Fuente: "Lo que más los une, es que cada uno tiene lo suyo" Felipe Giménez
DIANA CAROLINA SOTO TINTINAGO | ESPECIALIZACIÓN EN DESARROLLO HUMANO CON ENFASIS RN
PROCESOS AFECTIVOS Y CREATIVIDAD | 23 de septiembre de 2016
ESTUDIO DE CASO: REALIDADES DESDE LA INTERCULTURALIDAD FAMILIAR.
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TRABAJO DE GRADO
ESTUDIO DE CASO:
REALIDADES DESDE LA INTERCULTURALIDAD
FAMILIAR.
DIANA CAROLINA SOTO TINTINAGO
DIRECTOR TRABAJO DE GRADO
JOSÉ NOVOA
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS
ESPECIALIZACIÓN EN DESARROLLO HUMANO CON ENFASIS EN
PROCESOS AFECTIVOS Y CREATIVIDAD
BOGOTÁ
2016
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DEDICATORIA
A mis padres.
Ya que gracias a su esfuerzo, dedicación y enseñanzas lograron construir una familia en
donde la diferencia fue lo importante para vivir desde la resiliencia.
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AGRADECIMIENTOS
En primer lugar a Dios por permitirme vivir una experiencia tan cercana con mi ser histórico,
presente y futuro. De igual manera agradezco a mi compañera de trabajo, Tatiana Vásquez
por referenciarme tan maravilloso espacio de carga, descarga y recarga como lo es la
Especialización en Desarrollo Humano con énfasis en Procesos Afectivos y Creatividad.
Finalmente y no menos importante, agradezco infinitamente el apoyo de mi esposo Julián y
los frutos del amor incondicional profesado hacia mi hermosa hija Isabella.
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RESUMEN
Este documento presenta las características de los procesos idiosincráticos que surgen en el
seno de un vínculo afectivo de orden intercultural; una mujer indígena perteneciente a la
comunidad Yanacona y un hombre oriundo de Boyacá, son los protagonistas del presente
estudio de caso. A partir de entrevistas aplicadas a dichas personas se logró desentrañar y
significar las particularidades o idiosincrasia familiar, teniendo en cuenta los prejuicios y
estereotipos emanados de cada una de las familias de origen.
Para el análisis del caso se tuvieron en cuenta aspectos como las narrativas analizadas desde
un contexto histórico y social. El ejercicio de poder visto a partir de la presencia o ausencia
de las redes familiares en cada una de las dos personas que hacen parte del estudio de caso.
Otro de los puntos nodales a tener en cuenta tuvo que ver con las redes comunitarias y cómo
éstas se configuraron en dispositivos perturbadores y liberadores para el crecimiento del
vínculo de pareja. Finalmente, se tendrá en cuenta aquellos espacios de neutralidad en los
que se construyeron procesos desde la vivencia plena de la interculturalidad.
Palabras claves: pareja intercultural, desarrollo humano, prejuicios
5
ABSTRACT
This document presents the characteristics of the processes idiosyncratic that arise in the
heart of an affective bond of intercultural order; a belonging to the Yanacona community
indigenous woman and a native man of Boyacá, are the protagonists of this case study. Based
on interviews applied to such persons was achieved unravel and mean the particularities or
idiosyncratic family, taking into account the prejudices and stereotypes arising from each of
the families of origin.
For the analysis of the case were taken into account aspects such as the narratives analyzed
from a historical and social context. The exercise of power since the presence or absence of
family networks in each of the two people who are part of the case study. Another to consider
nodal point had to do with community networks and how they were configured in disturbing
and releasing devices for the growth of the partner link. Finally, be taken into account those
spaces of neutrality in which processes were built from the full experience of interculturality.
Key words: intercultural relationships, human development, prejudice
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RAE N°
Título:
Estudio de Caso: Realidades desde la interculturalidad familiar.
Autor:
Diana Carolina Soto Tintinago.
Fecha:
Bogotá, 2016
Acceso al Documento:
Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Biblioteca de Postgrados
Especialización en Desarrollo Humano
Palabras claves:
Pareja intercultural, desarrollo humano y prejuicios
Descripción:
Este artículo se encarga de explorar las características idiosincráticas en el marco de una
pareja intercultural, analizando los estereotipos y prejuicios que se construyen desde las
familias extensas a partir del estudio de caso. El ejercicio de poder, las narrativas y las etapas
de la relación esclarecen las características propias de una relación tipificada en la
interculturalidad y propician la construcción de elementos de análisis desde el desarrollo
humano.
Fuentes:
Se referencian 26 fuentes bibliográficas donde algunas que mencionan la temática principal
son:
Borobio, D. (2003). Familia e Interculturalidad. Universidad Pontificia de Salamanca.
Gómez, A. V. (2011). Multiculturalismo, Estado Nación y Democracia. En F. SCHMMIDT
WELLE, Multiculturalismo, Transculturación, Heterogeneidad, Poscolonialismo
(pág. 235). Mexico D.F: Herder.
Welsh, W. (2011). ¿Qué es la transculturalidad? en f. schmidt-welle, multiculturalismo,
transculturación, heterogeneidad, Poscolonialismo (pág. 235). México D.F:
HERDER.
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Contenido
INTRODUCCIÓN 8
MARCO TEÓRICO 13
MARCO METODOLÓGICO 21
METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN. 22
POBLACIÓN/MUESTRA 22
RESULTADOS 25
La Comunicación 25
Relaciones Familiares y Comunitarias 30
Espacios neutros e interculturalidad 33
Ejercicio de poder 34
CONCLUSIONES 37
Bibliografía 41
ANEXOS ¡Error! Marcador no definido.
8
INTRODUCCIÓN
Tal vez el momento más importante y decisivo de la vida de cualquier persona es cuando se
toman decisiones respecto a los vínculos sentimentales y de pareja, sobre todo si estos no son
temporales y se desea establecer como proyecto de vida un hogar a futuro. Teniendo en
cuenta esto, el presente documento explora la relación de pareja de mis padres, quienes con
orígenes culturales distintos decidieron afrontar el desafío de conformar una familia, pese a
las distancias y a las diferencias que se recrudecen en los espacios de convivencia.
Las relaciones de pareja son fundamentales en la construcción de la identidad social del
individuo, convirtiéndose en las relaciones más importantes de la vida de cualquier persona.
El vínculo afectivo, a nivel general, ostentan diversas características que con el tiempo han
venido transformándose; pasando por una necesidad de la institucionalización desde la
religión a la cada vez mayor constitución de parejas de hecho, así como cambios notorios en
los roles. Pero ¿Cuáles son las características que se identifican para la configuración de un
vínculo afectivo de orden intercultural? Resultan ser muchas las variables a tener en cuenta
en procura de la respuesta a esta pregunta.
La pareja intercultural y las características propias de esta unión, así como la influencia de
actores externos (como lo son las familias de base), son los aspectos principales que se
tendrán en cuenta para el análisis de los resultados en el presente trabajo de grado. Esta pareja
de orden intercultural se compone de una mujer indígena Yanacona, enraizada a la cultura
ancestral incaica, mientras que del otro lado, se encuentra un hombre originario del
departamento de Boyacá con un accionar enmarcado desde prácticas notablemente
patriarcales y conservadoras.
A partir de las entrevistas realizadas a los actores principales del estudio de caso, se vislumbra
una relación que se debate constantemente entre las pautas patriarcales y las líneas
matrísticas, estas últimas de gran importancia en tiempos de antaño para algunas
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comunidades indígenas y boyacenses, ya que configuraron el norte de su organización y sus
formas de vida.
En esta tipología familiar de orden intercultural se han presentado bifurcaciones entre las
formas de pensar y actuar desde el marco de las perspectivas de mundo de ambas personas.
No obstante, mis padres deciden conformar una familia –integrada por tres hijos- y sortear
muchas situaciones difíciles de abordar debido no solo a sus diferencias socioculturales,
organizativas y políticas, sino también a los prejuicios arraigados por tradición con los que
crecieron en cada una de sus familias. Dejando en evidencia lo señalado por Dionisio
Borobio “Dichos preceptos corroboran a que no se desarrollen procesos interculturales
plenos, esto generalmente es causado por “la tendencia a absolutizar la propia cultura impide
con frecuencia el salir al encuentro de otras culturas” (Borobio, 2003).
Ahora bien, para lograr desentrañar los sentidos y significados al interior de un vínculo
afectivo que tiene como característica la relación de dos culturas distintas, se hizo necesario
rastrear conceptos teóricos que respaldan el análisis de los discursos y narrativas de los
actores. Se toma como principal categoría de análisis el concepto de la interculturalidad desde
los aportes de Dionisio Borobio, Adelina Gimeno Collado y Virginia Gutiérrez de Pineda,
quienes transversalizaran esta concepción para el análisis de las relaciones familiares.
Así mismo, se debe tener en cuenta que la familia no solo es la base de la sociedad como se
le reconoce comúnmente, sino la principal institución encargada de perpetuar o modificar los
usos y costumbres, establecer códigos comunicativos, posicionar o cercenar pautas de
crianza, encarnar visiones sobre futuro y maneras de sobrellevar el pasado de la mano con el
presente. Todavía cabe señalar que, las dinámicas familiares se encuentran atravesadas por
las generaciones que precedieron las actuales, trascendiendo las relaciones primarias entre
padres, hijos y hermanos.
Por otro lado, las historias de vida se entrecruzan cuando se establece la unión entre dos
personas. Convergen así, las cargas culturales que sus familias han plasmado en cada una de
ellas. Estas tienen una gran significancia en la concepción orden familiar, en la actitud frente
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los conflictos que puedan llegar a generarse y en las formas de vida casi sacralizadas que se
institucionalizan en el seno familiar. Tal como lo precisa Barrios (2010) en un ensayo a
manera de diálogo sobre las teorías de familia construidas por Virginia Gutiérrez de Pineda
y Gino Germani: “(...)es una exaltación del carácter polimorfo que encierran; también, de los
cambios que se advierten a partir de las particularidades del contexto geográfico y cultural de donde
provienen”
Buscando rescatar las características idiosincráticas o propias de este vínculo afectivo
intercultural de una manera fidedigna y sin intentar encuadrar los resultados con alguna teoría
o situación referenciada en investigaciones que hacen parte del mundo académico, se orientó
el trabajo de grado hacia el estudio de caso, pues el acento se pone en la particularidad y no
en la generalidad. Entendiendo por idiosincrasia como aquel conjunto de particularidades
culturales que determinan la forma de interacción de individuos o colectivos con el mundo.
Por tal razón, se decide realizar un ejercicio de introspección familiar; se tendrá como
referencia la siguiente pregunta de investigación: ¿Qué características tienen los procesos
idiosincráticos de dos personas con orígenes culturales distintos, que sostienen una relación
sentimental, teniendo en cuenta los prejuicios y estereotipos existentes en sus familias de
origen?
La pregunta tiene su origen en la necesidad o situación problemática de realizar aproximación
y análisis de los elementos idiosincráticos o particularidades del vínculo afectivo de dos
personas con orígenes culturales distintos en el marco de los prejuicios y estereotipos
provenientes de las correspondientes familias extensas.
En este orden de ideas el objetivo central del documento pretende: Determinar y analizar las
características propias de los procesos en el desarrollo de la idiosincrasia o particularidades
familiares de dos personas con orígenes culturales distintos y que sostienen una relación
sentimental a la luz de los prejuicios y estereotipos que se tejen desde las familias de origen.
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Los objetivos específicos son el derrotero para el logro del objetivo central del presente
trabajo de grado. En primer momento se proyecta analizar a partir del concepto de
interculturalidad las narrativas, discursos y acciones cotidianas de una pareja intercultural
que apuntan al desarrollo o inhibición de sus pautas culturales. Además se propone establecer
el conjunto de estereotipos y prejuicios identificables en las familias de origen y presentes en
una pareja intercultural. Por último, identificar aquellos mecanismos y estrategias de
negociación cultural construidas en el marco de una relación afectiva de orden intercultural.
Para el alcance de los objetivos específicos se proyectó un marco metodológico desde un
enfoque interpretativo-constructivista en donde se diseñan unos instrumentos para indagar
por las motivaciones de los actores a partir de la pregunta de investigación de este trabajo de
grado, partiendo de la base de generar una relación empática para propiciar un análisis
inteligible acerca de las dinámicas relacionales en una familias intercultural.
Como método de investigación se utiliza es el estudio de caso de tipología intrínseca, el cual
alude a un proceso exploratorio en donde no hay contaminantes externos que sesguen los
instrumentos o los resultados. En este orden de ideas, los instrumentos empleados fueron:
entrevistas semi-estructuradas y grupales, análisis de material fotográfico,
psicogenosociogramas y protocolos de observación.
En concordancia con lo anterior, los resultados obtenidos en el estudio de caso dan cuenta de
narrativas y discursos particulares que tuvieron cimientos históricos e incidencia en la
construcción de disparidades relacionales al interior de la pareja. Además establecen los
estereotipos y prejuicios presentes en las familias extensas que se orientan al encasillamiento
negativo, sesgado e incipiente del otro.
El primer resultado obtenido está en el orden de dilucidar el componente comunicativo que
se dio mayoritariamente en la conformación del vínculo de pareja, en donde pautas
comunicativas mediadas por la violencia social, cultural, política y simbólica desencadeno
en generalizaciones dañinas y una marcada universalización de la diferencia.
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Otro resultado importante que surgió tras la implementación de los instrumentos de
investigación, está en el orden de las relaciones comunitarias y familiares, teniendo en cuenta
la relevancia que la vida comunitaria tenía en el desarrollo personal de mi madre, se logra
evidenciar que en principio se produce un alejamiento de la dinámica comunitaria a razón de
las pautas comunicativas que ejercía mi padre en su relación de pareja, sin embargo pasado
el tiempo se logra consolidar procesos de adherencia y empoderamiento proyectado al
interior del seno familiar.
Se pudieron identificar espacios neutrales en los que las prácticas propias de uno de mis
padres resultaban familiares para el otro en contextos distintos. De ahí, que fue posible
evidenciar experiencias culturales en común y ascendencias similares entre ambos. También
se describen las conductas que generan división como impropias del mundo cultural, es decir,
las contiendas se han vinculado principalmente a la posesión acompañada de rasgos
celotípicos y no únicamente en las diferencias de orden cultural.
Cabe aclarar que la relación entre celotipia y patriarcalismo (pauta cultural característica de
mi padre) tienen puntos de encuentros desde la ideología en que se enuncian. Por tal razón,
también se erige un análisis que busca dilucidar las características del ejercicio de poder
construido en el vínculo de pareja.
Finalmente como principal conclusión este trabajo de grado, se rescata que las dinámicas
familiares interculturales, para este caso, están permeadas por procesos de concertación de
espacios neutrales, intercambio de saberes, superación de relaciones comunicativas desde la
violencia, la asunción de prácticas de empoderamiento y apropiación cultural.
13
MARCO TEÓRICO
El énfasis de este trabajo de grado son las relaciones idiosincráticas que se tejen a partir de
la conformación de familias interculturales, específicamente desde un estudio de caso
familiar. En primer momento cabe mencionar la relación inherente que existe entre familia y
cultura, trayendo al plano epistemológico el concepto de interculturalidad.
Es preciso traer a colación, el reto que se le impone al Estado de salvaguardar pero ante todo
de reconocer la diversidad en las formaciones familiares; sobre todo cuando se cuenta con
un antecedente de tal envergadura, como lo sentenciado por la Constitución Nacional,
refiriéndose a Colombia como un país multiétnico y pluricultural.
La cultura y el hombre tienen una relación dialéctica. El hombre no es sin cultura y la cultura
no es sin el hombre. Por tanto, la cultura engloba los diferentes ámbitos de la vida cotidiana
del ser humano. Es necesario reconocer al otro desde su nicho cultural para lograr sociedades
más armónicas, más engranadas y sobre todo más comprometidas con el respeto a la
diferencia.
Sin embargo, no solo Colombia tiene como apuesta la interculturalidad. A lo largo de toda la
geografía latinoamericana se busca el reconocimiento de los diferentes grupos humanos y la
defensa de sus derechos, minimizando con esto, la discriminación y la segregación de estos
grupos en el constructo social.
Lo expuesto por Schmidt-Welle (2011) en su libro Multiculturalismo, Transculturación,
Heterogeneidad, Poscolonialismo, señala que la cultura se debe concebir como esferas
colectivas que tienen un núcleo y un centro de gravedad en común. La individualización de
las culturas desde la homogenización al interior de las mismas y una marcada delimitación
externa, propicia el choque y repelencia entre las mismas.
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La interculturalidad según Borrero supone “respeto a la autonomía de las formas de derecho
propia de cada cultura…nunca la imposición en torno a valores que no necesariamente son
compartidos con la misma fuerza o voluntad” (Garcia, 2009). Aunque, este término se acerca
mucho más al objetivo que se pretende con este ejercicio exploratorio, éste continúa
permeado por las lógicas del poder, sin desconocer que su sentido se orienta a un
reconocimiento más fidedigno de la diferencia.
En un informe sobre interculturalidad y educación el Ministerio de Educación del Perú Walsh
(2001) se refiere al término interculturalidad de la siguiente forma:
complejas relaciones, negociaciones e intercambios culturales, y busca desarrollar
una interacción entre personas, conocimientos y prácticas culturales diferentes; una
interacción que reconoce y que parte de las asimetrías sociales, económicas, políticas
y de poder y de las condiciones institucionales que limitan que el “otro” pueda ser
considerado como sujeto con identidad, diferencia y agencia la capacidad de actuar
(p,6)
La interculturalidad requiere de procesos de negociación para el establecimiento de
relaciones equitativas y justas. Relaciones que reconocen las asimetrías sociales y las
dificultades que experimentan ciertos grupos sociales para el desarrollo de capacidades de
manera individual y colectiva debido a sus condiciones histórico-sociales. Cabe señalar que
el concepto de interculturalidad es relativamente reciente. En ese sentido varios autores
relatan en el texto titulado La interculturalidad en América Latina: una categoría en
construcción, que dicha acepción debe estar atravesada por un análisis que tenga en cuenta
la generación de conocimientos. Describen a Latinoamérica como un escenario de
desigualdades sociales y culturales que agudizan la segregación y subordinación de unos
grupos sociales con respecto a la mayoría homogeneizante.
Al problematizar el origen de los conocimientos y las pautas culturales mayoritarias, emergen
saberes ancestrales que no son avalados o considerados como influyentes en el campo
intelectual por no enmarcarse en el método científico. Por tanto, se afirma que cuando estos
saberes subalternos incidan en los escenarios de poder “el diálogo intercultural debe superar
15
el supuesto de armonía e igualdad…, para afirmar el carácter político de la diversidad y la
diferencia” (Bussoletti, Guevara, & Landin , 2011).
Así mismo lo expone Dina Picotti (2006) en su ponencia titulada “Diversidad cultural e
interculturalidad”, agregando que la temática de la interculturalidad ha merecido tanta
atención y se encuentra, debido a que: El fenómeno de emergencia de identidades sociales
de todo tipo, entre ellas culturales, reclamando sus derechos, lo pone en evidencia y
constituye un desafío a la buena voluntad y a la capacidad de saber ‘vivir juntos’
Néstor García Canclini menciona a la interculturalidad desde el concepto de la hibridación
cultural en un mundo globalizado que diluye cada vez más las fronteras entre naciones. Las
formas de comunicación y el consumo atraviesan las dinámicas culturales, afirmando que
son escasas las culturas que han mantenido su hermetismo al avasallante proceso
globalizador (Campos, 2006).
Gracias a los medios de comunicación es posible viajar de un país a otro, conocer sus
culturas, en tan solo segundos, sin despegarse de la computadora. Sin embargo, la
interculturalidad desde esta óptica, se encuentra permeada por la mercantilización, el
consumo y la comunicación a causa de estas premisas se dan la hibridación cultural, pero no
se acentúa en el discurso político y las desigualdades e injusticias que supone la
interculturalidad.
Por su parte, Melgesini en su obra titulada Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e
interculturalidad, refiere que la interculturalidad y el multiculturalismo son dos palabras
contrarias en sus significados. La primera muestra a dos personas o grupos sociales
interactuando, dialogando y conviviendo. Entre tanto, el multiculturalismo advierte sobre
grupos o comunidades étnicas culturalmente distintas que coexisten en un mismo territorio.
(Malgesini, 2000)
Es así, como también algunas teorías migratorias sostienen que es imposible la convivencia
entre nativos y migrantes, argumentando que cada cultura ostenta su desarrollo en aquel lugar
16
de donde es originario. Sin embargo se pasa por alto la dinámica de los grupos culturales,
que se encuentran lejos de ser rígidos e inflexibles, y que sin duda tienden a engranar procesos
de desarrollo humano.
Este dinamismo de las culturas, pone de manifiesto la cultura como una conducta aprendida
y como marco interpretativo de la realidad. Es decir hay diversas acciones que se perpetúan
y transforman a través del tiempo en cada nicho poblacional, dando cabida a sistemas de
interpretación de ideologías y simbolismos de acuerdo al contexto.
La cultura en si misma se comparte y cuenta con mecanismos de adaptación. Las personas
que hacen parte de una cultura se encuentran sujetos a prácticas compartidas con otros grupos
humanos, sin embargo cada una impregna su sello colectivo. De igual manera presenta
procesos de adaptación de acuerdo a los desafíos sociales y naturales que la cotidianidad les
impone.
La interculturalidad se extrapola a las dinámicas de familia, y teniendo en cuenta procesos
como el mestizaje, que se ha dado desde los tiempos de la colonia, los límites culturales son
cada vez menos visibles y la hibridación cada vez más frecuente. Sin embargo es posible
encontrar familias en donde la división y el choque cultural es la constante, acompañado de
un ejercicio de poder homogeneizante que somete al otro. También se puede presentar el caso
opuesto de familias que aunque con marcadas diferencias abren espacios para intentar
construir escenarios interculturales.
Esto se refleja en la presentación del artículo titulado Virginia Gutiérrez de Pineda y su
aporte al estudio histórico de la familia en Colombia, en el que Pachón (2005), referencia
apreciaciones del académico Miguel Fornaguera con respecto a la ardua labor de Gutiérrez
en la temática familiar. La incipiente familia monolítica tradicional pasa a una multiplicidad
de tipologías, esto gracias a las investigaciones adelantadas por Gutiérrez de Pineda –para el
caso colombiano-, quien se percató y analizó estas conformaciones familiares teniendo en
cuenta culturas regionales, clases sociales, zonas rurales y urbanas, cursos de vida y tenencia
de la propiedad.
17
Además Gutiérrez de Pineda instauró dos derroteros principales en sus investigaciones sobre
familia que definitivamente contribuyeron a un análisis académico de las uniones familiares.
El primero se centró en escudriñar las historias de la familia en épocas pasadas; mientras que
el segundo dio paso al estudió la familia en el Siglo XX. Para ello fue necesario retomar en
el análisis la historia afro, indígena e hispana de la nación.
Es así como las investigaciones en torno a la institución familiar en cabeza de Gutiérrez de
Pineda, resaltaron en primera medida las relaciones de género que se gestan e influencian las
relaciones familiares. Se evidencian las nuevas conformaciones urbanas-mixtas que
precedieron los grandes complejos culturales, transito que tiene su origen en las oleadas
migratorias que permiten el desarrollo de relaciones interculturales. Se analizó el cambio de
familias extensas del área rural a familias nucleares asentadas en las ciudades, de ahí que
también se abrió espacio para la discusión del trastoque en los lazos de confraternidad debido
a los cambios de zonas.
Las migraciones generan colosales procesos de urbanización; las fronteras ya no son
externas, son internas y reconfiguradas (Borobio, 2003). Las urbes son habitadas por
personas y grupos familiares que provienen de diferentes zonas del país. La violencia para el
caso de Colombia se convierte sin duda en un factor que incide en esta movilización a las
grandes ciudades, desde los lugares más recónditos de la geografía nacional; esto aunado a
una grave problemática agraria en el marco de la titulación, la tenencia y uso de la tierra.
Sin embargo la violencia no fue la única causante de estas masivas migraciones, el abandono
sistemático de las zonas rurales en cabeza de los gobiernos de turno, se constituye como un
factor de gran incidencia para el desplazamiento de personas y familias de sus asentamientos.
No hay garantías ni oportunidades para la tenencia de una vida digna en zonas rurales. Tal
situación sigue generando que millares de personas se desplacen a las cabeceras municipales
y grandes ciudades en procura de empleos mejor remunerados y oportunidades educativas
más factibles.
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Estas dinámicas migratorias facilitan o crean el lugar propicio para que personas con culturas
diferentes se encuentren en nuevos escenarios urbanos y se relacionen en diferentes estadios,
uno de ellos, el afectivo; trastocando los modelos culturales en las nuevas generaciones,
siendo más tenue la delimitación entre culturas, aflorando los estereotipos y prejuicios
enmarcados en los regionalismos, que aún subsisten en el país cuenta causa de temas
culturales, políticos y/o sociales.
Por tanto las relaciones interpersonales en las ciudades se empiezan a modificar, ya que la
posibilidad de la conformación de familias interculturales es cada vez mayor. Esto debido a
que culturas tan férreas como las étnicas, lejos de sus territorios ancestrales, tienden a perder
el control de sus vidas desde sus familias o autoridades.
Para el caso de uniones de orden intercultural, Gutiérrez de Pineda, según lo señala Ximena
Pachón, realiza un análisis de la miscegenación o “el generado por los apareamientos
interétnicos” (Pachon , 2005). Análisis que se remonta a tiempos de la colonia en donde
africanos, indígenas y españoles se vieron involucrados en intensos y fuertes procesos de
mestizaje que podrían inferir la perdida de las etnias originarias del país. Pachón afirma:
Los autores (Gutiérrez de Pineda y Pineda Giraldo) concluyen mostrando cómo fue la familia
la institución que rompió el andamiaje jerárquico colonial, y por esto se hizo indispensable
describir como unidades específicas, la familia española, las variantes indias y plantear la
situación familiar del esclavo en su situación de tal. Ninguna de las tres sobrevivió
separadamente, ninguna de las tres formó un patrón único (p.268)
El interculturalismo marcó la era colonial gracias a los mestizajes y a la línea casi difusa entre
culturas, las particularidades se mantenían, pero la realidad injusta y desigual se oprimía a
través de la violencia. Las personas indígenas, negras, criollas y blancas que conforman
familias bajo este modelo, establecen nuevos códigos de comunicación, nuevas formas de
enamoramiento, nuevos códigos morales. Estos vínculos traen consigo la configuración de
un entramado de emociones y sentimientos de la mano de la cotidianidad.
19
Al igual es necesario traer a colación que las concepciones sobre los ciclos vitales también
han cambiado notoriamente y en algunas culturas hasta la actualidad, mantienen una
concepción diferenciada, como en el caso de algunas comunidades indígenas que contemplan
otros rangos de edad para la infancia. Lo anterior establece aspectos culturales en estos niños
que se diferencian significativamente de los que pertenecen a otras culturas. Las familias
deben verse desde el lente de la particularidad e historias de vida para hallar los sentidos y
significados que imprimen a sus prácticas.
Es por ello que en la actualidad la familia refiere a “realidades diversas” (Flandrin, 1979).
Haciendo énfasis en el parentesco o linaje, las personas que viven bajo un mismo techo en
matrimonio o hecho. Sin embargo, estas clasificaciones de corte conservador se quedan
incipientes a la hora de identificar el registro de las nuevas familias: familias interculturales,
monoparentales, homoparentales, entre otras.
En este marco el Ministerio de Salud (2012) recoge, visibiliza y busca garantizar los derechos
de todas las familias sin distinción alguna. Es por ello que se construye y pone en marcha la
Política Pública Nacional para Familias Colombianas 2012-2022, cuyo objetivo es
Proporcionar a las familias colombianas los recursos afectivos, económicos, culturales,
jurídicos, democráticos y las fortalezas como sujeto colectivo de derechos para orientar
el desarrollo integral propio y el de sus integrantes individualmente considerados, para
que sean reconocidas en su diversidad estructural, étnica y cultural y como agente
interlocutor de su entorno político, económico y cultural (p.49)
El postulado anterior evidencia la diversificación en las familias y las incidencias presentes
en la forma de organización social, pues se formula una política que de respuesta y movilice
los derechos fundamentales de las familias asentadas en el territorio nacional, reconociendo
que otras formas de familias han empezado a conformarse como es el caso de las familias
interculturales. Actualmente en Colombia se han identificado cinco grupos étnicos:
indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros y pueblo gitano. Cada vez es más alta la
probabilidad de que estos tipos de familias se den, debido a las dinámicas demográficas y
sociales actuales.
20
Es posible inferir que estas conformaciones familiares no son tan nuevas como se podría
llegar a pensar; los procesos de hibridación cultural o mestizaje provienen de antaño,
favoreciendo la unión de personas con culturas diferentes y la construcción de nuevas
dinámicas desde la particularidad ancestral de cada quien. Lo que permite la vivencia de
etapas en la relación marcadas por la interculturalidad, en ocasiones la multiculturalidad y
otras tantas por la transculturalidad.
Debido a lo anterior el constructo social se encuentra en permanente cambio: nuevas
configuraciones demográficas, nuevas tipologías familiares, transformaciones en las
relaciones con las familias de orientación como lo denomina Gutiérrez de Pineda, nuevas
proyecciones de futuro. Todo esto atravesado desde el cercenamiento, apalancamiento y
desarrollo de nuevas y viejas prácticas.
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MARCO METODOLÓGICO
Se llevó a cabo una investigación de corte cualitativa a partir de la modalidad de estudio de
caso para el logro de los objetivos propuestos. Se configura como un ejercicio exploratorio
hasta esta etapa debido a que el Estado del Arte sobre familias interculturales arrojó como
resultados información que destaca la temática pero desde otras latitudes, considerada como
estudios cuyo análisis que se alejan del contexto específico. Otros estudios que se han
encontrado sobre este tipo de familias se han orientado hacia la educación o las migraciones.
El paradigma epistemológico desde el que se cimienta el trabajo de grado es el
interpretativismo-constructuvismo enunciado por el autor Alfonso Torres Carrillo en su libro
Aprender a Investigar en comunidad (Torres Castillo, 1997), ya que se pretende interpretar
para desentrañar los sentidos y significados que se generan y reproducen en la vivencia de
las emociones, sentimientos, discursos, temores, encuentros y desencuentros en el marco de
un vínculo intercultural.
De ahí que el diseño del trabajo de grado se haga a partir de la técnica del estudio de caso, el
cual es un método que abarca diferentes tipos de investigación: naturalistas, holísticos,
etnográficos, fenomenológicos y biográficos, tal como lo señala Simons (2011) en su obra.
El estudio de caso se centra en la particularidad del fenómeno de manera empírica y bajo la
tutoría teórica de diferentes teorías y perspectivas de la complejidad.
Aunado a lo anterior, el estudio de caso de este documento se define desde la tipología
intrínseca, es decir el interés de iniciar un proceso exploratorio como este, proviene del caso
en sí, no hay contaminantes externos que sesguen los instrumentos ni los resultados.
Los instrumentos metodológicos que se utilizaron para la obtención, recolección, depuración
y análisis de la información, fueron los siguientes:
1. Las entrevistas semi-estructuradas y grupales
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2. Análisis de material fotográfico
3. Psicogenosociogramas
4. Protocolos de observación
METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN.
El siguiente apartado comprende los pasos necesarios para categorizar y analizar la
información obtenida a partir de la aplicación de los instrumentos metodológicos utilizados.
Esta metodología ha sido desarrollada por el académico José Luís Piñuel Raigada (2002), en
el artículo titulado Epistemología, metodología y técnicas de análisis de contenido y se
relacionan a continuación:
1. Selección de la comunicación
2. Selección de las categorías
POBLACIÓN/MUESTRA
Las personas que conforman el universo en esta investigación, se encuentran divididas en
actores principales y secundarios. Teniendo en cuenta que este trabajo de grado de enmarca
un estudio de caso de una pareja que sostiene una relación sentimental con más de 30 años
de convivencia. Los actores principales son Hernán Soto Fuentes y María Delfa Tintinago
Paz. No obstante otros actores que hacen parte de la familia nuclear y extensa de esta pareja,
se involucraron en el trabajo exploratorio a partir de la aplicación de los instrumentos
metodológicos en estas personas.
A continuación se realiza una breve descripción biográfica de los actores principales del
presente estudio de caso:
Hernán Soto Fuentes nació el 19 de junio de 1960 en Boavita (Boyacá), en el seno de una
familia humilde y con fuertes ideologías políticas de orden conservadoras; ocupó el lugar 10
entre 11 hermanos y hermanas. A diferencia de las familias ultra-conservadoras que se
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situaban en esta zona, ésta se encontraba al mando de la madre, la señora Rosalbina Fuentes,
quien abandonó el hogar cuando Hernán contaba con tan solo cinco años de edad.
A los diez años de edad abandona a su padre para trabajar como jornalero en fincas de
Santander, Guajira, César, Norte de Santander, Arauca y Venezuela. Teniendo veinte años
arriba a la ciudad de Bogotá luego de haber prestado el servicio militar. Con el fin de explorar
nuevas oportunidades laborales; consigue empleo en vigilancia privada y se reencuentra con
su madre, a quien no reconoce después de tantos años sin verse.
Tan solo algunos años después conoce a María Delfa Tintinago Paz, quien se convertiría en
su actual compañera de vida. Él trabajaba como vigilante en la zona norte de la ciudad y ella
trabaja como empleada en una de las casas que el cuidaba.
Siempre ha sostenido relaciones conflictivas con su familia de base a excepción de la relación
con una de sus hermanas, todas ellas mayores que él. Esto debido al fuerte temperamento y
a los rasgos celotípicos que presenta. Aunque con marcadas diferencias ideológicas, él
mantiene mayor relación y vínculos con los miembros de la familia de su pareja. La familia
de María, de acuerdo al contexto específico en el del cabildo indígena frecuenta
constantemente el hogar de esta pareja, y gracias a estos espacios él ha encontrado cabida y
familiaridad en algunas de las acciones colectivas que adelantan como comunidad indígena.
En un principio él jugo un papel cargado de tiranía, transitando por la indiferencia y en
algunos momentos la conciliación, con respecto a los arraigados usos y costumbres de su
compañera. Actualmente a sus 55 años empieza a tener una postura de inclusión y aprendizaje
de estas formas de vida que lo han acompañado por más de 30 años. A esto se suma el
compromiso y la afabilidad que tienen sus tres hijos por los procesos comunitarios,
llevándolo a conocer algunos aspectos de la dinámica del cabildo.
Por su parte, María Delfa Tintinago Paz nació el 5 de junio de 1959 en el Resguardo Indígena
de Rio Blanco que corresponde a la zona del macizo colombiano al sur del departamento del
Cauca. Sus padres Pedro Pablo Tintinago y Ana María Paz Palechor tuvieron 6 hijos,
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ocupando ella el segundo lugar. Creció en la vereda de La Floresta con unas marcadas
costumbres campesinas. Acudió tan solo tres años a la escuela, debió retirarse para ayudar a
sus hermanos(as) menores. Trabajaba arduas jornadas con sus padres y hermano mayor en el
páramo y la montaña.
Por la posición que ocupó dentro de la familia, debió asumir responsabilidades en la crianza
y manutención de sus hermanos menores, por lo que a los quince años, se vio en la obligación
de migrar a ciudades cercanas como Popayán y Cali para trabajar en el servicio doméstico.
Sus padres no apoyaron la decisión de abandonar el territorio ancestral e irse a estas ciudades
tan grandes y con realidades tan diferentes.
Cabe resaltar que a causa de la doctrina católica y la lejanía de la vereda con el pueblo de Rio
Blanco, los niños Tintinago, no eran conscientes de su ascendencia indígena, a pesar de que
muchas costumbres hacían parte de la etnia indígena Yanacona. Un ejemplo de ello son: la
soberanía alimentaria, saberes ancestrales en salud, economía de trueque y el uso de códigos
lingüísticos que poco a poco desaparecieron. Simplemente pensaban que eran campesinos.
Con el pasar del tiempo varios jóvenes del resguardo iniciaron procesos de recuperación de
la cultura a partir de la creación de estamentos y de la aceptación de las leyes originarias
proferidas por las autoridades, reglas sociales, minga y pago de guardia.
A los 20 años llegó a la ciudad de Bogotá buscando nuevas oportunidades laborales. Al
encontrarse trabajando con una familia conoce a Hernán Soto Fuentes a la edad de 24 años.
Unen sus vidas en una relación de hecho que hoy suma 30 años de convivencia.
Ella vivió diferentes formas de maltrato por parte de su compañero, que lograron cercenar y
en otros casos obstaculizar acciones propias de su idiosincrasia cultural. Se convirtió en una
persona sumisa ante las condiciones que esta persona ponía en su vida.
En la actualidad con 56 años de edad es una mujer empoderada de sus procesos comunitarios
y con mayor ejercicio de poder al interior del constructo familiar.
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RESULTADOS
Teniendo en cuenta la información obtenida a partir de las entrevistas semi-estructuradas
realizadas a los actores claves y secundarios que hacen parte del contexto de la pareja, se
analizan las siguientes variables que buscan dar luz a los elementos idiosincráticos que
caracterizan a este vínculo de pareja de orden intercultural.
LA COMUNICACIÓN
Sin duda alguna los códigos socio-lingüísticos por medio de los cuales los seres humanos se
comunican, hacen parte imprescindible de las formas como se logra socializar, por tal razón
las personas que forman vínculos de pareja no escapan de éstos. A partir de la comunicación
se crea, se moviliza, se consume, se relaciona y se establecen vínculos desde la instauración
de mecanismos lingüísticos que responden a un contexto particular de pareja.
La comunicación se da entre estas dos personas gracias a la lengua común que tienen ambos,
sin embargo las problemáticas empiezan a aflorar con el proceso de interacción social.
Miquel Rodrigo (1999), catedrático español explica que los principales obstáculos en la
comunicación intercultural se generan por la falta de conocimiento de la cultura opuesta al
otro (diferencia geográfica significativa y poca afinidad cultural), de generalizaciones sobre
la pareja que inciden en sobredimensionar las diferencias culturales partiendo de patrones
comparativos. Se pone énfasis en la diferencia y no se rescata lo común.
Las dos personas que conforman el vínculo y sus familias presentan características diferentes
en el lenguaje de acuerdo al contexto de origen. La historia y la dinámica social de sus
lugares de procedencia marcaron el discurso del presente y del futuro, sin embargo tal como
se señaló anteriormente el acento puesto en la diferencia opacó las similitudes que compartían
como habitantes originarios de regiones rurales en un mismo país.
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En las entrevistas realizadas a la pareja de manera separada, es fácil identificar palabras y
frases que ella señala como ofensivas y que eran usadas por la madre de su pareja con el fin
de menoscabar su fenotipo, así como sus usos y costumbres. Ella refiere que constantemente
esta mujer se denominaba a ella misma y a su familia como turcos, como mi hijo que tiene
el pelo como una naranja y los ojos verdes” (Tintinago Paz M. D., 2016). No solo el tema
étnico que alude al acervo cultural de cada persona, también los rasgos físicos generaban
malestar entre algunos de los familiares. Por tal razón, eran constantes las oportunidades en
que estas personas la nombraban como tuneba cachiporra. La palabra tunebo se relaciona
con personas negras, mientras que cachiporro era como coloquialmente se les denominaba a
aquellas personas que simpatizaban con las ideologías del Partido Político Liberal.
Al realizar el rastreo del significado de tuneba y cachiporra, se encontró que “Los u’wa más
conocidos como tunebos habitaban en la cordillera oriental andina de Colombia en el actual
departamento de Boyacá” (Osborn, Cabrera, & Marño, 1990). Se encuentra que
etnográficamente los tunebos no eran negros, sino una etnia indígena asentada al norte de
Boyacá, cerca de la Sierra Nevada del Cocuy y a Boavita de donde procede la familia Soto
Fuentes. Además este último municipio debe su nombre a los indígenas originaros de este
territorio denominados Guavitas o Boavitas.
Por su parte la acepción cachiporro o chusma, si bien es cierto se relaciona con personas que
militaban o eran partidarios de las ideologías liberales, también presenta una carga
estigmatizadora por su relación con el comunismo y el terrorismo (Reyes Benavides). Sin
duda alguna Boyacá era cuna de las ideas conservadoras en la época del conflicto bipartidista;
existía un odio profundo por el que pertenecía al otro grupo, ocasionando la muerte de
millones de personas en los campos. Por tal razón no era propio que este hombre uniera su
vida a una mujer con orientaciones políticas contrarias a las de su familia, teniendo en cuenta
la coyuntura social por la que atravesaba el país.
A lo anterior se suma la ascendencia ilustre o el abolengo español que siempre manifestó
tener la familia de Hernán, como bien lo referencia María en la entrevista “Nosotras (ella y
sus hermanas) somos las señoritas Fuentes y venimos de las familias de los Medina”
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(Tintinago Paz M. D., 2016). Medina es un apellido muy antiguo de procedencia española,
su nombre obedece a las ciudades españolas fundadas con el nombre Medina y habitadas por
los moros; cuenta con escudos de armas, tal como lo señala el Diccionario Heráldico y
Nobiliario de los Reinos de España.
Hasta este punto fue posible evidenciar al inicio malestares por parte de la familia de Hernán
a causa de la relación que decidió sostener con una mujer indígena. Adicionalmente la actitud
pasiva de María ante los malos tratos de su pareja, corroboró a que los prejuicios, estigmas y
estereotipos infundados por su suegra se intensificaran. Por ejemplo, el hecho de que María
no fuera de ascendencia española era motivo de menosprecio.
Ahora bien, el padre de ella siempre manifestó miedo y zozobra por el porvenir de su hija,
ya que al interior de esta familia, ella fue la única que se vinculó sentimentalmente con una
persona que no era indígena. Su padre señalaba constantemente la preocupación que le
suscitaba esta relación, aun sin importar que fuera con un blanco o con un indígena de otro
pueblo, las costumbres no serían parecidas y sin duda les traería muchos problemas en el
desarrollo de la relación.
Las hermanas de María mencionan que al principio no les preocupó esta relación. No les
parecía grave que ella uniera su vida a un hombre que no era originario de su territorio pues
era un hombre campesino al igual que toda su familia. Como lo refiere una de ellas “cuando
se conocieron con Hernán nosotros supuestamente éramos campesinos porque a mi papá le
fascinaba ir al pueblo el 5 de junio a festejar el día del campesino (…), nosotros pensábamos
que éramos campesinos” (Tintinago Paz & Tintinago Paz, 2015).
María y su familia pensaban que su origen era campesino debido a que vivían en una vereda
alejada que les impidió conocer los primeros brotes de conciencia de jóvenes del resguardo
con relación a la ascendencia indígena incaica. Estos movimientos fueron reservados y con
poco alcance. Con el tiempo tomaron fuerza, concientizando a los pobladores de su devenir
histórico y cultural, para este momento María ya había emigrado del Resguardo hacia la
ciudad de Bogotá, allí se reencuentra con jóvenes universitarios de Rio Blanco que le
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comparten la realidad de sus orígenes a ella y a otras personas que residían en la ciudad,
culminando con la formación del Grupo Emigrantes Yanaconas del Macizo Colombiano.
El establecimiento del grupo propicio reuniones más a menudo con los paisanos (personas
que comparten un mismo origen) para la formulación de estatutos, recolección de fondos,
viajes para conocer otras experiencias de cabildos urbanos en ciudades como Cali y Armenia,
encuentros deportivos, entre otras actividades; esto generó inconvenientes y conflictos al
interior de la pareja, especialmente por los rasgos celotípicos que presentaba él.
Aquí es importante mencionar que el conflicto subyace a la interacción de identidades de
distinto orden. Para este caso específicamente, Wievorka (2003) nombra como identidades
primarias a las personas que pertenecen a las tribus nativas existentes antes de la
conformación de los Estados-Nación, las cuales personalmente resultan ya muy escasas de
encontrar debido a los procesos de globalización. Las otras identidades son hibridaciones
culturales como las denomina García Canclini, producto de la interacción de culturas y al
mestizaje. El solo hecho de la diferencia en sus orígenes culturales e históricos, que formaron
sus constructos identitarios supone el surgimiento de escenarios de conflicto.
Para este caso las familias de orientación de ambas personas tuvieron niveles de influencia
diferentes. La familia de ella mantuvo poca, casi nula influencia debido a las diferencias
geográficas en relación al espacio en donde se estableció esta pareja y su familia. Por su parte
la familia extensa del hombre tuvo mayor contacto e incidencia en las relaciones de la pareja
por la convivencia que mantenían; quizás esta es la razón principal por lo que se visibiliza
más el papel de este grupo familiar con relación a la pareja.
En el seno del vínculo de pareja se visibilizaron formas comunicacionales opuestas desde el
uso del lenguaje y la corporalidad. El lenguaje utilizado por Hernán hacia María fue hostil y
maltratador, como lo señala ella en algunos apartes de la entrevista “no solo me gritaba
groserías, me pegaba con lo que encontrará por culpa de su abuela, ella le metía cuentos en
la cabeza porque no me quería” (Tintinago Paz M. D., 2016). Entre tanto ella adoptó una
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posición claramente pasiva para no angustiar a su familia y dejar sin padre a la primera hija
de la pareja que estaba por nacer.
No obstante, la forma de actuar de Hernán no se encontraba influenciada únicamente por las
nociones discriminatorias de su madre, sino que definitivamente la comunicación
intercultural poco asertiva abrió espacio para disputas y rencillas en el seno de la pareja.
Analizando el discurso originario de ambas familias y de las dos personas que conforman la
relación, es posible evidenciar:
1. El discurso desde la familia de Hernán se encontró mediatizado o mediado por las
prácticas políticas de orden conservador y por la referida ascendencia ilustre de la que
provenían, generando estigmas y estereotipos hacia ella debido a su origen étnico y
ejercicio político liberal.
2. Se suma a lo anterior la reserva y poca injerencia que toman los padres indígenas de
la etnia Yanacona con respecto a la escogencia y vivencia en pareja de sus hijos. No
se acostumbra opinar sobre estas relaciones así se tenga conocimiento de dificultades
al interior de las nuevas familias.
3. Al interior de la pareja se usó un lenguaje agresivo y violento por parte de él y en
respuesta ella creó un alto nivel de sumisión. Esta sumisión obedece al miedo que ella
tenía de caer en el madre-solterismo, pues esto no era bien visto por parte de su
familia.
4. Sin duda, los problemas comunicacionales se anclaron en dos situaciones específicas:
desconocimiento cultural del otro que desencadenó en generalizaciones dañinas y la
marcada universalización de la diferencia
5. También es posible rescatar las problemáticas acaecidas por el involucramiento de
identidades distintas en un contexto de bricolaje cultural.
6. De igual forma se identificó problemas de convivencia debido a la comunicación
poco asertiva y estereotipada hacia la mujer por parte de la familia de orientación de
su cónyuge.
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7. Pasados los años y un ejercicio de conocimiento mutuo que parte del auto-
reconocimiento cultural y del otro, se han encontrado afinidades y procesos de
aprendizaje de patrones idiosincráticos por parte de ambas personas. Es decir, el
tiempo, la convivencia y la evolución cíclica de la comunicación han permitido
reconocer la afinidad algunas pautas culturales.
RELACIONES FAMILIARES Y COMUNITARIAS
La relación de pareja de estas dos personas se vio seriamente fragmentada y en disputa por
dos razones principales. La primera de ellas alude a la marcada significancia conferida a las
diferencias idiosincráticas. La segunda tiene que ver con las prácticas celotípicas por parte
del hombre.
Las diferencias culturales que generaron escenarios de conflicto en la pareja tienen que ver
primordialmente con la perspectiva comunitaria que ella tenía de acuerdo a sus raíces
ancestrales de orden matrísticas. Por tal razón, María fue obligada a alejarse de las relaciones
comunitarias que se empezaban a gestar en Bogotá. Ya para el año 1984 se funda la Colonia
Rioblanqueña en la ciudad, un espacio donde era fácil el afianzamiento de los lazos
comunales y familiares a partir de un ejercicio de poder desbordado, Hernán consiguió
cercenar esta práctica de su esposa por muchos años.
Sin duda alguna, tal como lo señala Hernán, son precisamente este tipo de encuentros
grupales los que le generan malestar “Porque en mi comunidad no se ve eso, que cada ocho
días reuniones… Estar cada rato en eso (el cabildo)” (Soto Fuentes, 2016). Las reuniones en
el Cabildo se tornaban más recurrentes con el paso del tiempo, debido al robusto nivel de
organización que se lograba.
Las relaciones de heterosocialización que se gestan al interior de una agrupación como el
cabildo, lograron aflorar los rasgos celotípicos en Hernán. Una fuerte dependencia emocional
que enmascaraba a partir de razones tales como: el cabildo es una pérdida de tiempo, no
hacen nada productivo, no tiene nada que hacer en ese lugar, no hay dinero para gastar de
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más en pasajes. Además de presentarse de manera más seguida actos de paranoia con relación
a este espacio como un escenario propicio para la infidelidad.
Es decir, lo que se puede inferir es que el verdadero disgusto no radica en el cabildo como
espacio idóneo para la pervivencia de los usos y costumbres de una comunidad étnica. Lo
que realmente convierte al cabildo en un evento problemático son las relaciones que se
pueden generar con personas del sexo opuesto que pertenecen a la comunidad o inclusive a
la familia. Además del nivel de empoderamiento que puede alcanzar la mujer gracias a las
capacitaciones, conocimientos y praxis que se adquiere con una organización de este tipo.
Aunque a decir verdad estas prácticas ancladas al sistema patriarcal no resultan ser
únicamente de Hernán, desde las pautas de crianza de María se internalizó una sumisión y
anulación de ser de acuerdo a las solicitudes que hiciese su compañero. Esto definitivamente
tiene su origen en la influencia que tuvo la religión en los resguardos indígenas. De hecho,
no estaba bien visto por parte de la familia de María la conformación de una familia en unión
libre. Esta influencia perniciosa de la iglesia la es descrita a nivel colectivo por Gutiérrez de
Pineda de la siguiente manera:
La iglesia logro proyectarse sobre el neófito indio de este complejo. Desintegró su
comunidad al quitarle el poder político en las cabezas dirigentes de su sacerdocio, con
lo cual el rebaño quedo sin su líder. Tomó en sus manos la educación de las clases
dirigentes, caciques y sobrinos hijos de hermana…Inteligentemente la religión católica
conquisto el alma gregaria del pueblo (p.40).
El aislamiento y la soledad en el marco de lo comunitario fueron la constante en la vida de
ella por muchos años. Él logra replicar en su vida de pareja y como padre muchos patrones
ligados al patriarcado: autoritarismo, fuerza, ejercicio desfavorable del poder. Sin embargo
hubo situaciones en las que intentó cambiar pero le fue imposible. En una ocasión el hecho
de que su compañera trabajará hizo que le prohibiera el ejercicio laboral, pero debido a la
insistencia de Ella y a la precaria situación económica termino por aceptar. Él buscaba
sumisión y lealtad pero desde acciones insanas como el maltrato físico, psicológico, sumado
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a esto la dependencia al alcohol, el proceso familiar resultó fragmentado, desesperanzado y
sin un futuro promisorio.
El tiempo, situaciones intrínsecas y ayudas externas, así como el involucramiento gradual de
los hijos, lograron engendrar un hogar estratégico, menos conflictivo, con un ejercicio de
poder restaurado y un tanto equilibrado con la consolidación de espacios neutros. Sin duda
alguna el empoderamiento que ella adquirió a partir de las practicas comunitarias en su
cabildo con el paso del tiempo y la ayuda terapéutica que él buscó para superar la celotipia y
la influencia de sus hijos ahora más grandes, lograron establecer un hogar más armónico.
Ella logra regresar a los procesos comunitarios generando adherencia y empoderamiento de
su identidad primaria y trasegando a una identidad colectiva emergente. Por su parte Hernán
inicia un proceso de negociación familiar a partir de la vinculación incipiente a estos espacios
en donde encuentra reflejado matices de su propia identidad. Es decir, la sociedad es una
simbiosis de culturas o como lo llamaría García Canclini culturas hibridas en las que a partir
del reconocimiento de las raíces propias y las de los demás se logran vislumbrar rasgos
identitarios propios que evitan los estereotipos, las generalizaciones y los reduccionismos.
Los espacios de socialización comunales que compartieron de forma mínima fueron sobre
todo encuentros deportivos y viajes de integración al territorio ancestral y a otras zonas del
país.
De otro lado, ella también conoció el territorio de origen de su cónyuge y otras redes
familiares que lograron equilibrar las perspectivas. Esto se dio en relación a los modos de
producción agrícola y agropecuaria, formas de organización campesina (que no resultaban
del todo distantes a las organizaciones veredales presentes en el Resguardo) y patrones
familiares, específicamente en la forma fuerte de rectificar y castigar a los hijos.
Estas aproximaciones culturales permitieron la antesala para ejercicios plenos de la
interculturalidad en el vínculo de la pareja.
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ESPACIOS NEUTROS E INTERCULTURALIDAD
Los espacios neutros1 son denominados en este trabajo de grado desde la asepsia o limpieza
atribuida a aquellos escenarios familiares que en este caso no se encuentran permeados por
las costumbres o influencia cultural de ninguna de las dos partes.
Es precisamente, la creación o hallazgo de estos espacios que supone pensar que la relación
entre Hernán y María escalonó estadios y adopto una condición estratégica para sortear las
situaciones cotidianas. Es decir, ambos actualmente practican la economía emocional, hacen
lo que les permite ser a los dos sin abandonar escenarios que les permiten ser como pareja.
Dentro de los escenarios propicios para la negociación cultural se encuentran el dialogo sobre
perspectivas de futuro: ¿Qué se desea alcanzar? ¿Cuáles son los saldos pendientes de los
objetivos trazados? La interdependencia se acrecienta en las reuniones con amigos barriales
y viajes familiares de orden nuclear, el objetivo de la construcción familiar se distancia de
las pretensiones personales y las relaciones comunitarias permitiéndoles tener experiencias
significativas, menos caóticas y más inteligentes.
La negociación cultural ha estado presente en los últimos años ya que se han realizado
intercambios consientes y necesarios para alcanzar una mayor armonía en la pareja. Ambos
han aprendido a ceder, pero en especial ella ha aprendido a sobreponerse y encumbrar lo que
considera importante para el desarrollo de su vida.
Por otro lado, actividades propias del cabildo que presentan cercanía con la idiosincrasia
cultural con las que Hernán está familiarizado, permiten su vinculación e intervención activa.
Un claro ejemplo son las ollas comunitarias que se adelantan en los meses de abril y
diciembre, En abril se celebran las siete ollas y en diciembre la realización de la colada de
fin de año. Hernán se vincula porque estas prácticas resultan cercanas a las experiencias
campesinas que solía participar en su natal Boavita.
1 Categoría creada a partir de los insumos obtenidos en las entrevistas a los y las participantes.
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De igual manera en proyectos que tienen como derrotero principal el rescate y salvaguarda
de la tradición oral en el marco del cabildo, en donde a partir de un dialogo de experiencias
ancestrales se traen a colación mitos y leyendas de territorio, participa activamente
socializando aquellas historias que logran tener conexión con el tema a tratar.
En concordancia con lo anterior se recogen las acciones de encuentro al interior del vínculo
a nivel social y cultural, evidenciando que es posible la vivencia de espacios para el ejercicio
de la interculturalidad. Así mismo se identifican nociones similares que se entretejen entre
culturas (sin importar la distancia geográfica, las posturas políticas y la poca afinidad
cultural) y evitan el extrañamiento y/o distanciamiento cultural.
En este orden de ideas, la acción de conocer e intercambiar desde diferentes perspectivas e
historias de vida se relaciona con un concepto desarrollado por Fisher y Shapiro (2007), el
cual denominan como rol satisfactorio. Es decir, estos relatos y acciones en las que él y ella
se vinculan, les resultan agradables y placenteros y por eso acceden voluntariamente a
compartirlas, de lo contrario, se generarían sentimientos de ira, frustración y resentimiento.
El rol satisfactorio presenta tres cualidades principales: un propósito claro, ser significativo
desde el punto de vista personal y no ser simulado (Fisher & Shapiro, 2007).
Y María y Hernán ratifican lo anterior en sus entrevistas: “los paseos si le gustan (a él) sino
que como ahora no volvieron hacer paseos, y las ollas comunitarias cuando son acá (en la
casa)” (Tintinago Paz M. D., 2016). Por su parte Hernán manifiesta “las reuniones son una
perdedera de tiempo…sobre diez le doy un cero…los paseos (organizados por el cabildo) me
gustan porque no tenía nada más que hacer, me gusta ir a los pueblos, conocer, por hablar un
momento y compartir con conocidos” (Soto Fuentes, 2016)
EJERCICIO DE PODER
El fenómeno de las migraciones y desplazamientos han favorecido las uniones de hecho y
los matrimonios entre personas con orígenes culturales diferentes. Al conformarse la familia
se busca definir sus rasgos identitarios a partir del ejercicio de poder entre las partes; la
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distribución de roles, liderazgo, autoridad e influencia social determinan las maneras como
el poder tomará fuerza en la relación (Collado, 1999).
Esta pareja ha transitado diferentes etapas en su vínculo afectivo. La primera caracterizada
por un fuerte ejercicio de poder dominado por Hernán y una actitud sumisa por parte de
María. El autoritarismo y la obediencia en esta primera etapa dificultaron el reconocimiento
del otro pues ella no contaba con las herramientas necesarias para engranar procesos de
empoderamiento, defensa y rescate de las situaciones significativas en su vida.
Con el pasar del tiempo el aislamiento se hizo más agudo y pequeños brotes de resistencia
emergieron. Estos fueron bloqueados con violentos actos que infundían miedo y vergüenza.
Por su parte, la vergüenza se instaló en el vínculo de pareja y en las redes familiares (¿Qué
dirán si llegasen a enterarse? ¿Por qué me sucede esto a mí?), a partir de la comparación con
los demás y lo incomodo que resultaban estos actos de violencia.
Ahora bien, ella entra en una etapa de aceptación y él se convence de ser el ganador. El tema
de la participación en el cabildo queda rezagado por un lapso de tiempo aproximado de ocho
años en los que la frustración y la ira crecen descontroladamente en ella. Finalmente al pasar
el tiempo el deseo de retornar a sus raíces comunitarias logra trastocar el ejercicio de poder
en la pareja y se orienta al equilibrio. “entendemos el poder como algo que también forma al
sujeto, que le proporciona la misma condición de su existencia y la trayectoria de su deseo”
(Foucault citado en Butler, 2001).
A pesar de existieron sentimientos negativos en la relación, ella continúa albergando la
esperanza de retomar los espacios comunitarios y familiares, estos últimos también limitados
por su pareja. En esta etapa de penumbra ella señala frases como “No pensé que me fuera a
tocar esa vida con él… Pasaba noches y noches sin dormir… yo decía con qué hombre me
metí” (Tintinago Paz M. D., 2016).
Además la presión tradicionalista de la familia de María no permitía separación alguna, se
debía continuar con la relación hasta las últimas consecuencias pues una ruptura podría ser
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asociada al adulterio o la incapacidad de ser una esposa ejemplar y complaciente. Es decir,
el poder y la cohesión no eran un asunto propio de Hernán, venían implícitamente marcados
en los discursos moralistas y costumbristas de la familia de ella, anclada a una doctrina
religiosa católica, apostólica y romana. Así lo deja entrever en la siguiente frase: “A mí me
daba pena ir a mi comunidad y decir que me había separado” (Tintinago Paz M. D., 2016).
Entre tanto Hernán continúa con la dominación y la reproducción de sesgos reduccionistas
en contra de la cultura e idiosincrasia de su compañera “Hay una diferencia de kilómetros…
Mis rasgos son más bonitos, por el color. No me interesa aprender nada de los indígenas”
(Soto Fuentes, 2016).
Se presentan situaciones que llevan al límite la relación y a replantear el ejercicio de poder
llevado a cabo hasta el momento en el seno de la relación. La sujeción y sumisión ya no son
una opción, la emancipación de los sentimientos de frustración e ira tienen lugar. El estatus
emocional cambia de orden y se hacen realmente visibles los apegos y dependencias.
Es así como la relación se reconfigura de la siguiente manera:
a) Escenarios problemáticos: los cuales se encuentran permeados por los estereotipos y
sesgos, así como por la acumulación de ira y dolor de años. La negociación cultural
no tiene cabida en tanto no se sanen y se depuren sentimientos y fijaciones tóxicas en
la relación
b) Escenarios neutros: situaciones del diario vivir, propias de la pareja, que permiten
una vivencia armónica de lo construido y proyectado en pareja (viajes y reuniones
nucleares). No hay ningún ejercicio de influencia cultural por lo menos consciente.
c) Escenarios interculturales: espacios de construcción y compartir colectivo en el
marco de lo cultural que resulta cercano y catapulta el rol satisfactorio. Se siente
empatía, agrado y pertinencia en el ámbito en que se desarrollan acciones de este tipo.
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CONCLUSIONES
Al finalizar el actual proceso de investigación se puede concluir que el ejercicio de poder (la
sumisión y las resistencias) ha tenido injerencia en las diferentes etapas del vínculo de pareja
conformado por María Tintinago y Hernán Soto. Las dinámicas de poder se originaron,
evolucionaron y se perfilaron teniendo en cuenta en un primer momento las disparidades
presentes en el número de personas que conformaban las familias extensas. Era evidente que
la cercanía entre Bogotá y el municipio de Boavita (Boyacá) en comparación a la distancia
existente con Rio Blanco (Cauca), permitía que dentro del proceso de socialización familiar
las dinámicas en cada una de las familias extensas tuvieran que ver con la exacerbación u
ocultamiento de los usos y prácticas (soberanía alimentaria, dialectos, cosmogonía,
cosmología, formas de organización y de impartir justicia, entre otras), según correspondiera
el caso.
Por otro lado el miedo a lo desconocido, la casi nula red familiar y la prohibición de retomar
las relaciones comunitarias extrapoladas desde el territorio ancestral, situaron a María en un
rol de sumisión, desventaja y alta vulnerabilidad, en contra posición a la hostilidad, dominio
y ejercicio de poder por parte de Hernán. Las dificultades se agudizaron en el desarrollo de
pareja por cuenta del involucramiento de identidades distintas en un contexto de bricolaje
cultural.
Es precisamente en este contexto caracterizado por redes de apoyo limitadas por las
distancias geográficas y la nula injerencia de la familia de María que se propició la
perpetuación de situaciones extremas de violencia que desencadenarían en acciones de
resistencia y reconfiguración del ejercicio de poder en el seno de la relación de pareja.
Gracias a la firmeza y obstinación, ella consiguió la reactivación de las redes familiares y
comunitarias y el empoderamiento de su propia realidad. Entre tanto, Hernán no pudo
continuar con su actitud insana generando escenarios conflictivos, sino que junto con María
establecieron espacios neutrales y otros de intercambio de saberes. Gracias a esto se logró
mitigar considerablemente el conflicto en su relación.
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En una segunda instancia la proyección de la relación evidenció el interés en el
establecimiento de nuevos escenarios neutrales e interculturales como estrategia para
disminuir la marcada diferencia cultural, sin embargo el tema organizativo y de recurrencia
permanente a reuniones, asambleas, mingas, capacitaciones, entre otras, sigue presentándose
como un factor problema. Esto aunado a la noción de exclusividad y a los rezagos de posesión
que aún son manifiestos por Hernán.
Es así como se muestran tres espacios transversales en la relación de pareja. El primero de
ello son los espacios neutrales considerados como aquellos que se encuentran alejados o
limpios de la influencia cultural, por lo menos de manera consciente. En segundo lugar, se
hallan los escenarios propicios para el encuentro cultural desde ópticas distintas a partir del
reconocimiento y respeto, catapultando la generación de roles satisfactorios. Por último, es
posible evidenciar los momentos problemáticos que aun requieren de procesos de
negociación cultural.
Por otra parte las pautas de crianza fueron distintas en cada uno; las conformaciones
familiares vistas desde la óptica generacional, evidenciaron desordenes y relaciones insanas
en la familia de Hernán, tales como abandono, monoparentalidad, hijos intrusos, violencia
intrafamiliar, generando relaciones y alianzas de frustración e ira. En contraste, la familia de
María se caracteriza por la prevalencia de valores como el respeto, el amor, la tolerancia y la
comprensión, a pesar de las dificultades económicas y oprobios que se presentaron por el
camino. Otra característica latente fue la influencia de actitudes machistas por parte de la
mamá de María, factor que ayudo a naturalizar la violencia al interior de su hogar.
Ahora bien, las narrativas, discursos y acciones que se instalan en la cotidianidad se tejen
desde un contexto histórico, geográfico, político, social, organizativo y cultural desde la
hibridación de contenidos que se da en diferentes momentos de las generaciones familiares.
La comunicación de pareja se encontró circunscrita desde los prejuicios y estereotipos,
construyendo discursos particulares a partir del contexto histórico y socio-político de cada
una de las regiones. Al mismo tiempo, otros aspectos externos también incidieron en el
desarrollo de la relación estereotipada: las filiaciones bipartidistas, la idiosincrasia de los
39
asentamientos poblaciones, niveles de jerarquización y sometimiento a la autoridad, así como
aspectos relacionados con el abolengo y la ascendencia europea.
Otro aspecto importante en la relación son los roles simulados asumidos por María con el fin
de no ir en contravía de los deseos y las determinaciones de Hernán, los cuales jugaron un
doble papel en este vínculo afectivo en algunas etapas de la relación. En un primer momento
se encontraban ligado a prácticas de sumisión e inhibición, más adelante éstos se
constituyeron en una estrategia de supervivencia de los usos y costumbres en escenarios
problemáticos.
Simultáneamente, para el desarrollo humano la negociación y concertación cultural en el
establecimiento de escenarios neutrales y de intercambio de saberes, así como la superación
de espacios problemáticos, potencializaron en este vínculo de pareja, libertades y
capacidades humanas a partir del contexto particular, empoderamiento y asunción de las
formas de vida propia. También a ello se suman la búsqueda permanente de la felicidad, la
plenitud, relaciones diversas y dinámicas, así como la disminución de brechas y odios de
orden cultural. Así mismo propicio una ampliación de las perspectivas culturales para no caer
en actos discriminatorios, xenófobos y segregacionistas.
Este estudio de caso es un aporte al desarrollo humano puesto que evidenció un mundo
permeado por la diferencia, la colectividad y una fuerte tendencia a la homogenización. Sin
embargo, las familias y espacios interculturales superaron el espectro del discurso al interior
de los grupos minoritarios para instalarse en las agendas políticas, buscando el desarrollo
pleno de las ciudadanías
Además supone nuevas reflexiones y análisis de las relaciones de las actuales y futuras
generaciones familiares escudriñando los contextos de intercambio, resistencia,
transformación y permanencia. Se convierte en una apuesta por lograr materializar los
derechos y el ejercicio pleno de la ciudadanía desde la interculturalidad, en armonía con los
desafíos que impone un país en el marco de un proyecto de paz.
40
Finalmente la libertad tal como lo señala Amartya Sen (2000) es el bastión más importante
para alcanzar al máximo de las potencialidades humanas; estas se desarrollan de manera
fluida y plena desde la conciencia y la asunción de las realidades contextualizadas que solo
pueden ser posibles en un mundo libre de prejuicios, razones absolutas y de la formación de
sectores ultraconservadores y ortodoxos. En el caso de María y Hernán estas potencialidades
humanas se han desarrollado paulatinamente y continúan en construcción a partir del
fortalecimiento del empoderamiento de sus realidades.
41
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ANEXOS
ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA DIRIGIDA A LOS PROTAGONISTAS
DEL ESTUDIO DE CASO.
1. ¿Cuál es su nombre?
2. ¿Cómo se define usted?
3. ¿Dónde nació?
4. ¿Cómo describiría su territorio de origen?
5. ¿Qué costumbres y prácticas tiene este territorio?
6. ¿Aún práctica estos usos y costumbres?
7. ¿Cuáles fueron las razones qué lo llevaron a emigrar?
8. ¿Qué edad tenia?
9. ¿Cómo eran sus relaciones familiares y comunales?
10. ¿Cuándo, dónde y bajo qué circunstancias usted conoce a su compañero(a) actual?
11. ¿Cuánto llevan de convivencia?
12. ¿Qué opinión le merecía a su familia su compañero(a)?
13. ¿Ha tenido dificultades en su relación a causa de las costumbres de su compañero(a)?
14. ¿Cómo han podido sobrellevar las diferencias culturales (de existir)?
15. ¿Se arrepiente de acciones del pasado con respecto a la relación?
16. ¿Qué no le gusta de su compañero(a)?
17. ¿Qué practicas comparten y por qué?
18. ¿Cómo proyecta su relación en el futuro?
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ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA DIRIGIDA A OTROS MIEMBROS DE LA
FAMILIA.
1. ¿Cuál es su nombre?
2. ¿Qué relación tiene usted con la familia Soto Tintinago?
3. ¿Qué opinión le merece la relación sostenida por Hernán Soto Fuentes y María Delfa
Tintinago Paz?
4. ¿En algún momento le generó malestar esta relación?
5. ¿Qué caracteriza esta unión?
6. ¿Qué fortalezas y dificultades ha podido usted identificar en esta relación afectiva?
7. ¿Conoce usted de los orígenes y cultura de cada uno?
8. ¿Cómo proyecta esta relación en el futuro?
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