Erase una vez, en un hermoso bosque de oyamel de alguna
parte de la República Mexicana, vivía un pequeño niño
llamado Raúl; Al cual se le distinguía por ser muy curioso,
le gusta mucho saber sobre el porqué suceden las cosas,
cómo era el proceso que se llevaba para crear algo. Él
empezó con esa curiosidad desde que tenía tan solo cuatro
años, lo cual fue solo el principio de muchas de sus
aventuras.
En un día que parecía ser como cualquier hermoso día
en el bosque, Raúl, salió a observar algunas de las
plantas de la gran diversidad de flora que había a su
alrededor, cuando de pronto se topo con un enorme
hongo, que en su tallo parecía tener una pequeña
puerta con dos ventanas pequeñas encima, lo cual
formaba una cara. Emocionado por su pequeño
descubrimiento se acerco al hongo gigante y toco la
pequeña puerta.
Al momento de tocar la puerta, Raúl descubre que estaba
abierta….emocionado por saber que habrá ahí dentro, sin
pensarlo dos veces, entra al enorme hongo para descubrir
que esconde en su interior. Lo que Raúl no sabe es que se
llevara una gran sorpresa, la cual estará llena de magia y
fantasía.
Al entrar en el enorme hongo, descubrió un maravilloso
jardín mágico, con hongos extraños que parecían ser
pequeñas casas, había hadas, unicornios y un sinfín de
criaturas llenas de extravagantes coloridos y luces. Raúl se
dijo: Wow! Este lugar es hermoso, pero esas criaturas
parecen extrañas, iré con esa hada a pedirle algo de ayuda.
Al llegar con la hada Raúl le pregunto: Hola, disculpa,
¿me puedes informar en donde me encuentro?, a lo que la
hada contesto: ¡claro! Estas en Edhlerland, es un lugar
lleno de aventuras, emociones, e inimaginables cosas que
puedes hacer aquí. Encontraras lo menos imaginado,
serás lo que quieras ser…
El hada invita a Raúl a que conozca al gran mago Chicomecoatl, el
cual es reconocido en toda Edhlerland, ya que el cumple grandiosos
sueños en realidad a personas con alma pura y buenas intenciones.
Raúl sin más ni más, sigue al hada a conocer al mago Chicomecoatl.
En todo le camino Raúl no hacía otra cosa que pensar que sueño le
pediría al mago que le cumpliera, ya que él se consideraba una
persona buena de alma y espíritu, así como en sus actitudes.
Llegando a la casa del mago Chicomecoatl, Raúl quedó
nuevamente sorprendido, ya que el imaginaba una casa
como cualquier otra, pero no, la casa del mago era única,
tenía la forma de una enorme hada con una luz en la
mano derecha. Y los alrededores de la casa eran
completamente diferentes, tenían tonalidades azules, como
si fuese invierno, pero sin frío.
Al momento de que el hada le presento al mago Chicomecoatl a Raúl,
como acto de reverencia y respeto al mago, el hada quedo como una
estatua de hielo, dejando boquiabierto a Raúl.
El mago, al ver al pequeño niño hizo un hechizo el cual sirve para
saber si la persona con la que hablará es en verdad pura de alma y
espíritu. Al terminar el hechizo el mago comprobó que si,
efectivamente, Raúl no tenía esa malicia en su ser, a lo que el mago le
dijo: “veo que eres una persona muy pura, y por el simple hecho de
ser así, te concederé un deseo, pero piénsalo bien, ya que una vez
cumplido el deseo, no se podrá deshacer”.
Después de unos cuantos minutos, Raúl se decidió por su deseo, el
cual fue que lo convirtiera en un Gran científico, para poder
investigar y realizar grandes inventos que ayuden a todos los seres
humanos que necesiten mejorar por enfermedades, falta de
tecnología, imposibilidad de llegar a ciertos lugares, comida, agua,
entre más cosas que le vinieron a la mente.
Ya cumplido el deseo, Raúl apareció en un completo laboratorio, el
cual contaba con todas la herramientas necesarias para ser un
científico e investigador.
Empezó con un plan para elaborar comida que se pueda poner unas
gotas de agua e incluso saliva si no se cuenta con agua, y así el
alimento crecerá instantáneamente, y podrá ser ingerido. Tras
pruebas y pruebas logro sintetizar un compuesto que le permitió
crear el alimento comprimido que solo necesita un poco de
rehidratación.
Al conseguir el resultado deseado, Raúl parte un
viaje hacia por toda la República Mexicana, y así
poder entregar su comida rehidratada a personas
que no tienen que comer. Pero llegando a Chiapas,
se llevará una sorpresa tentadora.
Después de terminar de repartir su maravilloso invento,
Raúl se tomó un tiempo libre para conocer las zonas
arqueológicas de Chiapas, y al llegar a Palenque, le
esperaba una sorpresa dentro del templo, en el cual dicen
que se escuchan voces extrañas, rituales y alabanzas, pero
nadie sabe de qué se trata.
Raúl al estar dentro de la cueva se encontró con un
extraño señor, el cual le dijo: “yo te puedo dar todo lo que
quieras, solo necesito un pequeño favor, aceptas???”
Raúl pregunto: ¿de qué tipo de favor me hablas?, ¿de qué
se trata?.
El extraño seño de nombre Tecelotl, le contesto: “necesito
que me hagas un pequeño experimento, se trata de
modificación genética, porque estoy enfermo y necesito
ayuda”.
Raúl imaginaba que su ayuda sería para una buena causa,
por lo que acepto ayudar a Tecelotl, pero este señor no lo
quería con ese fin, si no, por el contrario quería plagiar la
información que le diera Raúl para modificar a personas,
experimentando horriblemente con ellas.
En el laboratorio, Raúl hizo una serie de
modificaciones que dio el resultado que
esperaba Tecelotl, el cual estaba sumamente
feliz por que cumpliría con su malévolo plan. Si
saber que su comportamiento ético de
responsabilidad, ayuda, honestidad y claridad
de lo que hace Raúl, Tecelotl haría todo lo
contrario, no tendrá una actitud moral en las
personas con las que experimentara.
Días después Raúl con todo el entusiasmo de
ayudar a Tecelotl, va y entrega el método de
modificación genética que necesitaba para
supuestamente ayudarse así mismo el malvado
Tecelotl, el cual ya estaba impaciente por
recibir el proceso a seguir.
Con el método científico que le otorgo Raúl,
Tecelotl, sin ningún tipo de escrúpulos ni
actitud ética, empezó a reclutar y experimentar
con una gran cantidad de personas. Los sometía
a horribles procesos de cambio genético hasta
que resultara lo planeado.
Una noche mientras Raúl dormía, el hada
Citlaltonac, quien lo llevo a conocer al mago
Chicomecoatl, en el profundo sueño de Raúl le
advirtió que se cuidara mucho de Tecelotl, que
había hecho mal en ayudarlo, que el favor que
hizo Raúl era con fines maliciosos y que tenía
que solucionarlo cuando antes posible.
Disgustado y sumamente furioso por el enorme error cometido,
Raúl se dirige a casa de Tecelotl a deshacer la mala aplicación
de sus conocimientos.
Decepcionado, Raúl no puede comprender por qué no se dio
cuenta de las intenciones malvadas, a lo que se pregunta: “¿tan
mala fue nuestra comunicación, mi falta de entendimiento?
Pero esto tiene que acabar ¡ya!
Al llegar con Tecelotl, empieza una enorme batalla, con el fin de
acabar con las atrocidades que cometía ese demonio con las personas
inocentes.
Raúl gracias a la ayuda de la hada Citlaltonac, tenía una serie de
poderes que le ayudaran a combatir a Tecelotl.
Se atacaban el uno al otro >Tecelotl< : con tormentas de inmoral,
ego, superioridad, y una serie de valores antiéticos, a lo que Raúl se
oponía, lanzándole rayos cognoscitivos, morales, éticos, llenos de
responsabilidad, amor, carisma, equidad, justicia y respeto, para que
Tecelotl reflexionara sobre sus actitudes.
Después de la intensa riña, Raúl hace que el terrible
Tecelotl se arrepienta y arregle los daños hechos,
reflexionando sobre su actitud que tomo, cegado por la
ambición y el poderío.
“No volveré a cometer esas aberraciones, ahora me
uniré contigo y ayudaremos al mundo entero”
Pasaron los años y Raúl junto con Tecelotl, hicieron un gran equipo y
combatieron a personas ambiciosas y malas que investigaban de mala
manera y experimentaban clandestina y fríamente.
Reinando la paz y armonía en todo el mundo, y haciendo que cada
experimento llevado a cabo, sea con fines altruistas y que ayuden a toda
la población mundial, desde la flora, fauna, suelos, atmosfera y humanos
por igual, sin importar sus características físicas, creencias ni formas de
pesar.
Y vivieron Felices por siempre!!!!!!
FIN
Recuerda que antes de actuar por intereses propios, actúa para bienes que favorezcan
no solo a ti si no a los que te rodean.
Es mejor compartir un triunfo en compañía de alguien que disfrutarlo en soledad.
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