El Conflicto Asimétrico Antonio Cabrerizo Calatrava “Congreso Nacional de Estudios de Seguridad”, Universidad de Granada, 21-25 de Octubre de 2002
ABSTRACT
Muchos analistas consideraron la Guerra del Golfo como la primera guerra del
siglo XXI. La alianza internacional, la amplia utilización de medios electrónicos y
armas de precisión, la superioridad de fuerzas y el respeto a las leyes y usos de la
guerra parecieron entonces los patrones a seguir durante años. Pero los adversarios
potenciales, escarmentados por lo sucedido a Iraq, se han decantado por utilizar
procedimientos que les permitan obtener éxitos puntuales y presionar con métodos no
convencionales para influir en la opinión pública mundial y acelerar las decisiones
políticas en su beneficio. Como afirma el Congresista Ike Skelton de la Cámara de
Representantes de los Estados Unidos “se están buscando formas de utilizar nuestras
fuerzas en contra de nosotros mismos”.
Esta forma de actuar y su máxima demostración de terror del 11 de septiembre,
han puesto de plena actualidad el concepto de conflicto asimétrico. Muchos analistas y
publicaciones especializadas estudian este tipo de conflictos y auguran un futuro
repleto de ellos. Así Ignacio Ramonet afirmaba el pasado mes de abril que “la primera
guerra del siglo XXI es un conflicto asimétrico” y que “la mayor parte de las fuerzas
armadas están entrenadas para combatir a otros Estados pero no para enfrentarse a
un enemigo invisible”.
Sin embargo, la utilización de métodos no convencionales ante un enemigo más
poderoso no es una novedad histórica. Muchas potencias militares han sido incapaces
de imponerse a un enemigo en teoría más débil y así podemos volver la vista a
Vietnam, Chechenia, etc. Hace 45 años, Henry A. Kissinger ya sostenía la necesidad
1
de adecuar el dispositivo militar norteamericano para las “guerras limitadas”. ¿Qué ha
cambiado entonces? ¿Se deben afrontar estos riesgos asimétricos igual que antes se
resolvían las guerras limitadas?
Los últimos acontecimientos mundiales, así como el debate que en general se ha
desatado sobre la intervención de Estados Unidos en Afganistán, están llevando a una
reflexión acerca de cómo redefinir la orgánica, doctrina y materiales de las Fuerzas
Armadas para hacer frente a estas amenazas, llamadas hace años de cuarta
generación “con una base no-nacional o transnacional” y que ahora denominamos
“riesgos asimétricos”.
Tomando como referencia las lecciones aprendidas de algunas guerras recientes y
con la pauta que marcan los analistas más destacados en el estudio de los conflictos
del futuro, se pretende profundizar en el tema para intentar establecer las principales
características, limitaciones y principios del conflicto asimétrico y vislumbrar como
debe ser el planeamiento y conducción de las operaciones asimétricas.
INTRODUCCIÓN
Los más de 80 conflictos acaecidos desde la desaparición de los bloques y los
últimos sucesos de septiembre de 2001 en Estados Unidos, han confirmado que el
final de la guerra fría no produjo la esperada paz mundial y que a pesar de haberse
alcanzado acuerdos y tratados sobre control de armamentos, desarme, prevención de
conflictos y gestión de crisis, la inestabilidad es un fenómeno de nuestro tiempo y un
riesgo que nos puede afectar a todos.
Multitud de factores de violencia estructural como la pobreza, el hambre y la
carencia de justicia social, contribuyen a aumentar el desorden mundial. Esto se
traduce en violencia social, anarquía criminal, flujos de refugiados, tráfico de drogas,
crimen organizado, nacionalismo extremo, fundamentalismo religioso, limpiezas
étnicas, devastación ambiental, etc.
Estas condiciones de desestabilización tienden a ser explotadas por nacionalistas,
ideólogos, fundamentalistas, terroristas y autoproclamados profetas para alcanzar
2
sus propios objetivos. Así el mundo experimenta un aumento de guerras a las que se
bautiza con nuevos nombres (limitadas, de guerrillas, camufladas, sin restricción,
asimétricas, etc.) y en las que aparecen variados niveles de violencia.
Para explicar esos conflictos y sobre todo a raíz de los sucesos de septiembre de
2001, se ha puesto de moda la utilización del concepto de “conflicto asimétrico” y
muchos analistas y publicaciones especializadas estudian este tipo de conflictos y
auguran un futuro repleto de ellos.
Ya en el año 2000 la Directiva de Defensa Nacional promulgada por el Presidente
del Gobierno español alertaba sobre la necesidad de tener en cuenta los riesgos
asimétricos como un factor más de desestabilización. Posteriormente y en ese mismo
sentido, la Unión Europea en el punto 4 de la resolución B5-0698/2001 del Parlamento
Europeo sobre los resultados de la reunión informal del Consejo Europeo celebrada en
Gante el 19 de octubre de 2001, pide a la Comisión, al Consejo y a los Estados
miembros que, ante la cambiante situación internacional en materia de seguridad,
traten cuestiones como los "conflictos asimétricos" en los que los participantes no son
Estados pero pueden recibir apoyo o cobijo en Estados.
Sin embargo, la utilización de métodos no convencionales ante un enemigo más
poderoso no es una novedad histórica. Muchas potencias militares han sido incapaces
de imponerse a un enemigo en teoría más débil y así podemos volver la vista a
Vietnam, Chechenia, etc. Hace 45 años, Henry A. Kissinger ya sostenía la necesidad
de adecuar el dispositivo militar norteamericano para las “guerras limitadas”. ¿Qué ha
cambiado entonces? ¿Se deben afrontar estos riesgos asimétricos igual que antes se
resolvían las guerras limitadas?
Tomando como referencia las lecciones aprendidas de algunas guerras recientes y
con la pauta que marcan los analistas más destacados en el estudio de los conflictos
del futuro, se pretende profundizar en el tema para intentar establecer las principales
características, limitaciones y principios del conflicto asimétrico y vislumbrar los
posibles cambios en el campo doctrinal militar.
EL CONCEPTO
3
Aunque los términos “conflicto asimétrico”, “estrategia asimétrica” o “riesgos
asimétricos” son utilizados de forma generalizada, su definición permanece todavía
confusa y aunque algunas doctrinas militares europeas recogen el concepto, no lo
desarrollan más allá de la propia definición, apareciendo grandes diferencias entre lo
que se entiende en cada país por conflicto asimétrico.
La mayor parte de los analistas consideran que lo que ahora denominamos guerra
asimétrica es tan antiguo como el hombre y se remontan al pasaje bíblico de David
contra Goliat que es citado con insistencia. Sin embargo aunque en los años 80
aparece el concepto de “riesgos de 4ª generación”1, hasta 1995 no aparece la primera
mención a la asimetría en un documento oficial norteamericano2 pero se considera
ésta como un mero enfrentamiento entre fuerzas distintas. En 1997 aparece como tal
la definición de guerra asimétrica explicada entonces por Paul F. Herman como “un
conjunto de prácticas operacionales que tienen por objeto negar las ventajas y
explotar las vulnerabilidades (de la parte más fuerte), antes que buscar
enfrentamientos directos”. Al año siguiente, Charles Dunlap la definió de forma
parecida, pero añadiendo el concepto de “metodologías no convencionales o no
tradicionales”.
La propia idoneidad del término ha sido puesta en duda, argumentando que la
asimetría siempre ha existido en los conflictos bien en cuanto a tamaño de los
ejércitos, a tecnología o a procedimientos. Incluso ha aparecido un término nuevo
“disimétrico” para intentar cubrir el hueco existente entre la asimetría y la simetría
claramente opuestas.
La disimetría es definida como un desequilibrio entre dos antagonistas marcado
por el nivel de compromiso o las prestaciones de sus medios y de ningún modo por la
cantidad de estos medios y la manera de actuar. La desventaja que supone el menor
grado de compromiso en la búsqueda de los objetivos es equilibrada por una
superioridad tecnológica pronunciada que permite a estos actores menos
1 Aquellas que podrían tener una base no-nacional o transnacional según el artículo “The Changing Face of War: Into the fourth Generation” de la Marine Corps Gazette de los autores: Coronel Nightendale, Coronel Sutton, Tcol. Wilson y Cap. Schmitt del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos. 1989. 2 Joint Warfare of the Armed Forces of United States 10 January 1995.
4
comprometidos ser superiores a su adversario. Para explicar con ejemplos este
concepto se recurre a la Guerra del Golfo de 1991.
En los últimos años han aparecido definiciones más aproximadas a la idea actual
del concepto y así para Laurent Murawiec3 la guerra asimétrica no es solamente la
guerrilla ni la guerra del débil contra el fuerte: es la introducción de un elemento de
ruptura, tecnológico, estratégico o táctico, un elemento que cambia la idea
preconcebida; es la utilización de un flanco o de un punto flaco del adversario. Colin
S. Gray considera el combate asimétrico como “un método de combate difícil de
definir pero que se basa en lo inusual, lo inesperado y en procedimientos ante los que
no resulta fácil una respuesta mediante fuerzas y métodos convencionales”4. Según
esto la historia militar está llena de ejemplos de esta categoría: el pueblo español
contra el invasor napoleónico, los independentistas americanos que llevaron a cabo
una guerra irregular contra la infantería inglesa y más recientemente los comunistas
vietnamitas minando la retaguardia americana con la propaganda.
A pesar de estos intentos por aclarar los conceptos de “asimetría”, “conflicto
asimétrico” y “conflicto armado asimétrico” no existe todavía una unificación doctrinal.
La mejor definición debería basarse en considerar como elemento clave de la
asimetría la existencia de modelos estratégicos o de formas bélicas diferentes. No
existe pues conflicto armado asimétrico sólo por la existencia de una desigualdad
numérica, tecnológica o de meros procedimientos entre los contendientes, sino
cuando estos adoptan formas de combate diferentes en su concepción y en su
desarrollo.
Así, se puede definir el conflicto armado5 asimétrico como aquel que se produce
entre varios contendientes de capacidades militares normalmente distintas y con
3 En su libro “La guerre au XXI siécle” Ed. Odile Jacob. París. 2000. Laurent Murawiec es analista de la RAND Corporation, uno de los principales institutos americanos de estudios estratégicos. 4 Thinking Asymmetrically in Times of Terror. Colin S. Gray. Revista Parameters 2002 5 Desde el punto de vista militar, se define el conflicto como el estado o situación de confrontación, real o potencial, que afecta a la seguridad nacional. Mientras que la paz es claramente la meta, es posible estar en conflicto sin existir una declaración formal de guerra ya que el reconocimiento de esta situación tiene unas exigencias de orden jurídico-político que han impuesto que en la actualidad se utilice el nombre más genérico de conflicto armado. El conflicto armado es la confrontación física entre colectividades organizadas, no necesariamente reconocidas a la luz del derecho internacional, caracterizada por el empleo de medios de combate con la finalidad de imponer una voluntad sobre la otra.
5
diferencias básicas en su modelo estratégico. Alguno de ellos buscará vencer
utilizando el recurso militar de forma abierta en un espacio de tiempo y lugar
determinados y ateniéndose a las restricciones legales y éticas tradicionales. Su
oponente u oponentes tratarán de desgastar, debilitar y obtener ventajas actuando de
forma no convencional mediante éxitos puntuales de gran trascendencia en la opinión
pública, agotamiento de su adversario por prolongación del conflicto, recurso a
métodos alejados de las leyes y usos de la guerra o empleo de armas de destrucción
masiva. Todo ello con el objetivo principal de influir en la opinión pública y en las
decisiones políticas del adversario.
Por el contrario, y por exclusión, el conflicto armado simétrico es aquel que se
produce entre fuerzas armadas de naturaleza similar, y en el que se usan los mismos
modelos estratégicos militares. Este conflicto se caracteriza normalmente por el
enfrentamiento abierto entre fuerzas regulares, una elevada intensidad y ritmo y una
situación final que suele ser consecuencia directa del resultado del enfrentamiento
militar.
FACTORES DIFERENCIADORES DEL CONFLICTO ASIMÉTRICO
Ante la dificultad de encontrar una definición que satisfaga a la mayoría de
analistas, parece conveniente estudiar lo que diferencia a los conflictos asimétricos de
los simétricos para con ello conseguir establecer las pautas que permitan encauzar
una definición correcta. En ese sentido, las principales diferencias que dotan al
conflicto asimétrico de identidad propia son:
El terreno.
Los adversarios más débiles tratarán de evitar enfrentarse a un ejército
desarrollado en zonas que permitan hacer amplio uso de sus capacidades. Preferirán
enfrentarse en lugares donde la superioridad tecnológica pueda ser eclipsada, como
6
en zonas de difícil acceso, terreno y vegetación prohibitivos, localidades y áreas
urbanizadas o enmascarándose en la población civil o en las masas de refugiados.
Por otra parte la población tiende a concentrarse progresivamente en núcleos
urbanos. Los grupos armados que buscan protegerse mediante la diseminación entre
la población civil tendrán que actuar por tanto en ellos. Los ejércitos en las
operaciones convencionales tratan de eludir el combate en las ciudades por sus
dificultades y riesgos y por el grado de compromiso que exigen. En este tipo de
conflictos es probable que el combate en zonas urbanizadas no pueda ser eludido,
toda vez que el enemigo y sus centros de gravedad estarán situados allí.
Los procedimientos
Muchas naciones y grupos no nacionales no disponen de recursos para invertir en
las armas y tecnología necesaria para mantenerse a la misma altura de las mejores
fuerzas militares de sus regiones. Así cuando se enfrenten a ejércitos avanzados
tecnológicamente y de grandes efectivos, intentarán probablemente redefinir las
condiciones del conflicto y alcanzar sus fines por medio de:
La guerra de guerrillas.- Operaciones militares y paramilitares realizadas en
territorio hostil o en poder del enemigo, por fuerzas irregulares, principalmente
nativas. Se llevan a cabo para complementar, apoyar, o ampliar las operaciones
militares convencionales o como una modalidad independiente de combate.
La subversión.- Conjunto de actividades cuya finalidad es debilitar el potencial
militar, económico y político de una nación, minando la lealtad, la moral y la confianza
de sus ciudadanos.
El terrorismo.- Conjunto de actos violentos con el propósito de atemorizar al
público o a una parte de él, creando un estado de terror en la colectividad para
imponer o favorecer la difusión de determinadas doctrinas sociales o políticas6.
6 Reinares, F. “Terrorismo y antiterrorismo”. Barcelona, 1998. La definición que se emplea en los Estados Unidos es: violencia premeditada y motivada políticamente, perpetrada en contra de objetivos no combatientes (incluye personal civil y militar desarmado en el momento del incidente) por parte de grupos subnacionales o agentes clandestinos y cuya intención, por lo regular, es influenciar al público. La definición aprobada por la Unión Europea el 16 de noviembre de
7
El chantaje. Presión que, mediante la amenaza de utilización de armas de
destrucción masiva o de otros actos violentos, pretende atemorizar a la opinión
pública del adversario e influir sobre las decisiones políticas y militares.
Manipulación de la información. Para darse a conocer, justificar el empleo de
la violencia y descalificar al contrario.
Las limitaciones
En los conflictos actuales las fuerzas convencionales occidentales suelen estar
sujetas a limitaciones que afectan sustancialmente a su forma de actuación. Estas
limitaciones intentan ser aprovechadas por las fuerzas asimétricas para obtener
ventajas.
Algunas de estas limitaciones podrían ser:
Legales.- Las leyes y acuerdos internacionales limitan la actuación de las fuerzas
armadas en cualquier tipo de conflictos, regulando el uso de la fuerza y legitimando el
empleo de los ejércitos de los países u organizaciones implicados. En este tipo de
conflictos los grupos asimétricos respetarán o no estas leyes, pero aprovecharán
cualquier acción contundente del ejército convencional para difundir su falta de
respeto por ellas.
Políticas.- La entidad de las fuerzas empeñadas, las limitaciones o restricciones al
uso de la fuerza y los objetivos estratégicos militares serán marcados por el Gobierno
de la Nación y las autoridades y organismos militares previstos en la legislación. El
adversario asimétrico al no depender normalmente de una autoridad política no está
sujeto a restricciones de este tipo y es él mismo el que se marca sus límites.
Geográficas.- Se deben establecer unos límites geográficos para no involucrar a
países o zonas neutrales en el conflicto. El enemigo asimétrico no respetará esos
límites e incluso forzará a que países neutrales tomen partido intentando que las
fuerzas convencionales les persigan por territorios fuera de las zonas establecidas.
2001 es: Se consideran delitos de terrorismo los actos intencionales que vayan dirigidos a intimidar gravemente a una población; a obligar a los poderes públicos o a una organización internacional a realizar un determinado acto o abtenerse de hacerlo; a desestabilizar o destruir las estructuras fundamentales políticas, constitucionales, económicas o sociales de un país o de una organización internacional.
8
Temporales.- La superioridad teórica de los ejércitos convencionales en este tipo
de conflictos, el esfuerzo logístico que conlleva la dilatación de una operación
moderna, la presión gubernamental e incluso la presión popular exigirá obtener
resultados tangibles. Sin embargo en este tipo de conflictos el enemigo suele
conformarse con no perder, por lo que es difícil conseguir éxitos a corto plazo, lo que
prolonga el conflicto en el tiempo. La búsqueda de éxitos rápidos muy contundentes
puede generar daños en la ciudadanía circunstante o no involucrada, lo que alineará
sectores de la misma a favor de la causa desfavoreciendo la acción de las fuerzas
convencionales.
Empleo de medios.- La influencia de la opinión pública, la presencia de población
civil, las reglas de enfrentamiento y otros factores, impedirán la utilización de medios
desproporcionados o que produzcan una destrucción excesiva. Aparece la necesidad
de disponer de un arsenal más variado y efectivo, incluyendo armas no letales, que
contribuyan a aumentar las posibilidades de reacción en este tipo de conflictos.
Igualmente, aunque es necesario poder defenderse de ellas y proteger a la población
civil, no estará permitido el empleo de armas nucleares, biológicas o químicas.
Los actores
Tradicionalmente los ejércitos han concentrado sus esfuerzos en desarrollar
capacidades para dominar a enemigos de sus mismas características, es decir grupos
armados institucionales con procedimientos de combate para buscar una victoria
militar sobre el adversario. Este objetivo marcaba la estructura, el equipamiento y la
doctrina de empleo de las unidades, en el convencimiento que otros tipos de
amenazas serían fácilmente vencidas utilizando estos medios y procedimientos. Sin
embargo la historia está llena de situaciones en las cuales ejércitos convencionales se
han estrellado contra enemigos de un tipo diferente que les han obligado a renunciar
a sus objetivos. Algo así les ocurrió a los ejércitos de Napoleón en España o a los
Estados Unidos en Vietnam.
Los grupos armados no estatales se están convirtiendo en importantes actores del
sistema internacional. Los señores de la guerra en Somalia o Sierra Leona, la guerrilla
9
en Angola o Colombia, los grupos armados criminales en la favelas brasileñas y los
paramilitares del UCK (Ejército de Liberación de Kosovo), entre muchos otros, tienen
capacidad para desestabilizar y corromper sociedades, incorporar a jóvenes sin
opciones e implicarse en actividades violentas que producen grandes problemas a las
fuerzas encargadas de la seguridad, pacificación o defensa.
Los acontecimientos recientes nos indican la aparición de nuevos actores que
dotan a este tipo de conflictos de características singulares. Algunos de los nuevos
tipos de actores que van a aparecer en los conflictos asimétricos serán entre otros:
Organizaciones subversivas.
Estados gamberros.
Entidades dotadas de armas de destrucción masiva.
Grupos terroristas internacionales.
Organizaciones criminales, traficantes de drogas, mafias, sectas, redes de
blanqueo de dinero, etc.
Piratas informáticos.
Masas de población civil.
CARACTERÍSTICAS
• Existencia de formaciones armadas irregulares.
• Dificultad en identificación del enemigo.
• Empleo de tácticas irregulares y a veces irracionales.
• Las operaciones se desarrollan sin existir una línea de contacto definida con el
enemigo.
• El terreno es elegido por el enemigo asimétrico por lo que puede restringir la
capacidad de maniobra de las fuerzas.
10
• El enemigo se mimetiza entre la población civil de manera que se hacen
indistinguibles.
• Falta de respeto a la ley y orden establecidos.
• El enemigo explota mediáticamente sus éxitos y los fracasos de su adversario,
sobre todo sus bajas propias y los daños colaterales.
• Presencia e implicación de elementos y organizaciones civiles, incluyendo un
gran número de desplazados y refugiados.
• Colapso de la infraestructura civil.
• Los poderes políticos de la zona tienen poca o ninguna influencia en las
facciones armadas.
• Campos de tiro y observación con frecuencia limitados.
• Ritmo de las operaciones muy reducido.
• Importancia de la información.
• El contacto con el enemigo se realiza normalmente en el ámbito de pequeñas
unidades, como máximo de batallón.
LECCIONES APRENDIDAS DE LOS ÚLTIMOS CONFLICTOS “LIMITADOS”
El estudio de la historia militar no sólo permitirá comprender la naturaleza de la
guerra y su contribución a la solución de nuevos conflictos, sino mejorar
directamente, además, la competencia profesional de los responsables en tomar
decisiones relacionadas con la seguridad y defensa. No hay que olvidar nunca que el
verdadero uso de la historia no es hacer a los hombres más precavidos para la
próxima vez, sino juiciosos para siempre7.
Aunque los conflictos asimétricos presentes y futuros puedan tener características
diferentes, es imperativo recordar las lecciones aprendidas del pasado para aplicarlas
a la solución de los conflictos futuros. Así se pueden destacar, generalizando, las
siguientes lecciones aprendidas en los últimos años:
7 Howard, M. “Las causas de las guerras y otros ensayos”. Madrid, 1987.
11
Precisión y claridad en cuanto a definir las metas que se pretenden alcanzar
Se considera esta8 como una de las lecciones aprendidas de la guerra del Vietnam.
Los sucesivos responsables -franceses, norteamericanos y sudvietnamitas-
imprimieron talantes distintos a las diferentes fases de la guerra. La presión de sus
respectivos poderes económicos, ideológicos o políticos y la opinión pública, les obligó
a replantearse constantemente sus metas a alcanzar. Por el contrario, la formulación
de un objetivo casi exclusivo, la liberación de Vietnam y la reunificación como estado,
hizo que la elite revolucionaria se mantuviese agrupada en torno a dicho objetivo
primordial9.
En este tipo de conflictos resulta de vital importancia determinar desde el principio
el estado final deseado. El logro del mismo en dichas operaciones, por más difícil que
sea expresarlo, es clave para asignar misiones y cometidos. El plan concebido debe
vincular la misión con el estado final deseado y abordar todos los factores críticos
incluyendo el empleo de la fuerza, relaciones de mando y control, consideraciones
legales y la transición y finalización de la operación.
Valoración correcta de la amenaza
Un error frecuente de los países occidentales durante los últimos siglos ha sido
subestimar a sus enemigos. La historia nos presenta muchos ejemplos, pudiendo
señalarse, por su cercanía, la reacción del General Silvestre cuando supo que Abd el
Krim se preparaba para combatir: “Este Abd el Krim es un loco. No voy a tomar en
serio las amenazas de un pequeño caid bereber que hasta hace cuatro días estaba a
mi merced. Su insolencia merece un nuevo castigo”10.
Así, el desprecio por los “amarillos”, “chinitos”, “moros”, “macarroni”, “franchutes”
y demás sólo ha servido para nublar el juicio sobre la capacidad real del enemigo. La
8 Del profesor Robert. Pfaltzgraff, según Minue, L. “Vietnam, la guerra que nunca acabó”. Madrid, 1985. 9 Largo Alonso, M. “La guerra de Vietnam”. Madrid, 2002. 10 Woolman, D. “Rebels in the Rif”. Oxford, 1969.
12
subestimación de las dificultades conlleva errores en la preparación y una ejecución
incompetente11.
Legitimidad moral como principio más importante
Esto puede apreciarse en conflictos como Chechenia (1999), Sierra Leona (1991),
Argelia (1992), etc. La consideración de estas guerras como “conflictos
eminentemente ideológicos”12 les confiere unas características especiales que no
hacen equiparable el peso de las motivaciones morales en ambos campos.
La legitimidad moral no es un valor seguro y permanente, la opinión pública y
otros poderes la otorgan y la retiran según acontezca. Por ello todos los actores
intentarán garantizar las condiciones que permitan acrecentar la legitimidad de sus
acciones ante la opinión pública y sus gobiernos.
Un especialista en información, el general Edward Lansdale, considera que los
Estados Unidos no se preocuparon de combatir la imagen benevolente de Ho chi Minh
como hicieron con la del Kaiser en la Primera Guerra Mundial y con la de Hitler en la
Segunda. Este fracaso aparente de la guerra psicológica en la guerra del Vietnam fue
determinante para el apoyo moral que alcanzaron los norvietnamitas incluso entre el
pueblo americano.
Para conseguir esa legitimidad moral, la moderación, proporcionalidad, legalidad
jurídica y dominio de la información serán principios esenciales para las fuerzas
estatales cuando actúen en estos conflictos. Para ello es preciso un exhaustivo
conocimiento del factor humano como prioridad decisiva.
Necesidad de aislar a los beligerantes de sus fuentes de apoyo
Los servicios de inteligencia occidentales demostraron en los años 80 que algunos
Estados servían de punto de partida o de etapa intermedia a grupos violentos, en el
marco de sus actividades internacionales. Así, países como Siria y Libia fueron
11 Regan, G. “Historia de la incompetencia militar”. Barcelona, 1987 12 Mesa, R. “Las revoluciones del Tercer Mundo”. Madrid, 1971.
13
acusados de financiar o apoyar a estos grupos para obtener una “ayudita” a sus
esfuerzos diplomáticos.
Hace unos años el IRA (Ejército Republicano Irlandés) recibió regularmente fondos
recogidos entre ciudadanos estadounidenses de ascendencia irlandesa, que
difícilmente hubieran aceptado prácticas terroristas en su propia nación pero
contribuyeron a ellas en otros países mediante donaciones pecuarias13.
También está demostrado el apoyo que algunos países islámicos han prestado a
los bosniacos en la guerra de desintegración de Yugoslavia y al UCK en sus intentos
de independencia de Kosovo.
Por todo ello es prioritario determinar donde se encuentra el enemigo asimétrico
y establecer un límite geográfico preciso donde opera y pretende dar la batalla, para
aislar electrónica y físicamente esa zona, ya que el contacto externo es vital para el
sostenimiento de las operaciones de un enemigo asimétrico.
Importancia de la inteligencia
Muchos analistas consideran que el fracaso de Estados Unidos y Naciones unidas
en Somalia fue debido en gran parte a la escasa e inoportuna inteligencia humana
desarrollada14. La inteligencia podía haber resultado crucial en el desastre de Annual,
dando un giro a los acontecimientos, de haber sido tenida más en cuenta por el
General Silvestre los meses que precedieron a la retirada. En todo momento fue
recibiendo información por su Policía Indígena de la situación de las cábilas y muy
especialmente de la cábila de Beni-Urriaguel (propia de Abd-el-Krim ) que vaticinaban
una rebelión y la caída de las posiciones más avanzadas, Abarran, Igueriben, etc.
Sin inteligencia, sin información, las fuerzas difícilmente pueden distinguir entre
los enemigos asimétricos y la población en cuyo seno operan, dando lugar a
procedimientos tales como los de realizar detenciones indiscriminadas y prolongadas,
lo que tiende a crear simpatía hacia los insurgentes en los segmentos sociales
13 Reinares, F. “Terrorismo y antiterrorismo”. Barcelona, 1998. 14 “Studies in asymmetry” . Strategic Studies Institute.US Army War College. Septiembre 2001.
14
afectados por eventuales acciones abusivas15. Esto ocurrió por ejemplo a raíz de los
numerosos y masivos arrestos llevados a cabo en el pasado por las fuerzas armadas
británicas en territorio norirlandés.
Lograr una inteligencia de calidad se convierte en un aspecto clave en este tipo de
conflictos. Los requerimientos de inteligencia e información serán diferentes a los de
operaciones convencionales. En un conflicto asimétrico asumen una gran importancia
las evaluaciones de factores tales como la personalidad de los individuos involucrados,
las razones de la lucha y sus objetivos últimos, las costumbres locales y otros
aspectos socio-políticos.
Planear y controlar las reacciones
La desmesurada reacción del Ejército Serbio contra los actos terroristas del
Ejército de Liberación de Kosovo, lejos de conseguir un escarmiento de los violentos y
su entrega incondicional, generaron un rechazo de la opinión pública occidental,
mediatizada por los medios de comunicación, que llevaron a una acción de sus
Gobiernos y Fuerzas Armadas contra las instituciones políticas y militares yugoslavas.
También son discutibles los resultados obtenidos por los ataques de las Fuerzas
Armadas israelís contra los diversos objetivos palestinos al no haber conseguido una
disminución de la frecuencia o violencia de los actos terroristas en la zona16.
La historia demuestra que las represalias precipitadas como consecuencia de actos
violentos indiscriminados, lejos de conseguir un efecto disuasorio que prevenga
futuras acciones violentas, estimulan a corto o medio plazo la realización de actos
violentos similares o hasta más letales, no sólo en la zona donde ha ocurrido el
incidente, sino en el territorio mismo o contra los intereses del gobierno que ha
pretendido el escarmiento17.
15 Reinares, F. “Terrorismo y antiterrorismo”. Barcelona, 1998. 16 Esta política de represalias es puesta en tela de juicio por muchos analistas desde hace años. Así se puede consultar en varias obras especializadas sobre el tema de las que destacan: Alon, H. “Countering Palestinian terrorism in Israel: toward a policy analysis of countermeasures”. Santa Mónica, 1980. Livingstone, N. “The war against terrorism”. Lexington, 1982. 17 Reinares, F. “Terrorismo y antiterrorismo”. Barcelona, 1998.
15
Por las formas de actuar del enemigo asimétrico es probable que consiga vulnerar
alguna de las medidas preventivas de la fuerza convencional, por lo que ésta debe
tener siempre previstas las reacciones ante sus consecuencias. Estas reacciones
deben ser equilibradas y ejecutadas con precaución, para evitar acusaciones de
desproporción en los métodos y medios empleados y para que no se produzcan daños
colaterales.
Objetivos militares proporcionados a la capacidad de las fuerzas
El Reino Unido estuvo muy cerca de pedir más de la cuenta de sus fuerzas
armadas durante la guerra de las Malvinas. Como ha señalado Michael Howard18, a
pesar que la tarea del estratega sea usar las fuerzas militares a su disposición para
lograr el objetivo político, las acciones militares deben ser las apropiadas, coherentes
con la fuerza que se dispone, y diseñadas para contribuir a la finalidad política básica.
La guerra y la política van ciertamente unidas, pero la historia demuestra que cuando
la política asume el papel de comandante supremo durante la guerra, interfiriendo en
las decisiones militares, suelen haberse producido fracasos.
En su libro sobre la Guerra de las Malvinas19, Max Hasting relata: “ El ataque a
Goose Geen reflejó precipitación y menosprecio del enemigo por parte de los
responsables de iniciarlo…Los políticos y jefes del Ejército, profundamente alarmados
por las pérdidas en San Carlos, pidieron una actuación urgente de las fuerzas de tierra
por razones políticas… Se trató de un episodio clásico en que quedaron patentes los
riesgos y complicaciones que pueden producirse cuando se dirige una operación
militar para servir a un propósito político urgente”.
En su libro “Strategy for Defeat: Vietnam in Retrospect”, el almirante Ulysses
Sharp, comandante del teatro de operaciones del Pacífico durante una parte
importante de la guerra vietnamita, analiza ésta, y viene a decir que los Estados
Unidos no hicieron el esfuerzo que la victoria requería y en su misma línea, el profesor
18 Howard, M. “Las causas de las guerras y otros ensayos”. Madrid, 1987. 19 Hastings, M. y S. Jenkins. “The battle for the Falklands”. 1983.
16
Robert Pfaltzgraff considera como una de las lecciones más importantes de la guerra
del Vietnam la necesidad de hacer una evaluación más exacta de la naturaleza de las
exigencias militares. Nada de comprometer muy poco y muy tarde para un fin
erróneo.
Importancia de los medios de comunicación
Durante muchos años los líderes políticos y militares americanos han achacado a
la prensa una gran responsabilidad en la pérdida de la guerra del Vietnam. En un
principio los informes de la prensa americana no alteraron mucho la actitud del
público hacia la guerra. A mediados de 1967, el 40 % de los americanos consideraba
un error enviar tropas a Vietnam. Después de la ofensiva del Tet, los medios de
comunicación y una cantidad importante de los artífices de opinión y políticos de
Washington DC, consideraron que la guerra estaba perdida y comenzaron a esparcir
este mensaje. Durante los dos meses siguientes a la recuperación del Palacio Imperial
de Hue (febrero 1968) la popularidad de Johnson descendió considerablemente y más
del 65 % de los americanos se manifestaron abiertamente contra la guerra.
Uno de los terroristas condenados a muerte en el Consejo de Guerra de Burgos de
1970 escribió posteriormente en una tesis doctoral sobre la influencia de la prensa en
el sobredimensionamiento de la organización terrorista: “ Que el colectivo clandestino
dispusiera de una historia ofrecida por un periódico constituía un aporte psicológico
importante. Para colmo, aventurando hechos falsos o engrandeciéndolos,
desembarcos de armas o secuestros de aviones, se alentaba a generaciones venideras
a su realización”20.
Estos y otros muchos ejemplos demuestran que en los últimos años los medios de
comunicación se han reafirmado como un agente de primer orden desde el punto de
vista estratégico. En 1999 Madeleine Albright admitió que “la cadena CNN podía
considerarse el decimosexto miembro del Consejo de Seguridad de la ONU”21. Es de
suma importancia considerar adecuadamente el papel clave que juegan los medios de
20 Domínguez, F. “Dentro de ETA”. Madrid, 2002. 21 Ramonet, I. “Geopolítica del caos”. Madrid 1999.
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comunicación en el ambiente actual, donde toda noticia se difunde en forma inmediata
a una audiencia global. Como consecuencia en estos conflictos se exige que las
fuerzas respondan a los cambios repentinos de sus situaciones, siempre manteniendo
presente que se encuentran bajo permanente escrutinio de los medios de información
pública.
LOS CONFLICTOS DEL FUTURO
Terminada la era de las guerras totales ideológicas, nuestros antepasados
entraron en el tiempo de las guerras limitadas entre ejércitos con diferentes
capacidades. Ahora comienza un periodo donde los conflictos están dominados por un
fuerte desequilibrio en el compromiso de las partes enfrentadas. Cada vez más a
menudo, uno de los protagonistas lucha por una apuesta que juzga vital mientras que
el otro no encuentra en el conflicto más que intereses estratégicos22. De igual forma,
la evolución de la moral colectiva en el mundo occidental, dota a los conflictos de una
diferencia apreciable en cuanto a la motivación, la implicación y la legitimación para
actuar.
Mientras que Estados se desintegran, desaparece el principio básico del monopolio
legítimo del uso de la fuerza por parte de las instituciones dirigentes. El futuro se nos
presenta atiborrado de grupos no estatales armados con un papel predominante en su
sociedad y que ostentan su poder gracias al miedo y el terror. Su dispersión en la
población civil que los rodea los hace invisibles a la vez que precisamente es allí
donde mayor resultado tienen sus manipulaciones, movilizaciones y acciones de
sostenimiento.
En los conflictos futuros será prioritario tener en cuenta aspectos como el control
de masas, la lucha contra la delincuencia organizada y el terrorismo internacional,
arrebatar la moralidad y legitimidad a las acciones del adversario, acciones sobre la
información, implicación de mafias y grupos de poder ocultos, la cooperación con
órganos de obtención de inteligencia nacionales e internacionales y con fuerzas y
cuerpos de seguridad, etc.
22 Manwaring, M. “Studies in asymmetry”. Strategic Studies Institute. 2001.
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Aunque no pueda descartarse la posibilidad de una agresión de gran envergadura
que requiera la aportación de todas las energías de la nación para responder en un
conflicto convencional, hay una mayor probabilidad que los conflictos del futuro sean
de alcance limitado, tanto en finalidades como en los medios empleados y estén
motivados por agravamientos de crisis de carácter político-social.
LAS FUERZAS ARMADAS ANTE LAS OPERACIONES BÉLICAS ASIMÉTRICAS
La evolución de las Fuerzas Armadas se vislumbra desde una doble preocupación.
Por un lado, es necesario un esfuerzo constante para dominar los problemas que
plantea una posible intervención en la defensa de los intereses vitales de la nación
ante adversarios estatales con sistemas de fuerzas equivalentes. Por otro lado,
aparece periódicamente la necesidad de hacer frente a estas nuevas situaciones
nacidas de la emergencia de nuevos tipos de actores, de nuevos métodos de combate,
de la transformación de la moral colectiva, del respeto a las limitaciones y de
actuación en terrenos no propicios. Así, para cada conclusión que se obtenga del
estudio prospectivo de nuevas misiones, se deben examinar las consecuencias en los
campos: doctrinal (conceptos y procedimientos), tecnológico (medios a emplear) y de
adiestramiento (preparación).
Desde el punto de vista doctrinal y teniendo en cuenta el amplio abanico de
posibilidades que presentan este tipo de conflictos, para las Fuerzas Armadas supone
un enorme reto actualizar los conceptos y procedimientos a utilizar en operaciones
contra enemigos asimétricos y encontrar los principios a seguir para alcanzar las
mayores garantías de éxito.
En las operaciones asimétricas, las fases del conflicto convencional se confunden,
se imbrican: la acción política (la diplomacia, la negociación, el establecimiento de
alianzas, la recogida de información, la instauración de la vida civil etc.) y la acción
militar ya no son consecutivas sino que aquella continúa mientras ésta despliega su
poder.
A las Fuerzas Armadas se les pedirá que obliguen al adversario asimétrico a cesar
en su agresión o que restablezcan la estabilidad y el respeto al derecho internacional
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en un área determinada. Se trata por tanto de neutralizar las capacidades ofensivas
del adversario y de impedirle la libertad de acción.
Para ello, la destrucción sistemática de las fuerzas adversarias no debe
buscarse. Aceptar este tipo de combate supondría perder las ventajas numéricas o
tecnológicas en favor del medio físico y de la influencia de los medios de comunicación
en la opinión pública internacional, especialmente sensible con las víctimas y
destrucciones civiles. Las unidades deben concentrar sus acciones sobre el objetivo a
conseguir más que sobre el despliegue enemigo. A estos efectos se debe intentar
neutralizar los posibles centros de gravedad del adversario o los objetivos decisivos
para su maniobra.
Una fuerza que pretenda mantener el apoyo de su opinión pública y su nivel de
compromiso con la solución del problema, deberá extremar la precaución para que las
acciones contra el adversario no tengan como consecuencia daños colaterales, a la
vez que maximiza las medidas de protección propia.
Los órganos de inteligencia y las fuerzas especiales de muchos países deben
actuar simultáneamente con la intención de anticiparse a los planes del enemigo
asimétrico, silencioso y oculto, que puede asestar terribles golpes cuando lo desee,
utilizando cualquier medio a su disposición23. Se hacen necesarias la coordinación e
integración adecuadas que permitan un aprovechamiento mutuo de los medios para
obtener las máximas ventajas.
Las acciones militares ha realizar podrían agruparse en tres categorías:
Acciones para el control de la zona
• Protección.
• Para proporcionar seguridad a las fuerzas, a los actores civiles encargados de la
resolución del conflicto y a la población de la zona.
• Control del terreno.
23 Olivar Ocampo, A. “La era de los Conflictos Asimétricos”. Military Review. Enero 2002.
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• Puede tener como cometido constituir una zona protegida, especialmente en
provecho de la población civil, o limitar la libertad de acción del adversario en una
zona o ambas simultáneamente.
• Control de la amenaza.
• Se trata de ejercer acciones sobre los elementos que constituyen la amenaza para
ir aumentando progresivamente el control sobre los mismos.
• Presión sobre la amenaza.
• Supone la ejecución de acciones contra la amenaza con ánimo de limitar su
libertad de acción. Incluye la destrucción, neutralización o conquista de puntos
clave necesarios para la maniobra de las fuerzas adversarias, sin necesariamente
haber realizado un ataque directo contra ellas.
Acciones sobre la información
Ante la necesidad de luchar contra la propaganda y la desinformación, es preciso
garantizar la libertad de información y un empleo eficaz de las Operaciones de
Información.
En el mundo actúan un gran número de organizaciones y sistemas que obtienen,
tratan y difunden información a una audiencia mundial. Muchos de los componentes de
la misma están fuera del control de las autoridades pero son capaces de influir, directa o
indirectamente, en el desarrollo, éxito o fracaso de las operaciones militares. Las
acciones sobre la información posibilitan, apoyan y protegen la capacidad para
obtener, procesar y gestionar la información e influyen en esas capacidades del
adversario en beneficio de la operación militar.
Se deben contrarrestar los efectos de la propaganda subversiva mediante una
extensa campaña psicológica y propagandística que tenga repercusión en el interior y
en la opinión pública mundial.
Acciones sobre la población civil
Con ellas se pretende favorecer los intereses propios mediante las acciones
necesarias de información, prevención y control de la población civil, que permitan
conocer globalmente la zona y sus actores civiles más importantes para anticiparse a
21
sus acciones y maniobras y atraerse a la población civil e impedir movimientos de
masas incontrolados.
Las batallas se librarán normalmente en zonas muy pobladas, con gente
intimidada que en su mayoría suele ser neutral y estar más interesada en sobrevivir
que en otra cosa. Las acciones del enemigo asimétrico buscarán en todo momento un
respaldo social que les dote de legitimidad ante la opinión pública internacional, por lo
que el apoyo de esta población puede ser determinante.
Las fuerzas armadas deberán colaborar en la reorganización de la vida política,
económica y cultural que permita cesar las causas de la violencia y que las
condiciones de vida de la población permitan el restablecimiento de la normalidad. El
objetivo será que esa población pueda defenderse y vivir por sí misma.
Principios de las operaciones bélicas asimétricas
Los más importantes principios que deben ser tenidos en cuenta en las
operaciones bélicas asimétricas pueden basarse en un análisis profundo de las
lecciones aprendidas de conflictos pasados. Algunos analistas nacionales e
internacionales señalan, entre otros, los siguientes:
Mando único.- La lucha asimétrica abarca aspectos muy variados, teniendo
implicaciones políticas, económicas, sociales y psicológicas, además de las puramente
militares. Solamente un mando único puede lograr que los esfuerzos desarrollados en
cada uno de estos campos se dirijan, en forma coordinada, al mismo objetivo.
Dominio de la información.- Se impone la búsqueda del dominio de la
información para influir en la percepción enemiga de la situación y en su proceso de
toma de decisiones y para proteger las propias.
Objetivo.- El objetivo en este tipo de conflictos deberá estar claramente definido
y ser alcanzable. Los diferentes mandos, deben fijar objetivos adecuados y asegurarse
que contribuyen a la unidad de esfuerzos. Los objetivos militares deben vincularse a la
capacidad militar.
Moderación.- Aplicar prudentemente la capacidad militar apropiada.
22
Apoyo y organización de la población civil.- El apoyo y control de la población
civil de la zona será fundamental para conseguir el éxito de las operaciones. Las
acciones positivas sobre la población civil, tanto la que habita en las proximidades
como la que se encuentra en el interior de la zona, serán importantes para restar
apoyos al adversario que se esconde y difumina entre ella.
Adecuada estructura jerárquica.- Las acciones en el nivel táctico en este tipo
de conflictos tendrán una gran repercusión. Ello puede propiciar el aumento de
interferencias entre los niveles de conducción de las operaciones lo que puede influir
negativamente en la unidad de esfuerzos y en la acción global si la estructura
jerárquica no está perfectamente definida y sus cometidos previamente delimitados.
Marco jurídico legal.- Que establezca la estructura jurídica compatible con la
situación existente para legitimar las acciones permitidas a las fuerzas convencionales
a la vez que sienta las bases para la captura, cautiverio y reinserción de las fuerzas
hostiles24.
Importancia de la Inteligencia.- Se deben potenciar todas las fuentes de
información, tanto civiles como militares, siendo conveniente montar acciones de
alcance variable y con finalidad primordialmente informativa. Adquieren una
importancia vital los elementos infiltrados y las tecnologías aplicadas a la vigilancia
por lo que será indispensable la colaboración con las agencias estatales encargadas de
obtener información.
Acción global e integrada.- El planeamiento, preparación y conducción de las
operaciones debe hacerse coordinado al más alto nivel con el resto de organizaciones
y fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para erradicar las facciones armadas,
restablecer el orden o contribuir a la pacificación de la zona. La mejor manera de
afrontar estos conflictos será la aplicación coordinada y coherente de un conjunto de
medidas económicas, diplomáticas, políticas y militares25.
24 En las guerras convencionales, los prisioneros son considerados “combatientes legales” y existe un cuerpo legal que los acoge. Los “combatientes asimétricos” son considerados ilegales por lo que son tratados como asesinos, lo que genera alarma en la opinión pública. Michael H. Armacost. Conferencia “La política exterior de Estados Unidos después del 11 de septiembre”. Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. 11 de febrero de 2002.
23
25 Basado en el artículo “Ventajas del multilateralismo” de Javier Solana . Revista de Política Exterior. Marzo 2002.
24
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