8/6/2019 Deseos y Derrames en El Ejercicio Literariio
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Congreso de Valparaso > Paneles y ponencias > Lengua y comunicacion: Creacin literaria y nuevos soportes digitales
Paneles y ponencias
Deseos, derrames y cacofonas de la creacin literaria entiempos de cibercultura
Jaime Alejandro Rodrguez RuizDepartamento de Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana,Bogot(Colombia)
Creacin literaria y nuevos soportes digitales
Resumen
Con base en las categoras ofrecidas por Pirre Lvy en el captulo: Vinculo entre espacios1.
Hacia una filosofa poltica, de su libro: Inteligencia colectiva. Por una antropologa del ciberespacio
(2004), mostrar cmo la creacin literaria contempornea est tensionada por dos factores:
de un lado, las relaciones armnicas entre los espacios, esto es, los deseos de ser y los
derrames de la cibercultura (o espacio del conocimiento) de/sobre la creacin literaria y, de
otro lado, por las relaciones cacofnicas entre los espacios (los llamados cuatro puntos
cardinales). Ensayar e ilustrar con algunos ejemplos tomados de la narrativa
contempornea, cada uno de los conceptos que Lvy propone para los vnculos generales de
los espacios antropolgicos y propondr consecuencias para la creacin literaria hoy.
Introduccin: La cuarta dimensin
As describo en el artculo Sueos digitales de un escritor, la situacin de bloqueo que
padecemos los escritores que nos hemos atrevido a hacer uso de las extensiones que ofrecen
las llamadas nuevas tecnologas:
Me encuentro en el estudio de mi casa, sufriendo el famoso sndrome de la pgina
en blanco. Slo que al frente no tengo ni un cuaderno, ni una resma de papel, ni
una mquina de escribir, sino la pantalla de un computador porttil que muestra
la tpica interfaz del tablero de administracin de una plataforma de blogs. Llevo
ya varios minutos intentando escribir el ttulo de mi entrada, sin xito tampoco
he podido empezar a llenar la plantilla de contenidos. Estoy varado en medio
del camino creativo, pero no por falta de ideas o por desconocimiento del oficio (la
publicacin de tres novelas y de dos libros de relatos me ubican, sin ambages, enel campo de los escritores), sino por la dificultad que encuentro para tomar
decisiones sobre la mejor manera de articular las distintas fuentes de informacin
de las que me he armado para construir la entrada. Tengo abiertos en mi
explorador la pgina de bsquedas de Google, la pgina de YouTube donde he
construido mi propio canal, el portal de Facebook en la pgina del grupo que me
acompaa en esta empresa (narrar el planeta nmada), un portal de podcasts
donde he seleccionado varias audioconferencias, y varias pginas de informacin
(incluida la correspondiente en Wikipedia), del tema sobre el que quiero hacer la
entrada tambin estn en proceso de descarga dos videos y varias canciones en
formato mp3 y, debido a que no alcanc a copiar en mi usb algunos archivos que
ahora debo consultar, estoy conectado remotamente al computador de mi oficina,
donde busco lo que necesito. De fondo suena la msica de una emisora de msica
clsica que emite va web.
Pero eso no es todo; en este momento escucho la voz de un amigo mexicano (a
quien no conozco personalmente), quien me anuncia por Skype que ha enviadopor el chat varios enlaces a su pgina personal, donde ha escrito sobre el asunto
que estoy desarrollando y que puedo hacer uso libre de los contenidos; que
puedo hacer enlaces desde mi blog, que haga lo que quiera con eso, que ese es
mi rollo slo quiere que le cuente cmo me termina yendo. No acabo de
despedirme del manito, cuando suena mi Iphone: recibo un mensaje sms que
contiene un video callejero enviado por mi esposa, mi cmplice, y que llega
simultneamente como draft a mi blog. (Rodrguez, 2009).
He querido comparar esta situacin con la del visitante de la cuarta dimensin. Segn la
explicacin que ha ofrecido Carl Sagan en su ya famosa presentacin de las dimensiones
fsicas, pertenecer a un universo con n dimensiones nos condiciona a percibir y a vivir de una
manera determinada el mundo, slo que entre mayor es n ms amplio y mejor es la percepcin
y el conocimiento; de manera que nosotros, los habitantes de un universo de tres
dimensiones, podemos apreciar y comprender el limitado mundo de planilandia (mundo de dos
dimensiones), pero slo podemos pensar o proyectar los objetos y seres de la cuarta
dimensin.
La perspectiva que yo planteo es que, con el advenimiento del llamado ciberespacio, hemos
descubierto una cuarta dimensin para la expresin y la comunicacin que se suma (sin
eliminar) a las anteriores: la oralidad, la escritura y el hipertexto. Esa cuarta dimensin (o
frecuencia como la llama Lvy) exige otras maneras de entender la expresividad y reconfigura
la operatividad misma del hacer creativo.Las obras de la cibercultura no fomentan mensajes
acabados, no se cierran, son por eso obras-acontecimiento, obras-proceso, obras-
metamrficas conectadas, atravesadas, infinitamente reconstruidas, y el acto de creacin por
excelencia consiste en hacer el acontecimiento, aqu y ahora, para una comunidad incluso en
construir el colectivo para quien ocurrir el acontecimiento. En ese ambiente, valores antes
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decisivos como la intencin del autor y la extensin por registro de su obra quedan como
desvanecidos en favor de una inmanencia radical que promueve conexiones entre mundos
heterogneos y una dinmica autoorganizadora en el que la obra se actualiza, socialmente a
travs de la vida de las comunidades virtuales, cognitivamente por los procesos de inteligencia
colectiva y semiticamente bajo la forma del metamundo virtual de la web.
Cuarta dimensin o cuarto espacio antropolgico con sus propios instrumentos de navegacin
(los mundos virtuales), con sus propios objetos (las configuraciones dinmicas de colectivos
sujetos-objetos-lenguajes), con sus propios sujetos (los colectivos inteligentes), con su propia
epistemologa (la prctica social del saber como continuum, la filosofa de la implicacin), con su
propio soporte (la cosmopedia2) y tambin con su propio horizonte de eternidad. Pero
igualmente con una dependencia de los otros espacios, vinculndose con ellos armnicamente
(por deseos y derrames) o sufriendo la cacofona de los espacios de abajo que quieren dirigirlo
y violentarlo.
Propongo entonces que un escritor de la cuarta dimensin, un artista de la cibercultura, uncoautor de la cosmopedia slo puede mirar hacia el oeste3: en busca del ocano vaco,
inexplorado, de los grandes descubrimientos. El Oeste es convocatoria para la partida, silencioso
llamado para la apertura de un nuevo espacio. En esa exploracin, este escritor hace uso de los
nuevos soportes digitales no tanto para experimentar con ellos, como para convertirse en
pasador, en enlace, en mediador hacia la escritura del porvenir, haciendo eco al llamado del
nuevo espacio que plantea Lvy:
En lugar de ampliar las fortalezas del poder, refinemos la arquitectura del
ciberespacio, el ltimo laberinto. En cada circuito integrado, en cada chip
electrnico se ve y no se sabe leer la cifra secreta, el emblema complicado de la
inteligencia colectiva, mensaje irnico disperso al viento (Lvy, 2004).
Apropiaciones
Hay quienes ven en este advenimiento una especie de sofisticacin de la expresin y de la
comunicacin que estara hacindole dao a una expresin tan natural como la literatura. Yocreo, sin embargo que la literatura no es un ejercicio natural. Todo lo contrario, es un error
creer que la naturalidad con la que se manejan las tecnologas de la escritura y lectura
tradicionales garantiza la competencia literaria; no lo creo, incluso creo que la escritura como
dispositivo ha creado una barrera expresiva que las facilidades digitales de hoy estaran
socavando. Ya hace ms de 20 aos, Alvin Kernan en su libro, la muerte de la literatura
afirmaba con respecto al futuro de la literatura
A lo mejor desaparezca con la imposicin de una cultura electrnica o a lo mejor
quede reducida a un papel ceremonial o, en tanto acontecimiento histrico, quizs
termine en el basurero de los sueos de la historia (Kelvin, 1999).
En ese sentido, la literatura podra ser incluso ms elitista como prctica hoy que el arte de la
cibercultura. Lo que quiero decir es que el ciberespacio y la cibercultura no slo no estn lejos
del alcance de la gente, sino que constituyen incluso el ltimo refugio de la cultura popular,
posibilidad real de empoderamiento (expresivo y creativo) del hombre comn.
Yo me sorprendo cada vez ms con la cantidad de expresiones creativas que encuentro
diariamente como parte del proceso de apropiacin de las llamadas nuevas tecnologas. Tengo
una presentacin online que he llamado narrativas del ciberespacio4 en la que trato de
consignar diariamente todo lo que encuentro en la red y la verdad es que no soy capaz de
hacer un inventario ni siquiera abreviado de las posibilidades creativas que la gente ha
abierto. En eso consistira la dimensin prctica de la cibercultura que algunos demandan lo
que pasa es que est ocurriendo en otro circuito, con otras dinmicas, con otros esquemas,
con otros criterios, con otros actores distintos a los de la tradicin literaria y por eso resultan
relativamente invisibles, entre otras cosas porque se alejan del sistema productivo del que
la literatura hace parte son, desde el punto vista cannico, obras menores (dbiles, dira
Vattimo): bienes expresivos sin pretensiones, cuyo destino, gestin y alcance no estn
definidos ni por el nimo de lucro, ni por un vnculo laboral que prescribe y obliga a realizar la
obra, ni por las complejas dinmicas de cooperacin y competencia que fuerzan cualquier
campo de produccin simblica en las artes no responden necesariamente a una continuidad
del campo literario, aunque si lo impactan (y lo hacen sistemticamente).
Deseos y derrames
Lvy entiende el cuarto espacio antropolgico o espacio del conocimiento (EC) como el lugar
donde deviene la inteligencia colectiva, esto es ... una inteligencia repartida en todas partes,
valorizada constantemente, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilizacin
efectiva de las competencias. ... el fundamento y el objetivo de la inteligencia colectiva es el
reconocimiento y el enriquecimiento mutuo de las personas, y no el culto de comunidades
fetichizadas o hipostasiadas. (Lvy, 2004)
Que este nuevo espacio se vuelva irreversible implica inventar de nuevo el vnculo social
alrededor del aprendizaje recproco, de la sinergia de las competencias, de la imaginacin y de
la inteligencia colectiva. Esa es la apuesta:
Constituir el Espacio del conocimiento significa dotarse de los instrumentos
institucionales, tcnicos y conceptuales para hacer la informacin navegable, paraque cada cual pueda localizarse a s mismo y reconocer a los dems en funcin de
los intereses, las competencias, los proyectos, los medios y de las entidades
mutuas en el nuevo espacio. (Lvy, 2004)
Construir el EC implica, entonces, construir nuevas identidades fundamentadas en las
habilidades de cooperacin nmada para producir conocimientos en y a travs del
ciberespacio. Lvi habla por eso de una cuntica de las cualidades , es decir, de una nueva
manera de poner en dinmica la palabra plural, cruzada de individuos, de grupos y de
situaciones que emergen en imgenes mviles y dinmicas.
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La enciclopedia del EC es, segn Levy, la Cosmopedia o espacio multidimensional de
representaciones dinmicas e interactivas, que reduce el discurso a la exposicin, generando
una suerte de simplicidad debido a que la informacin sobre las relaciones es implicada por su
misma forma. Las relaciones entre los enunciados implican al intelecto colectivo mismo porque
son sus miembros vivos los que lo despliegan. Al sumergirse en l, todo el espacio se
reorganiza en funcin de ellos, de sus intereses, se supera la idea de laberinto por la
simplicidad que genera la inmersin.
En cada inmersin los sujetos organizan el espacio, lo dibujan y lo vuelven a
perfilar, lo evalan, lo colorean, lo calientan y enfran. Cada uno contribuye a
construir y a ordenar un espacio de significacin compartido sumergindose en l,
nadando en l, viviendo en l, simplemente. (Lvy, 2004)
Lvi, como nosotros, confa en que el espacio del conocimiento alcance pronto un estado de
irreversibilidad pero no a manera de decreto; l se extender y crecer al ritmo de la vida de
los intelectos colectivos que lo animarn. Y todo ello sin la necesidad de eliminar los espaciosya existentes, porque stos dependen unos de otros, se relacionan por una causalidad sin
contacto. Los seres humanos y las situaciones se mueven en varias frecuencias, las cuatro
velocidades, pero ninguna causa algn efecto directo en la otra:
Todo sucede como si dos corrientes. Una ascendente y otra descendente,
ordenaran las relaciones entre espacios. De abajo hacia arriba, los espacios ms
lentos, ms profundos, son atrados por los ms altos, los ms rpidos. Los
espacios inferiores son movidos o conmovidos por los espacios superiores, en la
modalidad del deseo. [...] de arriba hacia abajo en la escala de Jacob
antropolgica, los espacios superiores se expansionan en los inferiores, ellos los
alimentan a su manera, sin percibirlos, quedndose siempre en el interior de su
propia sustancia. (Lvy, 2004)
Lo ideal sera que los espacios de arriba expandan su sustancia sobre los de abajo (derrame
divino) y que stos ltimos deseen a los primeros (deseo):
Lo ideal se logra cuando el Espacio del conocimiento toma su autonoma, se hace
irreversible y los imaginantes colectivos polarizan el conjunto de las gravitaciones,
de los derrames y de las circulaciones antropolgicas, instalando as el rgimen
de relaciones ms fluido y ms libre. (Lvy, 2004)
Sin embargo, las situaciones negativas surgen cuando los espacios de abajo buscan dirigir y
violentar a los espacios de arriba, por ejemplo cuando la Tierra quiere mandar al Territorio, a la
Mercanca y se pone a dirigir el Espacio del conocimiento.
El mal viene del deseo de la tierra de mandar al Territorio, cuando las tribus se
despedazan por la posesin del estado, cuando un jefe de clan se convierte en
jefe de gobierno. Es la desgracia que reina en los pases del Sur y lleva consigo
guerras civiles, dictaduras, hambrunas. [...] cuando la industria y el comercio
estn en manos de los clanes [...] (Lvy, 2004)
El mal del Este se explica en trminos de que el Territorio busca dirigir las Mercanca y al
Conocimiento. El mal del Norte es el de pretender que la Mercanca domine el Conocimiento. En
cambio, el Oeste es el espacio autntico de la novedad:
Sealamos hacia el Ocano vaco, inexplorado, de los grandes descubrimientos. El
Oeste: convocatoria para la partida, silencioso llamado para la apertura de un
nuevo espacio. (Lvy, 2004)
Pues bien, propongo aplicar las ideas de vinculacin de los cuatro espacios antropolgicos
levisianos para explicar e ilustrar cmo est tensionada hoy la creacin literaria en soportes
digitales. En primer lugar, me parece importante ir un poco atrs a la genealoga misma de la
novela para verla como efecto del derrame de la escritura sobre la oralidad. Con Bajtin
sabemos que la novela es un producto tpico de la modernidad que asume como estructura
expresiva la escritura. Pero la narracin literaria (la novela y el cuento), curiosamente, se sita
entre dos aguas. Si bien es escritura y exige por eso unas competencias especiales (al menos
leer y luego leer segn las condiciones propias del discurso literario), tambin posee rasgos dela comunicacin oral y produce efectos orales. Si bien la narracin literaria participa de la
lgica del registro y del solipsismo, en cuanto obra que se ofrece tras el proceso de
elaboracin individual a un lector preparado (formado) precisamente para deconstruir, tambin
en su soledad, el libro que se le entrega, la narracin literaria sabe, al mismo tiempo, ganarse
la empata y la participacin del lector, pues utiliza, ahora en formato de escritura, la variedad
del habla, recurre a las situaciones humanas y vitales cercanas, al significado compartido, y,
por lo general, informa del lazo social. La narracin literaria no es texto cientfico, aunque est
escrito, pero tampoco es oralidad simplemente trascrita. La narracin literaria frente a la
oralidad gana en extensin, en temporalidad, en alcance, pero mantiene viva la dimensin y la
dinmica de lo oral, de lo directo" y, sobre todo, de lo connotativo y simblico. Es oralidad
derramada.
Pese a esto, la escritura (incluida la escritura literaria) se suele sentir como palabra muerta,
tiene un corolario de pasividad que no satisface a algunos hoy. Por eso, recientemente,
cuando muchos de los valores asociados a la cultura de lo escrito y de lo impreso empiezan a
ser cuestionados, comienzan a aparecer resistencias a lo escrito y tambin recirculaciones,recuperaciones y resignificaciones que intentan volver a poner en situacin lo oral. Es el caso
de la narracin oral escnica urbana una actividad que ha ganado mucha visibilidad y que
puede entenderse como resistencia a la escritura, al peso y a la hegemona de la escritura.
Pero esa oralidad, curiosamente no es cacofnica, es decir, no se propone gobernar toda la
expresin desde lo oral, todo lo contrario, desea participacin, desea ms expresividad es
esencialmente hbrida y por eso hace fcilmente alianzas con otros medios, con lo escnico en
primer lugar y hasta con lo audiovisual, lo que la convierte en una oralidad deseante.
Un ejemplo de oralidad derramada, en este caso por la cibercultura, es el proyecto
megafone.net5, dirigido por Antoni Abad. Se trata de un dispositivo comunitario de publicacin
http://www.megafone.net/8/6/2019 Deseos y Derrames en El Ejercicio Literariio
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mvil en la web. Desde 2003, megafone.net convoca a grupos de personas en riesgo de
exclusin social a expresar sus experiencias y opiniones en reuniones presenciales y a travs
del uso de telfonos mviles, los cuales permiten a los participantes crear registros de sonido
e imagen y publicarlos inmediatamente en Internet convirtiendo la web en un megfono digital
que amplifica la voz de personas y grupos a menudo ignorados o desfigurados por los medios
de comunicacin predominantes.
Se han desarrollado varios proyectos con los siguientes colectivos: Taxistas en Mxico DF
2004, jvenes gitanos en Lleida y Len 2005, prostitutas en Madrid 2005, inmigrantes
nicaragenses en San Jos de Costa Rica 2006, mensajeros en motocicleta (motoboys) en So
Paulo 2007, jvenes de los campamentos de refugiados saharauis cercanos a Tinduf en
Argelia 2009. Dos de estos proyectos los realizaron personas con movilidad reducida en
Barcelona 2006 y en Ginebra 2008. Recientemente en Colombia jvenes desvinculados de
grupos armados ilegales y victimas de desplazamiento forzoso han aceptado la convocatoria
de megafone.net y han empezado a compartir sus vivencias y conversar sobre el futuro que
anhelan, constituyendo un escenario que, mirado de cierta forma, es tambin un escenarioliterario en la medida en que restituye el derecho al uso pblico de la palabra a decenas de
personas que fueron silenciadas durante aos, en este caso por efecto de la violencia.
Veamos ahora el weblog como caso de escritura derramada por la sustancia de la
cibercultura. Parafraseando a Santiago Corts (2006), la blogliteratura podra caracterizarse
por cuatro factores:
En primer lugar, el blog sustituye la programacin de una escritura personal por
un discurso vivo, en cuanto se puede transformar continuamente y en cuanto
documento compuesto por elementos de distintas naturalezas que se funden en
su espacio virtual y que incluye texto, imgenes, hipervnculos, sonido, etc. En
segundo lugar, el blog se puede considerar un tipo de literatura popular
especialmente por el hecho de que los escritores de blogs practican esa actividad
de manera informal son ms escribientes que escritores, hombres transitivos,
personas para quienes la comunicacin escrita representa una actividad y no una
funcin. En tercer lugar, los blogs son documentos nativos de la red, es decir,documentos que ya no son slo ejercicio de escritura tradicional, sino que se
encuentran organizados por las leyes de medio electrnico.
Aunque su unidad estructural siga siendo una entrada, sta se ha liberado de las
ataduras del papel y se ha convertido en un elemento multimeditico, etiquetado
por ciertos elementos permalinks que lo vuelven buscable y recuperable. Sus
entradas, por otra parte, se encuentran enmarcadas por elementos que lo
relacionan con el medio que posibilita su existencia, elementos que seran
completamente impensables en un medio fsico, como por ejemplo el perfil del
usuario, los blogrolls (listas de hipervnculos que conducen a otros blogs) o los
encabezamientos de pgina (Cortes, 2006).
En cuarto lugar, los blogs estn conformando un corpus de memoria colectiva a partir de la
escritura personal, que se ha venido consolidando como un gran archivo de escritura popular y
de experiencias autobiogrficas que no depende ya de esas instituciones de memoria
vinculadas a un poder central, sino de operadores que son bsicamente ajenos a los discursosque se producen y que definen su eficacia por su potencial de acumulacin:
As, se est comenzando a crear un repositorio de la memoria escrita de acceso
libre desde cualquier posicin equipada para tales efectos. La conformacin de
ese nuevo archivo de la memoria colectiva se hace mediante la introduccin
individual y directa de discursos personales a un flujo de informacin, y ese
proceso de introduccin carece de cualquier criterio de exclusin ajeno a quienes
producen los discursos, lo cual provoca que el nuevo mecanismo funcione fuera de
cualquier limitacin espacial y temporal, y, por lo tanto, apartado de nuestro modo
habitual de concebir la prctica y los procesos de transmisin del saber.
La emergencia del archivo conformado por los blogs nos hace imaginar la
reconstruccin de un lugar, perdido hace millones de aos, en el cual es posible
reencontrarse con la conciencia de todos los hombres. Da con da, millones de
usuarios de blogs lanzan al mar informtico botellas con pequeas confesiones
sobre su vida personal, y, como dijera sabiamente Mara Zambrano, es posibleque lo hagan en espera de recobrar algn paraso perdido (Corts, 2006).
Pero hoy tambin podemos hablar de escrituras literarias deseantes, desde tres perspectivas:
la escritura que desea desde la inexistencia del dispositivo, la escritura que desea dado el
dispositivo y la escritura potenciada por el dispositivo. En cuanto al primer caso, he estado
manejando la siguiente hiptesis: la escritura y su infraestructura tcnica, la imprenta,
configuraron el dispositivo propio de la comunicacin moderna, y la novela se constituy en su
modelo expresivo ms logrado. Sin embargo, el ejercicio novelesco estuvo siempre tensionado
por una especie de conciencia a medias de que lo narrativo no poda lograr su mejor expresin
inmersiva e interactiva bajo las condiciones de un medio que, como el libro, limita dichas
funciones a la imaginacin de mundos posibles por parte del lector. De ah se desprendi toda
una tradicin de experimentacin que algunos hacemos corresponder a un momento
posmoderno de la literatura, y que tuvo como frontera el propio dispositivo donde se
desarrollaba dicha experimentacin: el libro. Si bien las innovaciones derivadas de esta
tradicin han contribuido mucho a la diversificacin del gnero, no se lograron los objetivos
entrevistos (el ms all del libro).
Con la emergencia de la posibilidad enunciativa hipertextual e hipermedial, y con la
consolidacin del ciberespacio como infraestructura de dicha enunciacin, hemos superado la
noche posmoderna y tenemos buenas razones para mirar adelante con entusiasmo. De hecho,
siguiendo J. D. Bolter (2006) podramos ofrecer un interesante panorama de escrituras
deseantes , con base en ejercicios literarios modernos y posmodernos, entre los que podra
incluirse la retrica de lo multilineal de James Joyce, la tradicin de lo experimental (en la que
deberamos incluir el surrealismo y ciertos posmodernismos), la novela como conversacin
(cuyo origen estara en el Tristam Shandy de Sterne), el recurso al palimpsesto en la escritura
del Ulises cde James Joyce, las figuras del agotamiento de la literatura impresa en Borges, la
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narrativa fragmentada de Marc Saporta y la escritura mltiple de Macedonio Fernndez,
Borges y Cortzar.
Las afirmaciones con las que Bolter constata que dichas anticipaciones encarnan plenamente
en una literatura de la cibercultura (de la que la ficcin hipertextual sera su expresin
pionera), se pueden sintetizar en estos doce puntos que he presentado en otros lugares:
1. el hipertexto reelabora, reevala y potencia estas tcnicas que ya haba desarrollado la
ficcin impresa
2. tanto los escritores modernos como los posmodernos tenan la intencin de rehacer la
ficcin escrita desde adentro
3. los autores de hipertexto han remediado esa tradicin desde la perspectiva
proporcionada por una nueva tcnica de la escritura
4. es necesario revisar toda esa tradicin de experimentacin a la luz de la nueva
tecnologa
5. el medio electrnico proporciona un nuevo conjunto de tcnicas para transmitir la
tensin (explorada y prevista por la ficcin impresa) entre la corriente lineal de la
narracin y la serie de pensamientos asociativos provocados por sta
6. las obras de autores que van desde Laurence Sterne hasta Borges no slo son
exploraciones de los lmites de la pgina escrita, sino, tambin, posibles modelos para la
escritura electrnica
7. la escritura electrnica no finge al autor mltiple o al lector participativo: los exige
8. las exploraciones modernas y posmodernas pertenecen al espacio de la ficcin impresa,
constituyen imgenes de algo irrealizable en ese medio, pero deseado como posibilidad
9. podemos considerar muchas de estas obras como ficciones interactivas que operan bajo
las limitaciones impuestas por la imprenta;
10. la ficcin hipertextual pidi prestado y remedi el sentido de rebelda, y logra sin
esfuerzo aquello que los escritores experimentales del texto impreso slo conseguancon grandes dificultades;
11. en todos estos ejemplos, la ficcin impresa se ve forzada a trabajar contra su medio:
surge un conflicto entre el volumen como marco y el texto enmarcado, conflicto que el
computador no tiene, pues ofrece un marco que se afloja siempre que el texto lo
empuja;
12. como efecto, los lectores de hipertexto ya no slo pueden escribir en l (no slo sobre el
texto), sino que incluso pueden alterar o completar episodios; todo lo cual se traduce en
una cesin de responsabilidad que hace el autor. Esta cesin es tanto un desafo como
una afirmacin de que dicha forma electrnica de lectura-escritura es ms autntica que
la participacin que una novela tradicional permite a sus lectores.
Todas estas afirmaciones se dirigen a demostrar que slo bajo un nuevo dispositivo tcnico
(ciberespacio), enunciativo (hipertexto) y cultural (cibercultura) se pueden realizar muchas de
las anticipaciones, deseos y figuras de la tradicin rebelde (posmoderna) de la escritura.
Para el asunto de las escrituras deseantes, dado el dispositivo, me gustara presentar el caso
de Rodrigo Parra Sandoval, escritor colombiano que la crtica ha definido como experimental y
posmoderno, pero que en realidad lo que ha venido haciendo es poner en clave novelesca el
deseo de su obra de ser hipertexto y obra de la cibercultura, con la clara conciencia de que
existe un dispositivo ms eficaz del que toma lo modos y modelos. Y esto no por resistencia,
no como ejemplo de cacofona, sino como un acto de humildad, de doble conciencia: la de su
incapacidad personal para acceder y expresarse con los nuevos soportes, y la de la llegada de
un punto de no retorno en el que el ciberespacio constituye el nuevo escenario comunicativo.
De hecho, Parra Sandoval en su afn por lograr nuevas formas literarias, investiga y explora
todo lo que tiene que ver con el universo virtual y los comportamientos humanos mediados por
las nuevas tecnologas.
En una de sus novelas6 (ejemplo de escritura desante), la historia que leemos (una historia
narrada a travs de muchas manos y planos) se nos presenta como el resultado de un
supuesto ejercicio de treinta escritores interconectados a travs de modem que intercambian
captulos, opiniones, que contradicen o confirman lo escrito por los otros y siguen armando elrompecabezas con ayuda del computador y las comunicaciones.
El tercer modo de escritura deseante lo quisiera ilustrar con tres ejemplos. El primero es el
proyecto Releituras del investigador y poeta digital Rui Torres de la universidad Fernando
Pesoa (Porto/Portugal)7, quien con su equipo ha desarrollado una potenciacin para el
ciberespacio de la poesa brasilera llamada poesa concreta que, como se sabe, buscaba para
la poesa lrica incorporar y poner la mismo nivel del ritmo y la rima, lo visual y lo espacial, slo
que bajo la limitacin del dispositivo libro. La tarea de Torres consiste en hacer la relectura de
poetas concretistas, revisando minuciosamente su obra y su esttica en busca de
potencialidades digitales que luego traduce y desarrolla en su laboratorio, transformando la
obra en obra de la cibercultura. Algo similar ha realizado Vanesa Guerrero, joven
investigadora de la Universidad Javeriana (Bogot/Colombia) bajo mi asesora. En este caso,
lo que Vanesa ha desarrollado es la relectura de cuatro novelas modernistas colombianas de
comienzos de siglo XX en busca del deseo de ser obra en el ciberespacio8. Se estudia su
propuesta narrativa y su potencialidad interactiva para volcarla en alguno de los formatos del
ciberespacio: el blog, la wiki, el hipermedia y hasta el sistema referencial del googlemaps.Finalmente, en el marco del trabajo de investigacin Narratopedia9 que yo dirijo, hemos
emprendido, como parte de la migracin de plataforma, una revisin de las contribuciones
narrativas registradas en el blog inicial para establecer su potenciacin en el nuevo espacio.
Se trata aqu de pasar de una escritura previamente derramada (escritura para blog) a una
escritura potenciada hacia la creacin colectiva e hipermedial con base en el estudio de las
contribuciones de la primera etapa del proyecto. La idea es que esas contribuciones iniciales
se conviertan ahora en objeto de trabajo colectivo, aprovechando el portal de trabajo
colaborativo en el que se desarrolla la siguiente fase de Narratopedia.
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Algunas conclusiones
Un primer corolario de este panorama de deseos, derrames y cacofonas que estara
tensionando el ejercicio literario actual es que su aprovechamiento ms efectivo se dar slo
si hay una disposicin adecuada frente al dispositivo. No se trata solamente de acceso a los
nuevos medios o de competencias adecuadas para aprovecharlos, sino de voluntad de
apropiacin, es decir, conciencia del quiebre que se est dando a todos los niveles como
efecto del uso extendido de las llamadas nuevas tecnologas conciencia que puede ser tan
dolorosa como lo refiere la imagen que abre este artculo o tan entusiasta como lo demuestran
nuevos artistas de la cibercultura.
La verdad es que la cultura digital est poniendo en juego transformaciones que no hacen
ms que fortalecer ya no la literatura o alguno de sus ejercicios particulares, sino el ejercicio
general. Por una parte, la circulacin de comentarios de obras se masifica e incluso se abre la
licencia para su transformacin por parte del lector y surgen formas emergentes de lectura
por otro lado, se ampla la base de expresin gracias al uso creativo de las tecnologas de larecombinacin adems, se ensancha la base productores, es decir de personas con capacidad
para generar nuevas obras (as sean pequeas obras ); y, finalmente, se extienden los
modos de produccin de obras, incluyendo ahora la gestin de singularidades y el trabajo
colaborativo y colectivo.
Todo esto no sin riesgos. Sven Birkerts escribi en 1994 el libro Elega a Gutemberg, como
respuesta a la observacin que l mismo sufra de una especie de agotamiento de las
competencias literarias en sus jvenes estudiantes. Birkerts es considerado el fundador de la
llamada escuela elegiaca, segn la cual es necesario denunciar las prdidas culturales a las
que estamos enfrentados por la extensin de una cultura digital que estara sustituyendo, sin
una base sociolgica adecuada, los valores propios de la cultura de la imprenta.
Desde un punto de vista prctico, Birkerts observa una tendencia generacional a aprovechar
los nuevos medios y despreciar los anteriores, por parte de los jvenes, generando una
especie de sometimiento de las pautas culturales y de la educacin al gusto generacional, sin
que los jvenes tengan la oportunidad de apreciar las bondades y valores de mediosanteriores. Para este autor se hace necesario por eso denunciar la prdida que significara
una extensin masiva de los medios electrnicos sin una crtica adecuada y describe tres de
esas prdidas culturales as:
En primer lugar, lo que l llama la degradacin del lenguaje. Para Birkerts la cultura de la
comunicacin electrnica alterar radicalmente los modos de uso de lenguaje. Su complejidad
y matices sern sustituidos gradualmente por una forma ms telegrfica y sin complicaciones
de modo que aspectos valorados y realizados en la cultura de la imprenta como la
ambigedad, la agudeza, la paradoja, la irona y la sutileza desaparecern rpidamente. El
lenguaje se empobrecer y como consecuencia, el nmero de personas que puedan
enfrentarse a las llamadas obras maestras de la literatura y el pensamiento se reducir
ostensiblemente.
Otra perdida que denuncia Birkerts consiste en la homogeneizacin de las perspectivas
histricas. Segn Birkerts, la historia se ver inevitablemente modificada. Una vez que los
materiales del pasado sean desalojados de sus pginas, por la transferencia al medioelectrnico, significarn otra cosa. El corpus histrico se convertir en un cuerpo de datos sin
relacin, listo para su recuperacin y manipulacin ideolgica. De otro lado el medio electrnico
enfatiza exageradamente el valor del presente lo que puede conducir a la no-creencia de que
las cosas hayan sido alguna vez de otra manera.
Una tercera perdida que denuncia Birkerts es la prdida del yo privado. Para Birkerts,
actualmente nos hallamos en una fase de colectivizacin social que muy rpidamente puede
conducir a una homogeneidad en la que el valor de la personalidad individual se va a perder,
causando la destruccin del espacio subjetivo pues la expansin de las funciones electrnicas
se produce siempre a costa de la disminucin de la esfera privada. Entre las opciones del yo
autnomo que puede verse muy afectada es la opcin esttica, en cuanto esta es en gran
medida privada.
Mi opinin personal es que estamos encontrando nuevas formas de expresin del yo. Incluso
en los ejercicios ms tpicos de la cibercultura como son los ejercicios de la creacin colectiva,
el yo individual no slo no deja de expresarse, sino que se enriquece. Las nuevas estticas tal
vez nos impidan hablar de obras de arte en el sentido tradicional, pues estn ms cerca del
performance, pero estn ah, sin meta ni programa, reinventando los lenguajes y abriendo
nuevos espacios y prefigurando un destino cada vez ms inevitable.
Referencias
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1991. Pgs. 311-338
l Bolter, J. Davis (2006). Ficcin interactiva. En: teora del hipertexto. La literatura de la
era electrnica (Comp: Mara Teresa Vilario y Anxo Abun). Madrid: Arco Libros
l Corts Hernndez, Santiago (2006). El blog como un tipo de literatura popular:
problemas y perspectivas para el estudio de un gnero electrnico. Culturas Populares.
Revista
l Electrnica 3 (septiembre-diciembre 2006)
l El blog como un tipo de literatura popular: problemas y perspectivas para el estudio de
un gnero electrnico.
l Lvy, Pierre (2004). Inteligencia colectiva.
l Lvy, Pierre (2007). Cibercultura. La cultura de la sociedad digital. Barcelona: Anthropos
l Rodrguez, Jaime Alejandro (2009). Los sueos digitales de un escritor. La convergencia
digital al servicio del ejercicio literario. En: Revista Signo y pensamiento 54. Bogot:
Universidad javeriana. Enero - junio 2009, pp 131-143
l Vattimo, Gianni (1992). El consumidor consumido. En: Fin de siglo. Cali: Revista de la
http://inteligenciacolectiva.bvsalud.org/http://www.culturaspopulares.org/textos3/articulos/cortes.htm8/6/2019 Deseos y Derrames en El Ejercicio Literariio
7/7
Universidad del Valle #2. Marzo-abril de 1992. Pgs.16-23
Notas
1. En la primera parte de su libro Inteligencia Colectiva, Pierre Levy describe su proyecto en sus
aspectos ticos, polticos, econmicos, tecnolgicos y estticos, para llegar a su propuesta de la
ingeniera del vnculo social entendida como el arte de hacer vivir colectivos inteligentes y de
valorizar al mximo la diversidad de las cualidades humanas. En la segunda parte desarrolla su
teora de los cuatro espacios antropolgicos con la que pretende alumbrar privilegiando ms la
fecundidad filosfica y prctica que la exactitud histrica y cientficala mutacin
antropolgica que supone el cuarto espacio, El Espacio del conocimiento.
2. Un nuevo tipo de organizacin de los conocimientos que ms que a un texto de una sola
dimensin, o incluso a una red hipertextual, es un espacio multidimensional de representaciones
dinmicas e interactivas. La cosmopedia opone al cara a cara de la imagen fija y del texto, un
gran nmero de formas de expresin: imagen animada, sonido, simulaciones interactivas, mapasinteractivos, sistemas expertos, ideografas dinmicas, realidades virtuales, vidas artificiales,
etctera. En ltima instancia, la cosmopedia contiene tantas semiticas y tipos de
representaciones como se pueden encontrar en el mundo mismo. La cosmopedia multiplica los
enunciados no discursivos.
3. Aludo aqu a la metfora que emplea Lvy para dar cuenta de las relaciones cacofnicas entre
los espacios: el sur es la voluntad de poder impuesta por la tierra sobre los otros tres espacios;
el este es la voluntad de poder del territorio sobre la mercanca y el espacio del conocimiento el
norte es la imposicin del espacio de las mercancas. Finalmente el oeste es el nuevo espacio del
conocimiento.
4. Ver: http://docs.google.com/present/view?id=dgcpp5v2_234chp24zg6.
5. Ver: http://www.megafone.net/.
6. Me refiero a Tarzn el filsofo desnudo (Bogot: Arango editores, 1996).
7. Ver: http://po-ex.net/evaluation/.
8. Ver: http://recursostic.javeriana.edu.co/multiblogs2/conexionlectores/.
9. Ver: thhp://www.narratopedia.net/.
Congreso de Valparaso > Paneles y ponencias > Lengua y comunicacion: Creacin literaria y nuevos soportes digitales
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