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Transferencias monetarias para superar la pobreza de los adultos mayores.
El caso de México 2008
Avances del Trimestre 11-O
Alumna: Alida Marcela Gutiérrez Landeros Asesora: Dra. Nora N. Garro Bordonaro
.
Julio 2011
2
Resumen
El objetivo de esta investigación es examinar el efecto que genera la ausencia de un
esquema de seguridad social en adultos mayores sobre la pobreza y el consumo. Así como
cuantificar el costo social y económico de implementar una política de transferencias para
sacar de la pobreza a la población de 65 años y más. Para estos fines, se estima el indicador de
pobreza propuesto por Sen (2001), el cual integra 3 dimensiones: conteo de cabezas --head
count--, brechas—gaps--e intra- desigualdad. Además, se incluye una propuesta de estimación
del monto de las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza alimentaria,
de capacidades y patrimonial, basado en la medición de las brechas per cápita entre el ingreso
observado y la línea de pobreza correspondiente. La muestra recoge información de la
Encuesta de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH) de México para el periodo 1992-2008.
La hipótesis subyacente es que los sistemas de pensiones no son progresistas, ni
redistributivos. En este contexto, se conjetura como prioritario la constitución de un ingreso
básico cuyo régimen sea de tipo universal. Además se asume que el descenso de la tasa de
dependencia genera un aumento en el ahorro de las familias, con lo cual se asegura un ingreso
aceptable durante la vejez.
Del análisis cualitativo se advierte, que las características del mercado laboral, la limitada
cobertura de los sistemas de pensiones y la transición demográfica en México provocan
expectativas negativas sobre el consumo preferente y la redistribución del ingreso en la
población de 65 años y más. Los resultados del análisis cuantitativo indican que se requiere
una baja proporción del PIB y gasto de gobierno para sacar de la pobreza a los adultos
mayores.
3
Índice Capítulo 1. Sistemas de seguridad social. El contexto de propuestas: demografía,
informalidad, pobreza y reformas recientes en México ....................................................... 10
Introducción ........................................................................................................................ 10
1.1. Propuestas teóricas recientes a los sistemas de seguridad social en el mundo ..... 11
1.2. La cuestión demográfica. El caso de México ........................................................... 15
1.3. La cuestión de la formalidad de los empleos. El caso de México ........................... 20
1.4. La cuestión pobreza. El caso de México .................................................................. 21
1.5. Sistema de seguridad social en México: Evolución ................................................. 23
1.5.1. Estructura de los principales programas de pensiones ........................................... 24
1.6. La crisis financiera de los sistemas de seguridad social en el mundo ..................... 29
1.7. Reformas recientes al IMSS e ISSSTE. Principales consideraciones ........................ 32
1.7.1. Inviabilidad financiera ............................................................................................. 32
1.7.2. Reforma al IMSS ...................................................................................................... 35
1.7.3. Reforma al ISSSTE .................................................................................................... 39
1.8. Conclusiones ............................................................................................................ 43
Capítulo 2. La situación económica de los adultos mayores en México: pobreza y empleo ... 45
Introducción ........................................................................................................................ 45
2.1. Los pobres extremos con edad adulta mayor.......................................................... 46
2.2. El trabajo en la edad adulta mayor ......................................................................... 48
2.2.1. Mercado laboral y adultos mayores ........................................................................ 49
2.2.2. Pobreza, mercado laboral y vejez ............................................................................ 53
2.3. Retirados y asegurados con edad adulta mayor y las pensiones ............................ 58
2.4. Conclusiones ............................................................................................................ 65
Capítulo 3. Modelos de decisiones individuales e intervención del estado en temas
relacionados con la seguridad social ................................................................................... 67
Introducción ........................................................................................................................ 67
3.1. Enfoques teóricos .................................................................................................... 68
3.1.1. Ciclo Vital- Franco Modiglianni ............................................................................... 68
3.1.2. Economía de la Felicidad ......................................................................................... 71
3.1.3. Teoría de la Elección Social - Arrow ......................................................................... 85
3.1.4. Teoría de la justicia- John Rawls ............................................................................. 89
3.1.5. El enfoque de capacidades - Amartya Sen .............................................................. 92
3.1.6. El votante mayoritario y redistribución generacional ........................................... 102
4
3.2. Justificaciones de una política social de transferencias monetarias a los adultos
mayores pobres ................................................................................................................. 109
Capítulo 4. Una estimación de política social para México, 2006-2008 .............................. 112
1.1. Introducción .......................................................................................................... 112
1.2. Población objetivo: adultos mayores pobres ........................................................ 113
1.3. Una metodología para la estimación de las transferencias monetarias requeridas
para eliminar la pobreza entre los adultos mayores ......................................................... 117
1.4. Medidas de la Pobreza para los adultos mayores en México. Resultados. .......... 120
1.5. Ejercicio de simulación. Costo requerido para sacar de la pobreza al 25% y 50% de
la población adulta mayor en situación de pobreza de capacidades. .............................. 124
1.6. Conclusiones .......................................................................................................... 128
Bibliografía ...................................................................................................................... 130
Anexo 1. Ejercicios de programación en el paquete estadístico Stata. ............................... 140
A. Para el año 1992 se hizo el siguiente DO – FILE .................................................... 140
B. Para generar la base pobreza, CONEVAL proporciona en su página de internet el
siguiente DO- FILE que corresponde al año 2008. ............................................................ 144
5
Introducción
La discusión en torno a la reforma de los sistemas de seguridad social se ha centrado en los
siguientes tópicos: i) efectos macroeconómicos (implicaciones sobre: el ahorro interno,
inversión productiva y crecimiento económico); ii) mercado laboral; iii) el papel del estado en
el diseño e implementación de los sistemas de seguridad social; iv) la cobertura de los sistemas
[Rofman 2005; Rofman y Lucchetti 2006; Uthoff 2006; Gill et al 2004; Mesa-Lago 2004;
Bertranou 2004; Hollzman 2005]. En la Gráfica 1 se presenta un esquema de la relación entre
estos tópicos.
Gráfica1 El Sistema de Seguridad Social y su relación con el crecimiento económico, el estado y el
mercado laboral
Fuente: Elaboración Propia.
La reforma a los sistemas de pensiones abre la posibilidad para que en un largo plazo se
obtenga un potencial crecimiento económico, esto se alcanzaría con un probable incremento
del ahorro interno, lo cual conllevaría al aumento de la inversión productiva y una más estable
dinámica de desarrollo económico. Pero esto solo beneficiaría a aquellos individuos jóvenes y
que se encuentran en el mercado laboral formal, puesto que son ellos los que tienen cuentas
individuales para el retiro. Las reformas no tendrán un efecto inmediato en el monto de sus
pensiones, sino hasta que los individuos que se encuentran actualmente laborando lleguen a
su edad de retiro. ¿Qué pasa con los trabajadores del mercado laboral informal?. Estos
trabajadores no cuentan con seguridad social y sus pensiones dependen de sus ahorros
voluntarios y/o de un sistema de asistencia social no contributiva, en donde el Estado tiene un
papel preponderante.
6
Si bien la reforma al sistema de seguridad social, ha generado algunos beneficios
económicos, ésta ha sido incompleta y con una limitada cobertura de previsión social [Gill
2005, Schmidt-Hebel y Corbo 1998, Feldstein 2000, Orsag y Stiglitz 2001].
La importancia de esta discusión reside en el hecho de que el limitado acceso a los
esquemas de protección social en la población durante su vida laboral productiva y, por ende,
la ausencia de un ingreso mínimo en la población adulta mayor, reproduce profundos
problemas en el bienestar social colectivo y en el consumo de bienes preferentes (bienes
sociales).
México, como otros países en desarrollo de Latinoamérica enfrenta elevados retos en
términos de pobreza y prestación de servicios públicos de asistencia social como consecuencia
del crecimiento del mercado laboral informal (segmentación del mercado de trabajo), por el
desequilibrio en el balance generacional y por la inoperancia de los esquemas preexistentes de
reparto.
Ante este panorama se han impulsado distintas reformas para asegurar la viabilidad
económica de los esquemas de pensiones y en general de los sistemas de seguridad social; en
estas circunstancias en años recientes en México se realizó la transición de un sistema de
reparto de beneficios definidos a un esquema de capitalización individual de contribuciones
definidas. Este proceso tuvo como objetivo disminuir la pobreza en la vejez; proporcionar un
nivel de consumo uniforme durante toda la vida; proveer un ingreso en el retiro que sea
adecuado, financiable, sostenible y robusto; fortalecer el crecimiento y el desarrollo
económico.
A pesar de estas transformaciones las expectativas de mediano y largo plazo siguen
generando incertidumbre en el entorno económico y social, dada la grave intensificación de la
dicotomía en el mercado de trabajo y de la ineficiencia financiera de los sistemas de seguridad
social [Gill 2005, Schmidt-Hebel y Corbo 1998, Feldstein 2000, Orsag y Stiglitz 2001]. Por ello, el
principal desafío es lograr que el sistema de pensiones incluya de manera eficiente y
equitativa1, esquemas no contributivos bajo la lógica de la seguridad social [Uthoff 2006,
World Bank 1994, Barr 2004, Bertranou 2002].
En la literatura empírica existe un consenso de que el objetivo central de los sistemas de
pensiones es el de suavizar las fluctuaciones a lo largo del ciclo de vida del individuo y
proporcionar un ingreso mínimo a los adultos mayores. El debate se encuentra enfocado en los
1 Eficiente se refiere al disfrute de más servicios y bienes con los mismos recursos, mientras que la segunda se
alcanzaría un bienestar social más elevado si se redistribuyeran estos bienes y servicios de un grupo a otro, de acuerdo con una ética social (CISS 2002).
7
medios empleados para lograrlo. Del tal forma, que la discusión se concentra en tres aspectos
principales [Rofman 2005, Uthoff 2006, Rofman y Luccetti 2007, Barr 2004, Orsag y Stiglitz
2001]: a) en el debate asociado con el vínculo entre los sistemas de pensiones y el mercado
laboral (quién debería recibir los beneficios), b) el debate relacionado al origen de los recursos
de financiamiento de los sistemas de pensiones (quién debería financiarlos), y c) el debate
respecto al papel del Estado.
La primera línea de discusión se enfoca en si los sistemas de pensiones deben erigirse
(establecerse) como esquemas de compensación (ante la pérdida de ingresos por incapacidad
de los individuos de seguir trabajando después de cierta edad) en beneficio de los trabajadores
formales aportantes [World Bank 1994, Barr 2004, Orsag y Stiglitz 2001]. En contraste, el
argumento alternativo que establece que los sistemas de pensiones deben garantizar un nivel
de vida mínimo en beneficio de todos los ciudadanos en edad de retiro independientemente
de su aportación previa [Uthoff 2006, Bertranou 2002, Rofman 2005]. O bien, focalizar
(orientar) hacia los adultos mayores pobres los programas pensionales asistenciales – no
contributivos - con el objetivo de aliviar la pobreza [World Bank 1994, Bertranou 2002,
Bertranou y Grushka 2002, Brachet 2007].
La segunda fuente de debate, es si los sistemas de pensiones deberán ser financiados en
un periodo dado por sus propios beneficiarios con fondos capitalizados (sistemas de
capitalización) o con transferencias intergeneracionales (sistemas de reparto) (World Bank
1994, Mesa-Lago 2002). Como parte de esta discusión, existe la idea de que si los sistemas de
pensiones asistenciales deberán ser financiados por la población en general, a través de los
impuestos (Bertranou 2002, Uthoff 2006).
La discusión final, está relacionada con el papel del Estado, en su carácter de a) facilitador,
b) regulador y c) proveedor. Bajo el carácter de facilitador, el Estado debería limitar su rol a la
regulación de los mercados financiero y de seguros, con lo cual se podría garantizar un
determinado nivel de consumo a lo largo de la vida y dejar que los individuos tomen sus
propias decisiones. Dicho de otra manera, el Estado permite a los trabajadores la toma de
decisiones racionales (Barr 2004). El segundo enfoque, concibe al Estado como un agente
promotor del ahorro individual, a través de subsidios e incentivos para la cuenta de ahorro
(Uthoff 2006, Brachet 2007).
El último enfoque, considera al Estado como un agente que debe intervenir como
proveedor en los sistemas para corregir problemas de asimetría en la información e
incertidumbre, mediante la administración de un sistema de pensiones (Orsag y Stiglitz 2001).
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En suma, el proceso de transición demográfica, así como la segmentación del mercado
laboral, debilita la cobertura de los sistemas de pensiones; por lo que un elemento sustancial
en la discusión de los sistemas de seguridad social es lograr que las reformas a los sistemas de
pensiones incluyan de manera eficiente el financiamiento solidario (combinación del esquema
contributivo y el no contributivo) o esquemas de múltiples pilares. La finalidad es generar
ingresos de jubilación con mayor eficacia y eficiencia, es decir, con un aumento de la cobertura
de los sistemas de seguridad social.
En esta investigación se analizará la situación económica de los adultos mayores, con
especial referencia en el caso reciente de México. El estudio se hará en niveles: el primer nivel,
corresponde a aquellos adultos mayores pobres o no pobres; el segundo nivel, esta
caracterizado por aquellos adultos mayores que trabajan o no; y el tercer nivel, aquellos
adultos mayores que están pensionados o no pensionados. Poniendo especial atención a los
adultos mayores pobres que no trabajan y no tienen una pensión, ya que éstos comparten la
peor situación económica, además de que nos interesa saber, cuál sería el monto que el
estado tendría que transferir para asegurarles un ingreso mínimo para su retiro.
Varias son las interrogantes que se pretenden contestar en esta investigación: ¿Cuál es la
evolución de la situación económica de los adultos mayores en México de 1992 a 2008?,
¿Cuáles son los determinantes de la situación económica de los adultos mayores en la
transición demográfica?, ¿Cuáles son las principales justificaciones teóricas de una política de
transferencias monetarias a los adultos mayores pobres?, ¿Cuál es el costo económico social
en términos de transferencias monetarias requerido para asegurar un ingreso mínimo a los
adultos mayores en situación de pobreza, independientemente de sus aportaciones previas a
los sistemas de seguridad social?
Con base en lo anterior se pretende mostrar que los sistemas de pensiones públicos de
seguridad social tienen una escasa cobertura entre los adultos mayores, lo que propicia altas
tasas de participación laboral y niveles de pobreza en este sector de la población. Por ello, se
asume, sería conveniente la constitución de un ingreso básico para los adultos mayores pobres
a través de una política que vaya desde la simple focalización a una universalización selectiva,
para luego terminar en un régimen universal (Bertranou 2002). Finalmente, se conjetura que el
descenso en la razón de dependencia coadyuvará un aumento en el ahorro de las familias
(Coale & Hoover, 1958) lo cual ayudaría a que una proporción de la población pueda tener un
nivel de ingreso aceptable para su vejez.
9
En virtud de lo antes señalado esta investigación se organiza de la siguiente manera. El
primer capítulo expone los procesos demográficos, laborales y de pobreza en México.
Asimismo, pone de manifiesto los principales retos que enfrentaron los distintos esquemas de
seguridad social en el país, así como las reformas llevadas a cabo con la finalidad de enfrentar
dichos desafíos. En este sentido, se presentan algunas propuestas teóricas recientes a los
sistemas de seguridad social. En el segundo capítulo se realiza el análisis de la situación
económica de los adultos mayores. El tercer capítulo lo conforma el marco teórico y los
fundamentos teóricos una política social para sacar de la pobreza a los adultos mayores.
Finalmente, en el cuarto capítulo se presenta una estimación de la transferencia monetaria
para superar la pobreza de la población de 65 años y más para México, para los años 2006 y
2008.
10
Capítulo 1. Sistemas de seguridad social. El contexto de
propuestas: demografía, informalidad, pobreza y reformas
recientes en México
Introducción
El propósito de este capítulo es presentar las principales características de los sistemas de
seguridad social en México, otorgando particular atención en las regulaciones jurídicas, la
evolución y expectativas de los esquemas de pensiones.
La seguridad social ha desempeñado un papel relevante en la mayoría de las economías,
no sólo por sus implicaciones económicas, sino porque éstas se extienden al ámbito social y
político. En nuestro país la seguridad social ha representado una fórmula para luchar contra la
pobreza y las desigualdades de la población (Narro 1993).
En los últimos 30 años la economía mexicana ha denotado un lento crecimiento
económico que ha repercutido sustancialmente en el nivel de bienestar de la población,
especialmente en la cobertura del sistema de seguridad social. Un hecho de este contexto
macroeconómico se advierte con la dualidad (segmentación) del mercado laboral en el país,
pues en los últimos años el crecimiento del mercado laboral informal ha crecido en forma
exponencial, generando graves presiones sobre la cobertura de los principales esquemas de
seguridad social.
Desde esta perspectiva, en México, como en otros países, se han instrumentado diversas
reformas sobre las políticas de seguridad social, con el propósito de optimizar los esquemas
financieros de largo plazo. Sin embargo, este proceso de transformación del marco normativo
excluye a la cual la población adulta sin beneficios de seguridad social, particularmente la
cobertura de pensiones.
En otras palabras, las transformaciones en las políticas públicas de seguridad social no
consideran un marco claro de la situación de la población adulta mayor desprovista de un
esquema de seguridad social; omitiendo de esta forma los efectos directos e indirectas sobre
el consumo, la pobreza y el poder adquisitivo de este segmento de la población.
Por ello, la presente investigación encuentra su justificación en la necesidad de abordar
algunos factores de consideración para el diseño de un sistema de pensiones no contributivo o
asistencial para los adultos mayores en México, en un marco de redistribución y bienes
11
preferentes. En ese sentido, se encuadra en una propuesta concerniente al pilar uno del
modelo del Banco Mundial de 1994, dado el carácter redistributivo y de alivio a la pobreza de
los adultos mayores. Esta propuesta también se relaciona con el pilar cero y cuatro del Modelo
del Banco Mundial de 2005, ya que el carácter residual de estos pilares permitiría focalizar las
políticas sociales asistenciales hacia los adultos mayores pobres, con o sin seguridad social,
trabajadores formales o informales.
El capítulo se organiza de la siguiente manera: en la primera parte, se exponen las
principales estructuras de pensiones. En segundo lugar, se describe la evolución de los
sistemas de seguridad social en México, poniendo especial atención a las reformas que se han
dado como respuesta a los problemas financieros del sistema de reparto. En tercer lugar, se
presenta una caracterización de la población adulta mayor de México en relación con los
cambios demográficos experimentados.
1.1. Propuestas teóricas recientes a los sistemas de seguridad social en el
mundo
Las reformas a los sistemas de pensiones han representado un tema de gran relevancia en
la actualidad, debido a los efectos que genera en las finanzas públicas y en el funcionamiento
económico. Atendiendo a esta situación, en la región latinoamericana se han implementado
importantes reformas a sus sistemas de pensiones2, basados inicialmente en el modelo
normativo de 3 pilares propuesto por el Banco Mundial (Cuadro 1.1).
El primer pilar tiene como objetivo aliviar la pobreza de aquellos adultos mayores que
dados sus bajos ingresos durante su vida activa laboral; no alcanzaron un nivel suficiente de
ahorro para su retiro. Los programas de apoyo que propone el Banco Mundial son: i)
implementación de un programa de cobertura universal para la población en situación de
pobreza, según necesidades y edad; ii) otorgar garantía de una pensión mínima por medio de
un pilar de ahorro obligatorio; y, iii) proveer un beneficio uniforme, universal o vinculado al
empleo. Estos programas serían administrados por el sector público y financiados mediante
impuestos generales (Banco Mundial 1994).
2 Chile (1981), Bolivia (1997), México (1997), El Salvador (1997), República Dominicana (2003-2005), Nicaragua
(2000) estos países con un plan sustitutivo; Argentina (1994), Uruguay (1996), Costa Rica (2001), Ecuador (2001)
optaron por un sistema mixto; finalmente, Perú (1993) y Colombia (1994), donde aplicaron un sistema paralelo, es
decir, tienen cierta libertad de elección entre un sistema público y uno de capitalización individual.
12
El segundo pilar cumple con la función de ahorro individual. Se basa en el ahorro personal
u ocupacional obligatorio, cuya fuente de financiamiento corresponde a un modelo de
capitalización y es gestionado por entidades privadas. Este pilar podría tener dos modalidades:
i) planes de ahorro personales; y, ii) planes ocupacionales. Con el financiamiento total se
fomentarían la formación de capital y el desarrollo de mercados financieros, que a su vez
fortalecería el crecimiento económico y facilitaría el financiamiento del pilar público.
Por último, el tercer pilar, tiene por objetivo fomentar el ahorro voluntario para la vejez, a
través de mecanismos como los incentivos fiscales. En estas circunstancias se espera exista una
protección adicional de las personas que quieran obtener una mayor tasa de reemplazo.
Cuadro 1.1 Sistema de seguridad social: Modelo de Tres Pilares
Pilar Descripción
1 Función redistributiva y de alivio de la pobreza que podrá tomar la forma de una pensión mínima, contributiva y/o contributiva, de carácter público y principalmente asistencial.
2 Destinado a la suavización del consumo intertemporal del individuo, mediante la aplicación de planes de pensiones contributivas de capitalización individual.
3 El objetivo es fomentar el ahorro voluntario para la vejez, mediante incentivos fiscales para la contratación de planes de pensiones.
Fuente: World Bank,1994.
Aunque este modelo conceptual incluye características redistributivas y de diversificación
de las fuentes de financiamiento, Holzzmann (2003) argumenta que el diseño final de un
sistema de seguridad social debe incluir al menos 4 características básicas: i) generar ingresos
suficientes para reducir la pobreza en la edad adulta mayor; ii) conjugar la capacidad financiera
de los individuos y de la sociedad sin abandonar otras necesidades sociales y económicas del
país; iii) la financiación del sistema tiene que ser sostenible a largo plazo; y, iv) el sistema debe
ser lo suficientemente sólido para resistir las presiones demográficas, económicas y políticas.
Además, los cambios del sistema económico mundial, en particular el de las economías en
desarrollo, han impulsado el diseño de nuevos planteamientos teórico- conceptuales sobre los
sistemas de seguridad social. Entre los cambios más significativos están el combate de la
pobreza y la cobertura de los esquemas de protección (Cuadro 1.2).
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Cuadro 1.2 Sistemas de seguridad social: Modelo Conceptual de Pilares Múltiples
Grupo objetivo Principales criterios
Pilar Pobre
permanente Sector
informal Sector formal
Características Participación Financiamiento
0 X X X “pensión básica” o “pensión social” al menos
asistencia social (universal o mediante haberes comprobados)
Universal o
residual Presupuesto o ingresos
generales
1 X Plan público de pensiones, públicamente
administrado (beneficio definido o aportación definida virtual)
Obligatorio Contribuciones quizás con algo de reservas financieras
2 X Planes de pensiones gremiales o individuales (de
beneficio definido parcial o totalmente financiados y de contribución definida completamente fondeados)
Obligatorio Activos financieros
3 X X X Planes de pensiones gremiales o individuales (de
beneficio definido parcial o totalmente financiados y de contribución definida completamente fondeados)
Voluntario Activos financieros
4 X X X Acceso a apoyo informal (familiar) otros programas
sociales formales (atención a la salud) y otros activos del individuo (propiedad de una vivienda)
Voluntario Activos financieros y no financieros
Fuente: Holzmann H. R. (2005) Nota: El tamaño y apariencia de x refleja la importancia de cada pilar para cada grupo objetivo en el siguiente orden creciente en importancia: x, X, X.
Según se observa en el cuadro anterior, el sistema de Pilares Múltiples se cimenta en la
interacción de 5 elementos básicos (pilares):
Pilar cero o no contributivo, en forma de ingreso básico o pensión social de carácter
universal o bien focalizado que proporcione un nivel mínimo de protección. El objetivo
de este pilar es instrumentalizar pensiones asistenciales o básicas de carácter no
contributivo y estará dirigido principalmente a proteger a los sectores de la población
de menor capacidad de ahorro, este pilar es financiado por presupuesto público o
impuestos generales.
Pilar uno o sistema contributivo, el cual está vinculado a un sistema público de
contribuciones definidas obligatorias por parte de los trabajadores del sector formal,
es de carácter obligatorio y las prestaciones dependerán del capital aportado y del
rendimiento del mismo.
Pilar dos o ahorro obligatorio individual, el cual es esencialmente una cuenta de ahorro
individual a cargo de los trabajadores del sector formal de la economía.
Pilar tres o ahorro voluntario, el cual consiste en acuerdos que pueden adoptar varias
formas (individuales, patrocinados por el empleador, prestaciones concretas,
cotización definida), pero que son flexibles y de carácter discrecional, y
Pilar cuatro o fuentes sociales formales e informales de carácter voluntario de ayuda
financiera y no financiera, incluido el acceso a la asistencia sanitaria y a la vivienda. La
importancia de este pilar radica en que para proporcionar niveles de consumo
14
adecuados durante el retiro, se fusionen programas de política social con el sistema de
seguridad social.
En este modelo teórico los pilares cero y cuatro constituyen dos factores principales para
superar las carencias del diseño anterior que pudieran estar dificultando la consecución de un
nivel óptimo de cobertura. El objetivo es integrar una estructura que sea capaz de recoger
aquellos grupos de trabajadores que no han sido capaces de incorporarse a los regímenes de
cuentas individuales de ahorro y, para conseguirlo, reintroducen en el sistema de seguridad
social factores que posibiliten una cierta manifestación del principio de solidaridad que había
sido eliminado en la transición desde los sistemas públicos de reparto a los sistemas de
capitalización individual.
Con este modelo de pilares múltiples, un sistema de seguridad social que incorpore el
máximo de elementos posibles, dependiendo de las características de cada país, así como del
nivel y la incidencia de los costos de transición, podrá mediante la diversificación generar
ingresos de jubilación con mayor eficiencia. La meta es la combinación de estos elementos en
un sistema global de seguridad social que responda a las necesidades económicos-sociales de
cada país y establezca la directriz para una reforma viable (Gill et al 2005).
Las reformas a la seguridad social, han representado una solución del problema de las
pensiones de los trabajadores que se encuentran en el sector formal. También han tenido
efectos económicos positivos en el ahorro, desarrollo del mercado de capitales, mayor
eficiencia del mercado de trabajo, control de deuda pública de largo plazo, crecimiento
económico (Schmidt–Hebbel 2000). Sin embargo, el componente asistencial supone una
asignatura pendiente y una prioridad a abordar con urgencia (Gill et al 2005).
La presente investigación encuentra su justificación en la necesidad de abordar algunos
factores de consideración para el diseño de un sistema de pensiones no contributivo o
asistencial para los adultos mayores en México. En ese sentido, se encuadra en una propuesta
concerniente al pilar uno del modelo del Banco Mundial, dado el carácter redistributivo y de
alivio a la pobreza de los adultos mayores. Esta elaboración también está relacionada con el
pilar cero y cuatro descritos en el Cuadro 1.2, ya que su carácter residual permite focalizar al
sector de los adultos mayores pobres, con o sin seguridad social, trabajadores formales o
informales, con carácter redistributivos y la fuente de financiamiento serían los impuestos
generales.
15
1.2. La cuestión demográfica. El caso de México
Entre las causas fundamentales de la crisis del sistema de pensiones en México están: la
inviabilidad financiera, el desempleo y la vejez. Estos elementos en su conjunto han promovido
la transición del modelo de pensiones de un esquema de reparto a un esquema privado de
pensiones.
El desajuste del balance intergeneracional. Para que el esquema de reparto funcione
eficientemente, se requiere que el número de la población en edad de retiro sea
considerablemente menor que el número de personas jóvenes y en edad de trabajar. Debido a
que los trabajadores activos pagan las pensiones de los retirados, en caso contrario (número
de trabajadores activos disminuyen y el de pensionados aumenta) existiría un desequilibrio, ya
que no se recaudarían las contribuciones necesarias para pagar las pensiones. Por ello, cabe la
pertinencia de analizar el aspecto demográfico en México.
A continuación, se presentan algunos indicadores sobre las características del
envejecimiento de la población en México3.
En la primera mitad del siglo XXI México mostrará un mayor proceso de envejecimiento de
su población. Es decir, la población de 65 años o más continuará mostrando un creciente
incremento relativo con relación a la población de otros rangos de edad. Este proceso, que
inició a mediados de los noventa continuará durante toda la primera mitad del presente siglo,
primero a un ritmo moderado y después en forma acelerada. El Consejo Nacional de Población
(CONAPO) estimó que los adultos mayores representan el 7.9% de la población total y
proyecta un 17.5% en 2030, 20.2% en 2035 y 28% en 2050, inalcanzándose un total de 36.2
millones de personas adultas mayores (Gráfica 1.1).
Gráfica 1.1 México: Proyección de la población adulta mayor (2000-2050)
3 Se define envejecimiento de la población como el proceso demográfico medido a partir del incremento en el número y proporción de la población con 65 años y más.
16
Fuente: Proyecciones CONAPO.
El cambio de la estructura poblacional se ha debido a varios factores, entre los que
destacan el incremento de la esperanza de vida, la disminución de las tasas de natalidad y
mortalidad, así como la disminución de la tasa de dependencia (Cuadro 1.3).
Cuadro 1.3 Indicadores sobre la población en México
(1980-2007)
Año
Total
Por grupos de edad (años) Tasa de
natalidad2
Tasa de
mortalidad3
Esperanza de vida4
0-14 15-64 65 y más Tasa de
dependencia
1980 67,384,234 44.636 51.100 4.264 34.7 7.0 67.0 8.344 1990 83,971,014 39.043 56.813 4.144 28.8 5.4 71.0 7.294 1991 85,583,336 38.476 57.356 4.168 28.3 5.2 71.5 7.267 1992 87,184,832 37.928 74.882 5.430 27.8 5.1 71.8 7.251 1993 88,752,014 37.399 58.369 4.232 27.1 5.1 72.0 7.250 1994 90,265,775 36.890 58.835 4.274 26.6 5.0 72.3 7.264 1995 91,724,528 36.397 59.280 4.322 25.8 5.0 72.5 7.291 1996 93,130,089 35.917 59.705 4.378 25.0 4.9 72.8 7.333 1997 94,478,046 35.445 60.115 4.440 24.2 4.8 73.2 7.386 1998 95,790,135 34.978 60.513 4.509 24.0 4.7 73.5 7.451 1999 97,114,831 34.529 60.887 4.584 24.2 4.7 73.8 7.529 2000 98,438,553 34.107 61.228 4.664 24.5 4.7 74.0 7.617 2001 99,715,512 33.657 61.591 4.752 22.9 4.6 74.3 7.715 2002 100,909,383 33.133 62.016 4.851 21.7 4.6 74.4 7.822 2003 101,999,558 32.554 62.486 4.960 20.6 4.7 74.5 7.938 2004 103,001,871 31.938 62.985 5.077 19.8 4.7 74.5 8.061 2005 103,946,866 31.305 63.495 5.199 19.3 4.8 74.5 8.188 2006 104,874,282 30.657 64.015 5.329 19.0 4.8 74.5 8.325 2007 105, 790,725 30.002 64.532 5.466 18.6 4.8 75.0 8.470
Fuente: Consejo Nacional de Población.
En 1980 la esperanza de vida era cercana a los 67 años, mientras que para el año 2008 esta
alcanzó los 75.1 años. Según, las proyecciones de CONAPO la esperanza de vida aumentará de
17
74 años en el 2000 a 76.6 en el 2010 y, finalmente, a 81.3 años en 2050. En estas
circunstancias, para aquellos individuos que se retiren a los 65 años de edad, el sistema de
seguridad social tendrá que pagarles en promedio una pensión por 12 años si el retiro se
produce en 2010 y 17 años si el retiro se produce en 2050; lo cual representa una bomba
financiera para el sistema de pensiones en México.
En cuanto a la dinámica de las tasas de natalidad y mortalidad en México (gráfico 1.2),
Partida (2005) describe cuatro fases de transición: i) Fase pretransicional (1910 a 1921); en
este periodo hay un comportamiento demográfico irregular de aumento de la tasa de
mortalidad, derivado de la Revolución Mexicana. ii) Primera etapa de transición (1945-1960),
caracterizada por tasas de mortalidad en descenso y tasas de natalidad constantes e incluso
ascendentes. iii) Segunda fase de transición (a partir de 1970), en la cual se observa un
descenso en las tasas de fecundidad, derivado de la política de población en 1974 promotora
de la planificación familiar y salud reproductiva. iv) Tercera fase de transición (primera mitad
de este siglo XXI), empiezan a converger las tasas de natalidad y mortalidad.
Gráfica 1.2 México: Transición demográfica (miles de personas)
1930-2050
Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población basadas en estimaciones de Collver (1965) y Zavala (1989).
La grafica 1.3 recoge información sobre la conversión de la estructura piramidal en México
durante 1950-2050. Mientras que en los años anteriores a 1990 la estructura de la población
muestra una distribución cargada hacia la población joven, es de esperarse que esta situación
se revierta, porque la tasa de crecimiento poblacional promedio anual a disminuido de 1.8% en
18
el periodo de 1990-2000 a 1% de 2000- 2005. En este sentido las capas del pirámide
poblacional irán moviéndose hacia arriba, derivado de una carga de más adultos mayores por
menos jóvenes. La tendencia de los últimos cincuenta años así lo revela. Ya que la tasa de
dependencia que mide la proporción entre la población inactiva (de edad inferior a 16 años o
mayor de 65 años) con respecto a la población activa (de edades comprendidas entre los 16 y
los 65 años) ha mostrado un crecimiento constante.
Gráfica 1.3 Proyección demográfica en México, según edad y sexo. Varios años
Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población.
19
Las modificaciones observadas en la estructura de edad de la población provocará una
serie de retos, entre los que destacan: i) una demanda creciente de recursos destinados al
cuidado de la población en edades avanzadas, lo que probablemente significará una
importante redistribución en la asignación de recursos sociales; ii) presiones hacia las
instituciones públicas de seguridad social principalmente en el rubro de pensiones; iii)
agudizará las presiones a las distintas formas de apoyo familiar a los adultos mayores, en las
que ha descansado principalmente el sostenimiento económico de la población en edades
avanzadas en México (IMEF 2006).
En 1990 ya se tenía un diagnóstico de los problemas de la seguridad social en México,
resultado de estos cambios poblacionales. Como resultado de dicho diagnóstico llevado a cabo
en ese año, se propuso la creación del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR).
1.2.1. Bono demográfico
Un efecto característico particular de la transición demográfica ha sido el bono
demográfico. Se le llama bono o dividendo demográfico al período en el cual las personas en
edad relativamente más productiva (15 a 64 años) son considerablemente más que las
económicamente dependientes (menos de 15 y más de 64 años) y el número de estos
dependientes por individuo en edad productiva disminuye de manera continua. Esto es, el
periodo inmediatamente antes de que alcance su mínimo la tasa de dependencia total (CISS
2002).
Una vez alcanzado ese mínimo, la razón tenderá a incrementarse como consecuencia del
crecimiento de la población adulta mayor.
Lo relevante del bono demográfico es que genera una “ventana de oportunidades”4, en el
sentido que ante este proceso de cambio demográfico, es posible liberar recursos públicos
que antes eran dedicados a la manutención de menores de edad y asignarlos a mejorar la
cobertura y calidad de los servicios ofrecidos por la seguridad social, generalmente de los
adultos mayores; también, podrían ser destinados al ahorro y la inversión, con la consecuente
generación de empleo productivo.
4 www.conapo.gob.mx
20
El bono demográfico se presentará en México de 2006 a 2028 y se estima que la tasa de
dependencia demográfica se mantendrá por debajo de 60 personas en edad dependiente por
cada 100 individuos en edad laboral, con ello se podría esperar la probable formación de
ahorro interno que permitirá, asimismo, aliviar la carga creciente de la población adulta mayor,
una vez que haya concluido el periodo del bono demográfico.
El incremento de la población de 15 a 65 años (en 2006 a 2028) tendrá repercusiones
importantes, entre los que destacan mayor demanda de empleo, que si son atendidas
adecuadamente ayudarán a dinamizar el crecimiento económico, la consolidación de los
sistemas de pensiones, con la consecuente constitución de reservas suficientes para tener una
pensión digna en la etapa de retiro.
1.3. La cuestión de la formalidad de los empleos. El caso de México
Según estimaciones del CONEVAL, entre 1992 y 2006 el número de personas ocupadas en
el país creció en 65.3 por ciento. Este aumento representa 15.3 millones de personas
adicionales, de las cuales 5.1 millones de personas se incorporaron como trabajadores
formales–trabajadores con seguridad social formal: IMSS, ISSSTE, Petróleos Mexicanos
(PEMEX), Secretaría de Marina- y 10.2 millones de personas se integraron en actividades
informales –los ocupados sin seguridad social y que no son patrones-(CONEVAL 2008). Esta
tendencia denota la profunda segmentación del mercado laboral en México, pues el peso
relativo de las actividades informales es 2 a 1 con respecto a los trabajadores formales durante
el periodo de estudio.
Este balance entre el sector formal e informal, aunado a los recurrentes episodios de crisis
y altos niveles de desempleo, se convierte en un entorno altamente desfavorable para el
esquema de reparto. El abultamiento del mercado laboral informal se ha alimentado de
diversos factores, entre los que destacan: el esquema obligatorio del sistema de reparto, por
decisión deliberada y por la incapacidad de absorción del mercado laboral formal. En cuanto al
primer punto el carácter obligatorio del esquema de pensiones de reparto creo incentivos para
una migración de trabajadores del sector formal al sector informal, con lo cual sectores de la
población ocupada encontraba una válvula de escape. El segundo punto se asocia con el hecho
de que un sector de la población ocupada prefiere desempeñarse en el sector informal. El
tercer punto está ligado al hecho de que la población ocupada se integra al sector informal, no
por obtener más beneficios, sino porque no encuentran un empleo en el sector formal. Estos
elementos en su conjunto afectan directamente a la población adulta mayor que cuentan con
21
el derecho de recibir una pensión, sin mencionar el daño que infringe a los trabajadores que se
encuentran en el sector informal, dado que esta situación limita el acceso a una pensión en su
vejez.
En estas circunstancias, el estado juega un papel importante para asegurar, entre otras
cosas, pleno empleo y salarios más asequibles, con el propósito de mejorar el poder
adquisitivo y nivel de ingresos monetarios de la población ocupada, esperando con ello un
atractivo para los integrantes del sector informal. No obstante, los resultados y expectativas
fijadas fueron muy limitadas en términos de un mejor funcionamiento del esquema de
reparto, ya que en los últimos veinte años, aproximadamente, el peso de la población ocupada
informal ha aumentado de manera sustantiva y con ello un efecto negativo sobre la viabilidad
del esquema de financiamiento del modelo de pensiones de reparto (Gráfica 1.4).
Gráfica 1.4 Tasa de ocupación informal (1990-2008)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
1.4. La cuestión pobreza. El caso de México
En México, según metodología del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza es definida en tres niveles5: 1) Pobreza alimentaria:
Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el
ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta; 2) Pobreza de
capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta
alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso
total de los hogares nada más que para estos fines; y, 3) Pobreza de patrimonio: Insuficiencia
del ingreso disponible para adquirirla canasta alimentaria, así como realizar los gastos
5 www.coneval.gob.mx
22
necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso
del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. En este
estudio se abordará a la pobreza alimentaria como referente de la pobreza extrema.
En la Gráfica 1.5 se presenta la evolución de las líneas de pobreza según la definición de
CONEVAL ente 1992 a 2008, la tendencia de las líneas de pobreza han sido decrecientes.
Primero, con lo que respecta a la línea de pobreza alimentaria a nivel nacional, en 1992
alrededor de 21.4% de la población se encontraba en esta situación, mientras que para el
2008, esta proporción era sólo 18.2% de la población.
Con respecto a la línea de pobreza de capacidades, en 1992 se encontraba en esta
situación el 29.7% de la población, pasando a 25.1% en 2008. Finalmente, en cuanto a la
población en situación de pobreza patrimonial paso de 53.1% en 1992 a 47.4% en 2008
(Gráfica 1.5).
Gráfica 1.5 Líneas de pobreza (1992-2008)
Fuente: Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
A pesar de la evolución de la pobreza en México, entre 2006 y 2008 los tres niveles de
pobreza experimentaron un incremento. Por ejemplo, el número de personas pobres
alimentarias aumentó de 14.4 a 19.5 millones, es decir, de 13.8 a 18.2% de la población. Lo
que significa un cambio de 42.6 a 47.4% de la población.
23
1.5. Sistema de seguridad social en México: Evolución
El sistema de seguridad social en México surge a principios del siglo XX en los estados de
Nuevo León y Estado de México, el cual otorgaba protección contra accidentes, enfermedades
laborales o muerte de los empleados del sector público. Sin embargo, es con el artículo 123
de la constitución de 1917, cuando se reconocen los derechos de los trabajadores y quedan
protegidos por los seguros de pensiones. Siendo con el mandato de Elías Calles (1924-1928)
cuando se introducen dos reformas importantes a los sistemas de retiro: la Ley General de
Pensiones Civiles de Retiro (sólo para servidores públicos y militares) con un esquema de
financiamiento tripartito (trabajador, empleador, estado) y la Ley de Organización de
Tribunales del Fuero Común del Distrito y Territorios Federales el cual disponía que los
magistrados, jueces y oficiales gozaran del derecho a ser pensionados. El actual sistema de
retiro, encuentra su base con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),
impulsado en principio por Lázaro Cárdenas (1934-1940) y consolidado con el gobierno de
Ávila Camacho en 1943. Extendiéndose con esto, los beneficios a los trabajadores asalariados.
Para 1959 bajo el mandato de López Mateos se plantea la iniciativa de Ley que daría origen
al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con el
propósito de lograr una eficaz protección social obligatoria para todos los servidores públicos.
En 1992 se crea el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) como un esquema obligatorio
complementario a los programas de retiro que ya existían para los trabajadores afiliados al
IMSS o al ISSSTE.
En 1994 se constituyó la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR)
que junto con la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) conformaron un organismo
regulador para mejorar y supervisar el sistema de previsión. Para 1995, se promulga la nueva
Ley del Seguro Social que entró en vigor el primero de julio de 1997, sustituyendo a la anterior
de 1973. En esta fecha se reforma el sistema de seguridad social de México de forma parcial,
dado que el ISSSTE no es integrado en este proceso de reforma sino hasta el 2007, año en el
cual se promulga la nueva ley del ISSSTE.
En la actualidad, el sistema de seguridad social mexicano se encuentra fragmentado, ya
que existen planes ofrecidos por diversas instituciones de seguridad social, gobiernos,
empresas, entre otros organismos. Las principales instituciones de seguridad social en México
son el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el
IMSS; el primero beneficia a los empleados del sector público y el segundo es el más
24
importante por su cobertura, ya que abarca la mayor parte de los trabajadores formales. Cabe
señalar que hay otras instituciones de seguridad social que benefician a sectores de
trabajadores públicos, tales como los Institutos de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas
(ISSFAM), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX).
1.5.1. Estructura de los principales programas de pensiones
En este apartado se presenta un esbozo general de la evolución del sistema de pensiones
en México, tomando como base de análisis los programas de retiro del IMSS e ISSSTE, así como
del esquema de ahorro obligatorio complementario SAR. El propósito de este apartado es
identificar las condiciones que incidieron negativamente en el desempeño de los programas
públicos de pensiones en México.
La cobertura de las principales instituciones de seguridad social en el país –IMSS e ISSSTE-
ha crecido significativamente en términos absolutos en las últimas décadas; sin embargo,
medido como porcentaje de la población, el crecimiento ha sido más modesto. En 1980 ambas
instituciones cubrían a 29.1 millones de personas, correspondiente al 43.5% de la población
total; mientras que, para diciembre del 2005, se estimó que la cobertura alcanzaba a 57.4
millones de derechohabientes o 54.7% de la población del país, para el 2010 ambas
instituciones cubren alrededor de 62.4 millones de personas, lo que representa
aproximadamente el 57.5% de la población total (Gráfica 1.6).
Gráfica 1.6 Cobertura IMSS-ISSSTE (1980-2010)
25
Fuente: INEGI, Instituto Mexicano del Seguro Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.
IMSS
El sistema de seguridad social más importante en México por el número de afiliados es el l
IMSS. Está institución empezó a operar en 1943. Su sistema de pensiones fue diseñada para
proveer de un seguro en cuatro áreas: Invalidez, Vejez, Cesantía en Edad Avanzada y Muerte
(IVCM), cubriendo únicamente a los asalariados del sector privado y algunos trabajadores
independientes que voluntariamente se afiliaron al Instituto. Para 1958 los centros industriales
y agrícolas más importantes ya estaban siendo cubiertos por esta institución. Los años
siguientes fueron de prosperidad para el Seguro Social que se encontraba en una posición
excelente, tal fue el caso que se expandió a otras áreas que ya estaban cubiertas por sus
prestaciones. Se reformó la ley del Seguro Social y en 1973 salió una nueva ley en donde se
planteaba la idea de expandir la seguridad social a las poblaciones marginadas de tal forma
que el IMSS contribuiría con otras instituciones públicas al combate a la pobreza.
Sin embargo, lo anterior resultó fatal en las décadas siguientes, ya que el gobierno
mexicano dispuso de las reservas destinadas para asegurar una pensión en el largo plazo a
dichos programas, así como a la ampliación de infraestructura.
México tuvo una época de bonanza desde la creación del IMSS hasta la década de los años
setenta. En 1960, había 35 millones de personas, de los cuales 5.6% eran personas adultos
mayores y el 55% eran jóvenes menores de 20 años, por tanto el nivel de dependencia se
mantenía bajo control; es decir, había 4 pensionados por cada 100 contribuyentes, su
26
cobertura representó aproximadamente 10% de la Población Económicamente Activa (PEA),
aumentando a 27% en 1995 y 29% en 2007, esto es alrededor de 17.1 millones de personas.
Este programa era de beneficios definidos (esquema de reparto); es decir, a los
trabajadores se les especificaba el monto al cual iban a ser acreedores una vez que se retiraran
de su vida laboral activa. El financiamiento se basaba en las aportaciones del empleador (75%),
el trabajador (25%) y el gobierno (5%).
Para la pensión de vejez y cesantía en edad avanzada, el asegurado requería de una
contribución mínima de 500 semanas y tener 65 años de edad en pensión de vejez o 60 años
para cesantía en edad avanzada. Los periodos de contribución no se apegaban al ideal
igualitario. Ya que un trabajador que contribuía durante un periodo de diez años tenía los
mismos derechos que uno que había contribuido veinte años; el monto de la pensión se
establecía con el promedio del salario base de los últimos cinco años de trabajo, el resto de los
años que trabajo son irrelevantes para determinar la pensión. Esto generaba incentivos para
subdeclarar durante la mayor parte de su vida activa laboral y sobredeclarar en los últimos
cinco años, para beneficio tanto del empleado y del empleador, por lo tanto era una razón
para aumentar el fenómeno de evasión. Es decir, disminuía los costos de la contribución al
sistema de pensiones, ya que el que paga solamente 10 años de contribuciones, y se pensiona,
se ahorró los otros 10 de contribución obligatoria.
Las reservas eran invertidas en bonos del gobierno federal o en otros valores aprobados
por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (Solís y Villagómez 1999).
ISSSTE
El ISSSTE se crea en 1959, con el fin de ofrecer sus servicios de seguridad social a los
servidores públicos. Este sistema otorga los siguientes beneficios: pensión por jubilación,
pensión por retiro, pensión por invalidez, pensión por causa de muerte y pensión por cesantía
en edad avanzada. La cobertura de este Instituto incluye a más de 400 organismos, entre los
que figuran secretarías de estado, hospitales e instituciones de salud, universidades y otros6.
En conjunto, los afiliados directos en 2007 representaron 5.8% de la PEA.
6 Para una revisión completa de los organismos y entidades que abarca esta institución, puede consultarse el sistema de estadística institucional del ISSSTE en la siguiente página
http://estadistica.issste.gob.mx/ReportServer?/SE/1_39&rs:Command=Render.
27
Hasta el 1 de abril de 2007, fecha en la cual entró en vigor la nueva ley del ISSSTE, el
esquema era de beneficios definidos (plan de reparto). El pago de las cotizaciones se efectúa
sobre el sueldo básico, hasta una cantidad que no rebasa diez veces el salario mínimo general.
Todo trabajador incorporado a este régimen tiene que cubrir una cuota fija del 8% del sueldo
básico de cotización.
Dicha cuota se aplica de la siguiente forma: 2.75% para cubrir los seguros de medicina
preventiva, enfermedades, maternidad y los servicios de rehabilitación física y mental; 0.50%
para cubrir las prestaciones relativas a préstamos a mediano y corto plazo; 0.50% para cubrir
servicios de atención para el bienestar y desarrollo infantil, integrales de retiro a jubilados y
pensionistas; servicios turísticos; promociones culturales, de preparación técnica, fomento
deportivo y de recreación y servicios funerarios; 3.50% para la prima que se establezca
anualmente, conforme a las valuaciones actuariales, para el pago de jubilaciones, pensiones e
indemnizaciones globales, así como para integrar las reservas actuariales; el porcentaje
restante se aplicará para cubrir los gastos generales de administración del Instituto
exceptuando los correspondientes al Fondo de la Vivienda (Ley del ISSSTE 2001).
Tenían derecho a la pensión por jubilación los trabajadores con 30 o más años de servicios
y las trabajadoras con 28 años o más de servicios e igual tiempo de cotización al Instituto, no
importando la edad. La pensión por jubilación daba derecho al pago de una cantidad
equivalente al 100% del último año de sueldo. El monto de la pensión de retiro se determina
de acuerdo al tiempo de servicio, de acuerdo al Cuadro 1.4.
Cuadro 1.4 Monto de la pensión por edad y tiempo de servicios
Años de servicio Monto de la pensión como porcentaje del último año de sueldo
15 50% 16 52.5% 17 55% 18 57.5% 19 60% 20 62.5% 21 65% 22 67.5% 23 70% 24 72.5% 25 75% 26 80% 27 85% 28 90% 29 95%
Fuente: Ley del ISSSTE, 2001.
La pensión por cesantía en edad avanzada se otorga al trabajador que se separa
voluntariamente del servicio o que quede privado del trabajo remunerado al cumplir 60 años o
28
más, con un mínimo de 10 años de cotización. El monto de la pensión se calcula aplicando al
sueldo regular los porcentajes que se especifican en el Cuadro 1.5.
Cuadro 1.5 Pensión por cesantía en edad avanzada
Años de edad Años de servicios Porcentaje de la pensión
60 10 40% 61 10 42% 62 10 44% 63 10 46% 64 10 48% 65 10 50%
Fuente: Ley del ISSSTE, 2001.
De acuerdo con la Ley previa a la reforma7, la constitución de las reservas actuariales es
prioritaria respecto a las financieras, con el fin de garantizar el pago de pensiones,
indemnizaciones globales, amortizaciones de créditos otorgados a los trabajadores y entrega
de depósitos. La inversión de las reservas financieras del Instituto deberá hacerse en las
mejores condiciones posibles de seguridad, rendimiento y liquidez, garantizando una mayor
utilidad social. Además, los ingresos, egresos de los seguros y prestaciones, servicios así como
los fondos especiales, se registrarán contablemente por separado, distinguiéndose el seguro
de riesgos del trabajo, el seguro de enfermedades y maternidad, así como las pensiones y
demás seguros previstos.
SAR
El Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), se establece en 1992 como un esquema
obligatorio complementario a los programas de pensiones existentes para los trabajadores que
cotizaban al IMSS o ISSSTE. Este esquema corresponde a un plan de contribuciones definidas
(cuentas individuales), con dos subcuentas: una para el retiro y otra para la vivienda. Este
sistema se unifica con el IMSS y el ISSSTE, después de las reformas hechas por dichas
instituciones en los años 1997 y 2007 respectivamente.
Las contribuciones las realiza el empleador (2% del salario base de cotización) y el
trabajador (5% para la de vivienda8). Existe la posibilidad de realizar aportaciones voluntarias.
El monto de las pensiones está determinado por los fondos acumulados en las cuentas
individuales más los intereses generados. Cuando el trabajador se retira o cumple 65 años de
7 Anterior a la nueva Ley del ISSSTE emitida el 31 de marzo de 2007 en el Diario Oficial. 8 En el caso del salario base de cotización se establece un límite superior de 25 veces el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal. Para el caso de las aportaciones a la vivienda el límite superior es de 10 veces el salario mínimo.
29
edad, se hace acreedor de una pensión por cesantía en edad avanzada, vejez, invalidez,
incapacidad total o parcial del 50% o más. El pago de los recursos es en una sola exhibición o
en la forma de una pensión vitalicia.
El sistema incluye otros beneficios, como la posibilidad de retirar hasta 10% del saldo total
en la subcuenta de retiro cuando la invalidez parcial es de mayor duración que el periodo
establecido por la Ley del ISSSTE o en caso de desempleo; esto último siempre y cuando el
saldo del trabajador en su subcuenta de retiro no sea inferior a 18 veces su última aportación y
sólo si no ha realizado retiros en los últimos 5 años.
Las aportaciones que se hagan a este sistema son depositadas en cuentas individuales,
administradas por entidades privadas, tales como los bancos comerciales. Las instituciones
bancarias canalizan los fondos de la subcuenta del retiro al Banco de México para su inversión,
y al FOVISSSTE en el caso de la subcuenta de vivienda.
Las entidades encargadas de la administración de las subcuentas tienen la responsabilidad
de llevar la contabilidad y generar estados financieros, así como el compromiso de otorgar un
rendimiento positivo superior al 2% anual.
Para regular, supervisar y asegurar el adecuado funcionamiento del sistema y sus
participantes se creó en 1994 la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (CONSAR),
encargada de determinar las reglas y procedimientos del SAR.
Otros programas de pensiones públicos son los de las fuerzas armadas, electricistas y
petroleros. Éstos cuentan con una cobertura conjunta aproximada del 0.6% del total de
programas de seguridad social, como proporción de la PEA, el ISSFAM y PEMEX representan el
0.8% de 2006.
1.6. La crisis financiera de los sistemas de seguridad social en el mundo
La primera política moderna en materia de seguridad social surgió con Otto Von Bismarck
a finales del siglo XIX en Alemania, en donde se instauró el seguro obligatorio de
enfermedades, el seguro contra accidentes de trabajo y el seguro obligatorio contra invalidez,
para todos los trabajadores del comercio, la industria y la agricultura. También se estableció
que a partir de los 70 años de edad dichos trabajadores recibirían una pensión. Para 1913, la
edad de retiro se redujo a 65 años.
30
El plan de Bismarck se basaba en contribuciones del empleador y el empleado así como en
un régimen de capitalización. Como apoyo a los empleados de bajos ingresos, se agregó una
subvención por parte del estado, otorgando a éstos la posibilidad de recibir una pensión más
alta que la que les hubiera correspondido de acuerdo con su contribución.
Para 1942 surge un esquema más extenso de seguridad social en Inglaterra como
consecuencia del informe de William Henry Beveridge, en el cual se proponía un programa de
previsión social que proporcionaría a las personas mayores de 70 años pensiones universales
sobre la base de contribuciones fijas y beneficios uniformes para mantener un nivel de vida
mínimo.
En América Latina los programas de seguridad social surgieron a principios del siglo XX,
principalmente en Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Uruguay, generalizándose después a otros
países de la región9.
En México, estos programas surgieron a principios del siglo anterior de manera aislada en
algunas legislaciones estatales (Solís y Villagómez 1999). Posteriormente, surgen el Instituto
Mexicano de Seguridad Social (IMSS) para dar protección a los trabajadores del sector privado
y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para los
trabajadores del sector público, en 1943 y 1959, respectivamente.
Conviene resaltar que la mayoría de los sistemas fueron creados cuando la situación
económica y demográfica de los países era distinta a la actual, lo cual llevó a que algunos
países hicieran modificaciones recientes en sus sistemas de seguridad social, ya que de seguir
con el mismo marco conceptual y normativo de sus esquemas podrían tener problemas
financieros a largo plazo. Por ello, en un importante número de países se ha reformado el
sistema de seguridad social, pasando de un esquema de reparto a uno de capitalización
individual, mientras otros países optaron por combinar ambos esquemas (Cuadro 1.6).
Cuadro 1.6 Reformas a los sistemas de pensiones
Países
Sistema de ahorro y capitalización individual
Sustitutivo
Capitalización
Individual
Mixto
(Reparto y Capitalización
individual)
Paralelo
(Reparto o Capitalización
individual)
Argentina (1994)
Bolivia (1997)
Chile (1981)
Colombia (1994)
Costa Rica (2001)
Ecuador (2001)
9
Para un estudio histórico extenso, véase Mesa Lago (1994).
31
El Salvador (1998)
México (1997)
Nicaragua (2000)
Perú (1993)
República Dominicana (2003-05)
Uruguay (1995)
Fuente: Mesa-Lago 2004.
Hay que señalar que las reformas pueden ser clasificadas en estructurales y paramétricas.
Las estructurales son aquéllas en las cuales se adopta un sistema de contribución definida
(cuentas individuales), en el que las pensiones dependerán del monto de las aportaciones,
tiempo de cotización, tasa real de interés, edad de jubilación, entre otros. Este tipo de reforma
se puede agrupar en tres bloques:
Sustitutivo: es aquel en donde se sustituye de manera total el régimen de reparto, (ya no
puede haber más afiliados) por uno de capitalización individual.
Mixto: en éste se integran ambos regímenes, en otras palabras, se reformó el sistema
público de reparto integrándolo con el régimen de capitalización individual10.
Paralelo: aquí los sistemas de capitalización se crean de manera paralela al sistema de
reparto, el cuál es reformado también y funcionan de forma separada los dos regímenes, es
decir, compiten entre sí.
Las reformas paramétricas son aquéllas en las cuales se mantiene el esquema de beneficio
definido pero con algunas modificaciones en los montos de las pensiones y los requisitos para
obtenerlas (Mesa-Lago 2004). Por ejemplo: incrementar los años de cotización, aumentar la
edad de retiro, aumentar el monto de las cotizaciones, indexar el aumento de las pensiones al
salario mínimo o al Índice de Precios al Consumidor (INPC).
Las reformas estructurales de pensiones en Latinoamérica se caracterizan por pasar de un
esquema de reparto, con beneficios definidos y administrados por el Estado, por otro
capitalizado, con contribuciones definidas y administración privada, pero regulado por el
estado. Este cambio implicó que los trabajadores actuales destinen una parte de su ingreso a
una cuenta de ahorro privada y de esta manera cuentan con recursos para su retiro.
Entre los principales factores que han motivado las reformas implementadas a los sistemas
de pensiones pueden mencionarse los siguientes: i) la transición demográfica y el
10 En Europa se ha preferido adoptar este tipo de reforma.
32
envejecimiento de la población; ii) los déficit financieros de los sistemas de pensiones de
reparto; iii) los problemas actuariales de los esquemas públicos de pensiones; iv) los crecientes
subsidios estatales que los sistemas de pensiones demanda, así como los desequilibrios
macroeconómicos, experimentados por las economías en desarrollo, que en conjunto se
traducían en efectos negativos sobre las finanzas públicas; v) la creciente demanda por
mayores beneficios provisionales(Arenas y Gana 2001).
En suma, las reformas al sistema de pensiones trataron de superar las crisis nacionales de
los sistemas existentes (reparto), que reconocían aspectos comunes: desequilibrios financieros
de los sistemas y cobertura previsional menor a la deseada, que resultan diferenciados y
específicos para cada uno de los países.
En el caso de México, el modelo de financiamiento de pensiones de reparto presentó una
crisis debido a diversos factores que se analizarán con detalle en el presente capítulo. Por otro
lado, se dará un breve esbozo de la evolución del sistema de seguridad social en México, con la
finalidad de identificar algunos de los problemas que llevaron a modificar el sistema de
pensiones del país.
1.7. Reformas recientes al IMSS e ISSSTE. Principales consideraciones
En esta sección se presenta el análisis de los factores determinantes que promovieron el
proceso de reforma del esquema de Seguridad Social en México, entre los cuales destacan el
envejecimiento poblacional y la inviabilidad financiera de los sistemas de reparto. Asimismo, se
describen las principales modificaciones hechas a los esquemas de pensiones.
1.7.1. Inviabilidad financiera
La seguridad social es una de las políticas sociales más relevantes de un país, esto se
refleja en la cantidad de recursos que los gobiernos destinan a ella. En el caso de México, el
porcentaje del PIB que se destina a la seguridad social es alto a comparación de otros gastos
3.2% en el 2008. Sin embargo, del total de la cantidad que están gastando los gobiernos solo
un porcentaje se destina al sistema de pensiones debido al esquema de reparto que lo
financia. No obstante, el esquema de reparto requería la suficiencia fiscal del Estado para
sostener las carencias y sus obligaciones.
33
Como se ha mencionado, los sistemas de pensiones de las principales instituciones (IMSS
e ISSSTE) se basaban en el plan de reparto. Esto implicaba que el pago de las pensiones, que
obedecen a beneficios prometidos en el pasado, se realizaba con los recursos procedentes de
las contribuciones de los trabajadores activos y las pensiones de estos trabajadores activos
debían ser cubiertas en el futuro por las contribuciones de los trabajadores activos futuros. Es
decir, para este tipo de plan funcionara adecuadamente se requería que hubiera una relación
actuarial entre contribuciones y beneficios corrientes.
Sin embargo, las contribuciones se mantuvieron casi estancadas; en el caso del IMSS de
1944 a 1990 representaban el 6% del sueldo base de cotización y en 1996 alcanzaron el 8.5%.
Por otra parte, los beneficios fueron aumentando tanto en magnitud como en la cobertura. La
pensión mínima también aumentó, ya que de representar alrededor de 40% del salario mínimo
de 1960 a 1990 se incrementó hasta alcanzar el 100% en 1995.
Para que el sistema de pensiones mantuviera un equilibrio actuarial, dados los cambios
demográficos, las posibles soluciones eran aumentar las contribuciones, reducir el monto de
los beneficios o una combinación de ambos. En caso de no haber un incremento en las
contribuciones, el financiamiento del pago de beneficios tendría que provenir de recursos
fiscales.
Otro factor importante fue que no se mantuvo un plan de capitalización parcial, ya que,
cuando el sistema inició sus operaciones, la baja proporción de pensionados-contribuyentes
permitió la generación de reservas que fueron utilizadas para financiar la creación de
infraestructura, así como para subsidiar otros programas. Esta tendencia se vio agravada por
los cambios en la estructura poblacional, debido a que ha disminuido la razón entre
trabajadores en activo y pensionados. Según cálculos del IMSS, sólo entre 1980 y 1995 el
cociente pasó de 13.1 a 6.1 y para el año 2007 fue de 5.3. Mientras que para el ISSSTE la
situación ha sido más grave, mientras que en 1980, había veinte asegurados por cada
pensionado, para el 2000 era de cinco cotizantes activos por cada pensionado. Es decir, el
número de trabajadores en activo por pensionado a disminuido de 19% en 1980, 5.3% en 2000
y finalmente a 3.4% en el 2007 (Gráfica 1.7).
Gráfica 1.7 Número de trabajadores en activo por pensionado
34
Fuente: Primer Informe de Gobierno, 2007.
También debe tenerse presente, que la fórmula utilizada para el cálculo del monto de la
pensión que considera el salario promedio obtenido durante los cinco últimos años antes del
retiro, creaba incentivos para los trabajadores tales como: i) cotizar el período mínimo
requerido para asegurar la pensión mínima; ii) subdeclarar salarios durante la mayor parte de
la vida laboral y iii) sobredeclarar durante los últimos cinco años. Estos problemas condujeron
a prácticas de evasión y un aumento del mercado laboral informal (Solis 2001), que
combinadas con la transición demográfica podrían generar, en los sistemas de seguridad
social, inviabilidad financiera a largo plazo.
Otro aspecto importante reside en el nivel de desempleo. Es posible que exista población
en edad de trabajar suficiente para pagar las pensiones de la población en edad de retiro, pero
la mayor parte de éstos, se encuentren laborando en el sector informal. De tal forma, el sector
formal se ve reducido y con ello resultan insuficientes los recursos para pagar la pensión, como
en el caso intergeneracional.
Asimismo, otro aspecto que aumentó la brecha entre contribuciones y beneficios fue la
alta inflación, la cual produjo una caída significativa de los salarios reales y por lo tanto la
erosión de las pensiones otorgadas. A partir de 1982, México atravesó por una serie de crisis
económicas. Como se observa en la Gráfica 1.8, en la década de los ochenta, hubieron altos
niveles de inflación incluso llegando al 179.73% en 1988. En los años siguientes hubo un
descenso significativo en las tasas de inflación. Sin embargo, para 1995 (año en el cual se hizo
la primera reforma), las tasas de inflación aumentaron alcanzando un porcentaje de 51.97.
Gráfica 1.8 Inflación Anual INPC (1980-2010)
35
Fuente: Banco de México.
Los altos índices de inflación causaron una grave erosión de los salarios mínimos, tales
como de un 60% entre 1980 y 1994. Esto conllevo a que se elevaran los porcentajes de
contribución a los sistemas de pensiones, llegando a ser tres veces mayores.
1.7.2. Reforma al IMSS
Como se ha señalado, la reforma al sistema de seguridad social entró en vigor el 1 de julio
de 1997 para el IMSS. La razón fundamental de esta reforma se debió a que el programa
anterior respondía a características demográficas, sociales y económicas que no correspondían
a las actuales, la consecuencia inmediata de ello fueron signos de debilitamiento e inviabilidad
financiera del sistema de seguridad social.
Inicialmente, los sistemas públicos de pensiones en México se establecieron como
sistemas de beneficios definidos. Con el fin de lograr este objetivo, el estado debió generar
reservas en forma colectiva para hacer frente a las obligaciones frente a los futuros
pensionados. Sin embargo, dichos excedentes se destinaron principalmente a elevar los
beneficios ofrecidos a los trabajadores por encima de lo que permitían las aportaciones, en la
construcción de infraestructura inmobiliaria, a la operación de otras prestaciones sociales tales
como seguro de enfermedades y maternidad, y a la atención a la población abierta.
Antes de la reforma, el sistema de pensiones se basaba en el llamado seguro de Invalidez,
Vejez, Cesantía en edad avanzada y Muerte (IVCM). Una vez que se realizó la reforma, las
36
pensiones se dividieron en dos seguros: 1) seguro de invalidez y vida (SIV) y 2) el seguro de
retiro, cesantía en edad avanzada y vejez (SRCV).
Las principales diferencias entre el sistema jurídico previo a la reforma y posterior a la
misma se muestran en la Gráfica 1.9.
Gráfica 1.9. Principales diferencias entre el sistema jurídico previo y posterior a la
reforma al IMSS
Una de las principales reformas se refiere a que se cambia el sistema de reparto a uno de
contribuciones son definidas y que las contribuciones serán administradas por entidades
privadas denominadas Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES). El sistema se basa
en un esquema de capitalización individual, a través del cual se generan rendimientos con las
aportaciones que hacen los trabajadores, empleadores y el estado a lo largo de su vida laboral;
por tanto, el monto de las pensiones depende no solo de las contribuciones sino también de lo
que ocurra con los mercados financieros y los costos de administración.
A partir del primero de julio de 1997 todos aquellos trabajadores que iniciaron su vida
laboral se incorporaron al sistema de capitalización individual, únicamente pudieron elegir los
trabajadores que estaban afiliados antes de la reforma al sistema de pensiones.
El monto de la pensión depende de varios factores: las aportaciones que acumulen los
trabajadores durante su vida laboral, los años de cotización, el ahorro voluntario, los intereses
que hayan obtenido las aportaciones, menos los costos de administración.
El sistema prevé una pensión mínima a los afiliados –trabajadores del sector formal y
privado- que hayan cotizado al menos durante 1,250 semanas (25 años aproximadamente),
Ley del IMSS 1973
• Esquema de beneficios definidos (reparto)
• Administración Pública
• Años mínimos de cotización 500 semanas (10 años)
• Edad de retiro: 65 años
• No hay pensión mínima
• Financiamiento, se toma de las contribuciones corrientes que financian a las pensiones corrientes
Ley del IMSS 1997
• Esquema de contribuciones definidas (capitalización individual)
• Administración Privada (Múltiple)
• Años de cotización: 1250 (25 años)
• Edad de retiro 65 años.
• Hay pensión mínima garantizada (1 salario mínimo)
• Financiamiento, aportaciones más intereses menos comisiones
37
que equivaldrá a un salario mínimo al momento de la reforma ajustado por el nivel de
inflación.
Para poder ser acreedor a la pensión por vejez, el requisito es contar con 65 años de edad;
sin embargo, a partir de 2005 la edad va incrementando un mes cada año hasta el 2040, pero
se puede solicitar una jubilación anticipada si se cuenta con 60 años de edad. Para la pensión
por invalidez, el trabajador tiene que comprobar haber perdido al menos un 75% de su
capacidad laboral y contribuir al sistema por lo menos 150 semanas. Finalmente, la pensión de
sobrevivencia se otorga a los beneficiarios del pensionado que hayan aportado por lo menos
durante 150 semanas al momento de su muerte.
La cuenta personal que administra la AFORE se divide en cuatro subcuentas: 1) retiro,
vejez y cesantía; en esta subcuenta se depositan las cuotas y aportaciones que realiza el
trabajador, el empleador y el estado. El empleador aporta 2% del salario base de cotización
para retiro y 3.15 del salario base de cotización para cesantía en edad avanzada y vejez. Las
aportaciones se realizan de manera bimestral. El gobierno aportará 0.225% del salario base de
cotización por cesantía en edad avanzada y vejez y una cantidad equivalente al 5.5% del
salario mínimo general para el D.F., por cada día cotizado (cuota social). Finalmente el
trabajador aportará 1.125% sobre el salario base de cotización de manera bimestral (Cuadro
1.6). 2) Aportaciones voluntarias: el trabajador o el empleador, podrán hacer aportaciones
voluntarias a los fondos de pensión en forma adicional a la aportación descrita anteriormente.
No hay montos mínimos ni máximos. El trabajador puede realizar retiros de la subcuenta de
aportaciones voluntarias cada 2 ó 6 meses dependiendo de la AFORE en la que se encuentre
registrado. 3) Vivienda: es aquella subcuenta en la que únicamente el empleador realiza
aportaciones que equivalen al 5% del salario base de cotización. Estos recursos son
canalizados al INFONAVIT a través del Fondo Nacional de Vivienda y la AFORE sólo lleva el
registro de dichos recursos. Pueden ser utilizados para solicitar un crédito para la vivienda o
para elevar el monto de la pensión. 4) aportaciones adicionales o complementarias: en esta
subcuenta se podrán realizar aportaciones tanto del trabajador como del empleador con la
finalidad de incrementar el monto de la pensión. A diferencia de la voluntaria, en está solo se
podrá disponer de las aportaciones hasta el retiro del trabajador.
Cuadro 1.7 Contribuciones para las seguridad social a cargo de empleadores, trabajadores y estado
(1983-2001)
38
Como se muestra en el Cuadro 1.7, las reformas a la Ley del IMSS de 1997 modificaron la
participación de los diferentes agentes, trabajadores, empleadores y estado en las
contribuciones. El total de contribuciones obrero-patronales sobre la nómina se redujo un
poco más de 5 puntos porcentuales, al pasar de 25.6% a 20.2%, de 1997 a 1998. La tendencia
39
hacia el alza en las tasas anteriores a 1997 era marcada, con un crecimiento promedio anual
de 3.3%; por el contrario, después de la Reforma de 1997 se han mantenido relativamente
constantes.
La tasa de contribución a cargo de los empleadores bajó de 20.3% a 17.8% y la tasa a cargo
de los trabajadores, de 5.3% a 2.4%. Antes de la reforma, las contribuciones a cargo de los
empleadores aumentaban al 3.5% promedio anual y a cargo de los trabajadores al 2.4%
promedio anual (Garro 2003).
Por otro lado, el depósito a la cuenta individual para el seguro de retiro y el de cesantía en
edad avanzada y vejez pasó de 2.0 a 11.5 por ciento de la contribución. El Estado se obligó a
participar con el 35 por ciento del total de las cuotas a la seguridad social, a diferencia del 5
por ciento bajo el sistema de reparto, que señalaba la ley anterior.
Al respecto, Garro (2003) argumenta que debe ser un objetivo de política económica fijar
las contribuciones en un nivel tal que se obtenga una máxima recaudación sin perjuicio a los
incentivos al aumento de la productividad y a la participación en el mercado formal de trabajo
tanto de empleadores como de trabajadores. Mientras mayor sea la valoración de los servicios
de la seguridad social por parte de éstos, menor será la parte de estas tasas que se perciba
como carga impositiva. Por tanto, la reforma buscó, entre otros objetivos, un aumento en la
creación de empleos asegurados o en la cobertura del sistema de seguridad social y, con ello,
una disminución en el dinamismo de crecimiento del sector informal o desprotegido, así como
un aumento en la recaudación total de impuestos laborales destinados al financiamiento de la
seguridad social en nuestro país.
1.7.3. Reforma al ISSSTE
El 1 de abril de 2007 entra en vigor la nueva Ley del ISSSTE, algunas de las razones que
condujeron a plantear la reforma fueron: que desde su fundación, se había mantenido
prácticamente la misma estructura, aproximadamente 50 años, periodo en el cual se ha tenido
cambios en el ámbito económico, social y demográfico. Esto último ejercía presión no sólo en
las finanzas del Instituto, sino a las finanzas públicas del país.
A continuación se presentan algunos de los aspectos más relevantes de la Ley del ISSSTE
(Cuadro 1.8):
Cuadro 1.8 Comparación entre la Ley anterior del ISSSTE y la actual. Concepto Ley anterior Ley Actual
40
Esquema Beneficios definidos Cuentas Individuales
Administración de recursos SAR PENSIONISSSTE, que es un
órgano público, desconcentrado del Instituto
Pensión garantizada 1 salario mínimo 2 salarios mínimos
Beneficios pensionarios
No prevé beneficios pensionarios para
trabajadores menores a 15 años de cotización
Reconoce beneficio pensionario a todos los
trabajadores activos
Manejo de recursos No portabilidad Portabilidad y propiedad de
recursos Aportaciones obligatorias del
estado 19.75% 25.145%
Cuotas y Aportaciones 7%: 3.5% del
trabajador y 3.5% Estado
12.7%: 6.125% del trabajador y 6.125% del
estado Ahorros voluntarios No presenta Presenta la opción
Edad para jubilarse
48 años para mujeres y 50 años para hombres
Aumentará gradualmente hasta alcanzar 58 años para
mujeres y 60 años para hombres en 2028
Manero de recursos Se pueden transferir
recursos de un seguro a otro
Prohíbe el uso de recursos de un seguro a otro
Opción laboral Por honorarios con
suspensión de pensión Continuar laborando con
goce de pensión
Se modifica el sistema de financiamiento colectivo de beneficio definido por otro de
capitalización individual y costo definido. Esto significa que bajo el nuevo régimen las
aportaciones de los trabajadores pasaran a una cuenta individual.
Bajo el nuevo sistema de pensiones, el trabajador, tendrá la certidumbre de que los
recursos que aporta no serán utilizados para otros fines, y en caso de fallecimiento, sus
beneficiarios podrían disponer de ellos. De igual forma, debido a que la pensión depende de la
cantidad de recursos que el trabajador y el Estado hayan acumulado, la ley del ISSSTE permite
que el trabajador escoja su edad de retiro, siempre que los recursos en la cuenta individual
sean suficientes para tener una pensión de al menos 30 por ciento mayor a la mínima
garantizada. De esta forma, incentiva al trabajador a ahorrar de manera voluntaria en su
cuenta de ahorro individual.
Los recursos que antes se acumulaban en una bolsa general y eran administrados por el
SAR, ahora serán administrados e invertidos por un organismo público descentralizado del
Instituto denominado PENSIONISSSTE, el cual estará sujeto a la regulación y supervisión de la
CONSAR. Los costos de administración serán cubiertos con el producto de las comisiones.
41
La inversión de los recursos se llevará a cabo a través del mercado de valores, teniendo
como objetivo brindar seguridad y rentabilidad de los recursos de los trabajadores, así como la
promoción del ahorro interno de largo plazo y el financiamiento de infraestructura.
Se establecen cuatro tipos de seguros de los 21 que había11, siendo compatibles con los del
IMSS: i) retiro, cesantía en edad avanzada y vejez; ii) invalidez y vida; iii) riesgos de trabajo y,
iv) salud. Es decir, los trabajadores tendrán la posibilidad de moverse entre el sector público y
el privado, manteniendo íntegramente sus derechos pensionarios (portabilidad plena).
Se duplica el monto de la pensión mínima garantizada de uno a dos salarios mínimos. Para
los trabajadores de menores ingresos cuyo saldo acumulado en su cuenta individual no sea
suficiente para obtener la pensión mínima garantizada, el estado aportará la diferencia.
Incorporación de una cuota social financiada por el estado, esto es, un monto fijo que
equivale alrededor de 5.5% de un salario mínimo y es igual para todos los trabajadores,
independientemente de su nivel de ingreso. Las contribuciones de los trabajadores se
incrementarán gradualmente de 3.5% de su salario de cotización a 6.125% en un periodo de 5
años y el resto estarán conformadas por una cuota de 5.175% a cargo de las dependencias y
entidades más la Cuota Social de 1.5% del salario promedio de los trabajadores que cotizan al
ISSSTE.
Cabe señalar que las contribuciones para el sistema de pensiones de reparto equivalen a
7% del salario de cotización y se dividen por partes iguales entre el trabajador y el patrón, pero
bajo la nueva ley se llegará a 12.7%.
Se incluye un nuevo régimen de ahorro en el que se obliga al estado a contribuir con 3.25
pesos por cada peso que aporte el trabajador.
Se incrementará gradualmente la edad mínima de retiro de 50 años para los hombres y de
48 para las mujeres a 60 y 58 años respectivamente, para el 2028. Estos cambios no modifican
los años de cotización de 30 y 28 años (hombre-mujer) que se requieren para alcanzar la
jubilación. Asimismo, aumentará de forma gradual el requisito para el retiro por edad y tiempo
de servicio a 65 años.
11 Prestaciones en especie: medicina preventiva, seguro de enfermedades y maternidad, seguro de rehabilitación física y mental, servicio de atención para el bienestar y desarrollo infantil, servicios que contribuyen a mejorar la calidad de vida, servicios turísticos, actividades culturales, sociales y recreativas. Prestaciones económicas: seguro de riesgo en el trabajo, seguro de jubilación, seguro de retiro por edad y tiempo de servicio, seguro de invalidez, seguro por causa de muerte, seguro de cesantía en edad avanzada, indemnización global , arrendamiento o venta de habitaciones económicas, préstamo hipotecario y financiamiento para vivienda, préstamo a mediano plazo, préstamo a corto plazo, Sistema de Ahorro para el Retiro S.A.R. Prestaciones económicas y en especie: servicio integral de retiro a jubilados y pensionados, servicios funerarios.
42
Para los trabajadores que actualmente cotizan tendrán la libertad de elegir el sistema de
pensiones que más convenga a sus intereses hasta noviembre de 200812. Si deciden cambiar al
sistema de cuentas individuales recibirán un bono de reconocimiento de antigüedad en su
cuenta individual cuyo monto será equivalente a lo que marcan los derechos pensionarios13. Si
el trabajador opta quedarse en el sistema actual, éste prevé modificaciones que
implementaran de manera gradual.
Se otorgarán beneficios pensionarios a todos los trabajadores activos, incluyendo a
aquellos con menos de 15 años, lo que beneficiará al 60% de los trabajadores que cotizan al
ISSSTE y que actualmente no gozan de estos beneficios.
12 El trabajador que a esa fecha no haya avisado al ISSSTE a través de la dependencia o entidad donde trabaja que opción elige, se entenderá que opta por la jubilación conforme al antiguo régimen.
13 Estos bonos se calculan de acuerdo al Artículo 9 transitorio de Ley del ISSSTE. Para calcularlo se toman en consideración, la edad, los años de cotización, el salario al 31 de diciembre de 2007 y la esperanza de vida del trabajador. No obstante, existen algunos topes entre los que destacan: años de antigüedad (únicamente se considerarán 30 años) y salarios que no exceda a los 10 salarios mínimos.
43
1.8. Conclusiones
En este capítulo hemos buscado enumerar el conjunto de elementos que promovieron la
reforma al sistema de pensiones en México. Para ello, se realizo el análisis del funcionamiento
de los sistemas de seguridad social antes y después del proceso de transición; concediendo
especial atención a las condiciones del IMSS y el ISSSTE en este marco.
A grosso modo se concluye que la reforma a los sistemas de pensiones en México fue
impulsado, por la insostenibilidad financiera del sistema; contexto alimentado por cuatro
fenómenos particulares: i) por el desequilibrio en el balance generacional; ii) por la
profundización de la segmentación del mercado laboral; iii) por el desequilibrio entre
aportaciones y beneficios; y iv) por la inadecuada utilización de las reservas.
Esto es, la transición demográfica experimentada por México, así como el aumento de la
esperanza de vida de la población, provocaron una disminución de la tasa de dependencia y la
conversión de la estructura poblacional, originando graves presiones sobre la liquidez del
sistema de pensiones en el país. Un reto adicional asociado con el problema demográfico es el
aumento del peso relativo de la población de 65 años y más, debido a que en el largo plazo
genera reducida certidumbre en términos de posibilidades de consumo, pobreza y el acceso a
otros servicios de seguridad social. Si bien la evolución de la población en México incidió, como
un elemento particular, en el impulso de reformas a los sistemas de seguridad social en el país;
aun queda pendiente la implementación de políticas públicas de nueva generación que
incluyan las características de largo plazo de la transición demográfica.
Aunado a este entorno, la creciente dicotomía y polarización del mercado laboral en
actividades de carácter informal derivaron en el debilitamiento de la viabilidad de un sistema
basado en aportaciones intergeneracionales, además del efecto negativo sobre la cobertura de
los sistemas de seguridad social en el país; que de seguir profundizándose incrementara en
forma exponencial la población adulta mayor en condición de pobreza y en ausencia de un
esquema asistencial en la vejez.
Otros factores determinantes del desmoronamiento financiero del sistema de seguridad
social fue la prevalecencia del esquema de la mínima contribución y máxima pensión, que
detonaron un estancamiento importante de las contribuciones obrero- patronales. Además, el
uso recurrente de las reservas obreros-patronales para programas sociales y ampliación de
infraestructura, resultó ser fatal para el sistema pensionario, ya que con la crisis, inflacionaria y
salarial, no existían fondos suficientes para sostener las pensiones. De esta manera, el
44
gobierno se veía obligado a subsidiar pensiones; teniendo como solución inmediata el subsidio
a las pensiones y/o el aumento de las contribuciones.
Ante tales circunstancias, entre 1992 y 2007 se diseñaron e implementaron un conjunto
de estrategias tendientes a asegurar la eficiencia financiera del esquema de pensiones así
como la de incentivar el ahorro - inversión en México. Entre los cambios más significativos
destacan:
i) Modificación de las fuentes de financiamiento. Transición de un esquema de
reparto de capitalización individual;
ii) Modificaciones a la condición de elegibilidad. Aumento en el nivel de cotizaciones
y periodo de contribuciones;
iii) Unificación del régimen pensionario. Con el objetivo de evitar multiplicidad de
regímenes.
Si bien, el marco jurídico e institucional del sistema de pensiones en México proyecta
mejores condiciones para los individuos después de su vida laboral. También, este proceso de
reforma genera amplios costos de transición entre los cuales están: el aumento de la deuda
implícita del sector público, en el largo plazo, y la disminución del presupuesto público, de
corto plazo, como resultado del reconocimiento de los aportes previos y por efecto de los
gastos administrativos de dicha transición. Al parejo de estos costos, se suma la incertidumbre
que genera la administración de los recursos de pensiones y el desbalance de la relación
ganancias – costos del manejo del fondo de pensiones.
En la discusión sobre la cobertura de los sistemas de seguridad social, un elemento
relevante son las expectativas y garantías de aquellos individuos que mantuvieron una
condición laboral en sectores informales de la economía. Ya que las estrategias de las políticas
públicas sobre seguridad social contemplan solamente a aquellos trabajadores del sector
formal, dejando de lado los efectos negativos que esta omisión genera sobre la capacidad de
consumo de las familias y el aumento de la pobreza.
Por tal motivo, esta investigación se orienta en la integración de un marco normativo que
aprehenda un sistema de pensiones no contributivo o asistencial para los adultos mayores en
México. Basado en el pilar uno del modelo del Banco Mundial de 1994 y los pilares cero y
cuatro del esquema del Banco Mundial de 2005; que entre otros objetivos incluye un marco
redistributivo y de alivio a la pobreza, así como una política focalizada hacia el sector de los
adultos mayores pobres, con o sin seguridad social, trabajadores formales o informales.
45
Capítulo 2. La situación económica de los adultos mayores en
México: pobreza y empleo
Introducción
En este capítulo se presenta un análisis descriptivo de la situación de los adultos mayores,
durante 1992-2008 con especial énfasis en los últimos años, para lo cual se abordan tres
temas de discusión: pobreza, situación laboral y acceso a los sistemas de seguridad social. El
propósito es delinear los determinantes básicos sobre las condiciones económicas y de
bienestar de los adultos mayores, mediante el uso de indicadores como: pobreza alimentaria,
capacidades y patrimonial, condición de ocupación e índice de cobertura. La fuente de
información se cimenta en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los
Hogares (ENIGH) de 1992 a 200814. Se considera adulto mayor a las personas de 65 años y más.
Uno de los temas relevantes dentro de la cobertura de los sistemas de seguridad social se
refiere a las condiciones de los adultos mayores con y sin acceso a pensión. Esto es así porque
el desbalance generacional, el aumento de la esperanza de vida y la profundización del
mercado laboral generan un entorno en donde un mayor número de individuos en su vida
adulta mayor carezca de las garantías mínimas ofrecidas por un esquema de seguridad social.
Aunado a este problema de la cobertura de los sistemas de seguridad social, se agregan las
presiones sobre los índices de pobreza en el grupo de adultos mayores en su edad laboral y no
laboral.
Este capítulo se organiza de la siguiente manera. El primer apartado incluye una
descripción general de los adultos mayores según su condición económica (pobre y no pobres)
que como puede observarse en la Gráfica 2.1 representaban el 40.53% y 59.47% del total de
adultos mayores en el 2008, respectivamente. En el segundo apartado, se integra la
descripción de las condiciones en el mercado laboral de los adultos mayores. Finalmente, en la
tercera sección, se presenta el estatus de los adultos mayores con respecto al acceso al
sistema de pensiones.
14 Las estimaciones se realizaron en el paquete estadístico STATA. La programación—o Do File—se presenta en el Anexo 1.
46
2.1. Los pobres extremos con edad adulta mayor
La protección social comprende una serie de mecanismos de manejo de riesgos que
abarcan desde instrumentos informales (ahorros, transferencias familiares y remesas) hasta
instrumentos formales de protección (seguridad social y asistencia social) para hacerles frente.
Entre los adultos mayores, se pueden identificar algunos grupos vulnerables claves,
particularmente los que viven en situación de pobreza que obligan a examinar el alcance de la
cobertura formal, ya que el alcance de esta protección es baja entre este grupo. Por ejemplo,
en el 2006, alrededor del 20 % de la población urbana de 65 años o más recibe pensión,
mientras que sólo 7% de los adultos mayores urbanos pobres y 1% de los adultos mayores
rurales pobres recibían este beneficio.
En México, según metodología del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza es definida en tres niveles15: 1) Pobreza alimentaria:
Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el
ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta; 2) Pobreza de
capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta
alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso
total de los hogares nada más que para estos fines; y, 3) Pobreza de patrimonio: Insuficiencia
del ingreso disponible para adquirirla canasta alimentaria, así como realizar los gastos
necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso
del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. En este
estudio se abordará a la pobreza alimentaria como referente de la pobreza extrema.
Según estos indicadores, en México la tasa de pobreza en la población adulta mayor es
superior a la de la población en su conjunto. De acuerdo con el reporte del Banco Mundial del
2005 (Banco Mundial 2005), la tasa de pobreza en la población de 65 años o más es 70%
superior a la de la población total en México. Los bajos niveles de cobertura en pensiones son
un factor que contribuye a aumentar esta desigualdad.
Entre 2006 y 2008 la situación de pobreza en la población adulta mayor en México creció a
un ritmo promedio del 7.81% al pasar de 4.01 millones de personas en 2006 a un total de 4.32
millones de adultos mayores en 2008. En otras palabras, según información de la ENIGH, en
2006, aproximadamente el 39.90% de la población de 65 años y más mantenía una situación
de pobreza, mientras que para 2008 esta proporción representó 40.53% (Gráfica 2.1). Esto
15 www.coneval.gob.mx
47
implica que este grupo de edad tiene un ingreso inferior a 1904.84 pesos mensuales en zona
urbana y de 1282.36 en zona rural, de acuerdo con la definición de línea de pobreza
alimentaria (CONEVAL 2010).
Gráfica 2.1. Pobreza en los adultos mayores (Porcentaje de personas)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. Varios años
De acuerdo con la definición de pobreza, entre 2006 y 2008 la línea de pobreza alimentaria
en los hogares con población adulta mayor creció a una tasa del 7.70%, mientras que el ritmo
de crecimiento de la pobreza de capacidades ascendió a 9.93% y el de la pobreza patrimonial
fue de alrededor de 8.63%. La información anterior muestra que la pobreza, en sus tres líneas,
aumenta entre 2006 y 2008. No obstante, a nivel poblacional esta situación se ve modificada,
dicha diferencia se encuentra marcada por la proporción de adultos mayores pobres sobre el
total de la población de 65 o más, teniendo como excepción la pobreza patrimonial que
muestra un aumento. Esto es, el número de personas adultas mayores en situación de
pobreza alimentaría aumentó de 1.46 millones a 1.52 millones, lo que significa un cambio de
14.6 a 14.3 por ciento; en cuanto a la situación de pobreza de patrimonio el número de adultos
mayores pasó de 4.01 millones de personas en 2006 a 4.32 millones de personas en 2008. De
esta forma, la proporción de la población de 65 años y más en situación de pobreza
patrimonial, respecto del total, pasó de 39.90% en 2006 a 40.53% en 2008. Y el porcentaje de
48
adultos mayores en situación de pobreza de capacidades pasó de 20.49% a 20.30%, de 2006 a
2008, respectivamente.
2.2. El trabajo en la edad adulta mayor
En la literatura se identifican los factores determinantes de la decisión de retirarse o no del
mercado laboral: i) estar cubierto por algún programa de seguridad social; ii) la estructura y
nivel de los impuestos a los que se enfrenta una persona; y iii) el acceso a un seguro de salud
una vez que se deja de trabajar definitivamente. Los programas de seguridad social
representan una fuente importante de ingreso durante la vejez; sin embargo, en México como
en América Latina dada la baja cobertura de los esquemas de seguridad social, entre otros
elementos, las cifras de adultos mayores activos en el mercado laboral es elevado (CISS 2005).
Según un estudio de la CEPAL (2001), a finales de la década de 1990 en América Latina,
siete de cada diez hombres de 60 años o más aún integraba la población económicamente
activa; tan elevada tasa de participación laboral pone de manifiesto que las personas adultas
mayores se ven en la necesidad de obtener un ingreso que les permita atender a sus
principales necesidades. Un factor adicional a la debilidad de los sistemas de seguridad social
en la toma de decisiones de los adultos mayores está asociado con los bajos montos de las
pensiones.
De ahí que la seguridad económica de la población adulta mayor se convierte en un tema
de interés, pues con el paso de los años disminuyen las posibilidades de generar ingresos de
forma autónoma para la población activa, y aún más para este segmento de la población. Si
consideramos que la población de 65 años o más se encuentra en su transición hacia el retiro y
la viudez, los ingresos se reducen y aumenta la probabilidad de pobreza en sus hogares (Del
Popolo 2001). La seguridad económica de los adultos mayores radica en las características
individuales y generacionales en que ha transcurrido su vida laboral así como en la
acumulación de activos de dicho grupo de población. Otra fuente importante de ingresos para
los adultos mayores son las transferencias y los apoyos familiares (Guzmán 2002, Huenchuan
2006).
En esta investigación, se considerará como población objetivo a los adultos mayores
pobres, de acuerdo con las tres definiciones de pobreza consideradas por CONEVAL. En la
estimación de las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza por ingresos
49
no se tomará en cuenta la relación que estos adultos mayores pobres con el mercado laboral y
los sistemas de seguridad social.
2.2.1. Mercado laboral y adultos mayores
En este apartado se presenta una descripción general de la tendencia de empleo y
desempleo así como un análisis comparativo de la situación laboral de los adultos mayores
entre 1992 y 2008.
En principio, según se observa en la Gráfica 2.2, la tasa de ocupación de la población adulta
mayor denota un comportamiento cíclico importante, alrededor del 31.09% entre 1992 y
2008; lo que sugiere una baja cobertura en pensiones y problemas de incentivos para optar
por el retiro.
Por otro lado, es importante resaltar que durante 2008 la tasa de ocupación presentó una
caída sustancial de 10.72 puntos porcentuales con respecto del 2006; lo que expone los
fuertes cambios que puede presentar la inserción en el mercado de trabajo en períodos cortos
de tiempo y en periodos de crisis económica, como lo fue, para el caso de México, en el 2008.
Dicha participación laboral representó en el 2008 alrededor de 2.67 millones de adultos
mayores, del cual el 69.8% eran hombres y el 30.2% mujeres.
Otro aspecto importante es la tasa de ocupación de la población adulta mayor entre 1994
y 2006; la cual durante este período se mantuvo por encima de la tasa media de participación
ocupacional (32.3%) (Gráfica 2.2). Este contexto advierte la dificultad de la población adulta
mayor para optar por un retiro temprano; debido a la pérdida de la capacidad adquisitiva, de
los ingresos familiares reducidos, de variaciones en el ahorro personal o por mantener el
acceso a los servicios médicos.
Gráfica 2.2 México: Adultos mayores ocupados (% de adultos mayores)
50
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. Varios años.
En la Gráfica 2.3 se muestran algunas estimaciones de la situación en el mercado laboral
de los adultos mayores, integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA) 16 —es
decir, ocupados y desocupados y de la Población Económicamente Inactiva (PEI) (Gráfica 2.3).
Gráfica 2.3. México: Adultos mayores y su condición en el mercado laboral (%) (1992-2008)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. Varios años.
16
Ocupados: personas de 65 años o más que durante el periodo de referencia realizó alguna actividad económica; o bien, tenía trabajo pero se ausentó temporalmente. Desocupados: personas con 65 años o más que buscaron trabajo activamente. Ocupados informales: personas de 65 años o más con una actividad autónoma o independiente, o con un trabajo subordinado no remunerado sin prestación social. Ocupados formales: personas de 65 años o más con un trabajo subordinado remunerado con prestación social. Población económicamente inactiva: personas de 65 años o más que durante el periodo de referencia no tuvieron ni realizaron una actividad económica, ni buscaron hacerlo.
51
Por ejemplo, entre 1992 y 2008 es notoria la disminución de la población ocupada en
actividades informales, mientras que se observan incrementos marginales en los ocupados con
seguridad social, sobretodo en el 2002 y 2008. Sin embargo, siguen siendo altas las
proporciones de trabajadores por cuenta propia o se encuentran en el sector informal de la
economía. Esta situación deja ver la alta precariedad del trabajo en los adultos mayores. En
este sentido, la participación laboral de los adultos mayores en México no debe interpretarse
como un rasgo positivo asociado a una vejez productiva, sino como un resultado de la
insuficiencia de los programas de pensiones (CONAPO 2004), lo que obliga a muchos adultos
mayores trabajar en actividades precarias y de baja productividad. Sin embargo, esto podría
seguir reproduciéndose en el futuro conforme siga aumentando este grupo de personas.
Por otro lado, en 2008 se advierte un aumento de la población adulta mayor
económicamente inactiva. No obstante, la población que declaró no estar ocupada y se
encuentra en busca de empleo—o sea, desempleada--se ha mantenido casi estable, con
excepción del año 1996 y 2008.
También, resalta la evolución de los adultos mayores pensionados, ya que la proporción ha
ido disminuyendo a pesar del aumento de este grupo de población. Estos resultados reflejan
que la cobertura de los sistemas vigentes en el país resultan insuficientes para garantizar una
reducción del número de adultos mayores en situación de pobreza.
La falta de recursos económicos y de prestaciones laborales ha hecho que la población
adulta mayor siga activa en el mercado laboral a edades cada vez más avanzadas. Ya que
cumplir los 65 años o más no significa que la población se retire o deje de realizar algún trabajo
para su sustento. Es así que la participación laboral de adultos mayores era de 35.71% (3.59
millones de personas) en 2006 y 24.99% (2.66 millones de personas) en el 2008. De éstos, en
2006, el 30.02% están en el sector informal o trabajando por cuenta propia y el 5.69% cuenta
con algún seguro. El 64.29% de esta población adulta mayor no trabaja, de los cuales el 59.81%
pertenece a la PEI, el 0.62% está desocupada pero en busca de un trabajo y únicamente el
3.86% recibe pensión. Y en el 2008 tenemos que baja a 16.36% el empleo en el sector informal
o que se encuentran laborando por cuenta propia. Por el contrario, los adultos mayores que se
encuentran ocupados en el sector formal aumentan a 8.64%. En cuanto a la población adulta
mayor que no trabaja aumenta 75.01% de los cuales el 66.90% pertenece a la PEI, el 4.12%
está desocupada pero en busca de un trabajo y únicamente el 3.99% recibe pensión. Esto pone
52
de manifiesto la dificultad de los adultos mayores por insertarse al mercado laboral en épocas
de recesión o crisis económicas.
En el cuadro 2.1 se muestran los ingresos que perciben los adultos mayores, según su
situación en el mercado laboral.
Cuadro 2.1
Población de adultos mayores de 65 y más años. Clasificación de actividad principal e ingresos mensuales1, 2008
Distribución Ingreso Coeficiente
(%) mensual de variación
($) (d.estándar/media)
Total: 10,671,196 personas 100.0 $1,491 2.04
Población económicamente activa: 29.1 $1,086 1.91
Ocupados 85.9 $1,408 2.06
Ocupados con seguridad social2 7.4 $3,112 2.04
Ocupados informales 78.4 $1,236 1.78
Desocupados 14.1 $814 2.11
Población económicamente inactiva: 70.9 $1,473 2.02
Pensionados 26.5 $2,266 1.62
Sin pensión 72.4 $1,086 2.28
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH, 2008 1
Ingreso mensual neto total per capita 17
de hogares con presencia de adultos mayores
2IMSS, ISSSTE, PEMEX, Ejército, Marina y Universidades.
La mayoría de los adultos mayores pobres—71%--constituyen población económicamente
inactiva y, dentro de ellos, la mayoría no cuentan con una pensión—72%. El resto—29%--está
vinculado con el mercado laboral, principalmente en ocupaciones informales—78% de la PEA.
La tasa de desempleo alcanza el 14%. Cabe destacar que los microdatos presentan una
categoría posible de clasificación para cada adulto mayor entre PEA y PEI, lo que impide
detectar situaciones tales como no tener pensión y estar ocupado.
El ingreso mensual promedio neto total per capita de un hogar con presencia de adultos
mayores es de $1,491. El mayor ingreso lo tienen los ocupados formales, seguidos por los
pensionados, los ocupados informales, los sin pensión y, por último, los desocupados. Las
mayores variaciones de estos promedios están entre los desocupados y los sin pensión.
Como se viene diciendo, un indicador importante de las condiciones laborales de los
adultos mayores es su situación en el empleo. Las estimaciones con base en la ENIGH 2008,
17
De acuerdo a las definiciones del CONEVAL, se denomina neto porque se restan los regalos dados.
53
sugieren que la población adulta mayor se concentra en las actividades agropecuarias
(46.20%) y en menor medida en estudiar (0.13%).
Por otra parte, como se puede observar en la Gráfica 2.4, en cuanto al total de adultos
mayores que se encuentran dentro de la Población económicamente inactiva (PEI) tenemos
que la mayor proporción de estos adultos mayores en el año 2008 se encuentra realizando
quehaceres en el hogar (45.97%) y sólo el 26.36% recibe alguna pensión o es jubilado.
Gráfica 2.4 Población económicamente Inactiva de adultos mayores (%) (2008)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. 2008.
Profundizar en las condiciones laborales y de seguridad social en las que se encuentra la
población adulta mayor es de suma importancia, toda vez que requiere de una atención
especial debido a que las demandas laborales y de seguridad social serán cada vez mayores.
2.2.2. Pobreza, mercado laboral y vejez
54
Una discusión relevante sobre el papel de los adultos mayores dentro del mercado laboral,
es como sus condiciones de vida y de bienestar afectan la decisión de mantenerse
laboralmente activos.
Según se muestra en el cuadro 2.2 la población adulta mayor de 65 años y más era de
alrededor de 10.67 millones de personas, lo que representa aproximadamente el 10% de la
población total del país en el 2008. El 40% de estos adultos mayores se encuentran en alguna
situación de pobreza por ingresos—alimentaria (14.3%), de capacidades (20.3%) o patrimonial
(40.5%). El 54% de los adultos mayores son mujeres, observándose un punto porcentual
adicional entre los pobres alimentarios.
Entre los adultos mayores hombres, predominan los jefes de familia—86%--no siendo el
caso entre las mujeres—31%. Cabe notar que entre los pobres hay menos adultos mayores
jefes de familia—tanto hombres como mujeres--que entre el resto de los adultos mayores.
La viudez afecta al 23% de mujeres y al 9% de hombres adultos mayores. El 29% de los
jefes de familia adultos mayores son viudos, 75% de los cuales son mujeres.
El 85% de los adultos mayores tiene residencia propia; de ésos, el 56% son jefes de familia
y de éstos, el 16% son mujeres. Ahora bien, cuando se consideran sólo los jefes de familia,
resulta que el 85% tienen residencia propia; entre las mujeres jefes de familia, ese porcentaje
alcanza el 79%.
El número de miembros promedio de los hogares con presencia de adultos mayores es de
cinco miembros. Dicho número aumenta entre los pobres y mientras más aguda es la pobreza,
mayor es el número promedio de miembros del hogar. Los mayores contrastes con el
promedio de miembros se observan en los hogares presididos por una mujer adulta mayor—
4.7 en el total y 7.6 en los hogares pobres alimentarios.
Los contrastes en la disponibilidad promedio de algunos bienes y la correspondiente a los
pobres son importantes. Mientras que en promedio, el 72%, 56%, 50% y 89% de los adultos
mayores cuentan con pisos firmes, teléfono, lavadora y refrigerador, respectivamente, un
porcentaje significativamente menor de pobres alimentarios cuenta con ellos—64%, 19%,
18%, 51%, respectivamente.
La estructura educativa de los adultos mayores ocupados y jefes de familia presenta una
concentración en el nivel de primaria completa e incompleta—58%--, siguiéndole en
55
importancia el nivel menos de primaria--22%--y el de secundaria completa e incompleta--11%.
Los adultos mayores en situación de pobreza presentan mayores porcentajes en estos niveles.
Cuadro 2.2 Situación socio-económica y de pobreza de los adultos mayores de 65 y más años 2008 Pobreza
alimentaria Pobreza
capacidades Pobreza
patrimonial Total de Adultos Mayores
De 65 y más años (número de personas) 1,521,131 2,166,306 4,324,590 10,671,196
% de la población total con 65 años y más 10.0
% de la población de adultos mayores 14.3 20.3 40.5 100.0
% de hombres 44.9 46.7 47.1 46.0
% jefes de familia 50.7 52.0 52.6 56.5
% jefes mujeres en el total de jefes 29.8 27.2 26.1 30.0
% de hombres jefes en el total de hombres 79.4 81.1 82.6 86.0
% jefes de familia viudos 26.4 26.6 26.2 28.7
% jefes hombres viudos 22.0 28.2 26.7 24.6
% mujeres viudas en el total de mujeres 19.0 18.7 19.1 22.6
% hombres viudos en el total de hombres 6.6 8.4 7.8 8.7
% con residencia propia 85.1 84.4 84.6 85.3
% de jefes de familia en el total que tiene residencia propia
50.0 51.7 51.9 56.2
% de jefes de familia mujeres en el total que tiene residencia propia
13.7 12.7 12.2 15.6
% con residencia propia en el total de jefes de familia 83.9 83.7 83.4 84.9
% con residencia propia en el total de jefes mujeres 77.3 75.9 75.1 78.6
Número de personas en el hogar 6.7 6.5 5.9 5.0
Número de personas en el hogar con jefe de familia adulto mayor
6.5 6.2 5.5 5.2
Número de personas en el hogar con jefe de familia adulto mayor mujer
7.6 7.3 6.1 4.7
Condiciones del hogar con jefe de familia adulto mayor:
% Pisos firmes 64.2 65.8 67.0 52.1
% Teléfono 18.6 21.8 32.6 56.1
% Lavadora 17.7 22.2 29.2 49.9
% Refrigerador 50.7 57.4 67.2 82.8
Número de cuartos 3.1 3.2 3.4 4.2
% Adultos mayores ocupados y jefes de familia (%): 38.2 36.7 35.3 33.4
Estructura educativa de los adultos mayores ocupados y jefes de familia:
% Menos de primaria 1 34.7 31.5 30.6 21.7
% Primaria completa o incompleta 55.3 59.5 60.2 58.0
% Secundaria completa o incompleta 9.5 8.6 8.3 11.2
% Media Superior completa o incompleta 0.6 0.5 0.5 2.4
% Superior completa o incompleta 0.0 0.0 0.4 5.8
% Posgrado 0.0 0.0 0.0 1.0
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH, 2008. 1
Sin instrucción y preescolar
56
En cuanto a la situación laboral de los adultos mayores pobres, según muestra la Gráfica
2.5, entre 2006 y 2008 es notoria la disminución de la población ocupada en actividades
informales en las tres líneas de pobreza, mientras que se observan incrementos marginales en
los ocupados con seguridad social y los desocupados. Por otro lado, en este bienio se advierte
un aumento de la población económicamente inactiva.
También, resalta la evolución de los adultos mayores pensionados en situación de
pobreza; ya que entre 2006 y 2008 se manifiesta un aumento en las 3 líneas de pobreza de
esta categoría. Estos resultados reflejan que la cobertura de los sistemas vigentes en el país
resultan insuficientes para garantizar una reducción del número de adultos mayores en las
líneas de pobreza.
Otras características observadas en la Gráfica 4 son: i) los adultos mayores en situación de
pobreza alimentaria, son los que en mayor proporción gozan de una pensión, así como los que
en mayor proporción se encuentran en actividades laborales informales; ii) también, en el
grueso de la población adulta mayor en situación de pobreza patrimonial, se encuentra un
menor número de individuos pensionados; y iii) dentro de la PEA, se observa una disminución
del empleo informal así como un incremento ínfimo del empleo con seguridad social a medida
de que se superan las líneas de pobreza.
Gráfica 2.5 México: Adultos mayores en situación de pobreza y su condición en el mercado laboral (%)
(2006-2008)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2006 y 2008.
57
En contraste, la situación laboral de los adultos mayores no pobres denota, por un lado
una mayor participación en actividades formales y, por ende, una menor participación en
actividades por cuenta propia o informales. Así como una alta condición de inactividad laboral
(Gráfica 2.6).
Asimismo, es posible inferir la presencia de un efecto diferenciado de la cobertura social
en los adultos mayores. Esto es un número reducido de adultos mayores pensionados evitan la
condición de no pobreza en este grupo de edad.
Gráfica 2.6 México: Adultos mayores sin pobreza y su situación en el mercado laboral (%)
(2006-2008)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2006-2008.
En ambos grupos de adultos mayores resulta elevada la proporción de ocupados, así
como la proporción de desocupados sin pensión. Estas dos situaciones pueden ser
consideradas socialmente como desfavorables, no deseables o no incentivables para este
grupo de población. Esto como consecuencia de que este grupo, al igual que el de los menores
de edad, se consideran fundamentalmente no participantes en el mercado laboral
contemporáneo. Por ejemplo, en Estados Unidos, sólo el 24.9%--en comparación con el
35.71% en México en el 2006 -- de los adultos mayores trabaja; además, el sistema tributario
establece mayores tasas impositivas para el adulto mayor que decida trabajar.
58
La participación laboral de adultos mayores es de 35.71% (3.59 millones de personas) en
2006, de los cuales el 23.35% están en el sector informal o trabajando por cuenta propia y el
9.07% cuenta con algún seguro. El 74.89% de esta población adulta mayor no trabaja, de los
cuales el 69.03% pertenece a la PEI, el 2.95% está desocupada pero en busca de un trabajo y
únicamente el 2.91 % recibe pensión.
2.3. Retirados y asegurados con edad adulta mayor y las pensiones
La seguridad social es un mecanismo para mejorar la calidad de vida en la vejez. El derecho
a una pensión o jubilación contribuye al aseguramiento de ingresos monetarios lo cual
promueve que disminuya la dependencia del adulto mayor de terceros y puede evitar la
pobreza extrema.
Rofman (2005) señala que el debate en torno a la seguridad social en un sistema de
capitalización se ha enfocado en 3 tópicos: i) efectos macroeconómicos; ii) diversificación de
riesgos; iii) papel del sector privado en la administración de los mismos. Sin embargo, la
discusión se ha comenzado a orientar al problema de la cobertura de los sistemas de
pensiones. El giro del debate, se debe a que las reformas a los sistemas de pensiones en los
países de América Latina tuvieron un efecto no significativo sobre la participación de los
trabajadores en los sistemas formales de seguridad social (aumento del tamaño del mercado
laboral informal) y al crecimiento de la población adulta mayor sin ingresos (transición
demográfica).
La discusión sobre la cobertura de los sistemas previsionales se ve limitada por la falta de
información cuantitativa consistente; lo que dificulta la comparabilidad entre instrumentos y,
por lo tanto, la representatividad de los mismos no es uniforme18, también impide captar en
forma precisa las características buscadas en la información. Asimismo, obstaculiza la
comparabilidad internacional e intertemporal en forma robusta (Rofman y Lucchetti, 2006).
Si bien, en la literatura empírica reciente se presentan algunas cifras e indicadores; las
fuentes y las metodologías empleadas carecen de claridad. De tal forma, señala Rofman
(2005), que la estimación y el diseño de nuevos indicadores sobre la cobertura de los sistemas
18
Puesto que la información obtenida proviene de encuestas exclusivamente urbanas y/o de encuestas nacionales.
59
de seguridad social19, contribuirá en la ventilación del debate y avanzar hacia el desarrollo de
propuestas específicas (políticas públicas).
El objetivo del estudio de Rofman (2007) es la medición de la cobertura previsional y sus
determinantes. La muestra comprende 17 países de América Latina (incluido México), se
estiman 15 indicadores sobre cobertura con base en información de las encuestas de hogares,
para los años entre 2000 y 2003.
Los indicadores estimados siguen dos criterios generales: la cobertura en edad activa
(proporción de la PEA mayor a 20 años que realiza aportes a un sistema previsional) y la
cobertura entre adultos mayores (proporción de la población de 65 años y más que reciben
algún beneficio). Estos indicadores de cobertura se agrupan en: i) agregados (tasa de cobertura
de la población activa y tasa de cobertura de adultos mayores); ii) por grupo poblacional (tasa
de cobertura de la población activa, tasa de cobertura de la PEA ocupada y tasa de cobertura
de la PEA asalariada); iii) por edad (tasa de cobertura de la PEA por edad y tasa de cobertura
de la población mayor de 65 años por edad); iv) por género (tasa de cobertura de la PEA por
sexo); v) por sector económico (tasa de cobertura de la población ocupada por sector
económico -primario, secundario y terciario-, tasa de cobertura de asalariados según carácter
de empleador -público o privado- y tasa de cobertura de la población asalariada según tamaño
de establecimiento); vi) por nivel socioeconómico (tasa de cobertura de la PEA por nivel de
ingreso, tasa de cobertura de la PEA ocupada por nivel de ingreso, tasa de cobertura de la
población mayor de 65 años por área de residencia (urbano o rural), tasa de cobertura de la
población adulta mayor según programas asistenciales -sistema contributivo, no contributivo y
ambos-,índice de participación del ingreso por jubilaciones y pensiones en el ingreso total de
los hogares y un indicador de cobertura conjunta).
El autor expone que los principales objetivos de los sistemas de seguridad social, son: el
financiamiento del consumo de los individuos y la disminución de la incidencia de la pobreza
entre los adultos mayores. Así, dados estos objetivos, los esquemas de seguridad social
“puros” pueden ser clasificados en contributivos y no contributivos (Rofman, 2005).
Con el esquema contributivo se pretende instrumentar un mecanismo mediante el cual se
sustituya el ingreso laboral cuando el individuo salga del mercado laboral, a través de ahorro
obligatorio o de transferencias intergeneracionales. Este esquema se restringe solo a la
cobertura de la población que participa (o ha participado) en el mercado laboral, es decir, éste
19
Obtenidos en forma simultánea y con bases de datos similares
60
modelo no pretende ser de cobertura universal, sino que se enfila a las necesidades de los
trabajadores formales (los beneficiarios del futuro serán los contribuyentes del presente)20.
En contraste, el funcionamiento del modelo no-contributivo consiste en la contribución de
los individuos ocupados en edad activa (PEA), para financiar un consumo mínimo, de cobertura
universal, de los individuos que han salido del mercado laboral (formal o informal). Dicho
financiamiento se da a través de rentas generales o por impuestos laborales fijos. Así, dada la
universalidad e igualdad de los beneficios mínimos obtenidos bajo este modelo, la cuantía de
dichos recursos son reducidos, pero que garantizan un consumo mínimo (Rofman, 2005).
Los resultados derivados de los indicadores sobre cobertura, sugieren que en la mayor
parte de los países de la muestra se presentan problemas para satisfacer los objetivos básicos
de sus sistemas de seguridad social. Solo en cuatro de los diecisiete países (Argentina, Brasil,
Chile y Uruguay) se observa protección efectiva a más de dos tercios de la población adulta
mayor. En tanto, en diez de los países la protección de la población de 65 años y más es
menos de un cuarto de la población total.
Rofman (2005) señala, con base en sus resultados, que el problema de los sistemas de
seguridad social radica en la etapa activa de los sistemas, debido a la enorme incidencia de la
informalidad, lo cual deriva en un bajo acceso a los beneficios previsionales para los adultos
mayores.
Finalmente, el análisis descriptivo indica que el problema de cobertura de los sistemas de
seguridad social transciende el debate sobre el tipo de gestión de los sistemas. Por lo que, la
baja cobertura pone de relieve la existencia de problemas estructurales en los mercados de
trabajo y en el diseño de los sistemas previsionales.
Por lo tanto, concluye Rofman (2005), el trabajo de medición de la cobertura provisional y
sus determinantes, debe avanzar con la preparación de mejores indicadores y base de datos,
por medio de herramientas más sofisticadas que simples cruces de variables.
Rofman y Lucchetti (2006) señalan, que el debate sobre la cobertura de los sistemas de
pensiones continúa abierto, tanto en los países en los que se efectuaron ajustes paramétricos,
como en los que no se implementaron reformas importantes.
20
Una hipótesis fundamental es que el conjunto de la sociedad mantiene ciertos mecanismos que aseguran la
subsistencia de la población adulta mayor y que la proporción de trabajadores aumenta en forma sostenida con el
crecimiento económico, tendiendo a la universalización en forma natural.
61
Asimismo, señalan que la evaluación del desempeño de los sistemas de pensiones debe
realizarse considerando tres aspectos: cobertura, suficiencia y sostenibilidad21.
De lo anterior, es la divergencia con respecto al origen de los recursos de financiamiento
(fondos de capitalización individual o esquemas de transferencias intergeneracionales), el
tópico de discusión más importante en la literatura relacionada a los sistemas de seguridad
social.
El objetivo del estudio de Rofman y Luchetti (2006) es proporcionar una serie de
indicadores y datos que permitan la formulación de algunas generalizaciones sobre la
cobertura de los sistemas de pensiones en América Latina. Sin embargo, se deja de lado el
análisis de potenciales determinantes de la cobertura de los sistemas de pensiones y la
dirección de causalidad de algunos elementos que median la cobertura de los sistemas de los
sistemas de seguridad social.
El análisis parte de una muestra de 17 países de América Latina (incluye México). Se
estimaron 3 índices para trabajadores activos22 y 2 índices para adultos mayores23. Asimismo,
se calcularon índices de cobertura considerando: edad, área geográfica, sector de empleo,
nivel de educación, sexo, ocupación, tamaño de empresa y nivel de ingresos. La información
fue obtenida de las encuestas de hogares entre 1990 y 2004.
Los resultados indican que la cobertura entre los trabajadores activos es baja en la mayoría
de los países, debido en parte a dos elementos: el desempleo y a la baja participación de los
trabajadores independientes (mercado laboral informal). Asimismo, se observa que los
problemas de cobertura son más importantes entre los trabajadores del sector primario y de
las empresas pequeñas. En contraste, se observan mejores resultados en el sector industrial y
de servicios.
Por otra parte, los indicadores calculados, sugieren que la cobertura de los sistemas de
pensiones es más alta en el sector público que en el sector privado. Por otro lado, los sesgos
de cobertura con respecto al sexo son menores entre los trabajadores activos, pero no así
21
“El primero se refiere a la proporción de la población de adultos mayores protegida por los sistemas (y, si se trata
de un sistema contributivo, a la proporción de adultos jóvenes aportantes). La suficiencia hace referencia al nivel de
beneficios y a la capacidad de quienes los reciben de mantener un nivel “suficiente” de consumo. Finalmente, la
sostenibilidad se remite a la capacidad de la sociedad y el Estado de mantener los sistemas en funcionamiento sin
ocasionar mayores inconvenientes en las cuentas fiscales” [Rofman y Lucchetti (2006:1)] 22
Cociente número de aportantes/PEA; cociente número de aportantes/PEA ocupada; cociente número de aportantes/trabajadores asalariados. 23
Cociente número de pensionados/Población de 65 años y más; cociente número de individuos de 65 años y más que residen en hogares donde hay al menos un beneficiario/ Población de 65 años y más.
62
entre los jubilados. Se observa una mayor baja cobertura de los sistemas de pensiones entre
los individuos que viven en áreas rurales, con bajo nivel tanto educativo como de ingreso.
En México, el acelerado aumento de la población de adultos mayores en México
representa un reto para el sistema de pensiones en dos vertientes: en cuanto a la viabilidad
financiera y en cuanto a la cobertura.
La primera dimensión, desarrollada en el capítulo 1, está asociada con la eficiencia y
rentabilidad del esquema de pensiones en el largo plazo. Mientras que la segunda vertiente
está asociada con el alcance de las garantías básicas de seguridad social, así como con el
diseño de un sistema de pensiones universal.
En el 2008, del total de la población de 65 años y más aproximadamente 1.68 millones de
personas tienen acceso al sistema de seguridad social, de esta cifra 1.38 millones
corresponden a pensionados o jubilados y 299 mil adultos mayores ocupados cuentan con
seguridad social. Esto implica que aproximadamente 8.98 millones de adultos mayores en
México carecen del beneficio de un esquema de seguridad social, de los cuales 2.44 millones
de adultos mayores se encuentran ocupados en el mercado informal y el resto como población
económicamente inactiva.
Cuadro 2.3. Porcentaje de adultos mayores de 65 años que cuentan con seguridad social
Año Pobre No pobre Total
1992 0.30 3.16 2.67
1994 0.49 3.92 3.24 1996 0.46 2.85 2.12
1998 1.13 2.32 1.97 2000 0.00 2.03 1.59 2002 0.10 5.62 4.66 2004 0.00 2.31 1.97
2005 0.34 3.58 3.04 2006 0.18 2.35 2.03
2008 0.71 3.15 2.81
Fuente: Elaboración propias con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Varios años.
Por otro lado, según la información contenida en el cuadro 2.3 del total de asegurados
para el 2008 0.71% de la población de 65 años y más mantenía una situación de pobreza y
3.15% mantiene una condición de no pobreza.
Las estimaciones con base en la ENIGH 2008 sugieren que 1.68 millones de adultos
mayores estaban cubiertos por algún tipo de seguridad social, de los cuales el 72.19% eran
hombres y el 27.81% son mujeres.
63
La gráfica 2.7, entre otros aspectos describe la importancia relativa de las principales
instituciones de seguridad social en México. De ella se extrae que el IMSS constituye el
principal organismo de cobertura en el país, ya que alberga 70.13% de la población adulta
mayor afiliada a los sistemas de seguridad social. Siendo el ISSSTE la segunda institución con
mayor cobertura en México, al contar con 19.34% de la población de 65 años afiliada.
Gráfica 2.7. Adultos mayores afiliados o inscritos a la Seguridad Social (%) (2008)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2008.
El Cuadro 2.2 recoge información sobre los tipos de afiliación a los esquemas de seguridad
social en México. Por ejemplo, en 2008, la jubilación o invalidez constituye el principal tipo de
afiliación en el país pues el 36.82% de la población adulta mayor integran este rubro.
Cabe resaltar que un número importante de adultos mayores se integra a los sistemas de
seguridad social, por apoyo familiares dentro y fuera del hogar, ya que representa 46.58% del
total. En estas circunstancias se advierte un entorno donde la población de 65 años y más se
erige como un grupo altamente dependiente y, por ende, vulnerable de terceros.
Cuadro 2.2 Porcentaje de origen de afiliaciones de los adultos mayores. 2008
Origen de afiliación Porcentaje
Prestación en el trabajo 5.70
Jubilación o invalidez 36.82
Algún familiar en el hogar 28.66
64
Muerte del asegurado 9.29
Ser estudiante 0.04
Contratación propia 1.41
Algún familiar de otro hogar 17.92
No sabe 0.17
Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. 2008.
La complejidad que se asociada con la falta de seguridad social en todos los extractos de la
población ha llevado a la implementación de diversos programas de protección social con
objetivos muy focalizados, particularmente el combate de la pobreza. En años recientes se
llevo a cabo la instauración del seguro popular, el cual busca extender la cobertura de los
servicios de salud a través de un aseguramiento público y voluntario. Este programa de
protección social está enfocado para aquellas personas de bajos recursos que no cuentan con
empleo o que trabajan por cuenta propia y que no son derechohabientes de ninguna
institución de seguridad social. De la población de 65 años y más, alrededor de 1.2 millones
gozan de éste tipo de seguro, de los cuales 46.65% son hombres y 53.35% mujeres (Gráfica
2.8).
Gráfica 2.8. Adultos mayores afiliados al seguro popular (miles de personas)
(2008)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2008.
65
2.4. Conclusiones
A lo largo de este capítulo se realizó un análisis sistemático sobre las condiciones generales
de los adultos mayores en los rubros de: situación de pobreza, mercado laboral y acceso a la
seguridad social.
Después de este análisis se obtienen cinco importantes conclusiones: i) la situación de
pobreza en el sector de adultos mayores afecta a una parte sustancial y se profundiza durante
los episodios de crisis económica; ii) las características del mercado laboral en los últimos años
representa un determinante fundamental de las decisiones de retiro o jubilación de la
población adulta mayor; iii) los sistemas de protección social son de cobertura limitada en la
población de 65 años y más; iv) la principal vertiente dentro del mercado laboral de los adultos
mayores se focaliza en actividades informales; y v) el principal origen de afiliación a los
sistemas de seguridad social corresponde al apoyo de familiares dentro y fuera del hogar.
Con respecto a la situación de pobreza, entre 1992 y 2006, según las estimaciones basadas
en la ENIGH, la proporción de adultos mayores por debajo de las líneas de pobreza denotó un
descenso significativo. Sin embargo, entre 2006 y 2008 la tendencia previa encuentra un punto
de inflexión ascendente; que resulta de la desaceleración económica, el aumento de la tasa de
desempleo (pérdida de empleo) y en general por la pérdida de poder adquisitivo (así como
por la contracción del gasto real en transferencias sociales).
En 1992, la razón de adultos mayores por debajo de las líneas de pobreza alimentaria, de
capacidades y patrimonial representó el 17.10%,24.10% y 48%, respectivamente; mientras que
en 2006, las cifras muestran una participación del 14.59%, 20.49% y 39.90%, respectivamente.
En contraste, en 2008 la proporción de adultos mayores en situación de pobreza alimentaria,
de capacidades y patrimonial ascendió a 14.25%, 20.30% y 40.53%, respectivamente.
Por otro lado, en cuanto al mercado laboral, durante el periodo de análisis (1992-2008), se
advierte un comportamiento creciente de la tasa de participación laboral de los adultos
mayores en México, la cual es superior al 31.09%. Bajo este contexto, es posible sostener que
las pensiones no crean los incentivos suficientes para que los trabajadores adultos mayores
opten por un retiro temprano del mercado laboral.
Este mismo comportamiento es experimentado por el grupo de adultos mayores en
situación de pobreza, siendo el mercado informal el receptor más importante. Por ejemplo, en
66
2006 del total de pobres alimentarios: 43.39% continua laborando en el mercado informal,
0.41% en el mercado formal, 0.57% se encuentra en busca de un trabajo, 33.96% es
económicamente inactivo, mientras que el 21.67% de la población adulta mayor era
pensionada. En estas circunstancias el esquema de pensiones en México no representa un
elemento suficiente para asegurar una condición de no pobreza.
Con respecto al alcance de los esquemas de seguridad social en México, para el 2008, se
encontró que solo alrededor del 12.62% de los adultos mayores cuenta con dicho beneficio. Lo
cual deja de manifiesto la incapacidad de los sistemas de protección social para: reducir la
pobreza, brindar atención médica y permitir el acceso a un ingreso mínimo.
Finalmente, se halla que del total de la población de 65 años y más beneficiada con el
esquema de seguridad social en México, poco más del 46% fue afiliado con el apoyo de
familiares dentro y fuera del hogar; lo que expone la alta dependencia de este grupo de edad a
terceros para acceder a los sistemas de protección social.
67
Capítulo 3. Modelos de decisiones individuales e intervención del
estado en temas relacionados con la seguridad social
Introducción
En este capítulo se hace una revisión de las proposiciones teórico-conceptuales más
relevantes dentro del campo de la elección social y la economía del bienestar, con especial
énfasis en el análisis de los fundamentos normativos, éticos y económicos de cada enfoque. El
propósito es circunscribir un marco de referencia sobre el problema de cobertura y
financiamiento de los Sistemas de Seguridad Social, cimentado en las directrices de la elección
individual y la acción del Estado.
Primero, mediante el enfoque de la elección individual, se buscan identificar los factores
que determinan las motivaciones de la conducta humana en la elección de bienes o
capacidades y del sistema de seguridad social, pública o privada. Ello, permitirá desprender los
elementos básicos que determinan el proceso mediante el cual los agentes económicos
optimizan y mejoran sus condiciones o preferencias.
Por otro lado, con el enfoque de la acción del Estado se pretende analizar los principios y
teoremas que fundamentan la existencia de los Sistemas de Seguridad Social, en el marco de la
redistribución y bienes preferentes. Esto es, se pretende derivar los elementos de causa-efecto
de una política pública determinada, así como los mecanismos que optimizan el logro de fines
particulares (por ejemplo, la implementación de una pensión de cobertura universal), en el
ámbito del aumento del bienestar colectivo y el acceso a bienes precedentes.
El capitulo se organiza de la siguiente manera. En la primera parte, sección 3.1, se realiza
una revisión de la teoría de la elección social y de la economía del bienestar. Para estos fines se
distingue entre dos cuerpos teóricos: 1) las teorías basadas en la agregación de las
preferencias individuales (Arrow 1951 y 1973 Layard 2005, Mulligan y Sala-i-Martin 1999) y 2)
las teorías basadas en principios normativos (Rawls 1971, Sen 2001). El objetivo de tal síntesis
es encontrar las justificaciones teóricas para una política social de transferencias monetarias a
los adultos mayores pobres.
En la segunda sección se presenta los principios teórico-conceptuales que justifican la
integración de una política social de transferencias monetarias a los adultos mayores pobres
(conclusiones del capítulo).
68
3.1. Enfoques teóricos
En esta sección se realiza una revisión de la teoría de la elección social y de la economía
del bienestar. Para estos fines se distingue entre dos cuerpos teóricos: 1) las teorías basadas
en la agregación de las preferencias individuales (Arrow 1951 y 1973 Layard 2005, Mulligan y
Sala-i-Martin 1999) y 2) las teorías basadas en principios normativos (Rawls 1971, Sen 2001).
3.1.1. Ciclo Vital- Franco Modiglianni
El modelo del Ciclo Vital permite analizar las decisiones individuales de ahorro y consumo,
durante la vida productiva y de retiro. Este modelo fue elaborado inicialmente por Roy Harrod
en su obra Towards a Dynamic Economics en 1948 y posteriormente por Brumberg, Ando y
Modigliani en el periodo de 1954-1966 (Boadway 1984; Dornbush 2002; Lera 1999; Mankiw
2003). El objetivo de este sistema es determinar cómo los agentes económicos organizan sus
decisiones de consumo y ahorro a través de su ciclo de vida de manera que asegure un
consumo promedio satisfactorio. Además de evaluar los efectos macroeconómicos sobre el
ahorro nacional derivados de distintos esquemas de seguridad social.
El modelo del Ciclo Vital se basa en el supuesto de que el individuo es capaz de tomar
decisiones considerando un horizonte temporal de largo plazo. De este modo, se supone que
el individuo maximiza la utilidad derivada de su consumo a lo largo de su ciclo de vida, sujeto a
una restricción presupuestaria formada por los ingresos que puede disponer en toda su vida.
En este modelo, la función de consumo depende del ingreso disponible en cada período y
de los ingresos futuros, de la edad y los tipos de interés esperados. También se incluyen los
impuestos, los rendimientos de capital, la tasa de descuento y la seguridad social.
En esta hipótesis se supone que ahorran cuando trabajan y no trabajan. Los ahorros
aumentan durante la vida productiva hasta alcanzar un máximo en el momento de retiro; el
consumo se mantiene estable durante todo el ciclo de vida. Los ingresos acumulados, riqueza
acumulada o ahorros durante la vida productiva y el retiro tienen la forma de U invertida
(hump saving) mostrada en la Gráfica 3.1.
69
Gráfica 3.1 Modelo de Ciclo Vital
Los supuestos del modelo son: (i) conocimiento por parte del consumidor respecto a todas
las variables, incluso aquéllas que se refieren al futuro. De tal forma que el agente considera
como dato la duración de su vida laboral (N) y de su vida (L); (ii) la fuente de ingreso es el
mercado laboral ( )* NY es el ingreso total a lo largo del ciclo de vida); (iii) el ingreso (Y) se
destina al consumo (C) y al ahorro (S); (iv) el ahorro cumple la función de consumo futuro; por
consiguiente, al momento de morir el individuo no deja herencia, ya que no acumulará
riqueza.
( )* NY …1.1
En consecuencia, la restricción presupuestaria viene dada por el consumo del individuo a
lo largo de su ciclo de vida, el cual es exactamente igual al ingreso que espera recibir en toda
su vida. Si se supone que el agente consume una cantidad constante en cada periodo (año),
ésta vendrá expresada por la siguiente ecuación:
YL
NC * …1.2
Dado que el ahorro está definido por la ecuación (1.1), al sustituir (1.2) en (1.1), se
obtiene:
YL
NLS *
…1.3
El agente ahorrará la cantidad S en cada período de su vida laboral, hasta el último año de
su vida activa. Después de ese momento, su ingreso laboral es cero y empieza a desahorrar por
Desahorro Desahorro Ingreso
Años de vida
Ingreso
-Co
nsu
mo
Ahorro
Consumo
70
el valor C cada año en su vida de retiro. De tal modo, que en el momento de su muerte su
riqueza es cero, ya que todo lo ahorrado en su vida laboral lo destina al consumo de su vida de
retiro.
La función de ahorro agregada (o de consumo futuro) resultará de la suma de las funciones
de ahorro de todos los individuos.
)(e
YRnS …1.4
Donde R es la riqueza acumulada por todos los agentes; e
Y los ingresos esperados en los
próximos (futuros) años y n total de individuos.
Del modelo del ciclo vital se puede derivar las siguientes implicaciones macroeconómicas y
microeconómicas (Modigliani 1986,1993). Primero, al considerar el ahorro como la diferencia
entre el ingreso disponible y el consumo en ese año, el ahorro se ve afectado por el ingreso
corriente y sus posibles variaciones. Segundo, la tasa de ahorro agregado, definida como
Riqueza/Ingreso, depende del crecimiento económico, de la población y de la productividad.
Tercero, la tasa de ahorro depende de la proporción entre la esperanza de vida después de la
jubilación y la vida laboral activa. Cuarto, el monto ahorrado, por lo tanto, estará determinado
por la tasa de preferencia temporal de los consumidores y la tasa de interés real. De esta
forma, el individuo que valore más el consumo presente frente al consumo futuro, ahorrará
menos que aquél que tenga una preferencia inversa. Quinto, si el nivel de ingreso es
constante, la tasa de ahorro a nivel individual es positiva y constante antes de la jubilación,
convirtiéndose en negativa en el momento de la jubilación. Si el nivel de ingreso es creciente
(aumenta con el tiempo), entonces el volumen de ahorro y su proporción sobre la renta crecen
hasta la jubilación, disminuyendo a partir de ese momento. De esta manera, a lo largo de la
vida de un individuo, sus ingresos, consumo y ahorro siguen un ciclo. En donde al momento de
la jubilación, los ingresos se reducen notablemente (en el caso de que se tenga una pensión,
sigue siendo bajo porque nunca se alcanzara el nivel de los salarios durante la vida activa
laboral). Sexto, el consumo por lo general disminuye, salvo que surjan gastos inesperados,
relacionados con la salud o la atención médica del individuo.
Críticas al modelo del Ciclo Vital
Alrededor de este enfoque se han formulado algunas críticas consistentes en señalar que
el modelo: i) tiene supuestos simplificadores, tal como la estabilidad del ingreso y ausencia de
71
herencias (por lo cual la riqueza de todos los individuos al momento de nacer es nula, negando
de esta manera la importancia de las donaciones interpersonales); ii) no contempla la miopía o
poca visión de ahorro de largo plazo de los individuos, por lo que en economías domésticas no
siempre se realizan las mejores estimaciones acerca de la cuantía de su ingreso futuro; iii) no
refleja la incertidumbre de las personas acerca de su edad de retiro y esperanza de vida; iv) los
adultos mayores no se retiran a una edad determinada, su salida del mercado laboral depende
de diversos factores.
3.1.2. Economía de la Felicidad
El objetivo de la teoría de la felicidad (Layard 2005) es determinar los riesgos y factores
que afectan las decisiones de los individuos en entornos de incertidumbre, así como el papel
del Estado en el aseguramiento de dichos riesgos. La revisión de este modelo permitirá
delinear la importancia y el papel del estado en la asistencia de los adultos mayores en
condiciones de fallas de mercado. En otras palabras, analiza las acciones de los individuos y del
estado para hacer frente a los riesgos propios de los ciudadanos y, en particular, de los adultos
mayores, enfocándose generalmente al caso de los países desarrollados.
Este enfoque se basa en dos conclusiones del utilitarismo24 clásico de Jeremy Bentham: la
imparcialidad25 y la felicidad. La primera, se refiere a que todos los individuos son igualmente
importantes. La segunda conclusión es que la felicidad constituye el bien en última instancia.
La diferencia radica en que Layard (2005) aboga por el fomento de los buenos sentimientos, es
decir, por la visión del individuo de fijarse objetivos con una mezcla de estímulo y factibilidad
(aspecto psicológico), y no por la satisfacción de deseos, aunque alega que esto último es
importante.
24
El utilitarismo tiene sus orígenes con algunos filósofos de la Grecia antigua (Parménides). Aunque, el
utilitarismo clásico fue propuesto en el siglo XVIII por Jeremy Bentham (inspirado por la doctrina de
Epicúreo) y posteriormente por John Stuart Mill (1863). Éste último define el utilitarismo como la
disciplina que acepta como fundamento de la moral a la utilidad o principio de la máxima felicidad. Es
decir, está teoría sostiene que las acciones son correctas en la medida en que tienden a promover la
felicidad, entendiendo por felicidad: el placer y ausencia (exención) del dolor. Otros economistas que
han estudiado esta teoría son William Stanley Jevons, Henry Sidwick, Francis Edgerworth, Alfred
Marshall y A. C. Pigou.
25 Consiste en que una situación que implica a A y a B la acción moralmente correcta debe de ser la
misma tanto si es A como si B. En otras palabras, la decisión debe realizarse otorgando idéntica
importancia a los intereses de A y B.
72
La teoría de la felicidad, en el marco de la teoría económica tradicional, se tropieza con el
reduccionismo que restringe al individuo a la categoría conocida como homo oeconomicus: un
individuo aislado en una construcción teórica atomística, sin interés en el estado mental de los
otros, sin necesidad de considerar la simpatía o empatía con los otros, cuya esencia no
necesita de las relaciones humanas (Zumagni 2007; Phelps 2007). Este individuo es egocéntrico
y obtiene utilidad, placer, satisfacción, bienestar o felicidad—sinónimos en este contexto--
primeramente de su relación con los bienes y servicios; es posible concebirlo maximizando su
utilidad en soledad, aislado de otras personas.
Entre varias críticas al individualismo metodológico como guía de la elección social, Sen
(2008) menciona que las personas pobres extremas, por lo general, tienden a ajustar sus
deseos y expectativas a lo poco que consideran factible, cuestión que no entra en el análisis
individualista donde se tiende a tipificar a un solo tipo de individuos. Si se tomara en cuenta
esta característica de adaptación, la utilidad individual de los pobres extremos puede resultar
menor y sus desventajas sociales mayores. Otra limitación del análisis individualista es la
imposibilidad de comparar la utilidad entre individuos, lo cual a su vez requiere del restrictivo
óptimo de Pareto consensual como único criterio para determinar la bondad de la
implementación de una política social determinada (Gutiérrez et al 2010).
Cabe destacar, sin embargo, que el individualismo metodológico contempla la
incorporación del otro en el análisis. No obstante, debido a las restricciones iniciales respecto a
la naturaleza humana, no se alcanzan resultados óptimos. El intento más notable corre a cargo
de Becker (1974): la utilidad del otro forma parte de la utilidad del individuo. La utilidad del
otro entra en el esquema de preferencias individuales y con los adecuados signos en las
derivadas, el altruismo figuraría en la función de utilidad individual. Nótese, sin embargo, que
no se trata de un altruismo desinteresado sino instrumental para aumentar la propia utilidad:
la utilidad del otro funciona como un bien o servicio despersonalizado. Resulta importante
destacar que esta concepción sugiere que los potenciales donadores no consumarán su
donación debido a que sus costos se incrementan en mayor medida que el ingreso o la utilidad
del donatario. En el contexto de nuestra investigación, este modelo sugiere que la población
no-adulta mayor no estará dispuesta a aceptar una transferencia monetaria hacia los adultos
mayores pobres por cuanto el costo individual de hacerlo supera el aumento en el bienestar de
los adultos mayores debido a su contribución.
Existe una variación de este modelo altruista egocentrista que sugiere que el individuo
realiza la donación porque gana en reputación y si sostiene sus donaciones en el tiempo piensa
73
que podría usufructuar algún beneficio potencial en el futuro. Esta versión no explica por qué
existe una buena opinión social sobre el altruismo; si ésta existe es porque hay otro tipo de
individuos que realizan un altruismo desinteresado, el cual no es parte del análisis. Aplíquese
este argumento a una política social de transferencias monetarias a los adultos mayores
pobres y resultará que puede haber individuos egoístas, instrumentalistas, entre los donantes,
aunque es improbable que todos lo sean.
Zamagni (2007) menciona otra variante analítica que, si bien no tiene su origen en el
individualismo metodológico de la economía, sus conclusiones pueden equipararse. Se trata
del llamado altruismo ético: el individuo realiza la donación porque así lo demandan sus
ideales morales. Resulta que este tipo de altruista también es egocéntrico, no interesado en el
donatario como tal sino en su propia acción. Esta acción no es voluntaria ni libre y ello impide
darle un fundamento racional. Es un altruismo sin el otro, sin interés en la identidad del
donatario. Esto, paradójicamente, puede incentivar a la gente a ponerse la máscara de víctima,
con el objeto de ser donatario. En el caso de una política social de transferencias monetarias a
los adultos mayores, esto significa que si su fundamento es el altruismo ético puede suceder
que se descuide la correcta identificación de los beneficiarios de tal política.
Una política social destinada a la superación de la pobreza de los adultos mayores requiere
un marco analítico más amplio, donde sea posible incorporar conceptos tales como
relacionalidad, altruismo desinteresado, reciprocidad, regalos, aspiraciones, deseos,
adaptación y otra concepción de felicidad distinta de satisfacción o placer individual.
Profundizar en estos conceptos excede los objetivos de esta investigación. En cambio, nos
centraremos en algunas consideraciones sobre el concepto de felicidad.
Algunas consideraciones sobre el concepto de felicidad
Un acercamiento al enfoque filosófico de la felicidad permite la comprensión de este
concepto en la teoría económica. Al respecto, Naussbaum (2007) presenta un esclarecedor
contraste entre el concepto de felicidad de Aristóteles, Bentham y John Stuart Mill.
Para Bentham, la única cosa buena en sí misma es el placer y la única cosa mala en sí
misma es el dolor; inmediatamente, equipara el placer con felicidad y el dolor con infelicidad.
Esta extrema simplificación de la vida se completa con la definición de placer y dolor como
sensaciones singulares y homogéneas, sin diferencias cualitativas y con la única posible
74
variación en cantidad. Bentham no vió problemas en la comparación y agregación de los
placeres y concluye que la mejor acción social es aquélla que produce el mayor placer para el
mayor número de personas. Este pensador tampoco introduce valores éticos que podrían
dejar fuera del análisis a placeres considerados indeseables o viles para el individuo y para la
sociedad. El atractivo del planteo simplificado de Bentham es el énfasis en la necesidad de
aliviar el sufrimiento y sus determinantes a todos los seres humanos por igual pero no ofrece
un recuento del placer y el dolor, la felicidad o la utilidad social ni un desarrollo filosófico de
estos conceptos (Naussbaum 2007).
Al contrario de Bentham, Aristóteles reconoció la dificultad de definir la felicidad: para
unos puede representar el placer, para otros el honor, para otros la virtud. Dada esa dificultad,
propone las características formales de la felicidad: debe incluir todo lo que para una persona
tiene un valor intrínseco; debe estar disponible para quienes hagan el esfuerzo adecuado;
debe ser relativamente estable; aunque es autosuficiente no implica el aislamiento pues debe
incluir relaciones personales de amistad, amor y ciudadanía; debe estar ligada a actividades de
una buena vida y un buen hacer. Aunque no es específico respecto a las actividades y actos
buenos, señala que el objetivo del coraje, la moderación, la justicia, entre otros, valen la pena
aunque las definiciones de estos conceptos no son únicas; insiste en que el amor y la amistad
ayudan a las buenas elecciones de actividades y actos. Aristóteles explícitamente niega la
identificación de la felicidad con el placer. Éste acompaña a las actividades relevantes para una
persona pero lo importante son las actividades. Descarta el placer como medida normativa
para calificar una buena vida y considera que la felicidad es la norma. Precisamente,
Aristóteles señala que algunas actividades valiosas no incluyen placer: el valiente guerrero que
enfrenta la muerte en batalla en nombre de un noble fin. Hay felicidad porque decide
libremente la actividad valiosa para él, aunque no esté presente el placer. Aristóteles reconoce
que el bloqueo al ejercicio de las actividades valiosas es un causante de infelicidad—como, por
ejemplo, en casos de prisión, tortura (Naussbaum 2007).
Mill defiende el planteo de Bentham aunque reconoce que las definiciones de placer y
dolor son insatisfactorias, aunque aclara que ni el placer ni el dolor son sensaciones
homogéneas, que existen categorías además de diferencias en la intensidad. También
considera, en la línea de pensamiento de Aristóteles, que los placeres pueden ser considerados
ligados a actividades o experiencias sin los cuales no serían posibles. Mill introduce la idea de
que la mayoría de las personas deciden alejarse de los placeres bajos debido a un sentido de
dignidad; o sea, este sentido de dignidad es parte de lo que es la felicidad, y consiste en evitar
una vida dedicada a las meras sensaciones. Este sentido de la dignidad no disminuye la
75
felicidad sino que produce conformidad. En definitiva, Mill al igual que Aristóteles piensa que
la felicidad es una vida de momentos de éxtasis, pocas penas transitorias, muchos y variados
placeres y con una predominancia de lo activo sobre lo pasivo. Sin embargo, Mill considera que
una vida de excelencia ética e intelectual y actividades acordes con estas excelencias puede no
ser suficiente para lograr la felicidad si no hay placeres y, en cambio, están presentes las penas
(Naussbaum 2007).
Por su parte, el economista Layard (2005) sostiene que la felicidad es el bien en última
instancia, tal como lo señaló en su momento el propio Aristóteles. La diferencia entre su
planteamiento y el paradigma individualista es la inclusión de los buenos sentimientos
encarnados en un individuo cuyo objetivo no se centra solamente en la satisfacción de deseos
o preferencias sino también en estímulos y factibilidad psicológicos. Esta visión individual se
incorpora en la sociedad, la cual será feliz en la medida que cumpla con dos pilares: el de la
mayor consideración hacia los demás y el de los principios morales de la imparcialidad. La
felicidad sería el principio rector de una ética humanista. Layard (2005) coincide con
Nausbaum (2007) al considerar que las personas sufren más por las pérdidas de una cierta
intensidad que disfrutan por las ganancias de igual intensidad. O, dicho de otra manera, las
personas por lo general son adversas al riesgo de disminución de ingresos monetarios,
enfermedades o accidentes.
Zamagni (2007) propone que el análisis económico se mueva de una posición
predominantemente individualista a otra relacional. Propone reemplazar al individuo por la
persona o ser humano definido como relación con otro. En este nuevo contexto, parte de que
se necesitan al menos dos personas para que surja la felicidad. El autor considera que el
individualismo es útil al discurso económico por cuanto explica la autonomía y la racionalidad
en la toma de decisiones pero que existe una limitación en considerar que la racionalidad sólo
tiene que ver con la satisfacción de las preferencias individuales. Hay que llenar el vacío acerca
de la racionalidad de valores, afectos, emociones y relaciones humanas. En este sentido, una
mejor calidad de vida—con cuidados, participación social y relaciones interpersonales, sin una
sociabilidad insociable kantiana—es un bien real y como tal está dentro del dominio del
discurso económico. Según el autor, el vacío teórico se puede eliminar introduciendo el
concepto de regalo como reciprocidad en la teoría económica: la donación espontánea, libre,
cuyo interés es establecer una cadena de actos recíprocos, sin oportunismos, intención de
filantropismo unilateral o anónimo, sumisión o humillación por parte del donatario, más allá
de las relaciones contractuales legales de intercambio de equivalentes. Al respecto se propone
agregar a las usuales categorías de valor—de uso y de cambio—una tercera: valor de vínculo.
76
Este tipo de regalo como reciprocidad tendría la capacidad de afectar la personalidad del
individuo permitiéndole experimentar la felicidad al introducir la noción de dar sin perder y de
recibir sin quitar (p.327).
Una política social de transferencias monetarias a los adultos mayores pobres requiere de
una definición de felicidad individual y social que introduzca conceptos de buena vida, de
convivencia fraternal, de relaciones interpersonales básicas; incluso, consideraciones sobre el
comportamiento virtuoso o digno de los ciudadanos. En efecto, si se introducen esos
conceptos, entonces se justifica la política social a favor de los adultos mayores pobres por
cuanto es una exigencia natural a la condición humana y a las sociedades que buscan la
felicidad. La felicidad identificada con el placer parecería no ofrecer argumentos; sin embargo,
es a través de su contraparte, el dolor, sufrimiento o infelicidad, donde es posible enmarcar la
necesidad de ayudar a los adultos mayores pobres a no caer en insuficiencia alimentaria, de
salubridad, de condiciones de vida. La situación de pobreza en que se encuentran las pone en
una situación de riesgo que la sociedad debe mitigar. De esta manera, se conseguiría una
mejor distribución de tales riesgos y, con ello, un aumento en la felicidad—o disminución de la
infelicidad--de la sociedad en cuestión.
El ingreso monetario, la familia, salud, trabajo y su relación con la
felicidad
Easterlin (2007), Frank (2007), Frey (2008), Layard (2005), entre otros, sostienen que es
posible evaluar los medios a través de los cuales se afecta a la felicidad individual y social, tales
como: la situación económica, las relaciones familiares, el nivel de salud, el trabajo, la
comunidad y los amigos, la libertad y los valores personales. Las encuestas, aunque sean una
medición de la subjetividad de un individuo, permiten detectar el grado de felicidad individual
y social así como los medios específicos que favorecen el aumento de la felicidad.
En la actualidad se ha acumulado evidencia empírica suficiente como para establecer
patrones de relación entre la opinión del grado de felicidad y las variables socio-económicas
más relevantes, entre las que destaca el ingreso monetario.
Evidencia empírica de Japón, Estados Unidos y Unión Europea (Easterlin 2007; Layard
2007, Frey 2008) indican que, a pesar de una tasa de crecimiento positiva en el largo plazo del
ingreso per capita, el nivel de felicidad promedio se ha mantenido constante a través del
tiempo. No obstante, cuando se realizan análisis de corte transversal se obtiene que el nivel de
77
felicidad de los individuos está relacionado positivamente con el nivel de los ingresos
monetarios.
Layard (2007) ha resuelto la aparente paradoja asegurando que los resultados pueden
deberse a la existencia de dos efectos negativos que aparecen unidos al aumento en el ingreso
per capita de los países desarrollados: la rivalidad y la costumbre. La rivalidad se refiere a los
efectos negativos sobre la felicidad producidos por el aumento en el ingreso de los otros. La
costumbre o adaptación se refiere a que varias formas de consumo producen más placer al
comienzo que en el mediano y largo plazo, cuestión que algunas personas no prevén cuando
se embarcan en estilos de vida más caros. Estos dos efectos combinados podrían explicar
según Layard (2007) la paradoja de la constancia en los niveles de felicidad a través del tiempo
y las diferencias observadas en los cortes transversales. El autor propone políticas educativas y
de incentivos sociales y económicos para mitigar los efectos negativos de la rivalidad. Por
ejemplo, impuestos que restrinjan el consumo conspicuo, transferencias que disminuyan los
gastos privados a favor de un aumento en los bienes públicos, son medidas que contribuirían a
la disminución de dicha rivalidad.
Al comparar países, entre los que tienen un nivel mayor o igual a unos 15,000 dólares per
capita cabe señalar que no hay evidencia de que los más ricos sean más felices. Sin embargo,
cuando se analizan los países más pobres, los menos entre ellos presentan mayores niveles de
felicidad. Asimismo, dentro de cada país la diferencia entre los niveles de felicidad entre los
menos y más ricos es mayor que la observada dentro de los países más ricos del planeta. Estos
hallazgos permiten afirman que para los países pobres es importante el desarrollo económico
que conlleve aumento del ingreso per capita. Para el caso de los países ricos, Frank (2007)
argumenta que el motivo del estancamiento en los niveles de felicidad se puede deber al
agotamiento del modelo consumista y depredador de la naturaleza. Propone utilizar los
incrementos en los ingresos, vía donación, impuestos, transferencias, hacia inversiones y
gastos destinados a conservar la naturaleza, la investigación médica y prevención de
enfermedades, nuevas fuentes de energía, y otros usos acordes con un sentido de la
solidaridad social y mundial.
A nivel del patrón de gastos de las personas comunes, Frank (2007) presenta evidencia
empírica en la cual, a través de preguntas sobre diferentes elecciones de gasto, las personas se
inclinan racionalmente por los llamados gastos discretos—en contraste con los llamativos o
conspicuos. Así, se prefieren casas de menor tamaño pero con menos problemas de ruido y
tráfico, más tiempo diario para hacer ejercicios, más tiempo para juntarse con amigos y para
78
disfrutar de vacaciones. Adicionalmente, la investigación médica ha confirmado el beneficio
sobre la salud de ambientes sin ruido, no exposición al tráfico intenso, red de amigos y
descansos prolongados. Por lo tanto, la re-asignación de los gastos y del tiempo podría resultar
en vidas más sanas, más largas y más felices.
La evidencia empírica disponible actualmente ha permitido establecer los límites de un
proceso de adaptación que en la teoría psicológica se postula como una oscilación alrededor
de un determinado nivel de felicidad—determinado por la personalidad y la genética--, un
ajuste completo hacia ese nivel cualquiera sean las circunstancias (Easterlin 2007). Hablando
en términos promedio y con la presencia de una varianza considerable, un deterioro en la
salud tiene efectos negativos permanentes en la felicidad, mayores mientras mayor sea el
deterioro; así como la formación de uniones maritales tiene un efecto positivo y permanente
en la felicidad y la disolución de tales uniones, un permanente efecto negativo. Sin embargo,
el autor ha encontrado que el ajuste es más completo cuando se trata de variaciones en el
ingreso, con lo cual explica la constancia en los niveles de felicidad a través del tiempo y ante
variaciones en el ingreso de los países. Según el autor, el grado de adaptación de la felicidad
ante cambios en las circunstancias puede depender del comportamiento de las aspiraciones en
cada dominio de las circunstancias. Así, las aspiraciones parecen más difíciles de adaptarse a
las circunstancias en el campo de la salud y de la familia, mientras que son más elásticas en
relación con el ingreso. Basándose en estas consideraciones, el autor propone la existencia de
una función de utilidad o felicidad dependiente de una serie de condiciones pecuniarias y no
pecuniarias—o dominios. La jerarquía de estos dominios según la evidencia empírica es, de
mayor a menor importancia: nivel de vida, familia, salud, valores, trabajo. En cada dominio
existen objetivos o aspiraciones así como niveles de logro. La felicidad de una persona
depende del balance entre objetivos y logros en cada dominio y de la importancia relativa de
cada dominio en su función individual de utilidad. Según este punto de vista, las aspiraciones
están determinadas principalmente por el efecto del hábito—adaptación hedonista--y de las
preferencias interdependientes—comparación social--y varían según el dominio. Por ejemplo,
las preferencias interdependientes y el hábito parecen más importantes en el dominio del
ingreso monetario que en la familia y la salud.
Phelps (2007) explora empíricamente la relación entre resultados económicos y la
satisfacción en la vida con respecto a los antecedentes familiares en la niñez en Estados
Unidos. Encuentra relaciones significativas. Las relaciones familiares basadas en paternidad
responsable generan, en promedio, individuos con esa responsabilidad, de tal manera que en
la adultez temprana generan un ambiente familiar seguro y confiable que tratan de conservar
79
en la época de adultez. También encuentra que las aspiraciones materiales están
positivamente relacionadas con el éxito en forjar una carrera en la adultez temprana. Una
consideración importante de esta investigación es que la felicidad y sus determinantes varían
con el tiempo—con la edad de las personas—, lo cual refuta la idea de un conjunto fijo de
características determinado por la genética y la personalidad. Este autor propone dirigir la
política pública social hacia el apoyo a los matrimonios con hijos—a través de la creación de
guarderías, licencias por maternidad a ambos géneros, mayor involucramiento de los padres
en la educación básica, entre otros-- con el fin de crear la cultura del apego, solidaridad o
apoyo familiar entre sus miembros. Se puede inferir que también son necesarias las políticas
públicas de apoyo a los adultos mayores, procurando facilitar la solidaridad familiar a su
alrededor.
Layard (2005) considera que en la sociedad actual existe una desigual distribución de los
riesgos por disminución de ingresos monetarios, enfermedad, accidentes, desempleo y otros
acontecimientos frente a los cuales las personas en general sienten aversión. Una causa
generalizada que favorece esta desigualdad en percepción de los riesgos—más allá de las
diferencias personales psicológicas—es la desigual distribución de la riqueza. Las personas
mejor dotadas de riqueza material, en general, están mejor preparadas para enfrentar los
riesgos mencionados que los menos dotados. Las políticas públicas deberían contribuir a
disminuir los riesgos y mejorar la distribución de los mismos entre la población. De esta
manera, se logra aumentar la felicidad individual y social, desarrollando una población más
saludable y confiada en las instituciones del país.
Esto se alcanza con la valoración de algunos bienes que por orden de importancia son: las
relaciones familiares, la situación económica, el trabajo, comunidad y amigos, salud, libertad
personal y valores personales. En efecto, existen más variables que complementan el cuadro
de la felicidad, pero es evidente que el papel del estado en dichos factores, es crucial.
Layard (2005) afirma que los individuos están dispuestos a sacrificar uno de estos bienes
en beneficio de otro. Por ejemplo, en aras de otorgar un ingreso a los adultos mayores, el
estado recauda impuestos (ponderando el valor de los logros personales frente al liberalismo
económico). Tales ideas transcienden en la sociedad, que para ser feliz tiene que cumplir dos
pilares: i) el de la mayor consideración hacia los demás y; ii) el de los más sólidos principios
morales de imparcialidad.
Layard (2005) determina que ninguna sociedad puede funcionar a menos que sus
miembros asuman sus responsabilidades además de sus derechos, lo que origina la siguiente
80
pregunta ¿Por qué deberían los individuos sentirse responsables de otras personas?, por
medio de la cual concluye que mediante el estudio de nuestra cultura actual no hay una
respuesta clara, dado que hay una disminución de la solidaridad social, lo cual ha promovido
un vacío moral. Esta afirmación va en consonancia con el enfoque de Adam Smith, a partir del
cual enuncia que si el mundo es egoísta, las cosas mejorarán por sí solas, en otras palabras, los
contratos libres entre agentes independientes producirán la mayor felicidad posible.
Esto nos lleva a otra interrogante ¿cómo es posible cooperar para obtener un bien común?
Parte de la vida humana consiste en interacciones entre personas, cuya suma total refleja el
grado del bienestar individual. Dicho beneficio procede de la cooperación directa en una causa
común, es decir, cuando dos personas acuerdan perseguir un mismo objetivo, motivados por
el deseo de aprobación y el sentido de la justicia. Donde el resultado es una actividad en la que
todos ganan. No obstante, existe la posibilidad de tener una contraparte antagónica, a través
de cual uno gana y el otro pierde, ello se debe principalmente a una falta de confianza.
Llevando lo anterior al tema de la presente investigación tenemos que existen formas
voluntarias de cooperación entre los individuos, motivados por una satisfacción personal, a
través del cual se podría procurar un ingreso mínimo a los adultos mayores, ya que el individuo
tiene como incentivo, la posibilidad de obtener una recompensa por dicha cooperación, ahora
o en el futuro.
Lo que conduce al “principio de mayor felicidad” entendida como aquella decisión pública
o privada, que debe ser juzgada según su impacto sobre la felicidad de todos aquellos
individuos a quienes afecte, eligiendo finalmente la acción que genera mayor felicidad26.
De esta manera, el principio de mayor felicidad implica dos etapas: primero, nos ayuda a
fijar las reglas; y segundo, en el caso de que las reglas planteen un conflicto entre sí, nos ayuda
a decidir la acción correcta.
Layard (2005) determina que partiendo del análisis de la teoría económica, los individuos
satisfacen sus deseos en mayor o menor medida, debido a las interacciones que surgen dentro
del mercado. Este intercambio no es el tipo de cooperación de la que se expuso
anteriormente, se trata de una transacción cercana que tiene su funcionamiento particular
completamente impersonal, en donde, un individuo lleva al mercado los talentos o riquezas
que posee y los cambia por algo que desea más. Es una situación sin perdedores.
26
Aunque el principio de la mayor felicidad está intrínsecamente a favor de los pobres.
81
El resultado es eficaz si dentro del intercambio voluntario afecta sólo a las partes que lo
efectúan. Ya que, si un trato afecta desfavorablemente a otras partes, puede que se registren
pérdidas netas para la sociedad en su conjunto, aun cuando haya beneficios para las partes
tratantes. Esto, afirma Layard (2005), es cierto. Sin embargo, la teoría económica se olvida que
no solo es un medio el intercambio, sino un fin.
Un segundo análisis económico que nos permite ir más allá del intercambio voluntario, es
el de costo - beneficio, a través del cual se toman decisiones. Esto se realiza mediante el
cálculo para cada grupo social en función de su disposición a pagar y de la felicidad que le
genere, según la importancia que cada uno de estos grupos sociales otorgue al dinero.
No obstante, Layard (2005) determina que, en particular, el segundo análisis refleja más
importancia en el poder adquisitivo total y no en la felicidad. Esto lo conduce a revaluar el
bienestar social desde su enfoque de la felicidad; para ello, denota que hay por lo menos cinco
características principales de la naturaleza humana que se deben incluir: i) desigualdad, en
donde los ingresos suplementarios importan más a los pobres que a los ricos; ii) efectos
externos, se le tiene que otorgar importancia a las terceras personas que pueden verse
indirectamente afectadas como resultado de un probable intercambio voluntario; iii) valores27,
las normas y valores de los individuos cambian en respuesta a las influencias externas; iv)
aversión a la pérdida, los individuos valoran más una pérdida de lo que valoran el beneficio
equivalente; v) comportamiento incoherente, el comportamiento del individuo es imprevisible
en gran medida, esto proviene de la incapacidad de las personas para pronosticar sus
sentimientos futuros y el comportamiento mal informado acerca del riesgo.
Respecto al cuarto punto se tiene una posible explicación del por qué existe una red de
seguridad social en los países desarrollados y un estado de bienestar. Un primer acercamiento,
es que la seguridad social es buscada por la mayor parte de la población, esto se justifica
debido a que al menos cinco de las siete fuentes de felicidad que propone Layard (2005) se
cumplen: ingresos, trabajo, familia, comunidad y salud.
En otras palabras, los altibajos en el empleo y la llegada a la edad adulta mayor
constituyen dos amenazas primordiales para la obtención de ingresos estables. Y aunque en la
mayoría de los países se han logrado algunas mejoras en sus sistemas de pensiones, en los
27
Valores se define como las cosas y actividades que se valoran y la felicidad que se obtiene al
combinarlas.
82
últimos años se ha planteado, particularmente, un nuevo desafío; los ingresos en la edad
adulta mayor.
Estos ingresos que dependen de dos tipos de esquemas: i) esquema de reparto, los
ingresos se derivan de un subsidio estatal que se basa en los ingresos anteriores del retirado y
los impuestos de los trabajadores en activo; ii) esquema de capitalización individual, en donde
los ingresos son resultado de el monto de contribuciones de los trabajadores, más los intereses
que se generen al invertir en la bolsa, menos las comisiones. No son suficientes para la
población adulta mayor que ha ido en aumento, debido a que mucha población se encuentra
fuera del mercado laboral formal, por ello, se requiere un compromiso que se suscribe en
virtud de la capacidad que tiene el estado para recaudar impuestos, a través de un tercer
esquema no contributivo de asistencia social, o bien, mediante la flexibilización en los
mercados laborales con la finalidad de alcanzar una mayor felicidad social.
El trabajo, afirma Layard (2005), es un elemento clave en el bienestar de la población. Sin
embargo, hay que proponer algunas modificaciones en la estructura del mercado laboral.
Las políticas públicas tienen una influencia decisiva en la naturaleza de la felicidad que
sienten las sociedades. En el caso del empleo, Layard (2005) evidencia cómo, en cualquier país,
el trabajo es un elemento clave en el bienestar de la población. Sin embargo, el estado tiene
que proponer algunas modificaciones en la estructura mercado laboral y modernizar las
políticas para generar distintos tipos de ocupación aun en épocas de recesión o crisis.
En el caso de Latinoamérica, los jóvenes tienen un acceso limitado en los mercados
laborales, dicha exclusión tiene un costo social. Por tanto, hay una falta de reconocer cuál es el
objetivo social de seguridad social, dentro de este objetivo de mayor seguridad social y del
empleo, hay un modelo denominado “Flexicurity” o flexibilidad laboral. La flexibilidad combina
un nivel relativamente alto de protección social con un mercado laboral dinámico, en el cual
las personas gozan de menos protección en un puesto de trabajo específico pero encuentran
nuevos puestos de trabajo más fácilmente, redundando en una mayor seguridad social.
83
Donde una red de seguridad social que ofrece subsidios para el trabajador despedido.
Después de un periodo corto de desempleo, se les exige a los desempleados ingresar al
mercado laboral, para ello reciben formación profesional obligatoria con el fin de adecuar sus
conocimientos a las exigencias del mercado. Otro ejemplo sería, donde se reforme la
legislación de protección al empleo con la finalidad de aumentar la protección de los
trabajadores temporales, de tiempo parcial. Mediante este mercado laboral dinámico se
obtendría posiblemente prestaciones sociales generosas.
Un recuento de ideas
Una vez presentadas las principales líneas de investigación sobre la teoría y la evidencia
empírica sobre la felicidad en la teoría económica, trataremos de extraer líneas de
investigación apropiadas a la situación de los adultos mayores pobres en México.
En primer lugar, destaca el hallazgo de las diferencias entre la relación de la felicidad total
y relativa con el ingreso nacional o individual, según se trate de un país rico o de un país pobre.
Un país pobre o en desarrollo todavía depende del crecimiento económico para aumentar sus
niveles de bienestar o felicidad. La experiencia de los países desarrollados debería tomarse en
cuenta para canalizar los esfuerzos productivos al consumo y la inversión inconspicuas. Esto
podría lograrse con los adecuados incentivos sociales en el campo de la educación así como
con incentivos de apoyo económico y fiscal hacia los sectores productivos de interés. Los
países pobres deben planificar su producción con el objetivo de ser autosuficientes a su
máximo nivel posible en alimentos, educación, salud y en los bienes materiales que se
consideren parte de una canasta básica de vida digna, bienestar o felicidad mínima por hogar o
individuo. Este esfuerzo de producción exige una redistribución del producto nacional en
términos de los bienes y servicios que se produzcan y también una redistribución de la
84
felicidad por cuanto se estaría atendiendo al aumento de la felicidad de los más pobres—
incluidos los adultos mayores en situación de pobreza--, por la vía de la mayor disponibilidad a
menores precios de los bienes básicos. Con ello, no sólo se aumentaría el nivel de felicidad
social sino que también se disminuiría la brecha observada actualmente entre los niveles de
felicidad de las personas ricas y pobres en un país pobre—por cierto, mayor que la observada
en países desarrollados.
En cuanto a las políticas públicas, la definición y jerarquización social de los dominios de la
felicidad en nuestro país resulta crucial. Sin duda, el nivel de vida, la familia, la salud y el
trabajo tendrán las prioridades que ya han sido detectadas en países desarrollados, aunque se
podrían establecer niveles más detallados de definición y jerarquización. Estas evidencias
empíricas deben guiar la política pública social, buscando influir en cada uno de los dominios
importantes de la felicidad. Es aplicable aquí el objetivo de la redistribución de los riesgos de
infelicidad en los dominios importantes. Esto se logra con políticas sociales que atiendan las
desventajas de las personas pobres—incluidos los adultos mayores pobres-- para enfrentar
estos riesgos en ingresos, alimentación, salud, etc.
Las argumentaciones filosóficas y psicológicas expuestas parecerían aplicables, en mayor o
menor grado, al concepto de felicidad en los países pobres.
Críticas al utilitarismo de Bentham
Entre las principales críticas del utilitarismo, están la de John Stuart Mill (1861), el cual
sostiene que es difícil establecer una escala de beneficios subjetivos. Una segunda crítica es la
paradoja de la felicidad. Según Mill (1861) esta paradoja consiste en que el individuo puede
perseguir la felicidad de manera indirecta, haciendo cosas y adoptando actividades que sabe
que en última instancia son favorables a la felicidad, aunque directamente pareciera no
perseguirla directamente. Otra crítica al utilitarismo según Mill (1861) es que esta corriente
sólo se ocupa de las consecuencias de las acciones, haciendo caso omiso de la naturaleza de la
acción en sí misma; es decir, que sacrifica el medio al fin.
Por su parte, Sen (2000) distingue dos formas de ver la utilidad y que han sido aplicadas en
la teoría económica, la primera es el utilitarismo clásico de Bentham, que está representado
por una medida de placer o felicidad generados, prestando atención al bienestar individual.
Este enfoque ha sido empleado por Edgeworth (1881), Marshall (1890) y Pigou (1920). Otra
85
forma de ver la utilidad es mediante el enfoque de Harsanyi (1976), Hare (1981) y Mirrles
(1982) y se define como el deseo o realización del individuo.
Según Sen (2000), las principales limitantes de la teoría de la utilidad son: i) dado que el
bienestar utilitario es entendido como felicidad o deseo y este varía intensamente de una
persona a otra, reducir el bienestar a un comportamiento que exprese tales sentimientos,
ideas o acciones es una visión muy reducida de los seres humanos con lo cual empobrece el
alcance y la investigación en la teoría económica; ii) no es posible hacer comparaciones y
clasificaciones interpersonales del bienestar muy precisas; iii) dado que uno de los postulados
del utilitarismo es tomar como medida del bienestar social, la suma de todas las utilidades
individuales, las utilidades se ven como la base de información para evaluar que tan buena es
una sociedad. Esto es limitado en el sentido de que algo puede seguir siendo valioso
independientemente del grado de utilidad asociada en un momento dado; iv) la
representación de la justicia en el enfoque utilitarista es limitado, la principal razón es que el
utilitarismo es un enfoque orientado hacia la eficiencia y el fin último, busca promover la
maximización de la suma total de utilidades, sin importar que esa suma total pueda ser injusta
y distribuida en la sociedad, otra razón es la posibilidad de rechazar las desigualdades ya que
son a menudo ineficientes. En el mismo sentido, Sen (2000) señala que la pobreza y la felicidad
no necesariamente son antagónicas.
Layard (2005) responde a estas críticas argumentando que un principio rector de una ética
humanista que aprecia lo que la población quiere para sí y para los demás; es la felicidad. Sin
embargo, para poder hacer una comparación interpersonal y entre diversos países se tiene
que incluir algún aspecto psicológico, que estimule la visión de los individuos por fijarse
objetivos. También afirma que es posible evaluar los medios a través de los cuales nuestras
acciones afectan a la felicidad, tales como: las relaciones familiares, la situación económica, el
trabajo, comunidad y amigos, salud, libertad personal y valores personales. Dichos factores son
comunes entre los distintos países. Adicionalmente, se cuenta con encuestas que favorecen el
estudio de los medios para alcanzar la felicidad.
3.1.3. Teoría de la Elección Social - Arrow
La teoría de la elección social se enfoca en el estudio de los efectos que generan las
decisiones colectivas a partir de las preferencias individuales, basado en el enfoque normativo
de la economía del bienestar. Los aspectos de análisis más relevantes en este enfoque se
vinculan con la racionalidad y la voluntad colectiva; la elección social colectiva y la
86
redistribución y bienes preferentes. Dicho de otra manera, el estudio se enfoca en las
relaciones que existen entre los objetivos de política social y las preferencias de los miembros
de una sociedad, de esta manera se pueden comparar distintos estados de asistencia social.
Sus orígenes se remontan a la Ilustración con John Locke y Jean-Jacques Rosseau, quienes
plantean las dificultades para establecer un contrato social, y a Jean-Charles de Borda y el
Marqués de Condorcet, quienes destacan las contradicciones de las reglas de votación (Taylor
1984). En su concepción moderna esta teoría comienza con Bergson (1938), quien introdujo el
concepto de una función de bienestar social. Aunque fue el trabajo de Arrow (1951) que
marca el inicio de los avances más importantes en este campo. Este autor propuso el teorema
conocido como “Teorema de la Imposibilidad de Arrow” mediante el cual demuestra la
imposibilidad de cumplir simultáneamente con ciertas condiciones “racionales” en las reglas
de elección colectiva.
De manera muy general puede decirse que el objeto de la teoría de la elección social es el
estudio de “las relaciones entre los objetivos de política social y las preferencias y aspiraciones
de los miembros de la sociedad“ (Sen 1970; Villar 1988). El problema se centra en derivar
algún criterio de elección y evaluación de las políticas sociales, mediante un conjunto de
alternativas sociales a partir de las preferencias de los individuos de una sociedad. Según
Arrow (1951), la ordenación de dichas preferencias debe satisfacer algunas propiedades
formales, tales como:
─ Ordenaciones individuales, únicamente el que los individuos ordenen una alternativa
antes que otra (pero no las intensidades de preferencia);
─ Universal, la regla debe ser susceptible de ser aplicada cualesquiera que sean las
configuraciones de preferencia individuales;
─ Operatividad, la regla de evaluación debe ser un orden, es decir, debe verificar las
propiedades:
o Completud, la alternativa X es al menos tan buena como la alternativa Y, o,
la alternativa Y es al menos tan buena como la alternativa X o puede
ocurrir las dos cosas ─el individuo es indiferente entre las dos alternativa.
o Reflexividad, cualquier alternativa es al menos tan buena como ella
misma.
o Transitividad, si la alternativa X es al menos tan buena como la Y y Y es al
menos tan buena como la Z, entonces se piensa que X es al menos tan
buena como la Z;
87
─ Comportamiento,
─ Función de bienestar social: si las preferencias individuales son preórdenes totales,
entonces la preferencia social debería ser también un preorden total.
─ Unanimidad o Pareto: Si todos los individuos prefieren X a Y entonces X debe
considerarse socialmente preferida a Y.
─ Mínimamente democrático: La regla de elección social no puede corresponder a los
deseos de un único individuo de la sociedad.
─ Independencia: Cuando estamos valorando un par de alternativas, X y Y, únicamente
las preferencias de los individuos con respecto a tales alternativas cuentan.
La conclusión central del Teorema de imposibilidad de Arrow indica que la única regla de
elección social posible que cumpla con las condiciones anteriores resulta ser la dictatorial (es
decir, la valoración que se tomaría en cuenta provendría de uno de los individuos de la
sociedad: el dictador). Dicho de otra manera, no existe ninguna regla de agregación de
preferencias que sea a la vez racional, eficiente, general y democrática.
Con el objetivo de comprender el planteamiento anterior se formalizará el problema.
Considérese: i) una sociedad compuesta por un número finito de individuos N=(1,2,3,…,n); ii)
existe un conjunto de alternativas o estados sociales, X; iii) el orden de preferencias del
individuo i-ésimo se representa por Ri ; es decir, Ri es una relación binaria para cada política
social propuesta que puede leerse como ser al menos tan preferido como y verifica las
propiedades de completitud, reflexividad y transitividad; iv) las relaciones ser preferido se
representa por Pi; v) las relaciones ser indiferente se representa por Ii; vi) E denota el conjunto
de todas las posibles ordenaciones que pueden establecerse sobre los elementos de X y En
expresa el conjunto de todas las n-uplas (R1, R2, R3,…,Rn) de órdenes posibles sobre X.
En consecuencia, la regla de elección social de Arrow puede representarse de la siguiente
manera:
R= F (R1, R2, R3,…,Rn)
Donde:
F denota una aplicación de En sobre E
R es la función de bienestar social.
Lo anterior nos indica que la forma de ordenar socialmente las alternativas contenidas en
X, es una función de la forma en que las ordenan los individuos de la sociedad.
88
Hay otras especificaciones que pueden describirse mediante las siguientes propiedades:
─ Dominio universal: La función F está definida para todo En (para toda ordenación
posible de preferencias individuales).
─ Principio Pareto: si xPiy, para todo i, entonces xPy.
Este supuesto muestra que si existe unanimidad referente a la preferencia x sobre y el
mecanismo de elección social debe respetar las preferencias de los individuos.
─ No dictador: No existe tal que para todo elemento de En, y para todo x, y X,
se verifica que: xPiy ⟹ xPy
Un agente que viole el supuesto anterior se le denomina dictador ya que,
independientemente de las preferencias de los demás agentes, sus preferencias individuales
prevalecen a nivel social. Por lo tanto, este supuesto demuestra que una función de elección
social no debería permitir la existencia de un dictador.
─ Independencia de alternativas irrelevantes: Sean (R1, R2, R3,…,Rn) y (R’1, R’2,
R’3,…,R’n) dos posibles ordenaciones de preferencias individuales, y sean R y R’ las
correspondientes relaciones sociales, es decir: R= F (R1, R2, R3,…,Rn), R’= F (R’1, R’2,
R’3,…,R’n). Entonces, si para todo i, xRiy ↔xR’iy, se verifica que: xRy ↔xR’y. Es
decir, si las preferencias entre las alternativas x y y no cambian cuando cambian las
preferencias de los agentes, entonces la elección social entre estas no debe cambiar
cuando se utilizan las primeras preferencias en la función de elección social o las
siguientes. Asimismo, la elección social entre dos alternativas solo depende de la
elección individual entre estas dos alternativas y las preferencias por otras
alternativas irrelevantes para la elección social.
Las propiedades anteriores son características mínimas que se espera cumpla cualquier
función de bienestar social. Arrow (1951) demuestra que no existe ninguna función de
bienestar social capaz de satisfacer simultáneamente las condiciones de dominio universal,
principio Pareto, no dictador e independiente. En otras palabras, si existen más de tres
89
alternativas en el conjunto X, entonces no existe ninguna función de elección social que
satisfaga los cuatro supuestos de Arrow.
Sen (2000) señala que el teorema de la imposibilidad de Arrow no es una condición que
deba utilizarse como fetiche para criticar la elección social de las políticas públicas, pues el
hecho de que exista una mejor alternativa para la sociedad en cada subconjunto constituye
por sí mismo una base de información firme para la elección racional. Esto depende,
principalmente, de las proposiciones normativas, es decir, de los juicios de valor. En el caso de
que haya unanimidad en el juicio sobre la mejor alternativa, se facilitaría la base informativa
satisfactoria para la economía del bienestar.
El problema de encontrar el máximo de bienestar se puede resolver de distintas maneras,
entre las que destacan (Villar 1988):
I. Relajación del requerimiento de racionalidad de la regla de agregación, respetando
el marco de referencia arroviano, se relaja el requisito de racionalidad colectiva
que exigía que F(R1,R2,R3,…,Rn) fuera un orden. Dos opciones diferentes fueron
analizadas desde esta perspectiva: a) sustituir la propiedad de transitividad de la
relación binaria R por alguna propiedad más débil, tal como el supuesto de
aciclicidad o de la cuasitransitividad28, de esta manera se logra una función de
decisión social y la diferencia radica en que a ésta no les afecta el Teorema de la
Imposibilidad de Arrow; b) suponer la eliminación del requisito de que la regla de
valoración social tuviera la estructura de una relación binaria, que se conoce como
funciones de elección social.
II. Restringir el dominio universal de aplicación de la regla de elección social,
mediante un método de decisión mayoritaria y una adecuada restricción de las
configuraciones de preferencias individuales admisibles. Del levantamiento del
supuesto de dominio universal surge el modelo del votante mayoritario (Sala-I-
Martin 1999).
3.1.4. Teoría de la justicia- John Rawls
28
Si la alternativa x1 es preferida a x2, x2 a x3 y así sucesivamente hasta xn entonces x1 es al menos tan
buena como xn.
90
La teoría de la justica, Rawls (1971; 2006), tiene particular influencia entre los economistas
que buscan una alternativa a la teoría del bienestar y al utilitarismo. El objetivo de este
enfoque es desarrollar una teoría ética de la justicia, optando por retomar la teoría tradicional
del contrato social de Thomas Hobbes, John Locke, Jean Jacques Rosseau e Immanuel Kant.
Desde la perspectiva de este cuerpo teórico se estudian las reglas que aseguran que los
individuos se organicen en una comunidad de justicia, libertad e igualdad, en condiciones de
divergencias religiosas, filosóficas, morales y de doctrinas. Esto es, el modelo se enfoca en las
razones que las razones que las personas podrían tener para adoptar una posición liberal,
basada en la moralidad y no en el interés propio, donde la situación original sea de igualdad y
se obtenga como resultado acuerdos justos.
Para Rawls (1971; 2006), la justicia determina que los beneficios y cargas de la sociedad
sean compartidos entre la población atendiendo al principio de equidad. El problema consistía
en definir qué es justo y equitativo en una sociedad contemporánea, la cual está caracterizada
por las desigualdades y las distintas interpretaciones acerca de los objetivos de las vidas
particulares. Por ello, el autor propone que una adecuada concepción política de justicia debe
suponer lo siguiente: i) cada persona ha de tener un derecho igual al esquema más amplio de
libertades básicas que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los
demás; ii) las desigualdades sociales y económicas habrán de ser conformadas de modo tal,
que a la vez: a) se espere que sean ventajosas para todos; b) se vinculen a empleos y cargos
asequibles para todos.
Respecto a las desigualdades, Rawls (1971; 2006) argumenta que es posible, teóricamente,
permitir algunas libertades fundamentales y ser compensadas mediante ganancias económicas
y sociales. Sin embargo, los principios antes anunciados no permiten el intercambio entre
libertades básicas y ganancias económicas - sociales. Con la finalidad de permitir dicho
intercambio, analizar los principios de justicia y llevar a cabo comparaciones interpersonales
acerca de las condiciones de bienestar, el autor centra su atención en los mínimos sociales y
económicos requeridos para realizar la concepción de lo justo. Para ello introduce el concepto
de bienes primarios, los cuales se definen como cosas que necesitan los ciudadanos en tanto
que los individuos sean libres e iguales.
Según Rawls (1971; 2006), los bienes primarios a disposición de la sociedad son: los
derechos y libertades básicas en la estructura social, tales como, libertad política, libertad de
expresión y de reunión, libertad de conciencia y de pensamientos, libertad de escoger una
profesión, libertad de oportunidades, libertad de movimiento y de elección de empleo,
91
poderes y prerrogativas de los puestos y cargos de responsabilidad en las instituciones
políticas y económicas, un ingreso económico o riqueza, bases sociales de respeto a sí mismo,
salud y vigor, inteligencia e imaginación.
Rawls (1971; 2006) afirma que los principios de justicia y equidad serían aquéllos que
unánimemente aceptaría toda la población en una situación que denominó “posición original”,
en la cual todos los individuos coincidirían cuando tengan que elegir entre algún bien primario.
El acuerdo obtenido en esa posición original se considera justo y equitativo aunque exista el
llamado “velo de ignorancia”. Este último describe la situación de los representantes de los
ciudadanos que ocupan puestos ignorando las características moralmente irrelevantes de los
ciudadanos, los talentos, habilidades, etnicidad, sexo, religión o sistemas de creencias. En
consecuencia, se lograrían acuerdos justos, descritos mediante el concepto de justicia como
imparcialidad. Según este autor, la libertad del individuo se debería extender hasta un límite
marcado por el disfrute de similares libertades por los demás individuos y las desigualdades
económicas y sociales deberían modificarse para proveer mayores beneficios a los menos
favorecidos, lo cual denomina “principio de diferencia”.
Sen (1997) criticó esta postura, argumentando que la justicia se encuentra en las
libertades reales que gozan los individuos y que las posesiones de medios (como los bienes
primarios) para la libertad no pueden proporcionar las comparaciones interpersonales que
constituyan una base informacional de la justicia. Al respecto, Sen (2000) propone centrarse en
las capacidades a diferencia de Rawls que propone la distribución de los bienes primarios; es
decir, este autor fija su atención en los medios para lograr los fines deseados por los
individuos.
Sen (2000) manifiesta que como la capacidad de convertir los bienes primarios en libertad
varía de un individuo a otro, la igualdad en la posesión de estos medios puede implicar
desigualdades en las libertades reales que gozan los individuos.
Sen (2000) argumenta que aunque la lista de bienes primarios es amplia ya que incluye los
derechos, libertades, oportunidades, ingresos, riqueza y autoestima, no considera lo que esos
bienes o cosas significan para los individuos. Adicionalmente, afirma que, en términos
generales es inevitable realizar juicios de valor cuando se compara el bienestar o la calidad de
vida de los individuos. Y aunque la utilidad, sí se ocupa de lo que esos bienes o cosas suponen
para las personas, no valora lo que los individuos hacen con ellos.
92
3.1.5. El enfoque de capacidades - Amartya Sen
El modelo de Sen (2000) permite evaluar y valorar el bienestar individual29, los acuerdos
sociales y el diseño de políticas públicas en la sociedad, en donde la libertad es concebida
mediante las capacidades individuales (capabilities).
Al seno de este enfoque surgen 3 interrogantes claves: ¿Cuál es la naturaleza de ese
Estado de bienestar?, ¿Cómo sería una sociedad perfectamente justa?, ¿Cómo podemos
revaluar el Estado de bienestar?.
La importancia de este cuerpo teórico se cimenta en el hecho de que permite examinar las
demandas inherentes al desarrollo económico, tales como la seguridad social y económica de
los individuos, ofreciendo posibles mecanismos para asegurar la satisfacción de las
necesidades básicas a determinados grupos de personas, en particular, el de los adultos
mayores.
Sen (1997) define que “…hay al menos cuatro categorías de problemas que pueden
tratarse desde la teoría de la elección social: i) en relación al proceso de agregación, puede
distinguirse entre problemas que se refieren a agregación de intereses y problemas que se
refieren a la agregación de juicios individuales; ii) en relación al resultado de la agregación, se
puede desear simplemente asegurar que la regla proporcione algún resultado (que alguna
alternativa sea elegida) o se puede desear que la regla proporcione una valoración del
bienestar asociado a las diferentes alternativas. Del cruce de estos dos criterios surgen cuatro
categorías”.
Sin embargo, para la realización de los juicios de valor sociales dentro del enfoque de
elección social hay que abordar, primero, un elemento importante que se denomina “base de
información”. Ya que para Sen (2000), las bases de información que emplean el utilitarismo, el
pensamiento libertario30 y la justicia rawlsiana tiene serias deficiencias, al considerar que las
libertades individuales fundamentales son importantes.
29
El bienestar es entendido por Sen (1985) con los logros de una persona o su calidad de vida.
30 La teoría económica liberal se gesta durante la Ilustración y tiene como su primer exponente clásico a
Adam Smith (1776). Se entiende por liberalismo, una corriente de pensamiento filosófica, económica y
de acción política, que promueve el desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, un
probable progreso de la sociedad. La principal característica se basa en una limitada interferencia del
Estado en la economía. En otras palabras, la libertad económica (libre empresa) conduciría a una
sociedad más igualitaria y un mayor bienestar.
93
De esta forma, Sen (2000) mediante un enfoque normativo, sostiene que el desarrollo
puede concebirse, como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan los
individuos. Por tanto, se debe prestar una atención primordial en la expansión de las
capacidades de las personas para llevar el tipo de vida que valoran y que tienen razones para
valorar. Estas capacidades tienen una relación bilateral, debido a que pueden incrementarse
por medio de políticas públicas; por otro lado, el uso eficaz de las capacidades de participación
de los individuos puede influir en el rumbo de estas políticas.
Desde el punto de vista de la evaluación, el enfoque de las capacidades centra la atención
en una información que lo diferencia de otras corrientes éticas, políticas y económicas que
evalúan el desarrollo a través del tradicional indicador del ingreso (PIB, PIB per cápita). Eso no
quiere decir que la privación de capacidades individuales no guarde una estrecha relación con
la escasez de ingresos. Pero también hay otros factores que influyen en las capacidades básicas
y libertades que disfrutan los individuos.
El enfoque de las capacidades tiene como fundamento la libertad entendida como
capacidad, la libertad real con la que un individuo debe contar para alcanzar aquello que
valora. En su concepción de la libertad responde a uno de los problemas señalados por Rawls
(2002) ¿en qué sentido pueden ser libres los ciudadanos en una sociedad democrática? La
respuesta que da Sen (2000) es que la libertad entendida como capacidad permite el
desarrollo de una persona para tomar decisiones.
Sen (2000) desde el enfoque de las capacidades analiza los problemas sociales que afectan
el bienestar humano como la desigualdad, la pobreza, la calidad de vida, la ausencia de
desarrollo, llegando incluso a redefinirlos, permitiendo evaluar los alcances y limitaciones de
una sociedad libre. Desde su perspectiva, ya no se pregunta por el grado de satisfacción o
felicidad de las personas o por la cantidad de recursos con que cuentan los individuos para
llevar un tipo de vida u otra, sino por lo que estos individuos son capaces de hacer o ser (física,
legal o intelectualmente).
El enfoque de las capacidades puede ser utilizado como una herramienta para diseñar y
evaluar políticas públicas. Sobre este aspecto Sen (1996) afirma que dicho enfoque no es un
conjunto de fórmulas, sino un marco normativo y crítico para el análisis de la información,
dentro del cual se puede conceptualizar y evaluar problemas sociales.
Según Sen (2000), el objetivo de una sociedad debería ser convertirse en una sociedad
libre mediante la igualdad de capacidades básicas que están constituidas por la capacidad de
94
disponer de medios para vestirse, tener vivienda, o la capacidad de participar en la sociedad.
Estas capacidades o habilidades se pueden suponer valiosas en la medida en que no se
encuentran representadas en la igualdad de la utilidad, en los bienes primarios, ni combinación
de ambas, tal y como los enfoques del utilitarismo y de la justicia. Al respecto, Sen (2000)
arguye que cada manera de enfocar la evaluación puede caracterizarse en gran medida por la
información en la que se basa, es decir, la información que es necesaria para realizar juicios de
valor y la información que se excluye y no desempeña ningún papel directo en la evaluación.
La exclusión de información constituye un elemento relevante en algún método de evaluación,
que puede influir en el carácter del enfoque.
Por ejemplo, en el utilitarismo clásico dejan de lado algunas cuestiones potencialmente
transcendentales como la libertad individual, el reconocimiento o la violación de derechos
reconocidos, que son aspectos de la calidad de vida, pues su base de información es
fundamentada en la suma total de las utilidades que se alcanza en las distintas situaciones. El
pensamiento libertario propuesto por Sen (2000), a diferencia de la teoría utilitarista, no le
interesa directamente la felicidad, su base de información está formada por diversos tipos de
libertades y una visión distinta de la justicia. En otras palabras, mientras que el utilitarismo
clásico utiliza la información sobre la felicidad o los placeres de los individuos, el pensamiento
libertario exige el cumplimiento de ciertas reglas de libertad y propiedad y evalúa la situación
basándose en información sobre este cumplimiento.
Las virtudes y limitaciones de los enfoques de propuestas y evaluación de las políticas
públicas se entienden examinando el alcance y los límites de su base de información. Lo
anterior resulta relevante ya que Sen (2000) parte de los problemas que tienen los distintos
enfoques, con la finalidad de diseñar otro enfoque alternativo de la justicia, cuya base de
información son las libertades individuales.
Bienestar mediante el enfoque de capacidades
Sen (2000) argumenta que existen al menos cinco razones que limitan el estudio del
bienestar basado en el ingreso: i) heterogeneidad personal, en donde las personas tienen
distintas características físicas relacionadas con la incapacidad, la enfermedad, la edad o el
sexo, lo que hace que sus necesidades sean diferentes; ii) diversidad relacionada con el medio
ambiente. Éste puede influir en lo que obtiene un individuo con un determinado nivel de
ingreso; iii) diversidad de clima social, en la conversión del ingreso y de los recursos personales
95
en calidad de vida; también influyen las condiciones sociales, incluidos los sistemas de
enseñanza pública y la presencia o ausencia de delincuencia y de violencia en un determinado
lugar; iv) diversidad entre las perspectivas relacionales. Los bienes que exigen las pautas de
conducta arraigadas pueden variar de unas comunidades a otras, dependiendo de las
convenciones y de las costumbres; v) distribución dentro de la familia. , los ingresos que ganan
uno o más miembros de una familia pueden ser compartidas por todos, tanto por los que no
perciben ningún ingreso como por los que perciben alguno. Por lo tanto, según Sen (2000) la
familia es la unidad básica para examinar los ingresos desde el punto de vista de su uso. El
bienestar o la libertad de los miembros de una familia dependen de cómo se utilice el ingreso
familiar para satisfacer los intereses y los objetivos de cada uno de ellos.
Debido a lo anterior, Sen (2000) propone abordar el bienestar mediante el enfoque de
capacidades.
Hay dos elementos fundamentales en el enfoque de capacidades que están íntimamente
ligados: los funcionamientos (functioning) y las capacidades. Elementos en los cuales Sen
(2000) centra el criterio normativo que permita la evaluación y valoración del bienestar
individual.
Desde la perspectiva de Sen (2000), los funcionamientos son referidos a fines humanos, es
decir, las diversas cosas que una persona es capaz de hacer o ser. Estos funcionamientos se
pueden clasificar en simples y complejos. Los funcionamientos simples son aquellas funciones
más elementales, como estar nutrido adecuadamente, vestido, gozar de buena salud, tener
acceso a la educación, entre otros. Los funcionamientos complejos incorporan funciones de
mayor complejidad como ser feliz, tener dignidad, poder integrarse socialmente, respetarse a
uno mismo, entre otros.
Ahora bien, la relación que existe entre los funcionamientos y las capacidades es
bidireccional, porque los funcionamientos o los distintos vectores de funcionamientos entre
los que se puede elegir, establecen una capacidad, y la ausencia de una capacidad refleja el
deterioro de los funcionamientos de un individuo. Según Sen (1997), las relaciones entre
funcionamientos y capacidades son mucho más complejas de lo que pueden parecer a primera
vista. Las condiciones de vida son, en cierto modo, estados de existencia: ser esto o hacer
aquello. Los funcionamientos reflejan los distintos aspectos de tales estados, y el conjunto de
paquetes de funcionamiento viable es la capacidad de una persona. Sin embargo, entre las
posibilidades de ser y de hacer están las actividades de escoger. De tal manera, hay una
relación bidireccional y simultánea entre los funcionamientos y las capacidades.
96
Los funcionamientos son elementos fundamentales del estado de una persona y la
evaluación de su bienestar consiste en la valoración de estos elementos. Lo relevante de
evaluar el bienestar a partir del enfoque de Sen (2000) es que los bienes de consumo o el nivel
de riqueza que el individuo tiene no constituyen las variables más importantes del análisis,
sino lo que consigue realizar con lo que tiene.
De tal forma, un funcionamiento refleja una parte del estado de una persona, es decir, su
bienestar. Sen (2000) señala que hay un modo de formalizar matemáticamente los
argumentos expuestos anteriormente (Basu, López C. 2002).
Si una persona escoge la función de utilización fi con su respectivo vector de bienes de
consumo xi,, entonces los funcionamientos alcanzados serán caracterizados por el vector bi
que vendría representado de la siguiente forma:
bi =(fi(c(xi))
Donde: xi es el vector de bienes que posee i; c es la función que convierte un vector de
bienes en un vector de características de esos bienes; fi es una función de utilidad personal de i
que refleja un criterio en el uso de los bienes que i puede realmente realizar.
El vector bi puede expresar las capacidades y funcionamientos de una persona. Por tanto,
el bienestar se puede ver como una evaluación de este vector.
La felicidad que disfruta el individuo está representada por la ecuación:
ui=hi(fi(c(xi))
en donde hi expresa qué tan feliz es una persona con el vector de funcionamientos bi.
La valoración de un individuo se expresaría por la función vi con los valores del vector de
funcionamiento bi:
vi= vi(fi(c(xi))
Para un vector de bienes de consumo xi, los vectores de funcionamientos factibles para la
persona estarán dados por el conjunto Pi(xi) de tal manera que:
Pi(xi)=[bi| bi=(fi(c(xi)) por algún fi ∈ Fi]
Donde Fi es el conjunto de las funciones de utilidad fi, cualquiera que el individuo i escoja;
Qi es el conjunto de capacidades de la persona i
97
Si la elección de los vectores de bienes de una persona está restringida al conjunto Xi,
entonces los vectores de funcionamientos factibles de una persona están dados por el
conjunto Qi(Xi). Así:
Qi(Xi)= Pi(xi)=[bi| bi=(fi(c(xi)) por algún fi ∈ Fi y por algún xi∈ Xi ]
De lo anterior se pueden derivar las siguientes implicaciones: i) Sen (2000) separa el
aspecto maximización del conjunto Qi(Xi) , pues dice que maximizar el bienestar individual
puede no ser el único motivo para elegir, dado que pueden haber otros probables objetivos y
requerimientos valorativos que lleven al individuo a tomar una elección distinta a maximizar su
propio bienestar; ii) se puede observar que el enfoque de las capacidades tiene dos niveles de
evaluación, el de los funcionamientos (el nivel de la realización del bienestar), y el de las
capacidades (nivel de las posibilidades o bienestar realizable); iii) los bienes son un medio de
desarrollo y mantenimiento de ciertas capacidades; iv) una capacidad es un conjunto de
vectores de funcionamientos o una suma de vectores de estos funcionamientos, que refleja la
libertad de la persona para alcanzar aquello que valora; en otras palabras, son las diversas
combinaciones de funcionamientos que se pueden obtener.
La capacidad se define al derivarla de los funcionamientos. Éstos expresan una
combinación alternativa del ser esto o hacer aquello de un individuo que se expresa como un
conjunto de n funcionamientos. Entonces, la capacidad se define como un conjunto de tal n-
múltiplo de funcionamientos, que representan las distintas combinaciones alternativas de lo
que los individuos quieran hacer o ser, del tipo de vida que quieren llevar, una vez que se
tengan las oportunidades para escoger aquellas opciones que más valoran. Por lo tanto, la
capacidad se define desde el espacio de los funcionamientos.
De esta forma, podemos resumir que un funcionamiento es el logro de una persona,
mientras que la capacidad es un conjunto o realización de tales logros. Sin embargo, Sen
(2000) se rehúsa a enlistar una serie de capacidades básicas que permita elaborar una
evaluación crítica del bienestar de las personas en cualquier contexto social. Nussbaum (2002)
propone capacidades básicas, con la finalidad de desarrollar una teoría parcial de la justicia. Su
análisis del enfoque de capacidades es desde la filosofía moral y política, con el propósito de
proponer capacidades que un gobierno debería garantizar a todos sus ciudadanos.
Nussbaum (2002) partiendo del enfoque de las capacidades de Sen (1997), propone un
marco evaluativo del bienestar de un individuo y articula así las capacidades junto a la idea de
un mínimo de las mismas. Así, ofrece una base para los principios constitucionales de los
98
distintos países, a partir del cual los ciudadanos tienen derecho a exigir a sus gobiernos
políticas públicas que contribuyan a fortalecer su dignidad.
La fundamentación de Nussbaum (2002) parte desde la idea aristotélica - marxista
referente al funcionamiento humano.
La lista de capacidades que Nussbaum (2002) concibe como básicas para el
funcionamiento humano son: 1) Vida. Ser capaz de vivir hasta el final de la vida con una
duración normal, no morir prematuramente o antes de que la vida se reduzca a tal punto que
no merezca ser vivida; 2) Salud corporal. Ser capaz de tener buena salud, incluyendo la salud
reproductiva; estar adecuadamente alimentado; tener una vivienda digna; 3) Integridad
corporal. Ser capaz de moverse libremente (de un lugar a otro); tener seguridad; tener
oportunidades para la satisfacción sexual y para la elección en materia de reproducción; 4)
Sentidos. Imaginación y pensamiento. Ser capaz de usar los sentidos, de imaginar, pensar y
razonar, haciendo estas cosas de forma informada y cultivada por una educación adecuada; 5)
Emociones. Ser capaz de amar, llorar, a experimentar deseo, gratitud y enojo justificado. Evitar
deformar el desarrollo emocional por miedo o ansiedad; 6) Razón práctica. Ser capaz de
formarse una concepción del bien, promoviendo en una reflexión crítica acerca de la
planeación de nuestra vida; 7) Afiliación. Ser capaz de reconocer y de mostrar preocupación
por otras personas, de promover varias formas de interacción social (proteger esta capacidad
significa proteger las instituciones que constituyen tales formas de afiliación). Poseer las bases
sociales del respecto hacia la persona, no humillación, no discriminación; 8) Otras especies. Ser
capaz de vivir con cuidado por los animales, las plantas y el mundo de la naturaleza; 9) Juego.
Ser capaz de reír, jugar y disfrutar de las actividades recreativas; 10) Control del entorno
político y material. En cuanto al entorno político, ser capaz de participar efectivamente en las
elecciones políticas que gobiernan la propia vida; tener el derecho de participación política. Y
en lo material, ser capaz de tener propiedades, tener los mismos derechos de otros a buscar
trabajo.
Para Nussbaum (2002) una vida humana sin estas capacidades no es una vida digna. Esta
lista de capacidades es completamente universal, pues son importantes para cada ciudadano,
en cada nación y cada persona debe ser tratada como un fin.
Elección social y conducta individual
99
Los funcionamientos individuales pueden analizarse con mayor facilidad mediante la
comparación interpersonal, cuestión que no permite el enfoque utilitarista. Esta es una ventaja
para utilizar el enfoque de las capacidades para realizar evaluaciones y valoraciones.
No obstante, las comparaciones interpersonales de los funcionamientos requieren de un
marco de valores que les permita emitir juicios, debido a que los componentes son
heterogéneos. Asimismo, Sen (2000) afirma que se necesitan instituciones, normas y
razonamientos que permita alcanzar objetivos sociales.
Sen (2000) afirma que el criterio para la toma de decisiones en materia de políticas
públicas dependerá del tipo de información que se tome en consideración. Ampliar la base
informativa puede significar tomar decisiones más coherentes y consistentes.
Una política de consenso social defiende no sólo las actividades basadas en las
preferencias individuales, sino la sensibilidad de las decisiones sociales para el desarrollo de
preferencias individuales y normas. Por lo tanto, el enfoque de capacidades acepta la
diversidad y con ello se descarta un único orden social. Del consenso social pueden surgir
acuerdos parciales que parten de opciones distintas y que al poner en marcha alguna de las
posibles soluciones, pudiera haber una unanimidad social. Es decir, lo primero que se debe
valorar es el espacio focal, con el fin de seleccionar ciertas funcionamientos que se consideren
relevantes para los más desprotegidos, analizando posteriormente la relación que tenga con
otros grupos de población, para obtener finalmente una ordenación parcial de distintas
situaciones, de la siguiente forma: si la persona i tiene una cantidad mayor de funcionamientos
significativos que la persona j y, al menos una cantidad igual de todos esos funcionamientos,
entonces la persona i tiene un vector de funcionamientos mejor valorado que el de la persona
j.
Sen (2000) afirma que esta ordenación parcial puede extenderse especificando con mayor
detalle las posibles ponderaciones, lo que podría generar una ordenación completa; es decir, al
reducir la gama de ponderaciones (seleccionar una ponderación), la ordenación parcial se
ampliará de forma sistemática, incluso aunque no exista unanimidad. Para la evaluación es
fundamental preguntarse cuál fue el mecanismo para elegir esa ponderación. Por ejemplo, en
el caso de un individuo que basa su elección en un juicio de valor, requiere de mayor reflexión
en lugar de un acuerdo interpersonal. No es así cuando se realiza una evaluación social, ya que
en este caso tiene que haber algún tipo de consenso razonado y elegido sobre alguna gama de
ponderaciones.
100
Es en ese sentido que la elección social juega un papel importante, ya que para elegir
alguna política social, se requiere de debate público, comprensión y aceptación democrática.
Sen (2000) afirma que si bien el procedimiento de elección basado en el consenso puede ser
difícil, no existe alguna fórmula que proporcione algunas ponderaciones que sean perfectas
para la sociedad, debido a que la elección de la ponderación es una cuestión de evaluación y
valoración que depende de qué tan aceptable sea para la población.
Sen (2000) determina que existe un poderoso argumento metodológico para hacer
hincapié en la necesidad de asignar explícitamente ponderaciones valorativas a los diversos
componentes de la calidad de vida (o bienestar), para posteriormente someter estas
ponderaciones elegidas a un debate público y un escrutinio crítico. Finalmente, se obtienen
criterios de evaluación, en donde se utilizan juicios de valor sobre los que no necesariamente
existe unanimidad.
Sen (2000) considera que existen tres enfoques prácticos para realizar evaluaciones de
política social:
1. Enfoque directo. Consiste en examinar directamente lo que puede decirse sobre
las respectivas ventajas analizando y comparando vectores de funcionamientos o
capacidades. Las variantes que tiene este enfoque son:
a. Comparación total, consiste en la ordenación de todos esos factores en
función de la pobreza o de la desigualdad;
b. Ordenación parcial, consiste en la ordenación de algunos vectores, pero
sin exigir que la ordenación sea total;
c. Comparación de capacidades específicas, consiste en la comparación de
una capacidad elegida como centro de atención, sin tratar de que la
cobertura sea total.
En este sentido se plantea que es posible pasar de un conjunto de comparaciones
de capacidades específicas a una ordenación agregada de conjunto de
capacidades, incluso esas comparaciones pueden resultar de gran importancia en
los ejercicios de evaluación.
2. Enfoque complementario. Consiste en el continuo uso de procedimientos
tradicionales de las comparaciones interpersonales en los espacios del ingreso,
pero complementándolo con consideraciones relacionadas con las capacidades.
Pudiendo complementarse con comparaciones directas de los funcionamientos o
101
con variables instrumentales distintas del ingreso que se supone que influye en la
determinación de las capacidades.
3. Enfoque indirecto. Centra su atención en el espacio del ingreso, debidamente
ajustado. Para calcular el ingreso ajustado puede utilizarse información sobre los
determinantes de las capacidades distintos del ingreso. La ventaja de este
enfoque reside en el hecho de que el ingreso es un conocido concepto que a
menudo permite realizar una medición más estricta. Puede facilitar la formulación
y la interpretación.
Estos enfoques tienen ventajas dependiendo del tipo de evaluación, la existencia de
información y la toma una decisión pronta.
El enfoque de capacidades y la seguridad social
Mediante el enfoque de capacidades podemos observar que el desarrollo social no finaliza
en el aumento de la producción económica y es el motivo por el cual los ingresos o la riqueza
son insuficientes para la evaluación de políticas públicas. Antes bien, según este enfoque, el
desarrollo social tiene que ver con las cosas que las personas pueden realmente hacer o ser,
con las capacidades de que disponen, entendidas como las oportunidades para elegir y llevar
una u otra clase de vida.
A pesar de lo dicho antes, Sen (2000) determina que es recomendable examinar algunas
demandas inherentes al desarrollo económico, incluida la necesidad de la seguridad social y
económica de los individuos. Una de las ideas principales de dicho autor es que la provisión de
seguridad social no debe recaer únicamente en las fuerzas del mercado. De tal forma que si el
mercado laboral causa vulnerabilidad a determinados grupos de personas es necesario
construir mecanismos que aseguren el cumplimiento de las necesidades básicas de las
personas, en nuestra investigación los adultos mayores, mediante un esquema de provisión
social31.
31
Uno de los principales responsables del bienestar social es el estado. Sin embargo, la provisión pública
se refiere a las diversas formas en las cuales una sociedad organiza la distribución de bienes y servicios
por medio de instituciones (Tapia y Campos).
102
Los programas que ofrecen asistencia social y beneficios públicos pueden ser de carácter
temporal o permanente, y los probables apoyos son desde proporcionar un beneficio en
especie (alimentos) o monetario (dinero en efectivo) a la población que se encuentra en
situación de pobreza hasta formas convencionales tales como un seguro de desempleo,
pensiones, alimentos subsidiados, infraestructura rural, entre otros.
La asistencia social pública puede fortalecer la seguridad de los individuos de dos formas: i)
protege a los grupos vulnerables (pobres, sin seguridad social), aumentando la capacidad de la
población para alcanzar un nivel de vida más elevado y prevenir una disminución, que puede
ocurrir cuando un individuo por su edad avanzada ya no puede trabajar; ii) mejora las
condiciones de vida y la expansión de las capacidades básicas de la población, en particular,
fortaleciendo los activos de las personas (su trabajo y sus conocimientos), aumentando la
posibilidad de una vida mejor.
Con las características anteriormente descritas, la provisión pública y los beneficios de la
seguridad social desempeñan un papel crucial en el establecimiento de estándares mínimos de
bienestar, a los cuales toda la población tiene derecho. Sen (2000) argumenta que, en los
países desarrollados, las hambrunas pudieron disminuir o incluso dejado de existir no porque
tengan un ingreso promedio más alto sino debido a que en la mayoría de estos países hay
mecanismos que garantizan mínimos de consumo y de ingreso.
La seguridad social es un instrumento para el ejercicio de la libertad. Por ello, hay que
erradicar las raíces que inhiben la libertad del individuo, tales como la pobreza, las escasas
oportunidades económicas y un sistema de seguridad social frágil o inexistente.
A continuación, se presentan tres modelos recientes. El primero, es el modelo del votante
mayoritario, el cual se asocia a la teoría de la elección social presentado anteriormente. El
segundo, es el modelo de la redistribución óptima generacional en la seguridad social. Y
finalmente, el modelo intergeneracional de la seguridad social asociada al capital humano.
Estos modelos fueron extraídos de Mulligan y Sala-I-Martin (1999).
3.1.6. El votante mayoritario y redistribución generacional
En este sub-apartado se realiza un análisis de los modelos del votante mayoritario, del
modelo de redistribución generacional y del modelo intergeneracional de la seguridad social
103
asociada al capital humano. En estos sistemas, Mulligan y Sala-i-Martin (1999) presentan un
conjunto de principios teóricos conceptuales encauzados a determinar las fuerzas que
sostienen los sistemas de seguridad social como programas públicos. Alrededor de este tópico
se delinean los fundamentos conceptuales como bienestar en adultos mayores, la relación
entre seguridad social y en la toma de decisiones colectivas, coaliciones y redistribución
intergeneracional.
Las consecuencias emanadas de las reformas a los sistemas de Seguridad Social (SS) están
íntimamente vinculadas a la pregunta ¿Qué fuerzas económicas crean y sostienen los sistemas
de seguridad en la vejez como un programa público?
Mulligan y Sala-i-Martin (1999) presentan ocho características comunes, a nivel
internacional, de los sistemas de SS que ayudan a entender las fuerzas que sostienen los
sistemas de seguridad social: 1) los programas de Seguridad Social cuentan con importantes
incentivos que promueven la jubilación; 2) los sistemas de Seguridad Social tienen un fuerte
efecto redistributivo intergeneracional; 3) los beneficios no dependen de los ingresos de los
activos, pero aumentan con los ingresos de prejubilación; 4) los sistemas democráticos y no-
democráticos tienen programas similares de Seguridad Social; 5) los sistemas de Seguridad
Social se financian primordialmente con impuestos sobre la renta; 6) los beneficios son
frecuentemente, pero no siempre, pagados como una renta vitalicia; 7) el Estado es muy
importante como ente financiero y administrador de las pensiones en la vejez; 8) la relación
entre población (demografía) y gasto por adulto mayor es inestable.
El marco teórico relacionado con los sistemas de Seguridad Social puede clasificarse en 2
enfoques teóricos (Mulligan y Sala-i-Martin, 1999a; 1999b): i) las teorías políticas y ii) las
teorías de la eficiencia.
Desde la óptica del enfoque político los sistemas de Seguridad Social son un proceso de
redistribución entre generaciones (entre jóvenes y viejos), producto de la lucha política. Esto
es, dos o más grupos de ciudadanos luchan para extraer recursos de los demás.
Modelo del votante mayoritario racional (teoría de la elección social)
En una versión simple del modelo, adaptado para explicar la Seguridad Social, la población
de adultos mayores son los ganadores de la lucha política, donde el premio es una pensión. Es
104
decir, los programas de pensiones son el resultado de una elección mayoritaria (voto
mayoritario) entre votantes racionales, quienes deciden (votan) en función de sus propios
intereses.
En la literatura se emplea el modelo del votante mediano para la discusión de la naturaleza
o existencia de los programas de Seguridad Social. Sin embargo, se introducen dos supuestos
al modelo antes de ser aplicado a la Seguridad Social: a) los viejos forman coaliciones de
votación con otros grupos (los viejos son líderes en una coalición ganadora con los pobres) y
b) para la elección de una política permanente que se desea alcanzar, los viejos realizan una
coalición con la población de edad media32.
La inclusión de la primera hipótesis al modelo del votante mediano, presume que dado
que las personas mayores no son la mayoría de los votantes, ellos pactan con otros grupos de
votantes a fin de formar una coalición mayoritaria, con el objetivo de impulsar programas de
Seguridad Social que los beneficien. En este sentido, Tabellini (1992; tomado en Mulligan y
Sala-i-Martin, 1999) adopta este enfoque y argumenta que los viejos forman una coalición con
los pobres para respaldar políticas fiscales a favor de los perdedores de la lucha política, es
decir, la coalición entre adultos mayores y pobres se forma con el objetivo de obtener
programas anti-pobreza financiados por el Estado.
La introducción del segundo supuesto, implica otra posibilidad de coalición de la población
adulta mayor (viejos). Esto es, los adultos mayores forman coaliciones de votación con la
población de edad media para instituir sistemas de Seguridad Social que, pueden, perjudicar
en el corto plazo a los de edad media, pero obtienen beneficios en el largo plazo (cuando son
mayores). Dicho de otra manera, los grupos de edad media ceden recursos a la población
adulta mayor (viejos) a cambio de asegurar ellos mismos su sustento al llegar a la tercera edad
(modelo de generaciones traslapadas).
Modelo de la redistribución óptima generacional en la seguridad social
Un modelo de riesgos que se basa en el modelo de Mirrlees (1971) fue realizado por
Mulligan y Sala-i-Martin (1999) en el cual concibe a los sistemas de Seguridad Social como
32 Tal vez bajo la amenaza de castigo de los que aún no han nacido.
105
programas de “política óptima”, esto es, el modelo se basa en la idea de que el mercado no
mitiga la pobreza entre la población adulta mayor, por lo tanto, el Estado debe crear esquemas
de seguridad social que resuelvan éste problema.
Supuestos del modelo:
i) Se considera un índice del consumidor (variable continua) para cada grupo de
edad, lo que permite al gobierno observar el comportamiento del consumo según
la edad y permite a los programas de bienestar social asignar diferentes pesos a las
utilidades de los jóvenes y los adultos mayores.
ii) La función de utilidad se construye con la diferencia entre el ingreso individual y la
obligación tributaria. Además, se asume que todos los individuos tienen la misma
función de utilidad.
iii) El ingreso individual asignado a cada individuo es igual al producto entre el
esfuerzo no observado y la productividad laboral no observada. Por lo tanto,
puede resultar diferente al ingreso individual observado.
iv) El gobierno elige un plan tributario no lineal, sobre el ingreso laboral observado,
para maximizar la función de bienestar social. La optimización toma en cuenta a)
la designación de esfuerzo individual en respuesta al plan tributario y b) las
necesidades de ingreso del gobierno (G).
v) El problema de redistribución (problema de bienestar óptimo) se resuelve en dos
pasos: 1) el gobierno divide sus necesidades de ingresos entre los dos grupos
(jóvenes y adultos mayores) y 2) el gobierno elige un plan tributario diferenciado
entre los jóvenes y los adultos mayores.
vi) El tamaño del programa de seguridad social puede ser calculado como la
diferencia entre G y el ingreso tributario medio por persona adulta mayor (Gy), y
por la diferencia entre G y (Gy) per cápita.
Del modelo se deriva que si el gobierno asigna igual peso en el bienestar de las personas
jóvenes y adultas mayores, entonces no hay un programa de seguridad social; es decir, no hay
transferencias de los jóvenes a los viejos. También implica que los planes tributarios son
iguales para ambos grupos de edad.
Por otra parte, si el gobierno asigna un mayor peso al bienestar de la población adulta
mayor, entonces surgen los programas de seguridad social. Este modelo también explica por
qué incluso pequeñas poblaciones de personas mayores, reciben al menos alguna
transferencia de los jóvenes. Además, si los impuestos sólo fueran cobrados a los jóvenes,
106
esto explicaría el mayor consumo de los adultos mayores que los jóvenes. Asimismo, al asumir
el problema del beneficiario parásito (free-rider), este modelo privilegia los sistemas de
seguridad social públicos sobre los privados.
Los beneficios de los sistemas de seguridad social en el modelo de redistribución óptima
dependen en gran medida de la cantidad de trabajo (esfuerzo individual) y del ingreso
obtenido a lo largo de la vida del trabajador, pero en menor medida del ingreso por activos
propios (asset income). Importante resulta señalar, que si bien los programas de seguridad
social ayudan a mitigar la pobreza entre los adultos mayores, desde la perspectiva del modelo,
también es cierto que no es posible explicar el crecimiento de los programas de seguridad
social, la variación inter-país, su tamaño en contraste con otros programas de bienestar social,
la forma en que la cantidad y la composición de los ingresos determinan los beneficios del
sistema, o por qué las fórmulas de beneficios crean incentivos sustanciales para la jubilación.
Modelo intergeneracional de la seguridad social asociada al capital
humano
Sala-i-Martin (1996), basado en una extensión del modelo de crecimiento de Lucas (1988),
argumenta que los sistemas de seguridad social son diseñados como un mecanismo que
induce (incentiva) a las personas adultas mayores a jubilarse.
Supuestos del modelo
i) La productividad laboral de un individuo depende positivamente de su propio nivel de capital
humano y del nivel de capital humano medio de la economía; ii) En ausencia de impuestos
distorsionadores y de subsidios, el producto marginal privado (PMP) es igual a la productividad
laboral individual, esto es, el nivel de capital humano medio de la economía depende del nivel
de capital humano de los que trabajan y no del nivel de capital humano de los que no trabajan;
iii) El producto marginal social (PMS) es igual al PMP más la contribución de un individuo al
nivel de capital humano medio por el efecto agregado en el salario cuando cambia el nivel de
capital humano medio; y, iv) El capital humano se deprecia con la edad, por lo que la población
adulta mayor (viejos) tiende a estar por debajo del nivel de capital humano medio de la
economía.
107
Las implicaciones teóricas del modelo sugieren que cuando un trabajador está por
debajo del nivel de capital humano medio de la economía y decide trabajar, se reduce el nivel
de capital humano medio de la economía, lo que conlleva a una reducción de la productividad
laboral agregada.
Por lo tanto, las personas mayores tienen un impacto menor sobre la productividad de
la economía en comparación con los jóvenes. De tal manera, que el joven tiene incentivos para
inducir a la población adulta mayor a trabajar menos o a la jubilación; esto es, los jóvenes,
estarían dispuestos a dar ingresos en forma de contribuciones monetarias para disponer de los
puestos de trabajo ocupado por los adultos mayores.
En síntesis, la idea subyacente del modelo es que los sistemas de pensiones constituyen
transferencias intergeneracionales hacia la población adulta mayor para favorecer su retiro del
mercado laboral. Por lo que los sistemas de pensiones representan un mecanismo de
expulsión del mercado laboral de aquellos trabajadores cuya productividad ha descendido
debido a su mayor edad; lo cual puede aumentar las posibilidades de producción de los
trabajadores activos al sustituir a los jubilados con otros más productivos. Esta premisa implica
que los trabajadores adultos mayores ocupados en el mercado laboral generan externalidades
negativas y su retiro del mercado laboral incrementa el nivel de eficiencia de la economía.
En este enfoque teórico, los sistemas de seguridad social se conciben como una renta (o
interés) pagada a los adultos mayores por la inversión pública en capital humano que ellos
hicieron (como contribuyentes) cuando los trabajadores actuales estaban en edad escolar.
Supuestos del modelo: i) cada generación vive tres periodos de vida (niñez, adulto, adulto
mayor); ii) la inversión en capital humano se realiza durante el primer periodo de vida; iii) los
individuos sólo trabajan en el periodo medio de vida; iv) cada generación invierte en la
formación de capital humano de la siguiente generación; v) el gobierno obliga a los jóvenes a
pagar dividendos a los viejos; vi) cada generación ofrece dos tipos de fondos a los sistemas de
seguridad social: 1) fondos para pagar los dividendos a los primeros inversionistas –a través del
impuestos sobre la renta- y 2) fondos para financiar las próximas generaciones.
En este enfoque, dado algún miembro de la generación actual, la tasa neta de retorno de
las contribuciones está en función en forma directa de los dividendos de la inversión hecha por
los adultos mayores hacia los jóvenes (de acuerdo a la contribución hecha durante su vida
laboral) e inversamente de la inversión hecha por la generación actual. Estos es:
108
111
ttt
tttss
tpw
pwr
Donde: ss
tr es la tasa neta de retorno de las contribuciones (TNRC), 11 ttt pw representan los
dividendos de la población adulta mayor (viejos) y ttt pw representa la inversión hecha por la
generación actual.
De este modelo se desprende dos versiones: a) cuando la tasa neta de retorno de las
contribuciones (TNRC) es mayor a la tasa de retorno del mercado de inversiones de similar
riesgo (TRM) y b) cuando la tasa neta de retorno de las contribuciones (TNRC) es menor a la
tasa de retorno del mercado de inversiones de similar riesgo (TRM).
En relación a la primera versión del modelo de capital humano de la seguridad social, muestra
que si la TNRC es mayor a la TRM, entonces la contribución realizada por la generación actual a
un sistema de cuentas individuales es voluntaria. Sin embargo, el pago de dividendos hacia los
adultos mayores puede ser obligatorio. Asimismo, bajo este enfoque se extrae que todas las
generaciones pueden beneficiarse de los sistemas de seguridad social, lo que implica que este
modelo de seguridad social no tiene efectos redistributivos intergeneracionales. La segunda
versión del modelo del capital humano de seguridad social explica que cuando TNRC es menor
que TRM, las contribuciones hechas por la generación actual al sistema tendrán que ser
obligatorias. Si, por el contrario, las contribuciones fueran voluntarias, bajo este caso,
entonces ningún trabajador contribuirá debido a que la tasa de retorno de otras inversiones es
mayor.
109
3.2. Justificaciones de una política social de transferencias monetarias a los
adultos mayores pobres
En este capítulo se integró la discusión teórica de los fundamentos de la economía del
bienestar con la conformación de los sistemas de seguridad social, particularmente con el
diseño e implementación de esquemas de pensiones en adultos mayores para mitigar la
situación de pobreza e incentivar el consumo preferente en este grupo de edad, en líneas
generales. Se concluye: i) El modelo del Ciclo Vital (Modigliani 1954; 1966) se refiere a la
decisión individual de elección del periodo laboral y retiro así como el efecto de tales
elecciones en la riqueza individual y social; ii) El modelo de la teoría de la felicidad (Layard
2005) analiza las acciones de los individuos y del estado para hacer frente a los riesgos propios
de los ciudadanos y, en particular, de los adultos mayores, enfocándose generalmente al caso
de los países desarrollados; iii) La teoría de la elección social (Arrow 1951; 1963) estudia las
relaciones que existen entre los objetivos de política social y las preferencias y aspiraciones
que tienen los miembros de una sociedad, de esta manera se pueden comparar distintos
estados de asistencia social; iv) La teoría de la justicia distributiva (Ralws 1971) analiza las
razones que las personas podrían tener para adoptar una posición liberal, basada en la
moralidad y no en el interés propio, donde la situación original sea de igualdad y se obtenga
como resultado acuerdos justos; v) El enfoque de las capacidades y de elección social (Sen
1979; 2000) permite examinar las demandas inherentes al desarrollo económico, tales como
la seguridad social y económica de los individuos, ofreciendo posibles mecanismos para
asegurar la satisfacción de las necesidades básicas a determinados grupos de personas, en
particular, el de los adultos mayores; y vi) Los modelos recientes analizados por Sala-I- Martin
y Mulligan (1999): a) El modelo del votante mayoritario, éste se asocia a la teoría de la elección
social, en particular, analiza como la población adulta mayor forma coaliciones de votación con
los jóvenes o los pobres para obtener como resultado de una lucha política, una pensión;
b)Modelo de redistribución generacional (Sala-I-Martin y Mulligan 1999), se refiere a la idea de
que el mercado no mitiga la pobreza entre la población adulta mayor, por lo tanto, el estado
debe crear esquemas de seguridad social que resuelvan éste problema; y c) Modelo
intergeneracional de la seguridad social asociada al capital humano, este modelo arguye que
los sistemas de seguridad social son diseñados como un mecanismo que incentiva a las
personas adultas mayores a jubilarse.
110
A continuación, se enumeran las justificaciones básicas de una política social de
transferencias monetarias a los adultos mayores pobres basadas en los fundamentos teóricos
presentados en las secciones anteriores.
a) Óptimo de Pareto. Es muy probable que los adultos mayores pobres aumenten su
nivel de bienestar al recibir la transferencia monetaria. Si en el resto de los ciudadanos
no hay nadie que, debido a esta política, vea disminuido su propio nivel de bienestar,
entonces se cumple con el óptimo de Pareto y esta política puede implementarse. Con
ello, se habrá logrado aumentar el bienestar social.
b) Votante mayoritario racional o votación por representantes. Esta política debe
someterse a votación por cualquiera de estos métodos. En este contexto, son válidas
las coaliciones entre los adultos mayores pobres con otros grupos de interés. En una
sociedad democrática, la elección social de esta política no debería ser la decisión de
una sola persona.
c) Felicidad social. Esta política social permitiría disminuir la brecha existente entre los
adultos mayores pobres y los no pobres en cuanto a los medios para enfrentar los
riesgos propios de la edad. Con ello se lograría una disminución de estos riesgos en la
sociedad y un aumento en la felicidad social (población más saludable y más confiada
en las instituciones).
d) Justicia social. Toda política social debe preocuparse prioritariamente de la
distribución igualitaria de los bienes primarios naturales y sociales, entre los que
destaca el ingreso monetario. Por ello, esta política se justifica en términos de justicia
social, siempre que los adultos mayores pobres se encuentren entre los grupos más
desfavorecidos en la dotación de dichos bienes primarios.
e) Capacidades y funcionamientos. Los adultos mayores pobres enfrentan una
disminución del abanico de posibles logros o funcionamientos básicos y complejos
debido a la situación de pobreza y también a la edad avanzada. Esta política permitiría,
de un modo indirecto, el desarrollo de capacidades potenciales y la satisfacción
inmediata de necesidades básicas pues la privación de capacidades individuales guarda
111
una estrecha relación con la escasez de ingresos. Con ello, se asegura el aumento del
bienestar de este grupo de ciudadanos.
112
Capítulo 4. Una estimación de política social para México, 2006-
2008
1.1. Introducción
Probablemente, todo ciudadano razonable del mundo actual acepta que un objetivo
fundamental de la política social para adultos mayores tiene que ver con la reducción de la
pobreza; en el sentido de eliminar los riesgos que afectan el nivel y calidad de vida del adulto
mayor tras el retiro de la actividad productiva.
Esta perspectiva deviene como consecuencia del proceso de envejecimiento de la
población mundial a partir de la segunda mitad del siglo XX; el cual, se ha caracterizado por el
incremento sostenido del número y proporción de la población con 65 años y más. Fenómeno
que continuará durante toda la primera mitad del presente siglo, primero a un ritmo
moderado y después en forma acelerada (en México este proceso inició a mediados de los
noventas).
El presente capítulo tiene como primer objetivo derivar los fundamentos teóricos
asociados al diseño e implementación de políticas de transferencias monetarias desde la
perspectiva de la teoría de elección social. Con tal propósito, se analizan los enfoques teóricos
basados en el utilitarismo y en preceptos normativos. En los primeros se revisan los
fundamentos así como las principales críticas y desarrollos posteriores al planteamiento básico
(Arrow 1951 y 1963, Layard 2005). En los segundos se analiza la teoría de la justicia social
propuesta por Rawls (1971) y la teoría de las capacidades de Sen (2001).
Un segundo objetivo es estimar los tres componentes del índice de pobreza propuesto
por Sen (2001): conteo de cabezas --head count--, brechas—gaps--e intra- desigualdad.
Además, se incluye una propuesta para estimar el monto de las transferencias monetarias
requeridas para eliminar la pobreza alimentaria, de capacidades y patrimonial, según las
definiciones oficiales de la pobreza por ingresos. Este cálculo, está basado en la sumatoria de
las brechas per cápita entre el ingreso observado y la línea de pobreza correspondiente.
Finalmente, el tercer objetivo de este capítulo es hacer una simulación del costo social
requerido para sacar de la pobreza a aquellos adultos mayores que se encuentran dentro del
25 y 50 por cierto en la situación de pobreza de capacidades. Con la finalidad de ver la
113
viabilidad de incorporar a un mayor grupo de adultos mayores que no cuentan con un ingreso
suficiente para salir de la pobreza.
1.2. Población objetivo: adultos mayores pobres
CONAPO estimó que los adultos mayores representan el 7.9% de la población total en
2000 y proyecta un 17.5% en 2030, 20.2% en 2035 y 28% en 2050, pasando de un total de
aproximadamente 7 millones a 36.2 millones de adultos mayores en sólo cincuenta años
(Gráfica 4.1).
Gráfica 4.1. México: Proyección de la población adulta mayor
(2000-2050)
Fuente: CONAPO.
Las modificaciones observadas en la estructura de edades de la población provocará una
serie de retos, entre los que destacan: i) una demanda creciente de recursos destinados al
cuidado de la población en edades avanzadas, lo que probablemente significará una
importante redistribución en la asignación de recursos sociales; ii) presiones hacia las
instituciones públicas de seguridad social principalmente en el rubro de pensiones; iii)
agudización de las presiones a las distintas formas de apoyo familiar a los adultos mayores, en
las que ha descansado principalmente el sostenimiento económico de la población en edades
avanzadas en México.
114
Entre los adultos mayores se pueden identificar algunos grupos vulnerables claves, entre
los que destacan los adultos mayores que viven en pobreza.
La pobreza de las personas adultas mayores rebasa por mucho la de la población en su
conjunto. De acuerdo con el Banco Mundial (1994), en México la tasa de pobreza en la
población mayor de 65 años es 37.6% superior a la de toda la población. Además, los ingresos
por pensiones contribuyen a aumentar y no a reducir la desigualdad en México.
En general, con base en los microdatos de la ENIGH para el período de 1992 a 2008, se
observa una tendencia decreciente en las líneas de pobreza33
de la población adulta mayor
(población de 65 años y más). Con lo que respecta a la pobreza alimentaria en 1992 alrededor
de 17.10% de la población adulta mayor se encontraba en esta situación. Para 2008, la
población adulta mayor en pobreza alimentaria represento el 14.25% aproximadamente
(Gráfica 2).
Con respecto a la línea de pobreza de capacidades en el grupo de adultos mayores, en
1992 se encontraba en esta situación el 24.10% de la población, pasando a 20.30% en 2008.
Finalmente, en términos de pobreza patrimonial paso de 48.04% en 1992 a 40.53% en 2008
respecto de la población adulta mayor.
33
De acuerdo con la metodología para la medición de la pobreza por ingresos del Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), se definen tres niveles de pobreza: 1) Pobreza alimentaria: Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta; 2) Pobreza de capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más que para estos fines; y, 3) Pobreza de patrimonio: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirirla canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. En este estudio se abordará a la pobreza alimentaria como referente de la pobreza extrema.
115
Gráfica 4.2. México. Adultos mayores pobres. 1992-2008 (Porcentaje de adultos mayores)
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
Es importante destacar 3 aspectos particulares de la Gráfica 2: i) se observa un
incremento sustancial en las líneas de pobreza de los adultos mayores en 1996, posiblemente
impulsado por la pérdida de empleo y poder adquisitivo (periodo inflacionario); ii) la tendencia
a la disminución de la población adulta mayor pobre a partir del año 1996, en cualquiera de las
tres modalidades de medición de la pobreza—misma que se observa en la población total
(CONEVAL); iii) no obstante, entre 2006 y 2008 se aprecia un aumento moderado de la pobreza
patrimonial de los adultos mayores.
El mismo comportamiento se observa para los hogares que cuentan con algún adulto
mayor, la diferencia consiste en que entre el 2006 y 2008 se percibe un aumento marginal en
las tres situaciones de pobreza en los hogares que cuentan con algún adulto mayor (Gráfica
4.3).
116
Gráfica 4.3. México. Hogares con adultos mayores pobres. 1992-2008 Porcentaje
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
Los indicadores de pobreza alimentaria, de capacidades y patrimonial, parecen mostrar
que las políticas públicas de combate a la pobreza han logrado impactar eficientemente la
situación de pobreza de la población adulta mayor.
A pesar de ello durante los periodos de recesión económica los índices de la línea de
pobreza experimentan cambios sustanciales como en 1994 – 1996 o como en el periodo de
crisis 2008 (fase inicial).
Por otro lado, en términos absolutos se observa un crecimiento sustancial de las líneas de
pobreza en la población adulta mayor. En el Cuadro 4.1, se observa que en la población adulta
mayor la situación de pobreza alimentaria entre 1992 y 2008 aumento en poco más de 52
puntos porcentuales; en tanto la situación de pobreza de capacidades de este mismo grupo de
edad tuvo un crecimiento del 59% aproximadamente; finalmente, con respecto a la pobreza
patrimonial, el número de adultos mayores experimento un crecimiento de poco más del 57%
durante el periodo de estudio.
117
Desde esta perspectiva resulta paradójico la situación de pobreza de la población adulta
mayor. Ya que si bien en términos relativos se observa una tendencia decreciente, en términos
absolutos la situación de pobreza de los adultos mayores se manifiesta creciente.
Cuadro 4.1.Líneas de pobreza en términos absolutos Líneas de pobreza Tasa de crecimiento
1992-2008 Tasa de crecimiento promedio
anual 1992-2008
Alimentaria 52.95 2.69
Capacidades 59.49 2.96
Patrimonial 57.41 2.88
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
A continuación se presenta la metodología de investigación empírica para la estimación
de las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza de los adultos mayores
para los años del 2006 y 2008.
1.3. Una metodología para la estimación de las transferencias monetarias
requeridas para eliminar la pobreza entre los adultos mayores
Esta sección se concentra en la metodología de la investigación empírica utilizada para
estimar las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza entre los adultos
mayores en México, en el año 2006. Esta metodología consiste en la estimación del indicador
de pobreza propuesto por Sen (2001) al caso de los adultos mayores pobres alimentarios.
Sen (2001) propone un indicador para medir la pobreza en una sociedad. Para ello
argumenta que hay dos pasos en la evaluación: i) identificación de la población objetivo; ii)
agregación de las características relevantes de la población objetivo. Estas características se
refieren a tres aspectos: 1) conteo de cabezas o head-count, H; 2) brechas de ingreso; 3)
desigualdad de ingresos.
La identificación de la población objetivo se lleva a cabo mediante el indicador de H que da
como resultado la estimación del porcentaje de la población total cuyos ingresos se
encuentran por debajo de una línea de pobreza. Así, sea
118
n
qH …(1)
Donde q representara la cantidad de los adultos mayores pobres y n es la población total
de adultos mayores.
La siguiente medida es la profundidad o intensidad (I) medida por la brecha de ingreso, la
cual da cuenta de la distancia entre el ingreso efectivo de los adultos mayores pobres y la línea
de pobreza. Esta medida permite responder la siguiente pregunta ¿cuán pobres son los adultos
mayores pobres? La representación de esta medida viene dada por:
z
yzI i
i …(2)
Donde z es el ingreso considerado como línea de pobreza y yi el ingreso de la persona i. El
numerador de la ecuación (2) permite medir la extensión de la “brecha per capita” entre la
línea de pobreza y el ingreso de cada adulto mayor. Por lo tanto, la sumatoria de estas brechas
capta la distancia general de los ingresos de los adultos mayores pobres con respecto a la línea
de pobreza.
Si se sustituye en la ecuación (2) yi por el ingreso medio de la población pobre (µp) se
obtiene la “brecha promedio del ingreso”. Así,
z
zI
p …(3)
La siguiente característica es la desigualdad de la distribución de ingresos en la población
objetivo, estimada con el coeficiente Gini, Gp.
La propuesta de Sen (2001) es un índice compuesto (S) que combina las tres medidas
distintivas del perfil interpersonal de la pobreza anteriormente descritas. Su formulación es la
siguiente:
GpIHHIS )1( ó ])1([ GpIIHS …(4)
El índice de Sen varía, entre 0 y 1. Es decir, cuando todos los pobres tienen el mismo
ingreso, el coeficiente de Gini de la distribución del ingreso entre los pobres es igual a cero y S
es igual a HI. Dada la misma brecha media de pobreza y la misma proporción de pobres en la
119
población total, S crece con la desigualdad del ingreso inferior a la línea de pobreza, como la
mide el coeficiente de Gini. En síntesis, S es una función de H (número de pobres), I (brecha
agregada de pobreza) y Gp (desigualdad de la distribución del ingreso inferior a la línea de
pobreza).
Para determinar las propiedades que debe satisfacer una medida de pobreza, Sen(2001)
contruye un esquema de tres axiomas:
Axioma focal o de dominio: la medida de pobreza debe depender únicamente del ingreso
de los pobres. Esto implica que una vez elegida la línea de pobreza, si se realizan cambios en
los ingresos de la población pobre, el valor del indicador no variará, siempre que dichos
cambios no hagan que los pobres se sitúen por encima de la línea de pobreza establecida.
Axioma de monotonía: una reducción de ingreso de una persona que está por debajo de
la línea de pobreza, manteniendo constante todo lo demás, debe incrementar la medida de
pobreza.
El índice H sólo satisface el axioma focal e incumple los axiomas de monotocidad y de
transferencia débil. Es decir, si el ingreso de alguna persona no pobre de la población aumenta,
no ocasionará alteración alguna en la cantidad de pobres y como consecuencia en el valor del
índice. Pero cualquier pérdida de ingreso de los no pobres afectará a la medida de pobreza, si
es que la cantidad de pobres se mantiene intacta. Si se diera una transferencia desde un pobre
hacia otra persona menos pobre, el índice no la registrará en la situación de que el receptor
continúe bajo la línea de pobreza. No obstante, si a causa de la transferencia éste dejara de ser
pobre, el índice reconocerá una disminución.
Axioma de transferencia: una transferencia pura de ingreso de una persona que está por
debajo de la línea de pobreza hacia otra no pobre, manteniéndose todo lo demás constante,
debe aumentar la medida de pobreza. Este axioma infiere que las medidas de pobreza deben
ser sensibles a cambios en la distribución del ingreso de los pobres. Es decir, al aumentar la
desigualdad entre los ingresos menores a la línea de pobreza, la pobreza medida debe
incrementarse.
Una de las justificaciones que Sen (2001) da es la noción de privación relativa. Sostiene
que si tienen lugar una transferencia regresiva desde una persona de mayor privación relativa
a otra de menor privación relativa, la privación relativa total aumenta, aunque se mantenga
constate la privación absoluta.
120
1.4. Medidas de la Pobreza para los adultos mayores en México. Resultados.
En esta sección se estiman los sub-componentes del indicador de Sen (2001), H, I y Gp, así
como el índice S. Adicionalmente, se considera la sumatoria de las brechas per capita, lo cual
constituye una estimación del monto de las transferencias monetarias para eliminar la pobreza
en el grupo de los adultos mayores. Cabe destacar que se estiman las transferencias necesarias
para eliminar tres tipos de pobreza: alimentaria, de capacidades y de patrimonio, de acuerdo
con las tres respectivas líneas de pobreza oficiales en México. Para facilitar comparaciones,
también se estimaron estas transferencias como proporción del PIB.
La estimación de estos indicadores se efectúa con base en los microdatos de la ENIGH para
los años 1992, 2006 y 2008. Las líneas de pobreza, propuestas por CONEVAL, toman como
unidad de análisis el hogar; por lo tanto, son líneas de pobreza de ingreso per cápita del hogar
y no deben interpretarse como líneas de ingreso individual. Por lo cual, el ingreso asignado al
adulto mayor se refiere al ingreso per capita del hogar y no al ingreso individual de estos.
El Cuadro 4.2 incluye información relativa a las líneas de pobreza en términos absolutos
así como la participación en el grueso de la población adulta mayor. Por otro lado, el Cuadro
4.3 contiene las estimaciones de las diferentes categorías del índice de Sen. Finalmente, el
Cuadro 4.4 concentra las transferencias monetarias requeridas para superar la pobreza en los
adultos mayores pobres (según el indicador de Sen).
Cuadro 4.2. México. Medidas de pobreza de adultos mayores pobres
Concepto Pobreza alimentaria Pobreza capacidades Pobreza patrimonial
Urbanos Rurales Urbanos Rurales Urbanos Rurales
Número de adultos mayores 1992 365,578 600,070 542,246 828,488 1,349,300 1,363,302
Porcentaje de adultos mayores 1992 10.81% 26.48% 16.04% 36.56% 39.91% 60.16%
Número de adultos mayores 2006 383,632 1,083,216 624,841 1,435,117 1,590,301 2,420,940
Porcentaje de adultos mayores 2006 6.78% 24.64% 11.04% 32.65% 28.11% 55.07%
Número de adultos mayores 2008 506,351 1,014,780 885,108 1,281,198 2,173,143 2,151,447
Porcentaje de adultos mayores 2008 7.73% 24.64% 13.51% 31.11% 33.16% 52.24%
Ingreso neto total per capita 2006 (promedio)
474 271 543 319 850 465
Ingreso neto total per capita 2008 (promedio)
485 382 626 428 956 564
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
121
Según la información desplegada en el Cuadro 4.2 entre 1992 y 2006 se presenta una
reducción en las tres líneas de pobreza en la población adulta mayor en México. Sin embargo,
esta tendencia encuentra un punto de inflexión para 2008; esto es, entre 2006 y 2008 se
observa que el porcentaje de personas en situación de pobreza en sus 3 líneas aumenta en el
estrato rural. Sin embargo, destaca la variación observada en el sector rural, es decir, mientras
que los pobres alimentarios se mantienen constantes, los adultos mayores que se encuentran
en situación de pobreza de capacidades y patrimonial disminuyen. Tómese en cuenta que la
población rural representa cada vez una proporción menor de la población mexicana, debido a
diversos factores entre los que destacan la migración a zonas urbanas y emigración a otros
países.
Por ejemplo, en las zonas urbanas, la pobreza alimentaria para este grupo de la población
baja entre 1992 y 2006, de 10.81 % a 7.73 % respectivamente. Mientras que de 2006 a 2008 se
presenta un aumento de casi un punto porcentual (0.95%).
En forma paralela en la zona rural destaca el descenso de la pobreza alimentaria entre
1992 y 2006—de 26.48% a 24.64%. Mostrándose, para el periodo de 2006-2008, constante el
porcentaje de personas en pobreza alimentaria en 24.64%.
Con respecto a la desigualdad y brechas de ingreso de la población adulta mayor en
situación de pobreza se advierte lo siguiente (Ver Cuadro 4.3):
a) Entre 1992 y 2006 denota una disminución marginal de la desigualdad en los
estratos urbanos y aumento en las zonas rurales, de acuerdo al coeficiente de Gini.
b) Contrario a lo se observa en el periodo anterior, entre 2006 y 2008 la desigualdad
en el ingreso aumenta en las zonas urbanas y disminuye en las zonas rurales en las
3 líneas de pobreza.
c) En cuanto a la intensidad de las brechas de pobreza tipo I para el año 2006, las
estimaciones sugieren que para que todos los adultos mayores pobres alcancen la
línea de pobreza alimentaria es preciso aumentar en 42% y 54% en promedio sus
ingresos en las zonas urbanas y rurales, respectivamente. En pesos de 2006 esto
significa que en promedio se requieren al mes aproximadamente $335.43 para
que cada adulto mayor en situación pobreza alimentaria en las zonas urbanas
perciba un ingreso de $809.87 mensuales que corresponde a la línea de pobreza
alimentaria del 2006. Y para el caso de los adultos mayores en situación de
122
pobreza alimentaria rural, se requiere de $327.25 al mes para que cada adulto
mayor pobre tenga un ingreso de $598.70 mensuales.
d) En contraste, para el 2008 las estimaciones indican una mayor proporción de
ingresos, principalmente en las zonas rurales; por ejemplo, para que todos los
adultos mayores pobres alcancen la línea de pobreza patrimonial es preciso
aumentar en 50 y 56% en promedio sus ingresos en las zonas urbanas y rurales,
respectivamente. Lo cual significa que en promedio mensualmente se requieren
$948.88 para que cada adulto mayor en situación pobreza alimentaria en las zonas
urbanas perciba un ingreso de $1904.84 mensuales que corresponde a la línea de
pobreza alimentaria del 2008. Y para el caso de los adultos mayores en situación
de pobreza alimentaria rural, se requiere de $718.10 al mes para que cada adulto
mayor pobre tenga un ingreso de $1282.36 mensuales.
e) Respecto al índice de Sen, las estimaciones muestran un decremento del grado de
privación absoluta de sus ingresos frente a la línea de pobreza y a la distribución
del ingreso entre los pobres, en particular, entre los pobres que corresponden a
las zonas urbanas para el periodo de 1992 a 2006. Sin embargo, para el año 2008
hay un aumento marginal, principalmente en las zonas urbanas. Por ejemplo, el
índice S para los adultos mayores en situación de pobreza patrimonial urbana
disminuyó de 0.255 a 0.174 entre 1992 y 2006, para el 2008 aumentó a 0.212. En
el estrato rural el indicador mejora (disminuye), por ejemplo, en la pobreza de
capacidades, pasa de 23.1% en 1992 a 22.3% en 2006. A su vez, se distingue que
en las zonas urbanas empeora (aumenta) para el periodo de 2006-2008, ya que la
brecha en situación de pobreza de capacidades paso de 0.07 a 0.08 %. Esto indica
que el déficit de ingreso de los adultos mayores pobres en los últimos catorce años
en las zonas rurales mejoró y en las zonas urbanas empeoró.
En general, es posible argumentar, con base en estos indicadores, que el comportamiento
de la brecha de ingresos I tiene diferencias de acuerdo a la zona que se observe. Asimismo, los
estadísticos sugieren una reducción constante de las líneas de pobreza según el índice de Sen.
Además, los indicadores muestran una convergencia del ingreso entre los adultos mayores en
las líneas de pobreza a partir del 2006.
123
Cuadro 4.3. México. Indicadores de pobreza de adultos mayores pobres
Concepto Pobreza alimentaria Pobreza capacidades Pobreza patrimonial
Urbanos Rurales Urbanos Rurales Urbanos Rurales
Coeficiente Gini 1992 0.258 0.268 0.260 0.267 0.274 0.292
Coeficiente Gini 2006 0.245 0.287 0.248 0.295 0.272 0.316
Coeficiente Gini 2008 0.275 0.256 0.273 0.264 0.280 0.290
Línea de pobreza CONEVAL (pesos de 2006)
809.87 598.70 993.31 707.84 1,624.92 1,086.40
Línea de pobreza CONEVAL (pesos de 2008)
949.38 706.69 1,164.41 835.52 1,904.84 1,282.36
Brecha promedio (pesos de 2006) 335.43 327.58 449.87 388.73 774.67 621.91
Brecha promedio (pesos de 2008) 463.92 325.08 538.63 407.16 948.88 718.10
Sumatoria de brechas (pesos de 2006)
92,765,007 216,912,712 193,771,713 343,926,166 861,753,669 951,786,596
Sumatoria de brechas (pesos de 2008)
147,268,897 225,453,893 305,078,684 358,186,800 1,347,806,975 1,041,556,971
Brecha del ingreso (I) 1992 0.458 0.479 0.506 0.499 0.503 0.569
Brecha del ingreso (I) 2006 0.415 0.547 0.453 0.549 0.477 0.572
Brecha del ingreso (I) 2008 0.489 0.459 0.462 0.488 0.498 0.560
Índice Sen (S) 1992 0.065 0.164 0.102 0.231 0.255 0.418
Índice Sen (S) 2006 0.038 0.167 0.065 0.223 0.174 0.389
Índice Sen (S) 2008 0.049 0.147 0.082 0.194 0.212 0.359
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
En el Cuadro 4.4 se observa el costo social requerido que permitiría cerrar la brecha de
pobrezas para los años 2006 y 2008. Por ejemplo, en cuanto a la pobreza alimentaria urbana,
el costo social para sacar de la pobreza a los adultos mayores, en el 2006, sería de alrededor
del 0.011% del PIB, lo que equivaldría a 92.7 millones de pesos al año; asimismo, ese costo
representa el 0.09% del gasto de gobierno. Por su parte, el costo social requerido para cerrar
la brecha de pobreza alimentaria rural es de aproximadamente 0.025% y 0.22% del PIB, para el
2006 y 2008, respectivamente, lo que representaría 216.9 millones de pesos en el año 2006 y
225.4 millones de pesos para el año 2008, esto significaría 0.22% del gasto de gobierno en el
2006 y 0.19% del gasto de gobierno del 2008.
Por su parte, el costo social requerido para cerrar la brecha de pobreza de capacidades en
el estrato urbano es de cerca de 305.1 millones pesos anuales en 2008 (0.030% del PIB), lo
que representaría 0.25% del gasto de gobierno, para que el ingreso promedio de cada pobre
en capacidades alcance a satisfacer los requerimientos alimenticios determinados por su línea
de pobreza y efectuar los gastos necesarios en salud y educación. Para cerrar la brecha de
pobreza en capacidades rural, en el mismo año, se requiere de $358.2 millones anuales
(0.035% del PIB) lo que equivaldría a 0.30% del gasto de gobierno.
124
Finalmente, para que todos los adultos mayores pobres urbanos alcancen la línea de
pobreza patrimonial se requiere de $1,347 millones anuales lo que representaría el 0.13% del
PIB y 1.13% del gasto de gobierno. Para los adultos mayores pobres rurales se necesitaría de
$1,041 millones anuales (0.11% del PIB), y alrededor de 0.87% del gasto de gobierno.
Cuadro 4.4 México. Transferencias monetarias para sacar de la pobreza a los adultos mayores pobres, 2006 - 2008
Concepto Pobreza alimentaria Pobreza capacidades Pobreza patrimonial
Urbanos Rurales Urbanos Rurales Urbanos Rurales
Porcentaje del PIB 2006 0.0107 0.0251 0.0224 0.0398 0.0996 0.1100
Porcentaje del PIB 2008 0.0146 0.0223 0.0302 0.0354 0.1333 0.1030
Porcentaje del PIB (deflactado a precio del 2006)
0.0170 0.0261 0.0353 0.0414 0.1558 0.1204
Porcentaje del consumo del gobierno 2006
0.0943 0.2205 0.1969 0.3496 0.8759 0.9674
Porcentaje del consumo del gobierno 2008
0.1236 0.1893 0.2561 0.3007 1.1315 0.8744
PIB 2006
(A precios corrientes) PIB 2008
(A precios corrientes)
865,163 350 294
10,109,026,907
Gasto de gobierno 2006
(millones de pesos del 2006) Gasto de gobierno 2008
(millones de pesos del 2008)
1,180,667
1,429,412
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
En términos generales, podemos observar que a precios de cada año aumenta el costo
como proporción del PIB en zonas urbanas, caso contrario a lo que ocurre con las zonas
rurales. No obstante, cuando se deflacta el año 2008 a precios del 2006 se observa un
aumento significativo en este periodo de tiempo para las tres líneas de pobreza, en ambos
estratos, urbanos y rurales.
1.5. Ejercicio de simulación. Costo requerido para sacar de la pobreza al 25%
y 50% de la población adulta mayor en situación de pobreza de
capacidades.
En esta sección se presenta un ejercicio de simulación por escenarios evaluando el cambio
en los indicadores de pobreza. Con ello, se pretende cuantificar sus impactos sobre la situación
de pobreza y el costo requerido para sacarlos de la pobreza.
125
Para poder determinar el número de adultos mayores que se encuentran en situación de
pobreza dentro estos escenarios simulados, la línea de pobreza se modificó, tanto para el
sector urbano como rural.
En el cuadro 4.5 se exponen los valores obtenidos para la estimación de brechas de
pobreza alimentaria tomando en consideración el 25% y 50% de hogares pobres de
capacidades.
Cuadro 4.5. Ejercicio de simulación: Estimación de adultos mayores en pobreza alimentaria considerando el 25% y 50% de adultos mayores pobres de capacidades.
2008.
Concepto Pobreza capacidades 25% Pobreza capacidades 50%
Urbanos Rurales Urbanos Rurales
Número de adultos mayores 2008 578,340 1,158,739 654,063 1,186,415
Porcentaje de adultos mayores 2008 10.22% 26.36% 11.56% 26.99%
Ingreso neto total per capita 2008 (promedio)
476 411 489 405
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
Según la incidencia de pobreza, se tiene que para el 2008, hay una mayor proporción de
adultos mayores en las zonas rurales constituyendo el 26.36% y el 26.99% de la población
adulta mayor rural en pobreza de capacidades, al 25 y 50% respectivamente. En contraste,
para las zonas urbanas hay una proporción baja de adultos mayores.
En forma paralela en la zona rural destacan los niveles bajos de ingreso neto per capita.
En el cuadro 4.6 se muestran los niveles de desigualdad y las brechas de ingreso de la
población adulta mayor en situación de pobreza, para el año 2008. En cuanto al primer punto,
se observa que hay una mayor desigualdad en los estratos urbanos, en comparación de los
rurales, de acuerdo al coeficiente de Gini.
Las estimaciones sugieren que para que todos los adultos mayores pobres alcancen la
línea de pobreza de capacidades al 25% es preciso aumentar en 52% y 47% en promedio sus
ingresos en las zonas urbanas y rurales, respectivamente. En pesos de 2008 esto significa que
en promedio se requieren al mes aproximadamente $487.81 para que cada adulto mayor en
situación pobreza alimentaria en las zonas urbanas perciba un ingreso de $1,006.70
mensuales. Y para el caso de los adultos mayores en zonas rurales, se requiere de $376.48
pesos al mes para que cada adulto mayor pobre tenga un ingreso de $787.27 mensuales.
126
Similar es el escenario de adultos mayores que se encuentran en el 50% de pobreza de
capacidades, las estimaciones indican que para que todos los adultos mayores pobres alcancen
la línea de pobreza es preciso aumentar en 53.7 y 47.7% en promedio sus ingresos en las zonas
urbanas y rurales, respectivamente. Lo cual significa que en promedio mensualmente se
requieren $497.25 para que cada adulto mayor en dicha situación de pobreza perciba un
ingreso de $1,056.27 mensuales. Y para el caso de los adultos mayores en situación de
pobreza rural, se requiere de $492.42 al mes para que cada adulto mayor pobre tenga un
ingreso de $773.72 mensuales.
Cuadro 4.6. Simulación. Indicadores de pobreza de adultos mayores pobres. 2008.
Concepto Pobreza capacidades 25% Pobreza capacidades 50%
Urbanos Rurales Urbanos Rurales
Coeficiente Gini 2008 0.2792 0.2605 0.2807 0.2585
Línea de pobreza estimada (pesos de 2008)
1,006.70 787.27 1,056.27 773.72
Brecha promedio (pesos de 2008) 487.81 376.48 497.25 492.42
Sumatoria de brechas (pesos de 2008)
177,441,182 305,961,903 207,721,921 389,816,628
Brecha del ingreso (I) 2008 0.5269 0.4785 0.5368 0.4770
Índice Sen (S) 2008 0.0674 0.1658 0.0771 0.1614
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
Respecto al índice de Sen, las estimaciones indican que en el estrato rural se concentra la
población adulta mayor pobre, teniendo una cifra que sobrepasa el doble del indicador
urbano. Por ejemplo, en la simulación del 50% de adultos mayores en situación de pobreza de
capacidades, pasa de 7.7% en zonas urbanas a 16.1% en zonars rurales.
En general, es posible argumentar, con base en estos indicadores, que el comportamiento
de la brecha de ingresos I tiene diferencias de acuerdo a la zona que se observe.
Finalmente, en el Cuadro 4.7 se observa las transferencias monetarias requeridas para
cerrar la brecha de pobrezas, para este grupo de población adulta mayor simulada.
127
Cuadro 4.7. Simulación. Transferencias monetarias para sacar de la pobreza a los adultos mayores pobres, 2008.
Concepto Pobreza capacidades 25% Pobreza capacidades 50%
Urbanos Rurales Urbanos Rurales
Porcentaje del PIB 2008 0.0205 0.0354 0.0240 0.0451
Porcentaje del consumo del gobierno 2008
0.1490 0.2569 0.1744 0.3273
Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.
Tenemos que, en cuanto a la pobreza de capacidades urbana de 25%, el costo social para
sacar de la pobreza a los adultos mayores, en el 2008, sería de alrededor del 0.02% del PIB, lo
que equivaldría a 177.4 millones de pesos al año; de la misma forma, ese costo representa el
0.15% del gasto de gobierno. Por su parte, el costo social requerido para cerrar la brecha de
pobreza rural es de aproximadamente 0.035%, lo que representaría 306.9 millones de pesos,
esto significaría 0.17% del gasto de gobierno.
Por su parte, el costo social requerido para cerrar la brecha del 50% de pobreza de
capacidades en el estrato urbano es de cerca de 207.7 millones pesos anuales en 2008
(0.024% del PIB), lo que representaría 0.17% del gasto de gobierno, para que el ingreso
promedio de cada pobre en capacidades alcance a satisfacer los requerimientos alimenticios
determinados por su línea de pobreza. Para cerrar la brecha de pobreza rural, en el mismo
año, se requiere de $389.8 millones anuales (0.045% del PIB) lo que equivaldría a 0.33% del
gasto de gobierno.
128
1.6. Conclusiones
En este capítulo se han elaborado dos estimaciones empíricas de los tres aspectos del
indicador de Sen. La primera, considerando las líneas de pobreza oficiales: alimentaria,
pobreza y patrimonial. La segunda, realizando una simulación de líneas de pobreza
alimentarias considerando al 25 y 50% de la población adulta mayor en situación de pobreza
de capacidades.
Entre 1992 y 2006, según las estimaciones basadas en la ENIGH, la proporción de adultos
mayores por debajo de las líneas de pobreza denoto un descenso significativo. No obstante,
entre 2006 y 2008 la tendencia previa encuentra un punto de inflexión ascendente por
hogares que cuentan con al menos un adultos mayor; que resulta de la desaceleración
económica, el aumento de la tasa de desempleo (perdida de empleo) y en general por la
pérdida de poder adquisitivo (así como por la contracción del gasto real en transferencias
sociales). A nivel de personas adultas mayores el escenario es otro, ya que se sigue mostrando
tendencia hacia el descenso en la línea de pobreza alimentaria y de capacidades, no es así para
la situación de pobreza patrimonial, en la cual se muestra un aumento marginal.
En 1992 la razón de adultos mayores por debajo de las líneas de pobreza alimentaria, de
capacidades y patrimonial represento el 27.10%, 24.10% y 48.04%, respectivamente; mientras
que en 2006, las cifras muestran una participación del 14.59%, 20.49% y 39.90%,
respectivamente. En contraste, en 2008 la proporción de adultos mayores en situación de
pobreza alimentaria, de capacidades (descendió) y patrimonial (ascendió) a 14.25%, 20.30% y
40.53%, respectivamente.
El índice de Sen, es un método de medición de pobreza por ingreso en la que se
encuentran los hogares y sirve, principalmente, para evaluar mejor el impacto de las políticas
económicas y sociales sobre la población en pobreza. El modelo aplicado para los adultos
mayores pobres permitió estimar el monto de las transferencias monetarias para eliminar la
pobreza a este sector de la población. Cabe destacar que se estiman las transferencias
necesarias para eliminar los tres tipos de pobreza aquí presentados.
Las estimaciones sugieren que el costo social requerido que permitiría cerrar la brecha de
pobreza alimentaria urbana del año 2008, sería de alrededor del 0.014% del PIB, lo que
equivaldría a 147.3 millones de pesos al año; es decir, 0.12 % del gasto de gobierno, y para
cerrar la brecha de pobreza alimentaria rural se necesitaría de aproximadamente 0.022 % del
129
PIB, lo que representaría 225.4 millones de pesos en el año 2008 y 0.19 % del gasto de
gobierno.
Por su parte, la brecha de pobreza en capacidades urbana en el 2008 era de 28 %, lo que
significa que se requiere cerca de 305 millones de pesos anuales (0.26% del PIB) para que el
ingreso promedio de cada pobre en capacidades alcance a satisfacer los requerimientos
alimenticios determinados por su línea de pobreza y efectuar los gastos necesarios en salud y
educación. Para cerrar la brecha de pobreza en capacidades rural se requiere de $358.1
millones anuales (0.035% del PIB) lo que equivaldría a 0.30 % del gasto de gobierno.
Finalmente, para que todos los adultos mayores pobres urbanos alcancen la línea de
pobreza patrimonial se requiere de $1,348 millones anuales lo que representaría el 0.13 % del
PIB y 1.13 % del gasto de gobierno. Para los adultos mayores pobres rurales se necesitaría de
$1,042 millones anuales (0.10% del PIB), y alrededor de 0.87% del gasto de gobierno.
Si bien, la combinación de políticas públicas focalizadas y reformas de los sistemas de
pensiones pudieron apuntalar el comportamiento descendente de la pobreza de la población
en edad avanzada, esto pudiera ser insuficiente, dada la transición demográfica que enfrenta
el país y que se agudizará en las próximas décadas. Por ello, es importante continuar con el
análisis de posibles políticas públicas para este sector de la población dado que, por ejemplo,
las necesidades que enfrentan en términos de salud pueden ser muy diferentes al del resto de
la población.
130
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140
Anexo 1. Ejercicios de programación en el paquete estadístico
Stata.
A. Para el año 1992 se hizo el siguiente DO – FILE
Clear; *GENERANDO UNA BITÁCORA DE RESULTADOS
log using "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\pobreza92_1.smcl";
*ASIGNANDO MEMORIA
set mem 300m;
*ABRIENDO LA BASE DE DATOS DE POBLACIÓN DE LA ENIGH
use "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\poblacion92.dta", clear;
*CONVIRTIENDO EN NUMÉRICA LA VARIABLE PARENTESCO destring parentesco, replace; *LIMPIANDO LA BASE DE DATOS keep if ((parentesco>=3 & parentesco<=7) | (parentesco==1)); *GENERANDO LA VARIABLE DEL ADULTO MAYOR gen edad65= 1 if (edad>=65 & edad<=97); *GENERANDO LA VARIABLE OCUPADOS gen ocup= 1 if real(substr(ocupacion,1,2))>0 & real(substr(ocupacion,1,2))!=.; recode ocup (.=0); *GENERANDO LA VARIABLE DESOCUPADOS gen noocup = 1 if ocup==0; *GENERANDO LA VARIABLE OCUPADOS- ADULTOS MAYORES gen ocup65 = 1 if ocup==1 & edad65==1; *GENERANDO LA VARIABLE DESOCUPADOS- ADULTOS MAYORES gen noocup65 = 1 if noocup==1 & edad65==1; *GENERANDO LA VARIABLE SEGURIDAD SOCIAL gen segu= .; foreach x in 1 2 3 4 5 6 { gen p`x'= substr(prestacio1,`x',1)
141
replace segu= 1 if (p`x'=="1" | p`x'=="2" | p`x'=="3"); } ; *GENERANDO LA VARIABLE SEGURIDAD SOCIAL- ADULTOS MAYORES gen segu65= 1 if edad65==1 & segu==1; gen ocupseg65 = 1 if segu65==1 & ocup65==1; gen jubil = 1 if causa_n_t=="14"; gen jubil65 = 1 if jubil==1 & noocup==1 & edad65==1; ***INTEGRANTES DEL HOGAR DE 12 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS*** gen pei = 1 if (causa_n_t>="12" & causa_n_t<="17"); recode pei (.=0); gen pei65 = 1 if pei==1 & edad65==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS gen peiocup65 = 1 if pei65==1 & ocup==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS OCUPADOS gen peinoocup65=1 if pei65==1 & noocup==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS NO OCUPADOS gen peisegu65= 1 if pei65==1 & segu65==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS CON SEGURIDAD SOCIAL gen peijubil65=1 if pei65==1 & jubil65==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS CON PENSIóN O JUBILADO POR SU TRABAJO *GENERANDO UNA BASE DE DATOS collapse (sum) edad65 ocup noocup ocup65 noocup65 segu segu65 ocupseg65 jubil jubil65 pei pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65, by(folio); sort folio; *COMBINANDO BASES DE DATOS merge folio using "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\basefinal_92.dta", unique; tab _merge ; drop _merge ; *GENERANDO FACTOR POBLACIÓN ADULTO MAYOR gen factor_am=edad65*factor; *Pobreza alimentaria tabstat edad65 segu65 ocup65 ocupseg65 noocup65 jubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp1); *Pobreza capacidades tabstat edad65 segu65 ocup65 ocupseg65 noocup65 jubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp2); *Pobreza patrimonial tabstat edad65 segu65 ocup65 ocupseg65 noocup65 jubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp3); *POBREZA ALIMENTARIA (POBLACIóN DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVA) tabstat edad65 pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp1);
142
*POBREZA CAPACIDADES (POBLACIóN NO ECONóMICAMENTE ACTIVA) tabstat edad65 pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp2); *POBREZA PATRIMONIAL (POBLACIóN NO ECONóMICAMENTE ACTIVA) tabstat edad65 pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp3); *LINEAS DE POBREZA PARA LOS ADULTOS MAYORES gen lin_pobalim1=167955.32 if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp1; gen lin_pobcap1=205997.2012065 if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp2; gen lin_pobpat1=336985.5560544 if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp3; gen lin_pobalim2=124750.50 if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp1; gen lin_pobcap2=147492.51615 if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp2; gen lin_pobpat2=226372.2573 if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp3; replace intpc=0 if intpc<0; gen inpc=intpc/edad65; *Urbano gen brechaalim1= (lin_pobalim1-inpc); gen brechacap1= (lin_pobcap1-inpc); gen brechapat1= (lin_pobpat1-inpc); *Rural gen brechaalim2= (lin_pobalim2-inpc); gen brechacap2= (lin_pobcap2-inpc); gen brechapat2= (lin_pobpat2-inpc); sum brechaalim1 [w=factor_am] if edad65!=0; *PROMEDIO Y SUMA DE LAS BRECHAS POR ESTRATO tabstat brechaalim1 brechacap1 brechapat1 brechaalim2 brechacap2 brechapat2 [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); *INGRESO MEDIO DE TODOS LOS ADULTOS MAYORES tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f); sum inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp2==1; *INGRESO MEDIO DE LOS ADULTOS MAYORES POR TIPO DE POBREZA tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f) by( poblp1); tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f) by( poblp2); tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f) by( poblp3);
143
*PARA EL CALCULO DEL COEFICIENTE DE GINI inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp1==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp2==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp3==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp1==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp2==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp3==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp1==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp2==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp3==1; *BRECHAS Y FALTANTES DEL CUADRO FINAL DE COMPONENTES DEL INDICADOR SEN 1992 ****Brecha pobreza alimentaria urbana gen brechaalim_hpurb= ( lin_pobalim1-inpc) if poblp1==1 & edad65!=0 & estrato<=2; sum brechaalim_hpurb [w=factor_am]; tabstat brechaalim_hpurb [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza alimentaria rural gen brechaalim_hprur= ( lin_pobalim2-inpc ) if poblp1==1 & edad65!=0 & estrato>=3; sum brechaalim_hprur [w=factor_am]; tabstat brechaalim_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza capacidades urbana gen brechacap_hpurb= ( lin_pobcap1-inpc) if poblp2==1 & edad65!=0 & estrato<=2; sum brechacap_hpurb [w=factor_am]; tabstat brechacap_hpurb [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza capacidades rural gen brechacap_hprur= ( lin_pobcap2-inpc) if poblp2==1 & edad65!=0 & estrato>=3; sum brechacap_hprur [w=factor_am]; tabstat brechacap_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f);
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***Brecha pobreza patrimonial urbana gen brechapat_hpurb= ( lin_pobpat1-inpc) if poblp3==1 & edad65!=0 & estrato<=2; sum brechapat_hpurb [w=factor_am]; tabstat brechapat_hpurb [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza patrimonial rural gen brechapat_hprur= ( lin_pobpat2-inpc) if poblp3==1 & edad65!=0 & estrato>=3; sum brechapat_hprur [w=factor_am]; tabstat brechapat_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); tabstat brechaalim_hpurb brechaalim_hprur brechacap_hpurb brechacap_hprur brechapat_hpurb brechapat_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f)by(rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp1==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp2==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp3==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if poblp1==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); ***INGRESO MEDIO POR ESTRATO Y NIVEL DE POBREZA tabstat inpc if poblp1==1 & edad65!=0 [w=factor_am], stats (mean sum) by(rururb); tabstat inpc if poblp2==1 & edad65!=0 [w=factor_am], stats (mean sum) by(rururb); tabstat inpc if poblp3==1 & edad65!=0 [w=factor_am], stats (mean sum) by(rururb); log close; save "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\población mayores-pobrezas92.dta";
B. Para generar la base pobreza, CONEVAL proporciona en su página de
internet el siguiente DO- FILE que corresponde al año 2008.
#delimit; clear; cap clear; cap log close; set mem 500m;
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********************************************************* Este programa debe ser utilizado con el Software Stata versión 8 o superior. Todas las bases de datos de la ENIGH 2008 pueden ser obtenidas en la página de internet del INEGI, www.inegi.gob.mx, y deben estar convertidas a formato *.dta (Stata) En este programa se utilizan las siguientes bases, renombrándolas de la siguiente forma: Base de ingresos: ingreso08.dta Bases de gasto monetario: *gastodiario.dta *gastos.dta *gastoeduca.dta Base de gasto no monetario: nomonetario.dta Base de concentrado: concentrado.dta En este programa se utilizan tres tipos de archivos, los cuales están ubicados en las siguientes carpetas: 1) Bases originales: "C:\MedicionPobreza\2008\Stata\ENIGH" 2) Bases generadas: "C:\MedicionPobreza\2008\Stata\Bases" 3) Bitácoras: "C:\MedicionPobreza\2008\Stata\log" Para cambiar estas ubicaciones, se modifican los siguientes globals; gl data="C:\MedicionPobreza\2008\Stata\ENIGH"; gl log="C:\MedicionPobreza\2008\Stata\log"; gl bases="C:\MedicionPobreza\2008\Stata\Bases"; log using "$log\Pobreza 2008 17Jul09.txt", text replace; ********************************************************* * * PROGRAMA PARA LA MEDICIÓN DE LA POBREZA 2008 * ********************************************************* Última modificación: 18 de julio del 2009 ********************************************************* *Parte I *Creación del ingreso monetario deflactado a pesos de agosto del 2008. Los deflactores se crean previamente a partir del INPC
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general (ver Nota Técnica). En esta parte se crea la base: "$bases\ingreso_deflactado08.dta" la cual se encuentra a nivel de hogar (folio). ********************************************************; *Ingresos; use "$data\ingresos.dta"; ************; gen str folio= folioviv + foliohog; *Las variables mes_1 mes_2 mes_3 mes_4 mes_5 mes_6 definen los meses a los que corresponden cada uno de los ingresos de la persona en los seis meses anteriores al levantamiento de la información. Estas variables toman cuatro valores cada una: mes_1 7 8 9 10 mes_2 6 7 8 9 mes_3 5 6 7 8 mes_4 4 5 6 7 mes_5 3 4 5 6 mes_6 2 3 4 5 Así, se sabe que la encuesta fue levantada entre los meses de agosto y noviembre, y, por lo tanto, al preguntarse por los ingresos de los seis meses anteriores se recolectó información correspondiente a los meses de febrero, marzo, abril, mayo, junio y julio;
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*Definición de los deflactores 2008; scalar ene08 = 0.973529049 ; scalar feb08 = 0.976423103 ; scalar mar08 = 0.983500031 ; scalar abr08 = 0.9857381 ; scalar may08 = 0.984673088 ; scalar jun08 = 0.988747916 ; scalar jul08 = 0.994258196 ; scalar ago08 = 1 ; scalar sep08 = 1.006814534 ; scalar oct08 = 1.013675372 ; scalar nov08 = 1.025197567 ; scalar dic08 = 1.032297648 ; *La estrategia para deflactar será dividir cada columna de ingreso por el deflactor correspondiente a su mes y la decena en que fue levantado; replace ing_6=ing_6/feb08 if mes_6==2; replace ing_6=ing_6/mar08 if mes_6==3; replace ing_6=ing_6/abr08 if mes_6==4; replace ing_6=ing_6/may08 if mes_6==5; replace ing_5=ing_5/mar08 if mes_5==3; replace ing_5=ing_5/abr08 if mes_5==4; replace ing_5=ing_5/may08 if mes_5==5; replace ing_5=ing_5/jun08 if mes_5==6; replace ing_4=ing_4/abr08 if mes_4==4; replace ing_4=ing_4/may08 if mes_4==5; replace ing_4=ing_4/jun08 if mes_4==6; replace ing_4=ing_4/jul08 if mes_4==7; replace ing_3=ing_3/may08 if mes_3==5; replace ing_3=ing_3/jun08 if mes_3==6; replace ing_3=ing_3/jul08 if mes_3==7; replace ing_3=ing_3/ago08 if mes_3==8; replace ing_2=ing_2/jun08 if mes_2==6; replace ing_2=ing_2/jul08 if mes_2==7; replace ing_2=ing_2/ago08 if mes_2==8; replace ing_2=ing_2/sep08 if mes_2==9; replace ing_1=ing_1/jul08 if mes_1==7; replace ing_1=ing_1/ago08 if mes_1==8; replace ing_1=ing_1/sep08 if mes_1==9; replace ing_1=ing_1/oct08 if mes_1==10; *Se deflacta la clave P008 (Reparto de utilidades)
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con el deflactor de mayo a agosto 2008 y se obtiene el promedio mensual.; replace ing_1=(ing_1/may08)/12 if clave=="P008"; *Una vez realizada la deflactación, se procede a obtener el ingreso mensual promedio en los últimos seis meses, para cada persona y clave de ingreso; egen double ing_mens=rmean(ing_1 ing_2 ing_3 ing_4 ing_5 ing_6); *Para obtener el ingreso corriente monetario, se seleccionan las claves de ingreso correspondientes; gen double ing_mon=ing_mens if (clave>="P001" & clave<="P008") | (clave>="P011" & clave<="P013") | (clave>="P015" & clave<="P018") | (clave>="P020" & clave<="P045") | (clave=="P063") | (clave>="P067" & clave<="P080"); gen double ing_lab=ing_mens if (clave>="P001" & clave<="P007") | (clave=="P011") | (clave=="P013") | (clave=="P015") | (clave>="P017" & clave<="P018") | (clave>="P020" & clave<="P022") | (clave=="P063") | (clave>="P067" & clave<="P080"); gen double ing_trab=ing_mens if (clave>="P001" & clave<="P007") | (clave=="P011") | (clave=="P013") | (clave=="P015") | (clave>="P017" & clave<="P018") | (clave=="P063"); gen double ing_negp=ing_mens if (clave>="P067" & clave<="P080") | (clave>="P020" & clave<="P022"); gen double ing_rent=ing_mens if (clave=="P012") | (clave=="P016") | (clave>="P023" & clave<="P031"); gen double ing_tran=ing_mens if (clave>="P032" & clave<="P045"); *A continuación se estima el total de ingresos de cada hogar y fuente de ingreso, y se guarda la base en un archivo aparte; collapse (sum) ing_mon ing_lab ing_trab ing_negp ing_rent ing_tran, by(folio); label var folio "Identificador del hogar"; label var ing_mon "Ingreso corriente monetario del hogar"; label var ing_lab "Ingreso laboral"; label var ing_trab "Ingreso por remuneraciones al trabajo"; label var ing_negp "Ingresos por negocios propios"; label var ing_rent "Ingresos por renta de la propiedad"; label var ing_tran "Ingresos por transferencias";
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sort folio; save "$bases\ingreso_deflactado08.dta", replace; ********************************************************* Parte II Creación del gasto monetario deflactado a pesos de agosto de 2008. Los deflactores se crean previamente a partir del INPC según aparece en la Nota Técnica. Se crea la base: "$bases\gastomonetario_def08.dta" la cual se encuentra a nivel de hogares (folio). *********************************************************; *Gasto Monetario En la ENIGH 2008 hay 3 bases de gasto que se utilizan: * gastodiario: que contiene las claves de Alimentos y Transporte Público. * gastoeduca: que contiene las claves de Educación (E001 a E007). * gastos: que contiene todas las demás claves que se utilizan. *Se unen las 3 bases de gasto contenidas en la ENIGH 2008; use "$data\gastodiario.dta"; append using "$data\gastos.dta"; append using "$data\gastoeduca.dta"; gen str folio= folioviv + foliohog; *En el caso de la información de gasto, para deflactar se utiliza la decena de levantamiento de la encuesta, la cual se encuentra en la tercera posición del folio del hogar. En primer lugar se obtiene una variable que identifique la decena de levantamiento; gen decena=real(substr(folio,3,1)); tab decena; *Al comparar con la información del catálogo, se observa que la información se levantó en nueve decenas, correspondientes a: Decena | Periodo de levantamiento Periodo de referencia de mes pasado 0 | 11-17 de Agosto Julio 1 | 21-27 de Agosto Julio 2 | 31-06 de Septiembre Agosto 3 | 10-16 de Septiembre Agosto
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4 | 20-26 Septiembre Agosto 5 | 30-06 de Octubre Septiembre 6 | 10-16 de Octubre Septiembre 7 | 20-26 de Octubre Septiembre 8 | 30-05 de Noviembre Octubre 9 | 09-15 de Noviembre Octubre Así, para realizar el análisis, y conforme a lo establecido en la información de la ENIGH2008, se tomarán como periodos de referencia: Decena | Periodo de referencia /Semanal /Mensual /Trimestral /Semestral 0 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 1 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 2 | /Agosto/Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 3 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 4 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 5 | /Septiembre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 6 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 7 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 8 | /Octubre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre 9 | /Noviembre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre *Los rubros a considerar según la metodología del CTMP, serán: Rubro /Periodicidad /Nombre del deflactor Alimentos y bebidas no alcohólicas /Semanal /d11wmes Bebidas alcohólicas y tabaco /Semanal /d12wmes Vestido y calzado /Trimestral /d2tmesini Vivienda y servicios de conservación /Mensual /d3mmes Estimación del alquiler /No se deflactará /No se deflactará Artículos y servicios de limpieza /Mensual /d42mmes Cristalería y utensilios domésticos /Trimestral /d42tmesini Enseres domésticos y muebles /Semestral /d41smesini Cuidados de la salud /Trimestral /d51tmesini Transporte público /Semanal /d611wmes Transporte foráneo /Semestral /d6smesini Comunicaciones /Mensual /d6mmes Educación básica /Mensual /d7mmes Cuidado personal /Mensual /d23mmes Accesorios personales /Trimestral /d23tmesini Otros gastos y transferencias /Semestral /dINPCsmesini Regalos otorgados /Semestral /dINPCsmesini *Definición de los deflactores; *Rubro 1.1 semanal, Alimentos; scalar d11w07= 0.992849335 ;
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scalar d11w08= 1.000000000 ; scalar d11w09= 1.007547538 ; scalar d11w10= 1.013695578 ; scalar d11w11= 1.031951707 ; *Rubro 1.2 semanal, Bebidas alcohólicas y tabaco; scalar d12w07= 0.9932201 ; scalar d12w08= 1.000000000 ; scalar d12w09= 1.004577412 ; scalar d12w10= 1.006356646 ; scalar d12w11= 1.009037254 ; *Rubro 2 trimestral, Vestido, calzado y accesorios; scalar d2t05 = 0.995665531 ; scalar d2t06 = 0.996958756 ; scalar d2t07 = 0.999047098 ; scalar d2t08 = 1.002728766 ; *Rubro 3 mensual, Vivienda; scalar d3m07 = 0.9958319 ; scalar d3m08 = 1 ; scalar d3m09 = 1.0030142 ; scalar d3m10 = 1.0168688 ; scalar d3m11 = 1.0365948 ; *Rubro 4.2 mensual, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar; scalar d42m07 = 0.991289243 ; scalar d42m08 = 1 ; scalar d42m09 = 1.013674952 ; scalar d42m10 = 1.02126174 ; scalar d42m11 = 1.027860798 ; *Rubro 4.2 trimestral, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar; scalar d42t05 = 0.984148069 ; scalar d42t06 = 0.992234399 ; scalar d42t07 = 1.001654732 ; scalar d42t08 = 1.011645564 ; *Rubro 4.1 semestral, Muebles y aparatos dómesticos; scalar d41s02 = 0.992557573 ; scalar d41s03 = 0.995164752 ; scalar d41s04 = 0.996819338 ; scalar d41s05 = 0.998708459 ; *Rubro 5.1 trimestral, Salud;
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scalar d51t05 = 0.996679643 ; scalar d51t06 = 0.998782369 ; scalar d51t07 = 1.000350038 ; scalar d51t08 = 1.00260528 ; *Rubro 6.1.1 semanal, Transporte público urbano; scalar d611w07 = 0.980054808 ; scalar d611w08 = 1 ; scalar d611w09 = 1.016238497 ; scalar d611w10 = 1.020556684 ; scalar d611w11 = 1.027320837 ; *Rubro 6 mensual, Transporte; scalar d6m07 = 0.990822285 ; scalar d6m08 = 1 ; scalar d6m09 = 1.007629278 ; scalar d6m10 = 1.014032711 ; scalar d6m11 = 1.019274815 ; *Rubro 6 semestral, Transporte; scalar d6s02 = 0.979756067 ; scalar d6s03 = 0.985035808 ; scalar d6s04 = 0.990415013 ; scalar d6s05 = 0.996299612 ; *Rubro 7 mensual, Educación y esparcimiento; scalar d7m07 = 0.996539589 ; scalar d7m08 = 1 ; scalar d7m09 = 1.018093842 ; scalar d7m10 = 1.020146628 ; scalar d7m11 = 1.023013196 ; *Rubro 2.3 mensual, Accesorios y cuidados del vestido; scalar d23m07 = 1.008233945 ; scalar d23m08 = 1 ; scalar d23m09 = 0.998860856 ; scalar d23m10 = 1.007889908 ; scalar d23m11 = 1.012568807 ; *Rubro 2.3 trimestral, Accesorios y cuidados del vestido; scalar d23t05 = 1.004801223 ; scalar d23t06 = 1.00401631 ; scalar d23t07 = 1.002364934 ; scalar d23t08 = 1.002250255 ;
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*INPC semestral; scalar dINPCs02 = 0.985556739 ; scalar dINPCs03 = 0.989486222 ; scalar dINPCs04 = 0.993371972 ; scalar dINPCs05 = 0.998028184 ; *Una vez definidos los deflactores, se seleccionan los rubros de gasto de la Metodología del CTMP; gen double gasm=gas_tri/3; *Gasto en Alimentos deflactado (semanal); gen ali_m=gasm if (clave>="A001" & clave<="A222") | (clave>="A242" & clave<="A247"); replace ali_m=ali_m/d11w08 if decena==0; replace ali_m=ali_m/d11w08 if decena==1; replace ali_m=ali_m/d11w08 if decena==2; replace ali_m=ali_m/d11w09 if decena==3; replace ali_m=ali_m/d11w09 if decena==4; replace ali_m=ali_m/d11w09 if decena==5; replace ali_m=ali_m/d11w10 if decena==6; replace ali_m=ali_m/d11w10 if decena==7; replace ali_m=ali_m/d11w10 if decena==8; replace ali_m=ali_m/d11w11 if decena==9; *Gasto en Alcohol y tabaco deflactado (semanal); gen alta_m=gasm if (clave>="A223" & clave<="A241"); replace alta_m=alta_m/d12w08 if decena==0; replace alta_m=alta_m/d12w08 if decena==1; replace alta_m=alta_m/d12w08 if decena==2; replace alta_m=alta_m/d12w09 if decena==3; replace alta_m=alta_m/d12w09 if decena==4; replace alta_m=alta_m/d12w09 if decena==5; replace alta_m=alta_m/d12w10 if decena==6; replace alta_m=alta_m/d12w10 if decena==7; replace alta_m=alta_m/d12w10 if decena==8; replace alta_m=alta_m/d12w11 if decena==9; *Gasto en Vestido y calzado deflactado (trimestral); gen veca_m=gasm if (clave>="H001" & clave<="H122") | (clave=="H136"); replace veca_m=veca_m/d2t05 if decena==0; replace veca_m=veca_m/d2t05 if decena==1; replace veca_m=veca_m/d2t06 if decena==2; replace veca_m=veca_m/d2t06 if decena==3;
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replace veca_m=veca_m/d2t06 if decena==4; replace veca_m=veca_m/d2t07 if decena==5; replace veca_m=veca_m/d2t07 if decena==6; replace veca_m=veca_m/d2t07 if decena==7; replace veca_m=veca_m/d2t08 if decena==8; replace veca_m=veca_m/d2t08 if decena==9; *Gasto en Vivienda y servicios de conservación deflactado (mensual); gen viv_m=gasm if (clave>="G002" & clave<="G022"); replace viv_m=viv_m/d3m07 if decena==0; replace viv_m=viv_m/d3m07 if decena==1; replace viv_m=viv_m/d3m08 if decena==2; replace viv_m=viv_m/d3m08 if decena==3; replace viv_m=viv_m/d3m08 if decena==4; replace viv_m=viv_m/d3m09 if decena==5; replace viv_m=viv_m/d3m09 if decena==6; replace viv_m=viv_m/d3m09 if decena==7; replace viv_m=viv_m/d3m10 if decena==8; replace viv_m=viv_m/d3m10 if decena==9; *Gasto en Artículos de limpieza deflactado (mensual); gen lim_m=gasm if (clave>="C001" & clave<="C024"); replace lim_m=lim_m/d42m07 if decena==0; replace lim_m=lim_m/d42m07 if decena==1; replace lim_m=lim_m/d42m08 if decena==2; replace lim_m=lim_m/d42m08 if decena==3; replace lim_m=lim_m/d42m08 if decena==4; replace lim_m=lim_m/d42m09 if decena==5; replace lim_m=lim_m/d42m09 if decena==6; replace lim_m=lim_m/d42m09 if decena==7; replace lim_m=lim_m/d42m10 if decena==8; replace lim_m=lim_m/d42m10 if decena==9; *Gasto en Cristalería y blancos deflactado (trimestral); gen cris_m=gasm if (clave>="I001" & clave<="I026"); replace cris_m=cris_m/d42t05 if decena==0; replace cris_m=cris_m/d42t05 if decena==1; replace cris_m=cris_m/d42t06 if decena==2; replace cris_m=cris_m/d42t06 if decena==3; replace cris_m=cris_m/d42t06 if decena==4; replace cris_m=cris_m/d42t07 if decena==5; replace cris_m=cris_m/d42t07 if decena==6; replace cris_m=cris_m/d42t07 if decena==7; replace cris_m=cris_m/d42t08 if decena==8; replace cris_m=cris_m/d42t08 if decena==9;
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*Gasto en Enseres domésticos y muebles deflactado (semestral); gen ens_m=gasm if (clave>="K001" & clave<="K036"); replace ens_m=ens_m/d41s02 if decena==0; replace ens_m=ens_m/d41s02 if decena==1; replace ens_m=ens_m/d41s03 if decena==2; replace ens_m=ens_m/d41s03 if decena==3; replace ens_m=ens_m/d41s03 if decena==4; replace ens_m=ens_m/d41s04 if decena==5; replace ens_m=ens_m/d41s04 if decena==6; replace ens_m=ens_m/d41s04 if decena==7; replace ens_m=ens_m/d41s05 if decena==8; replace ens_m=ens_m/d41s05 if decena==9; *Gasto en Salud deflactado (trimestral); gen sal_m=gasm if (clave>="J001" & clave<="J072"); replace sal_m=sal_m/d51t05 if decena==0; replace sal_m=sal_m/d51t05 if decena==1; replace sal_m=sal_m/d51t06 if decena==2; replace sal_m=sal_m/d51t06 if decena==3; replace sal_m=sal_m/d51t06 if decena==4; replace sal_m=sal_m/d51t07 if decena==5; replace sal_m=sal_m/d51t07 if decena==6; replace sal_m=sal_m/d51t07 if decena==7; replace sal_m=sal_m/d51t08 if decena==8; replace sal_m=sal_m/d51t08 if decena==9; *Gasto en Transporte público deflactado (semanal); gen tpub_m=gasm if (clave>="B001" & clave<="B007"); replace tpub_m=tpub_m/d611w08 if decena==0; replace tpub_m=tpub_m/d611w08 if decena==1; replace tpub_m=tpub_m/d611w08 if decena==2; replace tpub_m=tpub_m/d611w09 if decena==3; replace tpub_m=tpub_m/d611w09 if decena==4; replace tpub_m=tpub_m/d611w09 if decena==5; replace tpub_m=tpub_m/d611w10 if decena==6; replace tpub_m=tpub_m/d611w10 if decena==7; replace tpub_m=tpub_m/d611w10 if decena==8; replace tpub_m=tpub_m/d611w11 if decena==9; *Gasto en Transporte foráneo deflactado (semestral); gen tfor_m=gasm if (clave>="M001" & clave<="M018") | (clave>="F010" & clave<="F017"); replace tfor_m=tfor_m/d6s02 if decena==0; replace tfor_m=tfor_m/d6s02 if decena==1;
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replace tfor_m=tfor_m/d6s03 if decena==2; replace tfor_m=tfor_m/d6s03 if decena==3; replace tfor_m=tfor_m/d6s03 if decena==4; replace tfor_m=tfor_m/d6s04 if decena==5; replace tfor_m=tfor_m/d6s04 if decena==6; replace tfor_m=tfor_m/d6s04 if decena==7; replace tfor_m=tfor_m/d6s05 if decena==8; replace tfor_m=tfor_m/d6s05 if decena==9; *Gasto en Comunicaciones deflactado (mensual); gen com_m=gasm if (clave>="F001" & clave<="F009"); replace com_m=com_m/d6m07 if decena==0; replace com_m=com_m/d6m07 if decena==1; replace com_m=com_m/d6m08 if decena==2; replace com_m=com_m/d6m08 if decena==3; replace com_m=com_m/d6m08 if decena==4; replace com_m=com_m/d6m09 if decena==5; replace com_m=com_m/d6m09 if decena==6; replace com_m=com_m/d6m09 if decena==7; replace com_m=com_m/d6m10 if decena==8; replace com_m=com_m/d6m10 if decena==9; *Gasto en Educación y recreación deflactado (mensual); gen edre_m=gasm if (clave>="E001" & clave<="E033") | (clave>="H134" & clave<="H135") | (clave>="L001" & clave<="L029") | (clave>="N003" & clave<="N005"); replace edre_m=edre_m/d7m07 if decena==0; replace edre_m=edre_m/d7m07 if decena==1; replace edre_m=edre_m/d7m08 if decena==2; replace edre_m=edre_m/d7m08 if decena==3; replace edre_m=edre_m/d7m08 if decena==4; replace edre_m=edre_m/d7m09 if decena==5; replace edre_m=edre_m/d7m09 if decena==6; replace edre_m=edre_m/d7m09 if decena==7; replace edre_m=edre_m/d7m10 if decena==8; replace edre_m=edre_m/d7m10 if decena==9; *Gasto en Educación básica deflactado (mensual); gen edba_m=gasm if (clave>="E002" & clave<="E003") | (clave>="H134" & clave<="H135"); replace edba_m=edba_m/d7m07 if decena==0; replace edba_m=edba_m/d7m07 if decena==1;
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replace edba_m=edba_m/d7m08 if decena==2; replace edba_m=edba_m/d7m08 if decena==3; replace edba_m=edba_m/d7m08 if decena==4; replace edba_m=edba_m/d7m09 if decena==5; replace edba_m=edba_m/d7m09 if decena==6; replace edba_m=edba_m/d7m09 if decena==7; replace edba_m=edba_m/d7m10 if decena==8; replace edba_m=edba_m/d7m10 if decena==9; *Gasto en Cuidado personal deflactado (mensual); gen cuip_m=gasm if (clave>="D001" & clave<="D026") | (clave=="H132"); replace cuip_m=cuip_m/d23m07 if decena==0; replace cuip_m=cuip_m/d23m07 if decena==1; replace cuip_m=cuip_m/d23m08 if decena==2; replace cuip_m=cuip_m/d23m08 if decena==3; replace cuip_m=cuip_m/d23m08 if decena==4; replace cuip_m=cuip_m/d23m09 if decena==5; replace cuip_m=cuip_m/d23m09 if decena==6; replace cuip_m=cuip_m/d23m09 if decena==7; replace cuip_m=cuip_m/d23m10 if decena==8; replace cuip_m=cuip_m/d23m10 if decena==9; *Gasto en Accesorios personales deflactado (trimestral); gen accp_m=gasm if (clave>="H123" & clave<="H131") | (clave=="H133"); replace accp_m=accp_m/d23t05 if decena==0; replace accp_m=accp_m/d23t05 if decena==1; replace accp_m=accp_m/d23t06 if decena==2; replace accp_m=accp_m/d23t06 if decena==3; replace accp_m=accp_m/d23t06 if decena==4; replace accp_m=accp_m/d23t07 if decena==5; replace accp_m=accp_m/d23t07 if decena==6; replace accp_m=accp_m/d23t07 if decena==7; replace accp_m=accp_m/d23t08 if decena==8; replace accp_m=accp_m/d23t08 if decena==9; *Gasto en Otros gastos y transferencias deflactado (semestral); gen otr_m=gasm if (clave>="N001" & clave<="N002") | (clave>="N006" & clave<="N016") | (clave>="T901" & clave<="T914"); replace otr_m=otr_m/dINPCs02 if decena==0; replace otr_m=otr_m/dINPCs02 if decena==1; replace otr_m=otr_m/dINPCs03 if decena==2; replace otr_m=otr_m/dINPCs03 if decena==3;
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replace otr_m=otr_m/dINPCs03 if decena==4; replace otr_m=otr_m/dINPCs04 if decena==5; replace otr_m=otr_m/dINPCs04 if decena==6; replace otr_m=otr_m/dINPCs04 if decena==7; replace otr_m=otr_m/dINPCs05 if decena==8; replace otr_m=otr_m/dINPCs05 if decena==9; *Gasto en Regalos Otorgados deflactado; gen reda_m=gasm if (clave>="T901" & clave<="T914") | (clave=="N013"); replace reda_m=reda_m/dINPCs02 if decena==1; replace reda_m=reda_m/dINPCs03 if decena==2; replace reda_m=reda_m/dINPCs03 if decena==3; replace reda_m=reda_m/dINPCs03 if decena==4; replace reda_m=reda_m/dINPCs04 if decena==5; replace reda_m=reda_m/dINPCs04 if decena==6; replace reda_m=reda_m/dINPCs04 if decena==7; replace reda_m=reda_m/dINPCs05 if decena==8; replace reda_m=reda_m/dINPCs05 if decena==9; collapse (sum) *_m, by(folio); sort folio; save "$bases\gastomonetario_def08.dta", replace; ********************************************************* Parte III Creación del ingreso no monetario deflactado a pesos de agosto del 2008. Los deflactores se crean previamente a partir del INPC según aparece en la Nota Técnica. Se crean las bases: "$bases\gastonomonetario_def08.dta" a nivel de clave de gasto, y "$bases\auto_def08.dta" "$bases\esp_def08.dta" "$bases\reg_def08.dta" a nivel de hogar (folio). *********************************************************; *No Monetario; use "$data\nomonetario.dta"; gen str folio= folioviv + foliohog; *En el caso de la información de gasto no monetario, para deflactar se utiliza la decena de levantamiento de la encuesta, la cual se encuentra en la tercera posición del
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folio del hogar. En primer lugar se obtiene una variable que identifique la decena de levantamiento; gen decena=real(substr(folio,3,1)); tab decena,m; *Al comparar con la información del catálogo, se observa que la información se levantó en nueve decenas, correspondientes a: Decena | Periodo de levantamiento Periodo de referencia de mes pasado 0 | 11-17 de Agosto Julio 1 | 21-27 de Agosto Julio 2 | 31-06 de Septiembre Agosto 3 | 10-16 de Septiembre Agosto 4 | 20-26 Septiembre Agosto 5 | 30-06 de Octubre Septiembre 6 | 10-16 de Octubre Septiembre 7 | 20-26 de Octubre Septiembre 8 | 30-05 de Noviembre Octubre 9 | 09-15 de Noviembre Octubre Así, para realizar el análisis, y conforme a lo establecido en la información de la ENIGH2008, se tomarán como periodos de referencia: Decena | Periodo de referencia /Semanal /Mensual /Trimestral /Semestral 0 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 1 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 2 | /Agosto/Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 3 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 4 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 5 | /Septiembre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 6 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 7 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 8 | /Octubre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre 9 | /Noviembre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre *Los rubros a considerar según la metodología del CTMP, serán: Rubro /Periodicidad /Nombre del deflactor Alimentos y bebidas no alcohólicas /Semanal /d11wmes Bebidas alcohólicas y tabaco /Semanal /d12wmes Vestido y calzado /Trimestral /d2tmesini Vivienda y servicios de conservación /Mensual /d3mmes Estimación del alquiler /No se deflactará /No se deflactará Artículos y servicios de limpieza /Mensual /d42mmes Cristalería y utensilios domésticos /Trimestral /d42tmesini Enseres domésticos y muebles /Semestral /d41smesini
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Cuidados de la salud /Trimestral /d51tmesini Transporte público /Semanal /d611wmes Transporte foráneo /Semestral /d6smesini Comunicaciones /Mensual /d6mmes Educación básica /Mensual /d7mmes Cuidado personal /Mensual /d23mmes Accesorios personales /Trimestral /d23tmesini Otros gastos y transferencias /Semestral /dINPCsmesini Regalos otorgados /Semestral /dINPCsmesini *Definición de los deflactores; *Rubro 1.1 semanal, Alimentos; scalar d11w07= 0.992849335 ; scalar d11w08= 1.000000000 ; scalar d11w09= 1.007547538 ; scalar d11w10= 1.013695578 ; scalar d11w11= 1.031951707 ; *Rubro 1.2 semanal, Bebidas alcohólicas y tabaco; scalar d12w07= 0.9932201 ; scalar d12w08= 1.000000000 ; scalar d12w09= 1.004577412 ; scalar d12w10= 1.006356646 ; scalar d12w11= 1.009037254 ; *Rubro 2 trimestral, Ropa, calzado y accesorios; scalar d2t05 = 0.995665531 ; scalar d2t06 = 0.996958756 ; scalar d2t07 = 0.999047098 ; scalar d2t08 = 1.002728766 ; *Rubro 3 mensual, Vivienda; scalar d3m07 = 0.9958319 ; scalar d3m08 = 1 ; scalar d3m09 = 1.0030142 ; scalar d3m10 = 1.0168688 ; scalar d3m11 = 1.0365948 ; *Rubro 4.2 mensual, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar; scalar d42m07 = 0.991289243 ; scalar d42m08 = 1 ; scalar d42m09 = 1.013674952 ; scalar d42m10 = 1.02126174 ; scalar d42m11 = 1.027860798 ; *Rubro 4.2 trimestral, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar;
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scalar d42t05 = 0.984148069 ; scalar d42t06 = 0.992234399 ; scalar d42t07 = 1.001654732 ; scalar d42t08 = 1.011645564 ; *Rubro 4.1 semestral, Muebles y aparatos dómesticos; scalar d41s02 = 0.992557573 ; scalar d41s03 = 0.995164752 ; scalar d41s04 = 0.996819338 ; scalar d41s05 = 0.998708459 ; *Rubro 5.1 trimestral, Salud; scalar d51t05 = 0.996679643 ; scalar d51t06 = 0.998782369 ; scalar d51t07 = 1.000350038 ; scalar d51t08 = 1.00260528 ; *Rubro 6.1.1 semanal, Transporte público urbano; scalar d611w07 = 0.980054808 ; scalar d611w08 = 1 ; scalar d611w09 = 1.016238497 ; scalar d611w10 = 1.020556684 ; scalar d611w11 = 1.027320837 ; *Rubro 6 mensual, Transporte; scalar d6m07 = 0.990822285 ; scalar d6m08 = 1 ; scalar d6m09 = 1.007629278 ; scalar d6m10 = 1.014032711 ; scalar d6m11 = 1.019274815 ; *Rubro 6 semestral, Transporte; scalar d6s02 = 0.979756067 ; scalar d6s03 = 0.985035808 ; scalar d6s04 = 0.990415013 ; scalar d6s05 = 0.996299612 ; *Rubro 7 mensual, Educación y esparcimiento; scalar d7m07 = 0.996539589 ; scalar d7m08 = 1 ; scalar d7m09 = 1.018093842 ; scalar d7m10 = 1.020146628 ; scalar d7m11 = 1.023013196 ; *Rubro 2.3 mensual, Accesorios y cuidados del vestido;
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scalar d23m07 = 1.008233945 ; scalar d23m08 = 1 ; scalar d23m09 = 0.998860856 ; scalar d23m10 = 1.007889908 ; scalar d23m11 = 1.012568807 ; *Rubro 2.3 trimestral, Accesorios y cuidados del vestido; scalar d23t05 = 1.004801223 ; scalar d23t06 = 1.00401631 ; scalar d23t07 = 1.002364934 ; scalar d23t08 = 1.002250255 ; *INPC semestral; scalar dINPCs02 = 0.985556739 ; scalar dINPCs03 = 0.989486222 ; scalar dINPCs04 = 0.993371972 ; scalar dINPCs05 = 0.998028184 ; *Una vez definidos los deflactores, se seleccionan los rubros de gasto de la metodología del CTMP; gen double gasnomon=apo_tri/3; gen auto=1 if tipogasto==1; gen esp=1 if tipogasto==2; gen reg=1 if tipogasto==3; replace reg=1 if tipogasto==4; *Gasto en Alimentos deflactado (semanal) ; gen ali_nm=gasnomon if (clave>="A001" & clave<="A222") | (clave>="A242" & clave<="A247"); replace ali_nm=ali_nm/d11w08 if decena==0; replace ali_nm=ali_nm/d11w08 if decena==1; replace ali_nm=ali_nm/d11w08 if decena==2; replace ali_nm=ali_nm/d11w09 if decena==3; replace ali_nm=ali_nm/d11w09 if decena==4; replace ali_nm=ali_nm/d11w09 if decena==5; replace ali_nm=ali_nm/d11w10 if decena==6; replace ali_nm=ali_nm/d11w10 if decena==7; replace ali_nm=ali_nm/d11w10 if decena==8; replace ali_nm=ali_nm/d11w11 if decena==9; *Gasto en Alcohol y tabaco deflactado (semanal); gen alta_nm=gasnomon if (clave>="A223" & clave<="A241"); replace alta_nm=alta_nm/d12w08 if decena==0; replace alta_nm=alta_nm/d12w08 if decena==1;
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replace alta_nm=alta_nm/d12w08 if decena==2; replace alta_nm=alta_nm/d12w09 if decena==3; replace alta_nm=alta_nm/d12w09 if decena==4; replace alta_nm=alta_nm/d12w09 if decena==5; replace alta_nm=alta_nm/d12w10 if decena==6; replace alta_nm=alta_nm/d12w10 if decena==7; replace alta_nm=alta_nm/d12w10 if decena==8; replace alta_nm=alta_nm/d12w11 if decena==9; *Gasto en Vestido y calzado deflactado (trimestral); gen veca_nm=gasnomon if (clave>="H001" & clave<="H122") | (clave=="H136"); replace veca_nm=veca_nm/d2t05 if decena==0; replace veca_nm=veca_nm/d2t05 if decena==1; replace veca_nm=veca_nm/d2t06 if decena==2; replace veca_nm=veca_nm/d2t06 if decena==3; replace veca_nm=veca_nm/d2t06 if decena==4; replace veca_nm=veca_nm/d2t07 if decena==5; replace veca_nm=veca_nm/d2t07 if decena==6; replace veca_nm=veca_nm/d2t07 if decena==7; replace veca_nm=veca_nm/d2t08 if decena==8; replace veca_nm=veca_nm/d2t08 if decena==9; *Gasto en Vivienda y servicios de conservación deflactado (mensual); gen viv_nm=gasnomon if (clave>="G002" & clave<="G022"); replace viv_nm=viv_nm/d3m07 if decena==0; replace viv_nm=viv_nm/d3m07 if decena==1; replace viv_nm=viv_nm/d3m08 if decena==2; replace viv_nm=viv_nm/d3m08 if decena==3; replace viv_nm=viv_nm/d3m08 if decena==4; replace viv_nm=viv_nm/d3m09 if decena==5; replace viv_nm=viv_nm/d3m09 if decena==6; replace viv_nm=viv_nm/d3m09 if decena==7; replace viv_nm=viv_nm/d3m10 if decena==8; replace viv_nm=viv_nm/d3m10 if decena==9; *Gasto en Artículos de limpieza deflactado (mensual); gen lim_nm=gasnomon if (clave>="C001" & clave<="C024"); replace lim_nm=lim_nm/d42m07 if decena==0; replace lim_nm=lim_nm/d42m07 if decena==1; replace lim_nm=lim_nm/d42m08 if decena==2; replace lim_nm=lim_nm/d42m08 if decena==3; replace lim_nm=lim_nm/d42m08 if decena==4; replace lim_nm=lim_nm/d42m09 if decena==5; replace lim_nm=lim_nm/d42m09 if decena==6; replace lim_nm=lim_nm/d42m09 if decena==7;
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replace lim_nm=lim_nm/d42m10 if decena==8; replace lim_nm=lim_nm/d42m10 if decena==9; *Gasto en Cristalería y blancos deflactado (trimestral); gen cris_nm=gasnomon if (clave>="I001" & clave<="I026"); replace cris_nm=cris_nm/d42t05 if decena==0; replace cris_nm=cris_nm/d42t05 if decena==1; replace cris_nm=cris_nm/d42t06 if decena==2; replace cris_nm=cris_nm/d42t06 if decena==3; replace cris_nm=cris_nm/d42t06 if decena==4; replace cris_nm=cris_nm/d42t07 if decena==5; replace cris_nm=cris_nm/d42t07 if decena==6; replace cris_nm=cris_nm/d42t07 if decena==7; replace cris_nm=cris_nm/d42t08 if decena==8; replace cris_nm=cris_nm/d42t08 if decena==9; *Gasto en Enseres domésticos y muebles deflactado (semestral); gen ens_nm=gasnomon if (clave>="K001" & clave<="K036"); replace ens_nm=ens_nm/d41s02 if decena==0; replace ens_nm=ens_nm/d41s02 if decena==1; replace ens_nm=ens_nm/d41s03 if decena==2; replace ens_nm=ens_nm/d41s03 if decena==3; replace ens_nm=ens_nm/d41s03 if decena==4; replace ens_nm=ens_nm/d41s04 if decena==5; replace ens_nm=ens_nm/d41s04 if decena==6; replace ens_nm=ens_nm/d41s04 if decena==7; replace ens_nm=ens_nm/d41s05 if decena==8; replace ens_nm=ens_nm/d41s05 if decena==9; *Gasto en Salud deflactado (trimestral); gen sal_nm=gasnomon if (clave>="J001" & clave<="J072"); replace sal_nm=sal_nm/d51t05 if decena==0; replace sal_nm=sal_nm/d51t05 if decena==1; replace sal_nm=sal_nm/d51t06 if decena==2; replace sal_nm=sal_nm/d51t06 if decena==3; replace sal_nm=sal_nm/d51t06 if decena==4; replace sal_nm=sal_nm/d51t07 if decena==5; replace sal_nm=sal_nm/d51t07 if decena==6; replace sal_nm=sal_nm/d51t07 if decena==7; replace sal_nm=sal_nm/d51t08 if decena==8; replace sal_nm=sal_nm/d51t08 if decena==9; *Gasto en Transporte público deflactado (semanal); gen tpub_nm=gasnomon if (clave>="B001" & clave<="B007");
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replace tpub_nm=tpub_nm/d611w08 if decena==0; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w08 if decena==1; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w08 if decena==2; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w09 if decena==3; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w09 if decena==4; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w09 if decena==5; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w10 if decena==6; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w10 if decena==7; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w10 if decena==8; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w11 if decena==9; *Gasto en Transporte foráneo deflactado (semestral); gen tfor_nm=gasnomon if (clave>="M001" & clave<="M018") | (clave>="F010" & clave<="F017"); replace tfor_nm=tfor_nm/d6s02 if decena==0; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s02 if decena==1; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s03 if decena==2; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s03 if decena==3; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s03 if decena==4; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s04 if decena==5; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s04 if decena==6; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s04 if decena==7; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s05 if decena==8; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s05 if decena==9; *Gasto en Comunicaciones deflactado (mensual); gen com_nm=gasnomon if (clave>="F001" & clave<="F009"); replace com_nm=com_nm/d6m07 if decena==0; replace com_nm=com_nm/d6m07 if decena==1; replace com_nm=com_nm/d6m08 if decena==2; replace com_nm=com_nm/d6m08 if decena==3; replace com_nm=com_nm/d6m08 if decena==4; replace com_nm=com_nm/d6m09 if decena==5; replace com_nm=com_nm/d6m09 if decena==6; replace com_nm=com_nm/d6m09 if decena==7; replace com_nm=com_nm/d6m10 if decena==8; replace com_nm=com_nm/d6m10 if decena==9; *Gasto en Educación y recreación deflactado (mensual); gen edre_nm=gasnomon if (clave>="E001" & clave<="E033") | (clave>="H134" & clave<="H135") | (clave>="L001" & clave<="L029") | (clave>="N003" & clave<="N005"); replace edre_nm=edre_nm/d7m07 if decena==0; replace edre_nm=edre_nm/d7m07 if decena==1; replace edre_nm=edre_nm/d7m08 if decena==2;
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replace edre_nm=edre_nm/d7m08 if decena==3; replace edre_nm=edre_nm/d7m08 if decena==4; replace edre_nm=edre_nm/d7m09 if decena==5; replace edre_nm=edre_nm/d7m09 if decena==6; replace edre_nm=edre_nm/d7m09 if decena==7; replace edre_nm=edre_nm/d7m10 if decena==8; replace edre_nm=edre_nm/d7m10 if decena==9; *Gasto en Educación básica deflactado (mensual); gen edba_nm=gasnomon if (clave>="E002" & clave<="E003") | (clave>="H134" & clave<="H135"); replace edba_nm=edba_nm/d7m07 if decena==0; replace edba_nm=edba_nm/d7m07 if decena==1; replace edba_nm=edba_nm/d7m08 if decena==2; replace edba_nm=edba_nm/d7m08 if decena==3; replace edba_nm=edba_nm/d7m08 if decena==4; replace edba_nm=edba_nm/d7m09 if decena==5; replace edba_nm=edba_nm/d7m09 if decena==6; replace edba_nm=edba_nm/d7m09 if decena==7; replace edba_nm=edba_nm/d7m10 if decena==8; replace edba_nm=edba_nm/d7m10 if decena==9; *Gasto en Cuidado personal deflactado (mensual); gen cuip_nm=gasnomon if (clave>="D001" & clave<="D026") | (clave=="H132"); replace cuip_nm=cuip_nm/d23m07 if decena==0; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m07 if decena==1; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m08 if decena==2; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m08 if decena==3; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m08 if decena==4; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m09 if decena==5; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m09 if decena==6; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m09 if decena==7; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m10 if decena==8; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m10 if decena==9; *Gasto en Accesorios personales deflactado (trimestral); gen accp_nm=gasnomon if (clave>="H123" & clave<="H131") | (clave=="H133"); replace accp_nm=accp_nm/d23t05 if decena==0; replace accp_nm=accp_nm/d23t05 if decena==1; replace accp_nm=accp_nm/d23t06 if decena==2; replace accp_nm=accp_nm/d23t06 if decena==3; replace accp_nm=accp_nm/d23t06 if decena==4; replace accp_nm=accp_nm/d23t07 if decena==5;
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replace accp_nm=accp_nm/d23t07 if decena==6; replace accp_nm=accp_nm/d23t07 if decena==7; replace accp_nm=accp_nm/d23t08 if decena==8; replace accp_nm=accp_nm/d23t08 if decena==9; *Gasto en Otros gastos y transferencias deflactado (semestral); gen otr_nm=gasnomon if (clave>="N001" & clave<="N002") | (clave>="N006" & clave<="N016") | (clave>="T901" & clave<="T914"); replace otr_nm=otr_nm/dINPCs02 if decena==0; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs02 if decena==1; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs03 if decena==2; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs03 if decena==3; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs03 if decena==4; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs04 if decena==5; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs04 if decena==6; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs04 if decena==7; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs05 if decena==8; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs05 if decena==9; *Gasto en Regalos Otorgados deflactado; gen reda_nm=gasnomon if (clave>="T901" & clave<="T914") | (clave=="N013"); replace reda_nm=reda_nm/dINPCs02 if decena==1; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs03 if decena==2; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs03 if decena==3; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs03 if decena==4; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs04 if decena==5; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs04 if decena==6; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs04 if decena==7; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs05 if decena==8; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs05 if decena==9; save "$bases\gastonomonetario_def08.dta", replace; *Construcción de la base de autoconsumo a partir de la base de gasto no monetario; use "$bases\gastonomonetario_def08.dta", clear; keep if auto==1; collapse (sum) *_nm, by (folio); rename ali_nm ali_nma; rename alta_nm alta_nma; rename veca_nm veca_nma; rename viv_nm viv_nma; rename lim_nm lim_nma;
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rename cris_nm cris_nma; rename ens_nm ens_nma; rename sal_nm sal_nma; rename tpub_nm tpub_nma; rename tfor_nm tfor_nma; rename com_nm com_nma; rename edre_nm edre_nma; rename edba_nm edba_nma; rename cuip_nm cuip_nma; rename accp_nm accp_nma; rename otr_nm otr_nma; rename reda_nm reda_nma; sort folio; save "$bases\auto_def08.dta", replace; use "$bases\gastonomonetario_def08.dta", clear; *Construcción de la base de pagos en especie a partir de la base de gasto no monetario; keep if esp==1; collapse (sum) *_nm, by (folio); rename ali_nm ali_nme; rename alta_nm alta_nme; rename veca_nm veca_nme; rename viv_nm viv_nme; rename lim_nm lim_nme; rename cris_nm cris_nme; rename ens_nm ens_nme; rename sal_nm sal_nme; rename tpub_nm tpub_nme; rename tfor_nm tfor_nme; rename com_nm com_nme; rename edre_nm edre_nme; rename edba_nm edba_nme; rename cuip_nm cuip_nme; rename accp_nm accp_nme; rename otr_nm otr_nme; rename reda_nm reda_nme; sort folio; save "$bases\esp_def08.dta", replace; use "$bases\gastonomonetario_def08.dta", clear; *Construcción de base de regalos a partir de la base no monetaria ;
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keep if (reg==1); collapse (sum) *_nm, by (folio); rename ali_nm ali_nmr; rename alta_nm alta_nmr; rename veca_nm veca_nmr; rename viv_nm viv_nmr; rename lim_nm lim_nmr; rename cris_nm cris_nmr; rename ens_nm ens_nmr; rename sal_nm sal_nmr; rename tpub_nm tpub_nmr; rename tfor_nm tfor_nmr; rename com_nm com_nmr; rename edre_nm edre_nmr; rename edba_nm edba_nmr; rename cuip_nm cuip_nmr; rename accp_nm accp_nmr; rename otr_nm otr_nmr; rename reda_nm reda_nmr; sort folio; save "$bases\reg_def08.dta", replace; *Construcción de la base de Estimación del Alquiler; use "$data\hogares.dta", clear; gen str folio= folioviv + foliohog; recode estim32tri (.=0) (-1=0); sort folio; collapse (sum) estim32tri, by(folio); gen est_alq= estim32tri/3; sort folio; save "$bases\alq_def08.dta", replace; ********************************************************* Parte IV Cálculo de la incidencia 2008 Con el propósito de obtener cifras representativas a nivel nacional, rural y urbano, se obtiene una base con las variables de tamaño del hogar, estrato y factor de
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expansión, y a ésta se le unen las bases anteriormente generadas. Se estiman los ingresos corriente total y corriente neto, se genera el factor de expansión para personas, y se calcula la incidencia de la pobreza de acuerdo con la metodología del CTMP y el cálculo oficial de la Sedesol. Se genera la base "$bases\basefinal08.dta" la cual se encuentra a nivel de hogar (folio). *********************************************************; use "$data\concen.dta", clear; gen str folio= folioviv + foliohog; keep folio estrato factor tam_hog est_dis upm; sort folio; merge folio using "$bases\ingreso_deflactado08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\gastomonetario_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\alq_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\esp_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\reg_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\auto_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; destring estrato, replace;
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gen rururb=1 if (estrato>2 & estrato!=.); replace rururb=0 if estrato<=2; label define rururb 1 "Rural" 0 "Urbano"; label value rururb rururb; *Se calculan los gastos totales; egen double gasmon=rsum(ali_m alta_m veca_m viv_m lim_m ens_m cris_m sal_m tpub_m tfor_m com_m edre_m cuip_m accp_m otr_m); egen double autocons=rsum(ali_nma alta_nma veca_nma viv_nma lim_nma ens_nma cris_nma sal_nma tpub_nma tfor_nma com_nma edre_nma cuip_nma accp_nma otr_nma); egen double pago_esp=rsum(ali_nme alta_nme veca_nme viv_nme lim_nme ens_nme cris_nme sal_nme tpub_nme tfor_nme com_nme edre_nme cuip_nme accp_nme otr_nme); egen double reg_esp=rsum(ali_nmr alta_nmr veca_nmr viv_nmr lim_nmr ens_nmr cris_nmr sal_nmr tpub_nmr tfor_nmr com_nmr edre_nmr cuip_nmr accp_nmr otr_nmr); egen double nomon=rsum(autocons pago_esp reg_esp est_alq); egen double reda=rsum(reda_m reda_nma reda_nme); gen double redan= -1 * reda; gen double reg_espn = -1 * reg_esp; egen double ict=rsum(ing_mon nomon); egen double gct=rsum(gasmon nomon); egen double intt=rsum(ing_mon nomon redan reg_espn); egen double gnt=rsum(gasmon nomon redan reg_espn); label var ict "Ingreso corriente total"; label var gct "Gasto corriente total"; label var intt "Ingreso neto total"; label var gnt "Gasto neto total"; *Información per capita; gen double ictpc= ict/tam_hog; gen double gctpc= gct/tam_hog; gen double intpc= intt/tam_hog; gen double gntpc= gnt/tam_hog; label var ictpc "Ingreso corriente total per capita"; label var gctpc "Gasto corriente totalper capita";
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label var intpc "Ingreso neto total per capita"; label var gntpc "Gasto neto total per capita"; *Generación del factor de expansión para personas; gen factorp=factor*tam_hog; label var factor "Factor de expansión para hogares"; label var factorp "Factor de expansión para personas"; ********************************************** Generación de las Líneas de Pobreza ********************************************** *NOTA: En este programa se calculan las tres líneas de pobreza definidas por la Sedesol (ver el Capitulo 5 del libro "Números que mueven al mundo: la Medición de la Pobreza en México", coordinado por Miguel Székely, editorial Miguel Ángel Porrúa). El documento Metodológico del CTMP establece tres líneas de pobreza, las cuales son: LP I: Valor de la Canasta Alimentaria LP II: Valor de la Canasta Alimentaria expandido por el coeficiente de Engel obtenido al considerar los gastos en alimentación, vestido y calzado, vivienda, salud, transporte público, y educación. LP III: Valor de la Canasta Alimentaria expandido por el coeficiente de Engel obtenido al considerar los gastos en todos los bienes. Sedesol retomó las definiciones del CTMP, y definió una cuarta línea de pobreza que incluía los gastos correspondientes a alimentación, educación y salud, y no considero la LP III. Así, para la medición oficial del año 2000, se nombró a la LP I como Línea de Pobreza Alimentaria, a la LP II como Línea de Pobreza Patrimonial, y a la nueva línea se le nombró Línea de Pobreza de Capacidades. En este programa se calculan las 3 líneas definidas por la Sedesol , denominándoles: lp1 : LP I o Línea de Pobreza Alimentaria lp2 : Línea de Pobreza de Capacidades lp3 : LP II o Línea de Pobreza Patrimonial ********************************************** LP1
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**********************************************; *Valor de la canasta básica (ver Nota Técnica); scalar can_urb = 949.38 ; scalar can_rur = 706.69 ; *Se identifica a los hogares bajo LP1; gen poblp1=1 if intpc<=can_urb & rururb==0; replace poblp1=0 if intpc>can_urb & rururb==0 & intpc!=.; replace poblp1=1 if intpc<=can_rur & rururb==1; replace poblp1=0 if intpc>can_rur & rururb==1 & intpc!=.; ********************************************** Hogares y población debajo de la LP1 **********************************************; * Número y porcentaje de hogares en pobreza de acuerdo con la LPI; tab poblp1 [w=factor]; tab poblp1 [w=factor] if rururb==0; tab poblp1 [w=factor] if rururb==1; * Número y porcentaje de personas en pobreza de acuerdo con la LPI; tab poblp1 [w=factorp]; tab poblp1 [w=factorp] if rururb==0; tab poblp1 [w=factorp] if rururb==1; ********************************************** LP2 **********************************************; *Se incorporan los coeficientes de engel del año 2000; *Coeficiente de Engel urbano; scalar e_lp2_u=1.2265; *Coeficiente de Engel rural; scalar e_lp2_r=1.1823; *Se identifica a los hogares bajo LP2; gen poblp2=1 if (intpc<= (can_urb*e_lp2_u) & rururb==0); replace poblp2=0 if (intpc>(can_urb*e_lp2_u) & rururb==0) & intpc!=.;
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replace poblp2=1 if (intpc<=(can_rur*e_lp2_r) & rururb==1); replace poblp2=0 if (intpc>(can_rur*e_lp2_r) & rururb==1) & intpc!=.; ********************************************** Hogares y población debajo de la LP2 **********************************************; * Número y porcentaje de hogares de acuerdo con la LP2; tab poblp2 [w=factor]; tab poblp2 [w=factor] if rururb==0; tab poblp2 [w=factor] if rururb==1; * Número y porcentaje de personas de acuerdo con la LP2; tab poblp2 [w=factorp]; tab poblp2 [w=factorp] if rururb==0; tab poblp2 [w=factorp] if rururb==1; ********************************************** LP3 **********************************************; *Se incorporan los coeficientes de engel del año 2000; *Se obtiene los Coeficientes de Expansion de Engel; *Coeficiente de Engel urbano; scalar e_lp3_u=2.0064; *Coeficiente de Engel rural; scalar e_lp3_r=1.8146; *Se identifica a los hogares bajo LP3; gen poblp3=1 if (intpc<= (can_urb*e_lp3_u) & rururb==0); replace poblp3=0 if (intpc>(can_urb*e_lp3_u) & rururb==0) & intpc!=.; replace poblp3=1 if (intpc<=(can_rur*e_lp3_r) & rururb==1); replace poblp3=0 if (intpc>(can_rur*e_lp3_r) & rururb==1) & intpc!=.; ********************************************** Hogares y población debajo de la LP3 **********************************************; * Número y porcentaje de hogares de acuerdo con la LP3;
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tab poblp3 [w=factor]; tab poblp3 [w=factor] if rururb==0; tab poblp3 [w=factor] if rururb==1; * Número y porcentaje de personas de acuerdo con la LP3; tab poblp3 [w=factorp]; tab poblp3 [w=factorp] if rururb==0; tab poblp3 [w=factorp] if rururb==1; label var folio "Identificador del hogar"; label var factor "Factor de expansión a nivel hogar"; label var factorp "Factor de expansión para personas"; label var estrato "Tamaño de la localidad"; label var rururb "Identificador de localidades rurales"; label var tam_hog "Tamaño del hogar"; label var ict "Ingreso corriente total del hogar"; label var gct "Gasto corriente total del hogar"; label var intt "Ingreso neto total del hogar"; label var gnt "Gasto neto total del hogar"; label var ictpc "Ingreso corriente total per cápita"; label var gctpc "Gasto corriente total per cápita"; label var intpc "Ingreso neto total per cápita"; label var gntpc "Gasto neto total per cápita"; label var poblp1 "Identificador de los hogares en situación de pobreza alimentaria"; label var poblp2 "Identificador de los hogares en situación de pobreza de capacidades"; label var poblp3 "Identificador de los hogares en situación de pobreza de patrimonio"; ********************************************** Concentrado de Tabulados **********************************************; *Incidencia en personas; tabstat poblp1 poblp2 poblp3 [w=factorp], by(rururb) stats(mean sum) format(%15.4gc); *Incidencia en hogares; tabstat poblp1 poblp2 poblp3 [w=factor], by(rururb) stats(mean sum) format(%15.4gc); ********************************************** Errores Estándar al 95% de nivel de confianza **********************************************; *Personas; svyset upm [w=factorp], strata(est_dis) vce(linearized); *Nacional; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 ;
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*Urbano; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==0; *Rural; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==1; *Hogares; svyset upm [w=factor], strata(est_dis) vce(linearized); *Nacional; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 ; *Urbano; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==0; *Rural; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==1; scalar list; sort folio; save "$bases\basefinal08.dta", replace; log close;
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