El Enfoque Cognitivo Conductual en el Tratamiento de la Depresión, ilustración de
un caso clínico.
Luis Fabian Hincapie Castro
Módulo de modelos y perspectivas en psicología clínica (enfoque cognitivo conductual)
Especialización en Psicología Clínica
Facultad de Psicología
Universidad Pontificia Bolivariana (UPB)
Bucaramanga
2015
La terapia Cognitivo Conductual y la activación Conductual como estrategias para el
tratamiento de la depresión
El presente escrito se presenta como una aproximación, bosquejada mediante un caso
clínico, al abordaje psicoterapéutico que el enfoque cognitivo conductual ofrece para el
tratamiento de la depresión. Así mismo, se articula la terapia cognitivo conductual de
Aarón Beck con abordajes de tercera generación, como el caso de la activación conductual
de Jacobson.
A continuación se realiza una breve descripción del caso clínico para posteriormente
plantear el abordaje del mismo desde el modelo de tratamiento antes mencionado.
Se trata de la paciente X, mujer de 38 años que pertenece a un núcleo familiar
conformado por ella, su esposo y sus dos hijos. En la actualidad presenta cuadro clínico de
6 meses de duración, desencadenado presuntamente por la ocurrencia de conflictos dentro
de la relación familiar, especialmente en el subsistema conyugal, donde se presenta
distanciamiento y constantes discusiones con su esposo, y en el subsistema paterno filial, en
donde la paciente busca manejar y contener las conductas de oposición a la norma de su
hijo mayor, quien transita por la etapa de la adolescencia y se muestra “rebelde” a la
autoridad que la paciente representa. Estos eventos ambientales desencadenan en X un
cuadro clínico caracterizado por la presencia de insomnio de conciliación, pérdida del
apetito, fatiga y pérdida de la energía (astenia), generando esto último disminución de la
actividad voluntaria y clinofilia, ánimo melancólico la mayor parte del día, episodios
recurrentes de llanto, ideación suicida no estructurada, ideas intrusivas y recurrentes de
minusvalor asociadas a su constructo de autoconcepto “soy una mala madre, no sirvo para
nada, ya no puedo hacer nada bien, he perdido el control de mi vida y la capacidad de
rendir en lo que hacía”, pérdida del interés hacia el desarrollo de tareas gratificantes
(anhedonia), tendencia perceptual pesimista hacia el mundo, el fututo y sí misma (triada de
Beck) y conductas de aislamiento de su círculo social y escenarios de participación (trabajo,
familia extensa). Tanto la duración de los síntomas, como la intensidad y variedad de los
mismos cumplen con los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales, V edición (DSM V) para realizar el diagnóstico de Trastorno
depresivo mayor (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013).
Sobre el anterior caso, la pregunta que surge, y sobre la cual se da desarrollo al trabajo,
es ¿de qué manera la Terapia Cognitivo Conductual y la Terapia de Activación Conductual
ofrecen una posibilidad de abordaje y tratamiento de las problemáticas de la paciente X
anteriormente descritas?
Para dar respuesta al anterior interrogante, primero será necesario definir brevemente
cada uno de los modelos terapéuticos anteriormente mencionados. La Terapia Cognitiva
Conductual de Aarón Beck, es un abordaje terapéutico que supone un proceso activo,
directivo, estructurado y de tiempo limitado que se utiliza para tratar distintas alteraciones
psiquiátricas (Lyddon y Jones, 2002). Se basa en el modelo teórico que concibe al ser
humano como un sujeto pensante que está continuamente procesando y atribuyendo un
valor y significación a las circunstancias y fenómenos que acontecen en su espacio y
experiencia vital. En este proceso de valoración y significación del mundo, el individuo
establece un sistema de creencias centrales que representan un filtro para interpretar y
entender sucesos de la realidad (Beck, Rush, Shaw y Emery, 2010). Estas creencias
centrales determinarán en gran medida las cogniciones (ideas) y la manera en la que las
personas sienten y actúan frente a diferentes situaciones de su cotidianidad y experiencia de
vida (Beck y cols. 2010). En ese sentido, la terapia Cognitivo Conductual se plantea el reto
de identificar, para posteriormente confrontar, desmontar y restructurar aquellas creencias
irracionales que distorsionan la manera en la que el individuo procesa y valora los eventos
de su realidad. Así mismo, a medida que se van flexibilizando las creencias y
apreciaciones del sujeto, volviéndolas más realistas y adaptativas, se trabaja en la
incorporación de prácticas y actividades a su rutina diaria con el fin de sustituir conductas
desadaptativas y fomentar la aparición de cogniciones positivas frente a su proceder (Beck
y cols. 2010)
Por otro lado, la Terapia de Activación Conductual de Jacobson, es una propuesta de
intervención de tercera generación que para el caso de la depresión se basa en el
planteamiento de que existe una circularidad nociva y mantenedora del malestar entre la
inactividad del sujeto con depresión, generada por ideas de incapacidad e inutilidad, y las
ideas de incapacidad e inutilidad, generadas por la falta de actividad u ocupación en el
individuo (Martell, Dimidjian y Herman, 2010; Mendoza, 2013). Por ello, el propósito
principal de la intervención será el de aumentar la participación en actividades adaptativas,
que generalmente están relacionadas con experiencias de placer o dominio, reducir la
participación en actividades que mantienen la depresión o aumentan el riesgo de depresión,
y resolver los problemas que limitan el acceso a los refuerzos positivos en la actividad
conductual del individuo (Martell, Dimidjian y Herman, 2010; Mendoza, 2013; Barraca,
2009; 2012).
En ese sentido, a partir de estos dos abordajes terapéuticos, la intervención de las
problemáticas de la paciente X asociadas a su sintomatología depresiva, estaría orientada
inicialmente a la identificación, mediante el análisis del discurso de la paciente, tanto de las
ideas irracionales generadas durante la aparición del episodio depresivo, como de las
creencias centrales sobre las cuales dichas ideas irracionales se fundamentan.
Adicionalmente y en simultaneidad con un manejo farmacológico para lograr el
restablecimiento de la homeostasis en los procesos fisiológicos de X, se buscará mediante
técnicas de registro de pensamientos y restructuración cognitiva, evidenciar la
irracionalidad y rigidez de los esquemas mentales y sustituir el sistema de creencias de X
por un conjunto de concepciones más realistas y adaptativas. Adicionalmente, se planteará
la asignación de tareas graduales con las que se buscará que la paciente progresivamente
incorpore a su rutina diaria de inactividad y pasividad, actividades que le sean gratificantes
o en las que perciba un nivel elevado de control, buscando con ello generar evidencias que
cuestionen las ideas de incapacidad e inutilidad de X. Finalmente la paciente será dotada
de habilidades terapéuticas que le permitan identificar, cuestionar y modificar la aparición
de nuevos pensamientos automáticos e ideas distorsionadas, buscando así delegar en ella un
rol de coterapeuta que le permita adquirir autonomía frente al abordaje y resolución de sus
problemáticas personales.
Finalmente, dentro de las limitaciones de esta propuesta de abordaje terapéutico, se
resalta el hecho de que aunque se logre una restructuración del sistema de creencias de la
paciente, el cual representaba un sesgo en el procesamiento y valoración de la información
ambiental y generaba en gran medida la aparición tanto de las ideas de desesperanza y
minusvalor, como de sus respectivas conductas y reacciones emocionales, es poco el
trabajo que se realiza para transformar en la familia las dinámicas de interacción y
problemáticas generadoras del malestar clínico en la paciente.
Referencias bibliográficas
Asociación Americana de Psiquiatría (2013) Guía de Consulta de los Criterios
Diagnósticos del DSM-5.Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría.
Barraca, J. (2009). La Activación Conductual y la Terapia de Activación Conductual
para la Depresión. Dos Protocolos de tratamiento desde el modelo de la Activación
Conductual. EdyPsyché 8, (1): 23-50
Barraca, J. (2012). Aplicación de la Activación Conductual en un paciente con
sintomatología depresiva. Clínica y Salud. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid 21,
(2): 183-197.
Beck, A., Rush, J., Shaw, B., & Emery, G. (2010). Terapia Cognitiva de la Depresión (Décimo Novena ed.). Bilbao : Biblioteca de Psicología Descleé de Brouwer.
Blackburn, M., & Moorhead, S. (2002). Capítulo 2: Depresión. En W. Lyddon, & J. Jones, Terapias Cognitivas con Fundamento Empírico (págs. 15-34). Mexico D.F: Manual Moderno.
Martell, C., Dimidjian, S., & Herman, R. (2010). Activación conductual para la depresión: una guía clínica. Bilbao : Biblioteca de Psicología Desclée de Brouwer.
Mendoza, A. M. (2013). Activación Conductual: Revisión del procedimiento y técnicas para el tratamiento de la depresión . Barcelona : Instituto Superior de Estudios Psicológicos. ISEP.
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