Un mar en el que no se puede ahogar nadie
Este mar existe y se encuentra en un país que conoce la humanidad desde los
tiempos más remotos, pues ya en el año 34 a.C. Cleopatra pidió a Marco Antonio conquistar
la zona con el fin de explotar y utilizar los minerales naturales que eran preciosos para sus
particulares tratamientos de belleza. Se trata del célebre Mar Muerto de Palestina (entre
Jordania e Israel): un mar interior a –400 m de altitud y de 60 km de ancho y 17 km de
largo, que se encuentra en la parte más baja de Jordania formando parte de la gran falla
Sirio-Africana. Sus aguas son extraordinariamente saladas (y carentes de oxígeno),
hasta tal punto que en ellas no puede existir ningún ser vivo, excepto bacterias, pero si
tienen propiedades curativas y terapéuticas. El clima caluroso y seco de Palestina hace que
se produzca una evaporación muy intensa en la superficie del mar. Pero se evapora agua
pura, mientras que la sal se queda en el mar y va aumentando la salinidad de sus aguas.
Esta es la razón de que las aguas del Mar Muerto contengan no un 2 ó 3 por ciento (en masa)
de sal, como la mayoría de los mares y océanos, sino un 27 o más por ciento. Esta
salinidad aumenta con la profundidad. Por lo tanto, una cuarta parte del contenido del Mar
Muerto está formada por la sal que hay disuelta en el agua. La cantidad total de sal que hay
en este mar se calcula en 40 millones de toneladas.
La gran salinidad del Mar Muerto determina una de sus peculiaridades, que consiste
en que sus aguas son mucho más densas que el agua de mar ordinaria. Hundirse en
estas aguas es imposible. El cuerpo humano es más liviano que ellas. El peso de nuestro
cuerpo es sensiblemente menor que el de un volumen igual de agua muy salada y, por
consiguiente, de acuerdo con la ley de la flotación, el hombre no se puede hundir en el Mar
Muerto, al contrario, flota en su superficie lo mismo que un huevo en agua salada (aunque en
el agua dulce se hunde).
Además, debido a su posición por debajo del nivel del mar, las playas del mar Muerto,
son consideradas como las más ricas en oxígeno (tienen un 10% más que las del
Mediterráneo) y eso reduce el peligro de quemaduras solares.
Mark Twain estuvo en este lago-mar y después escribió humorísticamente las
extrañas sensaciones que él y sus compañeros experimentaron bañándose en sus aguas:
"Fue un baño muy divertido. No nos podíamos hundir. Se podía uno tumbar a lo largo
sobre la espalda y cruzar los brazos sobre el pecho y la mayor parte del cuerpo seguía sobre
el agua. En estas condiciones se podía levantar la cabeza por completo. Se puede estar
tumbado cómodamente sobre la espalda, levantar las rodillas hasta el mentón y abrazarlas
con las manos. Pero en este caso se da la vuelta, porque la cabeza resulta más pesada. Si se
pone uno con la cabeza hundida y los pies para arriba, desde la mitad del pecho hasta la
punta de los pies sobresale del agua; claro que en esta posición no se puede estar mucho
tiempo. Si se intenta nadar de espaldas no se avanza casi nada, ya que las piernas no se
hunden en el agua y sólo los talones encuentran apoyo en ella. Si se nada boca abajo no se
va hacia adelante, sino hacia atrás. En el Mar Muerto el equilibrio del caballo es muy
inestable, no puede ni nadar ni estar derecho, inmediatamente se tumba de costado".
En la figura se puede ver un bañista que descansa comodísimamente sobre las aguas
del Mar Muerto. El gran peso específico del agua le permite estar en esta posición, leer el
libro y protegerse con la sombrilla de los ardientes rayos del Sol.
Un bañista en el Mar Muerto (reproducción de una fotografía).
Algo
parecido sienten
los
enfermos que
toman baños
salinos. Cuando
la
salinidad del agua es muy grande, como ocurre, por ejemplo, con las aguas minerales de
Staraia Russa, los enfermos tienen que hacer no pocos esfuerzos para mantenerse en el
fondo del baño: Una señora se quejaba de que el agua "la echaba materialmente fuera del
baño".
El agua de Kara-Bogas-Gol (golfo del Mar Caspio) tiene estas mismas propiedades y
las del lago Eltón no son menos saladas, puesto que contienen un 27% de sal.
ACTIVIDADES DE LA LECTURA
“UN MAR EN EL QUE NO SE PUEDE AHOGAR NADIE”
1. Realiza un mapa y sitúa en el Palestina, Jordania, Israel, Egipto, Río Nilo, Río Jordán, Mar Muerto, Mar Caspio y Mar Rojo.
2. Calcula la superficie aproximada del Mar Muerto en unidades del S.I.
3. ¿Cuál es la principal causa de que en ese mar no existan seres vivos eucariotas?
4. ¿Qué seres procariotas nos podemos encontrar en esas saladísimas aguas?
5. ¿Qué es una falla? Realiza un dibujo.
6. ¿Qué entiendes por mar interior?
7. ¿Por qué las aguas del Mar muerto son tan saladas?
8. Razona cuántos gramos de sal contienen 100 g de agua de este lugar.
9. Expresa la masa de sal que contiene dicho mar en unidades del S.I. y en notación científica.
10. Define densidad.
11. ¿Por qué es más densa el agua del Mar Muerto que la del Mar Cantábrico?
12. Escribe todo lo que sepas sobre Mark Twain.
13. Busca información sobre Arquímedes y sobre el Principio de Arquímedes.
14. Considerando el agua del Mar Muerto como una disolución acuosa. Explica cómo separarías los componentes de la misma. Infórmate de la relación de esta técnica con la obtención de sal en las salinas.
15. ¿Por qué el agua de los ríos es dulce y la de los mares y océanos salada, si el agua de éstos últimos procede de los ríos?
16. ¿Qué tengo que hacer para nadar a braza en el Mar Muerto si quiero desplazarme de izquierda a derecha?
17. Cita otros lugares que presenten aguas con salinidad elevada.
18. ¿Es el agua de este mar una sustancia pura? ¿Y una mezcla homogénea? Razónalo.
19. Escribe la fórmula de la sal común y nómbra dicho compuesto según la nomenclatura del la IUPAC.
20. Razona si el punto de ebullición y de congelación de este líquido sería igual, mayor o menor que el del agua destilada.