Cuatro Recompesas de pasar más tiempo con Dios“…LOS QUE ESPERAN EN EL SEÑOR TENDRÁN NUEVAS
FUERZAS…” (Isaías 40:31)
Parece ser que a la mayoría de las personas les crece un teléfono móvil
por la oreja. Han aprendido a conducir rápidamente, escuchar música,
hablar por teléfono y hacer negocios – todo al mismo tiempo. A nadie le
gusta esperar. Y sin embargo, cuando se trata de nuestra vida espiritual,
esperar quietamente en la Presencia de Dios trae recompensas como
ninguna otra cosa. Aquí tienes algunas:
1 FuerzaEscucha: “…los que esperan en [pasan tiempo con] el Señor
tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;
correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías
40:31). ¿Te sientes hoy agobiado? “¡Espera en el Señor! ¡Esfuérzate
y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera en el Señor!” (Salmo 27:14).
2 Justificación¿Estás turbado porque no te entienden, o porque parece ser que tus
críticos prosperan? Escucha: “…no te excites… los malignos serán
destruidos, pero los que esperan en el Señor heredarán la
tierra…” (Salmo 37:8b,9). ¡Ánimo!; el último capítulo no está escrito
aún. Cuando llegue el momento, ¡ganaremos!
3 Liberación¿Te sientes atrapado por las circunstancias? Escucha: “…esperé
al Señor…, y me hizo sacar del pozo” (Salmo 40:1,2). Relájate.
Empieza a confiar más en Dios. ¡Él te sacará de esta situación!
4 Crecimiento¿Estás deseoso de llegar a ser más maduro? Escucha: “…tenga la
paciencia su obra completa…” (Santiago 1:4). ¡La paciencia
realmente funciona! Elimina la preocupación, porque el Señor es más
grande que tu problema. También quita trabajo, porque tu oficio es
simplemente el de obedecer y dejar el resto en las manos de Dios.
Además, acaba con la necesidad, porque tus necesidades se hacen
menos importantes que su voluntad. Por eso, ¡empieza a pasar más
tiempo con Dios!
Sugerencias para prevenir la perdida de visión en la vida Cristiana“PALPAMOS… COMO LOS CIEGOS; ANDAMOS A TIENTAS COMO LOS QUE NO TIENEN OJOS” (Isaías 59:10)Los Peregrinos llegaron a la costa de América llenos de visión. Durante el primer año establecieron una ciudad. El próximo año eligieron un concejo. En el tercer año, el concejo municipal propuso hacer un camino de unos ocho kilómetros hacia dentro del desierto para una expansión al el oeste. Pero la gente lo criticó por ser un desperdicio de fondos públicos. ¡Asombroso! Anteriormente habían sido capaces de ver a través de océanos hacia nuevos “mundos”, pero ahora no podían ver más allá de ocho kilómetros de donde estaban. ¿Qué pasó? ¡Perdieron su visión! ¿Cómo puedas prevenir que esto te ocurra a ti?
(1) No te hagas egocéntrico “Ciertamente la soberbia concebirá contienda, [sólo por la soberbia viene la contienda] mas
con los avisados está la sabiduría” (los corchetes son míos). Proverbios 13:10
El Señor desea que disfrutes del éxito, pero en el momento en que el margen de beneficio sea más importante que el principio de servir, perderás la bendición de Dios.
(2) No te pierdas en lo mundanoNo sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una
renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que
le agrada, lo que es perfecto. Romanos 12:2
Un líder exitoso escribió: “Mientras me preparo para afrontar el día, me fijo en el evento más
importante y pregunto: ‘Para que el evento más importante sea un buen evento, ¿qué tengo
que saber, hacer, eliminar?’. Algunas cosas serán divertidas, otras no, pero si nos
preparamos, las cosas más vitales serán hechas adecuadamente”.
(3) No te dejes llevar por la corriente14 para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo
viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error.
Efesios 4:14
La mayoría de nosotros está “casado(a)” con el estado de las cosas. Queremos lo que existe, no lo que puede ser una realidad. Lo que buscamos es seguridad y respuestas sencillas. Para mantener tu visión “viva”, tienes que permitirte cambiar de dirección, y de empezar algo totalmente distinto. Cada mañana, en el momento que
abres los ojos, recuérdate lo siguiente: ‘Hay mucho más allí afuera de lo que he experimentado’, y luego, comete tu día al Señor y ¡empieza a moverte!
¿A qué se refiere la Biblia por atar y desatar?
Pregunta Cristiana: “¿A qué se refiere la Biblia por atar y desatar?”Respuesta: El concepto de “atar y desatar” es enseñado en la
Biblia en Mateo 16:19 y 18:18, “Y a ti te daré las llaves del reino
de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los
cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los
cielos.” En este verso, Jesús está hablando directamente al
apóstol Pedro, e indirectamente a los otros apóstoles. Las
palabras de Jesús significan que Pedro tendría el derecho de
entrar en el reino mismo, tendría ahí autoridad general,
simbolizada por la posesión de las llaves, y la predicación del
Evangelio sería el medio por el cual abriría el reino de los cielos
a todos los creyentes y lo cerraría contra los incrédulos. El libro
de Hechos nos muestra este proceso en acción. Por medio de su
sermón en el día de Pentecostés (Hechos 2:14-40), Pedro abrió
la puerta del reino por primera vez. La expresión “atar” y
“desatar” era común en la fraseología legal judía, significando
declarar algo como prohibido o declararlo permitido.
Pedro y los otros discípulos debían continuar la obra de Cristo en
la tierra, predicando el Evangelio y declarando la voluntad de
Dios para el hombre, y ellos estaban dotados con la misma
autoridad que El poseía. En Mateo 18, también hay una clara
referencia al atar y desatar, en el contexto de la disciplina de la
iglesia. Los apóstoles no usurpaban el señorío y la autoridad de
Cristo sobre los creyentes individualmente y su destino eterno,
pero sí ejercían la autoridad de la disciplina y, de ser necesario,
excomunión de los miembros desobedientes de la iglesia.
Cristo ratifica en el cielo lo que sea hecho en Su nombre y en
obediencia a Su Palabra en la tierra. En ambos versos de Mateo
16:19 y 18:18, la sintaxis del texto griego pone en claro este
significado. Lo que ates en la tierra, automáticamente será
atado en el cielo. Lo que desates en la tierra será
automáticamente desatado en el cielo. En otras palabras, Jesús
en el cielo desata la autoridad de Su Palabra de la manera que
se haga en la tierra, para el cumplimiento de su propósito.
Es hora de tratar con tu “Ismael”“…EL HIJO… [QUE] AGAR… LE HABÍA DADO A LUZ A ABRAHAM, SE
BURLABA…” (Génesis 21:9)
Cuando Dios te promete algo y eso no ocurre al instante, es fácil
perder la paciencia. Y para empeorar las cosas, generalmente hay alguien cerca que “anota” la promesa, “le pone fecha”, y ¡te la sigue recordando! Cuando eso sucede, empiezas a dudar del Señor y a preguntarte si Él necesita tu ayuda para que llegue a pasar.
Después de que Dios prometiera a Abram que su descendencia
se multiplicaría como las estrellas (ver Génesis 15:5), las cosas no
ocurrieron muy rápidamente. Así que Abram se puso impaciente y tomó
la situación en sus propias manos, engendrando a Ismael con la sierva
de su esposa: Agar (ver Génesis 16:1-4). ¡Entonces sus problemas
empezaron de verdad!
Cuando llegó su momento, y Dios mandó a Isaac por medio de Sara, su
mujer (ver Génesis 21:1,2), los dos niños acabaron viviendo bajo el
mismo techo: el mal y el bien, la cizaña y el trigo, creciendo juntos. ¡Ten
cuidado! Es posible que seas bendecido en un área de tu vida, mientras
que en otra hay un problema creciente que te abrumará si no la tratas.
Un día, Sara pilló a Ismael burlándose de Isaac (ver Génesis
21:9). Esto es lo que pasa si no corriges tus errores; al final “se
burlan” de ti y achican tu éxito. Antes que eso ocurra, debes levantarte
y decir: “¡Basta ya! Me voy a librar de los obstáculos, hacer
un`inventario’ y poner mi vida en orden”. No puedes sobrepasar el
problema tan fácilmente cuando se trata de las cosas que amenazan con
destruirte. Tienes que tomar una postura. Debes renunciar a que el
enemigo mande cualquier cosa a tu vida que socavará la bendición por
la cual has estado orando y la que has estado esperando.
“…SARA… DIJO A ABRAHAM: ECHA A ESTA SIERVA Y A SU HIJO…”
(Génesis 21:9,10)
Decir: “Échales”, era muy fácil para Sara. ¡Ella no tenía lazos
emocionales en el trato! Abraham había criado a este hijo, a quien
amaba y que incluso tenía sus rasgos. Pero simplemente por estar
dispuesto a tomar responsabilidad sobre tus actos, no significa que no
habrán consecuencias duras. Ten cuidado en “dónde te acuestas”;
¡puede que levantarte otra vez no sea tan sencillo como piensas!
Hay cosas en la vida que puedes dejar sin ningún esfuerzo; otras
requieren “cada onza de gracia y valor” que tienes. Y es
especialmente duro abandonar algo en lo cual puedes verte reflejado; un
trabajo que te gusta, la casa donde vives, o una relación a que estás
ligado puede ocasionar que quieras mantener las cosas como están.
Pero cuando hayas ido lo más lejos posible con tu “Ismael” y estés listo
para ver que se cumple la promesa de Dios en tu vida, debes estar
dispuesto a renunciar a cualquier cosa que te retenga.
Si te has preguntado alguna vez cómo pudo Abraham soportar sacrificar
a su hijo Isaac como holocausto en el Monte Moriah (ver Génesis
22:1-10), recuerda a Ismael. Cuando ya has renunciado algo, es más
fácil renunciar de nuevo. Cuando ves a alguien que realmente adora a
Dios, seguro que pensarás dos veces antes de llamarlo fanático.
Recuerda que detrás del “Aleluya”, a menudo hay un sacrificio. Es
posible que -cuando mires a su pasado- encuentres un “Ismael”
al que estaba apegado pero que tuvo que sacrificar. ¿Ves un
mensaje para ti en todo esto?
¿Por qué debería un cristiano considerar la autoestima?
Pregunta Cristiana: “¿Por qué debería un cristiano considerar la autoestima?”Respuesta: Muchos definen la autoestima como sentimientos de
valía basados en sus habilidades, logros, estatus, recursos
financieros, o apariencia. Esta clase de autoestima puede
conducir a que la persona se sienta independiente, orgullosa, e
indulgente en la auto-idolatría, la cual embota nuestro deseo por
Dios. Santiago 4:6 nos dice que “. . . Dios resiste a los soberbios,
y da gracia a los humildes.” Si solo confiamos en nuestros logros
terrenales, inevitablemente nos quedaremos con una sensación
de mérito basado en el orgullo. Jesús nos dijo, “Así también
vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado,
decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer,
hicimos.” (Lucas 17:10).
Esto no significa que los cristianos deban tener una baja
autoestima. Solo significa que nuestro sentido de ser una buena
persona, no debe depender de lo que hacemos, sino de quienes
somos en Cristo. Necesitamos humillarnos a nosotros mismos
ante Dios, y Él nos honrará. El Salmo 16:2 nos recuerda, “Tú eres
mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti.” Los cristianos
alcanzan valía y autoestima, teniendo una correcta relación con
Dios. Podemos saber que somos valiosos, por el alto precio que
Dios pagó por nosotros, a través de la sangre de Su Hijo,
Jesucristo.
La Biblia nos dice que Dios nos dio el valor cuando nos compró
para que fuésemos Su propio pueblo (Efesios 1:14). Por esto,
solo Él es digno de honor y alabanza. Cuando tenemos una sana
autoestima, nos valoraremos lo suficiente como para no
involucrarnos en la esclavitud del pecado. En vez de ello,
debemos conducirnos con humildad, pensando en los demás
como superiores a nosotros mismos (Filipenses 2:3). Romanos
12:3 nos advierte, “…a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino
que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que
Dios repartió a cada uno.”
La Presencia de nuestro Dios en la Biblia“MI PRESENCIA TE ACOMPAÑARÁ Y TE DARÉ DESCANSO” (Éxodo 33:14b)
Hay ciertas personas de quienes sacamos fuerzas sólo por estar con
ellas. Su misma presencia y enfoque a la vida hacen que nos sintamos
mejor. De la misma manera, cuando necesitamos ánimo y fuerza,
debemos pasar tiempo con Dios. Tomar un tiempo en suPresencia es
como estar en una habitación llena de perfume deleitoso. Si nos
quedamos allí durante bastante tiempo, nos llevamos
la “fragancia” cuando salimos. Está en nuestra ropa, en el cabello, y
hasta en la misma piel.
Moisés era un hombre de oración. Él pasó muchísimo tiempo en
comunión con el Señor y hablando con Él. Sabía que sin la Presencia de
Dios, él no valía ni siquiera un “céntimo”. ¿Te puedes imaginar ser
responsable del cuidado diario de dos millones de personas, de
sacarlos de un país e introducirles en otro – a pie? ¡Es una tarea
abrumadora! Y por si fuera poco, muchos pasaban el tiempo
quejándose de su “suerte” en la vida y buscando defectos en Moisés.
Era una situación idónea para perder la serenidad. A pesar de eso, el
Señor le dijo a Moisés: “mi Presencia te acompañará y te daré
descanso” (Ëxodo 33:14b).
¿Te has enterado? La Presencia de Dios puede darte paz en cada
situación, incluso en un lugar de trabajo difícil o en un hogar en
revuelo constante. Te capacitará para mostrar amor en una situación
de abuso y paciencia en medio de estrés, te ayudará a traer un cambio
positivo sin tener que usar muchas palabras, y te acondicionará para que
termines sintiéndote bien acerca de la manera que tratas las cosas. Así
que, pasa hoy un tiempo en la Presencia de Dios.
¿Quiénes fueron los autores de los libros de la Biblia?
Pregunta Cristiana: “¿Quiénes fueron los autores de los libros de la Biblia?”Respuesta: Esencialmente, por encima de los autores humanos,
la Biblia fue escrita por Dios. 2 Timoteo 3:16 nos dice que la
Biblia fue “inspirada” por Dios. Dios supervisó a los autores
humanos de la Biblia para que, aunque utilizaban sus propios
estilos de escritura y personalidades, registraran exactamente lo
que Dios quería que se dijera. La Biblia no fue dictada por Dios,
sino que fue perfectamente guiada y enteramente inspirada por
Él.
Humanamente hablando, la Biblia fue escrita por
aproximadamente 40 hombres de diversas procedencias, a
través de un período de 1500 años. Isaías fue un profeta, Esdras
fue un sacerdote, Mateo fue un cobrador de impuestos, Juan fue
un pescador, Pablo fue un fabricante de tiendas, Moisés fue un
pastor. A pesar de haber sido escrita por diferentes autores a
través de 15 siglos, la Biblia no se contradice a sí misma,
tampoco contiene error alguno. Todos los autores presentan
diferentes perspectivas, pero todos ellos proclaman al mismo
único y verdadero Dios, y el mismo único camino para la
salvación – Jesucristo (Juan 14:6; Hechos 4:12). Pocos libros de la
Biblia nombran específicamente a su autor. Estos son los libros
de la Biblia, junto con el nombre de quien la mayoría de los
eruditos bíblicos asumen que es el autor, así como la fecha
aproximada de su autoría:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio = Moisés –
1400 a.C.
Josué = Josué – 1350 a.C.
Jueces, Ruth, 1 Samuel, 2 Samuel = Samuel / Natán / Gad – 1000
– 900 a.C.
1 Reyes, 2 Reyes = Jeremías – 600 a.C.
1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras, Nehemías = Esdras – 450 a.C.
Ester = Mardoqueo – 400 a.C.
Job = Moisés 1400 a.C.
Salmos = muchos diferentes autores, principalmente David –
1000 – 400 a.C.
Proverbios, Eclesiastés, Cantares = Salomón – 900 a.C.
Isaías = Isaías – 700 a.C.
Jeremías, Lamentaciones = Jeremías – 600 a.C.
Ezequiel = Ezequiel – 550 a.C.
Daniel = Daniel – 550 a.C.
Oseas = Oseas – 750 a.C.
Joel = Joel – 850 a.C.
Amós = Amós – 750 a.C.
Abdías = Abdías – 600 a.C.
Jonás = Jonás – 700 a.C.
Miqueas = Miqueas – 700 a.C.
Nahum = Nahum – 650 a.C.
Habacuc = Habacuc – 600 a.C.
Sofonías = Sofonías – 650 a.C.
Hageo = Hageo – 520 a.C.
Zacarías = Zacarías – 500 a.C.
Malaquías = Malaquías – 430 a.C.
Mateo = Mateo – 55 d.C.
Marcos = Juan Marcos – 50 d.C.
Lucas = Lucas – 60 d.C.
Juan = Juan – 90 D.C.
Hechos = Lucas – 65 d.C.
Romanos, 1 Corintios, 2, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses,
Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2
Timoteo, Tito, Filemón = Pablo 50 – 70 d.C.
Hebreos = desconocido, principales posibles son Pablo, Lucas,
Bernabé, o Apolos – 65 d.C.
Santiago = Santiago – 45 d.C.
1 Pedro, 2 Pedro = Pedro – 60 d.C.
1 Juan, 2 Juan, 3 Juan = Juan – 90 d.C.
Judas = Judas 60 d.C.
Apocalipsis = Juan – 90 d.C.
Pasos prácticos para tener éxito según la vida de Nehemias“¿UN HOMBRE COMO YO HA DE HUIR?… NO…” (Nehemías 6:11)
Si te tomas el éxito en serio, analiza la vida de Nehemías: Jerusalén está
en ruinas; en ese momento él entra en escena, une fuerzas, organiza y
motiva a la gente. Cincuenta y dos días más tarde, la gente recoge sus
herramientas, lava sus paletas, deja su trabajo y se marcha de un muro
recién terminado. ¿Cómo lo hizo?
(1) ¡Nehemías tenía pasión!No podía dormir por las noches de tanto pensar en el problema, y
buscarle una solución (ver Nehemías 2:13). ¡Esto es lo que cuenta!
(2) Sabía motivar a los demás. ¿De qué sirve tu visión si no sabes involucrar a otros (ver Nehemías 4:17)?
(3) Confiaba en DiosPuede que haya dudado de su propia capacidad, pero nunca de la
capacidad de Dios. Su libro rebosa de oraciones – oraciones silenciosas,
cortas y específicas (Nehemías 4:4).
(4) Se negó a rendirseDesde el momento en el que comenzó a mezclar el mortero hasta
instalar la última puerta, sus críticos nunca le dejaron en paz. Pero él
aguantó, el sarcasmo, la sospecha, las amenazas, lo que quieras; nada le
inquietó (ver Nehemías 6:11).
(5) Era realista
Mientras los obreros estaban erigiendo el muro, otros les protegían de
los ataques (ver Nehemías 4:16). Él actuó sin exagerar; se mostró
amable pero también estricto. Puede que andes pensando en la vida
celestial, pero necesitas mantener tus pies firmemente sobre el suelo.
(6) Tuvo la disciplina suficiente como para terminar la tareaLas personas de éxito son personas que terminen sus tareas (ver
Nehemías 6:15). No abandonan su puesto tan pronto como el trabajo
pierde “brillo”, sino que permanecen en ello“pase lo que pase”.
¿Sigues interesado en tener éxito? Pues, incorpora estos principios
en tu vida cotidiana.
Ayuno Cristiano – ¿Qué dice la Biblia?
Pregunta Cristiana: “Ayuno Cristiano – ¿Qué dice la Biblia?”Respuesta: La Escritura no ordena que los cristianos ayunen. No
es algo que Dios requiera o demande de los cristianos. Al mismo
tiempo, la Biblia presenta el ayuno como algo que es bueno,
beneficioso y esperado. El libro de Hechos registra el ayuno de
creyentes antes de hacer decisiones importantes (Hechos 13:4;
14:23). El ayuno con frecuencia va ligado a la oración (Lucas
2:37; 5:33). Creemos casi siempre que el objetivo del ayuno es la
falta de alimento. En cambio, el propósito del ayuno debe ser
quitar tus ojos de las cosas de este mundo y concentrarte en
Dios. El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo,
que tomas en serio tu relación con Él. El ayuno te ayuda a
obtener una nueva perspectiva y una renovada confianza hacia
Dios.
Aunque en la Escritura casi siempre el ayuno es la abstención de
alimentos, existen otras maneras de ayunar. Cualquier cosa que
puedas ceder temporalmente con el fin de concentrarte más en
Dios, puede ser considerado como un ayuno (1 Corintios 7:1-5).
El ayuno debe estar limitado a un tiempo determinado,
especialmente cuando el ayuno es de comida. Los largos
períodos de tiempo sin comer son dañinos para el cuerpo. La
intención del ayuno no es castigar al cuerpo, sino el enfocarse
en Dios. El ayuno tampoco debe ser considerado como un
“método de dieta”. No ayunes para perder peso, sino para ganar
una relación más profunda con Dios. Si, todos pueden ayunar.
Algunos pudieran no estar en condiciones para el ayuno
alimenticio (por ejemplo los diabéticos), pero todos pueden
abstenerse temporalmente de algo para concentrarse en Dios.
Al apartar nuestros ojos de las cosas de este mundo, podremos
enfocarnos más en Cristo. El ayuno no es una forma de lograr
que Dios haga lo que deseamos. El ayuno nos cambia a nosotros,
no a Dios. El ayuno no es una manera de aparecer más
espirituales que otros. El ayuno es para hacerse en un espíritu
de humildad y una actitud gozosa. Mateo 6:16-18 declara,
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque
ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que
ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú,
cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar
a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y
tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Gracia a Vosotros“GRACIA… A VOSOTROS…” (Filipenses 1:2)
Las mismas circunstancias que subyugan a los demás no te subyugarán
a ti – si eres “agraciado” para manejarlas. ¿Cómo le fue posible a
Pablo mantener el gozo al sufrir palizas, engaños, naufragios y
encarcelamiento? Fue porque Dios le dijo: “Bástate mi gracia,
porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios
12:9b). La gracia te capacitará para pastorear una iglesia difícil,
cuidar de una preciada persona mayor que requiere mucho tiempo y
paciencia, orar y nunca dejar la esperanza en un hijo/a pródigo/a, y
mantener tu fe firme frente a problemas abrumadores.
¿Cuándo llega la gracia?¡Cuando más la necesitas! Escucha: “...hallar[ás] gracia para el
oportuno socorro” (Hebreos 4:16b). Dios no te dará hoy la gracia
para el día de mañana. Pero igual que con el mana en el desierto,
cuando te despiertas cada mañana, allí estará: la gracia que
corresponde a cada necesidad. Uno de los mayores errores que puedas
cometer es envidiar a los demás o intentar ser como ellos. ¿Por
qué? Porque puede que tengas los mismos talentos pero si no
estás “agraciado” de la misma manera, no tendrás éxito. En realidad,
recibir lo que tienen ellos te podría “enterrar” en vez de servirte de
bendición.
¿Cómo llega la gracia?Escucha: “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la
palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros…”
(Hechos 20:32). Allí está; entre las páginas de la Palabra de Dios
hallarás la solución o la gracia para manejar la situación, aprender de
ello y salir fortalecido. Así que la palabra para ti hoy es: “Gracia… a
(vosotros)[ti]…” (Filipenses 1:2).
¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?
Pregunta Cristiana: “¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?”Respuesta: El bautismo del Espíritu Santo puede se definido
como la obra mediante la cual el Espíritu de Dios coloca al
creyente en unión con Cristo y en unión con otros creyentes en
el Cuerpo de Cristo al momento de la salvación. 1 Corintios
12:12-13 y Romanos 6:1-4 son los pasajes centrales en la Biblia
donde encontramos esta doctrina. 1 Corintios 12:13 dice,
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un
cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos
se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” Romanos 6:1-4 dice:
“¿Qué pues diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la
gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos
muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que
todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido
bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente
con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo
resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.” Aunque Romanos 6 no
menciona específicamente el Espíritu de Dios, sí describe a los
creyentes posicionalmente delante de Dios y 1 Corintios 12 nos
dice cómo sucede esto.
Son necesarios tres factores para buscar lo que nos ayude a
concretar nuestra comprensión del bautismo del Espíritu.
Primero, 1 Corintios 12:13 dice claramente que todos hemos sido
bautizados, así como también se nos dio a beber de un mismo
Espíritu (la morada del Espíritu). Segundo, en ninguna parte de
la Escritura se exhorta a los creyentes a ser bautizados con / en /
por el Espíritu. Esto indica que todos los creyentes han
experimentado este ministerio. Por último, Efesios 4:5 parece
referirse al bautismo del Espíritu. Si este es el caso, el bautismo
del Espíritu es una realidad en cada creyente, al igual que lo son
“una fe” y “un Padre.”
En conclusión, el bautismo del Espíritu Santo hace dos cosas, (1)
nos une al Cuerpo de Cristo, y (2) realiza nuestra co-crucifixión
con Cristo. El estar en Su cuerpo significa que somos resucitados
con Él a una vida nueva (Romanos 6:4) Debemos entonces
ejercitar nuestros dones espirituales para mantener funcionando
ese cuerpo apropiadamente como se nos dice en el contexto de
1 Corintios 12:13. El experimentar el bautismo de un mismo
Espíritu sirve como base para guardar la unidad en la iglesia,
como está en el contexto de Efesios 4:5. Estando asociados con
Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección a través del
Bautismo del Espíritu, establece las bases para estar concientes
de nuestra separación del poder perseverante el pecado y
nuestro caminar en una vida nueva (Romanos 6:1-10, Colosenses
2:12).