Hoy Mamá Burra va al cine y Gallina viene a cuidar a Burrito.–¡No te vayas! -le suplica Burrito a su mamá.–Volveré muy pronto -promete Mamá Burra.–Bueno, me puedo quedar solo -dice Burrito pensativo-, porque ya soy un burro grande.–No, no -dice Mamá Burra- Gallina se quedará contigo, pórtate bien y hazle caso.
–Hola pequeño -dice Gallina acomodándose en el sofá-. Eres muy lindo. Nos vamos a divertir.Burrito sirve el té.
–¿Quieres un rico plato de avena? -le pregunta Gallina.–Quiero papas fritas -dice Burrito.–¿Papas fritas? No, no -dice Gallina.–Mi mamá siempre me deja comer lo que yo quiero. Ella siempre dice que sí.
Gallina abre la despensa y saca un gran pedazo de queso. –No puedes tomar eso -dice Burrito- mi mamá se va a disgustar.Pero Gallina se come el queso.
–Cuéntame un cuento -dice Burrito-.–Está bien -dice Gallina-. “Había una vez un burrito que se puso su pijama, estaba muy cansado y quería dormir.”A Burrito no le gusta nada ese cuento.
–Quiero salir a jugar -dice.–Ya es demasiado tarde -contesta Gallina.–Mi mamá siempre me deja -se queja Burrito.–Está bien, pero sólo un ratito -contesta Gallina.
Burrito corre fuera de la casa.–¡Yaki! -grita. –¡Burrito! -exclama Yaki contento- mi mamá va de compras, así que me quedaré contigo.
Corren por el jardín, saltan en el lodo, salpican en el agua del charco.
–Tengan cuidado -les dice Gallina.
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