8/16/2019 Contenido Valioso
1/1
3
tecnológico el que se encuentra bajo sospecha, ya que constituye la columna vertebral
de los tiempos modernos, e indudablemente del sistema actual.
¿Que sucede con la política? No es necesario subrayar que no me refiero a la
real politik , que poco tiene que ver con el sentido existencial que quiero señalar: un
grupo de personas actuando juntas hacia el bien común. Imposible no considerarla para
reflexionar sobre la disciplina, en la medida en que, tradicionalmente, el modelo“original” de Ciudad para Occidente moderno, la polis griega, implicaba de manera
inescindible un espacio y una política. Pero también para la idea clásica de lo político el
espacio es secundario: si no podemos perder de vista, aunque quisiéramos, los sentidos
políticos de la edificación en el mundo urbano (tendencialmente: toda la extensión
terrestre), es claro que las formaciones políticas concretas no pueden reemplazar sin
más el trabajo específico de construir un territorio. La dimensión política todavía
acompaña algunas experiencias de punta en la investigación arquitectónica: sin
embargo, su frecuente destino es el mismo que el de las artes hermanas, el de presentar
un constructo, o un proceso, como objeto de contemplación. Esto funciona como
denuncia, como señalamiento, como advertencia, o como juego en el pródigo sentido de
Schiller, pero disuelve el desafío histórico de nuestra disciplina, que ha pretendidonunca abdicar, en nombre de la apariencia, de la técnica y el uso.
Mencionar la articulación arte/política, refugio para muchos arquitectos que se
resisten a subsumir su trabajo en un mundo en el que el capitalismo desregulado ha
llevado a tan repulsivos abismos, nos lleva nuevamente a las perplejidades del inicio:
porque lo que en las artes visuales, a las que estas tendencias acompañan, resulta patente
desde el siglo pasado, es que la reducción al concepto y el abandono de la habilidad
específica no sólo carecen ya de elementos revulsivos, sino que apenas encubren el
desprecio por el saber artesano. En todo caso, también en la esfera de las artes se
perpetúa la herencia del pensamiento moderno: la histórica repulsa del cuerpo entendido
como recipiente pasivo, ancla del pasado, obstáculo en el motor de la Historia. ¿Qué
puede hacer con esto la Arquitectura, constructora de cuerpos extensos, pesados, de
larga permanencia, entregados a los usos de la vida cotidiana?
Este punto nos devuelve al planteo inicial: ¿cómo pensamos un mundo en el que
las divisiones entre quienes piensan y quienes hacen, entre quienes son capaces de
discurso lingüístico y quienes no, entre lo creado y lo fabricado, entre los animales y el
Hombre, han entrado en colapso, porque ya carecen de potencia explicativa y
resolutiva? Tratándose de la organización de espacios y cuerpos concretos, el plano
político no puede eludirse para pensar. Sin embargo, como intentaré demostrar a través
de algunos casos paradigmáticos que resumen, a mi entender, el estado de las cosas en
la disciplina y la profesión, resulta notable la ausencia de lo político entre las variables
que las más publicitadas tendencias toman en cuenta.
Para ello, voy a reunir primero, en los puntos siguientes, dos líneas en apariencia
opuestas: las investigaciones teóricas sobre la disciplina, realizadas con los
modernizados registros icónicos que tradicionalmente definieron el proyecto,
desarrolladas en su mayor parte en los laboratorios y centros universitarios de
arquitectura; y las concreciones profesionales de avanzada, que vuelven a lidiar con
programas complejos, fragmentos urbanos e incluso ciudades enteras. Ambas descansan
en una renovada confianza en las posibilidades del complejo científico-tecnológico, que
ha avanzado a velocidad vertiginosa en las últimas década.4
4 He decidido, como estrategia de este artículo ya de por sí largo, centrarme en lo más difundido en los
medios; he dejado afuera, así, muchas experiencias prometedoras, aunque escasamente visibles en susaspectos más interesantes, que enfrentan el replanteo de lo político –y del lugar tradicional del arquitecto- para pensar la construcción del habitar. Cf., por ejemplo: Paraformal: ecologías urbanas, taller de
Top Related