a la acumulación de capital concentrado en este eje, determinó que la mayor
parte de las actividades privadas de apoyo a la producción, el sector de la construcción, los servicios
personales, el transporte y el comercio, se establezcan predominantemente en estas ciudades. La
ruptura de los circuitos de comercialización de productos agropecuarios, luego de la Reforma
Agraria, la ampliación de la red caminera y el crecimiento del número de pequeños agricultores
independientes, favoreció la constitución de amplios circuitos de comercialización de productos de
origen rural; surgió así un importante sector social compuesto por intermediarios y transportistas14.
b. Reforma Agraria
La etapa inicial de la Reforma (1953-64) otorgó la propiedad de la tierra a un número muy grande
de familias campesinas en el altiplano, los valles y una parte de las zonas tropicales. La rápida
redistribución de tierras en favor de los campesinos, originó nuevas relaciones sociales, definidas en
un contexto de desarrollo mercantil, que trajo aparejadas tendencias de descampesinización y
diferenciación campesina. Si bien el campesino tenía abierta la posibilidad de capitalizar su renta, la
acentuada fragmentación predial, condicionada por la Ley de Reforma Agraria, impidió muchas
veces su materialización y durante varios años disminuyó la producción agrícola para el mercado.
"Lo que constituía la renta mercantilizada por el patrón, bien podría decirse que es puesta en un
primer momento en la mesa del campesino"15.
11
La ciudad de La Paz se halla ubicada en el altiplano boliviano, expresa la alta cuota de centralidad del aparato del Estado
que incide en los procesos políticos, socio económicos y culturales del país, ya que es un canal de relación con el sistema
económico internacional, Centraliza la prestación de servicios de consumo colectivo; es Sede de Gobierno Central y, por
tanto, centro de decisiones políticas, económicas y sociales. 12
En la medida en que este potenciamiento se realiza dentro del marco del control político de la población, impulsado por
la doctrina de la seguridad nacional, el asentamiento de las unidades militares se da en los centros urbanos de mayor
importancia y conflictividad política y no en los espacios fronterizos.
13
El principal producto es el gas natural, que es mayormente exportado a la Argentina y provee alrededor de un 40% del
valor total de las exportaciones legales del país. Sin embargo, hay claros indicios de que esta exportación ya resulta
innecesaria para la Argentina (que está quemando voluntariamente gas natural en diversos yacimientos propios, incluso
algunos situados a lo largo del gasoducto que va a Buenos Aires desde Bolivia). El motivo principal por el cual la Argentina
mantiene en vigor el convenio de importación de gas de Bolivia es de tipo político o geopolítico. Ha habido también interés
de Brasil en acceder a ese producto, pero el costo y la complejidad de la construcción de un largo gasoducto desde el Sur de
Bolivia hasta Brasil ha detenido, por el momento, ese propósito. Si bien el convenio con Argentina ha sido renovado por los
primeros años noventa, es posible que en el futuro la expansión petrolera argentina tienda a limitar los volúmenes
exportados, y por consiguiente a reducir los ingresos de divisas por ese concepto (que ya vienen sufriendo frecuentes atrasos
por parte de la Argentina, afectada ella misma por dificultades en el pago de su deuda externa). 14
El grupo de los transportistas adquirió, durante la dictadura banzerista, un papel político fundamental, pues fue uno de los
principales que sirvieron de base social a este régimen. 15
Ibid., p 75. Ver también, Healy, op. cit., esp. pp.35-89.
11
En otros términos, con la Reforma Agraria se consolidó una unidad de producción de base familiar
que disponía de precarios medios de producción y que, careciendo de insumos de capital, originó
magros niveles de productividad, por lo que tendió a primar la producción para el autoconsumo.
Bajo tales condiciones se produjo una drástica reestructuración de los canales de comercialización,
generalizándose los mercados rurales, surgiendo todo un estrato de intermediarios que,
paulatinamente, fortalecieron el rol de la ciudad de Cochabamba como centro de acopio de
producción agropecuaria, de su hinterland campesino. Lentamente se inició un proceso de
diferenciación de la producción campesina, bajo el efecto de este nuevo modelo mercantil, que
adquirió especial importancia en las zonas próximas a la ciudad.
En tanto, esta tendencia se mostró débil en el altiplano y los valles más alejados16, donde la pobreza
de la tierra o la carencia de accesibilidad al mercado, motivaron un predominio del autoconsumo.
Así, fue delineándose una modalidad desigual de desarrollo, caracterizada por el hecho de que la
esfera mercantil se consolidó sólo donde las condiciones anteriores de articulación con las minas y
ciudades ya existían.
De un modo u otro, se fue reproduciendo la modalidad de transferencia del valor de la producción
derivada del trabajo familiar a los grupos de intermediación establecidos en el medio urbano. "El
campesino pobre no sólo se enfrenta a un mercado que le es hostil y ajeno, sino en la mayor parte
de los casos, no puede relacionarse con él directamente y se ve obligado a vender su producción a
acaparadores e intermediarios"17.
Ante la desigualdad inherente a los mecanismos de intercambio, con la explotación del capital
mercantil y de la usura, por un lado, y las limitaciones de la unidad económica del predio, por el
otro, la crisis campesina se materializó en una creciente incapacidad para reproducir la fuerza de
trabajo familiar, sólo a partir de la producción agropecuaria.
Como una respuesta a tal situación, se despliegan estrategias de sobrevivencia que motivan un
proceso de descampesinización; los campesinos ya no pueden depender de su tierra y buscan
refugio en la ciudad, desempeñando una variada gama de oficios de dudosa significación
productiva, que, si bien le deparan un ingreso básico para permitirle sobrevivir, no le sirven para
superar el estado de pauperización. Así, dado el escaso grado de desarrollo de las fuerzas
productivas, puesto de relieve por la carencia de una base industrial, las ciudades de La Paz, Santa
Cruz y Cochabamba reciben contingentes de esos campesinos que se insertan en el comercio
ambulante o en la provisión de servicios personales de la más variada estirpe y que contribuyen a
otorgarle significado al contenido social de la población urbana. Otra opción a la que pueden optar
los campesinos "expulsados" de su tierra es la de migrar hacia el Oriente boliviano o al noroeste
Argentino, sea en forma permanente o mediante desplazamientos estacionales, donde asumen la
calidad de asalariados rurales (es decir, una descampesinización que conduce a la proletarización
rural).
16
El Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, efectuó la regionalización ecológica del país en: Altiplano
conformada por las ciudades de La Paz, Oruro y Potosí; los Valles constituidos por Cochabamba, Sucre y Tarija; finalmente
los Llanos representados por Santa Cruz, Beni y Pando. En todos los casos las ciudades principales son aquellas que
sobrepasan la cifra de los 200000 habitantes, es decir La Paz, Cochabamba y Santa Cruz; ciudades secundarias, aquéllas
que oscilan entre 20.000 y 200.000 habitantes, Oruro, Potosí, Llallagua, Sucre, Tarija, Trinidad y Montero. Resto urbano
incluye a aquellas aglomeraciones de 2.000 a 20.000 habitantes. 17
Bartra, Roger, Estructura Agraria y Clases Sociales en México (México, Editorial Era, 1978), p.84. "Este intermediario,
vecino del pueblo, residente de la ciudad... se convierte en el nuevo explotador del campesino. No basta poseer la tierra si
no se tiene control sobre los precios de los productos", Albó, Xavier, "Bodas de Plata o Réquiem por una Reforma Agraria",
en Revista Paraguaya de Sociología, Número 13 (enero-abril,1976), pp.25-58.
12
Una tercera vía es la de incorporarse a las actividades de colonización, en sus múltiples formas que
van desde la de tipo oficial a la "espontánea", lo que suele traer aparejado un proceso de
recampenización y de diferenciación, en un medio en el que se experimentan los rigores de la
distancia, el aislamiento y las circunstancias ecológicas diversas de las conocidas en el ámbito de
procedencia.
Ahora bien, la ambivalencia del proceso reformista del agro no se ha reducido a la operación de
procesos de descampesinización, de diferenciación agudizada por la intermediación mercantil o de
migración (rural-urbana o rural-rural), sino que abarca un vasto plano de desigualdad en el modelo
de desarrollo.
En efecto, no obstante las marchas y contramarchas, propias de una sucesión de gobiernos imbuidos
por orientaciones ideológicas diferentes, pero situadas en un contexto post-revolucionario en el que
la institución armada se ha reconstituido como factor de poder, las políticas económicas aplicadas
durante la segunda mitad del siglo XX han tenido un resultado neto en el trato privilegiado a la zona
oriental del país, básicamente al departamento de Santa Cruz.
El panorama hacia el futuro es incierto, ya que al cerrarse las fuentes de empleo no agrícolas por el
ajuste estructural, por la crisis de la minería, por la mayor apertura a la importación que quita
posibilidades a la industria nacional, es posible que en el futuro se asista a una aceleración de la
pulverización parcelaria y al surgimiento de un número creciente de microfundios.
c. El desarrollo del Estado y la modernización
Hasta 1952, el Estado boliviano tenía un desarrollo incipiente, y su presencia geográfica en el
territorio boliviano era bastante incompleta. Servicios básicos, como la salud, la educación, la se-
guridad pública, la administración de justicia, estaban escasamente desarrolladas y tenían presencia
solamente en las ciudades más importantes. No había prácticamente empresas públicas.
A partir de 1952, se inició un proceso de reedificación del Estado Nacional que, con variantes
introducidas por intervenciones castrenses, cambios en las articulaciones sociales predominantes y
solicitaciones externas (propias de una sociedad dependiente), ha optado por un estilo de desarrollo
esencialmente capitalista, pero que reconoce, en su práctica política, el indiscutible peso de las
formas pre capitalistas que operan en el campo y la ciudad.
Uno de los hitos de este proceso de reconstitución del Estado fue el golpe militar de 1971, con el
que se inició, bajo un régimen de carácter autoritario, una "modernización" del aparato burocrático,
asociado a un proyecto político en el que se confirió especial importancia a la gestión central de la
intervención estatal en la economía. El nuevo bloque social en el poder involucró a la burocracia y
a las fuerzas armadas, en un intento por cohesionar la dominación política.
La restauración de las formas democrático-representativas, a fines de los años setenta, motivó un
cierto desplazamiento del estamento militar y los andamiajes estructurales básicos continuaron
vigentes. Es de interés destacar la situación imperante hacia mediados de la década de los setenta.
El proceso de cohesión y organización interna al que se aludió, se basó, en primer lugar, en el
incremento de privilegios de la institución armada y, en segundo término, en la centralización y
control de las principales instituciones económicas del Estado, algunas de las cuales eran: la
Corporación de las Fuerzas Armadas de Desarrollo de la Nación (COFADENA); la dirección y
control de las empresas capitalistas fundamentales del Estado (tales como la Corporación Minera de
Bolivia (COMIBOL), Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la Corporación
13
Boliviana de Fomento (CBF) y la Empresa Nacional de Fundición (ENAF); la dirección de la
gestión administrativa de aparatos políticos regionales, (Corporaciones Regionales de Desarrollo,
Prefecturas de Departamentos y Alcaldías Municipales).
En virtud de esta centralización, de aparato productivo y de control político y social, se produjo una
redefinición del sistema nacional de gestión.18
Estos procesos crearon en las ciudades (y en alguna
medida en el campo, a través de las escuelas rurales, los centros de salud y otros servicios básicos)
un sector público que hizo notar crecientemente su importancia en la estructura del empleo. El
crecimiento del empleo público contribuyó a crear en las ciudades un mercado de trabajo más
amplio, que durante los años setenta y principios de los ochenta, explicó una parte considerable del
incremento del empleo urbano.
Durante este periodo se pudo advertir que los municipios tenían jurisdicción, exclusivamente, sobre
la planta urbana; mientras el área rural (que forma el resto de los cantones) pertenecía a la jurisdic-
ción nacional, situación que originó problemas de divorcio institucional entre lo rural y lo urbano.
La progresiva expansión de las áreas aglomeradas sobre zonas anteriormente rurales, creó
problemas importantes para el planeamiento, porque la jurisdicción de los municipios no cubría la
totalidad de un cantón o distrito, lo que no permitió un planeamiento más eficiente.
d. La industrialización
El proceso de desarrollo, basado en la propiedad estatal de los recursos del subsuelo, iniciado en
1952, incluyó un esfuerzo considerable de sustitución de importaciones. Elevados aranceles y otras
barreras a la importación procuraron proteger a la industria local. El país ingresó, en 1969, en el
Pacto Andino, que esperaba establecer un mercado común entre los países de la sub región. Esas
políticas, sin embargo, tuvieron un éxito limitado. Hubo un cierto desarrollo de algunos sectores
industriales (agroindustria, textiles, ciertas líneas de industria metálica ligera, etc.), y el sector
industrial llegó a absorber un 15-16% del empleo total. Sin embargo, la integración subregional se
estancó, y el mercado interno era muy limitado, con escasas posibilidades de exportación, dada la
situación mediterránea del país, que eleva los costos de transporte, y su posición geográfica entre
países de mayor desarrollo industrial, como: Argentina, Brasil y Chile, incluso Perú.
El principal factor que frenó el desarrollo industrial, sin embargo, fue la expansión de las
importaciones (legales e ilegales) que comenzaron a florecer en los últimos años setenta y durante
toda la década del ochenta, financiadas, fundamentalmente, con los ingresos de la exportación ilegal
de derivados de la coca, y favorecidas temporalmente por los tipos de cambio oficiales poco realis-
tas.
La inundación del mercado boliviano con productos de importación, incluyendo alimentos,
vestimenta y muchos otros; los cuales, en gran parte, se comercializaron a través del sector infor-
mal, dieron fin con las posibilidades de desarrollo industrial. Por otra parte, el ajuste estructural,
iniciado en 1985, estableció una mayor apertura de la economía y rebajó, considerablemente, la
protección arancelaria para la producción nacional. Desde 1986, las importaciones bolivianas tienen
18
El organigrama de las instituciones del Estado quedó delineado por cuatro niveles básicos de gobierno, coordinados
horizontalmente y sujetos a un ordenamiento jerárquico que, a imagen y semejanza de lo que ocurre en la institución
castrense, reconoce una modalidad central en el mando. En primer lugar, se encuentra la Administración Central
conformada por el Poder Ejecutivo, la Presidencia de la República y los Ministerios de Estado; luego, se sitúa la
Administración Descentralizada, con las Corporaciones Regionales de Desarrollo, las instituciones y empresas públicas y
mixtas; en tercer lugar, se encuentra la denominada Administración Descentralizada, que se refiere a la Administración
Departamental, representada por las Prefecturas; finalmente, las Administración Local que es asumida por las Alcaldías
Municipales.
14
un arancel generalizado del 20%, a lo cual se agrega la protección natural que deriva de los altos
costos de transporte, pero ello no es óbice para que una gran cantidad de productos, que podrían
producir en el país (y que de hecho llegaron a producirse), sean sustituidos por importaciones.
Todo este proceso de crecimiento del sector informal (vinculado en origen a la coca) y de ajuste
estructural, implicaron una reducción de las posibilidades de existencia de un sector industrial en
Bolivia, que así ha disminuido en empleo y en producción durante los últimos años.
1.4 La crisis de la minería y del modelo de 1952
El progresivo agotamiento de los yacimientos de estaño y otros metales, junto a una tendencia
secular decreciente de la demanda internacional y de los correspondientes precios, produjo una
crisis en la minería metálica boliviana que condujo a la decisión estatal a cerrar gran parte de los
yacimientos y despedir al 90% del personal estatal minero en 1985-86. Más de veinte mil
trabajadores mineros despedidos (situación que eufemísticamente se denominó "relocalización"),
junto a otros miles de trabajadores que tuvieron que dejar sus empleos en otras áreas del sector pú-
blico, provocaron importantes cambios en la distribución sectorial y geográfica de la fuerza laboral
en la segunda mitad de los años ochenta.
Algunos de ellos permanecieron en las áreas mineras, intentando convertirse en productores
mineros independientes o cooperativizados; otros migraron a centros urbanos más promisorios, co-
mo: La Paz, Cochabamba o Santa Cruz, y algunos intentaron la posibilidad de la colonización
agrícola tropical (un salto muy aventurado para quienes habían nacido y vivido sólo en el altiplano).
Muchos pueblos y ciudades del Altiplano vieron descender bruscamente su población, a veces en
forma tan aguda que los centros urbanos prácticamente se convertían en pueblos fantasma, mientras
contingentes numerosos de ex-mineros deambulaban por las ciudades, tratando de obtener el pago
de las indemnizaciones adeudadas y de encontrar una nueva ocupación. Este proceso de transición
se extendió en algunos casos hasta el final de la década del ochenta.
El fin del modelo de desarrollo, basado en la estatización de la renta del subsuelo, significó también
otros cambios importantes en la estructura económica del país, incluyendo una profunda recesión en
1983-86, que la recuperación ulterior no ha logrado superar totalmente, junto a una fuerte tendencia
a la terciarización que acentuó el proceso ya existente en ese sentido.
1.5 El Período del Ajuste Estructural
A partir de 1980, la economía y la sociedad boliviana enfrentaron la más aguda crisis de su historia
en los planos económico, social y político. La acelerada caída de los índices de crecimiento de las
principales actividades productivas, configuraron, progresivamente, una situación generalizada de
estancamiento de la economía. Este proceso fue el resultado de una combinación de factores
externos e internos, como: la recesión internacional, la caída de precios de las materias primas, la
deuda externa y la hiperinflación, entre otros. La agudización de la crisis y las medidas de política
implementadas para enfrentarla, han profundizado las desigualdades económicas regionales y se
han incrementado los procesos de redistribución espacial de la población19.
19 La hiperinflación vivida en Bolivia, entre 1983 y 1985, y las medidas de política implementadas por el gobierno de la
UDP, estimularon la especulación comercial y financiera en desmedro de las actividades productivas, mientras que la
Nueva Política Económica, vigente desde agosto de 1985, a pesar de haber logrado la estabilidad del sistema monetario,
no creó las condiciones necesarias para la reactivación del aparato productivo del país. Para mayores detalles sobre la
materia, véase Larrazábal Hernando; Políticas y Sector Informal Urbano, en Revista Programa de Ajuste Estructural,
Serie: Documentos de trabajo N 11, CEDLA, La Paz, 1992.
15
La crisis del modelo de Economía de Estado y de Acumulación, iniciado en 1952, culminó en un
período que puso al país al borde del abismo, y dio lugar a un nuevo modelo de Libre Mercado,
iniciado en 1985, con el conjunto de medidas de la "Nueva Política Económica (NPE)", el ajuste
estructural produjo profundas modificaciones del perfil de la economía boliviana y cuyo costo
social ha sido sin precedentes.
El año 1994, se implementa la Ley de Participación Popular, en el marco de las reformas de
segunda generación del Programa de Ajuste Estructural (PAE), en aquel momento y por primera
vez en Bolivia, el Estado destina el 20% de la recaudación tributaría a los gobiernos municipales
urbanos y rurales, de acuerdo a su población, situación que sin lugar a dudas fue un detonante de
cambios espaciales, ya que se ha producido un reordenamiento territorial y que ha determinado un
incremento de los flujos migratorios en todas direcciones, en especial se produjeron retornos de
población (temporal y/o definitivo) hacia municipios que en el pasado quedaron en el olvido. Si
bien es cierto, que pese a los retorno, aun Bolivia se debate entre concentración y dispersión, sin
embargo es preocupante que en la nueva constitución aun no se haya modificado el carácter
concentrado de la asignación de los recursos; situación que en miras de lograr mayor equidad
debería incluirse el criterio logro en desarrollo humano, pobreza e insatisfacción de necesidades
entre los criterios centrales de la asignación de recursos (véase sección 2.1.2).
Si bien es cierto que también con la implementación del PAE, se pudo visualizar el abandono del
Estado de la actividad productiva, ya que se había producido la venta de más del 50% de las
acciones de las empresas estatales a socios extranjeros, sin embargo, el problema mayor fue la
inclusión en dicha acción de la llamada „flexibilización laboral‟ que condujo a un situación de
riesgo y mayor vulnerabilidad de los trabajadores, es elocuente que luego de muchos años de
presencia invisible del desempleo, se haya producido un incremento del desempleo abierto, una
masa de desempleados (el numero de los despedidos de las empresas publicas ha sido creciente y
preocupante), la caída del empleo público fue fundamentalmente apreciable en los trabajadores de
cuello blanco, la mayor parte de ellos hombres que en su carácter de proveedores principales, vieron
duramente cambiar su situación no solo laboral sino familiar, consideramos que los costos sociales
aun son visibles, incluso hacia el año 2010; se han incrementado los hogares que se hallan en
situación de pobreza, vulnerabilidad, inequidad y desigualdad. La desigualdad se ha convertido en
uno de los aspectos de mayor preocupación, Bolivia paso a ocupar desde el año 2005 el primer
lugar en los índices de desigualdad de la América Latina seguido del Brasil que ocupaba durante
mucho tiempo el primer lugar.
1.6 Tensiones, reformas a la constitución y estado plurinacional
La historia de Bolivia está acompañada por revoluciones y cambios permanentes. Es un país, que
no ha logrado superar sus dificultades en su desempeño económico y social, a pesar de haber
aplicado fielmente todas las reformas del Programa de Ajuste Estructural, aún persisten intolerables
niveles de pobreza, acompañado de alta inestabilidad social, política, crisis económica, falta de
acciones de apoyo y promoción del desarrollo que permitan la construcción de una ciudadanía justa
y democrática. En Bolivia, aún no se ha logrado generar fuentes de empleo suficientes, se ha
profundizado la autogeneración de empleos precarios, debido a que es creciente la heterogeneidad
de la estructura productiva. Existe predominio cuantitativo de pequeñas unidades económicas,
organizadas de manera autónoma, en condiciones de atraso tecnológico y baja productividad. Se ha
generalizado en las ciudades una estructura productiva terciaria, debido a que se ha producido, en
casi todas las ciudades, una alta expansión del comercio y los servicios, las que han permitido
insertar abundante mano de obra; sin embargo, se trata de actividades de muy baja productividad,
no generadoras de progreso técnico.
16
La herencia del neoliberalismo, ha sido también la visibilización del desempleo abierto, con el
agravante de la persistencia de desempleo disfrazado, caracterizado por el pago a trabajadores de
bajos salarios y con precariedad laboral. Se puede indicar que la recuperación económica, no ha
podido hacer frente a las más de dos décadas de vigencia de las políticas neoliberales. De esto, se
puede, de manera sintética, indicar, que los trabajadores bolivianos tienen: trabajos inestables de
corta duración inciertos , jornadas extensas, dependencia, rotación funcional, desprotección social,
segregación, bajos salarios y desprotección; estas se hacen carne con la flexibilidad laboral a
expensas de la calidad. En consecuencia, una tarea pendiente del Gobierno de Evo Morales, es
dignificar el empleo, ya que con ello se podrá dignificar las otras necesidades de la población
boliviana, situación que hasta fines del 2009 aun no se había conseguido.
La respuesta de las familias ha sido variada, ellas han recurrido a una serie de estrategias de
superación de los déficits e insatisfacciones de su reproducción cotidiana, fueron las mujeres las que
tuvieron que salir al mercado de trabajo, particularmente enmarcado en las cadenas globales del
cuidado20 a cumplir el rol de proveedora del hogar, muchas de ellas tomaron la decisión de saltar
hasta países europeos y de este modo producir una nueva oleada de migrantes y presumiblemente
también impactos que aun no se los ha podido cuantificar en el ámbito de sus unidades familiares,
se advierte en algunos estudios que la típica familia nuclear se ha modificado, en su lugar formas
más complejas de tipología familiar se han remplazado (PNUD, 2006 y Ledo, 2009).
Desde 1990 el Producto Interno Bruto expresado en miles de bolivianos de 1990 se ha duplicado
(desde 3.860.784 hasta 7.732.795 Bolivianos), dicho dinamismo ha repercutido favorablemente en
la explicación de un crecimiento superior al 5.7% del PIB hacia el año 2009. Es evidente que el país
a diferencia de la crisis mundial a logrado tener un desempeño positivo, sin embargo dicho
crecimiento, no se ha traducido en acciones que permitan modificar los déficits cuantitativos y
cualitativos de sus condiciones de vida como el acceso a una variada gama de servicios, vivienda,
acciones que contribuyan a reducir la precarización e inestabilidad laboral, es decir, el empleo
precario y la desigualdad en la distribución de ingresos permanecen invariables, situación que
produce preocupación debido a la alta popularidad del gobierno de turno y a la inmensa expectativa
generada por los movimientos sociales.
Bolivia hacia el año 2009, ocupaba el lugar 113 sobre 182 países, según el Índice de Desarrollo
Humano propuesto por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD-IDH), tenía un
nivel de desarrollo humano inferior al de Honduras e Indonesia. Como ya fuere indicado, el costo
social cargado en los sectores más deprimidos y causado por la Nueva Política Económica y el
Programa de Ajuste Estructural, ha sido elocuente, se ha producido un deterioro de las condiciones
de vida de los pobladores y que se ha traducido en un aumento de la pobreza.
Después de un largo periodo de tensiones y conflictos, el 25 de enero del 2009 fue aprobada la
Nueva Constitución Política del Estado (CPE), su gestación data del año 2006 y se produce durante
dicho tiempo un clima conflictivo derivado de la falta de consensos, si bien es cierto que la
intención de la nueva CPE es la de generar un proceso de “refundación del Estado” hacia lo que se
ha venido en denominar “Estado Unitario Plurinacional Descentralizado con Autonomías” que
recupere el valor del pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico (Morales
Teresa, 2009), recién un año más tarde, en enero del 2010, se ha dado inicio a las sesiones de la
Asamblea Legislativa Plurinacional, es en consecuencia la instancia que tendrá la misión de dotar al
país de un nuevo ordenamiento legal que modifique la estructura de todos los órganos o poderes del
20 Una amplia explicación puede encontrar en: Pérez Orozco Amaia, 2009, Miradas globales a la organización social de
los cuidados en tiempos de crisis I: ¿qué está ocurriendo?, Serie Genero, Migración y Desarrollo, Documento de trabajo 5,
UN-INSTRAW, Santo Domingo, República Dominicana.
17
Estado lo que supone replantear las reglas institucionales de la superestructura y las normas que
organicen la estructura económica boliviana sobre la base de lo establecido en la CPE.
Existen esperanzas en los grupos más deprimidos de que las cosas mejoraran en Bolivia, es un reto
para el gobierno de Evo Morales, hacer que los grupos más vulnerables logren modificar sus
precarios indicadores y que se pueda lograr cubrir las demandas insatisfechas de much@s
bolivian@s, para el logro de dicha meta, será imperiosa una mirada sistémica y una visión integral
de desarrollo, que significa expandir su área de acción al conjunto de la vida de no campesinos y
campesinos, esto es dinamizar su lógica productiva, sus formas de organización social, mejores
canales de acceso al crédito, comercialización a través del intercambio mercantil de productos
agropecuarios, artesanales, de aprovechamiento y transformación de los recursos naturales; se
deberá también incluir otros aspectos ecológicos, culturales e históricos, con el objetivo de romper
el clima de exclusión en la que se encuentran estos pobladores, con niveles de pobreza que son
intolerables, lo que no se consigue con medidas asistencialistas y paternalistas, sino con acciones de
gran envergadura en generación de apalancamientos para que efectivamente logren modificar su
estado de privaciones e insatisfacciones.
La sociedad boliviana demanda hoy un nuevo pacto social. Eliminar la pobreza requiere tiempos
largos, políticas múltiples, pero tiene a su favor la existencia de sujetos sociales posicionados para
luchar por ello. Eliminar la exclusión compete a las políticas públicas no solamente a través de sus
acciones, sino facilitando la emergencia de ciudadanos como sujetos de derechos reconocidos social
y políticamente, que puedan ejercer estos derechos en la ciudad, que pueda luchar por su total
inserción en la vida cotidiana.
Durante los últimos años, se ha exacerbado en Bolivia el sentimiento de la diferencia, sensiblemente
sin ningún principio de respeto a los diferentes; se han enarbolado banderas de defensa de las
ciudades y de los espacios de grupos de elite, sin una reflexión del drama que han vivido y aún
siguen viviendo grandes grupos humanos, que históricamente han sido excluidos y marginados;
efectivamente, se vive en Bolivia una etapa de mucha incertidumbre e inseguridad, a la que se
suman sentimientos de desarraigo extremadamente peligrosos, debido a la ausencia de debate y
donde cada grupo quiere imponer su parecer y/o su dominio.
La posibilidad de una concertación de acciones de múltiples actores, públicos, sociales y privados,
requiere de un cambio en la cultura política, que supere el vicio clientelista y se privilegie un
ejercicio del poder político que promueva nuevas estructuras económicas integradoras, y no se
limite a recibir o atraer cualquier actividad que sume nuevos puestos de trabajo a cualquier costo.
Requiere no sólo de ideas, proyectos y capacidad inversionista, sino de una lucha cultural21, y la
búsqueda de soluciones consensuadas y de largo aliento, con miras a construir una Bolivia digna,
soberana, Solidaria que permita el desarrollo de los asentamientos humanos, armónicos y
equilibrados en todo lo largo y ancho del país.
2. Mirando hacia adentro - la migración interna
2.1 Organización del Territorio
Bolivia durante el siglo XX, aumentó 5 veces su tamaño, su crecimiento pasó desde un nivel del 1%
vigente entre 1900-1950 hasta el 2.7% anual registrado entre 1992-2001. Se estima que la población
que habita su territorio hacia el 2010, es alrededor de 10 millones de habitantes, destaca el cambio de su
predominio rural que incluso estuvo vigente hasta los años 90, a una mayor presencia urbana. La
21 Calderón ,Fernando, 1999, Op. Cit. Pág. 39 y también: Corragio, José Luís, 1999, Op. Cit. Page 4 – 5.
18
urbanización boliviana es un proceso que ha involucrado modificaciones de las estructuras
económicas, políticas, sociales y culturales22, su dinamismo ha sido muy fuerte ya que las zonas
urbanas en Bolivia han crecido sostenidamente durante el siglo XX, su importancia demográfica
aumentó en más de 23 veces, en cambio las zonas rurales apenas si duplicaron el número de sus
habitantes.
La heterogeneidad socio-espacial ha afectado en los procesos de cambio demográfico y la dinámica
demográfica diferencial ha contribuido en la modificación de la estructuración socio-espacial del
país, ha provocado efectos en el bienestar de los hogares bolivianos. Las migraciones internas e
internacionales han contribuido en otorgar una imagen de diferenciaciones profundas, se ha
producido desplazamiento de personas y familias desde contextos de reducidas oportunidades para
su desarrollo humano hacia contextos con mayores oportunidades y donde la satisfacción de
necesidades básicas mediante políticas públicas, también se han generado procesos combinados de
migraciones nacionales e internacionales y se viene constituyendo en la actualidad comunidades
transnacionales, en especial en Argentina, en Bérgamo – Italia, donde se ha podido constatar la
presencia de alrededor de 21 mil bolivian@s entre otros destinos.
Es ilustrativo vincular, las modificaciones en la organización del territorio en correspondencia, con
las reformas de las políticas de carácter económico social implementadas a lo largo del siglo XX,
debido a que la organización del territorio y de los asentamientos humanos ha sufrido una
transformación, desde un patrón dominante de asentamiento Norte – Sur, centralizado en Occidente,
se ha producido un nuevo patrón de asentamientos humanos de Oeste a Este.
En consecuencia, la organización del territorio boliviano, durante la primera mitad del siglo XX,
estuvo asociado a la economía de enclave minero y a una red urbana de ciudades ubicadas en la región
del occidente de Bolivia. El predominio de la economía minera, sumado a la extensión de la
agricultura, que concentraba a la mayor parte de la población trabajadora, determinó el carácter
predominantemente rural de la población boliviana23
, incluso en 1950 tres cuartas partes de los
bolivianos vivía en algún contexto rural. Situación que se prolongó inclusive hasta fines de los años
setenta. El impacto de las reformas sociales implementadas durante el período de la revolución
nacional de 1952, contribuyó en la aceleración del proceso de redistribución espacial de la población
en el territorio boliviano.
El crecimiento de la población, está en correspondencia directa con el dinamismo económico y
social de cada región, de tal manera que los patrones regionales de desarrollo son los que en última
instancia permiten entender el ritmo de su crecimiento, en dicho periodo, el resultado de la
redistribución de población ha sido la configuración de un nuevo sistema de ciudades que es la
expresión de la pérdida de importancia relativa del sector agrícola y la expansión del sector terciario
de base esencialmente urbana, así como de la profundización de actividades relacionadas con los
hidrocarburos en la región del Chaco y Tarija especialmente.
Este nuevo sistema de ciudades, involucra a tres grandes regiones estratégicas (metrópolis) donde se
concentran el 73% de los habitantes urbanos de Bolivia, allí están también todos los esfuerzos del
22 Ledo, 2002, cabe aquí señalar los aporte, entre otros, de Quijano y Singer; ver, al respecto, Desarrollo Urbano y Regional en
América Latina, Problemas y Políticas, Selección de: Luis Unikel y Andrés Necochea (México), Fondo de Cultura Económica,
1976). p. 22 y 42 23 Existen indicios para pensar que durante el segundo auge de la plata (1872-1895) los empresarios mineros pudieron crear
las condiciones para mantener contingentes relativamente importantes de fuerza de trabajo; de esta forma surgieron pueblos
mineros de suma importancia. El complejo mina/beneficio de Pulacayo-Huanchaca prácticamente duplicó su población
entre 1870 y 1900, la cual creció de 2.895 a 7.635 habitantes. En este mismo período la población de Colquechaca crecería
rápidamente y sería elevada al rango de ciudad. Cf. Mitre (1981)
19
desarrollo nacional. Las ciudades del Corredor Económico Boliviano han generado una red
equilibrada de ciudades, su importancia cuantitativa, es relativamente reciente, ya que en el anterior
sistema de ciudades que estuvo vigente hasta inicio de los años 70, se incluía a las ciudades de Oruro
y Potosí ambas localizadas en la región del Altiplano, articulando un corredor norte - sur,
Cochabamba formaba parte de este sistema por los roles históricos de provisión de mano de obra y
alimentos, para el desarrollo de la actividad minera situada en el occidente de Bolivia.
En el nuevo sistema de ciudades, el territorio articula de Oeste a Este, se advierte que existen varias
potencialidades en esta nueva configuración espacial del territorio, existe una dinámica interna muy
grande, debido a que incluye una ciudad de cada contexto ecológico: Altiplano (Ciudad de La Paz),
Valles (Cochabamba) y Llanos (Santa Cruz) desde 1976 se ha mantenido vigente sin modificaciones.
En dichos departamentos se localizan las ciudades de mayor tamaño y que son las capitales de sus
departamentos, concentran tres cuartas partes de la producción nacional24, a dos terceras partes de los
habitantes urbanos de Bolivia, y cuya dinámica demográfica es del orden del 5% anual y en 25 años,
habían triplicado su tamaño.
Cochabamba cumple un doble papel, de integradora de su entorno regional y también de articulación
entre las ciudades de La Paz y Santa Cruz, lo que le otorga una trascendencia mayor en el sistema
urbano nacional. Es por ello que Cochabamba vendría a ser un espacio intermedio, de integración, de
articulación y encuentro del conjunto nacional, y es también un espacio promedio en el que los
contrastes del país también se ponen de manifiesto.
2.2 Municipios según rangos del Índice de Desarrollo Humano
La hipótesis subyacente al analizar los rangos de desarrollo humano en el ámbito municipal, es que
los municipios con mejores logros en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) reciben a los
contingentes de migrantes procedentes de regiones menos favorecidas. Una simple inspección de
los datos, nos permite demostrar que existen modificaciones de ascenso y/o retroceso en los
municipios según IDH en el tiempo, situación que presumiblemente explica mejoras en los logros
del Desarrollo Humano gestados por algunos grupos más que por otros.
24 Actualidad Estadística Nº 200: INE, abril 2001. En 1998, el Producto Interno Bruto (PIB) a valores básicos alcanzó a
19.8 mil millones de bolivianos de 1990, de los cuales, 14.4 mil millones de bolivianos correspondieron al eje troncal y
representaron 72.76% de la producción nacional.
20
Mapa 1. Bolivia: Tipología del logro del desarrollo humano según municipios, 2001 – 2005
Fuente: Elaboración propia, utilizando datos del PNUD 2001 y 2005 para la estimación del IDH y
un reprocesamiento del censo nacional de población y vivienda 2001, INE, La Paz – Bolivia.
Lo que resulta ilustrativo es demostrar que existe una notable mejoría en el número de municipios
con IDH Medio – Alto (0,70-0,77), que aumento su número desde 6 a 21 Municipios entre el 2001
y el 2005. En la segunda categoría también hay una tendencia positiva y creciente, el rango
intermedio fluctúa entre 0,60-0,69 y ha sido catalogado como municipios con IDH Medio – Medio,
crecieron desde 73 hasta 108 Municipios entre el 2001 y el 2005. En cambio, las secciones
municipales con menores logros de IDH Medio Bajo y Bajo han tenido un desempeño descendente.
El número de municipios con IDH Medio – Bajo (0,50-0,59) tuvo un descenso desde 167 el 2001
hasta 142 Municipios el 2005 y es similar el descenso de los municipios con IDH Bajo, es decir
menor a 0,50, cae de 67 secciones municipales hasta 56 Municipios entre el 2001 y el 2005 (Mapa
1).
Hacia el año 2001, únicamente 6 secciones municipales habían logrado ascender al rango de
municipios con IDH Medio Alto, como era de esperar se trataba de las 3 capitales de las metrópolis
de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, seguidos de 3 secciones municipales del departamento de
Santa Cruz, Camiri, Montero perteneciente a la provincia Obispo Santisteban y Puerto Quijarro que
es el municipio fronterizo con el Brasil, pertenece a la provincia Germán Bush, se debe anotar que
en “Puerto Quijarro, se encuentra la zona central del Pantanal (una región de humedal compartida
por Bolivia, Brasil y Paraguay), en la frontera con Brasil frente a Corumbá, a 640 km al Sudeste de
Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia”, en esta provincia están organizaciones internacionales de
conservación de la naturaleza como WWF25, efectivamente se trata de espacios de gran dinamismo
25 Véase en la página web: http://bolivia.panda.org/nuestro_trabajo/.../puerto_quijarro/
21
y en consecuencia mantuvieron su predominio hasta el 2005, lo que es interesante anotar es que se
incrementaron 15 secciones municipales con IDH Medio Alto para el año 2005.
Al analizar cada uno de las secciones municipales con rango de IDH Medio Alto, resalta la primera
posición ocupada por el Municipio Capital de Cochabamba y el último lugar es ocupado por
municipio Tomas Frías de Potosí. Se debe anotar que se mantienen las 6 secciones municipales
catalogadas con IDH Medio Alto el año 2001, se añaden las capitales del altiplano (Oruro y Potosí),
las capitales de la zona de los valles (Sucre y Tarija), se han añadido dos ciudades vecinas de la
capital cochabambina, Quillacollo y Sacaba y que también forman parte de la región metropolitana.
No es casual que en la región de los llanos, sea donde se advierta la mayor presencia de municipios
con IDH Medio Alto, están allí 13 de los 21 (61%), se hallan representados la cuarta sección San
Juan de Yapacani perteneciente a la provincia Ichilo, la tercera sección Roboré perteneciente a la
provincia Chiquitos, Portachuelo que es la primera sección perteneciente a la provincia Sarah, Valle
grande perteneciente a la primera sección de la provincia del mismo nombre, luego aparecen Suarez
y Carmen Rivero Torrez ambas pertenecen a la provincia Germán Bush. En el departamento del
Beni están la capital Trinidad y la primera sección Magdalena perteneciente a la provincia Itenez,
finalmente la capital de Pando Cobija que pertenece a la provincia Nicolás Suarez.
En términos demográficos la mitad de la población total y alrededor de tres cuartos de los habitantes
estimados al 2010 vive en solo 21 municipios, otro de los aspectos que debe ser considerado para
fines de la implementación de acciones de apoyo, es que el rostro femenino se concentra en las 21
secciones municipales de IDH Medio Alto y en las de bajo logro de desarrollo.
Cuadro 1. Bolivia. Rangos de Índice de Desarrollo Humano, según sexo, 2001 – 2010
Rangos IDH Hombres Mujeres 2001 Hombres Mujeres 2010
Casos 4.001.303 4.063.225 8.064.528 5.215.251 5.258.020 10.473.271
Medio - Alto 30,6 32,3 31,4 44,8 47,1 46,0
Medio - Medio 35,9 35,7 35,8 29,5 28,3 28,9
Medio - Bajo 23,4 21,9 22,7 17,8 16,6 17,2
IDH Bajo 10,1 10,1 10,1 7,9 8,0 7,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Elaboración propia, utilizando la información de las estimaciones del IDH 2001 y 2005 del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, 2009.
Según datos del Censo 2001 alrededor de 716 mil ciudadanos bolivianos se encontraban con niveles
de desarrollo humano bajo, se trata de logros similares a los constatados por varios países africanos
y algunos asiáticos (Afganistán), circunstancias que debería ser profundamente analizada en los
distintos ámbitos del quehacer de la política pública. El desarrollo económico nacional, se ha
caracterizado por su baja aceleración, su disparidad regional, sectorial e insuficiencia productiva. El
modelo de acumulación e inserción internacional de la economía boliviana se cimentaba en la
existencia de enclaves extractivos que definieron una alta concentración de la infraestructura y de los
bienes de consumo colectivo a su alrededor (red de transportes, comunicaciones, centros de formación
profesional, saneamiento básico), lo que limitó considerablemente los espacios de competitividad
sistémica a disposición de la actividad productiva en el país. El modelo de libre mercado, vigente
actualmente, heredó del modelo anterior la baja aceleración y la disparidad regional, sectorial e
insuficiencia productiva, con la diferencia de una aguda concentración de muy pocas empresas
altamente competitivas, concentradas en el eje económico La Paz – Cochabamba – Santa Cruz. Es de
interés evaluar la evolución económica del país, ya que ello podrá contribuir imaginar escenarios de
22
de competitividad sistémica que permitan una inserción internacional acordes con las exigencias del
mercado internacional.
Las diferencias demográficas prevalecientes obedecen a desigualdades sociales que, a su vez, se
derivan de la posición que los individuos tienen en relación con los medios de producción. Ahora bien,
se supone que la desigualdad de los grupos sociales, cuya existencia es posibilitada por los factores de
la estructura productiva, es lo que conduce a diferentes pautas de comportamiento demográfico, entre
ellas las relativas a los patrones de fecundidad, a la exposición al riesgo de muerte y la calidad de vida
de los individuos. En consecuencia, las desigualdades económicas regionales y los procesos de
diferenciación social, producen cambios en la distribución espacial de la población en la estructura
productiva prevaleciente en las ciudades bolivianas. Estos cambios tienden a expresar el profundo
deterioro de las condiciones de vida y reproducción social de la mayor parte de la población boliviana,
tanto en el campo como en las ciudades.
Es urgente la implementación e integración en el marco nacional de las políticas, programas de
apoyo a la población, a través de mecanismos innovadores de información y comunicación. Si se
propone generar el bienestar de los habitantes, ello solo es posible a través de la ampliación de sus
capacidades y oportunidades, se requiere de una base productiva con una economía capaz de crecer sin
poner en riesgo las oportunidades de las generaciones futuras, sin agotar los recursos naturales y el
medio ambiente, con capacidad de traducir los logros económicos en bienestar social e individual, la
cantidad de recursos en calidad de vida, reduciendo las brechas generadas entre los espacios con una
base moderna versus los espacios rurales y urbano-marginales. Además será necesario construir una
cultura que admita las diferencias, que valorice la equidad y la solidaridad de género, generacional y la
sostenibilidad ambiental.
El crecimiento poblacional, y en especial el crecimiento urbano, plantean difíciles desafíos de política,
ya que no es posible reducir la brecha del déficit debido al acelerado crecimiento de la población,
situación que necesariamente se debe enfrentar antes que los problemas se tornen críticos. Las
soluciones a veces tardan varios años en concretarse, y si se espera hasta que los problemas se agudicen
existiría el peligro de que se generen situaciones inmanejables. Las modificaciones de la estructura
productiva y los cambios económicos tanto en las zonas rurales como en las urbanas, están
generando una nueva forma de redistribución de la población y de oportunidades de empleo. La
falta de conocimiento de éstas modalidades de distribución y redistribución espacial de la población
se constituyen en un serio impedimento para el diseño de planes, programas y proyectos, así como
para la mejor comprensión de los determinantes y las consecuencias del proceso migratorio.
La denominada media luna, que es uno de los nodos de mayor conflicto en Bolivia, tiene su centro
de poder localizado en la ciudad de Santa Cruz, dicha ciudad ha tenido una dinámica de crecimiento
muy peculiar, de hecho su historia moderna se inicia en 1952, gracias al beneficio de las reformas
estructurales - económicas, sociales y políticas- que se constituyeron en un poderoso instrumento
para el crecimiento agrícola de tipo capitalista, y bajo una intensa promoción desde el aparato del
Estado se generó la agroindustria del Oriente, donde se concentró y polarizó el apoyo técnico y
financiero estatal e internacional. Factores importantes en este proceso fueron: el trasiego de exce-
dentes estatales producido en las zonas mineras del Altiplano, el incremento de las regalías
petroleras resultado del aumento de la producción petrolera y del aumento de precios a raíz de la
crisis energética internacional, el flujo del grueso de los recursos obtenidos a través del
endeudamiento externo, el desarrollo agroindustrial de Santa Cruz impulsado por la dictadura del
gobierno de Bánzer y la favorable coyuntura internacional de precios del algodón entre otros,
23
determinaron que hoy Santa cruz se constituye “en una ciudad global intermedia, dentro de la red
latinoamericana de nodos producto de la globalización”26.
En consecuencia, se puede sintetizar indicando que el Oriente boliviano, existe hoy gracias al aporte
del Occidente. A pesar que se torna visible la ampliación de las brechas entre las regiones del
Occidente y del Oriente boliviano: En Occidente, existe concentración de los ingresos en pocas
manos, bajos niveles de desarrollo humano, huellas del daño ambiental producido por la
expoliación de los minerales y que ha generado un paisaje de despojo, en dicho territorio se ubican
poblaciones fantasmas o en proceso de serlo, maquinarias, instalaciones y equipos herrumbrados,
obsoletos y un ejército de hombres y mujeres que deambulan por el país buscando mejores
oportunidades para la sobre vivencia, este es el caso de las ciudades localizadas en los alrededores
de Catavi, Llallagua, Siglo XX, Uncía, entre otros. Por ello es de urgencia que se implante en
Bolivia, un espacio de superación de los conflictos, se requiere construir espacios de convivencia a
través de alianzas proactivas que permitan colocar en el primer plano la búsqueda de justicia social
y equidad para tod@s l@s bolivian@s.
2.3 Asignación económica financiera municipal
En 1992, los gobiernos municipales apenas tenían en sus manos el 0,2% del total de las inversiones
nacionales, en 1998 se advierte que en este porcentaje ha escalado al 25%, pero si se considera al
nivel departamental, resulta que en 1998 el 52,5% de la inversión pública nacional era administrada
por instancias descentralizadas o desconcentradas. Este volumen sube aún más si se agrega el
18.2% correspondiente al dinero canalizado por los Fondos como el de Inversión Social (FIS), el de
Desarrollo Campesino (FDC) y el Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). Esta última cantidad
es ejecutada con prefecturas y municipios bajo la forma de los cofinanciamiento.
Según datos del Tesoro General de la Nación, el 2009 el Presupuesto General del Estado
Consolidado fue de 103.138 millones de bolivianos (14.588 millones de dólares). Es ilustrativo
observar, que los ingresos municipales y registrados por el Ministerio de Hacienda, alcanzaron
aproximadamente a 7.580 millones de dólares entre 1990 y el año 2009, los ingresos aumentaron
más de 20 veces su tamaño, desde los 63 a los 1200 millones de dólares. Los ingresos municipales
han tenido un desempeño positivo, su tendencia ha sido creciente desde los años 90s, como
resultado del efecto del proceso de la participación popular y descentralización fiscal ocurrida con
toda fuerza a partir de 1996.
26 Fernando Prado Salmón, (1999) Globalización, gobernabilidad y metropolización: el caso de Santa Cruz, Foro
Internacional sobre Metropolización Organizado por la Universidad de Toronto en coordinación con la Comisión de
Participación popular, gobiernos locales y descentralización del H. Senado nacional, el Gobierno Municipal y la
Prefectura del Departamento de Santa Cruz de la Sierra.
24
Gráfico 1. Evolución de los ingresos y donaciones a las alcaldías, 1990 - 2009
Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, cuadro numero 17. OPERACIONES DE
ALCALDIAS MUNICIPALES, se trata de cifras agregadas, incluye transferencias intra-Sector
Público No Financiero tanto por el ingreso como por el gasto
Se observa que existe una positiva evolución de los ingresos y donaciones a las alcaldías, es
ilustrativo observar que dicha evolución fue más significativa a partir del año 2005, momento en
que se produjo una etapa de constante incremento y llego a su máxima expresión el año 2009, esta
situación de distribución global no refleja un cambio en la distribución al interior de los municipios,
ya que ellos siguen recibiendo en función de su tamaño demográfico.
Debido a que no todos los municipios han logrado un desarrollo armónico y sostenido, es
importante analizar su desempeño y en función del tamaño demográfico, si bien esta medida fue
posiblemente atinada en los primeros años en los que se produjo el proceso de descentralización, 15
años más tarde se convierte en uno de los puntos de mayor debilidad en el accionar del Estado,
debido a que se reproduce en Bolivia el dilema entre concentración y dispersión de recursos, se
puede observar que existe una gran concentración de los recursos en únicamente 3 municipios (La
Paz, Cochabamba y Santa Cruz), donde efectivamente se concentraba el grueso de los recursos.
Gráfico 2. Evolución de los ingresos y donaciones a las alcaldías según Rango del Índice de
Desarrollo Humano, 2001 - 2008
Fuente: Observatorio Bolivia Democrática del Ministerio de Autonomías
(http://obd.autonomia.gob.bo/), Fichas Municipales, La Paz, Bolivia. (El 2004 fue año de elecciones
municipales en los municipios más grandes se inyectaron recursos)
96
297
357 358
425
502544
794
953
424
357
354
272235
157857563
1201
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
En m
illones d
e U
SD
0
1000
2000
3000
4000
5000
6000
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Mill
ones B
s.
IDH Medio-Alto
IDH Medio-Medio
IDH Medio-Bajo
IDH BAJO
25
Las estadísticas previas a la implementación de la LPP el 91% de lo recaudado a nivel nacional se
quedaba en estas tres capitales; quedando sólo el 9% para el resto de las alcaldías. Por otra parte, la
distribución de los recursos al interior de los departamentos era también inequitativo, por ejemplo
en la capital del departamento de La Paz, se concentraba el 97% de las recaudaciones, mientras que
sólo el 3% era para las 74 pequeñas ciudades provinciales. En el caso de Cochabamba, la capital
percibía el 87% de los tributos, quedando sólo el 13% para 43 poblaciones del departamento.
Gráfico 3. Evolución de las transferencias del TGN a las alcaldías según Rango del Índice de
Desarrollo Humano, 2001 - 2008
Fuente: Observatorio Bolivia Democrática del Ministerio de Autonomías
(http://obd.autonomia.gob.bo/), Fichas Municipales, La Paz, Bolivia.
Si bien, la Ley de Participación Popular se constituyó en una respuesta innovativa que inauguró una
nueva etapa de profundización de la democracia, sustentada en una amplia participación social en la
gestión y el desarrollo de los municipios, ya que directa o indirectamente, posibilitó el
empoderamiento de sectores campesinos e indígenas, cambiando las relaciones de poder desde los
espacios locales hasta llegar finalmente al gobierno nacional, con Evo Morales como presidente.
La relevancia de la participación social en Bolivia permite deducir alcances y también riesgos que
son inherentes a estos procesos, y no sólo en Bolivia. Hasta antes de la implementación de la LPP,
sólo existían 24 municipios en el país (capitales de departamento y ciudades intermedias),
reconocidos por el Estado y que recibían recursos para administrar sus necesidades, como ya se ha
sugerido, en esta configuración centralista, la absoluta concentración revelada por el 90% de la
recaudación tributaria, había sido concentraban en tres capitales de departamento (La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz) y sólo el 3% de la inversión pública tenía destino municipal.
En la tercera y cuarta clasificación está el 25% restante de los ingresos municipales, se trata
justamente de la mayor concentración de municipios del altiplano, resalta la presencia de tres de los
municipios que formaran parte de la metrópoli paceña (Palca, Pucarani y Laja), 116 de ellos se
localizan en Altiplano (30 en Potosí, 28 en Oruro y 58 en La Paz). Un 30% se concentra en Valles
(30 en Cochabamba, 23 en Sucre y 6 en Tarija) y 23 en oriente (14 en Santa Cruz, 2 en Beni y 7 en
Pando).
0
500
1000
1500
2000
2500
3000
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Millones B
s.
IDH Medio-Alto
IDH Medio-Medio
IDH Medio-Bajo
IDH BAJO
26
Cuadro 2. Fuentes de Financiamiento Municipal según rangos de índice de desarrollo
humano, 2008-2009. Descripción Rangos del Índice de Desarrollo Humano Total
Medio-Alto Medio-Medio Medio-Bajo Bajo
Coparticipación Tributaria 1.192.589.862 788.697.978 608.552.581 335.943.457 2.925.783.878
Impuesto Directo a los Hidrocarburos 1.083.252.395 771.815.819 580.600.179 293.770.467 2.729.438.861
Alivio de la Deuda de Países Pobres Endeudados (HIPC II) 36.076.670 66.132.681 64.872.005 38.118.644 205.200.000
Total 2008 2.311.918.927 1.626.646.478 1.254.024.765 667.832.568 5.860.422.739
Coparticipación Tributaria 1.633.812.553 1.080.492.708 833.698.896 460.232.518 4.008.236.675
Impuesto Directo a los Hidrocarburos 966.592.574 687.144.087 515.670.531 257.383.866 2.426.791.058
Alivio de la Deuda de Países Pobres Endeudados (HIPC II) 56.908.106 104.319.072 102.330.474 60.129.148 323.686.800
Total 2009 2.657.313.233 1.871.955.867 1.451.699.901 777.745.532 6.758.714.533
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los datos de las Fuentes de Financiamiento Municipal,
techos presupuestarios, 2008 y 2009, Ministerio de Hacienda, La Paz. Bolivia
Es evidente que quedaba excluido el 42% de la población nacional, principalmente del área rural,
donde la presencia del Estado no pasaba de ser un postulado formal. Ante esta ausencia de Estado,
la mayoría de las organizaciones campesinas o indígenas eran la única “institucionalidad” existente,
capaz de establecer y exigir el cumplimiento de reglas de convivencia y autogestión comunal. La
intervención del Estado no dejaba de ser puntual y esporádica, a través de mecanismos sectoriales
que descendían desde el nivel central, sin ninguna posibilidad de construir una interacción
constructiva entre las necesidades sociales y las respuestas públicas.
Se ha utilizado la clasificación del IDH, para procesar las estadísticas fiscales en el ámbito de los
municipios, como un indicador del grado de desempeño y de los logros alcanzados en el ámbito de
los municipios. El 75% de los ingresos municipales se concentran en las dos primeras categorías, en
la primera clasificación que fue denominada Índice de Desarrollo Humano Medio Alto (41%), se
encuentran representados 21 municipios de los cuales: 9 representan a las capitales de
departamento, 2 son los municipios localizados en la metrópoli de Cochabamba (Quillacollo y
Tiquipaya) y 9 municipios de la región integrada de Santa Cruz y uno del Beni. Revelando una
concentración en el espacio circundante de las 3 más grandes ciudades capitales (La Paz,
Cochabamba y Santa Cruz) y en la segunda clasificación (34%) allí se localizan la mitad de los
municipios del oriente boliviano 32 de Santa Cruz, 15 del Beni y 7 de Pando, en el otro 50%, los
municipios del Altiplano son las que cobran mayor relevancia con 33 secciones municipales y 24 de
los restantes son de la región de Valles.
Una similar constatación a la que se acaba de presentar se advierte en los recursos municipales
procedentes de las transferencias, notara el lector que la serie de transferencias a los municipios
clasificados con IDH Medio – Alto es creciente y superior al resto de las categorías.
27
Gráfico 4. Fuente de Financiamiento Municipal según origen del recursos y rango del índice
de desarrollo humano, (en millones de Bs.), 2008-2009
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los datos de las Fuentes de Financiamiento Municipal,
techos presupuestarios, 2008 y 2009, Ministerio de Hacienda, La Paz. Bolivia
Para la gestión 2009 se estima que los 327 municipios del país recibirán en total 6.758 millones de
bolivianos, un 15.3% más que el 2008 (5.860 millones de bolivianos), esto debido al incremento en
los recursos de Coparticipación Tributaria. Empero, en el presupuesto del 2009 los recursos del
Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) decrecieron en un 11.1% con relación al techo
presupuestario reformulado del 2008.
De acuerdo a los techos presupuestarios publicados por el Ministerio de Hacienda, los cerca de
7.000 millones de bolivianos que los municipios recibirán en sus cuentas corrientes fiscales durante
la gestión 2009 provienen de los recursos de Coparticipación Tributaria (4.008,2 millones de
bolivianos), HIPC II (323,7 millones) y del IDH (2.426,8 millones).
La fuente de financiamiento municipal más importante son los recursos de la coparticipación
tributaria, se trata de transferencias realizadas por el TGN entre el 2000 al 2009 se identifican
momentos significativos en el incremento de los recursos municipales, el primero en el año 2001 en
un 12.1% y luego en 34.2% el 2002 debido a la transferencia de los recursos HIPC II. Sin embargo,
el punto de inflexión en los presupuestos municipales se plasma el 2006 con un incremento del 62%
0 200 400 600 800 1.000 1.200 1.400 1.600 1.800
IDH Medio-Alto
IDH Medio-Medio
IDH Medio-Bajo
IDH Bajo
Millones Bs.
CP Tributaria 09
CP Tributaria 08
0 200 400 600 800 1000 1200 1400 1600 1800
IDH Medio-Alto
IDH Medio-Medio
IDH Medio-Bajo
IDH Bajo
Millones Bs.
HIPCII09
HIPCII08
0 200 400 600 800 1000 1200 1400 1600 1800
IDH Medio-Alto
IDH Medio-Medio
IDH Medio-Bajo
IDH Bajo
Millones Bs
IDH09
IDH 08
28
debido a la transferencia de 1.370 millones de bolivianos por concepto del IDH. Comportamiento
de los recursos municipales 2000-2007 Desde el año 2000 los ingresos municipales muestran un
crecimiento persistente, con ligeras caídas el 2002 y 2005, siendo clara la curva que muestra el
incremento en estos ingresos a partir del 2006 debido a la transferencia de recursos IDH. Este
momento de crecimiento también viene acompañado de la apertura de una brecha entre los recursos
transferidos y los ingresos propios, que hasta el 2004 tenían un crecimiento similar.
Es probable que la lógica clientelar y prebendal se vea plasmada con el pico de incremento de
ingresos en la gestión 2004, fecha en la que se produjeron las elecciones municipales. Es de
lamentar que no ha existido una acción de modificar los privilegios de los municipios más grandes,
por ello se considera que una estrategia de reducción de las brechas debería estar entre las acciones
urgentes de los municipios, los que podrían encaminarse en la búsqueda de fondos que permitan
modificar el plano de insatisfacciones de sus pobladores, particularmente en las zonas rurales y
urbana marginales, y que los recursos que se obtengan sean transparentes, eficientes a la hora de
asignar recursos y realizar inversiones, flexibles para adaptarse a los cambios, abiertos a las
aspiraciones de la gente y capaces de movilizar las energías sociales hacia fines de bien común”27.
Existe ausencia de mecanismos técnicos y operativos de asignación prioritaria de las inversiones,
que coadyuven a generar soluciones estructurales. La mayor parte de las inversiones estuvieron
relacionadas con ampliaciones, remodelaciones y desayuno escolar, lo que resta potencialidades de
impacto que permita modificar los altos niveles de privación, pobreza y vulnerabilidad existentes.
Es imperiosa la necesidad de constituir mecanismos técnicos operativos que contribuyan a
implementar un proceso de planificación integral, ya que de no cambiarse la forma de programación
participativa, dificultará una buena implementación de políticas integrales.
Ante la ausencia de un mecanismo institucionalizado que otorgue proyección en el tiempo a una
política integral del desarrollo municipal, se deja a la buena voluntad e intuición del Alcalde y
alguno de sus técnicos de su confianza política, el destino de los fondos. Lo que indica una
imperiosa necesidad de dotar al municipio de programas de capacitación y fortalecimiento técnico,
que pueda constituir un adecuado interlocutor con el nivel local, departamental y nacional. Esta
tarea deberá ser asumida por cualquier programa de fortalecimiento de la gestión social
descentralizada.
La definición de políticas sociales es muy baja en el municipio, particularmente por la normativa de
planificación, en la que se privilegia el corto plazo de carácter más bien puntual, y se omite
peligrosamente la concertación con los actores sectoriales y funcionales. Los problemas urgentes a
ser resueltos, tales como el saneamiento básico, la dotación de infraestructura y equipamiento, se
los ha dejado al olvido. Ante este desolador panorama, una de las políticas de mayor urgencia, es la
redistribución de las inversiones municipales. También deberá elaborarse mecanismos de control y
evaluación, debido a que no hay correspondencia entre lo que se programa y lo que efectivamente
se realiza. Es posible que parte de la explicación, se encuentre en la situación de su iliquidez, no
tiene recursos para ejecutar y por otro lado no cuenta con la masa crítica de profesionales que
puedan impulsar la ejecución de lo programado. Los chances de su cambio son reducidos, si no se
emprende con urgencia un programa integral de lucha por superar los niveles de pobreza y
exclusión social.
27 UDAPE, 2001, Versión Final de la Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza, La Paz – Bolivia. Capitulo 6,
Web site: http://www.ebrp.gov.bo/ . Véase también: Laserna Roberto, 2001, La Estrategia Boliviana de Reducción de
la Pobreza, Publicada en Los Tiempos, 4 de marzo del 2001 y La Razón, 5 de marzo del 2001, Cochabamba - Bolivia.
http://www.geocities.com/laserna_r/ebrpcom.htm
29
2.4 Magnitud de la Migración Interna
La cuantificación de las migraciones internas proviene de los tres últimos censos nacionales,
información que ha permitido determinar que hacia al año 1976, la población boliviana de más de
cinco años de edad que había cambiado alguna vez de residencia, alcanzaba a 1 millón de personas
(28,6% de la población mayor a 5 años). En 1992, casi se duplicó el número de inmigrantes,
aproximadamente 2 millones de personas y en el censo 2001 una magnitud superior a los 2 y medio
millones de bolivianos declararon tener experiencia inmigratoria, pasando a representar el 37% de los
bolivianos mayores de 5 años (Gráfico 5).
Gráfico 5: Bolivia. Población Migrantes de 5 años y mas, 1976-2001
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, 1976, 1992 y 2001, La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
La magnitud de migrantes con menos de 5 años residiendo en los lugares de destino de la migración
ha cambiado desde los 337 mil registrados en 1976 hasta los 870 mil migrantes recientes registrados
en el censo 2001. Como es lógico esperar hasta el censo 2001, se advierte una mayor presencia
relativa de inmigrantes antiguos, alrededor de dos terceras partes del flujo de los inmigrantes tenían
más de 5 años viviendo en los lugares donde fueron censados.
Alrededor del 62% de los inmigrantes se encuentran en las ciudades del corredor económico y las 20
ciudades intermedias, es elocuente que han sido las reformas estructurales - económicas, sociales y
políticas- implementadas entre 1985 y el 2000 las que explicar el incremento de las migraciones
internas y en consecuencia a la redistribución espacial de la población. Tal como se ha demostrado, el
proceso de redistribución espacial de la población estuvo altamente correlacionada con los cambios en
el patrón de desarrollo, como ya se indico, después de un largo periodo de centralidad económica y
política en el Occidente - derivada de la dominancia de la actividad minera de la plata primero, y del
estaño después-, contribuyó a la concentración económica y poblacional en el Altiplano, debido a que
las amenidades y facilidades de vinculación vial se circunscribían al espacio minero y la población no
campesina tendía a concentrarse en los campamentos mineros y los centros administrativos urbanos
articulados a ellos.
Su declinación, producida por el progresivo agotamiento de los yacimientos de estaño y otros metales,
junto a una tendencia secular decreciente de la demanda internacional y de los correspondientes
precios, produjo una crisis en la minería metálica boliviana que condujo a la decisión estatal de cerrar
gran parte de los yacimientos y despedir al 90% del personal estatal minero en 1985-86. Más de veinte
mil trabajadores mineros despedidos (situación que eufemísticamente se denominó "relocalización")
junto a otros miles de trabajadores que tuvieron que dejar sus empleos en otras áreas del sector pú-
1028122
1947873
2591673
0
500.000
1.000.000
1.500.000
2.000.000
2.500.000
3.000.000
1976 1992 2001
30
blico, provocaron importantes cambios en la distribución sectorial y geográfica de la fuerza laboral en
la segunda mitad de los años ochenta.
Cuadro 3. Bolivia: Inmigrante según Grado de Urbanización y Condición Migratoria, 1976-
2001 Grado de Urbanización*
Migrante Reciente Migrante Antiguo Migrante Total
1976 1992 2001 1976 1992 2001 1976 1992 2001
Corredor Económico 39% 37% 39% 42% 41% 44% 41% 40% 42%
Ciudades Intermedias 12% 21% 22% 12% 18% 20% 12% 19% 20%
Ciudades Pequeñas 13% 12% 12% 13% 9% 10% 13% 10% 11%
Rural 36% 31% 27% 34% 32% 27% 34% 32% 27%
Total 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
Casos 337.594 638.442 870.565 690.528 1.309.431 1.721.108 1.028.122 1.947.873 2.591.673
Fuente: Elaboración Propia utilizando Censos Nacionales de Población y Vivienda de 1976, 1992 y
2001.
Existe una fuerte concentración del flujo migratorio en las Ciudades del Corredor Económico
Nacional, cuatro de cada diez inmigrantes se fue a vivir alguna de las ciudades del Eje, notara el lector
que esta concentración se mantiene relativamente constante desde la década de los setenta, situación
que revela un accionar del Estado boliviano concentrado en este tipo de residencia y que
presumiblemente ha contribuido a explicar la fuerte direccionalidad migratoria hacia estos contextos
geográficos (Cuadro 3).
A diferencia de la atracción ejercida por las ciudades del eje, en las ciudades pequeñas alrededor del
10% del flujo que casi se mantuvo invariable desde 1976, en las zonas rurales se produce una
tendencia decreciente, desde un 34% del flujo inmigratorio que en 1976 declaro residir en dichas
localidades se produjo un descenso el año 2001 al 27% del flujo migratorio fijó residencia en alguna
zona rural. En cambio existe un repunte del flujo reciente y antiguo hacia las ciudades intermedias
desde un 12% en 1976 hasta el 20% el 2001.
Cuadro 4. Bolivia: Población Inmigrante según Tasa de Crecimiento Intercensal, 1976-2001 Grado de Urbanización
Migrante Reciente Migrante Antiguo Total Migrantes
1976-1992 1992- 2001 1976-1992 1992- 2001 1976-1992 1992- 2001
Corredor Económico 3,8 4,0 4,0 3,8 4,0 3,7
Ciudades Intermedias 7,9 3,9 6,9 4,2 7,3 3,7
Ciudades Pequeñas 3,6 3,4 1,8 4,2 2,4 4,2
Rural 3,2 1,9 3,8 1,1 3,8 1,3
Total 4,1 3,4 4,2 3,0 4,2 3,1
Fuente: Elaboración Propia utilizando Censos Nacionales de Población y Vivienda de 1976, 1992 y
2001.
La masiva emigración de los pobladores del Altiplano se explica, por problemas de tipo estructural
vigentes en la economía boliviana durante la década de los años 80, entre 1987 y 1992 han salido de
las regiones mineras del occidente boliviano alrededor de 100 mil personas, la mayor magnitud de
emigrantes se originó en las regiones eminentemente mineras que expulsaron alrededor de 53 mil
personas, la ciudad de Cercado-Oruro expulso alrededor de 30 mil personas y, 17 mil individuos han
salido de la capital potosina Tomas Frías. Nótese que a diferencia de la salida masiva de población, la
31
corriente de llegada (inmigrantes) sólo fue del orden de las 77 mil personas, se van más de los que
llegan, con la que las concentraciones de inmigrantes se producen en las ciudades de Oruro y Potosí,
reflejando el condicionamiento económico en la direccionalidad migratoria.
Cuadro 5. Bolivia: Población Inmigrante Distribuida según Grado de Urbanización
por Índice de Masculinidad y Contextos Ecológicos de Residencia Habitual, 1992-2001
Grado Urbanización Altiplano Valles Llanos 1992 Altiplano Valles Llanos 2001
Corredor Económico 91 89 92 91 88 88 91 89
Ciudades intermedias 89 90 95 91 89 89 106 91
Ciudades pequeñas 98 97 104 101 95 100 101 100
Rural 87 105 128 105 75 105 134 107
TOTAL 90 95 105 96 87 96 102 95
Fuente: Elaboración propia obtenida a partir del procesamiento la base de datos del Censo Nacional
de Población y Vivienda 1992 y 2001, INE, La Paz, Bolivia.
Muchos pueblos y ciudades del Altiplano vieron descender bruscamente su población, a veces en
forma tan aguda que se convertían en pueblos fantasma, mientras contingentes numerosos de
ex-mineros deambulaban por la ciudad de La Paz, tratando de obtener el pago de las indemnizaciones
adeudadas y de encontrar una nueva ocupación. Este proceso de transición se extendió en algunos
casos hasta el final de la década del ochenta y en algunas de las regiones continúa hasta el presente.
Entre los mineros relocalizados se produjeron diversas estrategias, luego de su despido de las
empresas mineras, algunos de ellos permanecieron en las áreas mineras, intentando convertirse en
productores mineros independientes o cooperativizados, otros migraron a centros urbanos más
promisorios como La Paz, Cochabamba o Santa Cruz, y algunos intentaron la posibilidad de la co-
lonización agrícola tropical (un salto muy aventurado para quienes habían nacido y vivido sólo en el
Altiplano).
Cuadro 6. Bolivia: Condición Migratoria de la Población Según Grado de Urbanización y
Contextos Ecológicos, 1992 – 2001 Centros Hombre Mujer ALTIPLANO Hombre Mujer VALLES Hombre Mujer LLANOS BOLIVIA
C. Urbano Mayor 61.1 58.2 59.5 20.7 22.5 21.6 39.0 44.9 41.9 39.7
C. Urbano Intermedio 18.8 18.2 18.5 23.8 25.7 24.8 11.7 12.9 12.3 18.8
Centro Urbano Menor 7.0 6.3 6.6 8.4 8.3 8.4 14.2 14.2 14.2 9.8
Rural Amanzanado 4.9 3.9 4.4 8.7 8.1 8.4 7.1 6.6 6.9 6.7
Rural Alto 8.2 13.3 11.0 38.4 35.3 36.8 27.9 21.4 24.8 25.1
1992 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Casos 1992 268.815 312.310 581.125 351.914 366.220 718.134 332.351 316.263 648.614 1.947.873
C. Urbano Mayor 64.0 62.9 63.4 18.3 19.9 19.1 50.2 56.7 53.4 42.3
C. Urbano Intermedio 18.0 17.6 17.8 31.0 33.5 32.3 8.0 7.7 7.8 20.5
Centro Urbano Menor 5.2 4.7 5.0 11.4 10.9 11.2 14.9 15.1 15.0 10.7
Rural Amanzanado 3.9 3.3 3.6 6.8 6.2 6.5 3.6 3.3 3.5 4.7
Rural Alto 8.9 11.4 10.3 32.5 29.4 30.9 23.3 17.3 20.3 21.8
2001 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Casos 2001 331.758 382.597 714.355 509.707 533.338 1E+06 419.685 410.544 830.229 2.587.629
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 1992 y 2001, La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
32
Con relación al crecimiento demográfico de los inmigrantes recientes dirigidos a las ciudades del
corredor económico son las que han crecido, aunque se demuestra con nitidez que las zonas urbanas,
tanto las corrientes de inmigrantes de antigua data, como los inmigrantes recientes crecen en promedio
a un ritmo superior a la media nacional y semejante al crecimiento urbano nacional, lo que demuestra
su importancia en la explicación del acelerado proceso de redistribución demográfica y del
crecimiento de algunas ciudades bolivianas. A pesar de haber reducido el ritmo del crecimiento
demográfico de los inmigrantes en las ciudades de tamaño intermedio, todavía ellas revelan un ritmo
superior similar a las ciudades de mayor tamaño (Cuadro 6).
El índice de masculinidad presentado en el cuadro 7, demuestra que las corrientes de inmigrantes
mujeres se concentran predominantemente en las áreas de mayor urbanización (89 hombres versus
100 mujeres inmigrantes), el rostro femenino de la migración dirigida a las ciudades de mayor tamaño
es una muestra del condicionante laboral en dicho flujo, debido a que son estas ciudades donde existen
posibilidades de inserción laboral en una variada gama de actividades de intermediación y de
servicios.
En cambio a mayor ruralidad la corriente migratoria masculina es más pronunciada (105 hombres
versus 100 mujeres inmigrantes). La única excepción es la corriente migratoria residente en el
Altiplano que presenta una mayor predominancia femenina independientemente el grado de
urbanización del lugar de residencia de sus inmigrantes.
En el contexto de sociedades como la boliviana, la movilidad espacial de la población se convierte en
un proceso que implica desplazamientos masivos de población. Este proceso se torna más intenso
debido a los problemas estructurales de la economía boliviana acaecidos durante la década de los años
80 y hasta fines del 2009 aun no han podido ser superados. Los importantes contingentes de
población que arriban a los lugares de destino de la migración producen un acelerado crecimiento
urbano, con las consiguientes demandas de servicios y una fuerte presión en el uso del suelo urbano,
así como en el mercado laboral, las necesidades de hábitat mínimo también se han incrementado con
el crecimiento de la población lo que se suma a la demanda insatisfecha acumulada.
En la región de los Llanos, fue más evidente la concentración de inmigrantes dirigidos hacia la
ciudad de Santa Cruz, su representatividad relativa ha subido desde 42% prevaleciente en 1992
hasta el 53% de inmigrantes dirigidos a la ciudad de Santa Cruz en el 2001. Además se advierte que
ha existido un 23% de inmigrantes dirigidos hacia alguna ciudad de tamaño intermedio o centro
urbano menor y existe alta representación femenina en dicha corriente migratoria.
En la zona de los Valles, cobra importancia la direccionalidad migratoria hacia tres contextos: Una
tercera parte de los inmigrantes, fijo su residencia en algún poblado rural, otra tercera parte se
dirigió a algún centro de tamaño intermedio y cerca de una quinta parte de la corriente de
inmigrantes fijó su residencia en la ciudad capital de Cochabamba (Cuadro 6).
En el contexto de sociedades como la boliviana la movilidad espacial de la población se convierte
en un proceso que implica desplazamientos masivos de población mucho más intensos debido a los
desequilibrios económicos regionales existentes en el país. Aspecto que tiene su expresión no sólo
entre las grandes zonas ecológicas consideradas, sino también al interior de ellas.
2.5 Condición Migratoria, regiones de nacimiento y grado de urbanización
Nótese que hacia el año 1992 existía alrededor de 980 mil inmigrantes nacidos en el Altiplano de
los cuales alrededor de un 90% se movió sólo a nivel intra-ecológico y con alta concentración de
inmigrantes dirigidos a la ciudad de La Paz. En el Censo 2001, es menor la magnitud de la corriente
33
nacida en algún contexto del Altiplano alrededor de 900 mil, pero la concentración migratoria de
inmigrantes nacidos en el Altiplano y dirigidos a su propio contexto ecológico sigue siendo
concentrada en más del 50% del flujo migratorio.
Es ilustrativo observar que la corriente migratoria desde el Altiplano a los Valles se ha
incrementado. Pero persiste al interior del Altiplano una mayor concentración del movimiento de
población dirigida hacia la ciudad de La Paz, que se convierte en una zona receptora de grandes
contingentes de población migrante tanto de las otras provincias del propio departamento de La Paz,
como, en menor medida, de población nacida en los departamentos de Oruro y Potosí.
El proceso de movilización de población en esta zona es favorecido por la existencia de una red vial
muy amplia, que articula todo el espacio minero occidental, así como por la importancia comercial
de las zonas fronterizas (Cuadro 7).
Cuadro 7. Bolivia: Distribución de los Migrantes Según Región Ecológica de Nacimiento Por
Contexto Ecológico de Destino, 1992 – 2001 REGION
ECOLOGICA
DESTINO
REGION ECOLOGICA DE NACIMIENTO DE LOS INMIGRANTES
ALTIPLANO VALLES LLANOS 1992 ALTIPLANO VALLES LLANOS 2001
ALTIPLANO 718.166 169.901 92.486 980.553 457.002 209.612 20.252 686.866
VALLES 55.333 294.365 120.358 470.056 285.955 589.791 104.955 980.701
LLANOS 16.845 27.845 370.196 414.886 143.838 263.205 360.912 767.955
CASOS 790.344 492.111 583.040 1.865.495 886.795 1.062.608 486.119 2.435.522
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
La magnitud de nacidos en los Valles se ha incrementado entre 1992 y 2001. En términos relativos la
modificación no es significativa, de alrededor del 59% bajo a 56% del total de los vallunos que se
movieron dentro de su región ecológica, un 24% fijó nueva residencia en la región de los Llanos y sólo
un 19% se fue alguna región del Altiplano. Este hecho sugiere que se ha producido un cambio en la
direccionalidad migratoria, de las corrientes de inmigrantes nacidos en el Valle, ya que el 2001
predomina la corriente dirigida a los Llanos y disminuye la fracción de inmigrantes dirigidos al
Altiplano.
En la región de los Llanos también se advierte una mayor movilidad intraecológica de los migrantes
nacidos en alguna región de los Llanos que se movió sólo en dicho territorio (Cuadro 7). Pero es
ilustrativo observar que se incrementa la corriente de inmigrantes de los Llanos hacia los Valles.
2.6 Saldo Neto Migratorio
Es interesante observar que en términos de flujos migratorios, las corrientes se dirigen hacia las
regiones de mayor dinamismo del país. Un saldo neto migratorio positivo claramente predominante
en la región del oriente y del chaco boliviano, en especial en los municipios de El Alto, Santa Cruz,
Sucre, Tarija, Quillacollo, Sacaba, Colcapirhua, San Ramón y Yacuiba. En cambio, un saldo
negativo en Occidente, ocupando el primer lugar en la expulsión de sus pobladores la capital
política de Bolivia, el municipio de La Paz, seguido de Potosí, Oruro y Cochabamba, lo que revela
que la magnitud de emigrantes fue mayor a la corriente de inmigrantes.
El índice de feminidad según condición migratoria es diferencial, es menor la presencia de hombres
inmigrantes en los municipios El Alto, Santa Cruz, Quillacollo y Sacaba según datos del último
censo, alrededor de 84 mujeres emigrantes por cada 100 hombres versus un relativo equilibrio entre
los sexos entre los inmigrantes a la ciudad de El Alto y alta presencia inmigratoria de mujeres en
34
Santa Cruz, Sacaba, Sucre, La Paz y Cochabamba, con el agravante que en la ciudad de
Cochabamba son las mujeres las que llegaron con mayor fuerza en cambio la salida de hombres es
alta. Este hecho refleja de manera indirecta, el impacto de la redistribución espacial de la población
y la predominancia de la inmigración femenina hacia centros de mayor tamaño y dinamismo.
Cuadro 8. Saldo Neto Migratorio por Municipios de Residencia y Sexo, 1996 – 2001*. Municipio Condición Migratoria Hombre Condición Migratoria Mujer Índice de Feminidad-%
Inmigrante Emigrante Saldo Neto Inmigrante Emigrante Saldo Neto Inmigrante Emigrante
El Alto 36.410 9.672 26.738 36.534 8.284 28.250 100 86
Santa Cruz 61.816 45.985 15.831 67.605 38.645 28.960 109 84
Quillacollo 6.942 2.653 4.289 6.987 2.229 4.758 101 84
Sacaba 5.931 3.057 2.874 6.326 2.652 3.674 107 87
Colcapirhua 3.256 524 2.732 3.342 502 2.840 103 96
San Ramón 5.213 2.094 3.119 3.959 1.534 2.425 76 73
Sucre 14.725 12.204 2.521 15.817 12.868 2.949 107 105
Achacachi 1.489 3.608 -2.119 1.043 3.546 -2.503 70 98
Camiri 1.916 4.067 -2.151 1.684 4.156 -2.472 88 102
Cochabamba 30.886 35.569 -4.683 31.947 31.956 -9 103 90
Oruro 11.319 17.025 -5.706 11.303 16.555 -5.252 100 97
Potosí 7.197 14.139 -6.942 7.076 13.743 -6.667 98 97
La Paz 25.988 58.481 -32.493 27.765 50.448 -22.683 107 86
Total Nacional 437.806 437.806 0 407.806 407.806 0 93 93
*Nota: Se han seleccionado los municipios que contaban con el menor y mayor saldo migratorio neto. Fuente: Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
El comportamiento migratorio de l@s habitantes, revela una marcada predominancia femenina en el
flujo migratorio a los municipios de mayor tamaño, es la respuesta de las mujeres a sus carencias.
En términos absolutos, la mayor parte de la corriente migratoria se fue a vivir a la ciudad de El
Alto, Santa Cruz, en Cochabamba a sus ciudades vecinas de Quillacollo, Sacaba y Colcapirhua
debido posiblemente a las posibilidades de acceso a vivienda barata, a diferencia de las ciudades de
La Paz y Cochabamba, donde el flujo femenino es ostensiblemente mayor al de los hombres,
aspecto vinculado a la inserción laboral de las mujeres en actividades de servicios personales.
Al considerar la migración como un hecho social, es de esperar que la población condicione su
salida a la búsqueda de mejores oportunidades de vida y de trabajo, que de alguna manera se
presenta como aspiración no resuelta en sus lugares de origen y esperan que esta inserción sea
factible en las ciudades de mayor tamaño, aunque una vez llegados ingresan a ser susceptibles de
una serie de abusos y marginalidad, muchos de ellos se encuentran sometidos a especuladores que
por la imposibilidad material de conseguir trabajos de calidad y estables, pasen a engrosar las
actividades por cuenta propia.
Es evidente que las modificaciones en los patrones de movilidad espacial de la población boliviana
durante el siglo XX, ha tenido un impacto directo en la urbanización y en la ocupación del
territorio, en dicho proceso los cambios en la dirección de los flujos migratorios, se constituyen en
un indicador indirecto de las acciones en materia de política económica y / o el surgimiento de
posibilidades de inserción laboral, tal como se puede observar en el resumen se presenta a
continuación:
35
- Un primer momento relacionado con la primacía urbana de la ciudad de La Paz, ciudad que
recibió importantes contingentes poblacionales de todos los confines del país (Antes de
1950).
- Un segundo momento, relacionado con los procesos de colonización dirigida, que estuvo en
vigencia a partir de 1960, en un eje que se extiende desde San Julián en Santa Cruz, pasando
por el Chapare en Cochabamba, atravesando el Departamento del Beni, y llegando hasta el
Departamento de La Paz.
- Una tercera modificación se presenta entre 1950 y 1980 con el desarrollo basado en
empresas agropecuarias medianas y grandes de tipo comercial, orientadas a la producción
para la agroindustria en la región del Oriente. También el dinamismo de la actividad
industrial es un factor importante para la atracción migratoria. La industria avícola, la ela-
boración de alimentos balanceados, el procesamiento de la caña de azúcar y del algodón,
son sectores que han jugado un papel importante en ese proceso. En una primera etapa
fueron importantes flujos inmigratorios originados en las regiones de los Valles y el
Altiplano, pero luego de los ochenta inclusive se podían observar trabajadores llegados desde
la República del Perú.
- La cuarta modificación de la direccionalidad migratoria se da a través de la existencia de
una corriente de emigración internacional particularmente fuerte dirigida hacia países
limítrofes como la Argentina, y hacia los Estados Unidos (Se inicia en los 70).
- La última modificación se inicia el segundo quinquenio de los años 80 y persiste hasta el
presente, luego de la aplicación del programa de ajuste estructural y debido a la
conflictividad que asume el proceso de colonización espontánea, como consecuencia de la
expansión de las actividades del complejo coca/cocaína, se produce un masivo proceso de
migración hacia las regiones directa e indirectamente ligadas a la producción de la hoja de
coca. Lo anecdótico es que el Estado que origino el proceso, luego de ver el inusitado
dinamismo de la región del trópico y ante la irreversibilidad de los cambios demográficos,
recién intenta frenar las migraciones desde las zonas agrícolas tradicionales, para ello
ofrecen a los campesinos la construcción de obras de infraestructura, sobre todo de riego,
las que nunca se realizaron y que condicionaron a la salida obligada de sus pobladores a
buscar sus propias soluciones. Es evidente que el narcotráfico ha jugado un rol acelerador del
crecimiento económico y ha sido un factor de atracción de inmigrantes hacia las zonas produc-
toras de coca y hacia las ciudades más vinculadas (el Chapare está situado entre las ciudades de
Cochabamba y Santa Cruz).
En cuanto al comportamiento migratorio durante los noventa se ha podido constatar que:
Se evidencia, la existencia de continuos y crecientes flujos migratorios cuyo lugar de destino
son las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Estas ciudades tienen un área de
influencia migratoria que trasciende, con mucho, sus propios contextos departamentales.
La población inmigrante tiene un origen predominantemente urbano. La interpretación de las
causas del origen predominantemente urbano de estos inmigrantes, representa un desafío en la
medida en que escapa al estereotipo usual de migración del campo a la ciudad y tiene que ver
con las relaciones entre centros urbanos y el proceso de transformación de las ciudades
bolivianas en las últimas décadas.
36
Tanto en Santa Cruz como en Cochabamba, una proporción muy significativa de los
inmigrantes provienen del altiplano boliviano (Potosí, Oruro y La Paz). La migración desde el
Altiplano tiene una tendencia creciente en todos los tramos históricos, lo que de alguna
manera se puede relacionar con la tradicional vinculación del occidente con el resto del país a
través del flujo de productos y de mano de obra requeridos por la actividad minera dominante
y las medidas de política económica implementadas en 1985, modificaron definitivamente el
patrón de desarrollo urbano vigente en Bolivia.
Aunque este modelo de desarrollo iniciado en 1952 ha finalizado su ciclo, las posibilidades de
ampliación de la frontera agrícola, el desarrollo de la actividad pecuaria, la disponibilidad de recursos
naturales, la crisis de la economía minera de occidente, el estancamiento urbano-industrial, las acti-
vidades relacionadas con la producción y comercialización de cocaína, a lo que se suma la apertura de
las carreteras en la región de los llanos tales como: Santa Cruz -Beni, Puerto Villarroel-Yapacaní y la
construcción de la carretera que une el trópico cochabambino con el departamento del Beni, así como
la concreción de proyectos de integración energética con el Brasil, hacen prever que en los próximos
años se continuara intensificando los flujos migratorios hacia la zona central y tropical del país.
3. Territorialización – ¿de dónde y hacia dónde se emigra?
A lo largo de este acápite se intenta dar respuesta a la pregunta ¿de dónde y hacia dónde se emigra?,
debido a la complejidad del desafío, se ha procedido a construir una tipología de municipios según
rangos de IDH (Índice de Desarrollo Humano), para facilitar el procesos e ha ingresado en las bases
de datos en el ámbito de los municipios dichos rangos, se debe anotar que dicha metodología
responde a una réplica y readecuación de la estrategia que ha servido de base en la elaboración del
informe28 Mundial de Desarrollo Humano 2009.
Si bien dicha aproximación coadyuva en reducir a solo 4 niveles de clasificación, efectivamente
reduce en parte la heterogeneidad histórica estructural, vigente en la formación social boliviana, sin
embargo es necesaria una evaluación crítica, fundamentalmente debido al gran abanico de
situaciones en las que l@s bolivian@s cambian de residencia. El reto de pensar el espacio en su
mayor complejidad, permitirá desentrañar los aspectos que aluden a la explicación de la amplia
gama de puntos en los que la población se mueve, ya que se trata de movimientos que no siempre
reproducen una movilidad hacia los espacios de mayor logro en desarrollo humano, sino a espacios
de diversa complejidad y es probable que intervengan múltiples factores en su explicación, sin
embargo, el cambio en las políticas económicas marcan hitos de direccionalidades establaciadas y
consolidados por diversos criterios y que aun reproducen desigualdades como se puede observar en
los próximos párrafos.
3.1 Movilidad entre espacios con diversos rango de Desarrollo Humano
Con el objeto de aproximarnos a la dimensión del espacio social, como un mecanismo de
verificación de los lugares que originan los flujos y los lugares del destino de dichos flujos, ya se ha
construido un indicador de diferenciación de los municipios según resultados del Índice de
Desarrollo Humano 2001 y 2005.
28 PNUD, 2009, Informe sobre Desarrollo Humano 2009: Superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos, visitado
en la Web en abril del 2010. http://hdr.undp.org/es/informes/mundial/idh2009.
37
Mapa 2. Inmigrantes a Municipios con Desarrollo Humano Medio Alto, 2001 - 2005
Fuente: Elaboración propia, utilizando datos del PNUD 2001 y 2005 para la estimación del IDH
utilizando tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001,
INE.
Es ilustrativo ratificar el carácter concentrado del flujo migratorio hacia las ciudades de mayor
tamaño, que a su vez es donde se concentran en Bolivia las oportunidades de trabajo y de una
variada gama de opciones de satisfacción de necesidades. Se debe resaltar que entre el año 2001 y el
2005, los 21 municipios que tienen Índice de Desarrollo Humano Medio Alto, concentra alrededor
del 50% del flujo de inmigrantes y tienen algunas particularidades importantes a resaltar: 9 de ellos
representan a las capitales de departamento, 2 son los municipios localizados en la metrópoli de
Cochabamba (Quillacollo y Tiquipaya) y 9 municipios de la región integrada de Santa Cruz y uno
del Beni. Revelando una concentración en el espacio circundante de las 3 más grandes ciudades
capitales (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz).
En la segunda clasificación, se encuentran los municipios con IDH Medio-Medio, son también
espacios de alta atracción migratoria, particularmente fuerte es la presión ejercida por las regiones
del chaco y oriente boliviano, allí se encuentran una dinámica actividad de explotación de
hidrocarburos e inmensos espacios de explotación agrícola, así como una alta presencia de ciudades
intermedias, es elocuente que en términos absolutos, la mitad de ellos son municipios los 32
pertenecientes al departamento de Santa Cruz, 15 del Beni y 7 de Pando, en el otro 50%, los
municipios del Altiplano son las que cobran mayor relevancia con 33 secciones municipales y 24 de
los restantes son de la región de Valles.
38
Mapa 3. Inmigrantes a Municipios con Desarrollo Humano Medio-Medio, 2001 – 2005
Fuente: Elaboración propia, utilizando datos del PNUD 2001 y 2005 para la estimación del IDH y
un reprocesamiento del censo nacional de población y vivienda 2001, INE, La Paz – Bolivia.
En la tercera y cuarta clasificación (mapa 4 y 5 respectivamente) concentra alrededor de 198
secciones municipales con niveles de desarrollo humano medio-bajo y bajo, que tienen
predominantemente población no migrante. En estos municipios existe una multivariada gama de
insatisfacciones y desatención del accionar estatal.
Mapa 4. Inmigrantes a Municipios con Desarrollo Humano Medio-Bajo, 2001 – 2005
Fuente: Elaboración propia, utilizando datos del PNUD 2001 y 2005 para la estimación del IDH y
un reprocesamiento del censo nacional de población y vivienda 2001, INE, La Paz – Bolivia.
39
La inversión municipal el año 2009, no llego ni al 35% del total de los ingresos municipales
asignados, se trata justamente de la mayor concentración de municipios del altiplano, resalta la
presencia de tres de los municipios que formaran parte de la metrópoli paceña (Palca, Pucarani y
Laja), 116 de ellos se localizan en Altiplano (30 en Potosí, 28 en Oruro y 58 en La Paz). Un 30% se
concentra en Valles (30 en Cochabamba, 23 en Sucre y 6 en Tarija) y 23 en oriente (14 en Santa
Cruz, 2 en Beni y 7 en Pando).
No es casual que tanto la clasificación de IDH Medio Bajo y Bajo, se concentre en la región
occidental del País, ya se ha indicado que lamentablemente los impactos derivados de la aplicación
a ciegas del Programa de Ajuste Estructural y que puso al país al borde del abismo, se pudo
constatar con el incremento absoluto y relativo de la pobreza en Bolivia, justamente estos dos
grupos, sintetizan de manera dramática la inequidad y la falta de igualdad de oportunidades para
todos y todas los ciudadan@s residentes en el territorio boliviano, los bajos niveles de desarrollo
humano, a su vez denuncian al mundo la falta de acciones para la superación integral de los
múltiples problemas a los que se enfrentan sus habitantes, muchas de las zonas donde viven estos
pobladores carecen de posibilidades reales de reactivación, ello significa que habrá que buscar
acciones para la reconversión laboral, en miras a la búsqueda de una reducción de las brechas
generadas.
Mapa 5. Inmigrantes a Municipios con Desarrollo Humano Bajo, 2001 – 2005
Fuente: Elaboración propia, utilizando datos del PNUD 2001 y 2005 para la estimación del IDH y
un reprocesamiento del censo nacional de población y vivienda 2001, INE, La Paz – Bolivia.
Son 56 los municipios con niveles de desarrollo humano bajo, en dichos espacios viven alrededor
de 716 mil ciudadanos bolivianos con IDH similar a los constatados por varios países africanos y
algunos asiáticos (Afganistán), circunstancias que debería ser profundamente analizada en los
distintos ámbitos del quehacer de la política pública.
40
Mapa 6. Bolivia. Distribucion de los movimientos migratorios producidos desde lugares con
rangos de Indice de Desarrollo Humano prevaleciente en 1996 a lugares con IDH 2001.
Fuente: Elaboración propia utilizando tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y
Vivienda, resultados finales 2001. INE, La Paz, Bolivia
Lo que sorprende en la cuarta clasificación de IDH Bajo, es que la concentración de los municipios
de mayor vulnerabilidad coincide con la presencia en su interior de pobladores con un peso
mayoritario de rostro femenino y de edad avanzada, seguramente las opciones de generación de
dinámicas productivas, tendrá que tomar en consideración dicha situación, es posible que los
hombres residentes en dichas áreas hayan tenido que migrar en búsqueda de mejores oportunidades
41
de vida y de trabajo y que las mujeres de edad avanzada que se quedaron a cuidar a sus hij@s y/o
niet@s, requerirán intervenciones imaginativas que reviertan esta trilogía de mujer indígena, adulta
y pobre.
Las mujeres bolivianas son mayoría en los espacios de extrema pobreza rural y en los espacios de
tipo urbano, así como entre las migrantes dirigidas a España e Italia, en cambio los hombres son
mayoría en las áreas rurales, entre los migrantes dirigidos a la Argentina y Brasil. A pesar de la gran
riqueza y diversidad existente en Bolivia, sin embargo no ha logrado hasta el 2010, aprovechar las
ventajas comparativas de su megadiversidad explicada por la presencia de diversas regiones
ecológicas (Altiplano, Valles y Llanos), sensiblemente su inserción al mercado global ha sido a
través de sus recursos naturales y mano de obra barata. La situación de vida y de ingresos de la
población residente en el territorio boliviano a fines de la primera década del siglo XXI, refleja la
evolución que tuvo la estructura económica nacional en respuesta a las políticas de ajuste es-
tructural, desastres naturales y reactivación económica vigente en el país.
A la pobreza de vastos sectores de la población se suman las carencias y deficiencias del ambiente
residencial. Quienes más necesidades tienen, menores recursos poseen. Si bien la crisis y los efectos
de las políticas de ajuste implementadas en Bolivia desde 1985 han incrementado la extensión de la
pobreza no se debe olvidar que ésta es un síndrome de largo plazo que resulta de las formas de
producción, apropiación, distribución y utilización del trabajo excedente, de los patrones de
participación de productores y comerciantes por cuenta propia en la reproducción de la estructura de
producción y acumulación de la formación social boliviana.
En Bolivia, existe una dicotomía entre oriente y occidente. La historia de Bolivia no podría existir
sin el recuerdo y el reconocimiento a occidente, pero la población boliviana, se halla en constante
movimiento, lo que los datos de la matriz migratoria nos ayudan a sintetizar es que occidente se ha
convertido en un espacio de expulsión migratoria y oriente es una zonas de gran atracción de los
flujos migratorios nacionales e internacionales. Este hecho repercute a su vez en el otro de los
dilemas no resueltos en Bolivia, es la aparente contradicción existente en los centros de IDH Medio
– Alto, allí se producen ambas situaciones, se trata de áreas de atracción y expulsión migratoria; si
bien podría parecer una inconsistencia, sin embargo es exactamente lo que sucede, la urbanización
de la pobreza es lo que se ha constituido en Bolivia en las zonas de mayor crecimiento demográfico,
este hallazgo revela justamente dicha situación, en estas ciudades (La Paz, Cochabamba y Santa
Cruz) es donde se concentran la mayor incidencia de espacios urbano marginales que son los que
re-expulsan a la población no solamente a otros confines del país, sino proceso de migración de
larga distancia, como son los que se ha podido constatar en el caso de Cochabamba, que de los
barrios de la periferia urbana se han ido a España e Italia, en muchos casos población con muy
bajos logros educativos y efectivamente aquí estriba uno de los aspectos importantes de análisis, si
bien la media de dichos contextos revela un IDH medio alto, sus espacios periurbanos tienes logros
de desarrollo humano bajo, similar al de los municipios más pobres del país.
42
Mapa 7. Inmigrantes y Emigrantes según Municipios, 2001 – 2005
Fuente: Elaboración propia, utilizando datos del PNUD 2001 y 2005 para la estimación del IDH y
un reprocesamiento del censo nacional de población y vivienda 2001, INE, La Paz – Bolivia.
El análisis de los flujos migratorios según logro en IDH, refleja un mensaje profundo, son los espacios
que han logrado niveles altos de IDH los espacios donde se va casi el 50% del flujo inmigratorio. Las
mujeres inmigrantes se encuentran más concentradas en el destino de su migración en las regiones de
mayor logro en IDH, recordara el lector se trata de las Ciudades de mayor tamaño así como en las
zonas de alta ruralidad (feminización de la pobreza). Es evidente que los hombres son mayoritarios en
las áreas de IDH Medio y Bajo que revela la presencia de zonas de menor grado de urbanización y
también de zonas rurales, aspecto que se explica por los roles y por las características laborales a las
que se inserta la población inmigrante en los lugares de destino de su migración.
Cuadro 9. Distribución de la población inmigrante y emigrante según residencia en
localidades con diversos rangos de índice de desarrollo humano, 2001.
Rango de IDH Inmigrante Emigrante Saldo Neto Migratorio
IDH Medio Alto 78.917 84.237 -5.320
IDH Medio-Medio 61.847 43.746 18.101
IDH Medio-bajo 22.627 28.230 -5.603
IDH Bajo 6.743 13.920 -7.177
Total 170.133 170.133 0
Fuente: Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
43
En consecuencia los resultados presentados nos permiten afirmar que en Bolivia, se ha
profundizado la estructuración de las ciudades del corredor económico que alberga a casi 3 de cada
4 habitantes urbanos y justamente en dichas contextos se ejerce el poder económico y político del
país. Es posible, que la explicación del predominio de migrantes entre zonas urbanas encuentre su
explicación en esta concentración urbana, pero que en el fondo reproduce un proceso de
urbanización de la pobreza, tanto en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz,
son sus espacios urbano marginales los que se encuentran en crecimiento constante y es justamente
a dichos espacios donde llegan los migrantes, debido a que se trata de las zonas donde pueden
encontrar residencia temporal y/o permanente a través de una informalidad en el acceso a la tierra
que los vuelve más vulnerables, ya que además de no contar con la propiedad de la misma, viven en
situación irregular y sin gozar de ninguno de los servicios básicos que les permita dignificar su
calidad de vida.
A pesar de que estos cordones de pobreza, es donde se sintetizan los peores logros en materia de
desarrollo humano, aun el promedio revela mejoras, por este hecho los flujos siguen tomando la
decisión de trasladarse a dichos espacios o en su defecto a sus espacios circundantes, las llamadas
ciudades dormitorio que son una estrategia de residencia cercana a las ciudades más dinámicas o
con mejor calidad de vida, por ello existe un aumento de la preeminencia cuantitativa y cualitativa
de la migración dentro los municipios que conforman la región metropolitana, cuyos determinantes
difieren de los relevantes para la migración clásica, que es entre regiones y con propósitos laborales,
ya que históricamente los pobres se movían a las zonas periféricas, pero se encontró en los últimos
años que los grupos más acomodados se han trasladado a zonas rurales próximas a las metrópolis y
desde donde viajan diariamente a trabajar y estudiar, una suerte de urbanizar lo rural, también se ha
podido constatar que se ha producido la recuperación de zonas centrales de las ciudades de La Paz y
Santa Cruz, lo que puede ayudar a entender su nueva dinámica demográfica.
3.2 Quiénes se van a vivir en las metrópolis?
La mayor concentración demográfica, 3 de cada 4 bolivianos residentes de zonas urbanas, ha fijado su
residencia en alguna de las 3 metrópolis del país: por una parte, la región Metropolitana de La Paz,
que alberga 8 secciones municipales; Metrópoli de Cochabamba con 7 secciones municipales y la
Metrópoli de Santa Cruz con 6 secciones municipales.
Es muy interesante demostrar es un carácter intra-ecológico de las corrientes migratorias del
Altiplano, a la Metrópoli de La Paz (que incluye la Capital - La Paz, Palca, Mecapaca, Achocalla, El
Alto, Viacha, Pucarani y Laja), se van a vivir de las dos capitales metropolitanas (Cochabamba y
Santa Cruz) de todas las otras capitales de de departamento (Oruro, Potosí, Sucre, Tarija, Trinidad,
entre otros), si nos remontamos a las ventajas comparativas de esta región, encontraremos que allí se
encuentra justamente la sede del gobierno y del aparato burocrático del Estado, la región
metropolitana contaba para el año 2001 con una población de alrededor de 1 millón y seis cientos mil
habitantes; es una región metropolitana con 8 secciones municipales y cada uno tiene una dinámica
propia y en ella se concentra la mayor cantidad de empleos de la administración pública, del Gobierno
y representaciones diplomáticas, embajadas, empresarios privados ya es el primer centro industrial del
país, y se caracteriza por una gran riqueza y diversidad ecológica.
44
Mapa 8. Regiones metropolitanas según magnitud de la inmigración procedente de otros
Municipios, 1996-2001
Fuente: Elaboración propia.
En cada región metropolitana se suponía se contaba con algunas particularidades, tales como por
ejemplo de gozar de indicadores de Desarrollo Humano, relativamente homogéneos, sin embargo, al
analizar los logros en IDH en la región metropolitana de La Paz, aparecen en situación relativamente
preocupante Palca, Pucarani y Laja, cada una de estas secciones municipales con niveles de
Desarrollo Humano Medio-Bajo, con IDH Medio-Medio, están El Alto, Mecapaca, Achochalla y
Viacha y solo la capital con IDH Medio Alto, lo que desde luego revela la fragilidad de la constitución
45
de una región metropolitana juntando espacios que no cuentan con las mismas condiciones ni niveles
de desarrollo.
El oriente de Bolivia, es el espacio de recepción migratoria más dinámico, los flujos migratorios
revelan un amplio abanico de orígenes, que trasciende su contexto ecológico, aunque es elocuente el
poderío ejercido por su propio contexto ecológico, en su seno se encuentra la moderna ciudad de
Santa Cruz, su principal característica ha sido su vertiginoso crecimiento urbano, durante el siglo XX,
aumentó 65 veces su tamaño, ingresa al siglo XXI con algo más de un millón de habitantes. Esta
ciudad, goza de un excelente sistema de transporte y de comunicación, de ahí que se constituya en un
importante vínculo de comercio internacional con los países vecinos del Brasil y la Argentina, así
como fluidas relaciones comerciales con los puertos del Atlántico y el Pacífico. La historia moderna
de Santa Cruz se inicia en 1952, gracias a que se beneficio de las reformas estructurales - económicas,
sociales y políticas- que se constituyeron en un poderoso instrumento para el crecimiento agrícola de
tipo capitalista, y bajo una intensa promoción desde el aparato del Estado se generó la agroindustria
del Oriente, donde se concentró y polarizó el apoyo técnico y financiero estatal e internacional.
Factores importantes en este proceso fueron: el trasiego de excedentes estatales producido en las zonas
mineras del Altiplano, el incremento de las regalías petroleras resultado del incremento de la produc-
ción y elevación de precios a raíz de la crisis energética internacional, el flujo del grueso de los
recursos obtenidos a través del endeudamiento externo, el desarrollo agroindustrial de Santa Cruz
impulsado por el gobierno de Banzer y la favorable coyuntura internacional de precios del algodón
entre otros, determinaron que hoy el Oriente exista gracias al aporte del Occidente29. Son 6 las
secciones municipales que conforman la región metropolitana: La capital - Santa Cruz de la Sierra,
Cotoca, Ayacucho (Porongo), La Guardia, El Torno y Warnes, hacia el censo 2001, Vivian allí
alrededor de 1 millón 300 mil habitantes.
El área metropolitana incluye alrededor de 7 municipios: capital Cochabamba, Quillacollo, Sipe Sipe,
Tiquipaya, Vinto, Colcapirhua y Sacaba y que concentran alrededor de 900 mil habitantes. La región
de Cochabamba se caracteriza por una diversidad ecológica que no solamente incluye valles y
serranías muy variadas sino también zonas tropicales, éstas últimas utilizan cerca a la mitad su
superficie total (47%)30, únicamente el 5% de su territorio departamental es Valle, y en dicho
"reducido espacio" vive el 88% de la población urbana departamental, ahí se localiza la ciudad de
Cochabamba. En la región de los Valles, esta Cochabamba, es la tercera ciudad integrante del
Corredor Económico, es un importante centro urbano de servicios, enclavado en una comarca
agrícola, históricamente y a diferencia de las otras dos ciudades antes mencionadas, ha generado un
sistema de ciudades más equilibrado. El origen valluno de sus migrantes y la recepción de grandes
contingentes de migrantes desde La Paz, El Alto, la región del chaco, Sucre, Tarija y los espacios más
deprimidos del norte de potosí.
Es evidente que la población se desplaza en búsqueda de mejores condiciones de vida y trabajo, de
ahí que el destino esté concentrando en aquellas regiones que ofrecen directa o indirectamente
mejores oportunidades. Esto parece acontecer en las inmensas planicies de las tierras bajas, donde
las tasas de migración neta son altas y positivas, en cambio en occidentes son bajas y negativas, lo
que significa que se ha convertido en espacio de expulsión demográfica.
29 Léase, Prado S. Fernando (1993), Santa Cruz: Diagnóstico Urbano, Ed. El País, Santa Cruz - Bolivia. CEDURE -Centro
de Estudios para el Desarrollo Urbano y Regioal- (1999) "Lineamientos Estratégicos para el desarrollo urbano cruceño"
Universidad de Toronto - Canadá, Santa Cruz. También Vargas M., Mansilla Adrián, Justiniano J.C. (1991) Vivienda,
Pobreza y Condiciones de Vida, Proyecto BOL/87/PO2, UNFPA-OIT, Santa Cruz. 30 Véase Plan Regional de Desarrollo de Cochabamba 1984 - 1987, Dirección de Planificación - CORDECO,
Cochabamba.
46
Este tipo de regiones en Bolivia están representadas por las ciudades de La Paz, Cochabamba y
Santa Cruz, son en estas últimas donde se evidencia un proceso de mayor accionar de las políticas
públicas y mejores condiciones generales de su desarrollo. También es importante indicar que las
regiones del sur del país en los departamentos que gozan de regalías petroleras se han beneficiado
en los últimos años de una autonomía financiera apreciable.
3.3 Características socio demográficas de la población según rangos de IDH
Resulta ilustrativo observar que la mayor intensidad migratoria se produce en las regiones con mayor
logro en IDH, de la misma manera se ha podido constatar que en dichos espacios es mayoritaria la
presencia de mujeres, tanto debido a que el flujo de inmigrantes es eminentemente femenino como
también entre los no migrantes existe una mayoría femenina. Lo que sorprende es encontrar un patrón
similar de predominio femenino en las zonas de menor logro en IDH, allí el peso mayoritario es de
inmigrantes mujeres, se trata de espacios donde son alarmantes las condiciones de vida y muy
reducidas las opciones de trabajo, lo que sin lugar a dudas se debe convertir en la antesala de
generación de acciones que permitan mitigar el sufrimiento de estos grupos humanos.
Las migraciones internas han generado una concentración poblacional en edades de mayor propensión
de ingreso a la actividad económica (1.973.230 inmigrantes), que representa alrededor de tres de cada
4 inmigrantes en edad de ingresar al mercado de trabajo, son la mayoría mujeres (1.015.838 mujeres
versus 958.392 hombres) potencialmente activos. De ahí, que exista un rol importante de los
inmigrantes, en la formación de la población en edades activas, particularmente en las regiones de IDH
medio-alto ya que el destino de los inmigrantes fue de 1.014.292 personas, como advertirá el lector
mayoritariamente mujeres.
La predominancia del flujo inmigratoria en la denominadas edades potencialmente activas, se explica
debido a que se trata del contingente poblacional que se inserta con mayor facilidad al aparato
productivo, aspecto que refleja la selectividad existente en el flujo migratorio, la que incide sobre la dis-
tribución por edad y sexo de la población en el lugar de destino de la migración. En efecto, dicha población al momento de llegada tiende a asimilarse a la distribución de una Población
Económicamente Activa recortando la importancia de las edades menos productivas (menores de 15 y
mayores de 40 años) además permite suponer un condicionamiento económico en la decisión de
migrar. En los lugares de destino de la migración, los inmigrantes contribuyen a disminuir la razón de
dependencia económica, debido a que la mayor parte de ellos son adultos(as) jóvenes y que se
incorporan en actividades de producción de bienes y servicios.
Cuadro 10. Bolivia. Condición Migratoria por rangos de índice de desarrollo humano según
sexo e Índices de Feminidad, 2001 Condición migratoria Hombre Mujer Total IF 2001
No Migrante 59,6 58,5 59,1 106
Migrante 40,4 41,5 40,9 112
1 IDH Medio Alto 43,6 45,9 44,8 109
No Migrante 55,3 56,3 55,8 100
Migrante 44,7 43,7 44,2 97
2 IDH0Medio-Medio 30,1 28,8 29,4 99
No Migrante 73,5 73,7 73,6 96
Migrante 26,5 26,3 26,4 95
3 IDH Medio-Bajo 18,0 16,8 17,4 96
47
No Migrante 89,8 83,5 86,6 97
Migrante 10,2 16,5 13,4 167
4 IDH Bajo 8,4 8,4 8,4 104
No Migrante 63,4 62,5 63,0 102
Migrante 36,6 37,5 37,0 105
Total 100,0 100,0 100,0 103
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
Si recordamos la estructura por edad de la población boliviana, verificaremos que ésta se concentra con
mayor intensidad en los menores de 15 años (con un peso relativo de 42% aproximadamente), en
cambio, los inmigrantes menores de 15 años representan sólo el 16% en los Centros Urbanos Mayores
y llegan al 33% en los espacios de alta ruralidad. Un aspecto que debe ser resaltado es que en todos los
casos la proporción de niñas y adolescentes inmigrantes ha aumentado, lo que significa que dicha
población tuvo que encontrar en la migración una respuesta a las precarias condiciones de vida de sus
contextos familiares. Nótese que a medida que cambia el contexto de urbano a rural los grupos de edades extremos tienden a
incrementarse. Ello se explica, por factores de marcada emigración de pobladores jóvenes y de ahí que
en muchos pueblos rurales se quedaran únicamente niños y ancianos, la población potencialmente
activa tuvo que migrar. La distribución por edades y sexo de la población inmigrante reciente, refleja
la llegada de familias con hijos menores así como la migración de adolescentes solos; de ahí la
presencia de un 24% de menores de 18 años y una casi nula representación de pobladores de más de 65
años, ello refleja la concentración inmigratoria en las edades de mayor inserción laboral. Es la región
de los Valles, la que mayor representatividad tiene en la recepción de inmigrantes; es particularmente
fuerte la corriente dirigida hacia las ciudades intermedias y a las zonas rurales, aspecto que parecería
sugerir que aún persisten en la zona posibilidades de subsistencia a través de la actividad agrícola que
es la que domina la escena laboral de sus residentes.
Cuadro 11. Bolivia: Distribución de la Población Inmigrante por grupos de Edad y Sexo,
según rangos de IDH, 2001. Grades grupos de
edad Hombre Mujer Total Hombre Mujer Total IF
5 – 14 93.476 94.340 187.816 7,4 7,1 7,2 101
15 – 64 477.570 536.722 1.014.292 37,8 40,4 39,1 112
65 - + 35.026 45.034 80.060 2,8 3,4 3,1 129
IDH Medio Alto 606.072 676.096 1.282.168 48,0 50,9 49,5 112
5 – 14 97.980 91.663 189.643 7,8 6,9 7,3 94
15 – 64 341.947 330.277 672.224 27,1 24,9 25,9 97
65 - + 22.862 24.804 47.666 1,8 1,9 1,8 108
IDH Medio-Medio 462.789 446.744 909.533 36,7 33,6 35,1 97
5 – 14 37.031 33.487 70.518 2,9 2,5 2,7 90
15 – 64 118.587 112.484 231.071 9,4 8,5 8,9 95
65 - + 8.700 10.871 19.571 0,7 0,8 0,8 125
IDH Medio-bajo 164.318 156.842 321.160 13,0 11,8 12,4 95
5 – 14 7.756 6.964 14.720 0,6 0,5 0,6 90
15 – 64 19.288 36.355 55.643 1,5 2,7 2,1 188
48
65 - + 2.467 5.982 8.449 0,2 0,5 0,3 242
IDH Bajo 29.511 49.301 78.812 2,3 3,7 3,0 167
Total 1.262.690 1.328.983 2.591.673 100,0 100,0 100,0 105
Nota: Los porcentajes son respecto al total de inmigrantes.
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001,
La Paz. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
En el grafico 7, se presenta los perfiles demográficos de la población residente en los municipios con
niveles de desarrollo humano bajo, nótese que la forma de base ancha y pendiente empinada es su
común denominador, se trata de localidades rurales y son las que se hallan más rezadas, se
encuentran en etapas iníciales de la transición demográfica, en dichos espacios aún hay grupos
humanos donde son altos los niveles de fecundidad y mortalidad (particularmente de la niñez).
Grafico 7. Desarrollo Humano Bajo: Estructura por Edad y Sexo, 2001
Fuente: Elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivienda 2001, INE, La Paz.
La razón de dependencia económica, en las zonas rurales es uno, es decir, por cada niño y/o anciano
hay un económicamente activo, en estas áreas rurales la población infante-juvenil sobrepasa el 44% de
sus pobladores y se advierte un 8% de mayores de 65 años (Cuadro 12). Por otra parte, justamente de
éstos espacios han salido un alto número de pobladores de edades potencialmente activas, hecho que
explica la masiva incorporación de campesinos a las labores agrícolas y presumiblemente también de
niños y personas de edad avanzada hombres y mujeres, aspecto que reduce la razón de dependencia
económica.
Cuadro 12. Desarrollo Humano Bajo: Distribución de la población por grandes grupos de edad y
sexo según índice de feminidad, 2001
Sexo/índice
Grandes grupos de edad
Total < 15 15 - 64 65 - +
Hombre 45,8 47,3 7,0 100,0
Mujer 42,6 48,9 8,5 100,0
Total 44,2 48,1 7,7 100,0
Índice de Feminidad 94,5 105,1 123,9 101,6
Fuente: Elaborado con datos censo 2001, INE (Instituto Nacional de Estadística), La Paz – Bolivia.
Un indicador del rezago en la transición demográfica en los espacios de bajo grado de urbanización y
en las zonas rurales, es la persistente forma de la pirámide de edades, la amplia base y la pendiente
49
empinada está reflejando la existencia de altas tasas de fecundidad y mortalidad infantil, dicha situación
hace que se ubiquen en etapas iniciales de transición demográfica.
El índice de feminidad es diferencial según edad, a mayor edad es menor la presencia de hombres,
alrededor de 95 mujeres por cada 100 hombres entre los menores de 15 años y 124 mujeres por cada
100 hombres entre los mayores de 65 años revelan que en estas comunidades se han quedado
únicamente niños y mujeres de edad adulta.
De ahí que tomando como indicador la población de 15 a 64 años, que se constituye en el grupo de
edad capacitado para su incorporación en la fuerza de trabajo, también se distinguen en las zonas
rurales sólo la mitad de sus pobladores tienen edades potencialmente activas.
Como ya se adelantó, el análisis de las variables demográficas revelan la presencia de una cadena
de la pobreza, pues es en los grupos más deprimidos, donde la fuerza de trabajo y la población se
expanden con mayor rapidez, de ahí que el porcentaje de niños afectados sea mayor que el de adul-
tos, caracterizándose por tener mayor número de niños (menor proporción de miembros económica-
mente activos y altas tasas de deserción escolar). De hecho la correlación entre indicadores
demográficos y pobreza pone en manifiesto la existencia de un círculo vicioso. Quienes más
necesidades tienen, menores recursos poseen. El problema no estriba en la población, sino en la
desigual distribución de los recursos y la inexistencia de políticas sectoriales que permitan reducir
los niveles de precariedad de una alta proporción de familias que se halla en situación de pobreza.
3.4 Algunos factores económicos que explican la movilidad humana31
En este apartado se analizan las vinculaciones existentes entre los movimientos migratorios y las
condiciones de inserción laboral de los trabajadores bolivianos, se intentan evaluar que paso
después de más de dos décadas de vigencia de las políticas neoliberales, se advierte que existe un
crecimiento de la informalidad y precarización del empleo. Una simple inspección de los datos, da
cuenta que entre 1992 y el 2010 se han incrementado en más de 1.1 millones de personas que se
encuentran desarrollando actividades económicas o están buscando hacerlo. Según datos del censo
del 2001, existían alrededor de 3 millones de bolivianos (as) que estaban ocupados (as), en los
últimos 10 años, dicha magnitud aumento hasta los 3.5 millones, se demuestra que existían sin
empleo -ya sea por haber perdido su trabajo, ya sea por buscar ocupación por primera vez sin
encontrarla, 136 mil el año 2001 y alrededor de 175 mil personas el año 2010.
a. La Participación Económica de la Población
Se ha podido demostrar, que la participación de la población en las actividades económicas varía
según rangos de Índice de Desarrollo Humano, sexo y condición migratoria. Alrededor de la mitad
de los hombres no migrantes en edad laboral se encuentran desarrollando o desean insertarse en
actividades de carácter económico. En cambio al estudiar el comportamiento de los migrantes
antiguos en los municipios con mayor logro en IDH se encuentran valores significativamente más
altos en comparación de los migrantes de retorno y recientes.
31
La "población económicamente activa" (PEA) incluye como activos a aquellas personas que en el tiempo de referencia usado en la encuesta
(la semana previa al empadronamiento) estaban ocupadas en una actividad económica y también a las personas que, teniendo empleo, no
trabajaron en dicho período por estar enfermos o de vacaciones. Son también parte de la PEA los que se encontraban sin empleo por haber sido
despedidos (Cesantes) y los que buscan trabajo por primera vez (Aspirantes).
50
Cuadro 13. Bolivia: Tasa Refinada de Participación de la Población en la Actividad
Económica según rangos de Índice de Desarrollo Humano, 2001
CONDICION
MIGRATORIA
Rangos del Índice de Desarrollo Humano
Medio Alto Medio Medio Medio Bajo Bajo
No Migrante 47,6 45,3 53,2 53,3
Retorno 58,5 59,8 68,2 69,3
Antiguo 71,0 65,2 69,7 58,9
Reciente 64,2 61,7 67,2 61,3
Hombre 56,3 53,7 58,3 54,2
No Migrante 34,5 28,0 31,8 33,4
Retorno 41,6 35,5 37,7 40,4
Antiguo 48,2 37,6 34,7 42,0
Reciente 47,7 35,3 35,7 44,6
Mujer 40,2 32,0 32,9 35,0
Fuente: Censos Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
La participación de las mujeres en el mercado de trabajo de bienes y servicios, independientemente
de su condición migratoria, es menor que la de los hombres, es posible que dicha minoría, este
explicada por el rol asignado históricamente a la mujer de ama de casa, encargada de proteger a los
miembros de su familia, dicha actividad invisible de las estadísticas derivadas de la captura de datos
para la medición de la actividad económica, se h visibilizado con la feminización de las
migraciones, solo en aquel momento, se ha puesto al descubierto, la importancia que tenía el trabajo
de las mujeres, realizado de manera silenciosa y realizado entre las cuatro paredes de sus casa
“economía del cuidado”, pero la falta de valorización de dicha actividad hizo que se las
denominaran „ama de casa‟ que no es otra coas que el trabajo domestico no remunerado y realizado
por hombres o por mujeres para el consumo de los componentes del hogar, tales como la limpieza
personal y del espacio residencial, mantenimiento de la casa, responsabilidad en el cuidado de los
miembros de la familia, encargados de la compra y preparación de alimentos, entre otros.
Hasta donde los datos permiten aproximarnos, la participación de las mujeres en la economía del
cuidado es mayor que la de los hombres, con el agravante que dicha jornada de trabajo de las
mujeres debe ser sumada al trabajo no domestico y en consecuencia las mujeres trabajan más horas
al día que los hombres. Resulta entonces preciso revisar todas las actividades productivas desde una
perspectiva de género, de forma que el trabajo económico y las tareas de la economía del cuidado
puedan ser compartidos equitativamente, en la medida de lo posible, por los hombres y por las
mujeres.
Al observar los resultados de las tasas de participación femenina de las migrantes antiguas y
recientes de municipios de IDH Medio Alto, tiene valores son significativamente más elevados que
de los otros grupos. En las áreas con mejores indicadores de IDH, son también espacios que brindan
oportunidades de inserción laboral en las diversas actividades económicas de producción de bienes
y servicios tanto a hombres como a mujeres, la alta demanda de fuerza de trabajo femenina es en la
economía del cuidado, las opciones de inserción laboral son mayores en dichos espacios debido a
que en su interior se han generado nichos laborales que permiten una mayor absorción de la mano
de obra, en una amplia gama de actividades vinculadas a los servicios, situación que pone de
manifiesto la existencia de diferencias en lo que hace a la disponibilidad laboral para los hombres y
las mujeres, que todavía es importante pese a la creciente incorporación femenina a la población
económicamente activa.
51
La participación laboral según la edad, refleja diferencias importantes entre sexos y rangos de IDH:
tendencia ascendente en la serie de hombres y mujeres en las tasas de participación de los espacios
con IDH Medio Alto y Medio Medio, (la participación femenina es menor que la masculina), entre
los hombres. Se advierte que existe una tendencia ascendente hasta alrededor de los 40 años,
cuando alcanza su nivel más alto (90%), se podría indicar que las tasas de participación masculina
son aceleradas y ascendentes hasta los 40 y luego comienza a descender más lentamente.
El desfase entre el periodo productivo y reproductivo de las mujeres y la falta de un Estado de
bienestar que permita una digna combinación de ambas etapas del ciclo vital, presumiblemente
explica la diferencia con la participación masculina, de hecho las mujeres entran y salen del
mercado de trabajo en relación con su ciclo reproductivo, de ahí que es justamente en las edades de
inicio de su vida reproductiva donde se desacelera su participación en la vida económica, en parte
ello explica la declinación de su ritmo de crecimiento, un aspecto que se debe remarcar es que una
vez finalizada su edad reproductiva (45-49) retorna con fuerza a las actividades de producción de
bienes y servicios y en este tramo de edades se produce el punto de inflexión. Es ilustrativo
demostrar que entre las mujeres residentes en espacios de IDH más bajo, su permanencia en el
mercado de trabajo se prolonga hasta edades avanzadas, incluso el punto de inflexión entre las
mujeres con IDH Bajo es a los 57 años.
Grafico 8: Tasa de Participación Económica según grupos de IDH, edad y sexo, 2001.
Fuente: Tabulados especiales Censos Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
Al examinar la participación de la población por edad según áreas de residencia, se pone en
evidencia que la participación en las actividades económicas es mayor en las zonas con IDH Bajo
que es predominantemente rural y dicha predominancia se produce en edades tempranas, las
diferencias por sexo son también importantes en las zonas rurales. Un factor que explica el ingreso
en edades más tardías al mercado de trabajo en las zonas urbanas, posiblemente se concentre en que
la población (masculina y femenina) posterga su inserción al mercado de trabajo y a la vida
reproductiva, a cambio de una mayor asistencia, permanencia y culminación de los distintos niveles
exigidos por los sistemas de educación formal. Es por ello que existen diferencias de género en las
distintas etapas del ciclo vital, es elocuente que entre los hombres, la edad más tardía y su
predominio absoluto y relativo en el mercado de trabajo a lo largo de su vida, revela las
oportunidades diferenciales entre los sexos y también de manera directa su menor responsabilidad
en las tareas domesticas y/o familiares.
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
80,0
90,0
5 -
9
10-1
4
15-1
9
20-2
4
25-2
9
30-3
4
35-3
9
40-4
4
45-4
9
50-5
4
55-5
9
60-6
4
65-6
9
70-7
4
75-7
9
80-8
4
85 y
+
Hombre IDH1
Hombre IDH2
Mujer IDH1
Mujer IDH2
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
80,0
90,0
5 -
9
10-1
4
15-1
9
20-2
4
25-2
9
30-3
4
35-3
9
40-4
4
45-4
9
50-5
4
55-5
9
60-6
4
65-6
9
70-7
4
75-7
9
80-8
4
85 y
+
Hombre IDH3
Hombre IDH4
Mujer IDH3
Mujer IDH4
52
Es posible que entre 1992 y el 2010, debido al incremento del número de desocupados desde 32 mil
en 1992 hasta alrededor de 175 mil hacia el 2010, se pueda ratificar la ausencia en Bolivia de un
Estado de bienestar, de hecho las cifras que reflejan un incremento del desempleo abierto, situación
que es alarmante, ya que al no existir una política social que pague a l@s desocupados, sobre todo
los que residen en las zonas de mayor IDH que es donde se concentran el 83% de los desocupados
en el año 2010, revele la alta vulnerabilidad y riesgo de los hogares de estos desocupados, debido a
que se ha podido demostrar que el principal determinante del desempleo ha sido la cesantía
masculina, situación que ha podido condicionar de manera indirecta a una mayor expulsión de la
fuerza de trabajo femenina al mercado de trabajo de bienes y servicios, en primera instancia en las
ciudades más grandes del corredor económico La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, pero
posteriormente el salto hacia el exterior, en algunos casos inclusive un proceso migratorio de larga
distancia a España e Italia, con mayor fuerza.
En concordancia con lo expuesto con antelación, se advierte hasta donde los datos permiten
observar, que la mayor desocupación se produjo entre los migrantes de retorno tanto para hombres
como para las mujeres, esta situación es un indicador de la vulnerabilidad en la que se halla dicha
población, aspecto que podría desde la perspectiva del Estado ser modificada en miras a generar las
condiciones para un retorno menos traumático de las corrientes migratorias, dado que la crisis ha
producido tanto en Europa como en los Estados Unidos una gran golpe a la mano de obra que ha
tenido que hacer frente a una ola de despidos de los trabajadores (Cuadro 14).
Cuadro 14: Bolivia. Tasa de Desempleo Abierto, por sexo y condición migratoria según
rangos de IDH, 2001 CONDICION
MIGRATORIA
Rangos de Índice de Desarrollo Humano
Medio Alto Medio-Medio Medio-Bajo Bajo
1 NATIVO 8,1 6,6 3,7 3,8
2 RETORNO 8,6 7,0 4,0 3,6
3 ANTIGUO 7,3 6,0 2,3 3,1
4 RECIENTE 6,8 5,6 2,6 2,7
1 Hombre 7,7 6,2 3,3 3,7
1 NATIVO 4,8 3,5 1,3 0,8
2 RETORNO 5,8 4,5 2,3 1,2
3 ANTIGUO 3,2 3,0 0,9 0,4
4 RECIENTE 3,9 4,0 1,6 0,6
2 Mujer 4,1 3,4 1,2 0,7
% Fila Desocupados 45,6 37,5 12.1 4.8
Fuente: Tabulados especiales Censos Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
En Bolivia, la tasa de desempleo abierta es significativamente mayor en los contextos con más altos
logros en materia de IDH, se puede además observar que las tasas de los hombres desocupados son
mayores que las de las mujeres. Es ilustrativo observar que las tasas del desempleo de los migrantes
de retorno son mayores al resto de las categorías, situación que podría estar revelando una
versatilidad y reacomodo mayor de las corrientes de migrantes, puesto que la precarización del
empleo y la indefensión de los trabajadores afecta de manera estructural a toda la población.
53
Por otra parte, se debe tomar en cuenta que usualmente las estadísticas de empleo y desempleo no
cubren de manera exhaustiva a todas las actividades “económicas”, sobre todo a aquellas que se
desarrollan al margen de la economía: actividades no remuneradas, las del sector informal y las del
empleo informal. A menudo estas actividades son realizadas por mujeres. El resultado de ello es
que el trabajo de muchas mujeres (y algunos hombres) a menudo quede excluido también de las
estadísticas nacionales de empleo y de ingresos.
En consecuencia, se debe enfatizar que el desempleo abierto, se está configurando como un rasgo
estructural de la actual realidad económica, no es posible atribuir su impacto solo a los aspectos
coyunturales, de ahí la necesidad de repensar en los mecanismos que coadyuven a que los
ciudadanos bolivianos tengan las chances de insertarse de manera más digna al mercado de trabajo,
no solo pasa por la generación de proyectos que dignifiquen el empleo sino, por la verdadera
generación de puestos de trabajo.
Es posible que dichas situación también se explique por las exigencias del mercado de trabajo que
dramáticamente refleja la obsolescencia de habilidades y calificaciones laborales de los trabajadores
sean manuales o intelectuales, de ahí que cobran vigencia las propuestas de generar sistemas de
formación profesional más acordes con las demandas de la realidad actual. Deberán ser también
considerados los factores derivados de la acelerada redistribución espacial de la población y des-
estructuración del mercado de trabajo, entendida como la presencia de un porcentaje creciente de
trabajadores dentro de la fuerza laboral que no trabajan en relación de dependencia.
b. Aproximación a partir de los sectores de actividad económica
Es evidente, que la distribución de la población económicamente activa (PEA) entre las diferentes
ramas no es más que el resultado de la evolución y de las transformaciones de la estructura productiva.
Los cambios acaecidos a lo largo del tiempo han implicado adaptaciones y reajustes de las actividades.
Ahora bien, en el contexto de una sociedad donde predominan las relaciones sociales de producción
precapitalistas, la inserción de la población en el mercado de trabajo no se rige necesariamente por
criterios de eficiencia productiva ni por la lógica de la acumulación capitalista y, por lo mismo, el fuerte
impacto ejercido por la economía doméstica se trasunta en un nutrido sector terciario.
Dicho de otro modo, la expansión y el dominio de la organización capitalista en la economía global no
ha implicado una declinación real de las formas preexistentes, sino su subordinación y adaptación. Así,
la distribución de la PEA según grandes ramas de actividad, configura un reflejo parcial de la estructura
productiva que se ha constituido históricamente, a la vez que representa un panorama de las funciones
que cumple la población dentro del proceso social de producción.
Se concibe al proceso social de producción como un conjunto de actividades que no sólo comprenden
la esfera estrictamente económica, sino que incluyen también los planos de carácter político y social
organizativo. De estas diversas fuentes deriva la población los medios para su sustento y su
reproducción. Luego, toda la PEA, por definición, está inserta en el proceso productivo. También
debería estarlo el conjunto de mujeres dedicadas a las labores que se realizan en el seno del hogar y
cuyo objetivo es la satisfacción de necesidades inmediatas de sus miembros, pero las prácticas
estadísticas convencionales las excluyen del concepto de actividad y, por ende, se les ha omitido en el
Cuadro 15 (esto no significa que se haga abstracción del servicio doméstico que forma parte de la
PEA)32. Otra fracción de la población que ha sido excluida corresponde a la de los menores de 7 años.
32 Dada la estrecha asociación entre producción y reproducción en las economías familiares que distinguen el sector de
producción simple de mercancías, tal omisión significa una subestimación de la verdadera magnitud de la fuerza de
trabajo.
54
Con el objeto de aproximarse a la situación particular del empleo los datos de la PEA han sido
inspeccionados detalladamente y se les ha reagrupado en los tres grandes sectores clásicos (Cuadro 15),
se puede advertir que la tercerización de la economía se hace elocuente en los municipios con mayores
logros en IDH, es sugerente que en los municipios con desempeño medio de IDH sea el sector
secundarios (manufactura, construcción y electricidad) el que repunte y mucho más fuerte es la
constatación que solo en los municipios con IDH Bajo se hallan aun perviviendo las actividades
vinculadas a la explotación de minerales y las tareas de tipo agropecuario.
Cuadro 15: Distribución de la Población Económicamente Activa Según Ramas de
Actividad y Sexo, 2001
Condición migratoria / rango IDH Primario Secundario Terciario Total
1 NATIVO 2,0 18,6 24,9 16,3
2 RETORNO 0,1 0,8 1,2 0,7
3 ANTIGUO 1,5 14,3 18,1 12,0
4 RECIENTE 0,6 4,8 6,5 4,3
1 IDH01 Medio Alto 4,3 38,6 50,6 33,3
1 NATIVO 11,8 19,4 17,0 15,7
2 RETORNO 0,6 1,2 1,2 1,0
3 ANTIGUO 6,9 14,8 14,2 11,9
4 RECIENTE 3,3 6,2 5,7 5,0
2 IDH01 Medio-Medio 22,4 41,6 38,0 33,6
1 NATIVO 34,0 7,7 4,6 14,8
2 RETORNO 0,9 0,5 0,4 0,6
3 ANTIGUO 11,9 2,7 2,5 5,6
4 RECIENTE 3,8 1,5 1,7 2,4
3 IDH01 Medio-Bajo 50,5 12,3 9,2 23,2
1 NATIVO 20,0 6,1 1,3 8,3
2 RETORNO 0,3 0,2 0,1 0,2
3 ANTIGUO 2,1 1,0 0,4 1,1
4 RECIENTE 0,4 0,3 0,4 0,4
4 IDH01 Bajo 22,7 7,6 2,1 9,9
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
Por otra parte, se puede constatar que aún persisten los diferenciales de género y en consecuencia
división sexual del trabajo, el sector terciario absorbe alrededor de 638 mil trabajadores de sexo
masculino y 706 mil mujeres; el sector secundario es predominantemente absorbedor de mano de obra
masculina (339 mil hombres versus 130 mil mujeres), similar es la situación del sector primario donde
se advierte una mayor presencia masculina 630 mil trabajadores agrícolas y mineros, frente a 267 mil
mujeres.
55
Gráfico 9: Grandes Ramas de Actividad Económica, según rangos de IDH y sexo, 2001.
Fuente: Cuadro 15.
Al observar el desempeño de la actividad económica según rangos de IDH son notables las diferencias.
En las zonas con bajo logro en IDH que son predominantemente rurales el predominio de la actividad
agrícola es indiscutible, en cambio en las zonas con IDH mas alto que son las zonas urbanas, el sector
terciario da cuenta de más de cuatro de cada cinco económicamente activos, situación que se torna
especialmente evidente entre las mujeres.
El predominio de los servicios expresa la secular oposición entre el lento (y precario) desenvolvimiento
de las fuerzas productivas y el crecimiento demográfico estimulado por quienes han inmigrado en
búsqueda de mejores condiciones de empleo. Sin duda que este incremento de la población, bajo
condiciones de generalizada pobreza, ha sido asociado a una demanda plurisocial por el aumento de los
niveles de consumo colectivo, a la vez que se han mantenido las características de un consumo privado
más que austero y que ha revertido esencialmente sobre los bienes no industriales de menor costo.
Parece indudable que es justamente el contenido social específico del proceso de urbanización lo que
ha permitido una retroalimentación continua de la terciarización, pues los servicios no sólo constituyen
la principal fuente de trabajo, sino también la esencia del proceso de reproducción de la creciente
población urbana. Las disparidades de la estructura productiva según área de residencia son elocuentes
(Grafico 9 y Cuadro 15).
El Sector Primario:
Durante la primera mitad del siglo XX Bolivia era un país eminentemente rural. No sólo la mayor parte
de la población residía en el campo (alrededor de dos terceras partes en 1950), sino que las principales
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
Medio Alto Medio-Medio Medio-Bajo Bajo
Hombre
Mujer
Primario
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
Medio Alto Medio-Medio Medio-Bajo Bajo
Hombre
Mujer
Secundario
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
Medio Alto Medio-Medio Medio-Bajo Bajo
Hombre
Mujer
56
actividades económicas (agricultura, ganadería e incluso minería) eran esencialmente rurales. Nótese,
que hacia el año 2001, la absoluta representación de las actividades primarias (agrícolas y mineras) se
localiza en las zonas con menor logro en IDH que son eminentemente rurales, se debe resaltar que el
subsector minero, es minoritario en el sector primario, resulta ilustrativo demostrar que los pobladores
que quedaron en las zonas de producción minera y/o agrícola son fundamentalmente personas sin
experiencia migratoria, tanto en hombres como en el caso de la población femenina (Figura 8).
Gráfico 10: Trabajadores del Sector Primario según y sexo, 2001.
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
En la actividad primaria se advierte un peso mayoritario de mano de obra masculina, es reducida
figuración de mujeres, lo que más llama la atención es que a las mujeres las ocupan fundamentalmente
en la época de siembra, a ellas se encarga dicho trabajo, también coadyuvan en los trabajos de carpida y
cosecha, es decir, su trabajo en el ciclo agrícola es variado pero intenso. La producción agrícola es
temporal, lo que dificulta procesos productivos continuos en el ciclo agrícola, condicionando un alto
proceso emigratorio de la población, como la única alternativa de superación de sus problemas de
trabajo y de subsistencia familiar.
Es interesante advertir, que los roles y funciones de los miembros del hogar en la ejecución de
diversas faenas, otorga mayor responsabilidad a determinados miembros de la familia,
particularmente niños, niñas y adolescentes, en una suerte de transmisión de los conocimientos en
diversas técnicas que van desde diferentes modalidades de preparación de suelos, fertilización, hasta
los métodos de la selección de semilla y utilización de las diferentes variedades. Es frecuente
observar, que las niñas, trabajan en la selección de semilla, donde la mujer campesina tiene mayor
participación y cumple un papel decisivo.
El trabajo es intenso y requiere de la participación corporativa de todos los miembros de la familia,
madre, padre e hijos menores, en un proceso continuo de capacitación para el trabajo y transferencia
de prácticas y tradiciones. Se ejerce asimismo, la reciprocidad que comprende la participación y
colaboración mutua de varias familias, cuando se dan las prestaciones de trabajo denominadas ayni
y minka, por las cuales las labores más pesadas de preparación del suelo y la cosecha pueden ser
afrontadas comunitariamente entre varias familias.
Los sistemas de producción agrícolas, desde su constitución e incluso hasta el presente, se enmarcan en
patrones tecnológicos tradicionales, determinados por la escasa disponibilidad de equipamiento e
infraestructura, y la permanencia de medios de trabajo atrasados. Las actividades de la producción
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
400000
450000
Hombre Mujer
Nativo
Migrante
57
agrícola, se caracterizan por el trabajo organizado de las familias campesinas, que en su conjunto
son responsables de la preparación del suelo, siembra, cuidado de los cultivos, cosecha, almacenaje,
utilización e incluso comercialización de los excedentes, variables según los años, que se puedan
obtener.
En las comunidades campesinas tradicionales, cuando la cosecha se efectúa en terrenos de uso
comunal, la participación en la cosecha es compartida por todos los miembros de la familia, pero la
selección y la administración de los productos cosechados está a cargo de las mujeres, lo que
incluye la diferenciación de los productos para las necesidades alimenticias de la familia, los
excedentes para venta o trueque y especialmente la selección de semilla para la siguiente campana.
Este último proceso incluye también la propagación de las variedades nativas y de aquellas nuevas
que serán introducidas en el predio agrícola.
A pesar de todas las dificultades, el rol que cumplen los pequeños agricultores campesinos, es la
provisión de productos básicos de la canasta familiar, es decir, encargados de garantizar la oferta
interna de alimentos (papa, yuca, maíz, arroz, cacao, quinua, maní, plátanos, cítricos, café, té,
carnes de res, cordero, aves y pescado), la mayor parte de estos productos, provienen del área rural
del Altiplano, Valles, bolsones campesinos del oriente boliviano y en zonas de colonización (Alto
Beni, Yucuma, Carrasco, Chapare y San Julián). El mayor problema, es que con las tecnologías
obsoletas y la falta de asistencia técnica y crédito, explican sus bajos rendimientos y
consecuentemente lleva a una sobreexplotación de los suelos. En cambio, el destino de la
producción de los agricultores medianos, grandes y los ganaderos del oriente, es el mercado
externo, ya que una buena parte de los cultivos agroindustriales, como soya, azúcar de caña, grasas
y aceites comestibles, carnes de res y castaña, se dirigen al mercado externo. La conservación de los
recursos naturales está negativamente influenciada por las prácticas de tala y quema adoptada en los
sistemas de agricultura migrante, como es el caso en las áreas de colonización del oriente.
La cantidad de tierra disponible para las prácticas de la agricultura son reducidas, existe necesidad
de impulsar acciones que permitan la búsqueda de programas y proyectos que permitan combinar
un uso adecuado de los recursos naturales en función del potencial agrícola vigente en el territorio
nacional. En cualquier caso, se requieren acciones que permitan apalancar dichas actividades, ya
que actualmente hay falta de una adecuada infraestructura productiva (caminera y de
almacenamiento), sumada a efectos del cambio climático, las fluctuaciones cíclicas de sequía en el
área andina e inundaciones en el oriente, que influyen en la crisis crónica del sector.
En los últimos años, muy poco se ha avanzado en materia de desarrollo rural, la población
vinculada a la actividad agropecuaria tradicional sigue siendo la que muestra menores índices de
mejoramiento en el nivel de vida, y es en el campo donde la pobreza alcanza los más preocupantes
índices de prevalencia. Dada la importancia de la población rural, como fuente de mano de obra
para otros sectores de la economía, como principal proveedor de insumos para la actividad
industrial y como sector demandante de productos manufacturados, resulta indispensable ejecutar
prioritariamente tareas que ataquen la problemática estructural del sector para revertir la situación
involutiva de la actividad agropecuaria del país.
El Sector Terciario
La información del Cuadro 16 ofrece los índices de feminidad con una mayor desagregación del sector
terciario, el cual ha sido diferenciado en siete categorías. Se demuestra que alrededor del 24% de los
trabajadores del terciario están en actividades vinculadas comercio minorista, en dichas actividades,
independientemente el logro de desarrollo alcanzado, corresponde un papel fundamental a la mujer.
58
Una situación inversa, en cuanto a la división sexual del trabajo se percibe en el área del transporte
(absorbe al 11% de la PEA terciaria).
Cuadro 16: Índice de Feminidad de los Trabajadores del Sector Terciario según condición
migratoria y rangos de IDH, 2001. Condición
Migratoria /Rangos
de IDH
Índice de Feminidad (Mujeres / Hombres) * 100
Comercio > Comercio < Hoteles Transporte E. Financiero Social y Comunal Personal Terciario
1 NATIVO 34 191 213 12 83 93 98 89
2 RETORNO 33 163 146 12 122 64 73 80
3 ANTIGUO 32 207 258 8 98 87 101 96
4 RECIENTE 23 154 184 9 272 59 64 109
1 IDH01 Medio Alto 32 191 221 10 109 87 93 93
1 NATIVO 25 235 318 6 64 106 92 89
2 RETORNO 22 189 237 7 76 79 82 78
3 ANTIGUO 25 224 354 5 58 84 94 87
4 RECIENTE 18 173 248 5 123 58 70 84
2 IDH01 Medio-
Medio 24 220 314 5 70 89 88 87
1 NATIVO 24 232 489 4 89 52 60 86
2 RETORNO 14 163 289 4 69 69 62 72
3 ANTIGUO 22 237 578 4 108 75 79 110
4 RECIENTE 13 172 346 4 110 69 61 82
3 IDH01 Medio-
Bajo 21 222 470 4 96 62 65 90
1 NATIVO 21 172 1012 4 206 64 55 109
2 RETORNO 18 172 709 2 85 65 48 76
3 ANTIGUO 27 343 1168 7 251 90 100 152
4 RECIENTE 11 208 620 4 133 100 60 101
4 IDH01 Bajo 21 197 972 5 196 79 60 112
% Fila Total 7,8 23,7 8,2 10,6 21,0 23,3 5,5 100,0
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
El transporte no sólo se orienta a satisfacer las necesidades de desplazamiento de las personas (dentro y
entre las ciudades, su periferia y otras regiones del país), sino principalmente a la recolección de
productos de origen agropecuario para los cuales las ciudades son su principal centro de acopio. Como
conjunto, la categoría de distribución tanto el comercio, los hoteles y el transporte absorben casi un
medio de la fuerza de trabajo inserta en el sector terciario de la economía, tanto en las áreas con menor
y mayor índice de desarrollo humano.
Solo una quinta parte de la fuerza de trabajo declara tener inserción laboral en los servicios ligados a la
producción, éste tipo de actividades están constituidos básicamente por los establecimientos financieros
(bancos, casas de cambio, oficinas de contabilidad, seguros) que desempeñan un papel de soporte
fundamental de los mecanismos de valorización del capital.
El empleo en los servicios sociales y comunales estuvo formado fundamentalmente por las actividades
del Estado nacional, así como de las instituciones de desarrollo regional y local, estas últimas con
mayor representatividad luego de la implementación de las leyes de participación popular y
descentralización municipal. Sin perjuicio del clientelismo que distingue el funcionamiento del aparato
burocrático, bastante prolífico en la experiencia post revolución nacionalista, se trata de un tipo de
empleo estable en ocupaciones no manuales que cumple un estamento medio dentro de la estructura
social. El crecimiento del empleo público, sin llegar a ser decisivo como fuente de empleo, contribuyó
a crear en las ciudades un mercado de trabajo más amplio, que durante los años setenta y principios de
59
los ochenta explicó una parte considerable del incremento del empleo urbano33, aunque no se podrá
desechar que parte del colapso de la flexibilización laboral y del Ajuste Estructural también golpeo a
los trabajadores en especial a los hombres, que ya no pudieron reinsertarse en el mercado de trabajo
luego de sus despidos forzados por el cierre y/o venta a socios extranjeros de las empresas del Estado.
Otro de los sectores que absorbe a la fuerza de trabajo femenina es la categoría de servicios, que
engloba las actividades servicios personales o de consumo individual, donde existe un influjo femenino
evidente. Corresponde un papel predominante al llamado servicio doméstico, un testimonio adicional
de la heterogeneidad estructural de la economía y la sociedad boliviana. En efecto, mucho de la
direccionalidad femenina migratoria, se explica por la magnitud de empleos demandados entre los
hogares de las ciudades de mayor tamaño del país. Se trata de una actividad que implica duras faenas,
con jornadas largas, sensiblemente en franca contravención con las leyes laborales, inseguridad laboral
y en muchos casos abusos por parte de sus empleadores. Esta actividad una de las reducidas opciones
que tienen las mujeres para su inserción laboral, sensiblemente en condiciones bastante desventajosas,
debido a las características que tiene este tipo de trabajo.
Nótese que las trabajadoras del hogar tienen absoluta predominancia en las zonas con rangos mayores
de IDH, lo que permite suponer que parte de la salida masiva de mujeres de diversos confines del país
se explica por este tipo de inserción laboral. Dada la abundancia de mano de obra, en la mayor parte de
los casos se trata de empleos que suponen duras faenas, a cambio de los cuales normalmente se percibe
retribución en especie (vestuario, comida y, en los casos más favorables acceso a la educación).
Habitualmente estas ocupaciones adoptan una condición semi-servil en el sentido de que quienes las
desempeñan deben residir en los hogares de las personas a quienes atienden (básicamente los estratos
de asalariados no manuales, profesionales, directivos y gerentes).
El Sector Secundario
En lo que concierne al sector secundario es preciso tener en cuenta que solo da cuenta de un quinto de
la inserción laboral de la PEA, además de las actividades propiamente manufactureras, esta gran rama
incluye a la construcción (que, por su tecnología rudimentaria, es intensiva en mano de obra) y a las
actividades de infraestructura física. El patrón de distribución espacial nuevamente revela la alta
concentración de este tipo de actividades en los espacios con mayores logros en IDH. El 80% de la
PEA perteneciente al sector secundario reside en los municipios con IDH Medio Alto y Medio-Medio.
El sector industrial asentado en Bolivia, se caracterizó desde su constitución por su debilidad, aspecto
que cobra nitidez al evidenciar una mayor producción de bienes destinados, sobre todo, al consumo
inmediato, en la predominancia de técnicas productivas manuales y, en general, en la primacía de
pequeños establecimientos sobre los grandes34.
La estructura de la manufactura es resultado del tardío proceso de industrialización del país y de las
políticas proteccionistas y de sustitución de importaciones que acompañaron a este proceso, la
producción manufacturera se mantuvo desde los años cuarenta hasta mediados de los ochenta, con
políticas de protección y preferencia. Se caracterizó desde su constitución por su debilidad, por estar
33
Véase para mayores detalles: Notas de la CEPAL # 9, Reformas Estructurales, Inversiones y Empleo: El Caso
Boliviano, Pág. 1 y 6, Marzo del 2000, Santiago - Chile. 34
De acuerdo a la Encuesta Industrial Manufacturera del INE, para 1994, el 83% de las unidades económicas industriales
es micro (de 1 a 4 empleados) absorbe al 30% de los ocupados. En cambio, la industria de tamaño grande, que cuenta con
más de 50 empleados, en términos numéricos representaba el 1.75% de los establecimientos y absorbió al 44% de los
ocupados, aportó con el 79.5% del Valor Bruto de la Producción, el 83.5% del Valor Agregado y el 76.6% del Consumo
Intermedio.
60
mal estructurado, ineficiente y con la visible carencia de tecnologías y procesos competitivos
modernos, aspecto que cobra nitidez al evidenciar una mayor producción de bienes destinados, sobre
todo, al consumo inmediato, en la predominancia de técnicas productivas manuales y, en general, en la
primacía de pequeños establecimientos sobre los grandes.
Cuadro 17. Bolivia: Participación de la Población en el Sector secundario según sexo
y por condición migratoria y rangos de Índice de Desarrollo Humano, 2001 Condición
migratoria Industria Electricidad Construcción hombre Mujer Total
Nativo 171.416 5.024 86.653 185.230 77.863 263.093
Migrante 152.377 4.301 88.699 192.541 52.836 245.377
Total 323.793 9.325 175.352 377.771 130.699 508.470
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
Son las unidades productivas de pequeña escala son las que han contribuido en la generación de
puestos de trabajo, en la actividad artesanal y en establecimientos industriales pequeños, son ellos los
que se encargaron de absorben alrededor de una tercera parte de la PEA del sector secundario, se
orientan a la elaboración de las materias primas para obtener productos de consumo directo. Así la
producción textil, se apoya en la abundante ganadería lanar (ovinos y auquénidos), la cerámica se
asocia con la disponibilidad de arcilla y la agroindustria está ligada a la fruticultura. No obstante su
condición relativamente intensiva en mano de obra, la artesanía juega un papel marginal dentro la
estructura productiva prevaleciente. Por otra parte, algunos rubros tradicionales de la artesanía han
sufrido los mortíferos efectos de la competencia del mercado internacional que, por vía legal o
"subterránea", ha incorporado productos de la misma índole a precios más reducidos. Así, entonces, las
micro-empresas artesanales no cubren más que reducidos sectores de la demanda interna, incapacitadas
como están para acceder a mercados más amplios.
c. Aproximación a partir de los grupos socio-económicos
Es interesante demostrar cada vez con mayor fuerza, que el sector informal donde se halla la mayor
parte de la fuerza de trabajo femenina, es el resultado de la intensidad e irregularidad de los flujos
migratorios, de hecho la heterogeneidad existente a su interior y la cada vez mayor magnitud de sus
miembros no solo en los mercados nacionales sino en los internacionales, permiten que se pueda
asociar su dinamismo a las grandes cadenas de subcontratación que se aprovechan de la indefensión de
sus trabajadores, dichos mecanismos de explotación de la fuerza de trabajo ha roto las barreras y se ha
producido una gran penetración en formas de trabajo informal.
Dada la gran multiplicidad de ocupaciones en las que se inserta la población trabajadora, en este acápite
se utilizara la estructura socio-ocupacional, como un conjunto reducido de categorías analíticas
homogéneas, que tienden a resumir en esencia, dicha diversidad de condiciones y relaciones, las
mismas que son expresadas en los siete grupos socio-ocupacionales que son motivo de análisis del
Cuadro 18, grupos que han sido cuidadosamente analizados y construidos en función de criterios
teóricos a través del cruce simultáneo de las preguntas de ocupación principal y categoría ocupacional.
La forma en que los grupos sociales se disponen en la estructura productiva, la relación que guardan
con los medios de producción, el papel que desempeñan en la organización del trabajo y la carga de
contenidos axiológicos que han internalizado y de los cuales son portadores materiales, son
dimensiones claves de una estructura social. Las tres primeras de ellas permitirían reconocer estratos
socio-ocupacionales que, merced a su desigual capacidad de apropiación de los beneficios derivados de
la producción, se asocian con distintas condiciones materiales de vida. Esta situación se refleja, con
cierto grado de fidelidad, en el Cuadro 18 que contiene la distribución relativa según estratos socio-
61
ocupacionales de los trabajadores bolivianos los que son presentados según rangos de IDH, debido a
que los perfiles laborales en dichas áreas son diferentes.
El perfil socio-ocupacional boliviano es heterogéneo, los trabajadores con IDH bajo se concentran en
actividades de tipo independiente: trabajadores agrícolas, comerciantes y artesanos (PPI). Esta
información, coadyuva a demostrar la masiva presencia de la economía tradicional campesina en el
agro boliviano y con situaciones de riesgo muy marcados debido a que sus logros en diversos
servicios básicos está insatisfecho.
En los espacios rurales el grupo mayoritario de trabajadores se concentra en el laboreo agrícola,
segmento que concentra indistintamente a hombres y mujeres, pero al interior de dicha actividad se
pudo constatar que existe división del trabajo. En estos espacios, las actividades relacionadas con el
comercio y los servicios muestran bajas tasas de absorción de mano de obra y la participación del
resto de los grupos es reducida.
Cuadro 18. Bolivia: Distribución de la PEA según grupos socio-ocupacionales, según área de
residencia y sexo, 2000 Condición
Migratoria
Directivos
No
Manual
Comercio
Minorista
Trabajador
Agrícola
TPCP
manual(PPI)
Manuales Servicio
Personal
Total
Nativo 49,4 51,8 44,9 45,2 46,8 48,3 51,3 48,2
Migrante 50,6 48,2 55,1 54,8 53,2 51,7 48,7 51,8
Hombre IDH1 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 53,7 58,8 45,3 63,5 47,7 51,6 38 47,8
Migrante 46,3 41,2 54,7 36,5 52,3 48,4 62 52,2
Mujer IDH1 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 45,5 41,2 39,5 51,5 45,8 43,4 45,3 45,8
Migrante 54,5 58,8 60,5 48,5 54,2 56,6 54,7 54,2
Hombre IDH2 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 49,6 52,6 42,4 62,6 50,5 48,5 41,3 48,1
Migrante 50,4 47,4 57,6 37,4 49,5 51,5 58,7 51,9
Mujer IDH2 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 34,5 42,9 56,6 65,7 61,7 50,5 50,4 62,8
Migrante 65,5 57,1 43,4 34,3 38,3 49,5 49,6 37,2
Hombre IDH3 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 32,3 36,7 52,7 75 67,6 49,3 51,8 67,9
Migrante 67,7 63,3 47,3 25 32,4 50,7 48,2 32,1
Mujer IDH3 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 35 42,8 75,9 91,7 83 70,4 66,9 88,6
Migrante 65 57,2 24,1 8,3 17 29,6 33,1 11,4
Hombre IDH4 100 100 100 100 100 100 100 100
Nativo 28,1 32,2 66,6 82,4 79,5 66 73,1 79,2
Migrante 71,9 67,8 33,4 17,6 20,5 34 26,9 20,8
Mujer IDH4 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, INE.
62
En cambio en las zonas con mayor logro den IDH (aéreas urbanas), las actividades ligadas al
comercio al por menor, particularmente entre las mujeres y la artesanía por hombres (trabajadores
por cuenta propia) ocupan los primeros lugares. En esta tipología, se advierte aún la presencia de
relaciones semi-capitalistas (en general, laboran en pequeños talleres artesanales donde coexisten la
producción y venta del producto). Es notable la diferenciación entre los sexos entre los trabajadores
por cuenta propia, nótese que las mujeres se dedican a las labores del comercio en cambio los
hombres a la artesanía. Pudiera considerarse que la actividad de este estrato es la expresión más
nítida del acomodo de los sectores populares a la estructura urbana.
El papel que desempeñan las economías familiares en los procesos de reproducción de la fuerza de
trabajo y el capital, se presenta como un conjunto de formas sociales complementarias a la
reproducción del trabajador asalariado, o como formas mercantiles simples, pero subordinadas a la
forma capitalista de producción predominante. Las características de las actividades de esta
población son muy variadas; sin embargo, existen algunos rasgos comunes en todas ellas y las
principales son: i) se desarrollan como relaciones de trabajo de subsistencia, debido a que no
persiguen el lucro y en la esfera del mercado deben competir con la producción legalmente
establecida, motivo por el que sus precios de venta se encuentran por debajo incluso de sus costos
fijos; ii) no tienen una jornada de trabajo definida; iii) carecen de seguridad social; iv) están sujetas
a inestabilidades laborales por distintos motivos; v) no requieren gran calificación. Los amplios
sectores de cuenta propia ayudan, en la mayor parte de las veces, a la solución de conflictos sociales
y facilitan el proceso de acumulación de algunas empresas. Esto último se presenta cuando se
produce una apropiación por parte de las empresas capitalistas de la producción de las unidades
artesanales a costo muy bajo.
Los asalariados manuales, absorben al 16% de la PEA, está formado por los obreros de la industria, de
la construcción, de energía y otros. Estos participan productivamente en el proceso social de
producción, ayudando a valorizar el capital por medio de su trabajo, a cambio de lo cual reciben una
retribución salarial. Debido a las exitosas reivindicaciones sindicales, tienen una jornada de trabajo
definida, acceso a la seguridad social y la vigencia de una legislación laboral.
Los asalariados no manuales, que se desempeñan preferentemente en el ámbito del sector público
(trabajadores de cuello blanco), aunque también lo integran los cuerpos técnicos y burocráticos de la
empresa privada. Empleados de oficina con diferentes grados de capacitación, profesionales de rango
medio (enfermeras, parteras, personal paramédico, maestros y profesores de primera y segunda
enseñanza, supervisores y contadores, trabajadores bancarios), funcionarios de seguridad y de las
fuerzas armadas componen este grupo social. No se trata de propietarios de los medios de producción
en la empresa privada, ni de agentes supervisores de gestión en la administración del Estado; sin
embargo, a pesar de no poseer la calificación de los mandos altos, sus acciones y omisiones inciden
directamente en la toma de decisiones de los que son los responsables inmediatos de su puesta en
ejecución. Por lo tanto, son los actores de prácticas sociales que contribuyen, de manera activa, a
asegurar y "viabilizar" la reproducción (ideológica, jurídica, política y administrativa) del sistema
social y económico vigente. La mayoría de los integrantes de éste estrato son empleados que, a
cambio de su trabajo, perciben un salario monetario. En el caso del sector público, mayoritariamente
representado por este grupo social, las funciones que cumplen están claramente pautadas,
"rutinizadas" en el marco de criterios y relaciones laborales de corte burocrático. Como tal, este
estrato configura la imagen popular de la "clase media" o de los "trabajadores de cuello blanco", se
trata de un sector que ha sufrido los golpes del Ajuste estructural, pues una buena parte de ellos han
sido despedidos de las entidades que han sido privatizadas a partir de 1994, de ahí que en términos
relativos representa únicamente el 14% de la PEA urbana y no más del 2.5% de la PEA rural.
63
Entre los directivos y profesionales, se encuentran los gerentes, administradores de nivel superior,
especialistas con capacitación universitaria y profesores universitarios. Son mayoritarios entre los
migrantes y tienen mayor figuración en los municipios con mayor logro de IDH, se trata de un grupo
social relativamente heterogéneo, cuyo común denominador es la percepción de un ingreso
relativamente alto y estable. En algunos casos, está la presencia de quienes tienen la propiedad o el
control de los medios de producción, ejerciendo relaciones de explotación de tipo capitalista; en otros,
se observa el cumplimiento de tareas de gestión superior de los medios de consumo colectivo. Como
conjunto, este grupo social tiene una incidencia, directa o relativamente indirecta, en las pautas de
reproducción ampliada del sistema económico, político, social y cultural prevaleciente. Los
propietarios de los medios de producción, no sólo disfrutan de los amplios excedentes que acumulan y
que les permiten el acceso a formas de consumo suficientes y aún suntuarias, dando por resultado
óptimas condiciones vida, así como una alimentación acorde con los requerimientos calóricos indispen-
sables para preservar la salud física e intelectual de los componentes de sus hogares. Su presencia es
fundamentalmente urbana y masculina.
Efectuada una caracterización de las categorías socio-ocupacionales, se pretende en la siguiente
sección relacionar aquellos con el nivel de ingresos y los logros en materia educativa. La perspectiva
adoptada se mueve en dos planos: de un lado, se espera que los estratos como variable expresiva de la
desigualdad social, permitan discriminar entre niveles significativamente distintos de ingresos y
educación y, de otro, se estima que los mismos, como dimensiones sociales, coadyuvan a la
explicación de los diferenciales de la calidad de vida, de los trabajadores bolivianos.
4, En la búsqueda de una mejor vida -Alcances y limites para el acceso a servicios básicos y
educación con la migración
4.1 Logro educativo y condición migratoria
Como variable indicativa en la explicación del perfil educativo alcanzado por la población, se
consideró pertinente introducir el número de años de estudio formales aprobados de la población de 15
años y más que no asiste a establecimientos de enseñanza (es decir, la población que ya ha terminado
su etapa educacional y aquella que se ha retirado de la misma).
Cabe destacar primeramente, que el acceso a la educación formal, aparece discriminado por las
condiciones económicas y sociales, las que permiten a determinados grupos alcanzar un determinado
nivel de escolaridad mientras que a otros se les niega dicha opción. Particularmente fuerte es la
exclusión a los niveles de instrucción formal a la población femenina del país.
Por otra parte, en lo que respecta al logro educativo debemos recordar que la calidad y la
pertinencia de la enseñanza varían mucho en el país, en correspondencia a la desigual distribución
de recursos y servicios a los que tiene acceso la población. De ahí que la variable educación por sí
sola no desentraña las profundas complejidades que dicha variable oculta en función al tipo, área y
estrato social a los que pertenezcan los individuos.
a. Tasas de analfabetismo
Se advierte un incremento en la cobertura educacional de la población boliviana, que se traduce en un
aumento en el acceso al sistema de educación formal: el 87% de la población boliviana en el momento
del censo 2001 estaba en condición de alfabeta y sólo un 13% declaró ser analfabeta. Sin embargo, las
discrepancias a nivel de contextos socio-espaciales es preocupante, es elocuente que el grado de
alfabetización alcanza su máximo nivel entre la población masculina y el analfabetismo es
particularmente fuerte entre la población femenina.
64
Cuadro 19. Rangos de Desarrollo Humano. Población de 15 años y mas por condición de
alfabetismo, según sexo, 2005
Condición
Migratoria
Sabe leer y escribir? Tasa de Alfabetismo Adulto
Si No Hombre Si No Mujer Hombre Mujer Total
Nativo 552.898 12.392 565.290 587.335 44.040 631.375 97,8 93,0 95,3
Migrante 498.559 13.346 511.905 518.155 62.611 580.766 97,4 89,2 93,0
IDH Medio Alto 1.051.457 25.738 1.077.195 1.105.490 106.651 1.212.141 97,6 91,2 94,2
Nativo 310.914 19.950 330.864 284.772 58.572 343344 94,0 82,9 88,4
Migrante 342.927 21.097 364.024 286.519 67.520 354.039 94,2 80,9 87,7
IDH Medio-Medio 653.841 41.047 694.888 571.291 126.092 697.383 94,1 81,9 88,0
Nativo 255.306 37.670 292.976 179.781 103.906 283.687 87,1 63,4 75,4
Migrante 113.636 13.189 126.825 85.699 36.997 122.696 89,6 69,8 79,9
IDH Medio-bajo 368.942 50.859 419.801 265.480 140.903 406.383 87,9 65,3 76,8
Nativo 118.474 45.180 163.654 66.839 91.467 158.306 72,4 42,2 57,6
Migrante 17.610 4.061 21.671 19.409 22.645 42.054 81,3 46,2 58,1
IDH Bajo 136.084 49.241 185.325 86.248 114.112 200.360 73,4 43,0 57,6
Total 22.10.324 166.885 2.377.209 2.028.509 487.758 2.516.267 93,0 80,6 86,6
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, Resultados definitivos, INE, 2001
Nótese que las brechas sobrepasan los 30 puntos porcentuales en las zonas de IDH Bajo, en cambio en
los municipios de IDH Medio Alto la brecha es de menos de 5 puntos entre hombres y mujeres. Es
dramático observar que más de la mitad de las mujeres que viven en las regiones de IDH Bajo,
recordara el lector localizadas en las zonas rurales del altiplano y los valles tienen las mayores tasas de
analfabetismo. Aspecto que ratifica el hecho anotado de considerar a los sistemas de enseñanza
existentes en el país altamente marginadores de la población femenina. Entre los habitantes de los 56
municipios con IDH bajo: el 58% de la población declara estar en condición de leer y escribir y un 42%
declaró ser analfabeta. En las regiones rurales de bajo desarrollo humano es alarmante encontrar que
alrededor del 60% de las mujeres son analfabetas.
Sin bien es cierto que desde la Reforma Agraria se puede advertir un incremento en la cobertura
educacional rural, lo que sin duda se ha traducido en un creciente acceso de la población rural al
sistema de educación formal. Sin embargo, el traspaso de la experiencia educativa implementada
en los centros urbanos no produjo los resultados esperados. Este panorama se expresa precisamente
en los altos niveles de analfabetismo a que se halla expuesta la población femenina: la tasa de
alfabetismo entre las mujeres es del 40% mientras entre los varones cerca del 75%.
El grado de alfabetización alcanza su máximo nivel entre la población masculina residente en algunas
de las 6 localidades urbanas con IDH bajo, tales como Uncía, Colquiri, Mizque, Tarabuco,
Chayanta e Independencia. Notara el lector que son alarmantes los niveles de analfabetismo entre la
población femenina en las localidades de mayor ruralidad. Nótese que las brechas sobrepasan los 40
puntos porcentuales en el municipio Curva perteneciente al departamento de La Paz entre varones y
mujeres y la menor diferenciación se encuentra entre los habitantes del municipio de todos Santos del
departamento de Oruro donde la distancia no llega a los 7 puntos porcentuales.
Es dramático observar que más de la mitad de las mujeres que viven en las zonas rurales tienen las
mayores tasas de analfabetismo En todos los casos las tasas de analfabetismo son mayores entre las
mujeres que entre los hombres. Aspecto que ratifica el hecho anotado de considerar a los sistemas de
enseñanza existentes en el país altamente marginadores de la población femenina. Las brechas
existentes en los niveles de alfabetismo de la población femenina y masculina refleja con nitidez el
proceso de exclusión sistemático al que tuvo que hacer frente una cantidad muy grande de mujeres
bolivianas, lo que revela la presencia estructural de inequidad de género, las mayores diferencias se
encuentran en las áreas más deprimidas, y la menor brecha en las áreas de mayor dinamismo.
65
b. Asistencia escolar
Si bien en el último decenio se ha acortado la "brecha de género" en la educación, su situación de
desventaja relativa sigue impidiendo que las niñas se matriculen. Las tasas de matriculación muestran
la concentración de diferencias por motivos de género en las regiones con IDH Medio Alto. Las tasas
de matriculación para los niños son superiores en 15 o más puntos porcentuales a las de las niñas. Las
precarias condiciones de vida y de trabajo a que se halla expuesta la población que reside en áreas
rurales, hacen que la realización de labores para conseguir un sustento, sea un obstáculo para el ingreso
y permanencia en los sistemas formales de instrucción.
Los factores vinculados a la estructura agraria, hacen que la educación sea nuevamente una aspiración
no alcanzada por las grandes mayorías de campesinos, particularmente fuerte en el caso de la población
femenina.
Obsérvese que cerca de una de cada dos mujeres que están en edad escolar no asistieron a los sistemas
formales de educación, fuerte es la inasistencia escolar entre las mujeres que viven en zonas con IDH
bajo. Las mujeres son las que se hallan fuertemente marginadas de los códigos y mensajes que da la
educación, lo que repercute negativamente en las posibilidades reales de encontrar modificaciones en
otras dimensiones de la vida cotidiana. En consecuencia, la variable asistencia según género nos da un
mensaje elocuente, las mujeres son las que mayor limitación de acceso a los centros educativos tienen
como se advierte en la información proporcionada por el cuadro 20.
Cuadro 20. Bolivia: Población de 6 - 24 Años Por Asistencia Escolar Según Sexo, 2001 Condición
Migratoria No asiste Asiste Hombre No asiste Asiste Mujer
TAC
Hombre
TAC
Mujer
TAC
Total
NATIVO 166.711 394.801 561.512 563.179 485.969 1049.148 70,3 46,3 54,7
MIGRANTE 113.915 126.855 240.770 241.341 242.171 483.512 52,7 50,1 51,0
IDH Medio Alto 280.626 521.656 802.282 804.520 728.140 1.532.660 65,0 47,5 53,5
NATIVO 105.363 265.565 370.928 373.091 336.979 710.070 71,6 47,5 55,7
MIGRANTE 85.956 115.907 201.863 202.742 181.140 383.882 57,4 47,2 50,7
IDH Medio-Medio 191.319 381.472 572.791 575.833 518.119 1.093.952 66,6 47,4 54,0
NATIVO 71.465 171.878 243.343 245.312 225.295 470.607 70,6 47,9 55,6
MIGRANTE 32.827 40.566 73.393 73.880 64.533 138.413 55,3 46,6 49,6
IDH Medio-bajo 104.292 212.444 316.736 319.192 289.828 609.020 67,1 47,6 54,3
NATIVO 47.715 88.452 136.167 137.465 130.191 267.656 65,0 48,6 54,1
MIGRANTE 4.667 8.382 13.049 13.125 15.140 28.265 64,2 53,6 56,9
IDH Bajo 52.382 96.834 149.216 150.590 145.331 295.921 64,9 49,1 54,4
Total 628.619 1.212.406 1.841.025 1.850.135 1.681.418 3.531.553 65,9 47,6 53,9
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, Resultados definitivos, INE, 2001
Las mujeres se ocupan de la salud y la asistencia a la escuela de sus hijos, de modo que al educarlas se
multiplica el valor de las inversiones en educación. Pero algunos afirman que los escasos recursos
debería concentrarse allí donde pueden producir los mayores efectos a largo plazo. Las niñas tal vez
reciban menos atención por parte de los maestros, sean percibidas como menos inteligentes y tengan
peor rendimiento académico. Esto tal vez se deba a que el estilo de enseñanza competitiva y antagónica
prevaleciente en muchas escuelas no es compatible con los rasgos femeninos tradicionalmente
valorados, de pasividad y colaboración.
A partir de los 12 años se intensifican las responsabilidades laborales de los niños en el seno de la
unidad de producción familiar. Los varones empiezan a trabajar más continuamente en el laboreo
agrícola, y las mujeres empiezan a tener más obligaciones domésticas en el mantenimiento de la
familia. El nacimiento de hermanos menores puede reforzar y acelerar este proceso. En las zonas
rurales existe problemas de diversa índole, por una parte la infraestructura escolar es inexistente o mala,
66
aspecto que repercute en la cobertura escolar, sobre todo en zonas donde "las grandes distancias y la
precariedad que presentan las vías de vinculación camineras, que dificultan la consolidación de los
servicios en general y particularmente de los educativos". Uno de los principales factores de deserción
tiene que ver con la falta de acceso a los centros educativos, ya sea porque son muy distantes, porque
los que existen funcionan de manera irregular y solamente hasta ciertos niveles, o porque directamente
no hay en el área. Por último, no debería descartarse que la utilización del idioma castellano en la
enseñanza, y las distancias culturales que pueden existir entre el maestro y su formación y la de las
personas en el área rural, desaliente a las familias para seguir invirtiendo en educación formal de los
niños.
La distancia entre el hogar y la escuela puede ser importante para decidir si las niñas han de asistir a
ella, debido a que las familias temen el acoso sexual en camino a la escuela. Las instalaciones escolares
y las actitudes para con las niñas en la escuela pueden tener importancia, tanto para las niñas como para
sus padres y madres. Las disparidades de género dentro de un mismo país suelen ser mayores entre los
pobres, y en algunos países persisten después de que los pobres han mejorado su situación económica,
de modo que ser hija de una familia pobre es una desventaja doble. En las comunidades pobres, donde
el papel de la mujer es limitado, a menudo no se piensa que las niñas necesiten educación escolar para
cumplir funciones de esposa y madre. En las zonas rurales un aspecto que atenta contra las chances
reales de asistencia continua a la escuela es la incompatibilidad entre el calendario escolar y el ciclo
agrícola, ya que la inserción y permanencia escolar se ven dificultadas por la activa participación de los
niños y adolescentes en las labores domésticas y en las tareas agrícolas especialmente en períodos de
siembra y cosecha, aspecto internalizado por los educandos, pues indican, la mitad de los chicos ya no
vienen, están cosechando, pero no se dan soluciones a una verdad irrefutable.
c. Niveles de Instrucción alcanzado
El grado de instrucción regular recibido no es sinónimo de un proceso de aprendizaje homogéneo; en
términos generales, se aprecia que la enseñanza pública es deficiente en cuanto a la calidad de con-
ocimientos que transmite, debido a las restricciones que distinguen a su impartición (maestros con
bajos salarios, aulas inapropiadas, carencia de medios técnicos y, sobre todo, educandos
subalimentados que no encuentran reales motivaciones y estímulos en el seno de sus hogares). Al
mismo tiempo el grueso de la población ha recibido la instrucción regular en este tipo de estable-
cimientos, aunque se presentan diferenciales por sexo claramente notorias.
Mapa 9. Años promedio de instrucción formal alcanzado, según sexo, 2001
67
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, Resultados definitivos, INE, 2001
Los bajos niveles de escolaridad femenina, guardan relación con las características del sistema
productivo donde la presencia femenina, desde temprana edad, reviste especial importancia en las
modalidades no capitalistas de organización, donde las exigencias de calificación para el ingreso al
trabajo son casi nulas. Así, por ejemplo, entre los trabajadores agrícolas donde la presencia femenina es
muy pronunciada se torna bastante reducida la probabilidad de encontrar individuos con altos niveles
de escolaridad.
El 24% de la población total femenina que no asiste al sistema educativo no llegó a cursar ninguno de
los niveles. El porcentaje más alto en relación a este promedio es el de la población femenina, mientras
que los varones, presentan porcentajes menores que el total (9%).
En el cuadro 21, se observa el alto porcentaje de mujeres sin instrucción o con pocos años de
educación. Correlativamente es menor el porcentaje de mujeres que alcanza a la educación media y
superior, sobre todo en el caso de las no migrantes, respecto a la correspondiente población masculina.
La presencia de bajos niveles de instrucción alcanzados por las mujeres llevaría a pensar que el acceso
de la mujer al sistema educativo regular es "marginante".
Los niveles educativos alcanzados por la población, como resultado de su paso por el sistema
educativo, permiten comprobar las posibilidades diferenciales que aquélla tuvo para ingresar y
permanecer en el mismo. La población femenina tiene mayor participación en la enseñanza básica con
pesos relativos mayores al promedio de la población masculina.
En lo que a la enseñanza superior o universitaria se refiere, los hombres en general presentan pesos
relativos superiores al total. La población masculina que completó la enseñanza superior tiene una
proporción mayor que los valores totales. Este hecho refleja la presencia de patrones migratorios de
origen urbano, migrantes de retorno que luego de ir a cursar estudios universitarios volvieron a sus
comunidades de origen. Es indudable que una gran parte del nivel educativo alcanzado por los
migrantes ha sido adquirido en los lugares de origen de la migración.
Cuadro 21. Bolivia: población de más de 25 años de edad por nivel de instrucción según
condición migratoria y rangos de IDH y sexo, 2001 Condición
Migratoria Sin
Instrucción Básico Intermedio Medio 13 y + Total Total
Nativo 3,3 16,4 12,1 35,1 33,1 100,0 331.582
Migrante 3,4 20,8 14,4 31,9 29,5 100,0 363.874
IDH Medio Alto 3,4 18,7 13,3 33,4 31,2 100,0 695.456
Nativo 9,3 36,9 17,5 26,7 9,6 100,0 199.090
Migrante 7,6 36,4 17,8 26,8 11,4 100,0 258.977
IDH Medio-Medio 8,3 36,6 17,7 26,8 10,6 100,0 458.067
Nativo 17,2 48,8 16,3 13,9 3,7 100,0 209.399
Migrante 12,9 48,0 16,3 14,4 8,4 100,0 89.929
IDH Medio-bajo 15,9 48,6 16,3 14,1 5,1 100,0 299.328
Nativo 32,4 54,6 8,2 3,6 1,2 100,0 119.926
Migrante 21,6 43,3 10,2 11,0 13,9 100,0 16.292
IDH Bajo 31,1 53,3 8,5 4,5 2,7 100,0 136.218
Hombre 9,5 32,5 14,7 25,4 17,9 100,0 1.589.069
Nativo 9,5 22,4 11,7 28,8 27,6 100,0 385.297
Migrante 12,3 29,5 12,4 23,9 21,9 100,0 409.336
IDH Medio Alto 11,0 26,0 12,1 26,3 24,7 100,0 794.633
Nativo 23,3 40,9 11,8 16,6 7,5 100,0 214.175
68
Migrante 22,2 42,3 12,0 15,4 8,1 100,0 253.055
IDH Medio-Medio 22,7 41,7 11,9 15,9 7,8 100,0 467.230
Nativo 45,4 41,9 7,0 4,4 1,3 100,0 206.472
Migrante 34,8 45,1 8,4 6,6 5,0 100,0 89.816
IDH Medio-bajo 42,2 42,9 7,4 5,1 2,4 100,0 296.288
Nativo 66,3 29,7 2,3 1,1 0,6 100,0 115.264
Migrante 57,9 31,0 2,9 3,0 5,3 100,0 33.629
IDH Bajo 64,4 30,0 2,4 1,5 1,7 100,0 148.893
Mujer 24,3 33,6 10,4 17,6 14,2 100,0 1.707.044
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, Resultados definitivos, INE, 2001
En síntesis se puede afirmar, que los diversos niveles educativos alcanzados por la población, como
resultado de su paso por el sistema educativo, expresan las posibilidades diferenciales que aquella tuvo
para ingresar y permanecer en el mismo. Ya que el grado de escolaridad alcanzado por la población
está condicionado por las posibilidades económicas que tienen los individuos y las familias y, por otro
lado, la alta proporción de mujeres con bajos niveles de escolaridad, es una evidencia de que existe una
situación de "marginación", a través de restricciones de tipo sociocultural, que se impone a la mujer
para impedir su acceso a la educación.
Para la implementación de la reforma educativa el gobierno boliviano deberá superar algunos
obstáculos:
- Mediante campañas de diversa índole deberá difundirse las bondades del cambio de los
sistemas de educación tradicionales vigentes hasta la fecha. Se requiere de una educación
pertinente a las demandas del mercado de trabajo y a los procesos de transformación
productiva, es decir, una educación vinculada al mundo real.
- La diversidad del territorio deberá obligar a regionalizar la reforma educativa compatibilizando
idioma, calendario agrícola, y necesidades de la población, en función de sus destrezas y
potencialidades.
- Se deberá dar prioridad a las inversiones en la Educación primaria y técnica, deberá
reorientarse la inversión social, para lograr el acceso a una enseñanza de calidad, dando
especial prioridad a la enseñanza técnica y a la capacitación para el empleo, en función de las
necesidades de la estructura productiva y al fortalecimiento de las destrezas y habilidades de la
población.
- Políticas de capacitación orientadas a la población femenina, utilizando su fuerte presencia en
las organizaciones de base, sociales, gremiales, de mujeres campesinas, centros de mujeres, y
centros de madres entre otros. Lo que implicará la revisión de los textos escolares, del
calendario escolar, del idioma y del rescate de lo tradicional como una vía de desarrollo.
- Políticas de difusión masiva a través de los medios de comunicación como instrumentos
esenciales de educación técnica y de socialización de medidas de alivio preventivo. Ello
supondrá la expansión de radios regionales, de grupos étnicos y minorías o, al menos, tiempos
de programación en que puedan expresarse diferentes culturas, sujetándose más al interés
público colectivo.
- Políticas de desconcentración de la infraestructura, equipamiento y personal de los
establecimientos educativos. Priorizando las regiones más deprimidas, generando un proceso
de regionalización de la Reforma Educativa y procesos de autogestión comunitaria.
69
Es evidente que no se trata de generar recetas, deberá construirse estrategias recogidas en cada espacio
a través de procesos de participación participativa. Un mecanismo interesante de ligazón de la
pertinencia educativa, podría ser el de buscar apoyar a la población en procesos de Mejoramiento de
la inserción laboral, es necesario generar una política de capacitación de mano de obra a fin de
facilitar la relocalización de fuerza de trabajo, proveniente de sectores en recesión, de los pequeños
productores independientes, microempresas, redes familiares y personales hacia sectores con mayor
demanda entre otras acciones.
d. Acceso a la salud
El analizar la salud y las migraciones, nos ayuda a poner en el tapete de discusión los riesgos en los
que viven l@s pobladores del país, por ello se ha elegido como variable explicativa la asistencia de
personal médico en el ultimo parto a las mujeres en edad fértil, se ha optado por utilizar estas
variables debido a que es la única información disponible en el censo del 2001, efectivamente los
resultados serán considerados como una aproximación a una problemática de mayor envergadura.
Como ya se ha sugerido, un factor de riesgo para las mujeres embarazadas, es las reducidas
oportunidades de conseguir atención medica en los servicios de salud, por ello se ha tomado como
variable explicativa el lugar donde fue atendido el último parto y el personal que participo en dicho
alumbramiento, los resultados que se obtienen son iluminadores ya que ayudan a demostrar la
multidimensional gama de inequidades en materia de acceso a la salud, en especial en las áreas de
IDH Medio Alto e IDH Bajo, drama que demuestra que en los barrios urbano marginales la falta de
atención adecuada es uno de las demandas insatisfechas acumuladas, es evidente que existe alto
riesgo para la madre y el recién nacido el nacer en un domicilio y sin la ayuda de nadie, ya que es
difícil que en los domicilios se cuente con los instrumentos necesarios en caso de complicación del
parto, es evidente que el tema de la calidad del servicio, tampoco puede ser dilucidado con este tipo
de estadísticas.
Cuadro 22: Distribución de las Mujeres según dónde y quien atendió el ultimo parto,
según rangos de IDH, 2001
IDH/Lugar
Quién atendió su parto
Casos Médico
Enfermera,
auxiliar de
enfermería Partera
Usted
misma
Otra
persona Total
IDH Medio Alto 93,2 5,8 0,8
0,1 100,0 311.251
IDH Medio-Medio 88,9 9,9 1,0
0,2 100,0 136.250
IDH Medio-bajo 81,8 16,8 1,1
0,2 100,0 32.993
IDH Bajo 79,1 19,6 0,8
0,5 100,0 5.829
En establecimiento de salud 91,1 7,9 0,9 0,0 0,2 100,0 486.323
IDH Medio Alto 5,6 7,4 33,9 21,0 32,1 100,0 92.451
IDH Medio-Medio 3,7 4,6 31,7 27,2 32,9 100,0 124.642
IDH Medio-bajo 2,8 4,5 24,5 37,8 30,4 100,0 60.037
IDH Bajo 1,1 2,9 14,0 43,1 38,9 100,0 27.163
En domicilio 3,9 5,3 29,4 28,8 32,7 100,0 304.293
IDH Medio Alto 39,6 7,5 17,5 13,0 22,3 100,0 5.334
IDH Medio-Medio 23,0 6,4 20,5 20,4 29,7 100,0 7.265
IDH Medio-bajo 22,9 8,2 15,8 24,9 28,2 100,0 3.771
IDH Bajo 12,6 5,7 11,9 29,2 40,6 100,0 1.389
En otro lugar 27,2 7,1 17,9 19,8 28,0 100,0 17.759
Total 56,9 6,9 12,0 11,3 13,0 100,0 808.375
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
70
La mayor parte de las mujeres residentes en municipios con IDH Medio Alto, el 2001 (98%),
indicaron que han tenido su último hijo en un establecimiento de salud y que han sido atendidas por
un profesional especializado, sin embargo, hay al menos 322 mil mujeres (40%) que tuvieron su
hijo en su casa y/o en otro lugar, lo propio acontece con el personal que atendió el parto se trataba
de ella misma (91.184 casos), una partera y/o un familiar en 202 mil partos(25%).
Los patrones de discriminación al interior del país son elocuentes, únicamente en los espacios con
IDH Medio Alto sobrepasan el 98% de las mujeres tuvo su hijo en un establecimiento de salud y fue
atendida por un profesional médico o paramédico. En cambio alrededor del 96% de las mujeres de
los municipios con IDH Bajo tuvieron su hijo en su domicilio y sin apoyo de un profesional médico,
revelando la presencia de riesgos en el momento del alumbramiento y se constituye en un factor que
podría estar asociado con los riesgos de muerte materna y/o infantil. Si a los aspectos indicados con
antelación se suman, que es en los municipios con IDH Bajo es donde se localizan la mayor
cantidad de hijos por mujer, entonces la precariedad de las atenciones son un indicador de
vulnerabilidad de dicha población.
Mapa 10. Bolivia: Mujeres en edades fértiles distribuidas según lugar y personal que
atendió su último parto, según municipios, 2001
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001, La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
71
Por circunstancias esencialmente biológicas, se distinguen ciertos tramos en la existencia de los
individuos donde es más alta la propensión a contraer afecciones que se tornan en causas de muerte; se
trata de los primeros momentos de la vida, así como en las edades reproductivas de las mujeres en
relación a su historia de embarazos y partos, como se intento demostrar en el apartado anterior. El
individuo es un ser social; en tanto tal, éste enferma y, eventualmente muere. Desde esta perspectiva se
enfatiza la tesis según la cual las desigualdades económicas, sociales y ambientales dan lugar a diferen-
tes riesgos de exposición a la pérdida de salud y al fallecimiento.
Existe una multivariada gama de problemas en los espacios de IDH Bajo, por ello que en el mapa 11,
se demuestra la alta incidencia de mortalidad infantil, hay un alto grado de deterioro ambiental lo que
motivó la búsqueda de algunos indicadores que muestran agudas diferencias en materia de riesgos de
mortalidad infantil. Aún cuando los aspectos diagnósticos considerados son todavía retazos de una
situación más amplia y compleja, ellos permiten mencionar que existe un vasto campo para la probable
intervención del Estado en cuanto a suministrar fuentes apropiadas de abastecimiento de agua potable,
mejorar los sistemas de eliminación de desechos líquidos (y sólidos), así como en términos de proveer
de paliativos en lo que concierne a servicio higiénico.
Mapa 11 : Estimación de las probabilidades de muerte infantil y de la niñez
(Por mil nacidos vivos)
Muchas de las acciones básicas de saneamiento ambiental podrían emprenderse como parte de una
estrategia orientada al control de la mortalidad infantil, mediante una asignación razonablemente
reducida de recursos públicos que podrían aplicarse con la participación de la comunidad organizada.
A la luz de los resultados, es imperioso consolidar programas integrales de salud y saneamiento
básico ya que la principal causa de morbi-mortalidad son las denominadas patología de la pobreza
como las del síndrome diarreico agudo, las Infecciones respiratorias agudas, ambas patologías
causada por factores exógenos que rodean la vida de hombres y mujeres expresada en los
desequilibrios ambientales y sociales, tales como la falta de agua potable y contar con condiciones
72
sanitarias adecuadas. La distribución de las probabilidades de muerte infantil y adolescente en los
municipios ubicados justamente en las regiones con IDH Bajo, de los valles y del occidente de
Bolivia, revela la presencia en dicha zona de alto riesgo debido a la concentración de problemas de
diversa índole, en todos los indicadores elegidos, destaca la predominancia de riesgo de muerte en
Cochabamba, Potosí, Oruro, Sucre y Tarija, se trata de áreas donde existen una múltiple gama de
carencias, lo que incrementa el riesgo de enfermar y morir, particularmente entre los niñ@s, con el
agravante de que los que lograron sobrevivir, se encuentran malnutridos, con escaso crecimiento y
desarrollo físico y mental.
Las posibilidades de prevenir exitosamente las diarreas comunes son remotas, se deberá
implementar políticas de emergencia de incremento de infraestructura básica (agua potable y
sistemas no contaminadores de eliminación de aguas servidas) lo que está lejos de las políticas de
acción de los gobernantes.
La mayor concentración de estas enfermedades se presenta en aquellas poblaciones consideradas de
alto riesgo, donde las condiciones del medio ambiente favorecen al contagio permanente. La falta
de servicios básicos que posibiliten una orientación adecuada de los factores higiénicos y
nutricionales, la imposibilidad económica de una mejor dieta alimenticia, hacen difícil mantener un
nivel mínimo de vida y por consiguiente de salud.
Un indicador del incremento de la vulnerabilidad en las ciudades de mayor tamaño se encuentra, al
observar la incidencia de la mortalidad adolescente, hecho que tiene diversos factores explicativos,
pero quizás en los últimos años el surgimiento de las pandillas juveniles que es relativamente nuevo
en Bolivia y tiene mayor incidencia en las ciudades donde hay mayores inequidades, tal es el caso
de La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba, se trata de adolescentes que generan pánico en las
calles, debido a que actúan en grupo y normalmente con mezcla de alcohol y drogas, situación que
está causando grandes sentimientos de riesgo e inseguridad ciudadana en particular hacia las
mujeres que son sus víctimas indefensas.
e. Características de las viviendas
Las características del hábitat físico inmediato (la vivienda misma, la infraestructura que le sirve y
el medio local en el que está inserta la población), constituyen componentes básicos de la calidad de
vida. Dentro de una economía regida por criterios capitalistas, la vivienda, bien de uso esencial,
deviene en mercancía que se transa en un mercado, donde se especula con la escasez de stocks y
suelos. De ese mercado queda marginada una parte sustancial de la población que está social y
económicamente incapacitada para articular una demanda solvente. La vivienda es una condición
básica de reproducción de la fuerza de trabajo. El ideal de un mínimo de vivienda, resulta
inalcanzable para la población de menores recursos, debido a sus exiguos ingresos, en comparación
con los costos necesarios para edificar una vivienda digna.
Una vivienda debe contar con los satisfactores mínimos que permitan a sus habitantes gozar de una
vida saludable, estable y segura. Su costo no debe exceder los porcentajes razonables de los
ingresos familiares, sólo así la necesidad habitacional básica podrá considerarse satisfecha. Se debe
contar también con condiciones de habitabilidad física, tales como: infraestructura urbana y acceso
a servicios básicos de agua potable y alcantarillado sanitario. En consecuencia, una de las
manifestaciones de aquellos procesos, en su variante simple y cotidiana, corresponde a la situación
en que se encuentran los hogares respecto al consumo colectivo, dimensión ésta, que alude al grado
de satisfacción de los requerimientos asociados a los niveles esenciales de subsistencia de una
población y cuya atención involucra la participación del conjunto social avecindado en un espacio
determinado.
73
Existen diferenciales entre la población no migrante y migrante en la propiedad de la vivienda.
Entre los migrantes el 47% de los jefes de hogar, declaran que no tienen vivienda propia, en
consecuencia viven en alquiler, anticrético, vivienda prestada o en vivienda cedida por servicios.
Como se observa, la población carente de vivienda propia ha sido obligada a “resolver” su demanda
insatisfecha a través de varias estrategias. Muchos de estos alojamientos, aparentemente baratos,
resultan costosos, por su ubicación en lugares donde no se encuentra la infraestructura de servicios
colectivos, ni el mínimo equipamiento de los servicios sociales de educación y salud. Resulta
ilustrativo demostrar que la propiedad de la vivienda no está asociada con los mayores logros en
IDH, notara el lector que en dichos municipios la no propiedad entre los migrantes es mayoritaria,
lo que una vez más ratifica que en Bolivia se ha producido un proceso de urbanización de la
pobreza, los migrantes llegan a las áreas de mayor desarrollo relativo a vivir en las espacios
marginales, situación que obliga a sus habitantes, a realizar prolongados e incómodos viajes. Este
costo se incluye en el precio que significa vivir en esos suburbios, y es altamente dependiente del
capricho de los transportistas y de la precaria transitabilidad de sus vías de acceso.
Cuadro 23: Bolivia. Distribución de los hogares según condición migratoria, tenencia de la
vivienda y rangos de IDH, 2001
IDH/Sexo Propia Alquilada Contrato
anticrético
Contrato
Mixto
Cedida
servicios
Prestada Otra Total Casos IDH Medio Alto 47,7 28,7 9,6 0,5 4,3 7,8 1,4 100,0 312.397 IDH Medio-Medio 63,1 18,0 2,5 0,5 7,3 7,3 1,3 100,0 219.249 IDH Medio-bajo 75,7 9,9 0,8 0,4 7,8 4,7 0,7 100,0 77.189 IDH Bajo 72,2 9,3 0,7 0,4 12,7 4,2 0,6 100,0 14.520 Hombre 57,2 22,2 5,8 0,5 6,0 7,2 1,3 100,0 623.355 IDH Medio Alto 46,8 30,2 11,3 0,4 2,6 7,3 1,3 100,0 144.729 IDH Medio-Medio 63,0 21,0 2,6 0,4 4,2 7,5 1,4 100,0 92.568 IDH Medio-bajo 76,3 11,3 0,8 0,2 6,0 4,7 0,7 100,0 32.280 IDH Bajo 79,2 7,9 0,6 0,3 7,4 3,9 0,6 100,0 10.625 Mujer 56,8 24,1 6,8 0,4 3,7 6,9 1,2 100,0 280.202 Migrante 57,1 22,8 6,1 0,4 5,3 7,1 1,3 100,0 903.557 IDH Medio Alto 56,8 18,9 8,0 0,5 3,0 11,2 1,6 100,0 255.178 IDH Medio-Medio 75,3 10,9 1,7 0,4 3,8 6,9 1,1 100,0 165.867 IDH Medio-bajo 93,5 2,4 0,2 0,2 1,4 2,1 0,3 100,0 183.404 IDH Bajo 95,7 1,4 0,2 0,1 1,1 1,3 0,2 100,0 110.547 Hombre 76,5 10,1 3,3 0,3 2,5 6,3 0,9 100,0 714.996 IDH Medio Alto 57,7 20,4 8,5 0,4 2,1 9,3 1,6 100,0 122.357 IDH Medio-Medio 75,6 12,0 1,7 0,4 2,6 6,7 1,1 100,0 76.529 IDH Medio-bajo 92,4 3,0 0,2 0,2 1,3 2,6 0,3 100,0 79.722 IDH Bajo 93,5 2,3 0,2 0,2 1,3 2,2 0,3 100,0 37.867 Mujer 75,0 11,9 3,8 0,3 1,9 6,1 1,0 100,0 316.475 Nativo 76,1 10,6 3,5 0,3 2,3 6,3 0,9 100,0 1.031.471 Total 67,2 16,3 4,7 0,4 3,7 6,6 1,1 100,0 1.935.028
Fuente: INE, Tabulados especiales Censo Nacional de Población y Vivienda, resultados finales, 2001,
La Paz, 2003. Nota.- No incluye personas que residen habitualmente en el Exterior
Existe en Bolivia un creciente déficit de vivienda, por ello, una buena parte de las familias habita
durante mucho tiempo en viviendas precariamente construidas, con materiales poco adecuados y
carentes de servicios e instalaciones básicas de tipo sanitario. Los bajos ingresos de la población les
imponen condiciones de vida inadecuadas y les impiden acceder a una vivienda digna, general-
mente por muchos años. En el caso de las viviendas urbanas, existen problemas con la falta de
regularización de los títulos de propiedad, debido a que muchos de ellos se encuentran en terrenos
no autorizados ni planificados, por ello, las familias tienen periodos largos de espera para
regularizar sus papeles y tener el comprobante propietario.
Uno de los mayores problemas es conseguir financiamiento para acceder a una vivienda adecuada,
sensiblemente las políticas de financiamiento de la vivienda, desde el Estado, se han regido sobre
los criterios de mercado. Por ende, no se compatibilizan con las demandas de los hogares carentes
de mecanismos de negociación o sujetos de crédito. En consecuencia, las familias pobres, en la
74
mayor parte de los casos encabezadas por una mujer, no pueden acceder al financiamiento de su
vivienda. Si describimos la situación de los ingeniosos mecanismos de autosoluciones,
implementados por los vecinos, se puede entender, que solo el 30% de las viviendas de Bolivia, han
sido financiadas por entidades bancarias y fondos estatales, el restante 70% resolvió el problema de
su vivienda a través de la autoconstrucción. Se conoce también que más de la mitad de los hogares
no tienen “papeles al día” de título de propiedad de su vivienda.
El mercado de la construcción, e incluso las políticas estatales tradicionales en la materia, se
orientaron principalmente a la construcción comercial, a cargo de empresas especializadas. El
crédito para vivienda generalmente implica ese mismo tipo de construcción, inaccesible para
sectores populares. En la segunda mitad de la década del ochenta, comenzaron a implementar
algunos esquemas de apoyo a la autoconstrucción, con créditos de monto limitado orientados a la
compra de materiales, pero globalmente los montos fueron insuficientes dada la magnitud del pro-
blema.
El año 2007, a través del Decreto Supremo 28794, se lanza el Programa de Vivienda Social y
Solidaria (PVS), bajo el principio de Solidaridad y Equidad. El PVS tiene como sustento el marco
del Plan Nacional de Desarrollo, y los pilares: Bolivia digna, Bolivia democrática, Bolivia soberana,
y Bolivia Productiva; en este último se ubica la vivienda, y es considerado como dinamizador,
promotor, facilitador y reactivador del desarrollo productivo y social “para vivir bien” Calla, A.,
2009). Sin embargo, hasta el año 2008, el PVS no fue efectivo en sus objetivos, debido a que el
reglamento operativo que guiaba su implementación tenía muchas omisiones, estas impidieron
mantener una regularidad en los proyectos. Además, a este proceso se sumó un alto nivel de
burocratización, centralidad y discontinuidad en los cargos, con ello, se abrió la puerta a la
corrupción con matices de escándalos, que son de conocimiento general.
Como consecuencia del fracaso del PVS, se lo suspendió en el segundo semestre de 2008. Desde
marzo de 2009, se diseñó un nuevo reglamento operativo, denominado en transición que, amarrado
todavía al Decreto Supremo, resolvió las omisiones del anterior, e incorporó conceptos nuevos
(densificación en áreas urbanas, mayores techos presupuestarios y mayor área útil de las viviendas);
y exigencias (mejorar la calidad física y ambiental de las viviendas, promover la participación
activa de los beneficiarios a través de los Comités de Vivienda; y promover la asistencia técnica por
parte del PVS para apoyar la autogestión y la autoconstrucción). Por otra parte, al observar los
datos del Cuadro 23, se puede verificar que los hogares residentes en los espacios de IDH Bajo,
localizados en las zonas rurales tanto no migrantes como migrantes, declaran que residen en
vivienda propia. Es probable que la propiedad de la vivienda tenga su correlato con el acceso a la
tierra, esta se constituye en un factor clave como medio de producción en las zonas rurales.
f. Acceso a servicios básicos de agua y alcantarillado
En relación a los servicios de consumo colectivo, se puede indicar que las redes de abastecimiento
de agua potable, por cañería, al interior de las viviendas, benefician al 48% de los hogares urbanos y
únicamente al 8% de los hogares residentes en zonas rurales. Los niveles de disponibilidad en las
áreas urbanas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, no superan el 50%, en las zonas rurales, los
niveles de privación son incontestables, situación que contribuye a explicar que exista, en Bolivia,
alrededor de un 46% de viviendas con déficit cualitativo (1 millón de viviendas), ubicadas en las
periferias urbano marginales.
75
Cuadro 24. Bolivia. Hogares distribuidos según disponibilidad de agua potable por cañería
dentro de la vivienda, por área de residencia y según departamentos, 1992 – 2001
Disponibilidad de Agua Potable
Departamento Buena Regular Mala Urbana Buena Regular Mala Rural Nacional
La Paz 45.3 27.3 27.4 60.4 3.5 12.7 83.8 39.6 100.0
Oruro 29.6 53.4 17.0 60.7 3.0 14.0 83.1 39.3 100.0
Potosí 29.6 45.1 25.3 31.7 3.3 9.4 87.4 68.3 100.0
Altiplano 41.2 33.0 25.7 54.1 3.4 11.7 84.9 45.9 100.0
Cochabamba 42.9 23.2 33.9 50.0 6.9 12.3 80.8 50.0 100.0
Chuquisaca 49.9 38.0 12.1 34.0 3.7 12.6 83.7 66.0 100.0
Tarija 47.3 39.0 13.7 56.1 5.7 15.9 78.4 43.9 100.0
Valles 44.9 28.6 26.6 47.1 5.8 12.8 81.4 52.9 100.0
Santa Cruz 42.9 38.6 18.5 72.6 8.1 17.8 74.1 27.4 100.0
Beni 24.1 25.0 50.9 65.6 1.5 1.6 96.9 34.4 100.0
Pando 33.0 40.2 26.8 27.7 1.7 2.5 95.8 72.3 100.0
Llanos 40.2 36.7 23.1 70.6 6.6 14.1 79.2 29.4 100.0
Total 1992 41.8 33.0 25.2 55.8 4.7 12.5 82.8 44.2 100.0
La Paz 49.9 39.8 10.3 63.3 5.8 36.3 57.9 36.7 100.0
Oruro 42.8 47.4 9.8 56.3 4.4 25.7 69.8 43.7 100.0
Potosí 44.9 46.4 8.7 32.9 6.7 31.0 62.3 67.1 100.0
Altiplano 48.5 41.4 10.1 56.5 5.9 33.5 60.6 43.5 100.0
Cochabamba 45.7 35.4 18.9 57.2 14.0 33.3 52.7 42.8 100.0
Chuquisaca 58.6 32.0 9.4 42.5 9.2 26.9 63.9 57.5 100.0
Tarija 58.0 37.6 4.4 65.9 14.4 36.9 48.7 34.1 100.0
Valles 50.0 35.3 14.7 55.4 12.7 32.0 55.3 44.6 100.0
Santa Cruz 47.2 47.5 5.3 78.0 8.0 38.2 53.8 22.0 100.0
Beni 25.8 32.2 41.9 69.7 1.5 10.4 88.1 30.3 100.0
Pando 26.6 55.2 18.2 43.6 1.9 14.7 83.4 56.4 100.0
Llanos 44.4 45.8 9.8 76.2 6.6 32.4 61.0 23.8 100.0
Total 2001 47.6 41.3 11.1 61.2 8.2 32.8 58.9 38.8 100.0
Nota: la tabla no incluye personas que residen habitualmente en el exterior
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
para 1992 y 2001
Como ya fuere indicado, es reducida la figuración de hogares con niveles aceptables de acceso al
servicio de agua en las zonas urbanas, incluso dentro de ellas, existe sesgo a favor de las ciudades
capitales de departamento, y dentro de estas, en los barrios residenciales, estas gozan casi del 100%
de dicho satisfactor, versus un 100% de déficit, en las zonas rurales, donde se advierte la presencia
de un escenario generalizado de insatisfacciones.
Los datos presentados con antelación se tornan más dramáticos al incorporar la discriminación
migratoria y los rangos de IDH alcanzados por los municipios, donde claramente se advierte que el
país esta partido, que las oportunidades están focalizadas en muy pocos espacios y que el grueso de
la población boliviana vive en agudas carencias e insatisfacciones.
76
Cuadro 25. Bolivia. Hogares según disponibilidad de agua potable por cañería dentro de la
vivienda, por rangos de IDH, condición migratoria según sexo del jefe del hogar, 2001
IDH/Sexo
Por cañería dentro la
vivienda
Por cañería
dentro el lote
No se distribuye por
cañería Total Casos
IDH Medio Alto 51,0 38,0 11,0 100 312.397
IDH Medio-Medio 28,3 43,9 27,9 100 219.249
IDH Medio-bajo 12,5 34,8 52,7 100 77.189
IDH Bajo 11,7 37,2 51,1 100 14.520
Hombre 37,3 39,6 23,1 100 623.355
IDH Medio Alto 50,9 38,7 10,4 100 144.729
IDH Medio-Medio 30,2 48,7 21,1 100 92.568
IDH Medio-bajo 14,0 40,3 45,7 100 32.280
IDH Bajo 10,4 36,1 53,5 100 10.625
Mujer 38,3 42,1 19,6 100 280.202
Migrante 37,6 40,4 22,0 100 903.557
IDH Medio Alto 55,6 32,7 11,6 100 255.178
IDH Medio-Medio 27,2 37,6 35,2 100 165.867
IDH Medio-bajo 8,7 32,7 58,7 100 183.404
IDH Bajo 6,1 28,4 65,5 100 110.547
Hombre 29,3 33,2 37,5 100 714.996
IDH Medio Alto 56,4 32,8 10,8 100 122.357
IDH Medio-Medio 29,5 39,9 30,6 100 76.529
IDH Medio-bajo 9,7 33,2 57,1 100 79.722
IDH Bajo 7,1 27,8 65,1 100 37.867
Mujer 32,2 34,0 33,7 100 316.475
Nativo 30,2 33,4 36,3 100 1.031.471
Total 33,7 36,7 29,6 100 1.935.028
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
2001. INE, La Paz, Bolivia
Las redes de abastecimiento de agua potable por cañería dentro de la vivienda, benefician al 33% de
los hogares, alrededor del 50% de los hogares residentes en los municipios de IDH Medio Alto,
únicamente al 11% de los hogares residentes en municipios con IDH Bajo, es decir que el acceso al
agua potable está restringido únicamente a los municipios de IDH Medio Alto donde se advierte
que nuevamente solo se benefician los sectores de mayor poder económico, éstos sectores captan
los beneficios de ampliación de redes y son ellos los que logran adquirir la mayor parte de la
producción actual de agua de la red pública, lo que es un claro episodio segregacionista de las
acciones del Estado, esta direccionalidad de sus acciones tendiente a beneficiar a los sectores
económicos más poderosos podría constituirse en una bomba de tiempo, puesto que la postergación
y la falta de atención de los sectores más empobrecidos es cada vez más elocuente.
77
Cuadro 26. Bolivia. Hogares según disponibilidad de conexión publica de alcantarillado, por
rangos de IDH, condición migratoria según sexo del jefe del hogar, 2001
IDH/Sexo Alcantarillado Cámara séptica Pozo ciego Superficie Total
IDH Medio Alto 53,9 19,7 24,5 1,9 100,0
IDH Medio-Medio 34,7 12,1 50,3 2,9 100,0
IDH Medio-bajo 12,8 10,1 72,6 4,5 100,0
IDH Bajo 35,3 11,0 49,7 4,0 100,0
Hombre 44,2 16,4 36,9 2,5 100,0
IDH Medio Alto 59,4 16,3 22,5 1,8 100,0
IDH Medio-Medio 41,7 10,2 45,5 2,6 100,0
IDH Medio-bajo 18,6 9,9 67,5 4,0 100,0
IDH Bajo 33,4 10,0 52,4 4,2 100,0
Mujer 50,8 14,0 33,0 2,2 100,0
Migrante 46,3 15,7 35,7 2,4 100,0
IDH Medio Alto 65,5 14,0 18,5 2,0 100,0
IDH Medio-Medio 33,4 10,5 53,1 3,0 100,0
IDH Medio-bajo 8,4 9,9 78,1 3,6 100,0
IDH Bajo 9,5 12,5 73,6 4,4 100,0
Hombre 47,1 12,5 37,8 2,6 100,0
IDH Medio Alto 68,3 12,4 17,4 1,9 100,0
IDH Medio-Medio 36,9 9,4 50,9 2,8 100,0
IDH Medio-bajo 12,1 9,3 74,8 3,8 100,0
IDH Bajo 16,6 10,6 67,3 5,4 100,0
Mujer 52,0 11,2 34,3 2,5 100,0
Nativo 48,6 12,1 36,7 2,6 100,0
Total 47,4 14,0 36,2 2,5 100,0
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
2001. INE, La Paz, Bolivia
La disponibilidad de conexión domiciliaria de alcantarillado público satisface al 47% de los hogares
bolivianos. La autogeneración de sistemas de eliminación de excretas mediante pozos sépticos o
sistemas independientes de alcantarillado, es una práctica generalizada en las áreas de IDH Bajo y en
las zonas urbanos marginales; pero tales instalaciones, desprovistas de las debidas especificaciones
técnicas y de los materiales apropiados, se han convertido en factores contaminantes de las aguas
subterráneas (pozos), inutilizando canales de riego y riachuelos y formando nuevas "serpientes negras"
cuyos costos sociales son elevados, como lo evidencian las precarias condiciones de vida y trabajo de
estos pobladores.
Quienes habitan las áreas urbanas marginales y las zonas rurales del país son, mayoritariamente,
integrantes de hogares cuyos jefes o activos "mayores", en buena parte mujeres, se desempeñan en
funciones que no reditúan ingresos suficientes como para garantizar un nivel de vida mínimamente
aceptable. Las remuneraciones percibidas no alcanzan para satisfacer los componentes elementales de
consumo y, aparentemente, exhiben una situación generalizada de desnutrición.
A esta condición objetiva de penuria económica se añaden las abstenciones del Estado; en rigor, las
evidencias palpables se reflejan en la concentración de las inversiones públicas en las áreas urbanas
más consolidadas y las mismas han estado substancialmente por debajo de los requerimientos
esenciales de la población residente en las periferias urbanas y en las zonas rurales del país.
Así, existen amplios focos de contaminación que coadyuvan a agudizar los riesgos a la salud de los
menores que, dadas sus carencias nutricionales, no tienen las defensas orgánicas suficientes como para
defenderse de agresiones bacterianas. Unos y otros elementos son tributarios de severos gravámenes a
la vida de los pequeños y por ende de la prevalencia de altas tasas de morbi mortalidad infantil.
78
Dadas estas circunstancias objetivas, no sorprende que los residentes de estas áreas, ante la falta de
respuesta de las autoridades a sus reivindicaciones, recurran a estrategias propias, tales como trabajos
comunitarios encaminados a la limpieza y mejoramiento relativo del ambiente.
A la pobreza de vastos sectores de la población se suman las carencias y deficiencias del ambiente
residencial. No obstante los esfuerzos desplegados por las agrupaciones sociales de base, la acción del
Estado, principalmente a través de la instancia de gestión local (Alcaldía), no sólo ha desatendido los
requerimientos de los grupos avecindados en las áreas más deprimidas, sino que se ha concentrado en
aquellas otras donde habitan los estratos de mayores ingresos o en la que se localiza el complejo de
servicios de rango superior.
La disponibilidad de energía eléctrica es otra condición importante del equipamiento interno de
servicios básicos de la vivienda. Nuevamente, no basta que la red eléctrica llegue hasta la casa: hace
falta que ésta esté conectada con la red para que pueda hacer uso del fluido eléctrico.
En Bolivia la provisión del servicio de energía eléctrica es también un servicio discriminador, mientras
alrededor del 90% de los hogares con IDH Medio Alto cuenta con este servicio, las áreas de IDH bajo
alrededor del 90% de los hogares carecen de ella. Las discrepancias prevalecientes revelan la presencia
de procesos de desigualdad social acentuada, con manifestaciones concretas de segregación y
"marginalidad" física.
A pesar de la lentitud de las acciones, se debe valorar la incorporación, en la Nueva Constitución
Política del Estado, de la vivienda como un derecho humano fundamental, reconocido en los
principios de solidaridad y equidad, su reconocimiento abarca al hábitat, a la promoción de la
equidad de género, y las varias formas de apropiación del espacio privado y público. La solidaridad,
es entendida como la capacidad de acción unitaria entre el Estado y la sociedad, estos asumen a la
vivienda no como fin sino como principio del Vivir Bien.
La equidad, es entendida como la comprensión de una realidad nacional diferenciada, que considera
las características socio-culturales de la población, las condicionantes de la situación de pobreza y
sus necesidades, y las demandas habitacionales. En cuanto a competencias, la Constitución Política
del Estado, establece que las políticas de vivienda social y sus estrategias son exclusivas del nivel
central del Estado Plurinacional, y que la vivienda y la vivienda social son sus competencias
concurrentes y las entidades territoriales autónomas.
79
Cuadro 27. Bolivia. Hogares según disponibilidad de energía eléctrica, por rangos de IDH,
condición migratoria según sexo del jefe del hogar, 2001
IDH/Sexo Si No Energía Si No Energía Si No Energía
IDH Medio Alto 284.807 27.590 312.397 22,8 4,0 16,1 91,2 8,8 100,0
IDH Medio-Medio 143.837 75.412 219.249 11,5 11,0 11,3 65,6 34,4 100,0
IDH Medio-bajo 25.199 51.990 77.189 2,0 7,6 4,0 32,6 67,4 100,0
IDH Bajo 4.645 9.875 14.520 0,4 1,4 0,8 32,0 68,0 100,0
Hombre 458.488 164.867 623.355 36,7 24,0 32,2 73,6 26,4 100,0
IDH Medio Alto 132.020 12.709 144.729 10,6 1,9 7,5 91,2 8,8 100,0
IDH Medio-Medio 66.400 26.168 92.568 5,3 3,8 4,8 71,7 28,3 100,0
IDH Medio-bajo 12.074 20.206 32.280 1,0 2,9 1,7 37,4 62,6 100,0
IDH Bajo 2.633 7.992 10.625 0,2 1,2 0,5 24,8 75,2 100,0
Mujer 213.127 67.075 280.202 17,1 9,8 14,5 76,1 23,9 100,0
Migrante 671.615 231.942 903.557 53,8 33,8 46,7 74,3 25,7 100,0
IDH Medio Alto 230.951 24.227 255.178 18,5 3,5 13,2 90,5 9,5 100,0
IDH Medio-Medio 101.131 64.736 165.867 8,1 9,4 8,6 61,0 39,0 100,0
IDH Medio-bajo 46.656 136.748 183.404 3,7 19,9 9,5 25,4 74,6 100,0
IDH Bajo 12.251 98.296 110.547 1,0 14,3 5,7 11,1 88,9 100,0
Hombre 390.989 324.007 714.996 31,3 47,2 37,0 54,7 45,3 100,0
IDH Medio Alto 110.928 11.429 122.357 8,9 1,7 6,3 90,7 9,3 100,0
IDH Medio-Medio 49.448 27.081 76.529 4,0 3,9 4,0 64,6 35,4 100,0
IDH Medio-bajo 20.402 59.320 79.722 1,6 8,6 4,1 25,6 74,4 100,0
IDH Bajo 4.808 33.059 37.867 0,4 4,8 2,0 12,7 87,3 100,0
Mujer 185.586 130.889 316.475 14,9 19,1 16,4 58,6 41,4 100,0
Nativo 576.575 454.896 1.031.471 46,2 66,2 53,3 55,9 44,1 100,0
Total 1.248.190 686.838 1.935.028 100,0 100,0 100,0 64,5 35,5 100,0
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
2001. INE, La Paz, Bolivia
Se considera que, un importante desafío de política para los próximos años, será el de diseñar e
implementar una política de vivienda (incluyendo crédito, organización popular, asistencia técnica
para la autoconstrucción, etc.), que permita reducir gradualmente el déficit habitacional que por el
momento va aumentando año tras año, en términos absolutos y relativos. Un aspecto importante
para el éxito de estos programas es el crédito. Ello implica: (a) la existencia de fondos de crédito su-
ficientes, lo cual no es fácil en un país sometido al ajuste estructural, y en el que perduran
condiciones financieras muy difíciles; y (b) la reglamentación del crédito, en forma tal que permita
el acceso a los sectores populares, y la aplicación de modalidades factibles, desde el punto de vista
popular, como por ejemplo, la autoconstrucción financiada.
En Bolivia han sido vanos los esfuerzos, en los últimos 80 años, por definir una Política de
Vivienda; sin embargo, han existido muchos errores heredados de un sistema que tenía problemas
profundos en su diseño, el cual ha sufrido enmiendas de parche, entre Gobierno y Gobierno. El
tema habitacional nunca fue tratado debidamente por el Estado, no se le dio la importancia y
prioridad que debió tener. El 50 % de la población del país no tiene acceso a ningún sistema de
vivienda, entonces, "el tema no es hacer casas, sino dar soluciones habitacionales", es decir,
80
emprender con la dotación de agua potable, alcantarillado pluvial y sanitario, transporte, recreación,
y el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes, como factores que intervienen en la
definición de la calidad del hábitat.
Todos los aspectos presentados nos han permitido correlacionar la migración y el desarrollo, en el
entendido de la oportunidad y la desigualdad, que si bien no necesariamente las desigualdades son
causantes y consecuencia de la migración, sin embargo revelan que la Bolivia de hoy se debate en
esta dicotomía de dispersión y concentración, pero que la concentración que es el destino de los
flujos esconde profundas desigualdades que deberán ser superadas en miras a la construcción de una
Bolivia equitativa.
5. Migración Internacional
5.1 La migración internacional: respuesta al modelo desigual del desarrollo
En América Latina la migración internacional fue un fenómeno creciente durante la segunda mitad
del siglo XX y ha sufrido importantes cambios en su devenir histórico. Antes de la segunda guerra
mundial, la región latinoamericana era un espacio de alta atracción migratoria, existió una fuerte
inmigración de ultramar; en la segunda mitad del siglo XX, se convirtió en una región de
predominante expulsión demográfica. Entre 1950 y 1964, la región en su conjunto tuvo un saldo
neto de migraciones de + 1,8 millones de personas, mientras que en 1976 y 1985, el saldo fue
negativo: - 1,6 millones, entre 1985-1995 continuó el descenso a – 1,2 millones y finalmente entre
1995 – 2000 fue de – 0.9 millones35. La complejidad del fenómeno impide contar con una única
tipología, debido a que las corrientes migratorias se movilizan en distintos ámbitos intra e inter
regionales, así como un acelerado proceso de emigración a larga distancia que en muchos casos es
transnacional.
Durante el siglo XIX y principios del siglo XX, un importante flujo de inmigrantes procedente del sur
de Europa llegó a la región, ésta corriente ejerció una decisiva influencia en la configuración de las
sociedades latinoamericanas36. La inmigración europea, estuvo relacionada estrechamente con la
explotación los ricos yacimientos de minerales y de los recursos naturales, fenómeno explicado por las
condiciones favorables de los circuitos económicos internacionales. La sobre explotación de los
yacimientos y el agotamiento de las reservas de minerales hicieron declinar su actividad y por ende
redujeron su intensidad. A lo anterior se sumo la crisis de los precios de minerales en los mercados
internacionales, aspecto que determinó una reducción sistemática del flujo inmigratorio.
Obsérvese que hacia los años sesenta, se advierte una enérgica reducción del flujo inmigratorio
internacional, su magnitud declina de alrededor de cuatro millones de inmigrantes registrados en
1970, a menos de dos y medio millones en 1990 (cuadro 28). Esta tendencia descendente sugiere, que
el carácter atractivo de América Latina para la población de otras latitudes, comenzó a reflejar signos
de agotamiento en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, es interesante advertir que aún dicho
flujo concentra aún al 51% del origen de los inmigrantes en América Latina. Pero en solo 10 años se
desmorona hasta llegar al 41%.
35
CELADE, 2001: Proyecciones demográficas vigentes (Boletin demográfico Nº 67), Santiago – Chile. 36
Villa Miguel, Marínez Pizarro Jorge, 2000, Tendencias y patrones de la migración internacional en América Latina y el Caribe, San José de Costa
Rica, Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. Pág. 5
81
Cuadro 28. América Latina: Población Inmigrante Según Procedencia.
Censos Nacionales de Población de 1970, 1980, 1990 y 2000a/
Procedencia
Fechas censales b/ Tasa de crecimiento
1970 1980 1990 2000
1970-
1980
1980-
1990
1990-
2000
Resto del mundo (Inmigración de ultramar) 3.873.420 3.411.426 2.350.441 1.895.075 -1,3 -3,7 -2,1
Porcentaje 76,1 63,1 51,2 41,3
América Latina y el Caribe (mig.
Intraregional*) 1.218.990 1.995.149 2.242.268 2.694.603 4,8 1,2 1,8
Porcentaje 23,9 36,9 48,8 58,7
Total 5.092.410 5.406.575 4.592.709 4.589.678 0,6 -1,6 0,0
Porcentaje 100 100 100 100,0
Fuente: Villa Miguel, Marínez Pizarro Jorge, 2000, Tendencias y patrones de la migración internacional en
América Latina y el Caribe, San José de Costa Rica, Simposio sobre Migración Internacional en las
Américas, Cuadro 1. * ver Cuadro 2.7ª del anexo estadístico. La actualización del año 2000 se obtuvo
de: Cuadro 2, pág. 36, Población y Desarrollo, Numero 58, CEPAL, febrero 2005. a/: El número de países considerados es de 16 en 1970; 14 en 1980, 13 en 1990 y 11 el año 2000.
b/: Las fechas corresponden al año de las rondas de censos nacionales.
En cambio la migración intra-regional ha tenido un repunte sin precedentes, esto se debe a que aun
persisten los movimientos entre países de la región, es muy marcada la movilidad fronteriza. A
diferencia de la importancia inmigratoria, con mucha fuerza en la primera década del siglo XXI, se
ha producido un notable incremento del número de emigrantes y se estima que unos 27 millones de
latinoamericanos y caribeños viven fuera de su país de nacimiento, en Estados Unidos y los nuevos
flujos dirigidos a España e Italia. Es evidente que aun esta oleada no ha podido revertir el peso de la
migración hacia los Estados Unidos que es de casi 18 millones de latinos.
La migración intra - regional es de antigua data y más recientemente fue alimentada por la
naturaleza de su desarrollo desigual y por factores estructurales, fueron las profundas desigualdades
de desarrollo económico y social, así como situaciones de adversidad coyuntural las que
contribuyeron a generar grupos humanos con potencial migratorio; en términos absolutos los
inmigrantes intra regionales se han duplicado entre los años 70 y 90, llegando a representar el 49%
del total del flujo inmigratorio y con un ritmo de crecimiento positivo y superior a la media
regional.
Son cuatro los países que concentran tres cuartas partes de la inmigración latinoamericana
intraregional: Argentina, Venezuela, Paraguay y Brasil. En el primer caso, la República Argentina,
ha sido el destino tradicional de numerosos contingentes de paraguayos, chilenos, bolivianos y
uruguayos; atraídos por las posibilidades de trabajo en la agricultura, la manufactura, la
construcción y los servicios, dicha corriente de inmigrantes se hizo más notoria a medida que
disminuyó la inmigración europea. El segundo caso es Venezuela, que se beneficio del repunte de
su economía incentivada por la bonanza petrolera, la principal afluencia de migrantes en el decenio
de 1970 fue la de colombianos, seguida por flujos de inmigrantes procedentes del cono sur. En
tercer lugar está el Paraguay, allí fijaron su residencia un alto volumen de personas nacidas en
Argentina y Brasil; y finalmente en el Brasil, existe un alto número de inmigrantes procedentes del
Paraguay, Argentina y Uruguay.
Hacia 1990, Colombia, fue el país con mayor emigración intraregional (27%) algo más de 595 mil
colombianos fueron empadronados en los censos de otros países de Latinoamérica (89% en
Venezuela). Los emigrantes chilenos, argentinos y paraguayos, con un total cercano a las 560 mil
personas, compartían el segundo lugar entre los emigrantes (77% de chilenos y 92% de paraguayos
en la Argentina).
82
Los movimientos inmigratorios latinoamericanos en este fin de siglo proceden generalmente de
otros países latinoamericanos. Así, en Uruguay en 1991, del total de extranjeros residentes, el 40%
eran de Argentina, el 29% de Brasil y el 11% de Chile. La mayor proporción de población
extranjera se da en Venezuela (7,2%), seguida de Argentina (6,8%). Algunos de estos movimientos
conllevan el retorno a los países de origen y otros se realizan por etapas, que incluyen estaciones de
parada como parte de un proceso de traslado a un destino fuera de la región. En esta tipología se
inscribe el 8% de los inmigrantes bolivianos que en su mayor proporción se hallan localizados en la
República Argentina.
La emigración a larga distancia tuvo una tendencia creciente en los últimos 30 años y el destino fue
diverso, se advierte presencia de latinos en Australia, se ha incrementado su presencia en algunos
países de Europa e incluso en Asia, pero el grueso de ellos se encuentra en los Estados Unidos. Es
un patrón de emigración sur – norte, según los datos oficiales de la oficina de censos de los Estados
Unidos, el número de inmigrantes latinoamericanos y caribeños aumentaron en más de 8 veces su
tamaño entre 1970 y el año 2000. Nótese que la tasa de crecimiento de los inmigrantes
sudamericanos supera los niveles de caribeños y centroamericanos, aspecto que ratifica la
importancia que asume este fenómeno en los años 90.
Después de la segunda guerra mundial, en los Estados Unidos, se generó una alta demanda de mano
de obra inmigrante, particularmente se requería mano de obra con altos niveles de calificación:
técnicos, profesionales y científicos. Los mecanismos de reclutamiento directo en los países
periféricos, fueron realizados por empresas privadas y públicas. El único requisito, para la
aceptación norteamericana de estos inmigrantes fue que éstos deberían portar un certificado
otorgado por el Ministerio de Trabajo de los EEUU, por medio del cual se aseguraba que la
actividad del inmigrante no afectaría negativamente las condiciones de trabajo en EEUU.
El número de latinoamericanos y caribeños en los Estados Unidos se triplicó entre 1980 y el año
2000, alcanzando un total cercano a los 15 millones de personas, que representaban el 50% del total
de la población extranjera censada en aquel país en el año 2000. Dos terceras partes procedían de
América Central donde la mayoría son mexicanos, alrededor de una quinta parte del Caribe
(principalmente, de Cuba, Jamaica y República Dominicana) y un 13% de sudamericanos (cuadro
29). La presencia de mexicanos y cubanos en los Estados Unidos es de antigua data, sin embargo, el
fuerte incremento en años recientes de corrientes procedentes de América Central y de Sudamérica
refleja su diversidad.
Cuadro 29. Estados Unidos: Población Inmigrante de Origen Latinoamericano y Caribeño.
Censos de Población: 1970, 1980, 1990, 2000 y 2004 Procedencia Fechas censales
1970(1) 1980(1) 1990(1) 2000(2) 2004(3)
América del Sur
234.233
493.950
871.678 1.876.000 2.066.000
Porcentaje 13.6 11.3 10.4 12.9 11,3
América Central
873.624
2.530.440
5.391.943 9.789.000 12.924.000
Porcentaje 50.6 57.7 64.4 67.6 70,6
Caribe y otros
617.551
1.358.610
2.107.181 2.813.000 3.323.000
Porcentaje 35.8 31 25.2 19.5 18,1
Total
1.725.408
4.383.000
8.370.802 14.477.000 18.313.000
Porcentaje 100,0 100,0
83
100,0 100,0 100,0
Fuente: (1) Villa Miguel, Marínez Pizarro Jorge, 2000, Tendencias y patrones de la migración
internacional en América Latina y el Caribe, San José de Costa Rica, Simposio sobre Migración
Internacional en las Américas. Cuadro 2 pag. 12
(2) U.S. Census Bureau, Current Population Survey, March 2000 Ethnic and Hispanic Statistics
Branch, Population Division, Table 4.1. Website:
http://www.census.gov/population/socdemo/foreign/p20-534/tab0401.txt
(3) U.S. Census Bureau, Current Population Survey, 2004 Ethnic and Hispanic Statistics Branch,
Population Division Table 4.1 Foreign-Born Population from Latin America by Sex, Age, and Sub-
region of Birth: 2004
Una cuarta parte del flujo migratorio censado en los Estados Unidos en 1990 era de mexicanos
(algo más de 4 millones de mexicanos). Se ubican en un segundo lugar las corrientes de canadienses
y cubanos cada uno con alrededor de 750 mil inmigrantes, el tercer lugar de importancia de
salvadoreños, con 470 mil personas, quintuplicaron su número en los años ochenta. No mucho
menos considerable fue el aumento relativo de otros centroamericanos: los inmigrantes de
Nicaragua y Guatemala aumentaron más de tres veces, mientras que la de los hondureños se
multiplicó por un factor de 2.8; similar aumento entre los peruanos y guyaneses37.
Los movimientos fronterizos cumplen un papel importante en la inmigración internacional, este es
el caso de las corrientes de mexicanos en los Estados Unidos y en el caso latinoamericano de
bolivianos y chilenos en la República Argentina. Las particularidades del perfil demográfico de ésta
corriente son ilustrativas. Existe diferenciación de nivel de instrucción y de género en las corrientes
migratorias fronterizas.
En el flujo dirigido a la Argentina, es elevada la cantidad de inmigrantes con bajos niveles de
calificación y de sexo masculino, aspecto que guarda correspondencia con las tareas que dichos
inmigrantes cumplen en éste país, se trata de mano de obra requerida para las actividades agro
extractivas, así como trabajadores de la construcción, sectores de actividad en la que se insertan
predominantemente varones.
Cuadro 30. Estados Unidos: Población Inmigrante de Origen Latinoamericano y Caribeño
según sexo y logro educativo, 2000 Logro educativo América América Central Caribe América del Sur
Número % Número % Número % Número %
Total 10896 100 7092 100 2343 100 1460 100
Menor de 12 años 5492 50.4 4448 62.8 747 31.9 297 20.4
Mayor a 12 años 5402 49.6 2644 37.2 1597 68.1 1163 79.6
Hombre 5411 100 3701 100 1045 100 666 100
Menor de 12 años 2763 51.1 2306 62.3 331 31.8 126 18.9
Mayor a 12 años 2648 48.9 1394 37.7 713 68.3 540 81.1
Mujer 5485 100 3391 100 1298 100 794 100
Menor de 12 años 2729 49.8 2142 63.2 416 32.0 171 21.5
Mayor a 12 años 2754 50.2 1250 36.9 884 68.1 623 78.5
37 Villa Miguel, Marínez Pizarro Jorge, 2000, Tendencias y patrones de la migración internacional en América Latina y el
Caribe, San José de Costa Rica, Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. Cuadro 2 Pág. 9
84
Source: U.S. Census Bureau, Current Population Survey, March 2000 Ethnic and Hispanic Statistics
Branch, Population Division, Table 4.5. Website:
http://www.census.gov/population/socdemo/foreign/p20-534/tab0405.txt
Patrón similar de los inmigrantes fronterizos del área andina se reproduce con los centroamericanos
dirigidos a Estados Unidos, se trata de un flujo mayoritariamente masculino y con bajos niveles de
calificación. En cambio, en las corrientes de sudamericanos y caribeños en los Estados Unidos y de
colombianos en Venezuela y de paraguayos en Argentina se distinguen por una mayoría femenina,
atribuible a su inserción en actividades de servicios, incluidos los de tipo doméstico, donde la
presencia femenina es notable(Cuadro 30).
Los emigrantes bolivianos también en ascenso pero con problemas de precisión en las cifras debido
a que en Bolivia los censos no se realizan cada 10 años y esta falta de periodicidad obliga a la
utilización de diversas fuentes que no necesariamente reproducen la realidad, sin embargo , se
estimó con base a la información proveniente de los censos de población realizados en algunos
países de América Latina, Europa y Estados Unidos alrededor de 1980, existía aproximadamente
160 mil emigrantes bolivianos fuera del país; de este volumen, el 73% hacia la República
Argentina; el segundo país receptor, con un 9% a Estados Unidos de Norte América. Brasil
(8%), Chile (4%), Perú (2%) y con pesos próximos al 1%: Venezuela y República Federal
Alemana, con pesos aún menores Paraguay, Panamá, Costa Rica y Guatemala; se trata de doce
países para los que se disponía información.
Como ya se indico, existe una diversidad de cifras sobre la magnitud de bolivianos residentes en el
exterior, desde los 2 a los 3 millones de emigrantes bolivianos fuera del país, las mismas que
revelan la urgente necesidad de lograr evidencias empíricas en una temática de gran envergadura.
Es importante resaltar que al realizar los análisis de los censos en la Argentina y Estados Unidos, se
pudo constatar que los emigrantes bolivianos más calificados tendieron a trasladarse a países
lejanos; en tanto que las corrientes migratorias establecidas hacia países limítrofes incluyeron
personas con menores niveles de escolaridad; éste fue el caso de los bolivianos en la Argentina y en
los Estados Unidos (Ledo: 1985 y 2002); se trataba de migrantes que había el momento de migrar,
una vez finalizados sus estudios de postgrado; en sí se trata de un nivel superior a la media de la
población extranjera.
Un aspecto que cobra relevancia es que a pesar del reducido número de inmigrantes internacionales
censados en Bolivia el año 2001, la coincidencia de los lugares es altamente ilustrativa, la mayor
cantidad de Argentinos, seguido de Brasileros y Norte Americanos revela posiblemente la
correspondencia de comunidades migratorias de ida y vuelta, esto se advierte en la información
procesada en el censo del 2001.
Adela Pellegrino el año 2000, ha realizado una comparación con la población no extranjera de los
Estados Unidos y concluye que, entre los países que figuran como importantes expulsores de
profesionales y técnicos, se encuentran Bolivia. Esto indica que la emigración de profesionales y
técnicos no está necesariamente vinculada a la "sobreoferta", sino que la explicación debe referirse,
tanto a factores específicos de cada país, como a las oportunidades que ofrecen los países de
recepción y al tipo de redes establecidas entre los migrantes, que permiten una alimentación
continua de la migración38.
38 Ledo, Carmen, 1985, Las migraciones internacionales en Bolivia. CELADE, Santiago - Chile, 65 p. Ledo, Carmen,
2002: ”Urbanisation and Poverty in the Cities of the National Economic Corridor in Bolivia. Case Study: Cochabamba”,
Delft University Press (DUP), PO Box 98, 2600 MG Delft, The Netherlands. [email protected]. ISBN 90-407-2306-
0. Pellegrino, Adela, 2000: Drenaje, Movilidad, Circulación: Nuevas Modalidades de la Migración Calificada, San José
de Costa Rica, Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. Pág. 10.
85
Como ya se adelanto, utilizando la información censal, se estimó, que alrededor de 1980, existía
aproximadamente 160 mil emigrantes bolivianos fuera del país; de este volumen, el 73 por ciento
corresponde al proceso migratorio hacia la República Argentina; el segundo país receptor, con un 9
por ciento aproximadamente, son los Estados Unidos de Norte América. Luego se encuentran con
menores pesos relativos, en orden de importancia: Brasil (8%), Chile (4%), Perú (2%) y con pesos
próximos al 1 por ciento: Venezuela y República Federal Alemana, con pesos aún menores
Paraguay, Panamá, Costa Rica y Guatemala; se trata de doce países para los que se disponía
información (Ledo: 1986).
Utilizando la información oficial de los Censos Nacionales de Población y Vivienda de la República
Argentina39, se puede observar que, desde el siglo pasado, existía presencia de bolivianos residiendo
en dicho país. En el Censo de Población de 1869 fueron censados alrededor de 6 mil personas; en
1991 fueron censados alrededor de 143 mil personas dicha magnitud aumentó hasta alrededor de
234 mil emigrantes el 2001 (Ledo: 2002, Cuadro 2.20). El incremento de la corriente de bolivianos
en la Argentina, en buena medida, se explica por la demanda estacional de mano de obra para las
actividades agrícolas, particularmente en el Norte Argentino. Este fue el origen y quizás uno de los
factores explicativos de mayor relevancia, en primera instancia, el cultivo de la caña de azúcar;
posteriormente, las necesidades de mano de obra para la recolección de hojas de tabaco; las
cosechas frutihorticolas y las actividades relacionadas con la vendimia, fueron los detonantes para
la cada vez mayor emigración de bolivianos hacia la República Argentina40. Lo que resulta
lamentable, es que la crisis económica producida en la República Argentina, también tuvo
repercusiones en las reducciones de estas actividades, muchos de los „bolas‟ nombre que se da a los
inmigrantes bolivianos en la Argentina, tuvieron que re emigrar del Norte Argentino hasta el Gran
Buenos Aires, lugar donde se han generado las peores crisis de intolerancia frente a los emigrantes
bolivianos en los últimos años.
Grafico 11. Población nacida en Bolivia, censada en argentina, 1869-2001
39 Véase, Maccio Guillermo y Diva Elizalde, La Población no Nativa de la Argentina, Serie de Análisis Demográfico
Número 6, INDEC, CELADE, Buenos Aires, 1994. 40 Alejandro Grimson, Relatos de la Diferencia e Igualdad (Los bolivianos en Buenos Aires), en su estudio realizado
entre 1994 y 1996, Pag. 17 y 18, presenta, un detalle interesante de las etapas de la migración de bolivianos hacia la
República Argentina.
6204 7417
18190
47929
89247 92356
118288
149822
233573
0
50000
100000
150000
200000
250000
1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001
86
El segundo país receptor de emigrantes bolivianos es los Estados Unidos; según las estadísticas
norteamericanas, la población boliviana censada en 1980 ascendía a 14.468 bolivianos y, diez años
más tarde, vale decir en el Censo de 1990, ascendieron a 31.303, el año 2000 censaron a 53 mil
bolivianos residentes en dicho país41, con una tasa de crecimiento del orden del 7.7% anual42, valor
superior al promedio latinoamericano de migrantes dirigidos a dicho país, del orden del 6.7% en el
mismo periodo, según los datos de la oficina de censos de la Estados Unidos el año 2008 habían
87.9 mil bolivianos en Estados Unidos. Aspecto que revela la presencia de una tendencia creciente
en la emigración de bolivianos; en sólo 18 años, su tamaño casi se triplicó.
Vale destacar que entre los emigrantes bolivianos hacia los Estados Unidos sólo un 13% tiene
menos de 12 años de educación formal y el 87% cuenta con estudios superiores. A diferencia de los
emigrantes dirigidos a la República Argentina, que sólo cuenta con estudios superiores el 10% de
los emigrantes.
En el caso de emigrantes dirigidos a los Estados Unidos, Bolivia pierde población activa con niveles
superiores de calificación, la misma que es asimilada en el país de destino. En el segundo caso
(bolivianos en la Argentina), se trata de agricultores y jornaleros que cumplen labores de baja
remuneración y, en muchos casos, inestables en la República Argentina; de ahí que el denominativo
que se les dio de „peón golondrina‟ escenifique su constante movilidad espacial al interior de la
República Argentina.
La información presentada, refleja las condicionantes de tipo económico en la emigración
internacional de bolivianos; es evidente que un número significativo de bolivianos y bolivianas
están integrados, productivamente, en la economía Argentina, así como en los EEUU. Muchos de
éstos emigrantes mantienen vínculos con el país, a través del envío de remesas a sus familias que
permanecen en Bolivia; otros invierten sus ahorros en los lugares de origen de la migración.
Grafico 12
La emigración al exterior (muy superior a la inmigración que se recibe desde el extranjero) es un
indicador de que el país no ofrece a todos los bolivianos posibilidades de sostenimiento. De ahí que,
sería recomendable que se aproveche los procesos de globalización y de integración económica sub-
41 Véase http://www.flacsoandes.org/web/cms2.php?c=772 42 Lapham, sf. Cuadro II.6: Estados Unidos Población Nacida en Países de América Latina y el Caribe censada en 1980 y
1990.
Variaciones residenciales de Migrantes Bolivianos en España, 1995-2008
0
10000
20000
30000
40000
50000
60000
70000
80000
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
w w w .ine.es
87
regional (Pacto Andino y MERCOSUR), para garantizar que un número significativo de
bolivianos(as) se integre productivamente en las economías de países vecinos y de los EEUU, en la
medida en que reciban trato digno y un pago justo, conforme a los acuerdos internacionales sobre la
materia, y en la medida que ese trabajo les permita aprender nuevas habilidades (capital humano),
ahorrar y enviar remesas a sus familias que permanecen en Bolivia. Los objetivos de la política, en
este campo, más que intervenir en el juego del mercado de trabajo, consistirían en asegurar el trato
digno y justo a los migrantes, facilitar el ahorro y el envío de remesas, ofrecer oportunidades a los
migrantes para invertir sus ahorros en Bolivia, y facilitar su reinserción cuando decidan volver
(validación de títulos, ingreso de bienes, traspaso de ahorros en sistemas de seguridad social, etc.).
Las embajadas y consulados deberían, también, promover la organización de los bolivianos
residentes en otros países, tanto para defender sus derechos como para mantener viva su cultura y su
sentido de pertenencia nacional.
Durante la década de los noventas y con mayor fuerza luego del fracaso de la aplicación de las
reformas impartidas por el Programa de Ajuste Estructural (PAE) en Bolivia, se produjo un cambio
en las corrientes migratorias de salida; aquel panorama que reinaba durante los años ochenta, había
sido modificado: una mayor salida de migrantes con muy bajo logro educativo dirigidos hacia Italia
y España, rompía con las evidencias de la migración a larga distancia que se había intentado
construir en la década de los ochentas. Se estima, según datos del censo 2001, que la cantidad de
emigrantes internacionales es de uno y medio millón; según cifras ofrecidas por la pastoral social de
la movilidad humana, se estima alrededor de dos millones y medio de emigrantes internacionales
hacia el año 200643, si bien se indica que hay 2.5 millones de emigrantes y que hacia el año 2009,
el 70 por ciento de los emigrantes bolivianos tiene como destino a países de América Latina44, el 15
por ciento se va a América del Norte; el 8 por ciento a países europeos y el 4,9 por ciento a estados
asiáticos; sin embargo, no existe una información oficial, de ahí la importancia de la cuantificación
con el próximo censo nacional a realizarse el año 2012.
5.2 Inmigrantes internacionales
En Bolivia, la migración internacional receptiva no es importante en el censo del 2001 se han
censado alrededor de 131 mil inmigrantes internacionales, surgen algunas diferencias según la
variable utilizada, entre los nacidos en el exterior, se observa que la mayor parte de ellos declaran
proceder de la Republica Argentina (alrededor de 30 mil personas) le sigue la corriente llegada del
Brasil con 15 mil y la tercera corriente con alrededor de 10 mil inmigrantes es de peruanos. En
cambio cuando se trabaja con la pregunta sobre donde vivía los cinco años anteriores al censo
aparece nuevamente la Argentina, Brasil y Estados Unidos paso a ocupar el puesto tercero y se
advierte que fue cobrando creciente significación.
43 Capítulo Boliviano de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo en su Informe sobre “La situación de Migrantes en Bolivia”
(2006) y recogiendo datos de la Pastoral de Movilidad Humana, 2006. 44
Según establece el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) 2009, superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos, elaborado por
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
88
Cuadro 31. Bolivia: Población Inmigrante por sexo y grupos de edad según lugar de
residencia, 2001
Municipios -
IDH < 15
15 -
64 65 - +
Homb
re < 15
15 -
64 65 - + Mujer < 15
15 -
64 65 - + Total
Medio Alto 4.464 21.637 1.362 27.463 4.393 20.350 1.525 26.268 8.857 41.987 2.887 53.731
Medio-Medio 4.674 12.560 684 17.918 4.506 11.007 640 16.153 9.180 23.567 1.324 34.071
Medio-Bajo 1.937 7.718 492 10.147 1.938 6.617 504 9.059 3.875 14.335 996 19.206
Bajo 335 567 27 929 361 484 31 876 696 1.051 58 1.805
Casos 11.410 42.482 2.565 56.457 11.198 38.458 2.700 52.356 22.608 80.940 5.265 108.813
Medio Alto 16,3 78,8 5,0 51,1 16,7 77,5 5,8 48,9 16,5 78,1 5,4 100,0
Medio-Medio 26,1 70,1 3,8 52,6 27,9 68,1 4,0 47,4 26,9 69,2 3,9 100,0
Medio-Bajo 19,1 76,1 4,8 52,8 21,4 73,0 5,6 47,2 20,2 74,6 5,2 100,0
Bajo 36,1 61,0 2,9 51,5 41,2 55,3 3,5 48,5 38,6 58,2 3,2 100,0
Total 20,2 75,2 4,5 51,9 21,4 73,5 5,2 48,1 20,8 74,4 4,8 100,0
Medio Alto 39,1 50,9 53,1 48,6 39,2 52,9 56,5 50,2 39,2 51,9 54,8 49,4
Medio-Medio 41,0 29,6 26,7 31,7 40,2 28,6 23,7 30,9 40,6 29,1 25,1 31,3
Medio-Bajo 17,0 18,2 19,2 18,0 17,3 17,2 18,7 17,3 17,1 17,7 18,9 17,7
Bajo 2,9 1,3 1,1 1,6 3,2 1,3 1,1 1,7 3,1 1,3 1,1 1,7
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
2001. INE, La Paz, Bolivia
Al observar la distribución de los inmigrantes internacionales y su localización residencial, resaltan
algunos aspectos que amerita analizarlos: en primer lugar es predominante el peso masculino de los
inmigrantes internacionales, se trata de un grupo humano con edades activas y que viven el 80% de
ellos en los municipios con mayor logro en materia de desarrollo humano, es decir, en los
municipios con IDH Medio Alto y Medio Medio (Cuadro 31).
Gráfico 13: Inmigrantes llegados entre 1996 y 2001 según País de residencia anterior
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
2001. INE, La Paz, Bolivia
Notara el lector que la presencia de inmigrantes internacionales en los municipios con bajo logro en
desarrollo humano es muy bajo, pero resulta ilustrativo observar que a pesar de no tener una
presencia abultada de este grupo humano, su predominio entre los menores de 15 años a diferencia
de los otros grupos podría estar asociado a un grupo de migrantes internacionales de origen
campesino.
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
35000
Argentina Brasil Estados
Unidos
Europa Peru Chile Otros
Sudamerica
Mex ico Paraguay Centro
America
Asia Otros
89
Cuadro 32. Bolivia: Población Inmigrante por sexo según contexto ecológico de residencia,
2001 Municipios - IDH Hombre Mujer Altiplano Hombre Mujer 2 Valles Hombre Mujer 3 Llanos Total
Medio Alto 7.876 7.994 15.870 6.163 6.102 12.265 13.424 12.172 25.596 53.731
Medio-Medio 3.934 3.546 7.480 9.534 8.920 18.454 4.450 3.687 8.137 34.071
Medio-Bajo 990 822 1.812 5.685 5.323 11.008 3.472 2.914 6.386 19.206
Bajo 335 318 653 586 553 1.139 3 1 4 1.796
Casos 13.135 12.680 25.815 21.968 20.898 42.866 21.349 18.774 40.123 108.804
Medio Alto 49,6 50,4 29,5 38,8 38,4 22,8 84,6 76,7 47,6 100,0
Medio-Medio 52,6 47,4 22,0 127,5 119,3 54,2 59,5 49,3 23,9 100,0
Medio-Bajo 54,6 45,4 9,4 313,7 293,8 57,3 191,6 160,8 33,3 100,0
Bajo 51,3 48,7 36,4 89,7 84,7 63,4 0,5 0,2 0,2 100,0
Total 50,9 49,1 23,7 85,1 81,0 39,4 82,7 72,7 36,9 100,0
Medio Alto 60,0 63,0 61,5 28,1 29,2 28,6 62,9 64,8 63,8 49,4
Medio-Medio 30,0 28,0 29,0 43,4 42,7 43,1 20,8 19,6 20,3 31,3
Medio-Bajo 7,5 6,5 7,0 25,9 25,5 25,7 16,3 15,5 15,9 17,7
Bajo 2,6 2,5 2,5 2,7 2,6 2,7 0,0 0,0 0,0 1,7
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Tabulados especiales de los Censo Nacionales de Población y Vivienda, resultados finales
2001. INE, La Paz, Bolivia
Es ilustrativo demostrar que los inmigrantes tienen un comportamiento de elección de su lugar de
residencia en Bolivia muy similar a la opción de los bolivianos, vale decir una fuerte
direccionalidad migratoria a las ciudades de La Paz y el Alto en el Altiplano, a la ciudad de Santa
Cruz en los Llanos y en el caso de Cochabamba, los inmigrantes disfrutan de los valles cercanos a
la ciudad capital.
El lugar preferido de los inmigrantes internacionales son los valles y dentro de estos hermosos
espacios las ciudades de tamaño intermedio, en cambio los que optaron por fijar residencia en
Altiplano se van a la misma capital sede de gobierno y en el caso de la región de los llanos también
la direccionalidad migratoria es hacia la ciudad capital de Santa Cruz.
A modo de conclusión
La migración, en el contexto de sociedades como la boliviana es un proceso que implica
desplazamientos masivos de población en el marco de su heterogeneidad histórica estructural,
situación que explica por las profundas brechas económicas, sociales, políticas, ambientales,
espaciales y culturales existentes al interior del territorio boliviano. El proceso redistributivo de la
población tiene consecuencias múltiples en el bienestar de las familias y en especial en los niños,
niñas y adolescentes, debido a que dependiendo del contexto en el que se hallen las respuestas a las
que llegaron las familias han determinado una modificación de la estructura familiar. Para una
mayor profundización de dichas temáticas, se requiere que el Estado boliviano coadyuve ante las
instancias pertinentes en la producción de estadísticas recientes que posibiliten una mejor
aproximación a las problemáticas analizadas.
A pesar de las limitaciones de falta de datos, se debe apunta que la heterogeneidad histórica
estructural de la formación social boliviana, impide realizar aseveraciones contundentes en el tema
de la movilidad humana desde zonas con bajo logro de IDH hacia las zonas más consolidadas, es
posible debido a que la historia de Bolivia muestra la presencia de distintas fases o tipos del
desarrollo económico, en la cual, el capital humano y el capital social jugaron roles diferentes, lo
que determino que su organización territorial haya sido fuertemente influenciada por la utilización
del espacio en tanto su predominio en las actividades económicas, de ahí que la primera etapa
centrada en una competitividad basada en la explotación de minerales y de la fuerza de trabajo,
90
actividad que produjo grandes oleadas de migrantes y donde la densidad del capital social fue muy
débil, y donde el capital humano sólo fue requerido como "fuerza de trabajo", en la época de la
plata primero y del estaño después Bolivia llegó a tener un crecimiento económico alto, sobre la
base del trabajo de personal con escaso nivel de educación y con precarias condiciones de salud y
de vida.
El resultado de esta modalidad de desarrollo generó profundas brechas entre las regiones del
Occidente y del Oriente boliviano, caracterizado por un proceso altamente concentrado de los
ingresos en los grupos de poder y bajos niveles de desarrollo humano particularmente en el
Occidente, de hecho existe en dicha región un paisaje de despojo, donde se ubican a cada paso
poblaciones fantasmas o en proceso de serlo, maquinarias, instalaciones y equipos herrumbrados y
obsoletos y un ejército de hombres y mujeres que deambulan por el país buscando mejores
oportunidades para la sobrevivencia. Las huellas del daño ambiental no reparado son claramente
visibles, y su impacto es patente en los resultados productivos de las tierras bajas.
En Bolivia, los procesos de cambio demográfico se han producido en el marco de la heterogeneidad
socio-espacial vigente en el país. La heterogeneidad socio-espacial ha afectado en los procesos de
cambio demográfico y la dinámica demográfica diferencial ha contribuido en la modificación de la
estructuración socio-espacial del país. Es ilustrativo observar que las zonas urbanas, en lo que va del
presente siglo han incrementado su importancia demográfica en más de 24 veces, en cambio las zonas
rurales apenas si se duplicaron. El año 2010 la población boliviana ha llegado a los 10 millones de
habitantes de los cuales 7 millones vivirán en las zonas Urbanas, menos de una tercera parte de los
bolivianos vive en las zonas rurales. Mucho más dramático es la concentración de tres cuartas partes de
los habitantes urbanos en las 3 regiones metropolitanas (La Paz, Santa Cruz y Cochabamba) lo que
supone que el país se debate entre concentración en solo 3 regiones metropolitanas y dispersión en 29
mil pueblos rurales.
La organización del territorio boliviano ha sufrido modificaciones importantes en correspondencia
con las políticas de carácter económico social implementadas a lo largo del siglo XX en Bolivia.
Dicha situación ha determinado la transformación del patrón de asentamiento Norte - Sur ubicado
predominantemente en Occidente por el patrón Oeste - Este. Esta nueva configuración territorial ha
originado modificaciones del predominio rural vigente en Bolivia hasta la segunda mitad de los
años 80 por una predominancia urbana, también se ha modificado el modelo de crecimiento urbano
se ha pasado de un modelo de tipo primado con centro en la ciudad de La Paz, por otro modelo que
involucra a tres procesos de metropolización singulares en las ciudades de La Paz, Cochabamba y
Santa Cruz. Las características de organización de la estructura urbana interna de estas metrópolis son
propias de una desigualdad social acentuada, con manifestaciones concretas de segregación y
"marginalidad" física. Los más pobres viven en los espacios menos consolidados, carentes de mínimas
condiciones de habitabilidad, en las zonas más deprimidas y con una situación crítica en el plano de
insatisfacción de necesidades básicas.
Las migraciones internas e internacionales, han contribuido en otorgar una imagen de
diferenciaciones profundas, se ha producido desplazamiento de personas y familias desde contextos
de reducidas oportunidades para su desarrollo humano hacia contextos con mayores oportunidades
y donde la satisfacción de necesidades básicas mediante políticas públicas es menos costosa. En
consecuencia, las desigualdades económicas regionales y los procesos de diferenciación social,
producen cambios en la distribución espacial de la población en la estructura productiva prevale-
ciente en las ciudades bolivianas. Estos cambios tienden a expresar el profundo deterioro de las
condiciones de vida y reproducción social de la mayor parte de la población boliviana, tanto en el
campo como en las ciudades.
91
Las diferencias demográficas prevalecientes obedecen a desigualdades sociales que, a su vez, se
derivan de la posición que los individuos tienen en relación con los medios de producción. Ahora
bien, se supone que la desigualdad de los grupos sociales, cuya existencia es posibilitada por los
factores de la estructura productiva, es lo que conduce a diferentes pautas de comportamiento
demográfico, entre ellas las relativas a los patrones de fecundidad, a la exposición al riesgo de
muerte y la calidad de vida de los individuos.
Existen enormes desigualdades entre las zonas según rangos de IDH, las discrepancias son de larga
data, sin embargo la persistencia a este patrón de desigualdad, en lugar de reducirse se amplia y
profundiza, lo que en hace intolerable la plena implementación de los derechos económicos y
sociales de la población, de ahí la urgente necesidad de implementar acciones que permitan reducir
la desigualdad económica medida a través de los ingresos y del uso del territorio. Dado, el escaso
desarrollo de las fuerzas productivas y la creciente heterogeneidad de las unidades económicas, se ha
consolidado una estructura productiva eminentemente terciarizada y dentro de ella con particular
importancia en las actividades ligadas a la intermediación y a los servicios personales. Se ha generado
un agudo proceso de expansión del comercio y los servicios, estos sectores son altamente intensivos
en mano de obra pero se caracterizan por ser de muy baja productividad. No son sectores capaces de
inducir ni de difundir progreso técnico y menos de generar y multiplicar empleos de calidad.
También se observado que los centros poblados de menor tamaño, y las zonas de agricultura
tradicional, han sufrido los efectos de la política de libre mercado que ha significado el abandono de sus
principales reivindicaciones y demandas en el plano económico y social. Ello se traduce en una
intensificación de los flujos migratorios con destino a las ciudades que se presentan como alternativa,
aunque muchas veces ilusoria, para lograr un empleo y mejorar las condiciones de vida entre los
pobladores de esos contextos geográficos.
Es indiscutible que los problemas son aún más severos en las zonas rurales, donde la homogeneidad
de la pobreza, impide el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y culturales, estos son
violados o, simplemente, ignorados. La protección económica de los grupos vulnerables es un
requisito previo esencial para el ejercicio de sus derechos económicos.
La pobreza se ha trasladado a las zonas urbanas (urbanización de la pobreza) y las ciudades se han
convertido en el escenario de la desigualdad y de la exclusión. El patrón inequitativo de su
desarrollo se ha profundizado, la distribución del ingreso es hoy más concentrada y desigual que en
los años 70. El costo de la aplicación de las políticas de ajuste estructural, explica éste marcado
deterioro de las condiciones materiales de vida de la población boliviana.
La explicación del crecimiento urbano en Bolivia guarda estrecha relación con el dinamismo
económico y social de cada región, de tal manera que los patrones regionales de desarrollo son los que
en última instancia permiten entender el ritmo de su crecimiento. La redistribución de población en
Bolivia, expresa la pérdida de importancia relativa del sector agrícola y la expansión del sector terciario
de base esencialmente urbana. El panorama descrito en párrafos precedentes, nos permite imaginar,
que bajo cualquier modelo de crecimiento, el escenario social boliviano va a estar caracterizado por
muchos años por la presencia masiva de la pobreza rural y urbana.
El crecimiento poblacional, y en especial el crecimiento urbano, plantean difíciles desafíos de política,
ya que no es posible reducir la brecha del déficit debido al acelerado crecimiento de la población,
situación que necesariamente se debe enfrentar antes que los problemas se tornen críticos. Las
soluciones a veces tardan varios años en concretarse, y si se espera hasta que los problemas se agudicen
existiría el peligro de que se generen situaciones inmanejables. Las modificaciones de la estructura
productiva y los cambios económicos tanto en las zonas rurales como en las urbanas, están
92
generando una nueva forma de redistribución de la población y de oportunidades de empleo. La
falta de conocimiento de éstas modalidades de distribución y redistribución espacial de la población
se constituyen en un serio impedimento para el diseño de planes, programas y proyectos, así como
para la mejor comprensión de los determinantes y las consecuencias del proceso migratorio.
En consecuencia, las desigualdades económicas regionales y los procesos de diferenciación social,
producen cambios en la distribución espacial de la población en la estructura productiva prevale-
ciente en las ciudades bolivianas. Estos cambios tienden a expresar el profundo deterioro de las
condiciones de vida y reproducción social de la mayor parte de la población boliviana, tanto en el
campo como en las ciudades.
El actual uso del territorio en Bolivia, combina de manera simultánea concentración y dispersión. Los
extremos de la dispersión, se encuentran localizados en las ciudades de tamaño pequeño y las zonas
rurales ubicadas en el occidente boliviano, con tendencias peligrosas. En cambio una fuerte
concentración (tendencia a la metropolización) se produce en las ciudades más grandes de la Paz,
Cochabamba y Santa Cruz.
En Bolivia, debería promoverse un proceso de urbanización espacialmente desconcentrada, con
fortalecimiento de ciudades intermedias y centros urbanos menores articulados entre sí y vinculados
a una red de zonas rurales, lo que, junto con crear mejores condiciones para el desarrollo humano de
la población radicada en las ciudades, facilitaría el acceso de la población rural a los mercados y
servicios urbanos, dinamizándose de esa manera el desarrollo rural. El diseño de políticas en
materia de distribución espacial de la población es una tarea aún pendiente, y su prioridad se
evidencia en la dificultad para reconocer y enfrentar realidades que comprometen a la sostenibilidad
del país en su conjunto.
La magnitud de los problemas existentes en Bolivia, son de carácter multidimensional, por ello, se
requiere resolver los conflictos de manera integral y sistémica; no se puede imaginar un proceso de
planificación, que solo haga frente a aspectos sectoriales, ya que se requiere soluciones estructurales
y de largo aliento, que permitan reducir las brechas de inequidad, exclusión social, vulnerabilidad y
aumentar las oportunidades de los ciudadanos. Es urgente la implementación e integración en el
marco nacional de las políticas, programas de apoyo a los migrantes, a través de mecanismos
innovadores de información y comunicación. Si se propone generar el bienestar de los habitantes,
ello solo es posible a través de la ampliación de sus capacidades y oportunidades, se requiere de una
base productiva con una economía capaz de crecer sin poner en riesgo las oportunidades de las
generaciones futuras, sin agotar los recursos naturales y el medio ambiente, con capacidad de
traducir los logros económicos en bienestar social e individual, la cantidad de recursos en calidad de
vida, reduciendo las brechas generadas entre los espacios con una base moderna versus los espacios
rurales y urbano-marginales. Además será necesario construir una cultura que admita las
diferencias, que valorice la equidad y la solidaridad de género, generacional y la sostenibilidad
ambiental.
En síntesis la información que se ha utilizado permite, indicar que la PEA según condición
migratoria permite demostrar la existencia de diferenciales entre la población no migrante y los
migrantes. Uno de los aspectos que deberá ser analizado con mayor profundidad, es el relacionado con
las cadenas globales del cuidado, debido a que la feminización de las migraciones en parte se explica
por su inserción en este tipo de actividades. En relación a los indicadores socio demográficos, los no
migrantes, se caracterizan por su juventud, con rezagos en materia educativa y constituidos por
familias numerosas, asociados estos indicadores con los menores niveles de ingresos y con una mayor
tendencia al incremento del número de miembros activos del hogar. Tal como ya se adelanto en
secciones precedentes, el notable incremento de las tasas de participación femenina en el mercado de
93
trabajo; es atribuible a la búsqueda de compensación de los bajos ingresos laborales individuales con
el aporte proveniente del trabajo de otros miembros del hogar, con el objetivo de satisfacer las
necesidades elementales de consumo. Se puede indicar que el alto grado de concurrencia femenina es
parte esencial del desarrollo de estrategias de reproducción de la fuerza de trabajo. Lo anterior no
implica que su promoción en las tareas de carácter económico, las haya liberado de sus las labores
domésticas, muy por el contrario la inserción laboral se produjo en situaciones desventajosas de
ingresos que contribuyeron a la perpetuación del circulo vicioso de la pobreza e incrementaron sus
roles de madre y trabajadora.
Se advierte, una brecha en todos los indicadores entre hombres y mujeres independientemente su
condición migratoria, en todos los casos las mujeres se encuentran en situación de mayor exclusión y
vulnerabilidad, claramente logran sólo acceder a un ingreso monetario inferior al que obtiene la
población masculina. Sin embargo, es interesante advertir, que los trabajadores inmigrantes urbanos
cuentan con logros educativos similares a los no migrantes, con niveles de ingreso superior,
presumiblemente debido a que cuenta con una mayor jornada de trabajo y en promedio cuenta con
menor tamaño de familia. El perfil de los inmigrantes de origen rural, es mas envejecido, con rezagos
muy importantes en materia educativa similar a de los nativos rurales, con niveles de ingreso
superiores a los obtenidos por los no migrantes rurales.
Se han diseñado importantes reformas en los últimos años, su impacto es difícil de imaginar, de ahí
que el panorama hacia el futuro sea incierto, sin embargo, es tarea de los bolivianos el decidir qué
hacer con su futuro, con su creciente población, con su territorio amenazado por la depredación, con
sus ciudades sin servicios sanitarios ni infraestructura suficiente, con su sistema educativo que sólo
alcanza a dar una instrucción elemental e incompleta a una alta proporción de la población. Después
de haber logrado la estabilidad monetaria y de haber reordenado al Estado y a la economía, Bolivia
enfrenta el desafío de la reactivación, de la redistribución del ingreso, y de la orientación de sus
escasos recursos estatales en beneficio de los más necesitados, es decir, la población residente en
los sectores urbano marginales de las tres metrópolis más importantes del país, no sólo por el rol
económico, sino por su peso de población respecto a la población total del país, sumado a lo
anterior el incremento del flujo emigratorio, y en especial el internacional, plantean difíciles
desafíos de política, situación que necesariamente se debe enfrentar antes que los problemas se
tornen críticos. Las soluciones a veces tardan varios años en concretarse, y si se espera hasta que los
problemas se agudicen existiría el peligro de que se generen situaciones inmanejables.
94
Bibliografía
Acar, F., Güneş-Ayata, A. (editores), 2000, Gender and Identity Construction: Women of Central
Asia, the Caucasus and Turkey, Leiden, The Netherlands.
Acosta, P. 2006, Labor Supply, School Attendance, and Remittances from International Migration.
The Case of El Salvador., World Bank Policy Research Paper 3903.
Ariza, M., 2000, Ya no soy la que dejé atrás...mujeres migrantes en República Dominicana,
Instituto de Investigaciones Sociales, Editorial Plaza y Valdés, México.
Assadourian, Carlos Sempat, et al, 1980, Minería y espacio económico en los Andes, Lima,
Imtituto de Estudios peruanos.
Balán, J., 1995, Household economy and gender in international migration: the case of Bolivians
in Argentina in International Migration Policies and the Status of Female Migrants, United
Nations, New York.
Barrera Bassols, D., Oehmichen Bazán, M. C. (editoras), 2000, Migración y Relaciones de Género
en México, GIMTRAP, A. C. – IIA/UNAM, México.
Boserup, Esther, 1970, Women‟s Role in Economic Development, New York: St, Martin‟s Press.
Boserup, Esther, 1987. "Agricultural Growth and Population Change." In J. Eatwell and M.
Milgate, eds., THE NEW PALGRAVE: A DICTIONARY OF ECONOMICS. New York:
Stockton Press.
Buch Claudia M. y Anja Kuckulenz, 2004, Worker Remittances and Capital Flows to Developing
Countries, Discussion Paper No. 04-31, ftp://ftp.zew.de/pub/zew-docs/dp/dp0431.pdf
Cacopardo, M., Maguid, A., 2001, Migrantes limítrofes y desigualdad de género en el mercado
laboral del Área Metropolitana de Buenos Aires, U. Nacional de Luján-Instituto Nacional de
Estadística y Censos, Buenos Aires, mimeo.
Canales, A. I., 2007, Inclusion and Segregation. The Incorporation of Latin American Immigrants
into the U.S. Labor Market, Latin American Perspectives, Vol. 34, No. 1.
Chant, S., 2003, Gender and migration, en Chant, S., Craske, N. (editores), Gender in Latin
America, Latin American Bureau, London.
Cerrutti, M., Bertoncello R., 2006, Urbanization and Internal Migration Patterns in Latin America,
en Tienda, M., Findley, S., Tollman, S., Preston-Whyte, E. (editores), Africa on the Move: African
Migration and Urbanization in Comparative Perspective, Johhannesbourg, Witts University Press.
Cerrutti, M., 2005, La migración peruana a la Argentina: su evolución y características,
Población de Buenos Aires, 2 (2).
Chiarotti, S., 2003, La trata de mujeres: sus conexiones y desconexiones con la migración y los
derechos humanos, CEPAL, Santiago de Chile, serie Población y Desarrollo, 39, LC/L.1910-P.
95
Clark, X.; T. Hatton y J. Williamson, 2003, “What Explains Cross-Border Migration in Latin
America?”, Harvard Institute of Economic Research Discussion Paper 2012.
Daeren, L., 2000, Género en la migración laboral internacional en América Latina y el Caribe.
Pautas para“buenas prácticas”en la formulación de políticas y programas dirigidos a
trabajadoras y trabajadores migrantes, CEPAL, Unidad Mujer y Desarrollo, mimeo.
Del Rey Poveda, A., Quesnel, A., 2006, Migración interna y migración internacional en las
estrategias familiares de reproducción. El caso de las poblaciones rurales del sur del estado de
Veracruz, México, en Canales, A. I. (editor), Panorama actual de las migraciones en América
Latina, México, Asociación Latinoamericana de Población y Universidad de Guadalajara.
Erturk Y., 1997, Identity Politics: Implications for Gender Analysis, Policy and Training, en
INSTRAW News Nº27, segundo semestre, 9-§5.
García Guzmán B. (coordinadora), 2002, Población y Sociedad al Inicio del Siglo XXI, El Colegio
de México, México.
Garza, G., 1999, Globalización económica, concentración metropolitana y políticas urbanas en
México, Estudios Demográficos y Urbanos, Vol. 14, núm. 2.
Gregorio, C., 1998, Género y Migraciones, Narcea
Germani, G., 1975, Asimilación de inmigrantes en el medio urbano: Notas metodológicas, en
Elizaga J. C., Migraciones internas: Teoría, método y factores sociológicos, Centro
Latinoamericano de Demografía (CELADE), Santiago de Chile.
Germani, G., 1963, El proceso de urbanización en la Argentina, en Revista Interamericana de
Ciencias Sociales, Washington, 2.
Germani Gino, (1965)"Asimilación de inmigrantes en el medio urbano: Notas metodológicas" en
Revista Latinoamericana de Sociología, Vol. pages. 158-177.
GCIM (Global Commission on International Migration 2005 , “Migration in an interconnected
world: new directions for action”. Report of the Global Commission on International Migration,
http://www.gcim.org/attachements/gcim-complete-report-2005.pdf
Gordon Elizabeth, 1981: An Analysis of the Impact of Labour Migration on th Lives of Women in
Lesotho, in African Women in the Development Process. Nici Nelson, Ed. Frank Cass, U.K.
Gugler, J. 1996. Urbanization in Africa South of the Sahara: New Identities in Conflict. En: J.
Gugler (ed.), The Urban Transformation of the Developing World. Nueva York, Oxford University
Press.
Hatton Timothy J. and Williamson Jeffrey G., 2002, WHAT FUNDAMENTALS DRIVE WORLD
MIGRATION? NBER WORKING PAPER SERIES, Working Paper 9159,
http://www.nber.org/papers/w9159, NATIONAL BUREAU OF ECONOMIC RESEARCH, 1050
Massachusetts Avenue Cambridge, MA 02138.
Huacuz Elías, María Guadalupe / Barragán Solís, Anabella, 2003, Diluyendo las Fronteras: Género
Migración Internacional y Violencia Conyugal en Guanajuato, Instituto Guanajuatense de la Mujer,
Gobierno del Estado de Guanajuato, Guanajuato, Gto., México.
96
INSTRAW. 2006. Género, Remesas y Desarrollo: El Caso de la Migración Femenina de Vicente
Noble, República Dominicana. Instraw, Santo Domingo.
Jelin, Elizabeth, 1977, "Migration and Labor force participation of Latin American Women: The
Domestic Servant in the Cities", en
Women and National Development: the complexities of change, Ed. The Wellesley Editorial
Comitee, University of Chicago.
Jelin, Elizabeth, (2000) Chapter 7: Cities, culture and globalisation, Sociologist and Researcher of
the National Council of Scientific and Technical Investigations (CONICET) and of the Faculty of
Social Sciences of the University of Buenos Aires (Argentina); with the collaboration of Alejandro
Grimson. http://www.crim.unam.mx/cultura/informe/art7.htm.
Kösters Johanna, 2008, Migración y el servicio doméstico en América Latina: Comparación de
normativas migratorias y laborales en algunos países de la región, CEPAL, Santiago – Chile.
Lagarde Marcela, 1993, “Identidad Genérica y Feminismo”, Facultad de Ciencias Políticas y
sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Lamas, Marta (compiladora), 2004, El Género. La Construcción Cultural de la Diferencia Cultural,
Coordinación de Humanidades / Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM, México,
1996 - 2003.
Ledo Carmen, 2006, Capitulo 3, Informe de Desarrollo Humano, Familia, niñez y adolescencia,
PNUD, La Paz, 2006
Lim L. 1998 The Analysis of Factor Generating International Migration: The processes generating
the migration of women. Documento presentado en el Simposio sobre Migración Internacional y
Desarrollo, La Haya, Holanda, 29 junio - 8 julio.
Lozano Ascencio, Fernando. 1999. Immigrants from Cities: New Trends in Urban-Origin Mexican
Migration to the United States. Tesis de Doctorado, Universidad de Texas en Austin.
Massey, Douglas S., Joaquín Arango, Graeme Hugo, Ali Kouaouci, Adela Pellegrino y J. Edward
Taylor, 1998, Worlds in Motion: Understanding International Migration at the End of the
Millennium, Oxford, Clarendon Press.
Mármora Lelio, 2002, Las Políticas de Migración Internacional. OIM, Ed. Paidos, Buenos Aires-
Argentina.
Martínez, Jorge (2003), Panorama regional de las remesas y sus impactos macrosociales durante los
años noventa, Primer Foro Internacional Diáspora latinoamericana a Estados Unidos y Canadá,
Puebla, México.
Milosavljevic, Vivian, 2003. “El enfoque de género y la medición de la pobreza”. Ponencia
presentada a la Reunión de Expertos sobre Pobreza y Género, CEPAL-OIT, Santiago de Chile, 12 y
13 de agosto.
Mitre, Antonio 1981. "Los Patriarcas de la Plata", Ed Instituto de Estudios Peruanos, Lima
97
Montaño, Sonia, 2003, “Políticas Públicas, Genero y pobreza en América Latina”, Ponencia
presentada a la Reunión de Expertos sobre pobreza y genero, CEPAL – OIT, Santiago de Chile.
Moser, Caroline, 1998, Violence and poverty in South Africa: their impact on household relations
and social capital, South Africa Poverty and Inequality Informal Discussion Paper Series,
Washington, DC: World Bank.
Moser Carolina, 2002 „Social protection in Bolivia: An assessment in terms of the World Bank‟s
social protection framework and the Bolivian PRSP‟ Development Policy Review, Vol. 20, No. 5
Moser, C. (1997) Urban Social Policy and Poverty Reduction, in: R. Burgess et al. (eds.), The
Challenge of Sustainable Cities, Zed Books, London, pp.44-61.
Orozco, Manuel 2003, Worker remittances, transnationalism and development, ponencia
presentada en la conferencia internacional Migrant Remittances: Development Impact,
Opportunities for the financial sector and Future Prospects, 9 y 10 de octubre de 2003, Londres,
Reino Unido.
Pachano, Simón, 1986. Se fue a volver. Seminario sobre Migraciones temporales en América
Latina. México, D.F. : PISPAL/CIUDAD/CENEP.
Pellegrino, A. (2000), Migrantes latinoamericanos: síntesis histórica y tendencias recientes,
Montevideo, Universidad de la República-CEPAL-CELADE, mimeo.
Pellegrino A. 2001, Trends in Latin American Skilled Migration; "Brain Drain" or "Brain
Exchange", in International Migration, Vol 39 (5) ( page 111- 132), Blackwell Publishers Ltd
Pellegrino, Adela (2003), La migración internacional en América Latina y el Caribe: tendencias y
perfiles de los migrantes, CEPAL, Santiago de Chile, serie Población y Desarrollo, 35, LC/L.1871.
Portes Alejandro y Josh DeWind, 2006, Repensando las migraciones. Nuevas Perspectivas teóricas
y empíricas, Universidad Autónoma de Zacatecas y Miguel Ángel Porrúa, librero-editor, Mexico.
Phizacles A, 1999, "Gender and transnational labour migration", en Ethicity, Gender and Social
Change. Barot et al. eds. Mcmillan Press, Londres.
Sassen, Saskia (2001), ¿Perdiendo el control? La soberanía en la era de la globalización, Ediciones
Bellaterra, Barcelona.
Sánchez García Anabel, 2001, “Los usos del espacio urbano y el proceso de integración de la mujer
inmigrante” en Revista Electrónica de Geografía Humana y Ciencias Sociales, Universidad de
Barcelona, Nº 94 (101).
Singer, .P. I., (1972) "Migraciones internas: Consideraciones teóricas para su estudio" en Muñoz
Humberto, Notas sobre algunas contribuciones teóricas para el estudio de las migraciones internas
y el desarrollo, Informe del grupo de trabajo sobre migraciones internas de la Comisión de
Población y Desarrollo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)
Singer, Paul (1990) Migraciones internas en economía política de la urbanización. Siglo XXI
Editores S.A. México 1975.
98
Sibisi, Hariet. 1977. “Migrants and Women Who Wait. How African Women cope? With Migrant
Labour in South Africa” Signs 3.1
TARRIUS, Alain, traducción de Catherine Bony, Leer, Describir, Interpretar. Las circulaciones
migratorias: conveniencia de la noción de “territorio circulatorio”. Los nuevos hábitos de la
identidad, Vol. XXI, 83, 2000, pp. 37-66.
Verduzco Igartúa, Gustavo. 1980. “La migración urbana a Estados Unidos: un caso del Occidente
de México”. Estudios Sociológicos, Vol. 8, No. 22, pp. 117-139.
Villa, Miguel (2000), Enfoques teóricos sobre determinantes de la migración interna e
internacional, CELADE, Santiago de Chile, Apuntes de clase, inédito.
Villa, Miguel y Jorge Martínez 2002 , “Rasgos sociodemográficos y económicos de la migración
internacional en América Latina y el Caribe”, en Capítulos del SELA, 65, mayo-agosto, pp. 26-67.
Yépez Isabel, 2007, Migraciones Europa – América Latina: una historia en varios tiempos, Puente
@ Europa - Año V - Número ¾, Bélgica.
Yépez Isabel y Herrera Gioconda, 2007, Nuevas migraciones latinoamericanas a Europa Balances
y desafíos. http://www.flacso.org.ec/html/pub1.php?p_number=LB_0000621
Zavaleta Mercado, René 1985 Lo nacional-popular en Bolivia. México DF: Siglo XXI.
Zavaleta Mercado, René. 1983. Las Masas en Noviembre; en Bolivia Hoy. México: Siglo
Veintiuno Editores.
Zlotnik Hania, 2006, Migraciones: nuevas movilidades en un mundo en movimiento / coord. por
María Cristina Blanco Fernández de Valderrama, 2006, ISBN 84-7658-790-2, pags. 35-56
Zlotnik Hania, 2003, The Global Dimensions of Female Migration,
http://www.migrationinformation.org/Feature/display.cfm?ID=109, Directora de Población de
Naciones Unidas
Zlotnick H. 1995. "Migration and the Family: The Female Perspective", en Asia and Pacific
Migration Journal. VoI.4 Nº2-3.
Zlotnik, Hania, 1992, Empirical Identification of International Migration Systems, in: Kritz, Mary
M. et al. (eds.), a.a.O., pp. 19-40
Zegers de Beijl, R., 1997, Combating discrimination against migrant workers: International
standards, national legislation and voluntary measures – the need for a multi-pronged strategy, ILO
(Paper prepared for the Seminar on Immigration, Racism and Racial Discrimination, Centre for
Human Rights, Geneva. May 1997).
Top Related