Desnutrición crónica afecta a 1.5 millones de menores de 5 años
El país presenta dos problemas graves de sanidad pública, por un lado se encuentra la obesidad que es el
resultado de una dieta inadecuada, consumo de alimentos altos en grasas y azucares y una baja actividad
física. Por otro lado está la desnutrición, la cual tiene como principales causas; una alimentación inadecuada
en cantidad o calidad, la incidencia de enfermedades infecciosas y el cuidado inadecuado del niño, que
depende para su adecuada alimentación y salud del cuidado de su madre. A estas causas le sumamos una
inapropiada disponibilidad de alimentos, de servicios de salud, educación y de infraestructura sanitaria
deficiente, que son, a su vez, consecuencia de la inequidad en la distribución de recursos, servicios, riqueza y
oportunidades.
Una mala nutrición puede tener consecuencias en la población general pero sus efectos pueden ser más
nocivos cuando se padece en los primeros años de vida. Los niños se encuentran en constante desarrollo y
maduración y cualquier actividad hecha o un mal hábito se verá reflejado en un futuro en su vida. Una
infancia desnutrida resulta más adelante en la vida en múltiples desventajas tanto físicas como cognoscitivas
y aumenta la propensión a enfermedades crónicas e incapacidades. Por lo tanto no es suficiente
implementar programas que den alimentos, sino que haya también intervenciones con los miembros de la
familia (no solo las madres), para crear conciencia de lo que es y no una buena alimentación y que cuidados
llevar a cabo para mejorar estos problemas de alimentación.
Aunque México cuente con diversos programas y evidencia sobre intervenciones específicas de alta
efectividad para la prevención de la desnutrición, estos son insuficientes para la erradicación de esta, ya que
si bien existen y están en funcionamiento algunos de ellos, no todas las personas tienen el acceso a estos, o
no los conocen, el proceso de ayuda de estos programas es a mi parecer muy selectivo, solo unos pocos
cuentan con la ayuda. El escaso acceso a servicios tanto de salud como educativos y de vivienda son factores
que también intervienen a este problema, por otro lado muchas veces si se cuenta con este acceso pero en
realidad los servicios son deficientes, cada vez hay más personas con problemas alimenticios, pero el
gobierno no hace gran cosa para terminar con ellos, varios de los programas son buenos pero no hay un
seguimiento, mantenimiento y distribución adecuados. Los programas deberían pretender ayudar y no solo
ser una forma de publicidad para algunos partidos políticos.