COMUNICACIÓN Y ASPECTOS EDUCATIVOS EN FAMILIAS DE PADRES SORDOS CON HIJOS
OYENTES
“Hijo/a de padres sordos”, es una expresión comúnmente utilizada en la comunidad sorda
para identificar a los niños oyentes cuyos padres son sordos. Las estadísticas internacionales
demuestran que aproximadamente el 90% de los padres sordos tienen hijos oyentes, a los
cuales se les designa como C.O.D.A (Children Of Deaf Adults).
La cifra de personas Sordas en España, estimada en la última encuesta del INE ronda el millón
de personas (967.445) Se estima que el número de usuarios/as de la Lengua de Signos en
España supera las 400.000 personas. Entre estos usuarios/as no sólo figuran las personas
Sordas sino todas aquellas que por razones familiares, afectivas o laborales han aprendido
dicha lengua. Con lo que a pesar de no existir un censo de coda´s, sabiendo que el 90% de las
personas sordas tendrán hijos oyentes, estamos hablando de una población muy numerosa
susceptible de beneficiarse del trabajo que vamos a realizar tanto directa como
indirectamente.
Las familias con padres sordos e hijos oyentes son un puente lingüístico y cultural entre dos
“mundos”, oyente y sordo, lo que constituye una circunstancia muy especifica tanto en lo que
respecta a la comunicación como en el desafío que supone para los padres la crianza de sus
hijos.
Actualmente existen numerosas investigaciones sobre las circunstancias que concurren en las
familias de niños sordos con padres oyentes, pero es muy escasa (en España prácticamente
nula) en lo que respecta a los procesos de comunicación y crianza en familias de CODAs.
En la comunidad sorda la lengua es uno de los aspectos más significativos de su identidad
cultural. Aunque no todas las personas sordas utilizan la L.S.E (Lengua de Signos Española), se
considera el elemento más importante y cohesionante del colectivo.
Existen varias preocupaciones que rodean a los hijos de padres sordos (Coda´s):
Aun hoy, a pesar de existir servicios de intérpretes de LSE profesionales , los Coda´s siguen
siendo utilizados como intérpretes, haciendo de puente comunicativo entre sus padres
sordos y el mundo oyente.
Uno de los aspectos más negativos de esta situación es que se espera que los niños interpreten
en circunstancias que son inadecuadas, bien sea por el tema a interpretar o por la edad del
niño, poniéndoles en situaciones confusas y vulnerables. Esto crea para algunos niños oyentes
una presión y una carga negativa, que en muchos casos no son capaces de resistir o negociar
(& del Singleton; Tittle.) Es muy importante reseñar que la mayor parte de estas situaciones
son encargadas por personas oyentes que al verse en situaciones comunicativas dificultosas
con los adultos sordos se dirigen a los hijos convirtiéndolos en los interlocutores principales y
dejando al adulto sordo en un segundo plano, utilizan a los niños para que les transmitan la
información en lugar de probar los distintos recursos comunicativos que la persona sorda
puede tener para comunicarse.
Por otra parte, los coda´s también disfrutan de la riqueza asociada al conocimiento de la
lengua y de las culturas de ambos mundos, y en su mayoría manifiestan que este rol especial
que les ha tocado vivir en el seno de su estructura familiar les ayudó para ganar en
responsabilidad, madurez y capacidad empática con los demás (Preston, 1994.)
El instinto de protección hacia sus padres es otro aspecto muy significativo de los coda´s
dentro de la unidad familiar. El niño/a oyente puede y suele no interpretar a sus padres las
observaciones insensibles o los comentarios hirientes que hacen las persona oyentes que
asumen que todos los miembros de la familia son sordos al verlos a todos signar. En otras
ocasiones los coda´s sienten rechazo hacia la sordera de sus padres y sienten aislamiento con
respecto a sus pares con los que no comparten experiencias similares, así se ven envueltos en
situaciones de alta carga emocional negativa que no pueden expresar abiertamente con nadie
y menos incluso a sus padres por miedo a herir sus sentimientos.
Los coda´s también corren el riesgo de volverse hipervigilantes y ansiosos, estando
permanentemente atentos a sonidos que sus padres no pueden oír por ejemplo ladrones,
alarmas, sonidos precursores de peligro… (Filer & Filer) Muchos sienten que esto se podría
considerar como un intercambio de roles (cuidado – cuidador) que podría causar más adelante
problemas para los padres en años posteriores, en que ocurren las luchas de poder con los
adolescentes, no aceptando los limites parentales.
Otro tema, que es quizás el más crítico, en mi opinión, son las peculiaridades en la
comunicación entre los padres sordos y los hijos oyentes. Los estudios muestran que la
mayoría de los padres sordos "no tienen ningún problema en particular" para aceptar que su
hijo sea oyente, sino que por el contrario son "muy conscientes" de que la paternidad les
obliga a tratar temas y circunstancias "sobre las que no tienen conocimiento." (Sell)
La estructura de poder de la familia esta muy influenciada por el flujo de información. El flujo
de información en una familia de oyentes es abierto tanto dentro del sistema como desde el
exterior de la familia y ésta a su vez con la comunidad más extensa, pero el flujo de
información cambia drásticamente con la aparición de un miembro sordo; por otra parte, éste
flujo puede verse seriamente restringido cuando las familias con los miembros sordos y los
oyentes no tienen un sistema de comunicación común (Rienzi.)
Aunque la LSE sea la lengua natural para los padres sordos en la interacción dentro de la
familia, es importante observar que distintas díadas dentro del sistema familiar sordo-oyente
pueden utilizar diversos sistemas de comunicación, algunos usan la LSE y otros no.
Los padres sordos que utilizan la LSE entre ellos, suelen utilizar un modo mezclado de
comunicación con sus hijos oyentes, haciendo que la comunicación entre el padre sordo y el
hijo oyente no sea siempre eficaz.
El padre sordo suele utilizar para comunicarse con su hijo oyente un discurso oral fragmentado
apoyado con signos, con el objetivo de facilitarle a éste la comprensión, y espera que el niño le
conteste signando correctamente.
Esto causa un problema obvio en cuanto a la forma en que el hijo accede a la lengua de signos,
cuando la mayoría de los padres no ofrecen un modelo lingüístico correcto. Así, no es inusual
que el niño no entienda lo que expresan los padres y viceversa (Rienzi).
Los padres sordos suelen tener una noción equivocada: “no hace falta signar a los hijos porque
son oyentes”.
Así muchos padres sordos eligen comunicarse oralmente con su hijo, con claridad del discurso
reducida y probablemente de forma agramatical. El resultado final de esta situación puede ser
que el niño oyente no aprenda signar y la relación padres-hijos sea muy restringida y
asimétrica. (Rienzi)
En resumen, la investigación y la literatura en general, muestran que aunque hay algunas
cuestiones específicas que influyen en la comunicación, no parece que los padres sordos
tengan un riesgo mayor de disfunción familiar grave que las familias oyentes. (Rienzi)
Hoy en día, hay muchos recursos disponibles que pueden ayudar a proteger a los coda´s y a sus
padres de muchos de los temas tratados.
En primer lugar, los intérpretes profesionales deben utilizarse siempre que sea posible. Los
coda´s no deberían interpretar conversaciones de adultos, asuntos legales, asuntos de la
escuela…
En segundo lugar, los padres sordos deben asegurarse de que aprovechan todos los recursos
de los que disponen, para alcanzar la plena independencia y la capacidad de ser el "protector"
en el hogar.
Los padres deben tener un debate abierto y franco con sus hijos acerca de la discapacidad y la
posible discriminación, de sus propios sentimientos presentes y pasados, generar reflexión, y
despertar la conciencia, para dotar a sus hijos de estrategias que les ayuden a no verse en la
necesidad de proteger a los padres sordos de los agravios generados por el desconocimiento
del resto de la sociedad.
En tercer lugar, y más importante, los padres sordos deben asegurarse de enseñar a sus hijos a
utilizar la forma de comunicación predominantemente utilizada por ellos. Es de suma
importancia que el niño oyente pueda comunicar sus sentimientos a los padres con fluidez.
1. Referencias:Filer, D., & Filer, C. (2000). Practical Considerations For Counselors
Working With Hearing Children of Deaf Parents. Journal of Counseling & Development,
Winter 2000, Vol. 78, Issue 1.Rienzi, B. (1990). Influences and Adaptability in Families
with Deaf Parents and Hearing Children. American Annals of the Deaf, 135, 402-
408.Sell, Jill. (2001). Deaf Parents, Hearing Children Face Communication Challenges.
http://www.newhouse.com/archive/
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