EL TRABAJO CON PERSONAS EN SITUACIÓN
DE DISCAPACIDAD…
Basado en “El Elogio de la dificultad” de
Estanislao Zuleta
Me enseñó que una vida sin riesgos,
sin lucha, sin búsqueda de superación y sin deseo, es
una eternidad de aburrición,
una ausencia de lo
necesario.
Me ha enseñado
que el problema
no consiste solamente en que no seamos
capaces de conquistar lo que nos proponemos, nuestra desgracia está en la
forma misma de
desear.
Me enseñó que no se
puede respetar el
pensamiento del otro cuando
creemos que la verdad habla por
nuestra boca. No somos poseedores de verdades absolutas,
sólo existen relatividades.
Me mostró que lo más
difícil, lo más
importante y necesario es conservar la voluntad de luchar por
una sociedad diferente, por hacer
bien nuestro trabajo.
Me enseñó que hay que dudar de todo lo fácil, de todo aquello
que no exige de nosotros
ninguna superación, ni nos pone en
cuestión, ni nos obliga a
desplegar nuestras
posibilidades.
Me ha enseñado que amamos las
cadenas, los amos, las seguridades
porque nos evitan la angustia de la razón.
No está de más aventurarnos por los
caminos de la incertidumbre para apreciar el valor de
la existencia.
Me enseñó que a pesar de las pocas recompensas económicas,
nuestro trabajo sólo se paga con los abrazos de nuestros estudiantes,
con sus logros y avances.
Este trabajo, el que aprecio profundamente y
me gratifica cada día, me ha enseñado que los
retos son los que nos ayudan a superar
nuestros propios límites, a mantener activa la
imaginación y a no dejar morir el espíritu infantil.
Milena Z
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