Sé que no seré tan famoso ni firmaré tantas
camisetas como un delantero, sé que soy quien
carga a mi equipo, soy consciente de que el
marcador depende de mí, que un error mío
puede costarle a mi equipo un partido, pero
también una buena parada puede dárselo.
Normalmente la gente ve al portero como uno
más en el equipo, como si fuera el último jugador
que solamente estará atrás en la portería
recibiendo balonazos, lo toman como si fuera
una pared o el que hace falta para completar el
equipo; pero yo agregaría el que lo viesen como
el valiente y solitario. El portero es quien entra al
campo con más seguridad que cualquier otro
jugador, es quien tiene la valentía de estar
defendiendo a su equipo, es soportar críticas
para algún día llegar a ser el héroe de tu equipo.
Porque nadie sabe lo que sufre un portero en los
entrenamientos, nadie comprende lo que un
portero sufre cuando le encajan gol. Los
delanteros pueden fallar en numerosas
ocasiones, cosa que un portero no se puede
permitir, y si lo hace, todo el mundo lo culpará.
El ser portero es ser la estrella solitaria de tu
equipo, es poder volar sin tener alas, es ser
olvidado por los demás cuando marcan gol a tu
favor. A los porteros solo los abrazan tras los
penaltis. Un portero es llorar, reír, sufrir gritar,
enfadar y celebrar solo, pero a pesar de todo…
Me gusta ser portero.
El guardameta, también conocido como portero,
arquero o golero, es el jugador cuyo principal
objetivo es evitar que la pelota entre a su meta.
Es el único jugador que
puede tocar la pelota con
sus manos durante el juego.
Sólo dentro de su área.
Deben llevar una vestimenta
diferente a la de sus
compañeros. Por lo general
suelen llevar el número 1
estampado sobre su
camiseta. El portero de
fútbol es el jugador que
requiere de una
especialización posicional más precoz. Mientras
que sus compañeros de equipo ejercen una
formación universal que les ayuda a
desenvolverse en cualquier parte del campo, el
portero supone un rol específico desde los inicios
formativos y competitivos. Es obligatorio diseñar
un protocolo de trabajo
específico para que el
portero llegue al final de
temporada al más alto
nivel en cuanto a sus
condiciones físicas,
técnicas, tácticas y
psicológicas se refiere.
Juan García Villagrán
Nº9 – 4ºA ESO
Es muy normal que muchos de los porteros que
conocemos hayan empezado de jugadores, lo
que ya no es tan frecuente es que un delantero
empezase de portero. Ronaldo Luís Nazário de
Lima, más conocido como Ronaldo, además de
ser el segundo máximo goleador de la historia de
la selección brasileña, no empezó de jugador de
campo, sino de portero. Su pasión -según sus
palabras- era ser militar, pero el fútbol se cruzó
en su camino, ya que su padre le llevaba casi
siempre a Maracaná a ver los partidos y sus
amigos le animaban a que intentara ser
profesional de este deporte. De pequeño se
dejaba las uñas descalzo detrás de una pelota
hecha con calcetines y trapos viejos. El resto es
historia, Ronaldo llegó a convertirse en uno de
los mayores goleadores de la historia del fútbol.
Como casi todos los cracks, Ronaldo ya
destacaba de pequeño y se presento animado
por sus amigos a unas pruebas en el equipo de
fútbol sala el “Valqueire Tenis Club”, a la edad
de 9 o 10 años. El día señalado había tantos
niños, unos 20 o 30, que Ronaldo pensó en
probar de portero que era el puesto en el que no
había casi nadie. Lo curioso del caso es que le
cogieron, así que podemos decir que Ronaldo
también fue portero aunque fuera de fútbol sala.
Al final, como nos cuenta la historia, el mundo
del fútbol perdió un seguramente buen portero
pero ganó un excelente delantero.
Transcurría la eliminatoria jugada por el Barça
contra el Copenhague en la Champions League el
20 de octubre de 2010. El equipo “culé” ganaba
por 1 a 0 con gol de Messi, pero no estaban
realizando un buen partido. El Copenhague
atacaba y daba más guerra de la esperada y por
medio del jugador Santin inicio un contra-ataque
que arrancado perfectamente sorprendió a la
defensa blaugrana evitando el fuera de juego y
teniendo solo en la frontal del área a N´Doye en
posición inmejorable para marcar. Pero el
jugador brasileño se paró en seco al oír un
silbato y creer que el árbitro había pitado fuera
de juego. Pero no había sido el árbitro sino José
Manuel Pinto, el portero del Barcelona, que
increíblemente imita a la perfección el silbato del
colegiado. Las imágenes de TV no dejan duda
alguna de que el portero realiza una pillería y
despista al atacante en lo que podría haber sido
el empate a uno. Al final el FC Barcelona ganaría
aquel partido y a Pinto, después de la
investigación por parte de la UEFA, le cayeron
dos partidos de sanción. El bueno de Pinto alegó
que el silbido lo usó para avisar a su defensa,
pero el comité no le creyó. Las pruebas
televisivas y la posterior sonrisita y gestos al
banquillo le delataron.
La primera referencia de proteger la meta
comienza en la literatura inglesa del siglo XVI.
"Parece inevitable que donde sea que un juego
evolucionó a tener goles, alguna forma de
evitarlos surgió".
A través de los años, la posición del guardameta
ha ido evolucionando, de acuerdo con cambios
en los sistemas de juego, para convertirse en un
puesto más activo. En las reglas originales, los
guardametas podían usar las manos hasta la
mitad del campo. Esto se modificó en 1912,
restringiendo esta posibilidad al área penal. A
mediados del siglo XX, guardametas como el
argentino Amadeo Carrizo y luego el soviético
Lev Yashin fueron pioneros de un estilo de juego
que incluía más movilidad y también ayudó a
introducir nuevas técnicas y estrategias que se
volverían estándares en la posición. Carrizo fue
el primer guardameta en abandonar el área para
defender y el primero en utilizar los saques como
un método para comenzar contraataques. En
1992, la International Board introdujo cambios
en las reglas que
afectaban a los
guardametas,
por actuaciones
como las del
portero
colombiano
René Higuita.
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