Ceremonial jordano en la muerte del rey1.
Antonio Guillén Rodríguez Licenciado en Filología
Técnico en Protocolo y Organización de Eventos
Resumen: cuando se cumplen tres años del fallecimiento del rey Husein de
Jordania, tenemos la oportunidad de profundizar en el que ha sido uno de
los Funerales de Estado mas multitudinarios de los últ imos tiempos.
Pretendemos en el siguiente estudio, analizar los aspectos claves de una
cultura arraigada y no menos peculiar; valiéndonos de la comunicación no
verbal, como previo paso al ceremonial y el protocolo. Y a través de esos
elementos, preguntarnos dónde encontramos el poder; y en que estructura
y forma. Las respuestas pasarán por asociar, en un único proceso, a los
poseedores de la comunicación y del poder político, desvelando detrás de
esas apariencias el mensaje pretendido.
Palabras clave: legitimación de poder, r i to funerario islámico, símbolos de
Estado, protocolo estatal.
1. El rey: símbolo del Estado.
Como punto de partida, proponemos una clasificación entre los símbolos
que han rodeado a lo largo de la historia a la monarquía. Éstos son:
símbolos vivientes y símbolos objetivos.
1 . l . Símbolos vivientes
Destacan entre ellos la figura del Rey, propiamente dicha; la Familia
Real y la Dinastía.
Acudimos al Diccionario de la Lengua Española, que define la entrada.
Rey en su acepción primera como monarca o príncipe soberano de un reino
1 Extracto del trabajo, del m ismo t i tu lo, realizado para el Curso de Doctorado: Comunicacion n o verbal, Retórica y Consenso en el Ceremonial y el Protocolo.
(RAE, 1992: 1795). Monarca procede del griego mono arjo, es decir, el que
reina solo. La definición también hace alusión a otro concepto, soberano,
que ejerce o posee la autor idad suprema e independiente. (RAE, 1992:
1889). La autoridad suprema, no es otra cosa que la soberanía, el poder
legítimo, recibido de Dios o delegado en él por otra instancia como el
pueblo o normas legislativas establecidas, como las Constituciones
contemporáneas.
La segunda acepción de monarquía: Forma de gobierno en que el poder
supremo corresponde con carácter vital icio a un príncipe, designado
generalmente según orden hereditario y a veces por eleccíón. (RAE, 1992:
1392), aclara que el sistema monárquico es aquél en el que el poder lo
ejerce uno solo, pero este planteamiento no admite su generalización, pues
hay dictadores en ciertos países que gobiernan frecuentemente como
monarcas sin recibir oficialmente este título (Sampedro, 2001); y además,
a lo largo de la historia ha habido monarquías compartidas por varios
soberanos a la vez. Tampoco nos resulta enteramente vinculada a la
monarquía, el criterio de que la titularidad de la Jefatura del Estado se
transmita hereditariamente, recordemos la monarquia visigótica donde
había elección en cierta medida; y el cónclaveVaticano, que busca al sucesor
del Papa difunto a través de la elección.
El Estado monárquico es un sistema de gobierno que reúne la suma de
las dos condiciones siguientes: titularidad de una sola persona y sucesión
de ésta generalmente, entre los miembros de su familia: la Dinastía; que
prácticamente desde el siglo XVIII, acoge rígidas reglas de determinación
del orden sucesorio en el trono, con sus correspondientes variantes acerca
del derecho único de los varones como Liechtenstein; preferentemente de
varones, como en España; o bien de rigurosa primogenitura
independientemente del sexo, como Suecia. Existen casos de monarquías
electivas en las que el t i tular de la Corona, puede designar a un miembro
de su familia sin previas reglas. Este caso es el de Jordania; en el que como
veremos más adelante, el difunto rey Husein nombra a su hermano para la
sucesión y posteriormente lo depone en favor de su hijo.
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La Dinastía, entendida como Serie de príncipes soberanos en un
determinado país, pertenecientes a una familia. 2. familia en cuyos individuos
se perpetúa el poder o la influencia política, económica, cultural, etc ... (RAE,
1992: 753); suele crear confusión con el de Casa Real, ya que tienden a
asociarse. Observamos que la primera acepción hace referencia a la
territorialidad, literalmente en un determinado país, de esa familia que se
ha denominado como dinastía. Si entendemos el territorio como un elemento
del Estado al que le añadimos la administración u organización política y
los administrados o pueblo, tenemos que ese territorio es la base física del
Reino, es decir "la tierra física", que en el caso de una monarquia sus
propietarios suelen pertenecer a una misma familia, lo que constituye una
monarquía reinante. Ahora bien, en el caso de que esa familia pierda la
"tierra" por fuerza mayor, debido a guerras o invasiones, entraría otra familia
a reinar dicha "tierra" que seguiría siendo la misma; pero sin embargo, la
dinastía habría cambiado iniciando un nuevo reinado.
1.2. Símbolos objetivos
Entendemos como símbolos objetivos, aquellos que giran alrededor de
la figura regia: la personificación de la Corona, entendida como elemento
abstracto o institución.
2. Simbología del poder.
2.1. Hieratismo o debilidad
Otros de los aspectos que podemos destacar es el hieratismo, que forma
parte de la función del soberano. En el sistema ritual real no se debe tocar
el cuerpo del monarca porque es signo de debilidad. El soberano debe
autocontrolarse no apareciendo en público con tales símbolos; y si lo hace,
no debe ser demostrado directamente. Ante esta situación encontramos al
rey Husein a su primera vuelta de Estados Unidos con síntomas claros de
debilidad acompañado de la sombra de la muerte; Sin embargo, aparece
en algunas fotografías - entre las que destacamos las publicadas en el
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persona t i tu la r exclusiva en la jefatura del Estado. Con estas insignias se
simboliza u n poder real establecido en forma de insti tución monárquica.
2.4. Iconografía: un retrato regio en la jura ante el Parlamento
El día siete de febrero de mi l novecientos noventa y nueve, el príncipe
Abdalá sólo tres horas después de mor i r su padre, acude al Parlamento
para jurar ante el Corán y las dos cámaras legislativas, como nuevo Rey de
Jordania. El país apenas pasó tres horas sin Monarca. Pero previamente a
la jura, y dentro del ámbi to simbólico que estamos analizando, se produjo
u n hecho significativo. Se colocó u n enorme cuadro del d i funto rey Husein
vestido con uni forme de gala, j un to al estrado donde debía jurar el heredero,
ta l como recoge la portada de ABC de ese día. El príncipe Abdalá honrará
a la f igura de su padre, que se hace presente en la ceremonia a través del
retrato, cuadrado ante éste. Estamos nuevamente ante una teoría de lo
simbólico de reminiscencia puramente clásica: El culto de la imagen real
por medio de retratospin tados, esculturas, grabados y medallas, ciertamente
se debe además de a la santidad de la imagen real, al conocimiento de la
adoración otorgada a las efigies de los emperadores romanos. (Strong,
1988:77)
En esta ocasión el re t ra to real, colocado en lugar preferente -a la
izquierda del estrado y j u n t o a la bandera jordana- le concedió a la
ceremonia visualizar la perpetuidad de la dinastía y legit imar por parte del
nuevo Rey los pasos encaminados por su d i f un to padre. Por lo que su
imagen se convierte, jun to al juramento sobre el Corán, en fuerte vínculo
afianzador entre las dos generaciones y garantizador de la paz del reino,
ya que iconográficamente es testigo de la jura.
3. Cronología del funera l a través de sus espacios ceremoniales.
Tratamos en este apartado el conjunto de ceremonias que se produjeron
desde la muerte del rey Husein hasta después de su entierro, acudiendo a
lo que Balandier (1994: 164) denomina "el descifrado del id ioma
ceremonial", en el que d is t in tos elementos contr ibuyen a la eficacia
expresiva: la organización espacial, el programa concebido a la manera de
u n escenario, el protocolo y la ordenación de las entradas, los códigos
verbales, musicales y las formas retóricas, las convenciones que rigen la
apariencia de los actores principales - y luego, los comentarios que preparan
al público para recibir el resultado final.
3.1. La Regencias
Se producen en los Úl t imos días de vida de Husein dos regencias
importantes. La primera, durante su estancia en Estados Unidos, en un ú l t imo
in tento de salvar su vida; y una segunda, tras el estado de muerte clínica
del monarca cuando se le considera incapaz de asumir sus tareas
constitucionales. El príncipe Abdalá jura ante el Consejo de Gobierno jordano
como nuevo regente.
3.2. Jura ante el Parlamento
El acto de jura ante el Parlamento no es sino un r i tual mediante el cual
deja de tener vigencia eso que consideramos como interregno, que se
.produce entre la muerte del Monarca y la ceremonia de jura como Rey, por
parte del heredero. De nuevo el poder, queda legit imado en manos de una
persona; y por consiguiente, se fortalece con el peso de un nuevo monarca
y no u n regente heredero.
La jura del h i jo mayor de Husein no implica solamente el proceso por
el cual pasa de Príncipe a Rey, sino que implica el apoyo pleno de la nación
y de los pilares en la que ésta se fundamenta: la dinastía, el ejercito, las
t r ibus, la seguridad, los palestinos, el Parlamento, el empresariado, la
economía y la intelectualidad (Fuente: ABC); Es decir, las bases del poder
que Husein tenía controladas y que le profesaban a este, lealtad desde
todos sus ámbitos.
La decisión de Husein, de nombrar a su hi jo Abdalá como heredero,
equi l ibra fuertemente las relaciones de las fuerzas políticas, mil i tares,
económicas y culturales con el trono, dándole una importante estabilidad
estatal; frente al destronado príncipe Hasán que sólo contaba con el apoyo
de los intelectuales y cierta influencia en los servicios secretos.
Abdalá sin embargo, tendrá el apoyo dinástico de la familia, y de algo
extremadamente importante como es la fidelidad de las tribus que nunca
traicionarían la f igura de su padre; así como, el asentimiento de los
empresarios y esferas económicas, motor de poder por otra parte.
La figura de la reina Nur, también será decisiva en este proceso. Se
convierte en valedora importante de la nación esforzándose en colocar a
su hijo Hamza como heredero de Abdalá y continuador legítimo de la dinastía
tras el primer decreto que hace público el nuevo Rey.
Consideramos estas ceremonias paralelas a la muerte, de suma
importancia; ya que entroncan con el sentido histórico de la coronación
de Abdalá ysu procedimiento de designación, que constituye un mecanismo
complejo fundamentado en las relaciones interpersonales y en una posición
destacada en el campo de las fuerzas sociales y políticas.
3.3. Primer traslado
Otro acontecimiento importante dentro del dispositivo preparado para
el funeral, es el traslado desde el hospital de Ammán hasta el Palacio de
Bab-al Salam, residencia privada del rey; desde donde partiría el cortejo
fúnebre el día de las exequias.
En este lugar los restos mortales serán preparados como manda la
legislación islámica para su enterramiento y dondesu familia lo acompañará
en privado, por lo que tiene relevancia destacar este espacio ya que en él
se gesta parte de lo que posteriormente acontecería en el acto oficial. Un
hecho que no podemos obviar, es la despedida de la delegación de mujeres
entre las que se encontrará la reina Nur, su familia y esposas de altos
mandatarios.
3.4. Colina de Al Kasarie
En esta zona de Ammán se alojaron los principales Jefes de Estado y de
Gobierno que acudieron en representación institucional al mult i tudinario
funeral. Destaca principalmente, por convertirse en uno de los lugares que
pasarán a la historia por albergar a enemigos irreconciliables, por lo que
reseñamos su función como importante espacio ceremonial.
3.5. Segundo traslado
El cuerpo sin vida de Husein de Jordania fue trasladado desde el Palacio
de Bob-al Salam situado a las afueras de Ammán hasta el Palacio de
Raghadan, recorriendo un largo itinerario que cruzó las principales calles
de la capital jordana, que se convirtió de esta forma en el espacio ceremonial
más extenso de cuantos hemos analizado. El trayecto de principio a fin,
acaba siempre recurriendo a la exhibición de magnificencia de complejos
dispositivos, que denotan el poder del Estado; en el que el pueblo, se
convierte en espectador y participante del acontecimiento. Una espectacular
imagen, que coloca a Ammán como gran escenario ceremonial.
3.6. Palacio de Raghadan
Sede of ic ia l y administrativa de la monarquía, alcanza un valor
importantísimo como espacio ceremonial, ya que sus muros fueron testigos
del homenaje póstumo que todos los mandatarios asistentes brindaron 41 rey de la paz. Proscenio donde se produce la comunicación interpersonal
entre éstos y los hijos varones del difunto; y donde seis mujeres todas ellas
con representación institucional pasaron por delante del féretro -al igual
que los hombres- rompiendo así el precepto islámico.
3.7. Tercer traslado y cuarto traslado
Comitiva desde el Palacio de Raghadan hasta la mezquita donde serían
oficiadas las honras fúnebres (que describiremos más tarde). Y
posteriormente, desde la mezquita hasta el cementerio real, donde será
enterrado junto a sus padres y abuelos. Esta última parte del funeral sólo
es contemplada por los familiares más allegados a Husein. En el exterior
esperan las representaciones extranjeras para expresar sus condolencias al
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nuevo monarca tras el enterramiento.
3.8. Pésame público
En esta ocasion el palacio de Zahran, destinado a las mujeres y el de
Raghadan, a los hombres; acogieron un duelo público en el que la reina
Nur y el rey Abdalá, recibieron durante horas al pueblo jordano, que mostró
SUS condolencias a las personas reales.
Consideramos significativo que la corona jordana abra las puertas de
su casa para recibir directamente a los súbditos, una clara relación
interpersonal entre los dos niveles, que prestigia la imagen de la monarquía.
a la vez que se proyecta el sentimiento popular.
3.9. Visitas al cementerio
La reina Nur, cumpliendo con el precepto islámico acudirá al cementerio
con posterioridad. ya que durante las honras le estaba prohibió asistir. En
esta ocasion como en las anteriores, nuevamente el espacio ceremonial
acoge al r i to y al entramado simbólico; ambos. codifican un mensaje que
es proyectado a toda la sociedad como receptora de ese espectáculo.
4. Rito fúnebre islámico.
El comienzo de la preparación funeraria se produce antes de la muerte,
cuando ésta aparece como seria posibilidad. Los musulmanes entonces,
inducidos por sus fuertes convicciones religiosas se unen para implorar al
Todopoderoso. Se denota el sentido de unidad y colectividad que confieren
los preceptos islámicos al sentimiento popular. La presencia reiterada en
e hospital de Ammán de gran parte de la familia hachemí y de numeroso
pueblo, orando por su alma, son síntomas inequívocos de esta cultura.
Son ineludibles para la salvación del difunto, estas tres vías encontradas
en el Corán:
- Obra piadosa personal o comunitaria.
- Labor científico-educativa, invento o aportación al progreso humano.
- Un hijo virtuoso, que no dejará de implorar el perdón divino para
sus padres.
Consideramos que las tres circunstancias se dan plenamente en la vida
de Husein. Desde muy joven se le encomienda regir los destinos de su
reino, y pasará por tanto a la posteridad como el monarca que durante
cuarenta y seis años dirigió al pueblo jordano. Su continua colaboración al
proceso de paz en Oriente Medio, engrosa sus virtudes espirituales y la
circunstancia de haber consagrado su legado en favor de su primogénito,
son méritos de calidad para alcanzar el preciado y definitivo destino.
Con la plegaria fúnebre - considerada como deber colectivo musulmán- se
fomenta la vinculación causa-efecto que asocia la ceremonia con la masa
popular.
El rito se realiza de pie, bien en la mezquita, en un salón o en el
solar del cementerio.
El féretro se coloca en el suelo, en sentido perpendicular a la Qibla
(dirección a la Meca) y el Iman (o quien oficie de guía religioso) se
sitúa detrás de la cabeza del difunto si es hombre o detrás de la
parte media del cuerpo, si es mujer. Los demás asistentes se colocan
en hilera detrás del oficiante, con arreglo al siguiente orden:
1. Llamada de apertura Allahu Akbar (Dios es grande),
simultáneamente el Iman al pronunciar esta Invocación eleva las
manos colocándolas paralelas a la cara y seguidamente las
entrecruza a la altura del pecho. Estos movimientos se repetirán
como previo paso a cada una de las oraciones que inicie. La primera
oración es la denominada como de Al Fatiha, l i teralmente la
apertura, que consiste en la recitación de versos coránicos. Antes
de dar comienzo a la misma, el Imán explicará en voz alta la rF:yc>:.r, :- ~mz.,2zAme3z -z: c..< x:rcd%:-'.. ,= - .-.-.-,.7 . . , ! .i
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manera de realizar esta oración. Los congregados ante el Imán lo
siguen paso por paso: En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso
Alabado sea Dios,/ Creador del Universo, Clemente Misericordioso,
Soberano en el Día del Juicio, Solo a Ti y de TI imploramos ayuda,
Guíanos por el sendero recto, e l sendero de quienes agraciaste, no
el de los execrados n i el de los desviados. Amén.
2. Nuevamente se procede a la invocación Allahu Akbar, como hemos
visto en el punto anterior, que dará paso a la Zora u Oracion segunda,
llamada al-Salah al-lbrahimiya u Oración de Abraham: Señor
nuestro, colma con t u gracia a Muhammad y a la famil ia de
Muhammad, como colmaste con t u gracia a Abraham y a la familia
de Abraham. Y bendice a Muhammad y a la familia de Muhammad
como bendijiste a Abraham y a la familia de Abraham. Ciertamente
Tú eres Loable, Majestuoso.
En este momento del rito, se debe recitar A t Taslima u Oracion de
la Paz, Al-Salam alikum wa rahmatu al-Lah (Que la paz de Dios esté
con ustedes), mientras el Imán gira su cabeza hacia la derecha, o
bien sucesivamente de derecha a izquierda.
3. Tercera llamada Allahu Akbar, seguida por la Zora o Súplica por e l
difunto. Cada participante realizará para si, una súplica como la
que sigue: Señornuestro, ten misericordia con él yperdonalo, sálvalo
del castigo de la tumba Perdonalesus pecados ymultipl ica sus buenas
obras. Indúltalo, haz de su tumba un refugio feliz. Ingrésalo a Tu
divino paraíso.
4. Cuarta y Última llamada Allahu Akbar, seguida por la Zora oSÚplica
general de extensión amplia. De forma particular cada uno recitará
la súplica general, del tipo: Señor i lumina nuestro pensamiento y
Guíanos por e l sendero recto. Haznos morir como musulmanes, e
ingrésanos en Tu paraíso.
La plegaria fúnebre finaliza con una o dos Talisma de clausura, en la
que Imán gira su cabeza en las formas mencionadas al f inal del paso
segundo.
Por último, la inhumación del cadáver, supone el traslado al borde de
la tumba, retirándose el cadáver amortajado del ataúd. La tumba debe ser
en sentido perpendicular a la Qibla (Meca), con una profundidad suficiente
para proteger al cuerpo de cualquier intento de profanación o exhumación
criminal. El cadáver debe quedar extendido de forma horizontal e inclinado
levemente, sobre la pared más cercana a la Qiblay la cabeza hacia la derecha
mirando a ésta. Después se sueltan los nudos de las cintas que ataban los
sudarios, especialmente los que estaban a la altura de los pies, y se cubre
con tierra hasta el nivel del suelo.
Tras esto. se procede al pésame público que tiene como objetivo principal
cumplir con un precepto del profeta Mahoma, siendo su fin, el de consolar
a los familiares y amigos del fallecido. Por último, las visitas al cementerio
completan este formulismo riguroso del r i to musulmán.
5. Comunicación no verbal.
Detrás de las palabras está e l cimiento sobre e l que se construyen las
relaciones humanas (Davis, 2000: 21). En las líneas que siguen, vamos 'a
analizar el universo que gira en torno a la comunicación no verbal en
cuanto a su aparición en el r i to funerario.
La cultura humana, jerarquiza en una serie de órdenes continuamente
su vida social, éstas según Pross (1984), se basan en las relaciones de los
colectivos sociales con lo que le rodea; y las relaciones internas y externas,
con otros como, familias, clanes, tribus o pueblos. Ningún signo existe
aislado. siempre está referido a una posición jerárquica. Esto queda reflejado
en los sistemas no verbales. que fijan esos órdenes a través de signos de
muy diversa índole, acompañados siempre de lo que Pross denomina como
la verticalidad de la vida pública.
Sintetizando la bibliografía consultada agrupamos estos signos no
verbales, en tres grupos:
E
a) Sistemas referidos al cuerpo, movimiento o tacto.
b) Objetos: joyas, vestidos u objetos más lejanos.
c) Distr ibución del espacio y el t iempo.
El lenguaje puede estudiarse también como parte de u n dominio mucho
más amplio de investigación: la semiología y la semiótica, que estructuran
todos los sistemas de signos posibles y el papel que desempeñan en nuestra
creación y percepción de patrones (o signif icados) en la conducta
sociocuIturaI (Crystal, 1994). Por lo tanto, la materia aborda la comunicación
humana reglada en todas sus formas (sonido, vista. tacto, o lor y gusto) y
en todos sus contextos. Por lo que, podemos organizar los signos descritos
más arriba atendiendo al sentido por el que son percibidos, es decir, al
canal por el que se realiza esa comunicación no verbal:
- Comun icac ión aud i t i vo-voca l , fuera del alcance de lo que
pretendemos con este trabajo.
- Comunicación visual, por la que percibimos los gestos corporales
que consti tuyen el objeto de estudio de la quinésica.
- Comunicación táct i l , que asume la forma de las distintas maneras
en que el contacto corporal y la distancia física entre personas puede
señalar numerosos significados, la proxémica.
5.1. Cinesis
Basándonos en primer lugar, en esa percepción visual, podemos part ir
de los términos quinesica, kinesica o cinesis, que son derivaciones de la
palabra griega k inema - atos que significa "movimiento". Como objeto de
estudio t iene las expresiones corporales y está especialmente desarrollado
dentro de la semiótica, abarcando los movimientos y posturas del cuerpo.
En lo visto anteriormente, Poyatos establece una diferenciación de la
Kinésica visual en Gestos, Maneras y Posturas; y cada una de estas en
libres y trabados (Poyatos, 1994: 76). Atendiendo a una percepción somática
externa, nos basamos en el r i to islámico y destacamos como ejemplos a
tener en cuenta los siguientes:
a) Gestos: - Libres: Movimientos de las manos del Imán oficiante en las honras
fúnebres.
- Trabados: Manos entrecruzadas en el pecho.
b) Maneras: - Libres: Paso andante t ras el a rmón de ar t i l ler ía camino de la
mezquita o el efecto del arma presentada por parte de los soldados
ante el cortejo, en señal de reverencia.
- Trabadas: Saludos entre mandatarios.
c) Posturas:
- Libre: Forma de realizar el r i to de pie, de rodillas o circunstancia
en la que es colocado el cuerpo de Husein en su tumba, mirando
a la Meca.
- Trabadas: Abrazos de condolencias al rey Abdalá por parte de
algunos mandatarios.
Vemos como todo signo presta una información concreta y precisa en
cada momen to ; de ahí que el Estado como emisor de la misma en el
acontecimiento la fundamentara en la producción constante de signos.
Éstos, en algunas ocasiones deben darsele nuevas interpretaciones. apoyadas
en otras ya disponibles. Pueden ser personas, edificios, iconos, etc ... De ahí,
por ejemplo que el palacio de Raghadan, sede administrativa de la Corona
jordana, se convierta con vistas a la ceremonia en un espacio concreto,
para u n uso concreto; y de gestionar y planif icar las actividades de la
Familia Real se convierta en capilla ardiente, revistiéndose por tan to de un
mat iz no general. Por otra parte, el caballo, un bien muy apreciado por el
Rey, este situado en el cortejo en un lugar que por su naturaleza propia no
hubiera ocupado, ya que incluso precede a los propios hi jos del fallecido.
Consideramos por tanto, como a través de sistemas no verbales, salvamos
esos valores simbolizados que adquieren elementos concretos, bajo el 1 decorado de una ceremonia. i I
La disposición del espacio para la celebración de cualquier acto es un \ aspecto fundamental, si se quiere que la finalidad perseguida surta efecto. 1
! Son las formas comunes del contacto elemental humano las que integran,
y no las aspiraciones necesariamente divergentes. Pero este consenso mínimo I
1 sólo funciona cuando los participantes conciben también su
1 1 1 autopresentación como "solamente"simbó1ica y no en forma objetiva como 1 l
11 l algo semimítico" (Pross, 1984: 139)
En nuestra opinión, este es el fundamento por el que los altos dignatarios
que iban detrás del féretro "aparentemente" sin orden, proyectaron una
imagen simbólica, basada en quitar la barrera política e ideológica que los
diferenciaba, y de ahí la cita anterior. La prensa como casi siempre en estas
situaciones, argumentó el "aparente desorden" en fallos de los servicios de
protocolo.
El conocimiento de ciertos datos del desarrollo del funeral, dir ige
nuestra atención a los indicadores del tiempo y espacio ambiental, para 1
d ist inguir entre lo que debe comunicarse y lo que se comunica 1
concretamente.
La proxémica también llamada proxemia, se ocupa de como funcionan
en grupos formales e informales, cuestiones como la colocación espacio
temporal de los distintos individuos. Según Otero (2000:357-358): presta
atención la proxémica a la relaciones espaciales en las multitudes y grandes
densidades humanas, así como a la orientación espacial personal en la
distancia conversacional y de sus variantes de acuerdo con el sexo, el status,
los roles, la orientación cultural puesto que las incidencias espaciales dan a
veces el tono adecuado a una comunicación, acentuándola o haciendo
posible que se prescinda de la verbalidad. Nuestras percepciones y el uso del
espacio contribuyen a determinar diferentes resultados en la comunicación.
Las coordenadas de cercanía lejanía en torno al féretro, nos presentan
un punto principal de comunicación, además de los símbolos que las
rodearon y significan la regulación de la comunicación; ya que sin ellas el
proceso no puede alcanzar ningún tipo de validez lógica: Lo decisivo son
los niveles que prestan su acento a la posición relativa de los sujetos entre
s i Pueden ser iguales o desiguales. Mientras se trate del encuentro de
personas oficiales y ciudadanos en el espacio público, las alfombras,
escalones, barreas de la mesa escritorio o incluso las ventanillas que separan
demostrativamente el dentro y el fuera se cuidan también en la democracia
de que el ciudadano individualse encuentre al mandatado a un nivel inferior.
(Pross, 1984: 139)
Es fundamental para este análisis el armón de artillería escoltado por
doce vehículos de la Guardia Real jordana, desde su salida del palacio de
Bab-alSalam hasta el de Raghadan. En todo momento -salvo en la salida
de la comitiva en el que fue portado por sus hijos- son los militares los
que cumplen el cometido; frente a los de menor rango que escoltan el cortejo
y un tercer nivel que cubre la carrera de éste. Tres cordones simbólicos en
torno a la f igura estatal, que comparten protagonismo con las
condecoraciones o el caballo que hacen también física la presencia del
monarca.
Dentro del aparente desorden que mencionábamos antes, en la línea de
hijos el primero es evidentemente el Rey, y después su heredero el príncipe
Hamza y ocupando puestos posteriores el resto y los dos hermanos del
monarca fallecido. Los mandatarios extranjeros dentro de un mismo nivel
espacial aparecen todos entremezclados en torno al armón, pero Bill Clinton,
por ejemplo, nunca podría aparecer -aun en ese aparente desorden- detrás
de Ford, Carter o Bush. Con los herederos de familias reinantes ocurre algo
similar, vemos al príncipe Carlos de Inglaterra al mismo nivel que a Felipe
de Borbón, pero por detrás del rey Juan Carlos o Carlos Gustavo de Suecia.
1
1 Concluimos diciendo, que los símbolos espaciales y temporales 1 establecen un orden determinado y según Pross (1984: 124) ... reflejan sus 4 Í representaciones de valor, sus ideas de como deben ser, posibil i tan la
l 1 orientación con los que no son miembros y en la relación con la naturaleza I 1
y sus fuerzas.
i
1 6. Ceremonial y protocolo.
1 ; l
El desarrollo del funeral nos ha ido continuamente transmitiendo
I 111 l mensajes. La ceremonia por tanto, es un medio de comunicación, y se basa l \J 1 en unas reglas concretas para alcanzar sus objetivos.
Estamos ante la información que recibimos de un Estado, es decir, ante
el ámbito de lo oficial, donde el protocolo como elemento ordenador de
ese Estado entra en juego, jerarquizando a la sociedad, marcando las
diferencias sociales y políticas; y en gran medida -emanadas de estas- las
económicas.
El Estado necesita estructurar y ubicar un orden para facilitar las cosas;
y de ahi la utilización de jerarquías o coordenadas espacios-temporales.
Por otra parte, es un elemento de consolidación desde la más remota
antigüedad. El ser humano ha honrado siempre a sus dioses, reyes y mayores,
a través de técnicas rituales, de forma que cada uno recibía el sitio que le
correspondía y eso es realmente lo que el protocolo persigue.
También podemos decir que el protocolo no tiene que ver con ningún
tipo de régimen, sino que es necesario en cualquier gobierno. Nada se escapa
al control protocolario y ceremonial, su influencia está presente en todo
orden social. El protocolo responde por tanto a un efecto comunicador
claro, como nos dice Balandier (1994), la comunicación es común a todas
las sociedades, a todas las culturas y a todas las épocas, una necesidad por
buscar irremediablemente el orden es intrínseca a SE persona; y la
personalidad estatal se vale del protocolo.
La puesta en marcha de ese instrumento creador es lo que denominamos
técnicas ceremoniales que hacen participar en el a los poseedores de sus códigos.
Como es bien sabido, la paz de Westfalia de 1676 y el acuerdo del
Congreso deViena en 181 5 producen un nuevo orden mundial, que establece
que todos los Jefes de Estado son iguales, suprimiendo las viejas
preeminencias; y que todos los Estados son iguales, respectivamente. Por
esto, consideramos el funeral como un éxito de estrategia diplomática,
donde convivieron durante algunas horas los enemigos más encarnizados
del planeta. Una representación extranjera estratificada de forma suti l
pero inmersa en un nivel global tras los restos del "pequeño gran rey".
Con esta necesidad es con la que nace el protocolo, como sistema y
norma emanada del Estado que ordena a sus componentes, f ruto de la
igualdad y por consiguiente de la dificultad de ordenación, como muestran
las imágenes del funeral, consultadas en las distintas fuentes a las que
hemos tenido acceso. (Diario ABC, el Mundo, el País e Internet).
Observamos como el protocolo, se vale en el funeral además del canal
normativo (Constitución, legislación, etc ...), de medios consuetudinarios
(tradición musulmana, religión islamica,...). Y a través de las técnicas de
ordenación ceremonial expone el ritual y despliega las demostraciones
públicas, mediante efectos agigantados en ciertas circunstancias, que con
motivo del acontecimiento, resultan movilizadoras para el publico receptor
de dicho evento. Por eso se dice, que la ceremonia legitima ante la sociedad
el acto jurídico. Los jefes de Estado presentes en el funeral de Husein, se
convierten en testigos fidedignos del r i to islámico en el acto de inhumación
del monarca.
7. Niveles de comunicación ceremonial.
Es curioso destacar la dimensión del acontecimiento según estos niveles.
Cuando el rey Husein está aún con vida conectado a las máquinas en el
hospital, se produce una dualidad escenica (Balandier, 1994). Una oculta - intramuros- donde se asienta el poder; y otra aparente -extramuros- ante
la fachada del centro hospitalario, constituido por el inmenso gentío que
esperaba el fatal desenlace. Frente a ello, en otra parte de la ciudad, se
l l prepara un espacio determinado en el que se instalará la jerarquía suprema, I
l personificada en los mandatarios extranjeros que acudirán a la capital
jordana con motivo de las honras fúnebres oficiales. !l i Ante lo ya estudiado, vemos como el funeral tiene ciertas dosis de
1 representación. Pero es una representación real, no ficticia, que tiene sus 1 personajes principales, sus personajes secundarios y los extras del reparto.
1 1 Existen los hilos del guiñol o directores de escena (especialistas y técnicos
l en protocolo de la administración jordana y de la casa del rey Husein) que
I ~ I velaron por el desarrollo del acontecimiento, responsables del aparato
espectacular. Todo poder actual participa de esa representación, heredero
que es de hábitos antiquísimos, pero también usuario e inventor de nuevos
instrumentos, resultado de los desarrollos acumulados de la organización y
la técnica (Balandier, 1994: 116)
La imagen que proyecta el Estado responde rigurosamente a unos
niveles de comunicación ceremonial estrictos. Aplicando la tesis de Otero
(2000), observamos dos posibles opciones en cuanto a estos niveles de
comunicación.
En líneas generales, el funeral, responde a un esquema de comunicación
Colectiva- Masiva, es decir, sujeta a cambios y no simultánea. Un
acontecimiento del que son receptores infinitas personas, pero eso no es
óbice para que según el estrato correspondiente, se dé un determinado
tipo de comunicación y no otro. Pongamos como ejemplo el saludo del rey
Juan Carlos al rey Abdalá; en el marco de la ceremonia estamos ante un
claro caso de comunicación interpersonal. Directamente un monarca, sin
filtros ni cambios se dirige a otro. Lo mismo ocurre con el acto en si mismo,
los mandatarios que pasan ante el cuerpo del Rey o lo acompañan
posteriormente a la mezquita son en ese momento receptores directos
primarios de la ceremonia, f rente al público que inunda las calles de
Ammán que serían los espectadores o receptores indirectos. In situ, es así.
No existe ningún tipo de f i l t ro que adultere la representación ceremonial,
pero en el momento que se añade, que es un acto televisado por la cadena
estatal para que todos los ciudadanos de Jordania puedan ver el últ imo
adiós a su Rey, entran en juego los medios y la situación cambia por
completo. Las ceremonias tienen otros objetivos distintos a salir en los
medios de comunicación. Aunque en casos como este al ser un acto de
repercusión internacional se prioriza la retransmisión, pero no por ello se
producirá una comunicación bidireccional, ya que al no estar el receptor
vinculado al acontecimiento, ésta se produce en un sólo sentido.
Por lo tanto, vemos una dualidad de dimensiones en estos niveles de
comunicación. Una, ceremonial; y otra, espectacular; teniendo en cuenta
que la retransmisión de una ceremonia aparenta una participación que no
existe en absoluto. El televidente no es ni siquiera receptor indirecto sino
que se le crea esa falsedad; mientras más televisión, mayor sensación de
participación. Concluimos diciendo que la ceremonia no puede perder
capacidad intrínseca, para proyectar el mensaje a un público que lo recibe
a miles de kilómetros y a los que la ceremonia no los vincula en ningún
momento.
8. Mensajes transmitidos con la ceremonia.
El análisis del sistema de ordenación de las autoridades, nos transmite
una significación concreta. Dirigiendo de nuevo la perspectiva a un ámbito
presencial, es decir, personas físicas que vivieron el momento, puntualizamos
los objetivos siguientes:
1. Honrar la figura del monarca desaparecido en justicia a su labor
de unidad y reconciliación de la zona.
2. Crear un clima favorable de confianza, respeto y apoyo a su sucesor
y a la continuación del proceso de paz en Oriente Medio.
3. Todos los asistentes al funeral, comunican a través de su "aparente"
unidad la legit imación del poder establecido, ellos son los que
mandan y de ahí su ubicación, que no debemos entender únicamente
como presencia física, sino como un empuje a los derechos humanos,
a la obl igación mora l de los países desarrollados en pro de la
evolución de los más desfavorecidos, además de lo aportado en los
puntos anteriores.
9. Públicos y proyección del acto.
El funeral de Husein de Jordania, por su proyección internacional ,
l responde a una síntesis de públicos interestatal e intraestatal (Otero,
2000: 343). Entre los primeros encontramos la presencia de o t ~ o s Estados 1 y sus mandatarios principales que podemos resumir en:
- Once países africanos. Argelia, Las Comoras, Egipto, Libia,
Mauritania, Marruecos, Namibia, Nigeria, Sudáfrica y Túnez. - Dos Americanos: Canadá y Estados Unidos, con su presidente Bill
Cl inton al f rente de la delegación acompañados de tres ex-
presidentes Ford, Carter y Bush.
- Veintiocho Europeos: Alemania, Austria, Bélgica, Bosnia-
Herzegovina, Bulgaria, Croacia, República Checa, Dinamarca,
Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Ital ia, Lituania, Luxemburgo,
Mal ta , Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Rumania, Rusia,
Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Yugoslavia. La
presencia cont inental más numerosa en cuanto a delegaciones
extranjeras, con algunas circunstancias especiales. En primer lugar,
que las únicas seis mujeres que pasaron ante el d i funto Rey, eran
todas europeas y con representación insti tucional: la reina Beatriz
de Holanda; la presidenta de Irlanda, Mary Mac Aleese; la ministra
sueca de Asuntos Exteriores, Anna Lindh; la embajadora sueca
acreditada en Ammán, Agneta Bohman; la Embajadora de Islandia;
y una miembro de la delegación francesa. Todas, excepto las dos
últimas, con la cabeza tocada con sombrero, como el caso de la
reina de Holanda; o un pañuelo como la ministra Anna Lindh. (ABC
e Internet).
Por otra parte destacamos, que las demás Reinas que acudieron al funeral
acompañando a sus maridos -entre otras, Sofía de España, Josefina Carlota
de Luxemburgo o Silvia de Suecia- en virtud de la prohibición coránica de
no asist ir a los funerales tuv ieron que quedarse en Bab-al Salam
acompañando a la reina Nur, f rente a casos como el príncipe Henric,
marido de Margarita de Dinamarca, que en la misma categoría de consorte
que las anteriores sí pasó ante el fallecido sólo por su condición de varón
e incluso los Duques de Lugo y Palma de Mallorca, maridos de nuestras
Infantas, que lo hicieron en v i r tud de ser los yernos del Rey de España.
- Diecinueve asiáticos: Azerbaiyán, Bahrein, Brunéi Darussalam, India,
Irak, Israel, Japón, Kuwait, Líbano, Malasia, Omán, Pakistán, Qatar,
Arabia Saudita, Singapur, Corea del Sur, Siria, Emiratos Árabes
Unidos y Yemen, coincidiendo enemigos irreconciliables. - Nueva Zelanda acudió a la cita, no haciéndolo ningún miembro del
Gobierno Australiano.
En cuanto a las organizaciones destacamos:
- Liga Árabe, Unión Europea (organismos interestatales) y Naciones
Unidas o el Banco Mundial (organismos supraestatales).
Y con respecto a las entidades religiosas:
- Iglesia ortodoxa cóptica o cristiana egipcia, Iglesia ortodoxa griega
e Iglesia Católica Romana.
Entre los públicos intraestatales, dividimos entre Interno y Externo:
En el primer grupo englobamos a la propia Casa Real jordana, al Gobierno
y cargos de la administración del Estado. Y en el segundo grupo, incluimos
a los ciudadanos de Ammán y sus alrededores, que participaron de una forma
activa, incluso a veces al borde del desconcierto de los servicios de seguridad.
Así, nos resulta interesante el nivel inferior en la estratificación, en cuanto
a las coordenadas espacio-temporales, que no dejó en ningún momento de
aclamar a su Rey como salvador y héroe de la Nación.
9.1. Otros aspectos en torno al funeral
Nos parece interesante señalar en este apartado la comunicación que
se desprende de las relaciones entre el Abdalá de Jordania y su tío Hasán
a raíz del nombramiento del primero como heredero, y su trascendencia a
la opinión pública, como nos dice Balandier el poder está sometido a
constantes amenazas: la de la verdad, que hace añicos la cortina de sus
apariencias; la de la sospecha, que le obliga a demostrar su inocencia y su
competencia; la del desgaste, que le obliga a revigorizarse periódicamente.
Otro ejemplo sería el encuentro durante el funeral del presidente isradí
Weizman con Hawatné dirigente Popular para la Liberación de Palestina
(Diario El Mundo e Internet). El saludo de ambos mandatarios crea en ese
momento una gran ampolla a Israel. Hawatné como enemigo feroz del
Gobierno israelí le comenta a Weizman que reconocía su lucha a favor de
la paz animándole a seguir en esa línea. El ministro de Asuntos Exteriores
israelí Sharón, reprimirá a su presidente argumentándole que no tenía que
haber mantenido tal conversación con el palestino ya que ponía en una
situación inestable al primer ministro. Posteriormente, el gobierno israelí
rectificara, calificando el encuentro de casual; y entregando la iniciativa a
Hawatné como causante del problema, asistimos al lavado de la realidad,
a la manipulación de la apariencia, el poder manipula en provecho propio,
y de forma directa (Pross, 1984: 84)
Igualmente interesante nos parece la perspectiva de Debord ... en relación
con temas que podrían llegar a ser candentes, se trata de crear otra pseudo
opinión crítica; y entre las dos opiniones que surgirían de este modo, una y
otra ajenas a las mendicantes convenciones espectaculares, el juicio ingenuo
podrá oscilar indefinidcrmente y la discusión para sopesarlo se relanzará
siempre que convenga. (Debord, 1 990: 94)
Resume bien la cita lo que consideramos como rectificación del poder,
a la que en numerosas ocasiones acuden los Estados para cambiar de
perspectiva algo, que simplemente no les interesa.
10.Conciusión.
Hemos visto como, el poder dispone de una tecnología de las apariencias
que le permite, a un mismo tiempo, producir la impresión de una cierta
transparencia. Así, durante el funeral de Husein de Jordania en el marco
del ámbito estatal y bajo la atenta mirada del poder establecido,
personificado en los innumerables mandatarios desplazados al
acontecimiento; se pone en marcha la maquinaria de las relaciones
internacionales en las que el protocolo como uno de sus mejores engranajes,
cumple uno de sus principios esenciales: ordenar y jerarquizar -espacial y
temporalmente- las estructuras de las ceremonias, que como nos dice F.
Marín (1997) son un capital de legitimidad para las instancias que en ellas
participan; usan y aplican símbolos de la herencia histórica y cultural
colectiva; yhacen presente una autoimagen de la sociedad como comunidad.
REFERENCIAS SIBLIOGRAFICAS
BALANDIER, Georges (1994): El poder en escenas: de las
representaciones del poder al poder de la representación, Barcelona,
Paidos.
CRYSTAL, David (1 994) : Enciclopedia del lenguaje de la Universidad
de Cambridge, Madrid, Taurus.
DAVIS, Flora (2000): La comunicación no verbal, Madrid, Alianza.
DEBORD, G. (1 990) : Comentarios sobre la sociedad del espectáculo,
Barcelona, Anagrama.
KANTOROWICZ, Ernest H. (1985): Los dos cuerpos del rey, Madrid,
Alianza.
M A R ~ N , Francisco (1997): Fundamentos del protocolo en la
comunicación institucional, Madrid, Síntesis.
OTERO, Ma.Teresa (2000): Teoría y Estructura del Ceremonial y el
Protocolo, Sevilla, Mergablum.
POYATOS, Fernando (1 994): La comunicación no verbal, l. Cultura,
lenguaje y conversación, Madrid, Istmo.
PROSS, Harry (1 984): La violencia de lossímbolossociales, Barcelona,
Gustavo Gili.
RADIC, Miguel Ángel (1996): "El ceremonial es una ciencia", en
Imagen, no 7, Buenos Aires, Curubeto, Dillenberger y Tuculet.
RADIC, Miguel Ángel (1997): "Para guardianes de ritos", en Imagen,
n" 4, Buenos Aires, Curubeto, Dillenberger y Tuculet.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1 992): Diccionario de la Lengua
Española, Madrid, Espasa- Calpe.
SAMPEDRO, J.L. (2000): "Los símbolos de la monarquía. El Rey y la
Corona". Ponencia presentada en el encuentro Protocolo, Heráldica
y Vexilología. Símbolos permanentes de identidad de los Estados.
STRONG, Roy (1988): Arte y poder. Fiestas del Renacimiento. 1450-
1650, Madrid, Alianza.
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