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Sophi eCarat i niLa prisin del tiempo: los cambiossociales en los campamentos de refugiados saharauisSophi eCarat i niLa prisin del tiempo: los cambiossociales en los campamentos de refugiados saharauisSophie Caratini es antroploga y directora de investigacin en el Centro Nacional de Investigacin Cientfica (CNRS), en laUniversidad de Tours (Francia). En 1985 defiende una tesis en antropologa sobre la sociedad Rgaybat (Les Rgaybat 1610-1934, Pars, LHarmattan, 1989, 2 vols.), de 1983 a 1991 dirige la seccin de Etnologa del Instituto del Mundo rabe enPars, y en 1993 entra en el CNRS, en el laboratorio Urbama de la Universidad de Tours, tras haber publicado el relato de suprimer viaje al norte de Mauritania y su encuentro con los saharauis (Les enfants des nuages, Pars, ditions du Seuil, 1993;trad. esp.: Los hijos de las nubes, Madrid, Ediciones del Oriente y del Mediterrneo, de prxima aparicin). Retoma a partirde entonces su investigacin fundamental, y lleva a cabo investigaciones in situ en los campamentos de refugiados saharauis(La rpublique des sables. Anthropologie dune rvolution, Pars, LHarmattan, 2003), a la vez que indaga en la historiacolonial del norte de Mauritania (Lducation saharienne dun kpi noir, Pars, LHarmattan, 2002). Tambin es autora deun ensayo epistemolgico (Les non-dits de lanthropologie, Pars, PUF, 2004) y prosigue con su investigacin activa sobreel desarrollo en Mauritania, sin abandonar su reflexin acerca de la alteridad nmada. Actualmente dirige un equipomultidisciplinar de doce investigadores financiado por la ANR (Agencia Nacional de la Investigacin) que trabaja en torno aLa cuestin del poder en las recomposiciones sociales y religiosas en frica del norte y del oeste (proyecto PRANO).Bloqueada en la hamada de Tinduf desde hace ms de treinta aos, la sociedad saharaui de los campamentos de refugiados haatravesado diversas fases de transformacin profunda: una fase revolucionaria, con una fuerte presencia de las mujeres, queapoyaron la lucha armada de los hombres durante toda la guerra; una fase de latencia, entre 1991 y 1997, perodo durante elcual una misin de la ONU trabaj para constituir el censo electoral necesario para organizar un hipottico referndum deautodeterminacin, lo cual desemboc en el regreso de los hombres a sus hogares, en un comienzo de apertura, en una mayorlibertad de movimientos y, sobre todo, en la introduccin de dinero en los campamentos; y, finalmente, una faseposrevolucionaria, marcada por el abandono, en 1997, de la organizacin de la poblacin en clulas y comits, que ha originadoel desarrollo de una economa informal importante, el incremento de las desigualdades sociales, la vuelta a las antiguassolidaridades tribales, la emigracin de los jvenes y la bsqueda de nuevas estrategias de supervivencia. Mientras la actividaddiplomtica de los representantes de la Repblica rabe Saharaui Democrtica asiste a una recuperacin vigorosa con lasperspectivas petrolferas, y ahora que el combate parece haberse desplazado hacia las zonas ocupadas, en las que la poblacin seenfrenta diariamente a la represin marroqu, qu ocurre con los miles de saharauis, hombres, mujeres y nios, que continaninmovilizados en pleno desierto, a la espera de la resolucin del conflicto?77CUADERNOSBAKEAZbakeari buruzko dokumentazio eta ikerkuntzarako zentroacentro de documentacin y estudios para la pazGEOPOLTICANDICE1. El nacimiento de un pueblo 22. La revolucin saharaui: los nuevos trminos del contrato social 43. La sociedad de los campamentos en tiempo de guerra 54. El alto el fuego y la introduccin del dinero 95. El abandono de la revolucin 12Notas 15Bibliografa 15Una sociedad nmada obligada a refugiarse precipitadamen-te en campamentos improvisados instalados en un territorioextranjero.Sonhijosdeguerreros,degentedelibros,decomerciantes, de herreros y de esclavos que, para ir a la gue-rra, se ven obligados a confiar a sus mujeres la tarea de ocu-parse de la vida civil. sa era la herencia que en 1975 dejabanlosespaolesaloshabitantesdesuprovinciasaharianaquehabantenidotiempodehuirantelabrutalidaddelainvasinmauritano-marroqu.Paralosdems,paralosqueoptaronporquedarseall,porpropiaeleccinoporquenoles qued ms remedio, comenzaba un largo perodo de ocu-pacinyderepresinalqueelaltoelfuegode1991nohapuesto fin, sino todo lo contrario.A falta de una solucin poltica del conflicto de descolo-nizacindelSharaOccidental,lossaharauisdeloscampa-mentos de refugiados permanecen bloqueados en la hamadadeTinduf.Presosdelespacio,aparecenhoycomovctimasdeunaformadegenocidioperverso,quepodramosdeno-minargenocidiodelinterior,yaquelanicaviolenciaaparente que les es impuestaesladeestarencerrados en eltiempo. Condenndolos a la inmovilidad, Marruecos utilizaeltiempocontraellosconlaesperanzadequestelosdes-truya.Lo cierto es que, en los ms de treinta aos que dura estalucha agotadora, la sociedad de los campamentos ha atrave-sadodiversasfasesdetransformacinprofunda:unafaserevolucionaria, iniciada por los jvenes y con una fuerte pre-sencia de las mujeres, que acompaaron y apoyaron la luchaarmadadeloshombresdurantetodalaguerra;unafasedelatencia,entre1991y1997,perododuranteelcualunamisindelaONUtrabajparaconstituirelcensoelectoralnecesarioparaorganizarunhipotticoreferndumdeauto-determinacin,locualdesembocenelregresodeloshom-bresasushogares,enuncomienzodeapertura,enunamayor libertad de movimientos y, sobre todo, en la introduc-cindedineroenloscampamentos;y,finalmente,unafaseposrevolucionaria,marcadaporelabandono,en1997,delaorganizacin de la poblacin en clulas y comits, que ha ori-ginadoeldesarrollodeunaeconomainformalimportante,elincrementodelasdesigualdadessociales,lavueltaalasantiguassolidaridadestribales,laemigracindelosjvenesy la bsqueda de nuevas estrategias de supervivencia.Trashaberllevadoacabounaprimerainvestigacinantropolgicaenlosaossetentayochenta,acercadelasociedadpastorildelextremonortedeMauritania(Caratini,1989a, 1989b y 1993), pude realizar una serie de encuestas enlos campamentos de refugiados en marzo de 1995, marzo de1997, febrero de 2001 y octubre de 2003, y hacer as un segui-mientodelasdistintasfasesdelastransformacionesdelasociedad saharaui exiliada desde el estallido del conflicto delSharaOccidental(Caratini,2003).LacomparacindelaorganizacintribaldeantesdelaguerraylarevolucinconlasociedaddelosrefugiadosdeTindufdelosaosnoventaylosprimerosaosdelsigloXXI,nospermitepro-ponerunanlisisdelasevolucionescontemporneasquetenga en cuenta la profundidad del tiempo. Por ello, antes deabordar el anlisis de estas transformaciones, conviene dete-nerse un instante en la gnesis del pueblo saharaui.El nacimiento de un puebloA finalesdelosaossesenta,laadopcindelprincipiodeintangibilidaddelasfronterascolonialesporpartedelaOrganizacindelaUnidad Africana(OUA)ylainscripcinen la Carta de las Naciones Unidas del derecho de autodeter-minacindelospueblos,hicieronsurgirenelSharaOcci-dental una conciencia poltica en el sentido griego de polis,ciudadenelsenodeunconjuntodetribusnmadascuyos principales territorios de pastoreo se encontraban deli-mitadosporunalneatrazadaporlaspotenciasextranjerasenelmapadelosdesiertosqueformaneloestesahariano.Cmoseconvirtiestalneaabstractaenunafrontera?Quefectosprovoc?A partirdequmomentointrodujouna distincin saharaui dentro de la comunidad mora?1DesdeelCongresodeBerlnde1885hastaelfinaldelaresistenciasahariana,en1934,lapresenciaextranjera,tantofrancesa como espaola, haba permanecido al margen de losterritorios de los grandes nmadas. Al oeste, los espaoles semantenancondificultadenalgunospuntosdelacostaatlntica que las tribus dominantes les haban concedido por-que les resultaba ventajoso, particularmente en cuanto al tr-ficodearmasydeotrosproductosdeloscualesobtenanbeneficio. Al norte, las zonas de pastoreo estaban protegidaspor la barrera de los pases sedentarios y montaosos de len-guabereber,esebledsibadelextremosurdeMarruecosquesloelejrcitofrancsconseguirasometerenelnombredel sultn y de la pacificacin. Al sur y al este, las fuerzasdelfricaOccidentalFrancesaestabanigualmenteestanca-das,alaesperadelosmediosdecontrolarmilitarmentesusltimos mrgenes saharianos. Un control difcil de ejercer:eldesiertoeraduroylosgruposdepoblacinestabandis-persos por una trashumancia imprevisible y con rutas irregu-lares.Frenteaguerrerosentrenadosenelmanejodelasarmas y que conocan muy bien el terreno, los efectivos mili-tares, demasiado dbiles, resultaban ineficaces. La resistenciamora, sacando partido del desacuerdo entre Francia y Espaa,se haba concentrado en el Ro de Oro, donde el Gobierno es-paolnegabaelderechodepersecucinalGobiernofrancs,cuyasunidadesmeharistaserandetenidasensusoperacionesdepersecucin.Inviolableparalastropasfran-cesas,elterritoriodelRodeOropermaneciinvioladoporlas tropas espaolas hasta 1934. De esta manera, la poblacintomconcienciadelaexistenciadeesalneainmaterialysin embargo muy real en el espritu de los occidentales quepoda delimitar una zona de refugio para ellos, situada a unou otro lado en funcin de las circunstancias.Con la pacificacin, la realidad de la frontera se convir-tientangibledeunaformadistinta,dadoquetuvocomoconsecuencialaseparacindelastribusydelasfraccionesensbditosfrancesesysbditosespaoles,yamboscolonizadoresseesforzaronporatraer,inclusoseducir(losfranceses lo llaman poltica de amansamiento), a los pasto-res camelleros, con el fin de aumentar el nmero de sus sb-ditos.Unavezconquistadoslosterritoriosdelinterior,losEstados coloniales cercaron los lugares instalando una red depuestosmilitaresybasesderetaguardiaparasusunidadesmvilesquecontrolabanalosgruposdepoblacinquesedesplazaban en plan nmada en los propios terrenos de pas-toreo. Antes de la llegada de los espaoles, en el Shara Occi-dentalnohaba,enefecto,ningunaciudad,ningnoasis,ningn pueblo, ningn enclave fijo, ni siquiera en la costa, yaque las pocas factoras que haban tratado de instalarse all alo largo de los siglos anteriores no haban podido mantener-se. Ms tarde, en los aos cincuenta, los franceses y los espa-oles desarrollaron pequeas ciudades en torno a algunos delos puestos, estableciendo cada uno en su territorio un modode gobierno propio, un estilo y, sobre todo, el uso de un idio-2Cuaderno 7711Los saharauis de los campamentos de refugiadosaparecen como vctimas de una forma de genocidio perverso, que podramos denominargenocidio del interior, ya que la nica violenciaaparente que les es impuesta es la de estarencerrados en el tiempomaydeunaculturadiferentes.Dospequeaslocalidadesadquirieronimportanciaconelprincipiodelaexplotacinminera: Zuerat, cerca de las minas de hierro de Mauritania, yElAain,prximaalasminasdefosfatodelladoespaol.Unprimermovimientodefijacindelosnmadasacompa-aestecomienzodeurbanizacin,queseacelerbrutal-mente a principios de los aos setenta, como consecuencia dela gran sequa que acab con la mayor parte de la cabaa decamellos.Hastaentonces,lafronteranohabasidoobstculoniparaloscamellerosquelacruzabanenbuscadepastos,nipara los comerciantes que haban descubierto el arte del con-trabandoycuyosdesplazamientossehabanintensificadocon el desarrollo de la economa monetaria y la introduccindevehculostodoterreno.Parafacilitarsusidasyvenidas,muchosdeelloshabanoptadoporladoblenacionalidadoinclusolatriplenacionalidad(yaquelosfrancesesdife-renciabanentrefricadelNorteyfricaOccidental),acu-diendo a empadronarse a cada lado de la frontera en funcindesuszonasdetrashumanciaodetrficopredilectas.Encuantoaloshabitantesdelasciudades,susedentaris-moerafrgil.Elnomadismoesunacultura.Losantiguosnmadasquehabanoptadoporinstalarseenlaciudadnoestabandefinitivamenteancladosenellugar.Erabastantefrecuente encontrarse pastores que eran dueos de dos o trescasasenciudadesdiferentes,tantoenelladoespaolcomoenelfrancs,porqueestolespermitaestarmscmodoscuando pasaban por all, alquilarlas para aumentar sus ingre-sosoinstalarmomentneamenteasusfamilias,quevolvana los campamentos del desierto si las lluvias les eran favora-bles. En este sentido, slo se puede hablar de una sedentari-zacin relativa, en la que la localizacin interviene bien pocoenlaconstruccindelaidentidaddelosindividuos,paraquienes la tribu era la nica patria.Las tribus saharauis eran numerosas, pero salvo diversospequeosgruposdelacosta,lamayorallevabaunavidanmadaaunoyotroladodelafrontera.Ciertamente,eraposible distinguir entre los territorios tribales del norte y losdelsur,talycomoloatestiguanlosdocumentoscoloniales.Al ser el norte menos rido, los pastores de esta zona se des-plazaban menos, y eran ms a menudo ovejeros que camelle-ros.TenanlazosmsestrechosconelsurdeMarruecos,puesalgunossubanalroNunparavendersuganadoycomprar provisiones y productos manufacturados, o inclusopartanconsusrebaoshastaloscontrafuertesdelBanicuandolospastosdeSaguiet-el-Hamraestabanquemados.Encambio,enelcentro,aloesteyalsur,predominabanloscamelleros,quedebanrecorrergrandesdistanciasparaali-mentar a su ganado. Algunos llevaban a pastar a sus rebaoscercade Adrar,frecuentabanlosmercadosdepequeasciu-dades caravaneras del norte de Mauritania y se instalaban enverano en los oasis, coincidiendo con la recoleccin del dtil.Loscamellerosdelnoroestesahariano,obligadosporlaextrema escasez de lluvias, practicaban un nomadismo ape-ridico,esdecir,imprevisibledeunaoparaotro,quelosllevaba, tal y como ellos decan, de la sptima ola del oca-no al erg Chech, esto es, hasta los confines de Mali y Argelia.Por el contrario, los camelleros cuyos territorios tribales tenansucentrolocalizadoenMauritaniavenanengrannmerocon sus campamentos para instalarse en el Ro de Oro, en losterritoriosdeaquellosalosquellamabanehelsahel, lagentedel noroeste,2cuando no haba llovido en su lugar de proce-dencia.Sinembargo,enveranocadaunovolvaasuhogar, es decir, a los pozos cavados por su tribu, a menudocercadelastumbasdesusantepasados.Haba,pues,unhogar que poda situarse en el lado francs o en el espaol,pero siempre de manera relativa.Hay que esperar a los acontecimientos acaecidos en 1958enelmomentodelaindependenciadeMarruecos,ysobretodo a la independencia de Mauritania en 1960 y la de Arge-liaen1962,paraqueaparezcaelgermendelarupturaqueiba a instaurarse en el seno de la comunidad mora, entre lossaharauis es decir, los primos de la provincia saharianade Espaa y los dems primos de los pases vecinos. Elhecho es que Espaa no descolonizaba; por el contrario, his-panizabaconmsintensidad,alavezqueempezabalaexplotacin de las minas de fosfato.Cuando el Frente Polisario apareci en la escena poltica,lapertenenciatribaleraunareferenciadeidentidadfunda-mental que determinaba las redes de las alianzas econmicasy/o polticas en las que se inscriban los individuos. Por otraparte,fueprecisamenteasusprimosdirectos,ennombrede la solidaridad tribal y de la identidad de sangre, a quieneslos primeros militantes acudieron con el fin de buscar refuer-zos al otro lado de sus fronteras tras haber decretado el pasoalaluchaarmadacontraelcolonizador,en1973.Muchosjvenes,cuyasfamiliashabansidoempadronadasenlospasesvecinosenlapocacolonial,oquesehabanrefugia-doenellosenelmomentodelasindependenciasodelasequa, acudieron de ese modo a la llamada de la revoluciny se unieron al Frente desde los primeros combates. AlgunoshansidomiembrosdelBurPolticoysiguenocupandounpuesto en el Gobierno.3Dosaosmstarde,enelmomentodelestallidodelaguerradelShara,cuandolapoblacindelRodeOrohuaenmasaaArgelia,muchaspersonas,hombresymujeres,vinierondepaseslimtrofesconelterritorioespaolareu-nirseconsushermanosdetribuenloscampamentosderefugiadosdeTinduf,mientrasotros,porelcontrario,opta-banporsumarsealbandodeMauritaniaodeMarruecos,oincluso partan ms lejos, hacia Canarias. Luego, en los aosochenta,trasretirarseMauritaniadelconflicto,muchosdelosprimosquesequedaronenMauritaniaseunieronasushermanos,cansadosdelosmalostratosrecibidosdurantelaguerraporpartedesusconciudadanosmoros,que siempre los haban considerado saharauis, incluso cuan-docombatanasuladoenelejrcito.Y esquelaidentidadestambinunaalteridad:setratadeunarelacin.Paraelconjuntodelosmoros,inclusohoyenda,noeslafronteraloquedefinealossaharauis,sinoloslmitesentrelosgru-posdeparentescocuyosterritoriosancestralestenansucentroenelRodeOro:paraellos,todaslasgentesdelSahel,todaslastribusdelnoroeste,formanpartedelpue-blosaharaui.Y comoenestamateriatodoesrelativoycoyuntural,hapodidohabermovimientosinversos,casisiempreorientadosporlahistoriadelosmovimientosnmadas de las diferentes fracciones pastoriles y por el sen-tidodelasalianzastradicionales.CabeconstatarquelostrnsfugasquehanabandonadoloscampamentosparairseaMarruecos,enparticularapartirdelosaosochenta,son,mayoritariamente,personasquepertenecanagruposque aos atrs vivan como nmadas en la linde septentrio-nal del Shara Occidental.3Sophie Caratini La prisin del tiempo: los cambios sociales en los campamentos de refugiados saharauisAntes de la llegada de los espaoles, en el SharaOccidental no haba ninguna ciudad, ningnoasis, ningn pueblo, ningn enclave fijo, ni siquiera en la costaMuchos jvenes, cuyas familias haban sidoempadronadas en los pases vecinos en la pocacolonial, o que se haban refugiado en ellos en elmomento de las independencias o de la sequa,acudieron a la llamada de la revolucin y seunieron al Frente desde los primeros combates Elpueblosaharauinaciconelprocesodedescoloniza-cin,yesporelloporloqueleharesultadotandifcilalaONUidentificarelcuerpoelectoral,ytanfcilaMarruecosbloquear y cuestionar todas sus etapas.La revolucin saharaui: los nuevos trminos delcontrato socialInclusoantesdeinstalarseen1975enlahamadadeTinduf,enArgelia,lossaharauispusieronenmarchaunaorganiza-cinsocial,polticaymilitarbasadaenunnuevocontratosocialcuyoobjetivoerallevaracabo,deformaparalelaalalucha de liberacin nacional, una revolucin social interna. Elproyecto de sociedad que acompaaba a esta revolucin pre-tenda tambin acelerar el nacimiento de un verdadero pue-blo que sera reconocido como tal por la comunidad inter-nacionalydeunasociedaddemocrticaformadaporciudadanoslibreseiguales.Qumodificacioneshaaporta-doelejerciciodeestanuevaciudadanaalasociedaddeloscampamentos,anteriormentetribal,tantoenlajerarquade los gneros como en la de los estatus?La sociedad saharaui prerrevolucionaria estaba compues-taporunconjuntodetribusdepastoresencuyosenosehabaestablecido,alolargodeltiempo,unadistribucindelosrecursosdeaguaydepastosbasadaenunarelacindefuerzasquecadagruposeesforzabaincansablementepormanteneroporcuestionar.Lapacificacincolonial,mediante la congelacin del proceso de distribucin/redistri-bucindelosrecursosentrelosgrupos,habainmovilizadolajerarquainternadelasociedad,alavezquelaconvertaencaduca,yaquesuprimaderazlosderechosadquiridosporunosyotrossobrelospozosylospastos.Underechoquenoeramsqueunaprioridaddeacceso,puestoqueenla sociedad mora slo los rebaos eran objeto de apropiacinprivada.Segnelderechomusulmn,slolatierravivifica-da por el trabajo del hombre puede ser objeto de apropiacinyposteriormentedetransaccin.Enelplanojurdico,unpasto es una tierra muerta y slo pertenece a Dios.Enlarealidad,cadagrupotenaunterritorio,esdecir,disponadeunconjuntoderecursosparaloscualesgozabade un derecho de acceso prioritario. Los grupos ms dbiles,los que no haban tenido la fuerza suficiente para imponerse,pagabanalosgruposdominantesuntributodeproteccin.En cierta medida, el poder colonial intent poner fin al pagodeestostributos,peronopudoerradicarnielpagodelosdonativos ni, sobre todo, el sentimiento de superioridad odeinferioridadinherentesalaideologadelasangrequelegitimabaelposicionamientorespectivodelosgruposydeterminaba el sentido de las alianzas matrimoniales. Aestasdesigualdades de rango o de estatus de las tribus, se aadanlas desigualdades sociales internas del propio sistema tribal:si bien los pastores eran tericamente iguales entre ellos porel hecho de pertenecer a una filiacin nica (real o putativa),estaigualdadslocorrespondaaloshombresadultosylibres. Sus mujeres no participaban en las decisiones, los msjvenesdebanhacerseaunladoantesusmayores,y,sobretodo,tenanesclavoscompradosorobadosenlospueblosafricanosnegrosdelasorillasdelSenegalodelNger.Porotrolado,losartesanosoherrerossedesplazabanconloscampamentos nmadas de los pastores, que los considerabancomo una casta inferior.ElpactodeUninNacionalfirmadoporelconjuntodelas tribus saharauis el 12 de octubre de 1975, en el momentoen el que las tropas marroques se disponan a cruzar la fron-tera,supusounatransformacinvoluntariadelostrminosdelcontratosocial:porunanimidad,todaslastribus,repre-sentadas,porunlado,porlosantiguoschiuj4(losmismosqueeranprocuradoresenCortes) y,porotrolado,porlosjvenesdirigentesdelFrentePolisario,decidieronlaaboli-cin del tribalismo y la constitucin del pueblo saharaui apartir de la fusin de las diferentes comunidades que consti-tuan la poblacin del Shara Occidental. Aunque la cuestinno fue abordada por tratarse esencialmente de sellar la alian-zapolticaentrelosdiferentescomponentesdelapoblacinydedesignaralFrentePolisariocomonicorepresentantelegtimodelpueblosaharaui,estavoluntadcolectivatenacomo corolario la desaparicin de los derechos tribales sobrelosrecursospastoriles. Abolirelderechodelastribussobresusterritorioseralaprimeracondicinparaquesepudieseafirmaryreivindicarunderechoalasoberananacionalsobre el conjunto de un solo territorio, es decir, sobre esa por-cindedesiertocuyoslmiteshabansidofijadosporlahis-toria colonial. Cada ciudadano de esa nacin se encontrabade esta manera potencialmente en situacin de igualdad conrespecto a los dems, en el plano jurdico, en lo tocante a losrecursos del conjunto de este territorio nacional. Desapare-calapropianocindeprioridaddeaccesoalosrecursos;nicamente se mantena el principio de la propiedad privadadel ganado, as como de los bienes mobiliarios, inmobiliariosydeconsumo.Estaequiparacindelastribusimplicabaalmismo tiempo el fin de todas las transferencias de bienes quemarcabanlasjerarquasentrelosgrupos,ascomoentrelosindividuos;esdecir,elfindelosdonativostanfrecuente-menteofrecidosporlosmsdbilesalosmspoderosos(ya fuera por poder religioso o por poder blico). Tras la pre-cipitada salida de los espaoles, en 1976, la proclamacin delaRepblicarabeSaharauiDemocrtica(RASD)ratificlacreacindeestanuevaentidadnacionalypusoenmarchalosprimerosprincipiosdelademocraciaqueafectaronalestatus de las personas.Para la sociedad tribal, uno de los aspectos ms revolu-cionariosdeestecontratosocialeralatransferenciadelpoderdelosmayoresalosmsjvenes.Enelsenodeunatribu o de una fraccin de tribu, las decisiones las tomaba laasambleadeloshombres.Pero,aunquefueranigualesenderechos, aunque se llamaran primos entre ellos o inclusohermanos,todosloshombresdeunmismogrupodeparentescodebanrespetarelprincipiodepreeminenciadelmayor.Esdecir,dentrodeunamismafamilia,unajerarquaestructurabalasrelacionessociales;todosquedabansometi-dos a la autoridad del ms anciano: el abuelo o incluso bisa-buelo,sianviva,eltopaternomsanciano,elpadreoelhermanomayor.Muyacentuadaentreloshombres,estajerarquaestabaigualmentepresenteentrelasmujeres,dondelasmayores,madres,abuelasytas,principalmentedelladopaterno,gozabandeunaposicinprivilegiada.Lasnicas relaciones no jerarquizadas, que permitan una mayorproximidad,yporlotantounamayorternura,erantodasaquellasqueunindividuopodamantenerconsuparentelamaterna, y sobre todo con el hermano de su madre, ese alia-do indefectible. El principio de la preeminencia de los mayo-res estaba tan asumido que el que hubiera querido derogarlose vea impedido por la fuerza de un sentimiento de incomo-didad e incluso de irreprimible vergenza. De alguna mane-ra,laeducacinnmadahabaforjadoenlaestructuraps-quicadelosindividuosunmecanismodeautorrepresinde4Cuaderno 77Abolir el derecho de las tribus sobre sus territoriosera la primera condicin para que se pudieseafirmar y reivindicar un derecho a la soberananacional sobre el conjunto de un solo territorio, esdecir, sobre esa porcin de desierto cuyos lmiteshaban sido fijados por la historia colonial22laspulsiones,queconvertaenexcepcionallanegativaasometerse a los mayores. En una sociedad sin Estado, es pro-bablequeestaformadeinteriorizacindelrespetoalosmayores fuera necesaria para garantizar la paz social dentrodel grupo, ya que si las diferentes tribus tenan que rivalizarpermanentemente,einclusoenocasionescombatirentreellas,conelfindereorganizarincesantementeelrepartodesuscampamentosysusrebaosenterritoriosdepastoreocuyos lmites nunca estaban fijados definitivamente, la cohe-sin interna de los grupos era indispensable para su supervi-vencia.Ahora bien, los jvenes del Frente Polisario no slo habanconseguidodesusmayoresquelestransfirieranladirec-cindelasoperacionesenlaluchaporlaindependencia,sino que tambin les haban llevado a reconocerlos como losnicosrepresentanteslegtimosdelconjuntodelpueblosaharaui.Cuandoel12deoctubrede1975selevantuninmensocampamentoenelquesereunieronlasfamilias,lajaimacentral,tradicionalmentereservadaalcabezadefami-lia de ms edad de la fraccin descendiente del hijo primog-nito del antepasado fundador de mayor prestigio es decir,eldelatribudominantelaocupeljovencsimoElUaliMustafSayed,fundadordelFrentePolisario.Esnecesariohaber vivido en los campamentos nmadas, haber presencia-doenlavidacotidianalarelacincontenida,depudor,quemantienen los jvenes hacia sus mayores, que hace que siem-preseinstalenrespetuosamenteenunlugarapartado,parapodermedirlaconmocinsimblicaquerepresentestaderogacinensusposicionamientosrespectivos.Anterior-mente se haba dado el caso de que en el seno de una familiaun joven ocupara el lugar de un mayor, pero nunca antes enla historia del Shara se haba visto a toda la generacin en elpoderdelegarsusfuncionesenbeneficiodelageneracinsiguientehastaelpuntodedejarlesusitioenelordena-miento de las jaimas.Losjveneshabanganadolabatalla,perosabanquelaadhesindesusmayoresalosprincipiosrevolucionariostenalmites.Estaaprobacin,vinculadaesencialmentealcontexto poltico y militar, a la obligacin vital de la alianza yde la organizacin de una fuerza capaz de resistir a un ejrci-to moderno, no significaba que todos los ancianos tuvieran lacapacidad, ni incluso un deseo verdadero, de renunciar a sumaneradeconcebirelmundoylasociedad.Paraluchardesde el interior contra la fuerza de las costumbres de pensa-mientoydeloshbitosdevida,yparaobligaralosquenopudieranrenunciaraeseaspectofundamentaldesuculturaydesuidentidad,seprohibiquelosindividuosserefirie-ranasutribudeorigen.Inclusoseprohibialosancianosque contaran a los nioslahistoriadesugrupo.En nombrede la revolucin, cada uno deba olvidar a sus antepasados y,sobretodo,lanaturalezadelasangrequeleshabasidotransmitida:eranbereberes,rabes,noblesoplebeyos,libres o esclavos, camelleros o herreros? Nadie deba saberloy todos deban olvidarlo.La sociedad de loscampamentos en tiempo de guerraLos saharauis que fundaron el Frente Polisario en 1973 y pro-clamaronalmismotiempolarevolucinylaluchaarmadaeran un puado de hombres jvenes nacidos en los aos cua-rentaycincuenta.Representabanlaprimerageneracindepastoresquehabanidoaotraescuelaquenofueraladeldesierto. Una escuela abierta al resto del mundo, en la que loshijosdelosnmadashabanaprendidoapensardeotramaneraacercadesuhistoriaydesusociedad.Muchosdeellos se haban criado en una jaima y haban sido luego esco-larizadosenelsistemaeducativoespaoloenescuelasdepases del Magreb recientemente descolonizados. Uno de losprimeros,MohamedSidBrahimBasir(conocidocomoBasi-ri), incluso haba viajado a pases de Oriente Medio y asistidoal desarrollo del comunismo rabe. Los que ms tarde difun-dieronampliamentelasideasrevolucionariasenelSharaOccidentalvenandelaUniversidaddeRabat.Ilusionadospor los discursos promovidos por la ideologa anticolonialis-tadelmarxismoleninista,trotskistaomaostadelapoca,estos jvenes haban puesto en pie el modelo de una revolu-cin social y cultural paradjica, que quera conciliar las for-mas rabes del socialismo y los valores democrticos propiosdelasociedadbeduina.Paraellos,elaspectonegativodeltribalismoresidamsenelprincipiodedivisindelpue-bloengruposrivalesincapacesdeoponerresistenciaalaocupacinespaolaqueenlaorganizacininternadelascomunidades. Si bien queran abolir todas las desigualdades,tantodeestatuscomodegneroydegeneracin,deseabanpreservar la fuerza de esa fraternidad de sangre, real o fic-ticia, que mantena la solidaridad entre los individuos de unmismo linaje. Soaban con un pueblo prximo a la perfeccinque,asemejanzadeunagranynicatribu,hubierasabidonosolamentepreservarelsentidodelahospitalidadydelcompartir, sino tambin difundirlo espontneamente a todoslosindividuos,hombresymujeres,jvenesyviejos,instau-rando la igualdad de derechos. Tambin se trataba de recons-truirunaidentidaddaadaporlacolonizaciny,almismotiempo,detransformarfundamentalmenteestaidentidadconunenfoquecrticodelaideologadelasangreyunasobrevalorizacin de la civilizacin del desierto.Es cierto que la civilizacin del desierto, como todas lasculturasconstruidasenunentornoextremo,habaforjadoapersonas de una sensibilidad igualmente extrema, en las quela mayor generosidad coexista con la mayor dureza, el exce-so de emotividad con el exceso de indiferencia, el imaginariomsdesbordanteconelpragmatismomsseco,lasolidari-dad sin tacha con la crueldad, el sentido del honor ms rectoconlasmsvilesbajezas.LosjvenesrevolucionariosdelFrentePolisarionoquisieronretenercomoimagendesupueblofuturomsquelosvalorespositivosdelasociedadde los camelleros guerreros, inocularlos en los modelos arge-linoylibioderevolucin,yconstruirunaRepblicarabeSaharaui Democrtica original, ms popular que socialis-ta,quehabraevitadotodosloserroresdelosregmenestotalitarios.ElhechodequeelGobiernoargelinolesconce-diera una zona, un pedazo de desierto deshabitado en el quenointervena,lespermitiponersusideasenprcticasinhabertenidotiempodedebatirlascondetenimientoconlapoblacin.Perolahistoriadelmundonoshaenseadoqueesdifciltransformarunasociedadpormediodeideas,inclusocuandosongenerosas,yquecuandosusdefensoresestnenelpoder,esmuygrandeelriesgodeverlosutilizarelmonopoliodelaviolenciadelquegozandebidoasuposicin para conseguir que lo real quepa en la imagen. Alprincipio,losjvenesnoqueranforzarnada,querancon-vencer. Adems, la concertacin era algo plenamente inscritoen la cultura nmada, donde las decisiones que conciernen alacolectividaderansiempreampliamentedebatidas,toma-das por consenso y adoptadas por unanimidad.Tras haber declarado que el tribalismo es un crimen con-tralanacin,losdirigentesdelFrentePolisarioquisieron5Sophie Caratini La prisin del tiempo: los cambios sociales en los campamentos de refugiados saharauis33Estos jvenes haban puesto en pie el modelo deuna revolucin social y cultural paradjica, que quera conciliar las formas rabes delsocialismo y los valores democrticos propios de la sociedad beduinaconcretar de inmediato el principio de igualdad y de libertadparatodos.Paraempezar,abolieroncualquiertipodeescla-vitud; otorgaron a las mujeres los mismos derechos que a loshombres, incluyendo el derecho al voto, y tambin suprimie-ronlasprcticasdeablacinydecebaralasnias.Lacos-tumbre de cebar a las nias era muy habitual entre las socie-dades moras del sur y del este, donde las familias de jaimasgrandessobrealimentanasushijasapartirdelossieteuocho aos con el fin de que sean obesas hacia los doce aos,coincidiendo con el momento de contraer matrimonio. Entrelasgentesdelnoroeste,quepracticabanelnomadismoenlosdesiertosdelSharaOccidental,lacostumbredecebaralas nias era menos frecuente que en Mauritania, porque lasmujeres eran ms activas y las distancias que haba que reco-rrereranmslargas,peroatodaslasniasselespracticabala ablacin. Esa igualdad se tradujo tambin en la obligacindepediralamujersuconsentimientoantesdecasarla,yenla reduccin a un dinar simblico del importe de la dote quelosjvenesdebanaportarasusfuturasesposas.Ciertoesqueestosnuevosciudadanosnoposeannada,nitierranibienes,yquelascondicionesdeemergenciaenquesurgaestanuevasociedaderanlasdolorosascondicionesdelaguerra y la supervivencia en el rincn de desierto ms ridodel planeta.Mientras que el combate movilizaba a todos los hombresvlidossindistinguirrangoniestatus(noexistengradosenel ejrcito saharaui), las mujeres, que se haban quedado en laretaguardiadelfrente,alamparodelafronteraargelina,sehacan cargo de la vida civil. Si este reparto de tareas se con-sigui tan fcilmente, y si ellas supieron implantar una orga-nizacindeunaextraordinariaeficacialoscampamentosdeTindufhanllamadosiemprelaatencindelosvisitan-tes,quizsseaporqueeserepartodeltrabajoentrehom-bres y mujeres ya estaba inscrito en el modo de vida pastorilde los grandes nmadas. Las mujeres nmadas, ms an quesuscongneressedentarias,estabanacostumbradasaque-darsesolasenloscampamentosmientrasloshombresesta-banlejos,dedicndosealosrebaos,avigilarelterritorio,ala guerra o a la caza, o, incluso, intercambiando su ganado enlosmercadosdelaperiferia.Sabantomariniciativasyasu-mirresponsabilidades,yestabanacostumbradasatrabajar.Enausenciadeloshombres,lasmujerescuidabandelosancianosydelosnios,seocupabandelganadomenor,delabastecimientodeaguaymadera,velabanportodaslascosas, mandaban sobre los ms jvenes y los esclavos cuan-dolostenan,ysobretodorecibanalosextranjerosqueestaban de paso, y tomaban decisiones en caso de necesidad.Paralasociedadpastoril,yenparticularparalosguerreros,la revolucin no aportaba ningn cambio fundamental en loconcerniente al reparto del trabajo. Igualmente, en el mbitoadministrativoy,porlotanto,poltico,lospuestoscorrespondientes al ejercicio de la autoridad civil de los cam-pamentoseranconfiadosahombresdemasiadoancianospara ir a la guerra, pero ya hemos visto que la edad induca,por naturaleza, una posicin de poder. Las mujeres ocupa-ban el resto de los puestos, es decir, asuman todas las tareas,pero sin que ninguna de ellas pudiera realmente dirigir algoms que la organizacin del trabajo en la base. Aunque algu-nashabansidoadiestradasenelmanejodelasarmasparapoderdefenderloscampamentos,antelaeventualidaddequelasfuerzasmarroquesintentaranpenetrarenterritorioargelinoparaatacaralapoblacincivilalgoquenuncaocurri, ninguna particip en los combates. Haban adqui-rido,conelderechodevoto,elderechoalapalabraenlasasambleas, y participaban en el debate nacional sin que nin-gunaocuparanuncaunpuestoenlasinstanciasdirigentesdel aparato de Estado.Laorganizacindelapoblacindeloscampamentossetradujoenlainstauracindecincocomits:elcomitdeeducacin,elcomitdesalud,elcomitdeproduccin,elcomit de distribucin de alimentos y el comit de justicia. Eltrminocomit, tomadodelarevolucinlibia,conllevaunaambigedad:dejaentreverunespacioparalapalabra,unaespeciedeherramientaparalarevolucinquepermitelaexpresinpopular,ellugarporexcelenciadelademocracia,yaqueimplicareuniones,mientrasque,enrealidad,setratasimplementedeunsectordeactividadorganizadodemanera piramidal conforme a los principios del centralismodemocrtico: en la base, la poblacin femenina se repartaen comits de barrios cuyos responsables formaban los comi-tsdedairas (municipios)odewilayas (regiones).Estosresponsables de los comits regionales designaban a su vez alosresponsablesencargadosderepresentarlosenelmbitonacional. Como las tradiciones nmadas haban transmitido alosindividuoslamentalidaddecomunidad,deconcertacinpermanente y de colaboracin, esta organizacin, ms revo-lucionaria en su forma que en su fondo, no tard en demos-trar su eficacia, precisamente porque no impona una rupturaradicalenelmbitocultural.Loquecambiabafundamental-mente y trastocaba las costumbres era la importancia numri-cadelasfamiliasreunidaselnmeroderefugiadospasrpidamentede40.000a100.000,laparticipacindetodosloshombresenunaguerramoderna,ladiversidaddelastareas y la introduccin de nuevas costumbres.La organizacin de los refugiados en esta estructura tenaun doble objetivo: por un lado, concebir y llevar a cabo pro-gramas de autosuficiencia con la ayuda de organizacionesno gubernamentales internacionales con vocacin humanita-ria,y,porotro,garantizarunacoordinacinhorizontal entre los comits de base en el mbito de la wilaya y ver-ticalentrelasregionesylacpuladelEstado.Paralela-mente,conelfindefavorecereldilogoentrelosdiferentescomponentesdelapoblacin,losdirigentesdelFrentePoli-sario tuvieron cuidado de que el asentamiento de las familiasen los campamentos evitara el reagrupamiento por tribus. Encadabarrio,lasolidaridadfemeninaseconstruynosola-mente a travs de los comits, sino tambin a travs de rela-cionesvecinales.Lasmujeresdeunmismobarrioseencon-trabanhabitualmenteenlosmismoscomits.Porprimeravezensuhistoria,mujeresquenoeranparientes,quenisiquiera conocan el grupo de origen de sus vecinas, trabaja-ronjuntas,compartieronpenasyalegras,seapoyaron,secuidaron, se consolaron y se animaron mutuamente, sin dis-tincindeestatusorango,yenigualdaddecondicionesmateriales. Pero lo que ha modificado ms duraderamente lasituacindelasmujeresconrespectoalasociedaddeloshombres es, segn ellas mismas, el acceso a la escuela y a laeducacin.Laeducacindelosniosfueunadelasprimeraspreo-cupacionesdelosdirigentesdelFrentePolisario.Estabanconvencidos de que si los viejos no haban podido impedir lacolonizacineraporquecarecandelsaberhacerdelavidamoderna.Lageneracinintermedialesparecabastarda,contaminada por la experiencia de la colonizacin, deforma-da. Consideraban que slo la generacin siguiente estara encondicionesderealizarunasntesisentrelaculturadelospastores nmadas de antao y el ideal ciudadano del maa-na.As,laeducacininfantilfuepromovidaalrangodeprioridad absoluta y, a finales de 1975, antes incluso de pro-clamarse la Repblica, se improvis un congreso sobre ense-anzaenplenodesiertoparadecidirculesseranlasaccio-nesquehabraquellevaracaboenmateriadeeducacin:6Cuaderno 77Como las tradiciones nmadas haban transmitidoa los individuos la mentalidad de comunidad, de concertacin permanente y de colaboracin, esta organizacin no tard en demostrar sueficacia, precisamente porque no impona unaruptura radical en el mbito culturalponerenmarchaequiposencargadosdecrearprogramasescolares, resolver los problemas de la formacin de los pro-fesores y decretar la escolarizacin obligatoria para todos losnios y nias. Pero no poda hacerse todo en un da, as quelos pases amigos se prestaron a recibir alumnos. Centenaresdechicosychicas,avecesmuyjvenes(apartirdelosseisaos),fueronenviadosenrgimendeinternadoaArgelia,LibiayCuba,yfueronescolarizadostodosdelamismamanera,independientementedesuorigensocial.Trasalgu-nosaos,seconstruyeronescuelasenloscampamentos,loque permiti a los nios quedarse junto a sus madres duran-teelciclodeprimaria.Luegoeranenviadosenrgimendeinternadoauncampamentoescuelaaisladoduranteunoodos aos, y seguidamente al extranjero. Para que las mujerespudiesenrealizarsutrabajo,seconstruyeronvariasescuelasinfantilesconelapoyodealgunasorganizacionesnoguber-namentales.Garantizar la salud de la poblacin fue, junto con la edu-cacin,elobjetivoprincipaldelosrefugiadossaharauis.LagentehaballegadoaTinduftraumatizada,agotadaydes-provistadetodo.Losprimerosaosfueronmuydifciles.Ademsdelosheridosqueregresabandelfrente,habaquecuraralosenfermos,yenparticularalosnios:dosaosdespus de haberseinstaladolosprimerosrefugiadosenloscampamentos,todoslosniosmenoresdedosaosmurie-ronenunaepidemiadesarampin.Seorganizaroncampa-asdeinformacin,ylahigieneocupunlugarimportanteen los deberes revolucionarios. Las mujeres de los comitsde salud, que recibieron una formacin bsica, construyeronpequeos dispensarios, y se ocuparon de que, en cada jaima,5sevisitaraalosenfermosconasiduidadydequelosniosfueran lavados a diario, alimentados y enviados a la escuelaconpuntualidad.Algotansencilloconstituauncambioenormeenlascostumbres,almenosparalaspoblacionespastoriles,que,pocoacostumbradasalosritmosescolares,no lavaban casi nunca a sus nios primero, por la falta deagua,ysegundo,porevitarelmaldeojo,yquetenancomo costumbre cenar muy tarde, a menudo sin despertar alos nios que se haban quedado dormidos. La tendencia tra-dicional era sobrealimentar a las nias e infraalimentar a losnios,yaquelasprimerasdebanserbellasylossegundosresistentes.Debidoalosfrecuentesaccidentesocurridosdurante los partos, a la falta de vacunas y a la dureza de lascondiciones de vida, entre los nmadas saharianos la morta-lidadinfantilalcanzabaun40%.Encadabarrio,lasmujeresdel comit de salud se encargaban de visitar diariamente unadecenadehogarescadauna(equivalenteaunalneadejai-mas), de explicar una y otra vez las consignas sanitarias y decontrolar estrictamente el buen aspecto de los nios y de loshogares.Unavezporsemana,unacampaadehigienereunaatodosloshabitantesdeunmismobarrioparareco-gerlabasurayquemarla.Labasuranoeranadacuantiosa,yaquelasituacineradeextremaindigenciaylasescasassobrasseutilizabancomoalimentoparaalgunascabrasuovejas reagrupadas en pequeos cercados (todos los recursosvegetalesdelosalrededoresdeloscampamentoshabandesaparecidoalcabodealgunosmeses,hastaelpuntodequeeraimposibleencontrarlamenorramitaparaencenderel fuego). Aun con todo, las mujeres tomaron por costumbrerecogerenbolsaslosresiduosdelavidacotidiana,prcticatotalmente desconocida entre los nmadas, que acostumbra-banadesplazarseunavezquesulugarderesidencialespareca demasiado sucio.Un tercer elemento de la organizacin de los campamen-tosfueelcompromisodelasmujeresconlaproduccinagrcolayartesanal.Seacondicionaronjardinescolectivoscerca de cada campo y, una vez ms, se organizaron campa-as, con la intencin de invitar a la poblacin a participaren labores como el acondicionamiento de los suelos o la reco-leccin. En el mbito de la artesana, el trabajo de los comitssediferenciabadeldelosartesanostradicionales.Setratababsicamentedepequeostalleresdecostura,delaboresdepunto, etc., y de tejido de alfombras, artes totalmente desco-nocidas para las mujeres nmadas, que no tejan ms que lasesterasdeespartoylastirasdelanaconlasquehacansusjaimas,yquenoconfeccionabanprendascosidas.Sepodrapensarqueloscomitsdeproduccinaprovecharanparapopularizareltrabajoencueroquedominabanlasmujeresdelosherreros.Peronofueas.Serporquelasmujeres,aunsiendomilitantesrevolucionarias,noaceptabantrabajarcomo herreras? Ser porque el arte del cuero no es senci-llodeaprender?Oporquelasolidaridadinternacionalnopodasuministrarlespielesperos,encambio,madejasdelana? Son preguntas difciles de responder.Enloscampamentosnmadas,lasmujeresdelosherre-ros eran las especialistas en el curtido de las pieles y la pintu-ra sobre cuero. Eran expertas tambin en el complejo trenza-dodelpeloycantabanybailabanenlasbodasconmslibertadquelasdemsmujeres.Laabolicindeladesigual-daddeestatusdeberahaberconducidoalasociedadsaha-rauialiberaralasherrerasdesusactividadesy,sobretodo,de las funciones sociales relacionadas con su rango. En cam-bio, si bien los jvenes herreros fueron reclutados en el ejrci-to, al igual que los antiguos esclavos, en condicin de igual-dadconlosdemscombatientes,ysibienloshijosdelosherreros fueron a las mismas escuelas que los dems, resultdifcil, en un contexto tan precario, prescindir del saber hacerdelasmujeresherreras.Inclusoseimpidiquefueranalaguerra determinados hombres en edad militar, por ser exper-tosensuprofesin.Sinembargo,aligualquelosjvenesestudiantes de origen ilustrado haban rechazado quedarseenloscampamentosparainstruiralosnios,losjvenesherreros se resistan ante la idea de renunciar a portar armas,es decir, a la oportunidad de ser considerados en lo sucesivocomo guerreros.Conrespectoaestetema,cabepreguntarsesielvalorrelacionado con la imagen de guerrero en la sociedad pre-rrevolucionarianodesempeunpapelimportanteeneldeseo de ir al frente manifestado por los jvenes de estatus ocategorassocialesinferiores.Y esquenocabedudadequela revolucin saharaui ha supuesto una oportunidad de cam-biardeestatusparalosindividuosdecategorassocialesinfravaloradas,incluidaslasmujeres:en1975,conocperso-nalmenteaunamujerquehabitabaenelextremonortedeMauritania, una esclava que, poco despus de mi paso, aban-donasusantiguosdueosparareunirseconsusprimosrevolucionarios que haban abolido la esclavitud. Me volv aencontrarconellaveinteaosmstardeenloscampamen-tos, ya madre de familia, ciudadana y militante revoluciona-riaactiva.Encambio,enlotocantealoshombres,sibientodoslosdescendientesdeesclavospudierontomarlasarmas, parece que a muchos herreros se les mantuvo al mar-gendeloscombates,yaqueselesconsiderabamstilespara la comunidad en la retaguardia. Sin embargo, de mane-rageneral,lasnecesidadesdelejrcitoerantangrandesquepocos hombres en edad de luchar fueron mantenidos al mar-gen del combate. Durante todos esos aos de guerra, ademsde unos pocos herreros, las mujeres no tuvieron ms compa-eros masculinos que los ancianos y los nios ms pequeos.El comit de justicia mantuvo una gran actividad durantetodosesosaos.Lasmujeresdeestequintocomiteranlasencargadasdemantenerlapazsocialenloscampamentos,de organizar las recepciones de extranjeros y de garantizar laintendencia durante los mtines, las ceremonias relacionadas7Sophie Caratini La prisin del tiempo: los cambios sociales en los campamentos de refugiados saharauisLas mujeres tomaron por costumbre recoger enbolsas los residuos de la vida cotidiana, prcticatotalmente desconocida entre los nmadas, queacostumbraban a desplazarse una vez que su lugarde residencia les pareca demasiado sucio conlosritosdepaso(bautismo,circuncisin,boda),ylasfiestasreligiosasyciviles(elcalendariosaharauiestacom-pasado con fechas conmemorativas relacionadas con la revo-lucin y con los mrtires cados en combate). Tambin tenancomo misin negociar las uniones entre familias e intervenirencasodedesacuerdo.Porque,sibienlarevolucinhabahecho tericamente iguales a todos, si bien nadie evocaba suantigua pertenencia tribal, resultaba difcil para los ancianosverasushijasaceptarmatrimoniosconhombresdelosquesabanperfectamentedequfamiliasprocedan.Yanosepodacasaraunahijasinqueelladierasuconsentimiento,peronadiesehabaatrevidoatocareltemadelacuerdodelospadres,queeraineludible.Alhabersedado,entreotrascosas, el derecho de palabra a la mujer, al consentimiento delpadre se le haba aadido la necesidad del consentimiento delamadre,loqueenocasionesfacilitabao,porelcontrario,complicabalasnegociacionesrelativasalenlace.Encasodeenlace desigual, el trabajo de las mujeres del comit de justi-ciaresultabaarduo. Y unavezqueconseguanporfin,enelnombre de la revolucin, convencer a los padres conservado-res de que casaran a sus hijas con un saharaui al que conside-rabanderangoinferiorsiguiendolalgicadelaideologadelasangre,erafrecuentevercmolafamiliadelamujerhacatodoloposibleparaconvertirlavidacotidianadelajovenesposaenuninfiernoyquestaacabarapidiendoeldivorcio.Elinfiernosonlosdems.Y esque,enelencierrodeloscampamentos,dondecadaquienvivapermanente-mente bajo la mirada del otro, no resultaba difcil emponzo-ar la vida de alguien. Un abismo separa el ideal de igualdaddelarealidadtangible;unabismoseparatambinesteidealdelasrepresentacionesdeunomismoydelotro.Aunquetuvieron lugar enlaces entre personas originarias de tribus derango diferente, se produjeron muy pocos enlaces de hijos deesclavos o de herreros con hijas de hombres libres.Esta dificultad para los casamientos desiguales en el senode las familias se vio acompaada de otra forma de resisten-cia,sensibleenelexterior,cuandomujeresjvenesqueha-ban salido a estudiar en el extranjero quisieron casarse con unhombrequenoerasaharaui.Perderaunamujerera,sinduda, insoportable para la gran tribu del pueblo saharaui.Cuando,pordesgracia,sedabatalcaso,elFrentePolisariointervenainmediatamenteparaintentarponerleremedio.Mecomentaronelcasodeunamujerquesecas,mientrasestudiabaenCuba,conunhombredelfricanegra,conelque tena hijos. Al parecer, al acabar sus estudios fue obliga-da a separarse de su marido, a entregarle sus hijos y a volvera los campamentos. En Francia, conoc personalmente a fina-les de los aos noventa el caso de una joven diplomada, ori-ginaria de una familia de herreros, que quera casarse con unfrancs.CuandolosrepresentantesdelFrentevinieronaverla para intentar que renunciara a su proyecto, se dedic aponerlos a prueba, declarando que aceptara cambiar de opi-ninsileproponancomomaridoaunsaharauideunajaimagrande,locuallesresultmuyembarazoso:slofueron capaces de proponerlecomomaridoaunintelectual,residenteenCanad,diplomadocomoella,perodescen-diente de herreros. Me han mencionado otros casos, pero nosonfrecuentes,yaquelaautorrepresindelossentimientosestprofundamenteinscritaenlaculturadelasgentesdeldesierto,impresaenelinconscientetantodeloshombrescomo de las mujeres. Slo las personalidades fuertes accedena la posibilidad de la transgresin, pero el fenmeno es pococomn. Una militante convencida me explicaba una vez conexaltacinlamaravillosalibertadquehabaparacasarse,reconociendo,mientrasserea,queleresultaraimposible,impensable,enamorarsedeundescendientedeesclavosodel hijo de un herrero!Fueprobablementedurantelaguerracuandolasbodasintertribalesfueronmsnumerosas.Elentusiasmodelarevolucinhabaabiertodelamaneramsampliaeintensaposible el campo matrimonial entre las diferentes comunida-des. En primer lugar, porque la conviccin de haber abolidoeltribalismoeramuyfuerte,yporquelasupresindeladotehabaacabadocontodaslasdificultadesmateriales.Ensegundolugar,porqueentiempodeguerra,laomnipresen-ciadelamuerteprovocaunaangustiaquemultiplicalaintensidaddelaspulsiones.Porltimo,porqueeraimpor-tantequeestepuebloaumentararpidamente,yaquesudemografaestabaenpeligroporlasituacindeguerra,yeranecesarioprepararelfuturo. Alpasarloshombrespocotiempoenloscampamentos,lasunionessedecidanmuyrpidamente,perolasparejasnotenanrealmentetiempoparaconsolidarseysedivorciabanconlamismarapidez.Ydadoquelasnecesidadesdelapolticafavorecanlanecesi-dad de consuelo amoroso, el ritmo de los enlaces se acelera-ba.Perolospadresestabanausentes,ycuandopasabanporloscampamentos,eranvctimasderumores,dehabladurasmaliciosassobrelahonradezdesusesposasquedesatabanotras mujeres envidiosas o sin pretendientes. La supresin dela dote y las largas ausencias haban convertido a las parejaseninestables.Afortunadamente,lamoralbeduinaesmslibrequelasedentaria,ylasmujeresmorasnuncasehanvistodevaluadasnisimblicanimaterialmenteporlasuniones sucesivas. Menos an en el caso de las mujeres saha-rauis, que ofrecan a sus hombres una demostracin constan-te de eficacia y de inmenso coraje.Lapuestaenmarchadeloscomitshabaotorgadoatodaslasmujeresunafuncinyuntrabajo.Eraobligatorioparticipar en la obra comn: para tener derecho a su parte delos alimentos, toda mujer en edad de trabajar tena que estarapuntadaenuncomit,ylaquenoacudaasutrabajodeinmediatosesentaobligadaahacerlo,debidoalapresinsocial.Enununiversotanestrechocomoeldeloscampa-mentos de refugiados, donde cada uno era observado por losdems y al mismo tiempo observador, nadie poda sustraerseasusobligaciones.Comoseconsiderabaquetenanqueaprenderdetodoparaserpolivalentes,lasmujerescam-biabandesectordeactividadtodoslosaos.Trashaberaprendido durante un ao los rudimentos de una profesin,pasabanaotra,pero,coneltiempo,secayenlacuentadequealgunasprofesionesrequeranunadestrezaqueseadquiraconeltiempoopormediodelaformacinconti-nua,especialmenteenloqueasaludyeducacinserefiere,asqueenestosmbitoslospuestosfueronatribuidosdemanerapermanente.Laestabilidadenestasfuncionesseacentucuandolasjvenesquehabanestudiadoenelextranjero regresaron con verdaderas competencias.Paradesarrollarlaformacindelasmujeresyparaquesusvocesfueranescuchadasentodasycadaunadelasins-tanciasdelaRASDexcluyendoelejrcito,secreunaUninNacionaldelaMujerSaharaui,querpidamentecomenz a llevar a cabo una gran actividad, organizando uncentrodeformacinparalasmujeres(laEscueladel27deFebrero,financiadaporlasolidaridadfemeninainternacio-nal) y participando en el debate poltico al ms alto nivel (supresidentaeralaesposadelpresidentedelaRepblica).Ellas eran asimismo mayora en la Unin General de los Tra-bajadoresylaUninNacionaldelaJuventud,organizacio-nes civiles transversales, de estructura igualmente piramidal,quetrascendanloscomits. Aunquenohubieramujeresenel Gobierno, es innegable que la mujer saharaui ha desempe-adounpapeldeciudadanocondedicacincompleta8Cuaderno 77Si bien la revolucin haba hecho tericamenteiguales a todos, si bien nadie evocaba su antiguapertenencia tribal, resultaba difcil para losancianos ver a sus hijas aceptar matrimonios conhombres de los que saban perfectamente de qufamilias procedandesde el principio de la revolucin, y que esos largos aos demilitanciaactivabasadaenlaautonomarelativaasuposi-cinenlasociedadnmadatradicional,lehanpermitidoobtener un estatus prcticamente sin igual dentro del mundorabe.Ademsdeloscomits,queerandealgunaformasulugar de trabajo, las mujeres de cada barrio estaban organi-zadasenclulaspolticascompuestasporunadecenadepersonas encargadas de difundir entre la base las informacio-nes procedentes de la cpula, de discutir las consignas polti-cas, de emitir las propuestas con el fin de mejorar la situacinde las familias y, sobre todo, de hacer llegar a las autoridadeselresultadodesusdebates.SibienlaideaprimeradeestasclulaseradinamizarlosintercambiosentreelEstadoylosciudadanos,yhacerparticiparalpuebloenlasdecisionesdelGobiernoinstaurandounaestructurapiramidaldecon-certacin,habaunriesgodedesviacin.Sedioelcaso,enefecto,dequealgunasmujeresmilitantesyentregadaspre-sentarandenuncias,porejemplo,sioanaalguienescucharla radio marroqu, si consideraban que tal o cual vecina falta-ba a sus deberes, o si algunos movimientos o comentarios leshaban parecido sospechosos.A pesardeestasdisonanciasinevitablesenuncontextode aislamiento que tanto agravaba el modo de funcionamien-todelasclulaspolticas,lasmujeressaharauiseranmuysolidariasentreellasyconsushijos,quevolvanaloscam-pamentoscadaverano.Estosreencuentrosinaugurabaneltiempo bendito del festival de la juventud, fiesta del teatro,de la poesa y de la msica. Los jvenes enseaban a leer y aescribirasusmadresyabuelas,queaprendanconganas,yaportaban un poco de alegra en medio del abominable calorque se abate sobre la hamada de Tinduf en verano. El pero-doestivaltraaconsigosucortejodemalestaresfsicos(disenteras,deshidrataciones,etc.)ymentales(elhospitalpsiquitricoconstruidoparaacogeraloscombatientescontraumatismos graves recibe siempre en verano un considera-ble nmero de personas de la sociedad civil).Sediceamenudoque,entodaslasculturas,lasmujeressonlasguardianasdelatradicin.Entrelossaharauisdeloscampamentos,hansidolapuntadelanzadelarevolu-cin.Esdifcilimaginarlaimportanciayelimpactodeestaprofunda transformacin interior que las mujeres han tenidoque llevar a cabo, primero en ellas mismas, y luego en todoslosdetallesdesuvidacotidiana,parallevaracaboestarevolucin.Treselementoslasayudaron,quesonprecisa-mente las pruebas que ellas tuvieron que superar: el contextodeguerraylaamenazapermanentedelamuertedesuspadres,maridosehijos(lamuertesehacebadocruelmenteentodaslasfamilias);eldesgarroafectivoprovocadoporlaseparacindesushombres,sobretododesushijos;ylasituacin de exilio y de alejamiento de su tierra natal y de laspersonasquenopudieronhuir.Y todoellosincontarelabandonodetodossusbienesmateriales,desushogaresyde sus casas en el caso de todas las que vivan en alguna ciu-dad. As pues, con esta ausencia, prdida y dolor, han traba-jado incansablemente para volver a trenzar el hilo de la vida.A finales de los aos ochenta, la atmsfera de los campa-mentossehacecadavezmsasfixiante,envenenandoelestadodenimodesarrolladoenlasclulaspolticas.Lasdisensiones ocurridas en el seno del Bur Poltico del Polisa-rio se trasladan a la base, y se va instalando un clima de sos-pecha,einclusodemiedo.Parecequelaomnipotenciaadquiridaporlaseguridadmilitardebidoalasituacindeguerra llev a algunos miembros del Gobierno de la RASD aconfundirlafuncinpropiamentepolticadelaautoridadyel uso de la fuerza de las armas. Cuando todos los miembrosde un gobierno son combatientes, la separacin de los pode-res ya no es posible, y esto provoca un conflicto latente que,al exacerbarse, no hace ms que reavivar las lneas de fisurapotencialesinscritasenlahistoriadetodasociedad,yaseande clase, de partido o de tribu. Cuando ya no se puedendiferenciarlasresponsabilidadespolticasdelasresponsabi-lidadesmilitares,ycuandoquienestienenelpoderejercendeterminadasaccionesviolentascontralapoblacincivilycontracontingentesdelejrcito,seacabasealandoynom-brandoatodoelgrupoalquepertenecelapersonajuzgadaporelrumorgeneralcomoculpablededesviacin.Esprobable que la vuelta al tribalismo apareciera entonces enelsenodelBurPolticodelFrentePolisario,cuyosmiem-broscompartanelconocimientodetodoslossecretosdelEstado.Y queestaprimerafisuraprovocara,porcontagio,un sentimiento de frustracin agudo en los habitantes de loscampamentosyenloscombatientesdebase,reactivandolaseparacinintertribal,porlomenosenlasdosprimerasgeneraciones: los ancianos que nunca haban renunciado a supertenencia a una tribu, y la generacin siguiente, que era laque con ms ardor haba militado para eliminarla. sa fue lapoca en la que las autoridades ejercieron una represin muydura contra algunos saharauis, lo cual se tradujo en encarce-lamientosy,probablemente,entorturas.Estarepresinapa-reci(oseacentu)despusdequellegaraaTindufunasegundaoleadaderefugiadosprocedentesdeMauritaniacuandoestepasseretirdelconflicto.Elfenmenoresultaclsico en los movimientos de resistencia que tienen muchasdificultades para integrar a nuevos contingentes, de los cua-lessiempresesospechaquequiereninfiltrarseenelmedioparadestruirlo,yaquienesnosetoleraqueentrenenundebatequenohancontribuidoaabrir.Encontramosestemecanismoderechazoviolentosemej anteaunapurgaenelsenodelaresistenciafrancesadurantelaocupacinalemana,enelFrentedeLiberacinNacional,enlapocadelaguerrade Argeliayenmuchasotrassituacio-neshistricasdelmismotipo.A posterioriresultasimplistaeigualmenteclsicointentarliberarsedelpesodelaculpa acusando a tal o cual persona que se haya comporta-donotoriamentecomotorturador,pero,enrealidad,elprocesoquellevaaestasdesviacionesesestructuraly,alolargodesudesarrollo,hacequeelconjuntodelapoblacinimplicada caiga en una dialctica de verdugos y vctimas queinstauraunclimadeintoleranciaexacerbadaydesospechageneral del que nadie sale ileso.El alto el fuego y laintroduccin del dineroEl alto el fuego de 1991 marca un giro importante en la vidadiariadelosrefugiadossaharauis.Tantolapresininteriorcomo la exterior se relajan. La direccin del Frente Polisario,brevementedesequilibradaporelcuestionamientopopular,autoriz a los ciudadanos a circular y salir de los campamen-tos.Quefectostuvoestaaperturaenlavidadiariadelasfamilias?Alprincipio,lagentepensquetodohabaterminado,que por fin iban a poder volver a su pas. Pero tuvieron querendirseantelaevidencia:elceseelfuegonosignificabalapaz,habaqueesperaralaorganizacindelreferndumdeautodeterminacin.Ahorabien,elcensoelectoralnohabasidoconstituido,ynopodaorganizarseunreferndumsinquelosadversariossepusierandeacuerdosobrelalistade9Sophie Caratini La prisin del tiempo: los cambios sociales en los campamentos de refugiados saharauisPara desarrollar la formacin de las mujeres ypara que sus voces fueran escuchadas en todas y cada una de las instancias de la RASD excluyendo el ejrcito, se cre una UninNacional de la Mujer Saharaui44votantes. Un gran sentimiento de impotencia y de desnimoseabatisobrelosrefugiados,obligadosareestructurarlavida diaria y a retomar la espera.Treselementosesencialescondicionaronestareorganiza-cin:unapresenciayanotantenuedeloshombresensushogares,lasupresindelasclulaspolticasylaintroduc-cin del dinero. Hasta entonces, la autogestin se haba basa-doenlosbienesentregadosenespecieporel ACNUR(AltoComisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) ylasONG,repartidosequitativamenteentrelasfamilias.Noobstante, el dinero entr en los campamentos a travs de vasprivadas: los antiguos empleados de la colonizacin espao-la solicitaron a Espaa los atrasos de sus jubilaciones; las per-sonasconfrecuenciadebuenafamiliaquecontabanconunaampliaredderelacionesrecibieronayudaendiversasformasdeparientesoamigosresidentesenMauritaniaoenotroslugares;losdiplomticossaharauisresidentesenelextranjero,algunosdeloscualesvivaninclusoenunaopu-lencia relativa aunque no despreciable, pudieron igualmentedar dinero a sus allegados y procurarles diversas ventajas. Apartirdeestecapital,minsculoydesigualmentereparti-do, surge el embrin de una economa informal.Personalmente, conoc por primera vez a los saharauis deTinduf en 1995, cuatro aos despus del cese el fuego. Hastalapublicacindemitesisen1989,losdirigentesdelFrentePolisariomeconsiderabansospechosa,enprimerlugarpor-quesoyfrancesayFranciahabaarmadoaMarruecosyaMauritania, y sobre todo porque saban que estaba escribien-do un libro acerca de una de las principales tribus saharauis,susceptible de reavivar las brasas del fuego contrarrevolucio-nario. El carcter cientfico de mi publicacin los haba tran-quilizado en cierto modo (por lo menos a los que pertenecanalatribusobrelacualescriba).Meinvitaronavisitarloscampamentoscontotallibertad,conlaesperanzadequeaceptararetomarmisinvestigacionessobresusociedad,yescribir,estavez,lahistoriadelpueblosaharaui.Efectiva-mente,mepermitieroninstalarmeconlafamiliaquemeha-baadoptadoenMauritaniaen1975(Caratini,1993)yquehaballegadoaTindufen1979;mepermitieroncircularyhablar con todo el mundo sin ningn control. De esa manera,pude descubrir la organizacin espacial de los campamentos.Untotalde165.0006personas,lamayoradeellasmuje-res, ancianos y nios, estaban repartidas en cuatro ncleos desedentarizacinsituadosenplenodesiertoycondistanciasentre s de 30 y 140 kilmetros, mientras que los hombres delEjrcitodeLiberacinvivanenlasregionesmilitaresdelosllamadosterritoriosliberados(esdecir,entreelmurodedefensamarroquylafronteradelosterritoriosreivindica-dos), con excepcin de los miembros masculinos del Gobier-no,dela Administracinydelasdelegacionesoembajadasinstaladasenelextranjero.LaPresidenciadelaRepblica,losministeriosylosdiversosserviciosadministrativosesta-baninstaladoscercadeunimportantepuntodeaguaenconstruccionespermanentesdiseminadasporrazonesdeseguridad en la hamada entre Tinduf y la zona de los campa-mentos de refugiados, a unos diez kilmetros al sur del oasis.La escuela de las mujeres, el internado de los nios, los hos-pitalesylospuntosmilitaresinaccesiblesparalosvisitantes(puestosdemando,camposdeprisionerosmarroques,cen-tros de detencin) completaban este dispositivo. Actualmen-te, esta configuracin an se mantiene.Loscuatrocampamentos,oregiones(wilaya), parecenpequeasciudadesdivididasenseismunicipios(daira),compuestosporcuatrobarriosnumerados(hayy), conformealadistribucinadministrativaalusoen Argelia.Laswila-yas ylasdairas llevanlosnombresdelaslocalidadesdelSharaOccidental.Laorganizacinespacialanalaestruc-turacirculardelassociedadescomunitariasdecarcterdefensivo,enelmbitodelawilaya, conelplanocuadradode las tradiciones guerreras del interior de la daira. Las tien-das improvisadas de los primeros aos fueron reemplazadaspocoapocoporlastiendasdecampaareglamentarias,deformatocuadrado,y,apartirdelceseelfuego,cadaquien empez a levantar construcciones al lado de su tiendaconladrillosdeadobedearcilla:secomienzageneralmentepor una pequea cocina y una ducha, y se aade algunasvecesunsalnodos(losnmadasnodiferencianentresalnyhabitacin;lasfuncionesdelosespaciossedefinenpor el momento del da, las circunstancias y la calidad de laspersonas presentes). El modelo nico de tienda, el color uni-formedelosmaterialesdeconstruccinylaalineacindelas construcciones, dan al conjunto una sorprendente homo-geneidad arquitectnica.Paraintentarentenderlavidadelosrefugiados,empecpidiendo a cada uno de los miembros de mi familia de adop-cin que me contara lo que haba vivido desde nuestra sepa-racin,veinteaosatrs,ydecidhacerunseguimientoacada una de las mujeres en sus tareas cotidianas. Haba ledomuchasdescripcionessobrelaorganizacindelapoblacincivilencomitsyclulas,perolaimagenqueyomehabaformado estaba muy lejos de la realidad. Cuando quise parti-ciparenelcomitdeproduccindemibarrio,descubr,congransorpresa,quelaactividadefectivadelasmujeresque lo constituan era mnima si se aprecia desde el punto devistadelaconcepcinoccidentaldeltrabajo.Cadamaanapreguntaba a mi hermana del comit cul era el programadelda,ymecontestaba:Hoynohayreuniones.Trasvariosdasqueyoconsiderabadeinactividad,mellevporfin a una reunin. All me encontr con varias mujeres, queestuvieron juntas durante una o dos horas, tomaron t, char-larondecosasvariasyconcluyeronlareuninconstatandoque, de momento, no podan hacer nada porque no se habarecibido material. Me explicaron que los envos de lana eranpoco frecuentes y que las mujeres encargadas de la artesananopodanproducirnadasinotenanmateriasprimas,ysehallabanlamayorpartedeltiempoenparo.Decidiralahuerta. All,tambin,todoseencontrabaencalma:unviejohortelano negro se ocupaba plcidamente de unas pequeasparcelas cultivadas. Luego me interes por el comit de saluddemibarrio,perounavezmsquedsorprendidaporelcarcterinconsistentedelasinfraestructurasydelpersonal.Mellevaronaldispensario,dondeencontraunenferme-ro y a una auxiliar dotados de un pequeo botiqun prc-ticamentevacoydedossalasvetustas,casisinamueblar,ocupadaspordosmujeresqueacababandedaraluz.Mstarde,meencontrconunasmujeresdelcomitdejusticia,quemedescribieronsusfunciones.Mepareciquehabaencontradoporfinelmaterialparallevaracaboencuestasantropolgicas,puessuobjetivoeraorganizarlosritosdepaso,lasfiestasreligiosasysociales,y,sobretodo,negociarlasalianzasmatrimoniales.Peroestecomitsedisolvipocos meses despus de mi paso. Por ltimo, quise compren-der el trabajo de las mujeres del comit encargado de la dis-tribucin alimentaria. Este sector estaba igualmente inactivo:meexplicaronquelosvveresslollegabanhastalawilayaunavezalmesyqueacababandeserrepartidos:tenaqueesperar al mes siguiente.10Cuaderno 77Un gran sentimiento de impotencia y de desnimose abati sobre los refugiados, obligados areestructurar la vida diaria y a retomar la esperaEl modelo nico de tienda, el color uniforme de los materiales de construccin y la alineacinde las construcciones, dan al conjunto unasorprendente homogeneidad arquitectnica Pensquepodraasistiraunacampaa.Lasmujeresmehablabanmuchodelacampaadehigieneenlaque,segn me contaban, todas participaban con ahnco. Esta cam-paa tena lugar una vez por semana, muy temprano. El daindicado, me levant pronto, pero lo que me haban descritonotenanadaquever,enrealidad,conloqueyomehabaimaginado:mesealaronalolejos,enlalindedelcampo,aalgunas mujeres dispersas que, a juzgar por la lentitud de suspasos, parecan estar de paseo recogiendo lentamente aqu yall algn papel tirado. Aparentemente, la poca pica de lasgrandescampaasydeltrabajointensohabaacabado.Tambin es posible que los ritmos del tiempo se perciban dediferentemaneraeneldesiertoqueenlasgrandesciudadesdeclimatemplado,yqueunmomentodeactividadbreveeintensoocupeeneldesierto unlugarconsiderableenlasrepresentaciones tanto antes como despus del acontecimien-to.Lasmujeresmecontabanqueenlapocadelaguerrahabantrabajadomuyduramente,enparticularfabricandoladrillosdeadobeparaedificarescuelasyedificiosadminis-trativos, y ms tarde sus propias casas, pero que ahora recu-rran,cuandotenanlaoportunidad,yaseaasushermanos,primos,hijosomaridosqueestabanmsdisponibles,yaseaaunamanodeobramasculina,generalmentedeorigenser-vil, que haba aparecido en los campamentos a partir del finalde la guerra y la introduccin del dinero. Alas mujeres el tra-bajo de la construccin les pareca demasiado; de hecho, slosaban fabricar ladrillos y la mayora de los edificios adminis-trativos, comisaras, escuelas, dispensarios y, sobre todo, hos-pitales haban sido construidos por organizaciones no guber-namentales.Losnumerososprisionerosmarroques7quevivan all en condiciones muy extremas tambin fueron utili-zadosporelFrentePolisarioparaacondicionarlaspistasyhacer los trabajos de construccin ms duros.Acompa a los nios de la familia a la escuela, conoc aalgunosprofesoresyprofesorasyasistalasclasesduranteunos das. En los aos posteriores al alto el fuego, el personaldelasescuelasydelosdispensariosestabaformadoensumayora por jvenes que llegaron a los campamentos siendonios y que haban recibido una formacin. Es impresionan-te,enefecto,quelossaharauisconsiguieranescolarizaral99%desushijos,sindistincindesexoodepertenencia,apesar de la situacin de guerra y de la falta de recursos. Pero,como todos los chicos haban sido reclutados para el ejrcitoalos18aos,sehabacreadounadesigualdad:lasmujerestenan titulaciones superiores a las de los hombres, lo cual nodejabadecrearunciertomalestar,einclusoinquietud,antela idea de que habra ms elementos femeninos que masculi-nos entre los cuadros de la nacin. Apartir de 1991, el FrenterenunciaalistaralosnuevosbachilleresenelEjrcitodeLiberacin,animndolos,porelcontrario,aqueaprovecha-ranelceseelfuegoparaestudiarenlasuniversidadesdeArgelia, Cuba y, sobre todo, Espaa.Yo haba llegado a los campamentos veinte aos despusde su instalacin; el grueso del esfuerzo ya estaba hecho, losritmosdelavidasocialestabanapaciguadosyelmilitantis-mo pareca un tanto falto de fuelle. Sin embargo, me di cuen-ta de que, para las mujeres, la participacin en los diferentescomitstenaunaimportanciaincomparablementesuperioralaaparenteinsignificanciadelacargadetrabajo.Estolesotorgabaunafuncin,unrol,unlugarenlasociedad.Y deeselugarsederivabaunconjuntodederechos:elderechoasu racin alimenticia, el derecho a la educacin de sus hijos,a los cuidados mdicos, el derecho a dialogar con las autori-dades por medio de la representante del comit. Estas muje-resquepasabaneldasinhacernadaestabanenrealidadensurealidadmuyocupadas.Cuandomedecanconorgullo yo trabajo en tal comit, tena la impresin de queestabandandoaentendertodalaprofundidaddeunaexis-tencia social.En1995,elalcancedelaintroduccindeldineroenloscampamentos an no era demasiado amplio. En cada barrio,en cambio, haba alguna pequea tienda privada, que permi-ta a los que tenan algo de dinero realizar pequeas comprasadicionales, como t, azcar, cerillas, telas, algunas golosinas,ropa para los nios, etc. No cabe la menor duda de que estecomplemento,pormodestoquefuera,lesparecaextraordi-narioaquienespodanpermitrselo.Perolacostumbredecompartir haca que si alguien haba conseguido algo ms,tambinlorepartieraconsusvecinosyparientes.Elnohacerloenocasionesocurrasignificabacubrirsedeoprobio. Las mujeres haban vivido momentos tan duros quehabandesarrolladolazosmuyestrechosconlasvecinas,amenudomsfuertesquelosquemantenanconsusparien-tesdeotroscampamentos.Comoeldineroconseguidoporloshombresibaapararesencialmentealasmujeresdesusfamilias,algunasinvirtieronenminsculosnegocioscomer-ciales locales. Una de las mujeres de mi familia de adopcin,porejemplo,comprabadevezencuandounpaquetedecigarrillos,querevendadeunoenunoaloshombresquepasabanporall(porlogeneral,lasmujeresnofumaban).OtrademisconocidasrecibadeMauritaniamelfasesostejidos de algodn de colores que las mujeres saharauis utili-zan como vestimenta, al igual que todas las mujeres morasy las venda despus en los campamentos.La circulacin del dinero era demasiado reciente y dema-siadoparcialcomoparagenerarverdaderasdesigualdadessociales, pero se poda temer que, si el fenmeno se extenda,podracomprometerelsentimientodeequidadquehabacontribuido a crear la fuerza de la cohesin social.Otrocambiodelavidadeloscampamentoslesparecams peligroso: la misin de la ONU encargada de la identifi-cacin del cuerpo electoral invitaba a las personas a inscribir-se en el censo, llamndolas desde la radio por tribus. La per-tenenciatribaldejabadeserunsecreto:algunosdescubranconestuporlaidentidaddesusvecinosoamigos,ycadaquien empezaba poco a poco a readuearse de la imagen desuestatusdeorigen.Muchasmujeresquehabantenidovarios hijos en enlaces sucesivos se daban cuenta de que sushijos no compartan la misma sangre, porque sus respectivospadres procedan de tribus diferentes. Ciertamente, el pero-do de la guerra haba favorecido una gran mezcla, particu-larmenteenlajuventud,porloqueloscombatientes,quegozabandepermisosmslargosymsfrecuentes,seveanabocadosaandarerrantesentrelatiendadesumadreylasdesusesposas,quecriabanniosquenoerandeellos,mientrassuspropioshijosestabandispersosenotrasfami-lias.Estefenmenoseacentuabadebidoaqueenlaculturanmadalajaimaesalavezpropiedadyterritoriodelamujer.Unhombresolonotienedomicilio,duermealaintemperieoenlajaimadeunapariente.Encuantoaloshombrescasados,sehallabananteotroobstculo:enausen-cia de padres, hermanos y esposos, las mujeres haban revo-11Sophie Caratini La prisin del tiempo: los cambios sociales en los campamentos de refugiados saharauisPara las mujeres, la participacin en los diferentescomits tena una importancia incomparablementesuperior a la aparente insignificancia de la cargade trabajo: les otorgaba una funcin, un rol, un lugar en la sociedadAlas mujeres el trabajo de la construccin lespareca demasiado; la mayora de los edificiosadministrativos, comisaras, escuelas, dispensariosy hospitales haban sido construidos pororganizaciones no gubernamentales lucionadolacostumbrematrilocal.Efectivamente,enelmundorabelacostumbreesquelajovenesposasevayaavivir con la familia del marido. Y como los maridos no esta-ban casi nunca, las saharauis haban decidido hacerlo de otramanera.Yalesresultabamuydolorosotenerquesepararsedesusmaridosyenviarasushijostanjvenesaestudiarlejos,asquelesparecidemasiadoinsoportablelaideadeabandonarasusmadresyhermanasytrasladarsetrascadaenlaceparairseavivircadavezconunasuegradistinta.Adems,estamudanzaresultabamaterialmenteimposibleunavezquehabanconstruidounapequeacocinaounpequeo saln. As que muchas de las jvenes esposas prefe-ran quedarse cerca de sus padres ancianos, sobre todo cuan-dostosnotenanotrahijaqueseocuparadeellos.Perocomo el cdigo del pudor de las gentes del desierto prohibaal yerno estar en presencia de sus suegros, y en particular desusuegro,elmaridoquevolvadelaguerraseencontrabacasi viviendo con la familia de la mujer pero obligado a evi-tar permanentemente a gente con la que se cruzaba todos losdas.La revolucin saharaui, si bien disolvi las desigualdadesde rango y de estatus entre los hombres y aboli el principiodegerontocracia,noconsiguionoquiso?tocarelcomplejoconjuntodesignosydecomportamientosobliga-dosquerigenlasrelacionesentrelasgeneracionesyquedifierenenfuncindelgradodeparentesco.Y esque,enlaculturamora,latransgresindeestoscomportamientosdereservaydeevitacinprovocaentodoslosindividuos,yaseanelobjetooelsujeto,unamezcladepudor,devergen-za,deincomodidad,dehumillacin,einclusodedeshonor.Renunciaratransmitirestecdigohabrasignificadoparalossaharauiselabandonodetodaformaderespetohaciaelotro. Al igual que en la poca del pastoreo nmada, los jve-nes,aunquefueranhroesdeguerra,siguieronsinfumardelante de sus mayores, bajando la mirada ante los ancianosdesufamilia,sinhablarsobrealgunostemasconsideradoscomoincorrectosdelantedeellos,yreproduciendolasestrategias de evitacin relativas a sus suegros.La revolucin se detuvo en el umbral del pudor.El abandono de la revolucinDesde la cada del muro de Berln, ya nadie habla de revolu-cin.Obligadosaadaptarsealasnuevasideologasdomi-nantes,lossaharauishanabandonadoprogresivamentelosprincipiosdeautogestinigualitaria;hanoptado,almenostericamente,porelmultipartidismoyelliberalismoecon-mico,llegandoinclusoasuprimir,en1997,laorganizacinen comits que haba estructurado la vida de los refugiados.Qu consecuencias ha tenido esto para los habitantes de loscampamentos? Cmo han vivido el abandono de la revolu-cin?Culessonlasgrandestendenciasdelaorganizacinsocial hoy en da?El Ejrcito de Liberacin se ha mantenido en activo en lapartedelterritoriodelSharaOccidentalcontroladaporlaRASD,perohadisminuidoprogresivamentesusefectivos.Enlosprincipaleslugaresdevivaquedelastropas,hastaentonces mviles, se han construido acantonamientos fijos, lavidamilitarsehaorganizadodeunmodomssedentarioylos soldados gozan de permisos ms frecuentes y ms largos.Losquenosequedaronenelejrcitoregresaronalavidacivil y volvieron a los campamentos, pero, despus de algntiempo, se dieron cuenta de que all no podan hacer ni espe-rar nada. Los que no haban perdido las habilidades ganade-ras y consiguieron reunir un pequeo rebao volvieron a lospastos, pero no son muchos. Aquellos que tenan lazos con lasociedadmauritanadelasciudades,ypodanseracogidosall,tambinhandejadoloscampamentosunavezquehanencontradoallalgnmedioparamantenerasufamilia.LaciudaddeZuerathaexperimentadouncrecimientoimpor-tantegraciasalapresenciadeestosltimos.Tambinseencuentran en Nuadhibu, y en menor medida en Nuakchott.De manera ms individual, algunos individuos han llegado aMarruecos, ya sea para buscar un sustento, ya sea para mani-festarostensiblementesudesacuerdoosuenfrentamientoconlasautoridadesdelaRASD.Otroshanintentadointe-grarseenelmercadoargelino,llegaraCanariasoemigrardirectamente a Europa, preferentemente al antiguo pas colo-nizadorycuyoidiomalossaharauissuelenhablar:Espaa.Pero la mayora permanece all.Estaafluenciadehombressintrabajohadesarrolladoenpocosaosunaeconomainformalimportante,basada enparticularenlaactividaddelcontrabando.A travsdeldesierto,sehatransportadotodotipodemercancas,desdecartonesdetabacoamericanohastacamionesportacontene-dores Renault, especialmente apreciados en el mercado arge-lino.EstasmercancasllegabanalospuertosmauritanosdeNuakchottyNuadhibu,dondelossaharauiscontabanconcomplicidadesenlosserviciosdeaduanasyconelacuerdoinformaldelGobiernomauritanodeMauiyaUldTaya,8queprobablementetambinsacabaalgnbeneficiodeestearreglo. Posteriormente, los transportistas saharauis se encar-gabandellevarlashaciaelnorte,utilizandocaminosfueradepista,bienporelinteriordelosterritoriosliberados,bienporelladomauritano,paradesvanecerseenalgnpuntodelosconfinesentreMaliy Argelia.Durantealgunosaos,estecomerciofuemuyfloreciente,yprobablementealimentlasarcasdelaRASD,loqueotorgquizsalGobiernosaharauiunapequeaparceladeautonomadegestinrespectoasuomnipotentealiadoargelino.Enpocosaos,loscampamentosderefugiadosseconvirtieronenunpunto econmicamente estratgico para las redes del comer-ciotransahariano,formaloinformal,reactivandoenconse-cuencia los intercambios en la ciudad de Tinduf, cuya impor-tante feria anual haba sido interrumpida en el momento delestallidodelaguerra.Peroestetipodecomerciodelargadistancia no proporciona suficientes puestos de trabajo comopara ocupar a todos los saharauis de los campamentos. Parapoderdedicarsealesnecesariodisponerdeunpequeocapitalinicialy,sobretodo,hayquesaberorientarseeneldesierto. Los jvenes que regresan tras sus estudios, con o sintitulacin, no tienen las competencias necesarias. Actualmen-te,laposibilidaddepasarmercancasdecontrabandosehareducido notablemente y la vigilancia ejercida sobre los con-trabandistasesmsrigurosa.Demanerageneral,elcontrolpor parte de las tropas argelinas se intensific tras la instala-cin, en esas zonas desrticas muy difcilmente controlables,de elementos salafistas (uno de los brazos armados del movi-mientoislamistainternacional),muchomspeligrososquelos traficantes saharauis.Eldesarrollodelaeconomamonetariaenloscampa-mentoshageneradolaaparicindemultituddepequeosoficiosyserviciosmecnicos,albailes,electricistas,taxiscolectivos,restaurantes,tenderos,panaderos,carpinteros,etc., pero el crecimiento de las actividades est limitado porla escasa capacidad de absorcin del mercado local. Muchoshombres se ven condenados a la inactividad, particularmen-12Cuaderno 77En los principales lugares de vivaque de las tropas, hasta entonces mviles, se hanconstruido acantonamientos fijos, la vida militarse ha organizado de un modo ms sedentario y los soldados gozan de permisos ms frecuentes y ms largos55te los pertenecientes a las antiguas categoras libres, ya queenlasociedadnmadaeltrabajomanualestdevaluado,sobre todo si el estatus de la tribu es elevado. Entre la gentequenopuedesalirdeloscampamentos,algunosherreroshbiles o emprendedores han conseguido, con ms facilidadqueotros,reconvertirsedentrodelosserviciostcnicos,loqueleshaproporcionadounacomodidadrelativa.Losdes-cendientesdeesclavoshanretomadoigualmentelacostum-bredeintercambiarsufuerzadetrabajoabajoprecio,perosusituacinsiguesiendomuyprecariaporqueelcampodesusrelacionesesmuyreducido.Enlaculturamora,loqueimporta es la dimensin y la posicin de la red de pertenen-cia de cada quien en la sociedad global. Sin este capital derelacionesy,adems,sinoficio,lasposibilidadesdeconse-guir un modo de supervivencia son nfimas.Al haberse disuelto los comits, las mujeres tambin hanperdido, adems de su trabajo, el sentido y la importanciade su funcin, y han puesto al orden del da el uso de la dote,alegandoqueestabancansadasdelafrivolidaddeloshom-bres, muy dados a repudiarlas, lo que las obligaba finalmen-te a educar solas a una multitud de hijos de distintos padres.Para ellas la reaparicin de la dote representa una especie degarantadesolidezdelaalianza,ylaafirmacinparadjicade su valor como mujeres y como futuras esposas. Paradoja,enefecto,yaqueelpagodeladotepodraasociarseaunatransaccin mediante la cual se atribuira a la mujer un esta-tus de objeto, tantomscuantoque,coneldinero,laprosti-tucin ha aparecido en los campamentos e incluso en Tinduf,dondealgunasmujeresdesposedassevenobligadasaven-dersusencantosamilitaresargelinos.A suvueltadespusdelosestudios,lasjvenesseventodavamsparalizadasqueloschicos,locualaumentaobjetivamentesudependen-ciarespectoalsexomasculino.Asistimosatresfenmenossintomticos de la degradacin de la relacin entre los sexos:el importe exorbitante de las dotes pedidas, hasta el punto dequeesmscarocasarseenloscampamentosque,porejem-plo, en Nuakchott; la asociacin entre el importe de la dote yelrangodelafamiliaenlalgicadelaideologatribal;yladegradacindelasrelacionesentrelosgneros,demaneraque los hombres jvenes se quejan de que a las mujeres slolesinteresasudinero,mientrasquelasmujeresjvenesselamentan de que ya no hay amor en los campamentos.Enlugardelanzarseenlacarreraporeldinero,algunosjvenes habran podido asumir responsabilidades polticas eimplicarse en la construccin de la nacin, pero las autori-dadeshandesarrolladounanotoriadesconfianzahacialageneracinqueregresatituladayportadoradeunanuevamodernidad. Este fenmeno es patente si se examina al per-sonaldelaparatodelEstadoenactivoenTindufoenlasembajadasydelegacionessaharauisenelextranjero.Enlamayora de los casos, los hombres son los mismos que en losprimerosaos.Conlaedad,sehanconvertidoasuvezenlosmayoresquenotienenningunaintencindeasociaralosjvenesalpoder.Enesteaspecto,tambin,larevolucinha muerto.Cierto es que en un contexto de liberalismo ideolgico,lajuventudmilitantedehoy,inclusocuandoestorgani-zada, ya no tiene el fervor de la juventud de antao. El fen-meno es internacional: los jvenes saharauis, hartos de tele-visinydeaburrimiento,seinteresanmsporelconsumo,laCoca-Cola,lacienciaficcinylashistoriasdeamorquepor la poltica. La economa informal casi ha generalizado laelectrificacinpormediodeplacassolaresenloscampa-mentos,partedelascualeshansidoproporcionadas,juntocontelevisores,porlasociedadcivilespaola,querecibecada ao entre 5.000 y 8.000 nios durante las vacaciones deverano.Enrealidad,losjvenessueanconlaEspaaquehandescubiertosiendoniosyquesehaconvertidoenelnuevoElDorado.Todoslosquepuedenobtenerunpasa-porte, incluidos los diplomados en Cuba o en otros lugares,intentanaccederalmercadodetrabajoespaolconlaespe-ranzadeencontrarunempleoquelespermita,primero,escapar a la inmovilidad del tiempo y, despus, enviar dine-roasusfamilias.A susfamilias,esdecir,aesasmujeres,aesosancianosyaesosniosquesiguenbloqueadosenlahamada de Tinduf junto con los hombres que no han conse-guidoempleonihanlogradomarcharse,sinotromediodesupervivenciaqueelACNURylosescasosrecursosdelasONG y del Gobierno de la RASD. Para los cabeza de familiacuyoshijosyacrecidosnovenopcionesdefuturo,lasitua-cinestantomstrgicacuantocadaveztienenmsmuje-res y nios a su cargo.Hacersecargodesufamiliaseconvierteenunimperati-voparatodos.Para2006el ACNURhareducidoa90.000elnmero de refugiados que deben recibir asistencia, mientrasque,duranteaos,sehacalculadoquelossaharauisdeloscampamentosbeneficiariosdeayudaseran165.000.Sinembargo,losfenmenosmigratoriosnohancompensadoelcrecimientodemogrfico,cuyapresinesmuyfuerte,talycomo atestiguan la extensin espacial de los campamentos yla densificacin del hbitat. La consecuencia de esta dramti-cadisminucindelasdonaciones,debidaaconsideracionespolticasmsquehumanitarias,esque,enrealidad,conlosalimentosenviadosaloscampamentosseproporcionaalasfamilias raciones mensuales que apenas cubren sus necesida-desesencialesdurantediezdas.Y notodostienenmediosde subsistencia adicionales a los de la solidaridad internacio-nal, ni mucho menos. El segundo factor de incremento de lascargasdelasfamiliaseslaaparicindenuevasnecesidadesrelacionadas,porunlado,coneldesarrollodelaeconomademercadoylaaparicindelasdesigualdadesquestagenera,yporotro,conlamediatizacindelainformacinprocedentedelrestodelmundo,yaseaquellegueporlatelevisin,Internetyeltelfono,oquecirculeconaquellosquevanyvuelven.Cabedestacarestefenmeno,yaquemanifiestaelapegoindefectibledelossaharauisasusfami-liasyasucausa:segnelrepresentanteenfuncionesdelACNURenTinduf,conquiencoincidenelao2003,noexisteenelmundouncampamentoderefugiadosenelquese observe que regrese alguno de aquellos que han consegui-domarcharse.Encambio,lossaharauisquetienenmediosparaabandonarTinduf,hombresymujeres,vuelvensiem-pre.Enmifamiliadeadopcin,porejemplo,algunasmu-jereseninviernosemarchandurantevariosmesesaMau-ritaniaparacompartirlavidanmadaconsushermanascasadas en este pas, y luego regresan a casa, a veces inclu-soacompaadaspormauritanosomauritanas,parientesoamistades,quevienenparaasistiraunaboda,compartirundueloosimplementepasaruntiempoconlagentedeloscampamentos. Los jvenes que salieron a estudiar a Espaa yhan decidido quedarse no slo envan la mayor parte de susingresos a sus madres y hermanas, sino que vuelven regular-13Sophie Caratini La prisin del tiempo: los cambios sociales en los campamentos de refugiados saharauisEl desarrollo de la economa monetaria en loscampamentos ha generado la aparicin demultitud de pequeos oficios y servicios, pero elcrecimiento de las actividades est limitado por laescasa capacidad de absorcin del mercado localEl fenmeno es internacional: los jvenessaharauis, hartos de televisin y de aburrimiento,se interesan ms por el consumo, la Coca-Cola, la ciencia ficcin y las historias de amor que por la polticamenteparavisitarlasyregresarnparacasarse.Estoocurreen todas las familias.Laterceracausadeldesarrollodelascargasfamiliaresprovienedelhundimientodelosserviciospblicos.ElGobiernotienecadavezmsdificultadesparareteneraunpersonalcuyovoluntariadoeralaformaprimerademili-tancia,yaquelapresinsocialpesasobrelosindividuosensentidoopuesto:porqutrabajarparaunGobiernoquenopaga a sus empleados, cuando l mismo parece estar formadopornotables?Cmonovenirseabajosiunonopuedeaportarelsustentoasufamilia,mientrasotrosquetrabajanenelsectorprivadohacenostentacindesucomodidadmaterial?Porqudar,cuandotodosevendeyyanadasereparte?A pesardelavacuidaddelosdasydelapesadezdel aburrimiento, ya nadie quiere trabajar gratuitamente, por-queeltrabajoyanotienemssentidoqueeldesuvalormonetario.ElEstado,conscientedelcarcterinsostenibledela situacin de sus funcionarios, ha instaurado una especie desistemasalarial.Perosupresupuestoestanescasoqueslopuedeofrecerentre15y30eurosalmes,comopromedio,asuscombatientesyalpersonaldelaadministracin,delasalud y de la educacin. La generacin que ha tenido acceso aunaformacinslidanoaceptaestascondiciones;todaslaspersonas capaces de llevar realmente a cabo esas funciones sehanmarchadoparavendersuscompetenciasenotrosluga-res,almenoscuandoleshasidoposibleabandonarTinduf.Las pocas personas que aceptan trabajar en escuelas y dispen-sarios ya no tienen la formacin suficiente,9lo cual es perjudi-cialparaelestadodesaluddelapoblacinydisminuyelacalidaddelaeducacindelosnios.Lamortalidaddelasmujeresduranteelpartohaaumentado,10yprobablementetambin la mortalidad infantil. Las escuelas primarias siguenfuncionandoapesardelabsentismodelosmaestrosydesuescasa competencia, pero cuando los nios llegan a las escue-las argelinas una vez acabado el ciclo primario en los campa-mentos,seconstataunretrasotalquemuypocosdeellosconsiguenllegaralbachillerato.Y,sinembargo,losniossaharauis tenan en Argelia una reputacin de alumnos exce-lentes, inteligentes e incluso brillantes. Hoy por hoy, el padrede familia que, por ejemplo, desee curar a su esposa o educara su hijo en Tinduf, o en las ciudades de Zuerat o Nuadhibu(Mauritania),oinclusomslejos,seveobligadoaencon-trardinero.Enuncontextosemejante,sepuedeentenderquelasolidaridadinternadelasfamiliashayasuplantadofinalmentelaayudamutuaentrevecinos,sibienstanohadesaparecidodeltodo.Delunoparatodosytodosparaunosehallegadoalcadaunoensucasa,yDiosenladetodos,conladiferenciadequeelunonuncapuedeserindividualenlasociedadmora,yquesobrelasespaldasdecada uno sobre todo cuando se es hombre, o el mayor deloshombresrecaelapesadaresponsabilidadrespectoavariasdecenasdeindividuostotalmentedesprovistosdetodo.MuchagentetienelasensacindequeelGobiernolosha traicionado y que todo el mundo los ha abandonado.Noesdeextraarqueestereplieguesobresmismo,sobre las relaciones de parentesco y sus aliados tradicionales,hayaincrementadoconsiderablementelasdesigualdadessociales en ciernes en el perodo anterior. Esta desigualdad yestereplieguesonvisiblesenlapropiaarquitecturadeloscampamentos. Durante el perodo de la guerra, los saharauisdeloscampamentosvivanenjaimas,queriendodeestaformareafirmarsufeenlavictoriay,enconsecuencia,enelcarcterprovisionaldeloscampamentosderefugiados.Conelceseelfuego,loscampamentosdelonaseconvirtie-ron en pequeas ciudades de arcilla, pero las casas permane-canabiertasytodosgozabandeunbienestarsensible-menteparecidoaldesuvecino.Conlaintroduccindeldinero,aparecieronlasllaves:secerrabanlaspuertasconllave para proteger los bienes adquiridos por insignifican-tesquefueranysustraerlosalmaldeojoyalosladro-nes(yaque,porsupuesto,losladronesaparecieronalavezqueeldinero).A partirde1997,losquetenanmedioscomenzaron a construir paredes para sustraer sus parcelas ala mirada de sus vecinos y de los paseantes, y la desigualdaddemediossehizoperceptibleatravsdelasdimensionesydeloselementosdeconfortdelasviviendas.Adems,mientrasqueanteriormenteelespaciodeconvivenciadelafamilia estaba orientado hacia el exterior, hoy en da es inte-rior,disponiendocadauno,ademsdesujaimaydesuspequeos edificios, de un patio privado, al abrigo de todaslas miradas (y de todos los odos).Desdeentoncesloscampamentosseasemejanapeque-as ciudades del Tercer Mundo, con su carga de miseria y dedesigualdadesflagrantes,dearr