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INDICE A

Antecedentes en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), 3 Antecedentes históricos, 2

C

Consecuencias, 10

I

Introducción, 2

L

La juventud universitaria de Córdoba a los hombres libres de Latinoamérica, 14 La reforma Universitaria de 1918, 1 Los hechos de Córdoba, 4

M

Manifiesto Liminar, 14

R

Repercusiones a lo largo de la historia, 11

S

Sintetizando, 4, 10 Sintetizando:, 3

L a r e f o r m a U n i v e r s i t a r i a d e 1 9 1 8

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..::// Un modelo a imitar \\::..

Introducción

¿Alguna vez escucharon hablar de la Reforma del ´18?

La Reforma Universitaria fue, sintetizando, un movimiento social con base

estudiantil que respondió a las nuevas ideas que imperaban en el mundo a

principio del siglo XX y que no se reflejaban aun en nuestra sociedad.

Los valores fundamentales propuestos por la generación del ’18 pueden re-

sumirse en: nacionalismo, antiimperialismo, populismo, laicismo y posición

anticlerical, americanismo, democracia y antitotalitarismo. En lo que se re-

fiere a las cuestiones universitarias propiamente dichas, es posible dis-

tinguir dos aspectos bien marcados: uno que se refiere a la estructura

interna de la Universidad (gobierno, nueva pedagogía y autonomía) y

otro que se refiere a la función social de la misma (hoy lo llamaríamos

responsabilidad social)

Antecedentes históricos

Los cambios sociales y políticos que se produjeron en el país a prin-

cipios del siglo pasado, indudablemente han aportado su cuota de in-

fluencia sobre el movimiento social y cultural que mas tarde se dio en

llamar Reforma Universitaria.

Entre esos hechos podemos citar:

El voto secreto, universal, obligatorio, e individual consecuencia de

la llamada ley Sáenz Peña de 1912. (para varones

solamente)

La participación parlamentaria de la mi-

noría.

Definiciones…

Antiimperialismo: es una posición política surgida a fines del siglo XIX que se caracteriza por oposición al imperialismo. El pensa-miento antiimperialista está vincula-do al cuestionamiento de los meca-nismos de dependencia neocolonial caracterizados por mecanismos de sujeción económicos y financieros, así como a los llamados procesos de liberación nacional.

Totalitarismo: movimientos y los regímenes políticos donde la libertad está seriamente restringida y el Estado ejerce todo el poder sin divisiones ni restricciones

Anticlericalismo es un movi-miento histórico. Su base sostiene que las creencias religiosas pertene-cen al ámbito exclusivamente priva-do del ciudadano y sin embargo, las organizaciones que las sustentan, al formarse como instituciones, ejercen

influencias indeseables, políticas y públicas, en el conjunto social

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La llegada al poder del primer gobierno popular surgido de la volun-

tad de las urnas en 1916. (Hipólito Irigoyen - UCR)

Por aquel entonces, el espectro político argentino estaba constituido por

Conservadores, Radicales y en menor proporción por Socialistas.

Los conservadores venían gobernando con fraudes desde lo que se conoce

como la consolidación de la organización nacional aproximadamente en

1880. Hacia 1912 tuvieron que ceder ante la presión popular encarnada por

el UCR y sancionan la ya mencionada ley Sáenz Peña (voto secreto, univer-

sal, obligatorio, e individual y representación parlamentaria de la minoría).

Nunca imaginaron perder el poder. Fue para ellos una sorpresa que Yrigo-

yen ganara las elecciones de 1916.

Cuando se producen los hechos de Córdoba en 1918, Yrigoyen los apoya pues

la mayoría parlamentaria, el poder judicial y el aparato cultural de la

Nación aún estaban controlados por los conservadores, que como

podrán imaginar adoptaban el rol de “malos” de la película.

Sintetizando: La Reforma se da gracias a que existen cambios sociales y políticos a principios de 1900 que crean las condiciones necesarias para

lograr un cambio en la educación.

Un poco más…

Se conoce como Ley Sáenz Peña a la Ley 8.871 General de Elec-ciones, sancionada por el Con-greso de la Nación Argentina el 10 de febrero de 1912, que estableció el sufragio universal, secreto y obligatorio a través de la confección de un padrón electoral. Debe su nombre colo-quial a haber sido sancionada durante la presidencia de Roque Sáenz Peña, miembro del ala modernista del gobernante Partido Autonomista Nacional e impulsor de la ley. Es importante notar que el voto femenino recién llegaría durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, en 1947; el universo de la Ley Sáenz Peña sólo incluía a los hombres argentinos nativos, no pardos y de cierto status.

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Antecedentes en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)

¿Por qué habrá sido en Córdoba?

La llamada ley Avellaneda (N°1597 del año 1885) fue la primera ley uni-

versitaria de la Nación y estableció los lineamientos para el régimen admi-

nistrativo y la estructura jurídica de las Universidades Nacionales (por ese

entonces, solo dos: UNC desde 1856 y UBA desde 1881). También contem-

plaba la modalidad de nombramiento de los profesores y la de las autorida-

des. Asimismo, hizo responsables a las universidades de expedir los

diplomas habilitantes para ejercicio de la profesión.

Sin embargo, la Universidad Nacional de Córdoba la desconoció de

manera parcial (en lo referido a las formas de gobierno y designación

de autoridades) y siguió rigiéndose parcialmente por su estatuto que

había sido aprobado en 1879, bajo otro régimen legal. En ella, los cuer-

pos directivos prácticamente no se renovaban (por estatuto eran vitali-

cios) o se renovaban según conveniencias de índole personal (lo podía

hacer el Rector de turno).

Los docentes a cargo de las cátedras tenían también carácter vitali-

cio sin importar su desempeño al frente de la misma. No se permitían

discusiones en torno de ideas no avaladas por la Universidad, como así

tampoco se escuchaban los reclamos formulados por los estudiantes

que, por entonces, tibiamente comenzaban a “agremiarse” en los de-

nominados Centros de Estudiantes.

En este estado de cosas, la opinión del Clero cordobés era terminan-

te a la hora de tomar decisiones ya que controlaba intrínsecamente a

esta universidad anacrónica, excluyente y alejada de la ciencia.

Tal como lo reseña uno de los actores Arturo Orgaz...

“... se enseñaba bajo el nombre de Derecho público eclesiástico buena suma del De-recho canónico que imponía profesiones de fe inconciliables con el espíritu universitario;

se enseñaba con el nombre de Filosofía del Derecho el ridículo, metafísico, absurdo y laberínti-co Derecho natural...que en su bolilla 16 describía “los deberes para con los ciervos”...la ense-ñanza en general era repetitiva, rutinaria y atrasada ... Se despreciaban las nuevas ciencias sociales y no había interés en crear laboratorios ni gabinetes científicos o hacer funcionar los pocos que existían...”

Sintetizando: Les propongo que contesten la pregunta que originó este tema y

envíen su respuesta mediante el foro temático.

Los hechos de Córdoba

Un poco más…

La Universidad Nacional de Córdoba (UNC), con sede

en la ciudad de Córdoba, es la más antigua universidad argenti-na y una de las más antiguas del continente americano (la segun-da fundada en América). Ha sido durante todo el siglo XX, y es en la actualidad, la segunda en cantidad de alumnos —después de la Universidad de Buenos Aires—, docentes y facultades, de todo el país. Que en la ciudad de Córdoba se encuentre la primera universidad del actual territorio argentino le ha valido a esta ciudad el sobrenombre de

La Docta.

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Se propone en este texto recorrer los hechos fundamentales que dieron ori-

gen a la Reforma Universitaria en Córdoba. Para realizarlo utilizaré líneas

de tiempo que irán marcando mes a mes los sucesos más importantes

1917 1918

Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic

A fines de 1917, el Centro de Estudiantes de Ingeniería protestó por una

Ordenanza de Decanos que exigía nuevas condiciones (mas estrictas) de

asistencia a clases que trajo aparejada la primera huelga de estudian-

tes.

Por su parte, en Medicina, el 4 de diciembre del mismo año, los es-

tudiantes denunciaron ante el Ministro de Justicia e Instrucción Públi-

ca del gobierno radical de Hipólito Irigoyen (Dr. Salinas) la supresión

del internado en el Hospital de Clínicas en una acción que muchos his-

toriadores1 interpretan como el disparador de los hechos de Córdoba

del año siguiente.

En el petitorio se podía leer:

“En nombre de la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas que presido, tengo el honor de dirigirme al Sr. Ministro, para dejar constancia de la más franca protesta contra la resolución de la Academia de Medicina de esta Universidad por la cual se suprime el internado del Hospital Nacional de Clínicas por razones de econom-ía y moralidad que no existen. No escaparán al elevado criterio del Sr. Ministro los múlti-ples perjuicios que reporta la medida aludida, máxime si se tiene en cuenta que en esa Facultad, el Internado del Hospital de Clínicas constituía la única escuela práctica para estudios médicos.” Firma: Alfredo P. Dagano

1917 1918

Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic

Al no darse satisfacción a sus pedidos constituyeron un comité “pro - re-

forma” de 8 delegados integrados por las tres Facul-

tades integrantes por entonces de la UNC, que más

tarde se transformó en la Federación Universitaria

de Córdoba (FUC).

A los pocos días se funda una organización políti-

co-clerical contraria a las ideas renovadoras llama-

da Corda Frates, que luego funda una organiza-

ción estudiantil vinculada para oponerse a la FUC.

Se trataba casi de una logia reaccionaria integra-

da por un pequeño número de individuos que pos-

1 Vease por ejemplo: Levenberg, Merolla UN SOLO GRITO: Crónicas del Movimiento Estudiantil Universitario

de 1918 a 1988

Un poco más…

En la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX, relaciona-do con la generalización de la democracia por medio de la conquista del sufragio universal, emergió una corriente educativa que replanteaba las tradicionales relaciones de autoridad en la

educación y la enseñanza, para

poner el acento en el protagonis-mo del estudiante. A comienzos del siglo XX, los estudiantes universitarios de América Latina comenzaron a crear sus propias organizaciones. Aparecieron los centros de estu-diantes y las federaciones univer-sitarias que los agruparon. Estas organizaciones estudiantiles adoptaron un esquema de asocia-tivo y de acción similar al de los sindicatos, recurriendo incluso en forma sistemática a la "huelga

estudiantil".

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tulaba la continuidad del orden establecido y que proponía como Rector al

conservador Antonio Nores.

Se podía leer en el Diario La Nación del 18 de Julio de 1917...

“...¿Qué es la Corda? No es un partido, ni un club, ni nada que se le parez-

ca. Es una tertulia de 12 caballeros católicos – ese es su más fuerte vínculo

espiritual – y de edades aproximadas, muy unidos entre sí por lazos de amis-

tad y aun de parentesco... universitarios en su mayoría, políticos casi todos...

tienen gente de todos los partidos, tienen diputados de todos los rumbos. Así,

caiga quien caiga, triunfe el que triunfe, la “Corda” sale siempre parada...”

El 20 de marzo de 1918, las autoridades universitarias resolvieron no

dar curso a ninguno de los reclamos estudiantiles. Ante ello, los alumnos re-

accionaron con violencia teniendo que intervenir la policía.

Once días después, el 31 de marzo, los estudiantes reunidos en asamblea

en el teatro Rivera Indarte de la ciudad de Córdoba declararon la huelga

general impidiendo de ese modo el normal inicio de las clases previsto por

esos días. La convocatoria a la medida de fuerza decía:

“La juventud de Córdoba, animada por un impulso irresistible de progre-

so, se halla en lucha con su vieja y ruinosa universidad. Sus autoridades re-

gresivas, empecinadas en el mantenimiento del dogmatismo docente y en la

defensa de intereses insostenibles, se oponen con desdeñoso autoritarismo al

impostergable anhelo de renovación que desde largos años le reclaman en

vano los propios hijos del vetusto hogar intelectual” y agregan mas adelante

“...nos levantamos para sacudir la esclavitud mental en que se pretende man-

tenernos”

1917 1918

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El 2 de abril como toda respuesta al reclamo estudiantil y sin siquiera

intentar llevar a cabo un diálogo al respecto, el Consejo Superior de la Uni-

versidad clausuró las aulas hasta nueva resolución emitiendo el siguiente

comunicado:

“Atento a los reiterados actos de indisciplina que públicamente vienen rea-

lizando los estudiantes de distintas facultades de la Universidad, como ser:

inasistencias colectivas a las clases, medios violentos para impedir la matri-

culación de los alumnos, falta de respeto a las personas de académicos y pro-

fesores, manifestaciones notorias de rebeldía contra las autoridades, queda

prohibida la entrada al instituto a toda persona que no sea académico, profe-

sor, o empleado del mismo.”

Al día siguiente (3 de abril de 1918), el propio Rector de la Universidad

(Julio Deheza), se dirige por nota al Ministro Salinas a los efectos de justifi-

car la suspensión de las clases.

El 4 de abril, el Comité Estudiantil Pro-

Reforma Universitaria también se dirigió a Sali-

nas, pero en este caso para solicitarle la interven-

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ción de la Universidad por parte del Estado Nacional. En su misiva afirman:

“... la clausura de las clases impuestas por el Sr. Rector obedece a un in-

tento por mantener su predominio de tres lustros, una viciosa oligarquía

educacional, condenada por todo el país, por la ineptitud docente y adminis-

trativa de sus miembros, por su inferioridad científica y por la voracidad de

sus apetitos..”

Por entonces, sin el desarrollo de las comunicaciones que hoy en día per-

miten conocer al instante lo que ocurre en la otra punta del país y del mundo, ni

en Buenos Aires se conocía exactamente lo que ocurría en Córdoba, ni allí segu-

ramente se imaginaban que el Presidente de la Nación, Yrigoyen, apostaría a la

reforma.

En efecto, el 11 de abril (el mismo día que casualmente se constituía en

Bs. As. la Federación Universitaria Argentina – FUA), Yrigoyen firmó el decreto

por el cual se intervenía a la UNC y designó como interventor al procurador ge-

neral de la Nación, José Nicolás Matienzo quien se hizo cargo de sus funciones el

14 del mismo mes.

El 23 de abril Matienzo regresa a Bs. As. para entrevistarse con Yrigo-

yen para presentarle un proyecto de reforma del estatuto con el fin de democrati-

zarlo.

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El 7 de mayo Hipólito Yrigoyen decretó la reforma, que implicaba la par-

ticipación de los profesores (no de los estudiantes) en la elección de los De-

canos y los consejeros. Estos últimos luego, reunidos en asamblea, elegirían

de manera indirecta al Rector. La fecha de la misma se fija para el 15 de ju-

nio.

El 10 de mayo regresa Matienzo y declara vacantes los cargos de Rector,

Decanos y académicos con antigüedad superior a dos años.

El 28 de mayo se produjo la elección de consejeros, triunfando casi todos

los candidatos preferidos por los estudiantes. Los electos, por ende, com-

prometen públicamente su voto para que resulte electo Rector en la asam-

blea del 15 de junio el Doctor Enrique Martinez Paz candidato de la

FUC. Cabe aclarar que ya desde el 16 de mayo funcionaba la Federación

Universitaria de Córdoba (FUC) en reemplazo del Comité Pro-Reforma.

1917 1918

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La Asamblea Universitaria integrada por esos consejeros electos se reunió

el 15 de junio tal como había sido estipulado con el objeto de elegir al Rec-

tor. Debe quedar claro que los estudiantes no par-

ticipaban de la elección directamente, pero influ-

ían sobre sus candidatos del claustro docente.

Había tres candidatos:

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el Dr. E. Martínez Paz, por la F.U.C.

el Dr. A. Nores Martinez, por la Corda Frates (organización de los

conservadores vinculada con el clero cordobés)

y A. Centeno (candidato pseudo–independiente oportunista).

Se descontaba que el candidato reformista ganaría. Sin embargo, la pre-

sión ejercida por los jesuitas y el clero cordobés en general sobre las familias de

los consejeros, hicieron que muchos de ellos cambiaran su voluntad públicamente

empeñada.

La primera y segunda votación otorga 15 sufragios para Nores, 13 para

Paz y 10 para Centeno. En la tercera vuelta, se debía elegir entre los dos candida-

tos más votados e, “inesperadamente”, resultó electo el Dr. Nores dado que los

votos de Centeno se volcaron para él. Esto provocó una gran reacción del sector

estudiantil que vio, a medida que pasaban las horas, cómo sus propios consejeros

(y los independientes) eran comprados o extorsionados para que cambiaran de

opinión a la hora de votar, lo cual trajo aparejado la victoria de Nores.

Sin duda, otra “perlita” de esa lamentable sucesión de fraudes y contu-

bernios que rodea a la historia de nuestro país.

Los estudiantes, sintiéndose traicionados, desalojaron la sala

por la fuerza sucediéndose episodios violentos de diversa índole, algu-

nos de ellos dramáticos, todos ellos teñidos de pasión, sectarismo ide-

ológico y no pocas veces falta total de equilibrio intelectual y moral.

Como resultado de ello, no se llegó a proclamar el resultado ni se

aprobó el acta respectiva, elementos necesarios para perfeccionar

la elección según el nuevo estatuto.

La FUC dispone en ese mismo día una nueva huelga general

de estudiantes que se cumple firmemente y cuenta con la adhesión

solidaria de las federaciones estudiantiles de Buenos Aires, Santa Fé,

La Plata y Tucumán. El acta de la huelga fue escrita sobre el mismo

pupitre rectoral por el estudiante de derecho Emilio Biagosch y decía...

“......Hemos sido víctimas de la traición y la felonía. Ante la

afrenta, hemos decretado la revolución universitaria. Hemos hecho más:

Hemos proclamado una cosa estupenda: el año 1918.”

Como si nada hubiera pasado, al día siguiente el Secretario General de la

UNC envía una nota al Ministro Salinas informándole que había resultado electo

el Dr. Nores y, por supuesto, minimizando la protesta estudiantil.

La situación entra aquí en un impasse, esperando (ambas partes) que sea

destrabada desde el poder central (Yrigoyen). Nores, defendía la decisión de man-

tener cerrada la Universidad.

Un poco más…

En la actualidad la FUA

representa a un millón y medio de estudiantes universitarios en todo el país. Está integrada por los centros de estudiantes de cada facultad y por las federaciones universitarias de cada universidad local

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1917 1918

Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic

Entre el 20 y 31 de julio sesionó en Córdoba el primer Congreso Nacio-

nal de Estudiantes, convocado por la F.U.A.. Su presidente Loudet pronun-

ció un equilibrado discurso, diciendo entre otras cosas:

“......De las Universidades no deben salir únicamente médicos, abo-

gados, ingenieros; deben salir hombres, deben salir caballeros..... Esto

es un congreso universitario, y ha de estudiar los problemas con espíritu

universitario. Quiero decir que todo es ajeno a él, menos las cues-

tiones de pedagogía superior. .....”

El congreso proclamó como día de la Reforma el 15 de junio

y también convocó a un segundo congreso que demoró 14 años en rea-

lizarse; además proyectó esquemas de ley universitaria y estatutos.

Propugnaba un modelo de Universidad que contara entre otras con

estas características:

Autonomía. (política, académica y presupuestaria)

Gobierno Tripartito. (docentes, graduados y estudiantes)

Asistencia libre.

Docencia libre. (libertad de cátedra)

Régimen de concursos docentes.

Periodicidad de cátedra.

Publicidad de los actos universitarios. (académicos y administrativos)

Bienestar estudiantil.

Extensión y orientación social universitaria.

Libertad de juramento.

Durante todo el mes de julio

hubo disturbios callejeros en

Córdoba en donde no solo pro-

testaban los estudiantes. La

protesta ya había tomado otra

dimensión. El movimiento

obrero organizado se había sumado a la re-

vuelta y no casualmente. Hasta el 15 de ju-

nio, toda la agitación se había desarrollado

en ámbitos universitarios sin que interven-

ga el resto de la sociedad. Los estudiantes

se dieron cuenta que las fuerzas que habían puesto en juego hasta ese mo-

mento no eran suficiente y fueron en busca del movimiento obrero en donde

hallaron un espontáneo acercamiento.

En la obra dirigida por Mario Monteverde, la Historia del Radicalismo, se

puede leer:

“...las calles de Córdoba desbordaban de jóve-

nes que no ocultaban su alegría. Asustado, algún

representante del clero ultramontano dejó caer su

estola, y de allí surgieron las cintas que fueron

Definiciones

Autonomía: capacidad para

darse normas a uno mismo sin influencia de presiones externas o internas. Sinónimo de autogo-bierno de individuos o asociacio-nes.

Libertad de cátedra: Es el

derecho a ejercer la docencia, en el ámbito de la Educación Supe-rior, con absoluta libertad, es decir, es "la libertad de enseñar y debatir sin verse limitado por doctrinas instituidas".

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distintivo de la Reforma, el tradicional color morado (según otras fuen-

tes de información, los distintivos se hicieron con las cortinas de las

pendencias universitarias)....”

1917 1918

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Que ¿cómo finaliza el conflicto...?

El 2 de agosto de 1918 Yrigoyen anunció nuevamente que intervendría

la Universidad. El 7 del mismo mes renunció Nores. El 23 de agosto fue

nombrado interventor el propio Ministro de Educación (Salinas), pero de-

moró inexplicablemente en hacerse cargo de sus funciones.

Ante esa situación de incertidumbre, el 26 de agosto la FUC convoca a

una movilización que reúne a mas de 20.000 personas en un acto de protes-

ta. La asamblea renovó la confianza en Yrigoyen pero reclamó el inmediato

arribo del designado interventor.

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Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic

Dado que la indecisión continuaba, los estudiantes deciden adoptar una

medida audaz: la ocupación de la Universidad. El 9 de setiembre 83

estudiantes ingresan a la sede principal de la universidad llamada “La Casa

de Trejo” y se apoderan de sus instalaciones. Declaran abierta la Universi-

dad haciéndose cargo de su funcionamiento, designando autoridades y ponen

fecha firme de reinicio de las clases.

Los estudiantes son detenidos por el ejército que irrumpió en la Universi-

dad y los acusaron de sedición, pero finalmente se obtiene el resultado espe-

rado: el ministro Salinas se hace cargo de sus funciones el 12 de setiembre.

Como consecuencia de su intervención, se renovaron las autoridades y el

claustro de profesores. La acusación de sedición... quedó en el olvido.

1917 1918

Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic

El doctor Eliseo Soaje fue elegido Rector de la UNC y Martinez Paz como

Vicerector. El 11 de octubre la Universidad es reabierta tras la reorganiza-

ción de los claustros bajo la propuesta reformista.

Sintetizando: Les propongo que armen un cuadro sinóptico marcando los

años y los hechos más importantes de esos años relacionados con la Reforma

Universitaria.

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Consecuencias:

¿Alguna vez pensaron que la posibilidad de participar del Gobierno Univer-

sitario, o que los docentes deban concursar sus cargos, entre otros, es produc-

to de hombres de la edad de ustedes que lucharon por una Educación mejor?

A continuación se detallarán las consecuencias, producto de la Reforma.

Autonomía universitaria: La comunidad universitaria elige a sus

propias autoridades y administra los recursos que les asigna el Presu-

puesto Nacional o los que obtenga por sus propios medios (autarquía)

Gobierno compartido: El gobierno de la Universidad es ejercido por

los representantes de los claustros docentes, graduados y estudiantes.

Concursos docentes: Las cátedras se asignan por concurso público de

oposición y antecedentes (ver más adelante en este mismo trabajo)

Periodicidad de cátedra: Los profesores regulares son designados por

un plazo de 7 (siete) años, con lo que se apunta a una renovación de los

cuadros docentes y a una elevación de su calidad.

Libertad de cátedra: Los docentes regulares tienen independencia de

criterio para fijar la orientación de su cátedra, dentro del marco de los

planes de estudio vigentes y la supervisión de los Consejos Departamen-

tales.

Sintetizando: En la actualidad, ¿cuáles de estos logros se siguen mante-

niendo????.

Para investigar y opinar: Con la sanción de la última Ley de Educación Su-

perior se avanzó o se produjo un retroceso en los logros obtenidos en el ´18.

Este tema lo discutiremos en un foro temático, deberán justificar su opinión.

Repercusiones a lo largo de la historia

El Movimiento reformista se extendió rápidamente a otras universidades

argentinas y latinoamericanas en las cuales se produjeron importantes

cambios. Sin embargo, en nuestro país ha tenido a lo largo de su historia

marchas y contramarchas. En efecto, en 1922, Alvear intervino por el térmi-

no de un año la Universidad del Litoral y más tarde la de Córdoba. A partir

de 1928 (2º presidencia de Yrigoyen), se produjo un lento cambio hacia la

profundización de la Reforma, lo que se interrumpió en 1930 con el nefasto

primer golpe de estado moderno encabezado por

el Gral. Uriburu.

En 1943, el gobierno militar de entonces inter-

viene la Universidad del Litoral, abriendo las

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puertas a una de las épocas más nefastas de la historia universitaria argen-

tina. En 1947 (1º presidencia de Juan D. Perón), se dictó una nueva ley

versitaria (Nº13031), de carácter centralista y no autónoma. En 1955, luego

del derrocamiento del gobierno constitucional del Gral. Perón, se ponen ti-

biamente en marcha algunos mecanismos propios de la Reforma, que se ven

plenamente afianzados en los procesos democráticos que siguieron ( Frondizi

- Illia ). Este período - 1955 a 1966 - , en particular a partir del año 1958, fue

de tal importancia para la Universidad Nacional en general que lo tuvie-

ron en cuenta las leyes francesas, holandesas, belgas y alemanas de

1968, luego de la famosa revuelta estudiantil conocida como “el ma-

yo francés”, que en parte reivindicaba los principios de nuestra ya

conocida Reforma.

No podemos dejar de señalar que en 1959, durante el gobierno de Arturo

Frondizi, los ánimos se caldearon nuevamente con protestas que tomaron la calle:

Se había aprobado en el congreso una ley que permitía la coexistencia de Univer-

sidades Nacionales (estatales) y privadas. Estas últimas significaban inexora-

blemente por entonces Universidades Católicas. Los antiguos dirigentes reformis-

tas, devenidos en maestros de la juventud actual, se pronunciaron con vehemen-

cia. Uno de ellos fue el Rector de la UBA, Rizieri Frondizi2, hermano del presi-

dente quien por entonces afirmaba:

“...la Universidad debe ser instrumento de transformación de la

realidad social, económica e intelectual; un encabezamiento ideológico

para lograr la emancipación del país, lo mismo en el orden económico

que en el cultural....”

y como se imaginarán, no era el papel que las nuevas universidades católicas ten-

ían reservado para sí mismas.

Debe tenerse presente que una de las causas de la eclosión del ’18 fue la

convicción de que el sistema educativo estaba monopolizado por grupos católicos.

Posteriormente, un nuevo gobierno de facto presidido por el Gral. Ongan-

ía dictó una nueva ley que echó por tierra con los principios reformistas, aunque

no le fue sencillo ni barato instaurarla: La noche de los bastones largos y el “éxo-

do” de científicos e investigadores que decidieron marcharse del país, son testimo-

nios elocuentes de la lucha de una comunidad, la universitaria, que se sabía por

el buen camino.

Ya en 1974, con la 3º presidencia de Perón, se volvió a dictar una ley uni-

versitaria nuevamente de corte centralista y no autónoma. A partir de 1976, con

la llegada de un nuevo golpe de estado, el más terrible, el más oscuro, el más ne-

fasto del que los argentinos tengamos memoria; la persecución ideológica se ins-

taló como metodología de acción política, y las univer-

2 Los Frondizi fueron 14 hermanos. Tres de ellos se destacaron en la vida política de nuestro país. Uno fue presidente, otro

Rector de UBA y otro dirigente marxista (PRT). Este último, Silvio, fue asesinado en 1974 por la tristemente célebre AAA

(Alianza Anticomunista Argentina) comandada por José López Rega (“el brujo”. Ministro de Bienestar Social del gobierno

justicialista de entonces). Fue velado en el aula magna de nuestra Facultad.

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sidades no fueron de ningún modo ajenas a ella. La violencia, el exilio, la

tad de un gobierno de destruir poco a poco la educación pública, dieron el marco a

los peores años de la historia universitaria y del país.

Con la recuperación de la democracia en 1983 y la asunción como presi-

dente del Dr. Raúl Alfonsín, los principios reformistas cobraron el vigor de enton-

ces y las universidades pronto se “normalizaron” dándose su propio gobierno.

Lo que sigue es la historia reciente, la más conocida, la menos estudiada,

la que hacemos todos los días cada uno de nosotros...

Al respecto, debemos consignar que lamentablemente, durante el gobier-

no del Dr. Carlos Menem (1989-1999) se sancionó (1995) una nueva ley de

Educación Superior (Nº 24.521) que ha sido sumamente cuestionada y re-

sistida por la comunidad universitaria, algunas conquistas y principios

históricos han sido suprimidos o, al menos, restringidos, como es el caso de

la eliminación de los jurados estudiantiles y graduados en los concursos do-

centes, o la obligatoriedad de que el claustro Docente en los cuerpos colegia-

dos universitarios cuenten con mayoría absoluta, o la falta de garantías pa-

ra la gratuidad de la enseñanza a través de una confusa redacción que, in-

cluso, se opone a la letra y al espíritu de lo estatuido en nuestra Constitu-

ción Nacional.

La sanción de la ley mencionada ha obligado a la reforma estatutaria de

todas las universidades, con el objeto de que adecuen sus reglamentos a la

nueva norma. La Universidad Tecnológica Nacional a través de sus claus-

tros e institucionalmente, ha presentado desde la promulgación de la ley a la

fecha, numerosos recursos judiciales tendientes a declararla inconstitucional

lo que impidió mientras se tramitaban las causas su implementación efecti-

va en el marco de nuestra universidad, lo que finalmente ocurrió en Julio de

1998 en la Asamblea Universitaria realizada en la Facultad Regional San

Nicolás (Bs. As.)

Probablemente, en un futuro no muy lejano, debamos trabajar entre todos

en una nueva ley que nos contenga y represente; y donde los principios de la

Reforma Universitaria que hicieron grande a la Universidad Argentina, co-

bren la vigencia que nunca debieron dejar de tener...

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M a n i f i e s t o L i m i n a r

La juventud universitaria de Córdoba a los hombres libres de Latinoamérica

Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que,

en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos

resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde

hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que

quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del co-

razón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una

hora americana.

La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían enso-

berbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios

de Mayo. Las Universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los

mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los

inválidos y - lo que es peor aún - el lugar en donde todas las formas de

tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las Univer-

sidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empe-

ñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia

frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al

servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es

para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, de-

ntro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento

vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodici-

dad revolucionaria.

Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie de

derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él

muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación univer-

sitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen

y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno

estrictamente democrático y sostiene que el demos uni-

versitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno

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propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y

acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la

fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudian-

tes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.

Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y

de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es,

en todo caso, amparar un régimen cuartelario. Pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación

de gobernantes a gobernadores es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben

ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se

avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del

látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de lo cobardes. La única actitud silenciosa,

que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para creerla

o comprobarla.

Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de auto-

ridad que en ésta casa de estudio es un valuarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmen-

te la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente libe-

ral, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar

que el mal era más afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado

de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha

sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han

encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un

orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si

en nombre de un orden que no discutimos, pero nada tiene que hacer con nosotros se

nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado

a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el

destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las

juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son -y doloro-

sas- de todo el continente. ¿ Qué en nuestro país una ley -se dice-, la ley de Avellaneda, se

opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exi-

giendo.

La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún

de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no

se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maes-

tros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En ade-

lante, sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos cons-

tructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.

La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la

consideración del país y de sus hombres representativos.

Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección recto-

ral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La federa-

ción Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las cir-

cunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto

electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y prin-

cipios que mueven a la juventud de esta hora única de su vida, quiere re-

ferir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alto la llama que

está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Uni-

versidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han

presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contem-

pla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de

agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres

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libres del continente. Referimos los sucesos para que se vea cuanta razón nos asistía y cuánta

güenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de

los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de

ras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para

poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida

de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretend-

ía filtrarse con la apariencia de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes

por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.

El espectáculo que ofrecía la Asamblea Universitaria era repugnante. Grupos de

amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro Rector exploraban los con-

tornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el

triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor con-

traído por los intereses de la Universidad. Otros - los más - en nombre del sentimiento

religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición, y al

pronunciamiento subalterno. (¡ Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor

y deprimir la personalidad ! ¡ Religión para vencidos o para esclavos !). Se había ob-

tenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber

conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la re-

forma. En la sombra los Jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla

habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma

de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos

para siempre la amenaza del dominio clerical.

La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, em-

potrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irre-

vocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, enton-

ces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de

haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos de la Federación Universi-

taria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración

de huelga indefinida.

En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en

una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una

de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin tener temor de ser recti-

ficados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el Rector no

fue proclamado, y que, para la ley, aún no existe Rector en esta Universidad.

La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni

de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente,

contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determina-

das camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor que alguien en los cambios pudiera

perder su empleo. La consigna de “hoy por ti, mañana por mi”, corría de boca en boca y asumía la pre-

eminencia de Estatuto Universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo,

contribuyendo a mantener a la Universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lec-

ciones encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de su-

misión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a

la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue en-

tonces cuando la oscura Universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferraro, a Palacios y a

otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolu-

ción, y el régimen cayó a nuestros golpes.

Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo

nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales les merecía

algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coali-

gaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.

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No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses

egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula Rector de la Universidad de San Carlos ha dicho

su primera palabra: “Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes”. Pa-

labras llenas de piedad y de amor, de respeto revenciosos a la disciplina; palabras dignas del jefe de una

casa de altos estudios. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡ Armo-

niosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria !

Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la

virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la

autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento

una semilla de rebelión.

La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pen-

samiento propio de los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está can-

sada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las con-

ciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia

casa.

La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de la

América toda y les incita a colaborar en la obra de la libertad que inicia.

Córdoba, 21 de junio de 1918

ENRIQUE F. BARROS, HORACIO VALDES, ISMAEL C. BORDABEHERE, presidentes

GUMERSINDO SAYAGO - ALFREDO CASTELLANOS - LUIS M. MENDEZ - JORGE L. BA-

ZANTE - CEFERINO GARZON MACEDO - JULIO MOLINA - CARLOS SUAREZ PUNTO - EMI-

LIO R. BIAGOSCH - ÁNGEL J. NIGRO - NATALIO J. SAIBENE - ANTONIO MEDINA ALLENDE -

ERNESTO GARZON.

Sintetizando: Realizamos un recorrido por parte de aquella historia que nos

permitió lograr una ley acorde a las necesidades universitarias, para lograr en-

tenderla tuvimos que conocer la situación mundial y fundamentalmente la situa-

ción del país en esos momentos de cambio, comprendiendo de esta manera que pa-

ra lograr los cambios se deben suceder muchos acontecimientos y fundamental-

mente es necesario tener por parte de los actores que intervienen en el cambio vo-

luntad para lograrlo.