Download - El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

Transcript
Page 1: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien”

en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

Publicado en la Revista Cubana de Ciencias Sociales, N° 43, del Instituto de Filosofía de Cuba,

La Habana, 2012.

Por Gabriela Quezada Calderón.

Asambleísta Constituyente del Ecuador (2007-2008), Psicóloga,

Máster en Política y Sociales, Universidad de la Habana.

[email protected]

Page 2: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

La Constitución del Ecuador (2008) inicia con un preámbulo que

manifiesta: “NOSOTRAS Y NOSOTROS, el pueblo soberano del Ecuador (…)

Decidimos construir… Una nueva forma de convivencia ciudadana, en

diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el Sumak

Kawsay; (…). Junto con la Constitución Boliviana que se gestó con anterioridad

(y entró en vigencia el 2009), particularizan la senda de cambios soberanos

que han coloreado nuestro continente en un tiempo reciente y se han

reconocido como proyectos con profundo sentido emancipatorio. Lo singular

con respecto a ambos textos constitucionales es que comparten un tinte

identitario inomitible al momento de aproximarnos a ellos, analizarlos o, al

menos, caracterizarlos así sea brevemente. Este ingrediente endógeno

corresponde al legado que ha encontrado diálogo con el pensamiento

euroccidental que, por siempre, los ha subyugado ante tal visión dominante. Es

el legado indígena formalizado en las conceptualizaciones de Buen Vivir o

Sumak Kawsay y Vivir Bien o Suma Qamaña.

El hecho de que estas expresiones sobre nuevas nociones para el logro de una

convivencia social satisfactoria, entendida como la relación recíproca entre los

seres humanos en/con la naturaleza, sea reconocido en diversas culturas

indígenas de los Andes1, nos lleva a interrogarnos sobre los antecedentes que

explicarían su promulgación a nivel Constitucional.

El altísimo porcentaje de población indígena existente según el censo realizado

sobre la Real Audiencia de Quito por orden de los Borbones, antes de la

independencia, estimaba que de un total de 439.000 personas, 63% eran

indígenas, 26% criollos peninsulares y mestizos, y un 11% de castas y negros.

Durante el siglo XIX el mestizaje se incrementó notablemente y el decaimiento

1 Indica el intelectual ecuatoriano, Acosta (2011) que el anclaje del Buen vivir no se encuentra

únicamente en estas culturas, sino que incorpora principios filosóficos aristotélicos, marxistas, ecológicos, feministas, humanistas, entre otros. Con lo cual coincide Torosa (2011).

Page 3: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

de la identidad indígena también, al punto de que personas con ascendencia

indígena directa se reconocían como mestizos no como indígenas. En parte, la

recuperación de la conciencia de la identidad indígena, aquel sentimiento de

una suerte de “derecho de existencia”, guarda relación con el surgimiento de

organizaciones indígenas que promovieron su agrupamiento y alentaron luchas

por reivindicaciones, notando un cambio en la auto-percepción negativa que

tenían de sí, así como en la que les atribuía la sociedad. Durante el siglo XX se

dieron importantes pasos de estrechamiento de la población indígena, como

población activa, en la sociedad ecuatoriana por medio de la escolarización,

derecho al voto, exigencia de respeto en los espacios públicos, aprobación de

la educación bilingüe intercultural2 (Bottasso, 2011). La construcción de tejidos

organizativos puede inscribirse a partir de la segunda mitad del siglo XX con el

surgimiento de la FEI (Federación Ecuatoriana de Indios), ECUARUNARI

(Confederación de pueblos de nacionalidad kichwa del Ecuador), la

CONFENAIE (Confederación de nacionalidades indígenas de la Amazonía

ecuatoriana), la CONACNIE (Consejo de coordinación de las nacionalidades

indígenas del Ecuador) que a finales de la década de los ochenta se

denominará CONAIE (Confederación de nacionalidades indígenas del

Ecuador).

La consolidación de la organización indígena se produce a partir de la década

de los noventa, representando la primera fuerza de lucha social que en aquel

entonces demandaba la recuperación de tierras. Las organizaciones proletarias

no lograron identificar con sus vindicaciones a los distintos sectores sociales

que, en cambio, vieron en el movimiento indígena la articulación de un discurso

global, plural, cuyo eje no era ni etnocentrista ni monocultural, sino integrador y

político. A finales de este siglo, el cuestionamiento de la lucha social atacaba al

“modelo” de democracia, de desarrollo y de Estado, configurándose la

demanda del Estado Plurinacional; fue la fuerza indígena la que abanderó y se

aglutinó como oposición a las medidas de corte neoliberal condicionados por

los organismos financieros internacionales. La referencia del movimiento

indígena como principal fuerza de lucha que proclamaba “nada sólo para los

2 El educación intercultural bilingüe fue aprobada durante el gobierno de Rodrigo Borja, en el

año 1989 y extendida a todo el país (Bottasso, 2011).

Page 4: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

indios”3 se mantuvo hasta realizada la alianza política con Lucio Gutiérrez,

pacto que los debilitó considerablemente. Es manifiesto que este tercer

derrocamiento presidencial en el año 2005, a diferencia de los anteriores, no

fue protagonizado por el movimiento indígena sino por sectores ciudadanos

heterogéneos.4

La recapitulación de las demandas que tomaron fuerza durante los noventa en

Ecuador, se organizó en la figura del reciente líder Rafael Correa, quien en un

contexto de agotamiento del movimiento indígena surgió animando las

expectativas de un desarticulado sentir ciudadano cuyo eje en común

reaccionó contra la crisis económica, pero sobretodo, democrática e

institucional que se había agudizado en los últimos años. La victoria de Rafael

Correa debe leerse a la luz de los acontecimientos en naciones hermanas en

las que ya habían triunfado gobiernos de carácter progresista. Los gobiernos

de izquierda identificados con causas populares históricas, invisibilizadas y

negadas por regímenes anteriores de tipo populista y de derecha dieron salida

al vacío político fomentado por los anquilosados partidos políticos y una

institucionalidad altamente deslegitimados.

Los gobiernos en ascenso (Venezuela-Hugo, Bolivia-Evo, Ecuador-Rafael)

abrieron la oportunidad de consolidar prácticas de debates nacionales con

representación de las bases en los espacios de decisión de los proyectos

políticos que el país seguiría para dar solución a las problemáticas de manera

profunda. Con este fin se celebraron las Asambleas Constituyentes a cargo de

la fundación de un nuevo pacto social enfocado en los sectores humildes y

excluidos, entre un todo social enormemente fragmentado a causa de un

acumulado de inequidades e injusticias históricas.

Los aspectos señalados, en un contexto mundial impactado por la crisis del

sistema capitalista neoliberal, crisis multisistémica, establecieron las

condiciones de posibilidad para la elaboración de textos constitucionales

innovadores, con un marcado carácter soberano, que fueron aprobadas con un

altísimo respaldo popular.

3 Ver Varios autores “Nada solo para los indios: el levantamiento indígena del 2001: análisis,

crónicas y documentos”, Ed. Abya-Yala, Quito, 2001. 4 Ver a Ramírez Gallegos, Franklin 2010.

Page 5: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

Entendemos, entonces, cómo a partir de estos acontecimientos de tamaña

relevancia para la acumulación de fuerza social de cambio, contamos en la

actualidad con Constituciones de incuestionable ruptura epistémica con el

paradigma capitalista neoliberal que, esencialmente, se significan como

proyectos con sentidos de vida común distinta.

Desde un primer momento, la elaboración de la Constitución, al menos en el

caso ecuatoriano, originó controversias en el campo doctrinario del Derecho, de

alguna manera resultó un “cortocircuito” en la lógica de la tradición occidental y

habría que analizar, también, los impactos para las culturas indígenas cuyo

principio de vida, hoy institucionalizado, se encuentra hace cientos de años

afianzado en sus saberes ancestrales cuya presencia vive en cada una de sus

existencias y se ratifica en sus prácticas permanentes. El hecho es que el

ejercicio consuetudinario de la tradición ancestral ha permeado en la mayor de

las expresiones políticas de los dos países -Ecuador y Bolivia- para llevarlas a

definirse como sociedades que dirigirán sus esfuerzos en la consecución del

Buen vivir o Sumak Kawsay (Ecuador) y el Vivir Bien o Suma Qamaña (Bolivia).

La referencia a ambas conceptualizaciones en los respectivos textos

constitucionales refleja diferencias. En el caso de Ecuador, la Constitución

incorpora varios artículos con implicación directa al Sumak Kawsay, lo cual no

sucede en la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, donde consta un

único artículo que lo define como principio ético-moral, término que es

expresado en varias lenguas.5

Así, la Constitución de Ecuador, proclama:

Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y

ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen

vivir, Sumak Kawsay (art.14).

El territorio de las provincias amazónicas forma parte de un ecosistema

necesario para el equilibrio ambiental del planeta. Este territorio

constituirá una circunscripción territorial especial para la que existirá

una planificación integral recogida en una ley que incluirá aspectos

sociales, económicos, ambientales y culturales, con un ordenamiento

5 Realizan un análisis sobre estas diferencias Gudynas y Acosta (2011).

Page 6: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

territorial que garantice la conservación y protección de sus

ecosistemas y el principio del Sumak Kawsay (art. 250).

El régimen de desarrollo es el conjunto organizado, sostenible y

dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y

ambientales, que garantizan la realización del buen vivir, del Sumak

kawsay (art. 275).

Será responsabilidad del Estado:

2. Promover la generación y producción de conocimiento, fomentar la

investigación científica y tecnológica, y potenciar los saberes

ancestrales, para así contribuir a la realización del buen vivir, al Sumak

Kawsay (art.387).

La Constitución de Bolivia, señala:

El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la

sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no

seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko

(vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y

qhapaj ñan (camino o vida noble). (art. 8.I).

Aun cuando las diferencias son notorias6, al estudiar ambas cartas magnas, la

impresión certera que se deriva es que poseen, en esencia, una filosofía de

vida compartida; incluso cuando se reconocen las diversidades existentes entre

las comunidades indígenas (pueblos y nacionalidades), parece posible la

identificación de una cosmovisión común.

¿Qué entender por Sumak Kawsay y Suma Qamaña? Algunos textos sobre

esta temática brindan luces a partir del estudio de su procedencia etimológica.

Desde el kichwa en Ecuador se significa el SUMAK como la plenitud, lo

sublime, magnífico, hermoso(a), y el KAWSAY como la vida, la existencia

dinámica, cambiante. Sumak Kawsay es, por tanto, la vida en plenitud, la vida

en armonía, la magnificencia y lo sublime, el equilibrio integral.

6 En la examinación que realizan Gudynas y Acosta (2011) resaltan que la Constitución del

Ecuador formaliza el Sumak Kawsay no sólo como una declaración de principio de orden ético sino que aparece en un alto nivel de jerarquía y desde éste se derivan muchos derechos; pero, además, se vincula con la organización y ejecución de esos derechos.

Page 7: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

Al Vivir Bien o Suma Qamaña, al igual que el buen vivir se lo entiende como un

vivir bien y convivir bien, en tanto plenitud de vida, bienestar social en todas las

facetas de la vida. Ésta en cierta medida corresponde a su comprensión de

desarrollo de los pueblos (Choque, s/f). Suma Qamaña entraña un sentido que

va más allá del mundo del saber, extendiéndose a un amor a la vida y todas las

formas de vida a los que hay que conservar y con los que debemos dialogar.

La vida en plenitud está estrechamente asociada con la satisfacción de la

alimentación y el control de la producción, y con el trabajo. El trabajo es un todo

que incluye criar la vida biológica, humana y espiritual. El trabajo posibilita el

intercambio con las comunidades de los espíritus, humanos, animales y plantas

(Miranda y Del Carpio, s/f).

El cuidado, la seguridad, el calor de hogar de la convivencia, de la vida son

significados de esta expresión ético-filosófica. Plantea un estado integral de

vida que procura un “criar y dejarse criar”, objetivo que rebasa al Estado y a la

Constitución pues tiene que ver con la capacidad de movilización humanitaria,

social y ética de la gente (Cáceres, 2010).

Sumak Kawsay y Suma Qamaña van mucho más allá del aspecto material

como garante de la satisfacción, más allá del valor de la abundancia como

medida de realización. Otorga valor, en cambio, a las relaciones sociales que

contribuyen con crear ese ambiente de cuidados mutuos para la preservación

de la vida7, para la consecución de la vida en paz.

“Ir más allá de…” es lo que más intriga de las lecturas que podemos encontrar

respecto a esta materia, al punto que surge la sensación de tener “la

racionalidad moderna/occidental”, sólo la capacidad de hacer una lectura

nocontactada y, quizás, meramente descriptiva de lo que entraña su sentido,

pues claramente obedece a otra cosmología, otra forma de aprehender el

mundo, de comprendernos en-con-él.

… La Pachamama, así como recibe agua para humedecerse por

encima, para refrescarse por encima… También la Pachamama tiene

su propia agua adentro…, buena agua es, por eso el agua de los

7 Qamaña es „habitar, vivir, morar, radicar‟, se relaciona con qamawi „morada‟ y está también

emparentado con qamasa que es „el carácter, el modo de ser, el valor, la audacia, la energía‟. Qamaña es también el nombre que se da al lugar abrigado y protegido de los vientos, construido con un semicírculo de piedras, desde el que los pastores, mientras descansan, cuidan a sus ganados (Albó,s/f).

Page 8: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

pozos, en los ojos de agua, dulce agüita sale… Así mismo somos como

la Pachamama también, por encima necesitamos agua, para lavarnos,

para refrescarnos, para peinar nuestras trenzas, así también adentro

tenemos aguas, agua blanca, agua roja…. El agua blanca cuando es

wawa y cuando es muy mayor “chuymani jaqi u chuymani warmi”

(mujer y hombre maduro/a)…cuando se juntan esas aguas de adentro,

de la mujer y del hombre…, entonces brotan los hijos…8

“Entender lo que significa el Buen vivir implica alejarnos de la concepción de

“bienestar occidental” y recuperar la cosmovisión de los pueblos y

nacionalidades indígenas”, indica Acosta (2008).

Esa recuperación empieza por aceptar la invitación a conducirnos hacia una

Cultura de la Vida. ¿Cómo se entiende la vida desde esta filosofía?9

Asumiendo la complejidad de teorizar acerca de nociones que son ajenas a la

experiencia guiada por la cosmovisión occidental, una aproximación a los

contenidos de expresiones como Buen Vivir o Sumak Kawsay (kichwa), Vivir

Bien o Suma Qamaña (aymara) permite identificar ciertos elementos

determinantes:

La búsqueda de una convivencia pacífica y en armonía con la

naturaleza, cuya vinculación no sea de tipo extractivista depredadora.

La ruptura con concepciones de progreso y desarrollo ancladas en la

cultura capitalista y eurocéntrica. En ese sentido, un análisis crítico de

las implicaciones de la modernidad y clara voluntad de transformar

ciertos patrones que le son propios.

El reconocimiento y efectividad de los derechos de “los sectores

minorías”, de grupos étnicos, de los pueblos y nacionalidades indígenas,

8 Fragmento de un relato de una mujer aymara, cabeza de Ayllu. En Jiménez, 1995.

9 Se recomienda el artículo de Huanacuni, 2010. Señala este autor que los saberes ancestrales

suponen la existencia de dos fuerzas en el cosmos, una fuerza es la cósmica que proviene del cielo y otra es la fuerza telúrica, la de la tierra. Ambas fuerzas generan las diferentes formas de existencia que se relacionan complementariamente. Así, “todas las formas de existencia, vienen a ser la síntesis de ambas energías, el puente, el centro de las fuerzas cósmicas y telúricas… Ambas fuerzas interactúan y expresan lo que llamamos vida, como una totalidad de lo visible (Pachamama) y lo invisible (Pachakama)”.

Page 9: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

la interculturalidad y la plurinacionalidad10, en miras de alcanzar la

auténtica integración social en el marco de la “igualdad en la diversidad”.

La idea de construirse permanentemente como resultado de un ejercicio

constante de actualización y debate.

Los valores y sentidos que se cuestionan y rechazan e incluso refundan

corresponden a los motores de funcionamiento de nuestras sociedades,

podemos identificarlos relativos a su epistemología: Modernidad, Progreso,

Desarrollo (economía, mercado, crecimiento) y, de fondo, a su ontología:

Humanidad, Naturaleza.

La idea de que el Buen vivir o Sumak Kawsay se establece como una

alternativa a las nociones predominantes de progreso y desarrollo, tiene

implicación directa con la forma acumulativa de la riqueza que constituye el

indicador principal de crecimiento-desarrollo de los países. Ello se relaciona

también con desentenderse de la idea de la interminable capacidad para

extraer riqueza a partir de la explotación de la naturaleza, que es quizás el

nodo problémico fundamental del choque cultural en el que nos imbuimos al

atender al Buen Vivir.

La noción de DESARROLLO se encuentra casi en desuso porque en la filosofía

andina deviene incompatible con su comprensión del tiempo y la vida plena. El

desarrollo en las culturas preponderantes se relaciona con (Acosta, 2008,

2010, 2011) un proceso lineal donde se ubica un estadio de subdesarrollo y

otro estadio de desarrollo a ser alcanzado y cuyo indicador se encuentra en la

comprensión de la riqueza y pobreza asociada a la posesión o no de bienes

materiales. Lo anterior es también compartido por la noción que se tiene de

PROGRESO en tanto reemplazo de un estadio de carencia por la adquisición

10

Las luchas indígenas no siempre tuvieron una propuesta política entendida desde el punto de vista de ejes u objetivos programáticos, sin embargo, como señalábamos en páginas precedentes, al menos ya en el década de los noventa en Ecuador esto se modifica y se vuelve clara la demanda por el reconocimiento de un Estado Plurinacional que dé garantía a los derechos que los asiste como pueblos y nacionalidades y al ejercicio de su autonomía involucrada en tal exigencia. Pero lejos nos encontramos de comprender este logro si sólo pensamos que se trata de un eslogan que visibiliza a estas minorías para responsabilizar al Estado por ellas y los vuelve sujetos de particulares derechos por ser pueblos y nacionalidades, el camino es tan largo y complejo como puede ser la transformación de la homogeneidad cultural por la interculturalidad donde la diversidad tenga vida y presencia en todas las esferas y niveles de las sociedades.

Page 10: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

de otros medios, generalmente, de producción que permite la superación hacia

otro estadio11.

El CRECIMIENTO de la economía que en la tradición hegemónica es el medio

y fin de toda la actividad productiva de un país, es también el ancla que

eterniza el establecimiento del régimen económico y social en función de este

objetivo ya que se asume como el único capaz de resolver las desigualdades,

la pobreza, las inestabilidades, en fin, el subdesarrollo de las sociedades.

Indica Dávalos (2009) al respecto: “El desarrollo basado en la noción neoliberal

del crecimiento económico, es un discurso mentiroso y encubridor de las

relaciones de poder que genera la acumulación del capital en su momento

especulativo. El crecimiento económico como teleología (o como finalidad)

social y fetichismo de la historia es un dispositivo simbólico y epistémico que

tiene una función política: aquella de generar los consensos necesarios para

posibilitar la acumulación del capital en su momento especulativo y neoliberal.

Tiene también una función histórica: aquella de cerrar los espacios de posibles

humanos en las coordenadas de la economía y del mercado”.

Dicho crecimiento desde el enfoque del Buen Vivir o Vivir Bien es refutado al

punto de plantear la superación del estilo de vida basado en la acumulación de

riquezas, el consumo desmedido y desentendido de los otros ciclos de vida,

entonces, “hay que salir de la visión productivista y entrar en un proceso de

DECRECIMIENTO de la producción de cosas para entrar en un proceso de

crecimiento humano medido no en términos de cosas, sino en términos

humanos” (Chuji, 2009).

Importante es aclarar con énfasis que las conceptualizaciones de los saberes

indígenas expresadas en el Buen Vivir y el Vivir bien, no pretenden una

involución en el sentido de volver al pasado por una suerte de idealización sin

sentido de realidad (y actualidad) de aquellas condiciones de comunidad que

hemos distanciado con las prácticas modernas. Decrecimiento no es sinónimo

de involución y precarización, por supuesto, en las propuestas hay un

pensamiento crítico sobre los patrones de vida vigentes, pero tienen en cuenta

que como humanidad organizada en múltiples y complejas relaciones sociales

11

Ver además a Torosa, (2011), Ramírez, René (2010), Dávalos (2009), Chuji (2009), Gudynas (2004).

Page 11: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

de producción, nos sería inaceptable abandonar ciertos esquemas de

comportamiento que contribuyen de manera sustancial en la satisfacción y

funcionamiento de las sociedades en el presente12.

De acuerdo con lo anterior, para el tránsito hacia el nuevo estado se requiere

escapar de la matriz lógica que impiden cuantificar lo trascendente, que lo es

porque permite incrementar la existencia o producción de relaciones que

fomentan el ejercicio de valores que son los anti-valores en nuestras

sociedades. Se vuelve necesario, entonces, contar con parámetros13 que

permitan evaluar este desarrollo que no serán ya los cuantitativos, propiciados

por los organismos internacionales y los mismos gobiernos cómplices al

equiparar el desarrollo al crecimiento sólo como una dinámica del PIB

(Dávalos, 2009; Ramírez, R. 2010).

El concepto relativo a desarrollo en esta filosofía se corresponde más bien con

el de “mejoramiento social” (se plantea entonces, el Buen Vivir no como una

alternativa de desarrollo sino al desarrollo) donde los bienes materiales no son

lo determinante, sino valores como: el conocimiento, los distintos saberes, el

reconocimiento social y cultural, los códigos de conductas éticas y espirituales

en la relación con la sociedad y la naturaleza. Por ende, es contrario a la

centralidad del mercado, de la economía, a la acumulación material, la

explotación de los recursos naturales de manera desmedida, al “utilitarismo

antropocéntrico sobre la Naturaleza” (Gudynas, E. 2004).

Imprescindible es atender a la forma en que la NATURALEZA se concibe en el

pensamiento del Buen vivir y Vivir Bien porque es errada la conformación que

ha encontrado a veces en las propuestas de capital verde o desarrollo

sustentable. Ambas valoraciones continúan otorgando a la humanidad una

existencia disgregada de la Naturaleza, ésta en tanto capital externo o fuente

de recursos continúa cosificada a fin de responder a las necesidades humanas

12

Expone esta intención en lo económico, Amartya Sen (Premio Nacional de Economía 1997) quien señaló que el crecimiento es un medio para fines y no como se lo ha entendido, fin en sí mismo y, en ese entendido, el crecimiento de la economía no es lo más importante, puede inclusive resultar poco eficiente para determinados fines (Acosta, 2010). 13

Tortosa (2011) hace referencia a instrumentos alternativos de evaluación de las necesidades humanas que critican el reduccionismo economicistas, entre ellas, menciona: El listado de Max-Neef (1986) y las 4 grandes necesidades humanas, de Johan Galtung-proyecto GPID (1980).

Page 12: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

que deben satisfacerse por medio de su depredación. El desarrollo sustentable

no ataca la lógica del desarrollo exclusivamente rentista.

La sustentabilidad y/o sostenibilidad de la alternativa económica debe sujetarse

a la responsabilidad generacional y con las otras especies vivas y entidades no

vivas de nuestro entorno, debe diseñarse el desarrollo en torno a la

consecución de una calidad de vida que rescate la idea de comunidad, de

tiempo compartido, de disfrute y contemplación de nuestro entorno, de la

naturaleza, para la construcción societal.

Entonces, ese desarrollo debe fundarse sobre una ética del desarrollo donde

los objetivos económicos de progreso estén subordinados a las leyes de

funcionamiento de los sistemas naturales y a los criterios de respeto a la

dignidad humana y de mejoría de la calidad de vida de las personas (Roberto

Guimaraes). Ello involucra respetar los procesos naturales, la integralidad de

sus ciclos, según Enrique Leff nos acercaríamos a una economía

postcrecimiento. La Naturaleza, en el desarrollo sustentable, debe poder

regenerarse, no consumirse irreversiblemente (Acosta 2008, 2010).

El reconocimiento de los “Derechos de la Naturaleza” consagrados en la

Constitución del Ecuador (no ocurre lo mismo con la Boliviana14), luego

promovidos en el seno de la ONU por el presidente Evo Morales15, si bien

establece con rigor una transformación de las formas de producción y

acumulación de capitales y riqueza, extraída de forma exorbitante desde la

naturaleza, no debe asumirse con la ligereza que invita a temer la

pauperización de la vida. La defensa de la naturaleza al punto de reconocerla

como sujeto y proclamar principios de cuidado y responsabilidad con los

sistemas de vida, como señalan Acosta y Gudynas (2011), “no implica una

naturaleza intocada, sino que es posible seguir aprovechando los recursos

naturales, pero mientras se mantengan los sistemas de vida”.

14

No obstante, la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia aprobó en diciembre del año 2010 la “Ley de Derechos de la Madre Tierra”, que entre otras obligaciones, contempla la Garantía de regeneración de la Madre Tierra, el respeto y defensa de los Derechos de la Madre Tierra. Para efectos jurídicos la Madre Tierra se considera sujeto colectivo de interés público. 15

Por iniciativa de Evo Morales, el año 2009 fue aprobado por la ONU, la celebración del 22 de abril como día Internacional de la Madre Tierra; en 2010 fue presentado a la ONU un proyecto de Declaración de los Derechos de la Madre Tierra, propuesta por la Primera Conferencia Mundial de los pueblos sobre el cambio climático y los Derechos de la Madre Tierra, realizado en Cochabamba del 20 al 22 de abril de 2010.

Page 13: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

Comprender lo expuesto y aceptarlo, involucra abandonar el antropocentrismo,

para valorar la vida universal aceptando de suyo que la Madre Tierra es más

importante que nuestra existencia humana16.

El mejoramiento social del que estamos hablando plantea que es necesario

ampliar las capacidades de las personas para que sean capaces de lograr su

AUTORREALIZACIÓN17 mucho más allá del goce fruto de la satisfacción de las

necesidades humanas, materiales, es decir, sin tener a las cosas como meta

final (Sen). Nos preguntaremos cómo lograrlo y quizás la fórmula puede

nutrirse empezando por (Acosta, 2008): construir nuevos patrones de consumo

coincidentes con la satisfacción de las necesidades fundamentales (axiológicas

y existenciales).

Las personas debemos tener la posibilidad de elegir el autodesarrollo, las

potencialidades a descubrir y fomentar y es aquí notable la figura del Estado

como ente garante de permitir el abanico de dichas posibilidades para la

autorrealización en sociedad.

Caemos, así, en otra escisión relativa a la problematización de la relación con

el ESTADO. El concepto de desarrollo sobre el que se sostiene y despliega el

Estado (en sociedades con un historial de regímenes neo-liberales como la

ecuatoriana o boliviana) aplicado a las comunidades indígenas, se reduce a

introducir códigos de modernidad para la vida que no responden al estilo de

prácticas de estas comunidades, los que suponen que salir de la pobreza

consiste en el acceso al mercado y a los beneficios de la modernidad, es decir,

a su asimilación por parte de las comunidades indígenas. El fundamento de las

políticas es el concepto del desarrollo como el “vivir mejor teniendo más”,

distinto al buen vivir o vivir bien; esa integración en el mercado se representa

como una amenaza a las costumbres y a la forma de organización en tanto

distanciaría a las personas de la comunidad, de la producción para su entorno

y de la capacidad de autodeterminación, para pasar a formar parte de la fuerza

de trabajo de las grandes organizaciones/empresas. Entonces se entroniza la

DEPENDENCIA como forma de subsistencia, dependencia ya del Estado ya de

16

Conocida es la frase atribuida a un jede indígena de Seattle: “La humanidad no hizo el tejido de la vida, es solo una hebra…y lo que hace con la trama o el tejido se lo hace a sí mismo”. 17

Expresión empleado en extenso en el “Plan Nacional para el Buen Vivir, 2009-2013” del Ecuador (SENPLADES, 2009); ver además, Ramírez, René (2010), ponencia denominada “El Socialismo del Sumak kawsay”.

Page 14: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

los privados, alejando el sentido de señorío de sí mismo y, por eso,

promoviendo la enajenación de los pueblos indígenas para tributar a la cultura

del maldesarrollo.18 Señala Macas (2010) que “muchos de los jóvenes con tal

de ganar un sueldo, dejan la vida comunitaria para tornarse agentes del

“desarrollo”. Casi todos nosotros en la Amazonía producimos para la economía

de mercado y negociamos directamente con ella, sea a través de la venta de

productos nuestros o externa. Esto ha quebrado el sistema de reciprocidad –

producción, distribución y consumo -ha alterado el uso de los recursos

naturales y la forma de movilidad social y sobre todo el cambio en los patrones

alimenticios”.

La reformulación del rol del Estado es otro de los pendientes que plantea el

Sumak Kawsay y Suma Qamaña en tanto no sólo se resuelve a partir de su

fortalecimiento (del Estado) con miras a redistribuir la riqueza, no se trata

llanamente de recuperar la capacidad decisoria del Estado en la economía. La

deconstrucción es tan profunda como las raíces de un ancestral árbol, incluso

de vuelve cuestionable el sólo hecho de querer construir por medio de la

implementación de un Estado participativo, promotor de consultas y otras

instancias de comunicación con la sociedad civil dado el carácter instrumental

que estas acciones pueden adquirir (como ocurre cuando se emplean con fines

netamente electorales). La tarea de desaprender es imprescindible y así mismo

tremendamente difícil.

En ambos casos la salida -en parte- viene redactada en las Constituciones con

la declaración de “Estados Plurinacionales” como sello identitario de su forma

organizativa estructural, lo cual de alguna manera es también la voluntad de

rescatar los saberes y prácticas de ese tejido plural y superar la monocultura

euro-y antropo-céntrica19. En este ejercicio parece ser medular que antes de

18

Tortosa (2011) denomina a su obra “Maldesarrollo y Mal vivir. Pobreza y violencia a escala mundial” y ofrece una conceptualización sobre el Maldesarrollo a partir de la noción de lucha de clases de “los de arriba” contra “los de abajo”. El Maldesarrollo es el efecto estable, es decir, estructural de aquella lucha de clases… El concepto de Maldesarrollo, indica, debe su introducción en las ciencias sociales a Sugata Dasgupta a partir del artículo “Peacelessness and Maldevelopment”, de 1968. 19 El objetivo es la transformación de la homogeneidad cultural por la interculturalidad donde la

diversidad tenga vida y presencia en todas las esferas y niveles de las sociedades. Hay elementos que permiten diseñar caminos para efectuar el arduo proceso de transición que Boaventura de Santos Souza (2010) califica como uno de las dos transiciones coexistentes: la del capitalismo al socialismo y, la del colonialismo a la autodeterminación, que es la que gestaron originalmente los pueblos indígenas.

Page 15: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

diseñar las acciones o políticas reformulemos los valores que éstas han de

promover y en torno a ello, también se rediseñen los caminos que como

medios para fines axiológicos existenciales, deben corresponderse con el

fomento de:

La IDENTIDAD20, un valor muy preponderante en estas culturas indígenas por

constituir el fundamento de la dignidad. Personas que sólo tienen dignidad es

como una planta sin raíces. Por lo que en el mundo de Cultura de la Vida se

conservan y respetan las identidades, se respeta al individuo, a los animales, a

las plantas, al entorno, sin sentido de dominación.

La VIDA PLENA, la vida sencilla, la vida sin opulencia no un “vivir mejor”

porque ese vivir mejor acepta que unos vivan peor a costa de otros, por lo que

esta comprensión está en riña con el consumismo y con la imperante lógica del

trabajo que nos consume, el mismo consumismo nos consume; no se trata de

abandonar los avances fruto del progreso tecnológico sino de direccionar las

formas de vida hacia un equilibrio dado por las coordinadas de salud de

nuestro medio y nuestra humanidad, y la realización de nuestro ser gregario, es

decir, nuestro desempeño en la comunidad, restableciendo el flujo social.

La LIBERTAD que cuestiona y rechaza su culto a la individualidad y al

hedonismo inmediatista e irreverente. Se estima que nadie es libre porque

todos nos complementamos, nadie puede decir que se va a cuidar solo, es

absurdo, existimos en comunidad y así, el hombre se complementa con la

mujer y ambos con la naturaleza: “un chachawarmi en interacción y armonía

con la pacha en comunidad… El ser humano libre es quien contamina el

mundo por medio de los gases de efecto invernadero, el que ha depredado la

naturaleza… (Choquehuanca, 2010).

René Ramírez (2010), ministro de Planificación de Ecuador, entiende el Buen

Vivir como “la consecución del florecimiento de todos y todas, en paz y armonía

con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas”,

presuponiendo que las “libertades, oportunidades, capacidades y

20

Un conjunto de ensayos resultan recomendables en esta temática, preparados por Bottasso

(2011) en su obra “Las identidades de un mundo globalizado”. Por otro lado, según la

propuesta de Galtung (1980) sobre las 4 necesidades humanas básicas para “hacer la vida

humana” la Identidad califica como la cuarta, tras el Bienestar, la Seguridad y la Libertad.

Torosa (2011) considera que son útiles para definir el Buen vivir y para diagnosticar el Mal vivir.

Page 16: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que

permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las

diversas identidades colectivas y cada uno –visto como un ser humano

universal y particular a la vez– valora como objetivo de vida deseable (tanto

material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un

otro)”. En esta definición encontramos implícita la necesidad de consensuar

sobre cuál es el objetivo de vida común deseable (tanto material como

subjetivo) que debe expresarse en un pacto colectivo ampliamente anhelado.

Porque esa posibilidad “de realización del ser humano” solo puede alcanzarse

en una convivencia social cuyas relaciones sociales, económicas, culturales,

ecológicas, mantengan el hilo conductor no diluido en la sensación de

libertades ilimitadas en que cada uno es feliz porque puede hacer lo que le

viene en gana, sino, por el contrario, en la aceptación de ejercer libertades

limitadas cuyo resultado es la armónica complementariedad constructora de

condiciones de posibilidad y oportunidad para la realización, satisfacción y, en

definitiva, la felicidad conjunta21.

La DEMOCRACIA es sin lugar a dudas, una deconstrucción que nos permitirá

tejer el Buen vivir o Vivir bien en todos los niveles una vez que la desarrollemos

asumiendo la cultura del diálogo, debate, pluralismo y tolerancia22. A juicio de

la Cultura de la Vida, la democracia occidental admite que las mayorías hagan

caso omiso de las minorías por medio del voto, y así las someten. En su lugar,

esta otra proyección sobre la democracia vindica el DEBATE PLENO (casi

inagotable) como el medio para tomar las decisiones y llegar a acuerdos tras

tener cada cual la posibilidad de ser escuchados, se aboga por la decisión

consensuada entre todos, no a la supremacía del voto. El sistema de

funcionamiento de toma de decisiones más generales o nacionales se basaría

en la deliberación organizada desde las comunidades, ascendiendo por medio

21

Al respecto es clara la ley de Derechos de la Madre Tierra, en Bolivia, que en su art. 6.,

indica: “Todas las bolivianas y bolivianos, al formar parte de la comunidad de seres que componen la Madre Tierra, ejercen los derechos establecidos en la presente Ley, de forma compatible con sus derechos individuales y colectivos. El ejercicio de los derechos individuales están limitados por el ejercicio de los derechos colectivos en los sistemas de vida de la Madre Tierra, cualquier conflicto entre derechos debe resolverse de manera que no se afecte irreversiblemente la funcionalidad de los sistemas de vida”. 22

El verdadero pluralismo debería presuponer tolerancia, pero no son sinónimos intercambiables. La tolerancia respeta los valores ajenos mientras que el pluralismo exige respeto para los propios (Bottasso, 2011).

Page 17: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

de las estructuras de distintos niveles desde el colectivo de menor organización

que en caso de Bolivia son los ayllus23, de manera de garantizar las decisiones

soberanas.

Es manifiesto que los sistemas que plantean un compromiso con la amplia

participación de los diversos actores sociales, se preocupan por diseñar una

estructura que fundamente la toma de decisiones en la soberanía popular.

Sean cuales sean los mecanismos de la democracia en construcción, debe

guiarnos la convicción de que más democracia nunca es ni será suficiente.

La JUSTICIA no se ha de sustentar como un valor exclusivo de la humanidad.

Pero esto no sólo se trata de una observación relativa a la naturaleza, sino al

sentido mismo de la justicia. En el caso de la justicia indígena existen

mecanismos de tratamiento de los conflictos que en la tradición indígena se

entiende con el objetivo más de reconstruir que de resolver. Lo que persigue

esta justicia es el restablecimiento de la armonía de las relaciones humanas y

de las personas con la naturaleza. Cobijados con este conocimiento es que se

reconocieron los Derechos de la Naturaleza o Madre Tierra; se ha logrado

declarar al agua como un derecho humano fundamental en el seno de la

ONU24; y se propone construir un Tribunal de Justicia Climática y Ambiental,

como un primer paso hacia una Corte Internacional sobre delitos ambientales,

para que juzgue a quienes vulneren los derechos de la Naturaleza.

Lo que los nuevos compromisos constitucionales y los procesos sociales que lo

sustentan demandan de la justicia es tremendamente desafiante e innovador

puesto que exigen superar la anquilosada dicotomía de ser objeto y ser sujeto

que ubicaba a la Naturaleza en la primera categoría. Las discusiones surgidas

de manera pública y masiva a partir de la década del setenta sobre asuntos

ambientales, sus frutos y evoluciones, permiten llegar a cierto consenso que

admite que los derechos propios de la Naturaleza no son los ambientales (de

tercera generación) sino los ecológicos. Mientras los primeros aspiran la

indemnización a los humanos por el daño ambiental, los ecológicos se vinculan 23

Elemento fundamental de la estructura social de los pueblos quechuas y aymaras, se estima que ya en el siglo IX la civilización que giraba en torno a la ciudad de Tiahuanaco tenía en el ayllu la institución socioeconómica indispensable. 24

La propuesta fue presentada por Evo Morales en marzo de 2010 a la ONU, el 28 de julio la Asamblea General de este Organismo aprobó el proyecto con 122 votos a favor y 41 abstenciones. Reconoce el agua potable y el acceso a servicios sanitarios como derechos humanos fundamentales. El documento no es de obligatorio cumplimiento.

Page 18: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

con la restauración y reparación de los ecosistemas afectados. Ambas justicias

deben ser aplicadas, la ambiental para las personas, y la ecológica para la

Naturaleza25.

En buena medida a las Constituciones aludidas podemos leerlas como un

esquema de comunicación, donde se congregan, por una parte, los principios y

preceptos y, por otra, los mecanismos para alcanzar objetivos que se necesitan

para construir esta nueva convivencia social que hemos calificado como Sumak

Kawsay, en el caso ecuatoriano. Tienen estrecha dependencia con el eje

gravitacional del poder, el poder nacional, el poder internacional y precisamente

por esto, advertimos el peso que poseen las soberanías en tanto representan

la recuperación de dignidades, el incremento de libertades y la tributación hacia

el ideal de justicia (s) y otros tantos valores esenciales para la conformación del

nuevo ordenamiento social.

Puede ser que mucho de lo expuesto tenga sentido para la/el lector/a por haber

sido manifestadas por pensadores y tendencias de otros lugares y tiempos, y

ciertamente, estos planteamientos gozan de gran coincidencia con vertientes

políticas26 y culturales de nutrida diversidad. Lo anterior no es más que una

señal irrevocable de las grandes capacidades que poseen estos enjambres de

sueños enraizados para desarrollarse en otras realidades con postulados

autóctonos que se legitimen en función de sus luchas locales. Lo importante es

recoger la tarea de impulsar las discusiones y conjugar acciones por un VIVIR

alternativo adherido a una vocación ética ecologista. Que pueda devolver una

nueva ética a la convivencia social, entre nosotros-en-el entorno, una ética más

que “bio”, ecocéntrica27.

25

Sobre la temática conviene profundizar conocimientos acudiendo al autor uruguayo Eduardo Gudynas, varios de sus libros se encuentran disponibles en formato virtual en el sitio www.gudynas.com 26

Si bien el Sumak kawsay se adscribe en la teoría política del socialismo, no deja de cuestionarse respecto al socialismo real, su base antropocéntrica. Ese biocentrismo es parte de cambio transicional y contrasta con las tesis originalmente marxistas en cuanto al reconocimiento de una naturaleza que tiene límites, vida para sí y derechos. René Ramírez (2010) introduce el concepto de biosocialismo republicano para denominar al socialismo del Buen Vivir. 27

A diferencia del enfoque biocéntrico, el ecocentrismo enriquece la valía de los seres vivos

con la de las cosas y procesos no vivos, complejizando la concepción de naturaleza desde una

Page 19: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

La necesidad de buscar una alternativa al fracasado “modelo” de desarrollo

para los pueblos ha hecho urgente la elaboración de propuestas que se

encuentran en práctica, desde un hacer y rehacer como modus operandi. Este

esfuerzo concentrado en la propuesta del Sumak Kawsay o Suma Qamaña

como el resultado de la negación del “modelo maldesarrollador”, representa la

senda definitiva para alcanzar el verdadero descoloniaje del que hemos sido

víctimas y/o cómplices aún en la actualidad. Este objetivo se ilumina en la

consciencia cuando advertimos, tras un breve repaso histórico, que es por

primera vez que los grupos humanos que pueblan nuestros territorios desde

hace miles de años aparecen en la palestra del poder político de manera tan

impactante, por medio de su(s) filosofía(s), su(s) cosmovisión(es), ya no de

forma folklórica. El sometimiento propio del coloniaje que se ha prolongado

hasta nuestro días, de modo importante por medio de la educación, la

catequesis y la visión occidental impresa en el ejercicio del poder de las

repúblicas, hoy ha emprendido una reversión permitiéndonos tomar conciencia

de nosotros mismos, a partir de la revitalización de nuestro legado. Si es que

aceptamos la vocación de retorno que entraña esta propuesta de Buen vivir,

ésta consistiría en el retornar en busca de recuperar los valores perdidos

en/por la modernidad.

Este entendimiento supone la trascendencia de estas propuestas a un plano

ideológico-político que en la medida que crece y cobra vida, va conformándose

como una propuesta teórica cuyo reto es lograr integrar las diversas demandas

que surgen del estudio de la sociedad y la política. Dígase la esfera económica,

social, ambiental, cultural, la propiamente política, de relaciones

internacionales. Como máxima ético-filosófica su utilidad aflora de las

capacidades que demuestre para orientar y desencadenar planes

programáticos y comportamientos que permitan su realización.

Acosta (2010) nos brinda ciertas luces cuando comenta, “Si aceptamos que el

sistema mundial vigente es maldesarrollador, tenemos que concluir, como lo

hace el mismo Tortosa (2008), que éste nos conduce a un Mal Vivir. Por lo

tanto, la búsqueda de una buena vida debe basarse en un proceso muy distinto

desconcentración de la vida que posee derecho al cuidado por su ser viviente. El desarrollo de

estos conceptos pueden encontrarse en el artículo de Edward Berton (1999).

Page 20: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

al del desarrollo tantas veces promocionado y anhelado”. Así mismo Torosa

(2011) cuando indica, “Si el desarrollo (como valor, como objetivo) lo que tiene

que pretender, básicamente, es una reducción de la pobreza con equidad o, en

términos más generales, una superación de Maldesarrollo o una reducción del

Mal Vivir, la construcción teórica necesaria para ello no está hecha. Es un reto

para los académicos y para los políticos, con independencia de cómo de llame

la cosa que, evidentemente, no tiene por qué seguir llamándose desarrollo y

tiene muchas ventajas llamarla Buen Vivir”.

No podemos perder de vista que si bien la consecución del Buen vivir o Vivir

Bien implica una serie de cambios profundos en las esferas del desarrollo, la

economía, la materialización de derechos, no es [sólo] esta defensa y

compromisos lo que otorga el carácter vanguardista a la propuesta28. Lo que

permite plantearla no como una alternativa más para el desarrollo y progreso,

sino como un punto y aparte de esa trayectoria de reproducción social son sus

contenidos ético-filosóficos, la exaltación (recuperación) de las subjetividades y

del deber moral (como un deseo de orden imperativo) que en éstas debe brotar

por construir sociedades que impulsen el florecimiento no sólo del nuevo ser

humano sino de todo lo que integra la vida, sus procesos, sus ciclos.

Se trata de una sabiduría que nos impulsa a revalorizarlo todo y, quizás, el

esfuerzo primero que debemos realizar es convertir al Sumak Kawsay o Suma

Qamaña en la inspiración misma del ser social para la vida plena. Establecer

una filosofía de vida distinta involucra una suerte de rehabilitación

antropológica hacia un ecocentrismo, de manera que logremos reformular

nuestro desempeño como especie humana, entre nosotros y con la demás

existencia planetaria. El reto más complejo de la comprensión de este nuevo

programa vital es entender las dimensiones de existencialidad que contiene

(escapar del yoísmo) y de las cuales es necesario enamorarse y enamorar a la

sociedad.

28

Noción que sostienen Acosta y Gudynas (2010). Señalan: “De esta manera, en el caso ecuatoriano queda en claro que la conquista del Buen Vivir está directamente vinculada con el conjunto de derechos, y que éstos necesitan de cambios sustanciales en las estrategias de desarrollo. Es, a no dudarlo, una propuesta de vanguardia que tensiona el concepto de desarrollo con una propuesta a ser construida: el Buen Vivir”.

Page 21: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

En ese sentido, no podemos sino celebrar haber encontrado el saber ancestral

con la racionalidad de nuestros tiempos abriendo la oportunidad para la

creación de nuevas formas de vida como una alternativa cierta, real a la crisis

de nuestra Pachamama. Hoy sabemos qué rumbo está tomando eso nuevo

que no es, pero que ya nació y está creciendo.

Page 22: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

BIBLIOGRAFIA

Acosta, Alberto. “El Buen Vivir, una oportunidad por construir”, en la Revista Ecuador Debate N° 75, CAAP, Quito, 2008.

Acosta, Alberto. “El Buen Vivir, una utopía por (re)construir”, en Revista Casa de las Américas, Nº 257, La Habana, 2010.

Acosta, Alberto. “El Buen Vivir en el camino del post-desarrollo. Una lectura desde la Constitución de Montecristi”. Fundación Friedrich Ebert, FES-ILDIS, Quito, 2010.

Acosta, Alberto y Gudynas, Eduardo. “El buen vivir o la disolución de la idea del progreso”, en La medición de progreso y del bienestar. Propuestas desde América latina, Foro consultivo científico y tecnológico, AC, México, 2011.

Albó, Xavier. “Bien vivir = convivir bien”. Centro de Investigación y Promoción del Campesinado de Bolivia, s/f.

Berton, Edward. “El enverdecimiento del socialismo: ¿un nuevo concepto del <<progreso>>?, en Cuba Verde. En busca de un modelo de sustentatibilidad para el siglo XXI, Ed. José Martí, La Habana, Cuba.

Bottasso, Juan. Las identidades de un mundo globalizado, Ed. Abya- Yala, Quito, 2011.

Cáceres Vásquez, Miton. “La Constituyente y los derechos de la naturaleza”, en Revista La Jornada del Campo, # 22, 2009.

Choque Quispe, María Eugenia. Centro de Estudios Multidisciplinarios Aymara, Bolivia, publicado con el auspicio de la ONU, s/f.

Chuji G, Mónica. Modernidad, desarrollo, interculturalidad y Sumak Kawsay o Buen vivir. Ponencia Foro Internacional sobre Intercutluralidad y Desarrollo. Colombia, 2009.

Choquehuanca C, David. “Hacia la reconstrucción del Vivir Bien”. Extracto de la ponencia en el Encuentro Latinoamericano Pachamama, Pueblos, Liberación y Sumak Kawsay, Quito, 2010.

Dávalos, Pablo. “El “Sumak Kawsay” (“Buen vivir”) y las cesuras del desarrollo”. http://alainet.org/active/23920, 2009

De Santos Souza, Boaventura. “Hablamos de Socialismo de Buen Vivir”. América Latina en Movimiento, ALAI, 2010.

Gudynas, Eduardo. Ecología, economía y ética del desarrollo sostenible, disponible en www.ecologiapolitica.net/gudynas/GudynasDS5.pdf, Montevideo, 2004.

Huanacuni, Fernando. “Paradigma Occidental y Paradigma Indígena Originario”. América Latina en Movimiento. ALAI, 2010.

Page 23: El “Sumak Kawsay o Buen Vivir” y “Suma Qamaña o Vivir Bien” en los proyectos emancipatorios de Nuestra América.

Macas, Luis. “Sumak Kawsay: La vida en plenitud”. América Latina en Movimiento. ALAI, 2010.

Miranda Luizaga, Jorge; Del Carpio Natcheff, Viviana. “Suma qamaña, la propuesta andino amazónica de progreso”. Con el auspicio de la GTZ de Alemania, s/f. Ramírez Gallegos, Franklin. “Desencuentros, convergencias, polarización (y viceversa). El gobierno ecuatoriano y los movimientos sociales”, artículo publicado en la Revista Nueva Sociedad No 227, disponible en www.nuso.org, mayo-junio, 2010.

Ramírez Gallegos, René. “Socialismo del sumak kawsay o bio-socialismo republicano”, en Los nuevos retos de América Latina-Socialismo y sumak kawsay, SENPLADES, Quito, 2010.

Ramírez Gallegos, René. “El Socialismo del Sumak kawsay”, ponencia presentada en el Encuentro Foro Nacional de Partidos Políticos, disponible en www.senplades.gob.ec, Quito, 2010.

SENPLADES. Plan nacional para el Buen Vivir, 2009-2013, Secretaría Nacional de Planificación, Quito, 2009. Torosa, José María. Maldesarrollo y Mal vivir. Pobreza y violencia a escala mundial, Ed. Abya- Yala, Quito, 2011. Varios autores. “Socialismo y sumak kawsay – Los nuevos retos de América Latina”, SENPLADES, Quito, 2010.

Varios autores. “Plan de Gobierno del Movimiento País 2007-2011”, Quito, 2011.

Varios autores. “El Vivir Bien como respuesta a la crisis global”. Bolivia, 2009.