El zarzo de los pemoles
COLECCIÓN NUEVO SIGLO
El zarzo de los pemoles© Carlos AcostaPrimera edición 2012
ISBN: 978-607-95663-8-8
Gobierno del Estado de Tamaulipas
Ing. Egidio Torre CantúGobernador Constitucional del Estado de Tamaulipas
Mtra. Libertad García CabrialesDirectora General delInstituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes
Fotografía en portada:Antiguo Morelos (antes Tampemol), 1957por Enrique Guerrero Álvarez.
Fotografía del autor:por Celeste Acosta.
Derechos exclusivos de edición en castellanoreservados para todo el mundo.
Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA)Calle Francisco I. Madero N° 225, Zona CentroCiudad Victoria, Tamaulipas (C.P. 87000)Teléfonos: (01-834) 1534312 Ext. 128
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la portada, viñetas eiconografías, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera algunani por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabacióno de fotocopia, sin permiso del editor.
El zarzo de los pemoles
Carlos Acosta
Para el Gobierno del Estado, brindar un accesototal a las expresiones artísticas como parte de
una estrategia de desarrollo cultural integral paratodos los segmentos de nuestra población, es una desus más relevantes prioridades.
La escritura, en todas sus variantes, es una delas formas creativas que nos acercan, nos identificany nos reafirman como tamaulipecos y mexicanos.La voz de nuestros escritores es también, la voz denuestras comunidades.
La literatura en particular, recrea la fuerza delas acciones en la palabra. Es reflejo, testimonio,búsqueda, oficio e imaginación.
Para alcanzar el Tamaulipas que todosqueremos, acercamos la obra de nuestros autoresa nuestra gente. Nuestra labor editorial es parte deesa estrategia y del esfuerzo colectivo por construir,desde la cultura, un Tamaulipas fuerte para todos.
Ing. Egidio Torre CantúGobernador Constitucional del
Estado de Tamaulipas
El Gobierno del Estado de Tamaulipas, a travésdel Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las
Artes, busca vincular la experiencia literaria para que,a través de la lectura, se lleve a cabo el encuentroentre los autores y sus lectores.
Es mediante la labor editorial que preservamosla esencia literaria de nuestra tierra, fuente inagotablede inspiración para las generaciones que han dejadoy siguen dejando su huella en la construcción deTamaulipas.
Para abrir más opciones de acceso incluyente al artey a las expresiones del quehacer de nuestros creadores,dejamos registro en los libros que presentamos a lasociedad tamaulipeca para su amplia difusión y goce.
Este registro, estos textos, celebran una forma dever el mundo y una imaginación plena de vivencias yoriginalidades. Esto enriquece la experiencia de la quesurge y en la cual enraiza su porvenir sembrado depositivos presagios. Su variedad, producto del mosaicomulticultural del presente tamaulipeco, es orgullo deuna diversidad cuyo signo de identidad es la confianzaen el poder articulador de la palabra para continuarconstruyendo un estado fuerte desde la cultura.
Mtra. Libertad García CabrialesDirectora General del Instituto Tamaulipeco
para la Cultura y las Artes
para El Viejo TampemolOrigen del sueño
para Esperanza del Carmenquien me descubrió sin voz
y murmuró el título del libro
Despuntar del alba
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Carlos Acosta
En el principio Mónico el Panadero bendijo el nixtamal
En Tampemol aún no amanecía
Por las callesráfagas de silencio
jirones de oscuridad antes de morir
reían
Despertó el horno de tierraSe hicieron brasa los leños
Manos morenasacariciaron una y otra vez la masaPolvo de caña se roció en los panes
A lo lejos se anunciaba el despuntar del alba
Con el último suspiro de la nocheMónico puso los panecillos a la lumbre
y luegomientras esperaba
pensó en su mujer y fue a despertarla
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El zarzo de los pemoles
De piecon los ojos enrojecidos por el fuego
frente al hornoen voz alta rezaron por el pueblo
Cuando amanecíay los pájaros gritaban en los árboles
cuando los hombres se iban a la milpalos niños a la escuelala mujer a la cocina
cuando el canto de los gallos desgarró la auroracuando yo todavía no andaba en esta tierra
naciste tú Pemol
Quién lo dijera
Versos de maíz pasados por el horno
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Carlos Acosta
Pemol:
No sé cómo empezarY ya este verso truncohabla de lo confuso perdido desoladoque puede sentirse un hombre
un hombreque no es otra cosasi no un manojo de mal-conducidas obsesiones
casi como tú cuando te prueban:manojo de amor desmoronado
así como yo cuando el insomnio:manojo de silencios aturdiendo madrugadas
una onza de dulzor que vive en tiel puño de tierra que seré
Pretenden estas letrasescarbar entrañas
hallarte para nombrarte:lo que se nombra no muere
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El zarzo de los pemoles
buscarme para no hallarme:lo no encontrado se pierde
Pero no sé cómo hacerlosi haciendo miel del futuroo trizas de los recuerdos
Nada sé Pemol
y no hay otra verdadque mejorpudiera definirme
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Carlos Acosta
Hoy amanece nublado
Densas y griseslas nubes se amotinan al orienteprometen una lluviaque ojalá nos cumplan
Yo las miro ensimismado
¿Por qué los amaneceresluego de tantos añossiguen retumbando en las sienes?
¿Cada romper del alba es pasaportepara otro renacimiento?
Las nubes forcejean PemolParecen alejarseEl cielo abre cenizo ventanaly una cascada de luz que brotame recuerdael color de tus cabellosla silueta de tu corazónlo necio de tus palabras
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El zarzo de los pemoles
Alguien se acercaAlgo pregunta
Yosólo puedo señalar las nubesnombrar el ventanalel alba
Sólo acierto a trazar con la miradael mapa de mis sueños en el cielo
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Carlos Acosta
Yo soy Pemol no es un secreto:a la primera mordida me desmoronoLo eres tú y no lo sabesLo es el nido de calandriaen las altas ramas de los árboles
Pemol es horizontemezquites timas huizacheslodazales en veranoeucaliptos taciturnosy el recuerdo desgranándose maíz de mazorca tiernaen el pueblo de mi infancia
mi padre mi madre: guitarra y bondadla casa con cielo de palma y anonas y ciruelos en el patioel alba de los caminoslo púrpura de la tardela penumbra y sus grillos justo antes de dormir
Pemolitos son mis hijos y los sueños que les rondanPemolita mi mujercon su mirada de azúcar y su voz de piloncillo
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El zarzo de los pemoles
mis abuelospar de luces adheridas en la noche a lo profundo del cielo
lo que soy y no quisieray lo que fuicuando serno reclamaba otra cosaque seguir al corazón
Soy un Pemol no lo niego
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Carlos Acosta
Derribamos los pinosEran altosdelgadosdaban la sensación que un día de estosalcanzarían las nubes
También a veces parecíaque los iba a tronchar sin más esfuerzocualquier mínimo soplo del otoño
Eran buenos árbolesnunca aceptaron entre sus ramas plaga algunani tuvieron la insensatezde hacer amistad con los relámpagos
Y a veces muy tempranose mecíanaunque no hubiera viento
Cuidaban la casa de mis padresdel terror de las tormentasde la fiereza del sol canicularde los inviernos
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El zarzo de los pemoles
Algún día llegué a imaginarque también los protegían de la muertepor eso aquel diciembre en que mi padre se nos fuetuve muchas ganas de salir a reclamarlesy sólo de ver la tristezacaer desde la cumbre hasta sus troncosno pude más que abrazarme a ellosy pedir consueloy consolarlos
Con el paso de los años se volvieron viejos
Eran dos bellos centinelas Pemoly hoy los derribamos
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Carlos Acosta
Te llamo desde lo profundo del abismoque también es cieloDesde el arrebol más nítido te nombroA la orilla del silencio mi respiración te invocaY mientras la ansiedad esa enemigarevuelca lo que soy por dentroel nudo en la gargantaciegoirresolubleimplora tu presencia
Te llamo desde la mudez de mi inconscienciaque también es gritoy quién sabe si mis ladridos te desnuden
¿Debo nombrarte como se nombra a los dioses?
Tu origen es mi origen Pemol
La luz de tu vientre modeló a mis ancestrosy dibuja adioses y esperanzascolores y remordimientosen este teatro del absurdoal que nombro mi vida
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El zarzo de los pemoles
Nunca sabrás que los almendrosson guindas en otoñopor tu risa
Y el agua salada de mis ojosla nuez y su nostalgia verdela oruga y el milagroson porque de ti se nutren
La parvada de calandriasvisión que un día me llevaralejospor la orilla del ríoera mancha dorada entre nubesporque ya te predecía
Nunca sabrás Pemolque este corazón transido papalote perdido en mis adentrossólo es copiainfiel e inexactade aquel que dejédesangrándose de amorentre tus amaneceres
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Carlos Acosta
Uno cree ser únicoPemol
PeroCuántos panescomo túharina bendecida por los diosesazúcar milagroso y fuego lentohay en la tierra
Y cuántos hombres como yoinacabadosesclavos del azara la derivacon la gracia imperfecta de estar vivosy la sutil consigna de la muerte
Cuántos
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El zarzo de los pemoles
Quién se acordará de mí Pemol
Quién percibirá en su aliento vestigios de mi vozen el aura de la lunaen el viento entre los árbolesmi sombra
Quién dirá mi nombredetrás del cristal de la ventana mientras lluevecuando la tarde traiga murmullos de noviembresi en la lejanía ladra un perro quién
No sé por qué estas preguntasQuizá el ego desatadoTal vez el miedo a no estar
Quién vendrá a visitarme cuando sepa que deliroque deambulo sonámbulo las calles de tu centroy me pierdo y me encuentro y otra vez me pierdocuando todos menos túme piensen moribundo
Quién vendrási de tanta alegría me pongo triste
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Carlos Acosta
Me golpea duro tu imagencuando noviembre todavía es porvenir
y en el otoño Pemol la estación que tú bien-amasarriba el tren del recuerdolos vagones de mis ansias
Me golpean tus lomas tu neblinael sereno dulzor de tu incongruenciala plaza el sol tu paisaje
la nostalgia que vuela por tus callesconvertida en mariposas
Y en la estación bienamada flor de octubregolpeado pero no maltrechodespiertomas en el olvido
miro el vano intento por el vuelo de las aves amarillas de los árboles
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El zarzo de los pemoles
Mi mujer es como tú Pemol:Dulce y frágil
Antídoto de lo amargo de la vidaLa mejor compañera del hambriento
Frágil es un decir:cuenta de sus alegríasde un modo que nadie piensaque se ufanara de ellas
pero se guarda las penasy no por eso naufraga
Dulce ni qué decir:Cada vez que ella me abrazami amargura se deshace
Luegocuando se vaenjugo mis lágrimaslas prueboy es increíblepero no saben saladas
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Carlos Acosta
Te deshaces en mi bocay una risaparecida a tus mañanasme sorprendeun sereno dulzor de miel antiguacobija el dolor de mis pulmones
Vas por mi cuerpo y los pulsosvan saltando de contento
Los pies sobre el agua camino lento muy lento
Y las manos ya de nochereacomodan las estrellasde tal modo que la míaquede a los pies de tu cama
Te deshaces en mi boca Pemoly me conviertoen aquello que siempre quise ser
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El zarzo de los pemoles
A veces quiero ser el sola punto de asomar al horizontea veces una nube con forma de animaluna ráfaga de aireun perro bien cuidadoun almendro en otoño que llora por sus hojas
A veces quiero ser una calle sombríaun faro con luz propia apenas alumbrando la esquina del olvidopapalote invisible jugando en el vientoun poco de iraun gramo de dolorla punta de una espina
A veces Pemolun tanto de coraje oprimiendo en el pechouna carpa de nocheuna onza de vida guardada en un frasquitoun bastónun vitraluna guitarra azul colgada en la pared con cinta rojaun abrazo de adiósotro de bienvenidael futuro que nadie alguna vez soñó
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Carlos Acosta
un secreto podridodos tragos de tequilauna cuenta pendiente que no quiero pagar
Y a vecesun pasado gloriosoun buen día desde el alba hasta el fin de la nocheuna brizna en mi cuerpoen mi casaen mi pan una brizna he dichode inmortalidad
Mi voz entre las brasas
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Carlos Acosta
Perdí mi vozen las llamas vivas de la lumbreentre las brasas enrojecidasen el humo de la leña que se fue por las rendijas
La perdíen el aliento de otra vozentre las rústicas piedras del molinoen el aroma nocturno de los naranjos en flor
A veces Pemolcreo que la encuentroy digo tu nombre en voz alta
Entoncesun rumor antiguocomo de lluvia mansacomo de nubes que temprano bajan a la tierra
invade mi silencio
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El zarzo de los pemoles
Entre Paris Hilton y los Menonitasandas Pemol dando tumbos:eres un borracho peleado a muerte con el equilibriouna bandada de calandrias sacudida por el viento
No sabes si vas o vienesavanzas o retrocedes
Da risa y duele tu disyuntiva:Tener o no tener esa es la cuestión
Ay ay ay vinos caros putitas millonarias desenfrenoAy ay ay un acre de tierra en lo azul de la mañana y un río
Una voz dice:Vivan las madrugadas y sus paraísos artificialesque el instante vivido jamás ha de volver
Otra voz declara:Acérquese la luz del día transparenteEl hombre y cuanto le rodea es un gran ser vivo querespira
Estremece tu encrucijada:Ser o no ser nunca fue la cuestión
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Carlos Acosta
No es miedo lo que corre por las venasNo ira rencor ni envidia locaNo es la sangre torrente de alegríani júbilo ni algarabía las arterias
Por esta vez han huido del pechotodas las estrellas menos una
Un desierto y no por fuerza sosegadoes páramo infinito en mis adentros
Las manos no tiemblan ni arrebatan
No es dolor lo que rompe los huesosni amor del malo ni del buenoNo son los gritos plegaria o penitenciani a lo lejos residuo de una sombra
No Pemollo que hoy me hunde abandona aíslaes esta dulce devastadora
melancolía
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El zarzo de los pemoles
Hay quien reniega de sus perversionessin saber que por ellas sigue vivoquien maltrata sus recuerdosy mutila para siempreuna parte de sí mismo
Hay quien maldice el futuroy fertiliza rencores
Quien venda los ojos a las alegríasy bebe ansioso lo dulce del veneno
Hay quien arranca espinas del suelo con los labiosquien ofrenda su vida a los caminos
Rompe los espejos con solo mirarlosy revive sueños al caer sus párpados
Y como muchospiensa que es feliz
Hubo quien olvidó su historiay nunca imaginóque era el modo más indigno de morir
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Carlos Acosta
Quien cortó el cordón umbilicaly se alejó diciendo volveré
Hubo quien se encontró en lo oscuroAbonó con mentiras las buenas concienciascontó las estrellashabló con la luna
Y como tú y yo Pemolenloqueció
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El zarzo de los pemoles
Te deshaces en mi bocay tus moronas espinanlos pliegues de las entrañas
Tu azúcar de amargurapreguntasobresaltaen lo azul marino de la madrugada
Me haces tragarun gato que al caerme va arañando el esófago
Te respiro y el aireson residuosde humo negro
Te deshaces en mis ojoste deslizas por mi piely tus cenizas desabrochan mis zapatosrasgan la sinrazónqueman lamentos
Pemol pan de tropiezos campanario pueblo
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Carlos Acosta
Cómo puede un recuerdoir contigo de por vidano salir no abandonarte
Aunque los añosse conviertan en añicosy los mesesse vuelvan mezquinos
Así las semanasse mantengan en tu contray los días digan lo contrario
Aunque vírgenes y diosesse hagan polvo en los altares
Y a lo lejos la nochese disuelva en lo inasible:
Lo que vives va contigo
Cómo puede un silencioPemolser cicatriz invisible
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El zarzo de los pemoles
Pemol:Mi madre tiene poco más de ochenta y dos años(y mucha tristeza)Pero tener es un verbo engañosoDónde se tienen los años¿En la espalda en los ojosen las noches de rezar a solasen un trastabillar de la cocina a la sala?
Mi madrehace milagros con las flores del jardín:Tulipanes Teresitas Buganvillassonríen al verla venir
bendice el viejo piano sólo con tocarlose le llena la ventana de inquietos colibrís
come poco llora muchoescucha todo el día la radioLos Panchos Pedro Vargas Agustín Laratodos muertosle acompañan
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Carlos Acosta
Mi madreLa que alguna vez cargó con sus maletas y sus hijosy en el centro de los peores auguriosse fue del pueblo que la vio nacerla cada día más frágilla invencible
A veces muy temprano despiertay encuentra que la lengua es nudo en la bocamuy despacio sale de su camaexplora la habitaciónreconoce su casa
La mujer que me llevó en el vientreahora carga¿en la espalda en los ojos?ochenta y dos añosy mucha tristeza
Yo digo que los dioses le jugaron rudo:le arrebataronantes de tiempoa mi padre y a mi hermanoa ellaque si algo ha sidoes una mujer bondadosa
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El zarzo de los pemoles
Algunas madrugadas Pemolme despiertan parvadas de calandriasSu plumaje fosforescente parpadea en lo oscurosobrevuelan en círculos el cielo del insomnio
Soy un hombre desvalidoesperando el momento en que los pájarosme sacarán los ojos
No es angustia lo que oprime el pechosino algo parecido a la desolación
Ofrezco a las aves mis labioslas manos los dientes las uñaslo que abarque el aire de pies a cabeza
Pero las calandrias sólo sobrevuelan
Entoncesme abro la camisay en voz baja les digo:coman pues del corazón
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Carlos Acosta
¿Eres feliz?
Es una pregunta necialo sépero qué quieres
en los recientes díasme dio por preguntarle a la gentey todos esconden la respuestala evaden
¿Será que se cuidan de la envidia?¿La mayoría de la gente no es feliz?
Un amigo mío diceque sumando los momentosde felicidadde una vidano alcanzan ni para llenar un día
Alguien más escribióque el mayor de los pecadosesno ser feliz
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El zarzo de los pemoles
Pero
no lo pienses muchono te abismes
PemolPemolsólo responde
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Carlos Acosta
Esta cajita guarda un tesoro
No se trata del nido de las musasni del sitio donde nace el arco irisno son monedas de oroni la visa de todos los países
Esta cajita así de baladí como la veses precursora de mis noches limpiasmi paz internamis altosinequívocosescarceos por el cielo
Puede vivir en el buróen el cajón de la ropaen la repisa del bañoPervive en la bolsa de la camisau olvidada en la guantera del auto
Puedo perderla renegar de ella maldecirlaesconderla para no encontrarla
Pero siempreahí estará
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El zarzo de los pemoles
Esta cajita en colorescontiene los miligramosque con un exacto horariome convierten en milagro
lleva en su seno de cartoncillolas perlas más amigablesque alguna vezhombre algunohaya soñado encontrar
esta cajita Pemolson mis antidepresivos
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Carlos Acosta
No quiero escribir hoy no
Caminaré estas letras ociosocomo alguien que sólo vive porque no ha muertoy a lo lejos o a lo cercada lo mismosi muere o renace el horizonte
Iré por estos renglones ciego y sordo y por cierto no he de ser el único
Ignoro si estas razonesse deben a que amanecí peleado con el mundoamargo con mi sombrahambriento de silencio
No Pemolno quiero escribir
No hablaré de calandrias anidando en mi cabelloni de la penumbra cercándome acuciosaNada de las gotas de luna en el jardínni de la ansiedad que a veces a la hora de dormir aúlla
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El zarzo de los pemoles
Digo no a la tinta que fluye por las yemas de los dedosno por esta vez a los fantasmas que observan desde las cortinasNada con ustedes grito a los ángeles endemoniadosy demonios angelicales
Hoy no escribiréHoy noNo
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Carlos Acosta
Nadie es dueño de sus palabras
Digo tu nombre se disuelve en el airegrito mi orgasmo se diluye en la nochecanto amor nadie se enteramurmuro abril y ya es noviembre
Dices mi nombre huyo en la nieblagritas tu orgullo lo disuelve el aguacantas pasión el cielo sordomurmuras primavera y ya es invierno
A nadie pertenece lo que habla
El aire borra verdades hace nada las mentiraspierde en el abismo lamentos y jolgoriosrebaja al rango de silencio cualquier filosofía
Nadie es propietario de lo que promulga
Entonces por qué dime Pemolapenas pronuncio tu nombrey me duele todo el cuerpo
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El zarzo de los pemoles
Pemol:
Si vienes en busca de sabiduría mejor no vengasSi te hace falta el ejemplo de un árbol serenoo quien te guíe por vereda libre de relámpagos y espinasSi buscas un espejo limpionode verdadno vengas
Lo que hallarás aquí son palabras comunesLa sombra de un árbol añejoherido en la corteza y en la savia
Alguien que te llevará por senda de llovizna y fríoque anunciasin embargouna primavera
Conmigo encontrarásabrigo en un abrazouna paloma en el hombrouna tabla a medio marque el náufrago te regalaaun a sabiendas…
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Carlos Acosta
Infeliz con tu desgraciajubiloso en tu alegría:aquí me tienes
Si andas en busca del consuelo de los diosesno es por aquíno vengas
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El zarzo de los pemoles
Estoy bien con el mundo aunque no lo entiendacon el rumbo que busca su incierto devenircon lo azul que se ve desde el ojo del cielocon la nieve en sus picos y la lumbre en su piel
Estoy bien con los hombres los niños los viejosbien con las mujeres insignia del dolorcon calles banquetas ventanas ventiscasvestigios de un antro que hace un año cerró
Con el escapulario y la cruz estoy biencon las llamas eternas de cualquier porvenircon el agua en los ojos la mueca en los labioslos temblores de manos el dolor de los pies
Estoy bien con la pena aunque a veces calcinapero igual estoy bien con el don de renacerbien con la alegría aunque a veces fastidiacon el ocio la angustia la ira el placer
Con letras renglones resquicio de cuadernocon las hojas en blanco que no pude escribirel soneto la rima el aforismola metáfora triste del poeta que fui
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Carlos Acosta
Con el frío del invierno verdugo alguna vezcon mis bronquios silbantes su puto amanecerLa razón de no ser lo que nunca he queridoCon el estigma de ser distraído estoy bien
Estoy bien con la vida bien con la muertey el recuerdo insano de cualquier canciónestoy bien con todo excepto bien lo sabescon tu crujido en mi pecho maldito Pemol
Manos curtidas amasando auroras
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Carlos Acosta
Una estrofa clarabusco en la nochecomo el ciegoque a tientas se pierdepor callejones lúgubreso plazas imaginarias
Es increíble que uno desconozcalos caminosde esa inhóspita repúblicaque suele ser el alma
Me falta una estrofa PemolNo un carretón de palabrasuna musa multípara de versoso la mirada complaciente de los críticos
Una estrofaclara como el sueñode esa oscuridadque es la nada
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El zarzo de los pemoles
Como te veo me vi decía mi abuela
Y justo esas palabrasascienden a mis labioscuando te acercascon la alegría de sery el aura transparente de la búsqueda
Yo también alguna vezme pasé los días buscando
No pretendo aguar tu fiestapero si me preguntaraste diría nunca encontré
ya esta edad sin edadtodavía sigo buscandoagregaría con vergüenzapara no romper tus años
Y no te diré nola otra parte del refrán
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Carlos Acosta
Lo que sí me gustaríaes que al discurrir del tiempotú te veas como tú no como yoy que hicieran buenas migas tú y tú
Porque estando bien contigobueno Pemolluego te platico
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El zarzo de los pemoles
No te desmoronesNoHacerlo sería moriry tú corazón de maíz pan sagradohaz de vivir en mí mientras yo viva
Y habrás de vivir aunque yo mueraen los labios de otros sinsaboresen la añoranza de alguien que no quisoirse del mundo sin soñar contigo
Y haz de morir para nacer de nuevoen la blanca luna de la tardeen el barranco de La Poza del Ahogadoen los rojos rayones del cielo
Haz de viviren las veredasque llevan a los mícheros sagradosPemolen el triste falsete de un huapango
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Carlos Acosta
No he regresado Pemol no volveréEl niño de pecas al vientoen el rincón apartado del solar
ahora es árbol añejo:
muere por ser trasplantadoa tu vientre de sola tus caminos
Pero las raíces son correosasy por mucha que sea la añoranza mínima la cercaníalos brazos no le dan para abrazarte
No he regresado NoMe resulta imposible caminary ademásya se sabe:a palo viejo no le faltan iguanas
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El zarzo de los pemoles
Te vasdices adiósagitas al viento promesas de volver
No lo sabespero irsesignifica nunca regresar
Ningún día se repiteLuna como la de hoynunca hubo ni habrá
No hay calandriacon el mismo amarillo en el plumajeCada huizache tiene sus espinas
Te vas Pemol dices adiósagitas al viento tu esperanza de volver
Pero¿sabes?Cada nacimiento es diferenteDistintas todas las muertes
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Carlos Acosta
Yo pido que al morir me siembrenen el jardín de mi casa
ahíentre el sauce y el ficuspara serya que los quiero tantoalimento de los dos
A ras de tierra por favorY si quieren arroparme:en cajón de madera sin barniz
Nada de misas de cuerpo presentepero ausenteNada de cementerios ni lápidasFlores tal vez
Yo propongo que al morir Pemola la gente se le siembre en el jardín de su casaUno muere y eso es todoAdiós
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El zarzo de los pemoles
Cómo renace uno¿Descubriéndose soloen medio de la multitud?¿Al mirar el cielo de la nocheun martes cuatro de mayoy permanecer despiertohasta el filo de la aurora?
Cómo renace un hombremuy amigo de la muerteun corazón que se mueveentre la falta de airey el exceso de pasión
Cómo Pemol
Tal vez mintiendo a la lunauno por uno todos los deliriosQuizás mostrando los dientesa esa imagen desvaídaque nos vedesde el espejo
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Carlos Acosta
O por qué no:dejando escurrir la tintaque nos va por las arteriasy encontrarse vivosrenacidosen las letras de un poema
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El zarzo de los pemoles
No los amaneceres plateados allá en el horizonteNi latigazos de viento en el centro del veranoNo las buenas noticias las malas ni las peoresNi el murmullo de la lluvia perdido en lontananza
No los ojos agrandados rehenes de lo inciertoNi las calles desoladas ni la ciudad vencidaNo la risa dibujada en las caras de los tristesNi el otoño y sus tibios rumores de nostalgia
No lo que alguna vez quiso decir la lunaa un sol arisco fatuo siempre esquivoNi aquellos vinos añejándose en lo oscurogota por gota desliz por aventura
De veras nada
Ni Esperanza ni Adelaidaesos ángeles con alas invisiblesni Arturo Loida Miguel Ángel Ausenciolos recuerdos el futuro mis hijos
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Carlos Acosta
No las veces cuando logré lo que quiseNi el fugaz instante en que me supe cuerdoNo la añoranza inútil ni las premonicionesNi el día en que me rasgó lo que no pude
De veras nadie
Sólo tú Pemol enrojecidointermitente en mi costado izquierdo
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El zarzo de los pemoles
No sé si te acuerdas Pemolde los escalones de la iglesiadonde jugábamos a la gallina ciegadel choy de la plazaantes de que el pavimento lo invadiera tododel puesto de Don Chanitodonde vendían charamuscas de alegría
No sé si recuerdas los chiclecales de marzopoblando de verdor el horizontelos lirios de la tardela cruz de El Refugiola bajada del puentedonde alguna vez nos encontramos
Tal vez te acuerdesde Saúl José Javierde las noches cuando fuimosla cofradía entre guitarrasy la edad aquella edadde no saber de la muerte
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Carlos Acosta
Una lluvia de recuerdosempapa el cabellola ropalos huesos
Tirita el alma en la nocheLa luna mira impasible
A veces duele recordara veces alegra
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El zarzo de los pemoles
Adiós tiene sabor de hasta nuncay hasta nunca son dos palabrasque yo no quisiera decir
Te vas Pemoly en el abrazo de la despedidaya se presagia un regreso
Te conozco desde siemprey desde entonceslejos de cortar tus alas dije:
cielo y viento fueron creadosno para los dioses y las nubessino para volar
Y ahoraque otra vez te vasentre las fisuras de mi vozse quiebrauna simple evocaciónun ojalá
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Carlos Acosta
Nunca te muerasAunque todos tengamos el derecho de morirtú no mueras
Aunque digan que hay un más alládonde la vida sigueAunque aseguren que nadie mueremientras alguien lo recuerda
Tú no por favor
No importa si tus huellas indeleblesen mis calles mis labios mis pupilas
No importan la certeza de la muertela fragilidad de la vidael derrumbe de los años
No te vayas
Sé que es imposible Pemolperonunca te mueras
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El zarzo de los pemoles
Te libero y me liberoTu libertad es la mía
Cuando el pájaro se va de la jaulaéstase sabe más liviana
La noche en que el carceleroabre la reja del presoduerme con tal serenidadcomo no lo haría la piedra
Te dejo libre Pemoly al finsoy libre
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Carlos Acosta
Pienso en el momento del adiósesa palabra de apenas cinco letrasy tanta tristeza
Pienso en lo inasible del tiempoen ti y en míque nunca volveremos a vernos
Nuncaes una palabratambién de cinco letrasy vastísima de nada
Vendrán añossiglosedades ciegasY este planeta yo no séquizás un día muera
Pero tú y yoJamás volveremos a platicarde las locuras de febrerode las canciones que escribimos juntosde los días bellosen mil novecientos setenta y sieteni de tu espíritu y el mío
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El zarzo de los pemoles
que tantas veces se encontraronen el falsete de los huapangos
Nunca más PemolQué cosas
Desde las ramas de una tima
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Carlos Acosta
Escuché una voz a mis espaldas:Escribe un libro
Eras tú Pemolque desde la cocina
desde la loma allá donde el amanecerempieza a caminar por el cielo
desde la plaza sitiada por sus cuatro ceibasy el eucalipto de casa de mis abuelos
hablabas
Eras tú desmoronándose en mis labiosen las manos curtidas por el sol y el agua
en el zarzo de mis años
Eras tú escondidoentre las ramas de una tima
la flor de los guamúchileslas hojas de la anona
Era tu voz de pany de recuerdos
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El zarzo de los pemoles
Decías:
Escribe el libro de tu muerteque será tu vida
y la mía
Índice
Despuntar del alba ......................................................................... 13
Versos de maíz pasados por el horno .............................. 17
Mi voz entre las brasas ............................................................ 37
Manos curtidas amasando auroras ........................................ 61
Desde las ramas de una tima ................................................ 81
El zarzo de los pemoles
Este libro se terminó de imprimir el 30 de juniode 2012, en Ciudad Victoria, Tamaulipas.La impresión se realizó en papel cultural.
El tiraje fue de 1000 ejemplares.
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