JORGE CHÁVEZ: NUNCA TE RINDAS
En los lugares más desconocidos de París, llegó a vivir Pier un muchacho de aspecto
frío, que tenía una cara que asustaba y una mirada aterradora, pero sobre esas
características él era amigable.
Oigan dijo Cristensen alguien se ha mudado a la casa antigua y al parecer
el que vive ahí es un niño. Uno de estos días hay que llamarlo para que juegue
con nosotros.
Entonces hay que invitarlo a jugar a los aviones dijo Jorge.
No creo que le guste eso dijo Duray yo creo que es un niño muy tranquilo
justo lo que necesita este lugar.
Jorge Chávez Dartnell era el nombre de aquel niño que saldría todos los días a jugar.
Cristensen, Duray y sus hermanos eran sus compañeros en sus aventuras y fantasías.
El lugar en donde ellos jugaban se puede describir como amplio, con jardines
hermosos y pero lo más importante es que era seguro.
Una semana después, llamaron a Pier a jugar, él rápidamente se adecuó al grupo,
haciéndose así amigos.
Con el tiempo conocieron mejor a Pier haciéndose grandes e inseparables amigos. Un
día Jorge y sus amigos empezaron a conversar:
Yo quiero de ser de grande una doctora dijo Duray
Pues, yo voy a ser escritor exclamó jubiloso Cristensen.
¿Y tú Jorge? preguntaron al mismo tiempo Cristensen y Duray.
Yo… creo que voy a ser…piloto de avión y llegar a lo más alto del cielo lo dijo
tímidamente pero apuntando al cielo.
No seas tonto, habiendo tantas cosas para elegir, escoges la más absurda y si de
verdad quieres ser piloto te será muy difícil, creo que imposible dijo Duray.
Cristensen y Duray tuvieron que irse. Sólo quedó Jorge y Pier, entonces Jorge se
entristeció y empezó a llorar. Pier que estuvo presente en la conversación anterior y
sabía lo que pasaba, quiso consolarlo:
No llores, sigue apuntando a tus metas no dejes que el temor o el miedo a fracasar
te detengan, ni tampoco las opiniones de los demás.
Ese día Jorge se sintió feliz por las sabias palabras que su amigo le dijo y lo motivó a
seguir adelante con su meta.
Y así, poco a poco, Jorge se fue interesando en temas aéreos y mecánicos. Entonces
incursionó en la aviación.
Estudió electricidad y mecánica industrial, para conocer los aviones. Practicó
reparando aviones, luego por su afición a la aviación estudia en Farman. Fue un
alumno muy disciplinado, era muy responsable con sus deberes. El se gradúa de
piloto con grandes méritos.
En una de las frecuentes reuniones que tenía Jorge con sus amigos y hermanos les
comentó su deseo de participar en un certamen de vuelo, el cual era muy peligroso,
pero importante, ya que el objetivo propuesto era un récord.
Opiniones negativas se escucharon en el salón en que se encontraban, pero la
decisión de Pier fue igual a la de la infancia:
Sigue apuntando a tus metas no dejes que el temor o el miedo a fracasar te
detengan, ni tampoco las opiniones de los demás esta vez con más seguridad.
Finalmente Jorge se lanzó al ataque, empacó sus cosas y se dirigió rumbo al circuito.
Viajaron con él hasta Briga donde empezaba el circuito, lo último que le pudieron decir
fue:
Cuídate Jorge, sabes que tus amigos y familiares siempre te apoyaran dijo Pier,
animándolo.
Tú puedes, bate ese récord y gana la competencia esta vez fue su padre.
Ya nos volveremos a ver y verán que no los defraudaré respondió él animoso.
Pero se equivocó no los volvió a ver. Él dio un último respiro en Domodossola el 27 de
septiembre de 1910, antes de ello escribe una carta no se sabe con que fuerza ni con
tiempo pero llega a escribir esto:
“Antes de terminar el circuito sentía como las nubes daban a mi cara y me sentía
alegre, pero cuando ví que la avioneta empezó a destruirse empecé a recordar todos
los momentos compartidos con ustedes (sus amigos y hermanos) cuando gracias a
Pier emprendí este camino, no me gustaría cambiarlo ya que se cumplió mis sueños
de ser un gran aviador y aunque esté en mis momentos más penosos me siento un
hombre dichoso. Y aunque no pueda cumplir la promesa de regresar con ustedes y no
los pueda ver, los recordare por siempre. Gracias a todos por estar al tanto de mi vida.
Aurevoir (que es adiós en francés).”
En el día de su funeral lo recordaron como una persona especial. Y este por ser
especial fue reconocido con un monumento en su honor.
A la memoria de Jorge Chávez Dartnell,
aviador peruano
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