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© del texto: Álvaro Alejandro López, 2012© de las ilustraciones: Sergio Mora, 2012© de esta edición: Kalandraka Ediciones Andalucía, 2012Avión Cuatro Vientos, 7 - 41013 SevillaTelefax: 954 095 [email protected]
Impreso en Gráficas Anduriña, PoioPrimera edición: julio, 2012ISBN: 978-84-92608-03-4DL: SE 3305-2012Reservados todos los derechos
a luna se quedó inmóvil sobre un basurero.
Con su luz le dio vida a la sombra de una vieja cortina.
Los únicos testigos fueron las ratas, los gatos y los perros callejeros,
que huyeron espantados…
Como un fantasma
la sombra se deslizó entre la basura,
y justo en el centro de un círculo de tierra,
trazado con una constelación de espejos rotos, se detuvo,
se abrió igual que un telón,
y dejó pasar a un pequeño hombre,
más pequeño que el grito que nació de su propia garganta.
L
–¡Bienvenidos al circo de Crispín Capote y Flamarión!¡El Circoxidado!
Anunció el enano Crispín con una voz tan grave
que parecía el gruñido de un oso.
De su cabello oscuro y enredado
bajaron sus únicos espectadores,
veintitantos piojos que, sin perder un solo instante,
se instalaron en la primera fila de sus cejas.
–¡El día de hoy estará con nosotros
el único hombre que ha hecho reír de tristeza
y llorar de alegría
a la estatua de un emperador!
¡El hombre que hizo posible que una sirena
se tirara desde la luna
y cayera suavemente en un vaso de agua lleno de mar!
Con todos ustedes...
¡El poeta Flamarión!
Entre el redoble de los tambores de los grillos
y las trompetas de los mosquitos,
el poeta Flamarión hizo una reverencia,
cerró los ojos,
abrió la ventana de su sonrisa
y lanzó y entrelazó, como si fueran trapecistas en el aire,
las palabras de sus poemas:
Sobre una burbuja de jabón,
subo por encima
del pensamiento de los árboles.
Rebaso nubes, la atmósfera, la estratosfera
y las puertas del cielo…
Me detengo al filo de una estrella.
Desde ahí salgo disparado…
Perforo el techo del universo
y estiro el infinito más allá de la eternidad…
Tal vez el circo y la poesía sean los lugares
donde mejor conviven lo grotesco y la belleza,
lo etéreo y lo material .
En ellos lo real es siempre sorprendente,
aunque se vuelva cotidianidad.
Con la poesía y el circo podemos recuperar
la infancia y la locura sin pedir permiso.
La poesía es un circo donde todos
somos protagonistas.
Lanzamos las palabras como trapecistas,
hacemos malabares con sus significados
para tratar de asir una revelación,
que tarde o temprano volverá al silencio
o caerá en el fondo de una hoja de papel .
La poesía termina donde empieza
y empieza donde termina,
así va dibujando un círculo tan redondo
como el escenario de un circo.
Don Álvaro Alejandro
Voy a confiaros un secreto muy secreto,
porque este libro encierra un misterio muy misterioso.
Habrá quien os diga que yo he sido el autor
de los dibujos, pero debo confesar que en realidad
no he sido yo. Yo soy mago, y como todos los magos
trabajo con un conejo mágico amigo mío.
Él a veces aparece por mi sombrero,
y a veces desaparece. . .
No me preguntéis dónde va cuando desaparece,
porque no lo sé.
Lo que sí sé es que un día mi amigo el conejo
apareció con unos preciosos dibujos. . .
Y sí, amigos. . . ¡Exacto!
Lo que estáis pensando es cierto. . .
¡Esos dibujos eran los que habéis visto en este libro!
¿Asombroso, verdad?
¡Por favor, guardadme el secreto!
¡Si la gente se entera de esto, dirán que estoy turuleto!
Don Sergio Mora
En las afueras de la ciudad, allá donde habita lo desconocido, se levanta la carpa.
Y junto a ella se levanta una fábrica abandonada.
En su interior sucedieron historias que ya nadie recuerda.
Pero en las noches de bruma, entre las chapas herrumbrosas y el polvo que todo lo guarda,
parece oírse el ruido de una puerta que rechina.
Los ojos de una muñeca de trapo relucen en la oscuridad,
y es como si nos quisieran transmitir otras miradas, otros recuerdos, otras palabras y otras risas.
Después, en la noche, todo es silencio.
Cuando la carpa se ilumina y comienza la música, los personajes dormidos cobran vida.
Las artes se fusionan para arroparlos y darles aliento:
la música, la i luminación, el diseño, la escenografía...
todo está al servicio de los cuerpos para que nos vuelvan a relatar sus historias sin palabras:
historias de miradas, historias repletas de color,
historias que giran en el gran carrusel que es la vida.
Comienza la función en las afueras de la ciudad,
allá donde habita lo desconocido, se levanta la carpa de CIRCOXIDADO.
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