¡Cuánto ha invertido Dios en su Viña!
¡Cuánto ha invertido Dios en su Viña!
Mt. 21, 33-43 Dom XXVII, Ciclo ‘A’
33. «Había un propietario que plantó una
viña…
La trabajó y la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
34. Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus sirvientes a los labradores, para recoger
los frutos que le correspondían.
35. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno,
mataron a otro, y otro lo apedrearon.
36. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37. Por último les mandó a su hijo, diciéndose:
"Tendrán respeto a mi hijo."
38 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:
Vengan, lo matamos y nos quedamos
con su herencia."
"Éste es el heredero.
39. Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
40 . Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña,¿qué hará con aquellos labradores?»
41. Le contestaron: «Hará morir de mala muerte
a esos malvados y rentará la viña a otros
labradores, que le entreguen los frutos a su
tiempo.»
42 Y Jesús les dice: «¿No han leído nunca en la Escritura:
Es ahora la piedra angular¡Es el Señor quien lo ha hecho!…
Ha sido un milagro patente…
43. Por eso les digo que se les
quitará a ustedes el Reino de Dios
y se dará al pueblo que produzca frutos.»
La figura central de la parábolano son los trabajadores, sino el propietario ,
el dueño de la viña…
¿A quién representa?
¿Qué significa para los bautizados estar en la viña del Señor?
¿Cómo la cuidamos y qué tanto nos
empeñamos por recoger buenos frutos?
Haz que seamos responsables del trabajo que nos has confiado...
Padre Bueno:
No permitas que nos adueñemos
de tu viña, sino que la trabajemos,
sabiendo que es tuya.
Gracias por todo lo que has invertido en tu viña...
Gracias por tus cuidados.
Ayúdanos a vivir felices trabjando contigo y por ti en la salvación de
nuestro mundo.
¡Así sea!
Ámbito Misionero